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XXI
[1.1] Presentación
TEMA
[1.6] Valor para la empresa y para el empleado
Ideas clave
1.1. Presentación
Para estudiar este tema lee atentamente las Ideas clave que se presentan a
continuación.
Uno de estos cambios está relacionado con la gestión del talento. Las compañías
deben percibir el talento humano como uno de los recursos más importantes que
tienen. A lo largo de los siglos, el trabajador ha sido considerado como un recurso más
de la empresa. Es más, en ocasiones ni siquiera ha sido bien valorado. Sin embargo, hoy
día sabemos que esto no puede seguir así. Los recursos humanos son uno de los
valores más importantes de una empresa. De ellos depende, en gran medida, el
éxito empresarial.
Por eso, cualquier empresa que desee alcanzar el éxito, deberá rodearse de un buen
equipo humano, de colaboradores competentes, eficientes, productivos y
comprometidos. Las empresas necesitan encontrar y mantener el talento.
Ahora la pregunta es, ¿cómo puede una empresa rodearse de talento? ¿Qué pueden
hacer las compañías para retener y atraer ese talento? ¿Qué tipo de estrategias son las
más eficaces en cada caso? A lo largo de este primer capítulo vamos a dar respuesta a
estas y otras preguntas.
Como hemos dicho, el éxito o fracaso de una empresa depende, en gran medida, del
equipo humano que compone la plantilla de trabajo. Por lo tanto, el equipo humano
debe ser considerado como uno de los recursos o bienes más importantes de
cualquier empresa.
Sin embargo, para que los trabajadores den lo mejor de sí mismo hay que cuidarlos y
motivarlos. Solo así se podrán alcanzar los objetivos definidos por la compañía y
contribuir al éxito empresarial.
los archivos que contiene, formatearlo de vez en cuando para mejorar su rendimiento,
etc.
Algo similar pasa con los recursos humanos. Las empresas deben cuidar a sus
trabajadores para que estos sean capaces de dar lo mejor de sí mismo, de
ser productivos y contribuir al éxito empresarial. En especial a aquellos que aportan
mayor valor añadido, a los trabajadores más talentosos.
En este caso, ese cuidado no consiste solo en ofrecerle unas condiciones óptimas de
trabajo, que favorezcan el cuidado de su salud, que también es importante (además de
una obligación para las empresas). Estamos hablando de otro tipo de cuidados, de
recompensas. Las empresas deben mimar a sus trabajadores, premiarles, compensarles
por el esfuerzo que realizan. Solo de esta forma el trabajador se sentirá valorado y
mejorará su rendimiento y su productividad. Solo así aumentará su
compromiso con la empresa.
Ahora la pregunta es, ¿cómo cuidar de cada uno de los trabajadores? ¿Qué pueden
hacer las empresas para satisfacer a su equipo humano? ¿Es posible retener el talento?
¿Qué medidas pueden tomar las empresas para atraer a nuevos talentos?
A priori, puede parecer que una buena retribución, un buen salario, es la clave para
retener y atraer talento. Sin duda, el salario es uno de los requisitos más
valorados a la hora de seleccionar un puesto (según los estudios se sitúa entre el
tercer y el quinto puesto de prioridad a la hora de elegir un nuevo empleo). Sin
embargo, no es el único que los trabajadores consideran y, en ocasiones, tampoco es el
más importante.
Todo el mundo espera cobrar un salario justo en relación con el trabajo desarrollado,
sin embargo, existen otras motivaciones que pueden ser mucho más determinantes que
un buen salario. La seguridad laboral, la flexibilidad horaria o las
posibilidades de desarrollo profesional y promoción son otros de los motivos
más valorados.
En la misma línea, según un estudio realizado por Hay Group y ADP (2004) los
principales motivos que atraen el talento humano a las empresas son el desarrollo
profesional seguido de trabajar en una empresa líder en el sector. Es decir, los
trabajadores valoran más la posibilidad de crecer profesionalmente y trabajar en una
empresa bien posicionada que tener una alta retribución.
Sin embargo, parece que este tipo de programas no es el más valorado en la actualidad.
Otro beneficio se ha impuesto entre las preferencias de los trabajadores: la
flexibilidad horaria es el beneficio más valorado por los trabajadores, con un 83%
de los votos. Y es que tener un horario de entrada y salida más flexible contribuye a la
conciliación entre la vida laboral y personal.
