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Editions

Edwacor´s Corporation S.A. ® © Havana, Cuba, 2016

Ensayo

LA LITERATURA COMO RECURSO PARA SER


o
EL ABOGADO DEL DIABLO

PUNTOS DE VISTA DIFERENTES SOBRE POR QUÉ Y PARA QUÉ LEEMOS Y ESCRIBIMOS
Y

SOBRE QUIÉNES SOMOS

UN ENFOQUE A CONTRAPELO DE LO QUE LA CULTURA Y LAS TRADICIONES NOS HAN


DICHO



Eduardo Cordoví Hernández
Contactos:
edwacor@nauta.cu
cell: 53858501

CONTENIDO

1 INTRODUCCIÓN, PROEMIO, PREÁMBULO, PREFACIO, PRÓLOGO, INSTRUCCIONES PARA
LEER ESTE LIBRO O LO QUE SEA
2 EUROPA
3 PRINCIPIOS DE LA FÍSICA, QUIZÁS, AYUDEN A COMPRENDER EL MUNDO
4 ESCRIBIR: UNA ACTITUD ANTE LA VIDA
5 ACERCA DE LA RESPONSABILIDAD DE LEER Y DE ESCRIBIR
6 LIMITACIÓN FUNDAMENTAL DE LA LITERATURA
7 ESTADO, CONSIDERADO NORMAL, DE LA PSICOLOGÍA HUMANA
8 FUNCIÓN SOCIAL DE LA LITERATURA
9 NECESIDAD DE LA EXISTENCIA DE LOS LLAMADOS MALOS LIBROS Y MALOS
ESCRITORES
10 ACERCA DEL MAL
11 ¿NECESITAN LAS IDEAS SER DEFENDIDAS?
12 ¿TE CONSIDERAS UNA PERSONA FELIZ?
13 ¿QUIÉNES SOMOS?
14 OTRAS DEFINICIONES DE LO QUE PODEMOS SER
15 UNA NUEVA CONSIDERACION
16 EL HUMANO COMO AUTÓMATA
17 OTRAS CONSIDERACIONES
18 OTRAS CONSIDERACIONES
20 OTRAS CONSIDERACIONES
21 SOBRE LA AUTOESTIMA
22 OTRAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ENERGÍA NERVIOSA
23 PROTOCOLO MÍNIMO DE REVISIÓN DE TEXTOS
25 CONSIDERACIONES FINALES
26 EPÍLOGO
DATOS DEL AUTOR:










Dedicatoria:
A: Reina María Rodríguez,
por haber hecho posible este libro

1 INTRODUCCIÓN, INTROITO,
PROEMIO, PREÁMBULO,
PREFACIO, PRÓLOGO,
INSTRUCCIONES PARA LEER
ESTE LIBRO O LO QUE SEA

 El texto, aunque parte de un interés de filiación literaria en el cual tiene su


génesis, enrumba definitivamente hacia los vericuetos filosóficos y
psicológicos; dando lugar a que se aprecien, de forma definida, estas dos zonas
de atención siendo, la última, la de mayor peso por cuanto se justifica para
enriquecer lo que el autor entiende que es de más urgente necesidad, en los
umbrales del tercer milenio, para la especie humana, desde el punto de vista de
la literatura.
El abogado del diablo o El defensor de las causas perdidas, no son más que
proyectos de títulos para estos artículos de corte ensayístico, acaso ¡ni eso!
Porque, para ser sincero, no creo que sean más que etiquetas, por demás
ineficientes; ya que son incapaces de abarcar ¡o definir! mis intenciones,
puntos de vista, reflexiones, criterios, etcétera, sobre todo lo que trato aquí.
De modo que, tal como conocen mis lectores, una vez más se manifiesta no mi
incapacidad para titular textos; si no, más bien, mi prolífera competencia para
ello, por lo que bien estas páginas pudieran llamarse, de la misma forma, con
diversos rótulos.
Proyecto para una paz perpetua, pudo ser uno, pero ya alguien se me adelantó
con tal; Instrucciones para ser persona, otro, porque refleja mi interés por la
psicología, pero omite mis aplicaciones literarias quedando, una vez más,
notorio que todo afán de definir o sintetizar, no hace más que ocultar facetas
imprescindibles para comprender la totalidad de algo; pero la correcta
interpretación de estas páginas no estaría garantizada si no les precediera un
acápite decisivo, ¿Cómo decir?... Algo así como ciertas instrucciones para
comprenderlas.
Las instrucciones, son frecuentes en Literatura literaria y no sólo en literatura
técnica, como pudiera pensarse, y un escritor, tan notable como yo, no puede
sustraerse de hollar el sendero que han pisado sus no menos ilustres
antecesores.
El inglés Andrew Marvell (1621-1678), por ejemplo, escribió: Últimas
instrucciones a un pintor, en 1667; la escritora británica, nacida en el año1919,
en el hoy Irán, Doris Lessing, premio Nobel de Literatura en 2007, publicó en
1971, una novela titulada Instrucciones para un descenso al infierno; los
mayores éxitos literarios del francés Georges Pérec, (París, siete de marzo de
1936 - Ivry-sur-Seine, tres de marzo de 1982) llegaron con, La vida:
instrucciones de uso, en 1987, novela galardonada con el premio Médicis; el
argentino, Julio Cortázar, produjo, Instrucciones para subir una escalera,
además de un Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj, y hasta
un, Manual de instrucciones (generales, diría yo). El maestro Dogen, fundador
en Japón de la escuela Soto de zen, nos propuso, en 1237, sus Instrucciones al
cocinero de un monasterio zen, y David Ross Brower publicó su, Manual de
instrucciones para el tercer planeta, en The New York Times, en 1975.
Y así, a pesar de todo, no me queda otro remedio que declinar el uso de las
instrucciones para titular tan necesario apartado (para leer este libro) pero el
hecho de que tan elocuente, pedagógico y didáctico vocablo no aparezca en la
etiqueta implica, también, una intención.
De modo que prosiga la lectura de mis instrucciones… que no son
instrucciones sino literatura codificada, y ¡lea! sin pérdida de tiempo, Europa.
Eduardo Cordoví Hernández
Otoño, 2014. Lawton, La Habana, Cuba.

2 EUROPA

Los genios siempre hemos sido seres incomprendidos. ¡Bueno! Casi siempre.
Pero no tema no voy a iniciar una lista de incomprensiones históricas para
argumentar lo dicho. La erudición de mis lectores, tan acostumbrados a la mía,
es lugar común. Pero que no nos comprendan puede resultar peligroso a riesgo
de pasar por genios.
Ortega y Gasset, estaba casi convencido de que los humanos estamos puestos
en el mundo para no entendernos. Gurdjieff, habló a sus discípulos sobre la
necesidad de crear un lenguaje nuevo; no un nuevo idioma, no, sino un
método, un lenguaje técnico que lleve a la precisión de lo que se dice.
No voy a crear ese lenguaje. Pondré énfasis en la necesidad de comprender
cuánto erramos en la apreciación de nuestros juicios. Ésa es la intención de
este libro y es, por ello, importante leer, Europa.
Vea: usted, ha leído el título Europa; seguro posee suficiente información
sobre el viejo continente o por lo menos se lo cree y, si no cree que lo sea, se
aproxima a la lectura con el prejuicio de la información que tiene, aunque sepa
que no es suficiente. Sin proponérselo, aunque sepa todo lo que hay que saber
sobre Europa, continúa leyendo a la espera de ver ¡Qué rayos puedo decir de
nuevo! o cómo voy a relacionar lo que ya se sabe, para lograr quién sabe qué
efecto estilístico o cómo voy a asombrarlo, trayendo a colación una relación
distante. De modo que aunque, usted, sepa mucho sobre Europa, siente que
soy para, usted, como un misterio europeo y continuará leyendo para
develarlo.
Quizás piense; va a referirse a la etimología del vocablo y remontará los
orígenes fenicios en busca de la voz ereb que significa ocaso.
¡Pero no! No se trata de Etimología.
Pudiera ser, acaso, que trato de emparentar la Etimología con la Mitología y
espera observaciones sobre el término Europa el cual, quizás, derive del
nombre de la hermana de Cadmo e hija de Agenor, rey fenicio de Tiro. ¡Sí!
Europa, de quien se enamoró Zeus y a quien se le apareció convertido en toro.
- ¿No?
- ¡No!
Entonces..., vamos a ver, la cosa es sobre Pintura; el autor va a tomar el tema
del Rapto de Europa, para hablar sobre Tiziano… ¿Tampoco?
Puede ser que la intención que me supone, sea la Geografía y que, de
inmediato, pasaré a decir que Europa, de acuerdo con la costumbre, es uno de
los seis continentes del mundo y aunque como tal se considera, en realidad
sólo es la quinta parte occidental de la masa continental euroasiática. ¡Pero
tampoco!
¡Ah! Debe ser, entonces, sobre Astronomía. El autor va a escribir sobre
Europa; una de las dieciséis lunas de Júpiter; y de nuevo verá que está errado.
De lo que en realidad se trata, es de un asunto vital para la Filosofía, pues tiene
que ver con la Nomenclatura, con el: nombrar las cosas, parafraseando a
Eliseo Diego, aquel otro poeta cubano.
Voy a hablar sobre Arquímedes, y ¡otra vez! su mente se precipitará en
tortuosos vericuetos como sucedió cuando comenzó a leer.
No, no se trata de Arquímedes de Siracusa, célebre matemático siciliano (con
pasaporte griego o algo así) ni de Arquímedes Pous, actor del teatro bufo
cubano; sino de ¡Arquímedes!: un sencillo hombre, quien no necesitaba mucha
ilustración para pastorear sus chivas en los, quizás, no tan fértiles terrenos de
la Finca Ingenito, de la cual ya hablé en mi novela, Conspiración en La
Habana.
Por los días en que estaba por parir una de sus chivas, oyó la historia de cierto
hombre quien, al meterse en la tina para bañarse, descubrió que todo cuerpo
sumergido en un fluido experimenta una pérdida de peso igual al peso del
volumen del fluido que desaloja y salió corriendo desnudo gritando: ¡Eureka!
Aquello le impresionó bastante, pero al término en que parió su chiva ya había
olvidado los detalles.
Matilde parió una chivita, y Arquímedes le puso por nombre Europa, en la
certeza de que, esa palabra, fue la que salió gritando el personaje del relato.
El sentido común es suficiente para caer en la cuenta que: ni Arquímedes, al
bautizar a la hija de Matilde; ni yo, al narrar este hecho, tuvimos ¡jamás! la
intención de lacerar el sentido patriótico de los ciudadanos de la Comunidad
Europea, ni hacer mofa de la importancia de la investigación científico-
técnica, ni de la Historia y mucho menos sobre la dignidad de ningún
personaje célebre. De modo que sirva, Europa, como ejercicio de alerta para
entrar en la espesura de los textos que se avecinan.

3 PRINCIPIOS DE LA FÍSICA,
QUIZÁS, AYUDEN A
COMPRENDER EL MUNDO

Al ponernos espejuelos con cristales rojos, el mundo circundante nos parece


rojo, si usamos unos verdes, ese mundo cambia en correspondencia.
Al estudiar las propiedades de la luz, los científicos descubrieron que, bajo
determinadas circunstancias, la luz actúa como onda, apareciendo así la Teoría
Ondulatoria; pero que, bajo circunstancias opuestas, actúa como partícula, lo
cual dio origen a la Teoría Corpuscular...
Dicha realidad, partícula-onda, se puso de manifiesto cuando los científicos
tuvieron consciencia de que la naturaleza de la luz parecía cambiar en
dependencia de cómo fuera observada por ellos. La realidad volvía a ser algo
relativo. Neils Bohr (danés, 1885-1962, premio Nobel de Física en 1922)
definió tal dualidad como, Principio de Complementariedad. Así, de acuerdo
con su llamada Interpretación de Copenhague de la Mecánica Cuántica; la
materia, es decir, la realidad objetiva, se comporta de dos maneras
complementarias contradictorias. Si observamos la materia de una forma, ésta
aparece como si fuese partículas bien localizadas en el espacio... pero si
escogemos otro modo de observación, la propia materia, asemeja ondas que no
se hallan bien localizadas en el espacio. Pero nunca puede ser ambas a la vez
porque una excluye a la otra. De modo que el modo en que aparece la materia,
está en dependencia de las selecciones que haya hecho nuestra mente: La
realidad, es asunto de selectividad.
De acuerdo con los postulados del Principio de Complementariedad, no existe
la realidad hasta tanto la misma no sea observada. La antigua Física Clásica o
Newtoniana, obsoleta para explicar los fenómenos de las enormes velocidades
de las micro-partículas o de las enormes masas de los cuerpos cósmicos,
describe al mundo de manera que éste tiene una existencia aparte y por
completo independiente del observador. La Física Cuántica establece que tal
mundo objetivo es una ilusión, dado que los cinco sentidos de que nos
valemos a diario, no son fiables para que puedan ofrecernos una visión total de
la realidad.
El Principio de Complementariedad, nos recuerda que mientras nos
encontremos observando el tono rojizo de algo, su verdor permanece invisible
a nuestro sentido de la vista o viceversa. Siempre existe un lado que resulta
oculto a todo lo que experimentamos.
Otra piedra angular de la Física Cuántica refuerza este criterio: se trata de la
Relación de Incertidumbre o Principio de Indeterminación de Heisenberg
(alemán, premio Nobel en 1932), el cual expresa que no podemos conocer, a la
vez, la posición y el momentum de un objetivo. Para observar una partícula se
hace necesario lanzar contra ella otra; pero, al efectuar tal, estamos
perturbando a la partícula original. Para observar un electrón, tendríamos que
lanzarle un rayo de luz de alta frecuencia, el impacto luminoso saca fuera de
órbita al electrón cambiando así su dirección y momentum dentro de formas
impredecibles. Si se utilizase una luz de menor intensidad energética, a fin de
no perturbar el momentum del electrón, entonces sucedería que dicha luz no
podría alcanzar una longitud de onda capaz de hacer observable al electrón,
seríamos incapaces de poder observar la partícula. En resumen, toda intención
de localizar a una partícula alterará lo que estemos tratando de determinar. No
se puede observar algo, según la Física Cuántica, sin que sufra cambios.
Por estos dos Principios (Complementariedad e Indeterminación) queda
demostrado que el mundo resulta misterioso e insondable pues, de él, sólo
tenemos acceso a una parte de su realidad y porque, además, el acto de
búsqueda de conocimiento real, quebranta ese mundo a causa de la acción que
ejercemos con nuestra observación, de modo que tenemos acceso a una
realidad alterada, que nada tiene que ver o tiene muy poco que ver, con la
realidad originaria y, para colmo, esa realidad alterada no podemos predecirla
más que dentro de límites estadísticos.
La realidad es comparable a una moneda: nunca podemos verla completa. O
cara, o cruz.
Así, faltos de suficiente información: juzgamos y creemos tener: control.

4 ESCRIBIR: UNA ACTITUD


ANTE LA VIDA

He tenido oportunidad de participar en diversos foros, cuyos debates ponían en


la mira en la búsqueda de respuestas a las siguientes interrogantes: por qué se
escribe, para quién, por qué se lee, etcétera. En tales, se manejaron diversos
criterios; muchos que ya habían sido expuestos por altas personalidades de la
intelectualidad contemporáneas y/o de todos los tiempos.
Tengo que decir que, en casi todas estas ocasiones, la conclusión de más
consenso o a la que, al menos, los de mayor participación llegaron; para
alarmante sorpresa de la mayoría que se aproximaba en pos de luz en tales
vericuetos; fue que la literatura es un medio vago para cambiar las cosas
¡Cualquiera que éstas sean! Que el intento de influir en las personas para
mejorar a la humanidad, no siempre se logra porque, una parte de estas
personas, tiene ya ideas al respecto y que; imponérselas a la otra parte o tratar
de convencerlos, disuadirlos con las nuestras; es casi un fracaso seguro porque
¿Cómo asegurar que somos portadores de la verdad? Pues si vamos a
convencer a alguien de algo para un cambio, se supone que sea para bien, pero
¿Cuántos escritores, filósofos, pedagogos, poetas, en fin hablo de
intelectuales... no han sido, a lo largo de la historia, personas ruines,... lo que
llamamos malas personas…?
Al final ha quedado un desánimo general... algo así como un: ¿Entonces, qué
hacemos aquí?
Y esta desorientación ya me dice algo de quienes participaban en tales
eventos, me dice que no tenían nada que decir… no traían un mensaje, no
tenían una misión, al menos todavía. Quizás tuvieran deseos de viajar, pero,
hasta aquel momento, ni idea de hacia dónde ir.
Se dice que escribir ¡o leer! sea un acto de fe o quizás de rebeldía, hasta una
evasión, un suceso que puede ser estimulado por el dolor, producido por las
condiciones de la existencia… logro aceptar también otras causas, incluyendo
la influencia de todas a la vez, pero todo esto implica nuevas interrogantes
porque, sin querer decir la última palabra, puedo concordar en que sí, que se
escribe o lee por un acto de fe, pero me suena ambiguo, y sin querer restar
importancia al rol de la fe en este asunto, dado que puedo reconocerla en mí,
tal como puedo hallar igual influjo de otras causas, vengo a mostrar mayor
interés en cómo canalizar esta fuerza, la cual se abre paso, y no en encontrar
su origen. Porque para ser escritor, digo yo, usted, debe saber quién es y para
qué vive, y precisión, eso: ¿Qué rayos está haciendo aquí?
Y para averiguarlo, lee.
Luego escribe. Escribe para sí, para organizar, para comprender lo que ha
aprendido, para descubrir que puede decir lo mismo de forma diferente. De la
forma que se aviene mejor a quienes están sintonizados en la misma
frecuencia.
No hay nada nuevo bajo el sol…dice el Eclesiastés. Creer que se puede decir
algo nuevo es una arrogancia. Lo más que puede hacerse es descubrir ciertas
verdades eternas y funcionar como un repetidor, para que otros sepan la buena
nueva, sin sentir vergüenza de funcionar como un papagayo.
Cada persona, ¡Cualquiera! es un ser único, singular, irrepetible, alguien que
nunca antes existió ni nunca jamás volverá a existir, por tanto, debuta en la
existencia como un ente especialísimo, quien aportará tal cualidad a todo lo
que piense y diga, sin embargo, muy pocos se descubren a sí mismos para
repetir, a los demás semejantes, esta vieja verdad y, lo cierto, es que mucha
gente no lo sabe; mucha, ni ha pensado en eso y si bien es verdad que a mucha
gente eso puede importarle muy poco a otra cantidad notable de personas,
saberlo, les podría cambiar, para bien, la vida.
Pongo un ejemplo: del estudio de la Acústica, en Física, sabemos que: si un
diapasón graduado para vibrar en cierto tono o frecuencia de sonido, es
golpeado para que suene, al ser acercado a otro, graduado para el mismo tono,
aquél comenzará a vibrar solo y a esto se llama resonancia.
Los humanos somos, psicológicamente, como diapasones. Cuando alguien
expresa una idea ante un auditorio, sólo aquellas personas sintonizadas en su
frecuencia, sentirán el chispazo de la simpatía y de la comprensión, los demás
dirán con desgano ¡Ah, sí!… ¡Pero!…
Hay algo además, se entiende fácil que las personas puedan ser distintas desde
el punto de vista del conocimiento, tal como pueden ser distintas desde el
punto de vista físico. Los distintos niveles de diferencias físicas o de
conocimiento crean barreras para la comprensión entre las personas. Y esto
puede argumentarse; pero aunque no estoy escribiendo estas páginas con
ánimo de convencer a nadie ni demostrar que estoy en lo cierto, pues no busco
ser aceptado ni pretendo seguidores; si alguien vibrara con estas ideas y las
encontrara atractivas significaría, tan sólo, que es otro diapasón, semejante a
mí; y añadiré algunas palabras más sobre el tema para ellos.
Sobre las diferencias humanas desde el punto de vista físico, recuérdese que la
discriminación racial contra, indios, negros, judíos… dio lugar a la aparición
de los guettos, el apartheid… a linchamientos y al genocidio.
La historia de la humanidad reconoce cómo, en diversos estadios, se ha
discriminado, de una manera u otra, a mujeres, a lisiados, leprosos, enanos,
locos, a feos, gitanos, albinos, pelirrojos, chinos, gordos, flacos, calvos,
etcétera.
Las diferencias de conocimiento pueden ser más sutiles; pero se entiende igual
de factible que los niveles educacionales (primaria, secundaria,
preuniversitario,…etcétera) imposibilitan la comunicación con aquellos que se
encuentran en niveles inferiores porque, en los más adelantados, se manejan
otros términos, otros recursos de análisis… Incluso los oficios y las
profesiones tienen su argot de relativa impenetrabilidad para los neófitos, tal
como sucede con los marineros, los albañiles o los médicos.
De la misma forma, existen niveles emocionales. Existe una extensa escala de
gradaciones emotivas, sentimentales, éticas, que compromete, en las personas,
la intercomunicación. De modo que: no es cierto que seamos iguales, a lo
sumo que podemos aspirar es a encontrar semejantes; algo bien distinto y,
además, bastante difícil de hallar, por cierto. Y cuando digo semejantes me
refiero a la semejanza matemática enunciada en el Teorema de Tales de
Mileto, con relación a la proporcionalidad; no a semejantes en el sentido de
otras personas.
En lo personal, sí creo que la literatura sirva para cambiar a las
individualidades humanas. En primera instancia, contribuye a nuestra
formación, luego a la de otros; aunque tales otros, no sean más que aquellos
pocos que se nos asemejan en el campo de las ideas o en el de los
sentimientos. Y, esto, es ya un cambio trascendente.
Lo que no puede uno es aferrarse, reprenderse, con la finalidad. Porque el
ruiseñor no canta para ser escuchado, canta porque tiene una canción, dijo o
escribió, muy bien, alguien.
Creo en la literatura como un sacerdocio y en ser escritor como ser profeta. Un
escritor debe ser como un ángel. Etimológicamente, un ángel es un mensajero
¡Pero che! si no tenés qué decir ¿Qué vas a hablar? Se quejaría un argentino.
En conclusión de este cuarto capítulo, digo que para comentar un poco sobre
la literatura y algunos tópicos álgidos; relacionados con cómo ser un escritor,
qué se espera de él o cómo llegar a tener tino para elegir a quien leer hoy en
día, ya que cada vez hay menos oportunidad de leer todo lo bueno que se ha
escrito; pues digo que no queda más remedio que echar mano de la psicología
y de la filosofía que, en mi caso, se queda al nivel del sentido común, ¡del mío,
quiero decir! Y aunque se acepte que se pueda filosofar sin ostentar un título,
me atrevo a psicologar también, de igual forma, tan fresco como una lechuga,
y sin que la ligereza pretenda desdorar otras opiniones más autorizadas, en la
creencia de que el atrevimiento de los menos capaces, a veces, logra poner luz
en rincones donde otros no han hurgado todavía.
5 ACERCA DE LA
RESPONSABILIDAD DE LEER Y
DE ESCRIBIR

En sentido general creo que se lee para aprender, para informarse. Pero la
génesis de la lectura, estimo, se encuentra en las profundidades emotivas que
emparentan con la magia.
En el desarrollo histórico de la humanidad desde que sus individuos se
agrupan para cazar; como una necesidad pudiéramos decir utilitaria, ya que
solos no podrían hacer frente a grandes animales quizá fieros, veloces, fuertes
y/o astutos; debido a que la recolección de frutos o la pesca eventual eran
actividades que podían desarrollarse en solitario; surgió lo que de veras puede
ser llamado el inicio de la humanidad como tal y que resultó: comer en grupo.
El reunirse para compartir el producto de la caza y demás alimentos, con todo
y que sea algo que también hacen otros animales que viven en manada,
implica un ritual que las bestias no realizan: la elaboración; de aquí que haya
sido tan horrible el castigo infligido a Prometeo por entregar el fuego a los
humanos y… de congregarse en torno a una hoguera, cobijados y en reposo,
muy de seguro que bajo el influjo de la nocturnidad y otras particularidades
naturales que pudieran enriquecer el ambiente, comenzaron a narrarse los
cotidianos hechos, siempre heroicos dadas las circunstancias, que dieron
origen a cantores y poetas.
Es la civilización y el desarrollo del conocimiento, hasta del conocimiento
mágico-religioso, lo que hace necesidad de preservarlo por medio de la
escritura. Pero es el recuerdo de aquel primer encanto, de aquel placer de re-
vivir el pasado o de imaginarlo quien no lo tuvo como experiencia, lo que creó
la necesidad de lo que hoy conocemos como: el placer de la lectura.
Así me replanteo, a grosso modo, el origen de productores y consumidores de
literatura.
Quizás se piense que no pueda decirse lo mismo de quienes producen
literatura pero sí. Quienes la hacen, intentan satisfacer la necesidad de
comunicarse y toda escasez resuelta implica satisfacción; pero, además,
quienes narran, comentan, cuentan o dicen algo, son seres especiales por la
sencilla razón de ser menos, en cantidad, que quienes escuchan o leen. Las
personas que comunican pero que, además, lo hacen con gracia, con elegancia
y originalidad, son pocas. Y es así porque la enorme mayoría, por no decir
todos los seres humanos, tienen ese gustillo por querer saber, llámese
curiosidad, afán de saber, o lo que sea, es instintivo y cualidad inherente de la
humanidad por la sencilla razón de ser seres sociales; lo que puede ocurrir, es
que no muchos sean tocados con esa suerte de serles grato contar, describir
detalles sin causar tedio, lograr mantener la atención mientras dure la
exposición de aquello que exponen o que algunos activan más temprano ese
gusto y facilidad en sí mismos, mientras otros pasan a ser pasivos. Y digo que
un lector no es más que un escritor pasivo, así como un escritor no puede
llegar a serlo sin ser un lector excesivo, al menos de su propia obra por el
aquello de quien escribe lee dos veces.
Me atrevo a decir que todo parte de la responsabilidad de leer.

6 LIMITACIÓN FUNDAMENTAL
DE LA LITERATURA

El veinticuatro de febrero del año 2011, en la oficina del noveno piso del
Instituto del Libro, en calle Obispo esquina a Aguiar, en La Habana Vieja,
donde radica la editorial Torre de Letras; durante uno de sus, ya tradicionales,
jueves literarios y en ocasional visita, el poeta Jean Portante, de Luxemburgo,
durante el comentario introductorio a la lectura de sus poemas, expuso algunas
ideas acerca de la imposibilidad de la palabra para representar la realidad. Tal,
me recordó un artículo que hacía un año había escrito yo sobre la misma idea,
pero desde otro punto de vista y que, con algunos cambios, quiero proponer a
los lectores, en esta oportunidad.

¿H.S. o S.H.?O ¿DEFICIENCIAS DE LA LITERATURA?


No ha quedado demostrado, ni mucho menos, que el lenguaje de las palabras sea el mejor posible.
Antonin Artaud (1896, Marsella-1948, París).
"El lenguaje es algo de poca significación”. George du Maurier (París, 1834- Londres, 1896).

El lenguaje escrito es un sistema de señales y se conoce científicamente como,


Tercer sistema de signalización. De un acercamiento al estudio del desarrollo
histórico de la vida en la Tierra, se reconocen tres únicos sistemas de este tipo;
el primero, es de orden bioquímico y se manifiesta en las largas cadenas
helicoidales de la proteína conocida como ADN (ácido desoxirribonucléico),
mediante las cuales se garantiza la permanencia de toda la información
procedente de los patrones hereditarios de cada especie e individuo particular.
El segundo, es de orden bio-eléctrico y tiene lugar en el sistema nervioso
animal, en específico, en los terminales neuronales llamados dendritas,
mediante el proceso conocido como sinapsis; a través del cual el individuo
obtiene información y da respuesta a los diversos estímulos en su interacción
con el medio.
El lenguaje articulado, pertenece a este Segundo sistema de signalización;
resulta la plataforma donde corren todos los procesos que se dan lugar en este
caso; desde la aparición de la necesidad de la inter-comunicación, hasta el
soporte para que se dé lugar la voz, la modulación, articulación, acentuación,
gesticulación, expresión facial, expresión corporal general, etcétera, y ocurren
gracias al desempeño del sistema nervioso central y periférico.
Como se aprecia con facilidad, estos dos sistemas de signalización, son
producto de la naturaleza, de la evolución, según podríamos afirmar desde un
punto de vista filosófico, en estricto, materialista. Desde otro ángulo, se puede
argumentar que aparecen como una gracia de Dios; de modo que los
encontramos dados y realizados. Otra visión, más ecuménica, podría conciliar
tales apreciaciones; pero esto ya sería caer en disgregaciones que se apartan
del objetivo de estas reflexiones.
Ahora, el lenguaje escrito, la aparición del alfabeto; hacen aparición como
tercer sistema por un proceso creativo inherente al Homo sapiens (H. S.)
Hasta aquí el preámbulo necesario para dejar establecido que, el lenguaje
escrito, es un esfuerzo artificial por representar al lenguaje articulado.
Entrando de lleno en el tema de este trabajo; que es valorar hasta qué punto un
texto puede corresponderse con la intención de su autor, lograr contenerla o
trasmitirla a sus potenciales lectores; podríamos, en primera instancia,
presentar algunos argumentos. Entiéndase que cuando nos referimos a
información, no nos estamos refiriendo sólo a datos, noticias, hechos, etcétera,
sino a todo tipo de necesidad expresiva con interés de comunicar:
1- Sócrates, Buda, Lao Tse, Jesús, no escribieron libros; decidiéndose por
trasmitir su mensaje a viva voz como recurso por excelencia para la
comunicación óptima. Y la mayoría de los grandes presentadores de sistemas
de ideas, desde la Antigüedad, han sido dados a la Oratoria como disciplina;
que ésta, muchas veces, incurra en una elaboración prediseñada que atienda a
una Preceptiva, no disminuye su importancia como medio no escrito, como
soporte primario para la comunicación. Que los discursos de los senadores
romanos nos lleguen escritos y no en cintas magnetofónicas, no significa que
su intención primera fuera esa. Y algo similar sucede con los libros, por
ejemplo de Krhisnamurti, que no fueron en realidad libros escritos por él, sino
transcripciones taquigráficas o grabaciones en cinta, tomadas por sus
discípulos y con posterioridad publicadas en libros. Con respecto a Lao Tse,
pudiera esgrimirse que escribió el Libro del Tao, pero según la tradición éste;
su único libro, modestísimo en extensión; lo escribió obligado por
circunstancias económicas, para pagar el peaje al pasar por un puente y, por si
fuera poco, esta obra comienza diciendo que; el Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao; con lo cual va mucho más allá, pues propone que ni
siquiera puede ser explicado por el habla.
2- Por otra parte; si los textos fueran de veras suficientes, los profesores no
fueran necesarios. Los alumnos comprarían los libros, irían a las bibliotecas,
se prepararían y luego se presentarían a examen.
3- En su génesis la poesía misma, cuya intención expresiva no es tanto
comunicar ideas, sino matices emotivos y sentimentales, no era escrita sino
cantada. La transmisión de los eventos históricos, de la búsqueda de un
conocimiento para explicar el mundo, que dieron lugar a la Ciencia, la
Religión o la Filosofía, se estableció en su origen por medio de la tradición
oral mediante leyendas, cuentos populares, adagios y refranes que, aún en
nuestros días, nos asisten.
4- La Literatura pertenece, junto con la Danza y la Música, a las artes
temporales; no es como la Arquitectura y las Artes Plásticas, un arte que se
desarrolla en el espacio tridimensional, con todo y que esto pueda ser
discutible, por el aquello de que el libro es algo físico, pero esto no es más que
su soporte como lo son los instrumentos musicales; hoy en día con los libros
digitales, puede ser apreciado mejor este criterio. Y está por ello, en mi
opinión, más viva.
5- Atendiendo ahora a la Psicología y la Pedagogía, se sabe que el aprendizaje
ocurre por simpatía e imitación. Es decir: primero, a nivel emocional no
racional; de modo que usted atiende a o se fija en, quien le gusta; se arriesga
por o sigue a: quien ama o admira ¡Incluso, a veces, no comprendiendo bien
por qué y otras sospechando o sabiendo a la perfección, que está equivocado!
Esto ocurre con independencia de las jerarquías: un niño no imita a su padre
porque es su padre, sino porque lo quiere (y vale la anfibología), si su padre le
tratara mal o no le prestara atención, imitará al tío, al vecino, a su maestro o a
otro muchacho mayor, tan solo porque le preste afecto.
La imitación es consecuencia de la simpatía, de ahí la limitación de la palabra
escrita, la cual nunca dejará de ser una representación, una instantánea del
pensamiento de alguien, un fotograma, y nunca podremos imitar a una
fotografía sin riesgo de quedar detenidos.
Con todo esto, tenemos que existe el peligro inminente de que el oficio de
autor de libros o sea: el dominio de la ejecución verbal, del malabarismo con
las palabras, de la exposición de una erudición aplastante o el reconocimiento
con que ha sido investido por la Crítica, las instituciones, la popularidad y
hasta por la Historia, nos haga imitar a alguien quien, en rigor, habla, como si
supiera, de asuntos que no conoce con exactitud; a alguien que posee ciertos
conocimientos pero que no los comprende.
No quiere esto decir que siempre sea así, sino que existe ese peligro.
¿Para qué se lee y para qué se escribe? Sería irrelevante tratar de imponer un
orden a estas interrogantes pues tienen una imbricación íntima semejante a
tratar de responder quién nació primero: el huevo o la gallina. Para
responderlas habría que contestar, antes, otra pregunta: ¿Quiénes somos? e
intentar una respuesta que implicaría: conocernos a nosotros mismos, algo que
casi todo el mundo, incluso los que cuelgan títulos académicos en las salas de
sus casas o en sus oficinas, tienen por descontado que conocen de sobra. No
obstante, tan sólo esto, implicaría un esfuerzo intelectual inconmensurable,
pues un poco de atención sobre el tema nos llevaría a descubrir que sabemos
muy poco de nosotros mismos y de cómo funcionamos, por ejemplo, en lo
emocional.
Pero, antes de hacer algunos señalamientos con respecto a esto, quiero
plantear cuáles son los objetivos y funciones de la Literatura a que hago
referencia porque son los que me interesan y no porque dejen de existir otros
quizás más importantes, en el panorama histórico-social de la humanidad.
Marx dijo; la religión es el opio de los pueblos. Hubiera sido más válido decir,
digo yo: las Artes son... Pero lo que planteamos aquí no implica un sentido
peyorativo, sino realista. Las Artes, en general, y la Literatura, que es lo que
analizamos en particular, crean y recrean un mundo irreal semejante al efecto
de ciertas drogas: una realidad ficticia paralela a lo que se tiene por realidad
real. Y ahora planteamos el error:
Si bien es cierto que la humanidad necesita ese escape, el que por lo regular
recibe, procede de la literatura, puede no ser auténtico siempre porque no
proviene del mundo interior de la mayoría de los autores, aunque se afirme lo
contrario. Tales autores llaman mundo interior a su imaginación, cuando la
imaginación no es más que un complemento de aquél.
Voy ir más lejos, adonde reside el verdadero meollo del asunto: la humanidad,
las personas, lectores y autores incluidos, creen vivir una realidad que no es
tal. Viven una realidad ficticia, ilusoria, virtual, falsa. Argumentar sobre esto
para constatar su veracidad es tema aparte que abordo, de forma un tanto
dispersa, en otros capítulos de este libro pero, a fin de terminar la idea,
podemos concluir diciendo que atrapar la realidad real es lo esencial y a partir
de entonces es que podríamos comenzar a hablar de literatura. Pero no es el
caso.
Lo real que está sucediendo es que consumimos o producimos una literatura
que coadyuva a que permanezcamos sumidos en el sueño de soñar que
estamos despiertos. Tal literatura, (Como en la informática computacional)
funciona como un programa que se instala en nuestras mentes para lograr el
efecto de perpetuar el sueño colectivo de creer que existe una realidad de la
cual escapar, cuando lo que hay que hacer es escapar del espejismo en que
vivimos y recobrar la verdadera realidad; lo que, por supuesto, es otro asunto
posterior, de momento lo necesario es comprender la situación.
Debido a este llamado sueño colectivo, vemos a muchos autores y lectores en
lo que ha dado en llamarse una búsqueda de novedosos temas, formas o
valores sobre los cuales escribir o leer.
Retomo el tema de ¿Para qué se lee y para qué se escribe? Teniendo en cuenta,
claro está, que no ahondaré, en este apartado, en la búsqueda de quiénes
somos: la gente lee por tres cosas: para aprender, por placer o por la
combinación de ambas. Dedicaremos atención a las dos primeras pues la
tercera depende de éstas.
La gente que escribe, también, lo hace por lo mismo, de modo que así se
establece el vínculo y, unos y otros, tendrán sus necesidades existenciales
cubiertas. Pero los que escriben, lo hacen, también, por otras causas, además:
afán de reconocimiento, alcanzar la inmortalidad, trascender, querer ser
importantes, ganar dinero… y esta añadidura introduce una variante peligrosa
para el resto; para el resto de los que también escriben por el aquello de las
posibles influencias y, por supuesto, de forma principal, para los lectores.
Ahora, el lector que busca aprender algo, confía en la autoridad, en la cantidad
y calidad de información del autor pero: ¿Qué tal si el autor es, además de
erudito alguien ruin, un pusilánime, un infame, un engreído, un inmoral? Pero
lo peor: ¿Qué tal si después de haber devorado, usted, decenas de libros y
consumido en consecuencia decenas de horas de vida, descubre que: ¡Sí! ha
logrado aprender algo o ya sabe mucho, pero su existencia ¡La suya de usted!
resulta desagradable, vacía y llena de contratiempos interpersonales, los cuales
continúa sin resolver con eficacia? De modo que, usted, ha leído muchísimos
temas interesantes y curiosos; y, usted, ha disfrutado durante el proceso, pero
descubre que ha convertido su mente en un reservorio de información que no
sirve para nada útil pues, usted, no se ha convertido en mejor persona de la
que era antes.
Con esto nos damos de golpe y porrazo (para emplear un término llamado
lugar común por los especialistas, pero que describe muy bien la situación)
con el hecho de que, tanto el escritor como el lector, en primera instancia,
deben encauzar su necesidad comunicativa en pos de cierto conocimiento. Un
conocimiento que de veras sirva para configurar sus criterios sobre sí y que, de
paso, le movilice desde el interior para remodelarse, quiero decir con esto:
ponerlo en práctica.
De esta suerte, nos encontramos con potenciales magníficos escritores o
escritores talentosos con dominio del idioma, pero que no dicen nada o lo que
dicen sirve sólo para trasladarnos sus dolores, sus mezquindades, en algunos
casos su ruindad y en los mayores, sus resentimientos o sus incapacidades para
interpretar la realidad que creen vivir, con lo que convierten, con la mejor
intención del mundo, nuestras vidas en el basurero de las de ellos. Y no me
parece ni justo, ni sano. Creo que algo de la dignidad humana está siendo, sin
culpa, bastante lacerado.
Por otra parte, asistimos también al hecho de que, a la vez, se aprecia un
interés particular por la forma, por la presentación del decir, por el diseño del
envase, como si esto fuera el todo de hacer literatura y, si acaso lo es, abogo:
no por desdeñar tal actitud, sino por trasladar un buen por ciento, de este
interés, hacia lo que echamos dentro.
A esta altura de las circunstancias, podemos darnos cuenta, digo yo, que
estamos ante la necesidad de un conocimiento trascendental, tanto para
lectores, como para autores; tanto para productores, como para consumidores
de literatura.
Digo que el problema fundamental es que no existe una cantidad suficiente de
personas de emociones sanas, de personas equilibradas, de personas felices
haciendo literatura.
Por lo general, tanto quienes escriben como los que leen, somos personas
sensibles, inconformes, un tanto neurasténicas y hasta neuróticas. Es necesario
advertir que pretendo presentar un informe real de la situación y para nada mis
aseveraciones incluyen, al denominar ciertos estados, un ánimo peyorativo,
despectivo ni mucho menos, pues describo estados que, en lo personal, he
transitado o transitan o transitaron otras personas quienes hoy están cubiertas
de gloria y cuyas vidas son de dominio público. Con todo esto, quiero llamar
la atención sobre la necesidad de corregir nuestra orientación hacia la
responsabilidad de escribir y al peligro de leer.
Quizás, la cierta importancia de la palabra escrita sea convertirnos en ella. Ser
las palabras, porque somos aquello que creemos. Pero no todas aquellas que
terminan siendo impresas, sino las que sirvan para dejar de ser simples Homo
sapiens (HS) de la gran manada y convertirnos en seres humanos (SH) que tan
poco abundan y que la dignidad humana necesita y reclama.
7 ESTADO, CONSIDERADO
NORMAL, DE LA PSICOLOGÍA
HUMANA

