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ACTUACIÓN ANTE UNA NEGLIGENCIA MÉDICA

Con base al resultado de una intervención medica, tanto el paciente


como sus familiares pueden intuir que han sido o han podido ser
víctimas de la falta de profesionalidad del personal sanitario o del
profesional médico correspondiente, bien por haberse obtenido un
resultado imprevisible o un resultado no querido que puede ser
difícilmente explicable por el propio personal sanitario.

Es esta una de las razones por cuales, antes de interponer una


demanda, es conveniente recopilar los datos que acrediten que,
efectivamente, ha existido negligencia médica.

Establecida la conveniencia para la acción judicial, se procede a la


exigencia de la responsabilidad de los daños producidos, lo cual
puede hacerse por tres vías diferentes: 

a.-civil,

b.-penal y/o

c.-administrativa.

Las dos primeras son las más utilizadas, aunque puede accionarse
también por la vía de lo Contencioso Administrativo, siempre que se
trate de un centro sanitario de naturaleza publica.

Por lo general, es recomendable acudir a la vía penal en casos de


fallecimiento o lesiones graves ya que es más rápida, económica y
porque puede lograr lo que le afectado pretenda. En cambio, para
sucesos más leves se suele optar por la vía civil, si bien es la más
cara, también es la más eficaz. En este caso, si se gana la demanda
el paciente recibirá únicamente una compensación económica,
aunque si finalmente se demuestra que no ha existido negligencia
médica el demandante se hará cargo del pago de los gastos que
genera el proceso .

Al interponer la denuncia o la querella correspondiente, es importante


tener la certeza de qué médico es el responsable directo del hecho,
ya que es un gran error denunciar a todo un equipo médico. No
obstante, siempre se debe denunciar, junto con el médico, como
responsables solidarios, a la clínica, hospital o entidad aseguradora
para asegurarnos de esta forma que la sentencia se haga efectiva si
el médico no responde.
Algunas causas de responsabilidad médica:

 Defectuoso examen del paciente.


 Errores groseros de diagnóstico y tratamiento.

 Daños causados por uso indebido (o en mal estado) de objetos


(aparatos e instrumental) y medicamentos.

 Omisión de pautas esenciales para el diagnóstico de una


enfermedad.

 Falta de control hacia los auxiliares del médico y los daños que
los mismos puedan culposamente ocasionar.

Tipos de culpa por negligencia médica

Culpa Inconsciente: Es la falta de previsión de un resultado


típicamente antijurídico, que pudo y debió haberse previsto al actuar
(ha obrado con negligencia o imprudencia pero no imaginándose el
resultado delictuoso de su acción).

Culpa Consciente: Es la previsión de un resultado típicamente


antijurídico pero que se confía evitar, obrando en consecuencia (es
decir, prevé el resultado de su acto pero confía en que no ha de
producirse; la esperanza de que el hecho no ocurrirá, la diferencia del
DOLO).

Culpa Profesional: Es cuando se han contravenido las reglas propias


de una actividad, o sea hubo falta de idoneidad, imprudencia o
negligencia.

Culpa Médica: Es una especie de culpa profesional.

Son elementos de valoración:

Conocimiento anatómico correcto.

Correcto conocimiento de las envolturas medulares y anexos.

Modo de acción de los anestésicos y lugar en que bloqueará los


impulsos sensitivos.

Factores que regulan la anestesia: Lugar, volumen, posición del


paciente, rapidez de aplicación, disminución de la presión arterial,
influencia sobre los músculos respiratorios, etc., conocimiento de
posibles complicaciones: punción de vasos sanguíneos, hipertensión
grave, reacción tóxica, parálisis.

IMPERICIA Y ERROR MÉDICO.

Errores de diagnóstico debido a:

Ignorancia. Errores groseros de apreciación. Examen insuficiente del


enfermo. Equivocaciones inexcusables.

No hay responsabilidad por un error diagnóstico:

Ante un caso científicamente dudoso. Por guiarse opiniones de


especialistas.

Cuando no se demuestra ignorancia en la materia.

Errores de tratamiento en cuanto a la:

Administración de un producto que no es de elección. Dosis o vías


inadecuadas o indebidas.

Incriminación:

Previsibilidad del resultado. Se reprime no la incapacidad genérica del


autor, sino el hecho de emprender acciones para las cuales el médico
"se sabía incapaz" (imprudencia) o "se debía saber incapaz"
(negligencia".

Lo que debe conocer el paciente: 

Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier


actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible
sobre la misma, salvando los supuestos exceptuados por la Ley.
Además, toda persona tiene derecho a que se respete su voluntad de
no ser informada. La información, que como regla general se
proporcionará verbalmente dejando constancia en la historia clínica,
comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada
intervención, sus riesgos y sus consecuencias.

