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Primer excurso:

La muerte de sócrates

.
en el año 470 a. c. nació el maestro sócrates, su padre
era un escultor, sus enseñanzas nos fueron legadas a través
de sus discípulos, siendo el más aventajado de ellos Platón,
que resumió todo lo acontecido en sus famosos diálogos.
en el 399 a. c. se llevó a cabo contra sócrates un pro-
ceso por haber corrompido a jóvenes e imaginar nuevos
dioses, lo que le llevó a ingerir la cicuta por orden del tri-
bunal que lo juzgara. Fue condenado por ser un buscador
de la verdad. el terrible episodio del juicio al maestro, el
querido discípulo Platón lo describe en la «apología de só-
crates». el gran mensaje y legado del maestro fue: «conó-
cete a ti mismo».
cada vez que los dioses deciden, según una vieja le-
yenda hélenica, que un gran hombre descienda a la tierra,
Zeus ordena a Vulcano que prepare el fuego sagrado y tem-

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ple con el rayo ese gran espíritu que encarnará. eso ocu-
rrió en el olimpo por el nacimiento de sócrates en la tierra
y el Hades tembló y los demiurgos, temerosos, permane-
cieron ocultos.
su madre fue atendida muy bien en el parto, tal como
ella atendía a las otras mujeres que daban a luz, ya que ella
misma era comadrona de profesión, de modo que el niño
sócrates llegaba al mundo en una atenas que pretendía ser
una ciudad ejemplo, donde el arte, la filosof ía y las ideas
políticas republicanas emergerían como un gran faro luz
para los hombres.
era, no obstante, un mundo imperfecto y corrompido
en el que la avaricia, la codicia y la prepotencia, que se apo-
dera del hombre que se cree más porque controla y tiene
poder, lo que chocaba con la humanidad de un sócrates y de
manera especial, con su cuestionamiento profundo de las
cosas y de los hechos, en su intento por ahondar en la verdad.
Por esta razón se levantaron falsos testimonios en su
contra, pues se decía que sócrates quería penetrar el miste-
rio de los cielos, que era un impío por tener una curiosidad
criminal que confundía a la juventud y que las corrompía
con sus ideas. melito, tomando estas acusaciones falsas
como válidas, arrastra a sócrates a un tribunal en el que,
sostenida su defensa frente a 556 jueces, 281 votarían en
contra y 275 a favor del maestro. sólo seis votos determi-
naron la condena de sócrates.
sócrates se levanta entonces y dice:

melito me juzga digno de muerte; en buena hora. Y yo,


¿qué pena me juzgaré digno de tener? (La Ley permitía al

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acusado imponerse prisión perpetua, multa o destierro).
.
Veréis claramente, atenienses, que yo no escojo más de lo que
merezco. ¿Y cuál es? ¿a qué pena, a qué multa voy a conde-
narme por no haber callado las cosas buenas que aprendí du-
rante toda mi vida? ¿Por haber despreciado lo que los demás
buscan con tanto afán: las riquezas, el cuidado de los nego-
cios domésticos, los empleos y las dignidades; por no haber
entrado jamás en ninguna cábala, ni en ninguna conjuración,
prácticas bastantes ordinarias en esta ciudad; por ser cono-
cido como hombre de bien, no queriendo conservar mi vida
valiéndome de medios indignos? si fuese rico me condena-
ría a una multa tal, que pudiendo pagarla no me ocasionara .
perjuicio alguno, pero como nada tengo, no puedo.

sin embargo, Platón, que estaba presente, con critón,


critóbulo y apolodoro salen como fiadores de treinta mi-
nas de plata que sócrates ofrece como multa y condena.
Habiéndose entonces sócrates condenado a sí mismo
como rezaba la Ley, los jueces deliberan y lo condenan a
muerte.
Frente a esta situación injusta, sócrates va a expresarle
a los jueces que con su muerte sólo se concretará su fama de
sabio, que era precisamente lo que querían impedir, que
hubiera sido preferible que él muriera vencido por la edad,
pues ya estaba viejo, pero como ellos, los jueces que lo con-
denaban, no habían oído de su boca las alabanzas exclama:

Hubiese sido para vosotros una gran satisfacción haber-


me visto lamentar, suspirar, llorar, suplicar y cometer todas
las demás bajezas que estáis viendo todos los días en los

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acusados por el miedo. Pero no me arrepiento de no haber
cometido estas indignidades, pues prefiero morir después
de haberme defendido como lo he hecho, que vivir por ha-
berme arrastrado ante vosotros.

sócrates prefiere así la muerte que la deshonra y, en


esos momentos finales, cuando el hombre se enfrenta a sus
ideales de vida, va dar todo aquello que le queda por la
causa que ha defendido, abre la imaginación y la percep-
ción y profetiza sobre sus verdugos:

os lo anuncio que vosotros que me hacéis morir, vues-


tro castigo no tardará y será ¡por Zeus!, más cruel que el que
me imponéis. se levantarán contra vosotros y os reprende-
rán un gran número de personas que han estado contenidas
por mi presencia, pues si creéis que basta matar a uno para
que otros no os echen en cara que vivís mal, os engañáis.
esta manera de librarse de sus censores opositores ni es de-
cente ni es posible. así pues, para los que me habéis conde-
nado, os entrego a vuestros propios remordimientos.

sócrates sigue su discurso para aquellos jueces que


lo han apoyado y habla de la muerte como un tránsito de
un estado a otro, donde los justos son premiados en com-
pañía de los héroes, por lo que mejor alternativa aquella
que su muerte y dice «por ello moriría mil veces si conlleva
a la felicidad del alma».
¡Y qué peor castigo para los injustos y jueces prevari-
cadores de este mundo, que aquella que lleva a estos, hacia
los infiernos donde están los verdaderos jueces como

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minos, radamanto, eaco, triptolimeno y demás semidio-
ses encargados de hacer la verdadera justicia!
sócrates concluye frente a los jueces justos y correc-
tos, que no hay ningún mal posible para los hombres de
bien, ni antes ni después de la muerte y les pide que hosti-
guen y atormenten a sus hijos cuando crezcan, como él ha
hecho con sus discípulos, si llegan a preferir las riquezas a
las virtudes y si llegan a creerse algo, cuando, en realidad,
no son nada. .
sócrates va a hablar al final con sus más allegados
discípulos antes de ingerir la cicuta y estos le piden que
huya, a lo que éste replica que su vida quedaría sin sentido,
.
si no cumple la sentencia y les dice que nada teme a la
muerte, pues ha tenido una vida plena en el camino del
bien y en la búsqueda de las virtudes.
así pues el olimpo recibió de vuelta a este su hijo en
el 399 a. c., maestro de maestros y Vulcano con mucho
pesar y por órdenes de Zeus, hizo una vez más, que el rayo
tronara en los cielos e iluminara el firmamento para reci-
bir a este justo, inmolado por cumplir sus ideales en la bús-
queda de la verdad y el conocimiento de sí mismo.

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.

segundo excurso:
PLatón HuYe de atenas
en busca de resPuesta en otras Latitudes

Platón, principal discípulo de sócrates nació en el 427


a. c. era un joven de veintiocho años apenas cuando murió
su maestro sócrates en el 399 a. c., y huye entonces a me-
gara a reunirse con euclides. Vuelve a atenas entre el 395
y 394 a. c. y toma parte en la guerra de corinto. entre el
390 y 388 a. c. visita egipto y cirene y llega a tarento, al
sur de la península itálica, en donde entabla amistad con
arquitas quien lo inicia en los misterios Pitagóricos; ello
dejará una huella muy profunda en su filosof ía y teoría de
la Participación de las ideas, en que el bien funge como idea
central, jugando el papel fundamental que nos acerca a los
cielos.
arquitas le presenta al tirano de siracusa dionisio i,
a quien intenta convencer de sus ideas republicanas, pero
no logra el cometido, por lo que vuelve con el dinero de un

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rescate a atenas en el 387 a. c. y funda con éste la famosa
academia, quizás la primera universidad de occidente. in-
tenta en un segundo viaje a sicilia, convencer al dionisio ii de
sus ideas políticas, pero vuelve a fracasar. en el 361 a. c. hace
su último viaje a siracusa para ver a su amigo dión, pero
vuelve a fracasar en su intento de vender sus ideas políticas,
las que son tan bien plasmadas en su libro La república, y se
dedica a la academia hasta su muerte en el 347 a. c.
con su muerte comienza el mito de que era hijo de
apolo.
tras la muerte del maestro sócrates, sus discípulos
quedaron atónitos y desorientados, hubo mucho revuelo
en atenas por lo que Platón decide huir a megara donde
se encontrará con su amigo euclides, gran matemático y
geómetra. este le informa sobre la leyenda del maestro
Pitágoras y lo introduce en el mundo de las vibraciones
finas mentales y numéricas, en la matemática y en la geo-
metría. Platón comenzará entonces a conceptualizar y pro-
fundizar su pensar, en su teoría de la Participación en el
mundo de las ideas y de su aprendizaje con euclides sal-
drá el lema de su academia que reza: «nadie entra aquí, si
no sabe geometría».
«dime euclides, dice Platón, ¿y cómo yo puedo enten-
der y profundizar más allá en los misterios pitagóricos? ami-
go Platón, dice euclides, lo primero es que vayas al antiguo
egipto, de cuyos viajes el maestro Pitágoras, así como tales
de mileto, obtuvieron su iniciación y sabiduría, lo segundo
que te recomiendo es que vayas a sicilia, donde te sugiero
entres en contacto con arquitas en tarento, él te introduci-
rá en los misterios sobre los que pretendes informarte.

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esta recomendación de euclides quedará en la me-
moria de Platón, quien en el 390 a. c. después de haber par-
ticipado en las guerras en la península Helénica en corinto,
parte para egipto en búsqueda del conocimiento iniciático
y la aclaratoria de esos misterios que tanto le habían im-
presionado y que habían sido despertados por el maestro
sócrates. .
egipto había sido conquistado en el 525 a. c. por el
rey Persa cambises, quien lo convirtió en una provincia del
imperio Persa. en el 322 a. c. alejandro magno se trasla-
daría a egipto, y después de haber derrotado al rey persa
darío en issus, seria recibido como libertador y nombrado
hijo de amon-ra (dios solar). Hay que tener en cuenta que
alejandro fue discípulo de aristóteles y éste de Platón.
Lo cierto es que en el egipto visitado por Platón, las
cosas no estaban como para que éste lograra encontrar lo
que buscaba. el imperio Persa había abolido gran parte de
los ritos y cultos originarios de la escuela iniciática de orus,
y sus partidarios eran perseguidos.
Por esta razón, Platón decidió continuar hacia sicilia
con una carta de presentación de euclides para arquitas.
Parte, pues, en un velero y atraviesa el mediterráneo, lle-
gando a tarento en el 388 a. c. con muy buen clima y viento
a favor.
arquitas era un hombre afable y mostraba gran hu-
mildad dentro de su sabiduría, era unos años mayor que
Platón y lo recibió con mucho cariño por la recomendación
de un hombre de números, el gran geómetra euclides, de
cuyos postulados saldría esa ciencia tan importante para
la construcción como lo es la geometría clásica, y la cual

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llevaría el nombre de este, como geometría euclidiana. in-
mediatamente entablaron una gran amistad y empezaron a
conversar sobre asuntos varios que los motivaban.
se debe a arquitas la teoría mediante la cual, la mú-
sica producida por las cuerdas de un instrumento, es trans-
ferida al oído humano por la presión ejercida en el aire por
las cuerdas, por lo que se le conoce como el padre de la me-
cánica matemática. Platón, anonadado por este conoci-
miento, le pidió a su amigo luces sobre el conocimiento de
sí mismo a través de los sentidos y le contó de su profunda
experiencia con su gran amigo sócrates y todo lo aconte-
cido.
arquitas promete a Platón llevarlo a la escuela iniciá-
tica Pitagórica de la cual era miembro e introducirle en su
búsqueda de la verdad y hacerle partícipe de sus augustos
misterios.

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tercer excurso:
PLatón es iniciado en La escueLa
Pitagórica en tarento

Para entrar a la escuela Pitagórica donde se estudiará


la filosof ía, la matemática, la geometría, la música o acús-
tica y la astronomía como se hacía en las escuelas de los mi-
lesios, buscando así las respuestas sobre el origen, la
naturaleza y esencia de las cosas, es necesario pasar inicial-
mente por un largo y profundo silencio según testimonios
muy antiguos.
de esto nace el estilo de vida de la comunidad pitagó-
rica que fundamentalmente consiste en un camino de puri-
ficación con una dieta rigurosa, eliminando todo manjar y
evitando las bebidas espirituosas, examinando las acciones
diarias con la conciencia y mediante auto reflexión, guar-
dando el silencio, y estudiando la filosof ía y la matemática
principalmente como métodos de cultivo del espíritu, abs-
trayéndose de lo material y cultivando así el nuevo camino

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para el alma. también se promovía el estudio de la música
como método para cultivar la armonía del ser, más que por
el agrado que esta produce, y la gimnasia para normalizar y
regularizar la salud corporal.
se dice que, al menos había dos tipos de discípulos,
categorías o grados: aquellos que buscaban conocimientos
sobre un área determinada —a los que se denominaban dis-
cípulos «acusmáticos»—, es decir, exotéricos y aquellos que
practicaban todo, de los que se decía que conocían los se-
cretos del maestro a los cuales se les denominaban «mate-
máticos,» es decir, discípulos esotéricos.
entre los pitagóricos existía un profundo sentimiento
de solidaridad y amistad. cultivaban la hermandad univer-
sal que une a todos los hombres, una consecuencia del culti-
vo de la moral y los valores del espíritu. estos se reconocían
con signos particulares que sólo ellos conocían y alejaban de
sus trabajos toda intromisión de los profanos. cuando uno
de ellos violaba las leyes de la organización era excomul-
gado y anatematizado, como en el caso de Hípaso de meta-
ponto uno de los más conocidos.
se dice que los pitagóricos vestían de determinada
forma, con batas de lino blanco, lo que es similar a otras
comunidades ascetas, tal como vestían también los ese-
nios en israel, escuela esta última donde Juan el bautista
tenía el grado más alto y donde fuera iniciado el maestro
Jesús.
La mañana estaba fresca por la brisa y Platón cami-
naba cuando arquitas se le acerca y le dice: «Ya llevas un
mes en silencio y ayuno, espero te hayas conectado con tu
ser interno y estés listo, hoy es el día de tu iniciación».

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durante ese mes, Platón había meditado sobre la muer-
.
te y enseñanzas de su maestro, había hurgado en lo más pro-
fundo de su ser sobre el propósito de la vida y quería ir más
allá, por lo que tomó la noticia con profunda emoción, ya
estaba listo para ser iniciado.
esa tarde vinieron dos discípulos de arquitas que lo
llevaron a un patio con una fuente y lo vendaron. el ruido .
del agua tranquiliza el espíritu y la no visibilidad nos lleva
hacia dentro. durante dos horas, Platón estuvo recorriendo
con su pensamiento todo su pasado, fue entonces cuando en
una forma increíble vio en su mente su proceso encarnato-
rio y otras vidas previas le fueron mostradas, lo que afian- .
zaba en su ser la teoría de la transmigración de las almas;
vivir es un proceso repetitivo que pocos recuerdan, sólo aque-
llos que buscan intensamente dentro de sí lo logran y Platón
lo había logrado en ese momento. somos fractales de un mis-
mo yo superior, que busca experimentar a través de la vida .
su propia evolución hacia el ser primario o dios de donde
partimos originalmente.
entonces Platón entendió que venimos a experimentar
emociones y crecer en sabiduría como propósito principal de
vida, cosa que pocos hacen. Por eso deben repetir y volver .
tantas veces como sea necesario para que lo comprendan y se
dio cuenta que somos fundamentalmente las ideas de que
disponemos en nuestra mente. se conectó con el maestro
Pitágoras y vio en instantes toda la vida de éste. es como si pu-
diéramos participar de aquellos que han buscado y encon- .
trado y en lo que coincidimos, es como un archivo accesible
a través de la conexión mental, con ideas que allí subyacen y
que pertenecen a la humanidad en su conjunto.

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.
tras dos horas de meditación profunda, una música
de un arpa comenzó a sonar, la melodía se acentuaba y vi-
braba en todo su ser, pues al no poder ver, parecía como si
el haber tapado un sentido, esto motivaba al otro a desper-
tar más fuertemente. Fue entonces cuando se dio cuenta de
que todo era música, que todo tiene un tono vibratorio.
Le condujeron a una recámara donde estaban otros
maestros, todos con túnica blanca. Para entrar tuvo que
agacharse y sus maestros conductores le decían simultáne-
amente, que para penetrar en el mundo de la sabiduría hay
que ser humilde y bajar la cabeza. Ya era de noche y la poca
iluminación existente la conformaban tres velas que en
forma de triángulo equilátero estaban sobre un ara en el
centro del salón; había dos columnas a la entrada, al igual
que todos los templos egipcios tienen dos obeliscos. esto
obedece a una razón de ser, pues en el mundo del espacio y
del tiempo en que nos encontramos, todo se mueve entre
dos polos, entre dos opuestos.
Platón fue parado entre columnas y entonces arquitas
le preguntó desde el otro lado del ara: «¿Qué buscas y qué
quieres?, responde».
Platón dijo entonces: «Quiero ir más allá de este plano
y encontrar la razón del bien, por la cual estoy dispuesto a
luchar el resto de mi vida, busco entender la verdad por la
cual murió mi maestro sócrates, quiero conocerme a mí
mismo para ayudar después a otros en ese camino».
aceptada la respuesta por todos y afirmando la in-
tención de iniciar a este nuevo discípulo, arquitas proce-
dió a hablar sobre los principios que rigen la escuela y el
juramento sagrado que debía dar Platón y dentro de una en-

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volvente música dijo: «Llévenlo al patio y entiérrenlo hasta
el cuello, para que sienta este elemento en su ser y com-
prenda su afinidad con el cuerpo o vehículo que debemos
preservar en buenas condiciones para poder elevar el espí-
.
ritu». durante una hora aproximadamente estuvo Platón
enterrado hasta el cuello. La tierra nos conecta con nues-
tros instintos y pasiones, es lo primario, es la materia más
lenta en vibración que representa el sustrato sólido de las
cosas.
Platón sintió que bajaba al Hades y el demiurgo por-
tador de las llaves de este infierno le dio entrada, para que
entendiera los secretos de los muertos en vida que se apar-
tan de las virtudes y se entregan a los vicios y a los que lla-
mamos servirles del mal. allí experimentó un profundo frío
y se dio cuenta que este no es sino ausencia de calor y per-
cibió el llanto de muchos y en sincronía con esto, Platón
lloró fuertemente por todas aquellas carencias que sentía .
en lo más profundo de su ser y lloró a su maestro, bajo la
imagen de cuando este ingería la cicuta.
tras ese proceso de introspección con el elemento tierra,
es llevado a un jardín contiguo y lo bañaron en una pequeña
piscina especialmente dispuesta para ese fin donde un aroma
a incienso junto a una música sublime lo transportó a un
mundo superior de sanación, en el cual las emociones se amal-
gamaban para dar paso a los sueños. Fue así como compren-
dió que el agua vitaliza el cuerpo y limpia el alma
simultáneamente y nos conecta con nuestro cuerpo emocio-
nal, por ello es bueno bañarse cuando estamos tristes. Fue un
momento de comunión con algo inexplicable que hoy en día
sabemos que tiene que ver con el campo electromagnético que

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envuelve al cuerpo y que se estabiliza en presencia del ele-
mento agua.
Purificado por estos dos elementos, el mismo arqui-
tas lo conduce hasta un cuarto cerrado donde un leve viento
y las cuerdas activadas por manos expertas, producen
ondas de choque en todo el cuerpo todavía húmedo de Pla-
tón, que poco a poco se va secando con este impacto. el ele-
mento aire lo transporta al mundo de la imaginación y lo
lleva a ver visiones de parajes desconocidos hasta ese mo-
mento.
Finalmente, entra de nuevo a la recámara de donde
había partido y tres maestros con antorchas en la mano lo
reciben: Fuego siempre viviente que a veces se apaga y, a
veces se enciende decía Heráclito; elemento creativo y re-
generativo este que llevamos dentro del ser y que representa
la energía que hay en el astro rey sol, el cual calienta el
cuerpo y cocina nuestros alimentos, dando así vigor tanto
al cuerpo como al alma. el fuego nos conecta con el poder
de la creación y la regeneración. el calor envuelve a Platón
y con éste la vida vuelve a su cuerpo. activado en los cua-
tro elementos se encontraba ya preparado para el jura-
mento. La venda de los ojos le fue quitada y el resplandor de
las tres luces del ara impactaron su espíritu.
¡oh Zeus! que estás en el olimpo, recibe a este tu dis-
cípulo que ha jurado lealtad a tus principios, que el bien que
profese aquí en la tierra, sea pagado con creces en evolu-
ción de su espíritu, y que las luces que obtenga sean faro
conductor para muchos, así como su legado y que este se
plasme para siempre en la mente de aquellos hombres que
busquen la verdad y el conocimiento de sí mismos.

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Y yo, Platón, juró ante este ara sagrada y en presencia
de mi maestro hoy invisible sócrates, buscar la verdad hasta
el final de mis días y dedicarme al bien, a la belleza y a la
justicia, para que el reino de dios baje a la tierra, al menos
empezando en mi ser, porque yo le pertenezco de ahora
en adelante y para siempre a esta potencia creadora que está en
mí y en todo ser que se conoce a sí mismo.
Y finalmente Platón, juro contar todo lo que he visto .
de Pitágoras, su vida no registrada y su legado para la nueva
humanidad que algún día poblará la faz de la tierra.
.

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.
eL nacimiento de Pitágoras

un planeta no contaminado y limpio, donde el mar y el


aire tenían especial resplandor en las costas de lo que es hoy
la península de turquía, había permitido que diversas co-
munidades de la que se llamó la grecia antígua, se desarro-
llaran y surgieran prósperamente por el comercio Fenicio.
Ya las guerras de troya y su conquista habían pasado a
la leyenda y los griegos se habían asentado, dando lugar a po-
blaciones como mileto, efeso y la isla de samos al frente de
estas, eran centros de comercio, pesca y cultivo, donde las
familias asentadas vivían en armonía en el día a día de las
cosas.
Por esa extraña situación que a veces ocurre y que se
explica precisamente por la paz que reina en una zona y que
otorga cierta vibración y tono, nacen progresivamente una
serie de personajes como tales de mileto (624 a 546 a. c.);

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anaximandro (610 a 545 a. c.), anaxímenes (585 a 528 a. c.),
ambos también de mileto; Pitágoras de samos (570 a 496 a.
c.) y Heráclito de efeso (544 a 484 a. c.).
a este grupo de pensadores —llamados también Fisió-
cratas, pues buscaban la esencia de las cosas— se les cono-
cerán en la actualidad como los primeros filósofos griegos.
Fueron los que primero pensaron que detrás de los
cuerpos hay un ánima o alma (lo que anima). Para tales era
el agua como el elemento que está más presente y abundante
y que corre por las venas en el cuerpo humano, pues éste se
seca con la muerte. Para anaximandro y anaxímenes era el
aire del que tanto dependemos para respirar y que con la
muerte exhalamos el último aliento y para Heráclito era el
fuego, lo más inmaterial percibido y que da el calor al cuerpo,
pues cuando éste muere se enfría. Para Pitágoras sería el nú-
mero, es decir, la vibración, pues esta se apaga con la muerte.
el nombre de Filosof ía que significa amor a la sabidu-
ría se atribuye a Pitágoras, pues cuando se le preguntaba qué
lo movía, respondía, mi amor por la sabiduría (philosophos).
menesarco era un comerciante próspero en samos y
como tal tenía un hogar bien constituido y una bella mujer a
la que amaba profundamente. se dice que cuando se ama de
esta forma y se tiene un profundo éxtasis mutuo durante el
acto sexual de procreación, el espíritu que baja, vendrá de
planos de conciencia superior, atraído por este orgasmo sin-
cronizado y bello en la pareja. es la Ley de resonancia uni-
versal actuando en los planos superiores de conciencia por
vibración y afinidad.
así, pues, en un profundo acto de amor y alegría fue
concebido el pequeño Pitágoras, y cuando el feto en gesta-

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ción ya había llegado a la forma de corazón que, como se
sabe, es lo primero que se forma, todo el olimpo mandó su
energía para que bajara este espíritu lúcido, amigable y bus-
cador; encarnaba así el maestro.
Por afinidad con aquel niño en el vientre y la gran ter-
nura de la madre, el período de gestación fue muy placen- .
tero. ella escuchaba música mientras se frotaba el vientre con
cariño. Por otra parte, el padre con gran entusiasmo por
aquella criatura, también daba mucho amor a su esposa du-
rante el embarazo, y así un espíritu elevado dentro de un
cuerpo querido, no le quedaría sino ser un enviado para ser-
vir a la humanidad en su propósito de entender qué es la vida.
el día del nacimiento, un sol limpio y radiante había
amanecido y exactamente a las 12 del meridiano, cuando éste
está en su punto más alto, comenzó el trabajo de parto que
solamente duraría una hora, avisando así que Pitágoras era .
un hijo de la Luz.
todo el pueblo comentaba sobre lo maravillosos que
iba a ser este niño, que había sido concebido con tanto amor
y entusiasmo y el astrólogo al estudiar su carta de nacimiento
a petición de menesarco, encontró que había nacido con el
sol en el medio cielo y profetizó para él una vida larga para
ese entonces, llena de aventuras y descubrimientos.
Las festividades en la casa de menesarco duraron tres
días y todo el que conocía al niño decía que bien formado
está, que sonrisa apacible tiene, que gestual tan plácida .
cuando se mueve, cuanta luz hay en su carita. Había nacido
Pitágoras.

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.
cuando La Historia
se conVierte en noVeLa

dicen que el tiempo no existe, es una creación de la


mente del hombre en este plano del espacio en que vivi-
mos, para que podamos entender el movimiento, es decir,
el cambio.
sólo aquello que está íntimamente relacionado con .
lo inmutable, es decir, lo que no cambia es la verdad. Por
ello, Platón se dio cuenta de que la mente del hombre
podía abstraerse de las cosas que se transforman y enten-
der que existen conceptos o ideas que representan estados
inmutables.
tal es el caso de la idea del bien, de la beLLeZa , del
amor , de la Justicia como conceptos abstractos que po-
drían representar absolutos posibles y ciertamente el
hombre puede participar y apreciar estos conceptos, ideas
.
o verdades absolutas y, muchas otras, en mayor o menor

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grado, dependiendo del paradigma y cultura en que se
encuentre.
así es, pues, como Platón desarrolla en sus diálogos su
teoría de Participación de estas ideas o Verdades inmuta-
bles, siendo el bien la idea superior de la cual toda acción
moral y comportamiento ético se desprende.
Y es en ese mundo de las ideas, donde todo es posible
gracias a la imaginación, ya que esta es totalmente atempo-
ral y viaja a velocidades infinitas, pudiendo llevarnos al pa-
sado y al presente y darnos también proyecciones e ilusiones
sobre el futuro.
dicen que todo es mental y que si te focalizas con sufi-
ciente intensidad y maestría, puedes plasmar en el plano
f ísico todo lo que desees crear.
es la imaginación la que, de ahora en adelante, llevará
a Platón a narrarnos lo que vio en su iniciación sobre la vida
del maestro Pitágoras; esto lo hará en forma novelada para
interesar al lector en un ser rico en experiencias y conoci-
mientos, producto de sus viajes, aventuras y búsquedas, y de
un ser humano como cualquier otro, pero que quiso enten-
der el propósito de la vida: ¿qué somos?, ¿de dónde veni-
mos?, y ¿para dónde vamos? es esa inquietud por la
búsqueda de la verdad lo que hace que el hombre descubra
y avance y es lo que hizo de Pitágoras un sabio para todos
los tiempos.
Y esa posibilidad de conectarse con el mundo de las
ideas donde está todo lo que es y será, permitió en instantes
la conexión —dado que el tiempo no existe—, y fue lo que
permitió ver a Platón, todo por lo que había pasado Pitágo-
ras en esa fértil vida de un amante de la verdad.

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«así pues, yo, Platón, les cuento de ahora en adelante
lo que vi, y que cambió mi vida para siempre, por esa inquie- .
tud que ya me había sembrado mi buen amado y primer
maestro sócrates y que ahora he perfeccionado con mi ini-
ciación, en lo legado por Pitágoras, mi segundo maestro y
que despertó dentro de mí, al tercer maestro que es «la con-
ciencia» y que es el maestro secreto que todo lo sabe».

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muerte deL maestro. Fin Y PrinciPio
de La conexión con Pitágoras

¿cuál, sino la muerte, para adentrarnos en el misterio


de la vida? ¿qué hay más allá? el hombre teme todo aquello
que desconoce y por ello tiende a apartar de su mente, fun-
damentalmente por miedo al final y evade la búsqueda de
¿qué es la muerte?. Pero cuando el hombre medita y estudia
profundamente el significado de esta, la vida, se aclara, toma
un mayor sentido y el temor espiritual desaparece, a pesar de
que por su naturaleza animal, el miedo fisiológico estará
siempre presente, apoyando la sobrevivencia.
Y fue así que Platón entendió las palabras y concep-
tualizaciones de su maestro sócrates sobre la muerte, lo
que no es más que un cambio de ropaje e implica deslas-
trarse del cuerpo, pues en estado alterado de conciencia en
vista de la experiencia iniciática en que estaba absorto, tuvo
la experiencia en vida de la muerte del maestro Pitágoras .

27
y entendió esta Ley de transición a la que todo humano esta
sometido.
Yacía Pitágoras agonizando en metaponto, rodeado
de sus más queridos discípulos en la escuela que años antes
había fundado, antes de exhalar el último aliento, dijo:
«Queridos míos, hoy debo partir de lo que llaman este
mundo, mucho he pensado en este momento y estoy prepa-
rado para ello, he tratado con todo mi ser de transferirles
todas mis experiencias de vida, tanto lo bueno como lo malo,
y en esa polaridad en que nos movemos, espero trascender
con mi partida a lo frío y lo cálido, a lo oscuro y lumínico, al
dolor y al placer, a lo que llaman el bien y el mal, y es sobre
esto que necesito que mediten una vez haya partido, pues so-
brevivir implica experimentar los opuestos y la única manera
de ubicarse en el justo medio de esa polaridad para crecer en
sabiduría y poder caminar sobre ella, es proyectarnos a este
momento en que me encuentro donde debo ya partir del
mundo f ísico».
arsenio, su acompañante de siempre, estaba presente.
Había viajado por todo el mundo conocido con su buen
amigo, pero a pesar de todo lo experimentado con el maes-
tro, hay algo que hace que nos rebelemos a la muerte y nos
apeguemos al ser querido. «Pitágoras no te vayas, tú puedes
sanarte, tienes el don que tantas veces has utilizado, no nos
dejes, no estamos preparados para tu partida».
«¡oh, mi buen arsenio! —responde Pitágoras—, no has
comprendido todo lo que te he dicho. ahora, con mi partida,
espero que logres dar el salto; esto que llaman el final no es
más que el comienzo o principio en lo que llaman el bardo,
aquel sitio donde las almas esperan entre las vidas. cada vez

28
que un ser nace, muere en el bardo y cada vez que un ser
muere, nace en el bardo; no veis pues, que la vida es eterna;
me toca pues renacer en el bardo para seguir mi camino, ya
cumplí mi misión aquí en la tierra y como he practicado el
bien y elevado mi número hasta la frecuencia del uno, pienso
que encontraré por fin la paz permanente que tanto he bus-
cado, y para ustedes mis amados discípulos les digo que esta
solo se logra cuando el espíritu se integra con su ser perma-
.
nente; este último es una parte del uno antes de haberse des-
doblado en el dos, es decir la polaridad que es la vida. como
voy al uno estoy feliz con mi muerte, porque todo lo que he
ansiado y para lo cual he trabajado en esta vida no es otra
cosa que eso».
un discípulo toma a Pitágoras de la mano en señal de
afecto y pide al resto que hagan un círculo alrededor del
maestro. todos estaban con la túnica blanca y tenían una vela
en cada mano pues era de noche. sumaban en total doce, que
es el número tres en suma de sus partes, donde la polaridad
se reintegra en el hijo (padre, madre, hijo) multiplicado por
los cuatro elementos que conforman el mundo material.
el hijo es el iniciado, es aquel que buscó siempre cono-
cerse así mismo, por ello es que todo maestro busca siempre
.
doce discípulos que continúen su obra, es decir, busca doce
iniciados que luchen por lo que han visto y oído, para que en
sinergia practiquen el conocimiento y elevación del ser, único
propósito trascendente de esta experiencia que es la vida y
lo transmitan a sus pares.
Había llegado el momento. Platón sintió cómo el frío
invadía al maestro y vio cómo el fuego sutil abandonaba el
cuerpo en una última expiración del aire vital, que nunca más

29
volvería a los pulmones ahora ya paralizados de Pitágoras.
aún así algo quedaba en el cuerpo inerte que yacía entre los
doce, como si los hilos de la vida que todavía ataban el espí-
ritu, aún preso, deseara volar al infinito con este. esta es la
razón de velar el cuerpo por unos días y no se debe enterrar
o cremar hasta entonces. se dice que hasta tres son los días
para que estos hilos ya cortados, dejen escapar el espíritu que
busca ascender al olimpo, si su comportamiento ha sido
claro y transparente como el del maestro o bajar al Hades, si
le corresponde el juicio de la conciencia.
todo maestro siempre busca ayudar, por eso Platón vio
cómo Pitágoras bajó al Hades como muchos espíritus puros
siempre lo han hecho, para llevar la noticia de que un muerto
había logrado reintegrase en el uno y tratar de sustentar ante
estos espíritus caídos, esta noble causa, mostrando a quienes
se encontraban presentes, los que padeciendo sus propias
consecuencias de malas vidas anteriores, que es posible la
enmienda, para que en la próxima reencarnación de su mó-
nada, diesen un paso al frente en el camino de la luz y se com-
prometieran con el bien hacer y la búsqueda de la sabiduría.
en esos substratos del bardo, sólo hay estadios en la
cual se acomodan los espíritus, según el nivel vibratorio que
hayan adquirido en la última vida. Lo que hoy llamamos in-
fierno no es más que una vibración de baja modulación en la
que se encuentra la polaridad que fue oscura y de allí se as-
ciende, poco a poco, hasta el reintegro con la unidad. ese
había sido el camino de Pitágoras.
Platón entendió de esta manera que la metempsicosis
o transmigración de las almas era un proceso justo y vibra-
torio, en el cual cada ser elige su tono y amplitud de onda,

30
según haya participado de las ideas del bien, de la fuerza y de .
la belleza o de lo opuesto. en ese instante iniciático en que
se había integrado con la muerte de Pitágoras, comprendió
la vida y el sentido de la muerte y vio transcurrir, en segun-
dos, el trabajo lleno de aventuras del maestro. Fue así como
entendió, que los extremos se juntan en el principio y fin que
.
es la muerte.
Los discípulos durante tres días y noches velaron a Pi-
tágoras y ayudaron con la música y la oración a romper los
hilos que ataban el espíritu al cuerpo del maestro. después
del Hades, Pitágoras ascendió al olimpo donde se dice que
junto a Hermes es custodio de la sabiduría. Y extrañamente
su cuerpo desapareció y desde entonces se dice que se lo .
había llevado su espíritu.

