LLANOS CENTRALES “RÓMULO GALLEGOS” ÁREA CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS AULA TERRITORIAL DEL MUNICIPIO JULIÁN MELLADO
ASIGNATURA DERECHO ROMANO
UNIDAD I INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO ROMANO TEMA 2 EL DERECHO ROMANO Y LA ROMANÍSTICA I. LA CIENCIA DEL DERECHO ROMANO O ROMANÍSTICA En la Edad Media, a partir del siglo XII y gracias al descubrimiento de un manuscrito del Digesto, se inicia por el gramático Irnerio, en la Universidad de Boloña, un estudio científico del Derecho Romano, que se difunde en todos los reinos de Europa Occidental por medio del estudio universitario. Este estudio científico del Derecho Romano, que se inició entonces y perdura hasta hoy, es la Ciencia del Derecho Romano o Romanística. Los diversos enfoques o puntos de vista desde los que se ha estudiado el Derecho Romano han dado lugar a diferentes escuelas de pensamiento romanístico, entre las que destacan: los glosadores, los posglosadores o comentaristas, los humanistas, los racionalistas y la ciencia pandectística alemana. II. LOS GLOSADORES: EL POS GLOSADOR O COMENTARISTA Los glosadores. Los primeros romanistas, discípulos de Irnerio, fueron denominados «glosadores» porque su método consistía en hacer anotaciones o glosas al Digesto y demás libros del «Cuerpo de Derecho Civil», con el objeto de explicar el contenido de cada párrafo y relacionarlo con otros. Fue una labor que duró casi dos siglos (ss. XII y XIII) y que permitió una gran comprensión del Derecho Romano tal como había sido transmitido por la compilación de Justiniano. Un fruto emblemático de estos juristas fue la denominada «Glosa Ordinaria» compuesta por el jurista Acursio hacia el año 1230, que contenía aproximadamente 97,000 glosas o explicaciones dadas por sus predecesores y por él mismo, y que se publicaba como notas marginales (en los márgenes laterales y en los superiores e inferiores) en las ediciones medievales del Corpus Iuris Civilis. Los posglosadores o comentaristas A los glosadores sucedió otra escuela de juristas a quienes se llamó «posglosadores», por ser discípulos de los primeros, pero también «comentaristas» porque su trabajo principal consistió en hacer comentarios y dar opiniones jurídicas con el fin de aplicar el Derecho del Corpus Iuris Civilis a la solución de los problemas de su tiempo. El jurista más conocido e influyente de esta escuela fue Bártolo de Saxosferrato (1313-1357). III. EL DERECHO COMÚN (Ius Commune). Los juristas de estas dos escuelas admitieron que el Imperio medieval (el Sacro Imperio Romano Germánico) era el sucesor del Imperio Romano, por lo que entendían que el Derecho Romano recogido en el Corpus Iuris Civilis era derecho vigente. Como se desarrollaron principalmente en las universidades italianas, su método de trabajo fue denominado mos itallicus, es decir método italiano. Los «glosadores» y «comentaristas» fueron creando paulatinamente un Derecho Romano Común que, junto con el Derecho Canónico creado por los canonistas, constituyó el Derecho Común (Ius Commune) de los pueblos europeos. IV. LA RECEPCIÓN DEL DERECHO COMÚN. El Derecho Romano Común creado en las universidades, principalmente las italianas, fue recibido por los diferentes pueblos, primero como doctrina universitaria, de modo que estudiar Derecho Civil significaba estudiar los libros del Corpus Iuris Civilis (Instituciones, Código, Digesto y Novelas), y luego como derecho supletorio aplicable en juicio. Este fenómeno de asimilación del Derecho Romano Común, se ha denominado «Recepción del Derecho Romano». La recepción ocurrió en cada pueblo de manera diferente y con mayor o menor intensidad. La recepción en España se dio pronto, ya en el siglo XIII, especialmente en Castilla, donde da como resultado la publicación, por el Rey Alfonso X el Sabio, de una compilación de Derecho, fuertemente romanizado, denominada Las Siete Partidas (1256 a 1263). V. LA ROMANÍSTICA COMO TRADICIÓN HISPANOAMERICANA Y MEXICANA El Derecho que España transmite a América es este Derecho romanizado. En la facultad de Derecho de la Real y Pontificia Universidad de Nueva España, cuyas lecciones se iniciaron en 1553 con una sobre las Instituciones de Justiniano, se forman los juristas novohispanos, como los españoles, en el estudio del Derecho Romano. El libro jurídico más utilizado en la Nueva España, en el ámbito del Derecho Privado, que estuvo en vigor incluso después de la Independencia de México, fueron Las Siete Partidas, cuyo contenido era Derecho Romano Común. Desde entonces en las facultades de Derecho de las universidades mexicanas se ha cultivado y enseñado Derecho Romano. Por eso se puede afirmar que la Romanística es una parte esencial de la tradición jurídica mexicana. VI. LA TRADICIÓN INGLESA DEL Common Law. Inglaterra mantuvo una tradición jurídica propia, el llamado Common Law, con poca influencia