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TACNA – PERÚ
2020
I. INTRODUCCION
Desde la antigüedad el hombre primitivo tuvo la idea de vestirse con pieles de animales, estas
pieles pesadas fueron sustituidas por fibras animales y vegetales, hechas con hilos muy
apretados y entrecruzados, es entonces se acababa de inventar el tejido.
Sin lugar a dudas, la industria textil y confecciones es fundamental para el avance y evolución
de cualquier sociedad y de los principales soportes económicos en países en vías de
desarrollo. Por ejemplo, en el Perú la industria textil es de vital importancia para Perú, no
solo por su gran aporte en empleos, sino porque representa más del 8% del total del PIB
manufacturero del país.
Pero el desarrollo masivo de esta actividad industrial tiene varios impactos ambientales en el
entorno que se desarrolla, ya que es considerada como una de las industrias más dañinas y
contaminantes para el medio ambiente, la producción textil es responsable del 20% de las
aguas residuales globales y del 10% de las emisiones globales de carbono, informó un reporte
de la ONU.
Esta actividad industrial usa sustancias químicas tóxicas, alto consumo de agua y energía,
generación de grandes cantidades de desechos y vertidos, y empleo de materiales de embalaje
no biodegradables, entre otros.
Pero nace el concepto de la Industria textil Sostenible, que puede definirse como la
vestimenta, el calzado y los accesorios que se fabrican, comercializan y utilizan de la manera
más sostenible posible, teniendo en cuenta tanto los aspectos medioambientales como
socioeconómicos.
II. GENERALIDADES SOBRE LA INDUSTRIA TEXTIL
2.2.Sectores Textiles
Por otro lado, se habla de sectores textiles para referirse a los distintos componentes
o estaciones de la producción textil, que directamente componen la industria. Tales
como:
Abridores y procesadoras. Se trata de distintas máquinas que sirven para abrir las balas
de algodón u otras materias primas naturales o sintéticas, desmenuzándolas y separando
la materia útil de las impurezas. A menudo conducen a un “ablandador”, que es una suerte
de prensa dotada de rodillos giratorios, que aplastan y ablandan las fibras, especialmente
de materiales rígidos como el cáñamo; y diversos extractores de agua para evitar
posteriores complicaciones con la fibra.
Hiladoras. Se trata de máquinas que reciben las fibras procesadas y listas para su empleo,
y proceden a elaborar con ellas un hilo. Actualmente este proceso se da de manera
altamente automatizada, pero en sus inicios las primeras hiladoras eran aparatos dotados
de bobinas y ocho carretes de fibra, conocidos como hiladoras Jenny (e inventadas en
1770 por James Hargreaves).
Telar. Versión moderna del artefacto antiguamente inventado por los artesanos textiles,
el telar es una máquina de tejer, o sea, de transformar hilos en telas. Para ello, entrelaza
dos juegos de hilos: la urdimbre y la trama, generalmente mediante un tambor que permite
el entrecruzamiento de los hilos siguiendo cierto conjunto de guías, al ritmo del
movimiento de un peine, cuyo vaivén empuja el hilo, formando la trama. El resultado de
esta operación, hoy en día llevada a cabo por máquinas automatizadas, es un retazo de
tela de grandes proporciones. (Raffino, 2019)
2.4. Industria Textil En El Perú
Las primeras acciones del nacimiento de la industria peruana se produjeron durante el
primer gobierno (1845-1851) de Ramón Castilla.
Por esa época, se contrataron gestores europeos para que realicen los negocios. Los más
astutos, hacendados nacionales y sobrevivientes de las guerras de independencia
incursionaron en la industria de la seda con la importación de las máquinas a vapor, cómo
es el caso de José de Sarratea (1841).
También existían capitalistas que apostaban por una razón más allá del comercio
inmediato como Pedro Gonzáles Candamo, quien importaba maquinaria desde Patterson
(Nueva Jersey, Estados Unidos) para producir miles de yardas de algodón al año
En 1896 se creó la Sociedad Nacional de Industrias, que tuvo entre sus directivos a Gio
Batta Isola, uno de los pioneros textiles.
Desde 1911, Fermín Tangüis propagó desde Pisco (Región Ica) a otros valles como los
de la hacienda Zárate; una semilla resistente al Cotton Wilt, (hongo que devastaba el
algodón); y a esta semilla la denominó “Especial”, que más tarde se llamó “Tangüis”.