No me queda otro remedio que repetirme y es algo que lamento, pero este
tema es como mi estribillo. Lo creo necesario, a fin de poder presentar una
idea general de la situación en que nos encontramos todos aquellos que, de
alguna manera y en algún momento de nuestras vidas, hemos comenzado a
tener una alta consideración de nosotros mismos (nada que ver con lo que se
llama autoestima), bien sea por el hecho de que apreciamos la lectura, nos
recreamos en conversaciones llamadas inteligentes, leemos libros de autores
que otros desconocen o porque escuchamos música llamada culta. Tal
situación psicológica es la misma que compartimos con el resto de la mayoría
de la humanidad y en este sentido y en otros, es algo que resulta un tanto triste
para nuestra excesiva arrogancia, al creernos mejores personas de las que
somos.
Voy a explicar un poco el título de este apartado porque puede parecer un tanto
impreciso o ambiguo este sector humano de mi atención. Creo no sea difícil
seguirme si establezco tres grupos para diferenciar a la humanidad: uno al cual
llamo anormal por defecto en el que incluyo a personas sin intereses
intelectuales; bien por incapacidad (de cualquier tipo) para leer, comentar
sobre lecturas de cualquier tema u orientación, o bien por simple desinterés, ya
sea estable debido a discapacidad física o enfermedad crónica, etcétera o
transitorio, debido a analfabetismo, aislamiento, etcétera. Otro grupo que
llamaré anormal por exceso, donde circunscribo a aquellas personas que
puedan ser consideradas de emociones sanas, realizadas y que, para mi cuenta,
no suman muchas y, al final, el grupo al cual me refiero y que llamo, las
consideradas normales por la psicología.
Ahora bien, estas personas normales ¿quiénes son y qué características tienen?
Bien, estas personas son lo que estoy considerando la humanidad en mayoría,
las que en cualquier ciudad del mundo atestan los ómnibus en las mañanas
para ir al trabajo, las que asisten a conciertos, las mismas que combaten en las
guerras creadas por los dirigentes de sus gobiernos, las mismas que critican a
los dirigentes de sus gobiernos por crear guerras o sea: usted, yo y todos los
otros de cualquier parte del mundo, quienes se nos parezcan por la pretensión
de querer llegar a ser personas mejores que las que fuimos ayer y, aunque sea
un poco, ansiar algunas comodidades materiales ¡Siempre de más! de ser
posible ¡para mañana! Pero no sólo nosotros, quienes aspiramos a ser, forman
este grupo sino, también, quienes ya creen serlo; tales como los dirigentes de
nuestros gobiernos (de todos los gobiernos) y, también, toda persona
significativa, calificada, acreditada, nombrada, renombrada, prestigiosa,
famosa, importante y principal.
El estado psicológico de este enorme grupo, al cual la psicología académica
considera personas normales, digo que tiene muy poco (para no ser tachado de
excesivo al decir: ningún) contacto con la realidad.
Somos personas enajenadas, alienadas, debido a ese escaso acercamiento e
intento argumentar lo que afirmo; pues, si alguien ha leído hasta este punto,
debe pensar que el único alienado, aquí, sea yo.
Buena parte de la raíz de casi todos los tales conflictos que aquejan a la
humanidad, es que no sabemos nada de nada y nos comportamos como si
supiéramos. Ya lo he comentado en otros de mis textos; vivimos inmersos en
la mentira, en el error y en el fraude; de forma tal que no podemos vivir sin
tales, mentimos a diario, queriendo y sin querer porque esa es la naturaleza de
nuestro entorno cultural histórico y psicológico. Vivimos en la pantalla y en el
figurao, en aparentar, tan solo porque no estamos seguros de nada y todo lo
que hacemos es buscar seguridad en la actividad motora y en el parloteo.
Vivimos actuando un papel que ni siquiera conocemos a derechas.
No estamos conformes con nada, de modo que el flaco quiere engordar, los
gordos quieren ser flacos, los bajitos altos, los altos algo más medianos, los
solteros quieren casarse y los casados se la pasan añorando el celibato;
mientras trabajamos pensamos en las vacaciones luego, bajo una sombrilla en
la playa, nos la pasamos cavilando sobre la oficina; las feas quieren ser
bonitas; las bonitas, felices y, ese es, poco más o menos, el tema: la
inconformidad.
Así, nos la pasamos viviendo en dos lugares que no existen: o bien estamos en
el pasado, culpándonos o quejándonos por algo que ocurrió hace mucho
tiempo y que ya pasó, o rememorando un evento agradable que quizás no se
repita más; o, por otra parte, nos la pasamos preocupados por el futuro,
esperando que nuestra vida mejore, en un tiempo que todavía no está aquí. El
asunto es que, mientras tanto, nos perdemos el presente, el cual es el único
sitio real donde, todo el tiempo, ocurren las causas de las situaciones que
terminan sucediéndonos.
Y claro, si no estás conforme contigo no podrás, de ninguna forma, estar de
acuerdo con los demás; nunca podrás llegar a eso que buscas y nombras
felicidad porque, ni a derechas, tampoco sabes qué es; y os pongo ejemplos.
No sabemos ¡Ni hostias! sobre las palabras que usamos, sin embargo, creemos
que sí. Le decimos sinceridad a la expresión de nuestras emociones negativas,
decimos que amamos cuando lo que en realidad sufrimos es un fuerte deseo de
posesión, afán de conquista, urgencia sexual, necesidad de afecto o todo a la
vez.
Vivimos divididos: queremos una cosa u otra; nunca vemos la totalidad de
nada de nada... pero es que: tal como somos, no podemos; se necesita un
aprendizaje, pero ¿Dónde te enseñan a ser feliz? ¿Dónde te enseñan a vivir una
vida equilibrada y auténtica…? Toda la cultura te orienta a ser alguien en la
vida y, llegar a ser alguien en la vida, es algo que no ocurre ahora; pasas una
buena cantidad de años, los mejores de tu existencia, preparándote para llegar
a ser… es decir, para el futuro, como si ser alguien en la vida, fuera tener
colgado, en la sala, un diploma universitario y luego decir: soy un
profesional…Soy ingeniero… (En serio, no os parece poco). Las consultas de
los psicólogos de todo el mundo están llenas de profesionales, incluso de otros
psicólogos… así como de títulos de academias y universidades sobre cursos
vencidos de masterados, doctorados post-grados…
Sería preferible, parafraseando a Arjona, que hubiera menos profesionales y
más personas felices o, al menos, que las personas se esforzaran en aprender a
ser eficientes y de veras profesionales en la intercomunicación humana y,
luego, estudiar otra profesionalidad cualquiera.
Ese tal conocimiento para aprender a ser ¡existe! está en algún lugar, y es
responsabilidad de quien lee (y escribe) buscarlo para sí y difundirlo, porque
no hay otra cosa en el mundo que lo merezca más. Quiero recalcar esto,
repetirlo, volverlo a decir: ningún otro asunto en el mundo puede ser más
importante que tu felicidad.
CUALQUIER OTRO ASUNTO EN EL MUNDO PUEDE SER
IMPORTANTE,
PERO QUE, TÚ, SEAS FELIZ ¡LO ES MAAÁS!
Creo que esto debía estar escrito en todas las esquinas y que los padres se lo
enseñaran cada día a sus hijos y los maestros a sus alumnos, porque solo una
persona feliz puede aumentar la felicidad ajena. Sólo alguien feliz puede
enseñar a serlo. No se puede dar lo que no se tiene. Por eso me aterran los
poetas, los novelistas, cuentistas y escritores en general que se la pasan
escribiendo cuartillas de sufrimiento, de amargura, de sentimientos negativos,
de recelos, de teorías que no tienen que ver con que, usted o yo, podamos ser
mejores personas.
Vivimos en un mundo falso por tanto irreal. ¿Por qué? Porque es un mundo
basado en la mentira de creer que somos mejores de lo que somos.
Vivimos dando por cierto una serie de conceptos que son falsos y
atribuyéndonos cualidades que no tenemos; pero no sólo esto, sino cualidades
de las cuales no tenemos siquiera una idea clara de su real significado. Veamos
tan sólo algunos ejemplos graciosos, pero que dan medida de lo que estamos
tratando.
Todo el mundo sabe que las Islas Canarias deben su nombre a cierto animal
que abundaba allí en tiempos de su coloniaje, el tema es que muchos se
dejarían rebanar un brazo apostando a que tales animalitos eran canarios,
cuando en realidad eran perros (canis, del latín); otros aseguran que las cajas
negras de los aviones son negras; pero no, son color naranja fosforescente.
Todos creen que los famosos sombreros, llamados, de Panamá, son panameños
!pues no! se fabrican en Ecuador. Los pinceles llamados de pelo de camello se
fabrican con cerdas de pelo de ardilla. Se tiene por cierto que las rubias son
frívolas, que las morenas son ardientes, que los gordos son cobardes, que
quienes usan espejuelos son tímidos, que los negros tienen el pirolo grande y
que los chinos lo tienen pequeño... en fin.
Es lógico suponer que dado este estado de crisis conceptual para tener
patrones de referencia a fin de valorar y comparar las transacciones
interpersonales, es decir para poder medir la eficacia de nuestra existencia y la
de quienes nos rodean, es lógico suponer, repito, que dada esta situación de tal
cúmulo de errores valorativos, nada puede marchar bien, porque de esta
manera, lo que se supone bien para unos, va a depender siempre del
sufrimiento, en alguna medida, de otros.
¿Cómo podremos valorar la realidad sin tener un real acceso a ella? Nuestro
acceso es limitado. ¡Los paquetes de información que logramos obtener de la
realidad están incompletos y estoy hablando de los paquetes de información
que obtenemos de primera mano! ¡Ni qué decir de los que nos llegan
contaminados con los criterios de otras personas, de otras ideologías, de otras
culturas…!
Y así continuamos en el mundo pensando que amamos, que tenemos control,
que el mundo evoluciona, que Dios castiga a los malos o tenemos un gran
aprecio por aquellos que dicen sentir un gran amor por la humanidad,…
cuando, en fin, pasamos meses sin visitar a la familia o sin llamar o escribirle
a los amigos; cuando ni siquiera saludamos a los vecinos cercanos o nos
limitamos a un Buenos días, a secas para los compañeros de oficina. Se nos
estruja el corazón ante la pantalla de TV viendo las imágenes del África
hambrienta distante y nos sentimos complacidos por nuestro amor a la
humanidad, pero pasamos de largo todos los días ante la mano extendida del
mísero anciano, dos cuadras antes de llegar al trabajo.
8 FUNCIÓN SOCIAL DE LA
LITERATURA

Creo que una importante función de la literatura es, usando palabras de Eliseo
Diego, para dar testimonio; que luego enrumbe por vericuetos fantásticos,
surrealistas o de anticipación o que el autor termine enamorándose más del
malabarismo con las palabras, de trastocar los tiempos o de hacerse el
ingeniero jugando con la estructura textual, no deja de contener la intención de
advertir, señalar, sugerir, mostrar las secuencias de uno, o de varios sucesos de
interés necesario u oculto.
Las personas necesitan, y los lectores queremos, saber qué ocurrió o que puede
ocurrir, ya sea directamente o por medio de analogías, porque con saberlo
puede evitarse el cometer errores o cometerlos de nuevo y, ésa puede, sin ser
ni la primera ni la única, una función de la literatura con suficiencia.
Los escritores fueron o debían ser, digo yo, una suerte de profetas; es decir,
personas con una misión, con una tarea trascendente para ellos y para quienes
está destinado el mensaje que proclamen. Creo, también, que son parte del
mecanismo del cual la naturaleza se vale para estimular el desarrollo humano,
con todo y que tal sea un poco o bastante arriesgado, exagerado o romántico.
He decidido aceptar; sobre las ideas que sostienen que el desarrollo humano,
como toda evolución, es lento; que lo es mucho más debido a la ineficacia del
rol que juegan los escritores.
Quizás uno no esté, como se dice, vibrando en la cuerda de cierto escritor,
pero si es usted alguien sensible y el autor tiene un mínimo de talento, usted va
a recibir su influencia y va a ser para usted fuente de inspiración; de alguna
manera, usted, incorporará a su haber alguna idea, rasgo, tendencia, forma de
decir, etcétera, que es a lo que llamamos: influencias.
Ahora bien, si el escritor ha sido machucado por la vida y sus traumas no han
sido resueltos, si continúa atado al pasado sin emanciparse del sufrimiento por
sus heridas, el producto de su trabajo literario será lastimero, negativo y,
quizás, dado su talento, convierta nuestra vida en el basurero de la suya (de
él), convierta nuestra vida en el escenario donde continúan desarrollándose sus
penas (las deél) y, eso, no me parece bonito. Y no me lo parece para los demás,
tampoco para él, y aunque pueda creerlo inocente, su presunta inocencia no le
concede derecho para perjudicar a otros.
No estoy diciendo aquí que no pueda ser cantado, narrado o dicho que alguien
iba caminando y los malos le dieron una tunda, así como de regalo; ni que
alguien no pueda describir cuán despiadado sea acto semejante para que sirva
de denuncia ¡y si no sirve! Al menos para tratar de evitar que se repita; que
sirva, al menos, para que quienes lo lean repudien hechos parecidos y a
quienes los cometen. Lo que deploro es que vaya alguien a pasarse la vida
destilando tristeza, odio, hastío o todo a la vez; porque, una vez se cayó y no
sabía que era decisión suya elegir continuar tirado en el suelo o ponerse en pié,
sacudirse el polvo y seguir andando.
El escritor debe escribir para que dé testimonio, como dije de inicio, de cuanto
suceda que le parezca edificante, digamos bueno, ejemplar o bello (también,
puede ser devastador, malo, cotidiano o feo) pero que sirva para contribuir al
mejoramiento humano, luego ¡Claro! que escriba bien: con economía de
recursos, que suene bien, porque aunque sea para leer en silencio el texto debe
tener armonía, ritmo: musicalidad; escoger los sustantivos correctos, no abusar
de los adjetivos y todo eso que dicen los cursos de redacción y las preceptivas
literarias, luego con el entrenamiento del oficio se perfila el estilo, lo cual no
es más que la suma de las características de su personalidad, de su carácter,
determinadas a su vez por su experiencia de vida, por su historia personal,
todo lo cual lo hará usar ciertos giros o emplear ciertos errores o hasta ciertas
pesadeces, extravagancias o abusos en su redacción… pero que serán su sello
personal y, por demás, no harán daño.
En su interés por influir, perdurar, llamar la atención, ser útil o lo que sea… el
escritor lee, relee, estudia, se ejercita escribiendo, asiste a conferencias, se
reúne con otros escritores, etcétera para ser original, auténtico, genuino, tan
solo diferente a los demás escritores; quiere ser único y eso no está mal. No
niego que hacer todo esto, contribuya.
A lo que voy es a que el ser humano, por el simple hecho de ser: humano, ya
debía tener implícita toda la originalidad posible, al menos, como ser humano.
Lo que pasa es que, el ser humano, debido a la cultura, la educación, la
civilización, la urbanidad, las instituciones sociales, las religiones, el
desarrollo científico-técnico, se ha convertido en un ser estandarizado,
previsible, de conductas repetitivas, automáticas; que, en dos palabras, no sabe
construir su propia felicidad y alguien que no sabe para ser feliz el mismo, no
puede ayudar a otros a serlo, ni puede ser tampoco original en nada porque la
persona feliz, sana en lo emotivo, está fuera de cualquier estándar porque es
libre.
Para escribir con originalidad, usted, tiene que ser original. Para hacer una
literatura diferente, usted, no puede parecerse a nadie, pero no tiene que leerse
a todos para hallar las diferencias ¡Sea usted mismo! Y puede tener la
seguridad de que ya se diferenció de todo el mundo.
Me remito al título que, de inicio quise poner a este comentario, no se puede
dar lo que no se tiene. Ahora bien, ser diferente, libre, feliz, sano en lo
emocional, ¡Persona!, es el primer paso para ser todo lo demás, sólo que la
cultura nos propone ser cualquier cosa antes que eso y lo que pasa es que,
entonces, perdemos el rumbo porque no se puede ser escritor primero y
persona después o ingeniero primero y feliz después; en todo caso después lo
que va a ser es persona ineficiente o infeliz, no otra cosa. ¡Quizás pueda
intentar ser o hacer las dos cosas a la vez! Porque, ambas, son cosas que nunca
terminará de serlas o hacerlas en totalidad pero, sobre todo, porque aprender a
ser feliz, aprender a ser persona es a lo que menos esfuerzo le dedicamos en la
vida ¿por qué? porque no somos capaces de dudar que ya lo somos y si
creemos que ya lo somos ¿para qué ocuparnos de eso?
No estoy tratando de arreglar al mundo. No creo que todo el mundo pueda ser
feliz ni que todo el mundo porque hable, camine en dos patas, lea la prensa y
vea televisión, sea por eso persona; lo cierto es que la mayoría ni piensa en
eso. No siento animosidad ni menosprecio por esa parte de los que se nos
parecen, no les privo del derecho a ser como elijan, son ellos mismos quienes,
si acaso, se excluyen porque, como dije, ya creen ser seres humanos, mi
interés particular está dirigido a aquellos quienes ¡sí! sienten esta inquietud o
necesidad interna y a quienes extiendo, como ejemplo, lo siguiente.
Cuando, usted, llega a cualquier lugar y lo primero que dice es: Buenos días,
Buenas tardes o Buenas noches, según la hora o cuando usted recibe un
servicio, una gratificación, etcétera y dice: Gracias, usted, provoca una
sensación agradable, sobre su persona, en los demás.
Se entiende que las personas cultas, decentes, civilizadas, etcétera se
preocupen por enseñar a sus hijos este protocolo, que luego se repite con
mecanicidad y/o automatismo durante toda la vida, de forma que llega a
funcionar como un lubricante en las relaciones interpersonales; quedando
como algo que se enseña para quedar bien o porque es eso lo que se espera de
nosotros, porque ¡no está bien quedar descalificados! pero que, repito, luego
funciona como un automatismo que se establece ya sin ningún significado y el
cual sólo se advierte cuando falta.
Estoy seguro que todos, alguna vez, hemos sido testigos de la escena donde
alguien desconocido llega y, sin ofrecer el saludo inicial que establecen el
protocolo, la urbanidad y la etiqueta social, espeta su urgencia, su necesidad,
sin darse cuenta de que a esa, su entrada en la zona emocional donde se
cumplirán sus aspiraciones, le falta la contraseña, formada por aquellas
palabras mágicas que su apuro le hizo olvidar.
En realidad es grato que cualquiera, incluso un desconocido, nos desee Buenos
Días o cualquier otra cosa buena; o que nos agradezca, mediante el
consiguiente conjuro mágico, cualquier servicio prestado.
De modo que asistimos al encuentro con alguien quien, impelido por cierto
estado emocional, olvida, no toma en cuenta, obvia el saludo y pasa al asunto
de la visita sin más ni más y, con ello, produce que su interlocutor le marque la
falta, le llame la atención; la más de las veces en presencia de terceros (yo
diría sobre todo) porque esta es la forma no de corregir o bieneducar a quien
infringe el protocolo, sino de hacer notable las buenas maneras, la exquisita
corrección, la educación, de quien entonces habla.
Asistimos a algo deformante, pues la perspectiva de cuanto hacemos queda en
función del placer egotista (fíjese que no digo egoísta) de sentir que los otros
nos agradecen, nos saludan... Hacemos algo por el otro como un trabajo cuyo
esfuerzo debe pagarse ¡Al menos! con la expresión verbal del agradecimiento
o creemos que el hecho de que se nos solicite un servicio o se acceda al
entorno donde nos encontramos, implica se nos rinda el tributo de que nos
deseen, Buenos Días… ¡o lo que sea! (siempre que sea bueno), con carácter de
absoluta obligatoriedad como un decreto real máximo de extremo
cumplimiento.
A estas alturas quien este leyendo podrá pensar ¿y ¡Esto! qué tiene que ver con
la literatura? Y yo le respondería ¡Pues, para mí, mucho! Porque tiene que ver
con los escritores quienes son las personas que la producen y la consumen y,
sobre todo, porque ¡por ser personas! también, a diario, dicen y hacen, estas
cosas de dar gracias, no darlas y decir Buenos días, por las mañanas u obviarlo
con motivos y sin ellos.
Alguien, a mi modo de ver, quien se crea importante, según lo expuesto, no
está, desde lo ético, capacitado para andar manipulando los sutiles resortes del
alma humana. Tal sólo serviría para continuar fijando, trasladando,
difundiendo en los otros, en los demás, ¡en los lectores, sus ineficacias, sus
tragedias y su propio desconocimiento de la realidad; como si esto fuera la
realidad misma porque, en definitiva, esto es parte de lo que los demás, los
otros, los lectores, reciben sin merecer, de quien escribe como profesional.

9 NECESIDAD DE LA
EXISTENCIA DE LOS
LLAMADOS MALOS LIBROS Y
MALOS ESCRITORES

Por lo general, se habla de buena y mala literatura tal como se habla de buenos
y malos escritores, así como de bueno y malos… cualquier cosa. Tenemos esa
proclividad para contraponer calidades, para evaluar, enjuiciar y establecer
orden. No estoy en contra de que las personas comenten y expongan sus
gustos, incluso de que formen grupos que distingan sus preferencias; todo lo
cual puede ser útil desde el punto de vista pedagógico, para establecer
clasificaciones y facilitar el estudio.
Tampoco pretendo determinar hasta dónde algo deja de ser bueno y comienza
a no serlo. Puede resultar interesante, pero no es mi motivación, en este caso.
Si fuera a ser preciso en la exposición de este trabajo, tendría que afirmar que
no considero adecuada la nomenclatura de bueno y malo, porque estos
vocablos introducen un matiz moralizante que compromete las
intencionalidades, tanto de la literatura como la de sus creadores lo cual, creo,
deja de corresponderse con la realidad. No obstante, decir bueno y malo
continúa resultando práctico en el habla común.
Más bien, mi intención, se dirige hacia lo que decidir hacer después de
colocados los cartelitos de identificación y, luego, ver como los juicios, las
etiquetas (que, repito, metodológicamente pueden estar muy bien para la
pedagogía, la investigación científica, etcétera) conspiran contra nuestra
correcta aprehensión de la realidad.
Me parece que, si la humanidad fuera un pastel y, para observarla, pudiéramos
realizarle un corte transversal, veríamos decenas de estratos, correspondientes
a distintos niveles de percepción mental, información, nivel cultural o
concepciones éticas, morales, de sensibilidad, emocionales, etcétera.
Si tal puede aceptarse, cosa a lo cual no veo objeción de peso, habría que
aceptar, también, que cada estrato, valga decir, cantidad de seres humanos en
cada nivel, estaría necesitando una literatura correspondiente y proporcional a
la calidad de su nivel y, asimismo, cada una estaría produciendo su literatura.
Cabe añadir que los creadores de literatura de cada estrato, por ser, como he
dicho, menos en individuos que la cantidad de quienes la consumen, tendrían
la facultad de estar un tanto por encima de sus lectores, vendrían a ser como
las yemas terminales por donde la humanidad crece, estimulando, despertando
y siendo como la levadura que excita el mejoramiento humano en cada nivel.
Los estratos, como todo lo que conocemos, son necesarios porque la
Naturaleza funciona como un todo y todo cumple un rol importante. Estoy
pensando en un ordenamiento cuántico.
A lo que quiero llegar, también, es a la idea general de que todo lo que viene a
manifestarse merece el derecho de existir, no sólo me refiero a la literatura
sino a toda manifestación creadora, investigativa, artística o lo que sea.
En la propia historia del arte y de la literatura, por supuesto, abundan los casos
de personas cuyas obras no fueron aceptadas, nada reconocidas, exhibidas,
publicadas, etcétera y que, más tarde, llegaron a ser redescubiertas y colocadas
en lugar merecido. De la misma forma, otros casos de individuos que, en sus
épocas, gozaron de fama, prestigio, difusión y fortuna por sus obras, para
luego acabar siendo borrados por la historia ¿Dejarían de jugar su papel en su
momento? Yo creo que no, así como; investigar en cuánto y en qué fue
provechosa para el linaje humano su labor, es una tarea pendiente, mediante lo
cual otros encontrarían medio de realizarse.
Por tanto, concluyo este articulito diciendo que los llamados malos escritores y
los llamados libros malos, merecen existir. Con todo, quienes a veces
llamamos malos escritores pueden ser potenciales buenos escritores pero en
proceso de formación y muchos malos libros, sus ejercicios, los cuales sea
probable que no clasifiquen ante un lector especializado, pero está muy feo
para la dignidad humana criticar por lo bajo, desdeñar, hacer burlitas, cortar
levas y toda esa maledicencia que se conoce que ocurre entre quienes ya han
logrado colocar un título en estantes de librerías, y que tiene lugar en el
mundillo farandulero de las editoriales, redacciones, las peñas, talleres,
tertulias, simposios, ferias, congresos, plenarias y comentarios de pasillos y
cafeterías literarias; eso no es más que la expresión de la negatividad de las
personas ¡no porque sean malas! sino porque siendo tal cual son: no pueden
evitarlo. Incluso, muchas veces, teniendo el chispazo de darse cuenta de que
tal negatividad (!La propia, no la de los aludidos!) compromete, también, el
propio decoro.
De este modo, digo, no existen malos escritores, sino personas que escriben
sobre asuntos que no nos interesan o cuya personalidad, carácter o forma de
proyectarse, no coincide con nuestra opinión de lo que consideramos correcto
o grato. Agrego: hay que ver en esta parte, una deficiencia en nosotros; al no
encontrarnos capacitados para estar en armonía con lo que ocurre a nuestro
alrededor. No es el entorno, ni los demás… sino nosotros, quienes no
logramos estar a gusto con la realidad que nos circunda, tal es un asunto de
apreciación y de autorrealización personal. También, la cantidad de
conocimientos, de datos que uno maneje o el nivel cultural de quien escribe,
puede ser origen de nuestro rechazo; pero, también, tal es una incorrección de
nuestra perspectiva emotiva, pues si bien es cierto que a mayor caudal de
información se podría tener más posibilidades para relacionar datos y, como se
dice, computar a más alto nivel, la inteligencia y la capacidad de análisis, la
agudeza de criterios, etcétera, no son elementos definitorios ya que la
inteligencia, en propiedad, puede llegar a alturas geniales, considerando temas
complejos, procesando datos sencillos; ningún caso puede ser más elocuente
que el de Jesús refiriéndose a la problemática existencial del ser humano (la
cual continúa, después de dos mil años, siendo, en lo básico, la misma: buscar
comida, lugar donde pasar la noche, buscar con quien tener sexo, etcétera…)
mientras hablaba de los lirios del campo, la luz de las lámparas y la naturaleza
de los frutos y de los árboles que los brindan.
De todo esto resulta que sea necesario, primero, mejorar nuestra perspectiva
sobre la observación de la realidad o sea sobre las ideas que tenemos acerca de
ella o, al menos, replantearnos de nuevo todo lo que hemos tomado como
correcto hasta ahora, porque corremos el riesgo que se cumpla en nosotros
aquel dicho de Pablo de Tarso: no hago el bien que quiero sino el mal que no
quiero hago.

10 ACERCA DEL MAL


Uno de los presupuestos más atrevidos y, para mí, más atractivos de la Física
Cuántica, es aquel que expresa que la realidad depende del observador; algo
así como que lo entendido como contexto objetivo no existe, mientras tanto no
haya una consciencia que en él repare. Atisbo similar, ya había intuido
Berkeley, en los años de 1700, mucho antes de ser probado mediante un
ensayo experimental conocido como de las dos ranuras, el cual, no pretendo
describir en detalles, pues se apartaría del contexto literario donde procuro
opinar, pero que, tampoco, puedo dejar de describir a fin de argumentar, con
cierta precisión científica, lo que más adelante digo.
Imagine, usted, una fuente de luz que se proyecta contra una placa opaca pero,
antes, tiene el obstáculo de una pantalla igual de opaca, pero con dos ranuras
paralelas. Entonces, poniendo en marcha el experimento de la doble ranura, las
bandas de interferencia producidas por los fotones en la placa opaca, al pasar
entre las ranuras, revelan, con evidencia, la naturaleza ondulatoria de la luz.
Sin embargo, si la pantalla opaca contra la cual se proyecta el haz de luz, es
sustituida por una placa fotográfica, cada fotón que incide en ella deja sólo un
punto donde hizo impacto, lo cual revela que el fotón posee una cualidad que
lo asemeja a una partícula. ¿Qué pasaría si pudiéramos dejar pasar solo un
fotón por vez en lugar del haz? Bien, esto se logró y cada fotón dejaba una
marca en la placa fotográfica, mostrando su identidad como partícula, pero a
medida que iban pasando más y más fotones, los impactos en la placa
fotográfica, dibujaban el patrón de interferencia de ondas; es decir, cada fotón,
que se dirigía hacia la doble ranura elegía un camino diferente. Si de repente,
se tapa una ranura, a la sazón, el patrón de interferencia deja de producirse.
¿Cómo sabe, éste o aquél fotón, cuándo la segunda ranura está descubierta y
cuándo no? Si cada fotón pasa por una sola ranura, ¿cómo conoce la situación
en que se encuentra la otra y, por lo tanto, el tipo de figura que debe
construirse en la placa fotográfica? La respuesta que da la física cuántica es
asombrosa, profunda y rara, diría yo. Dice que cada fotón, de alguna manera,
pasa por ambas ranuras ¡al mismo tiempo! Y, en consecuencia, es portador de
alguna suerte de conocimiento sobre la situación en que están ambas ranuras,
para incidir en la placa fotográfica ya como onda, ya como partícula. En otras
palabras: que si quien realiza el experimento tapa o deja abierta una ranura
cuando hay dos, modifica el comportamiento de los fotones y, por tanto, el
resultado del ensayo, es decir: lo que va a ocurrir, es decir: la realidad.
Valiéndonos del símil de este procedimiento, diremos que su concepción (la de
Berkeley) es parecida a la de la física actual, la cual reduce la materia a ondas,
a vibraciones, aunque continúe admitiendo la realidad del mundo exterior.
El mal, digo, se entiende como lo entendemos, porque, como observadores, lo
hemos decidido o, por pereza intelectual, hemos admitido la creencia de su tal
existir, impuesta por la cultura; quiero decir por tradición, costumbre y/o
folklore, quedando sostenida por estas categorías en el imaginario popular y en
nuestro mundo emocional interno como un virus, el cual no tiene vida propia
para reproducirse y se vale para ello de toda una amplia serie de figuras
idílicas, fantásticas, metafóricas y de artificio que llegan a sernos familiares,
cotidianas y que, gracias a las artes en general, nos refuerzan la opinión de su
existencia; me estoy refiriendo a brujas, fantasmas, monstruos, ogros, sátiros,
demonios, vampiros, seguido de un largo etcétera.
El concepto de validar el mal, como algo real, con un sustrato negativo de
cierta corporeidad, de cierta realidad real; viene de una mala apreciación de la
realidad misma.
Observemos la realidad que nos rodea y sigamos el orden lógico.
El frio y el calor. No existe el frío. Es el frio, ausencia de calor.
Lo que mide el termómetro es: más o menos calor. Es el calor lo que existe.
Tal es así, que llega el momento en que no puede, usted, quitar más calor y
llega a lo que se conoce como cero absoluto que, para abundar y como
curiosidad, se halla en los menos 273,15 grados centígrados y se
considera ideal e inalcanzable.
Así sucede con todo lo demás.
La luz y la oscuridad. Esta última, tampoco existe. La oscuridad es ausencia de
luz, por tanto y, de más, depende la oscuridad de la mayor o menor cantidad de
luz; es la luz la que tiene existencia real, es su déficit lo que define a lo, más o
menos, oscuro.
Tal, como entre la vida y la muerte; es la vida lo que cuenta, lo que define y es
sustancial; y, el mal, no tiene consistencia real porque es ausencia de bien. Es
el bien lo que podemos contar.
A esta altura, podemos darnos cuenta que tales extremos (todos estos que
hemos ido tocando y, a los cuales, seguirían sumándose otros como la levedad
y el peso, la estaticidad y la velocidad, el silencio y el ruido…) no son más que
eso, los extremos de un todo formado, no por dos partes distintas, sino por dos
partes de lo mismo, Algo formado por algo positivo que existe y es medible y
que va mermando hasta llegar al extremo negativo donde se acaba. Tal como
una moneda tiene dos caras que pueden ser distintas y, a las cuales ni siquiera
puede verlas a la vez, primero, una luego otra, pero ambas hacen que la
moneda exista.
Así es, de sencillo, el mal.
Una parte necesaria para que la realidad exista. Una parte que la forma y con
la que tenemos que lidiar nos guste o no, queramos o no, porque es inevitable
y trascendente ¡Tanto! Que es lo que le da valor al bien, el mal es el telón de
fondo para el contraste.
No estoy escribiendo una apología sobre el mal. Intento comprenderlo y
compartir mi observación.
Creo que es común en todos los idiomas la, para mí, triste frase: la humanidad
es mala, pero como el español es mi lengua y es en la cual la he escuchado
mucho, me refiero a ella. Quizás, quien me lea no esté de acuerdo con la frase,
yo tampoco, pero si echamos mano a los diarios y revistas así como a los
noticiarios de radio y TV del mundo, no es sorpresa ver la extraordinaria
cantidad de información sobre chismes, maledicencia, violaciones, calumnias,
boicots, fraudes, estafas, robos, asesinatos, ilegalidades, guerras, traiciones,
etcétera, que parecería dar credibilidad a tal frase.
Por otra parte, no es asombro conocer que aumenta la cantidad de personas,
sobre todo jóvenes, que caen en el alcoholismo, las drogas, así como otros
sufren de trastornos psicológicos y, otros tantos, enferman de patologías
psiquiátricas o se suicidan… Si la humanidad fuera mala, no sucedería tal.
Serían malos, practicarían el mal unos con otros y estarían como los peces en
el agua, pero no. La humanidad, las personas, son, en lo básico, buenas y si
por circunstancias de desconocimiento de su propia esencia se comportan
distinto a esa bondad interna, su naturaleza se rebela y enferman por no
soportarse a sí mismos y hasta se autodestruyen.
Creo que afianzar, difundir y contribuir de cualquier manera, con cualquier
forma de creencia que proclame y dé cabida a la idea de que el mal existe
como tal, de que sus figuras de representación artística puedan tener alguna
capacidad dañina contra las personas o tienda a motivar o exacerbar las
emociones de las personas con tales motivaciones, puede ser algo que se
juzgue válido como desarrollo cultural, intelectual, etcétera, etcétera y no
tengo nada en contra, ya dije que el mal es una parte importante de la realidad
y para que esa parte exista, alguien debe promoverla y siempre habrá quien lo
haga.
En lo personal, reconozco el derecho, de quienes así lo consideran, a
proclamar aquello en lo que creen. Nada en contra, pero yo digo, con firmeza,
que el mal, en sí mismo, no es más que el ultraje del bien y que, si el
menoscabo del bien existe, no es para otra que para que resplandezca, el bien,
más aún.
De modo que, como observador, sé que puedo afectar la realidad eligiendo lo
que creer sobre ella. Usted, también, puede.