Otros de los beneficios que ocupan los primeros puestos son los planes de salud (76%),
poder disfrutar de una semana de vacaciones extra (72%), mejoras en los permisos de
paternidad (71%) o la posibilidad de realizar parte de la jornada a distancia
(teletrabajo), valorado por el 68% de los encuestados.
Sin embargo, pese a los resultados de estas encuestas, la retribución económica no debe
desatenderse. Lo importante para retener y atraer el talento es diseñar sistemas de
compensación atractivos para los trabajadores de cada empresa.
Antes de continuar con este tema, es preciso definir algunos términos clave para poder
comprender qué es la compensación y definir este concepto. Veamos, pues, estos
términos.
A lo largo de nuestra vida laboral utilizamos una serie de términos que, en ocasiones,
no nos paramos a analizar. Seguro que en más de una ocasión has hablado con tus
colaboradores sobre los sueldos, salarios, prestaciones en especie o beneficios
sociales, incentivos o sobre las compensaciones laborales que tu empresa te
ofrece. Sin embargo, ¿sabes realmente qué significan cada uno de estos términos? ¿En
qué se diferencian unos de otros?
» Sueldo: vamos a comenzar por uno de los términos más populares, el sueldo. La
Real Academia Española (RAE) define este término como la «Remuneración regular
asignada por el desempeño de un cargo o servicio profesional». Es decir, el sueldo es
una cantidad económica que se le ofrece a una persona por realizar un
determinado servicio profesional.
» Salario: el salario se suele utilizar como sinónimo de sueldo; sin embargo, existen
ciertos matices que diferencian a ambos conceptos. Este término proviene de
salarium, sal en latín, un bien muy valorado en la antigua Roma con el que se
pagaba a los soldados por sus servicios. La RAE define el salario como: cantidad de
dinero con que se retribuye a los trabajadores por cuenta ajena.
Es más, el Estatuto de los Trabajadores, normativa que regula los derechos y deberes
del trabajador en España, define el salario como «la totalidad de las percepciones
Si analizas los dos conceptos, sueldo y salario, podrás observar que ambos
hacen referencia a una paga o remuneración periódica. Suele asociarse a
un pago fijo, una cuota mensual que no varía, o bien en función de las horas y días
trabajados. Además puede ser dinerario o en otros bienes (siempre con una
cuantificación de su valor económico).
¿Qué tipos de incentivos suelen dar las empresas? Los más comunes son
suplementos económicos al alcanzar o superar algunos de los objetivos propuestos.
Por ejemplo, un incentivo de 1000 euros para todos aquellos comerciales que
superen una determinada cantidad de ventas. De esta forma, se supone que los
trabajadores se verán más motivados e intentarán superar esas metas.
Todos los convenios laborales y contratos deben tener esta cuantía como referencia a
la hora de establecer el salario mínimo de su categoría. Esta cantidad debería ser
siempre mejorada.
Este tipo de prestaciones forman parte del salario del trabajador. En este caso, hay
que tener en cuenta que la prestación es considerada como un pago en
especie (a partir de ciertas cantidades de valoración del bien, la Hacienda Pública
Española puede considerarlo pago en especie con la consiguiente tributación por el
diferencial. En caso de no llegar a la cantidad estipulada por la Hacienda Pública
Española, se considera un beneficio social no tributable). Según el Estatuto de los
Trabajadores, el pago en especie no puede reducir el salario mínimo
interprofesional. Además, tampoco puede ser superior al 30 % de las
percepciones salariales.
Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Imagina que tu empresa quiere pagar
una parte de tu salario en especie. En este caso, lo primero que tienes que tener
presente es que el dinero que recibas por tu salario nunca puede ser inferior al
salario mínimo interprofesional (en función de la jornada laboral que realices).
Lo segundo que tendrás que considerar es que solo puedes cobrar un 30 % de tu
salario en especie. ¿Qué significa esto? Pues que si tu salario es de 1000 euros, tu
empresa no puede darte más de 300 euros en especie.
Ahora bien, ¿qué pasa si tu salario, por una jornada completa, no es de 1000 euros
sino de 800 euros? En este caso, la empresa no puede abonarte hasta el 30% de tu
salario en especie. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. Si tu empresa te pagara el
30 % de tu salario de 800 euros en especie, recibirías tan solo 560 euros en metálico,
una cifra inferior al salario mínimo interprofesional. Y como hemos comentado, el
pago en especie no puede tocar esta cantidad. En este supuesto, deberás cobrar, al
menos, el SMI en metálico y el resto podrás cobrarlo en especie.
