Carta Semanal nº 302
PUBLICACIONES DISPONIBLES:
del Comité Central del POSI - Del 17 al 23 de enero de 2011
Son días decisivos
M
ientras se elabora y difunde
esta Carta Semanal, los diri­
gentes de UGT y CCOO nego­
cian con el gobierno, a toda marcha, sobre
la “reforma de la Seguridad Social”. Hay
una fecha tope para llegar a un acuerdo:
el 28 de enero. Las negociaciones, que
en un principio iban a ser sólo sobre las
pensiones, se han ampliado a otros temas
y se habla de un gran “Pacto de Estado”,
que incluya las pensiones, la negociación
colectiva, la aplicación de la reforma
laboral, la energía..., y que incluya al
gobierno, los sindicatos, la patronal, el
PP. Se habla de una nuevo Pacto de la
Moncloa, como el que en 1977 gobernó
la mal llamada Transición Democrática,
sometiendo a las organizaciones obreras
al consenso basado en el mantenimiento
de la Monarquía del heredero de Franco
y de la judicatura, los cuerpos represivos,
el ejército y lo fundamental del aparato de
estado franquista. Un pacto para calmar a
los “mercados financieros”, que exigen la
Unión Europea, el FMI, el capital finan­
ciero y los especuladores en definitiva.
Para el movimiento obrero son cuestio­
nes decisivas. El tiempo corre y exige ac­
tuar.
Negociaciones ¿para qué?
El eje de la negociación, la “llave que abre
el paso”, en palabras de algún diri­gente
sindical, es la negociación sobre pen­
siones. El gobierno ha dicho una y otra
vez, por boca de varios portavoces y del
propio presidente, que no va a dar marcha
atrás, que mantiene la jubilación a los 67
años (aunque esté dispuesto a algunas
salvedades que hagan la píldora menos
amarga), y todos los demás recortes.
Y sin embargo, los dirigentes de UGT
y CCOO, contra toda lógica, han decidido
seguir en la supuesta mesa de negocia-
ción. Es la misma estrategia que aplica­
ron con la reforma laboral en mayo-junio:
negociar y seguir negociando mientras
el gobierno mantiene sus propuestas de
recortes y la fecha límite del 28 de enero
para legislar unilateralmente. Este Gobier­
no ya optó en su giro de mayo, y entiende
el diálogo social exclusivamente como un
espacio para aplicar los recortes de dere­
chos y conquistas sociales. La estrategia
que se propone, en el mejor de los casos,
debilita a los sindicatos y lleva inexorable­
mente a que las propuestas sigan adelante.
Seguir las negociaciones con el Gobier­no
desconcierta y desmoviliza a los trabaja­
dores. Así no puede haber movilización,
incluso si no hay acuerdo.
Pero, además, los dirigentes ya han
anunciado que el único obstáculo es la ju­
bilación “generalizada e indiscriminada”
a los 67 años, aceptando ya recortes como
el aumento del periodo de cómputo de las
pensiones, contradiciendo incluso las de­
cisiones de los congresos.
Mantener esas negociaciones sólo pue­
de acabar en un recorte de pensiones, in­
cluso si no hay acuerdo. Pero, si se llega
a un acuerdo que recorte el derecho a la
jubilación, el resultado sería debilitar a los
trabajadores y a los sindicatos, desmora­
lizar a muchos cuadros sindicales, abrir el
camino a nuevos recortes.
Muchos trabajadores ya desconfían de
los sindicatos. Los ven como agentes y
colaboradores de la política del gobierno.
Y no les falta razón.
Un desastre para la juventud
Cuando Zapatero fue elegido, unos jóve­
nes acudían a la celebración diciendo “no
nos falles”. Hace poco, traicionándoles,
anuncia “cinco años más de reformas”
para acabar con las conquistas y derechos
que arrancaron en la lucha las genera­
ciones anteriores. Muchas de estas cosas
se hacen, encima, diciendo cínicamente
que es en beneficio de los jóvenes, los
precarios, por el “empleo juvenil”, pero el
futuro que les preparan es ser para siem­
pre “ni, ni”. Ni trabajo, ni estudio, ni sala­
rio ni pensiones. Los jóvenes deben tener
derecho a un futuro, no ser la excusa para
acabar con las conquistas de la lucha de
los trabajadores.