11 ¿NECESITAN LAS IDEAS SER


DEFENDIDAS?

Alguien, digo yo, quien decida dedicarse a escribir, debe preguntarse en algún
momento:–¿Por qué escribo? Porque no es la misma proyección la de quien
escribe por una cosa que la de quien lo hace por otra; pero si su respuesta es
que escribe porque tiene algo que decir, porque ha encontrado algo que le
parece cierto o algo que le parece dudoso y cree que los demás no se han dado
cuenta y el caso es que siente necesidad de comunicar su criterio, debe tener
en cuenta que, recién, comienza a hacer vida pública.
Vida pública no solo es darse a conocer como alguien que tiene ideas que
comunicar; que algunas personas, quizás muchas, lo conozcan, lo escuchen o
compren sus libros; sino que una cantidad de personas similar no esté de
acuerdo con su criterio y que no sólo crean que está equivocado sino que estén
convencidos de ello. Tener vida pública es tener detractores, personas a quien
uno, sin proponérselo, va a resultarles odioso, antipático y pedante.
Y uno podrá preguntarse pero ¿Por qué? Pues la razón es sencilla, tales
personas se sentirán agredidas, sentirán que las razones que otro exponga ¡si
no son las que ellos consideran correctas, buenas, bellas, necesarias! Han sido
expuestas, dichas o escritas, para atacar a las ideas que les gustan. De alguna
manera ellos sentirán a sus ideas (las de ellos) como una parte de sí, se
identificarán con las ideas y cualquier comentario, palabra, juicio, etcétera que
critique, evalúe, reproche o establezca comparaciones o realice valoraciones,
será considerado ataque y, de inmediato, se sentirán comprometidos a
defender, a ultranza, a sus ideas, de ellos.
Pero todo no es más que miedo, viene de creer que nos atacan.
Todos arrastramos las primeras impresiones de la niñez; de sentirnos, vamos a
decir, seres de cincuenta centímetros, a quienes hay que vestir, darles la
comida, llevarlos de la mano… a quienes ¡todo el tiempo! se le dan órdenes a
gritos: ¡No toques eso! ¡Bájate de ahí! ¡No corras! En resumen, que somos
seres que estamos marcados con la misma impresión de acceso a la existencia:
ser seres desvalidos, que todo lo hacemos mal.
Todo esto, apoyado por el natural instinto de conservación animal, no hace
otra cosa que reforzar el miedo, ante un mundo desconocido lleno de peligros.
Tememos el ataque y tememos, además, porque desde el interior nos
recordamos débiles, nos sentimos pequeños. En cada uno de nosotros vive, un
niño asustado.
Y si atacamos a quien creemos que nos ataca, es porque también le hemos
trasladado a las ideas que sustentamos la debilidad psicológica que sentimos.
Las ideas, sin embargo, no son ni débiles ni fuertes, somos quienes le damos
esos valores.
Tampoco hay que tener miedo de las ideas ajenas. Si, usted, riposta; ataca a
quien cree que le ataca; es, usted, quien hace débil a sus propias ideas, las de
usted. Si, usted, cree en sus ideas y le parecen buenas ¡olvídese de Lola! No
critique, no comente y si cree que algo de eso debe hacer ¡hágalo en grande!
Escriba un libro, dedíquese a dar conferencias, forme una peña de amigos… y
si lo emprende con algún resultado, que no se le vaya la fama para la cabeza,
no crea que tiene a Dios agarrado por las barbas, porque no hay que defender a
las ideas, ellas se defienden solas y dado el caso de que haya que defender
algunas, será porque no son muy consistentes.

12 ¿TE CONSIDERAS UNA


PERSONA FELIZ?

En realidad, es raro encontrar personas interesadas en saber si otros son


felices. Lo general es encontrar a todo el mundo interesado en tratar de serlo;
también, aprecio que la mayoría lo intenta mal. Una interpretación sobre el
título de este capitulito, me hace pensar que quien pueda hacer semejante
pregunta no es feliz (sin que decir sea el caso) y pregunta, esgrimiendo el tema
como si fuera un termómetro, para ver cómo están los demás. De mis
observaciones, las cuales no creo que tengan mayor validez que para
orientarme a mismo, así como las de otros mucho más lúcidos (y no porque yo
lo diga) llego a la conclusión de que la mayoría de las personas no saben ni
jota, de qué jota están hablando; cuando hablan de felicidad. No podrían
definirla, la toman por otra cosa, en fin, que no tienen una idea clara acerca de
ella y cuando hacen alguna referencia al tema, repiten lo que han oído decir, lo
que leyeron alguna vez o han visto en una serie televisiva.
Quiero abundar sobre esto porque me parece importante. La mayoría de las
personas no saben que es la felicidad, no porque no sepan algo de ella sino
porque no saben nada de nada. Vivimos en un mundo falso (no me refiero a
Cuba sino al mundo en que vivimos) vivimos en un mundo irreal, equívoco,
virtual, erróneo, basado en suposiciones, en ambigüedades... (¿Qué? ¿Ya lo
dije?) y si vivimos en un mundo donde la mentira y la falsedad son el hábitat,
la normalidad ¿cómo va a saberse, en realidad ¿qué diablos es la felicidad?
Doy ejemplos: la gente cree con firmeza, discute y hasta hace apuestas sobre
cosas que no son ciertas, se dice que los jabaos son malos ¡Hasta en los
gallos!; se afirma que los pinceles de pelo de camello son de pelo de camello;
la gente cree que la humanidad evoluciona, ¡Cuántos disparates! El humano
moderno continúa con los mismos problemas vitales del hombre de las
cavernas: buscar techo, pareja, agua y comida; afrontar las penas de
enfermarse y volverse viejo, perder seres queridos y objetos que estima. El
hombre continúa resolviendo sus problemas vitales igual que el Trucutú de la
edad de piedra: por medio de la violencia y la magia; da lo mismo, por poner
un ejemplo, consultar un babalow que ir al psicólogo. Que todo esto es
discutible, ¡Ah, por supuesto que sí!
Pero si les interesa leer más sobre estas bobadas ¡Atentos! a mis próximos
artículos sobre estos temas, en especial sobre todo este embrollo de tratar de
ser una persona eficiente para sí y para los demás.

13 ¿QUIÉNES SOMOS?

Parece tonto presentar un análisis acerca de quién es el ser humano porque, al


fin y al cabo, la mayoría de las personas viven en la seguridad de saber muy
bien qué son y viven en la convicción de serlo y así puede parecer que están en
la verdad.
Pero si nos detenemos en los criterios en los cuales descansa la definición de
lo que el ser humano Es, vemos que se sustentan en errores. Intentemos,
entonces, llegar a lo que Es, partiendo de lo que No Es.
Creemos que somos: el cuerpo; por ello ponemos particular énfasis en vestirlo,
adornarlo con joyas, alimentarlo con los mejores manjares, fortalecerlo con
ejercicios, cuidarlo de accidentes que lo dañen y llevarlo a reparar cuando
tiene algún mal funcionamiento; es por ello que el deterioro que la vejez
produce en el cuerpo sea motivo de sufrimiento pues el humano se enfrenta a
un proceso destructivo de lo que cree que Es.
Pero si repasamos estos datos, encontramos que el cuerpo no se viste a sí
mismo, no se alimenta a sí mismo; si no que es Uno quien lo atiende en esas
actividades, de modo que, el cuerpo, viene a ser el lugar donde vive lo que
Uno Es. Uno, entonces, no es el cuerpo.
Quizás, lo que Uno Es sea la energía que mueve al cuerpo. Analicemos esto.
¿Qué es lo que nos lleva o no nos lleva de un lugar a otro? Si a tres cuadras
están exhibiendo un filme de mi interés, me dirijo hacia el cine, si en camino
me informan que demasiadas personas aguardan en cola para entrar y dada la
hora con dificultad pueda alcanzar verla, regreso. Entonces, la posibilidad de
pasar horas en fila y al final no poder ver la película, es desagradable. De
modo que lo atractivo me hará sentir bien, satisfecho, alegre y lo opuesto me
irritará, me aburrirá, me hará sentir mal, o sea, que mis emociones se
presentan como aquello que mueve a mi cuerpo. Así, mis emociones no son
tampoco lo que Soy, sino que mis emociones son estados en los cuales puede
estar lo que Soy; mis emociones son como el clima donde lo que soy, puede
estar desde el interior incómodo o de forma placentera; haya, o no,
movimiento corporal. Cuando me movilizo hacia el cine con la esperanza del
ver un buen filme, durante todo ese tiempo agradable de expectativa, lo que
Soy disfruta un clima seductor.
De tal modo, si no soy mi cuerpo ni mis emociones ¿Qué soy? Si retrocedes
unas líneas verás que; aquello que hace agradable o desagradable a mis
emociones, movilizando o deteniendo a mi cuerpo; son mis ideas. Mis ideas
acerca de la posibilidad de ver un filme me prometen un efecto de bonanza; un
tiempo aburrido en la cola del cine y la posibilidad de no poder lograr ver la
película, son ideas que producen una emoción desagradable que se traduce en
un regreso a casa. El proceso es el siguiente primero, impresión; segundo,
idea; tercero, emoción y cuarto, respuesta activa. Es decir, que las emociones
dependen de las ideas, pero resulta que ¡tampoco! somos nuestras ideas.
Nuestras ideas concluyen en ser recursos de los cuales podríamos valernos
para tener emociones que muevan a nuestro cuerpo hacia los objetos de
nuestra atención.
Lo que somos, debía tener el control de nuestras ideas, emociones y acciones.
Debía generar, desde dentro, nuestros propósitos, y si tuviéramos que darle un
nombre común, tendríamos que identificarlo con: la Voluntad.
Lo que el ser humano es, en su aspecto más elemental, debía ser su voluntad.
Digo debía porque si continuamos observando la proyección de las personas,
vemos que la mayoría de las personas llaman voluntad a sus deseos más o
menos fuertes, a cualquier propósito más o menos constante, pero eso que se
llama voluntad no es ni firme ni único, pues hoy quiere una cosa y mañana la
olvida para querer otra o bien las quiere las dos a la vez.
Pero en esto no queda el asunto. Las personas, en lo interno, no piensan ideas
para tener emociones que muevan sus cuerpos. Sino que sus cuerpos reciben
impresiones externas por medio de los sentidos y estas impresiones producen
ideas acerca de ellas, por tanto, las emociones dependen del exterior y los
actos humanos se producen de forma automática, casi por accidente, para
llamarlo de algún modo próximo a la realidad. Las personas que conocemos y
quienes somos, no tenemos algo real interno que se proyecte hacia fuera. No
tenemos, pues, voluntad. Pero vivimos convencidos de tenerla.
Si tuviéramos que trazar un esquema para mostrar el funcionamiento de una
respuesta humana a cualquier estímulo, quedaría resumido diciendo que
funcionamos así: De afuera hacia dentro. Desde este punto de vista los seres
humanos no son nada. Estamos vacíos. El ser humano ordinario se mueve, se
dirige y se orienta hacia algo bonito que brilla allá, hacia algo que suena acá.
Es como un carro loco. Sus acciones son producidas por la energía de las
emociones (a las que llamaremos caballo) y que tira de un carromato (el
cuerpo). El caballo ve un arbusto sabroso y, para comérselo, tira del carro (el
cuerpo); si le pasa cerca un automóvil veloz, se espanta, pudiendo dañarse a sí
mismo y al carro.
El ser humano va a lugares y experimenta emociones o piensa ideas en
dependencia de lo que ocurre fuera de sí mismo, es como la veleta que apunta
según sople el viento. Una persona común y corriente es un equipo cuyo
sistema pensante se conecta y se desconecta desde afuera, las impresiones que
afectan sus sentidos le hacen imaginar ideas. Estas ideas le producen
emociones y estas emociones lo detienen o lo mueven de un lugar a otro. Pero
dentro del aparato llamado una persona común y corriente no hay nadie
inteligente y/o responsable que lo opere. Si lo hubiera, no se dejaría tener
ideas que le produzcan emociones desagradables como la ira, el odio, la
tristeza, el miedo, etcétera. Una persona común y corriente es incapaz de tener
las ideas que necesita, y no digamos esto, tal persona no puede siquiera
detener el flujo incesante de su pensamiento.
No somos, en resumen, ni el cuerpo ni las emociones y sentimientos ni,
tampoco, el conjunto de nuestras ideas y pensamientos; porque el humano, tal
como lo conocemos, no existe en realidad. Para existir en realidad debe contar
con algo estable y capaz de controlar sus ideas; debe contar, para decirlo en
otros términos, con un cuerpo emocional y con un cuerpo mental. Pero aún si
tuviera cristalizados dichos cuerpos, tampoco se pudiera decir que tiene una
existencia real, pues tales cuerpos (el físico, el emocional y el mental) estarían
faltos de un centro de comando. Este centro de dirección y control lo
llamaremos voluntad y las antiguas escuelas esotéricas lo llamaban El Amo,
nombrándolo así, lo expongo en el siguiente esquema:



CUERPO DEFINICIÓN MÍSTICA NOMBRE ALEGÓRICO


FÍSICO...............................FÍSICA.............................CARRUAJE
EMOCIONAL.....................ASTRAL..............................CABALLO
MENTAL...........................MENTAL.............................COCHERO
VOLUNTAD......................DIVINA.................................EL AMO

Vuelvo a decir, entonces, que el humano ordinario y común, no existe. Aunque


pudiera existir. Apresar no lo que Es, sino lo que pudiera Ser, resulta un buen
tema para otro comentario, o mejor, para una reflexión personal.

14 OTRAS DEFINICIONES DE
LO QUE PODEMOS SER

Siempre, ante la poderosa presencia de la muerte, en los entierros y velorios,


uno oye decir: no somos nada. Se quiere significar con esta doble negación
nada menos que somos: NADA. Y aunque, muchas veces, quien lo dice no ha
hecho otra cosa que repetir, como un papagayo, unas palabras que no logra
comprender, porque las ha expresado de forma automática, más o menos por
aquello de ser una expresión común que se dice en tales circunstancias y que
se acostumbra a oír en ellas, resulta que quien la oye siente en lo interno que le
han dicho una de esas pocas grandes cosas que, en la vida, deben saberse en
algún momento. Otras, resulta que quien lo dice, lo expresa no como una
fórmula, no como una frase prefabricada, sino como la expresión vívida de un
descubrimiento trascendente y, lo comunica, en un acto de genuina
aproximación humana de servicio, para compartir su experiencia; sólo que,
quien o quienes lo escuchan, no logran captar todo el horror que hay en tal
verdad, quedando así, libres de la angustia de existir.
Pero, en ambos casos, la impresión horrible de estar a merced de algo
inevitable que pone en peligro la estabilidad y la cohesión física de nuestra
máquina humana, poniéndonos en un estado de inseguridad y desamparo total,
es pasajera. La vida misma se ocupa de hacernos olvidar eso; porque el
humano no puede soportar esa verdad por mucho tiempo.
No somos nada: intentemos aproximarnos a esa afirmación negativa y
asomarnos al borde del abismo. Tal decir se expresa, como hemos dicho desde
el inicio, en funerarias y cementerios, pero no se refiere al muerto. No se dice
que el cadáver no es nada, sino que quienes no somos nada somos nosotros,
los vivos.
Es un aviso. Se nos avisa que si nos sorprende la muerte siendo nada, concluye
toda posibilidad de ser Algo, alguna vez. Algo, que quizás pueda sobrevivir a
la muerte del organismo físico.
Pero esto se olvida. Si la gente pudiera establecerse en esta verdad y utilizar la
energía de la angustia que produce saber que no se es nada, para trabajar en ser
algo, tendría, entonces, la posibilidad de tener una existencia real.
La muchedumbre vive en la ilusión de ser algo. La mayoría cree que toma
decisiones, que tiene ideas propias, que hace cosas, que es dueña de sus
emociones. Una abrumadora cantidad de personas creen tener responsabilidad
de sus actos porque creen ser algo, siendo ese algo un Yo Permanente, que da
orientación y control, pero nada de eso es cierto. Lo cierto, la verdad, es
accesible a lo que Es, no a lo que no Es. La gente no puede siquiera decir la
verdad. Todos mentimos siempre, cuando mentimos y cuando queremos decir
la verdad, casi sin poder evitarlo. Intentemos ver por qué el humano
mayoritario tiene la ilusión de Ser, qué es lo que lo engaña haciéndolo creer
que Es.
La persona es un ente vacío, un hueco móvil con patas, en el cual penetran
ciertas influencias procedentes del mundo externo. Tal espacio hueco puede,
en el transcurso de la vida, irse llenando de datos, impresiones, informaciones
y convertirse en un receptáculo de conocimiento, pero tal no significa que se
haya edificado algo real en él, pues ha sido sólo un cambio de lugar de lo que
había fuera hacia dentro.
Para que se realice algo en el individuo, todo ese material debe ser procesado,
alterado, cambiado, mezclado, digerido. Esto es: pensar, pasar revista y
ordenar todo ese caudal de ideas, sacar algunas conclusiones propias y
proyectarse a partir de ellas, actividad a la cual va uno a demostrarse a sí
mismo, la real existencia en el mundo. Es un ejercicio con el cual uno va
edificando algo dentro, lo cual va siendo: el uno mismo mental.
Pero lo que ocurre en la mayoría de las personas no es eso. La generalidad
obtiene el material del mundo exterior pero no pasa revista, no ordena y
mucho menos llega a ninguna conclusión propia no pudiendo por tanto
proyectarse a partir de ellas y mucho menos demostrarse la existencia real en
el mundo, porque casi la totalidad carece de la capacidad de pensar, la mayoría
lo que hace es usar lo que otros han pensado y asumir que tal pensamiento ha
sido propio. De ahí que la actuación llevada a cabo tenga causas externas y es
una actuación automática que tiene que ver con lo que se espera que uno haga.
Toda la vida de un individuo tomado de la colectividad es una sucesión de
actos prefabricados, programados desde afuera. Lo que una persona hace, si
coincide con lo que se supone que haga, se dice que: está en buen camino, ha
acertado. Pero si no corresponde con lo que los demás creen que es correcto,
entonces: ha pecado, ha cometido un error.
Por tanto, a este nivel no puede comenzarse. Hay que ir más atrás. Hay que ir
a la causa misma del asunto. Hay que comenzar haciendo que el individuo se
convenza de su vacuidad, que comprenda su inexistencia. Pero no basta que lo
interprete con el intelecto, es necesario que lo sufra, que lo sienta de forma
emotiva, que lo acongoje la angustia del No Ser, pero además, que este sufrir
sea duradero, pues si se atormenta hoy y mañana lo olvida, es difícil que pueda
construir ninguna cosa en definitiva. Pero mientras alguien crea que es algo,
que hay algo en él, no hará nada por construirlo. De aquí que la vida de un ser
muestra, tomado del grupo, sea una continua búsqueda de aprobación, un
perenne rastreo tras el reconocimiento ajeno.
Un humano real, con un Yo permanente, tiene patrones propios y le importa un
comino lo que los otros piensen acerca de lo que él dice y de lo que hace. El
ser humano tal como es en su abrumadora mayoría, no es más que el proyecto
de lo que podría ser; por tanto, tal cual es no tiene una existencia real. Por
ejemplo: el plano de una casa es algo de una casa, pero no es una casa real,
existe como representación de una casa pero no como casa. Para que exista en
realidad la casa, es necesario construirla. Igual sucede con las personas.
Lo que, en realidad, hacen las religiones, las asociaciones, las corrientes
filosóficas, las tendencias moralistas y los proyectos políticos, etcétera, así
como todos los movimientos que han caído en la mecanicidad de las
instituciones con cuerpo legal; lo que hacen es mejorar el plano, reajustar el
diseño, ponerlo más bonito, más presentable, más claro, pero no lo convierten
en una cosa real y debe comprenderse que ser es: ser diferente.
Mientras alguien sea tal cual es, no existe en realidad y la gran masa de
personas que atesta los ómnibus por las mañanas para ir al trabajo, desde este
punto de vista, no son más que imágenes de lo que podrían ser, son simples
fantasmas que no tienen una realidad real. No son nada, no hay en ellos nada
firme, están vacíos.
El principio de un trabajo para ser algo, podría ser comenzar por cambiar
aquello que nos caracteriza de alguna forma. Alguien que es hablador se
tornará, al menos por un tiempo, silencioso. El respetuoso, se hará, al menos
por un tiempo, atrevido, descarado y así... el problema está en que el hablador
no se reconocerá como tal, apenas se le diga: Es usted un tipo que habla
demasiado, dirá: ¿Quién, yo? Es por ello que se necesita, al inicio, un maestro.
Por otra parte, alguien con un plano nada más no puede hacer mucho. Alguien
con un plano y con un fuerte deseo de construir, tampoco puede hacer mucho.
Es necesario que se asocie a otros con las mismas pretensiones pero así y todo
puede todavía hacer poco. Lo principal es que conozca a otra persona que ya
haya construido o por lo menos que sepa construir, que tenga cierta
experiencia como constructor. Sólo entonces hay posibilidades de lograr algo.
Pero mientras un prisionero se encuentre feliz en la cárcel, intentar liberarlo es
un acto criminal.
Hasta aquí se vislumbra más o menos claro que después de argumentar con
suficiencia, hasta agotar dudas sobre el no ser es que habría de delimitar qué
ser con toda nitidez, a fin de convertirlo en un propósito, y después de esto
buscar métodos, formas, modos de alcanzar el objetivo de Ser.
En algún lugar he escrito que no somos nada y que; algunos, no muchos;
tendríamos como misión existencial intentar ser algo. Construir en nosotros
algo que no hay o que sí, pero débil o insuficiente; por otra parte, he dicho,
también, en este o en otro de mis libros, que somos perfectos y que intentar
tratar de ser algo que no somos introduce en nuestras vidas el error de la
contradicción con nuestra naturaleza y, de hecho, todo esto suena a eso mismo:
contradicción. Lo que no se comprende suena raro, resulta contradictorio y esa
sospecha ante lo desconocido produce un sentimiento inmovilizante: miedo.
Pablo de Tarso escribió que las cosas que son de Dios son locura para el
hombre. Quizás porque es naturaleza de Dios poder ver todo en su real
dimensión y nosotros no es que suceda eso. La capacidad de analizar los
eventos de forma holística, formando parte de todo lo que existe, de
aprehender el valor de conciliar el Sí con el No de una forma complementaria,
donde uno es telón de fondo del otro cada uno necesidad existencia del otro,
nos hace parte de la armonía universal y sin entrar en cuestiones teológicas ni
tan siquiera filosóficas sino de una simplicidad de psicología práctica y de
humanismo natural nadie lo explicó más claro que Jesús cuando nos sugirió:
No juzguéis o cuando nos dijo: Mirad como Dios hace llover sobre justos y
pecadores.
De modo que cuando digo que no somos nada ¡es cierto! Y, a la vez, no lo es;
y cuando digo que debemos convertirnos en algo, ser algo que no somos
también es verdad, porque debemos volvernos conscientes para reconocer la
experiencia de ser nadie, del infinito vacío que somos y que nos otra cosa que
Dios mismo. De la misma forma intentar cambiar algo en nosotros es erróneo
porque ya somos perfectos ¡es cierto! pero cuando digo que no debemos poner
esfuerzo, intención, ansias en lograrlo ¡también lo es! Porque, el cambio
ocurre automáticamente, con sólo ¡darnos cuenta! con solo observarnos; y en
esa simpleza se halla toda la supuesta complejidad.

15 UNA NUEVA
CONSIDERACION

La idea de que existe cierta forma de ser en los humanos que puede
compararlos bastante con animales tenidos como groseros, tales como los
cerdos o los perros (lo cual se toma como despectivo), aunque parezca
increíble, parte de los Evangelios.
Son conocidos los pasajes aquellos en Mateo 7:6 y Mateo 15:26,
respectivamente en los cuales Jesús dice: no deis lo santo a los perros ni
echéis vuestras perlas delante de los puercos... y cuando negándose a curar a
la hija de una mujer cananea le argumentaba: no es bien tomar el pan de los
hijos y echarlo a los perrillos. En este trabajo, el propósito es descubrir de
dónde viene tal relación.
De observar la conducta de los perros, podemos advertir que éstos, como
nosotros, tienen un cuerpo físico; una cohesión de materia sustentada por la
fuerza vital y también como nosotros, presentan una serie de proyecciones
emocionales: alegría, ira, pereza, asombro, afecto, etcétera; pero los perros,
como todos los animales, menos el hombre, encuentra su ser dado y realizado.
Un perro no tiene que esforzarse en demostrar que es un perro o que es más
perro que otro o mejor perro que el perro que, él mismo, fue el día anterior. Un
perro no tiene, por tanto, inquietudes existenciales, no se preocupa por el
futuro, no se culpa por el pasado, no lo atormenta la idea de la muerte, no tiene
una vida ocupada ni preocupada. Un perro es perro y en este sentido de lo que
es ser, el perro de hoy no tiene ninguna, en absoluto, ninguna diferencia
esencial con el perro de cualquier otro lugar o de cualquier otro tiempo, en
este sentido, nuestro perro es la repetición de todos los perros que han existido
o que existirán. De modo que, de forma individual, un perro no existe, su
existencia tiene valor sólo como especie: la canina.
El hecho de que un perro baile, traiga el periódico, guíe a un ciego, salve
vidas, descubra criminales, etcétera, tiene también sólo un valor potencial
como especie, no como ser individual, pues ningún perro por sí mismo tiene
tales iniciativas.
Como vemos, en el perro sólo podemos delimitar, en funciones, dos cuerpos:
uno físico y otro emocional. Sus emociones manejan su cuerpo físico, lo hacen
gruñir, ladrar, mover la cola…, pero los actos producidos por sus emociones
son respuestas a estímulos externos o sea que él no decide estar contento, no
elige ponerse bravo, no se propone ir a ningún sitio, sino que se alegra si ve a
su dueño, se enfurece si ve a otro perro invadir sus dominios o se va tras el
tintineo de una cuchara golpeando sobre un plato. Los únicos movimientos
que parecen tener una causa interna en él, son aquellos para buscar alimentos o
pareja, pero el hambre y el sexo son aspectos que le suceden como producto
del funcionamiento de su aparato físico. Por tanto, el perro es un juguete de las
circunstancias externas en que vive. Él, por sí mismo, no puede crear
circunstancias favorables, no puede siquiera elegir un amo. No hay en él un
centro de dirección y control que elija emociones que lo muevan o lo frenen,
sino que todo lo que motiva su vida es externo por eso es fácil de gobernar,
por eso es servil, porque el dueño humano es quien le da orientación y control,
quien piensa por él y toma decisiones por él. El perro se vuelve, o es, un
instrumento humano.

16 EL HUMANO COMO
AUTÓMATA

Un robot no es responsable del trabajo que realiza porque una máquina trabaja
debido a influencias externas; ella no se conecta, no decide echar a andar, todo
le viene de fuera. Una máquina en sí misma, con intención, no puede alterar
nada de sí. Si se rompe, si se acelera o desacelera o si detiene el flujo de su
producción no se debe a sus intereses o a su simple capricho de variar lo que
hace.
Una persona sí es responsable de sus actos, de sus emociones y de su
pensamiento. Por supuesto, me refiero a una persona real. Debo decir que las
posibilidades de encontrar a un humano real, son muy escasas. Lo que vemos
a diario no son personas, sino máquinas. El propósito de estas líneas es
exponer algunas argumentaciones sobre esta afirmación.
Tal como somos, somos incapaces de controlar a voluntad nuestras emociones.
Cualquiera que se observe a sí mismo o que observe a los demás, lo cual es
más fácil, verá que la gente no puede refrenar la ira, no puede dejar de
enojarse o de entristecerse. No podemos, incluso cuando estamos abatidos,
(sentimiento que está de más decir que no nos gusta experimentar) no
podemos, repito, cambiar el abatimiento por alegría. Pero no sólo esto, no
podemos siquiera quedarnos en el punto medio de mostrarnos indiferentes y
dejar de experimentar emoción alguna.
Veamos un ejemplo: una persona, sabiendo que ciertos hábitos como el
cigarrillo o el alcohol, son nocivos a la salud, no puede dejar de fumar o de
beber, así como otras no pueden dejar de comer dulces en exceso, de tomar
café, etcétera. Hay personas que sabiendo los inconvenientes que, de diversos
tipos, trae aparejado la práctica de cambiar, de continuo, de parejas, no pueden
dejar de hacerlo.
Tal como somos, somos incapaces de controlar nuestros pensamientos.
Nuestra mente es como una pantalla de cine en la cual, todo el tiempo, hay una
imagen y otra y otra; relacionadas o no, entre sí. En infinidad de ocasiones,
nos asaltan pensamientos de tener una grave enfermedad, que nuestra esposa
habla demasiado con el vecino, que un compañero de trabajo quiere darnos la
mala en algo o que el jefe piensa que somos incapaces. Nos preocupamos por
causas imaginarias. Si nuestro hijo demora un poco en llegar del cine,
pensamos que pudo ser atropellado por un vehículo… No podemos detener el
flujo de nuestros pensamientos, no podemos parar de tener pensamientos feos
que no nos gustan y poner en su lugar pensamientos alegres; o parar de tener
ningún pensamiento. No podemos hacer tal cosa. Es algo que no controlamos
pero que pensamos que sí. Pensamos que pensamos lo que nos conviene.
Pensamos que nosotros pensamos. Pero son los pensamientos los que ocurren
en nosotros. Sucede que pensamos. Ocurre que ideamos, tal como llueve o
hace calor. Tal como somos, somos máquinas. Todo nos viene de afuera.
Cualquier cosa que uno hace, proviene de algo que ocurrió fuera de nosotros y
afecta la producción de nuestros actos. Por ejemplo: en la esquina venden pan
con carne guisada y vamos allá decididos a comprar. Por el camino nos dicen
que los panes son pequeños y caros, que están salados o que puede ser carne
de gato y regresamos, quedando sin efecto nuestra elección inicial. De hecho,
ninguna convención que hagamos es real. Si estamos en el trabajo y decidimos
trabajar dos horas más para poder terminar cierto informe que debemos
entregar al día siguiente pero, al rato, se nos acerca la nueva trabajadora rubia,
quien también prepara su informe y nos dice que no entiende ciertos datos,
basta para que nuestra decisión inicial sea pospuesta para la noche, quedando
anulada nuestra anterior promesa de repasar las tablas de multiplicar a nuestro
hijo.
Somos máquinas que funcionamos por impulsos exteriores. No hay en
nosotros nada que sea firme y estable. Hoy somos uno, mañana somos otro.
Ahora decimos una cosa y al rato otra. Hoy decimos una cosa y de la cual
dentro de un rato podemos arrepentirnos. Decimos que sí a cosas que
deseamos decir no. Nos negamos cosas que deseamos muchísimo. Negamos a
nuestros hijos, esposa o subordinados, lo que después comprendemos que no
era para ser desaprobado.
Un humano es un ser responsable. Un autómata no. El ser humano, tal como
es, es un ser automático por tanto no es responsable. Pero el ser humano, es
una robot que puede dejar de serlo si llega a comprender su mecanicidad. Sólo
cuando se agobie con su vacuidad, sólo cuando sufra su inexistencia y sólo
cuando se dé cuenta de su automaticidad, sólo entonces, puede llegarle alguna
ayuda para salir de ese estado horrible en que se encuentra y pueda emprender
la ardua tarea de intentar existir en realidad, pues nadie se esforzará por buscar
algo que ya cree tener.

17 OTRAS CONSIDERACIONES

Se puede decir que el humano no existe en su totalidad porque un ser cuya


actuación se basa en suposiciones, consideraciones, conjeturas, ilusiones,
etcétera no puede ser real, pues se basa en realidades a medias, en falsas
realidades, en realidades que sólo existen en su imaginación.
La primera ilusión en la que vive es la de creer que la humanidad progresa. La
humanidad no progresa, al menos para una escala que tenga significación
humana. Su posible progreso es tan lento que ni siquiera decenas de
generaciones podrían verificarlo. Por tanto, puede decirse, al menos para el
individuo humano, no existe tal progreso.
Si observamos la conducta del primitivo vemos que éste ponía la resolución de
sus problemas en el uso de la violencia y en la manipulación de objetos y
animales con fines mágicos. Después de más de siete mil años, una simple
ojeada a nuestra actualidad diaria es suficiente para constatar que aún se
continúa afrontando la existencia con los mismos métodos. Los seres
humanos, hemos hecho progresos en las cosas, pero en nosotros mismos como
individuos seguimos siendo lo mismo de hace diez mil años. No hay
diferencia entre el odio, el rencor, la ira que puede generar un garrotazo y el
que puede producir un disparo.
La expectativa de vida del sujeto contemporáneo sigue siendo la misma de
nuestros antepasados de las cavernas: buscar pareja, conseguir comida y
alojamiento, enfrentarse al dolor de las enfermedades, al deterioro físico de la
vejez y a la pérdida de sus seres queridos, de sus bienes y a la propia muerte.
Da lo mismo que un hombre viaje a pie, en carreta o a lomos de un burro, que
sentado cómodo en un avión de la Pan American o en un Transbordador
Espacial. A los efectos de lo que puede ser su vida lo mismo da el canto del
brujo de la tribu, que el bisturí del mejor cirujano en la clínica de los
Hermanos Mayo de New York.
A los efectos de lograr Ser, es decir, de lograr una existencia total en un mundo
real no imaginario, el individuo debe comprender el estado de embotamiento
psicológico en que vive. Tal como vive, está como si estuviera dormido; su
vida transcurre como en un sueño. Debe pues, conocerse a sí mismo. Saber
cómo funciona su propia psicología. Para abordar esta tarea, necesita estar
consciente, necesita despertar. Un hombre real es un hombre despierto.
Me parece interesante insertar aquí algunas ideas expuestas por el célebre
escritor argentino Jorge Luís Borges, durante una entrevista que le realizara
George Charbonn y publicada en su libro, El escritor y su obra.
Conozco personas a las que les han aplicado la máquina –se refiere a una
picana eléctrica de tortura- me dijeron que era necesario gritar antes de sentir
dolor. Que era necesario hacer cualquier cosa. Que se sentía menos su efecto y
que con ello se asustaba un poco al verdugo. Creo que se trata de gente
sencilla que no siente el dolor como nosotros, de la misma manera. El coronel
De Millares, que estaba en el Congo, me dijo, por ejemplo, que los negros no
sienten el dolor, que no sienten las heridas físicas, que tienen organismos muy
simples. Que la mayor parte de las mujeres del Congo no tienen ninguna idea
del placer físico, sexual, y que los hombres tienen muy poco. Que les satisface
una necesidad. Creo que no lo encuentran especialmente agradable.
Esto puede ser cierto, de la misma manera, no sienten dolor: pueden ser
estoicos, como nuestros indios, por ejemplo a nuestros indios se les mató, pero
cuando todavía había se les podía hacer cualquier cosa. Nunca se quejaban.
Conozco la historia de un gaucho: era indispensable que sufriera una
operación muy dolorosa. Se le sugirió la anestesia y dijo que no: no le
gustaban las drogas, tenía miedo. Se le dijo: ¡Pero sentirá un dolor espantoso!
Respondió: haga lo que quiera. El dolor, yo me encargo del dolor. El dolor es
mi negocio no el suyo. Se le hizo una operación dolorosísima ¡Y ni rechistó!
Su figura seguía imperturbable, ningún esfuerzo se le notaba. Quizás no sentía
tanto. Era un gaucho, un ser sencillo y no se imaginaba las cosas por
adelantado. Sabía que sufriría, pero no pensaba en ello. No le interesaba.
Creo que tal vez nosotros somos mucho más sensibles al dolor y al placer
físico que un ser primitivo, lo mismo que ellos son más sensibles, qué diré yo,
a los colores, al valor de las palabras... a todo. Somos cada vez más complejos.
Lo que nos volverá, quizás más cobardes.
Estas palabras de Borges, de alguna manera apoyan las ideas expuestas aquí
sobre la necesidad de estar despiertos y de que la cultura, la educación, la
civilización y el llamado progreso humano material, es decir el confort,
colaboran contra las posibilidades reales de obtener estados superiores de
conciencia.
Pero un hombre dormido no puede despertar solo. Necesita un despertador, o
sea un método para despertar. Necesita a alguien que lo despierte si a pesar del
reloj se quedara dormido.
Pero antes de despertar y conocer lo que corresponde a ese estado de
conciencia, debe primero comprender el estado en que se haya, estado de
nadidad, de vacuidad y de sueño. Luego necesita un conocimiento que le de
comprensión de su razón de ser en el entorno en que vive, necesita una
cosmogonía, conocimiento de sí mismo, un cierto conocimiento de su
funcionamiento psicológico. Necesita un conocimiento que le proporcione un
propósito de vida y explicación de todo cuanto ocurre. Necesita un lenguaje
con el cual explicarse a sí mismo y al mundo, una terminología técnica.
Necesita métodos de observación y de experimentación; pero todo esto es ya,
otra historia.

