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FORMAS DE PARTICIPACIÒN CIUDADANA

Uno de nuestros principales derechos como ciudadanas y ciudadanos es el de la participación,


ya que esta contribuye al desarrollo del Estado democrático: una ciudadanía que exige sus
derechos y promueve el respeto de las normas de convivencia democrática, dándole prioridad al
respeto de los derechos de las y los otros.
Podemos participar de muchas formas, por ejemplo, a través del cuidado de las carpetas, mesas
y sillas de nuestra institución educativa o de un parque cercano. Participamos al cuidar los
bienes que compartimos con otras personas, al tomar decisiones para buscar soluciones a los
problemas comunes, dialogando con otras personas y evaluando los resultados de nuestras
acciones. Por esto, es posible concluir que la participación es un derecho y también un deber
en la vida en común. A través de la participación, incidimos en las decisiones de nuestra
institución educativa, de nuestra localidad o región, así como de nuestro país.
La Constitución peruana, en el Capítulo III, reconoce once mecanismos de participación
ciudadana. Además de estos, existen también otras formas de participar en las decisiones y en
la vida común en nuestro país. Estas dependen de la voluntad de la ciudadanía, de nuestra
capacidad de organizarnos y de la creatividad que despleguemos para encontrar o producir
maneras de expresar nuestra opinión de manera democrática.
Los mecanismos señalados en la Constitución son los siguientes:

 Voto
 Cabildo abierto
 Juntas de vecinos
 Acceso a la información
 Presupuesto participativo
 Rendición de cuentas
 Derecho a ser consultados
 Iniciativa legislativa
 Referéndum
 Revocatoria
 Remoción de funcionarios.

Otros mecanismos generados por las y los ciudadanos

Ciudadanas y ciudadanos generan permanentemente nuevos mecanismos o modos de


participación. Al organizarse en diversas manifestaciones públicas, como marchas, asambleas
escolares o comunitarias, o grupos de interés en redes sociales, la ciudadanía
llama la atención sobre temas importantes que tal vez no se encuentran atendidos por las
autoridades. Por ejemplo, la protección del medioambiente, la seguridad ciudadana, la mejora de
alimentación, entré otros, son posibles ejes temáticos de encuentro entre las y los ciudadanos.

El diálogo es una conversación entre dos o más personas donde intercambiamos ideas,
escuchamos las ideas del otro. Es por cierto saber que no poseemos toda la verdad y sobre todo
estamos dispuestos a cambiar de opinión.

El Dialogo como valor significa optar por la comunicación como vía para entendernos con los
demás, para resolver diferencias y calmar conflictos. Es primordial el compromiso de las partes,
capacidad de sentir lo que otro siente (empatía), disposición a escuchar y a alterar los puntos de
vista propios. Educar en el diálogo representa que los alumnos además de respetar la
comunicación interpersonal, adquieran habilidades para expresar argumentos debidamente y
capacidad para regular sus emociones, la razón sobre el impulso.
La deliberación es un acto en el cual las personas meditan detenidamente sobre los beneficios
o desventajas de tomar o no una decisión, cuáles son las razones y el por qué se toma
determinada postura.
Asimismo, por medio de las deliberaciones las personas pueden resolver diversos asuntos de
interés general que afecten a un grupo o comunidad en particular como, la toma de medidas de
seguridad, el cuidado de las áreas comunes de una zona residencial, entre otros.
Por tanto, la deliberación forma parte de la vida en innumerables circunstancias personales,
profesionales, académicas, políticas, sociales. Es decir, la deliberación abarca todos aquellos
espacios del desarrollo humano en las cuales se deben respetar una serie de normas.
En este sentido, es importante que la persona o personas que vayan a deliberar sobre un asunto
en particular cuenten con información indispensable que les permita realizar un análisis y
reflexión certero, a fin de determinar la mejor opción de manera responsable.
A través de la deliberación se pueden analizar y establecer las ventajas y las desventajas
de una situación, determinar alternativas, establecer quiénes se benefician o perjudican,
es decir, la deliberación conlleva a esclarecer cómo se puede tener éxito y evitar el fracaso o
caos en cierta circunstancia.
De esta manera se evitan la toma de medidas apresuradas, errores y una secuencia de efectos
negativos que pueden afectar a más de un individuo.

Como empoderamiento se conoce el proceso por medio del cual se dota a un individuo,
comunidad o grupo social de un conjunto de herramientas para aumentar su fortaleza, mejorar
sus capacidades y acrecentar su potencial, todo esto con el objetivo de que pueda mejorar su
situación social, política, económica, psicológica o espiritual.
Empoderar, pues, significa desarrollar en una persona la confianza y la seguridad en sí misma,
en sus capacidades, en su potencial y en la importancia de sus acciones y decisiones para
afectar su vida positivamente.

De ahí que el empoderamiento se refiera, sobre todo en las ciencias sociales, al proceso de
conceder poder a un colectivo, comunidad o grupo social que se encuentra en situación precaria
en términos económicos, políticos o sociales, por lo general marginado o excluido por diferentes
motivos (sexo, origen, raza, religión, preferencias sexuales, etc.).

La finalidad última del empoderamiento social es que dicho colectivo sea capaz por sí mismo,
trabajando y organizándose, de mejorar sus condiciones de vida.

Asimismo, en el plano individual, el empoderamiento se refiere a la importancia de que las


personas desarrollen capacidades y habilidades para que puedan hacer valer su rol y mejorar su
situación en términos de derechos sociales y políticos, así como en lo referente a la actividad
económica y productiva.

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