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El pensamiento filosófico que ha llegado hasta nuestros días lo ha hecho de una manera
específica: a través del discurso escrito. Dicho discurso, más allá de cualquier problema
transmitir sus conocimientos. Sin embargo esto no ha sido siempre igual, pues en la
antigüedad el discurso escrito estaba en menor estima que el discurso oral. Había una
superioridad por parte del segundo que incitaba a pensar que el pensamiento filosófico
plano de la oralidad.
Tal postura se puede ver plasmada como tal dentro de la famosa Carta VII, en la
que Platón dice que, palabras más palabras menos, la filosofía se alcanza sólo después
de haber estado en ella durante mucho tiempo; únicamente después de haber estado
escribir acerca de ella, no es sino una tarea imposible; quien escriba acerca de algún
seriamente. Así, la filosofía debe ser vista como un esfuerzo unipersonal que se alcanza
saberes filosóficos sin el apoyo de la escritura parece punto menos que imposible.
II
Pretender que la oralidad sea capaz de transmitir todos los conocimientos filosóficos
que se han generado en los siglos posteriores a Platón es pretender una tarea imposible
de realizar para cualquier hombre. Más aún, en esta época tan llena de información, tan
es perder de vista el desarrollo de la filosofía misma. Pues parece que la única manera
en la cual se puede acceder al conocimiento filosófico es mediante los textos que nos
llegan, ya no de nuestro mismo tiempo sino de tiempos previos, como es el caso del
mismo Platón.
así como el mito de Theuth y Thamus incluido en el diálogo Fedro, se pretende mostrar
que la oralidad planteada por Platón como el único medio para comunicar el saber
filosófico no es sino uno de los medios en los que la filosofía puede expresarse. Al
tiempo que se pretende hacer notar que el momento histórico que vivió el autor que aquí
se comenta, provocó que él sintiera un rechazo hacia la escritura, a tal punto que la
La larga Carta VII de Platón muestra, entre otras cosas, una de las críticas más fuertes
que dicho autor realizó a la escritura. Pues dentro de esta carta la escritura es vista como
una mera ambición despreciable que es practicada solamente por quienes desconocen la
filosofía por completo. Pues según Platón “es imposible que [quienes escriben temas
filosóficos] hayan comprendido nada de la materia. Desde luego, no hay ni habrá nunca
una obra que trate de estos temas.”1 De este modo la discusión filosófica que no se da de
manera directa, en una confrontación cara a cara, queda relegada a un segundo plano, ya
1
Platón, Carta VII 341c.
III
que no a todos les es lícito conocer los temas de los que trata la filosofía “salvo para
unos pocos que están capacitados para descubrir la verdad por sí mismo con unas
pequeñas indicaciones.”2
su formación personal, que es guiada por la tradición oral que escucha, por los saberes
que alcanza a escuchar. Pretender aprender algo desde un escrito no es sino un error,
pues se pretendería la palabra escrita tuviera el mismo valor que lo expuesto frente a
frente. En opinión de Platón quien “ha escrito un libro sobre las elevadas y primordiales
sobre los temas que ha tratado.”3 Más aún, no se debe escribir para que se recuerden
dichos conocimientos, pues una vez que tales conocimientos son adquiridos ya forman
Por otro lado, si se quiere que la escritura sea considerada como ayudante para la
memoria, y para la ulterior formación de filósofos, antes se debe recordar que ésta no es
[…] que no verdad.”4 La escritura, por ello, no es de ayuda para la formación, antes
bien, es sólo un impedimento que impide ver la realidad como es, pues se queda en la
Pensar que el discurso orla es de mayor importancia que el discurso escrito, y aceptarlo
como tal, es ser condescendientes con Platón pues se deja de lado el contexto en el que
2
Platón, Carta VII 341e.
3
Platón, Carta VII 344d. La cursiva es mía.
4
Platón, Fedro 275a.