18 OTRAS CONSIDERACIONES

La persona sana a cabalidad, esa persona equilibrada que puede mantener un


ritmo eficiente en su actividad existencial, tanto en la intimidad de su familia,
como en la esfera laboral o el mundo social donde se desenvuelve; esas
personas serenas a pesar de las diferencias que encuentra con el resto de sus
congéneres, a pesar de las dificultades que la consecución de los
acontecimientos que están fuera de su control puedan presentarle; esas
personas, repito, que si se cae no muestra disgusto, sino que se sacude el polvo
y sigue andando, sin lamentarse y ni rechistar; esa persona, vuelvo a repetir,
quien parece vivir feliz todos los días de su vida y a quien, cuando ocurre una
desgracia ¡por supuesto que no la disfruta! pero tampoco demuestra sufrirla;
esa persona que, a usted, y a mí nos gustaría ser, es una persona rara, poco
común, que no abunda, pero que existe anónima y anda por ahí disfrutando
cada momento de su vida y creando a su paso la admiración y, cuando no, el
asombro en los demás.
Un individuo así, quien parece ser feliz a pesar de todo, no es una utopía, y
usted, y yo podemos llegar a ser como él pero, para eso, debemos comenzar a
cambiar nuestro modo de pensar sobre la vida, pues, la felicidad, no es más
que una actitud ante ella. Un primer paso puede ser aprender a eliminar el mal
carácter o, mejor dicho, aprender a tener buen humor a pesar de que las cosas
no salgan como esperamos. ¡Y no crea que se trata de una conducta hipócrita o
de una actitud irónica! ¿Acaso no podemos echarnos hacia atrás y sonreír ante
las incongruencias de la vida?
Cuando estamos rabiosos, rojos de ira, gritando y tirando cosas, hemos
perdido el control de nuestra persona. De hecho, sufrimos una locura
temporal; la cual, por algún, tiempo nos incapacita para ser racionales,
objetivos, justos y acertados.
Si reprimimos la ira, esto nos puede producir una úlcera estomacal. ¡Por
supuesto! es mucho más fácil, y más sano, estallar en cólera que inhibirnos.
Esto es cierto, pero podemos adoptar una tercera posición mucho más
saludable y mucho más cercana a lo que es un ser humano: aprender a no
ponernos bravos en lo absoluto. Vamos a tratar de ampliar más este proceso
pero, por el momento, recordemos que los pensamientos de cólera y los de
alegría se excluyen entre sí; es decir, no podemos pensar dos cosas a la vez.
Cuando comencemos a notar que vamos a enfadarnos por algo que ha
sucedido o porque alguna persona se ha comportado de una manera que no
aprobamos, pensemos en otro asunto. Por ejemplo: cantemos en silencio
nuestra canción preferida; al principio no es fácil, porque nuestra mecanicidad,
nuestro repertorio de reacciones automáticas, nuestras respuestas prefabricadas
a toda una serie de estímulos históricos, los cuales son parte de nuestra
experiencia y que han sido instalados por la vida misma, como reflejos
condicionados, nos impiden hacerlo; pero se puede, con cierto entrenamiento y
esfuerzo, con real interés de ejercitar un método para mejorar nuestra
existencia. ¡O no cante! Piense en cualquier cosa que le guste de veras. ¿Por
qué debemos hacer esto? Pues porque estos pensamientos crearán, en nuestro
momento presente, un momento agradable, mientras que dar riendas sueltas a
la ira nos convertirá en un loco que no nos gusta, porque altera nuestro buen
funcionamiento fisiológico, dándole tirones a nuestro hígado, elevando la
presión sanguínea y, además, porque destruye nuestras relaciones afectivas
con los demás. Pasado el momento y de nuevo en frío, podremos accionar
sobre lo que ha sucedido y podremos ejercitar nuestros razonamientos sobre el
caso, pues obraremos fuera de pasión.
Pero esto no es todo sobre los mecanismos para intentar el control emocional
sobre quiénes somos y para edificar, en nosotros mismos, la persona feliz y
atractiva que deseamos ser. Sucede que a la mayoría de las personas les falta
voluntad, esa fuerza capaz de sobreponerse a toda la mecanicidad y a toda la
serie de respuestas automáticas que hay en nosotros. A la mayoría nos falta la
voluntad de la voluntad. Y para lograr ambas, primero una y luego la otra, se
precisa un estudio profundo y una gran dedicación al estudio de uno mismo, el
conocimiento de una enseñanza capaz de enfocar y explicar todos los
fenómenos de la existencia y cómo funcionamos en nuestra psicología.

19 OTRAS CONSIDERACIONES

La aplicación del conocimiento psicológico en el mundo de los negocios ha


dejado grandes dividendos a los capitalistas. Hoy en día, no es necesario
probar esto, ya que resulta algo que todo el mundo acepta sin demostración.
La propaganda, la difusión de la información y los medios de publicidad
garantizan cualquier gestión en la que se requiera la participación de mucha
gente.
Si persistimos en creer que la finalidad del ser humano es vivir en una
sociedad de armonía y confraternidad, y persistimos porque esto es bueno para
él, tenemos que coincidir que si continuamos por el rumbo que marcha la
humanidad, no llegaremos a conseguirlo. Algo está podrido en Dinamarca, le
hizo decir Shakespeare a Hamlet.
En lo personal, estoy por creer, junto a muchos otros que también lo creen, que
el caso es de publicidad. Las virtudes necesitan propaganda. La gente necesita
ejemplos y modelos de perfección para seguirlos.
Las noticias de la radio y de la TV así como de los periódicos y revistas de
todo el mundo, difunden gran cantidad de información negativa; escándalos,
violaciones, robos, asesinatos, complots, guerras, etcétera. Estamos sometidos
a un bombardeo constante de malas influencias y rodeados de puntos de
referencia que conducen a suponernos una elevación moral que no tenemos.
(Alimentos de mala calidad con los cuales se nutren nuestros cuerpos sutiles).
Las películas que no tienen intriga, violencia y sexo consiguen poco público.
Las buenas, las taquilleras son aquellas donde se exponen las pasiones más
bajas de los humanos, como si fueran los ejemplos de conducta a seguir de
nuestra época. La venganza y el odio son, también, el condimento de las
mejores tramas en los libros más vendidos del mundo.
Esto crea y fija la idea de que el mundo es malo. Mucha gente obra mal, y
sabiéndolo nos miran y dicen para justificarse: hay que ser así, la gente es
mala, patentizándose así la mala conducta.
Pero todo el problema está en que el Bien tiene pocos agentes de publicidad.
Sin embargo, el mundo está lleno de buenas personas, de actos desprendidos y
de corazones generosos. El amor necesita ejemplos porque el amor no hace
propaganda de sí. Convendría que en estos días en que los humanos buscan el
Mal, y lo encuentran, muchos otros buscaran el Bien y lo difundieran. Si cada
uno de nosotros se propusiera convertirse en un publicista al servicio del Bien;
si dejáramos de criticar y comentar los defectos ajenos, el resultado sería
distinto. Si pensamos que alguien obra mal llamémosle y en secreto, para que
no se ofenda, y con afecto y cariño, porque es nuestro hermano, pidiéndole
incluso disculpas por inmiscuirnos en su vida y sustentándonos en el derecho
de hacerlo por considerar que su conducta daña a los demás y a él mismo y
suponiendo que de caer nosotros en la misma falta trataría él de ayudarnos de
igual manera. De esta forma se cultivan formidables relaciones y se establecen
lazos muy íntimos entre las personas, es una forma eficaz de evitar una
reacción colérica por parte de la persona a la cual nos dirigimos. No es una
regla a seguir, pero si un protocolo seguro a falta de un método desconocido o
mejor.
El simple hecho de proponernos tratar con amor a todo el mundo, ser amables,
corteses, tolerantes, respetuosos y serviciales aumenta el Bien en el mundo y
hace más llevadera la existencia humana pero, sobre todo, la suya propia.
Cada uno debe creerse el centro del mundo, el padre de su pequeño universo, y
allí en su casa, en su trabajo, en el lugar que ocupa en cada momento de su
vida tratar de crear una sonrisa en los demás o, por lo menos, una expresión de
afecto, estemos a la expectativa para hacer favores, pequeños favores
insignificantes y preparemos la felicidad de los demás de esta forma. Las
pequeñas atenciones y las palabras más simples de solidaridad hacen lo mejor
de la vida. Recordemos que todo lo grande está hecho de cosas pequeñas.
Nadie ve crecer a los árboles, pero todos los días crecen décimas de milímetro,
a ínfimos pedacitos las hormigas devoran a un tigre, pensemos en la
extraordinaria pequeñez de los átomos y cuánta energía pueden liberar.
De esta manera descubriremos que, sólo entonces, se es un instrumento de
paz, sólo así lograremos crear un mundo agradable para vivir. Si cada uno
observa una actitud positiva ante la vida y ante los problemas, tan sólo con que
fueran algunos pocos, estaríamos, de hecho, construyendo, de verdad, un lugar
efectivo en el mundo.
20 OTRAS CONSIDERACIONES

Si en las noches lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.
Rabindranath Tagore.

La noche siempre se ha tenido como símbolo de los momentos difíciles, la


oscuridad, la ausencia de luz son emblemas de la adversidad, sin embargo no
puede concebirse al día sin la noche. Ray Bradbury, ése célebre escritor
norteamericano, antológico por demás de la literatura llamada de ciencia-
ficción, autor de obras tan famosas como, Fahrenheit 451 y Crónicas
marcianas, escribió un edificante mini- cuento infantil titulado La niña que
iluminó la noche, en él nos ilustra cómo debe ser nuestra actitud en los
momentos difíciles, y nos promete, como Tagore, que aún entre las tinieblas
existe algo positivo... y podemos encontrarlo o no, pero no dar con él no
significa su inexistencia. Un momento oscuro puede ser, en nuestra vida,
cuando estamos iracundos o cuando estamos tristes. Profundicemos algo en
este asunto del mal carácter.
El mal carácter proviene de la idea de que las cosas tienen que ser de cierta
forma y que la gente debe ser de cierta manera prevista.
De manera general, se piensa que estar de mal humor es algo natural y muy
humano. Sin embargo no es cierto. Lo que distingue al ser humano entre todos
los seres vivos del planeta es su capacidad de reír.
Uno se pone bravo, o triste, cuando las cosas no salen como uno espera o
cuando las personas no son como deben ser o como uno supone que deben ser.
Observando con detenimiento, vemos que muy pocas veces en la vida las
cosas salen como habíamos supuesto. Todo es tan independiente de nosotros,
que no podemos ejercer una influencia capaz de hacer que las situaciones
estén a la altura de nuestras aspiraciones, de nuestra necesidad o de lo que
habíamos planificado. Como mínimo, sólo podemos aspirar a que la mitad de
las cosas salgan como esperamos (y es una expectativa bastante generosa con
nosotros mismos) entonces, si sabemos ya que un cincuenta por ciento de las
cosas va a salir mal ¿Por qué vamos a encolerizarnos o a deprimirnos? ¿Acaso
no es algo que estamos esperando?
Pero hay otra razón, mucho más poderosa, para no entristecernos o para no
montar en cólera y es que, tanto de una como de otra forma, eso va a llenar
nuestra vida de momentos desagradables.
Cómo va, usted, a ponerse es asunto suyo. Es, usted, quien decide cómo va a
ponerse. Pero creo que, entre elegir momentos amargos y momentos felices, es
mejor esto último.
Lo que nos pone bravos o tristes, no es lo que sucede, sino lo que pensamos
sobre lo sucedido. Ponerse bravo o triste, son estados emocionales sobre los
cuales no tenemos control; pero como las emociones son resultado del
pensamiento y, sobre el pensamiento ¡Sí! podemos llegar a tenerlo, entonces,
no está todo perdido.
El hecho en sí, pudo ocurrir desde horas o días, sin que lo sepa uno, ya era
parte de la realidad llamada objetiva, antes de uno conocer su existencia; pero
lo que desencadena nuestras emociones negativas, son nuestros pensamientos
sobre el hecho ¡No el hecho! El cual, antes de ser conocido, ya existía y
nosotros aún no estábamos ni tristes ni bravos. Uno piensa en los
inconvenientes, en el chasco, en el trabajo que le costará reajustarlo todo de
nuevo, etcétera. ¿En qué pensar entonces? Pues en cualquier cosa, menos en
pensamientos que nos conduzcan a experimentar emociones negativas como
estar tristes o como estar iracundos. No podemos pensar dos cosas a la vez.
Elijamos, entonces, pensamientos agradables.
Debemos establecernos en la idea de que estando rojos de ira dando puñetazos
sobre una mesa o tristes en un rincón, deshechos en llanto, mal podremos
tomar decisiones de calidad y estando, lo que se dice fuera de sí, no será uno
quien controla la situación, sino un loco temporal.
Bajo estados emocionales negativos tomamos medidas que, más tarde,
analizadas en frío, nos pueden llevar a nuevos estados negativos, pues serán
medidas desacertadas, en las cuales no se empleó la suficiente atención para
elaborarlas; pues la mayor parte de nuestro ser estaba desordenado. Y mientras
estamos inmovilizados por la tristeza, estamos dando lugar para que otros
tomen las decisiones que nos corresponde tomar a nosotros; decisiones que,
más tarde, descubriremos que están contra lo que hubiéramos hecho y, de
nuevo, nos pondremos tristes o bravos.

21 SOBRE LA AUTOESTIMA

El oro es el mejor conductor de la electricidad. En suma dócil para su


elaboración y de hermoso color, por eso es muy fácil hacer prendas y artículos
ornamentales con él. Pero no por estas razones el oro tiene valor.
El diamante es el más duro de los elementos, por tal motivo se le utiliza en la
industria para fabricar puntas de barrenas, etcétera, tiene una dureza tal que se
ha tomado como patrón para, a partir de él, formar una escala a fin de
comparar la dureza de todos los demás materiales, pero además, una vez
pulido alcanza un valor extraordinario como piedra preciosa pues su capacidad
para irradiar la luz lo vuelve casi luminoso. Pero, como el oro; éstas, no son
las verdaderas causas que lo hacen preciado.
El oro y el diamante, así como cualquier otra cosa que tenga un alto valor, lo
tienen no por sus cualidades, sino por ser escasos. No abunda el oro. No
abundan los diamantes. Los lugares de donde se obtienen; es decir, sus minas;
son pocas. No en cualquier lugar hay oro. Y para lograr unas pocas onzas de
diamantes es necesario remover miles de metros cúbicos de tierra y de piedras
durante más de un año, cavando túneles profundísimos, de modo que éste, es
el verdadero valor de las cosas: su escasez. Tan pronto algo, cualquier
producto, comienza a hacerse deficitario en el mercado, su precio se dispara.
Otros datos para probar lo antes dicho: Cuando se quiere destacar el valor de
alguna cosa, enseguida se piensa en el oro o las piedras preciosas, sin
embargo, hay sustancias nada atrayentes con un costo muy superior.
Me refiero a sustancias como ciertas drogas, o ciertos venenos de serpientes o
arañas, que se usan como antídotos para vacunas o para fármacos, también
algunos metales raros, sustancias como el plutonio, en uranio enriquecido y un
largo etcétera que no incluyo en detalles porque sería desviarnos demasiado
del asunto en cuestión.
Echemos ahora una ojeada al milagro de la concepción humana. Para la
procreación de un nuevo ser es necesario, (sin entrar a analizar tan sólo el
hecho de la mecánica animal, el mecanismo biológico, fisiológico, para que se
forme un nuevo ser), es necesario, repito, que un espermatozoide fecunde un
óvulo. Y dicho así parece no tener esto ninguna connotación especial porque
en definitiva este es un conocimiento que todo el mundo maneja, pero si nos
acercamos más al hecho vemos que el espermatozoide necesita un ambiente
alcalino, sin embargo la vagina es altamente ácida, lo cual pone en peligro al
espermatozoide, hay en esto algo así como una contradicción. Por esto son
necesarios miles de miles de espermatozoides para que algunos sobrevivan en
un medio tan agresivo. Por si esto fuera poco, tienen que ascender por el útero,
hasta las trompas de Falopio, desafiando la fuerza de gravedad. Y por otra
parte, ya en las trompas, que son dos, deben enfrentarse a miles de pestañas
vibrátiles que, e la práctica, lo barren hacia el exterior impidiéndole el acceso
hacia el óvulo que se encuentra en una de las dos trompas, porque a todas
estas, lo normal es que una mujer, madure sólo un óvulo al mes y en todo este
tiempo existe solo UNA HORA en la que se dan el lugar y las condiciones
fisiológicas de temperatura, etcétera para que sea posible la fecundación.
Visto esto así, cada uno de nosotros es un milagro. Pero no sólo esto. Somos
un milagro único, extraordinario, irrepetible, singular, especial, raro,
particular, exclusivo, valioso (y como terminaría diciendo Dante Gebel) súper,
macro, mega, archi, extra, ultra… ¡GUAO!!!
Contando todo el desarrollo histórico de la vida animal en La Tierra nunca ha
existido, ni nunca existirá un ser igual a tí, quien ahora lee estas líneas, jamás
existió ni volverá a existir nadie como tú o como yo. Cada uno de nosotros es
un ser especial. Somos, pues, importantes y valiosos porque, no sólo no
abundamos, sino que somos ejemplares únicos, aunque seamos feos, bajitos,
calvos, flacos o gordos, aunque necesitemos espejuelos, o muletas, aunque
seamos narizones y aunque produzcamos algunos olores desagradables. No
importa si nos reconocen o no nuestro valor. Una esmeralda continúa siendo
esmeralda lo mismo si se encuentra engarzada en el collar de una princesa que
guardada en la caja fuerte de un usurero o perdida en el recodo de un camino.
Por tanto no existe motivo para estar triste, melancólico, apático o iracundo
porque alguien no parece reconocer nuestro valor, o porque alguien parezca no
darnos ningún valor, no somos lo que los demás piensen. Cada uno vive dentro
del límite de su propia piel, y es dentro de este límite que se encuentra nuestro
valor, si no nos damos el valor que tenemos, si no actuamos de acuerdo al
valor que creemos tener, y que en realidad tenemos, nadie va a saber que
estamos aquí. Pero además, no importa, debes tomar conciencia de lo que
vales y encontrar tu importancia, tu rol y actuar sin miedo. Si otros mucho más
importantes, al parecer, que nosotros, han muerto; ¿Por qué, entonces,
continuamos vivos? ¿No será, acaso, que ya cumplieron su misión?
Cumplamos la nuestra.
El asunto estriba más bien, a veces, en lo difícil que puede resultar encontrar el
significado de nuestra existencia, el: ¿Para qué estamos vivos, qué estamos
haciendo aquí, cuál es la razón de la existencia humana?
Puede haber muchas respuestas. En las ideas que estoy presentando, y que
aunque no son mías ¡he hecho mías! existen respuestas para estas preguntas
pero existen respuestas que deben ser oídas, no leídas, porque escritas se
perderían en la madeja de los subterfugios intelectuales, parecería
malabarismo científico o literario, no pasaría, (aunque no necesariamente) de
forma fácil, a los niveles emocionales que son los que, en definitiva, nos
mueven.
Por otra parte todo esto que estoy escribiendo nos lleva a la idea de que somos
las ideas que sentimos (no las que creemos), somos las ideas que vivimos. La
vida es un acto de creación personal que lleva implícito el carácter de
irrepetibilidad, de ser único, inédito, singular y exclusivo de nuestra
experiencia. Lo que creemos sobre las cosas, las convicciones a las que hemos
llegado, lo que pudiéramos incluso haber aprendido con los golpes de la vida,
nuestras opiniones, ¡Incluso aquellas que puedan estar basadas en errores! Y
ser por tanto erróneas, llevan el sello de ser producto de un ser que debuta en
la existencia y que ¡jamás! tendrá un doble; porque somos ÚNICOS.
Si somos, entonces, seres irrepetibles, exclusivos, etcétera, que convivimos
también con otros seres igual de singulares, será, en la práctica, imposible que
podamos ser comprendidos en totalidad, ya que nadie podrá haber tenido la
formación que tuvimos, nadie podrá vivir nuestra vida, y si la viviera o creyera
vivirla porque está conviviendo en contemporaneidad con nosotros, en
vecindad con nosotros, etcétera, tampoco llegaría a nuestras conclusiones,
porque tiene una experiencia de vida distinta a la nuestra. Tratar de convencer
a alguien sobre algo es tonto, tratar de cambiar a alguien es más absurdo aún.
Lo único que tenemos en realidad es: Vida que vivir. Y, con relación a nuestra
interacción con los demás, lo único que podemos hacer es dejar espacio para
que los demás vivan sin hacernos daño y para no hacerles daño con nuestra
vida pues, como dijera Albert Schwaitzer: Somos vida que quiere vivir, en
medio de la vida que quiere vivir.
La otra actitud sabia que podemos adoptar es darnos cuenta que cada vez que
nos ponemos frente a alguien estamos ante un misterio; cada vez que la vida
nos sitúa ante una disyuntiva estamos ante un misterio, porque eso es la vida
misma: un absoluto e insondable misterio. El gran error de la persona
promedio, del individuo ordinario, del que no ha cultivado su capacidad de
observación y no tiene el regalo del afán por la sabiduría (no del
conocimiento) es creer que ya sabe algo de la vida, que en algún momento (ya
por la cantidad de información que tiene o por la cantidad de años que ha
vivido, o por la intensidad con que ha vivido esos años), puede llegar a tener
cierto control o cierto dominio de la vida, cree poder determinar, cree que
conoce, cree que sabe, se cree con poder. Cuando lo real es que el verdadero
conocimiento, el atisbo de cierto control, es llegar a darse cuenta de que la
vida es un insondable misterio y de que nunca sabrás nada de antemano y si
por casualidad aciertas en algo es por eso: ¡por casualidad! Tus aciertos siguen
una ley estadística, probabilística, pero no exacta. Porque la vida es: un puto
misterio.
De modo que: si todos somos una forma diferente de observar y de advertir el
mundo en que vivimos, tenemos que concluir que no existe una regla, un
patrón del cual pueda decirse: ésta es la forma correcta de hacer algo. La única
medida de las cosas es la persona misma. Y cada ser humano es el creador de
su propio universo. El hecho de que el invento del tornillo o de la rueda sea
cómodo y fácil y que continuar usándolo no sea una estupidez, ni que haya
que estar inventando cada generación la bombilla eléctrica porque al fin y al
cabo la acumulación de la información y el conocimiento hacen la utilidad de
la cultura, no quiere decir que cada cierto tiempo no sea necesario que nazca
alguien que rompa un molde y revolucione el mundo. Quizás estas líneas están
destinadas a producir una calidad de persona semejante. Un ser que puede
seguir normas pero que no se aferra a ellas pues él es un creador de normas,
cuando menos de sus propias normas. Sé uno de ellos y serás feliz.

22 OTRAS CONSIDERACIONES
SOBRE LA ENERGÍA NERVIOSA

En términos generales, todos aceptamos que la dinámica del universo y


cualquier expresión vital, incluyendo las relaciones interpersonales no son más
que producto de relaciones energéticas, de modo que podemos concluir
diciendo que todo trabajo interno, que podamos acometer para mejorar nuestra
calidad de vida, procede de cómo controlamos, si acaso podemos hacerlo, o de
cómo se comporta nuestra expresión de la energía vital. Me parece que este no
es un razonamiento que necesite una argumentación científica y que puede ser
aceptado como un axioma sin un gran esfuerzo o escrúpulo de conciencia.
En estas páginas, he presentado una serie de consideraciones sobre el drama
de la existencia humana y a modo de conclusión, me parece necesario
presentar una síntesis de los temas más importantes con algunas soluciones
prácticas.
Las observaciones presentadas en estas consideraciones nos llevan a decir que
el humano común no tiene un alma que salvar, no tiene más que una máquina
(su cuerpo físico). En el lugar de alma tiene un enfermo, débil, deforme y
prematuro cuerpo emocional y/o mental, llamándole voluntad a la resultante o
a la suma de sus caprichos, antojos y deseos. De modo que estas
consideraciones presentan al humano que hace mayoría en el mundo, como a
alguien que debe trabajar por hacerse de un alma o en el mejor de los casos,
fortalecer, desarrollar, etcétera, las reminiscencias de sus cuerpos sutiles, los
cuales, en primera instancia, serían los componentes de su alma. Estas
consideraciones nos inducen, además, a darnos cuenta que estos cuerpos son
materiales, pero construidos de materia ultra fina y, también, que antes de
proceder a elevar la producción de esta materia fina con la fábrica que resulta
ser su cuerpo físico, a fin de que con ella cristalicen los vehículos sutiles que
el humano ordinario no tiene, el interesado debe taponar los salideros, vías de
escape, por donde constantemente se pierde la energía necesaria.
El despilfarro de energía, ocurre por las siguientes conductas que el ser
humano, en su mecanicidad, asume o no puede evitar asumir, a menos que, por
haberse puesto en contacto con cierta clase de conocimiento, algo en él, o
alguno de los distintos Yoes que conforman su personalidad, se interese en
poner a trabajar a la máquina de forma responsable.
Conductas que producen escapes de energía
1. La consideración interna.
2. La expresión de emociones negativas.
3. Hablar por hablar.
4. Hablarse uno mismo.
5. La irritabilidad.
6. La imaginación.
7. Interés en el exterior.
8. La identificación.
9. La prisa innecesaria.
10. Soñar despierto.
11. La tensión muscular innecesaria.
12. La justificación de sí mismo.
Veamos, ahora, cómo identificar estos escapes en nosotros mismos a fin de
tratar de eliminarlos.
1. La consideración interna, es la preocupación por cómo van a pensar de
nosotros los demás, es considerar nuestro actuar de acuerdo a patrones
externos. La consideración interna, inmoviliza la psicología del individuo o lo
hace andar, no según él quiere, sino como otro u otros entienden que algo debe
ser hecho. Existe otro tipo de consideración que es externa, la cual sí debe ser
practicada, pues es un modo de acelerar las producciones de esa energía que
tratamos de ahorrar. Pero en este apartado estamos tratando el asunto de
eliminar los escapes no de mejorar la producción de la fábrica.
2. La expresión de emociones negativas son como, usted, sabe; aquellas
que resultan desagradables y que de buen grado nadie quiere repetir ni
experimentar. Sean ejemplos la ira, el miedo, la desconfianza, etcétera. A
veces, cuando estamos enfermos, somos proclives a quejarnos o a manifestar,
cuánto mal nos sentimos, o cuando tenemos un problema, a comunicar a los
cuatro vientos o a personas amigas, cuánto nos afecta y preocupa tal situación;
tales son ejemplos de expresar emociones negativas. No se trata de no estar
preocupado, de no estar bravo por algo, de no estar triste por algo: se trata de
No expresar nuestro pésimo estado emotivo.
3. Hablar por hablar, es uno de los actos que más energía consume. En
toda la literatura mística, así como en todas las enseñanzas ocultas y/o
religiosas, hay un continuo llamado al silencio, en casi todas las órdenes
monásticas, tanto cristianas, budistas, musulmanas, etcétera, existe el voto de
silencio. Pero el asunto según las ideas que estoy comentando, es lograr una
real diferenciación entre la genuina e indispensable necesidad de
comunicación y el acto vicioso de hablar de cualquier cosa, por el simple
hecho de no lograr poder quedar callado. Al humano, le cuesta mucho trabajo
hacer silencio sobre aquellos asuntos que son de su interés y tiende a hablar de
ellos una y otra vez y con cualquier persona. Esto tiene que ver, en mucho, con
la preservación de la calidad de estas ideas; dado que, por esta mecanicidad, el
estudiante que principia en este estudio tiende a hablar de ella con personas
que: (A) están interesadas de veras o sea: tienen un considerable número de
Yoes que forman su personalidad interesados en el tema y su interés involucra
los aspectos emocional o intelectual por separado y por ello no llegan a aplicar
el conocimiento y, por consiguiente, tales personas caen en la categoría
arbitraria de Vagos (lo cual no tiene que ver con actitudes laborales). Su
interés, el de ellos, no pasa a la fase de puesta en práctica. (B) están
interesados, pero sus objetivos son dirigir las ventajas obtenidas con estas
ideas y su aplicación hacia fines egoístas, exhibicionistas, de manipulación,
etcétera, esto es en el caso de que aquello de lo que, usted, desea hablar es
sobre estas opiniones y no sobre otro cualquier tema. (C) no están interesadas
para nada y es nuestro afán de hablar, una ilusión de creer que podemos
interesarlos, rescatarlos, hacerles un favor al darles este, u otro conocimiento,
o pasarle cualquier tipo de información cuando, lo que hacemos, es dilapidar
esfuerzos hacia el exterior y perder el objetivo principal, que resulta el trabajo
interno consigo mismo.
4. Hablarse a sí mismo, esto es hablar por hablar pero hacia adentro. Es
conversar con uno mismo de cosas intrascendentes. No tiene nada que ver con
la construcción de proyectos, variantes de planes para el futuro inmediato, ni
análisis sobre situaciones de las cuales uno extrae equilibrio emocional,
comprensión, etcétera. Tampoco tiene que ver con el incontrolado fluir de los
pensamientos, con la desenfrenada corriente de ideas sino con un cierto
control consciente sobre la atención, pero dirigida hacia objetivos poco
precisos, inútiles, sin resultado de ningún tipo.
5. La irritabilidad; esto va desde la simple incomodidad, hasta el estar
visiblemente encolerizado. Usted, puede estar irritado por algo, es normal que
el hombre medio altere su equilibrio emocional cuando algo le sale mal o
cuando no sale como esperaba, y entonces se irrita. Pero tal no tiene nada que
ver con la irritabilidad, lo cual es un continuo y vicioso estar incomodado:
porque llueve, porque el cartero no trae cartas, porque el vecino oye muy alto
la radio, porque hay mucho calor, porque existen causas para irritarse y porque
no las haya, porque cuando no las hay uno se las ingenia para encontrar una
razón para incomodarse. Es una marcada tendencia hacia el mal genio, la
desconfianza, la ironía, las puyitas y los llamados malos modos. Pero es algo
que debe encontrar en, usted mismo, no en otras personas.
6. La imaginación, tiene que ver con la parte emotiva del centro
intelectual. Bien dirigida contribuye al proceso creativo pero, en sentido
general, constituye una vía de escape de energía cuando se vuelve un
sucedáneo de la realidad, un sustituto de la realidad, cuando uno se conforma
con vivir el proceso mental, como una película interna y detiene su actuar para
hacer, de veras, lo que sueña y prefiere.
7. El interés por lo externo: de por sí esto es positivo. Se vuelve vicioso y
contraproducente cuando es extremo y cuando casi cualquier cosa llama la
atención. Hay, por tanto, una dispersión de la fuerza de la atención. La vida es
un acto de creación personal, escoger qué o a qué, de lo exterior a nosotros,
vamos a dedicarle atención, es vivir de forma efectiva, pero debe haber
clasificación, valoración, elección, preferencia, eliminación, exclusión.
8. La identificación es: encontrarse uno mismo en algo externo. Es creerse
que uno es más de lo que es, que uno está fuera de sí mismo. Por ejemplo, si
alguien dice que mi perro es un perro mentecato o un perro muy feo,
ofenderme porque considero un ataque a mi persona lo que se diga de mi
perro; es identificarme con él. Pero si dicen que mi perro es un perro muy
elegante y muy fino y, entonces, me siento orgulloso, también es una forma de
identificarme con mi perro, de modo que hay un traslado de una parte de mí
hacia el perro y, eso, lo iguala a mí.
9. La prisa, tampoco, en sí misma, conlleva algo negativo. Apurarse al
hacer algo que está presionado por una meta, porque, de inmediato, debe
pasarse a otro asunto urgente, es algo racional. Ahora, el estar de continuo
apurado, el estar inmerso en el mito del no hay tiempo que perder es abrir una
brecha para el escape de la energía vital, puesto que este tipo de prisa por
gusto, esta prisa gratuita, es físicamente una aceleración, un incremento en la
velocidad de las ejecuciones, lo cual consume energía nerviosa de más,
produciendo estrés, ansiedad, posibilitando la aparición de errores, debido a la
premura, que no se presentarían si se trabajara algo más lento.
10. El soñar despierto tiene que ver con la imaginación. Ahora bien, el
soñar despierto tiene que ver con la calidad de la cosa imaginada, en lo que,
con anterioridad, denominamos imaginación; usted, puede tomar como real
escenas, conjeturas, ideaciones, favorables o desfavorables, agradables o
desagradables. Pero en el soñar despierto se trata solo de tomar sólo lo
imaginativo agradable. Es una forma de masturbación mental.
11. Acerca de la tensión muscular innecesaria; si, usted, observa con
detenimiento su cuerpo en un recorrido interno, de forma mental, por los
grupos musculares que lo forman, podrá darse cuenta que hay una gran
cantidad de músculos contraídos sin necesidad y que no están realizando
ningún trabajo. Tal, funciona como una válvula abierta gastando energía
nerviosa sin resultados.
12. La justificación de sí, es la tendencia interna a defendernos, a
presentar argumentaciones que den fe de nuestra inocencia, de nuestra buena
voluntad, de la justeza de nuestros propósitos, etcétera, ante cualquier
reclamación o denuncia que se nos haga sobre cualquier cosa.
Antes de cerrar las vías de escape de la energía, es preciso haberlas detectado
en uno mismo. Para esto es preciso la Observación de Sí, el simple observarse
sin intentar cerrar nada. Tiene que haber un desdoble de la atención, un actuar
y una observación de la actuación. En condiciones ordinarias no nos sentimos
a nosotros mismos en el momento en que experimentamos una emoción, un
pensamiento o una acción es realizada. Si esto se entiende y uno logra
recordarse a sí mismo y del propósito que está llevando a cabo, con la
intención de practicar estas ideas, toda impresión que se recibe en este estado
duplicará su fuerza, es decir, usted, comenzará a sentirse más despierto, más
vivo y su calidad psicológica de apreciación mejorará.
En un estado psíquico ordinario yo miro la calle, pero si me recuerdo que
estoy realizando un trabajo interno teniendo como herramienta este
conocimiento, ya no sólo miro la calle sino que, además, sentiré que estoy
mirando la calle. En lugar de una impresión (la de ver la calle) tendré dos: la
producida por la calle (que será externa) y otra en mí mismo (interna) al
sentirme, o observarme, mirar la calle. Esta segunda impresión, producida por
el hecho de aplicar este conocimiento técnico, es muy importante para el
desarrollo de la atención. Durante este proceso, usted, se observa y descubre
las vías de escape, poniéndoles las etiquetas de identificación a fin de
reconocerlas cuando vuelvan a aparecer: esto es estar identificado, esto es
estar irritado, esto es considerar internamente, etcétera. No debe reprimirse, o
sea, intentar tapar la fuga de energía, hasta tanto no se conozca a sí mismo al
menos un poco. El simple conocerse tal cual es, produce un cambio interno y
una tendencia a que desaparezca la vía de escape de energía. El esfuerzo o
sobre esfuerzo por tapar los salideros, conduce al error pues, gracias a la
emoción de lo que somos ahora, sin compararnos ni juzgarnos con lo que
queremos llegar a ser, es lo que produce una transformación interna:
fortalecimiento de nuestros cuerpos sutiles, formación o desarrollo de ellos,
etcétera.
En lugar de establecernos en ser conscientes de la ambición, debemos
hacernos conscientes de la sensación de ambicionar. Debemos percatarnos de
esta emoción y no del análisis intelectual de la ambición. El conflicto en sí,
apresado por la mentalidad intelectual no produce cambios, sólo cambia
nuestro nivel de ser cuando tenemos consciencia de nuestro estado emocional
al respecto de algo.
No luchar por cambiar, sino ser conscientes de lo que se es, tal producirá el
cambio de ser, elevándonos a otra categoría esencial. Esto es un largo proceso
quizás de tantos años que dure la existencia en sí misma. El aprestarnos a
conseguirlo dará la experiencia y la veracidad de cuán difícil resulta este
trabajo interno, el cual, si no único, si seguro método de adquirir cualidades
distintas a las de nuestro ser ordinario, tal como se diferencia un anillo de
papel de un Pliego de Möebius.