La compensación es, por lo tanto, una estrategia o serie de medidas que tienen como fin
motivar a los trabajadores, fidelizar y retener el talento, así como atraer nuevos talentos
a la empresa.
» Equidad interna. El salario debe basarse en función del valor del puesto y del
desempeño laboral de cada trabajador. Cuanto más valor se aporte a la compañía,
mayor debería ser el salario. La equidad interna hace referencia a la existencia de un
equilibrio entre las compensaciones de los diversos puestos de la empresa.
» Competitividad externa. Otro elemento que hay que tener en cuenta es que los
sistemas de compensación deben ser capaces de atraer el talento. Para ello, las
empresas deben establecer sistemas atractivos, pero también capaces de competir
con el resto de compañías del sector. Hay que conocer y tener presentes las
estrategias diseñadas por el resto de empresas para comprobar que el sistema de
compensación diseñado es realmente competitivo.
» Productividad. Por último, no debemos olvidar que el fin último de los sistemas
de compensación total es mejorar la productividad de los trabajadores, estimular
niveles superiores de desempeño.
Los elementos que tenemos que tener en cuenta son las expectativas y necesidades
del trabajador. Cada trabajador tiene unas necesidades diferentes, unas expectativas
distintas. Lo que les motiva a unos no tiene porqué motivarles a los otros. Este factor es
clave a la hora de diseñar planes de compensación.
Además, también hay que tener presentes los objetivos de la empresa. Cada empresa
tiene unas características y unos objetivos concretos, por lo que no todas las
estrategias de compensación son válidas para todas las empresas. Cada
compañía tendrá que diseñar aquellas que le resulten más eficaces. No olvidemos que
estos sistemas deben alinear los objetivos del trabajar con los de la empresa.
Por último, también deben valorarse los costes. Los sistemas de compensación
deben ser asequibles para las compañías y no suponer un lastre ni obstaculizar otras
inversiones.
Si bien el pago de salarios no ha existido siempre, sí que parece que tiene su origen
en la antigüedad, cuando la jornada diaria se pagaba con alimentos e incluso con
otros bienes, como ropa, calzado, madera o vasijas.
Las referencias encontradas sobre el pago en especie son diversas y hacen alusión a
distintas épocas y sociedades. La antigua Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma,
ya tenían estipulado un sistema de pago para sus trabajadores, que era diferente en
función de si eran libres o esclavos y de la actividad que desarrollaban. No cobraba lo
mismo un campesino, una tejedora o un soldado.
La peste negra, que afectó a Europa a lo largo del siglo XIV, provocó una disminución
considerable de la población. Solo un tercio de la población sobrevivió. Este
acontecimiento favoreció que el salario que los trabajadores percibían aumentara.
A partir del siglo XVII llegan los verdaderos cambios, con el surgimiento de lo
que se denominó Revolución Industrial. Es preciso señalar la aparición de la
burguesía, una nueva clase social adinerada, para poder comprender mejor
todos estos cambios. Hasta ahora estaban los nobles y los plebeyos. Con la aparición de
la burguesía, los roles comienzan a cambiar. Ahora hay patrones, trabajadores y
fábricas donde el trabajo es especializado y se produce en cadena.
la calle sin trabajo. El desempleo provocó que existiera mucha mano de obra
disponible, por lo que se abarató. Es decir, los salarios se vieron reducidos.
Por si esto fuera poco, los procesos de fabricación eran mucho más sencillos, más
fáciles de realizar. Ya no se necesitaban hombres fuertes y capacitados para ocupar
determinados puestos. Ahora mujeres y niños podían realizar estas funciones sin
problemas. La incorporación de las mujeres y de los menores al mundo
laboral agravó más la situación. El desempleo aumentó más y la mano de obra se
volvió mucho más barata todavía, pues se les pagaba menos a las mujeres y
niños que a los hombres. Las condiciones laborales, en general, se volvieron mucho
más dramáticas.
Comienzan a promulgarse las primeras leyes laborales que buscan proteger a los
trabajadores y garantizar su seguridad y estabilidad. Algunas de las primeras
leyes que se aprueban están relacionadas con la protección laboral de los menores.