La información clínica forma parte de todas las actuaciones


asistenciales, será verdadera, se comunicará al paciente de forma
comprensible y adecuada a sus necesidades y le ayudará a tomar
decisiones de acuerdo con su propia y libre voluntad.
El médico responsable del paciente le garantiza el cumplimiento de su
derecho a la información. Los profesionales que le atiendan durante el
proceso asistencial o le apliquen una técnica o un procedimiento
concreto también serán responsables de informarle.

CONDICIONES DE INFORMACIÓN Y CONSENTIMIENTO POR


ESCRITO:

1. El facultativo proporcionará al paciente, antes de recabar su


consentimiento escrito, la información básica siguiente:

a) Las consecuencias relevantes o de importancia que la intervención


origina con seguridad.

b) Los riesgos relacionados con las circunstancias personales o


profesionales del paciente.

c) Los riesgos probables en condiciones normales, conforme a la


experiencia y al estado de la ciencia o directamente relacionados con
el tipo de intervención.

d) Las contraindicaciones.

2. El médico responsable deberá ponderar en cada caso que cuanto


más dudoso sea el resultado de una intervención más necesario
resulta el previo consentimiento por escrito del paciente.

Derechos de acceso a la historia clínica.

1. El paciente tiene el derecho de acceso, con las reservas señaladas


en el apartado 3 de este artículo, a la documentación de la historia
clínica y a obtener copia de los datos que figuran en ella. Los centros
sanitarios regularán el procedimiento que garantice la observancia de
estos derechos.

2. El derecho de acceso del paciente a la historia clínica puede


ejercerse también por representación debidamente acreditada.

3. El derecho al acceso del paciente a la documentación de la historia


clínica no puede ejercitarse en perjuicio del derecho de terceras
personas a la confidencialidad de los datos que constan en ella
recogidos en interés terapéutico del paciente, ni en perjuicio del
derecho de los profesionales participantes en su elaboración, los
cuales pueden oponer al derecho de acceso la reserva de sus
anotaciones subjetivas.

4. Los centros sanitarios y los facultativos de ejercicio individual sólo


facilitarán el acceso a la historia clínica de los pacientes fallecidos a
las personas vinculadas a él, por razones familiares o de hecho, salvo
que el fallecido lo hubiese prohibido expresamente y así se acredite.
En cualquier caso el acceso de un tercero a la historia clínica
motivado por un riesgo para su salud se limitará a los datos
pertinentes. No se facilitará información que afecte a la intimidad del
fallecido ni a las anotaciones subjetivas de los profesionales, ni que
perjudique a terceros.

Emisión de certificados médicos.

Todo paciente o usuario tiene derecho a que se le faciliten los


certificados acreditativos de su estado de salud. Éstos serán gratuitos
cuando así lo establezca una disposición legal o reglamentaria.

El alta del paciente.

1. En caso de no aceptar el tratamiento prescrito, se propondrá al


paciente o usuario la firma del alta voluntaria. Si no la firmara, la
dirección del centro sanitario, a propuesta del médico responsable,
podrá disponer el alta forzosa en las condiciones reguladas por la Ley.
El hecho de no aceptar el tratamiento prescrito no dará lugar al alta
forzosa cuando existan tratamientos alternativos, aunque tengan
carácter paliativo, siempre que los preste el centro sanitario y el
paciente acepte recibirlos. Estas circunstancias quedarán
debidamente documentadas.

2. En el caso de que el paciente no acepte el alta, la dirección del


centro, previa comprobación del informe clínico correspondiente, oirá
al paciente y, si persiste en su negativa, lo pondrá en conocimiento
del juez para que confirme o revoque la decisión.

Lo que todo Paciente debe saber y no olvidar cuando vaya a someterse a


tratamiento médico y/o hospitalario, tanto en la sanidad pública como en la
privada, las siguientes reglas :

I.- El Médico NO es responsable del MAL RESULTADO de su actuación,


puesto que cada persona reacciona de forma diferente ante un mismo
tratamiento. El Médico SI responde por no actuar conforme a las normas de su
especialidad y por no poner a disposición del enfermo todos los MEDIOS de
diagnóstico, tratamiento y curación existentes en el lugar y, además, por no
actuar con la diligencia, la prudencia y la pericia exigibles a un profesional de la
Medicina.