31
niñeZ deL maestro
PrinciPio de La conexión
con taLes de miLeto Y con eL mundo

tales de mileto tenía ya unos cincuenta y cuatro años .


cuando nació Pitágoras y moriría a la edad de setenta y ocho
años, lo que era una gran longevidad para la época. Había
nacido en mileto, la más importante ciudad de la Jonia y la
grecia antigua, situada a orillas del mar egeo. en razón de
su intercambio comercial con los Fenicios, disfrutaba de co-
nexiones económicas que le daban la prosperidad y era .
punto de unión con los imperios de babilonia y egipto a los
que tales frecuentó.
Por esa extraña razón que une al universo en causa-
lidades, éste pasaba por la isla de samos en su camino a la
península Helénica cuando Pitágoras nació. tales era ya
famoso en toda la grecia, como matemático, astrónomo
y sabio y corrió la noticia de su llegada. como menesarco
era un importante y próspero comerciante y estaba feliz por

33
el nacimiento de su hijo, invitó a tales junto con su comi-
tiva a las fiestas que comenzaban en celebración, era un
gran honor contar con tal personaje en la isla y todo el
mundo tenía que ver con tan ilustre visitante.
corrió el vino y la música entonó un canto a las es-
trella y los peces a la brasa con frescas legumbres, fueron
de satisfacción para todos los comensales, y fue en un mo-
mento de silencio cuando tales dijo a los presentes: «el
olimpo está dichoso, por el nacimiento de este niño, viene
de la constelación de orión su más profundo ser y siento
que será luz para sus coterráneos, brindo por esta amabi-
lidad que me hacen al invitarme y siento que he conocido
a esta bella familia de menesarco desde siempre y que me
honra felicitar, puedo decir que aquí se siente el amor de
los dioses, elemento este fundamental y necesario para que
la sabiduría aflore y los seres humanos crezcan en armo-
nía y paz».
menesarco : «ilustre sabio tales, con tu fama llegas a
esta humilde isla y aquí tienes tu hogar, doy gracias a mi-
nerva diosa de la sabiduría y belleza por tenerte con nos-
otros, que la luz que irradia tu ser, ilumine de ahora en
adelante a este niño, cuyo nacimiento es para nosotros sus
padres la culminación del profundo amor que nos tenemos
el uno al otro; siempre fue mi mujer, comadrona de otros,
ahora le tocó a ella experimentar la dicha de dar en naci-
miento vida, es por eso que la mujer al ser madre, sabe cier-
tamente de su trascendencia como ser, pues durante 9 meses
gestan en su vientre a la nueva criatura y es allí que esta
nuestra carencia como hombres, por no ser partícipes sino
como observadores de tan grande acontecimiento. es por

34
.
ello por lo que seguimos buscando desesperadamente nues-
tro rumbo, como barca frágil en las olas de la tormenta que
es la vida; brindo por ti tales, por ser y estar aquí, que las
festividades sigan y que el vino y la música corran durante
toda la noche en pos del universo y de este firmamento
lleno de estrellas». .
ciertamente fueron estas causalidades, las que se van
a profundizar luego, en un reencuentro de un tales ya ca-
mino de su vejez y de un Pitágoras recién saliendo de la pu-
bertad. el fuego verdadero que se va apagando siempre
encontrará mecha en quien deja como relevo, para que así
la antorcha siempre alumbre el sendero. .
Pitágoras creció en esta isla, llena de gente sencilla,
de pescadores y comerciantes que traían de tierra firme las
pocas cosas necesarias que faltaban y que hacían la vida
apacible y modesta. conoció así cómo la barca flota por ser
menos densa que el agua, lo que permite al hombre su sus-
.
tento en la pesca; vio así como el pez muere jadeando
cuando sale de su medio y se enfrentó por primera vez con
la muerte, sobre la que tanto meditaría toda su vida. Había
un músico de talento natural que le enseñó a tocar el arpa
y fue allí por primera vez cuando Pitágoras conoció dentro
de sí la vibración que luego lo llevaría al número.
a la edad de siete años, experimentó un cambió que lo .
conduciría a amar para siempre lo numérico y lo af ín; ca-
minaba por la playa y el sonido del agua en las piedras can-
taba al horizonte, como aquel recuerdo de las olas en el
vientre de su madre, cuando otro niño se le acercó. era arse-
nio, su primer gran amigo que lo acompañaría siempre hasta
.
su muerte. Hasta ese momento, Pitágoras había estado siem-

35
pre solo, era tímido e introspectivo, le costaba relacionarse
con otros, siempre jugaba consigo, buscando entender todo
aquello que le rodeaba.
—¡Hola! —dijo arsenio—, así de simple fue su pre-
sentación, quiero ser tu amigo.
—¿amigo? ¿Qué significa esto? —contestó Pitágoras.
—mi mamá, dice, que es como si yo tuviera un her-
manito nuevo, con quien puedo jugar y cantar y correr y ha-
blar —le contestó arsenio.
¿Hermanito?, no entendía, pues, su madre había que-
dado muy frágil después del parto y menesarco nunca más
quiso engendrar otro niño por peligro a la salud de su amada.
Pero lo que si entendió y allí estuvo el cambio, es que otro ser
le tendía su mano, ya podía salir de su escondite interior y
preguntar o, al menos intercambiar experiencias, las que de
ahí en adelante se harían cada día más fértiles, pues la razón
crecía dentro de él en forma exponencial y su comprensión
del mundo se acentuaba en sus intercambios con arsenio,
y que de ahora en adelante serían frecuentes.
sus padres, contentos con el cambio de Pitágoras,
motivaron la relación con arsenio, no se habían percatado,
que su reserva era diferente frente a los otros que frente a
su amigo. Los niños genios son siempre así de reservados.
a veces, los llevamos a que otros los estudien, pero hay que
tener en cuenta que vienen desde lejos para enseñarnos que
la verdad está dentro de uno, por eso están ensimismados.
La relación con arsenio se fue afianzando día a día.
tres meses era la diferencia de edad entre ellos, por lo que
la experiencia mutua era parecida, aunque complementa-
ria, era para Pitágoras, como si una puerta que se les hu-

36
biera abierto al mundo exterior. este comenzó a relacio-
narse con la naturaleza, con el todo que lo rodeaba, con la
creación a su alrededor; se dio cuenta de que era un ser so-
cial y a medida que aumentaba en edad y conocimiento de
sí mismo, empezó a realizar las respuestas a muchas de sus
preguntas en su fértil mente. Pitágoras empezaba así, con
arsenio, a formar su escuela.

37
.
Pubertad deL maestro
Y concreción de La reLación con taLes

Pitágoras, como todo ser humano, entró después de


los siete años en un despertar de la conciencia, hecho que
progresivamente se tradujo en grandes ansias de salir de la
isla y curiosear para conocer el mundo.
en esa época de muy baja polución y de poca ilumi-
nación nocturna, las noches estrelladas cubrían cual
manto de hadas la isla de samos. Pitágoras pensaba en lo
pequeño que somos y cuán grande es el cosmos que nos
envuelve. era como si su mente se remontara a aquel rin-
cón del universo de donde él había partido y una nostal -
gia lo embargaba cada vez que miraba hacia el cielo.
arsenio lo acompañaba a veces en sus rondas nocturnas y Pi-
tágoras disertaba sobre la grandeza de aquello que or-
questaba y administraba tantos puntos de luz en la bóveda .
nocturna.

39
a la edad de diez años, casi once, arsenio lo llevó por
primera vez a ver una mujer desnuda. Llamó a Pitágoras muy
alterado y le dijo que en una choza del pueblo había algo que
le interesaría. La madre de Pitágoras había muerto un año
antes y como había sido siempre una mujer muy recatada y
de mucho pudor, Pitágoras desconocía realmente lo que es-
taba bajo el ropaje de una mujer, pero la forma de los senos
femeninos y las curvas de la cintura y trasero, siempre le ha-
bían llamado la atención.
Helena era una muchacha de catorce años, de largos
rulos rubios y de precioso cuerpo, recién esculpido por esa
edad del despertar de la mujer. arsenio de once años ya era
un pícaro prematuro al cual las hormonas le habían empe-
zado a sembrar pelo púbico y axilar. este cambio en arsenio
le había llamado la atención a su amigo, el cual todavía per-
manecía lampiño.
arsenio había logrado con esa labia que lo caracterizara
como gran promotor en la vida, que Helena se les desnudara
por siete peces y un litro de vino que le había robado a su
padre. Luego de convencer a Pitágoras de que en la choza algo
había que lo motivaría el resto de sus días, y con la sonrisa en
el entrecejo, caminaron por la playa hasta la choza abando-
nada donde Helena esperaba tras una cortina.
Pitágoras que era un curioso empedernido y después de
haber admirado su amada bóveda celeste, pues ya era de
noche, preguntaba reiterativamente a arsenio ¿de qué se tra-
taba el asunto? Y éste lo que hacía era reírse internamente con-
templando en su imaginación la cara que pondría su amigo.
Llegaron a la puerta de la choza, y había tres velas
prendidas en un estar algo polvoriento y que se veían por

40
.

una ventana rota. entraron y Pitágoras no imaginaba lo que


pronto tendría ante sus ojos; tras una cortina y bajo la dulce
brisa que la movió al abrir la puerta y entrar, se veía el con-
torno de una silueta femenina. Pitágoras se ruborizó y se le
pararon todos los pelitos de la piel, cuando se dio cuenta de
que una figura esculturalmente bella y desnuda emergía de
atrás de la cortina.
Los pechos recién conformados y levantados cual dos
medialunas celestes, lo apuntaron amenazantes con los pe-
zones más destacados y rojitos, formando con la tenue luz de
las tres velas, un nuevo cielo para Pitágoras.
el pelo púbico dorado de aquella minerva celestial, su
cintura contorneada y aquellas nalgas perfectas que se des-
tacaban cuando esta niña se movió para mostrarse, com-
pletaban la galaxia que en tenue luz lo envolvería para
siempre.
en ese momento de profundo despegar sexual, las
hormonas se despertaron en Pitágoras y pronto sus axilas y
pubis empezarían a poblarse de pocos pelos como los de
arsenio. entraba así en la pubertad, con la contemplación
de lo más bello que ha creado el universo, aquello que com-
plementa al hombre y permite con su vientre preparado por
los jardineros de los espacios de la creación, «la reproduc-
ción de la especie».
esa noche, Pitágoras no durmió, su mente no podía
apartarse en su imaginación de la bella Helena; cuan agrade-
cido estaba con arsenio. este, por otro lado, rió toda la
noche, pues sabía que su amigo en el fondo era un ser hu-
mano y que el morbo es la fuerza creativa que mueve el .
mundo si sabemos controlarla.

41

.
a los catorce años, ya Pitágoras se había desarrollado,
otro ciclo de siete años había pasado por su vida y siete años
hacía que conocía a su ahora entrañable y compañero de vida
arsenio, pero seguían en samos y ya era hora de deshacer
encuentros y salir a buscar mundo. Pitágoras se había dado
cuenta de que cada siete años el hombre evoluciona y que era
el momento de moverse de sitio.
menesarco había envejecido y con la muerte de su
esposa había perdido las ganas de vivir, Pitágoras era su com-
pañero y poco a poco y gracias a la inteligencia de su hijo
había desarrollado su negocio. ese fue el momento de co-
nocer las fuentes de suministro en el continente con miras
a diversificar el comercio con la isla. en estas circunstan-
cias viajó a miletos, invitando a arsenio como compañe-
ro de viaje. aunque eran muy jóvenes —Pitágo ras con
algo más de catorce y arsenio que había cumplido ya los
quince— comenzaron a trabajar y a asumir responsa -
bilidades muy pronto, de acuerdo a la costumbre de la
época.
así pues arsenio y Pitágoras llegan a mileto cuando el
maestro tales contaba con unos sesenta y ocho años y ana-
ximandro y anaxímenes discípulos ambos de tales eran ya
también renombrados en el mundo del saber. mileto, además
de metrópolis comercial era el centro cultural e intelectual
de la antigua grecia.
de una isla donde lo más grande que le había pasado a
Pitágoras era haber conocido a Helena, con quien había per-
dido su virginidad un par de años después que la viera des-
nuda por primera vez, lo que lo volvió adicto al sexo por lo
poco que acontecía en samos, encontraría en mileto el com-

42
.

plemento cultural y espiritual que le permitiría elevar sus vir-


tudes y controlar sus pasiones.
Pitágoras se había preguntado qué era esa extraña ex-
plosión que ocurre con el orgasmo, que lo llevaba a un pro-
fundo y placentero éxtasis y a la pérdida de la noción del
tiempo. más adelante, con el fin de dar una respuesta satis-
factoria a esta pregunta, frecuenta los prostíbulos de mileto
con mujeres de más experiencia y edad en las que encuentra .
variaciones de ese goce, pero, que al final le dejan un gran
vacío.
conoce a los amigos comerciantes que suplían a su
padre de vino y otras especies, conoce con ellos el efecto del
alcohol y del dolor de cabeza que frecuentemente da al día
siguiente de un gran consumo del mismo, así como el efecto
que la gula generaría en su pobre estómago cuando se exce-
día en comer nuevos platos, que lo volvieron a él y al pícaro
e insaciable arsenio como locos diarreicos.
Por esta razón tuvieron que visitar a un médico de la
escuela de tales, para poder contener el horrible desastre es-
tomacal que habían adquirido, pues se iban a deshidratar per-
diendo el agua tan necesaria para la vida.
ermógenes era el nombre del médico quien les explica
que el ser humano está compuesto fundamentalmente de
agua y que la deshidratación o pérdida de esta, conlleva a la
muerte, por eso los cadáveres se secan.
también les explica que el aire es la sustancia funda-
mental que subyace como generador de vida en el ser hu-
mano, por ello al momento de la muerte expiramos «el
último aliento» y les enseña que la respiración se acelera
cuando el corazón que bombea el agua del cuerpo está en

43
nervio, por eso es muy peligrosa la diarrea, pues acelera la
respiración y al corazón, que con una pérdida de agua, puede
causar la falla del mismo por falta de líquido que bombear. La
solución es dejar reposar el estómago, tomar mucho líquido
con sales y respirar aromas de plantas medicinales secas que
ermógenes les suministró y que calman y entonan el ritmo
corporal; este era discípulo de tales.
Frente a tanta erudición, Pitágoras pidió encarecida-
mente al doctor que él quería conocer la escuela de tales y si
fuese posible le presentara al maestro cuando se hubiera re-
cuperado, lo cual fue pactado y acordado para dentro de una
semana de reposo y convalecencia.
arsenio, inquieto como siempre había sido, no se ha-
llaba en la cama, pero Pitágoras lo regañaba constante-
mente porque estaba alterando su sanación parándose y
amenazando con salir. cuando logró calmarlo, estos se die-
ron cuenta en el proceso de la ingesta de las medicinas re-
cetadas, que al calmar su respiración y entrar en nuevo
ritmo, su nivel de conciencia aumentaba y lograban ver todo
más claro. algo había de relación entre el ritmo respirato-
rio, la paz interna y la salud, que quedaría para siempre en
la mente del maestro.
Ya recuperados y bajo la promesa de ermógenes, fue-
ron conducidos a la escuela de tales. el sabio y sus discípu-
los formaban un anillo donde la jerarquía solo estaba en el
verbo y en la barba ya blanca del fundador, pues todos se
sentaban al mismo nivel y en círculo. Pitágoras sintió esa ex-
traña sensación de quien conoce al que nunca ha visto y lo
mismo sucedió con tales, pues normalmente esto sucede en
forma biunívoca.

44
—Joven, ¿de dónde vienes? —preguntó tales.
—Yo vengo de una isla llamada samos entre esta pe-
nínsula y la otra —contestó Pitágoras.
—recuerdo hace como unos catorce años que, reco-
rriendo el egeo, llegué a esa isla que mencionas y un indus-
trioso hombre llamado menesarco que acababa de tener un
hijo me invitó a celebrarlo, y cuya criatura sentí sería un gran
hombre —dijo tales.
—ese es mi padre y yo soy ese hijo —dijo Pitágoras.
—¡Vaya vueltas que da la rueda de la vida! —comentó
tales, asombrado por la causalidad y los dos entraron en pro-
funda empatía desde ese momento.
Fue así como comenzarían a reunirse con gran fre-
cuencia Pitágoras y tales, en una relación que llegaría a ser
casi de padre a hijo y que abriría en Pitágoras la tripa del .
saber, todo esto sucedería mientras arsenio se adentraba
en la lujuria y la gula, ahora que había llega a la gran ciudad
y conocido los remedios para los males del estómago.

45
.
eL maestro conoce, a traVés de taLes,
La Fuente de La insPiración
en eL antiguo egiPto

Pitágoras y tales se reunían tres veces por semana


desde el mediodía hasta la medianoche, tiempo que transcu-
rría en el «no tiemPo». sucedía como si todo lo almacenado
en el cerebro de tales se copiara paulatinamente en la mente
f ísica del muchacho, el cual asimilaba en afecto y respeto,
cada palabra y planteamiento del maestro, en un estado tal de
alerta, que las doce horas de comunicación pasaban des-
apercibidas para ambos. tales había comprendido que este
sería su más querido discípulo y trataba de transmitirle toda
su ciencia y sabiduría.
¡muchacho!, el mundo que apreciamos a través de los
sentidos, es sólo una apariencia; detrás de las formas perci-
bidas, están las verdaderas esencias que las constituyen; así
como detrás del cuerpo sólido está el agua. Yo adquirí en el
gran río (el nilo), un gran conocimiento; nada más y nada

47
menos que el legado del gran Hermes a quien en egipto lla-
man ot, y quiero que vayas allá con la recomendación que
te daré y al sitio que te indicaré, para que seas también ini-
ciado en aquellos misterios que transformaran tu vida del sin
sentido, en la comprensión de todas las respuestas, que te ob-
sesionan desde niño.
intrigado Pitágoras por esa invitación que llegaba des-
pués de un mes de profundos intercambios de preguntas y
respuestas, preguntaría a tales: «¿maestro y que más puedo
ver yo y conocer que ud. no sepa transmitirme? ¿es que
acaso hay alguien más sabio allá en esa tierra del nilo?».
—¡Hijo mío! —respondió tales—: La sabiduría está en
sabernos eternos aprendices, en bajar la cabeza y compren-
der que todo ser humano tiene algo que enseñarnos, hasta el
más vil está allí por algún propósito y todos sin excepción
fuimos creados a imagen y semejanza de los dioses, por lo
que estamos interconectados en esa divinidad que somos y
nos debemos respeto mutuo. en egipto vas a tener una ex-
periencia que te cambiará la sintonía de tu conciencia, a eso
se le llama iniciación en los misterios, se trata de develar tus
sentidos internos, para que puedas entrar en tu mundo inte-
rior y destapar lo que allí está latente.
—¿Y cómo hago? —preguntaría Pitágoras, algo teme-
roso de eso que el maestro había llamado misterios.
—no tienes que hacer nada y menos temer —dijo
tales, quien vio en el rostro del muchacho aquella curiosi-
dad que oculta el miedo—, solo contactarás a las personas
que yo te diré en los sitios donde ellos frecuentan y le darás
la carta de presentación que yo te daré oportunamente; ellos
son custodios del Libro de los muertos, en donde está todo

48
.

.
sobre el más allá y además conocen a la perfección los ritos
necesarios, para que tu ser se active en conciencia y pasarás
por una experiencia que transformará tu vida. egipto es un
tesoro escondido, no solo por sus grandes monumentos,
templos y tumbas que se nos presentan como grandes pirá-
mides y edificios o estan dentro de cuevas, sino por todo el
conocimiento ancestral que viene de culturas anteriores y
que existieron en la tierra antes del gran diluvio.
.
—¿gran diluvio? —preguntó Pitágoras.
tales, contestó lo siguiente:
—allí me explicaron que la tierra es una esfera que gira
con el sol (rha), alrededor de la estrella alción de las Pléya- .
des, por eso la gran Pirámide de Keops representa aquí en la
tierra a esa estrella y si superpones las otras dos pirámides
contiguas de Kefrén y mikerinos, verás que se alinean con el
cinturón de orión, las tres estrellas Pleyadinas de donde sa-
limos originalmente incluyendo a alción. este giro ocurre
cada 26.000 años solares aproximadamente y hacia la mitad
de este recorrido, la historia no registrada sino por estas es-
cuelas Herméticas donde te iniciarás (nombre que se les da
en honor de Hermes trismegistos el tres veces grande), dicen
que ocurren grandes cambios que alteran la corteza terrestre
y del cielo cae mucha lluvia para entonarla, así como el baño
lo hace con nosotros los humanos cuando estamos tristes y
en pesadumbre. es la forma que la tierra evoluciona y nos-
otros con ella. salimos de rha y a rha volveremos algún día.
Y así fue que Pitágoras, totalmente anonadado por esta
nueva información sobre el cosmos, entendió la importan-
cia de la astronomía, ciencia que cultivaría en su escuela
posteriormente y que aprendería a amar en ese viaje a egipto

49
y que ya estaba decidido por los dioses del olimpo, y el cual
tales había impuesto en la mente de aquel muchacho, que de
ahora en adelante no descansaría hasta lograrlo.
sólo restaba por rescatar a arsenio que sería su com-
pañero de viaje para darse apoyo, quien se había entregado a
la lujuria y la gula, y se la pasaba de bar en bar, de prostíbulo
en prostíbulo y con dolores de estómago, de cabeza por el
vino y diarrea permanente por los excesos de comida.
a veces el ser humano pasa por el dif ícil y atractivo ca-
mino de los vicios, para ascender en conciencia; la mayoría
de las veces este sucumbe a sus pasiones e instintos y no se
da cuenta que al vencerlos afianzando la voluntad, es que en-
cuentra la verdadera libertad, base única de la felicidad aquí
en la tierra. el que es esclavo de sus bajos instintos y pasio-
nes, no puede conocer el verdadero sentido de la vida y esta
esclavitud lo lleva casi siempre a la enfermedad y a la muerte
mental «primero» y luego a la f ísica.
así pues, Pitágoras no descansaría, de ahora en ade-
lante, hasta rescatar a arsenio, no sin antes echarse sus es-
capaditas y compartir con este algunos momentos de farra y
derrape y rememorar en los prostíbulos el recuerdo de aque-
lla Helena, cual fuera su primer amor de vida. serían unos
seis meses adicionales a los ya transcurridos en la gran mile-
tos, para pescar al amigo, sacarlo del hueco y convencerlo de
ir a egipto.
solo se logra sacar a una persona adicta a los vicios, si
se le acompaña y poco a poco se le demuestra, que aquello a
lo que esta entregado, solo genera vacío en el alma y des-
trucción en el cuerpo.

50
.

Pitágoras Y arsenio
se Van aL antiguo egiPto

Ya hacia un año que Pitágoras y arsenio habían salido


de samos, y Pitágoras estaba a punto de cumplir los dieci-
séis, habían vivido cada cual su experiencia aleccionadora,
pero el desorden de arsenio no podía continuar, no sólo por-
que estaba mellando su salud, sino porque las finanzas y el
control que Pitágoras llevaba sobre ellas, no podían sopor-
tar la lujuria y gula del sujeto sin mermarse.
en mileto habían conocido las fuentes de suministro del
negocio de menesarco y Pitágoras, con su ingenio numérico
que ya despertaba y también con la simpatía y el carácter de
buen vendedor de arsenio, habían logrado hacer varios ne-
gocios de comercio importantes, que les dejaban una pe-
queña fortuna, con la cual harían sus viajes. Pitágoras no
estaba dispuesto a despilfarrar estos ingresos por la vida de
vicio de su amigo y bajo amenaza de abandonarlo, lo conminó

51
a que emprendiera el camino de las virtudes, no sin darle
mucho afecto y apoyo, pues las dos fuerzas deben actuar para
llevar al vicioso por el camino del justo.
un viaje y la ilusión de encontrar algo nuevo, entusiasmó
a arsenio y prometió enmendarse, Pitágoras por supuesto lle-
vaba la carta y las coordenadas que le había dado tales, y se
despidieron con mucho afecto mutuo, recibiendo de este, las
últimas instrucciones verbales y recomendaciones para el viaje.
tales envejecía en cuerpo, pero crecía en sabiduría y des-
pués de aquel adiós fraterno y último, los dos amigos se fueron
al muelle, donde contrataron dos puestos en un barco que hacía
comercio con egipto, y en donde se embarcarían; pero antes
de partir, Pitágoras escribió una bellísima carta a su padre, agra-
deciéndole la oportunidad del viaje a mileto y anunciando
y explicándole someramente el propósito de su viaje a egipto,
carta que puso en otra embarcación con destino a samos.
el viaje duró siete días porque tenían viento a favor, y una
vez más este número, preferido del maestro, estaba presente en
su vida, en los momentos de cambios importantes. cuando se
aproximaban al delta del nilo, Pitágoras pudo ver cómo los se-
dimentos del gran río teñían de un tono rojizo el mar y cómo
la abundancia de aves describían con sus vuelos la cercanía de
la tierra. estaban muy emocionados. Llegaban al borde de lo
que había sido un gran imperio alrededor del 555 a. c.
como sabemos, egipto fue lo que fue por el nilo, pues
el resto es desierto. año tras año, las inundaciones en tiem-
pos de crecida, aliviaban sobre el terreno los sedimentos ne-
cesarios para que esta nación fuera el gran granero del
mundo antiguo. el nilo recorre de sur a norte el país y como
los egipcios sabían que la vida se debe al sol, pusieron todo

52
lo que fueron sus templos y ciudades en el este, que es por
donde sale el astro rey, y sus monumentos funerarios y pirá-
mides en la margen oeste del rio que es por donde el astro
que nos ilumina se pone, uniendo así el día con la vida y la
noche con la muerte.
Los dos grandes imperios, el del norte, cuya capital era .
memfis y el del sur, cuya capital era tebas, donde se en-
cuentran los grandes templos de Luxor y Karnak, estaban in-
terconectados por el río y un sinnúmero de ciudades llenas de
templos y de monumentos funerarios en cada lado del rio se
desarrollaron a sus márgenes, siguiendo el orden del día y la
vida al este y lo funerario con la muerte y la noche al oeste.
Los egipcios sabían que la muerte no es más que una transi-
ción hacía las otras vidas, pues el sol fuente de la vida misma,
les demostraba todos los días su muerte al ponerse y su re-
torno a la vida con el nuevo amanecer.
una de esas ciudades era abydos, que fue de mucha im-
portancia desde el comienzo del antiguo egipto por ser cen-
tro de peregrinaje y un sitio de profundo culto a osiris, esposo
de isis, quien fuera descuartizado por el hermano celoso y re-
partidos sus restos en el nilo. este se recompone a sí mismo
y resucita en orus el iniciado, formando así la trinidad «isis,
osiris, orus» (padre, madre, hijo resucitado e iniciado); en
esta ciudad se concentró en el pasado la influencia del Faraón
akenathon (originalmente llamado amenophis iV), quien fijó
su capital más al norte en otra ciudad llamada tel el-amarna
y que prácticamente estaba destruida.
este faraón intentó hacer una revolución hacía el dios
único «athon», representado por la esfera solar y creó una
escuela iniciática que se mantuvo oculta desde entonces,

53
cuando la revolución sucumbió después de su muerte con el
asesinato de su joven nieto tutankhamon, a quien trataron
los sacerdotes de amón de controlar por su escasa experien-
cia y en razón de su poca edad.
sería en abydos donde esta escuela tuvo su refugio y
donde inicialmente se dirigirían Pitágoras y arsenio, con las
coordenadas dadas por tales y con la carta de presentación
que incluía las claves para el contacto en forma oculta.
cuando la embarcación, que entró por uno de los rau-
dales principales del delta, dejó a los dos amigos en el puerto
memfis, estos se sintieron maravillados con el movimiento
de la ciudad y las siluetas de las grandes pirámides en giza.
egipto todavía conservaba su esplendor a pesar de las tantas
invasiones que había sufrido.
arsenio estaba enardecido con la belleza de las mujeres
y las variaciones de colores y olores en las vestimentas, fra-
gancias y especies que revoloteaban en el aire a través de sus
aromas y se vendían en los mercados; y como este quería co-
nocer las tabernas y prostíbulos de memfis, y por no dejar a
un lado la experiencia, Pitágoras fue complaciente. esa noche
aquellos dos jóvenes se quedaron atónitos ante los bailes con
movimiento de cintura, cadera y ombligo, alargando la farra
durante tres días consecutivos. serían las fiestas a los de-
miurgos que todos tenemos por dentro, antes de comenzar el
período de purificación que les aguardaba en abydos, y antes
de entrar a las ocultas cámaras iniciáticas de egipto.
todavía en memfis, Pitágoras no había revelado el se-
creto del viaje a su amigo, y tampoco se imaginaba las aven-
turas que sufrirían para llegar a abydos y lograr contactar a
los maestros del culto a athon.

54
Pitágoras Y arsenio camino de abYdos
aL encuentro de Los contactos
oFrecidos Por taLes

después de aquellas tres noches de gloria mundana y


de experimentar como jóvenes la fuerza del morbo en aque-
lla región exótica, llena de mujeres delicadas y coquetas, con
aromas y maneras nuevas de hacer el amor, Pitágoras puso en
movimiento su real propósito y llamó al botón a arsenio
quien estaba reacio a partir. Prácticamente, tuvo que obli-
garle a abandonar menfis.
el orden en el imperio egipcio había sido afectado por
las constantes migraciones e invasiones que buscaban saciar
su ambición y sed en la prosperidad del egipto antiguo, tra-
yendo nuevas creencias y costumbres que fueron integrán-
dose en el día a día pragmático de la vida.
además, aquella revolución de athon, dios único
solar había sido depuesta por los detractores de lo nuevo y
verdadero, al triunfar los intereses en los grandes templos

55
y comunidades alrededor de Karnak y Luxor y ya que toda
religión controla mediante el miedo y la culpa, para someter
al hombre en vez de liberarlo, y buscan mantenerse con el fin
de perpetuarse en el poder, ello hizo escarmentar a los real-
mente iniciados, los cuales tuvieron que permanecer ocultos
desde entonces.
estas mismas creencias del antiguo egipto, triunfan-
tes sobre el culto iniciático a athon, se fueron adaptando a los
nuevos dioses quienes traídos por los invasores y migrantes
se integraban a los viejos ritos según la mejor conveniencia de
los sacerdotes, perseguidores estos últimos por todo aquello
que fuera en su contra.
estos dos factores anteriores del desorden y el control
religioso a conveniencia, habían convertido a egipto a la lle-
gada de estos dos jóvenes, en una nación en decadencia en
contraste con lo que fueron sus glorias pasadas. estaba poco
unificada, era dif ícil y frágil la interconectividad entre sus
ciudades, y los intereses mundanos hacían peligrar la seguri-
dad personal.
no les resultó nada fácil la ruta hasta abdydos por el
peligro de los ladrones y asaltantes de caminos y era funda-
mental para poder hacer los viajes, proteger la pequeña for-
tuna que cargaban. sólo la Providencia, la precaución y el
camino hacia la Luz de Pitágoras podrían enceguecer a los
ladrones; las buenas vibraciones rechazan a las malas decía el
maestro.
Pitágoras, con una conciencia muy despierta a los diez
y seis años, se dio cuenta de todo lo anterior y como nunca
comunicó a arsenio sobre los montos para las finanzas de
aquel viaje, pues confiaba poco en su discreción, decidió que

56
.
lo mejor era fletar una pequeña embarcación que los llevara
rio arriba hasta abydos y hacerse pasar por curiosos turistas
interesados en el culto de osiris y en algunos productos par-
ticulares de la zona como posibles comerciantes.
así conocieron al nubio omar, quien tenía una feluca,
o pequeño velero que había traído desde el sur y que, por una .
cantidad módica, los llevaría hasta abydos, no sin antes aler-
tarlos de los peligros en esa ciudad.
remontar desde menfis hasta abydos con la corriente
del río en contra les demoraría veinte y un días, es decir, tres
veces siete, el número preferido de Pitágoras ahora en su .
múltiplo con la trinidad.
cuando llegaron a abydos, Pitágoras empezó a expli-
car a arsenio de qué se trataba todo lo que el estaba bus-
cando en egipto y éste empezó a ser víctima de una
profunda preocupación y rechazo, pues sus niveles de con-
.
ciencia distaban de los del maestro y amigo, ya que su amor
por la lujuria y la gula, sobre todo después de las fiestas en
memfis, seguían avivando las entrañas y los genitales de
aquel joven alocado.
Pitágoras le prometió para tranquilizarlo nuevas fies-
tas al regreso a memfis como premio, pero le pidió total pru- .
dencia mientras encontraban lo que buscaban y
permanecieran en abydos, comenzando a partir de ese mo-
mento, la búsqueda de sinoé a quien estaba dirigida la carta
de tales. ¿cómo empezar?
Llegaron a una posada, donde pernoctarían y lo que .
más entusiasmó a arsenio era la joven y bella hija del dueño,
hombre de modales bruscos, por lo que Pitágoras alertó al
amigo pues lo conocía a fondo y le pidió mucha cordura.

57
.
Lamentablemente, esa noche arsenio intentó hacer de las
suyas y ya a la madrugada el posadero, lo corría por las calles
con un largo sable con la intención de cortarlo en dos partes,
pero como el idioma del dinero es universal, Pitágoras logró
sobornar al posadero para que desistiera. no les quedó más
remedio que buscar una nueva posada, pero esa noche ter-
minaron en una especie de parque acurrucados con sus per-
tenencias hasta la salida el sol y rogando a los dioses que no
los robaran. Pitágoras respiró, no sin el sentimiento de que-
rer matar a arsenio.
abydos era una ciudad pequeña y ya en el vecindario
corría el cuento de la seducción de la hija del posadero, de
modo que debían guardar un nivel de discreción, debiendo
esconderse, pero arsenio insistía acudir a los prostíbulos de
abydos para calmar sus instintos.. Pitágoras estaba que
echaba chispas de la rabia.
como todo es causal en la vida, fue aquella mujer, quien
sedujera a arsenio (por ser este un joven agraciado y extro-
vertido), la cual los llevaría a la casa de sinoé, ya que era su
sobrina.
en pleno coito, arsenio, preguntó: «¿cómo hacemos
para encontrar a un tal sinoé?». a lo que ella pregunto:
«¿sinoé, el sabio?».
«ese mismo», respondió arsenio, pues sabía que solo
los eruditos serían los amigos de tales.
después de la presentación, sinoé fue confirmado por
Pitágoras como el amigo de tales. era un hombre de unos
sesenta y cinco años, de contextura flaca y fuerte porque se
veía que ejercitaba el cuerpo y tenía curtida su piel por el sol.
al recibir la carta, dudó, pues faltaban las claves; pero en-

58
tonces Pitágoras recordó lo que tales le había dicho de que
la leyeran muy cercano a un fuego y así se lo pidió a sinoé,
apareciendo de inmediato la marca del disco solar cruzado
.
por el símbolo del infinito, lo que reconoció como veraz de
inmediato aquel ilustre lector.
un nuevo discípulo para ser entrenado en los misterios
ocultos de athon había aparecido, pero ¿qué hacían mien-
tras tanto con arsenio?
La respuesta no fue dif ícil, pues la sobrina aún joven y
aunque duplicando en años a arsenio, mantenía sus encan-
tos, y se había encariñado con este joven, por lo que estaba
dispuesta a darle muy buen cuidado mientras estuvieran en
abydos; Pitágoras aprovecharía esta circunstancia y dándole
la recomendaciones del caso a la mujer para que no lo dejara
solo ni un momento, se dispuso a proceder hacia su objetivo
con sinoé.
esta ayudaría a arsenio a encontrase consigo mismo, .
pues algunos importantes conocimientos tenía aprendidos
de sinoé y como sabía aquella joven, las mujeres son instru-
mentos para hacernos entrar en razón o volvernos locos.
se volvía a repetir lo de mileto, sinoé y Pitágoras en
grandes charlas y trabajos desde medio día hasta la media
noche y arsenio con la sobrina día y noche de quien recibi-
ría también mucha luz y conocimiento.

59
Pitágoras emPieZa su retiro esPirituaL
Y PuriFicación en abYdos, mientras
arsenio disFruta a La sobrina de sinoé

sinoé alertó a Pitágoras de que había que tener mucho


cuidado con lo que a continuación iba a suceder, tanto por la .
persecución que había por todos aquellos parajes, como por
el proceso mismo de purificación:
.
Querido Pitágoras: tales me ha pedido que te prepare
para tu iniciación en los misterios de athon, único dios y señor
de todo lo creado e increado. debo decirte ante todo, que el
universo es mental, todo proviene de la mente de athon y de
su palabra o verbo, tu mente es una mera traductora de esta
fuerza, cuyo sitio de morada está en tu corazón. todo vibra
según un ritmo y entre dos polos, está en ti ubicarte en el justo
medio y vibrar de acuerdo a las ondas finas de athon; para
ello hay que ayunar, hay que meditar y hay que deslastrarse
.
de las pasiones de la carne, yo te voy a enseñar todo esto.

61
.
Quiero decirte también que como es arriba es abajo, todo lo
que está en el cielo, está en ti también, el universo que vez en
las estrellas, está dentro de ti y hay Leyes de causa y efecto que
se cumplen en todos los planos, son esas Leyes las que el maes-
tro debe aprender, para así entrar en el mundo mágico de la sa-
biduría. Finalmente debo decirte que sé que te has preguntado
siempre ¿qué es el orgasmo?, pues además del placer que sien-
tes con este, ese sentir te transporta al mundo del no tiemPo,
te eleva; quiero decirte que es allí donde mora el poder creador
del fuego de athon, es en el despertar sexual y su continencia,
en donde está la fuerza de la generación y de la regeneración,
allí esta el poder para preservar la especie, pero también está el
poder de la conexión y la reconexión con la creación, allí está
la fuerza de la tierra y del cielo unificadas cuando logramos la
integración a través de lo que en el oriente llaman la fuerza del
Kundalini y sobre la que tendré que enseñarte también.

con estas palabras comenzaba así la enseñanza de los


siete Principios universales de la creación (el mentalismo, la
Vibración, el ritmo, la Polaridad, la correspondencia, la cau-
salidad y la generación), una vez más el siete llegaba a Pitá-
goras, ahora en lluvia de sabiduría; este había quedado muy
curioso e interesado sobre todo lo dicho por sinoé, pero eso
no era más que un primer paso, pues para realmente enten-
derlo todo, hay que interiorizarlo en uno, asimilándolo in-
trospectivamente a través de un trabajo operativo. es ese
trabajo operativo el que comenzaría ahora.
Paralelamente arsenio experimentaba el orgasmo con
la sobrina, lo que es una apertura hacia adentro cuando se
hace en amor y esta aprovechaba esos momentos para expli-

62
carle lo mismo, pero con ese suave y sutil toque femenino, era
un trabajo operativo también, al cual arsenio se entregaba
con pasión; entre otras cosas estaba aprendiendo que la mo-
nogamia tiene un por qué cuando el verdadero afecto aparece.
arsenio aprendió que el amor es una fuerza que cohe-
siona y une, es la vibración que hace que las cosas se acer-
quen unas a otras por afinidad y en el ardor de hacer el amor
se dio cuenta de la presencia del fuego; y cuando tuvo que
contenerse pues la muchacha estaba en su período mens-
trual, ella le enseñó entonces que en la abstinencia consciente
aparecía una fuerza de conexión entre el cielo y la tierra y
lo enseñó a respirar y tomar del aire, la fuerza del universo
y lo enseñó a la introspección a través de la meditación y la
música sagrada que tan bien entonaba con el arpa.
mientras arsenio ascendía en consciencia por la vía
amorosa, Pitágoras entraba en un régimen de abstinencia
total de los placeres de la carne. el ayuno y la abstinencia
sexual fueron requisito preliminar para las pruebas del ele-
mento tierra. un mes duraría el ayuno y abstinencia de Pitá-
goras, el cual sería llevado oculto y con mucha precaución
a una cámara en el desierto durante y del lado de la noche, es
decir al oeste del nilo.
Primero hay que adentrarse en el misterio de la muerte
para entender la vida, le reiteraba sinoé en sus charlas y como
este último estaba algo viejo, los acompañó también un ayu-
dante más joven a quien según la tradición lo llamaban «el
maestro terrible», pues en el ayuno y la abstinencia y en las
pruebas de la tierra, se pasa trabajo y aparecen los demiurgos
internos denegando acceso a los tan ansiados misterios e in-
vitándonos a abandonar la búsqueda.