23 PROTOCOLO MÍNIMO DE
REVISIÓN DE TEXTOS

Quienes nos dedicamos a escribir con interés profesional para comunicarnos


por medio del lenguaje escrito, necesitamos una cierta rutina de oficio a fin de
hacer nuestra labor más rápida y segura. Al final, siempre terminaremos de
acuerdo con Alfonso Reyes, según nos cuenta Borges en una entrevista a la
TV española y que, en términos generales, queda en que los escritores
acabamos publicando nuestros textos porque de otra forma no terminaríamos
nunca de corregirlos.
Después de terminado el proceso creativo de armar el argumento del cuento o
la novela, por decir algo, usted, debe releer la obra al menos tres veces con
suficiente tiempo entre veces como para eliminar el amor maternal o paternal,
según sea el caso (si se trata de autor o autora), que pueda tenérsele al trabajo,
en busca de eliminar todo lo que sobra, todo lo que se cae de la mata,... cosas
como la oscura noche, porque todas las noches son más o menos oscuras, y si
es necesario para la trama que se describe recalcar la oscuridad de esa noche,
diga mejor que no había luna o que el alumbrado público era deficiente, no sé,
invente, usted, la excusa; pero no me diga algo sobre la noche que la noche
misma ya me está diciendo.
Algunos colegas me han dicho ¡Bah… para eso están los editores! Y es muy
cierto… Por mucho que uno se esmere siempre el editor, cuya responsabilidad
es poner en manos del lector un libro digno, es decir, sin erratas, sin
disparates, correcto, digamos perfecto. Pero en estos tiempos que corren en
que uno, en la práctica, publica un blog directamente e incluso puede poner la
propia producción literaria gratis en internet, o venderla por sus propios
medios, no sé, pero me parece de todas formas más apropiado convertirse en
editor, bueno o malo, y no dejar en manos de otro la responsabilidad de la
calidad de cómo me expreso o de cuán extremado o puntilloso pueda ser en
cuanto la seriedad de los datos que manejo… en lo personal no creo que lo
haya logrado pero no quiere decir que no lo intente. No me gusta la
posibilidad de dejar, porque en realidad así mismo ocurre, que se diga que un
escritor que se tiene por bueno lo es porque su editor le corrige las faltas o que
los escritores se llevan las palmas que se ganan los editores, que tampoco es
otra mentira. Porque quizás no siempre pero muchas veces el editor termina
siendo tan autor del libro como quien lo escribe y sin embargo queda relegado
en los créditos recónditos de la página legal del libro. Así que, por orgullo o
por vergüenza, sugiero que hagamos un mínimo de esfuerzo por escribir bien
y por ser profesionales del recurso del leguaje.
-Terminaciones en mente como formas adverbiales,
-Abuso de adjetivación,
-Abuso de sustantivos indeterminados: cosa, un, algo, etcétera, buscar palabras
precisas.
-Repeticiones próximas de la misma palabra, cambiar por sinónimos.
-Puntuación.
-Abuso de mayúsculas.
-Palabras en otros idiomas van en cursivas.
-Abuso de la preposición: de
-Demasiados adverbios: después, entonces, también, sin embargo, aunque, así
que, de tal modo, etcétera. Cambiarlas por sinónimos, usar otros giros o
eliminarlas si no afectan la comprensión de lo que se dice.
-Abuso del relativo: que.
-Su relativo y la anfibología.

El uso de las comas


Debe evitarse separar sujeto y predicado con comas, así como los
complementos directo, indirecto y circunstanciales del verbo a menos que
resulten oraciones demasiado largas.
El uso correcto de los signos de puntuación es fundamental a la hora de
redactar cualquier tipo de texto.
El buen empleo de las comas nos permite, entre otras posibilidades, lograr una
adecuada entonación de las frases, así como más claridad en el mensaje que se
transmite.
La coma indica una pausa breve durante el enunciado y, en la mayoría de los
casos, se corresponde con una pausa en la entonación, no obstante, hay casos
en que la coma es obligada en la escritura sin que exista pausa obligada en la
entonación.
– Sí, señor (se pronunciaría todo seguido).
– Y, en efecto (se pronunciaría todo seguido sin pausas)
– Así, pues (lo mismo se pronunciaría sin hacer pausas).
El uso de la coma no siempre es indiscutible, pero un mal uso de ella –como
por ejemplo el exceso o falta de comas– puede hacer incomprensible cualquier
texto, ya que el cambio o supresión de este signo de entonación puede
transformar totalmente el sentido de una frase.
De hecho, la coma sirve para resolver ambigüedades:
– No sé bailar, bien lo sabes. (En este caso el individuo dice que no sabe bailar
nada).
– No sé bailar bien, lo sabes. (En este otro, sí sabe, pero no bien).
– No. Sé bailar bien, lo sabes. (En este caso, baila perfectamente).
Vamos, seguidamente, a dividir este estudio sobre las comas en tres apartados:
Comas obligatorias, comas opcionales y usos incorrectos de las comas.
Comas obligatorias
Se usan para separar elementos de una serie (grupos de palabras de igual clase
o función), menos el último elemento si viene precedido por las conjunciones:
y, e, o, u. Por último y en general, se separan siempre con comas dos
complementos del mismo tipo.

– Se trata de un hombre muy reservado, estudioso y trabajador.
– Miraban pasar el tiempo a través de la ventana sin descanso, sin esperanza,
sin ilusiones.
– ¿Quieres tarta, galletas o pastas para merendar?
– Te lo comunicaré a finales de año, unos días antes de las vacaciones de
Navidad.
Cuando los elementos de la enumeración constituyen el sujeto de la oración o
un complemento verbal y van antepuestos al verbo, no se pone coma detrás del
último.
– El perro, el gato, los peces y los pájaros son animales mamíferos.
– De chanchullos, mentiras y fraudes no quiere ni oír hablar.
No obstante, se coloca una coma delante de la conjunción “y” cuando la
secuencia que encabeza expresa un contenido (consecutivo, de tiempo, etc.)
distinto al elemento o elementos anteriores.
– Hicieron la compra, limpiaron la casa, y se fueron a jugar al parque.
Para finalizar, será recomendable el empleo de la coma cuando une oraciones
de cierta extensión y distinto sujeto, y, especialmente, cuando el contenido es
también diferente.
– Jaime me comentó muchas cosas acerca de sus problemas conyugales, y yo
no supe cómo consolarlo.
– Juan estuvo enfermo toda la semana, y Teresa no apareció por casa.
La coma se sustituye por punto y coma con el fin de separar partes del
enunciado que ya llevan comas, pero el último elemento ante el que aparece la
conjunción copulativa, va precedido de coma o de punto y coma.
– En el armario puso sus trajes; en los cajones, sus jerséis, y en la mesita todo
lo demás.
– Mi jefe, Joaquín Mendoza; la secretaria, Ágata Soler, y todos los empleados
se reunieron después de acabar la jornada laboral.
En general, se escribe coma delante de las conjunciones “y, o, ni” para evitar
que se produzcan ambigüedades:
– Casi siempre estudió por la mañanas, y por las tardes nunca trabajó/ Casi
siempre estudio por las mañanas y por las tardes. Nunca trabajó.
También, se ponen comas delante de las conjunciones “y, o y ni” cuando nos
encontramos con dos o más oraciones unidas ya por alguna de estas
conjunciones, o cuando nos encontramos con dos o más sintagmas que ya
contenían dichas conjunciones:
– María duerme poco y come menos, y no deja de trabajar a todas horas.
– Sus novelas son interesantes y bien construidas, y sus poemas bellísimos.
Se escribe una coma para aislar y destacar un vocativo dentro de la frase y
cuando el vocativo va en medio del enunciado, se escribe entre comas.
– Escucha, Julio, no quiero repetírtelo dos veces.
– He dicho que vengáis, chicos.
– Acércame, Isabel, el vaso.
Los incisos que interrumpen momentáneamente la idea principal, ya sea para
aclarar o ampliar lo dicho, ya sea para mencionar al autor u obra citados, se
escriben entre comas. Son incisos:
Los vocativos en medio de las frases que ya hemos nombrado hace un
momento.
– Tráeme, Juan, el paraguas.
Las aposiciones explicativas van entre comas, no confundir con las
aposiciones especificativas en las que se destaca algo del grupo las cuales no
llevan comas.
– El asesor fiscal, Mario Luque, es economista. (Aposición explicativa. Solo
hay un asesor fiscal que es Mario Luque.)/ El asesor fiscal Mario Luque es
economista. (Aposición especificativa. Hay varios asesores fiscales y
destacamos a Mario entre ellos.)
Las oraciones intercaladas, como, por ejemplo, las explicativas de relativo,
participio o gerundio.
– Las niñas, que sacaron buenas notas, estaban contentas. (En este caso todas
las niñas sacaron buenas notas.)/Las niñas que sacaron buenas notas estaban
contentas. (Sólo algunas niñas sacaron buenas notas.)
– Ana, animada por el resto de sus compañeros, consiguió ganar la carrera.
– El hombre, creyéndose responsable del accidente, decidió entregarse a la
policía.
Van también entre comas los casos en que la oración se interrumpe para
mencionar el autor u obra citados.
– La razón, dijo un filósofo, la posee quien la ha perdido.
Y, en general, cualquier comentario, explicación o precisión sobre algo dicho
anteriormente.
– Todos mis amigos, incluido Juan, se mostraron encantados con mi propuesta.
– Mi hija nos proporcionó, después de tantos sinsabores, una inmensa alegría.
– Todos me felicitaron, excepto tú.
– Siempre me levanto pronto, salvo los fines de semana.
– Excepto yo, todos se fueron de vacaciones.
– Aquella actriz, esa es la verdad, resultó ser una principiante.
– Ana es, según dicen, una gran cantante.
Cuando se invierte el orden regular de las partes del enunciado, anteponiendo
elementos que suelen ir pospuestos, debe ponerse una coma delante de la parte
que se anticipa. Pero es de advertir que en las transposiciones cortas y muy
perceptibles no se ha de poner esa señal.
– Para escribir una buena novela, se necesita tiempo y dedicación.
– A buen entendedor, pocas palabras bastan.
– A las personas que vengan mañana por la mañana, se les entregará un
folleto.
Dentro de este apartado deberán separarse con coma los complementos
introducidos por locuciones preposicionales del tipo (en cuanto a, respecto de,
a pesar de, a tenor de…), si comienzan frase.
– En cuanto llegaron, se aposentaron en los mejores asientos.
– Respecto a esa cuestión, ya está zanjada.
– A pesar de su interés, no pudo aprobar.
Se tendrá en cuenta la siguiente norma práctica: si el elemento antepuesto
admite una paráfrasis con “en cuanto a”, es preferible usar la coma:
– Trabajo, no le falta.
Si, por el contrario, admite una paráfrasis con las expresiones “es lo que” o “es
el que”, no se empleará coma.
– Aspiraciones deberías tener.
También suele anteponerse una coma a una conjunción o locución conjuntiva
que une las proposiciones de una oración compuesta, en los casos siguientes:
Se pone coma delante de las proposiciones coordinadas adversativas
introducidas por conjunciones como: pero, mas, aunque, sino, sin embargo, a
pesar de.
– Puedes llevarte mi cámara de fotos, pero ten mucho cuidado.
– El avión despegó, a pesar del mal tiempo.
Conviene separar la oración subordinada de la principal, con independencia de
cuál sea su orden, por lo que llevarán siempre comas. Así, va coma delante de
las proposiciones consecutivas, concesivas y causales introducidas por: con
que, así que, de manera que, puesto que, debido a que, por tanto, aunque, etc.
– Me suspendieron matemáticas, por tanto tengo que volver a presentarme al
examen.
– El sol me está molestando, así que tendré que cambiarme de sitio.
– Está haciendo mucho frío, con que abrígate bien.
– Como ha llovido, las aceras están mojadas.
– Iré mañana a la oficina, puesto que tengo que acabar un informe.
– Debido a que las obras no habían acabado, las clases comenzaron más tarde
de lo previsto.
– Tienen frío, porque están tiritando.
– Están de enhorabuena, pues les ha tocado la lotería.
– Le aconsejaron que no viniera, luego no tiene excusa.
En las oraciones condicionales sólo es obligatoria la coma cuando la prótasis
(oración condicional) precede a la apódosis (oración principal).
– Si lo conocieras bien, no dirías eso de él.
– Como no te pongas a dieta, estarás gordísima dentro de poco.
En cuanto a las oraciones distributivas, los elementos que introducen estas
conjunciones (ora…ora, bien…bien, ya…ya) llevan comas.
– Ya vengas a casa, ya te vayas ahora mismo, me da igual
– Una de dos, o bien entras de una vez, o bien sales para siempre de esta casa.
En el caso de las locuciones conjuntivas explicativas se ponen siempre entre
comas. Es el caso de (es decir, a saber, esto es, o sea).
– Dijo que vendría sobre las dos, es decir, antes de comer.
– Estas dos palabras son homónimas, esto es, suenan igual.
Cuando a “o sea” le sigue “que”, se suele omitir la segunda coma.
– Estaba cansada, o sea que se fue a la cama.
Muchos adverbios, locuciones adverbiales y locuciones conjuntivas han de
separarse mediante comas. Entre las más importantes destacamos:
efectivamente, realmente, verdaderamente, así, además, en ese caso, en tal
caso, en cambio, sin embargo, no obstante, aun así, con todo, por tanto, por
consiguiente, pues bien, y las formas concluyentes del tipo en fin, en resumen,
en síntesis, en una palabra, por último.
Además, si aparecen en medio de la frase van entre comas.
– Por consiguiente, no vamos a tomar ninguna decisión precipitada.
– No obstante, es necesario que tomemos una decisión.
– Efectivamente, no tienes razón.
– Dime, entonces, cuántos caramelos quieres.
– Él, al menos, aprobó la asignatura.
– Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron.
– El representante era, quizás, el menos propicio.
– Realmente, no entiendo por qué te marchas.
– En fin, creo que va siendo hora de que tomemos una decisión.
– En este caso, no quiero saber más de este asunto.
– En síntesis, trataremos de mejorar.
– En una palabra, estoy harta.
En los casos en que se produzca una elisión del verbo, porque ha sido
anteriormente mencionado o porque se sobreentiende, se escribe en su lugar
una coma.
– A mí me encanta la comida italiana; a María, la china
Se usa coma al final de las oraciones formadas por participio o gerundio:
– Emocionada por la noticia, corrió enseguida a contarlo.
– Saltando y riendo, los niños corrían por el bosque.
Se escribe coma para separar los términos invertidos del nombre completo de
una persona o los de un sintagma que integran una lista (bibliografía, índice,
fechas…).
–Buero Vallejo, Antonio. Historia de una escalera, 11ª ed., Madrid, Espasa,
Calpe, 1987.
– Construcción, materiales de
– En un estudio reciente (Bentler, 1992).
– Santiago, 8 de enero de 1999
También entre el nombre propio y su seudónimo o apodo
– Mauricio, el gato, era un ladrón profesional.
La coma sirve para separar la parte decimal en las cantidades con decimales,
aunque en el ámbito científico este signo suele ser sustituido por un punto.
– 2,24/2.24 (Ámbito científico).
Se pone coma en la repetición de una misma palabra cuando se quiere explicar
algo referente a ella.
– He comprado un magnífico coche, coche que me ha dejado sin dinero en el
banco.
En un último lugar, hay una coma que se suele olvidar con facilidad es la que
va delante de la palabra etcétera o de su abreviatura etc., tras hacer una
enumeración marcada por comas.
– Trajeron papas, cacahuetes, ganchitos, olivas, etc.
Comas opcionales
Si ponemos comas en las oraciones copulativas y disyuntivas entre dos
secuencias cortas, se consigue transmitir o señalar mayor énfasis. De este
modo, destacamos el último término:
– Este domingo por la tarde, iremos al cine, o saldremos a tomar algo.
– Al teatro van tus primos, mis amigos, y la chica que conociste el otro día.
En ocasiones, es necesario el uso de la coma para evitar confusiones, como,
por ejemplo, delante de un relativo, si aparece separado de su antecedente.
– Pedro es un amigo de Luis, que vive en Valencia.
También se suele poner coma cuando precede a otra conjunción o cuando se
enlazan elementos en los cuales ya existía una conjunción:
– Al final le ha dicho que venga, y porque no dejaba de insistir.
– Comimos y bebimos todo lo que quisimos, y disfrutamos como nunca.
En el caso de las conjunciones o expresiones conjuntivas (pues, por tanto, así
pues, por consiguiente…), pueden dejar de ir entre comas si en su entorno
aparecen otras comas más importantes.
– Habíamos tenido muchas visitas, estábamos cansados, etc., y no quisimos
por tanto salir esa noche fuera.
– Hicimos la compra, limpiamos la casa, y encima llevamos al veterinario mi
perro.
Por último, tenemos otro caso, curioso, es el de “por ejemplo”, ya que hay
casos en los que no funciona como inciso (entre comas) sino que adquiere un
valor adverbial similar al de “como”.
– A veces me voy paseando, por ejemplo cuando voy al trabajo.
Uso incorrecto de la coma
Debe evitarse separar el sujeto y el predicado mediante coma:
– Las estanterías del rincón, estaban perfectamente organizadas.
– Un desgraciado incidente, ocasionó la dimisión de la junta directiva.
Se exceptúan, como ya hemos visto, los casos en que media un inciso entre
sujeto y predicado o cuando el sujeto es demasiado largo:
– La nueva terapia, como ya ha quedado apuntado anteriormente, permitirá
avanzar en la ciencia.
– Las alumnas de este colegio que hagan siempre los deberes y estudien todas
las lecciones del libro, serán premiados con puntos positivos en las notas.
Las oraciones subordinadas sustantivas no se separan con comas de la
oración principal:
– Nos prometieron, que vendrían ese domingo a visitarnos.
Tampoco se separan con comas las causales introducidas por la
conjunción “porque” a no ser que se trate de una pseudocausal e
introduzca una consecuencia y no una causa.
*– El suelo está mojado, porque anoche llovió.

No debe colocarse la coma detrás de la conjunción “pero” cuando esta preceda


a una oración interrogativa.
*– Pero, ¿te aprobaron al final?
Sí se pueden poner puntos suspensivos:
– Pero… ¿te aprobaron al final?
No se separan tampoco entre comas las consecutivas intensivas con las
conjunciones “tan…que, tanto…que, tal…que”.
*– Está tan ocupado, que apenas tiene tiempo para divertirse.
No se debe poner coma entre las dos partes de un predicado compuesto:
*– Los resultados obtenidos en el experimento, y todas las pruebas realizadas
en el laboratorio contradijeron la hipótesis e indicaron que ésta era errónea.
No usaremos comas ante paréntesis o rayas:
*– Cuando llegó del despacho, –sobre las cinco de la tarde– lo contó todo.
No usar tampoco la coma para separar las partes de una medida.
*– 3 minutos, 30 segundos.
Uso de las mayúsculas
Llevan mayúsculas los nombres propios de personas, animales y lugares, los
de disciplinas científicas cuando se les refiere como nombres de escuelas o
asignaturas pero no en sentido general.
No la llevan los nombres simples tales como los gentilicios o grupos étnicos,
ni los títulos de nobleza o cargos públicos.
Además, aunque peque de excesivo y sepa que repito aspectos ya
mencionados, a continuación, anexo parte de la Norma Cubana de Edición,
por considerarla de utilidad y más autorizada referencia, pero advirtiendo que,
quizás, en otros países de habla española existan ligeras variantes, las cuales,
quienes se interesen en sintonizarse con el profesionalismo de la literatura
deben tratar de agenciarse las normas propias del país donde residen.

24 PARTE DE LA NORMA EDITORIAL CUBANA


3. Términos y definiciones
3.1 Alineación
Criterio de distribución de los renglones (denominado también justificación).
Puede ser a la izquierda, derecha, centro (arbolito) o en bloque.
3.1 Anexo
Conjunto de documentos, estadísticas, ilustraciones, gráficos, etc., de los
cuales puede no ser autor el de la obra principal.
3.2 Anotada o edición comentada
Libro que lleva notas explicativas al margen o al pie del texto no redactadas
por el autor, con el fin de aclarar o actualizar la obra.
3.3 Anteportada o portadilla
Lleva solo el título del libro. La tipografía empleada debe ser mucho menor
que el puntaje utilizado en la portada. Es la página anterior a la portada.
3.4 Apéndice
Texto que se une o agrega al término de una obra, por su mismo autor. Sirve
de continuación o prolongación de aquella.
3.5 Arte final
Original definitivo de un trabajo de diseño y composición gráfica.

3.6 Boceto
Diseño rápido y general para desarrollar una idea gráfica.
3.7 Capitular
Inicial que se coloca al comienzo de un capítulo, un párrafo, un verso o de una
parte importante de cualquier impreso. Puede abarcar dos o más líneas de
texto.
3.8 Colección
Serie de obras que ha sido editada siguiendo una secuencia o plan de edición
en el que se incluyen las características técnicas y el contenido de cada uno de
los títulos que la conforman.
3.9 Colofón
Información al final de una obra impresa según el criterio del autor, editor o
impresor.
3.10 Copyright
Palabra inglesa que significa “derecho de copia” o “propiedad reservada”,
protege los derechos del autor de una obra literaria, plástica, manual o
musical. Se utiliza el símbolo ©, seguido del nombre del titular del derecho de
autor y del año de publicación de la obra.
Esto, es un acuerdo de la Convención Universal de Derecho de Autor (1952),
convocada por la UNESCO.
3.11 Contracubierta
Parte interna de la cubierta del libro a la que se pegan las guardas.
3.12 Dummy
Su traducción equivale a “imitación o cosa fingida”. Maqueta de un libro, o
sea, obra cuyo diseño, formato y características editoriales están en proceso de
realización. Una maqueta ocupa el lugar intermedio entre un boceto y un arte
final.

3.13 Edición
Conjunto de actividades y pasos previos a la publicación de un impreso.
Conjunto de ejemplares impresos.
3.14 Editor
Persona o entidad que edita una obra. “Persona que cuida de preparar,
siguiendo criterios filosóficos, un texto ajeno que ha de publicarse.”
3.15 Encuadernación
3.15.1 Económica
Encuadernación de catálogos, folletos, etc., que por ser poco voluminosos se
cosen al lomo con un corchete de alambre.
3.15.2 En cartoné
Encuadernación corriente en que las tapas se forran con papel y el lomo con
tela.
3.15.3 Media pasta
El cartón de la cubierta se forma con papel o tela, las puntas con tela o
pergamino, y con piel el lomo.
3.15.4 Rústica
Encuadernación ligera en la que el libro, luego de cosido y prensado, se
recubre con una cubierta de papel o cartulina, encolada al lomo. Puede o no
llevar solapa y cejillas.
3.16 Familia
Alfabeto tipográfico que agrupa varios diseños pertenecientes a un mismo tipo
de letra. La familia puede ofrecer letras cursivas, negras, anchas, estrechas.
3.17 Fascículo
Cada parte de una obra dividida y publicada.
3.18 Fe de erratas
Relación de errores (gazapos) incurridos en una obra impresa.
3.19 Foliar
Colocar folios (números) consecutivamente a las páginas de un libro o
publicación. Paginar.
3.20 Fondo editorial
Cantidad de títulos producidos por una casa editorial sobre los cuales conserva
ejemplares en los almacenes. Lista de títulos del catálogo editorial.
3.21 Formato
Dimensión del tamaño final de una obra impresa; se expresa en centímetros
medidos en ancho por alto.

3.22 ISBN
Número internacional normalizado para libros. Proporciona un código único
de identificación para todos los libros publicados en cada país, región o área
idiomática, concebido precisamente para facilitar el intercambio y comercio
nacional e internacional. Se asigna a libros, folletos, publicaciones
audiovisuales, microformas, publicaciones en Braille y software de
computación. El ISBN debe imprimirse en un cuerpo de letra de 10 puntos
ypreferiblemente debe ubicarse en la página de créditos (Fuente CERLALC).
El ISBN está integrado por diez dígitos distribuidos en cuatro segmentos:
a) Código identificador del grupo (país, región o área idiomática).
b) Código identificador del editor.
c) Código identificador del título.
d) Dígito de comprobación (número que garantiza la correcta utilización del
sistema), el cual es asignado por la agencia del ISBN en los respectivos países.

3.23 Guarda
Páginas que dobladas por la mitad sirven para unir el libro y la tapa. Pueden
ser en blanco o impresas. No siempre se ponen.
3.24 Logotipo
Símbolo gráfico que identifica una marca, empresa o actividad.
3.25 Lomo
Parte del libro opuesta al corte delantero, por donde se cosen o pegan los
pliegos con la cubierta. Suele contener el título del libro, el nombre del autor y
la firma editorial o logotipo.
3.26 Reedición
Volver a editar una obra o trabajo impreso. Significa corregir erratas, suprimir,
modificar y agregar textos e ilustraciones. Relación de errores (gazapos)
incurridos en una obra impresa.
3.27 Reimpresión
Volver a imprimir un texto, publicación o libro con las mismas características
y especificaciones técnicas de la edición anterior.
3.28 Serie
Colección de libros que ha sido editada siguiendo una secuencia y que en su
conjunto forma una unidad.
3.29 Sobrecubierta
También llamada capa, es una faja de papel que se coloca sobre la cubierta del
libro en obras normales o en las de lujo. Forro de papel u otra materia que
protege al libro y no está adherido a él.
3.30 Solapa
Parte de la sobrecubierta o cubierta que se dobla hacia adentro, abrazando la
cubierta por el perfil de corte en las obras encuadernadas. Muchas veces se
ponen datos del autor y títulos de libros publicados en la colección, en la
editorial o por el mismo autor.
3.31 Texto
Término usado como designación general del material para denominar un
impreso que se puede leer a simple vista (libro, folleto u hoja suelta),
denominado también como tripa.
3.32 Versal
Letra mayúscula que en la caja tipográfica se agrupa en la parte alta de esta.

3.33 Viñeta
Término proveniente de los primeros adornos tipográficos que representaban
una hoja de vid.
3.34 Viuda
Renglón tipográfico de menor ancho que los anteriores y que al compaginar
queda iniciando página. Debe considerarse como error.
3.35 Volumen
Nombre dado a los rollos (papiros). Se usa para indicar la cantidad de libros de
una biblioteca. Señala la secuencia de una obra editorial producida en varios
tomos. Para la Academia es “el cuerpo material de un libro encuadernado”.
4. Evaluación del original
El original es la prueba impresa a dos espacios que el autor entrega a la
editorial junto con un disquete o CD de la misma.
Durante el proceso de evaluación se debe tener en cuenta lo siguiente:
1. Si tiene prólogo, índice, bibliografía, nota a la edición (si la lleva), notas al
pie (comprobar que aparezcan señaladas), relación de pies de figuras (si los
lleva), relación de leyendas interiores (si las lleva).
2. Si las Ilustraciones están referidas y ubicadas en el original.
3. Foliación correcta.
4. Revisar el original de forma general con el fin de detectar las
irregularidades que puedan existir en cuanto a estructura: partes, capítulos,
epígrafes, bibliografía incompleta y otros problemas.
4.1 Lectura inicial
En esta primera etapa se pude detectar si la redacción y el estilo son
comprensibles; si no existen ideas repetidas; si la división en partes, capítulos,
epígrafes... es la adecuada; si los títulos y subtítulos poseen la subordinación
que les corresponden.
4.2 Trabajo de redacción
4.2.1 Con el original
1. Deberá atenderse fundamentalmente la gramática, la redacción, el estilo, el
perfil editorialy el de la colección si fuera necesario.
2. Durante la revisión, el editor señalará al margen todas las dudas,
sugerencias o modificaciones para su consulta con el autor y las dudas o
verificaciones posteriores que debe hacer como editor.
3. Verificará si se corresponden las explicaciones del texto con las
ilustraciones, leyendas interiores, pies de figuras...
4. Durante todo el trabajo de revisión velará por la no omisión de capítulos,
palabras, signos de puntuación correctos...
5. Garantizará la uniformidad en cuanto a palabras, símbolos o estructuras que
se repitan, vocablos aceptados con dos escrituras, tratamiento de los
pronombres demostrativos, subdivisiones dentro del texto, estructura de
epígrafes, etc., con la finalidad de mantener un solo criterio.
6. El editor, de acuerdo con el grado de subordinación de títulos y subtítulos,
determinará las valoraciones para facilitar la selección de la tipografía por
parte del diseñador.
7. Revisión de la bibliografía de acuerdo con las normas establecidas.
8. Uniformidad y correspondencia de títulos y subtítulos con el índice general,
el cual deberá ser funcional, es decir, brindarle al lector la información
adecuada de acuerdo con la temática de que se trate y el público al que está
dirigida la obra.
9. Cotejará las citas y todos los textos necesarios con vistas a garantizar su
coincidencia con la fuente original.
10. Confeccionará la portadilla, portada, página de créditos, textos de la
cubierta, contracubierta, solapas y todos los textos que sean necesarios,
atendiendo a los perfiles editoriales y de la colección de que se trate.
11. Señalará, lo más legible posible, los cambios, sustituciones y adiciones
mediante los signos convencionales para la revisión de originales. Las señales
que se hagan deben ser claras para evitar pérdida de tiempo al tratar de
descifrarlas y que se cometan errores.
12. Informará al diseñador del contenido específico del libro, sus
complejidades y todos aquellos aspectos que faciliten una mejor comprensión
de la estructura de la obra.
13. Si se emplea la notación decimal en los títulos y subtítulos (forma muy
usada en los libros científicos) deberá garantizarse la utilización de números
arábicos para designar los capítulos y no mezcladas con los números romanos.
4.2.1 Con las ilustraciones
1. Chequeará que las ilustraciones se correspondan con los pies y unificará la
presentación de ambos.
2. Verificará que las leyendas se correspondan con la ilustración y el texto
donde se refieren y que la tipografía de las leyendas de todas las ilustraciones
esté unificada.
3. Verificará que las ilustraciones estén ubicadas lo más cercano a su
referencia y siempre después de esta, no puede estar antes de la referencia.
4.2.2 Con las tablas
1. Garantizará la correspondencia de las tablas con el texto, la presentación, la
referencia en el texto y la delimitación de la cabeza y el cuerpo.
2. Velará por la uniformidad de todos los aspectos de la tabla: título,
numeración, cuerpo (cabeza y contenido) y el pie (fuentes y notas).
3. Cuando se desee indicar que no existe el dato de la columna se pondrán tres
puntos. Pero si el dato existe y no se conoce, se colocarán tres guiones en el
lugar que ocuparía el dato. (En el caso que la tabla sea tomada de las
publicaciones internacionales, se respetará la norma que ellos utilizan,
wjemplo: Federación Internacional de Atletismo). No se permiten casillas en
blanco.
4. Si es necesario hacer una aclaración en una tabla, se utilizará una llamada
(asterisco) y se pondrá la aclaración al pie de la tabla y antes de consignar la
fuente.
5. Para hacer llamadas sobre palabras se emplean números volados; pero si
son sobre números se utilizan letras minúsculas voladas o asteriscos.
6. Al partir una tabla se debe tener en cuenta el número de la página. De
página par a impar no es necesario repetir el título, pero de impar a par deberá
repetirse la palabra tabla, el número de orden y después la palabra
continuación, entre paréntesis, en baja y en redondas blancas.
7. Cuando el cuerpo de la tabla se parte, para continuarlo en la página par, la
continuación del cuerpo no puede ser menor en altura de la caja tipográfica
que el espacio que ocupa la presentación de dicha tabla.
8. La tabla debe ubicarse después de la referencia en el texto, nunca antes.
4.2.3 Consulta técnica
1. Aclarará con el autor todas las dudas señaladas en las cuartillas y en las
ilustraciones.
2. Realizará las sugerencias y arreglos necesarios con la aprobación expresa
del autor.
3. Al editor no se le permite alterar el original sin la aprobación del autor,
incluido lo relacionado con signos de puntuación, para evitar que surjan
errores de contenido. El autor deberá firmar la primera prueba de planas en
conformidad con el texto corregido,
4. Durante la aclaración de las dudas, el editor borrará los cambios no
aprobados o dudas resueltas y dejará solamente lo aprobado por el autor. Es
este el momento en que el editor propondrá al autor cualquier modificación,
independiente de lo señalado en el original, como pueden ser: cambios en la
estructura del libro, movimientos de párrafos, capítulos y otros.
5. Si el original posee índice de materias, verificará que todas las palabras que
aparecen en este se encuentran en el texto; además, propondrá incluir aquellas
palabras que considere necesarias.
4.2.4 Filtraje del original
1. Hará una lectura corrida a todo el material, según las normas establecidas
para cada complejidad, con el objetivo de detectar cualquier aspecto que
pudiera haberse omitido.
2. Comprobará nuevamente la unidad general del texto, sangrías, valoraciones,
tipos de párrafos, etc. Cuidará que esté bien establecido el orden de
subordinación, es decir, números, letras minúsculas, viñetas destacadas y
viñetas menos destacadas.

4.3 Revisión de los arreglos realizados


El material impreso después de efectuados los arreglos deberá ser copia fiel
del original aprobado por el autor.