En España, la primera ley laboral que se aprobó fue la ley Benot, en 1873, aunque tuvo
que superar diferentes obstáculos para ver la luz. Esta normativa tenía como fin
proteger a los menores de las abusivas condiciones en las que trabajaban y defender la
necesidad de educación de los niños. Sin embargo, no eran los únicos derechos que se
defendían en esta progresista ley. Esta norma también supuso el origen de la
prevención de riesgos laborales.
En 1919 se firma el Tratado de Versalles, que da fin a la Primera Guerra Mundial. Este
tratado refuerza, entre otras cosas, los derechos de los trabajadores en el ámbito
internacional gracias a la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La regulación del horario del trabajo, la protección de la infancia, el
reconocimiento a la igualdad o la seguridad laboral son algunos de los aspectos
que se desarrollan en este documento. Más tarde, en 1948 se aprobó la declaración de
los Derechos Humanos, que también ratifica los derechos de los trabajadores.
A raíz de estas leyes se han ido creando otras con el fin de proteger y mejorar los
derechos de los trabajadores a nivel nacional e internacional. La lucha por las mejoras
laborales ha sido una constante a lo largo del siglo pasado. Tanto que al salario se le
fueron uniendo otros derechos, como las vacaciones y otra serie de
compensaciones y beneficios extras.
El salario en la actualidad
Por otro lado, en el Estatuto de los Trabajadores, normativa que regula los derechos y
deberes de los trabajadores, también se establece la necesidad de retribuir al trabajador
por el desempeño de sus funciones. Este Estatuto fue aprobado en 1980, aunque a lo
largo de estos años ha ido sufriendo modificaciones. La última reforma laboral en
España ha tenido lugar durante el año 2015.
En esta misma ley se explican, en su sección 4, todas las características del salario.
Según el artículo 26 de esta normativa, se considera salario a «la totalidad de las
percepciones económicas de los trabajadores, en dinero o en especie, por la prestación
profesional de los servicios laborales por cuenta ajena, ya retribuyan el trabajo efectivo,
cualquiera que sea la forma de remuneración, o los períodos de descanso computables
como de trabajo». Es decir, que el salario se compone de un salario base y los
complementos salariales. Además, también indica que este salario puede ser
mejorado por los convenios colectivos o a través de un contrato individual. Es decir, las
partes tienen potestad para acordar los complementos salariales.
Además, en esta misma ley se establecen algunas estrategias para proteger al trabajador
de los posibles impagos por parte de las empresas que no pueden hacer frente a esta
retribución por problemas económicos.
El salario bruto que percibe un trabajador está compuesto por diferentes elementos,
entre los que se encuentran:
Además, a este salario debemos sumarle las horas extras realizadas por el
trabajador y las pagas extras, que podrán estar prorrateadas o no. Es decir, las
pagas extras pueden estar incluidas en la nómina todos los meses o, por el contrario,
pagarse de manera independiente en los meses que toque. Por ley, los trabajadores
tienen derecho a dos pagas extra, una en diciembre y otra en junio, sin embargo,
algunas empresas ofrecen más pagas extras como puede ser la de beneficios.
Los trabajadores perciben el salario neto, es decir, al salario bruto hay que descontarle
las deducciones a la Seguridad Social y el IRPF.
A lo largo de este último siglo, como has visto, las mejoras salariales han sido una
práctica común. El trabajador ha pasado de tener un sueldo variable, que dependía
de la producción y de otros factores externos, a tener un sueldo mínimo fijo y disfrutar
de otra serie de beneficios tanto monetarios como no monetarios, como es el derecho a
vacaciones o a determinados días libres. Sin embargo, las mejoras no quedan ahí.
Las reglas del juego comienzan a cambiar. Las empresas siguen necesitando mano de
obra. Sin embargo, mucha de ella es especializada, con unos conocimientos técnicos y/o
de gestión muy concretos.
Por otro lado, cada vez hay una mayor rotación laboral. Los trabajadores están
dispuestos a moverse en busca de unas mejores oportunidades profesionales.
Estos factores, entre otros, son los causantes de que las empresas tengan que diseñar
nuevas estrategias para retener el talento y atraer el nuevo. El objetivo es
tener el mejor equipo posible. ¿Cómo conseguirlo? A través de lo que se denomina
compensación total o total reward.