Retrasar la jubilación a los 67 años o
más tarde, aumentar los años de cotiza­
ción que hacen falta para tener derecho a
una pensión, aumentar a 40 años el tiem­
po de cotización necesario para cobrar la
pensión completa... para los jóvenes, que
empiezan a trabajar -los que pueden- a
los veintimuchos o treinta años o más, a
menudo con contratos a tiempo parcial
(que cuenta como menos tiempo de cotiza­
ción), son periodos imposibles. Con estos
recortes ninguno de los que son jóvenes
ahora llegará a cobrar una pensión o co­
brará, como mucho, una bajísima.
Un desastre para el movimiento obrero
El 29 de septiembre hubo una jornada de
huelga general. La huelga fue un éxito,
aCorrespondencia Internacional n.º 4 -
diciembre de 2010
aLa Verdad n.º 69 - septiembre 2010
aCombate Socialista n.º 20 (1936-2010)
pero muchos trabajadores que la hicie-
ron fueron con desconfianza hacia los
dirigentes que la convocaban. La Huelga
General dio un mandato inequívoco a los
dirigentes de UGT y CCOO: continuar la
lucha hasta la derogación de la reforma
laboral, defender las pensiones contra
todo intento de recorte, defender el dere­
cho a la negociación colectiva arrancado
en la lucha contra el franquismo y a la
muerte de Franco.
El gobierno mantiene todas y cada
una de sus propuestas de recorte de pen­
siones, muchas de ellas ya avaladas por la
Comisión Parlamentaria del Pacto de To­
ledo. Y añade nuevas propuestas, eliminar
la ultraactividad de los conve­nios elimi­
nando todas las conquistas arran­cadas en
50 años de negociación colectiva y oblig­
ando a empezar de cero en la negociación
de cada convenio, eliminar los convenios
provinciales para llevar la negociación em­
presa a empresa, adaptándola a las “necesi­
dades de le empresa” y a su “competitivi­
dad”.
Llegar a un “pacto de estado” que em­
piece por el recorte de las pensiones, se
amplíe a otros recortes y someta a las or­
ganizaciones sindicales en defensa de la
“productividad de la economía” conduce
a las propias organizaciones al desastre.
Sólo puede traer la desmoralización de
afiliados y cuadros sindicales, aumentar la
desconfianza de los trabajadores, dar alas
a las campañas antisindicales, desarmar a
los trabajadores, que sólo pueden defen-
der sus derechos si se organizan.
Quedan diez días. Hay que actuar
En estos momentos decisivos, los militan­
tes revolucionarios debemos asumir nues­
tra responsabilidad. No tenemos otros
intereses que los de la clase trabajadora,
y esos intereses hoy exigen defender las
pensiones y las demás conquistas, de­
fender a las organizaciones que levantaron
los trabajadores para defender sus inte-
reses como clase.
Hoy hay que actuar con urgencia para
que no haya ningún recorte de pensiones,
para que Toxo y Méndez asuman las res-
ponsabilidad para la que fueron elegidos,
y defiendan el mandato que la clase tra­
bajadora expresó con su participación en
la Huelga General del 29 de junio. Por
tanto, que no acepten ningún recorte de
pensiones, que mantengan la exigencia
de derogación de la reforma laboral, que
no acepten recortes en el derecho a la ne­
gociación colectiva. Que se retiren de esa
mesa de diálogo social que se muestra,
una vez más, como una trampa para recor­
tar los derechos obreros.
El 19 de enero la dirección confederal
de CCOO va a recibir a una delegación
de afiliados que plantean esas exigencias.
Desde todas partes, es preciso, reforzar,
con firmas de afiliados, de trabajadores,
de jóvenes y de delegados sindicales, con
mociones y resoluciones de secciones sin­
dicales y órganos, la campaña para que
Toxo y Méndez no sacrifiquen las pen­
siones y los derechos obreros a las necesi­
dades de los “mercados finan­cieros”, a
que no acepten ningún recorte.
Información Obrera ha puesto en
circulación la carta abierta adjunta,
inspirada en una carta suscrita por
300 trabajadores de John Deere. En
diversas instancias sindicales se han
discutido resoluciones en el mismo
sentido
A las direcciones de CCOO y UGT
A los compañeros Ignacio Toxo y Cándido Méndez
Compañeros, hemos conocido con preocupación la posibilidad de que
se llegue a un acuerdo con el Gobierno para reformar las pensiones que
contenga importan­tes recortes del derecho de jubilación, conseguido
tras muchos años de lucha nuestra y de nuestros antecesores. Incluso se
propugna un pacto “global” con el Gobierno, la patronal y el PP intentando
complacer a los mercados ¿a costa de la población trabajadora?
