Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Respecto al emprendedor, podemos decir que es la figura más importante del proyecto, el alma
de este y la persona sin la cual el proyecto no podrá llevarse a cabo. Las características que debe reunir
el emprendedor podrían ser las siguientes:
• Deseo de lograr objetivos
• Confianza en uno mismo, perseverancia y dedicación. Energía y diligencia
• Capacidad para asumir riesgos calculados
• Capacidad organizativa
• Iniciativa
• Optimismo
Además de estas, y como reflejo de los cambios que ha experimentado el ámbito empresarial,
hay otras cualidades que se consideran muy valiosas, como:
• Integridad
• Preparación y capacidad de gestión
• Espíritu innovador
• Creatividad
• Orientación al mercado y oportunidades
• Visión global de la empresa
• Tolerancia ante la ambigüedad y la incertidumbre.
• Exige una dedicación total, la jornada laboral vendrá limitada por las necesidades de la empresa,
que casi siempre serán muchas.
Cuando se habla del análisis de factibilidad de una idea, se deben considerar tres tipos de viabilidad:
a) Viabilidad técnica, que refleja la posibilidad de fabricar el producto o prestar el servicio que se
quiere ofrecer a los clientes. Probablemente sería un éxito una empresa que se dedicara a
producir y comercializar motores que emplearan como combustible agua en lugar de gasolina;
sin embargo, tal posibilidad no es (al menos que se sepa) técnicamente factible.
b) Viabilidad comercial, que expresa la posibilidad de que el producto o servicio ofrecido sea
aceptado y adquirido por los clientes. Son muy numerosos los productos que salen al mercado y
son retirados al poco tiempo debido a que no han conseguido ser deseados por los clientes. Por
ejemplo, hace algunos años la empresa Cruzcampo sacó al mercado un producto llamado Spring
Go; bebida que, a pesar de su calidad técnica y una amplia campaña publicitaria, no llegó a calar
en los consumidores potenciales. El análisis de la viabilidad comercial exige comprender las
expectativas y preferencias de los clientes para determinar el grado en que un producto o
servicio se ajusta a sus necesidades. Muchos productos y servicios que han tenido éxito en un
mercado pueden no ser viables comercialmente en otros debido a las diferencias en las
preferencias de los consumidores. Así pues, la introducción de nuevos productos y servicios
supone un riesgo comercial, que sólo podemos comprender y reducir mediante un examen
profundo del mercado.
c) Viabilidad económica, que indica la posibilidad de que el negocio proyectado sea rentable, es
decir, que proporcione un beneficio que satisfaga las expectativas del empresario. Cuando el
coste de un producto o servicio es elevado, y no se puede fijar un precio alto, la venta de dicho
producto o servicio no será rentable. Hace también algunos años, se estudió la posibilidad de
abrir una fábrica de automóviles Biscuter (vehículo pequeño especialmente apropiado para
núcleos urbanos) en la provincia de Huelva. La fabricación del automóvil era técnicamente
factible; probablemente hubiera sido bien aceptado por los clientes, es decir, hubiera sido
comercialmente viable; sin embargo, la inversión requerida y el coste de fabricación hicieron
que el proyecto no fuera económica o financieramente viable
Definición de la idea. Es fundamental lograr traducir las ideas de las que surge un proyecto
empresarial a oportunidades de negocio. Aunque el impulso que conduce al emprendedor a poner en
marcha su iniciativa procede de la idea original de negocio, es preciso llevar acabo un proceso de
reflexión orientado a clarificar y especificar el tipo de actividad que se convertirá en objeto de la futura
empresa. Así, es frecuente que las ideas de negocio surjan como consecuencia del descubrimiento, por
parte del emprendedor, de ciertas necesidades insatisfechas en un colectivo concreto de personas.
Aunque la idea de negocio gire en torno a la necesidad insatisfecha que se ha advertido, será preciso
concretarla hasta el punto en que se especifique la manera en que se van a atender los deseos no
cubiertos de los posibles clientes. Será, por tanto, necesario definir exhaustivamente el tipo de producto,
bien o servicio, que pretendemos ofrecer a nuestros posibles clientes, establecer, al menos de una
manera intuitiva, los objetivos del negocio y, finalmente, determinar el segmento o segmentos de
mercado que queremos atender. Todo ello teniendo en cuenta que en etapas posteriores del proceso,
estos planteamientos podrán ser reformulados, por ejemplo, en función de los datos que aporte el
análisis del mercado o el de nuestros recursos y capacidades.
Anexo: Convertir una idea en oportunidad de negocio, (extraído de la web de la Junta de Castilla y
León):
Una vez que creemos tener una idea que puede traducirse en una oportunidad de negocio,
debemos:
En esta reflexión, que se extenderá durante el tiempo que sea necesario (días,
semanas o meses, según la complejidad), tendremos que pedir opinión y consejo a muchas
personas. Entre ellas, podremos consultar a nuestros familiares y amigos, a expertos, a
funcionarios que se encarguen del tema en cuestión. También deberemos leer publicaciones
diversas al respecto, consultar estudios realizados; en definitiva, buscar toda la información
disponible, ya que cuanto mejor informados estemos del mercado (público y negocios
existentes, tendencias, gustos, precios, costes, etc.) mejor invertiremos el dinero y más
exitosa será nuestra empresa. Es preferible estudiar la idea con cuidado antes de precipitarse
en un proyecto que, por mal planeado, podría fracasar. Nuestra idea deberá poseer algo que
la distinga de lo existente en el mercado: el factor de éxito; es decir, aquello que establece
una clara ventaja entre lo que ya hay y lo que nosotros queremos ofrecer. Al termino de esta
reflexión, llega el momento de decidirse: desarrollar o no la idea.
RECUERDE
Buscar toda la información disponible sobre el tipo de servicio o producto que queremos crear