63
Fue de noche que tomaron una barca para cruzar el rio
y muy sigilosamente para no ser descubiertos, llegaron a la
otra orilla, en donde por la orientación de las estrellas llega-
ron a un vallecito en donde había una piedra disimulada que
tras tocar un extraño mecanismo con una especie de palanca,
esta se abrió y dio entrada a una cámara.
cerraron la entrada y a la luz de una vela, pues en la cá-
mara había aire por agujeros conectores con el exterior, los que
habían sido construidos en la parte superior de la bóveda, pu-
dieron ver la secuencia de frescos en las paredes, sobre lo que
es el viaje de la muerte según la antigua y sagrada leyenda ex-
presada en el Libro de los muertos. anubis y ot guiaban la
barca que conducía el cadáver resucitado en el mundo de la
oscuridad del difunto, hasta en donde se encontraba el juez de
sus actos con una balanza, para pesar el conocimiento y sabi-
duría adquiridos en la vida y dictaminar el destino en el infra-
mundo o en el mundo superior según fuese el caso.
el maestro terrible le dijo, que uno acumula durante la
vida mediante acciones y actuaciones, que dan o restan valor
y son las que nos dan una determinada vibración al momento
de la muerte; esa vibración es medida en la balanza y según
su número, nos colocan en aquel estadio o franja vibratoria
correspondiente hasta una nueva encarnación; por ello para
saber que hacer durante la vida es tan importante entender la
muerte; hay una seria de estadios de muy mala vibración a
las que llaman el inframundo y otra de vibraciones mas finas
que correspondes al mundo superior.
Pitágoras que ya venía débil por el ayuno comenzado
veinte y un días antes, es decir tres semanas, estaba en una
especie de letargo consciente, lo que avivado por aquella pri-

64
mera experiencia cognoscitiva sobre el mas allá, le dio en-
tendimiento sobre lo que era la vibración y su relación con los
números, allí empezaba a entender que todo era vibración y
número, lo que sería la base de su gran enseñanza posterior
en sus escuelas.
siguieron hacia un túnel más estrecho, lleno con escri- .
tos del Libro de los muertos y finalmente llegaron a una re-
cámara en donde había un hueco en el piso y arena a su
alrededor; en un jeroglífico en la pared decía; has llegado al
centro de la tierra, es el momento de seguir o regresar, de ti
depende.
el maestro terrible enterraría a Pitágoras hasta el cue-
llo por una semana, es decir siete días, de nuevo aparecía
aquel número en su vida; y lo alimentaría una vez al día con
una especie de jugo concentrado con una extraña substancia
que lo avivaba, pero era amarga y nada agradable al paladar; .
cada vez que el maestro se la daba, le decía, recuerda siem-
pre que para estar alerta, debemos pasar por situaciones y
aceptar cosas que no necesariamente son gratas.
Frente a si había una piedra o cristal de gran tamaño de
un color azul verdoso y semitransparente a la luz de la vela;
el maestro le explicó que era un meteorito venido desde la
constelación de orión y desde donde todos ellos también ha-
bían venido (hoy en día se conoce como moldavita). ese cris-
tal le dijo, te ayudará a recordar, pues para conocerse así
mismo, uno tiene que bajar al centro de la tierra que es tu ser .
interno y recordar.
así fue que Pitágoras enterrado, en ese estado de supra-
consciencia a que lo llevó todo aquello, entendió en lo más
profundo de su su ser y vio dentro de sí a la creación y subió

65
a los niveles donde se dio cuenta que todo vibra con la uni-
dad, con el uno, con athon.
era como si el mundo a su alrededor se hubiera atomi-
zado y solo había partículas vibrando simultáneamente entre
sí, intercambiándose en el espacio del no tiemPo y sin nin-
guna diferencia, allí todo el universo era igual, era lo mismo,
estaba en el substrato subyacente del mundo no manifestado
a los sentidos.
ese proceso de purificación y autoconocimiento lo
había llevado al centro de su corazón y Pitágoras aprendió a
amar de una forma superior; amor que lo llevaría por siem-
pre a conectarse con la sabiduría a la que dedicaría el resto de
sus días.
Por otro lado, arsenio cada día se enamoraba más de la
sobrina, por lo que la muchacha aprovechó para acercarlo al
mundo interior del corazón y transmitirle que todo lo que
existe esta unido por la fuerza del amor, que es la que armo-
niza y embellece al mundo y que si su deseo era honesto y ali-
neado con su evolución, este deseo se cumpliría; luego le
mostró una piedra o cristal verde azuloso del meteorito simi-
lar con el que Pitágoras recordó cuando estaba enterrado y lo
puso en la frente de este, y finalmente le dijo que ya era hora
de enseriarse y de acompañar no solo f ísicamente a su amigo,
pues este necesitaba un apoyo con mucha fuerza espiritual a
su lado, por la importante misión que tendría y lo hizo ayunar
durante una semana, lo que se unió con su período menstrual
de abstinencia, todo ello justo antes del regreso de Pitágoras
del desierto y fue así que arsenio entro en conciencia de sí
mismo, y aunque al principio aceptó a regañadientes, al cabo
de siete días agradecido recordó quien era.

66
.

Pitágoras diaLoga con sinoé en abYdos


Junto a arsenio antes de Partir a tebas,
mientras este úLtimo comPLeta
su reLación con La sobrina

dos días después de su regreso a la casa de sinoé, Pitá-


goras cumplía los treinta días de ayuno y abstinencia. Para
su asombro, encontró en arsenio otro ser, no sabía si era por-
que se habían modificado en él todos los contenidos de la
vida, por su experiencia en el centro de la tierra o si era real- .
mente que aquel muchacho alocado, había decidido por algo
que todavía desconocía, enmendar su rumbo.
sinoé preparó una cena muy especial, en donde le dio
a los muchachos pan y vino y les comentó sobre el signifi-
cado de esto:
«cuando amenophis iV tuvo contacto con las ense-
ñanzas de melkisedeck de salem, este tuvo una iniciación si-
milar a la que tú Pitágoras acabas de tener y en algo parecido
al recordar de arsenio; no todas las vías del sendero hacia la .
Luz, son iguales. cuando amenophis iV terminó su proceso

67
que lo llevaría al culto a athon y a su cambio de nombre por
akenathon, decidió hacer esa recámara en donde estuviste y
en donde se guarda desde entonces ese importante cristal y
recibió al igual que hoy pan y vino para celebrar; el vino es la
sangre de la tierra y el pan representa la carne; sangre y carne
se unen en el cuerpo humano, para recibir al espíritu de
athon; esa fuerza creadora o fuego solar, es la que llevamos
en nuestro corazón desde el momento en que este termina
de formarse, y toma vida como órgano primigenio diferen-
ciado en el feto. es esa fuerza la que tenemos que revivir en
la vida para poder recordar nuestro origen y actuar libre-
mente según esas Leyes universales de las que te hablé; el
pan y el vino nos recuerdan la actuación del sol sobre los
bienes de la tierra y su origen divino».
sinoé, continuó durante tres semanas adicionales ex-
plicándole cosas a Pitágoras e incluyendo en la charlas alec-
cionadoras a arsenio, sobre el significado de la iniciación
que habrían de tener en la efinge y en la gran Pirámide de
Keops en giza, pero antes tendrían que ir a tebas y visitar
los grandes templos de Luxor y Karnak; allí recibirían la
información del agua y arsenio tendría que pasar antes por
la tierra en otro sitio parecido en el valle de los reyes.
Y les dijo:

el ser humano tiene un velo en los sentidos y parti-


cularmente en los ojos; pues nos movemos fundamental-
mente en una geometría lumínica, todo entra primeramente
por el sentido de la vista; cuando algo nos gusta, es cuando
nos acercamos y logramos palparlo y conocerlo con los
otros sentidos externos; así arsenio me entenderás muy

68
bien, que cuando mi sobrina que te dobla en edad se te .
acercó, lo primero que vistes, fue su contorno y bellas cur-
vas incluyendo sus estilizados senos, posiblemente después
sus pies o cara y su ondeante pelo; y como te gustó y se te
acercó, permitiste que su olor te envolviera y sus tonos y
bellas palabras te sedujeran; estabas experimentando ahí
una geometría sónica como la de los murciélagos, hasta
que su boca te besó y saboreaste su aliento vital, para que
tu piel se uniera con la de ella y sintieras su calor, para así
llegar a la geometría térmica como los cocodrilos sagrados
del nilo y la cobra aspid del desierto.
es este velo, lo que nos muestra un mundo cambiante a
nuestro alrededor y nos envuelve en sus engaños, luz, color,
sonido, olor, sabor y temperaturas y que tanto tu arsenio
a temprana edad haz codiciado y conocido; mi sobrina
tenía como misión separarte de la lujuria mostrándote el .
camino del amor y separarte de la gula, mostrándote el ca-
mino del ayuno que te llevó a ese recuerdo inolvidable para
ti, sobre tu origen y destino.
desde abydos en adelante, irán entrando primero en
tebas y luego en memfis, en el camino del no retorno del
iniciado; ese camino no es más que el camino de vuelta o
retorno a athon, regente y motor del universo y de donde
todos hemos salido y al cual debemos tarde o temprano
volver.
Han experimentado el hambre con el ayuno, pero fue
esta carencia lo que permitió subir su nivel de conciencia
para llevarlos a recordar. son las carencias las que entrenan
la voluntad en el ser humano, precisamente para apre-
ciarlas luego, cuando ellas desaparecen; estas siempre nos

69
dan lección y nos permiten si las aceptamos de buena
forma, aprender.
La iniciación verán que no es otra cosa que develar lo
oculto, a través de procesos que quedarán gravados en su
ser, en donde los elementos componentes de los cuerpos
se desdoblan en trabajos que irán experimentando en el ca-
mino hacia la Luz de athon.

dicho esto, sinoé le entregó una nueva carta para un


sacerdote en Karnak a quien llamarían el crestón, apodo
dado por el nivel de santidad en su corazón, es decir el nivel
de amor por athon que había logrado integrar en su ser; sería
un viejito de unos setenta años con barba y que encontrarían
en la cocina, quizás limpiando o botando la basura.
era la noche antes de partir y aunque arsenio estaba
en cierta forma contento de proseguir en el camino recién
iniciado junto con Pitágoras, tenía que despedirse de ese
bello ser a quien había amado intensamente y a través del
cual había ascendido en conciencia y al que llamaría de
ahora en adelante anubia en honor a anubis.
—anubia —le dice arsenio—, dime tú mi amor, ¿por
qué todo lo bueno termina y por qué debemos separarnos,
acaso no puedes acompañarnos?. a lo que ella respondió:
—mi querido arsenio, te duplico en edad y aunque
todavía soy joven, llegará el día en que mis carnes perderán
su atractivo y mis olores y sabores no serán de tu agrado y
esto será mucho antes de lo que te imaginas; todo lo bueno
en la vida dentro de ese orden es pasajero, quiero así que
recuerdes mi juventud y belleza y por sobre todo mis ense-
ñanzas sobre el amor; eso es lo único que te llevarás en la

70
barca de la muerte cuando hayamos partido de esta ef ímera
vida; sabía que llegaría este día de la despedida y aunque mi
dolor de corazón es grande, se que te he ayudado en el ca-
mino de salvación y que de ahora emprenderás junto a Pi-
tágoras; recuerda por siempre mi cariño el cual podrás traer
de inmediato con tu imaginación, hurgando en el archivo
de tus recuerdos, y toma esta cinta rosada que te acordará
siempre la unión de la luz blanca que somos en espíritu .
puro, con tu sangre roja que oxigena y da vida a tu cuerpo,
lo que sella el pacto que hice con mi tío, para devolverte en
el sendero de athon.
anubia y arsenio, con lágrimas ambos en los ojos se
despidieron en el puerto, en donde en una nueva feluca río
arriba, a los dos jóvenes amigos, le tomaría otros veintiún
días en llegar a tebas.

71
Pitágoras Y arsenio LLegan a tebas,
caPitaL deL baJo egiPto Y ciudad
de temPLos Y tumbas

navegar por el nilo, viendo las poblaciones aledañas


y las siembras es un placer y más en otoño en donde no hace
tanto calor, la bóveda celeste llena de estrellas le recuerda
a Pitágoras a su isla nativa de samos.
aprovecha Pitágoras para intercambiar algunas ideas
con arsenio durante el viaje:
—¿Que te ha sucedido que te noto cambiado? .
—amigo Pitágoras, tú siempre has tenido esa cualidad
de saber que me sucede, desde que nos conocimos a los siete
años, sabes mi pasión por las cosas externas de este mundo,
lo que me llevó a mis vicios y al disfrute de lo superfluo; por
primera vez con anubia, he conocido el amor verdadero, lo
que me llevó hacia adentro. Hay un mundo inexplorado den-
tro de mi ser, con el cual tomé contacto por primera vez du-
rante mi ayuno y abstinencia y pude recordar cuando anubia

73
me puso la piedra verdosa entre mis ojos hacia la frente; pude
ver que en mi interior está la creación y el universo entero,
así como esa bóveda celeste que tu amas, y se me presentó el
cielo reclamándome como parte del mismo y sentí una pro-
funda paz y conexión con toda la naturaleza.
—eso amigo arsenio, es precisamente lo que buscare-
mos con nuestra iniciación, obtener un salto de conciencia
que nos permita estar alerta a todo lo que nos pasa por en-
frente y poder discernir que nos conviene y que no; estar
alerta siempre a nuestras voces internas y lograr la conexión
con el cosmos. ese cristal verdoso, es un meteorito que viene
según la tradición de la constelación de orión, los cristales
guardan información que podemos descifrar y en este caso,
al ponerte la piedra en lo que llaman el tercer ojo, pudiste re-
cordar y te activó el subconsciente en donde está toda nues-
tra memoria genética.
al cabo de veintiún días, se avisoró la ciudad de tebas
con sus dos obeliscos en Luxor y las grandes columnas del
templo de Karnak; del lado oeste del rio, las montañas en
forma de pirámides indicaban el valle de los reyes y las tum-
bas funerarias de los grande faraones del antiguo egipto.
el templo de Karnak era el centro religioso y en él par-
ticipaba una comunidad de más de ciento veinte mil perso-
nas que estaban asociadas a este, tiene un lago artificial a su
lado, que permite una reserva de agua para el consumo; sería
en este lago en donde se celebraría la prueba del agua. el pro-
blema ahora era encontrar a crestón y darle la carta de sinoé,
sin levantar mucho polvo y pasar desapercibidos.
La ciudad de tebas con sus templos y movimiento de
devotos religiosos, podía abrigar hasta más de quinientas

74
.
mil personas en un momento determinado, para el mo-
mento de la llegada de estos, habría unas trescientas mil,
y de todas formas era mucho el movimiento en calles y mer-
cados, sin embargo a pesar de las bellas mujeres que se
veían transitar, arsenio tuvo un comportamiento mucho .
más recatado y serio de cuando llegaron a memfis; se ve
que anubia había calado en su corazón y lo había hecho
madurar.
se dieron pues a la tarea de buscar a crestón; lo pri-
mero fue ver ¿cómo podrían entrar en la zona de soporte
y apoyo del templo de Karnak?, pues crestón siempre se la
pasaba por esos lares según sinoé y particularmente en la .
cocina. no era fácil pues esa zona estaba reservada y custo-
diada, así que tuvieron que disfrazarse de suplidores de
legumbres, las cuales habían comprado en el mercado para
ese propósito.
el templo de Karnak con sus grandes columnas era im-
ponente, nunca habían visto nada igual, y luego de varias es-
.
curridizas maniobras, finalmente llegaron a los predios de
crestón utilizando la chispa de arsenio. además cuando algo
está escrito en las piedras de la luna decía este último, tarde
o temprano se logra, y ciertamente estaba escrito que ellos
encontrarían lo buscado.
encontraron al humilde sacerdote, haciendo pan de
pita en el típico horno de leña de la zona, que era una espe-
cie de pequeña choza de barro cocido con una abertura fron-
tal a manera de entrada en una cueva y abajo estaba la leña en
otro compartimiento, la cual prendida y por radiación a tra-
vés de una separación metálica permitía, que la bóveda su-
perior actuara como horno.

75
crestón los condujo a que dejaran las legumbres en un
almacén contiguo, en donde pudieron hablar y le entregaron
la carta de sinoé; este personaje a pesar de su humilde ropa
y avanzada edad, inspiraba un gran respeto por su larga barba
blanca y su profunda mirada, y además lucía muy fuerte y sa-
ludable; dicen que los ojos son el espejo del alma y que la
práctica de las virtudes conserva el cuerpo sano.
una vez más a las tantas, crestón les dijo que había
ciertos peligros, pero que los superarían y que mientras el
planificaba todo, debían ayunar y practicar de nuevo la abs-
tinencia sexual por siete días, al final de los cuales durante
la noche se encontrarían en un punto, que él les haría saber
con un mensajero y les recomendó una posada amiga en
donde pernoctar.
así fue que Pitágoras y arsenio se dieron a la tarea de
prepararse para esta nueva experiencia y aprovecharon esa
semana para conocer la ciudad calmadamente, pues cuando
se ayuna no se debe trajinar mucho.
Visitaron también el valle de los reyes en la otra mar-
gen del nilo, en donde pudieron apreciar el culto a los muer-
tos con los grandes monumentos, como el maravilloso
templo de Hatchesput, la única faraona del antiguo egipto
y los colosos de memmon que se veían desde la orilla, anun-
ciando la entrada al templo de amenophis iii, padre de
akhenathon; estos colosos tenían la particularidad de pro-
ducir un silbido con él viento y debían su nombre a los grie-
gos en honor al héroe de la guerra de troya.
La leyenda dice que el sonido (el verbo) fue primero y
luego vino lo demás, el silbido indicaba que los muertos ha-
blan a través del viento, sobretodos aquellos que no han po-

76
dido descansar porque están pegados a la tierra; es por esto
que debemos deslastrarnos de nuestros apegos, para ascen-
der a los planos superiores de los dioses a la muerte del
cuerpo, o si no el castigo es quedar errantes por el mundo
sin rumbo; «ese es el verdadero infierno».
Por la Ley de causalidad, todo en la vida se paga y
todo se compensa; a veces perdemos algo que deseamos en-
contrar y lo buscamos desaforadamente y nada; de repente
se nos pierde otra cosa y aquello que buscábamos aparece y
no nos damos cuenta que todo tiene un propósito, incluso
aquello que nos luce como negativo, nos traerá algo posi-
tivo al final.
Por otra parte, solo tenemos aquello que deseamos,
y somos libres de tenerlo y si no lo conseguimos, ello no
nos debe crear frustraciones al no poseerlo, es por ello que
practicar el desapego es fundamental para trascender el .
mundo; llegamos desnudos y desnudos nos iremos, hay que
andar ligero de equipaje.

77
.

Pitágoras Y arsenio Pasan en KarnaK


Por La Prueba deL agua

al séptimo día, y durante la tarde del mismo, recibieron


la visita de un joven que les dijo lo vendría a buscar luego a
.
eso de las siete p.m., tal como les había dicho crestón.
a las siete p. m. estaban listos y el joven fue puntual
y partieron hacia Karnak dando vueltas en zigzag por si al-
guien los seguía, pero antes entraron en una casa muy hu-
milde, que resultó ser la de crestón; allí se quemaba el
incienso en una sala reservada, cuando este le ofreció una
agradable bebida y los invitó a sentarse; el joven desapareció, .
luego se sabría que era su hijo más joven.
crestón les dijo: sé por lo que en clave me ha escrito
sinoé, lo que ya han pasado en abydos, en tu caso Pitágo-
ras a través de tu entierro en la arena y en tu caso arsenio,
a través de la sobrina de este, ambos a su manera, han re-
.
cordado en experiencia propia, que forman parte indisolu-

79
ble de la naturaleza y del cosmos y que en el fondo todo
está interconectado por esa fuerza cohesiva que es el amor.
antes de creernos separados de la naturaleza y deter-
minar que esta nos pertenece, estábamos en plena armonía
con ella y todo fluía en el eterno devenir; ahora estamos lle-
nos de necesidades y buscando afuera el sustento y hay mi-
seria y tristeza en el pueblo.
el cuerpo emocional de nuestra sociedad está inmerso
en el temor y la angustia; los sacerdotes aprovechan esto y
controlan a través del miedo, manteniendo así su poder y con
ello obtienen un mejor estatus de vida material, pero están
condenando su alma y deteriorando su espíritu.
La prueba que vais a realizar, tiene que ver precisa-
mente con el cuerpo emocional; yo sé Pitágoras, lo mucho
que te apasiona el siete, pues bien, siete son los niveles de co-
nocimiento o vibración que están dentro de cada uno y poco
a poco lo irán descubriendo con cada activación de cada cha-
cra corporal, es decir con cada centro energético principal
del cuerpo que también son siete y que deberán en estos pro-
cesos de aumento en conciencia, activarlos para estar real-
mente iniciados.
en la prueba de la tierra se les activó el primero y segundo
chacra; el uno está debajo de los genitales y el dos justo encima
de la rabadilla detrás del sistema digestivo bajo el ombligo y en
la espina dorsal alrededor de las últimas vértebras, en la quinta,
estos chacras nos conectan con el principio generador y de fer-
tilidad de la tierra en el caso del primero y con el principio re-
gulador y defensor inmunológico del cuerpo en el segundo.
el objetivo de la prueba del agua es trabajar el tercer
chacra o centro laboratorio del cuerpo, conectado con el es-

80
tómago y las vísceras, el hígado y los riñones y que está de-
trás en la columna vertebral al nivel de unos dos dedos sobre
el ombligo y con el chacra cuarto o plexo solar, situado al
nivel del esternón y el corazón, en la columna vertebral y es
el que maneja el mundo de las emociones y de los afectos.
Para ello vamos a trabajar las dos únicas emociones que
comandan todas las demás, en positivo son energías y las lla-
mamos Fe o fuerza direccional del universo y amor o fuerza .
cohesiva del cosmos, sus opuestos son el miedo y el odio res-
pectivamente. el que tiene profunda Fe no le teme a nada
y el que ama profundamente no puede odiar. .
antes de la separación con la naturaleza, el hombre
que tomó conciencia de su existencia, estaba armónicamente
entrelazado con todo lo que sucedía, ahora cree que no y se
la pasa lleno de miedos y de odios.
en el mundo de las vibraciones superiores, los miedos
han desaparecido y el ser controla a la naturaleza porque se
sabe en ella, deberán recordar y trabajar para tener certeza,
de que en el fondo la reconexión con esta es factible y que
nada que allá exista les podrá hacer daño. .
dicho esto, el maestro crestón entró en meditación y
les pidió a los jóvenes que cerrando los ojos, poniendo en po-
sición simétrica el cuerpo, con la espina dorsal recta y con
respiración estomacal, lo siguieran en sus palabras y oraran .
por la prueba que iban a experimentar.
al cabo de una media hora, ya estaban listos y como a
eso de las nueve p. m., hora en que ya mucha gente estaba
durmiendo en esa época y más los sacerdotes vinculados al
templo que se levantaban muy temprano, salieron hacia el
lago de Karnak.

81
el lago estaba interconectado con el rio a través de com-
puertas y fue a través de estas y de escaleras paralelas que pu-
dieron entrar. apareció el joven que los fuera a buscar
inicialmente, y quien se identificó como hijo de crestón, de-
jando así a su padre libre para irse; este tenía las llaves de los
portones de acceso y los abrió, penetraron entonces y llegando
a una cámara que se abría hacia el lago, este les explicó lo si-
guiente:

el agua, de gran abundancia en el cuerpo, estabiliza en


su contacto con la piel al cuerpo emocional, por ello es re-
comendable bañarse cuando estáis tristes. La temperatura
del agua al cabo de un tiempo se estabiliza también al tacto,
cuando no es mucha su distancia con la temperatura del
cuerpo, por eso cuando se tiene fiebre es bueno bañarse en
agua fría para compensar y estabilizar.
en el nilo hay reptiles sagrados que en la laguna abun-
dan, tanto serpientes de agua, algunas venenosas, como
también el cocodrilo están presentes, es por ello que deben
recordar lo último que se les dijo en casa de mi padre sobre
la reconexión con la naturaleza, porque entrareis venda-
dos al agua y de su vibración en Fe dependerá que no les
pase nada.

Fue así que fueron vendados y despojados de parte del


ropaje y con esas aclaratorias, los dos jóvenes entraron se-
midesnudos en el agua, conducidos a su lado por el hijo de
crestón quien actuaría como maestro terrible en esta prueba,
para ayudarlos en el tránsito de la misma.
el hecho de que el joven hijo de crestón estuviera con

82
ellos, no les quitó sobre todo a arsenio el miedo por lo des- .
conocido y más sabiendo de la terrible existencia del coco-
drilo del nilo y de la ferocidad del mismo, así como la
posibilidad de encontrarse con una de las grandes pitones o
boas de agua de ese río.
el proceso duró dos horas, en donde el hijo de cres-
tón les fue ayudando en las inmersiones necesarias para en-
trar en contacto con el cuerpo emocional y activar los dos
chacras de esta prueba; ambos sintieron al principio en-
contrase de nuevo en el útero materno y comenzaron a llo-
rar; el llanto es la ducha del alma y nos devuelve a lo
primero que hacemos al nacer; luego arsenio sintió una ca-
ricia y casi pega la carrera a nado, creyendo que era una ser-
piente, cuando era apenas la pierna de Pitágoras que lo
había levemente rozado; al final y después de tomar con-
fianza ayudados por el maestro terrible, se quedaron flo-
tando en el agua y una magnífica sensación de paz y
limpieza interior, los llevó de nuevo a ese estado de cone-
xión con la naturaleza en el interior de cada uno y sintieron
su ser; el camino de la reconexión estaba en marcha.
Pitágoras y arsenio estaban listos para ir rio arriba re-
gresando hacia memfis e ir a giza, para la gran iniciación de
la efinge y la gran Pirámide de Keops, no sin antes despe-
dirse de crestón y de su hijo a quienes efusivamente agrade-
cieron la hospitalidad brindada y recibieron una nueva
correspondencia que solo debían abrir al llegar a memfis, con
las nuevas instrucciones.

83
.

Pitágoras Y arsenio regresan a memFis


Y LLegan a giZa

dos semanas de regreso tomarían en llegar a memfis,


pues iban a favor de la corriente; la mitad exactamente de la
ida en dos etapas hasta tebas, además el viento soplaba a
favor de la feluca y los dioses favorecían con ello a estos dos
jóvenes, ya cambiados en gran medida por las dos experien-
cias en la tierra y en el agua recibidas, primero en abydos
y luego en Karnak, respectivamente.
el viaje en el rio fue muy placentero una vez más, pero
sobretodo ahora que entendían que formaban parte de la na-
turaleza; el viento en la cara, las puestas de sol y los amane-
ceres, los búfalos de agua jugando con los niños de las
comunidades y hasta los cocodrilos que hacían saltar los
peces, los campesinos cultivando la tierra y el ibis del nilo
en raso vuelo, hicieron de la travesía, algo muy grato y el .
tiempo les pasó volando.

85

.
memfis, capital del imperio norte, actualmente unifi-
cado, al estar al comienzo del delta del nilo y más cerca de
la costa, era una ciudad mucho más llena de variedad que
tebas; esta iba desde colores y olores que les recordaban su
primera visita, hasta mayor diversidad humana, producto de
la interacción cultural con otros pueblos y de las continuas
invasiones de extranjeros en busca de una mejor vida, en el
granero del mundo como se le decía a egipto en esa época.
como ya habían estado en memfis, lograron ubicarse
más rápidamente, ahora en un sitio más recatado distante
de los burdeles que antes frecuentaron. arsenio había ma-
durado en su interior y crestón le fue muy duro en su ha-
blar y los comprometió a la continencia sexual, al menos
hasta que hubiesen recibido la iniciación en la gran Pirá-
mide de Keops.
abrieron el sobre y había otro dentro que decía afuera:
«después del tercer día de su llegada a memfis y después de
haber ayunado durante ese período y solo al amanecer del
día cuarto, os dirigirás a giza y entregarán el segundo sobre
a una mujer; allí cerca de la pirámide hay una perfumería
con una gran K en su exterior y preguntaréis de mi parte por
salomé, hija Kefran el dueño, quien los estará esperando»;
pero debereis ser muy cautelosos y hacerse pasar por co-
merciantes, como quienes desean los perfumes para llevar-
los de vuelta a grecia y cuidado con su dinero, pues hay
ladrones de oficio en cuantía por esas rutas en todos los al-
rededores de memfis.
efectivamente, tuvieron que lidiar con cinco vándalos
que trataron de asaltarlos, pero arsenio y Pitágoras jóvenes
al fin, lograron escabullirse, no sin antes haberle propinado

86
.

una buena golpiza a tres de ellos, y a pesar de que el ayu-


no los había debilitado fueron efectivos, «juventud divino
tesoro».
al llegar a giza, y a pesar de que estaban bastante
aporreados y cansados por la pelea, lograron fácilmente en-
contrar la perfumería y tocaron la puerta y preguntaron a
un niño que les abrió por salomé; apareció al rato una pre-
ciosa joven de unos veinte y siete años con túnica roja y .
verde esmeralda y unos crespos azabaches espectaculares;
Pitágoras tuvo que con su fuerte mirada contener al lividi-
noso de arsenio, pues a pesar de las promesa de continen-
cia, mas puede a veces una bella mujer a la vista, que toda
la voluntad dedicada; y poder así apartar aquella bella fi-
gura de la mente y deseos de un hombre como arsenio, fue
una labor titánica.
—¿Qué queréis?, pregunto la joven salomé con una
bella sonrisa.
—Hemos traído esta carta de tebas y se la mostró
Pitágoras.
salomé tomó la carta y como vio a los jóvenes golpea-
dos y bastante sucios los convidó a que entraran y se asea-
ran, mientras regresaba su padre y se la entregaba; les pidió
que se pusieran cómodos en la parte de atrás de la perfume-
ría en donde estaba su hogar y les ofreció una infusión que los
ayudó a retomar fuerzas.
como a las dos horas, ya descansados, llegó Kefran;
salomé ya le había entregado la carta, la cual estaba espe-
rando, pues telepáticamente la había recibido de su her-
mano crestón; esto así sucede porque cuando realmente
estás conectado y habéis recobrado la naturaleza perdida,

87
todo está vibrando de tal forma, que eres capaz de recupe-
rar y recibir fácilmente en tu mente los pensamientos de tu
hermano iniciado.
cuando se conocieron tuvieron esa extraña sensación
de haberse visto antes, por lo que Kefran les explicó:

Queridos jóvenes en busca de la verdad, esa sensación de


que me conocen es debida a que ya yo los había visualizado en
mi mente; yo los vi en el lago de Karnak y luego vi cuando mi
hermano crestón escribía la carta. el hecho de que yo los haya
visto, por ley de correspondencia, deja en su mente ese men-
saje oculto del conocimiento hacia mi persona; eso será algo
que con el tiempo lograrán hacer efectivo entre ustedes dos
y entre todos sus discípulos. Los sentidos externos como la
vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto, son receptores de
vibraciones que nuestro cerebro analiza y nos muestra solo
una parte de la realidad, pero este es también antena de re-
cepción de vibraciones más finas y rápidas como el pensa-
miento y las ideas y dependerá de vuestro nivel de conciencia
y estado de alerta, el que puedan también recibir información
por esa vía; ese es el camino del iniciado; la verdad os hará
libres a medida que entiendan y logren captar el mundo de las
vibraciones finas y se acerquen al universo inmutable de dios.

dicho esto, como ya era tarde y aquellos jóvenes esta-


ban muy cansados y aporreados, les dio un lilimento corpo-
ral que los revivió, y les pidió que se quedaran en su hogar
en una habitación de huéspedes que tenía para estas ocasio-
nes, los invitó a cenar y al final de la cena antes de despa-
charlos a la cama, les habló lo siguiente:

88
Habéis venido a recibir la iniciación, dos son las prue-
bas que os faltan; la primera es la del aire, que les activará
el quinto chacra que está al nivel de la garganta en la quinta
vértebra cervical en el cuello y con ello el verbo o don de
palabra y de lenguas, podréis conocer fácilmente los idio-
mas y vuestro discurso se os hará más fluido. también se
os activará el sexto chacra o tercer ojo en el entre cejas; este
les permitirá ver más allá y liberar vuestra imaginación y
nivel de percepción; el aire tiene que ver con la fertilidad de
la mente a través de la imaginación y esta prueba la recibi-
réis en la esfinge.
Luego tendréis que pasar la última prueba que es la del
fuego, que es la que os sellará permanentemente en el ca-
mino hacia la Luz; esta tiene que ver con la conexión con
dios y la recuperación de vuestra verdadera naturaleza; ella .
se realiza reconectando el plexo solar con el chacra corona
y esta prueba así como la iniciación la realizaréis en la gran
Pirámide de Keops, que fue construida por nuestros ante-
pasados atlantes para ello. Las pirámides son grandes con-
densadores y concentradores de energía, y esta pirámide
representa aquí en la tierra a la estrella alción del cinturón
Pleyadino; cada veinte y seis mil años aproximadamente
nuestro sol gira con todo el sistema de planetas alrededor
de esta estrella y llegará el día en que cuando este ciclo se
cumpla, todos empezaremos a recordar la naturaleza per-
dida y todos los escogidos para quedarse en la tierra serán
iniciados; por ahora son unos pocos hoy en día que son los
escogidos, solo aquellos que realmente buscan, tocan y en-
tran, solo aquellos que aman la verdad, los que como uste-
des llegan hasta las puertas del templo pirámide y logran

89
penetrar conducidos por aquellos que ya han recorrido el
camino. a partir de la noche que viene y durante una se-
mana entraréis a través de la esfinge, representante esta úl-
tima del rey León que mora en todos nosotros y que es el
camino hacia el interior de nuestro corazón donde mora
su fuerza. Vayan a descansar.

90
.

La Prueba deL aire en La esFinge

a las siete de la mañana en punto ya salomé les tenía


listo un magnífico desayuno de yogurt de leche de cabra y dá-
tiles como parte de su continuado ayuno; ella estaba preciosa
y no hay nada como despertar viendo la belleza, se decía en
su interior arsenio.
Kefran apareció como media hora después acompa-
ñado de otro personaje de larga barba y pelo rapado, era el
custodio de la esfinge, conocía la entrada, a la cual solo se
tendría acceso después de la puesta del sol.
mientras tanto durante el día serían entrenados en res-
piración lenta para energizar el plexo solar y ampliar la ca-
pacidad de adentrarse dentro de sí en estado de alerta alfa,
esto consistía precisamente en el paso previo de lo que sería
el lento proceso iniciático hacia la reconexión con el ser in-
terno o Yo superior, camino para encontrar a dios, tener cer-

91
teza de la existencia, amar profundamente la vida y volver a
integrarnos con la naturaleza.
el custodio de la esfinge, les explicó que en marte
también había una esfinge, que la de aquí y la de aquel
triangulaban con el planeta amarillo, el cual estalló por
guerras muy avanzadas en tecnología y por un pobre des-
arrollo espiritual de sus habitantes, y este último estaba en
lo que es hoy en día el cinturón de asteroides, lo que no son
más que restos del mismo; esta esfinge de giza, mitad
hombre/mujer y mitad león representa la fuerza y potencia
que hay en el ser andrógino y nos conecta con el cosmos
a través del aire que circula por sus pasillos en forma de
espiral y de la energía que recibe de marte; la imaginación
nos lleva entonces a velocidades infinitas a explorar la men-
te y esa respiración lenta, junto al flujo de aire y a la ener-
gía triangulada dentro de la esfinge sería el detonante
para la primera prueba y experiencia que comenzaría esa
noche.
Pasaron todo el día practicando la respiración en silen-
cio y concentrándose interiormente, y como a las seis de la
tarde, cuando el sol empezó a descender, comenzaron el
camino hacia la esfinge; con mucho cuidado de no ser vis-
tos, y evitando a un grupo que venía en camellos por el des-
ierto circundante cargados de mercancías.
a medida que la noche cae, el viento y el frío arrecian
en el desierto, por lo que tuvieron que cubrirse la cara para
evitar el polvo y tomar calor; como a las siete ya estaba de
noche, pero esperaron un rato más; frente a ellos estaba la si-
lueta impresionante de la esfinge, que la Luna bañaba suave-
mente con su tenue luz.

92
.

.
entonces fueron vendados, no tanto para cuidar el
secreto de la entrada, sino para alertar y potenciar asi al resto
de los sentidos que tenemos aparte de la vista; somos seres
que el grueso de la realidad externa nos entra por los ojos
y dejamos a un lado la riqueza perceptiva que nos aportan
los otros sentidos externos.
así pues la brisa los impactó con su frescor y roce en
toda la piel, activando el sentido del tacto; el aroma y los
sonidos del viento fueron apreciados en su plenitud por el .
olfato y el sistema auditivo, mientras marchaban a ciegas
conducidos por Kefran y el custodio.
La entrada de la esfinge está escondida detrás de unos .
muros como a ciento cincuenta metros de la misma, la puerta
estaba cubierta por arena y su localización exacta dependía
de unas señales muy bien disimuladas en el muro; el ojo de
orus se apareció grabado sobre la puerta cuando apartaron
la arena los conductores.
Localizada la entrada y después de esperar un rato para
estar seguros que no había nadie cercano que descubriera
el secreto, abrieron la puerta y bajaron por una escalera poco
a poco después de cerrar la puerta.
bajaron como unos siete escalones y entraron en un
pasadizo donde el aire era abundante y fueron conducidos
hasta una recámara, allí fueron despojados de sus camisas,
pues el torso debe estar libre para sentir el aire y a la luz de
una tenue vela, le descubrieron los ojos y pudieron apreciar,
unos impactantes fresco del libro de los muertos, en donde
el espíritu era conducido en una barca por el nilo con ot
(el ibis) y anubis (el can) hacia su destino que era el ojo de
orus (el halcón) que todo lo ve.