Por su parte, Emilio Hilbck, en 1922, viajó a Estados Unidos y trajo la variedad de
algodón Pima del Este de Arizona. Luego trabajó arduamente en el mejoramiento
continuo de esta variedad
La industria textil y de prendas de vestir en el Perú, cuenta con uno de los mayores índices
de crecimiento en exportaciones de la última década, siendo el sector industrial de mayor
demanda de puestos de trabajo especializado. Los productos textiles peruanos son
reconocidos por la alta calidad de sus fibras, como el algodón y la alpaca; produciéndose
para las marcas más importantes del mundo: Polo Ralph Lauren, Lacoste, Abercrombie
& Fitch, Donna Karan, Tommy Hilfiger, Gap, Armani, Nike, llegando nuestros productos
a los mercados de Estados Unidos, Europa, Canadá y a países latinoamericanos como
Chile, Venezuela y Ecuador. Por otro lado, en el mercado interno se han desarrollado
cadenas de tiendas con marcas propias como: Exit, Dunkenvolk, Bugui, Kids Made Here,
Scombro, Topitop y marcas de diseñadores textiles independientes con boutiques propias,
las cuales vienen creciendo por la demanda, al ritmo de la aparición de nuevos centros
comerciales, producto del sostenido crecimiento económico de nuestro país.
Las micro y pequeñas (MYPE'S) empresas pueden ser más contaminantes que las grandes
empresas, ya que son ineficientes técnicamente, más difíciles de vigilar y con menos
posibilidades de adoptar tecnología de minimización de residuos.
(Ferrereo, 2018) La industria textil es la segunda más contaminante del mundo después de la
petrolera, produce el 20% de las aguas residuales y el 10% de las emisiones de carbono en el
mundo, esto es más que todos los vuelos internacionales y los barcos de carga combinados.
Según (Quintanar, 2019) entre los efectos negativos, se desprende que la industria de la moda
es la segunda que más agua utiliza en sus procesos, pues para la fabricación de un kilo de
algodón se necesitan más de 10 mil litros de agua, lo equivalente a lo que bebería una persona
en 10 años. Lo que nos lleva a que produce el 20 por ciento de las aguas residuales que se
generan a escala global.
Aún se siguen trabajando para la creación de estrategias que acaben con esta irresponsable
producción de textil, lo cual termina en el desecho constante de la ropa. Por lo cual algunas
fundaciones promueven crear un nuevo ciclo de producción circular, donde se reutilicen los
miles de millones de toneladas que se crean cada día.
La industria consume entre 5 a 20% del agua disponible, y a su vez genera una
significativa parte de la contaminación de las aguas (WWAP Programa Mundial de
Evaluación de los Recursos Hídricos, 2009). La presión social y medioambiental dio
lugar a un creciente movimiento que instó a la industria a reducir la cantidad de aguas
residuales que produce y a tratarla antes de su eliminación. Esto ha convertido a las aguas
residuales en un potencial recurso y a su uso o reciclaje, después de un tratamiento
adecuado, en una posibilidad de beneficiar a la industria financiera y económicamente
(WWAP-Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos de las Naciones
Unidas, 2017).
En Perú, la magnitud real del volumen de las aguas residuales que las industrias formales
e informales producen no es conocida con exactitud y a escala mundial los datos e
información que se tienen son escasos. A nivel mundial, una estimación sugiere que los
volúmenes de aguas residuales industriales se duplicarán para el 2025.
La composición del agua residual de una industria textil dependerá de las sustancias
químicas que se usen durante el proceso (Manu y Chaudhari, 2002; Kuhad, et al., 2004;
Dos Santos, et al., 2007 y Ranganathan et al., 2007).Los efluentes de la industria textil
contienen una gran variedad de contaminantes provenientes de los diferentes procesos
involucrados en la fabricación de fibras.
Algunas causas de la toxicidad acuática son las sales como NaCl y Na2SO4 (provenientes
del teñido), agentes surfactantes como fenoles, metales pesados que están presentes en
los colorantes, compuestos orgánicos como solventes clorados (provenientes del lavado
y la limpieza de máquinas), biocidas como el pentaclorofenol (proveniente de fibra de
lana contaminada) y aniones tóxicos como el sulfuro (presente en algunos colorantes),
entre otros (Bae et al.,2005).