Este término ha estado ligado durante muchos años a la retribución económica. Sin
embargo, estas tácticas no siempre han sido efectivas. Es por ello que las empresas
desarrollan nuevas estrategias y políticas en materia de compensación, capaces de
alinear los objetivos de los trabajadores con los de la empresa y, a la vez, que sean
atractivas para los trabajadores, que satisfagan sus necesidades. En conclusión, esta
estrategia debe satisfacer a ambas partes, tanto las necesidades de la
empresa como la de los trabajadores.
o La retribución directa: aquellos pagos que forman parte del salario. Dentro de
este tipo de retribución estaría:
La retribución fija es la retribución económica mínima que la empresa
otorga a sus trabajadores, en función del cargo y el puesto que desempeñan.
La retribución variable es la que se cobran en base a los resultados
obtenidos, y puede ser a corto o largo plazo.
Las retribuciones diferidas, son aquellas que no son recibidas a priori por
el trabajador, como los planes de pensiones.
o Factores extrínsecos: por otro lado están los factores de tipo extrínsecos, entre
los que se encuentran los programas de reconocimiento, de desarrollo de carreras
profesionales o programas de talent management.
Hemos visto qué tipo de compensaciones son las más comunes y valoradas tanto por
los trabajadores como por las propias compañías. Sin embargo, ¿por qué premiar al
trabajador con este tipo de compensaciones?, ¿qué ventajas obtiene la empresa a
cambio?
Parece lógico pensar que una empresa no va a ofrecer recompensas a cambio de nada.
Algún beneficio debe obtener para premiar a sus trabajadores, ¿no crees? Lo cierto es
que las ventajas que ofrecen este tipo de estrategias son múltiples. Las más destacadas
serían:
Como hemos comentado, las reglas del juego están cambiando. Durante décadas
la cualificación profesional no era un requisito imprescindible para muchos puestos de
trabajo. Hoy en día, debido a los avances tecnológicos, cada vez se precisan
profesionales más cualificados y con una serie de conocimientos y destrezas
específicas, no solo a nivel técnico, sino también en lo que respecta a lo personal.
Estos avances han traído consigo una serie de cambios culturales. Actualmente los
gustos, necesidades e inquietudes de los jóvenes que se incorporan al mundo laboral no
son los mismos que los que se incorporaron hace unas décadas.
Otro de los grandes cambios que podemos observar es el rechazo a la cultura del
presentismo. Este rechazo lleva vigente durante algunas décadas en muchas
sociedades, aunque, en España la cultura del presentismo aún está muy arraigada.
Pero, ¿qué es la cultura del presentismo? Pues es, ni más ni menos, que pasar
muchas horas en la empresa con una productividad muy baja: «hacer que
haces».
En la actualidad todavía podemos ver algunas empresas que premian o toleran este tipo
de conductas. Consideran que pasar muchas horas en la empresa es sinónimo de
productividad, de sacar el trabajo adelante. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Según los últimos estudios realizados, las jornadas largas son mucho menos
productivas y además generan otros riesgos.
Además, esta cultura ha impulsado la aparición de otra. Quizá las expresiones «calentar
la silla», o «absentismo presencial» te resulten familiares. En efecto, la «cultura del
Este quizá sea uno de los motivos por el que las empresas cada vez valoran
menos la cultura presencial y más la de la contribución. Es decir, se está
transformando la forma en la que las compañías valoran a los trabajadores. Ya no se
valora tanto el tiempo que permanece en la empresa.
Son muchas las empresas que han roto con esta cultura presencial. Una de las más
populares en nuestro país es Repsol. La multinacional española decidió sumergirse en
este cambio cultural hace unos años. El resultado, según la propia compañía, ha sido un
aumento significativo de la productividad.
En este nuevo enfoque, lo que de verdad importa es la productividad, cómo emplea ese
tiempo el trabajador, los resultados que obtiene y cómo contribuye a la consecución de
los objetivos empresariales. Ahora, las empresas buscan a trabajadores que
aporten soluciones, que contribuyen al crecimiento y éxito empresarial.
Los sistemas de compensación no deben ser vistos como un gasto extra, sino más
bien como una inversión, pues este tipo de estrategias suponen una serie de ventajas
para los trabajadores y para las empresas.
No obstante, es preciso recordar que para que un sistema de compensación total sea
realmente eficaz, es necesario que esté integrado en la cultura empresarial y
que forme parte tanto de la estrategia empresarial como de la del departamento de
Recursos Humanos.