Ante esta grave situación los trabajadores abajo firmantes queremos
transmitiros
1º Que no admitáis ningún recorte de las pensiones. Ni aumento de la edad
de jubilación, ni aumento de los años computados para calcular la pensión, ni
de los años necesarios para cobrar prestación o para tener el 100%.
2º Que exijáis la derogación de la reforma laboral, que sólo está sirviendo
para facilitar el despido y aumentar el paro y la precariedad. Y no aceptéis
ninguna pérdida de valor de los 5.000 convenios resultado de tanta lucha.
3º Que como el Gobierno ha dejado claro que no va a renunciar a
ninguno de sus ataques gravísimos a los trabajadores, abandonéis esas
falsas “negociaciones”.
4º Que antes de tomar en consideración cualquier acuerdo abráis un
debate en vuestra organización para decidir entre todos si se acepta o no.

Apoyemos la revolución de los obreros y campesinos de Túnez

C
on la juventud en primera línea, el
pueblo de Túnez se ha levantado
hasta echar al dictador. Quieren
acabar con las políticas de ajuste que el
FMI y la Unión Europea imponen me-
diante el tratado de Asociación del país
con la Unión Europea, que sangran al país
en beneficio del imperialismo, del capital
financiero internacional.
En este levantamiento la población tra-
bajadora ha buscado organizarse, desde
las secciones sindicales, uniones locales,
incluso uniones regionales, por un lado.
Por otro mediante comités de barrio u
otras formas de autoorganización.
El dictador maniobró prometiendo que
no se volvería a presentar. Hasta última
hora el gobierno Zapatero y la Unión
Europea le apoyaron. El gobierno fran-
cés preparaba tropas para intervenir en el
país. Pero los Estados Unidos se pusieron
de acuerdo con el ejército para dejar caer
al dictador y organizar una “transición”
en la que nada cambie.
Este lunes el primer ministro (nombra-
do por el fugado dictador Ben Alí) nom-
bró un nuevo gobierno, en el que las 6
carteras decisivas están en manos del per-
sonal de la dictadura. En total, el RCD,
partido del dictador (miembro hasta ayer
de la Internacional Socialista), mantiene
12 de las 20 carteras, y otras se han asig-
nado a la “oposición legal” o a personajes
que no se sabe qué representan. En un pri-
mer momento el Gobierno debía incluir 3
ministros de la UGTT pero el sindicato se
negó a apoyar al Gobierno y a participar
en él. De momento, siguen prohibidos
partidos con presencia real como el mo-
vimiento islamista En Nahda, prohibido
hace 30 años, y el Partido Comunista de
los Obreros Tunecinos, de origen maoísta.
Este Gobierno se ha constituido sobre la
base de la legalidad, el personal y las ins-
tituciones de la dictadura. Quizá a alguien
le recuerde lo sucedido en otro país.
Además, en lugar de convocar eleccio-
nes en el plazo de dos meses como exi-
giría su Constitución, prometen que las
habrá dentro de medio año.
No es para eso para lo que han muerto
al menos 120 jóvenes, obreros y campesi-
nos en el levantamiento de todo un pue-
blo. El gobierno continuista sólo repre-
senta los intereses de los Estados Unidos
En los próximos días podréis seguir la batalla internacional en defensa de la revolución tunecina
a través un amplio reportaje en la web de Información Obrera (www.informacionobrera.org)
y el capital financiero internacional. No
merece ningún apoyo por parte de los que
se reclaman de la democracia.
El pueblo de Túnez tiene derecho a de-
cidir su destino mediante elecciones libres
a una Asamblea Constituyente. Organizar
elecciones libres pasa por disolver el parti-
do RCD como reclaman los manifestantes,
por disolver las instituciones represivas de
la dictadura, por disolver el falso parlamen-
to y romper los pactos firmados por la dic-
tadura que someten Túnez a las potencias
extranjeras, por implantar la plena libertad
de partidos, la democracia sindical. Pasa
por tomar medidas de emergencia para ga-
rantizar la subsistencia de la población y la
creación de puestos de trabajo.
Los pueblos de la región y de todo el
mundo han visto con esperanza el movi-
miento revolucionario de Túnez, y están
dispuestos a apoyarlo.
Hay que exigir al gobierno español que
deje de apoyar a los continuadores de la
dictadura y hay que organizar el apoyo de
los trabajadores y los jóvenes del Estado
español a la revolución tunecina.

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