II.- El Médico, excepcionalmente, SI responde del MAL RESULTADO de su


intervención, aun cuando haya actuado correctamente, si se trata de Medicina
SATISFACTIVA, es decir que NO ES CURATIVA y que promete al Paciente
unos resultados concretos, como son, por ejemplo, la Cirugía Estética ("lifting",
implantes mamarios, peneales, capilares, inyecciones de silicona,
liposucciones, etc. que no debe confundirse con la cirugía reparadora que si es
"curativa"); la Vasectomía; la de Cambio de Sexo; la Odontológica-protésica y
la Ortodóncica estéticas y otras especialidades similares.

III.- Para toda actuación Médica que no sea de carácter eminentemente


URGENTE, el Paciente debe ser informado previamente por el Médico (¡no por
la enfermera o ATS) de los RIESGOS del tratamiento y de otras alternativas de
tratamiento existentes. Sólo entonces debe firmar el Paciente el documento de
"CONSENTIMIENTO" autorizando el tratamiento. NUNCA FIRMAR EN
BLANCO, puesto que, aunque le digan lo contrario, NO es un mero trámite
administrativo.

IV.- Aún cuando el Paciente haya firmado el documento de Autorización o


"Consentimiento" para el tratamiento, esto NO significa, ni mucho menos, que
el Médico quede libre de sus responsabilidades de actuar con diligencia,
prudencia y pericia y de poner a disposición del Paciente todos los medios de
diagnóstico y tratamiento existentes.

V.- Para que exista derecho a reclamar una indemnización por responsabilidad


Médica u Hospitalaria, el Paciente tiene que haber sufrido efectivamente una
LESIÓN o PERJUICIO, que no sólo pueden ser físicos, sino también
económicos, psicológicos y/o morales. La indemnización debe intentar, en lo
posible, reparar la totalidad del daño causado. Al Paciente corresponde probar
la existencia del daño y perjuicio y su relación con el mal actuar médico u
hospitalario; de ahí la importancia que GUARDE todos los documentos que le
vayan entregando sobre su tratamiento por insignificantes que le parezcan.

VI.- La HISTORIA CLÍNICA del Paciente es el documento fundamental en toda


reclamación por imprudencia o negligencia médica u hospitalaria

Todo paciente, tiene DERECHO a obtener una COPIA COMPLETA de su


Historia Clínica en virtud de la Ley de Consumidores y Usuarios y la Ley
General de Sanidad, entre otras disposiciones legales. Si el Servicio de
Atención al Paciente no se la entrega, habrá que reclamarla por vía judicial.

VII.- Si el Paciente considera que la demora que sufre en ser tratado es


excesiva; si le atienden mal; si el Médico ignora lo que el Paciente le informa o
se produce cualquier otra irregularidad que el Paciente considere
IMPORTANTE, debe RECLAMAR por escrito ante el Servicio de Atención al
Paciente, y si no existiera en el lugar, ante el Ministerio o Consejería de
Sanidad o, incluso recomendamos por su efectividad, ante la Inspección
Médica, debiendo quedarse siempre el Paciente con copia sellada y fechada de
su reclamación.

VIII.- Si la demora en atender al Paciente dentro del sistema de Sanidad


Pública llega al escandaloso extremo de que, a pesar de haber reclamado
anteriormente, se produce un RIESGO INMINENTE DE MUERTE o, incluso, de
daño físico de extrema gravedad, lo que se denomina "Urgencia Vital", el
Paciente, excepcionalmente, previa autorización de la Inspección Médica,
podrá acudir a la Sanidad Privada y, luego, pedir el reembolso de gastos
justificados, que si no son abonados habrá de reclamarlos por vía judicial.
IX.-La Constitución Española en su artículo 43 reconoce a todos los
ciudadanos el derecho a la protección de su salud por parte de los Poderes del
Estado, quienes están obligados a prestar los servicios necesarios. El artículo
106.2 de la Constitución garantiza que los ciudadanos serán indemnizados por
toda lesión que sufran como consecuencia del mal funcionamiento de los
servicios públicos, entre los que destaca, claro está, la SANIDAD.

X.- Los ciudadanos NO están INDEFENSOS, ni mucho menos frente a los


daños y perjuicios que sufran como consecuencia de un mal servicio sanitario,
público o privado. La indemnización por los perjuicios sufridos pueden ser
reclamados por vía administrativa y/o judicial, según los casos. De producirse
un CONFLICTO GRAVE, recomendamos al Paciente que, ANTES de actuar,
se ASESORE convenientemente a través de alguna de las Fundaciones y
Asociaciones defensoras de Pacientes, Consumidores y Usuarios que ya
existen en nuestro país y que intentarán solucionarlo rápida y amistosamente.

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