del Derecho Romano Común. Sin embargo el modo de creación casuístico propio de este Derecho es muy parecido al modo peculiar, también casuístico, del Derecho Romano Clásico. VII. El HUMANISMO JURÍDICO. Con el Renacimiento, y principalmente en Francia, se dio una nueva manera de estudiar el Corpus Iuris Civilis, que se denominó mos gallicus o método francés. El principal representante de esta corriente, también llamada «humanismo jurídico», fue Jacobo Cuyacio (1522-1590). Este nuevo enfoque consideró los libros del Corpus, no como derecho vigente, sino como fuentes o testimonios históricos del antiguo Derecho Romano, que debían ser estudiados junto con otros testimonios históricos. Los juristas seguidores de este método procuraron reconstruir el Derecho Romano antiguo, pero reconocieron que, aunque no fuera ya derecho vigente, tenía un valor propio debido a su propia racionabilidad. Decían que el Derecho Romano valía, no por razón del Imperio (non ratione imperii), sino por el imperio de la razón (sed imperio rationis). VIII. El RACIONALISMO JURÍDICO. A partir del humanismo jurídico se desarrolló, en los siglos XVII y XVIII, otro modo de abordar los textos del Corpus Iuris Civilis, que fue el «racionalismo jurídico»; éste consideraba que los libros del Corpus eran la razón jurídica escrita (ratio scripta), de donde podrían extraer principios y reglas jurídicas de valor permanente, que pudieran ser integrados en un sistema conceptual que, partiendo de principios evidentes o axiomas, pudiera ir extrayendo, mediante deducción silogística, todas las reglas jurídicas aplicables a un determinado campo. Los principales representantes de esta escuela fueron Hugo Grocio (1583-1645) y Samuel Pufendorf (1632-1694) en Alemania, y Juan Domat (1625-1696) y Roberto José Pothier (1699-1772) en Francia. IX. LA CODIFICACIÓN CIVIL. Frutos de esta escuela racionalista fueron los códigos civiles, cuyo contenido es esencialmente Derecho Romano, que se publicaron a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, de los cuales el más influyente fue el Código Civil francés, también conocido como «código Napoleón», publicado en 1804, y que fue la base de los códigos civiles mexicanos de 1870 y 1884. X. LA RECEPCIÓN EN ALEMANIA. La recepción del Derecho Romano fue especialmente importante, aunque más tarde que en los demás pueblos, en Alemania, donde fue objeto de una nueva elaboración científica que dio como resultado, en el siglo XIX, un nuevo derecho denominado «Derecho de Pandectas». Los principales representantes de esta escuela fueron F.C. Savigny y B. Winscheid. De esta ciencia derivó el código civil alemán (Burgtelicher Gesetzbuch, conocido como BGB), promulgado en 1896 para entrar en vigor el primer día del año 1900. Ha tenido una gran influencia en los códigos civiles modernos y en el código civil mexicano de 1928. XI. LA ROMANÍSTICA ACTUAL. Como consecuencia de las diversas codificaciones del Derecho Civil, los estudios de Derecho Romano se orientaron, desde el siglo XIX, con una perspectiva principalmente histórica (mos gallicus), hacia la reconstrucción del Derecho Romano, pero especialmente del derecho de la Época Clásica. Esto ha sido posible gracias a la «crítica de interpolaciones», que ha permitido detectar en los textos del Corpus los añadidos y modificaciones introducidos por los compiladores de Justiniano en los textos originales. Ha habido desde entonces grandes progresos en la comprensión de las fuentes del Derecho Romano, de tal suerte que se puede afirmar que hoy existe un «nuevo» Derecho Romano, que es el Derecho Romano Clásico, distinto, en buena parte, del que fue recibido en los códigos civiles. Un fruto emblemático de esta nueva comprensión fue el libro de Fritz Schulz denominado Derecho Romano Clásico (Classical Roman Law, Oxford, 1951). XII. PAPEL DE LA ROMANÍSTICA EN LA FORMACIÓN DE UN NUEVO DERECHO COMÚN. Actualmente la Romanística tiene un papel importante que jugar en relación con la construcción del nuevo derecho privado que exige el fenómeno de la «globalización». La intensificación de las relaciones comerciales y de los flujos de dinero entre todos los pueblos del mundo, la formación de zonas de libre comercio, de uniones aduaneras o de mercados comunes, la integración de nuevas organizaciones políticas que comprenden varios Estados nacionales, entre otras manifestaciones del nuevo orden económico y político que se va gestando, requieren la formación de un nuevo derecho común a todos los pueblos. La Romanística, como ciencia cultivada en casi todos los pueblos, no sólo de Europa y América, sino también de algunos pueblos de África, de Oriente Medio y de Asia, donde (en China, Japón y Corea) hay actualmente un interés creciente por el Derecho Romano, está en una posición inmejorable para contribuir a crear una la nueva ciencia jurídica común que requiere el siglo XXI.