4.4 Revisión del marcaje tipográfico. Aprobación de los bocetos de cubierta y


de la cubierta realizada
4.4.1 Revisión del marcaje tipográfico
1. El editor, en coordinación con el diseñador, analizará la tipografía propuesta
por este último, así como el puntaje y las alineaciones en las diferentes
valoraciones.
2. Cuidará que las negras no estén subordinadas a las cursivas o a las blancas
redondas, sean altas o bajas, y que las altas y bajas no lo estén a las altas todas.
3. Velará porque los blancos en la cabeza, pie, falda y medianil sean los
adecuados.
4. Comprobará que el puntaje empleado en las tablas no dificulte la lectura por
ser muy pequeño. Asimismo, que en la cabeza de las tablas o cuadros la
presentación del texto sea la misma en todas; es decir, centrada, justificada a la
derecha o a la izquierda.
5. Verificará que esté señalado el tipo de párrafo, ubicación y puntaje del folio
explicativo (si lo lleva), notas al pie, pies de ilustraciones, páginas en blanco,
páginas de comienzo de capítulos, diseño de la página de créditos de acuerdo
con los perfiles.
6. Que se cumplan los perfiles editoriales y de cada colección.
7. Revisará detalladamente la carta tecnológica elaborada por el diseñador y la
aprobará teniendo en cuenta todos los aspectos anteriores.
4.4.2 Aprobación de los bocetos de cubierta
El editor debe realizar las tareas siguientes:
1. Comprobar si se refleja el contenido general del libro y trasmite el mensaje
al lector.
2. Comprobar si la tipografía empleada es objetiva, clara y altamente legible y
si no está superpuesta sobre colores o tonos que dificultan la lectura.
3. Someter el boceto de cubierta a la aprobación del autor mediante firma.
4. Verificar si se mantiene la estética y la uniformidad en relación con el
diseño interior del libro y que se cumplen los parámetros correspondientes a
los perfiles o la colección.
5. Comprobar que aparezca el logotipo de la Editorial y el código de barras.
6. Velar por que la nota de contracubierta trasmita el mensaje del contenido del
libro.
7. Comprobar que el color verde no esté superpuesto sobre el amarillo, lo que
provoca cansancio visual.
4.4.3 Aprobación de la cubierta realizada
1. Todos los señalamientos efectuados en el boceto fueron solucionados.
2. Se mantiene la correspondencia entre el texto de la cubierta y el de la
portadilla y la portada, así como la diferencia de puntaje entre sí de las dos
últimas en relación con la cubierta.
3. Todos los elementos de la cubierta están presentes y en el lugar adecuado,
de acuerdo con el perfil de la Editorial y el de la colección.
4. La cubierta haya sido aprobada por el autor mediante firma.
5. No falte el código de barras.
4.5 Revisión de la primera prueba de composición
1. Comprobará que no falta página alguna y la foliación sea la correcta.
2. Hará el cotejo del original y chequeará que no existan capítulos que
terminen en una ilustración, títulos con preposiciones, artículos o conjunciones
al final de línea, líneas viudas y otros.
3. Comprobará la unificación en:
a) Espacio entre titulares y texto, texto y título, texto y citas, texto e
ilustración, ilustración y pie, texto y notas al pie, texto y folio.
b) Separación de párrafos en el americano, no así en el español.
c) Sangría unificada en el párrafo español.
d) Inicio de capítulos.
e) Notas al pie.
4. Chequeará la correspondencia del índice con el título, dentro del texto.
5. Chequeará en el texto lo siguiente:
a) No existen más de tres líneas seguidas que acaban con guión o signos de
puntuación y tampoco con más de tres palabras iguales.
b) No aparecen palabras cuyo significado es obsceno o malsonante, o frases de
sentido distinto de aquel que quieren expresar, al principio de línea.
c) Al principio o final de línea no deben quedar abreviaturas o números mal
colocados.
d) Una línea nunca debe terminar con un blanco inferior al de la sangría (línea
corta).
e) Debe evitarse que una línea tenga menos de cinco letras, sin contar el punto.
Sin embargo, en medidas muy cortas esto no es posible y pueden admitirse
líneas con tres letras, llamadas líneas ladronas.
f) Una página nunca debe empezar con una línea corta de final de párrafo.
g) Un capítulo no debe tener en su última página menos de cinco líneas.
h) En un texto a dos columnas, cuando exista número impar de líneas, la
segunda debe llevar una menos, nunca la primera.
i) Un capítulo no debe terminar en una ilustración.
j) Cifras, números romanos, símbolo del Sistema Internacional de Unidades,
fechas y otros estén separados de la palabra de los acompaña.
k) Cantidades partidas al final de una línea.
l) Cantidades escritas con cifras al comienzo de párrafo o después de un punto
y seguido.
6. Las ilustraciones deben estar ubicadas lo más cerca posible de la referencia.
7. Los títulos no deben terminar en punto.
8. En la página impar la última línea no debe terminar en dos puntos.
9. Verificará que en la relación con números estos se encuentran alineados por
el punto.
4.6 Revisión del arte final
El editor garantizará:
1. La foliación en orden consecutivo.
2. Que no existan omisiones de texto (mediante el cotejo).
3. Que estén realizados todos los señalamientos de la primera prueba de
composición.
4. La correcta ubicación de las ilustraciones para comprobar que no se ha
producido recorrido alguno.
5. La correcta ubicación del ISBN en el reverso de portada, así como todos los
datos correspondientes a la hoja de créditos.
5. Requisitos generales para la edición
5.1 Escritura con mayúscula, minúscula, redonda, cursiva, negrita y versalita
5.1.1 Mayúsculas
Se escriben con inicial mayúscula (llamada alta en tipografía):
1. Cualquier palabra que comience un escrito o un párrafo.
2. Los nombres propios de:
a) Personas, animales y cosas.
EJEMPLO:
El perro de Juan se llama Duque.
b) Apodos y sobrenombres.
EJEMPLO:
A mi amiga Marta le dicen Martucha.
c) Dioses y personajes de ficción.
EJEMPLO:
El poder de Júpiter no alcanzaba a Vulcano.
d) Lugares.
EJEMPLO:
La Víbora pertenece al municipio de 10 de Octubre.
e) Accidentes geográficos.
EJEMPLO:
Son lugares de América: Sierra Maestra, Cordillera de los Andes y Cayo
Hueso.
3. Nombres y adjetivos que constituyen el nombre de una institución,
corporación,
establecimiento comercial, industrial, de servicio, docente y otros.
EJEMPLO:
El director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau es un escritor
cubano.
4. Sustantivos y adjetivos que forman parte de nombres de periódicos y
revistas.
EJEMPLO:
Somos Jóvenes, Juventud Rebelde y Bohemia son publicaciones cubanas.
5, Letras de la numeración romana, excepto cuando se trata de siglos.
EJEMPLO:
La letra L, corresponde al número romano cincuenta.
6, La primera palabra (género), de los nombres científicos en latín.
EJEMPLO:
Moharra rhombea, Gladiolus communis
7. Nombres de fiestas, épocas, períodos festivos, históricos, literarios,
conmemoraciones de carácter político e histórico.
EJEMPLO:
La Jornada Camilo-Che, se celebra en el mes de octubre.
8. Nombre de los puntos cardinales cuando se emplean como denominación en
su
simbología o cuando forman parte de un nombre propio.
EJEMPLO:
Habana del Este; América del Sur; el capitalismo de Occidente; N (norte); NE
(noroeste); SE (sureste)
9. Cuando el apellido tiene dos partículas y se omite el nombre dentro del
texto, la
primera partícula deberá escribirse con mayúscula.
EJEMPLO:
De la Luz y Caballero, José
De la Torriente Brau, Pablo
10. Símbolos químicos y de grados de temperatura.
EJEMPLOS:
Na sodio ºC grado Celsius
O oxígeno K grado Kelvin
11. Símbolos de unidades de medidas, derivadas de nombres propios.
EJEMPLOS:
P poise V volt Pa pascal
12. Símbolos de unidades monetarias.
EJEMPLOS:
$ US dólar (Estados Unidos)
EUR euro MXN peso mexicano
13. Nombres, tanto simples como compuestos, de las disciplinas docentes,
utilizadas
como tales. EJEMPLO:
La enseñanza de las asignaturas Física, Matemática, requieren profesores
altamente calificados.
Las asignaturas Control de la Calidad, Historia del Arte y Geometría
Analítica son impartidas en la enseñanza superior.
14. Los nombres de documentos (pactos, tratados, declaraciones), conferencias
y otros.
EJEMPLOS:
Pacto de Cartagena; Segunda Declaración de La Habana
15. Los nombres de astros y constelaciones (Osa Menor, Osa Mayor, Acuario)
salvo luna y sol.
16. Nombres de fiestas civiles (Día del Trabajo).
17. Las siglas que deban deletrearse –es decir, pronunciarse separadamente sus
componentes (CTC, FMC).
18. Los acrónimos que puedan pronunciarse como palabras tan solo adoptan la
inicial mayúscula (Onu, Unesco, Otan).
19. Se respetan las mayúsculas en cotas de otros idiomas.
NOTA:
Se acentúan las mayúsculas que tengan acento ortográfico, exceptuándose los
casos de letras usadas en forma ornamental para cubiertas de libros, portadas,
portadillas y comienzos de capítulos.
5.1.2 Minúscula
Se escriben en minúsculas (llamada baja en tipografía):
1. Nombres de los días, los meses y las estaciones del año.
EJEMPLO:
El verano comienza en el mes de junio y termina en agosto.
2. Nombres de las monedas.
EJEMPLO:
En la actualidad la moneda europea es el euro.
3. Nombres de los objetos que han recibido nombre de su inventor o creador.
EJEMPLO:
Andrés Ampére inventó el amperímetro, aparato que mide la intensidad de la
corriente.
4. Nombres de los vientos.
EJEMPLO:
En el mes de febrero, por lo general, hay vientos de sur.
5. Los tratamientos cuando se usan con todas las letras, tanto si van solo como
acompañados de sus respectivos nombres.
EJEMPLO:
Discípulo de Félix Varela, don José de la Luz y Caballero sería el continuador
de su obra.
6. Los gentilicios.
EJEMPLO:
Los cubanos luchamos cada día por mantener nuestra independencia.
7. Nombres de razas y tribus.
EJEMPLO:
Los dayaks, igorrotes y alfures del interior de Borneo, Filipinas, Célebes y
Molucas son
las tribus más importantes de la raza indonésica.
8. Nombres de oficios y profesiones.

EJEMPLO:
Mayra y su esposo son arquitectos.
9. Nombres de títulos, dignidades y grados militares.
EJEMPLO:
El coronel Cristóbal Rosales es jefe del Cuerpo de Bomberos.
10. Nombres genéricos usados en mitología.
EJEMPLO:
Las nereidas eran las ninfas dueñas del agua.
11. Nombres de las formaciones económico-sociales.
EJEMPLO:
El capitalismo y el socialismo son antagónicos.
12. Nombres de los movimientos artísticos, así como de los estilos
arquitectónicos.
EJEMPLO:
El cubismo estuvo presente en la pintura, la literatura y el arte.
13. Partículas de los apellidos cuando van precedidas del nombre.
EJEMPLO:
El primer luchador por los esclavos fue fraile Bartolomé de las Casas.
15. Denominación de cargos oficiales y no oficiales.
EJEMPLO:
El ministro de Relaciones Exteriores y el secretario de Finanzas son amigos.
16. Nombres de adeptos a religiones.
EJEMPLO:
Los católicos y protestantes adoran al mismo dios.
17. Denominaciones religiosas y los nombres de los miembros de órdenes
monásticas y religiosas.
EJEMPLO:
En el altar están las imágenes de la virgen María y de san Juan Bautista.
18. Denominaciones de dignidades eclesiásticas.
EJEMPLO:
El asesinato del obispo Arnulfo Romero causó hondo pesar en el pueblo
salvadoreño.
19. Nombres de los puntos cardinales, excepto en los casos planteados en
5.1.1.8.
Ejemplos:
Al este de la ciudad; El occidente de Madrid
20. Símbolos de funciones trigonométricas.
EJEMPLO:
El seno, coseno y la tangente son funciones trigonométricas.
21. Nombre de los períodos o estratos geológicos, así como los nombres de las
eras y los adjetivos que pudieran acompañarlas.
EJEMPLO:
El paleolítico superior y el cuaternario antiguo son períodos del inicio de las
eras.
22. Nombres geográficos comunes, que preceden su nombre propio. Se
exceptúan los casos de los cuales este nombre geográfico forma parte del
nombre propio.
EJEMPLO:
El río Almendares; la playa de Santa Fe
23. Adjetivos en denominaciones geográficas, que no formen parte del nombre
propio.
Ejemplos:
Europa occidental; Europa oriental
24.Nombres de las disciplinas docentes cuando se refieren a la ciencia en
general.
EJEMPLO:
Las matemáticas y físicas son ciencias aplicadas.
25. Los acrónimos y siglas que han sido lexicalizados (sida, láser, radar).
26. Los nombres de secciones, departamentos y dependencias de una entidad
(la gerencia de ETECSA, el departamento de ventas de CIMEX).
27. La palabra estado cuando es sinónimo de situación; también en el término
militar estado mayor. Asimismo, en minúsculas departamento y provincia
(departamento de Antioquia); gobierno, administración, presidencia,
parlamento, alcaldía, gobernación...
28. La palabra premio (premio Nóbel, premio Cervantes, premio Casa de las
Américas).
29. Se escribe primera guerra mundial, guerra de los Mil Días, guerra de las
Dos Rosas, guerra de los Cien Años.
30. Los partidos y movimientos políticos con denominaciones genéricas en
todo el mundo (partido liberal o liberalismo). En cambio los que adoptan
denominaciones especiales van en mayúscula (Acción Democrática).

5.1.3 Redonda
Se utiliza redonda en:
1. El texto general comprendido en la tripa o cuerpo de una obra.
2 El nombre de firmas comerciales, establecimientos, organizaciones, tanto en
español como en otros idiomas.
3. Fórmulas químicas y letras de referencia.
4. Nombres vulgares o comunes de microorganismos, plantas y animales.
5. Sobrenombres, apodos o alias, cuando no vayan precedidos por el nombre
verdadero.
Ejemplos:
El Mayor; el Titán de Bronce
6 .Sobrenombre y apodos incorporados al nombre que no se encuentren en
aposición.
Ejemplos:
Isabel la Católica; Iván el Terrible
7. Las marcas del fabricante, codificación, modelo, número de serie, tipo de
embarcación y aeronave.
8. Nombres extranjeros que no tengan traducción y sean de uso general.
9. La palabra ibídem y su abreviatura ibíd, que se escribe sin punto final y en
redonda porque está españolizada.
10. Los símbolos.
11. El término sic.
5.1.4 Cursiva
Se utiliza cursiva en:
1. Sobrenombres, apodos y alias cuando vayan precedidos del nombre
verdadero y se encuentren en aposición. Ejemplos: Rita Montaner, La Única;
Antonio Maceo, el Titán de Bronce.
2. Títulos de publicaciones periódicas y no periódicas.
3. Nombres o títulos de las obras literarias, plásticas, musicales,
cinematográficas, incluidos los nombres de libros y escrituras sagradas de
todas las religiones.
4. Nombres propios de embarcaciones o aeronaves.
5. Notas musicales.
6. Acotaciones en obras teatrales y discursos.
7. Palabras que son convenientes destacar dentro del texto la primera vez que
aparecen. Cuando se repiten se componen en redonda.
8. Las variables en las fórmulas.
EJEMPLO:
Si = V
z x dx
9. Frases palabras u oraciones que el autor subraya porque le interesa hacerlas
resaltar de forma especial.
10. Palabras u oraciones en una cita textual en que el autor que cita subraya
una o varias palabras porque le interesa resaltar de forma especial. En este
caso se aclara después de la cita y entre paréntesis, que el subrayado es del
autor.
11. Palabras latinas usadas en los nombres científicos de géneros, especies y
subespecies de animales, plantas, agentes patógenos y otros; así como
locuciones latinas en general.
12. Citas breves de versos cuando van en línea aparte separados como tales.
13. Los símbolos del SI u otros para que no se confunda su lectura con el resto
del texto, sobre todo en textos científicos y técnicos donde aparezcan
profusamente.
Ejemplos:
minuto min, metro m, litro L, también l.
5.1.5. Negrita
Se utilizan negritas en:
1. Títulos, subtítulos de capítulos o partes.
2. El término de entrada y su(s) complemento(s) en diccionarios y glosarios.
3. Vectores.
4. Términos que se quieran destacar dentro del texto para diferenciarlos del
destaque en cursiva.
5.1.6 Versalita
Se escriben con versalita:
1. Los siglos cuando están dentro del texto (también se pueden poner en altas).
5 Otros elementos que se consideren necesarios desde el punto de vista del
diseño y la edición del libro.
5.2 Utilización de paréntesis, corchetes, rayas o guión largo, comillas y puntos
suspensivos


5.2.1 Paréntesis
El paréntesis se utiliza para:
1. Encerrar palabras, fechas u oraciones de sentido secundario o aclaratorio,
fechas o años.
EJEMPLO:
Descartes (1596 - 1650), fue un geómetra francés.
2. Dentro de texto al hacer referencia a una figura, tabla o ilustración, el texto
se termina sin punto, que se traslada detrás del paréntesis de cierre.
EJEMPLO:
Los animales del zoológico tienen una ración (Tab. 15) de alimentos para cada
tipo.
4. Encerrar el nombre de un autor precedido de una cita o frase suya.
EJEMPLO:
“La afición del público llevó los bailes de la plaza al teatro” (Rodríguez Solís).
5. Encerrar acotaciones en discursos, que se componen en baja y sin punto, si
interrumpen el discurso. Si aparece después del punto, al final de la oración o
de párrafo, se escriben con inicial mayúscula y el punto después del paréntesis
de cierre.
6. Encerrar acotaciones dentro del parlamento en obras de teatro.
7. Encerrar aclaraciones del autor citado.
NOTA 1:
No se permite colocar signos de puntuación antes del paréntesis, sino después
del cierre, excepto el punto.
NOTA 2:
Si en un texto hay punto antes del paréntesis, se comienza con mayúscula el
texto dentro de este y se pone punto final después del cierre.
5.2.2 Corchete
El corchete se emplea para:
1. Encerrar palabras, frases u oraciones comprendidas dentro del paréntesis.
EJEMPLO:
La libertad plena que quería para su isla (Cuba debe ser libre de España
[precisaría Martí] y de Estados Unidos), la ansiaba para el pedazo del mundo
situado entre el Bravo y la Patagonía
2. Encerrar en las transcripciones y citas lo que falta en el original y se da por
supuesto y las aclaraciones del autor al texto trascripto.

EJEMPLO:
El maestro Medina declara que: “[los andaluces] en gran parte pecan un poco
de vanagloria arrogancia”.
3. Encerrar los puntos suspensivos indicativos de que en la trascripción, el
autor que cita omite algo. EJEMPLO:
“Aunque el oficio de atambor es oficio bajo y no de honra [...] con todo esto
los atambores mayores deben ser hombre de bien”.
5.2.3 Guión largo o pleca
Se utiliza en los casos siguientes:
1. Aislar dentro del texto oraciones completas.
EJEMPLO:
No era para burlarse —él también lo creía— aunque deseos no le faltaban.
2. Aislar grupos sustantivos.
EJEMPLO:
Una pintura de tales perspectivas —reflejo e impulsión de lo nacional—
significaría un repertorio inmedible de tratamiento.
3. Aislar grupos adjetivos.
EJEMPLO:
Miguel —serio e indignado— se dirigía a la casa.
4. Evitar repeticiones de nombres de autores en bibliografía.
EJEMPLO:
SALAZAR, A. Johan Sebastian Bach, México, 1950.
——————.La música de España, Buenos Aires, 1950.

5. Abrir el diálogo (no se utiliza pleca para cerrar).


EJEMPLO:
—Estate quieto o disparo.
—Dispare.
6. Si a la aclaración no le siguen palabras del interlocutor no es necesario
poner la pleca que cierra. EJEMPLO:
—De buena gana, señor —dijo la reina.
7. Cuando una incidental abre con pleca y cierra con punto y aparte se pone la
pleca de cierre.
EJEMPLO:
Luego de establecido y compatibilizado el plan, se firman los contratos —
aunque a veces se ha hecho esto preliminarmente—.
8. Cuando en un parlamento la oración entre plecas indique una acción
posterior, la anterior cierra con pleca punto y la segunda comienza con
mayúscula.
EJEMPLO: —Bueno, me voy —sale a la calle—. Adiós.
9. Cuando en un parlamento la oración entre plecas indique una acción
simultánea, la oración anterior no cierra con signo de puntuación y la segunda
comienza con minúscula.
EJEMPLO: —Bueno, me voy —la mujer agregó— adiós.
NOTA 1:
Las plecas van siempre unidas al elemento que aíslan y separadas del texto
restante con espacio.
NOTA 2:
Los signos de puntuación se colocan después de la pleca que cierra.
5. 2.4 Comillas
Los tipos de comillas son:
1. Comillas españolas o angulares(« »).
2. Comillas inglesas (“ “).
3. Comillas simples (‘ ‘).
4. Comillas de seguir (« “).
5.2.4.1 Comillas españolas e inglesas
Son utilizadas en la mayoría de los casos, en que palabras u oraciones van
entre comillas. También se utilizan en:
1. Palabras o frases escritas con doble sentido o en una acepción especial.
EJEMPLO:
—Elena, tuve un “descuido” —respondió Liuda entre sollozos—. Su
comportamiento fue “muy amable” —le dijo Rosa—.
2. Nombres familiares dados en objetos que tienen otro nombre.
EJEMPLO:
Le apuntó con una “cuarenta y cinco”.
3. Citas textuales. El uso prefiere entrecomillar citas cortas de hasta cinco
líneas, pues para citas más extensas se emplea más la medida menor o el
párrafo americano.
4. Dentro del texto, cuando se citan capítulos de libros, conferencias,
discursos, artículos, cuentos, poemas y otros.
EJEMPLO:
La conferencia se tituló “Los peces tropicales”.
5. Títulos de artículos en publicaciones periódicas, así como libros inéditos al
componer la bibliografía.
6. Expresiones incluidas como pensamiento de un personaje, en obras
literarias.
EJEMPLO:
“Pudiera ser de otra forma”, pensó Juan.
7. Si dentro de un entrecomillado con españolas, se coloca una palabra, grupo
de palabras o frases, también entre comillas, se utiliza para estas el tipo de
comillas inglesas.
EJEMPLO:
«Martí se resistía a ser “mendigo” de literatura extranjera».
8. La oración entrecomillada cierra con comillas punto, independientemente
de que la frase comience con mayúscula o minúscula, excepto en los casos de
los textos citados que se puedan cotejar, en los que se respeta la puntuación del
autor.
EJEMPLO:
“Por exagerada que parezca esta historia, no obstante, es fiel”.
9. Cuando al final del párrafo coincidan comillas de dos tipos, el punto se
coloca al final.
EJEMPLO:
«Las documentaciones más antiguas —dice— son de 1525, como “pícaro de
cozina”; y de 1545, como “sujeto de ruin y de mala vida”».
5.2.4.2 Comillas simples
Su uso es poco común, pues se utilizan cuando hay necesidad de hacer un
tercer entrecomillado. También se pueden utilizar para entrecomillar
significados de alguna palabra o frase. El punto siempre se colocará después
de las comillas, aunque coincidan las tres al final del párrafo.

EJEMPLO:
«Morúa Delgado escribía de los tacos: “Cada jovenzuelo de aquellos alardeaba
de ser hombre ñon, es decir temible, que moría por su ‘tierra’, defendiendo
cualquier capricho de hermandad”».
Se le denomina «rumano» a ‘lo perteneciente o relativo a Rumania’ y al
‘idioma oficial de este país europeo’.
5.2.4.3 Comillas de seguir
Las comillas de seguir, que siempre son las de cerrar, se utilizan en los casos
siguientes:
Cuando la cita se compone entre comillas dentro del texto y tiene más de un
párrafo, exceptuando el primero, los demás comienzan con comillas de seguir
y después del último párrafo se cierran las comillas.
EJEMPLO:
«Querido amigo:
»No tengo en este momento tiempo de contestarte extensamente.
»Hasta pronto, recibe un abrazo de tu amigo…».
Cuando el diálogo tiene más de un párrafo, el primero empieza con pleca y los
restantes, con comillas de seguir. Estas comillas no cierran porque no fueron
abiertas.
EJEMPLO:
—Voy a detallar lo ocurrido:
»Me hallaba ensimismado cuando oí una voz extraña.
»Volví la cabeza, pero no vi a nadie conocido por los alrededores.
NOTA:
Las comillas no se utilizan para destacar nombres o palabras, con excepción
de los casos en que se utilicen con ironía o en sentido figurado.
5.2.5 Puntos suspensivos
5.2.5.1 Dentro del texto
1. Indicar pausa, temor, duda o algo sorprendente.
EJEMPLO 1:
—Los he alarmado a todos... pero tenía razón.
EJEMPLO 2:
—Abrí la puerta y... ¡horror!... Un espectáculo dantesco.

EJEMPLO 3:
—¿Entonces...?
2. Para suprimir palabras enteras.
3. Suprimir parte de una palabra, que mantiene su letra inicial.
EJEMPLO:
La r... respetuosa (título de una obra teatral), preguntó qué c... pasaba allí.
5.2.5.2 En citas
1. Son utilizados en las citas, entre paréntesis o corchetes, en la supresión de
palabras, frases y párrafos de la forma siguiente:
a) Se encierra entre corchetes si la supresión es del autor que transcribe la cita.
b) Se encierran entre paréntesis si el autor citado es quien suprime.
c) Esta supresión puede ser al principio, en el medio o al final del texto.
2. Los puntos suspensivos se componen con espacio fino antes y después del
corchete o el paréntesis.
3. Para suprimir párrafos enteros, los puntos suspensivos se colocan en línea
aparte, justificados a la izquierda.
4. En poemas sin título, cuyo primer verso pasa a serlo, si este fuera muy
extenso, se sustituye la parte final con puntos suspensivos, tomando en cuenta
que el fragmento seleccionado resulte comprensible. Esta solución es aplicable
también a títulos muy largos de publicaciones.
5.2.5.3 En fórmulas y rangos
EJEMPLO:
5.3 Notas y llamadas
5.3.1 Notas
Las notas se ubican teniendo en cuenta el carácter, la extensión, el número de
la nota y cualquier otra característica del original. Las notas se ubican:
1. Al pie de la página.
2. Al final de las distintas partes del libro.
3. Al final del libro.

5.3.1.1 Notas al pie de la página


Este sistema es en todos los casos el mejor y las notas se numeran en orden
consecutivo por página, por capítulo, por parte o por todo el libro.
1. Entre la nota y el texto se deja un blanco de separación equivalente a una
línea de 12 puntos. La disminución del puntaje establece la diferencia
tipográfica.
2. Cuando una nota al pie de la página no quepa totalmente en la plana o
página donde aparece referida, se puede continuar en la siguiente, siempre
antes de las notas que aparezcan en esta página y, solo en este caso, separadas
por bigote. La partición se puede hacer por palabra partida, por coma o por
punto y coma, pero nunca por punto.
3. Cuando la nota es de una cita bibliográfica se comienza con los nombres
primero y apellidos después (dos puntos), título del libro en cursiva (coma) y
la paginación, esto es en los casos que exista bibliografía general del libro.
EJEMPLO:
Samuel Feijóo: Mitología cubana, pp. 80-81 y 143-144.
4. En los casos en que no aparezca bibliografía, en la nota se incluyen todos
los elementos de la misma, con el ordenamiento establecido.
5.3.1.2 Notas al final de las distintas partes del libro
Este sistema se utiliza, fundamentalmente, en los casos de notas abundantes y
extensas, y se identifican mediante la numeración corrida por partes. La
aclaración se hace usando una asterisco, después de la primera llamada (1*).
El texto de la llamada de asterisco se coloca al pie de la página. EJEMPLO:
1*Las notas aparecen al final del capítulo.
5.3.1.3 Notas al final del libro
Este sistema se utiliza como último recurso ya que, a los efectos del lector, los
dos anteriores son preferibles.
En este caso se incluye la palabra Notas, en el índice.
Lleva numeración corrida por las partes a que pertenece.
La aclaración de la ubicación de las notas se realiza igual que como se
describe en 5.3.1.2.
5.3.1.4 Otras notas
Si todas las notas son del autor no es necesario aclararlo. Cuando son del
editor, editorial, traductor, compilador, prologuista, se aclara en la primera
nota, entre paréntesis y en cursiva.
EJEMPLO:
(Todas las notas son del editor. N. del E.).
En el caso de que haya una fuente mayoritaria y otras no, se coloca la primera
nota de la fuente mayoritaria, entre paréntesis y cursiva.
EJEMPLO:
(Todas las notas, salvo indicación de l o contrario, son del editor).
En las notas minoritarias se aplica la misma forma que para los casos
anteriores, y en el resto de las notas se indica la fuente en forma abreviada.


5.3.1.5 Aclaraciones
Siempre que sea posible, deben ser breves, que no excedan de dos líneas. Se
pueden poner entre paréntesis o corchetes según sea el caso, a continuación
del texto aclarado, para no convertirlas en notas al pie de la página.
5.3.1.6 Alocuciones
Siempre que sea pertinente en alocuciones cortas o palabras aisladas escritas
en otro idioma, la traducción al español se hace junto a estas, destacándolas
entre paréntesis, sin utilizar notas.
5.3.1.7 Adverbio latino
Se utiliza ibíd o ibídem cuando se repita una nota y no haya otra intermedia.
5.3.1.8 Notas especiales
Cuando se emplean notas para acreditar las fuentes bibliográficas utilizadas
por el autor de la obra, las páginas se indican del modo siguiente:
1. p. 226, cuando se trata de una sola página.
2. pp. 22-23, si son dos páginas consecutivas.
3. pp. 24-30, si son más de dos páginas consecutivas.
4. pp. 24 y 42, si son dos páginas no consecutivas.
5. pp. 24 y ss.,si se trata de una página y las que le siguen hasta el final de la
obra o una
de sus partes.
6. pp. 24-30, 56, dos o más páginas consecutivas y una que no lo es.
7. pp. 24-30 y 56-60, dos o más grupos de páginas consecutivas, pero no
consecutivas entre sí.
5.3.2 Llamadas
1. Los números de las llamadas deben ir volados y sin paréntesis. Si la palabra
que los precede lleva signos de puntuación, la llamada se coloca siempre
después de este.
2. En los casos en que hubiera que utilizar tres tipos de llamadas, se puede
establecer la distinción empleando números para las llamadas más frecuentes;
asteriscos para las especiales y letras minúsculas para los números.
3. Las llamadas y notas se componen en una tipografía dos puntos menos que
la utilizada en el texto.
5.4 Citas
Las citas se pueden componer:
1. Entre comillas dentro del texto, con igual puntaje e interlineado que este, al
ancho de la caja tipográfica, independientemente de la extensión que tenga.
2. Sin comillas con un interlineado menor, al ancho de la caja tipográfica en
párrafo aparte con un blanco mayor de separación entre el párrafo que la
antecede y el siguiente; con cambio de tipo de párrafo, es decir, si se utiliza
párrafo español, la cita irá en párrafo americano y viceversa.
3. Sin comillas con puntaje menor, al ancho de la caja tipográfica y en párrafo
americano.
4. Sin comillas, sangrado en bloque.
NOTA 1:
En todas las citas debe aparecer el nombre del autor, el libro o publicación
periódica y la pagina o paginas en que se encuentra la cita.
NOTA 2:
En las citas al pie de página aparece primero el nombre(s) y después el
apellido(s) del autor(es), cuando es más de uno separados por coma y con la
preposición y entre los dos últimos, si la cita es en español, en otros idiomas se
utiliza et al. El resto de los datos se pone como en la bibliografía.
NOTA 3:
Cuando de una obra exista más de una edición, la cita debe ser de la primera o
de la última si es corregida y aumentada.
5.4.1 Adiciones
Si son del autor, editor, traductor o redactor, se encierran entre corchetes y se
ponen a continuación en cursiva, alta y bajas su abreviatura correspondiente.
5.4.2 Citas de versos
Pueden ir, en cursivas, dentro del texto entre comillas, en forma de prosa,
separados los versos por chelines; también pueden ir separadas como versos,
sin comillas en líneas apartes.
5.4.3 Cita entrecomillada
Si la cita entrecomillada tiene más de un párrafo se aplica, lo señalado en
5.2.4.3.
5.5 Tipos de párrafos
Comúnmente se utilizan tres tipos de párrafos: español, americano y francés,
su uso se determina de acuerdo con la concepción de la edición.

5.5.1 Párrafo español


Lleva sangría en la primera línea, no lleva interlineado y es el más usado de
los tres.
5.5.2 Párrafo americano
No tiene sangría, pero sí interlineado entre párrafo.
5.5.3 Párrafo francés
En la primera línea no tiene sangría, las líneas restantes se componen con
sangría, este párrafo no lleva interlineado.
5.6 Texto de obras teatrales
5.6.1 Personajes del parlamento
1. En obras de teatro en prosa, se incluyen en la primera línea del parlamento,
a caja llena, en versalitas, con un punto. El resto del parlamento en párrafo
francés con 1 o 2 cuadratines de sangría de acuerdo con la medida.
2. En obras de teatro en versos, el personaje puede ir en línea aparte centrado,
en versalitas y sin punto, o en la primera línea de cada parlamento, en
versalitas y con punto.
3. En obras de teatro en prosa y verso, el personaje va incluido en la primera
línea de cada parlamento, en versalitas y con un punto.
5.6.2 Relación de personajes
La relación de personajes de la obra, se escribe, preferentemente, con
versalitas calzadas, según el
puntaje que se utilice en la colección. Si los personajes son menos de nueve, se
componen en una columna; si son más en dos columnas. En este último caso,
si la cantidad total es impar el último personaje se centra a la página. La
identificación u otro dato del personaje va en redondas, altas y bajas
precedidas de una coma.
5.6.3 Parlamento
En obras de teatro en prosa, va en párrafo francés con 1 o 2 cuadratines de
sangría, la primera línea iniciada con el nombre del personaje, va a todo el
ancho de la caja tipográfica.
5.6.4 Acotaciones
Se componen en esta forma:
1. Dentro del parlamento; en altas y bajas, cursivas, entre paréntesis con el
punto afuera, en el mismo puntaje del texto de la obra.
2. Fuera del parlamento: en altas y bajas, cursivas, sin paréntesis con el mismo
puntaje del texto de la obra, con 3 cuadratines de entrada aproximadamente y
alineada enbloque a la derecha.
3. Al comienzo de la obra, prólogo, acto, cuadro o escena y epílogo: en alta y
bajas, en cursivas al ancho de la caja. Si la acotación es muy pequeña puede ir
centrada.
4. Cuando una acotación esté en el medio de una frase, aunque
gramaticalmente no tenga relación con esta, pero está ligada a la misma, por la
acción que trata de representar, se compone en bajas, cursivas, entre paréntesis
y sin punto dentro.
5. Las acotaciones en el verso se componen en la forma siguiente:
a) Dentro del parlamento: en línea aparte altas y bajas, cursivas, entre
paréntesis con el punto dentro; llevando el blanco en la parte izquierda o
derecha si son cortas. Si forman dos o más líneas se componen con la misma
sangría del verso.
b) Fuera del parlamento: en línea aparte, altas y bajas, cursivas, sin paréntesis
y con punto, justificada en bloque de tal forma que se haga evidente la
diferencia entre el verso y la acotación.
6. Las palabras TELÓN, FIN y FINAL se escriben preferentemente, en
versalitas calzadas sin punto.
5.7 Texto de obras poéticas
1. El texto se alinea a la izquierda.
2. En los poemas irregulares, se respeta la disposición de los versos, según la
presentación del original.
3. En todos los casos en que por la longitud o irregularidad de los versos se
haga necesario partirlos, es conveniente definir la solución entre el editor y el
autor casuísticamente, teniendo presente que no deben quedar palabras
partidas al final de la línea de composición.
4. En las cuartillas escritas hasta la última línea, se señala con su signo
correspondiente si la estrofa continúa en la cuartilla siguiente, o si en ella
comienza una nueva estrofa.
5. En el emplane revisado, no se permite comenzar una página con la última
línea de una estrofa.
5.8 Portadilla
La portadilla es la primera página impresa del libro, cuyo texto es el título de
la obra, compuesto en un puntaje menor que el de la portada. En algunas
colecciones o ediciones especiales se permite la inclusión de su logotipo no
calzado o lema.
Se admite la eliminación de la portadilla, de conformidad con el criterio
editorial.
5.9 Reverso de portadilla
Por lo general va en blanco, pero se acepta la colocación de cualquiera de
estos elementos:
1. Datos bio-bibliográficos del autor.
2. Colectivo de autores encabezado por el autor principal.
3. Retrato del autor.
4. Grabado referente a la obra.
5. Reconocimiento o mención de los premios nacionales e internacionales
obtenidos por la obra, junto con la relación de participantes en el jurado.
6. Consignación de que la obra es concebida para saludar una actividad o
efemérides política o cultural.
7. Elementos gráficos de la portada a doble página.
5.10 Portada
La portada contiene los elementos siguientes:
1. Título completo de la obra.
2. Subtítulo (si tiene).
3. Nombre del (los) autor(es), con sus grados o categorías científicas (si las
tuviera).
4. Logotipo de la editorial.
5. Pie editorial.
Pueden aparecer además:
1. Nombre del traductor o prologuista (si son relevantes).
2. Nombre del antólogo y del compilador.
3. Nombre del ilustrador (si es relevante).
4. Tomo, volumen o período histórico.
5. Colección.
6. Ilustración o viñeta.
En la portada a doble página se permite la inclusión de los elementos
señalados,
excepto el título que puede ocupar la doble página.
5.11 Reverso de portada (página de crédito o legal)
1. En esta página se relacionan los créditos de los técnicos que intervienen en
la edición del libro.
2. En las obras traducidas se encabeza la página, con el título en su idioma
original.
3. Los datos editoriales de estas obras, se consignarán según las disposiciones
vigentes sobre la ley de Derecho de Autor.
4. El título se translitera, si proviene de un idioma que no utiliza el alfabeto
latino.
5. La relación de los créditos en obras traducidas se inicia con el nombre del
traductor.
6. Es potestativo de la editorial acreditar los trabajos que para la edición de
una obra considere más relevantes; no obstante, siempre se señalarán como
mínimo los correspondientes a la edición y el diseño.
7. Cuando se considere necesario señalar varios créditos, se tendrá en cuenta el
ordenamiento siguiente:
a) Edición.
b) Redacción.
c) Diseño de cubierta.
d) Fotografía.
e) Diseño interior.
f) Corrección.
g) Realización.
h) Emplane.
8. En libros que hayan tenido revisión técnica por los especialistas en la
materia, este crédito se coloca independiente, antes de los créditos editoriales
y después del traductor.
9. Se pone el número de la edición, si no es la primera, con sus años de
publicación.
10. Si fuese necesario incluir la licencia del Centro Nacional de Derecho de
Autor (CENDA), no se pone copyright ni pie editorial.
11. El copyright, se coloca después del bloque de créditos y según lo
establecido por la Ley de Derecho de Autor.
12. La dirección postal de la editorial se ubica al final de la página, después
del ISBN, con los elementos siguientes:
a) Nombre de la editorial.
b) Dirección postal y digital.
13. En los libros de texto se permite la inclusión de lemas.
14. El código del ISBN se coloca, preferentemente, a la derecha con el
copyright y la dirección de la editorial.
15. El reclamo al lector es opcional de la editorial.
16. No se permite la adición de otro elemento a los señalados.
17. La función y el nombre del técnico se componen con diferenciación
tipográfica.
18. El puntaje de esta página es menor que el de la tripa.
5.12 Dedicatoria y agradecimiento
Se colocan de acuerdo con el perfil de cada colección.
5.13 Portadillas interiores
1. Se ubican en páginas impares.
2. Si el libro contiene varias obras de un mismo autor, en la página par
siguiente a la portadilla, se permite poner una ilustración o comenzar el texto.
Si tiene dedicatoria, esta va debajo del título de la obra.

