Sunteți pe pagina 1din 2

Después de buscar y gestionar la información y haber leído y estudiado los

contenidos de la unidad, realiza las siguientes actividades:

1) En 1738, J. Bernoulli investigó la paradoja de San Petersburgo que se describe a


continuación.

Usted tiene la oportunidad de jugar un juego en el que una moneda no trucada se lanza
repetidas veces hasta que salga cara. Si la primera cara

Aparece en el enésimo lanzamiento, ganará 2 dólares.

a) Demuestre que el valor monetario esperado de este juego es infinito.

Em= 2 • 1/2 + 4 • 1/22 + 8 • 1/23… = 2/2 + 4/4 + 8/8… = 1 + 1 + 1… = ∞

Aplicando la fórmula de la esperanza matemática, observamos que da infinito, es


decir, que sería lógico que estuviéramos dispuestos a pagar cualquier cantidad de
dinero por jugar, porque al fin de cuentas, invirtamos lo que invirtamos, podemos
ganar mucho más, concretamente infinito.

b) ¿Cuánto podría usted (personalmente) pagar por jugar a este juego?

Normalmente para contestar esta pregunta recurrimos a lo que se conoce como


esperanza matemática, es decir, que cantidad de dinero se espera ganar de media
teniendo en cuenta los premios y las probabilidades que ocurran.

Por ejemplo: si apostamos un dólar a un numero de la ruleta y ganamos, el


premio es de 35 dólares (más el dólar apostad) lo cual es bastante. Pero hay que
tener en cuenta que eso solo ocurre una de cada 37 veces (hay 36 números y el
0), por lo que la ganancia media esperada es de 0.97 dólares [EM = 36 x (1 /
37)]. Esto significa que, si apostamos mucho a la larga acabaremos perdiendo 3
de cada 100 dólares que invirtamos, o lo que es lo mismo, la banca siempre
gana.

Otro ejemplo sería si al lanzar una moneda al aire y si sale cara ganamos 8
dólares. ¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar sabiendo que la probabilidad es
1/2, es decir, del 50%? La respuesta es fácil: 4 dólares.
c) ¿Cuál es la cantidad máxima que sería razonable pagar por jugar, suponiendo
que la riqueza inicial es de k dólares?

La paradoja no tiene una solución como tal, sino aproximaciones que explican por qué,
aunque en teoría deberíamos querer invertir cualquier cantidad, de hecho, nadie está
dispuesto a apostar sumas importantes de dinero.

Esto se debe a un concepto clave en las matemáticas económicas, el de la utilidad del


dinero, tal como explicara Daniel Bernoulli en un artículo publicado en las Actas de la
Academia de Ciencias de San Petersburgo en 1938:

Cualquier incremento en riqueza, no importa cuán insignificante, siempre resultará en


un incremento en utilidad que es inversamente proporcional a la cantidad de bienes ya
poseídos. Los matemáticos, en su teoría, valoran el dinero en proporción a la cantidad
del mismo; la gente con sentido común, en la práctica, lo valora en proporción a la
utilidad que puede obtener de él.

Lo que quería decir Bernoulli es que no es lo mismo ganar 100 cuando se tienen 10 que
cuando ya se tienen 1.000, y que, a partir de cierto número de tiradas, la utilidad
marginal de los premios se acerca a cero. A efectos prácticos, es lo mismo ganar mil
billones que dos mil, pero valoramos mucho el dinero que apostamos, y nuestro sistema
de aversión al riesgo nos hace reacios a invertir grandes cantidades en apuestas poco
probables, aunque las ganancias sean infinitas como en este caso.

S-ar putea să vă placă și