93
allí permanecerían toda la noche en unos catres de ma-
dera, estudiando los frescos y meditando en silencio; a la si-
guiente mañana volverían por ellos, pero solo recibirían de
desayuno agua y miel.
Fueron vendados de nuevo y para desorientarlos le die-
ron vueltas, sentían que habían más de dos personas, pero
no sabían cuantos; comenzaron a caminar por otro pasadizo
conducidos por sus guías y empezaron a escuchar como unos
lamentos causados por el aire y sintieron el viento en todo el
torso desnudo que venía como de una gran cámara, estaban
llegando al centro de la esfinge, pensaron.
a pesar que era de día, todo estaba oscuro y más aun
con los ojos vendados y no hacía calor, pues la tierra preserva
la temperatura y las corrientes de aire que circulaban como
en espiral mantenían el ambiente fresco.
entraron como a un espacio más abierto y grande que
está justo debajo de la esfinge, allí se puede sentir, oler y es-
cuchar y hasta degustar a este elemento incorpóreo que es el
aire, tan necesario para la vida; fueron sentados como en
unas piedras y escucharon lo siguiente de varios personajes
que no lograron identificar: «el aire es fundamental para la
respiración, es la sustancia que nos aporta el hilo energético
de la vida, pues sin este perecemos en pocos minutos. ese
hilo está conectado directamente con la respiración de athon
y es en nuestros pulmones donde se expande muy cercano al
corazón. este último es el que bombea la sangre que se lim-
pia con el aire y lo lleva por todo el cuerpo purificando con
ese aliento todo nuestro ser y oxigenando nuestras celulas.
si respiramos conscientemente, podemos sentir la tonalidad y
fuerza de este aliento vital. el propósito del resto del día es

94
.

que ustedes con la respiración lenta que ya conocen y en es-


tado de profunda concentración puedan a lo largo del día de
hoy experimentar esto».
así fue que quedaron de nuevo solos los dos jóvenes,
sintiendo alrededor de si un sin número de corrientes de aire
en diversos sentidos, como en un recinto de techo alto. al
comienzo estaban como mareados por la energía que se per-
cibía, pero poco a poco fueron concentrándose en la respi-
ración y adaptándose al sitio y dieron rueda libre a la
imaginación.
arsenio revivió su experiencia amorosa en abydos que
lo llevó a lo muy profundo de su cuerpo material y encontró
dentro de sí la bóveda celeste, era como si el universo estu-
viera dentro de él y podía moverse a la velocidad de la mente
alrededor de este, era una experiencia de profundo bienes-
tar, paz y amor por todo lo creado.
Pitágoras recordó su primer amor, vivió de nuevo la ex-
periencia de su enterramiento en la arena y su inmersión en
el agua y entendió que cada elemento tiene un tono y un nú-
mero, es decir una vibración y que debemos estar atento a
ello para percibir lo que nos quieren decir; así el tono de la
tierra es más grueso y denso que el agua y esta última que el
aire; este último vibra más finamente y nos da otro tipo de
mensaje, por ello nos aviva nuestro cuerpo mental de la ima-
ginación, así como el agua nos ayuda a calmar el mundo de
las emociones y la tierra y los cuerpos vivos como Helena nos
envuelven en las pasiones e instintos.
entendido que cada elemento tiene un tono vibratorio,
Pitágoras se dio cuenta que para acercarnos al mundo de
athon, de las vibraciones más finas, había que respirar lento

95
y con concentración, y tuvo la misma experiencia de arse-
nio; el universo entero estaba dentro de él observándolo y vi-
ceversa observándolo él también y fue allí que Pitágoras con
su imaginación se adentró en los misterios de athon, quien
de ahora en adelante seria la unidad o el uno, pues este lo sin-
tió y lo comprendió como el primer tono vibratorio de todo
lo existente; las pruebas de los elementos lo estaban condu-
ciendo hacia la certeza matemática del número como expre-
sión de todo lo creado y del creador.

96
La tan ansiada iniciación
en La Pirámide

siempre se ha creído que la gran Pirámide de Keops es


la tumba de ese Faraón, pero nunca se encontró el cuerpo,
y esto es debido a que esta pirámide está allí desde épocas
remotas y es un legado de la atlántida.
Las pirámides son concentradores de energía. esta en
particular representa a la estrella alción del cinturón de las
Pléyades, alrededor de la cual gira el sistema solar cada
25.920 años solares aproximadamente, lo que es un ciclo
mayor y se le ha denominado el año Platónico, en honor del
que narra esta historia. al final de cada ciclo mayor ocurren
cambios planetarios de ascenso en conciencia y el próximo se
estima comenzará dentro de unos dos mil quinientos años
después de la muerte de Pitágoras.
así pues que llegaba el momento esperado por Pitá-
goras y es conveniente aclarar, que la curiosidad de arsenio

97
después de las pruebas de la tierra, del agua y del aire, se
habían transformado, dejando pasar ese estado de irres-
ponsabilidad en que se encontraba, hacia una búsqueda real
de la experiencia y de la verdad, situación esta última que
siempre había estado en esa noble alma que era su amigo
entrañable Pitágoras; ambos estaban preparados para reci-
bir la iniciación.
La esfinge está conectada subterráneamente con la
gran Pirámide de Keops; el primer paso consistiría en cami-
nar por ese túnel subterráneo que pocos conocen y del cual
se dice es como el camino de la muerte f ísica, por todo lo que
allí se remueve, e impacta a los sentidos.
ambos fueron vendados por sus maestros iniciadores,
el torso les fue descubierto y un pié debía ir descalzo para
que sintieran el piso y se conectaran con la tierra en el cami-
nar. en la mano derecha llevaban la cruz egipcia como signo
del hombre que busca su destino superior. Y partieron al
amanecer.
a medida que caminaban por el túnel, los otros senti-
dos a parte de la vista se agudizaron y la piel se les puso de ga-
llina, algo los había tocado que los hacía pensar en la muerte
f ísica y la reacción natural es el temor a esta por el deseo de
supervivencia.
estuvieron en el trayecto como una hora, pues debían
ir lentos tanto por el rito, como por las dificultades que en-
contraban a lo largo del túnel por sus cambios geométricos y
de nivel, allí percibieron olores de la más diversa gama y se les
explicó que el sentido del olfato es uno de los más agudos en
el hombre, pudiendo profundizar con este en los mundos de
las energías finas y gruesas mas que ningún otro; también

98
percibieron el egregor del sitio, de quizás todas aquellas en-
tidades iniciadas en el pasado y que ya habían muerto y los
guiaban hacia su destino.
al final del trayecto, llegaron a una especie de cámara,
que estaba más alta y ello se percibía por la acústica y por la
temperatura que era más fresca, esta tenía una conexión a
través de un pequeño túnel cuadrado con el exterior por .
donde entraba aire y luz, aunque ellos no lo podían ver al
estar vendados y solo sentían el efecto.
en esa cámara a la cual llamaron de reflexión se les dijo
que debían permanecer el resto del día hasta un nuevo ama-
necer y se les pidió que meditaran sobre el propósito de la
vida y sobre el legado que dejarían atrás cuando partieran;
había extraños olores a azufre, incienso y algo metálico como
a mercurio. en la incomodidad de aquel sitio y sin ver, semi-
desnudos dormirían, era la antesala del camino interno hacia
la búsqueda del ser superior que está en nuestro corazón.
solo bebieron agua al nuevo día como desayuno y se
les explicó, que ahora vendría un ascenso hacia la gran cá-
mara, en donde habría un sarcófago de piedra y al lado del
cual deberían pasar otro día en silencio, ayuno y medita-
ción. en esta gran cámara también había un túnel pequeño
cuadrado que conectaba con el exterior y dejaba pasar la luz
y el aire.
Para entrar en esta gran cámara tuvieron que agacharse
y se les dijo, que para entrar en el mundo de la sabiduría y del
misterio, hay que bajar la cabeza; solo la verdadera humildad
del ser, abre el portal de luz que conduce al infinito, el cual
mora en nuestro corazón; es ese infinito vibrando finamente
y al cual muchos llaman dios, el que nos otorga el privilegio

99
de la vida y es solo a través de él que se llega a la sabiduría
y la paz.
Pasaron así la noche en la gran cámara de la Pirámide
y al despertar sentían a pesar del ayuno una gran energía en
el cuerpo, oyeron pasos y un olor a incienso y sintieron el
calor de antorchas como con fuego.
Los maestros iniciadores traían un medallón de oro
puro del tamaño del puño, en este medallón había un trián-
gulo equilátero y dentro de este el ojo de orus. Pitágoras y
arsenio sintieron la energía de ese objeto pero debían per-
manecer en silencio y doblegar la curiosidad.
Hacia una determinada hora, justo después del medio
día, el sol ilumina la tumba durante un período de unas dos
horas más o menos, así que se dispusieron dos turnos, pri-
mero arsenio y luego Pitágoras de una hora cada uno. Fue-
ron acostados en secuencia y a cada uno en su oportunidad
les fue puesto el medallón en el plexo solar, es decir en el
pecho a la altura de la punta del esternón entre las dos teti-
llas y cerca del corazón.
cabe destacar que el oro es un conductor de la energía
solar, es por ello que normalmente las personas llevan me-
dallones en el pecho, de allí viene esa tradición.
La Pirámide tiene la facultad de incrementar el voltaje,
por decirlo así, de la conexión, y lo que ocurre es que quien
busca la iniciación, si está en Ley de armonía con su cuerpo
y para ello son las pruebas de los elementos que anteceden,
recibe el impacto solar aumentado en un plexo abierto y
ávido de luz; esto incrementa la frecuencia celular que se
transmite a todo el cuerpo y este como vehículo abre el por-
tal de acceso a la conciencia; esta última no es otra cosa que

100
la conexión con dios dentro de nuestro ser, este proceso abre .
la puerta hacia nuestro Yo superior a través del fuego solar.
La experiencia en ambos casos fue de una magnitud in-
creíble, la sonrisa de arsenio y la felicidad que transmitía se
sentía en toda la cámara; la expansión de la conciencia tiene
ese efecto, es la vibración solar activando el entorno del .
receptor; nuestro cuerpo áurico se expande y su efecto se
proyecta.
Pitágoras fue llevado al momento de la expansión pri-
migenia, en donde la galaxia naranja en el universo central,
decidió observarse a sí misma y creo los siete superuni- .
versos que componen la creación. así se confirmaba la im-
portancia del siete como numero primo por excelencia, y
fue así que Pitágoras entendió que todo era número y vi-
bración en siete niveles; niveles que están en nuestro
cuerpo en cada chacra principal y que competería activar-
los en sus futuros viajes. estos niveles comprende desde la .
baja vibración del mundo en que nos movemos y vivimos,
hasta esos niveles de altísima vibración percibidos con la
ayuda del medallón, y en donde la conciencia se nos pre-
senta como el maestro que siempre hemos llevado aden-
tro, en una suprema claridad. .
Lagrimas saltaban dentro de la máscara que cubría el
rostro de Pitágoras, el no ver, agudizaba el resto de los sen-
tidos que se potenciaron hasta percibir el aroma y calor de
la creación, la música de las esferas celestes se proyectaba a
sus oídos, como la música del cosmos, melodía esta de un .
nivel de armonía y belleza que no había conocido hasta ese
entonces, y fue allí que entendió que el número era también
música.

101
.
en ese estado de éxtasis, se le apareció un ser de dos
metros y medio de alto, con una bata de hilos de oro y en
donde estaban todos los planetas bordados alrededor y era
portador de una corona en donde giraban tres círculos dora-
dos a altísima velocidad, y ese ser le dijo: «Yo soy tu yo supe-
rior, yo soy también tu conciencia, yo soy Hermes y ot, yo
soy el que soy, yo soy el uno y el diez y yo estoy dentro de ti».
Pitágoras sudaba cuando salió de aquel trance, pero ya
no sería el mismo; su sonrisa al igual que la de arsenio inva-
dían todo la cámara, era el momento de prestar el juramento
con su amigo y luego le quitarían la máscara a ambos.
Los maestros iniciadores los pararon a ambos frente a
algo que no veían y les pidieron repetir con su mano derecha
extendida, cosa que hicieron: «Yo Pitágoras y yo arsenio, juro
solemnemente frente a mi conciencia y mi dios, respetar de
ahora en adelante el secreto del medallón y la pirámide y no
revelar a nadie lo que he recibido y experimentado y dedi-
caré mi vida de ahora en adelante a la búsqueda de la ver-
dad y a enseñar a otros esta búsqueda y juró que respetaré
a los elementos y a la naturaleza, pues soy parte de ella y a
ella volveré».
dicho esto, le fueron removidas las máscaras iniciáticas
a ambos. tras tres días de oscuridad y a pesar de la tenue luz
solar, sintieron ésta en el rostro y se dieron cuenta que ella
nos acompaña siempre para enseñarnos el mundo, que la ver-
dadera luz es la que está dentro de uno y fue la que percibie-
ron con el medallón, y que esta luz externa a veces nos
muestra lo que no es y no nos conviene, por ello es preferible
seguir los designios de la conciencia que a todo el brillo del
oro del mundo; este último solo es útil en el plexo solar.

102
abandonan egiPto Y Parten Hacia nueVas
Luces en La Persia de entonces, no sin .
antes Pasar Por miLetos

Pitágoras había llegado a egipto a la edad de diez y


.
seis años y cumplía veinte y uno, cuando un tercer ciclo de
siete años pasaba por su vida y era ya un iniciado en los an-
tiguos misterios egipcios; había trabajado desde entonces
en las escuelas iniciáticas ocultas, consolidando el trabajo
de los elementos e interiorizando la sabiduría que sus maes-
tros egipcios le aportaban al respecto.
cuando Pitágoras cumplía los veintiún años en egipto,
era alrededor del 550 a. c.; para esa fecha nabucodonosor ii,
emperador de Persia quien reinó entre el 605 a. c. y 562 a. c.
ya había muerto y reinaba ciro el grande; el primero había
sido constructor de los maravillosos jardines colgantes de
babilonia y había ampliado el imperio, conquistando entre
otras tierras la Judea, en donde destruiría el primer tem-
plo de salomón en Jerusalén y llevaría cautivo a los israelitas

103
a babilonia; es época donde Zoroastro había fundado su mo-
vimiento espiritual, el cual pernearía desde afganistán y con
el imperio Persa en expansión se propagaría; este movimiento
se transformaría en una de las primeras religiones monoteis-
tas, la cual pasaría a ser religión oficial del imperio babilónico,
y aunque tenía un componente dualista como veremos, ya se
perfilaba la lucha por el bien como la idea rectora.
esta religión se conocía como el mazdeismo pues su
nombre deriva de una deidad conocida por el nombre de
aura mazda que representaba el bien y en donde su hermano
gemelo angra mainyu representaba el maL . el eterno con-
flicto o lucha entre el bien y el maL, marca el camino de los
hombres, quienes deben inclinarse hacia aura mazda, es
decir hacia el camino del bien.
ciro el grande gobernó el imperio babilónico entre el
559 a. c. y el 530 a. c. y era amigo de sesbasar, príncipe de la
tribu de Judá en cautiverio en babilonia, y al cual se le cono-
cía como Zorobabel el Persa; y va a ser ciro precisamente, el
que permitirá por su amistad, el regreso de los israelitas a Je-
rusalén; y siendo pues Zorobabel el líder, será el responsable
de la reconstrucción del segundo templo de salomón, el cual
se concluiría en los alrededores del 525 a. c. cuando Pitágo-
ras contaría con unos cincuenta años y ya habría emigrado a
crotona y fundado su escuela.
así pues a la edad de veinte y un años con una Persia en
expansión parte Pitágoras con arsenio en el 550 a. c., de re-
greso, no sin antes pasar por mileto, camino luego de visitar
Jerusalén hacia la ciudad de babilonia, capital del imperio.
La despedida de egipto no fue fácil, la vía iniciática
había creado fuertes nexos con esa tierra bañada por el nilo;

104
los recuerdos de sus paseos por las diversas ciudades y tem-
plos, permanecerían en la memoria para siempre, la varie-
dad de colores y olores, el esplendor del rey sol proyectado
sobre las arenas blancas y amarillas del desierto, la vida en el
río y sus alrededores y las pirámides y palmeras crearon un
paisaje mental dif ícil de olvidar.
el barco salía del delta fértil en vegetación y fauna; los
grandes reptiles, particularmente el cocodrilo, daban su des- .
pedida con aquellos ojos lánguidos observantes, los ibis y las
garzas sobrevolaban el velero a medida que este se acercaba
a la costa. .
La mancha de lodo adentrándose en el mediterráneo
fue señal de que habían salido del gran delta, iban hacia el
norte, hacia mileto, tenían fuertes deseos de ver a tales quien .
moriría tres años después en el 547 a. c., un año antes de su
par anaximandro el cual moriría en el 546 a. c.
al llegar a mileto retomaron su antigua rutina de acer- .
carse a la escuela en la casa de tales, la cual seguía frecuen-
tada por alumnos que buscaban el saber; esta idea sería el
.
embrión de lo que luego fundaría en crotona. Fue grande la
alegría de tales al oir todos los cuentos de Pitágoras y arse-
nio sobre todas las aventuras y vivencias y particularmente la
experiencia de la iniciación en egipto; percibía unos jóvenes
mucho mas sabios y maduros de aquellos adolescentes que
había conocido.
tanto tales como anaximandro estaban viejos, el lide-
razgo de los nuevos tiempos y teoría lo llevaba anaxímenes
el cual contaba con unos treinta años para ese entonces; fue
así como estudiaron la teoría sobre el aire como esencia sub-
yacente del todo. .

105
.
recordaron la prueba del aire en la esfinge y escucha-
ron del propio anaxímenes la disertación sobre el mismo:
«el aire (del griego aer), es el último elemento que exhala el
hombre antes de su muerte y además es el único elemento
que es indispensable en forma reiterativa para la vida, de la
respiración depende la oxigenación y purificación de la san-
gre; esto es indicativo que dentro del aire subyace la esencia
de la vida y del todo; así pues todo es aire en diferentes com-
presiones y densidades, el cual bajo la influencia del calor se
expande y del frío o ausencia del calor se comprime. cuando
morimos y exhalamos el último aliento, el cuerpo se enfría y
se comprime hasta ponerse duro y cuando vivimos, la respi-
ración nos expande y le da calor al cuerpo. así pues con el
calor hay expansión o rarefacción y con el frío o ausencia de
calor hay compresión o condensación. a través de la rare-
facción llegamos al último estado que es el fuego, en donde
el calor es máximo y a través de la condensación llegamos a
la formación de las piedras de donde sale la tierra. Fue así
que se formaron por condensación del aire la tierra y los pla-
netas y el sol y las estrellas por lo inverso que es la rarefac-
ción. así pues, siendo nuestra esencia el aire, y siendo este el
que nos unifica, es el aire y la respiración lo que nos une al
universo».
Pitágoras quedó muy pensativo después de esta diser-
tación, pues algo no encajaba en su mente, la idea de los nú-
meros como realidad subyacente seguía palpitando en su
corazón, las leyes de vibración (todo vibra), de polaridad
(todo vibra entre dos polos) y del ritmo (todo vibra entre dos
polos de acuerdo a un ritmo) que había aprendido en egipto,
se explicaban mejor numéricamente que con el aire; pero por

106
respeto cayó y se retiró
a descansar.
después de va-
rias semanas frecuen-
tando la casa de tales,
Pitágoras se dio cuenta
que el maestro estaba
enfermo y que no había
mas nada que aprender
allí; eran épocas tor-
mentosas de invasiones
Persas, los cuales con-
quistarían todas las
ciudades griegas de la pe-
nínsula del asia menor.
Fue dentro de las
anteriores circunstan-
cias, cuando saliendo
un Viernes temprano,
encontró en el bazar a un Judío con quien entabló amistad y
que luego de tomar confianza, le habló sobre la cábala; este
le dijo que en Jerusalén aunque estaba tomada por el impe-
rio Persa, había una escuela iniciática en los misterios de la
torah y que si contactaba a su amigo Hebrón cuyas coorde-
nadas le daría, podría aprender algo más de lo ya internali-
zado en egipto.
Lo poco que le explicaron de la cábala que en Hebreo
significa tradición oral o Qabalah, abrió el apetito insaciable
de conocimientos de Pitágoras, el cual no descansaría hasta
planificar la vía hacia Jerusalén a través de Fenicia, y en donde

107
podrían en biblos, sidón y tiro, que son las tres grandes
ciudades de este pueblo, ver el desarrollo del comercio y de
la flota marítima que los fenicios habían desarrollado gracias
a los bosques de cedros que en la zona abundaban.
conminado arsenio a un nuevo viaje, Pitágoras co-

108
LLegada a JerusaLén

biblos fue la primera ciudad Fenicia que floreciera hacia .


el 2.000 a. c., luego le sucedió sidón hacia el 1.600 a. c. y final-
mente tiro hacia el 1.200 a. c.; salomón fue el tercero y último
rey de israel sucediendo a su padre david hacia el 970 a. c.,
gran maestro de la cábala y constructor del primer templo de
Jerusalén para albergar el arca de la alianza, la cual contenía los
diez mandamientos que moises recibiera en el monte sinaí del
propio Yavhé; este templo fue realizado por un maestro arqui-
tecto que Hiran rey de tiro le enviara y del mismo nombre
Hiran y de apellido abif hijo de una doncella de la tribu de nep-
tali y fueron utilizados preciosos materiales, incluida la madera .
del legendario cedro del Líbano. este templo estaba ya des-
truido cuando Pitágoras llegara a Jerusalén en el 549 a. c.
Pasar por esas tres ciudades camino de Jerusalén fue una
interesantísima experiencia para Pitágoras y arsenio quienes

109
visitaron los legendarios bosques de cedros, árbol de madera
dura que se eleva hacia el cielo desde la tierra pidiendo a gritos
la conexión con el mundo divino, y lo que ha sido un símbolo
de esa región.
ciro gobernaba en ese entonces Persia y se comen-
taba cuando llegaron a Jerusalén, que dada su amistad con
el príncipe Zorobabel, pronto permitirían el regreso de los
Judíos cautivos en babilonia; luego Pitágoras en su visita a
babilonia, conocería a Zorobabel y profundizaría la cábala
con ese maestro.
bajaron por el monte Hermón y llegaron al fértil valle de
Yesrel y pudieron apreciar el lago de tiberíades donde nace el
Jordán, finalmente entrando entre colinas a la ciudad amura-
llada de Jerusalén.
Jerusalén para ese entonces era una ciudad conquistada
y bajo el dominio Persa; por haber sido la capital de israel, con-
servaba sus murallas que la guarnecían y en un sin número de
sinuosas calles que protegían estas murallas, estaban las vi-
viendas y comercios en donde activamente se realizaba el día a
día de sus pobladores.
Pitágoras y arsenio llegaron a una posada que le reco-
mendaron en una de las principales puertas de la ciudad, y en
donde habían encontrado a unos griegos que hablaban su
idioma y que estaban en Jerusalén comerciando.
el sentimiento en la ciudad era positivo y había mucho
movimiento y actividad comercial, pero también mucha pru-
dencia con los soldados Persas que la custodiaban.
Habiendo descansado esa noche, se dieron a la mañana
siguiente a la tarea de buscar a Hebrón, según las coordenadas
que le habían dado en el bazar de mileto.

110
en la posada le recomendaron que tuvieran mucha cau- .
tela, pues las sinagogas estaban prohibidas por los Persas,
por lo que los rabinos estaban dispersos.
Luego se enteraron, que en las afueras de Jerusalén,
hacia el noreste había un jardín con unas cuevas en donde
vivían algunos rabinos dedicados a la meditación, a la ense-
ñanza y la oración y que allí quizás podrían localizarlo.
cuando llegaron a la zona, con mucho cuidado pre-
guntaron a una persona que estaba en oración y al finalizar
sintieron podría ayudarlos, este inmediatamente los refirió a .
una pequeña casa en la colina, donde les dijo vivía una hija
de Hebrón el maestro rabí, al cual por la descripción de su
sabiduría identificaron como el referido, y como cuando las
cosas están el Ley, los contactos aparecen como por arte de
magia y la causalidad actúa para que se den las cosas que nos
proponemos, así fue que encontrarían a Hebrón.
tocaron la puerta de la casa y apareció una bella don-
cella de unos treinta años de edad que los atendió calida-
mente; arsenio como siempre le pelaba los ojos a la chica
cada vez que tenía oportunidad, hasta que apareció el fuerte .
y corpudo marido que lo vio con dureza; esto tras una mi-
rada fuerte también de Pitágoras le indicaba a arsenio, tomar
el camino de la introspección y la prudencia.
La muchacha les dijo que su padre estaría ausente hasta
la noche, pero que lo podían esperar y los invitó a pasar y to-
maron pan y vino, comenzando así una relación amigable en
un idioma entrecortado con gran mezcla de palabras entre el
griego, el arameo, el hebreo y el egipcio, y con señas enten-
dieron el resto, con lo cual supieron que Hebrón hablaba .
griego, pues había vivido en mileto varios años.

111
Por fin llegó y habiéndose presentado, agradeció a su
hija la hospitalidad con estos buscadores de la verdad, ya
había tenido noticias en su meditación que un hombre sabio
de una isla griega lo estaba buscando y mas fue su interés,
cuando se enteró que este hombre había estado varios años
en egipto buscando encontrar parte del camino iniciático, el
cual estaba fielmente escondido en la cábala, y la cual tam-
bién desde ese país habíase preservado durante el cautiverio
israelita en egipto y se había unido a las profundas enseñan-
zas esotéricas de moisés a sus alumnos aventajados, de cuya
tradición venía el conocimiento de Hebrón.
este les explicó que moisés era realmente un príncipe
egipcio, gran maestro en los misterios del ojo de orus,
conocedor de las enseñanzas de akenathon y además gran
maestro de la cábala, por lo que al unirse como líder al pue-
blo escogido, para llevarlo de regreso a la tierra prometida,
y entregarles el pacto con Yavhé su dios, había sellado la tra-
dición iniciática originaria con la cábala.
este pacto sagrado el cual debían preservar en lo que
sería el arca de la alianza y el corazón de cada hombre, coin-
cidía con el propósito de construirle un templo sagrado que
la contuviera; pero mas allá de un templo f ísico como el
que salomón construyera y fuera destruido, este se refería
a un templo interno en cada ser, el cual debían cuidar y ali-
mentarlo con virtudes haciendo el bien a la humanidad.
Y fue así que les dijo:

Hace muchos años antes del diluvio, adán y eva nues-


tros primeros padres desobedecieron a Yavhé comiendo ale-
góricamente del árbol de los frutos prohibidos, y habidos

112
sido tentados por una serpiente; esta última no es mas que .
el camino de nuestros bajos instintos hacia las pasiones que
nos llevan a los vicios y a los pecados capitales que nos dis-
tancian de dios, tales como: «soberbia, avaricia o codicia,
gula, envidia, lujuria, ira y pereza».
La serpiente interna de nuestra debilidad, apartó a estos
seres que habían tenido dos hijos, del Paraíso terrenal y el
cual no es otro que el estar en gracia de dios, es decir en la
vibración del mundo superior.
estos dos hijos se llamaban caín y abel y representan la
dualidad entre el bien (abel) y el mal (caín), la cual pronto
verán y profundizarán en la religión de Zoroastro cuando
vayan a babilonia como sé que es su intención y propósito.
se dice que el mal triunfó sobre el bien y por eso caín
mató a abel y de allí todos somos cainitas o hijos de caín, es
decir somos hijos de una naturaleza caída, la cual acepta el .
mal como posibilidad y por eso padecemos, nos enferma-
mos y sufrimos, y si profundizan, comprenderán que en el
fondo el mal no es mas que carencia de bien.
enoch, hijo primogénito de caín se enfrentó a esto
y buscó toda su vida recuperar la vibración perdida, es
decir la relación con dios; se dice que tras mucha bús-
queda como ustedes, la encontró y grabó esta palabra o vibra-
ción de dios en un triángulo de oro.
Para llegar a este triángulo que escondió en una cueva
de nueve arcos, que guardaría su entrada con dos columnas
y una gran piedra, gravó en la columna de bronce el camino
interior y los preceptos para recuperar la vibración perdida,
estos se asemejan a los diez mandamientos de moisés y es el
camino del iniciado, y se dice que gravó en otra columna

113
de mármol que desapareció, el mapa del escondite del
triángulo de oro con el nombre o vibración de dios y desde
entonces lo estamos buscando, he allí la palabra perdida;
de esto se trata la cábala que pronto les explicaré, pero
para ello deberán dormir y reflexionar sobre esta historia
que acabo de contarles y espero mañana me comenten
sobre ella.

dicho esto, Hebrón se despidió, los acomodó en una


habitación de huéspedes y dejando muy pensativos a los dos
jóvenes sobre esta historia que le acababa de contar, se retiró
a orar en su humilde aposento de una cama sencilla y dura,
al lado de una pequeña mesa de noche con una vela donde
yacían los manuscritos de la torah.

114
La cábaLa
Y eL árboL de La Vida

La cábala o Qabalah es la parte esotérica del judaismo


y está relacionada con el conocimiento transferido de maes-
tro a maestro por la vía verbal; es decir, es un conocimiento
recibido según la tradición oral y sus enseñanzas están par-
cialmente contenidas en el libro de la creación o Formación
del mundo llamado el Sépher Yetzirah, atribuido al padre
abraham.
el creador se manifiesta en un proceso ético y divino
a través del árbol de la Vida compuesto por los denomi-
nados Shefirots o estados de la creación. Los nombres y ca-
racterísticas de los diez Shefirots son:

• Kether (voluntad e iluminación)


• Chochmah (sabiduria)
• Binah (comprensión y entendimiento) .

115
• Chesed, también Gedolah or Gedulah (misericordia
y compasión por amor)
• Geburah, también Din (justicia) o Pachad (temor)
(severidad y rectitud)
• Tiferet (armonía y belleza)
• Netzach (victoria y fuerza)
• Hod (gloria y esplendor)
• Yesod (fundación de la razón y raciocinio)
• Malkuth (reinado y poder)

Lo anterior se expresa gráficamente en el árbol de


la Vida:

116
el creador dios es definido como el interminable infi-
nito o la totalidad; él se proyectó o emanó de sí diez rayos
de Luz o Shefirots, que dieron origen a la creación, dando
comprensión y percepción de lo divino.
en el principio existía solo él y al contemplarse a sí
mismo, creó un segundo punto de conciencia que es el pri-
mer Shefirot o Kheter (la corona).
no puede existir realidad sin dos puntos de conciencia .
entre los cuales se proyecta vibración, polaridad y ritmo es
decir amplitud de onda y velocidad vibracional.
inicialmente la velocidad vibracional era infinita, es
decir, los dos puntos de conciencia estaban conectados
en el mismo ser, por lo que todo estaba conectado a dios
creador.
en este primer punto de conciencia emanado o primer
rayo, apareció metatrón el arcángel de la creación y co-
menzaron a partir de allí y simultáneamente a aparecer o
emanar nuevos puntos de conciencia hasta el décimo rayo
que es malkuth, el reino de la creación en donde nos en-
contramos y apareció la polaridad y el mal o ausencia de bien,
lo que nos separó de dios.
Los Shefirots del lado derecho del árbol de la Vida, co- .
rresponden al lado masculino o positivo de la creación y los
de la izquierda al lado negativo o femenino de la creación,
siendo los del medio los mediadores entre ambos; positivo o
negativo no significa que sean ni bueno ni malo, son expre-
siones o extremos de la polaridad.
todos estos rayos o emanaciones conviven simultá-
neamente, por ejemplo el Shefirots 4 «chesed» representa
desde el lado masculino o positivo la misericordia de dios que

117
esta siempre presente por amor dándonos sus bendiciones,
y su lado negativo o femenino es el Shefirots 5 «geburah»
que representa la Justicia o severidad con que dios nos
trata en disminución de las bendiciones cuando nos apar-
tamos de él.
el árbol de la Vida representa entonces la manifesta-
ción de dios en lo creado, es la unión entre el universo, el
creador y el hombre y representa también la unión del cielo
con la tierra y la Ley de correspondencia, «como es arriba
es abajo y como es abajo es arriba».
Visto desde el punto de vista anterior la cábala, a tra-
vés del árbol de la Vida que es un símbolo, va revelando al es-
tudioso, la comprensión del universo manifestado y su
relación con el creador y más aún nos muestra el camino del
iniciado para el entendimiento de los misterios; es un sen-
dero para aquel que busca recuperar la palabra perdida.
Hebrón al final de esta disertación les Habló directa-
mente: «con esta breve explicación de la cábala, espero ha-
berlos introducido en un tema que los ayudará a recordar su
origen divino, pero antes de daros la palabra debo decirles
que hay un undécimo Shefirots que aparece delineado en el
árbol y que está escondido dentro de cado uno de ustedes
este Shefirots es «daath» y está situado entre el 1 y el 6 en el
centro como puede observarse en la figura.
La tríada superior formada por Kether, chocmah
y binah que representaría los estados ideales de conciencia
del maestro iluminado, tiene su acceso a través de este once-
avo Shefirots de las otras siete emanaciones inferiores. este
onceavo Shefirots en donde el iniciado accede al mundo supe-
rior mediante la supresión del ego, representa la experiencia

118
.

mística atemporal en donde el iniciado comprende más allá


de la razón su relación con la totalidad y experimenta el
.
éxtasis de la comunión con el dios Luz y sabiduría e ingresa
al mundo del entendimiento perfecto».
ahora entiendo dijo Pitágoras: «el triángulo de oro
del cual habló enoch, no es otro que el formado por Kether,
chocmah y binah y se le accede a través de «daath». Por
eso esta perdido, porque es un trabajo arduo interior, de
profunda contemplación y de gran perseverancia; gracias
Hebrón por tus enseñanzas, me comprometo a profundizar
en la cábala, veo que es una simbología energética muy
profunda y el árbol de la Vida indica un camino de ascenso
hacia dios, esa es la vía del iniciado, no hay otra, se trata de
recuperar la memoria de nuestro ser mas profundo y ello

119
conlleva a un superesfuerzo en dedicación y supresión de
todo aquello que nos entra por los sentidos como gratifi-
cante y que puede llevarnos a una vida de vicios y errores.
gracias y me despido en profundo agradecimiento»; y vol-
teándose a donde arsenio, se dio cuenta de que este no
había entendido casi nada de todo lo allí acontecido y se
comprometió a que en un lenguaje sencillo se lo explicaría
camino de babilonia.

120
CAMINO DE BABILONIA POR EL CAMINO REAL
PERSA , EN EL MONTE HERMÓN
ENCUENTRAN UNA SORPRESA

El camino Real comenzaba en la península turca en .


Sardes al Norte de Mileto (cerca de Izmir hoy en Turquía)
y continuaba hacia el Este por el centro de dicha península
hasta Nínive (hoy Mosul en Iraq), que era la capital Asiria,
para luego tomar hacia el Sur Este a Babilonia (hoy Badag en
Iraq), que era conocida como la ciudad de los jardines col-
gantes y capital del imperio Persa. .
Estando ellos en Jerusalén, tuvieron que subir hacia el
monte Hermón que está hoy en día entre Israel, el Líbano (an-
tigua Fenicia) y Siria, en donde encontrarían un templo dedi-
cado al Dios Baal de los Fenicios y el cual representaba para
ellos el Señor de la Lluvia y las Tormentas, por lo que tenía que
ver con los cultivos de la tierra a quien se entregaban para las
cosechas, así como también se relacionaba con el buen tiempo
en el mar, y a quien se encomendaban antes de viajar.

121
Para los judíos, Baal era una especie de antítesis de
Yavhé y en demoniología era considerado el príncipe de los
infiernos Belcebú, pero para esa época en donde el Maz-
deismo, conocido como la religión de Zoroastro tomaba
fuerza explicando la polaridad; Baal coincidiría de alguna
manera con Angra Mainyu el gemelo masculino de Aura
Mazda; en donde el primero representaba el mal y el se-
gundo el bien, no es mas que los dos extremos de la polari-
dad, elementos necesarios para poder explicar lo que
acontecía en el mundo.
En el templo pudieron pasar la noche y conversar con
el sacerdote de Baal; este les comentó que en el camino
hacia Nínive, justo del otro lado del monte Hermón, había
una cueva en donde estaba un Ermitaño santo, que según se
rumoraba se alimentaba del sol y pasaba largos períodos
contemplativos y en letargo con una leve respiración, y de
los cuales salía con grandes inspiraciones y mensajes. Como
no era fácil llegar a esta cueva pues había que conocer las
desviaciones y atajos, el sacerdote les hizo un croquis dibu-
jado para que pudieran llegar, pues Pitágoras demostró
tener un gran interés en conocer al Ermitaño.
Al día siguiente partieron y al llegar a la vertiente
Este del monte Hermón, se dieron a la tarea de buscar las
señales que estaban claramente esbozadas en el croquis.
El árbol de tres ramas después de una gran piedra blanca,
era la primera señal para desviarse del camino principal y
ascender unos quinientos metros hasta toparse con un
claro hilo de agua y una pequeña cascada; la vista desde
allí hacia el valle era espectacular. Luego debían seguir el
cauce aguas abajo hasta un bosque de cedros y voltear la

122
.
mirada hacia la derecha, y entonces verían un risco donde
generalmente anidan las águilas y debajo del risco estaría
la entrada de la cueva.
La entrada era pequeña, pero suficiente para poder
penetrar agachados, al principio había poca iluminación,
pero luego de caminar unos cincuenta metros, una aper- .
tura en el techo dejaba entrar un importante halo de luz que
irradiaba sobre una gran cámara alumbrándola.
En el centro había una especie de mesa de piedra o ara,
sobre la que se podía apreciar restos de cebo para unas pri-
mitivas lámparas de cerámica y que servían para iluminar
por las noches y prender la fogata que estaba a la izquierda .
y que en ciertas épocas de frío durante el invierno era muy
necesaria.
Hacia la derecha del ara pudieron apreciar una figura
en posición contemplativa flaca y semidesnuda y con pro-
fundo respeto decidieron esperar hasta que este personaje
tomara conciencia de la presencia de ellos, pues tanto Pitá- .
goras como Arsenio, eran muy cuidadosos de no perturbar
ni la oración, ni la meditación de los santos; esto lo habían
aprendido en Egipto.
Durante tres horas estuvieron al lado del santo, sin
que este se inmutara; finalmente salió de su letargo y en un
claro griego les dijo: «Los estaba esperando». .
Arsenio puso una cara muy divertida de interroga-
ción, a la cual el Ermitaño inmediatamente le respondió:
«No te extrañes, para aquellos que nos movemos en las di-
versas dimensiones simultáneamente, la temporalidad de
ustedes y la realidad aparente, nos es revelada en la esfera
.
del NO TIEMPO y de la existencia compartida».