Los principales problemas ambientales que provocan las fábricas de géneros textiles
están relacionados con las sustancias tóxicas que liberan a la atmósfera y las aguas
residuales. Además de los agentes potencialmente tóxicos, también los malos olores
suelen ser motivo de preocupación, sobre todo cuando las plantas de estampación y
tintura están cerca de zonas residenciales. Las salidas de ventilación pueden contener
vapores de disolventes, formaldehído, hidrocarburos, ácido sulfhídrico y compuestos
metálicos. A veces los disolventes se recuperan y destilan para reutilizarlos. Las
partículas se eliminan con un buen filtrado. La depuración es eficaz para los componentes
volátiles solubles en agua, como el metanol, pero no funciona en el estampado con
pigmentos, cuyas principales emisiones son hidrocarburos. Los productos inflamables se
pueden incinerar, aunque esto es relativamente caro. La solución definitiva, sin embargo,
es el uso de materiales con el mínimo de emisiones posible, y no sólo al elegir los tintes,
aglutinantes y ligantes que se utilizan en el estampado, sino también con respecto al
contenido de formaldehído y monómero residual de los tejidos. La contaminación de las
aguas residuales por tintes no fijados es un problema ambiental grave, no sólo debido al
peligro potencial que representa para la salud humana y animal, sino también por el
cambio de color, muy notorio. En la tintura ordinaria se logra una fijación de más del 90
% del tinte, pero en la estampación con tintes reactivos es habitual alcanzar sólo un valor
del 60 % o menos. Esto significa que más de una tercera parte del tinte reactivo entra en
las aguas residuales cuando se lava el tejido una vez teñido. También entran más tintes
en las aguas residuales durante el lavado de los tamices, los paños de estampación y los
tambores. En varios países se han establecido límites para el cambio de color de las aguas
residuales, pero a menudo son muy difíciles de cumplir sin un sistema de depuración muy
costoso. Una solución sería usar colorantes menos contaminantes y desarrollar tintes y
agentes espesantes sintéticos que aumenten el grado de fijación y reduzcan así el exceso
vertido en las aguas residuales (Grund 1995).
Las emisiones generadas por los procesos textiles (excluyendo las que son propias de las
calderas) proceden principalmente del acabado de alta calidad y de las máquinas de
secado y condensación. En general, estas emisiones se clasifican en 4 tipos:
• vapores de disolventes,
• olores,
• polvo y fibras.
Los residuos de la preparación de fibras y sus productos de oxidación los que pueden
constituir la denominada neblina azul en los procesos de tisaje.
Por otra parte, en el acabo con resinas, después del proceso de impregnación, los tejidos
pasan, normalmente, por un proceso de reticulado a alta temperatura (termofijado). Aquí,
se suelen generar vapores de compuestos orgánicos de bajo peso molecular (VOCs) que
se pueden detectar en forma de niebla visible (la típica neblina azul o "blue haze") o bien
invisible (pero con olores detectables).
La fuente más común de neblinas de aceite es la rame que puede dar lugar a emisiones
de neblinas comprendidas entre 10 y 80 kg/día de aceite liberado. Estas neblinas están
formadas principalmente por pequeñas partículas o gotas de VOCs ("volatile organic
compounds"), que se encuentran en suspensión en los gases. El tamaño de estas partículas
suele ser inferior a 1µm. El número de partículas presentes en el gas se cuantifica
midiendo la opacidad de la neblina.
En cuanto a las neblinas ácidas, son mucho menos frecuentes que las neblinas de aceite.
Son corrosivas y se producen durante el carbonizado de la lana y durante algunos tipos
de tintura en spray.
3.2.3. Olores
Algunos olores se asocian con las neblinas de aceites o con los vapores de disolventes y
desaparecen eliminando dichas neblinas o vapores. Existe otra teoría según la cual
compuestos responsables del olor se propagan junto con las partículas de neblina. Cuando
se reduce la neblina, no siempre se reduce el olor, sino que en ocasiones sólo se reduce
el vehículo que lo transporta.
En esta última categoría se incluyen los equipos y tecnologías que se han desarrollado
recientemente y van apareciendo en el mercado. Estos equipos y tecnologías ofrecen la
posibilidad, en la mayoría de los casos, de sustituir los procesos convencionales en beneficio
del medio ambiente. La implantación de este tipo de tecnologías también supone importantes
inversiones y desembolsos iniciales para las empresas.
Para una mejor comprensión se extraen de forma resumida las dos tablas siguientes, en
las que se recogen para cada tipo de residuo las diferentes tecnologías de minimización
estudiadas, cuya implantación permite la reducción de los residuos generados por la
industria textil.