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EL DÍA EN QUE AMANECÍ CONVERTIDO/A EN CANGREJO

El día en que amaneció convertido en cangrejo aún había cuarentena y estaba a


punto de entrar de vacaciones. La peste halaba la curva pronunciando su vientre,
y el gobierno lo había mandado a vacaciones derogando una resolución. Sentía
que le brotaban piernas de la cabeza y de la espalda, veía sus ojos con distancia
de su cuerpo y sintió náuseas al rotarlos. Sus patas grises se movían en
desorden subían y bajaban, las cinco se doblaban sin lograr un control sobre su
cuerpo, sus ojos se elevaban por encima de su cabeza, giraban giroscópicamente.
Con movimientos torpes, intentó llegar hasta el piso, pero aún le temía a la
oscuridad. Enterrado entre las sábanas, esperaba a que amaneciera. A su lado su
la mujer sudaba, temió entonces que lo aplastara. Julia Respiraba con dificultad y
las patadas que daba amenazaban con aplastarlo.

Pensó en cómo podría prender la computadora para mandar los correos. Mandar
el relato de Hamelia, y que no lo sacaran del curso. En las cuentas que debía
pagar y, preso del pánico, cerró los ojos esperando despertar, pero el caparazón
no le permitía una posición cómoda. Debía levantarse para continuar con sus
trabajos y mandar los papeles para que su madre aplicara al subsidio por la
emergencia del Covic-19. Su mujer podría continuar su labor, pagar el arriendo,
educar a sus hijas; gracias a la emergencia la farsa solo duraría hasta el 2022.
Pensó aliviado, suficiente tiempo para que Julia se recuperara del shock.

El ventilador falló. Se oyó un golpe, un grito en la oscuridad. Sintió que se le


habría el cráneo, si es que un cangrejo lo tuviera. El dolor se hizo intermitente,
pesado, lo mareó, un chorro empapó la sábana. Se preocupó por sus dos hijas. Se
enterró en la colcha, no se movió. Sintió la pierna de Julia encima de su cabeza,
por un movimiento involuntario la pellizco. Julia despertó, aterrorizada y a punta de
almohadazos lo aporreó hasta el baño; hecho una bola de carne contrajo sus
tenazas sobre sí cayó en la piscina de sus hijas, con agua desde la noche anterior.
Se creyó a salvo en el agua dulce. Al otro día Julia invitaría a su amante a comer
cangrejo, a pesar de la cuarentena.

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