123
Más aún Arsenio puso cara de interrogación, aunque
ya Pitágoras había comprendido y volvió a hablar el santo:
«De ustedes dos hay uno que hará historia y del cual
se hablará en todos los tiempos por venir; eso lo veo en la
realidad de mi ser que viaja dentro de mí y que me conecta
con todo lo que existe, existió y existirá; yo los pude obser-
var cuando venían por el camino hacia la cueva, pues en mi
viaje contemplativo este me lleva a las esferas donde todos
somos uno; el camino hacia el triángulo de oro que tanto
ansían, y que va a través del punto que han llamado Daath,
es un camino largo e interno y una vez que se nos revela es
muy sencillo y simple; todo eso de la Cábala no es más que
figurativo; la verdad es algo que se abre al entendimiento y
al corazón, es decir a la conciencia y ocurre solo por volun-
tad propia después de mucha lucha contra los demonios
que nos azotan. Se que quieren conocer más de este camino
y por eso están aquí y por eso fueron a Egipto. Yo solo
puedo contarles mi experiencia y darles algunos ejercicios
y métodos a seguir, pero dependerá de ustedes hacerlos».
Pitágoras preguntó: «¿Dime hombre sabio y santo
(Kadosh), que te ha llevado a esta vida de separación de los
demás y qué logras con ser un Ermitaño?».
El Ermitaño: «Yo fui una persona que como ustedes,
me di a la tarea de recorrer el mundo, buscando la diversión
primero y mucho después la sabiduría; esto me llevó a tener
muchas experiencias mundanas y me adentré en todos los
vicios y palpé la guerra y las enfermedades que destruyen los
cuerpos, pero hubo un momento en que todo cambió; más
allá de este imperio Persa, está un país llamado la India, en
donde conocí a un hombre que predicaba hace unos años

124
atrás llamado Siddharta Gauthama; su palabra era sobre un
estado de iluminación o camino del Buda al cual se llega con
grandes sacrificios, que comienzan apartándose del mundo,
meditando profundamente con la respiración consciente del
aire del cual absorbemos el prana o fuerza vital del Universo.
Al hacer esto podemos controlar la sed, el hambre, los dolo-
res y todo lo que padecemos, pero solo después de un largo
camino de abstinencia e introspección. Con él tuve mis pri- .
meras experiencias místicas que me llevaron a otras dimen-
siones y pude viajar por mundos desconocidos, y que conviven
en paralelo con este; cuando se tienen estas experiencias, ya .
no estas mas solo, siempre podrás estar contigo mismo y te
acompañarán tus maestros; es por ello que estoy tratando de
seguir el camino del Buda apartándome de todo y para ello
hay que estar alerta y separado de lo mundano y practicar la
vida permanente del control, hasta llegar a la no dependencia
del mundo de la materia; para ello también hay que orar y me-
ditar y controlar con la respiración los flujos corporales que
nos atrapan y nos llevan a los bajos instintos, en fin todo aque-
llo que ya saben, pero que no se muestra en realidad y en ex- .
periencia propia hasta que no se tiene la visión y se llega a los
verdaderos estados contemplativos y de los cuales les hablaba
al principio. Esto es el camino del iniciado y la lucha por la
.
Luz, id pues por el mundo y practiquen a diario la oración, la
comunión con Dios que esta dentro de ustedes y la medita-
ción con la respiración, solo así tendrán fuerzas para tener
una vida virtuosa y llegar a la iluminación».
Este personaje había causado una profunda impresión
en Pitágoras, no solo porque sus palabras sencillas y de-
mostrativas con su vida le indicaban que existía un camino

125
por recorrer, sino porque la fisionomía de su cuerpo y su
gestual, proyectaba armonía y paz, era una vibración que
inundaba toda la amplitud de la cueva en el entorno a la
gran cámara donde estaba el Ermitaño, era como si este hu-
biera bajado el triángulo de oro o un pedacito de cielo a su
entorno.
Salieron pues con una gran armonía de la cueva y al
continuar la vía hacia Nínive, Pitágoras le dijo a su amigo:
«Creí haber entendido la Cábala y te dije que te la explica-
ría, ahora veo que son solo símbolos, como el croquis que
nos dieron para encontrar al Ermitaño, solo puedo decirte
que los hombres confundimos todo complicando con con-
ceptos y palabras, lo que los números nos dicen con mayor
exactitud; f íjate que son Diez los Shefirots y hay que empe-
zar por el 11 como portal o camino para acceder a la verdad
superior, pero es solo 1 la llave de acceso y esta depende de
cada uno; así, pues, Arsenio solamente nos queda buscar
dentro y no afuera, pues afuera solo está el engaño que nos
proyecta el mundo. La Cábala no es mas que arquetipos o
puntos de encuentro en nuestro ser interno, que a medida
que vamos internalizando, nos ayudan a encontrar a DAATH».

126
.
RUMBO A BABILONIA POR
EL CAMINO REAL PERSA , PASANDO POR NÍNIVE

Nínive, capital del Reinado Asirio que llegó hasta


Egipto, fue una ciudad cuyo apogeo estuvo hasta alrededor
del 630 a. C. y en donde el palacio, los jardines y acueduc-
tos la hacían comparable en leyenda a lo que fueron poste-
riormente los jardines colgantes de Babilonia. La Bibliotea
contenía mas de diez mil tablillas en escritura cuneiforme,
lo que hacia de esta ciudad un importante centro cultural.
La caída del imperio Asirio ocurre progresivamente entre el el
629 a. C. y el 612 a. C., siendo este último el año de la toma
de Nínive por parte de los Babilonios. A partir del 610 a. C.
los asirios se vuelven errantes y combaten al lado de egip-
cios hasta desaparecer.
Cuando Pitágoras y Arsenio llegan a Nínive, esta ya
formaba parte del imperio Persa, cuya capital estaba en Babi- .
lonia y quienes habían copiado el sistema de riego y jardines

127
de esta ciudad y los habían multiplicado para conformar los
legendarios jardines colgantes de Babilonia, una de las ma-
ravillas de la humanidad.
Pitágoras comprendió en Nínive que nada es eterno,
que los imperios pasan y que el hombre en su ambición des-
truye culturas y engendra muerte, y se preguntó ¿como
sería una humanidad de iniciados controlando el poder po-
lítico en busca de un gobierno mas justo que promoviera el
culto a la verdad?
La otrora capital del imperio Asirio, ciudad de fuer-
tes murallas, había sucumbido a múltiples sitios y final-
mente había sido destruida entre el 612 y 610 a. C., siendo
ahora durante la visita de estos justos, apenas un vestigio
de lo que fue.
A pesar de ello siempre hay algo y alguien que nos en-
señe algo nuevo y fue así que conocieron a un viejo des-
cendiente Asirio que le contaría la siguiente historia:
«Nínive, fue una preciosa ciudad porque sus Reyes la em-
bellecieron no solo con arquitectura, sino con naturaleza
en sus jardines y cultura en su biblioteca y escuelas.
El hombre se siente feliz con el ruido del agua que le
recuerda el vientre materno, por eso es que nosotros tenía-
mos acueductos que traían el agua de los montes aledaños
y logramos vencer la gravedad, mediante tornillos que la
elevaban, permitiendo así las fuentes que regaban nuestros
jardines.
El hombre también se siente feliz en presencia de la
naturaleza, por ello nuestros Reyes traían siempre flores y
plantas de las zonas conquistadas, creando de esta forma
un jardín muy diverso, quizás el primer jardín botánico del

128
.

mundo, en donde nuestros médicos producían medicinas,


por lo que nuestra ciudad avanzó como centro de sanación.
El hombre sana cuando se junta al ruido armonioso
del agua, comparte la belleza de la naturaleza e ingesta sus
frutos y plantas curativas. Así los Asirios crearon uno de los
primeros herbarios curativos que hizo famosa a esta ciudad
y todavía hay sabios que practican esta técnica.
El camino del cultivo de un cuerpo sano, parte tam-
bién de un ambiente sano, de una relación armónica con la
naturaleza y de una ingesta de alimentos vegetales y frutos
naturales; sin cuerpo sano no se puede cultivar el espíritu».
Es de Nínive que Pitágoras va tomar dos elementos
importantes para su futura escuela, el primero será la ali-
mentación sana y vegetariana principalmente y el segundo
la necesidad de que la escuela forme líderes para conducir
a los pueblos por el camino Justo y verdadero.
Arsenio que llevaba ya varias semanas de abstinencia
sexual, le rogó a Pitágoras que esa noche lo dejara salir de
fiesta, pues había escuchado que habían unos sitios ex-
traordinarios en donde las mujeres semidesnudas, movían
el ombligo en forma vertiginosa y audaz junto a las cinturas
en direcciones casi opuestas y solo de pensar como harían
el amor, Arsenio se corría en los pantalones.
Pitágoras comprendió que su intensa búsqueda lo
había apartado de ciertos placeres mundanos y decidió rién-
dose de la cara de Arsenio, acompañarlo esa noche y probar
su virilidad, y de lo cual no se arrepintieron, al fin y al cabo
eran jóvenes fogosos y su aspecto helénico y ojos claros en-
cantaba a aquellas mujeres tostadas por el sol, de facciones .
delicadas pero morenas.

129

.
La sutileza de los velos que se entremezclaban con la
desnudez de las curvas femeninas en el pensamiento, hacia
brotar el morbo masculino, lo que hizo que Pitágoras acti-
vara las hormonas y los químicos corporales, tan necesa-
rios también para la salud.
Cual jóvenes vírgenes de nuevo por su larga abstinen-
cia, experimentaron el éxtasis del orgasmo y se conectaron
a través de este con ese espacio de goce y que dicen es el es-
tadio permanente en el plano de los dioses.
Si el hombre tiene esa explosión cuando hace el amor,
placer este que lo atrae hasta llevarlo a la dependencia en la
lujuria permanente, cuando se vuelve un vicioso, también es
cierto que en la continencia y en la práctica moderada de la
concupiscencia, esta la salud y la conexión con lo eterno.
Pitágoras comprendió y así trató de explicárselo a Ar-
senio, que la abstinencia sexual enaltece la fuerza vital y la
voluntad, y los excesos solo nos llevan a los vicios y la de-
pendencia, pero también entendió que la práctica mode-
rada del amor entre parejas, es vital para la armonía del
cuerpo, para la salud de los flujos emocionales y quizás
también para el espíritu y por supuesto para la preservación
de la especie.

130
.

LLEGADA A BABILONIA

Babilonia estaba en su plena Gloria, había sido decla-


rada ciudad independiente del imperio Asirio por Nabopo-
lasar quien su hijo Nabucodonosor II embellecería y la
convertiría en la Gran Metrópolis de esa época después de
la destrucción de Nínive, este último ya había muerto en el
562 a. C. y la ciudad había sido conquistada por Ciro, rey
Persa que la hizo la capital del imperio, cuando Pitágoras y
Arsenio llegaron a ella; la puerta de entrada llamada de
Istar, las fosas de agua y las murallas de protección, los pa-
lacios reales y los jardines colgantes, la hacían una de las
maravillas del mundo construidas por el hombre.
Con la conquista Persa, había terminado la historia de
Babilonia como ciudad independiente que había atraído la
cultura y los sabios de la época. Uno de estos fue Zoroastro
contemporáneo de Pitágoras a quién pronto conocería.

131
El flujo de caravanas de camellos y caballos que tira-
ban de coches muy particulares, yendo y viniendo de Babi-
lonia era increíble; un puesto de guardia revisaba a los que
entraban y aquellos sospechosos eran fuertemente interro-
gados, pues se acercaban a donde moraba el rey Dios, quien
además de ser el mejor guerrero, era también el mejor ca-
zador, líder del cielo y la tierra, el cual era circundado por
diez mil guerreros denominados los inmortales, pues tan
pronto moría uno era inmediatamente sustituido.
Había un fuerte control de las provincias, las cuales
eran visitadas frecuentemente para su supervisión en la re-
caudación de impuestos por funcionarios reales, la corrup-
ción descubierta era condenada con la muerte y había un
sistema de gobierno muy avanzado administrativamente del
tipo triunvirato, con un general, un secretario y un gober-
nador de la provincia que se controlaban el uno al otro.
Los Persas dicen provienen de Perseo, el héroe mi-
tológico griego que fundara la legendaria Micenas y sus
descendientes formarían el linaje real; su idioma era indo-
europeo y al fin y al cabo como gran metrópolis, en Babilo-
nia había traductores al griego y al egipcio.
Arsenio: «Hermano Pitágoras, hemos llegado a una
gran ciudad, estoy muy contento de que me hayas conven-
cido de salir de Samos, mi espíritu se ha enriquecido enor-
memente y he abierto mi cabeza a nuevos conocimientos,
ampliándose así mi visión externa e interna del propósito
de la vida o existencia en este plano».
Pitágoras: «Amado Arsenio, no tienes que agrade-
cerme nada, sin tu compañía no hubiera disfrutado estos
viajes, la soledad debe ser apartada con los amigos y por in-

132
signes compañeros como tú; sin tus vehemencias por la vida
mundana, me hubiera perdido grandes cosas y eventos que
hacen la vida interesante y variada, no hubiera tenido un
discípulo a quien enseñar y mi mente se hubiera contentado
con poco esfuerzo; la sabiduría y el conocimiento de nada
valen si no los compartes, y el dinero es igual, los dones que
te da Dios son para distribuir entre tus pares, uno es un sim-
ple vehículo del crecimiento del otro, pero venga, entremos
a la gran ciudad y busquemos alojamiento».
El colorido de la entrada era mágico, las estatuas de
los Leones alados protegían la ciudad, era la unión del águi-
la, la gran ave que vuela muy alto y tiene la visión de con-
junto, con el rey de los animales que tiene la fuerza y el
poder. La puerta de Ista con sus mosaicos verdes y blancos
le indicaban el contraste y a su vez la unión entre lo puro y .
el color de la naturaleza; esta última se derramaba de los
balcones y techos y florecía indicando que estaban en pri-
mavera. Árboles y palmeras de todo tipo circundaban los
parques y calles y muchos de ellos mostraban sus frutos in-
dicando así que la naturaleza da al hombre parte de su sus-
tento, desde aquello que esta misma engendra para su
continuidad.
Miraban alrededor, encantados con aquel panorama
y por supuesto el amigo Arsenio no apartaba la vista de aque-
llas bellas mujeres que desfilaban en la calle con velos en la
cara, preguntándose que habría más allá, pues siempre la cu-
riosidad por lo oculto lo había fascinado y mas viniendo del
sexo opuesto.
Buscaron albergue preguntando donde dormir y le re-
comendaron una posada cercana a un bello parque en donde

133
se instalaron, con la suerte de que allí conocerían a aquel
que los llevaría a Zoroastro.
En su búsqueda interna, Pitágoras también se dio
cuenta de lo importante que es conocer los extremos y ex-
perimentar lo diverso, son diversas formas de manifesta-
ción de la unidad que hacen el mundo atractivo y una
aventura, hay tanto afuera que el hombre es capaz de dis-
traerse todo una vida y no experimentar la grandeza de
todo lo que está debajo de su piel; pensaba asi cuando en-
traba en meditación.
La piel nos conecta a través de los poros, los que reci-
ben la sensación fundamentalmente térmica y vibracional,
con el mundo externo a un nivel muy primitivo o básico,
primero todo entra por los ojos que la luz alumbra, luego es-
cuchamos, olemos y saboreamos aquello que nos apetece
y finalmente tocamos cuando nos acercamos lo suficiente.
Se nos pone la carne de gallina cuando nos asustamos y se
nos paran los pelos, el miedo activa también la piel o tam-
bién cuando percibimos una sensación extraña que no nos
da buena vibración.
Fue en ese momento de alerta externa con todo aquello
que había visto, escuchado, gustado, tocado y olido que Pitá-
goras entendió y pensó: «La unidad se ha multiplicado, mos-
trándonos la pluralidad, esto es lo que realmente percibimos
y analizamos y llegamos a conclusiones a veces erradas; solo
si podemos clasificarla y enumerarla correctamente llegare-
mos a la verdad y esto es una operación que se hace debajo de
la piel, es decir dentro de uno; debo buscar de ahora en ade-
lante un método que me permita la certeza, para así ayudar a
los hombres en su diversidad a tomar el rumbo de la unidad».

134
La perfección de las construcciones Babilónicas y su .
recuerdo del Egipto, empezó a dar vueltas en la cabeza de
Pitágoras, sobre la importancia del triángulo y sus propor-
ciones y se dio cuenta por primera vez que el cinco (5) en
diagonal con el tres (3) y el cuatro (4) en perpendicular en
sus bordes, cerraba un triángulo de ángulo recto entre el
3 y el 4. Y fue así que comenzó a buscar aquella formula que
proporcionaría esto mismo para todos los triángulos de án-
gulo recto y que descubriría mas tarde en su regreso a
Samos.
El uno (1) se había desdoblado en la dualidad del dos (2),
para engendrar al hijo que era el tres (3), formando así la .
Trinidad, y que había aprendido en Egipto de Padre-Madre-
Hijo iniciado igual a Osiris-Isis-Orus.
Ahora el tres (3) y sus contiguos, el cuatro (4) que re-
presenta el mundo material en sus cuatro elementos y el
cinco (5) formaban una proporcionalidad en la triada del
triángulo.
Se dio cuenta también de que el cinco (5) formaba la
posibilidad de una serie de triángulos cuando se propor-
cionaba dentro de un círculo en forma equidistante en su
periferia y se unían los puntos, creando la estrella de cinco
puntas, que sería el símbolo de su escuela, porque se dio
cuenta también que el cinco (5) se formaba al agregarle al
cuatro (4), el uno (1), es decir el mundo material (tierra,
aire, agua y fuego) se integraba con la unidad para formar al
hombre.
Finalmente en este momento de inspiración en Babilo-
nia, Pitágoras vio una serie de triángulos equiláteros perfec-
tos, es decir de lados iguales que encajaban entre sí, formado

135
la serie numérica decimal hasta el diez (10) donde se volvía
a la unidad del ser en un triángulo equilátero más grande;
había visualizado el Tetraktys:

n n

n n n

n n n n

En el Tetraktys, el vértice de la Pirámide, representa el


uno que es el Fuego creador; la segundo fila compuesta por
el dos y el tres representa el Aire y la formación de la mate-
ria como pura indeterminación, la que toma formas cuando
se une a su esencia; la tercera fila compuesta por el cuatro, el
cinco y el seis, representa el Agua y la unión del espíritu con
la materia que se da en el hombre y la cuarta fila compuesta
por el siete, el ocho, el nueve y el diez, representa la Tierra
como forma creada.

136
.

CONOCEN LA VÍA PARA LLEGAR


A ZOROASTRO EN BABILONIA

El mundo griego estaba lleno de dioses y deidades, Pitá-


goras había conocido a Athon en Egipto como el Dios solar
único, y como es dif ícil cambiar los modos de creencia, lo
había relacionado con Zeus y a pesar de su iniciación, pen-
saba que así como había muchos seres humanos en la tierra,
debía haber muchos dioses en el cielo.
El Induismo que influenciaba el resto del Asia hacia
la India principalmente y su periferia, también consideraba
la existencias de muchos dioses, siendo Brahma el de mayor
jerarquía; los seres humanos traspolamos lo que vemos en
la tierra agregando de alguna manera dioses o Arquetipos a
los cielos.
Zoroastro era un ser encarnado de gran sabiduría, de
esos que vienen a dar luces a los pueblos, un gran profeta
y además poeta. Había nacido en Afganistán bajo la influen-

137
cia de la India y en la cual había adquirido gran parte de sus co-
nocimientos.
Había llegado a Babilonia con la idea fija de que real-
mente hay un solo Dios llamado Ahura Mazda (Ormuz), el
cual es la causa primera de todo lo que existe y represen-
tante de todo lo bueno. Como también hay maldad en la tie-
rra en donde todo es dual, este ser supremo tenia un gemelo
llamado Angra Mainyu (Ahriman) que por celo y envidia
había creado la maldad en los hombres; sin embargo el bien
triunfaría siempre y la fuerza de Ahura Mazda se impon-
dría, de allí que este movimiento de conocimientos se daba
a conocer como Mazdeismo y sus seguidores eran llamados
Mazdeistas.
Cuando Pitágoras charlaba en su posada con uno de
los locales, éste le dijo de la existencia de un gran sabio que
venía del Oriente con un gran conocimiento de lo oculto y
que el los podía poner en contacto, lo que lo entusiasmó
enormemente y le pidió que lo hiciera. El local le dijo que
para ello había un ritual y un procedimiento y que mañana
a la hora de almuerzo le presentaría a un discípulo que los
prepararían.
Ya Pitágoras estaba acostumbrando a la guía de algún
maestro, su experiencia en Egipto le indicaba que siempre
se llega a la sabiduría por un tortuoso camino de sacrificios
e interiorización, conducido de la mano de algún iniciado
en los misterios que se buscan escudriñar.
Al día siguiente, al mediodía llegó a la posada, una mu-
jer de mediana edad llamada Minyu Ahura, que llevaba ese
segundo nombre porque era sacerdotisa de Ahura Mazda.
La mujer cultivada y virtuosa tiene la potencia de la visión

138
.

y la intuición mayor a la del hombre, de allí que Zoroastro


se había rodeado de mujeres de temple y bondad para que
ellas fueran las sacerdotisas de su templo.
Minyu tendría unos diez años más que Pitágoras, de
contextura algo gruesa y fuerte, no era de la atracción de Ar-
senio, sin embargo de ella emanaba un perfume muy espe-
cial y una sonrisa cautivadora. El olfato es quizás el sentido
más sensible al mundo espiritual y capta las emanaciones
o vibraciones mas finas; lo bueno y lo bello huele y vibra
bien, por lo que Minyu en el fondo era una mujer muy
atractiva.
Les fue presentada por el local y estuvieron charlando
varias horas en una especie de mezcla del griego con el
persa y el egipcio en donde finalmente pudieron entenderse.
Minyu: «Amigo Pitágoras, existe un mundo interior
en donde todo es conocible, ya a través de este nos habían
anunciado tu visita, pues serás Luz del Occidente y es nues-
tra labor complementar las enseñanzas que te han sido
dadas por nuestros pares en Egipto. Como ya sabes el ver-
dadero conocimiento está de la piel hacia dentro; el mundo
exterior no es mas que una proyección de la mente de
Ahura Mazda nuestro creador y de su gemelo dual Angra
Mainyu. Para que exista luna debe existir la noche para que
esta brille reflejando su Luz sobre la oscuridad, así como el
Sol brilla de día con su Luz propia que nos alienta y nos da
la energía de la vida. Acaso podemos gestar el nuevo ser sin
que lo femenino y lo masculino se junten, acaso el frío no es
sino ausencia de calor. Para poder entender esto mas allá
de nuestro intelecto y mente, tenemos que adentrarnos en
la caverna interior y para ello hay un método que el maes-

139
tro Zoroastro conoció en la India, de ese método vengo a
hablarte, para que mediante la preparación que ahora te ex-
plicaré, puedas conocer al maestro secreto, en donde Zo-
roastro no es sino un canal para que descubras lo que hay
dentro de ti».
Pitágoras: «Minyu, que placer el conocerte y entiendo
perfectamente lo que me dices, pues en el camino conoci-
mos a un ermitaño que también a través del mundo inte-
rior conoció nuestra llegada. Es mucho lo que aspiran de
mi, yo solo quiero ser un servidor de la Luz, un humilde y
amante servidor de la sabiduría un philosophum».
Minyu: «Amigo Pitágoras, la humildad es la puerta de en-
trada a la sabiduría y tu la tienes por naturaleza de tu espíritu,
pero para que puedas entender mas allá de estas palabras,
tienes que ir a la experiencia en ti; ya en tus iniciaciones en
los elementos tuviste experiencias de este corte, pero no su-
ficientes, ni mantuviste el nivel vibratorio para que se te reve-
lara el mundo de los números que tanto amas. Antes de que
conozcas al maestro o conductor de las energías de Ahura
Mazda, es importante que tengas una importante expe-
riencia de la piel hacia adentro, en tu ser mas intimo en
donde este mora, es por ello que voy a ayudarte a ti y a Ar-
senio con una planta especial de la India que tomaras como
si fuera un te por siete (7) noches, esta la llamaremos satyi,
aquí te doy suficiente para los dos y deben procurar estar
muy tranquilos sin agitarse durante el día y resguardados
en su cuarto pues empezarán a tener ciertas alucinaciones,
se les confundirá la realidad hasta que todo se les aclarará
el séptimo día; traten también de hacer ayuno y total absti-
nencia sexual en esta semana. Disuelvan cada bulto de satyi

140
que les he dado en veinte y ocho (28) pintas de agua y tomen
una dosis la primera noche, dos la segunda, tres la tercera,
cuatro la cuarta, cinco la quinta, seis la sexta y siete la sép-
tima noche y se les irá revelando cada uno de los maestros
o sabios que acompañan a Ahura Mazda, hasta que la ul-
tima noche sera este mismo el que se les acercará». .
Minyu se despidió y dejó a Pitágoras y Arsenio con
una gran curiosidad sobre la experiencia con la planta a la
cual habían sido invitados y les dijo que solo los ya iniciados
podían tomarla, pues estaban preparados.

141
TOMAN EL SATYI Y TIENEN UNA EXPERIENCIA
ALOTRÓPICA INDUCIDA QUE LES DESCUBRE
EL VELO DE LA REALIDAD

Para los egipcios, la realidad es una proyección de la


mente del Ser Supremo, esta la percibimos a través de vibra-
ciones que los sentidos captan y que nuestro cerebro inter-
preta; todo vibra y oscila entre dos polos de acuerdo a un
ritmo, estos dos polos en el Mazdeismo están representa-
dos por Ahura Mazda (Ormuz) y Angra Mainyu (Ahriman),
siendo el primero el emisor primigenio o creador de la vibra-
ción o realidad y el segundo su detractor desvirtuándola,
pero dándole soporte para que pueda ser captada; no hay
vibración posible sin la existencia de la polaridad.
Ahura Mazda esta acompañado de seis sabios y que
con él son siete; tenemos cinco sentidos externos: vista,
oído, olfato, gusto y tacto y dos internos: transmisión-com-
prensión y racionalización-imaginación. Los sentidos ex-
ternos captan y los internos analizan lo captado para darnos

143
una idea de la realidad que en el fondo no es sino vibración.
El propósito del satyi era llevarlos a través de un viaje de la
piel hacia adentro a entender todo el sistema del conoci-
miento de la realidad a través de estos sentidos.
Así pues, Pitágoras y Arsenio empezaron ayuno y abs-
tinencia y tranquilos en la posada ingirieron la primera
dosis del primer día. El sabor algo amargo al cual se acos-
tumbrarían, indicaba que para recibir lo bueno hay que
pasar por una experiencia ingrata.
Después de ingerir la primera dosis de satyi, la piel
comenzó como a dormirse, como si perdiera contacto con
el mundo exterior. El sentido del Tacto nos conecta con los
recuerdos primitivos de nuestro ropaje externo represen-
tado por esta carne y estos huesos que somos, nos conecta
con los instintos y pasiones del cuerpo animal en que esta-
mos atrapados.
Al anular la conexión con el mundo exterior, tanto Ar-
senio como Pitágoras comenzaron a entender la verdadera
relación de nuestro sistema más básico con el mundo ex-
terno a través del tacto, percibiendo temperaturas y vibra-
ciones en la piel y que en forma automática funciona sin
que estemos concientes de esto.
Comenzaron a sentir los latidos del corazón intensa-
mente, el aire en los pulmones, el fluir de la sangre, el pro-
ceso digestivo, la energía que hay en el cuerpo y sobretodo
empezaron a ver como esta energía se mueve entre los cha-
cras, los cuales vibraban mas intensamente; era como si les
revelaran un mundo de operaciones nuevo que sucede in-
concientemente en nuestro cuerpo y entonces apareció el
maestro o Ángel de las Virtudes y les dijo: «Habeis entrado

144
en el mundo interno por la primera puerta, esta los con- .
duce hacia el mundo de los valores que os han enseñado,
poco a poco comprenderéis, que estos valores se han afian-
zado en ustedes por la necesidad de sobrevivir y que aque-
llo que llaman vicios se soportan en un comportamiento
patológico de algo que no necesitan, pero a lo cual se han .
adicionado o por placer o hábito; combatir estos vicios para
ser virtuosos es el camino del iniciado y este comienza de la
piel hacia adentro».
Despertaron al día siguiente con una gran soñolencia
y un recuerdo vívido de lo experimentado, que tanto Pitá-
.
goras como Arsenio compartieron para comprobar que fue
común a los dos, esto los animó a seguir con el segundo día
e ingirieron la dosis doble.
El sentido del gusto, nos conecta con el mundo de las
vibraciones que entran a nuestro paladar; inmediatamente
que comenzaran a ingerir la segunda dosis, se agudizó el .
sabor amargo del satyi y entraron en tiempo de retorno,
hasta la concepción en el Utero materno. Vieron como el
espermatozoide fecundaba el óvulo y comenzaba la división
celular hasta que apareció el primer órgano diferenciado «el
corazón» y de este emanó como primera prolongación la .
lengua, en donde se localiza principalmente este sentido.
Fue así que comprendieron que la lengua está ligada al
corazón, así como al sentido del gusto y se dieron cuenta de
la importancia del beso, como instrumento para llegar al
corazón, estaban conectando el mundo de los sentimientos
.
emocionales con el órgano que bombea la sangre y oxigena
el cuerpo, cuando apareció el Ángel del Amor: «Queridos
hermanos, os habeís dado cuenta, que todo lo que tienen

145
.
en el cuerpo está conectado con el espíritu, no hay mayor
conexión para ello que el amor, el cual es la fuerza que une
todo, el iniciado debe amarse primero y luego amar inten-
samente al prójimo, la conexión está en el corazón, ábranlo
y la vida les sonreirá siempre».
El Mazdeísmo a parte de introducir el concepto de un
solo Dios en un mundo politeísta, introdujo el concepto jerár-
quico de maestros, jerarquías o Ángeles entre Dios y los hom-
bres, lo que Pitágoras defendería hasta el final de sus días.
Fue así que tomaron el tercer día la poción corres-
pondiente y se les agudizó el sentido del oído; este nos co-
necta con el mundo de las vibraciones sonoras y con la
música que emana de la Naturaleza y del Universo.
La prolongación y ampliación de este sentido, los llevo
a escuchar el ruido de las piedras en las paredes, y se dieron
cuenta que estas vibraban y tenían vida, que todo lo que
existe está en movimiento con vida y que la intensidad de
esta, se nos muestra por el nivel de vibración y fue entonces
que empezaron a escuchar la música de las esferas celestes
y se dieron cuenta que el universo es una orquesta que tam-
bién está de la piel hacia adentro y que la música armoniza
y es vital para el ascenso del ser y dependiendo de la vibra-
ción o acorde numérico causará mas armonía y paz; de
ahora en adelante nunca abandonaría esta experiencia a Pi-
tágoras, y pensaba que la llevaría a sus enseñanzas, cuando
apareció el Ángel de la Belleza: «Todo lo creado tiene un
acorde y dependiendo de este, se nos muestra como algo
bello que nos atrae y nos une y nos armoniza, todo aquello
que no nos es grato es porque su acorde no esta en Ley con
nuestro espíritu, el cual sabe lo que es de su armonía y agrado;

146
el mal o lo feo, está vinculado con desarmonías burdas que
existen, y son para que aflore en ustedes la comprensión y
el entendimiento por contraste; los iniciados siempre deben
.
buscar la belleza de los acordes finos, que los llevan hacia
planos superiores de conciencia y los alejen de lo burdo y
feo, ese es su trabajo interior de ahora en adelante y para
siempre.
»El cuarto día después de ingerir el satyi en la dosis
correspondiente, se agudizó el sentido del olfato, este sen-
tido es el que mas espectro electromagnético de la realidad
externa capta, es decir mayor rango de vibraciones y en-
tonces les fue mostrada la polaridad; un olor nauseabundo
primero les hizo sentir la presencia de Angra Mainyu (Ah-
riman) y un olor esquisito y dulce a Ahura Mazda (Ormuz)
y apareció el Ángel de la Justicia y les dijo: «El bien y el mal
están en este mundo para enseñar a su espíritu el camino
de la rectitud y el discernimiento, no pueden crecer y re- .
nacer si no experimentan la dualidad, los olores les indi-
can claramente hacia donde está la dirección que debe
seguir el iniciado y por eso dicen en el común, que el que
tiene un buen olfato sabrá la ruta y el camino, guíense por
este sentido y los buenos olores los acompañarán por la
senda de la bondad.
»La quinta poción los llevó al último sentido externo
y se les agudizó como en los casos anteriores, este es «la
vista», somos seres que nos movemos en la geometría lu-
mínica principalmente, la realidad se nos muestra inicial-
mente por los ojos; los símbolos impactan en nuestra retina
y producen arquetipos que gravamos en la mente, es tal el
poder de la vista que el ciego tiene que agudizar el resto de

147
los sentidos para sobrevivir apenas y nunca podrá observar
la belleza del mundo que le ha sido vetada a su espíritu por
alguna razón de karma. Apareció entonces el Ángel de la
Sabiduría y les dijo: «El sol os da la Luz para que podais ver
el universo creado, es la Luz la que afina el entendimiento,
es por ello que todo iniciado busca la Luz, ustedes son
amantes de la Sabiduría y esta no es sino Luz espiritual,
sigan el camino de la vista afinada hacia ella y nunca extra-
viaran el rumbo».
Hasta ahora los sentidos externos le habían mostrado
que todo cuanto existe en este universo del espacio y el
tiempo tiene un propósito y que estos sentidos interpretan
de acuerdo a vibraciones, ahora les tocaba ir mas allá e in-
girieron la poción del sexto día y apareció el Ángel de la
Conciencia: «Yo soy el entendimiento y la comprensión y
también soy la compasión, soy el enlace final entre el ser
creado como tú y la vibración infinita de Ahura Mazda
(Ormuz), yo soy el conector, el que te comunica a tu oído
derecho la rectitud con que debes actuar, soy tu maestro se-
creto y juez de tus actos, sígueme en armonía, amor y be-
lleza y conocerás el bien y la sabiduría que tanto buscas, ten
fe en mí y aplica toda tu fuerza hacia mí y llegaras a tu des-
tino final que es Ormuz».
El séptimo y último día sería el portal final, la cone-
xión con la sabiduría plena del Dios creador, la conexión
con la luz primigenia, con el porque de las cosas y con el
sentido de la vida e ingirieron la última dosis y fue en ese
momento que Pitágoras entendió el siete (7), el cual sería el
número que más amaría hasta el final de sus días en esta
tierra y apareció una Luz increíble y un fuego y un calor que

148
confortaba el espíritu como nunca antes habían experi-
mentado; deseos de permanecer allí para siempre los em-
bargaron y lágrimas brotaron en sus ojos, indicando que el
alma estaba emocionada y se sentía libre, volvía a su estado
de mónada primigenia y se les dijo: «ustedes los hombres
me llaman por diversos nombres, yo solo soy el que soy y
siempre he estado, yo soy Angra Mainyu (Ahriman) y
Ahura Mazda (Ormuz) al mismo tiempo, yo soy Athon y .
Brahma, yo soy Pitágoras y soy Arsenio; yo os amo infinita-
mente y soy la razón de la existencia y soy la imaginación de
todo lo creado, yo moro en ustedes, por lo que solo tienen .
que hacer un viaje de la piel hacia adentro para encontrarme
abriendo vuestro corazón».
.

149
.
CONOCEN A ZOROASTRO
EN BABILONIA

Zoroastro había llegado a Babilonia por petición del


emperador persa Ciro II «el Grande» fundador del imperio
Persa, quien gobernó desde el 559 a. C. hasta el 530 a. C.,
este había oído de este sabio y quería su asesoría; fue con
Ciro II el cual era mas Sincretista que Mazdeista que bus-
cando la conciliación de lo nuevo y lo viejo, Marduk Dios
patrono de Babilonia ascendió a ser el Dios superior de los
Persas, hasta que el Mazdeísmo se convirtiera en la reli-
gión oficial durante el reinado de Darío I, quien había su-
cedido a Cambices II sucesor a su vez de Ciro II, y quien
había sido asesinado en el 522 a. C.
Darío I gobernó desde el 521 a. C. hasta el 485 a. C. y
fue en ese lapso que Pitágoras visitó Babilonia en los co-
mienzos de su reinado, y cuando el Mazdeísmo se vislum-
braba como la religión del imperio.