3. Si el libro contiene varias obras de distintos autores, los elementos de las


portadillas interiores se determinan según el criterio de la edición.
5.14 Folios
5.14.1 Folios numéricos
5.14.1.1 Tipos de folios numéricos: romano y arábigo
1. La foliación romana puede comprender: Las páginas de cortesía, portadilla,
portada y sus respectivos reversos, agradecimiento. Esta foliación que no es
impresa, se toma en cuenta numéricamente para el resto de la foliación de este
tipo. No se utiliza esta numeración para el texto del autor, tampoco en el
epílogo, apéndice, bibliografía y otros índices.
2. También pueden tener foliación romana, pero impresa, los textos
introductorios, así como el índice general cuando esté situado al principio del
libro.
3. El folio con número arábigo comprende todo el texto del autor, así como el
epílogo, apéndice, bibliografía y otros índices. También puede utilizarse esta
numeración desde el principio del libro y no utilizar la numeración romana.
4. No se permite el folio impreso en las páginas siguientes:
a) Páginas con ilustraciones o tablas apaisadas que llenen toda la caja
tipográfica, excepto en los libros científicos y técnicos en los cuales estos
elementos sean profusos y estén consecutivos.
b) Portadillas interiores.
c) Páginas de dedicatorias después del primer capítulo.
d) Encarte.
e) Páginas de promoción.
f) Datos biobibliográficos del autor.
g) Colofón.
NOTA:
La foliación no impresa, romana y arábiga se considera para totalizar las
páginas del libro.

5.14.1.2 Colocación de los folios numéricos
Pueden ser colocados:
1. En la cabeza.
2. Al pie.
3. Al centro.
4. En la falda.
NOTA:
No se suelen poner folios hacia el medianil.
5.14.2 Folios explicativos o cabezales
1. Se pueden componer de las formas siguientes:
Página par Página impar
Fig. 1 34/Alejo Carpentier
Fig. 2
Fig. 3
Fig. 4
2. Los comienzos o arranques de capítulo no llevan cabezal.
3. Cuando el título se distribuye entre las dos páginas (Fig. 3) los artículos,
preposiciones y conjunciones del título, se colocan en la página impar.
4. En el caso de que el capítulo termine en página par y sea muy largo el título
de la obra, este se reduce en un fragmento que haga comprensible la
identificación del título, utilizando para ello puntos suspensivos.
5. El folio explicativo se acompaña del folio numérico, este último se coloca
hacia la falda.
6. Para componer los cabezales, se utiliza un tipo de letra menor que la
utilizada en el texto y de la misma familia, si se componen en altas todas; y del
mismo tipo del texto, si es en altas y bajas.
7. En las páginas cuyas tablas o ilustraciones llenen la caja tipográfica, o
vayan voladas, no se coloca cabezal.
5.15 Números, unidades y fechas
5.15.1 Escritura de números
5.15.1.1 Consideraciones generales
1. Los números se pueden escribir en cifras arábigas o letras; en los apartados
5.14.1.2 y 5.14.1.3 se detallan sus especificidades respectivas.
2. Los números no se separan de su(s) complemento(s) en línea aparte, ni al
final del renglón se parten las cifras que componen el número. Se escriben
separados de su complemento por un espacio.
3. Al comienzo de oración, no se escriben cifras. Una línea puede comenzar
con números, sobre todo en libros científicos.
4. En obras científicas y técnicas es recomendable la notación científica para
la escritura de cantidades muy largas.
5. En tablas y cuadros las cantidades se pueden abreviar en forma decimal,
siempre que la columna esté encabezada por la unidad empleada.
6. Los números se escriben completos en cifras.
7. Cuando las cifras son de miles de millones pueden combinarse números y
palabras.
EJEMPLO:
324 000 millones
8. Cuando se escriben números seguidos unos de otro, se separan con puntos y
coma (;) si son decimales, y mediante comas (,) si todos los relacionados son
enteros.
EJEMPLOS:
0,125; 31,24; 25, 12,26; 31, 49, 89
9. Los números enteros con más de tres dígitos se escriben en períodos de tres,
de derecha a izquierda, dejando entre sí un espacio.
10. Se exceptúan los números de telex, teléfonos, números de casas en las
direcciones, páginas, años, leyes, decretos, resoluciones y patentes.
11. Los números hasta treinta, se escriben en una sola palabra, los siguientes
se escriben separados. EJEMPLO:
25 veinticinco
32 treinta y dos
12. El nombre del número 100 (ciento), se apocopa cuando va delante de
sustantivos o adjetivos. En los demás casos no se apocopa.
EJEMPLOS:
Correcto Incorrecto
uno por ciento uno por cien
cien por cien cien por ciento
tanto por ciento tanto por cien
13. Cuando se escribe el billón, es necesario aclarar en una nota, a
continuación, si equivale a un millón de millones o a mil millones, dada la
dualidad de concepciones en su valor. También se puede hacer la conversión
correspondiente.
14. Los signos % (tanto por ciento) y 0/00 (tanto por mil), solo se utilizan
después de dígitos, excepto en encabezamientos de tablas.
15. a) Para expresar la hora se utilizan dos puntos (:), entre la hora y los
minutos, seguido de a.m. y p.m., según corresponda.
EJEMPLO:
5:20 p.m. 12:00 m. 12:05 a.m.
b) Las horas corridas se escriben sin abreviaturas después del último número.
c) La combinación de horas, minutos, segundos, décimas y centésimas.
EJEMPLO:
1h 35:22,0 4h 05:03,01
16. En forma general, el tiempo se expresa acompañado del símbolo
correspondiente.
EJEMPLO:
4 h 4 horas
25 min 25 minutos
12 s 12 segundos
17. Cuando se enumeran aspectos se emplea el número seguido de punto. Si
hubiera una relación de subordinación en el número se utilizan letras con
medio paréntesis.
EJEMPLO:
6.14.1.1, inciso 4.
5.15.1.2 Escritura de números con cifras
Se escriben con cifras arábigas:
1. Las cantidades que expresan exactitud.
2. Todos los números, incluso los dígitos que aparecen en obras científicas y
técnicas.
3. Horarios.
EJEMPLO:
Horario de trabajo: de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.

4. Las expresiones numéricas cardinales empleadas en toda clase de obras.


EJEMPLOS:
25º18’30’’ 30 ºC
5. Las cifras referidas al SI.
6. Las denominaciones de calles.
5.15.1.3 Escritura de números con letras
Se escriben con letras:
1. Los números o cantidades puestos en boca de sus interlocutores, pero si la
cantidad es superior a dos cifras, es preferible escribirla con número.

EJEMPLO:
Se construyeron 320 camas en dos jornadas de trabajo.
2. El espacio de tiempo, la edad, la expresión de tiempo transcurrido o por
transcurrir.
EJEMPLO 1:
...estuvo dos años en Nigeria...
EJEMPLO 2:
María cumplió treinta y cuatro años.
EJEMPLO 3:
El combate duró dos horas.
3. Las cantidades dubitativas que no expresan una cifra exacta.
EJEMPLO 1:
El terremoto ocasionó más de mil muertos.
EJEMPLO 2:
Asistieron unos treinta mil aficionados al estadio.
EJEMPLO 3:
Su tamaño es tres veces mayor.
6 Las cifras que expresan horas en obras literarias.
EJEMPLO:
El plazo expira a las seis y treinta.
7 En las actas, diplomas, así como la fecha en los documentos oficiales.
EJEMPLO:
Dada en la Ciudad de La Habana, a los quince días del mes de agosto de mil
novecientos ochenta y dos.
8. Los números de las barajas.
5.15.1.4 Números ordinales
1. Un punto después de la numeración escrita con cifras, da carácter ordinal al
número.
EJEMPLO:
1. (primero) 38. (trigésimo octavo)
2. En el caso de que sea un orden con un valor numérico, se pone punto
después del número.

EJEMPLO:
1. 2. 3.
3. Los números romanos siempre tienen carácter ordinal y como tal se leerán.
5.15.1.5 Fracciones decimales
En la numeración decimal, la separación de la parte entera de la decimal, se
hace mediante una coma (,). La parte entera, se escribe en grupos de tres
dígitos, de derecha a izquierda, a partir de la coma, separada entre sí, por un
espacio. La parte decimal se escribe también en grupos de tres dígitos, de
izquierda a derecha, a partir de la coma.
EJEMPLO:
723 322, 045 123
5.15.1.6. Fracciones comunes o quebrados
1. Las fracciones comunes o quebradas, se escriben por medio de una barra
horizontal
u oblicua.
EJEMPLO:
2. En la impresión es preferible la barra horizontal, la oblicua se usa dentro del
texto. Al escribir los números mixtos se deja un espacio entre el número entero
y la fracción.
EJEMPLO:
3 1/3, 1 1/8, 5 5/8
5.15.1.7 Números romanos
1. Los números romanos que designan siglos, se componen en versalita
minúscula y los referentes a reyes, papas y capítulos en versales o mayúsculas.

2. En tablas e índices los números romanos, se alinean por su derecha.


EJEMPLO:
I. La afilada visión.
II. Trofeos sobre cenizas.
III. Un árbol teñido de sangre.
5.15.1 Escritura de unidades de medidas
1. Las unidades de medida se escriben con letra minúscula, con su nombre
completo, detrás de su valor numérico o con un símbolo. Si no tiene valor
numérico delante se escribe el nombre completo.
2. Cuando se escribe el nombre completo se mantiene la concordancia con el
valor numérico que acompañe.
EJEMPLO:
10 metros, 1 kilómetro, 0,6 centímetro
3. Los nombres de las unidades del SI se escriben con letras minúsculas. La
regulación de la escritura de unidades en forma de símbolos se establece en
5.16.
4. Los nombres de las denominaciones del SI, derivados de patronímicos no se
escriben españolizados.
EJEMPLO:
Correcto Incorrecto
weber weberio
amper e amperio
Hertz hertzio
5. No se permite el cambio de nombre a la unidad.
EJEMPLO:
Correcto Incorrecto
1 m2 1 metro de área o 1 m cuadrado
6. No se admite la denominación de números y símbolos con palabras.
EJEMPLO:
Correcto
1 325 dm3 o 1 325 decímetros cúbicos
Incorrecto
mil 325 decímetros cúbicos o mil 325 dm3
7. La denominación de los múltiplos y submúltiplos se forma uniendo el
nombre del prefijo SI al nombre de la unidad SI.
EJEMPLO:
km kilómetro daN decanewton
8. No se permite el uso de los prefijos SI, solos, sin el acompañamiento de la
unidad de medida. Ejemplos:
Correcto Incorrecto
cinco kilogramos cinco kilos
cuatro micrómetros cuatro micros
9. Se compone con idéntica grafía, una misma unidad de medida. Para otras
consideraciones más específicas sobre el uso de los prefijos SI y la escritura de
unidades SI, véase la NC 90-00-06-3 “Aseguramiento Metrológico. Sistema
Internacional de Unidades. Formación de múltiplos y submúltiplos” y NC 90-
00-06-
4 “Aseguramiento Metrológico. Sistema Internacional de Unidades. Reglas
para eluso de las unidades de medidas”.
5.15.3 Fechas
1. La fecha se escribe en la forma siguiente: día, mes y año unidos por la
preposición: de.
EJEMPLO:
13 de septiembre de 1969.
2. El nombre del mes se escribe con inicial mayúscula, cuando se trate de una
fecha que señale un acontecer histórico reconocido.
Ejemplos:
26 de Julio Primero de Enero (1ro. de Enero) 10 de Octubre
5.16 Símbolos
5.16.1 Reglas generales para su escritura
1. Los símbolos se escriben sin punto final, en cursiva o redonda (siempre que
se mantenga la unidad de su utilización en todo el texto) y minúscula, excepto
cuando se deriven de patronímicos que se escriben con inicial mayúscula.
EJEMPLOS:
mm milímetros
s segundo
A ampere
Wb weber
2. Después de un valor numérico cualquiera, los símbolos se escriben dejando
un espacio entre dicho valor y la primera letra del símbolo. Ejemplos:
30 m 15 kg 15 % 10 ºC
3. Por lo general en los libros de texto se utilizan los símbolos de las unidades
y no sus nombres completos.
4. Cuando exista un valor numérico decimal acompañando al símbolo, este se
coloca después de todas las cifras.
EJEMPLOS:
Correcto Incorrecto
321,52 km 321 km, 52
5, 75º 5º, 75
5. Cuando se señalan valores de magnitudes físicas con sus desviaciones
límites, al indicar un intervalo o al enumerar varios valores numéricos, el
símbolo se utiliza de acuerdo con estos ejemplos:
Correcto Incorrecto
30 m .15 m 30,15 m
30 N, 2 N y 84 N 30, 2 y 84 N
de 10 Hz a 21 Hz de 10 a 21 Hz
(50 ± 5) ºC o 50 ºC ± 5 ºC 50 ± 5 ºC o 50 ºC ±10 %
12 g hasta 20 g 12/20 g
entre 62 m2 y 110 m2 entre 62 y 110 m2
7 m ± 8 m 7 ± 8 m
6. Los símbolos no comienzan una oración ni se separan de su complemento.
7. Los símbolos permanecen invariables cuando se utilizan en plural.
8. En las tablas, los símbolos se pueden utilizar solos sin su valor numérico:
a) En el encabezamiento de columnas en tablas.
b) Sobre el signo de “aproximadamente” o “más o menos”.
c) En las desviaciones con la misma unidad de medidas o submúltiplos de ella.
d) En las desviaciones comunes en varios valores.
9. Se permite utilizar los símbolos en renglones de tablas, deducciones
matemáticas, así como la explicación de los símbolos de la magnitud física en
las fórmulas:
EJEMPLO:
donde:
P
vap: Presión hidrostática de vaporización (kgf/cm2).
d
e : Diámetro exterior (mm).
σ vap: Tensión de control (kgf/cm2).
10. Además de los casos planteados en 8 y 9 los símbolos de unidades de
medida se pueden utilizar solos, sin su valor numérico en los casos siguientes:
a) Después de dos puntos y seguidos.
EJEMPLO:
El símbolo de la unidad de medida de la velocidad es: m/s.
b) En las escalas de los instrumentos de medición.
c) En las escalas de las abscisas y ordenadas.
11. En otros casos no se permite su uso sin su valor numérico.
5.16.2 tilización de los símbolos en operaciones y expresiones matemáticas
1. En producto de dos o más unidades en forma de símbolos se indica con una
cruz (x) como signo de multiplicación.
EJEMPLO:
Correcto Incorrecto
N x m (Newton metro) N.m
T x km (toneladas kilómetro) t.km
2. En la división de unidades expresada en símbolos, se utiliza la línea
horizontal (-), la línea oblicua (/) o las potencias negativas.
EJEMPLO:
km/m km x h-1
NOTA:
Si para una de las unidades incluidas en la relación, se establece que el
símbolo es una potencia negativa (ejemplo, s-1; m-1; k-1) no se permite
utilizar la línea horizontal u oblicua.
3. Si en el denominador hay más de un símbolo de una unidad, estos se
escriben entre paréntesis.
EJEMPLO:
4. En una expresión no se debe escribir más de una línea oblicua u horizontal.
5. Las ecuaciones se expresan en la forma más sencilla y clara. El significado
de los símbolos se explica debajo de la ecuación. En la descripción de los
símbolos no se utiliza el significado igual (=), sino dos puntos (:).

EJEMPLO:
Donde:
σ : Varianza de frecuencia génica entre líneas.
po y qo: Frecuencias génicas iniciales.
2N: Número total de gametos.
t : Número de generaciones.

5.18 Tablas
1. Las tablas están formadas por:
a) Presentación: que comprende el número de orden, título y subtítulo, estos
dos últimos elementos pueden estar omitidos.
b) Cuerpo: incluye los cabezales y el contenido de la tabla.
c) Pie: fuentes y notas.
2. No se permite la presencia de una tabla sin su correspondiente referencia en
el texto.
3. Las tablas se enumeran según el sistema arábigo, en forma consecutiva.
a) Si van en apéndices también se numeran en forma consecutiva para cada
apéndice.
b) En libros científicos y técnicos se permite utilizar la notación decimal por
capítulo.
4. Los títulos de las tablas no llevan punto final.
5. Los cabezales de las casillas o columnas se componen en una familia y tipo
uniforme. Van centrados sobre su columna correspondiente. La familia y tipos
se seleccionan, según el diseño interior del libro:
a) Cuando el cabezal no quepa horizontalmente en el espacio de la columna, se
pone en forma vertical, de forma que todas las columnas tengan
encabezamiento.
b) Si se aplica este método, cuando las palabras no quepan en una línea, las
siguientes se componen en párrafo francés.
6. El cuerpo de la tabla se compone en un puntaje menor que el de la
presentación; pero las fuentes y notas en un puntaje menor que el cuerpo.
a) Cuando se quiera indicar que no existe el dato de la columna
correspondiente, se ponen tres puntos, pero si el dato existe y no se conoce, se
ponen tres guiones en el lugar que ocuparía el dato. No se permiten casillas en
blanco.
b) Siempre que sea necesario hacer una aclaración en una tabla, se utiliza una
llamada y se registra la aclaración al pie de la tabla, antes de consignar la
fuente.
7. En el pie de la tabla se identifica la entidad que ha producido los datos o la
publicación de donde
fueron tomados.
8. Para hacer llamadas sobre palabras se utilizan números volados, pero si son
sobre números, se utilizan letras minúsculas voladas o asteriscos.
9. Siempre que sea necesario utilizar subtítulos en la columna matriz, para una
o más líneas de la tabla, estos se deben destacar.
a) n la partición de una tabla, se tienen en cuenta la numeración de las páginas:
b) De páginas par a impar no es necesario repetir la presentación, excepto en
libros de texto.
c) De página impar a par se repite la palabra tabla seguida de su número de
orden, después la palabra continuación entre paréntesis en baja y en redonda.
Se repite la presentación.
11. Cuando el cuerpo de la tabla se parte, para que continúe en la página par, la
continuación del cuerpo, no puede ser menor en altura de la caja tipográfica
que el espacio que ocupa la presentación.
5.19 Utilización de abreviaturas, siglas y acrónimos
5.19.1 Abreviaturas
Las abreviaturas se emplean únicamente cuando su uso sea específico,
diccionarios, entre paréntesis, en notas, citas, bibliografías, pies de
ilustraciones, así como para los casos de abreviaturas de títulos de
publicaciones seriadas y en nombre de autores de especies biológicas.
5.19.1.1 Indicaciones
1. Se sigue el orden riguroso de las letras de la palabra que se abrevia.
2. No debe terminar en vocal.
3. Se debe evitar que la abreviatura de una palabra pueda confundirse con la
de otra palabra análoga.
4. Se escribe con punto final.
5. No se abrevia una palabra, si solo se le ha de suprimir una letra, excepto en
la locución latina loc. cit.
6. Cuando la abreviatura expresa pluralidad de un solo concepto, la letra que la
expresa se podrá repetir, con un solo punto, al final, para ambas.
EJEMPLO:
p. página pp. páginas
7. Si la abreviatura expresa dos o más conceptos seguidos, se separa por un
espacio después del primer punto.
EJEMPLOS:
EE. UU. Estados Unidos
UU. MM. Unidades Militares
8. Las palabras abreviadas que no indiquen pluralidad no deben terminar en s.
EJEMPLO:
Correcto Incorrecto
Demost. Demos. (demostrativo)
9. No se suprime la s final a las abreviaturas que indiquen pluralidad.
EJEMPLO:
cros. (compañeros)
10. Las abreviaturas no deben quedar al final ni al principio de la línea si no
acompañan a sus complementos, con excepción de la palabra etcétera (etc.),
que puede quedar al final de la línea, pero no al principio. Si la justificación
del renglón exige que comience con esta palabra, se pone con todas sus letras.
11. Una abreviatura puede quedar al final del párrafo, si está entre paréntesis.
12. Ni en los diálogos ni en los versos se utilizan abreviaturas.
13. Las abreviaturas no se pueden partir.
14. Las palabras acentuadas mantienen su acento en la sílaba correspondiente,
al formar
la abreviatura.
EJEMPLO:
Máximo máx. Número núm. Mínimo mín.
17. En la abreviatura se mantiene la unidad en su forma latina o española.
5.19.12 Principales abreviaturas
Las principales abreviaturas y locuciones de carácter general empleadas en las
publicaciones, sobre todo en las notas al pie, son:
apud.: en las obras de
c. o ca. (circa): alrededor de
cap.: capítulo, o caps.: capítulos
cf. o cfr. (confer): confronte
e. g. (exemplii gratia): por ejemplo
ed.: edición o editor
Ed.: Editorial
et al. (et alli): y otros
ibíd. (Ibídem): allí mismo
id. (idem): lo mismo
i. e. (id est): esto es
in extenso: por completo
lib.: libro, o libs.: libros
no.: número
ob. cit.: obra citada
ne varietur: para que nada se cambie
p.: página, o pp.: páginas
sic: (así)
t.: tomo
trad.: traductor o traducción
ut infra: como se dice después
ut supra: como se dice anteriormente
v.: vea
vol.: volumen
vs. (versus) contra
ss.: siguientes
NOTA:
Las abreviaturas ob. cit., ibíd., solo se emplean cuando los títulos de las obras
aludidas están a la vista del lector, en la misma página o en la página de
enfrente, excepto si se trata de una obra citada reiteradamente.
5.19.2 Siglas
La primera vez que aparece una sigla, se pone entre paréntesis, precedida por
el nombre completo de las palabras que agrupa.
5.19.2.1 Indicaciones
1. Se componen en mayúsculas.
2. Se forman con la letra inicial de las palabras que agrupa.
3. Se escriben sin punto entre letras, ni al final de ellas.
4. No se permite espaciar las letras que la forman, ni se parten o dividen.
5. Las siglas carecen de plural.
5.19.3 Acrónimos
La primera vez que aparece un acrónimo, va entre paréntesis precedido por el
nombre completo de las palabras que agrupa. Los acrónimos siempre se
componen en mayúsculas.
5.19.3.1 Indicaciones
1. Los acrónimos se forman con la unión de letras iniciales, sílabas iniciales o
palabras de los nombres que agrupan.
2. El resto de las indicaciones son las mismas que los puntos 3, 4 y 5 de las
siglas.

5.20 Glosario
1. El glosario se emplea en los casos de obras con exceso de palabras
extranjeras, términos técnicos o comunes, nombres o voces desusadas, que por
su profusión no se pueden explicar con notas al pie de la página y requieren
aclaración para la comprensión de la obra.
2. Se confecciona en orden alfabético.
3. Se ubica al final del libro como apéndice.
4. El término se diferencia, según se establece en 6.1.5.2.
5.21 Apéndice
El texto del apéndice comprende: clasificaciones extensas, métodos de
evaluación, tablas, vocabulario, así como otros textos que el autor agrupa al
término de una obra y sirve de continuación o prolongación de la misma. Si la
obra lleva índice de nombres o de materias, los del apéndice se incluyen en el
general. Se puede componer en tipografía menor, y la disposición general, es
preferible que sea similar a la del resto del libro. Se coloca antes de las notas,
si estas van al final del libro.
5.22 Anexo
El texto del anexo comprende documentos, estadísticas, declaraciones
oficiales,gráficas, ilustraciones, u otros textos que tienen estrecha relación con
la obra, a la vez que aumenta la información que ella brinda. Dichos textos no
son, generalmente del autor, sino de la editorial, editor, antólogo y otros. Se
compone y ubica en forma semejante al apéndice, y después de este cuando
existen ambos.
5.23 Índices
5.23.1 Índice general o contenido
1. En obras literarias se colocan al final de la obra, después de los otros
índices; en obras científicas y técnicas, generalmente, al principio, después de
la página de crédito, o de la dedicatoria.
2. En libros de texto de 1ro. a 4to.grado, el índice va al final, en grados
superiores, se coloca al principio.
3. Se compone en la misma familia e igual puntaje que los utilizados en el
cuerpo de la obra. En el caso de índices muy extensos, se pueden componer
con puntaje menor.
4. Es permitido que en él aparezcan todas las subdivisiones del libro,
preferentemente, hasta la valoración 4.
5. El índice general en las antologías comprende todas las obras antologadas,
incluso las poesías de varios autores. En este caso, el índice se compone,
preferentemente, en bloque, y se indican los títulos y páginas. Si la poesía no
tiene título, se utilizará el primer verso hasta que resulte comprensible, en
cursivas, seguido de puntos suspensivos (sin paréntesis) y del folio de la
página.
6. Los folios se pueden colocar antes o después del título, separados por un
chelín, a la medida de un cuadratín, o en otra forma, teniendo en cuenta que se
mantenga lo más cerca posible del título y que haya correspondencia con el
diseño del libro.
7. Los epígrafes se alinean por la izquierda de la página, de acuerdo con su
valoración.
8. Cuando se utilice la numeración arábiga o la romana, la alineación se hace
por el punto, seguido de un cuadratín de separación.
9. Los epígrafes largos, que continúen en la línea siguiente, se componen en
párrafo francés.
10. Si en el índice se incluyen párrafos y apartados, se les da sangría; y la del
último será mayor que la del primero.
11. En índices muy extensos, en que aparezcan muchos apartados
consecutivos (con igual valoración), estos se pueden componer en bloque con
su folio correspondiente intercalado.
12. En las obras con más de un tomo, el último contiene su índice, más los de
los tomos precedentes.
5.23.2 Índice cronológico o cronología
1. Se coloca siempre al final del libro, después de la bibliografía, si la llevara,
se compone en tipografía menor que el texto de la obra. Se detallan, en la
forma más completa posible, los datos más importantes de la vida del autor o
autores, tanto desde el punto de vista político, literario, cultural o científico.
2. En este índice aparecen las obras más representativas de dicho autor, y en la
primera y última citas las fechas de nacimiento y de muerte, respectivamente.
En los casos de varios autores, para evitar que tengan una extensión excesiva,
se consignan solo los datos y obras más importantes de cada autor.
5.23.3 Índice onomástico
1. Comprende los nombres de personas que hay en el texto, incluidos los
mencionados en las notas.
2. Se elabora en la forma siguiente: primero y segundo apellidos (coma),
nombre o nombres (coma) en redonda, altas y bajas, el seudónimo en cursiva,
en el caso que lo lleve (coma), y a continuación el folio de las páginas en que
aparezca; cada folio separado por una coma, sin punto final. Este seudónimo
entra en el índice por su orden alfabético correspondiente, con el mismo tipo
de la letra que los demás nombres, seguido de la palabra vea y el nombre en
redonda.
EJEMPLO:
Valdés, Gabriel de la Concepción (Plácido), 34, 35 (...)
Plácido, vea Concepción Valdés, Gabriel de la

5.23.4 Índice de materias


1. Abarca la materia y sus complementos descritos en la obra.
2. Una vez seleccionadas las materias y sus complementos, se entra por
grupos, atendiendo a la materia. Cuando se introducen complementos
derivados del asiento, se pueden sustituir la(s) palabra(s) por pleca(s) o por
cuadratines de sangría.
a) Los artículos, preposiciones o conjunciones no se sustituyen por cuadratines
o plecas. Tampoco se tienen en cuenta en la ordenación alfabética.
EJEMPLO:
Síndrome
—de embolización grasa, 660
—de la fisura orbitaria superior, 383
—del primer arco, 529
b) Otra variante de su confección es no dejar la materia sin folio y llevar el
primer complemento a la misma línea que la materia que le da entrada, pero
separado por coma; el resto de las subordinaciones se logra por cuadratines de
sangría.
EJEMPLO:
Síndrome, de embolización grasa, 669
de la fisura orbitaria superior, 383
del primer arco, 529
Adaptación a la luz y la oscuridad, en los cefalópodos, 272
circuitos neuronales de, 297
mecanismo de, 296
comparación de los vertebrados, 299
3. Cuando una expresión se toma por una de sus partes, de forma que no hay
continuidad, la parte que va en segundo lugar, se escribe con versal, aunque no
le corresponda.
EJEMPLO:
resistencia, 36
—eléctrica, 587
——Medición de la, 576
—equivalente, 27
—de los fluidos, 134
—a la rotura, 23
Censura, 117
—en la Antigüedad, 74
—civil, 75, 96, 100
——Abolición de la, 98
—en la Edad Media, 74
4. Los folios se pueden diferenciar tipográficamente, según la intención de la
edición.
5.23.5 Índice de ilustraciones
1. Relaciona el nombre de las ilustraciones que están en el texto.
2. En el caso de obras de arte el nombre se pone en cursiva.
3. Se estructura de la forma siguiente:
a) Nombre de la obra, artículo (si lo lleva), ambos en cursiva (coma).
b) Nombre completo del autor. En el caso de que no se conozca, se pondrá
Anónimo en redonda (coma).
c) Folio(s) de la(s) página(s) en que aparece la ilustración.
5.23.6 Índice de piezas musicales
1. Relaciona el nombre de las piezas musicales que aparecen en el texto.
2. Se estructura en la forma siguiente:
a) Nombre de la pieza, artículo (si lo lleva).
b) Nombre completo del autor, entre paréntesis.
d) Folio(s) de la(s) página(s) en que aparece(n) citada.
5.23.7 Índice analítico
Este índice recoge:
1. Nombres y apellidos de personas (redonda versales).
2. Nombre geográfico (redonda altas y bajas).
3. Títulos de libros, revistas y periódicos (cursivas).
4. Títulos de cuadros, obras musicales (cursivas).
5. Nombres de instituciones (redonda, alta y bajas).
6. Títulos de películas (cursivas).
A continuación del título de libros, cuadros, películas y otros, se pone entre
paréntesis, el nombre del autor.
5.23.8 Índice bibliográfico
1. Relaciona las obras que aparecen en el texto.
2. Se elabora en la forma siguiente:
a) Nombre de la obra, artículo (sí lo lleva), ambos en cursiva.
b) Nombre completo del autor entre paréntesis, en redonda altas y bajas.
c) Folio(s) de la(s) página(s) en que aparecen citadas.
3. En los casos de obras que tienen índice onomástico e índice bibliográfico,
se coloca el onomástico antes que el bibliográfico y ambos después de los
apéndices y la bibliografía.
5.23.9 Índice geográfico
1. Relaciona los accidentes geográficos, ciudades, pueblos, lugares, vías de
comunicación y otros, mencionados en el texto.
2. Cada nombre entra seguido de coma, y a continuación el folio de las
páginas en las que aparece, separados con coma y sin punto final.
NOTA 1:
Los índices onomásticos, de materia, de ilustraciones, de piezas musicales,
analíticos, bibliográficos y geográficos, se ordenan alfabéticamente, incluida
su subdivisión por letra.
NOTA 2:
Se componen en una tipografía menor que la utilizada en el texto, en párrafo
francés, preferentemente a dos columnas.
5.24 Bibliografía
En esta Norma se establecen los requisitos fundamentales de la descripción
bibliográfica, en el trabajo editorial.
5.24.1 Publicaciones no periódicas (libros y folletos)
5.24.1.1 Consideraciones generales
A los efectos de la presente norma que rige la actividad editorial, se pondrán
para el asiento bibliográfico (independientemente de la cantidad que sean) los
nombres de todos los autores.
1. Ordenamiento de los elementos:
—Apellido(s) y nombre(s) del autor(es).
—Título de la obra.
—Edición (ed.).
—Tomo (t.), páginas (pp.), láminas (lám., si son muy importantes) o parte.
—Nombre de la editorial (Ed.).
—Colección (col.).
—Lugar de la publicación.
—Año de la publicación.
—Notas.
2. Puntuación utilizada:
a) Entre el nombre del (de los) autor(es) y el título de la publicación se utilizan
dos puntos (:) y después un espacio.
b) El resto de los elementos, se separan por medio de la coma o el punto.
c) Después del último elemento descrito, se utiliza punto.
3. Especificaciones para su elaboración:
a) El número máximo de autores que se relacionan es cuatro, aunque en obras
científicas y técnicas pueden ser más y pueden aparecer relacionados en el
frontispicio del libro, o sea en el reverso de portadilla o en la portada.
b) Cuando son más de cuatro autores se pone “y otros” a continuación del
nombre(s) y apellido(s) del último relacionado, si la obra está en español, y et
al., si está en otro idioma.
c) Se anteponen los apellidos a las iniciales del nombre del primer autor o
único; los restantes se escriben con las iniciales de su(s) nombre(s) primero y
apellido(s) después. Las partículas que forman parte de los apellidos se
escriben en versalitas, pero las conjunciones (y, and, et, und, etc.) que separan
al último autor relacionado se escriben en minúsculas y redonda. En obras
científicas y técnicas se prefiere escribir el nombre completo de la(s) autora(s).
d) Los apellidos se escriben en versalitas calzadas y las iniciales de los
nombres en versales. También pueden escribirse en altas y bajas, según el libro
o la colección.
e) El título se escribe en cursiva. La inicial mayúscula y las demás minúsculas,
excepto en los nombres propios que van todas con iniciales mayúscula.
EJEMPLO 1:
MILANÉS, J. J.: Obras completas, Ed. Consejo Nacional de Cultura, t. 1, La
Habana, 1963.
EJEMPLO 2:
PAZOS ÁLVAREZ, V., NORMA ROJAS HERNÁNDEZ y DORA VIERA
LÓPEZ-MARÍN:
Temas de Bacteriología, Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1985.
EJEMPLO 3:
VERDE, GIUSEPPE: Yoga Terapéutico. Guía para el terapeuta y el enfermo,
Ed. Científico-Técnica, La Habana, 2004.
f) En la escritura de los títulos de obras en otros idiomas se respeta la grafía
original.
EJEMPLO:
HUTCHINSON, T. et al.: Here is Television, your Window to the World, Ed.
Hasting House, New York, 1950.
g) El nombre del traductor (trad.) y el prologuista (pról.), si son relevantes, se
ponen a continuación del título.
EJEMPLO 1:
CHESTERTON, G. K.: El jardín secreto, trad. Alfonso Reyes, pról. Oscar de
los Reyes Ramos, col. Dragón, Ed. Arte y Literatura, La Habana, 1985.
EJEMPLO 2:
CRUZ, M.: Creto Ganga, pról. José Antonio Portuondo, Ed. Arte y Literatura,
La Habana, 1974.
h) Se señala la edición cuando no es la primera.
EJEMPLO:
VALLE-INCLÁN, R. DEL: El ruedo ibérico, 2da. ed., Ed. Arte y Literatura,
La i) Se incluyen en el señalamiento de la edición, frases explicativas, si se
consideran significativas.
EJEMPLO 1:
ARMAS Y CÉSPEDES, J. I. DE: Oríjenes (sic) del lenguaje criollo, 2da. ed.
corr. y aum., Ed. Imp. del Tiempo, La Habana, 1859.
EJEMPLO 2:
CERVANTES SAAVEDRA, M.: Rinconete y cortadillo, ed. crítica por
Francisco Rodríguez Marín, Ed. Tipografía de Francisco P. Díaz, 200 pp.,
Sevilla, 1905.
EJEMPLO 3:
CABALLERO, J. A.: Philosophia electiva, Trascripción del original del siglo
XVIII, versión castellana, introducción y notas por Jenaro Artiles, Ed.
Universidad de La Habana, 200 pp., La Habana, 1944.
j) El nombre de la editorial, se transcribe como aparece en la publicación, de
forma que pueda ser identificado internacionalmente.
EJEMPLO 1:
EISENSTEIN, S.: Film Form and the Film Sense, trad. Jay Layda, Meridian
Books, Cleveland, New York, 1957.