IV
escribe los textos ya citados. La tradición oral era posible en el antiguo mundo griego,
contaban con adeptos, la mayoría de las enseñanzas eran dadas a grupos pequeños, su
realizar un escrito es una obra ambiciosa, pero deja de tenerlo cuando la formación del
filósofo, del estudiante, ya no es para unos pocos, cuando se pierde el carácter mistérico
La escritura surge aquí como lo que posibilita ir más allá de este cerco
autoimpuesto por las antiguas escuelas griegas. Se habla ya no para los pocos que son
aceptados en la escuela, sino para todo aquel que quiera escuchar, para todo aquel que
tenga las capacidades para escuchar la verdad que se halla en los libros. La verdad no es
Si Platón quiere que su método sea visto como el único posible para alcanzar la verdad
escritura permite resignificar ese contexto, más bien, crea un nuevo contexto desde el
atención.
pensamiento, camina por nuevos senderos que le permitirán crecer y enriquecerse con
cada nuevo pensamiento que encuentre a su paso, con cada diálogo que pueda hacer con
otro texto. La tradición oral, por tanto, fue parte, importante, sí, pero que sirvió sólo en
V
lugar, de haberlo hecho una tradición tan rica y tan llena de nuevos pensamientos no
Se puede usar la célebre frase de Aristóteles para mostrar la unión entre oralidad y
bien puesto en papel. Ambos comparten el mismo tronco común, la filosofía, y las
colocar una forma de expresar la filosofía por encima de otra, pues como tales
comparten el mismo fin; si la escritura dice que la oralidad es efímera, que termina en
cuanto el que habla cierra los labios, se le puede responder que la letra impresa es igual
de efímera pues son pocos los textos que se conservan, al menos muchísimos menos de
no digamos de los textos, sino el contenido de éstos. Por otro lado, si se acusa a la
hacer llegar al lector no llegará como se quiere que llegue, se le debe recordar a la
oralidad que el hecho de tener una persona frente a frente no implica que esa persona va
a comprender lo que se le dice o que no va a utilizar las palabras del que habla en contra
suya. Ambas posturas tienen aciertos y virtudes, y ambas son parte de la propia historia
de la filosofía.
Por lo anterior se puede decir que la oralidad es parte del devenir histórico de la
ésta al ser parte del devenir filosófico puede dejar de tener, en un momento venidero, la
importancia central que tiene ahora. Por ello se deben considerar ambas posturas para
VI
enseñar filosofía en igualdad de circunstancias, se debe crear una síntesis que reúna las
dos posturas para crear una forma de enseñar la filosofía mostrando el rigor del texto y
Se deben aprovechar las maneras actuales de enseñanza para unir estas dos
posturas, el aprendizaje colectivo y masivo debe incorporar el método oral para mostrar
los conocimientos que formarán al filósofo, y más importante que ello para que el
alumno aprenda y tenga un maestro de verdad que le guíe por el camino correcto. Pues
como lo indica Rivero Weber “para eso estamos [los maestros] para pensar y enseñar a
maestros. Quizá sólo sabemos lo que ello significa, los que hemos tenido la suerte de
Asimismo debe utilizar la tradición escrita para mostrar el curso que la filosofía
siempre, para discutir ya no con los que pueden responder de viva voz, sino con
aquellos que han dejado su pensamiento, su vida, en hojas llenas de tinta para que
Se debe decir-recordar, para finalizar, que ambas tradiciones son parte del
mismo cuerpo, la filosofía; por extensión, parte del cuerpo de conocimientos más
5
Rivero Weber, “Sentido y ser de la filosofía” en Pensar la filosofía, UNAM, 2004,
p.126
VII
• Bibliografía
Platón, “Fedro” en Diálogos vol. III, intr., trad., y notas de Carlos García Gual, M.
Platón, “Carta VII” en Diálogos vol. VII (Dudosos, apócrifos, cartas), intr., trad., y
2004.
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