151
Como puede imaginarse de todo sabio que es apoyado
por el monarca, Zoroastro tenía un rango importante social
dentro de las jerarquías en Babilonia, sin embargo como su
objetivo era espiritual y no material, su comportamiento era
de una gran humildad, lo que afianzaba su sabiduría.
Pitágoras y Arsenio fueron llevados después de su ex-
periencia por Minyu a una especie de templo, parecido en
su disposición a los de Egipto; en el fondo toda geometría
sagrada se asemeja, pues las proporciones geométricas en
las construcciones, necesarias para elevar la conciencia del
hombre guardan siempre una armonía; estas son descu-
biertas por aquellos que se dedican con fuerza a la bús-
queda de la verdad; sería con esas proporciones que
Pitágoras construiría también el templo en la escuela, y se
dio cuenta que la Arquitectura y la Geometría van de la
mano en el camino de descubrir lo oculto.
Minyu hizo que entraran a una especie de sala de re-
cepción, en donde otras tres mujeres, una de ellas por
cierto muy bella, y que para variar hizo volar la mente de
Arsenio, los condujeron hasta una especie de aposento en
donde quemaban incienso.
En una esquina y en posición de loto, oraba un señor
de barbas largas y blanca, y de bastante mayor edad que
ellos, les pidió que se acercaran y se sentaran en los cojines
que tenía enfrente y les dijo, me llamarán de ahora en ade-
lante Zaratustra el enviado, yo solo seré un vocero de la Ley
y comenzó a contarles: «En el principio solo existía “Aura
Mazda o el UNO” y en su profunda necesidad de expansión
y goce, amorosamente se desdobló en un segundo punto
de conciencia, la cual llamaremos de ahora en adelante

152
“Angra Mainyu o el DOS” o su hermano gemelo. No existe
realidad sin la existencia de dos puntos de conciencia entre
los cuales se genera vibración, sonido, música, ondas de di-
ferentes frecuencias, amplitud y velocidad.
»A medida que se fueron separando y distanciando,
mas creación y diversidad de ondas mas lentas en amplitud .
y frecuencia fueron apareciendo hasta llegar a lo que hoy
llamamos el mundo en que nos encontramos, pero todo
emana y se soporta, porque “Aura Mazda” así lo sostiene y
en el fondo “Angra Mainyu” no es más que la otra cara o el
gemelo del primero. Es por eso que todo es un problema
de conciencia y vibración entre dos extremos o polos; el
que entienda esto va camino de la sabiduría y se polarizara
del lado de Aura Mazda el UNO o del bien.
»Cuando ustedes estaban bajo la influencia del satyi,
lo que hicimos fue acelerarles el nivel de conciencia ele- .
vándolo a nuevas vibraciones desconocidas por ustedes, en
donde aparecieron los sabios maestros o Ángeles.
»El objetivo es poder llegar a esos niveles de con-
ciencia y aún más allá, sin la necesidad de nada externo,
solo mediante la contemplación, el ayuno, la meditación,
la oración y la abstinencia, todo ello en proporciones salu-
dables que no arriesguen la salud, pero que si permitan el
mismo o mayor efecto que el satyi.
»Cuando ustedes fueron iniciados en los elementos en
Egipto, fueron llevados en su preparación a niveles superio- .
res vibracionales, pero no aprendieron como mantenerlos,
de esto último trata mi búsqueda, habiendo encontrado en
la India el método de un sabio llamado Siddharta Gautama
quien recorrió el camino del Buda o la Iluminación».

153
Pitágoras: «Lo que me dices hace mucho sentido con
la secuencia numérica, pues después del UNO que para mi
representa lo perfecto y unitario en sí mismo como el
punto o el circulo, vino el DOS que permite que el punto se
expanda en la línea recta para formar planos y ángulos, y
posteriormente cuando aparece una nueva vibración que
es el tres se forma el triángulo y que es una de las figuras
geométricas mas perfecta, sobretodo cuando sus lados son
iguales y así sucesivamente se va conformando la realidad.
Pero lo que no entiendo es ese tal camino del Buda y te
agradezco me des luces al respecto».
Zaratrustra: «Cuando se te aparecieron los maestros,
estos lo hicieron inicialmente a través de los sentidos ex-
ternos y cuanta más vibración fina, te fuiste acercando a tu
mundo interno hasta que tomaste contacto con el primer
punto de conciencia. Retornaste al momento de la crea-
ción; pues bien el camino de la Iluminación está estructu-
rado para que en el sendero de la piel hacia dentro,
conozcas el universo que hay en ti. Es un camino dif ícil de
dolor y sufrimiento, de sacrificios y de carencias, pero el
premio es conocerte a ti mismo y saber que el ser Supremo
mora en ti con certeza. El cómo hacerlo, tiene que ver con
una vida limpia llena de virtudes, con ayunos y abstinen-
cias, y tendrá siempre más el que menos desea; eliminar el
deseo de lo mundano será pues parte de ese camino y como
verás no es fácil, pues la mayoría busca siempre su felicidad
afuera, cuando realmente está adentro; es pues salirse del
común y apartarse de aquello que te fortalece el ego para
hacerte egoísta; es un camino que no es igual para todos, yo
solo puedo confirmarte de su existencia, pues yo conocí al

154
Buda Gautama y pude verlo con estos ojos y percibir a un .
ser de muy alta vibración, del cual su olor penetrante a jaz-
mín y rosas que emanaba, tomaba control de todo el en-
torno y uno no quería irse. Ahora bien yo podría hablarte
de mi experiencia, pero eso no te diría nada si tú no la tie-
nes, pues nadie puede hacer por otro el incremento de su
propia conciencia, es un camino personal e intransferible,
pero existe y de eso tengo certeza, ahora quiero que uste-
des la tengan, pues no podrás ser maestro si no estás con-
vencido por experiencia propia de que lo eres». .
Dicho esto Zaratrustra se retiró y nunca más lo vol-
verían a ver, sus palabras habían sembrado en Pitágoras un
profundo sentir por la búsqueda interna de la cual ya nunca
más se apartaría, hasta crear el método que luego aplicaría
en su escuela a los hombres de buen corazón y depen-
diendo de la vibración de cada uno de ellos.
Existe un principio de sincronicidad que se acelera y
aumenta cuando los seres vibran a igual sintonía, es algo
similar al diapasón, que cuando encuentra su pareja, este
comienza a vibrar igualmente como el primero, es el caso .
también de lo que llaman el amor a primera vista cuando
dos almas gemelas se juntan, y esto experimentó Pitágoras
con Zaratrustra.
Y así fue también que Pitágoras conocería al embaja-
dor de China en Babilonia, quien lo llevaría a saber de la
existencia de otro sabio contemporáneo pero más joven,
llamado Confucio (551 a. C. al 479 a. C.), quien estaba de-
sarrollando un método de crecimiento en conciencia so-
cial, para la buena conducción y desarrollo de los pueblos, .
pues en el 558 a. C. el Estado Chino de Jin había derrotado

155
al de Qin y se estaba formando un gran imperio, la dinas-
tía Zhou previa a Confucio había corrompido el Estado; el
imperio no era viable sin un comportamiento social moral
que llevara a una ética de conducción personal. Serían
estas ideas políticas de gran profundidad, las que Pitágoras
llevará también a su escuela.
Si bien se dice que Pitágoras pudo llegar a la China, lo
cierto es que fue en Babilonia en donde supo de la existen-
cia de este otro gran imperio.

156
.
PITÁGORAS DESCUBRE
EL PENSAMIENTO DE CONFUCIO

Confucio no empezó su gran enseñanza sino después .


de los cincuenta años de edad, sin embargo ya el embajador
había conocido las inquietudes del joven quien conocía
desde la niñez, pues ambos habían nacido en el mismo pue-
blo de Qufu en el antiguo país de Lu al norte de la China
y él era amigo de sus padres que eran nobles. El padre de
Confucio murió cuando este tenía tres años y el embajador
era una de las personas que ayudó a la familia por la amis-
tad que tenía con ellos.
Si bien es cierto que el ser humano pasa por etapas
de crecimiento y circunstancias que van labrando su ca-
rácter, es la esencia de este, es decir su espíritu el que mo-
dula la búsqueda de las oportunidades y fija el rumbo;
Confucio desde muy niño sabía lo que quería y estaba en-
focado hacia el logro de la justicia, la solidaridad y el bien

157
común, compartiendo sus ideas desde temprana edad con
sus amigos.
De esas causalidades que conforman la red invisible de
circunstancias que ocurren y que conducen a la humanidad
por el sendero de la evolución, esta es quizás una de ellas, en
donde el Oriente y el Occidente se encontraron en Babilonia
para dejar un mensaje eventual sobre el como hacer el bien,
para conducir a la humanidad en ambos hemisferios.
Chen Chi Lu se llamaba el embajador, que había apren-
dido el persa y tenía un conocimiento del griego, y Minyu
sería la intérprete por si se perdía algo en la conversación.
Chen Chi Lu: «Queridos amigos, mis simpatías, es un
honor para mí conocerlos y que los dioses protectores de us-
tedes os abran la conciencia, para que puedan entender el
mensajes que desean recibir de este joven Confucio, quien
a muy temprana edad perdió a su padre y por esas extrañas
circunstancias del destino, fui yo quien fungió como tutor,
y como ahora me encuentro distante de mi país amado,
quiero al menos recordarlo a través de las conversaciones
e ideas compartidas con este joven amigo y sabio.
Hemos tenido una gran decadencia en China, pues el
proceder de los hombres que dirigen la sociedad, no se co-
rresponde con los deseos de los dioses, la ambición, la ava-
ricia y la búsqueda de placeres de la carne, han desviado el
liderazgo de nuestro pueblo, ocasionando muchas guerras,
por ello la gente común ha perdido la Fe.
Todo en este mundo se mueve en ciclos y aquello que
vemos como decadente y que nos lleva inicialmente a la
desesperanza, fija el rumbo para que lo bueno y lo moral
aflore, así la pérdida temprana de su ductor, como las difi-

158
cultades económicas que la familia de mi amigo Confucio
tuvo, fueron claves para que este joven templara su espí-
ritu y buscara un rumbo de sabiduría, y la cual cuesta cul-
tivar, pues hay que practicar las virtudes y el ruido del
mundo nos aparta de ellas.
No solo basta luego de haber encontrado un camino,
predicarlo, sino hay que actuar y hacer lo que de la boca
sale, es por ello que actualmente el joven Confucio está .
como funcionario en el gobierno de Lu y su actuar es ya
noticia entre los pueblos por su justo proceder. Es por esto
que el hombre sabio suele ser lento en emitir ideas y pala-
bras, pero pronto en su acción hacia el bien.
La mente del hombre nos puede confundir, pues somos
capaces de justificar todo lo que nuestro cuerpo desea, solo
aquellos que meditan e interiorizan lo que leen de otros que
son sabios, van poco a poco moldeando su espíritu, para que
lo externo no los afecten y puedan actuar en conciencia.
China es un pueblo de gente sencilla y trabajadora, pero
para que esto se traduzca en logros permanentes, hay que ha-
cerlo tenazmente y con voluntad de servicio, si todos los días
transportas un poco de tierra, iras creando una montaña.
El servicio nace del respeto por la familia y los pa-
dres, lo cual se traducirá luego en respeto hacia los amigos
y los gobernantes, si las relaciones entre los hombres que
conforman la sociedad, no están acordes con el orden co-
rrecto del proceder, entonces la desconfianza desintegrará
a la sociedad y no habrá paz, es por ello que es tan impor-
tante comenzar por la base de las relaciones, entre padres
e hijos, esposa y esposo, hermanos y de allí hacia la socie-
dad y el respeto entre todos es fundamental. .

159
Pero para que nosotros respetemos a alguien, este
debe estar alineado en pensamiento, palabra y obra, no ver
como dice algo y promete y luego no cumple y hace total-
mente lo contrario. De esta manera, el que se exige mucho
a sí mismo y lo pone en práctica, dará el ejemplo y se evi-
tará muchos disgustos, pues será amado por los demás.
Tienes también que basar tus argumentos y obras en
aquello que está claro y es razonable, pues si basas tus ac-
ciones en premisas falsas errarás y te tildarán de falso, si
dices que un pájaro te dijo que estabas loco, posiblemente
lo estarás pues los pájaros no hablan.
Si alguien te hace daño, analiza muy bien el porqué,
pues es posible que lo hayas ofendido de alguna manera, por
eso es preferible no atacar, sino perdonar, se como el Sándalo
que perfuma el hacha que lo corta, de esta manera cosecha-
rás amigos y tus enemigos se harán respetuosos de ti.
El sabio busca siempre la verdad en sí mismo, volte-
ándose hacia su interior, el hombre común siempre está
buscando afuera, por ello el verdadero liderazgo nace del
espíritu y de esa fuerza interna que siempre te ha acompa-
ñado amigo Pitágoras.
Ahora si deseas preguntarme algo estoy a tu dispo -
sición».
Pitágoras: «Amigo Chen Chi Lu, cuanta sabiduría en-
cuentro en tus reflexiones de Confucio y que haz puesto
sobre esta mesa, que espíritu de temple debe tener ese
joven del que me hablas y cuán grande será su legado para
las generaciones por venir en tu tierra.
»Por lo que observo hay dos componentes en tu dis-
curso, el primero relacionado con el verdadero proceder y la

160
búsqueda dentro de uno del camino de la verdad y el se-
gundo actuando acorde en sociedad en los diversos niveles,
partiendo del seno de la familia y del respeto.
»¿Cómo puedo saber quién soy y si voy por el camino
correcto, si no tengo mis necesidades cubiertas?
»¿Cómo puedo respetar a aquellos que hacen el mal
y perdonarlos?»
Chen Chi Lu: «Conocerse a sí mismo es y debe ser el .
objeto de tu vida, de tu ser emanarán todas las respuestas y tu
conciencia te guiará por el camino del bien si no te enga-
ñas, por ello debes escribir todos los días haciendo un acto de
reflexión en la noche, todo aquello que dijiste o hiciste y que
sabes es falso, así irás poco a poco construyendo la escalera
de la verdad que te conducirá hacia la libertad.
»Es deber del gobernante proveer los medios para
que la sociedad pueda ordenarse para producir lo que ne-
cesita y buscar la paz para evitar los desastres de la guerra
que tanto confunden al hombre y tan poco lo beneficia.
»Si te conoces a ti mismo, tendrás la fuerza para ase-
sorar al gobernante o el gobernante te buscará.
»En cuanto al perdón, uno no es quien para juzgar a
nadie a menos que seas juez; y si lo fueras debes conducirte de .
acuerdo a las Leyes; estas últimas deben ser redactadas por los
sabios, para que puedan ordenar correctamente los destinos
de un pueblo y no obedecer los intereses de un gobernante.
»Cuando perdonas limpias en ti una falta, cuanto no
lo haces quedas atado a ella y a la persona que ha cometido
la falta, no puedes avanzar y el rencor te come por dentro».
Arsenio: «Quizás yo sea más simple y de ese pueblo
que busca afuera, y sé que mi amigo Pitágoras desea que

161
yo sea tan agudo como él en la búsqueda, pero me inquieto
al ver que no lo soy y me pregunto qué hace la diferencia
entre el hombre común y el sabio y por qué hay tan pocos
hombres que buscan su destino en el camino de conocerse
y ser mejores, ¿acaso la sociedad no sería mucho mejor con
muchos sabios y pocos hombres comunes?».
Chen Chi Lu: «La ignorancia es la gran causa de gran
parte de los males que aquejan a la sociedad, de allí parte
el fetichismo, la hipocresía, y el dogmatismo que a su vez
lleva al fanatismo, son todas esas cosas que restringen la
libertad del hombre y de las cuales el dictador se apropia y
se rodea para mandar sin justicia, ni orden verdadero.
»La búsqueda de la verdad es para aquellas almas no-
bles algo natural, pero también puede ser motivada como
en tu caso por tu amigo Pitágoras y que tanto te ama, y es por
ello desea que te conozcas a ti mismo. Lo ideal es que esto
surja en el seno de la familia.
»Tiempos vendrán en que el hombre crecerá en con-
ciencia y que el colectivo exigirá la verdad y la buscará en
su conjunto como prioridad, no sin antes haber pasado la
humanidad por muchas guerras y dolores.
»Quizás somos pocos ahora, los que buscamos con
ahínco, pero llegará el día en que los buscadores serán mu-
chos y los pocos que queden serán atraídos hacia la verdad
o no podrán convivir en esa sociedad, pues las mismas Leyes
del hombre sabio y de la Naturaleza se les impondrán.
»El camino hacia la rosa está rodeado de espinas,
pero su aroma es lo suficientemente fuerte para atraernos
y hacer de ese camino nuestro destino».

162
.

EMPIEZA EL RETORNO A CASA

Como todo comienzo tiene su fin y las finanzas comen-


zaban a flaquear, Pitágoras decidió que ya era el momento
de emprender el regreso. La experiencia en Babilonia había
.
sido excelente, se encontraban dos culturas y una misma
verdad.
El retorno lo harían por el camino Persa que ya ha-
bían tomado hasta Nínive, pero de allí se adentrarían en la
península para retornar a Mileto de donde tomarían un
barco para volver a Samos y luego a Creta.
Cuando llegan a Sardes al norte de Miletos, encuentran
una procesión fúnebre de alguien que luce importante y de-
ciden preguntar. Identifican al muerto con Apolodoro de Sar-
des, un místico de la escuela Órfica, antiguo rito a Orfeo el
Mago, quien unió el culto a Apolo hijo de Zeus y Dios de la
Luz, con la metempsicosis o transmigración de las almas.

163
Como Pitágoras y Arsenio eran esponjas para todo lo
que era nuevo conocimiento, decidieron permanecer unos
día más en Sardes y acercarse a la escuela de Apolodoro, en
donde encontraron a Herodotus un discípulo aventajada de
Apolodoro con quien entablaron amistad.
Herodotus les explicó que los Titanes bestiales y muy
soberbios, habían matado a Dionisio siendo un niño, al que
atraen con juguetes luminosos, descuartizan y devoran y
como este era hijo de Zeus con Perséfones, el primero entró
en cólera y fulminó a los Titanes con un rayo, quienes fue-
ron hecho polvo o tierra; posteriormente Zeus resucitó a su
amado Dionisio del corazón que había quedado intacto; de
la tierra o las cenizas de los Titanes salieron los hombres
quienes albergan en su esencia un crimen Titánico, pero
también un componente Dionisíaco que es el alma inmor-
tal, la cual deben depurar reencarnado a través de la me-
tempsicosis.
Esa mancha que llevan los hombres quienes quedaron
impregnados de aquel crimen, es su lado oscuro y de allí su
mal actuar, solo las almas nobles pueden seguir el camino
que los llevará de retorno a la naturaleza Dionisíaca o hijos
de Dios, las almas viciosas, aquellas que buscan la satisfac-
ción del cuerpo ante todo, no podrán pasar la prueba hacia
una reencarnación gloriosa y posiblemente retornen a un
animal. Es por ello que debemos ser ascetas y buscar el mis-
ticismo y la salud del cuerpo a través de la salud del alma y
tampoco debemos ingerir carne animal, pues estaríamos
matando a un vehículo de almas encarnadas en pena.
Pitágoras tomaba así contacto práctico con la me-
tempsicosis de la cual ya había oído hablar en Egipto y le

164
preguntó a Herodotus: «Si esto es cierto, como es que no
tenemos recuerdo de nuestras vidas pasadas».
Herodotus: «Querido Pitágoras, si supiéramos que
somos hijos de Dionisio y de las cenizas de los Titanes,
acaso el hombre que todo lo busca a su favor y bajo el mí-
nimo esfuerzo, no dejaría de trabajar su espíritu para ce-
garse y olvidar el recto camino hacia la Luz y perderse de
esta forma en el ruido del mundo, desbocándose en pasio-
nes e instintos placenteros. Así pues nos es vedado el re-
cuerdo, para que todo esfuerzo sea verdaderamente una
prueba de fe y podamos así ir limpiando ese delito titánico
que cometimos en nuestros inicios; solo a través del asce-
tismo y del ayuno de carnes animales, sanaremos el cuerpo
y con ello el alma».
Pitágoras: «Y entonces como tener certeza de que real-
mente estamos en el camino correcto para que nuestra .
alma, no migre hacia formas animales».
Herodotus: «La certeza solo nos la da la conciencia, tu
sabes Pitágoras que la razón o mente, como los placeres de
los sentidos te pueden mostrar un mundo que no es y desviar
así tu ético actuar; por eso son tan pocos los que logran el ca-
mino de la bienaventuranza, que solo el arduo esfuerzo, la .
abstención de placeres y la lucha contra las pasiones munda-
nas nos indican el camino. Hasta ahora haz recibido mucha
información iniciática, pero poca práctica que mantenga en tu
ser aquel estado de conciencia plena, el cual te garantice lo
que digo, por ello te remito a mi amigo Ferécides de Siros
quien en Samos, tu isla nativa y a la cual regresas, este tiene
una escuela operativa, para que encuentres esa certeza por
la cual preguntas y fraternalmente se despidió de ambos».

165
Regresaron así después de este toque en Sardes a Mi-
leto, encontrando que Anaximandro había muerto una año
después de Tales alrededor del 546 a 545 a. C. y que su dis-
cípulo Anaxímedes estaba a cargo de la escuela Milesia, el
cual moriría en el 528 a. C.
De unas últimas conversaciones con Anaxímedes, Pitá-
goras entendería el ciclo atmosférico divino, de cómo el aire
considerado por este también como la substancia primor-
dial se transforma en fuego (caliente) y condensa el agua
que se transforma en nubes, para seguir condensándose
hacia niveles más burdos como tierra y piedra, hasta rein-
tegrarse con estos últimos en los seres vivos y el hombre,
una explicación cuasi científica del mítico relato de los Tita-
nes que acababa de escuchar.
Pero Pitágoras sabía por la revelación de la Tetraktys,
que el fuego venía antes que el aire, pues antes es el uno que
él dos y el tres y su Teogonía llevaría como Heráclito al fuego
como sustancia primordial, pero como número represen-
tante del creador al UNO.
Volvieron al puerto al cual inicialmente habían llegado
y tomaron el primer velero con destino a Samos que en-
contraron. Y se dieron cuenta que al buscar toda tu vida,
regresarás al sitio de donde partiste, para así tomar con-
ciencia, que el final es siempre un nuevo principio.

166
.

EL REGRESO A SAMOS

Para Pitágoras y Arsenio fue una gran emoción regre-


sar a su isla natal, la madre había muerto hacía mucho tiempo
.
pero el padre de Pitágoras estaba todavía vivo, y aunque su-
fría desde hacía bastante tiempo una enfermedad propia de
la vejez, la que produce la pérdida de memoria y no lo reco-
noció, lo cual entristeció al maestro, pensó que era el ciclo
natural de la vida y sintió que de esta forma su padre no había
notado tanto su ausencia.
Para Arsenio la suerte de encontrar a sus ancestros .
vivos, fue de gran alegría; sus padres aunque viejitos aún, ha-
bían tenido un mejor destino, pues al ser pescadores y de
simples costumbres, su salud quizás también por su genética
se había preservado en buen estado.
Pitágoras inmediatamente se dio a la búsqueda de Feré- .
cides de Siros, a quien Herodotus lo refiriera; tras dar varias

167
vueltas por la Isla y preguntar aquí y allá, encontró a Feréci-
des meditando frente al mar; era un hombre de mediana
edad, de larga barba y calva pronunciada y de mirada aguda
y profunda.
Pitágoras se identificó como amigo de Herodotus y le
contó su periplo iniciático, lo que fue muy bien aceptado por
Ferécides, el cual había visitado Atenas y se había iniciado en
los misterios de Eleusis.
Eleusis es un pequeño pueblo muy cercano a Atenas,
rico en agricultura, sobretodo trigo y cebada, que son los
principales cereales de la dieta de los griegos y en donde se
practicaba el culto a la vida, la fertilidad y a la iniciación en
esos misterios de gestación.
Una antigua leyenda decía que Perséfone hija de De-
méter la Diosa de la Fertilidad y la Agricultura, había sido se-
cuestrada por Hades, Dios de la Muerte y del Inframundo o
Infierno. Este último le había dado a comer una granada en-
venenada que ella aceptó e ingirió por su agradable aparien-
cia; como aquellos que prueban la comida de la muerte ya no
pueden regresar, su estadía en el plano de los hombres se hizo
limitada y así apareció el invierno, pues Deméter buscando a
su hija descuidó sus tareas y la tierra se heló y con ello vino
la carestía de productos agrícolas y se produjo la plaga del
hambre.
Deméter Diosa también de la Vida, llegó a un acuerdo
sobre el destino de Perséfone con Hades, la cual estaría 8
meses en la tierra de los hombres con ella ya revivida, y que
coincidiría con el período de fertilidad de la tierra (la prima-
vera y el verano, pues en Grecia el otoño se confunde con el
invierno) y los otros cuatro meses, permanecería en el infra-

168
mundo con Hades, lo que serían los cuatro meses de inferti-
lidad de la tierra y que corresponderían al invierno.
La granada sería reivindicada como fruto de la vida,
pues contiene la pulpa que corresponde a la carne, los jugos
que corresponden a la sangre y las semillas que corresponden
a los huesos, todo ello dentro de una forma esférica roja que
representa el Universo creado.
Los iniciados en los misterios de Eleusis serían las se- .
millas de la granada, y estarían unidos entre sí por la sangre
y la carne, es decir por el vino y el pan que son sus corres-
pondientes vegetales, lo que concuerda con las tradiciones .
más antiguas de los egipcios, judíos y persas como había
constatado Pitágoras. Para los Egipcios, la granada era tam-
bién un fruto sagrado y era solamente cosechado por los sa-
cerdotes.
Pitágoras: «Amigo Ferécides, encantado de conocerte
y más en la tierra que me vio nacer. Herodotus me dijo que
tú me ayudarías a entender la vida y que me darías metas
y ejercicios, mediante los cuales yo podré llegar a los diver-
sos niveles de la existencia y conocer el misterio de la vida, .
para así mantener mi entonación vibracional con el Uni-
verso y poder ser maestro de muchos».
Ferécides: «Amigo y querido Pitágoras, ciertamente soy
un eslabón más de la cadena que te ayudará a acercarte al .
cielo, pero antes deberás conocer a Hades y al inframundo,
para ello deberás ir a Creta y buscar a Epiménides, quien te
ayudará a penetrar en las cavernas y te adentrará en el ca-
mino que conduce hacia el inframundo.
»Mientras tanto deberás meditar durante cuarenta días
y cuarenta noches, y en ayuno y abstinencia junto conmigo,

169
en la zona más árida de esta isla en donde está mi cueva, yo
te enseñaré a orar con la vibración correcta, para que tu ser
regrese al tono extraviado que nos une a los dioses y que per-
dimos por culpa de los Titanes».
Arsenio: «Amigos, perdonen que yo no los acompañe,
este humilde y mundano ser, desea estar con sus padres que
están cercanos a la muerte y prontos a que Hades los venga
a buscar; sé cuan interesante y digno debe ser lo que Feréci-
des ofrece y sé que me perderé esa parte, pero espero mi
amigo y compañero Pitágoras me ayude después a hacerlo,
ya en conocimiento del método, y habiéndolo experimentado
en su carne propia; pues nadie puede dar lo que no tiene».
Y de esta manera por primera vez en años, Arsenio se
separó de su amigo y volvió a la vida mundana y profana de la
cual Pitágoras con tanto ahínco lo había intentado extraer.
Siempre son los menos los que siguen la ruta de la dif í-
cil búsqueda de la verdad; son estos los que transforman la
sociedad y siempre con la esperanza de que se unan a ellos
los demás.
Y fue así que Pitágoras fue iniciado en los misterios
de Eleusis por Ferécides y conoció la vibración que gesta y man-
tiene la vida y entendió la dificultad de mantener la vibra-
ción lo que es previo a poder mantenerla y se dio cuenta
que la paz está dentro de uno cuando logramos el equilibro
y la unión de las polaridades.

170
.
LA UNIÓN DE LOS OPUESTOS

Con la experiencia recién tenida de ayuno y oración,


Pitágoras había retomado el camino de ascenso de concien-
cia y alerta, podía sentir la vibración de todo lo que le ro-
deaba y se había dado cuenta de que la creación en este plano
es un continuo entre vibración y vacío, era el principio de po-
laridad actuando; a lo que vibra lo entendió como lo que está
limitado y forma los cuerpos que nuestros sentidos detectan y
que representan la Naturaleza que vemos, incluyendo al
hombre que deriva de la unidad y al vacío lo sintió como lo
ilimitado, aquello que lo envuelve todo, era la mano del crea-
dor cuidando sutilmente lo creado.
De allí nacería su teoría de los opuestos y que se resume
en lo siguiente: Considerar a los números dotados de dos
características, lo par y lo impar, y ya como el impar al divi- .
dir deja un residuo, este se consideró limitado, mientras

171
que el par no deja residuo y se consideró ilimitado, llegando así
a los diez principios opuestos:

limitado ilimitado quietud movimiento


impar par recta curva
unidad pluralidad luz oscuridad
derecha izquierda bien mal
masculino femenino cuadrado rectángulo

Todo este razonamiento comenzó desde la Unidad (Dios)


hacia la Pluralidad (la Naturaleza, el mundo creado de las
cosas) y de allí se fue a las antítesis de lo limitado a lo ilimi-
tado y de lo impar a lo par; el que la derecha se considera
como valioso, viene del hábito de usarla más frecuentemente
entre los hombres; también tiene cierta explicación socioló-
gica histórica, pues la sociedad Griega tenía una estructura
patriarcal con dominancia del varón, de allí el que lo mascu-
lino esté unido a la quietud o perfección del movimiento, a la
recta o camino más corto entre dos puntos y al bien y lo
luminoso, lo que como hemos visto viene unido desde el
Zoroastrismo a Ormuz y lo demás a su opuesto Ahrimán.
Que el bien se identifique con lo limitado y lo impar y el
mal con los contrarios de estos, viene de que lo limitado y lo
impar se identifica con lo perfecto, por ello los números pri-
mos son casi todos impares siendo el 1, el 3, el 5 y el 7 funda-
mentales para Pitágoras como hemos visto en sus experiencias
iniciáticas. Finalmente el cuadrado es un cuadrilátero de lados
iguales divisible en su diagonal en dos triángulos isósceles igua-
les y perfectos, mientras que el rectángulo se divide en dos

172
.

triángulos escalenos. De allí se explica la tabla anterior de los


contrarios y las relaciones y asociaciones de los opuestos.
Ahora bien, para que se dé el Cosmos y el orden en lo cre-
ado, Pitágoras buscara la unión de los contrarios, es decir bus-
cará la armonía de los opuestos, y será la vía para reconstruir el
mundo, y así poner Orden en le Caos y llegar a las vibraciones
superiores de conciencia y a la paz interna, tan relacionada con
la vibración perdida de lo Divino, ese será el trabajo en su es-
cuela y la aplicación de lo que aprendiera operativamente con
Ferécides «produciéndose así dentro de uno, la unión de lo
múltiple y el acuerdo de lo discorde, volviendo así a la unidad».
Esta noción de armonía hará que Pitágoras ponga énfa-
sis en la música, que está íntimamente relacionada con las pro-
porciones numéricas y la importancia del ritmo en relación a
los números, pues los sonidos por ejemplo en la lira se emiten
en función de las distancias en las cuerdas y se caracterizan
por relaciones numéricas claras, así pues el número de vibra-
ciones de la octava está en relación con el sonido base en 2:1,
el de la quinta en 3:2, el de la cuarta en 4:3 y así sucesivamente.
Pitágoras entendió que el Universo es un gigantesco
acorde en el cual cada astro o estrella representa una vibración
o número o sonido; él había logrado escuchar esta armonía de
los astros, y comprendió que la mayoría de los humanos no lo
escuchamos por limitaciones en nuestra naturaleza actual,
pues no hemos hecho el trabajo iniciático operativo para ello.
Para Pitágoras, la forma como elemento masculino, el
orden, el límite o medida, la luz, la quietud son aspectos del
bien y la materia como elemento femenino, la indefinición,
.
el desorden, la oscuridad el movimiento o cambio son
contrarios.

173

.
La forma masculina inmóvil y el orden del Universo es
considerado como bueno, el estudio de los opuestos y la bús-
queda de su integración en la armonía, estará entonces rela-
cionado con la creencia en el alma divina como prisionera
del cuerpo, y será el trabajo iniciático del elegido, lo único
que puede liberarlo.
Este conocimiento que deriva de las experiencias en
carne propia del maestro en las diversas corrientes de la
época como hemos visto, será fundamental en el pensa-
miento Occidental para bien, en cuanto ha ayudado a mu-
chos hombres a encontrar el camino de transformación
personal primero, para luego transformar la sociedad y para
mal cuando se ha dogmatizado y fanatizado.

174
.

PITÁGORAS SE VA A CRETA
DESPUÉS DE LA MUERTE DE SU PADRE

Pitágoras había entrado en una nueva etapa, había sin-


tetizado sus viajes en carne propia y su nivel de alerta había
crecido enormemente, hasta el punto que ya sabía que la
muerte de su padre se acercaba, la presentía; era ese sentido
interno de precognición y que está en potencia en todos los
seres humanos, pero se acentúa con el nivel de conciencia.
Otra cosa que presentía Pitágoras era que Arsenio no lo
acompañaría a Creta, pero sabía que más tarde este lo bus-
caría de nuevo, pues el periplo que habían realizado juntos
había fijado la hermandad y la amistad para siempre en lo
más profundo de las dos almas, así como el amor por la ver-
dad en la mente de ambos.
Tanto la experiencia en Samos, como la profunda situa-
ción que experimentaría en Creta harían de Pitágoras el maes-
tro y de Arsenio el discípulo; este último buscaría a Pitágoras

175
hasta encontrarlo varios años después cuando ya había fundado
su escuela.
Samos era parte del territorio tiranizado por un dicta-
dor llamado Polícrates y Pitágoras no soportaba el someti-
miento; con la muerte de su padre y liquidación de todos sus
bienes, rompía así con la isla que lo vio nacer, a la cual mas
nunca volvería.
El entierro fue muy doloroso para este, pues su padre
aparte de ser el progenitor, había sido el mecenas de sus via-
jes, lo cual lo había convertido en un hombre sabio; como
Menesarco era uno de los hombres más ricos de la isla, y Pi-
tágoras consideraba la muerte como una transición, de la cual
no se debe hacer pompas, el entierro no fue como la sociedad
de entonces hubiera querido y se acostumbraba, pero si de
una profunda significancia.
Pitágoras escogió una urna bien labrada hecha de ce-
dros Fenicios y en una carroza sencilla pero tirada por dos
caballos, uno blanco y otro negro, representando la dualidad
del mundo de la cual su padre se apartaba, condujo el cadá-
ver al cementerio principal de Samos, acompañado por los
amigos y familiares que quedaban y por Arsenio. La bella He-
lena también estaba presente, había engordado, era ya una
matrona, pero aun así conservaba su armonía femenina y este
agradeció enormemente su compañía.
En las breves palabras que dijo, había un profundo
mensaje sutil para la liberación, el cual no fue bienvenido por
los esbirros de Polícrates, quienes forzarían la partida del
maestro.
Pitágoras: «Aquí yace Menesarco, hombre probo y tra-
bajador de esta isla, quien en vida fue el instrumento mascu-

176
lino para que yo viniera a este mundo. Tus familiares y ami-
gos se despiden de ti, pronto nos volveremos a ver, pues
Hades no perdona a humano alguno del destino de la muerte,
transición esta que si hemos en vida meditado y compren-
dido su significado, no es más que soltar un ropaje que es el
cuerpo, para liberar el espíritu hacia destinos más sublimes.
Por ello hay que ser libres como el viento que acaricia el fuego
y no permitir que nadie tiranice a los hombres, pues todos
son hijos del Uno y como tal llevan su esencia. Tu hijo se des-
pide de ti y ora a Zeus que es el mismo Athon y Ormuz por
ti, y ora también para que los que aquí quedamos rezagados,
nos avoquemos a la búsqueda de la armonía interna y no per-
mitamos que nada externo nos aflija».

177
.

PITÁGORAS LLEGA A CRETA

Pitágoras se bajó del barco en la bahía de Heraklion, la


ciudad comercial más importante de Creta y muy cercana
a las ruinas del palacio de Knosos de donde sale la leyenda
del Minotauro, y al cual se propuso visitar de inmediato.

LA LEYENDA DEL MINOTAURO


Teseo hijo del rey de Atenas, a quién este último cada
nueve años el Minotauro exigía le enviaran siete niños
y siete niñas para devorarlas en vida, decidió ser parte
de ellos. El Minotauro era un ser mitad toro (torso y ca-
beza) mitad hombre (piernas) que vivía en el centro del
laberinto en el palacio de Knosos. Durante el viaje,
Teseo logra rescatar un anillo del mar Egeo y prueba
que su verdadero padre era Poseidón, Dios de los mares,
también conocido como Neptuno. Cuando llega a Creta

179
seduce a Ariadna, hija del rey Minos, quien le da el hilo
el cual extiende en los corredores del laberinto mien-
tras se dirigía a la pelea con el Minotauro a quien vence
y mata; ello le permitió conocer la salida y regresar. Una
vez que salvó a las víctimas se lleva a Ariadna con él
y deja Creta.

Paseando Pitágoras por los pasillos del palacio Knosos,


lo que en otra época, fue una maravilla arquitectónica, se de-
tuvo a ver un fresco de delfines, muy naturales por cierto y
tuvo una experiencia de contacto con ellos a nivel telepático.
La telepatía así como lo hemos dicho de la precogni-
ción, es una potencialidad de los sentidos internos del ser hu-
mano, y que ambas se agudizan y surgen a la luz, con el
aumento en conciencia. La telepatía es la comunicación men-
tal entre dos seres vivos, así como la precognición es la posi-
bilidad de intuir el futuro.
Pitágoras tuvo la certeza de que esos mamíferos mari-
nos, eran tan elevados como nosotros los seres humanos en
conciencia, o quizás hasta más; la leyenda de la Atlántida los
relaciona con aquellos humanos como las sirenas y los trito-
nes que se adaptaron al mar, cuando se hundió el continente
y son custodios y compañeros del Dios Neptuno, rey y señor
de los mares.
Es curioso todo esto y causalmente relacionado, pues en
el trayecto entre Samos y Creta, y casi durante todo el viaje,
Pitágoras había visto delfines custodiando y acompañando el
barco y había sentido un profundo amor por ellos y viceversa,
era como un fluir biunívoco de energía cohesiva que alimen-
taba su corazón desde aquellos espectaculares seres marinos.

180
.

