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El 65% de las personas que han llegado a Europa por el Mediterráneo en lo que va de año
vienen de Siria (43%), Afganistán (12%) y Eritrea (10%). Huyen mayoritariamente de
países en guerra, regímenes autoritarios y violaciones de derechos humanos.
Jaime Sevilla Lorenzo / Raúl Sánchez
28 comentarios
26/08/2015 - 20:54h
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Guerra, detenciones arbitrarias, torturas, abusos sexuales, represión informativa... Al menos seis de cada diez
personas de las que han llegado a Europa por el Mediterráneo en lo que va de 2015 vienen de países en los
que las violaciones de derechos humanos son constantes. En Siria, miles de personas están detenidas,
secuestradas o desaparecidas y unos 250.000 civiles viven en estado de sitio. El conflicto de Afganistán se
cobró 4.853 víctimas mortales en el primer semestre de 2014. En Eritrea, no se respetan las libertades de
expresión, asociación y religión.
El 43% de las personas que han llegado a los países europeos a través del Mediterráneo en lo que va de año
vienen de Siria, la mayoría a través de Grecia. El 12% proceden de Afganistán, también por Grecia. El 10%
vienen de Eritrea, quienes escapan principalmente a Italia. Las siguientes nacionalidades mayoritarias
son Nigeria (5%) y Somalia (3%), que también llegan sobre todo a las costas italianas.
Principales países de origen de las personas que llegan a Europa por mar
Una de esas personas que huyeron de Siria es Rami, de 27 años, quien cuenta en este reportaje que
escapó de la ciudad de Raqqa cuando fue tomada por el grupo terrorista Estado Islámico. "Dio
igual que viniera de una de las familias más poderosas de la ciudad. Si me hubiera quedado, sin
duda me habrían matado, sin preguntas. Lo peor era que mis propios primos habían salido a
buscarme también. Casi todos ellos se habían integrado en Estado Islámico. No había nadie que
pudiera protegerme", relata.
Según la ONU, ocho de cada diez mujeres afganas han sido acosadas psicológica, física o
sexualmente. Este reportaje cuenta cómo la artista Kubra Khademi, al realizar
una performance reivindicativa en las calles de Kabul, "tuvo que acelerar el paso y
saltar rápidamente dentro del coche de un amigo, porque poco a poco su paseo desafiante fue
encendiendo a los transeúntes, una auténtica turba que la insultó, amenazó e incluso golpeó, hasta
el punto de saltar encima del coche para evitar -sin éxito- que se fuera".
Otra de las razones que empujan a muchas personas a huir del país es el servicio militar
obligatorio. Aunque oficialmente dura 18 meses, en la práctica tiene una duración indefinida que
a menudo se alarga durante una década. "El servicio militar no tiene un final, es para toda la vida",
afirma un refugiado eritreo de 14 años de edad en un testimonio recogido en el informe de
HRW. Además, el servicio militar obligatorio se emplea como fuente de trabajos forzados para el
Estado.
A estos problemas se suman los ocasionados por la pobreza y la desigualdad. "Uno de cada tres
nigerianos vive en barriadas marginales o asentamientos informales en condiciones de pobreza y
hacinamiento, con acceso limitado a agua apta para el consumo y bajo la amenaza constante de
desalojo forzoso", dice Amnistía.
La justicia es administrada en gran medida por la jurisdicción militar, con procedimientos que no
se ajustan a los estándares internacionales de juicio justo. El grupo terrorista Al Shabab recluta
niños y ataca escuelas, pero la ONU también ha documentado casos de reclutamiento infantil por
parte de las fuerzas del Gobierno.