Algunas de las ventajas ya las hemos analizado anteriormente. Sin embargo, no está de
más repasarlas y analizar cómo estos incentivos y beneficios favorecen a ambas partes.
Por un lado está el trabajador, que se siente valorado y con una remuneración
diferencial. Comprueba día a día cómo aumenta su poder adquisitivo, es importante
para el futuro de la compañía y cómo esta reconoce su labor.
Y por otro está la empresa, que obtiene grandes beneficios gracias a estas prácticas. En
el momento en que como trabajador te sientes bien remunerado, cuando consideras
que tu trabajo está bien pagado y te sientes valorado, acudes a tu trabajo de buen
humor, con ganas, comprometido con tu función y motivado para enfrentarte a los
retos que se presenten a lo largo de la jornada laboral.
Cuanto más valorado te sientas por tu empresa, mayor será el compromiso que
adquieras con ella y, por lo tanto, mayores serán tus esfuerzos. Esto se traduce en un
aumento de tu productividad. No es cuestión de hacer más horas, aunque si algún
día tienes que trabajar un par de horas más tampoco te va a importar. Se trata de ser
eficiente, de hacer bien tu trabajo, buscar soluciones, preocuparte por conseguir
excelentes resultados, adquirir una mayor responsabilidad con todo lo relacionado con
tu puesto.
Estos elementos son clave para el éxito empresarial, para que las empresas alcancen sus
objetivos, sean capaces de crecer y de continuar mejorando. Por lo tanto, ambas partes
salen ganando.
Sin embargo, la cosa no queda ahí. Como hemos explicado anteriormente, las
compensaciones son un excelente reclamo tanto para retener como para atraer nuevos
talentos dentro de la empresa.
La crisis económica que se originó durante el año 2008, y que aún sigue vigente, ha
supuesto un reto para las empresas en materia de compensación.
La irrupción de esta crisis, que tuvo una repercusión a nivel mundial, provocó un
cambio en los modelos de gestión empresarial. Las empresas necesitaban reducir
costes para poder hacer frente a la recesión. Para ello adoptaron algunas
medidas como la congelación de salarios, la supresión de primas, incentivos y
beneficios y, por supuesto, un incremento considerable de los ERE (Expedientes de
Regulación de Empleo).
Fueron muchas las empresas que decidieron reducir su plantilla y otras tantas las que
finalmente no pudieron sobrevivir y se vieron obligadas a cerrar sus puertas,
despidiendo a todos sus empleados.
Por si fuera poco, la crisis motivó que la tasa de desempleo ascendiese por encima del
26 % durante el año 2013, siendo la tasa de desempleo más elevada en la historia de la
democracia de nuestro país.
Hasta ahora hemos dicho que el objetivo de los sistemas de compensación total era
retener, atraer y motivar el talento, y que para ello era fundamental cuidar de los
trabajadores, compensarles y satisfacer sus necesidades. Entonces, ¿cómo retener el
talento cuando ya no le premias? ¿Cómo atraer el talento si no le ofreces nada
atractivo? ¿Cómo motivar a los trabajadores cuando la sombra del despido les
persigue?
Pero, sin el compromiso de los trabajadores, ¿cómo esperan las empresas que esos
trabajadores contribuyan al éxito empresarial? Este tipo de medidas terminan
negativas a largo plazo. Entonces, ¿qué pueden hacer las empresas para reducir costes
sin que afecte a la motivación y compromiso de sus recursos más valiosos?
Además, este mismo estudio señala que durante el año 2014, el 40 % de las empresas
encuestadas tenían un plan de retribución flexible, una cifra bastante elevada si la
comparamos con la de hace una década, aunque algo inferior a la de años anteriores.
También en este último año se han reducido ligeramente otros beneficios, como los
seguros de vida, los planes de jubilación o la posibilidad de elegir coche de empresa.
Lecturas
El presente manual, elaborado por José Díaz Canseco, director de la empresa The
Human Touch, aporta una relación de conceptos de gran utilidad.
Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección:
https://www.worldatwork.org/aboutus/html/aboutus-whatis.jsp#model
Más recursos
Webgrafía
Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección:
www.worldatwork.org
Test
8. Según los estudios, ¿cuáles son los elementos más valorados por los trabajadores?
A. Liderazgo en el sector.
B. Desarrollo profesional.
C. Seguridad en el puesto de trabajo.
D. Todas las anteriores.