.
El delf ín telepáticamente se identificó como Helios y le
dijo: «El mar es el origen de la vida en este planeta, es el com-
plemento Órfico a la Tierra, es decir su otra polaridad; su
agua es salada, como el líquido que la mujer lleva en el vien-
tre, mientras cultiva al niño antes de su gestación; y su so-
nido y melodía va de acuerdo a las vibraciones y ritmo de la
Naturaleza; esta se modula en función de la mente del pla-
neta en donde ustedes los hombres la confunden con sus fe-
.
chorías.
»Nosotros somos protectores de los mares y amamos
a todas las criaturas que allí habitan, solo tomamos lo que
nos es necesario y pidiendo siempre a Neptuno su aproba- .
ción y permiso; nosotros no acopiamos riquezas como los
avaros y ambiciosos de ustedes, ni comemos más de lo nece-
sario como los glotones que abundan en la tierra; nosotros
no mutilamos a nuestros pares ni le robamos su sustento
y siempre estamos prestos a socorrer al náufrago, a quien
empujamos hacia tierra, si ha sido un hombre de bien con
sus semejantes.
»Por la vibración reconocemos el estado del alma de
los seres y venimos desde muy lejos para apoyarlos a ustedes
los seres humanos en su camino hacia el amor y la sanación.
»Tiempos llegarán en que nos reconocerán como her-
manos y entonces el planeta será libre».
Impactado por este mensaje Pitágoras supo que siem-
pre estamos aprendiendo algo nuevo, y que la sabiduría parte
de la humildad, pues es esta la que nos abre la puerta de nue-
vos conocimientos y nos permite aceptarlos.
Pitágoras preguntó a Helios: «Querido hermano del
mar que abres tu mundo a este humilde servidor de la con-

181
ciencia, ¿Cómo es posible que el ser humano no se dé cuenta
de lo que dices y lucha y mata al hermano creyéndolo ene-
migo?, ¿Cómo es posible que un hombre como Polícrates ti-
ranice a un pueblo y tenga cómplices que estén dispuestos a
mutilar a todo aquel que se le oponga?».
Helios: «Amigo Pitágoras, cuando los Titanes salieron
del mar para tomar a Perséfone, tomaron el camino del Mi-
notauro que llevaban por dentro; este sigue latente en el vien-
tre de los hombres y por ello la ambición, la avaricia, la
codicia, la gula, la envidia, la lujuria y la mentira dominan la
faz de la tierra, solo cuando salgan de la ignorancia, podrán
dominar al monstruo que llevan dentro, pero salir de la ig-
norancia no es fácil, hace falta un método y un camino; hasta
este momento tu haz recorrido un largo trecho, pero te falta
conocer al monstruo del inframundo y los infiernos, solo así
podrás dar el salto para que habiéndolo domesticado, este no
te tiente más ni te aleje de las virtudes. Solo estas últimas lle-
van al hombre por el camino correcto; nosotros lo delfines
ya lo hemos recorrido y por eso somos felices con lo que la
Naturaleza nos da, no amasamos bienes y amamos a nuestro
prójimo, y esto ha sido el mensaje de los maestros desde
todos los tiempos.
»Tú saldrás del inframundo habiendo conocido a Hades
y esto te dará la sabiduría para construir una escuela y el co-
nocimiento de la ruta para enseñar a los que allí deban estar
y en los diversos grados de la conciencia de cada cual, para
poder apartarlos del camino de los vicios.
»Será esa escuela un comienzo para Occidente, a fin de
formar hombres que lleven dentro de sí la vibración del Uni-
verso; y que puedan escuchar algunos de ellos, la música de

182
.

las esferas celestes a la cual tu tendrás acceso y así entonar


con sus actos, un himno a la justicia y la convivencia entre
los hombres.
»Yo soy la puerta y el mensajero que te avisa, que para
conocer el cielo hay que pasar por el infierno; para ser puri-
ficado hay que pasar por los Mistes del Dáctilo Morgues».
Y es precisamente ese laberinto oculto dentro de uno,
donde yace el Minotauro; laberinto que se asemeja al de las
entrañas de la tierra, a donde se va a dirigir Pitágoras con su
conductor Epiménides, gran especialista en catarsis y maes-
tro iniciador en los misterios de Hades, es decir la muerte.

183
PITÁGORAS SE ENCUENTRA CON EPIMÉNIDES
Y TIENE UNA PRIMERA EXPERIENCIA
CON HADES
.

Detrás de Knosos, hacia el sur se encuentra una cor-


dillera de colinas rocosas, en donde vive una comunidad de
ascetas, allí le dijeron que probablemente en alguna de las
cuevas, podría encontrar a la persona que buscaba, así fue
que Pitágoras tomo la dirección hacia las montañas y poco
a poco fue adentrándose en el bosque y orientándose por la
oblicuidad de los rayos del sol mantuvo el rumbo.
Al cabo de una hora de camino, encontró a un cam-
pesino que le dijo con exactitud en donde encontrar a los
magos como allí le decían, pues eran conocidos por el pue-
blo como una especie de chamanes sanadores, que podían
también ver el futuro a manera de profetas. Pitágoras subió
la ladera bastante inclinada de la montaña, y encontró unas
cuevas que pensó serían las indicadas. Como no había nadie
decidió esperar y se hizo de noche y así pasaron tres días

185
en los cuales Pitágoras llegó a pensar que estaría equivo-
cado o perdido.
Al día siguiente del tercer día, muy de mañana, sintió
un ruido y tras pasar un rato, vio como se le acercaba un
hombre de mediana edad, algo canoso y calvo y de larga
barba, con una túnica muy blanca y de una altura mayor a la
promedio como la que él tenía; esta persona se identificó
como la que él estaba esperando y le dijo, que el nombre
que le daban de Epiménides no era sino una clave, pues su
verdadero nombre iniciático no se lo podía revelar.
Todo ser que se ha elevado en conciencia y ha entrado
en los misterios menores, para luego acceder mediante el
largo y arduo camino a los misterios mayores, necesita de
un nombre que nadie conoce más que él mismo y con el
cual se identifica ante su YO superior.
Epiménides le pidió a Pitágoras que pensara para si el
nombre iniciático, que el mismo le daría al portal superior
consigo mismo y le explicó que era necesario para no su-
cumbir al llamado de Hades, pues este último no sabría ese
nombre si él no se lo daba y así no podría llamarlo y atra-
parlo; y le dijo que aunque este no lo había visto durante
esos tres días, el había estado a su lado observándolo para
ver si tenía paciencia por un lado y fe por la otra, cualida-
des estas dos, las cuales son vitales para no dejarse llevar en
el inframundo por las promesas falsas de Hades; también
era necesario que Pitágoras se adaptara y se entregara en
soledad a la energía del sitio.
En lo más profundo de su ser, Pitágoras ya sabía su
nombre iniciático, realmente siempre lo supo, pero solo se
le descubrió a su conciencia humana, la noche de ese día de

186
contacto visual y humano con Epiménides. Al día siguiente
comenzaría el proceso de preparación para descender al in-
framundo.
Muy temprano se levantaron y fueron a buscar y cazar
un macho cabrío de esos que en esas montañas abundan y
preferiblemente de grandes cachos; este debía ser lo más
oscuro posible y había que dominarlo con la fuerza de los .
brazos y matarlo con un puñal especial de plata en forma
de llama ondulante y que le proporcionó su guía, que de
ahora en adelante sería Epiménides.
Pasaron siete días antes de dar con el carnero correcto
y darse a la tarea de cazarlo, para ello tuvieron que acorra-
larlo contra un risco y amarrase muy bien antes de tomarlo
en brazos, no fuera a ser que se despeñaran con este por el
barranco. La tarea no fue fácil, pero lo lograron tras una
fuerte lucha, en donde Pitágoras salió bastante golpeado.
Muerto el macho cabrío, había que ofrendar su sangre
a Hades y su carne debía ser ingerida durante las siete no-
ches siguientes, guardando para el futuro la piel casi negra,
pues en esta Pitágoras envuelto haría el descenso al infra-
mundo para estar protegido de los demiurgos y demás cria-
turas demoníacas.
Este proceso de espera, adaptación y lucha, para luego
hacer el sacrificio que es la entrega e ingerir la carne, y que
representa la aceptación, era el comienzo externo de una
profunda catarsis interna que experimentaría Pitágoras;
Epiménides lo sabía, ya había iniciado a varios en los mis-
terios de la muerte, pero ninguno había aceptado este pro-
ceso tan tenazmente y con tanta humildad y sinceridad como
el maestro.

187
Así fue como al séptimo día después de la muerte del
macho cabrío, Pitágoras tomaba su forma o piel, para des-
cender como carnero a los infiernos.
Lo que acontecerá de ahora en adelante es una narra-
tiva de Pitágoras de lo que él creyó ocurría, la verdad esta en
su conciencia, pues todo lo que vio no era más que la apa-
riencia de lo que esta proyectaba, como visión o película de
una realidad aparente y que nos confunde permanente-
mente. Solo en los momentos de lucidez, que fueron tres
durante el largo periplo por el inframundo, Pitágoras to-
maría conciencia del por qué lo que veía.
Narrativa de lo que Pitágoras vio y percibió: «Después
de haber sido despojado de mis vestimentas y saturado de
la carne del cordero ingerida durante los siete días poste-
riores a su muerte, fui vestido con su piel y me dejaron en
una cueva dormido. Desperté al día siguiente y percibí a mi
conductor como un ser gigante, que irradiaba alrededor de
su cuerpo una fuerte luz dorada; yo también me percibía
como un gigante, pero la piel del cordero no me permitía
verme, era como si me hiciera invisible. Fui entonces con-
ducido a la entrada de una caverna; a medida que caminaba
en ella en un largo y zigzagueante camino en espiral, me di
cuenta que era como si estuviera caminando de la piel del
cordero que me envolvía hacía dentro de mi ser y pude ver
mis pensamientos más profundos y la larga trayectoria en
mi cuerpo de mi genética ancestral, era como si llevara im-
preso en mis entrañas, el recuerdo de todas mis vidas y pe-
riplos pasados y que se me revelaban una tras otra.
»Fue entonces que apareció un ser aparentemente
muy esbelto y joven, pero del cual yo desconfié de inme-

188
diato, era muy antiguo y su forma externa mentía, yo sabía .
que era otro y a pesar de mi invisibilidad sabía que este me
percibía y sentí miedo. Mi conductor me lo identifico como
Hades y me dijo tuviera mucho cuidado de no aceptar sus
invitaciones si no quería permanecer en los infiernos.
»Este ser nos daba vueltas y nos invitaba y tentaba con .
todo tipo de golosinas y goces y al no aceptar nosotros y
evadir el convite, tomo su verdadera forma y fue un mo-
mento aterrador ver la verdadera cara de la muerte.
»Aparecieron entonces todos sus súbditos y acompa-
ñantes, tomando las más diversas formas de horror que yo .
jamás haya visto, seres de ambos sexos mutilados por espa-
das, por las enfermedades como la lepra y por el fuego; ena-
nos y gigantes deformados por enfermedades de los huesos,
animales deformados entre especies de monstruos alados de
largos dientes, pero me llamó la atención de no ver niños;
ellos son quizás la esperanza de la humanidad, por eso no .
toman formas en el infierno.
»Pude ver que todo esto estaba dentro mí, que el
mismo Hades me pertenecía y comprendí que mientras no
eliminemos el infierno que llevamos en las entrañas, no de-
jaremos de sucumbir a la muerte. .
»Despierta me gritó mi guía, te toca seguir el camino,
no todo es rugir de llantos, ni pestilentes olores que las ho-
rrorosas formas despiden de sus cuerpos; y fue así que des-
perté y me sentí aliviado al ver que estaba en la cueva
envuelto por la piel del carnero». .
Epiménides: «Haz tomado querido Pitágoras un primer
contacto con Hades, y son siete los pasos a seguir para as-
cender del infierno al cielo; el primero es de mucha violencia

189
.
como habéis visto, los otros serán más suaves pero no menos
duros en su contenido y si mucho más en su compromiso».
Te dejo para que esta semana medites sobre lo acontecido
contigo mismo y usando tu nombre oculto te comuniques
con el cielo».

190
DEL INFRAMUNDO SE SUBE AL CIELO
A TRAVÉS DE UN LARGO CAMINO .
EN SEIS ETAPAS

Epiménides, permitió que la profunda impresión cau-


sada en Pitágoras por ese raro viaje y el contacto con Hades, .
Rey del Inframundo y señor la muerte, penetrara en su más
profundo nivel de conciencia, para que entendiera que la re-
lación de opuestos y lo bueno y lo malo, también existe en
los diversos planos de existencia, hasta llegar a aquel donde
todo se reintegra con el creador y esta POLARIDAD desaparece,
este último y séptimo plano le explicó que es lo que llama-
mos el cielo y para llegar a esa vibración hay que pasar por va-
rias etapas o viajes.
Epiménides: «El segundo viaje es la existencia en este
Universo del Espacio y el Tiempo en que te encuentras amigo
Pitágoras, es pasar por esta Tierra y sentir el calor y el frío, la
noche y el día, amar y ser amado, u odiado o enviado, es la
alegría y la tristeza, es el llanto y la risa; es tratar de no ser

191
olvidado, pues dejaste un rastro con tus obras y lograste per-
donar las ofensas que te hicieron; es pasar el tiempo llenando
el saco de tu espíritu con buenas acciones para el momento
de la muerte, es el plano de la expiación y la prueba en esta
escuela planeta, que no es otra cosa que la vida y que repeti-
rás tantas veces como repruebes; ese viaje está en proceso y
dependerá de ti de ahora en adelante que pases al nuevo nivel
de la existencia».
Pitágoras: «¿Entonces la vida es también un sueño, es
un teatro que nos pasa por delante con múltiples actores que
nos someten a prueba; que es lo real y que no?».
Epiménides: «La realidad no es otra cosa que aquello
que tu conciencia interprete, es aquello que tus sentidos ana-
licen e interiorices en conocimientos, es aquello que pasa
frente a ti día a día y que dependiendo como te manejes, iras
acumulando penas o glorias para el momento en que Hades
te visite; ese viaje te reitero, es el que estás haciendo y yo solo
puedo proyectar hacia donde te diriges o hacia donde retro-
cedes, y recuerda siempre que parte del Inframundo, está
aquí en esta Tierra, en el aquí y en el ahora si haces de tu vida
una miseria».
Dicho esto, dejó a Pitágoras en la cueva y se fue de su
presencia, para permitir que el silencio, ayudara al maestro;
no hay mayor contacto con tu espíritu que aquel que haces
cuando apartas el ruido del mundo de tus oídos y de tu
mente; y fue entonces que Pitágoras comprendió que el Cos-
mos es armónico y por ende su estructura es numérica, que
el verbo es una vibración que se hace realidad a través del
pensamiento y que la vida no es más que una clase de teatro
en el cual actuamos según nuestra conciencia, y que esta se

192
eleva a medida que escuchamos los cantos de las esferas ce-
lestes; y fue entonces que Pitágoras escuchó por primera vez
la música del Universo.
Tras una semana meditando sobre lo acontecido y ha-
biendo tenido esa extraordinaria experiencia del infierno, en-
tendió que solo se abre el portal de las vibraciones del
Universo, cuando bajando al polo opuesto, elevamos nues-
tro espíritu hacia el cielo; es la Ley de Acción y Reacción en .
pleno funcionamiento.
Para entender que le sucedería a Pitágoras en los próxi-
mos viajes, hay que mencionar que la mente puede funcionar .
sin el espacio y el tiempo; podemos movernos al pasado en
instantes y trasladarnos al último punto de la Galaxia con la
imaginación; estas operaciones mentales nos indican que de- .
trás de nuestro cuerpo y debajo de la piel, hay algo superior
a esta carne y a estos huesos y que a pesar de que hemos su-
.
frido transformaciones en nuestro cuerpo, eso que está allí
nos dice que somos el mismo desde siempre.
Esa identidad superior que nos da nuestra unicidad
.
y nos acerca a la conciencia de lo eterno, es la que Epiméni-
des iba a catapultar a través de la Catarsis, para que Pitágo-
ras pudiera ver y sentir el camino al cielo en los diversos
niveles de conciencia.
Fue así como en instantes, Pitágoras entraría de nuevo
en un estado catatónico y alotrópico, ayudado por el calor de
la piel de cordero y por algo muy oloroso que quemaba Epi-
ménides en la hoguera de la cueva.
«Apareció de nuevo Hades, señor de los Infiernos y por-
tador de la muerte, y Pitágoras se dio cuenta que no era más
.
que una representación de una vibración muy burda y violenta;

193
.
era como una música sin armonía, a la cual nos lleva la vida
según hayamos acercado nuestro espíritu, al bien o al mal; la
intensidad de esta vibración depende de cómo hayamos in-
tegrado nuestros pensamientos con la palabra dicha y com-
prometida y la acción realizada; si nos inclinamos hacia el
bien, Pitágoras vio como nos separamos de la desarmonía y
la música de las esferas celestes aparecía en escena; no así si
nos inclinamos hacia el mal, la desarmonía crecía depen-
diendo del tamaño de la maldad realizada, hasta llegar a lo más
burdo en el inframundo, era como una secuencia de posi-
bilidades entre dos acordes extremos.
Visto, sentido e interiorizado esto, Pitágoras entendió la
muerte, esta no es más que un cambio vibracional en donde
el espíritu o YO permanente, se desprende del cuerpo y ac-
cede a la región vibratoria que le corresponde y como en vida
haya actuado; el tono y frecuencia va desde el más profundo
de los infiernos, hasta niveles nunca vistos por el hombre y en
donde la dualidad desaparece y la música del Universo canta
a la creación, las melodías más sublimes, imposibles de ex-
presar con palabra alguna.
Vio como la dualidad alma—cuerpo pasa por muchos
estadios de conciencia en un proceso de expiación y prueba en
esta Tierra y como en un próximo peldaño esta relación y en un
planeta de regeneración mucho más avanzado que este, esta
trilogía de espíritu mente y cuerpo, se sincroniza poco a poco
y se hace una sola vibración que pasa a otro próximo peldaño;
de allí en adelante la muerte desaparece y la integración del
YO único con la creación se hace dueño de su proceso, para
así acceder a nuevos estadios de conciencia a voluntad pro-
pia y de acuerdo a un plan supremo.

194
Ese nuevo planeta nunca visto y que le mostraron como
el siguiente estado evolutivo, tenía luz y colores muy espe-
ciales, los cuales se animaban con música y en coexistencia
con paisajes de ensueño, donde moraban animales y pájaros,
los cuales vivían en especial armonía con el nuevo hombre,
regenerándose mutuamente.
Así comprendió que hay tres estados de vida material o
rangos de conciencia con múltiples estadios cada uno y en
donde Hades está presente, como esa vibración que llama-
mos la muerte; estos van desde la violencia extrema hasta la
regeneración de la humanidad en pleno.
Pasado estos tres rangos de conciencia, le mostraron la
secuencia de otros cuatro como la promesa del camino al
cielo y en donde Hades no tenía cabida; se acababa el extraño
y temido momento de la muerte; el espíritu, la mente y el
cuerpo se habían sublimado en un mismo acorde.
Para un mortal como Pitágoras, visualizar estos cuatro
estados espirituales que seguían y a su vez con múltiples es-
tadios de conciencia ascendentes, y en donde el amor, la con-
vivencia y compenetración con los seres angélicos, que había
visto en su experiencia antes de conocer a Zoroastro, hasta
llegar a las más altas jerarquías de los cielos, en donde la luz
solar se transforma en una luz de un esplendor desconocido
y en donde la vibración no la soporta el cuerpo, no le fue nada
fácil y por ello solo guarda un gratísimo recuerdo, de que son
siete (7) los escalones al cielo y de que el camino comienza re-
almente cuando hayas superado la muerte.
Esta experiencia lo haría un maestro en esta tierra y ya
no volvería a ser el mismo».

195
PITÁGORAS SE VUELVE UN PROFETA
Y SU FAMA SE ESPARCE POR EL EGEO

Aquel ser humano que ha tenido una experiencia alo- .


trópica del corte de la tenida por el maestro Pitágoras, re-
fleja en sus ojos una claridad y profundidad muy diferentes
al común. Los ojos son las puertas del alma, y un alma con
certeza de trascendencia pertenece a una realidad espiri-
tual muy superior en conciencia.
La dualidad infierno cielo, nos demuestra que la polaridad
está presente en los diversos planos de la existencia, solo que
Pitágoras comprendió, que cuando se integra el espíritu, con la
mente y el cuerpo, esta dualidad desaparece y de allí en ade-
lante solo hay cielo, son las cuatro etapas posteriores a las tres .
zonas de violencia, de expiación y prueba y de regeneración y
que coexisten en la realidad del espacio y el tiempo. Tres del
mundo que llamamos material y cuatro del mundo que llama-
mos espiritual, donde la muerte desaparece. ¡Una vez más el

197
siete!
Pitágoras descendió a Eraklyon no solo con una mi-
rada muy diferente y por ende un comportamiento y ges-
tual particular, sino con una contextura más delgada y un
verbo de mayor alcance y profundidad, se dice habían pa-
sado siete años desde que subiera y se retirara en las cuevas
de la montaña; pero para él había sido solo un instante.
Conoció a un noble Cretense, miembro de la Asamblea
de ciudadanos, a quien le comenta sobre su futuro casa-
miento, y el cual ocurría tres semanas después de esta profe-
cía, sin que hubiera estado planificado en la mente del novio;
razón por la cual este y cuyo nombre era Ulises lo invitó de
padrino a la boda y fue presentado a muchos otros asamble-
ístas y nobles, como el sabio que veía el futuro y podía leer las
tablillas escritas sin que estuvieran abiertas.
El hombre desarrollado es aquel que se conoce a sí
mismo, y mientras más se comprende, este sabe que tiene
muchas potencialidades, las cuales el hombre común no
emplea. Estas potencialidades psíquicas de visión, com-
prensión profunda, clarividencia, telepatía, precognición,
sanación, tele transportación y ubicuidad entre otras, se
desarrollan en la medida que son utilizadas para el bien.
Llegó el día de la boda de Ulises y todos querían hablar
con Pitágoras, cuya fama empezaba a expandirse por la Isla;
y como Creta era la más importante de todas en población y
fuerza comercial, pronto también la fama de Pitágoras se re-
garía por todo el Egeo, como aquel que descendió a las en-
trañas de la tierra y estuvo siete años venciendo la muerte.
Ulises estaba feliz y le presentó a su amigo Epidavros,
un importante asambleísta muy comprometido con la li-

198
bertad y con quien Pitágoras hizo extraordinarias migas. .
Pitágoras: «Amigo Epidavros, pronto las garras de Polí-
crates tomarán todo el Egeo, es por ello que me queda poco
tiempo entre vosotros los Cretenses; tú serás un luchador
de la libertad de conciencia, pero si no huyes también tu
vida peligrará, pues esos hombres de poder y de gran Ego,
siempre se rodean de lacayos y súbditos incondicionales de
mala estirpe, que lo adulan y lo circundan por prebendas y
dinero. Estos a su vez crean grupos de terror que van con-
trolando poco a poco a una población temerosa, sobre la .
cual ejercen el yugo de la tiranía, hasta que la carencia de
ese pueblo lo despierta de su letargo y surge un nuevo líder
que los despoja del miedo y los conduce a la redención. Pero
mientras tanto Polícrates ejercerá su dominio y todo aquel
que no se pliegue a sus demandas, verá el rostro de Hades
y pasará a mejor vida.
»Yo tengo una misión que he visto ahora muy clara en
las cuevas, de fundar una escuela que logre crear una masa
crítica de hombres libres y de buenas costumbres, capaces
de mover a los pueblos hacia la prosperidad, la liberación y .
el buen gobierno, sin necesidad del tirano; es por eso que
debo irme, antes de que mi vida peligre».
Epidavros: «Amigo Pitágoras, creo es importante co-
mentes esto en la Asamblea, debemos formar un ejército
capaz de contrarrestar los intereses del tirano».
Pitágoras: «Como tú sabes por los comentarios que
hace la gente, yo tengo el don de la visión y la precognición
y desde ya te digo, que ustedes los Cretenses van a pasar por
esto, no importa lo que hagan, Polícrates se rodeará de mu- .
chos de los que hoy son tus amigos y por intereses y pro-

199
mesas serán traidores de ustedes, precisamente serán aquellos
que hoy crees que son honestos y sabios, pero son muchos
dentro de estos que te envidian a ti y a los tuyos, pues tu luz
los ciega, así que no te recomiendo tu estadía y si puedes
sal de la Isla antes de que sea tarde y busca nuevos hori-
zontes en tierras lejanas a esta tiranía que se avecina».
Epidavros: «Amigo Pitágoras, yo soy descendiente de
aquellos que fundaron Knosos y mi estirpe está compro-
metida por generaciones con esta Isla, y si es necesario mi
entrega, que así sea, me veré con Hades en el inframundo,
pues como tú me has dicho hay que llegar a este para co-
nocer el camino al cielo».
Así fue que Pitágoras conversó con muchos de los ami-
gos fieles a Epidavros, entre ellos Ulises, pero casi todos coin-
cidieron en que preferían la lucha que la diáspora y pronto
estuvieron dispuestos a morir por la libertad de Creta.
Pitágoras había recién partido, cuando a los quince días
una flota de Polícrates tomó por asalto la Isla, Epidavros entre
otros asambleístas fieles a sus principios de libertad, fallece-
rían en la lucha; Ulises huiría con su nueva esposa y sería uno
de los primeros discípulos de Pitágoras en la escuela; y así
su fama creció, pues lamentablemente la profecía del tirano
tomando y sojuzgando Creta, se cumplía.

200
.
PITÁGORAS
PASA POR ATENAS

En el 541 a. C. Pisistrato —un primo de Solón que .


había dado una nueva Constitución a Atenas— se hizo del
poder por la fuerza, y por esa razón lo llamaban tirano,
pero se dice que fue un buen gobernante y respetó la mag-
nífica Constitución que su primo redactara, dando pros-
peridad a esa ciudad, la cual por estar cercana al puerto y
estar bien ubicada y bien gobernada, había logrado domi-
nar la región.
Pisistrato sería un gobernante popular, que elevó el
nivel cultural y la riqueza de la ciudad y creó una flota naval
que dominaría el mar Egeo y rescataría a Creta de la dicta-
dura de Polícrates; este último moriría en el 522 a. C. en
manos de Oretes, tirano sátrapa de Lidia quien lo había in-
vitado a Sardes bajo la promesa de un préstamo monetario
y una alianza, y la cual necesitaba con urgencia pues estaba

201
en serios problemas económicos. Había ocurrido una guerra
civil en Persia y Polícrates había sido aliado de los Egipcios
que eran enemigos, es por ello que Oretes quiso congra-
ciarse con los Persas y evitar que lo consideraran aliado del
enemigo Egipcio y de su aliado Polícrates; ganando así el
favor del triunfador Rey Cambices de Persia.
Solón considerado como un gran Sabio, Legislador y
Poeta había nacido en el 633 a. C. y cuando Pitágoras llega a
Atenas, ya había muerto, pero la reputación por sus Leyes y
Decretos y la lectura de sus poemas estaban vigentes; de la
Constitución de Solón aprendería Pitágoras el buen esquema
para el buen gobierno y de los poemas, el arte de la rima que
eleva el espíritu del hombre. Solón es considerado el padre
de la Democracia o «gobierno del pueblo» (de demos, pue-
blo; y gracia, gobierno), y ciertamente sus leyes y decretos
favorecieron a los más pobres y campesinos y hasta los es-
clavos por deudas fueron liberados, y el Consejo de los Cua-
trocientos o Bule y el Areópago fueron establecidos como
los principales cuerpos consultivos y administrativos del Es-
tado lo que daría origen al Senado.
Atenas impresionó a Pitágoras por su pulcritud blanca
en calles y edificios, por las esculturas que decoraban tem-
plos y palacios y por el nivel de prosperidad y cultura que se
respiraba, fue a conciertos de música en donde la lira, ins-
trumento fundamental de estudio en su futura escuela, in-
terpretaba acordes y música totalmente nueva a sus oídos;
y participó de unos juegos deportivos muy interesantes,
comprendiendo la importancia de esto para el buen cultivo
y desarrollo del cuerpo; de allí también traería consigo los
ejercicios y las reglas para cultivar la salud del templo del

202
alma que es el cuerpo y que practicarían todos sus discípu-
los e iniciados.
Se dio cuenta que en la medida que la gente logra la
motivación por la condonación de impuestos directos como
Solón había normado, esta se vuelve más eficiente y pros-
pera económicamente, generando riqueza al colectivo; la ri-
queza permite el ocio y con este se desarrolla el arte, la
poesía y el amor por la música y prospera la cultura, pero .
también prosperan los vicios, así que solo una estricta dis-
ciplina bajo el cultivo de la voluntad, es la que permite que
el hombre no desvíe su rumbo cuando el dinero toca a su
puerta.
Pudo ver como muchos dedicados al juego, al licor y a la
lujuria, tiraban por la borda su vida y enfermaban o perdían
su fortuna y como aquellos que no lo hacían prosperaban
aún más, de allí que en su escuela la práctica de la disciplina
y el ascetismo serían fundamentales, para domar los vicios
inherentes al deseo del hombre y así moldear la voluntad
del mismo.
Visitó Eleusis en donde las sacerdotisas mujeres eran
vírgenes y de esta experiencia Pitágoras narra:
«No hay ser más sagrado que aquel femenino, la cual
ha entregado el vientre del que provenimos los hombres a
los dioses, la virtud que se respira alrededor de estas vesta-
les, es musical y numéricamente muy cercana a la unidad;
siento que ellas son como los ángeles que he visto en mis
sueños y experiencias, pero que han bajado a la tierra para
ayudarnos a subir al cielo. La mujer tiene certeza de su tras-
cendencia cuando de su cuerpo nace el niño y que luego
será hombre, pero esta certeza no se pierde, sino se afianza, .

203
cuando ella por iniciativa propia, dedica su cuerpo a la exal-
tación del alma».
Pitágoras en Eleusis creyó había completado su en-
trenamiento, era un sitio mágico y de una energía muy sutil,
geománticamente hablando esta fuerza que de allí emanaba
era femenina de la madre tierra Gaia, y sintió que la verdad
está repartida en muchos sitios y que su periplo de viajes
era como un rompecabezas en donde el resultado había sido
el entrenamiento, para de allí entrenar hombres en la bús-
queda de la verdad; y que esta última es una y solamente
una y para llegar a ella hay que recorrer múltiples caminos,
los cuales conducen a los hombres de buena voluntad hacia
la unidad.
Por esas causalidades, en Atenas al regreso de Eleu-
sis, conoció a un hombre muy rubio que venía del norte y le
llamó la atención su tez tan blanca, fue así que escuchó de
este que existe un territorio en donde la magia de la Natu-
raleza comulga en estado de alerta y simbiosis con algunas
comunidades druidas y sintió que todavía le faltaba este
viaje si quería completar su entrenamiento.

204
PITÁGORAS VA A LA GALIA
O TERRITORIO DEL NORTE

Para poder concretar este último viaje, Pitágoras tuvo


que convencer al hombre rubio al cual llamaban Gustav de
que lo acompañara, a pesar de que sus intenciones era que-
darse en Atenas; todavía Pitágoras contaba con una pe-
queña fortuna producto de la liquidación de los bienes de
Menesarco y con ello logró convencer a Gustav, por aque-
llo que decían y que por plata el mono baila. En Egipto había .
visto como los monos eran entrenados y bailaban por el di-
nero que luego tomaba su dueño, a cambio del cual el amo
le daba comida y se dio cuenta de la importancia de esta
primaria motivación del animal que somos.
Los territorios Europeos del Norte estaban poblados
por comunidades seminómadas de Galos y Germanos y ha-
bían grandes extensiones de bosques, pues de las montañas
heladas bajaban numerosos ríos; uno de estos era el Danu-

205
bio que desemboca en el mar Negro; para llegar a este se di-
rigieron al norte de Grecia y cruzaron la región montañosa
de la Tracia y la Macedonia hasta encontrarse con el río que
era navegable en casi toda su extensión, y el cual remonta-
ron en unas barcazas que contrataron hasta acercarse a la
Galia; el paisaje era preciosos pues era primavera y tenía
a Pitágoras totalmente deslumbrado, desde el río se podían
ver en la distancia los picos nevados de los Alpes Europeos
tocando casi el cielo con sus puntas blancas.
Al borde del río se podían ver comunidades de pobla-
dores con primitivas chozas y algunos sembradíos, pues la
mayoría vivían de la caza, y esto daba un calor humano al pai-
saje; parecía que todo estaba en paz y orden con la naturaleza.
Gustav había aprendido el griego y le explicó a Pitá-
goras que aunque todo parecía estar en orden y ciertamente
los grupos o tribus humanas eran muy armoniosas entre sí,
pues su comportamiento era comunal, es decir de cada cual
de acuerdo con sus habilidades a cada cual de acuerdo con
sus necesidades, a veces venían grupos invasores de otras
etnias, cuyo objetivo era saquear y llevarse a las mujeres
para así engrandecer sus tribus, de allí las grandes cercas
de troncos y puestos de vigilancia que Pitágoras observó al-
rededor de la aldeas.
Ciertamente pensó que el hombre en su eterna codi-
cia por lo ajeno, se olvida de buscar dentro de si y por ello
tiene que buscar afuera y tomar lo que no es suyo, pues no
se encuentra a sí mismo; claro también entendió que está
de por medio el tema de la supervivencia y mas en una zona
de clima hostil y frío en el invierno como lo era la Europa que
estaba conociendo.

206
.
Gustav le explicó a Pitágoras que debido al frío, mu-
chos niños y mujeres los cuales eran más débiles, morían
en el invierno y que la supervivencia y el futuro de las tribus,
dependía precisamente de las mujeres que parían y de los
hijos que serían sus futuros hombres, por ello, cuando una .
tribu disminuía en número, era tomada por otra los cuales
mataba a los hombres de esta y que habían quedado des-
pués de la batalla y asimilaba a los niños y las mujeres.
Llegaron hasta donde el río se remonta en los Alpes a
través de sus afluentes y se bajaron pues ya no era la direc-
ción y pronto se haría poco navegable y entre valles de pinos
y hermosas llanuras de pasto llena de flores por la prima- .
vera, fueron ladeando los lagos hasta llegar a un abra entre
las montañas que le daría acceso a la Galia, tierra origina-
ria de Gustav.
Caminaron por tres días y tres noches en veredas par-
tes hechas por los cazadores y parte bajo el conocimiento y la
experiencia de Gustav, que conocía muy bien el rumbo y sabía
.
evadir los bosques tupidos que eran muy frecuentes en la es-
cena de aquel entonces, al final de los cuales llegaron a una
aldea de grandes dimensiones, en donde le dieron la bienve-
nida a Gustav con mucha algarabía. Luego Pitágoras se daría
cuenta que Gustav era uno de los principales líderes de esa
aldea pues era descendiente de uno de los jefes.
Pitágoras estaba fascinado con tanta naturaleza, era
todo muy verde y muy diferente a todo lo que hasta ahora
había conocido. Gustav que era su traductor, le presentó
a unas bellas y rubias primas, pero Pitágoras ya había to-
mado el camino de la continencia sexual y el ascetismo,
como consecuencia de sus experiencias en el inframundo,

207
otra cosa hubiera sido si hubiera estado Arsenio y pensó
en este.
Como Pitágoras le había asomado a Gustav su interés
por lo oculto, este le dijo que pronto sería verano y que en
un lugar sagrado se relazaría una ceremonia muy impor-
tante en el solsticio, cuando el Sol comienza a decaer en el
hemisferio norte y la noche se alarga hasta llegar al solsti-
cio de invierno cuando se invierte este proceso.
Así fue que cercano a esa fecha y con permiso del mago
de la tribu que era muy amigo de Gustav, Pitágoras fue ven-
dado y llevado en una carreta a un lugar distante de la aldea.
Cuando llegaron era de noche y no pudo ver los dólmenes
cual grandes piedras verticales y que colocados en circunfe-
rencia producían un círculo de importantes proporciones.
A la mañana ya podía ver el paisaje y quedó muy im-
presionado por la extraña construcción de piedras y la ex-
traña energía que se percibía y que sentía venía de las
entrañas de la tierra.
Gustav lo invitó a desayunar y le presentó al sacerdote
druida que llevaría a cabo la ceremonia y cuyo nombre so-
naba algo así como Merlín. Tomaron leche de vaca y pan,
guardando siempre como era costumbre en su época el
picar el pan en pedazos, pues si lo mordías entero, se decía
podías quedarte sin fortuna.
Pitágoras: «Amigo Gustav y Merlín (Gustav traducía),
he quedado muy impactado con tanto verdor de su natura-
leza y he visto en el camino muchos venados y hasta jaba-
líes, me gustaría me explicaran que significan las piedras y
el círculo a su alrededor, así como la ceremonia que pronto
realizarán».