EJEMPLO 2:
PUDOVKIN, V. I.: Film Technique and Film Acting, trad. Igor Montagu,
Grove Press, New York, 1960.
k) Si la obra está publicada por dos editoriales que radican en diferentes
lugares, se mencionan las dos, en el orden que aparecen en la portada,
separadas entre sí por coma.
EJEMPLO 1:
ALEXEIEV, S.: Cuentos de la historia rusa, Ed. Raduga, Moscú, Ed. Gente
Nueva, t. 1, La Habana, 1985, ISBN 5-05-000153-6.
EJEMPLO 2:
ECKARDT, D.: Antonie Watteau, Ed. Henschel, Berlín, Ed. Arte y Literatura,
La Habana, col. El Mundo del Arte, 1986.
l) Si no se conoce la editorial o imprenta se utiliza en su lugar la abreviatura s.
n. [sine nomine] entre corchetes.
EJEMPLO:
BAIG BAÑOS, A.: Ideario de Cervantes [s. n.], Madrid, 1930.
m) Cuando no es posible determinar el año, con exactitud se pone entre
corchetes.
EJEMPLO:
COROMINAS Y VIGNEAUX, J.: Diccionario crítico etimológico de la
lengua castellana, Ed. Gredos, Madrid, [1954].
n) Otras inexactitudes en la fecha se expresan así:
[199 _ ] década segura
[199 _ ?] década incierta
[18 _ ] siglo seguro
[18 - ?] siglo incierto.
ñ) Si aún teniendo en cuenta lo señalado anteriormente, no es posible señalar
el año de la publicación se utiliza la abreviatura s.a., en redondas y entre
corchetes.
EJEMPLO:
MALDONADO DENIS, M.: Betances, revolucionario, antillano y otros
ensayos, Ed. Antillana, Río Piedra, [s.a.].
o) En obras con un solo tomo, pueden señalarse las páginas, como extensión
de la obra, aunque no es obligatorio.
p) Cuando son varios tomos, se describe en esta forma: 2 t., 10 t. Pero la
referencia al tomo consultado es t.1; t.3.

EJEMPLO 1:
ORTIZ, F: Contra la anexión, Ed. Cultural, 2 t., La Habana, 1928.
EJEMPLO 2:
SÁNCHEZ ROCA, M.: Leyes civiles de Cuba y su jurisprudencia, t. 4, Ley de
Enjuiciamiento Civil, Ed. Lex, La Habana, 1957.
q) Si la terminología utilizada para describir el volumen es: parte, fascículo,
cuaderno y otros, se emplea la denominación general de tomos.
r) En esta parte de la descripción se señala si la obra contiene láminas (láms.),
ilustraciones (ilus.), gráficas (gráfs.) y otros.
EJEMPLO:
DESCHAMPS, J. y otros: Cirugía: semiología, fisiopatología y clínica
quirúrgicas, 2 t., ilus., tablas, gráfs., Ed. Científico - Técnica, La Habana,
1985.
s) La información sobre la colección o la serie, se transcribe tal como aparece
en la obra.
EJEMPLO 1:
Col. Unesco de obras representativas
EJEMPLO 2:
Col. Huracán
EJEMPLO 3:
Col. Pinos Nuevos, Ensayo
EJEMPLO 4:
Acta botánica cubana, 26
EJEMPLO 5:
CÉSPEDES, G.: La nevada, Ed. UNIÓN, Col. David, 214 pp., La Habana,
1985.
t) A los efectos del ordenamiento de los elementos en la bibliografía, las notas
constituyen la información descriptiva, que no ha sido mencionada en la
descripción bibliográfica y que la clarifica o amplía. No se escribe la palabra
nota, solo se señala a continuación de la descripción bibliográfica.
EJEMPLO 1:
Premio Casa de las Américas
Ejemplar incompleto
Ilustraciones coloreadas a mano
Ed. Facsimilar
EJEMPLO 2:
ALONSO, DORA: El valle de la pájara pinta, Ed. Casa de las Américas, 102
pp., La Habana, 1984.
Premio Casa de las Américas, 1984. Obra para niños y jóvenes.
u) La información del ISBN (Numeración Internacional Normalizada de
Libros), se registra, si es conocida, a continuación de la última nota.
EJEMPLO:
ISBN 959-05.0358-2
5.24.1.2 Otras consideraciones
1. Si se trata de antología, selección, compilación u otras, el nombre del
antologador, seleccionador, compilador u otro, aparece en el lugar del nombre
del autor, seguido de la abreviatura correspondiente en redonda y bajas.
EJEMPLO:
NOGUERAS, L. R., comp.: Poesía cubana de amor: siglo xx, sel. y pról. Luis
Rogelio Nogueras, 203 pp., Ed. Presencia Latinoamericana, México, 1983.
2. En el caso de que haya más de una obra de un mismo autor o autores, estos
se relacionan por el orden cronológico de su publicación. Las obras de un
mismo año, de un autor(es), se entran por el orden alfabético del título de la
obra.
3. Si hay varias obras del mismo autor o autores, solo se indica el nombre de
este o estos en la primera obra. En las siguientes, se ponen en lugar del
nombre una raya que no necesariamente abarca el nombre del autor:
EJEMPLO:
POEY ALOY, F.: Memorias sobre la historia natural de la Isla de Cuba, 2 t.,
Ed. Impr., de la Vda. de Barcina, La Habana, 1851 a 1861.
———————: Monographie des poissons de Cuba compris dans la sous
famille des Sparini, pp. 170-184, Ed. Salem Press, Salem, 1862.
4. Se relacionan primero las obras de un autor que aquella en las que dicho
autor aparece como coautor principal, independientemente del orden
cronológico de las obras.
5. Los nombres del (los) autor(es) escritos en caracteres no latinos, se
transliteran.
6. En el caso particular de las obras científicas (biología, zoología, botánica), a
continuación del nombre del (los) autor(es) se pone el año de publicación.
EJEMPLO:
MERCALEF, R. (1950): Las plantas carnívoras, col. Estudio, no. 82, Ed. Seix
Barral, Barcelona.
7. Si el documento o legajo no tiene autor particular o corporativo, la entrada
se hace por el título, en cursiva o negrita.
EJEMPLO 1:
Código de procedimiento Civil italiano, trad. Francisco Cillis y Julio Dassen,
Ed. Depalma, Buenos Aires, 1944.
EJEMPLO 2:
Estudios de Derecho Procesal en honor de Hugo Alsina, Ed. Ediar, Buenos
Aires, 1964.
8. Si no se conoce el autor ni el título, se elabora un título que sea un resumen
del contenido. La entrada bibliográfica en este caso es por este título, que se
compone en redondas y entre comillas; a continuación el lugar de localización
del documento, el número, la cantidad de páginas y la fecha.
EJEMPLOS:
“La calidad de vida en el adulto mayor”, La Tercera Edad, 19: 42-60, Madrid,
España, 1987.
“Cinq millions de chomeurs en 1985”, Science et Vie, pp. 60-82, avril, 1979.
9. Cuando no haya persona acreditada como autor, compilador o editor de la
obra, se entra por la asociación, comisión, dependencia del gobierno, país,
sociedad, institución, colectivo de autores u otros responsables de la
publicación, y se escribirá en altas y bajas o en versalitas calzadas. EJEMPLO:
UNIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS DE CUBA: Estatutos de la UNEAC
y reglamentos de las secciones, 52 pp., Ed. UNIÓN, La Habana, 1979.
10.En el caso de publicaciones oficiales de gobierno o administraciones
estatales extranjeras, se entra por el nombre del país, seguido del organismo o
del departamento responsable de la publicación; ambos deben ir en altas o
versalitas calzadas sin abreviar y con interposición de coma.
EJEMPLO:
MÉXICO, SECRETARÍA DE LA DEFENSA: Informe del Secretario de la
Defensa Nacional, 184 pp., México, 1938.
11. La entrada de instituciones privadas o autónomas es por el nombre de la
institución (por la palabra principal, no por el artículo) en mayúscula o
versalitas calzadas, sin abreviar.
EJEMPLO:
CONFERENCIA CUMBRE DE PAÍSES, NOAL IV: Programa de Acción
para la Cooperación Económica, Argelia, agosto, 1973.
12, En las obras aprobadas para su publicación, pero no editadas, se coloca “en
prensa” entre corchetes, en redondas y bajas, en el lugar que ocuparía el año
de publicación, los títulos de estas obras se componen en redondas y entre
comillas.

EJEMPLO:
WILLIAMS, E.: “Capitalismo y esclavitud”, Ed. de Ciencias Sociales, La
Habana, [en prensa].
13. Las obras que se encuentran en preparación o terminadas, propuesta o no
para su publicación a una entidad editorial, pero sujetas a aprobación por la
misma, se mencionan en el texto, en redondas entre comillas, pero no se
incluyen en la bibliografía.
14. La obra anónima puede entrar por el título o por la palabra anónimo en la
misma tipografía que el nombre de los autores.
5.24.1.3. Parte de la obra
1. Los títulos de capítulos o parte de la publicación se componen en redondas
y entre comillas, antes del título. La diferencia tipográfica, define lo
establecido.
EJEMPLO:
RUIZ DE ALARCÓN Y MENDOZA, J: “Ganar amigos“, Comedias
escogidas, pp. 250-260, Ed. Impr. de Ortega, Madrid, 1829.
2. En libros que reúnen varias obras de diferentes autores, pero con un autor
principal se entra por el autor de la obra consultada, seguido del título de dicha
obra entre comillas, la palabra en, el nombre del autor principal, el título del
libro en cursiva y los restantes elementos de la ficha bibliográfica.
EJEMPLO:
AGUIRRE, S.: “Contra el contrabando de esclavos”, en Hortensia Pichardo,
Documentos para la historia de Cuba, t. 1, pp. 292-309, Ed. de Ciencias
Sociales, La Habana, 1973.
1. Ubicación y composición tipográfica
1. La bibliografía puede ser ubicada al final del capítulo en obras científicas o
técnicas, así como al final del libro, después de los apéndices y antes de los
índices.
2. En obras literarias se coloca al final, después de los apéndices y antes de los
índices.
3. Puede componerse en una tipografía menor a la del texto, y en párrafo
francés, pero esto puede cambiar en dependencia del libro o de la colección.
4. Las relaciones bibliográficas se hacen en orden alfabético por apellidos de
autores, o nombres de instituciones. Si coinciden dos o más autores, con igual
apellido o inicial, se entra por el orden cronológico de la publicación.
5. Las publicaciones seriadas se intercalan en el ordenamiento alfabético
señalado en el punto anterior.
5.24.1 Publicaciones seriadas
5.24.2.1 Descripción bibliográfica de periódicos
1. Ordenamiento de los elementos:
—Apellido(s) y nombre(s) del autor(es).
—Título del artículo, discurso, entrevistas u otros entre comillas.
—Nombre del periódico en cursiva.
—Número de la edición.
—Volumen.
—Número del periódico entre paréntesis.
—Dos puntos (:).
—Folio(s) de la(s) página(s).
—Lugar de la publicación.
—Fecha de la publicación.
—ISSN.
EJEMPLO:
PÁGES, R.: “Los huertos de San Antonio”, Granma, 2da.ed., 2(125): 2, La
Habana, 29 de mayo de 1987, ISSN 0864-0424.
Tanto en periódicos como en revistas, en el caso de que un artículo continúe
en otras páginas que no sean consecutivas, se pondrá coma entre los folios de
la primera(s) y la continuación.
2. La puntuación que se utiliza en los periódicos es la misma y con igual
disposición que la establecida en las publicaciones no periódicas.
3. El orden de los autores, es el establecido para las publicaciones no
periódicas.
4. El (los) apellido(s) y nombre(s) del (de los) autor(es), se componen en altas
o en versalitas calzadas o en altas y bajas.
5. El ISSN (Numeración Internacional Normalizada de Publicaciones
Seriadas), se anota cuando aparece en la publicación.
EJEMPLO:
CURBELO, A.: “Martí, crítico teatral”, Trabajadores, 120:10,ed. única, La
Habana,15 de mayo de 1987, ISSN 0864-0432.
5.24.2.2 Descripción bibliográfica para revistas
5.24.2.3
1. Ordenamiento de los elementos:
—Apellido(s) y nombre(s) del autor(es).
—Título del artículo, discurso, entrevistas y otros entre comillas.
—Nombre de la revista, en cursiva.
—Serie.
—Volumen.
—Número entre paréntesis.
—Dos puntos (:).
—Folio(s) de las páginas.
—Lugar de publicación.
—Fecha.
—Ciudad, país.
—Notas.
—ISSN.
EJEMPLO:
CAMP, D. Y M. COLLÍA: “Diferentes combinaciones de dietas para
ponedoras comerciales”, Rev. Cub. Cienc. Vet., 26(1): 13-15, La Habana,
2000.
2. Puntuación utilizada:
a) Se utiliza paréntesis () y dos puntos (:) en la numeración de la revista.
b) El resto de la puntuación es la misma y con igual disposición que la
establecida, en las publicaciones no periódicas.
3. El ordenamiento de los autores, es el establecido para las publicaciones no
periódicas.
4. El (los) apellido(s) y nombre(s) del (de los) autor(es), se componen o en alta
inicial lo demás en baja o en versalitas calzadas.
5. El nombre de la revista se escribe en cursiva o negritas. En literatura
científica o técnica si este nombre es muy largo se utilizará la abreviatura
registrada y se puede prescindir del lugar de la publicación.
EJEMPLO 1:
ROBINS, C. R.: “The molid fish Ranzania laevis, in the Western Atlantic”,
Quart. Jour. Fla. Acad. Sci., 29(4): 287-288, 1966.
EJEMPLO 2:
SCHOLTZ, L. P.: “Western Atlantics scorpion fish”, Proc. U. S. Nat. Mus.,
121(4106): 1-103, 1953.
6. Los títulos de las publicaciones en idioma que no usen el alfabeto latino, se
transliteran. EJEMPLO:
SHCHERBAKOV, V. I.: “El último año del quinquenio”, Znanie. Seriya
Ehkonomica i organizatsiya proizvodsva, (7): 1-63, Moscú, 1985.
7. A continuación del título se pone la serie (ser. biol., ser. téc.) y el año (a.).
EJEMPLO:
DUARTE-BELLO, P. P.: “Noticia sobre un Lepidocibium flavobrunneum
pescado en Cuba“, Acuario Nacional, ser. téc., 2: 1-6, 1961.
8. En la numeración se omiten las palabras volumen y número. El primer
número referido es el volumen, a continuación entre paréntesis el número de la
revista, dos puntos y por último el folio de las páginas. En el caso de que la
publicación no tenga volumen, el número aparece sin paréntesis y después dos
puntos (:).
EJEMPLO 1:
13(2): 221-224.
EJEMPLO 2:
4: 15-18.
EJEMPLO 3:
MONAL, ISABEL: “Tres filósofos del centenario”, Universidad de La
Habana, 32(192): 111-129, La Habana, oct.-dic., 1968.
EJEMPLO 4:
GUTH, L., R. A. SCHWARTZ AND D. K. WHITCOMB: “Buyer
concentration ratios”, Jour. Ind. Econom., 25(4): 421-258, Oxford, June, 1977.
9. La fecha se escribe como aparece en la publicación.
EJEMPLO 1:
ene.-abr., 1977
EJEMPLO 2:
dic., 1968
EJEMPLO 3:
1919
10. Las notas tienen el mismo tratamiento que en las publicaciones no
periódicas.
11. El ISSN se anota cuando aparece en la publicación.
EJEMPLO 1:
GASSELBLAT, A.: “Imperialismo. Colonialismo tecnológico”. Bohemia,
79(4): 51-52, 23 de enero de 1987, ISSN 0864-0777, semanal.


EJEMPLO 2:
MESTA, M. DEL CARMEN Y A. RAVELO: Muchacha, 7(6): 35-37, agosto
de 1986, ISSN 0884-0327, mensual.
12. Los nombres biotaxonómicos de rango genérico o inferior que aparecen en
el título del artículo, se componen en cursivas.
EJEMPLO:
ROBINS, C. R.: “Studies on fishes of the family Ophidiidae, III. A new
species of Lepophidium from Barbados“, Breviora, 4: 1-6, 1959.
13, Las figuras, láminas, tablas y mapas se señalan si aparecen independientes
de las páginas foliadas. No se abrevian los términos tablas y mapas.
EJEMPLO:
CAMPOS, R. Y J. L. POLO: “Aislamiento de bacterias en huevos de
avestruz”,
Torreia, 40: 42-46, 5 láms., La Habana, 1995.
14. El término mapa solo se señala cuando no aparece referido como figura en
el artículo.
NOTA:
En los textos de medicina, por lo general, el autor trae la bibliografía ordenada
por las normas de Vancouver para la presentación de libros, que se puede
aceptar siempre que se cumpla en toda la bibliografía presentada.

5.25 Signos de corrección


Signos de corrección utilizados en los originales y en las pruebas impresas:
(Se me hace engorroso copiar los signos empleados por los editores para que
quienes emplanan corrijan, además quien está autocorrigiendo que es nuestro
caso no necesita usar los signos, ya que encuentra el error y lo corrige no
necesita hacerlo visible para otra persona).
1. Unir o quitar blanco entre líneas.
2. Aproximar letras o palabras.
3. Separar renglón o dejar blanco.
4. Unir letras o palabras.
5. Separar letras o palabras.
6. Tachar para sustituir o eliminar.
7. Sangría normal de párrafo.
8. Quitar sangría.
9. Dar sangría.
10. Poner en cursiva la palabra subrayada.
11. Poner en negrita la palabra subrayada.
12. Poner en versales la palabra subrayada.
13. Poner en versalitas la palabra subrayada.
14. Punto y seguido.
15. Punto y aparte.
16. Transposición de letras.
17. Transportación de palabras.
18. Intercalar palabras.
19. Intercalar letras en palabras.
20. Cambiar del lugar palabras o letras colindantes.
21. Cuzar con una raya una letra mayúscula, significa ponerla en minúscula.
22. Cruzar con una raya una letra minúscula, significa ponerla en mayúscula.
23. Poner la palabra completa y no en abreviatura, con inicial minúscula.
24. Volar o poner como exponente una letra o número.
25. Volar o poner como exponente dos letras o números.
26. Bajar o poner como subíndice una letra o número.
27. Bajar o poner como subíndice dos letras o números.
28. Continúa en la próxima cuartilla.
29. Mover toda la línea hacia el margen izquierdo.
30. Mover varias líneas o párrafo completo hacia el margen izquierdo.
31. Quitar la puntuación y mantener el espacio en una columna de número.
32. Quitar una o más líneas.
33. Igualar el espacio.
34. Vale lo tachado en el original.
35. Poner en cursiva negrita la palabra subrayada.
36. Poner en altas negras la palabra o letras subrayadas.
37. Suprimir el acento.
38. Dudas (en el margen izquierdo de la cuartilla o prueba, con la duda
circulada en el texto, y escrita o indicando cuál es la duda, todo con lápiz).
39. Alinear línea: alin.
40. Para dividir correctamente la palabra de una línea o varias, a la derecha o a
la izquierda respectivamente.
41. Suprimir lo tachado o marcado.
42. Letra de otro tipo de familia.
red. 43. Componer en redonda.
44. Versal cursiva.
45. Vale lo tachado, tachar el dele y poner OK.
46. Para evitar, excepto en poesía, que tres líneas comiencen, aparezcan en el
medio o terminen con sílabas o palabras iguales.
47. Para evitar que cuatro o más líneas seguidas comiencen o terminen con la
misma letra o terminen con divisiones de sílabas (-) o puntuación sea o no
iguales.
48. Para evitar calles o callejones.
5.26 Orden de presentación de los elementos del original para su composición
1. Cartas de especificaciones tecnológicas.
2. Guía de emplane (dummy).
3. Páginas de cortesía (si las lleva).
4. Portadilla (si la lleva).
5. Reverso de portadilla.
6. Portada.
7. Reverso de portada o página de crédito.
8. Dedicatoria.
9. Índice general (si va al principio).
10. Prólogo (si no es del autor, va antes del índice general).
11. Agradecimiento (si lo lleva).
12. Introducción.
13. Texto general
14. Apéndice (si lo lleva).
15. Bibliografía.
16. Índice (en el orden siguiente):
a) De materias.
b) Analítico.
c) Onomástico.
d) Cronológico.
e) Bibliográfico.
f) De ilustraciones
g) De piezas musicales
h) Geográfico
17. Índice general (sí va al final)
18. Cubierta.
5.27Indicaciones para ubicar las ilustraciones
1. Las ilustraciones se indican en orden consecutivo en el centro de la
cuartilla, lo más cercano posible al lugar del texto donde se requieran.
2. La numeración consecutiva puede ser por capítulos o por todo el libro.
3. Las ilustraciones se marcan en el original en un recuadro, preferentemente
en rojo.

5,28 Colofón
1. El colofón se ubica, preferiblemente, en página impar, al final del libro.
Puede suprimirse si las circunstancias no permiten situarlo así.
2. El texto del colofón ser de dos formas:
a) Para ediciones generales:
Este libro ha sido impreso por el Combinado Poligráfico ______________ Se
terminó de imprimir en el mes de_______de 20___ Año de
___________________. Esta edición tiene ------------------ejemplares.
b) En ediciones especiales es obligatorio que aparezca el colofón:
Este título ha sido compuesto en (familia tipográfica) por (linotipo o
fotocomposición) de (puntaje). Se utilizó papel de (tipo y gramaje) y está
encuadernado en (tipo de encuadernación). Esta edición consta de
________________ejemplares. Se terminó de imprimir en el Combinado
Poligráfico____________________en el mes de_________de 20____ Año
de___________________ .

25 CONSIDERACIONES
FINALES

Como hemos visto hasta aquí, podríamos llamar trabajo, a la observación


sostenida de a uno mismo, de nuestra propia conducta. Pero uno no puede
evitar observar a los demás, por otra parte es más fácil. Es decir, que uno
trabaja con los otros no haciendo un trabajo con ellos sino con uno mismo.
Uno observa las actitudes ajenas, sus deficiencias o faltas, las ofensas que nos
hacen, las estupideces que el estado de sueño les induce a realizar, pero el
trabajo que debemos realizar no es intentar explicarles cuán dormidos están,
mostrarles o demostrarles cuán mecánicos o autómatas son, sino, más bien,
que puedan descubrirlo por ellos mismos, no a nivel intelectual, sino a nivel
emotivo. Ellos, debido a la propia mecanicidad, esperan una respuesta
complementaria, o sea tan mecánica como su actitud, una respuesta tan
esperada, tan típica y prefabricada que la suponen normal y, si uno está
dormido, uno continúa siendo tan mecánico como antes, no se resistirá a
evidenciarles nuestra inconformidad de forma típica, por medio de la
animosidad, los malos modos, la respuesta agresiva, la palabra hiriente; uno no
antepone, como un escudo, las ideas aprendidas como defensa. No es
revelándoles, a tales personas, cuánto son capaces de mentir, aun cuando
pudieran estar mintiéndose a sí mismos o habernos mentido a nosotros; ni se
trata de obligarnos a creer en sus mentiras, sino de aceptarlas como algo ajeno
a nosotros, aceptar sus mentiras como algo real que forma parte de lo que, una
cierta filosofía podría llamar: la Vida y que evidenciarlo solo serviría para
perjudicar nuestras interrelaciones con los demás; aceptar todo esto como algo
que forma parte de las influencias que llevan la orientación del desarrollo
exterior de la vida: la búsqueda de aprobación, reconocimiento, confort,
etcétera, es decir, algo que forma parte de la mecanicidad humana, la cual
cumple un objetivo cósmico necesario y útil para los fines de la expansión del
Universo, tema este que no cabe explicar aquí por su extensión y que se aparta
de lo que en estricto estamos tratando. Tal asunto se insertaría dentro del
ámbito cosmológico y estamos analizando algunas consideraciones del ámbito
psicológico sobre una supuesta filosofía de la vida para reajustarnos dentro de
la vida pero desde un sentido, digamos literario.
Todo lo que los demás expresan, ya sea producido en palabras o en hechos
produce una reacción mecánica en nosotros que debemos descubrir. No
podemos hacer que los demás dejen de ser mecánicos, reaccionando con algún
nivel de violencia contra ellos, aunque sea una forma de violencia que pudiera
ser considerada justa. No significa que debamos dejarnos pisotear. Usted
puede reaccionar de uno de estos modos: dejarse pisotear, lo cual no es el
objetivo; otro, puede apartarse del camino para no ser pisoteado, como indica
el sentido común, pero indignándose, ofendiéndose, manifiestamente o no, y
otra forma es la que propone el sentido común: Quitarse del camino para no
ser pisoteado pero eliminando los cargos, eliminando la animosidad negativa,
la indignación y el ofuscamiento, porque tal hará que la otra persona se
escandalice ya sea en palabras o en pensamientos o en actos.
El humano llamado aquí ordinario, no puede dejar de ofenderse y manifestar
su no-aprobación cuando se aparta del camino para no ser pisoteado, porque
no puede observarse a sí mismo, no puede desdoblarse en dos y ver su propio
lado oscuro, no tiene un Yo observante y por tanto no puede alcanzar un
estado de conciencia más elevado. Por eso el humano ordinario no puede
detener el impulso mecánico de acompañar al acto genuino (apartarse para no
ser pisoteado) de una serie adicional de manifestaciones negativas.
La mayoría de las personas, incluso las que han iniciado cursos, o ciclos de
lecturas y conferencias sobre ideas semejantes a las enunciadas en estas
páginas, no pueden aceptar la idea de ser mecánicos, la idea de estar dormidos,
y llaman a la expresión de sus emociones negativas: ser sinceros. Ser sincero
se convierte en una justificación, en el recurso de su justicia para legalizar,
ante sí mismos y ante los demás, para autentificar su incapacidad para detener
su propia mecanicidad y así poder disfrutar sus estados negativos a plenitud,
pero nuestra tal justicia, a la cual llamamos ser sinceros, hará que la otra
persona se escandalice al sentirse juzgada.
Otra de las ideas básicas, que estoy comentando es que, el ser humano, miente
sin poder evitarlo y quizás en el intento por no mentir, en su esfuerzo por
escapar de la mentira, la cual llena toda su vida, éste caiga en lo que
pudiéramos llamar: insinceridad tonta, lo cual no es más que decir todo lo que
pensamos, sin que nos lo hayan preguntado o cuando nos lo han preguntado
pero en tal caso constituiría una forma de agresión a lo que los otros creen
pero que, además, para nosotros, da lo mismo; y no se trata de decir mentiras
piadosas, sino de auténticas verdades, no desde nuestro lado oscuro, sino
desde nuestra totalidad; porque se trata de enfocar las cosas desde nuestro lado
más luminoso, habiendo tenido en cuenta nuestro lado más oscuro. Veamos
con un ejemplo.
Un cierto individuo se tiene, a sí mismo, como poeta, cree con firmeza tener
capacidad para la poesía, le gusta. De alguna manera se esfuerza por
encaminarse en este propósito de abrirse paso en esta rama de la literatura y
escribe poemas. Digamos que este individuo nos consulta para que le demos
nuestro parecer sobre su trabajo literario, pero resulta que para nuestro gusto o
para nuestro juicio de lo que debe ser la literatura o para lo que debe ser un
poema, ya sea en su aspecto formal o en su contenido, tal intento con las letras
no alcanza la estatura siquiera de ser un poema malo, no es ni siquiera un
poema o lo es, pero malo. O lo es muy bueno pero no nos gusta. Decirle,
entonces, a tal señor que su poema no es un poema, que su poema es malo o
que puede ser bueno pero no nos gusta, es una forma de agredir al tal señor,
porque tal señor está identificado con su poema, tal señor cree que su trabajo
literario, al cual llama poema, es una proyección de sí mismo. Una extensión
suya. Cree con fuerza que él es su poema y la no aceptación de su poema es
una no aceptación de su persona y de lo que él cree que él mismo es. Quizás
sea muy probable que nosotros estemos en lo cierto y el poema sea muy malo
¿pero somos, nosotros, autoridades literarias? Por mucho que hayamos leído
¿Habremos leído lo suficiente como para dar un dictamen descalificador?
¿Acaso la historia de la literatura no está llena de casos en los cuales altos
académicos y distinguidos doctores, quienes en su momento sí tenían
autoridad para descalificar obras, negaron calidad a obras que años más tarde
otros académicos y otros doctores llegaron a la conclusión de que se trataba de
obras cumbres de la literatura universal? Esto mismo ha ocurrido con obras
científicas, con expediciones exploratorias, con teorías científicas…. ¿Quiénes
somos, entonces, para decirle a ese señor que su poema es muy malo, aun
cuando estemos convencidos de que lo es?
Si se observa cuidado, veremos que una respuesta tal como decir: veo un
esfuerzo creativo digno de tenerse en cuenta, o decir: Debe, usted, continuar
escribiendo otros, pues en este se aprecia que tiene, usted, inclinación por la
poesía, etcétera, no llevan nada de mentira; usted, no ha dicho la verdad de su
gusto; pues, usted, no ha dicho que el poema no le gustó, pero, usted, sabe que
su gusto (el suyo de usted) de poco importa, porque el decir que no le gustó el
poema no impedirá que tal señor continúe escribiendo pésimos versos; pero,
además, el hecho de que exista un mal poeta entre sus allegados, es algo que
interfiere muy poco en la consecución de sus propósitos, de usted, en la vida.
Así es que, un poco de comprensión de la psicología de tal señor, nos hace
comprender que, tal señor, necesita escuchar de alguien, aunque no sea un
editor, que sus poemas pueden ser aceptados porque en realidad el individuo
no está atendiendo al poema, sino a lo que existe en el poema de sí propio.
En términos generales he esbozado algunos tecnicismos prácticos pero, en
verdad, esto no constituye más que una curiosidad teórica, porque el ser
humano no puede sostener por mucho tiempo la atención sobre determinados
asuntos, para poder lograrlo requiere un entrenamiento sostenido y metódico.

26 EPÍLOGO

Quizás pudiera creerse que escribo con un marcado interés de arreglar el


mundo o que sueño con que la mayoría de las personas se vuelvan personas
felices al seguir las ideas que enuncio, nada más errado. Si algo he aprendido
es que apenas alguien cree, escribe o trabaja para influir sobre la mayoría de
las personas, ya dio el primer paso en el error, muchísimo más si lo logra.
Me permito recomendar ahora, la lectura del texto veintiuno que en estos
ensayos título, Consideraciones sobre la autoestima, donde argumento acerca
del valor de las cosas y donde verá que lo valioso, es escaso; ley que parece
contradictoria y que me llevó tantos años descubrir (bueno, al fin y al cabo,
muchos siempre me han tenido por tonto).
Si lo valioso no abunda y si es tan grato encontrar una perla entre los guijarros
del camino; no puede creerse de veras que todas las personas que formamos la
humanidad podamos ser buenas, honradas, felices, cultas, etcétera, este es el
gran error de los filósofos, los sociólogos, los educadores, los políticos…
¿Pienso yo que todos aquellos que lo creen y luchan por eso están
equivocados? Pues sí y no. Sí, porque ya dije que parten de un concepto que
va contra lo que la naturaleza y el sentido común indican. No, porque son
libres y están en su derecho.
Quiero añadir, para mejor comprensión del tema, que las tradiciones, la
cultura, las religiones, las instituciones, en fin… nos condicionan y programan
para la dualidad, es decir, para sentirnos separados y para que juzguemos todo
en función de la separatividad, por eso evaluamos todo en términos
excluyentes de Sí o No. Cuando nos ejercitamos en tratar de sentirnos
formando parte del todo, no queda otro remedio que evaluar en términos
complementarios de sí Y no y esto nos lleva a situarnos en una perspectiva
desde donde vemos la vida desde un ángulo insospechado; nos lleva a juzgar
teniendo en consideración a todas las partes que intervienen y tal nos hace
aparecer como si fuésemos contradictorios, cuando en realidad lo que
dejaremos de ser es automáticos, dejaremos de lado las respuestas
prefabricadas, prediseñadas, típicas, programadas…
Alguien, de quien he aprendido mucho me comentó la siguiente anécdota:
Cierta vez venía de realizar algunas gestiones en las que, como es natural,
había tenido que relacionarse con personas; relaciones de trabajo con
funcionarios públicos y venía machucado por varias incongruencias:
situaciones de abuso de poder, de mal trabajo entre instituciones donde
quedaba él, en medio, sufriendo las incompetencias en términos de pérdidas de
tiempo en días, los cuales le harían perder la oportunidad de enviar tales
documentos con un propio hacia otro país y se ahorraría dinero y hasta tiempo,
ya que algunos documentos legales caducan en pocos meses y de nuevo hay
que reiniciar todo el procedimiento, todo esto aparte del extra que introduce
sentir el maltrato, la indiferencia, la arrogancia, el despotismo, el abuso de
poder y darse cuenta que la mayor parte del proceso notarial, jurídico, legal,
burocrático, en fin, descansa sobre mecanismos repetitivos que quizás no
requieran ser realizados por un doctor en leyes y así vemos a más de una
persona que pasó una buena cantidad de años de su juventud estudiando para
graduarse como licenciado en leyes y que ha terminado pegando sellos de
timbre en documentos que no le importan, acuñando y firmando papeles que
luego asienta en un libro creyéndose el ser más importante del mundo porque
llegó a ser alguien en la vida. Al final uno se da cuenta de que todo puede
quedar de la misma forma en cuanto a trámites, es decir haber perdido el
tiempo, el dinero y tener que hacer algún trámite de nuevo por el error que
cometió otro, pero que se sentiría distinto si mediara un poco de solidaridad o
como mínimo, de humanidad.
Y, repito, venía este individuo con toda esa carga negativa y ¡de pronto! se
sintió rodeado de ¡tanto mal! pero no porque los noticieros solo hablen de
catástrofes, guerras, crisis, etcétera, sino de un mal mucho más próximo e
irremediable porque no puedes evitarlo como a los noticieros y, entonces, fue
que cayó en la cuenta ¡como una revelación! de que si uno se impusiera a sí
mismo ser la diferencia, saltaría a vista tal como destacan las estrellas en la
negrura del cielo. De pronto pudo percatarse de que aquello que podría ser, y
que de hecho es, tan indeseable, podría estar teniendo una necesidad
trascendental para existir: servir de soporte, de contraste, de telón de fondo,
para hacer que tenga mérito, la virtud.
FIN

DATOS DEL AUTOR:


Eduardo N. Cordoví Hernández
Email: edwacor@nauta.cu y eduardo@icl.cult.cu
Nacido en Ciudad de La Habana el 29 de octubre de 1950. Graduado de
constructor civil en el ITC José Martí, ceramista, pintor y escultor
autodidacto. Ha realizado exposiciones personales en instalaciones culturales
del municipio 10 de Octubre. Ha publicado en diarios y revistas del país y en
la revista peruana de circulación continental Menú Journal. La Editorial
Oriente publicó en 1990 su libro, Bebidas notables, siendo un bestseller
nacional según las estadísticas de venta del Instituto Cubano del Libro,
publicadas en la revista Bohemia, obtuvo un diploma honorífico por esa obra,
de la Asociación de Reporteros y Escritores Gastronómicos de América Latina
y España (AREGALA) con sede en Perú. Ha impartido conferencias de
divulgación cultural en la Casa de los Escritores de la Víbora, en el Video
Club de Ave. Camilo Cienfuegos esq. a 21, en Lawton, así como en diversas
entidades religiosas y estatales. Ha escrito para programas de radio de
divulgación científico-técnica. Actualmente trabaja en la Editorial Letras
Cubanas del Instituto Cubano del Libro. AZUPress Digital de New York, le ha
publicado dos libros en Internet: Bebidas notables, en una versión ampliada y
su novela, Conspiración en La Habana. Escribió algunos artículos en la
sección de opinión del periódico digital El Imparcial de N.Y. Ver los sitios
web: www.loslibrosdigitales.com y www.elimparcialny.com, también
www.primaveradigital.com y en el blog www.ibukko.com

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