208
Merlín (Gustav traducía): «La naturaleza somos todos,
el hombre no es sino parte de esta y debe pedir permiso
siempre para tomar de ella solo lo necesario sin dañarla, si
cazamos muchos venados y matamos a las hembras, pronto
no tendremos venados, si cortamos los bosques y consu-
mimos toda su madera, pronto no tendremos bosques, ni
madera para hacer nuestras chozas y avivar el fuego en el
invierno y los venados y los jabalíes no tendrán donde ocul-
tarse, ni comer y nosotros no tendremos caza; así que es de
la Ley que rige la naturaleza que tomemos de esta en forma
armónica para que ella se reponga, sin ambición y sin lo-
cura, de allí que todo forastero que atente contra esto, será
juzgado y empalado; en cuanto al círculo y las piedras ver-
ticales que se elevan al cielo, este representa el firmamento
con sus estrellas y que es el Universo al cual pertenecemos,
el cual nos cubre de noche, también representa al sol que .
nos da calor y luz durante el día, tanto la bóveda celeste
como el sol son circulares y nuestras piedras enormes
como puedes ver y levantadas con sumo esfuerzo, apuntan
hacia ellos».
Pitágoras: «Entiendo lo que me indicas amigo Merlín,
he recorrido muchos lugares y sé que el hombre en su am- .
bición depreda la naturaleza y toma lo que no es suyo y no
necesita sino por lujo y exceso, pero hay algo más que deseo
preguntar antes que me expliques de la ceremonia y del
solsticio; ¿qué es esta extraña energía que percibo?».
Merlín: «La mayoría de los hombres no ven los ele-
mentales de la naturaleza, los gnomos o enanos que cuidan
la tierra, las ondinas que protegen los lagos y ríos, las síl-
fides que se mueven como el viento y las salamandras que

209
avivan el fuego; estos seres están presentes en las zonas que
se le respetan y ellos se hacen visibles a solo aquellos que lo
merecen, pero su energía nos acompaña. Este sitio donde
hemos construido estos dólmenes circulares es además un
punto geomagnético de la tierra, es decir un punto donde la
energía de la madre tierra está especialmente presente, como
puede ser el corazón en tu pecho que bombea tu sangre a
todo tu cuerpo; el solsticio de verano, marca el momento en
que el sol empieza a declinar en el norte y comienza a en-
friarse la tierra, pues las noches se hacen más largas, así que
por eso, damos gracias por el favor recibido del astro rey du-
rante la primavera y el verano y pedimos que regrese el pró-
ximo año, así nuestras oraciones nos hacen parte de este
ciclo natural y nuestro agradecimiento nos eleva espiritual-
mente para poder comulgar siempre con los elementales de
la naturaleza».
Pitágoras estaba muy impresionado con las simples
respuestas y como había sido iniciado en los elementos, el
saber que estos estaban asociados a unos seres que los pro-
tegen y avivan, le pareció extraordinario, quería en lo más
profundo de su ser verlos.
Y así fue como, en el día de la ceremonia, empezaron
a llegar muchas personas de diferentes aldeas cubiertos con
sus mejores pieles, había un gran caldero en el centro en
donde se cocinaba un caldo de diversas verduras con carne
de venado y jabalí, el cual se consumiría por todos al final
del rito; Pitágoras pidió que en pote separado, le echaran
solo verduras, pues sus creencias no le permitían comer
carne de animales sacrificados, a lo que Merlín le dijo:
«Amigo Pitágoras, nosotros podemos consumir todo

210
.
aquello que da la naturaleza si lo hacemos correctamente,
yo respeto tu creencia, pero te pierdes de algo bueno, la ve-
locidad del ciervo y la fuerza del jabalí nos ayudan a cazar
y a sobrevivir en el invierno, pues nos dan grasa a nuestro
cuerpo y energía a nuestros músculos; nada está vedado al
hombre que toma de la naturaleza lo que esta le ofrece con .
respeto, sin embargo aceptamos tu petición y aunque no
es lo correcto te haremos tu caldo separado de vegetales
solamente».
Entrada la tarde, todo el mundo se concentró dentro
del anillo de piedras y Merlín empezó en extraño idioma unos
canticos que fueron adormeciendo a la gente; tenía un bastón .
de una bella madera en su mano derecha y en el tope la pie-
dra de Rha que había tomado en Egipto y que también había
utilizado para descender al infierno. Merlín la llamaría la pie-
dra de rayo, porque es aquel que ilumina las tormentas.
.

211
DURANTE LA CEREMONIA DEL SOLSTICIO,
PITÁGORAS LOGRA INTEGRARSE CON LOS
ELEMENTALES Y APARECE EL GNOMO QUE
A PARTIR DE ESE MOMENTO LO ACOMPAÑARÁ

La noche estaba abierta al Universo, la luna llena ilumi-


naba las piedras con una magia particular, los seres recogidos
dentro de estas y en el círculo aguardaban las instrucciones
de Merlín; iba a empezar la ceremonia. Había hombres, mu-
jeres y niños en perfecta armonía, como una gran familia, se- .
rían como unos doscientos y venían de varias tribus pero de
una sola etnia, los llamados druidas, eran de tez blanca, altos
y rubios o de pelo castaño claro y algún que otro moreno.
Pitágoras observaba con profundidad y sentía la ener- .
gía del sitio como algo muy pegado a la tierra, era como si
esta estuviera en sintonía con lo que allí iba a pasar; en el
medio del círculo además del caldero que serviría para el
banquete después de la ceremonia, había también una gran
concentración de palos en forma de cono, que servirían
para la gran fogata.

213
Merlín con una antorcha en la mano, prendió la fo-
gata y dijo, mientras Gustav le tradujo a Pitágoras al oído:
«Fuego sagrado, ilumina los corazones de los aquí reunidos,
pues el amor que de estos emana, es la fuente de nuestra
unidad y poder, tu luz nos ilumina y nos das calor, como el
sol lo hace a diario, permite que este último retorne en su
ciclo anual a estar con nosotros siempre; ayuda a los her-
manos aquí reunidos a que siempre tomen de la naturaleza
solo lo que necesiten y que nada les falte si son humildes y
conformes; pero si buscan mas allá de sus necesidades, y la
ambición los envuelve, corrige su ruta para que entiendan
que no solo llevaran a la naturaleza al desequilibrio, sino a
sus cuerpos y todo lo que de la piel hacia adentro este com-
prende; somos uno con la naturaleza y por ello los elemen-
tales están con nosotros y el fuego avanza, el viento sopla,
el agua nos limpia y la tierra nos envuelve».
Dicho esto guardó silencio y la fogata se avivó produ-
ciendo una enorme llama que se elevó al cielo, una extraña
brisa acariciaba las mejillas de los presentes y la humedad
de una ligera lluvia que empezó a caer indicó que estos tres
elementos estaban presentes.
Pitágoras entonces sintió el rugir de la tierra y vio
como se aproximaban al grupo, una gran cantidad de ena-
nos vestidos de verde con un interesante y raro atuendo y le
preguntó a Gustav de que tribu eran.
Gustav le respondió: «Ellos son gnomos, son los seres
elementales que custodian la tierra, viven en los bosques y
purifican las aguas con sus parientes las ondinas, ellos co-
nocen el secreto de la naturaleza y si se lo pides, te acom-
pañaran siempre para que puedas entender y no olvides

214
nunca la armonía que existe y debe existir entre las cria- .
turas; el hombre cree que es capaz de tomar todo sin con-
secuencias, pero no es así y ellos te lo recuerdan si te
desvías, por eso es tan importante su compañía y es un don
que te da la naturaleza si te llegara a ocurrir».
Dicho esto, apareció un simpático enanito que se iden-
tificó como Yosef y tomando de la mano a Pitágoras lo llevo
a dar un paseo por el bosque que nunca olvidaría; de ahora
en adelante Yosef sería un compañero inseparable y un pe-
queño maestro de la relación con la naturaleza.

215
Crotona
.

EL VIAJE DE PITÁGORAS AL BOSQUE


LE DA UN PUNTO DE VISTA NUEVO
DE LA NATURALEZA

Yosef adentró a Pitágoras en los sonidos de la noche,


el bosque estaba muy oscuro, por lo que los otros sentidos
como el oído y el tacto y el olfato estaban en alerta; había
un olor a humedad que se sentía en la piel y los grillos ele-
vaban una sinfonía, cuyo sonar de bajos correspondía a
algún que otro sonido gutural de los animales del bosque;
las estrellas los rodeaban por obra de las luciérnagas, sobre
las que el gnomo comentó:
«Si logras concentrarte, al lado de cada luciérnaga
siempre hay un hada, ustedes los humanos creen que la na-
turaleza no es inteligente y que por ello cae bajo su dominio,
pero lo que no saben es que nosotros los elementales somos
la conciencia de esta. Las hadas armonizan batiendo sus alas el
.
flujo energético entre el aire y la humedad a fin de que las
hojas de los árboles puedan transpirar, absorbiendo el agua

217

.
que este contiene y permitiendo que en la noche se libere gas
carbónico y durante el día oxígeno, ayudando así a estabilizar
la atmósfera del planeta. Las hadas también acompañan a las
mariposas para potenciar esta función y polinizar las flores
juntos a otros insectos, permitiendo así que se realice el ciclo
de la reproducción vegetal, necesaria para preservar los bos-
ques y por ende la atmósfera terrestre».
Pitágoras estaba fascinado con lo que estaba percibien-
do y se dio cuenta de repente, que cerrando un poco los ojos,
podía ver las formas de las hadas al lado de las lucecitas de
las luciérnagas, ayudado por los rayos de luna que se cola-
ban en el bosque. Concentrándose aún más y focalizando
su fe, por aquello que dice que hay que creer para ver, pudo
percibir completamente aquellos elementales que los hu-
manos llamamos hadas y desde tiempos inmemorables
están en los cuentos que les hacemos a los niños. Entonces
en algarabía estas empezaron a volar en su entorno y se hi-
cieron presentes y Pitágoras comprendió lo que el gnomo
le decía.
El ruido del agua sonaba a la distancia, era un riachuelo
y se percibía como en la existencia de una cascada por el so-
nido del preciado líquido contra las piedras, era un sonido
melódico que empezó a tomar fuerza a medida que se acer-
caban, generando una profunda paz; Pitágoras comprendió
entonces el por qué de las fuentes y de cómo el sonido de la
naturaleza armoniza y pensó que en su escuela pondría una
fuente en el centro.
Al llegar al arroyo, la apertura del bosque permitió
una mayor iluminación de la luna, a un golpe de palmadas
de Yosef, saltaron sobre el agua unas olas concéntricas que

218
.

ondulaban en la superficie como si alguien hubiera tirado una


piedra, solo que como ya Pitágoras estaba en estado de con-
centración y alerta pudo ver a las ondinas retozando sobre
estas y el gnomo le dijo:
«Los elementales del agua están encargados de nive-
lar el contacto de esta con el aire a fin de que dependiendo
de la temperatura, el aire absorba la humedad necesaria
para su función de intercambio con la naturaleza, tanto con .
las plantas como con la piel de los animales y del hombre;
todo está interconectado y todo es necesario para el equi-
librio de la vida y de la salud; si alteras las fuentes de agua,
alteras todo, tal como cuando muere una mariposa se es-
tremece el Universo, es por ello que debemos respetar
nuestras fuentes de agua y no contaminarlas, pues no solo
de estas beben los animales y el hombre, sino todo lo que
en la atmósfera se mueve y no vemos y es lo que mantiene
el equilibrio de la vida en este planeta».
Pitágoras estaba encantado con los olores y sensaciones
nocturnas del bosque y con la enseñanza que estaba apren-
diendo; se estaba dando cuenta que la vida es una red com-
pleja de interrelaciones, en donde todos somos parte de la
naturaleza y esta es mucho más de lo vemos. Comprendió
que para poder ir hacia dentro de la piel, esta debe estar sana
y por ello hay que respetar un orden y una relación y se dio
cuenta que en la naturaleza también habían números que re-
presentaban vibración, estando la armonía en el uno, es decir
cuando nos integrábamos en unidad con esta, nos hacíamos
parte de ella, tal como él estaba experimentando.
Pronto amanecería y con la salida del sol, viene el
canto de los pájaros y todo el bosque explota en sonidos de

219
alabanza al astro rey. El gnomo estaba contento, pues él per-
tenece más al día y a la luz, que a la noche y la oscuridad. Fue
entonces que Yosef le dijo a Pitágoras que lo llevaría a su
aldea y cuál fue la sorpresa.
En un recodo del riachuelo había una entrada disi-
mulada y se abrió un vallecito muy dif ícil de ver o pene-
trar sin un guía. Pitágoras entonces al voltear la vista vio
una comunidad de casitas y chozas de paja, un molino, los
jardines repletos de flores y una comunidad de gnomos que
despertaban en alegría cantándole al nuevo día y Yosef le pre-
sentó a sus tíos y primos y al jefe de la aldea un gnomo de
larga barba y calvo de aspecto pensante y mirada profunda.
Este se identificó como el guardián y le llamaban Rodolf.
Rodolf: «Bienvenido Pitágoras, te estamos esperando
desde todos los tiempos, pues nosotros somos eternos, de-
saparecemos solo cuando hemos cumplido nuestro come-
tido y renacemos en otro punto de inmediato en donde nos
necesitan. Yosef será tu bastón y contacto con lo eterno de
ahora en adelante, él ha sido entrenado para ello, pues te toca
llevar a los hombres grandes enseñanzas que has aprendido
en tus viajes, iniciaciones y experiencias. Hades te ha visto y
tú has visto a Hades, te toca ahora enseñar a los discípulos
que es la muerte y por lo que has comprendido con nos-
otros también deberás explicarles que es la vida; Yosef te
irá complementando tus ideas y será tu protector hasta que
mueras, es el momento que te retires al sitio donde tus dis-
cípulos aprenderán de ti y el mundo te conocerá por ellos».
Había llegado el fin del periplo, Pitágoras comprendió
que ya estaba listo, debía volver al sur y construir su escuela.

220
PITÁGORAS LLEGA A CROTONA,
AL SUR DE LA PENÍNSULA ITÁLICA ,
DESPUES DE PASAR POR LOS ALPES

.
Los celtas y los galos son primos hermanos y los más
instruidos se hacían llamar los druidas pues eran los cono-
cedores de los secretos de la naturaleza; estos también po-
blaban la región montañosa entre la península Itálica y la
Galia; región de profunda belleza conocida como los Alpes
Europeos.
En su recorrido hacia el sur, Pitágoras y su compañero
oculto Yosef, recibieron instrucciones de Gustav y un sal-
voconducto para poder salvar sin inconvenientes el paso de
los Alpes y así llegar a la península; tras recorrer valles y per-
noctar en aldeas amigas, llegaron a un empinado camino
que los llevaría a los glaciares.
El pasó por el glaciar, lo realizaron con un grupo de
gnomos de las nieves y que se hicieron amigos de inmediato
de Yosef; estos le indicaban las zonas de menor peligro y los

221
cobijaban durante la noche en cuevas por ellos conocidas y así
los protegían de las ventiscas heladas.
El paisaje montañoso era espectacular y Pitágoras
disfrutó mucho este contacto con el frió o ausencia de
calor, y entendió que la altitud así como la latitud están em-
parentadas en cuanto a los ciclos térmicos que percibimos
en la piel.
Una vez que llegaron al lado de la península, se die-
ron cuenta de lo maravilloso que es el pie de monte Itálico,
los lagos cual espejos cristalinos daban gran frescura al pai-
saje y las rocas se elevaban al cielo de la misma forma que
los dólmenes, era la naturaleza la que había marcado el ca-
mino del hombre para honrar con sus construcciones el
Universo; Pitágoras en honor a esas estructuras de piedra
que había conocido como los dólmenes, las llamó Dolomi-
tas.
En una aldea celta, ya del lado Itálico le explicaron que
el centro de la península estaba habitado por tribus hostiles
y que era preferible seguir hacia el sur que había sido colo-
nizada por los griegos. Fue así que entre bosques y ayuda-
dos por los gnomos de la península, los cuales sabían de
rutas y pasos desconocidos, lograron sortear los peligros de
encontrarse con tribus etruscas o enemigas de estas que pu-
dieran poner en peligro la vida de Pitágoras.
En el sur de la bota itálica estaba una colonia Helénica
llamada la Magna Grecia, en lo que es hoy la Calabria y la
principal ciudad era Crotona; esta había sido fundada por
los aqueos hacia el 710 a. C. y era un puerto de mar, así que
era una próspera ciudad de gran intercambio comercial
con la Grecia, Egipto y Fenicia cuando en el 530 a. C. llega

222
Pitágoras, y que ya tenía unos cuarenta años de edad; el .
nombre de esta ciudad se debía a una leyenda que rezaba
que el gigante Crotón hijo de Éaco, rey de la Isla de Egina
conocido por su piedad y justicia; no descansaría en paz,
hasta que hubiera fundado esta soberbia ciudad.
Era Crotona por el tamaño, la influencia, el idioma, la
prosperidad y la belleza, el sitio ideal para construir la es-
cuela, cuyo objetivo sería cambiar al hombre de la piel hacia
adentro, para cambiar el mundo de la piel hacia afuera.
Lo primero que hace Pitágoras cuando llegó fue des-
cansar, estaba extenuado de tanto viajar y por ello se dedica
a conocer la ciudad y a entablar relaciones. El mundo ad- .
quirido y las experiencias tenidas, habían incrementado su
percepción de los seres humanos y le era fácil entablar
amistad a su conveniencia.
Lo segundo que hace cuando ya se establece, es que le
escribe una carta a Arsenio y que se explica por sí sola:

Amigo entrañable, cuando nos separamos en Samos,


fuerte fue mi dolor por no tenerte a mi lado y saber que no
podría compartir contigo todas estas nuevas experiencias
que he acumulado y que deseo contarte.
He decidido fundar una escuela, para enseñar a los
hombre el cómo conocerse a sí mismos, como yo lo he
hecho conmigo…; en resumen, un viaje desde la piel hacia
adentro y hasta el alma; es por ello que te necesito a mi lado,
pues tú eres también un iniciado y serías de gran ayuda.
El hombre debe dar a los demás lo que ha conseguido
para sí, sobretodo el conocimiento en sabiduría y debe
saber y escoger a quién, pues solo los de corazón abierto y no

223
los mezquinos, son aptos para la senda de la verdad.
Es por ello que te he escogido desde temprana edad
como mi amigo y se cuan libre y honesto eres; el hombre
sencillo como tú y humilde en su espíritu es el prototipo de
mi escuela y te necesito a mi lado para que me ayudes.
Por lo demás te comento que esta ciudad de Crotona,
está en pleno apogeo y hay bellas mujeres como las que te
gustan, y debo contarte que he conocido a una mujer de
nombre Téano, que es muy bella y joven con unos veintio-
cho años, y es hija de Milón un potentado comerciante que
me recuerda a mi padre. Quizás esta sea la mujer con quien
debo desposarme, pues creo me estoy enamorando.
Ayúdame, Arsenio, pues sin ti que eres mi bastón, no
podré lograr lo que en mi mente ya es un hecho.
Te aprecia, y te espera tu amigo

Pitágoras

224
.

ARSENIO RESPONDE A PITÁGORAS


QUE VIENE Y ESTE ÚLTIMO LO ESPERA
PARA DESPOSARSE

Milón vio en la nueva relación de su hija con el foras-


tero un buen futuro, pues apreciaba la cultura y sabiduría de
Pitágoras, así que no tuvo mayores inconvenientes en acep-
tarlo e introducirlo en la sociedad política y económica de
Crotona.
Ya aceptado en la sociedad, Pitágoras le cuenta a Milón
de su intención de iniciar una escuela iniciática y este moti-
vado por entrar en ella, le propone financiarlo; y si bien es
cierto que Pitágoras era un hombre de cierta fortuna, el
grueso se lo había gastado en sus viajes; así que su mecenas
terminaría siendo su futuro suegro.
Pasado un mes y medio de haberle escrito a Arsenio
—pues el correo tomaba su tiempo, ya que debía pasar a
través de Atenas y Creta—, Pitágoras recibió el siguiente
mensaje:

225
Mi bien amado y amigo Pitágoras, no sabes la emoción
que sentí al leer tu carta; yo también me he casado y tengo
dos niños pequeños, y puse una flota de pescadores que es
mi sustento, por lo que he pensado mudarme con esta hacia
allá, pero debo ir primero para conseguir una casa y ver el
puerto; me encanta la idea de la escuela, así seguiré siendo
tu fiel discípulo; espero llegar tan pronto pueda.
Recibe todo mi afecto y el de mis esposa que conocerás
prontamente y el de mis hijos, que aunque pequeños toda-
vía, por su inteligencia se perfilan también como grandes
discípulos tuyos.
Arsenio

Pitágoras estaba emocionado y decidió junto con Milón


adquirir un terreno grande en las afueras, pero a la vez muy
cerca de Crotona, y por el cual cruzaba un riachuelo, nece-
sario este para las fuentes planificadas y las pruebas del agua.
El terreno era como una pequeña finca con una casa, la que
pensó podría ser para Arsenio, y él se construiría otra al lado
del templo, el cual ya había planificado en su mente y lo tenía
perfectamente dispuesto dentro de la parcela; así pues se
apresuró a trabajar con unos maestros constructores, quienes
dirigiría hasta la llegada de Arsenio
Lo primero fue estructurar las proporciones del ancho
y el largo en base a los números primos impares, el 3, el 5 y
el 7, de forma tal que el templo sería un paralelepípedo de
5 por 10 y buscaría un número par de 4 para su altura; entre
el ara de los juramentos y el oriente por donde sale el sol ha-
bría la proporción de 3 y entre el ara y la puerta al occidente
habría 7 largas, de forma tal que las 10 largas estuvieran

226
.

orientadas de Oeste (Occidente) a Este (Oriente), por donde


sale el sol y el ancho de 5 largas de Norte a Sur; y para tener
cierta idea de su tamaño una larga corresponde aproxima-
damente a 3 metros.
Pitágoras sabía que un triángulo recto en proporcio-
nes de 3 a 4 como eran los catetos del Oriente al Ara y del
Ara al techo y que representaba el firmamento, tendría una
distancia de 5 del techo sobre el Ara al Oriente, marcado
por la hipotenusa de este triángulo. El 3 representa la po-
tencia masculina que une al Ara con el Oriente y el 4 la po-
tencia femenina que une al Ara con el firmamento,
representando los cuatro elementos que bajo el cielo confor-
man la tierra, de forma tal que la hipotenusa representa la
distancia del Ara al firmamento del Oriente por donde sale el
Sol, uniendo así los dos principios activos de la polaridad con
el astro rey.
Pitágoras que tenía una mente matemática, y se dio
cuenta que 25 es igual a 16 + 9 y que «25» es el cuadrado de
5; «16» de 4, y «9» de 3 y empezó a experimentar con otros
números y proporciones y se concluyó, que en todos los
casos, la hipotenusa al cuadrado en un triángulo de un án-
gulo de 90 grados o recto, era igual a la suma de los cuadra-
dos de los dos catetos y pensó: «La Geometría tiene axiomas
que son universales y servirán de base para entender la rea-
lidad y construir los templos que nos acercan a Dios, son
Leyes matemáticas que parten de la unidad a la cual debe-
mos volver tras un largo periplo».
Durante el proceso de construcción del templo, pro-
fundizó en el afecto de Téano y empezó a amarla, era el mo-
mento de pedir su mano a Milón quien no vaciló en dársela,

227
pero Pitágoras le pidió esperar a Arsenio y por el avance del
templo, pues quería una ceremonia sencilla en aquel recinto
que sería el eje de su escuela y la presencia de su buen y que-
rido amigo; así que todos acordaron esperar un poco a que se
cumplieran estos dos eventos, los cuales ocurrirían casi si-
multáneos, pues estaban terminando el templo, cuando se
anunció en el puerto, la llegada de un barco velero que traía
a Arsenio.

228
PITÁGORAS SE CASA CON TÉANO
Y HAY GRANDES FIESTAS Y CELEBRACIONES
EN CROTONA
.

Gran emoción había en el puerto cuando bajó Arsenio


del barco, y se abrazó con Pitágoras largamente; ambos ha-
bían envejecido y los toques de pelo blanco, empezaban a
poner el tono del pelo gris a los dos y la frente de Pitágoras
crecía como su sabiduría por la caída del cabello; Arsenio
venía con su mujer y sus dos niños, pues había decidido
vender la flota pesquera y dedicarse con Pitágoras a la es-
cuela; ¡era una grata sorpresa!
Pitágoras estaba con Téano a quien presentó como su
futura mujer y con Milón a quien presentó como su futuro
suegro, todos contentos se fueron a casa de este último,
donde serían alojados por un tiempo mientras se terminaba
la remodelación de la casa al lado del templo.
Pitágoras le contó a Arsenio su experiencia con Hades
y sus viajes y sueños en Creta, su visita a Atenas y Eleusis,

229
y el extraordinario viaje a la Galia; y le dijo que aunque este
no comprendería ni vería, un enanito elemental o gnomo
que siempre estaba a su lado, este era su compañero.
Arsenio: «¿Gnomo, qué es eso?, yo sé por nuestra ex-
periencia que hay cosas y seres que no veo, pero de que me
sirven, si ni siquiera conversar con estos puedo».
Pitágoras: «Yo sé lo que me dices, pero no es mi caso,
y no pienses que estoy loco, por ver cosas que los demás no
ven; los manicomios están a veces llenos de gente cuerda,
pues ven más allá que lo que el hombre común percibe.
»Yosef se llama mi nuevo amigo y nadie más que tú lo
sabes, que este es mi nuevo compañero, ni siquiera a Téano
se lo he dicho no vaya a creer que estoy loco y pierda su con-
fianza, así que espero este sea nuestro secreto y te agra-
dezco profunda prudencia al respecto; no se lo puedes
revelar a nadie o diré que tu eres el que está loco.
»En cuanto a su uso, no es una cosa que sirve, es un
ser de la naturaleza de profunda sabiduría, es un custodio
de la tierra y me ha ayudado a llegar hasta aquí, evitándome
muchos peligros y también me ha mostrado la relación que
tenemos con todo lo que nos rodea, no como algo separado,
sino como la vibración o tono que representa el número y
que está en todo lo que existe.
»Pero dejemos eso así por ahora, celebremos tu lle-
gada y mi pronta boda».
Al día siguiente, Pitágoras llevo a Arsenio al terreno
en las afuera de Crotona en donde estaban terminando de
construir el templo y remodelar la casa que ocuparía este, y
le explicó de las proporciones geométricas y del teorema de
los triángulos con ángulos rectos; al llevarlo a la casa donde

230
viviría, Arsenio quedó muy motivado a mudarse tan pronto
como esta estuviera lista y así ayudar a terminar la construc-
ción del templo y la casa que ocuparía Pitágoras y Téano.
Pitágoras le explicó a Arsenio la importancia de las
fuentes y las caídas de agua y entre los dos diseñaron unos
espectaculares jardines, con un pequeño lago y con una cas-
cada, e idearon un molino para elevar el agua, y con gran en- .
tusiasmo se dedicaron a su construcción y siembra; dentro
del jardín habría un laberinto vegetal como el de Knosos
y que recordaría la leyenda del Minotauro que hay en cada
uno, y sería en su centro donde se haría la prueba de la tierra
y así cavaron un foso a donde unas escaleras de piedra con-
ducían.
Terminado el templo y los jardines y ya mudado Ar-
senio, había llegado el momento de la boda.
En ese entonces la religión en Crotona estaba muy
vinculada a las pitonisas de Delfos; Téano vestiría de blanco
lino, como luego sería el ropaje de la escuela y su padre
Milón la conduciría bajo el sonar de la lira al ara del templo;
los invitados estarían entre el ara y el occidente donde la
medida era de siete largas y solo Pitágoras la esperaría en el
oriente a tres largas del centro.
En el ara había una sacerdotisa joven y virgen como
Téano y ella sería la encargada de traer a Pitágoras hasta el
ara para hacer el juramento; hecho esto, les dio a los con-
trayentes pan y vino, esparció semillas de trigo y sal al
viento y prendió una vela con aceite y les pidió a los con-
trayentes que respondieran afirmativamente si querían la
unión y como la respuesta fue afirmativa, estos hicieron el
juramento:

231
«Yo Téano tomo a Pitágoras como esposo y juro fide-
lidad a este por el resto de mis días y yo Pitágoras tomo a
Téano como esposa y juro fidelidad a esta por el resto de
mis días»
Dicho esto por parte de los contrayentes, la sacerdo-
tisa dijo: «Pitágoras, desposas a una virgen como yo, ella te
entregará su inocencia y virginidad, como yo la he entre-
gado a Zeus, cuida para siempre este sacrificio sagrado y hón-
ralo con tu fidelidad y serás bienvenido en el Olimpo al final
de tus días; y tú Téano, recibe a este hombre por esposo,
hónralo sirviéndolo y amándolo, él es un ser muy especial
que deberás apoyar siempre, para que tu femineidad lo
complemente y pueda estabilizar su polaridad y hacer cre-
cer su sabiduría; los declaro marido y mujer y que comien-
cen las fiestas».
Todos los presentes salieron al bello jardín recién
construido, estaba cayendo la tarde y prendieron las antor-
chas y velas, y como Milon tenía preparado un excelente
banquete, todos se sentaron e las mesas muy bien dispuesta
en el jardín, en los alrededores del templo, y unas bellas
danzarinas que animarían la comilona, salieron al espacio
muy bien dispuesto entre las mesas, y mientras duró la cena
todos con gran alegría reían.
Fue todo un acontecimiento social en Crotona, el cual
marcaba el comienzo de la escuela y la inauguración del
templo.

232
.

PITÁGORAS COMIENZA A ESCOGER


LOS PRIMEROS DISCÍPULOS CON ARSENIO
Y NACE EL CONFLICTO EN LA ESCUELA
.

En la época de Pitágoras, los magistrados de las ciu-


dades eran electos, mediante el sorteo de habas en un saco; .
quizás de allí viene la expresión «se cuecen habas» y por eso
Pitágoras prohibió su ingestión a los alumnos de la escuela.
Este quería que fueran los más probos, honestos y prepara-
dos ciudadanos, y por ello se dedicó a buscarlos detenida-
mente y con paciencia, para así escoger a los mejores y ver .
si en potencia podría motivarlos al cambio necesario y que
exigiría la escuela.
De su experiencia de vida y contacto con tan diversos
pueblos, Pitágoras se había dado cuenta que los mejores go-
bernantes eran los más preparados en las matemáticas y en .
la artes liberales que cultivan el alma; pareciera que el hom-
bre con sentido de trascendencia, obra en el poder de mane-
ra distinta al que llega para satisfacer sus voraces instintos

233
.
materiales; este último normalmente se corrompe y hace
un gobierno para sus intereses y no los del pueblo.
También pensaba que el hombre que ingesta carne de
seres vivos y particularmente de animales del bosque, como
le hacía ver Yosef su gnomo, se transforma en un ser más
voraz y violento como lo hacen las fieras, pues los caballos,
reses y ovejas que andan tranquilos en rebaño se alimentan
de pasto, mientras las fieras como los osos, tigres, leones y
lobos, se alimentan de otros animales, al igual que el feroz
cocodrilo del Nilo que se alimenta de peces o de animales
que consigue en las riberas.
La idea de que un ser vivo engorde a costa de otro ser
vivo, no le gustaba, por lo que en su búsqueda de potencia-
les discípulos preferiría a los vegetarianos e impondría a
aquellos que por cualidades fuesen seleccionados, que de-
bían dejar de comer carne animal, aves y reptiles, así como
huevos que son la semilla de estos dos últimos.
También Pitágoras se había dado cuenta que al dejar
de comer carnes, su espíritu estaba más en alerta y le per-
mitía una sanidad digestiva rápida que se traducía en la salud
del cuerpo, por ello sería muy riguroso con esto de no comer
carne en sus discípulos, pues hay que cuidar el cuerpo a tra-
vés de la disciplina, ya que este es el templo del alma.
Así fue como Arsenio y Pitágoras con estas premisas
comenzaron su búsqueda y para ello fueron al contacto di-
recto de aquellos que en principio ellos creían que tendrían
el potencial para desarrollarse en la escuela.
Se dice que al menos había dos tipos de discípulos o
categorías o grados, aquellos que buscaban conocimientos
sobre un área determinada; a estos se les denominaban

234
como discípulos «acusmáticos» es decir exotéricos y aque-
llos que practicaban todo y hasta se dice conocían los secretos
del maestro, a los cuales se les denominaban «matemáticos»,
.
es decir discípulos esotéricos.
Entre los pitagóricos existía un profundo sentimiento
de solidaridad y amistad y cultivaban la hermandad universal
que une a todos los hombres, lo que es una consecuencia del
cultivo de la moral y los valores del espíritu; estos se recono-
cían con signos particulares que solo ellos conocían y alejaban
de sus trabajos toda intromisión de los profanos; y cuando
uno de ellos violaba las leyes de la organización era excomul-
gado y anatematizado, tal es el caso de Hipaso de Metaponto
uno de los más conocidos por haber divulgado la doctrina del
maestro, pero por otra parte gracias a él se le conoce.
Hipaso fue devoto del pitagorismo, posiblemente uno
de los discípulos más aventajados y del círculo interno y dio
a conocer su cosmología y los descubrimientos en las mate- .
máticas y en la música, y fue también regente en Crotona y se
dice que Heráclito fue su discípulo, manteniendo ambos al
fuego como el principio generador de todas las cosas por
condensación y rarefacción, así como también decían que
en el fuego todas las cosas se disuelven.
En la metaf ísica pitagórica, se nos revela la idea de que
el proceso cósmico se realiza en grandes ciclos. El sistema
solar gira alrededor de la estrella Alción o Sol Central de las
Pléyades cada 25.900 años aproximadamente, lo que sería el
ciclo mayor y posteriormente con Platón sería llamado el año
Platónico. Según los pitagóricos, el universo se contrae y ex-
pande de eternidad en eternidad y el camino recorrido vuel-
ve siempre a su origen de donde partió.

235
Esta concepción cíclica va hasta el último detalle «yo
me volveré a encontrar entre vosotros con mi cayado» decía
Pitágoras a sus discípulos.
La idea circular o cíclica de todas las cosas, tiene es-
pecial preponderancia en la idea del Cosmos u orden Uni-
versal, la cual parte del Caos o desorden, volviendo así a su
origen después del ciclo correspondiente.
Uno de los grandes secretos en la escuela, era el des-
cubrimiento del número irracional en la raíz cuadrada del
2, así como la inconmensurabilidad de la diagonal con los
lados del cuadrado por el famoso teorema de los triángulos
de ángulos rectos, lo que va mas allá de la realidad y tras-
ciende la intuición sensible, pudiendo crear en el vulgo, la
sospecha de que el cosmos es un caos pues la realidad
misma es irracional.
Se dice que Hipaso al pensar en el fuego como el gen
de todo, lo asociaba con la esfera cósmica solar y como el
número correspondiente al ser dividido entre sí, dejaba
siempre un residuo, creaba una imperfección en la crea-
ción del universo, que unido al concepto de número irra-
cional sembrada la duda y la confusión en la comunidad
pitagórica.
Otro de los principales discípulos fueron Alcmeon de
Crotona quien sería considerado como el primer Biólogo ex-
perimental, y quien junto con Metarco, Metón y Demócedes
se opusieron a Hipaso, Diodoro y Teages quienes afirmaban
que se debía otorgar a todos, el derecho de formar parte de
la asamblea y de ser elegidos para los puestos públicos y que
los magistrados debían dar cuenta de su gestión a individuos
nombrados como contralores y electos por sorteo.

236
Triunfaron los segundos que defendían al pueblo de
bajo conocimiento o ignorante y los oradores Cilón y Ninón
comenzaron a confabular en contra de los pitagóricos or-
todoxos y seguidores de Alcmeon, naciendo así en Occi-
dente el populismo que tanto daño ha hecho y sigue
haciendo.
El planeamiento de Hipaso da así al comienzo de lo
que sería la Democracia y su pensamiento de aproximacio- .
nes sucesivas para calcular la diagonal del cuadrado a par-
tir de los lados, le daría la idea de que el gobierno basado en
una noble constitución y fundado en altas elucubraciones .
matemáticas, no garantizaba la justicia y la felicidad del Es-
tado, debido a que las acciones de los gobernantes es in-
conmensurable con las mas sabias y rigurosas Leyes. Esto .
implicaba que solo la responsabilidad compartida y mensu-
rable los actos de gobierno por el control del pueblo, puede
.
llevarnos en sucesivas aproximaciones a la justicia y felici-
dad de los ciudadanos administrados por ese tipo de go-
bierno, lo que muchas veces ha terminado en abuso de
.
poder, y promesas falsas o incumplidas.
Hipaso por haberse opuesto al maestro en su idea de
una sociedad aristócrata y cerrada, conducida por los mas
nobles y sabios, y por haber revelado los secretos matemá-
ticos de la escuela, era expulsado por los discípulos más
conservadores; sin embargo, gracias a su disidencia avan-
zaron los principios Democráticos, tal como las reformas
que en Atenas apenas había realizado Pericles para la elec-
ción popular de todos los cargos del gobierno, y las matemá-
ticas y la música tomó un lugar preponderante en una
.
sociedad primitiva en conocimientos, que se abría a la cultura

237
.
y a un nuevo tiempo, gracias a la escuela y a sus discípulos
y disidentes.
El experimento musical atribuido a Hipaso y a sus dis-
cípulos, de los vasos parcialmente llenos de agua para formar
los acordes y que está basado en la velocidad de transmisión
de las vibraciones de donde surgen estas, permitió entender
la formación de las octavas, pues dejando un vaso vació y lle-
nando otro a la mitad, al golpearlos sucesivamente se for-
maba esta; así como la cuarta se formaba con un vaso vacío
y otro una cuarta parte lleno, y si el segundo vaso era llenado
en un tercio, se formaba la quinta, de forma tal que mediante
estos experimentos, demostraron que la octava se forma en
la relación 2 como 1, la cuarta en la relación 4 como a 3 y la
quinta en la relación 3 como a 2; dando así comienzo al en-
tendimiento de la realidad del sonido y los acordes musica-
les, basado en la experimentación.
Así la escuela puede considerarse como pionera en lo
que sería el pensar científico en el futuro de Occidente.

238
LA ESCUELA ACTÚA SOBRE EL HOMBRE
Y ESTE PROMETE, EN SU INICIACIÓN,
SU COMPROMISO A LA CIUDAD
Y A LA SOCIEDAD

Así se fue formando la escuela, en donde Pitágoras


y Arsenio escogían a los candidatos más preparados y con
cualidades para pertenecer al círculo interno, y los cuales
serían iniciados en los cuatro elementos tal como ellos lo
fueran y a los que se les darían los conocimientos más pro-
fundos y signos, palabras y tocamientos para identificarse
entre ellos.
En el jardín estaba el laberinto y en su centro estaba la
fosa dentro de la tierra, en donde comenzaba la iniciación.
Todos veían al aspirante dentro del foso por unas rendijas y
le hacían ruidos guturales extraños como de animales sal-
vajes, para hacer más penetrante la experiencia en la cueva
terrestre y en donde se esconde el animal que llevamos por
dentro; en este sitio el aspirante debía meditar en profundo
silencio sobre su destino y sus creencias; luego era desves-

239
tido de torso y despojados del calzado y vendado en los ojos
era conducido al templo.
Pitágoras llevaba un báculo o cayado, que en su parte
superior tenía incrustado la piedra de Rayo o de Rha que
había traído consigo desde su iniciación en la tierra en Aby-
dos, y que como sabemos era de un verde oscuro cristali-
no, y con este instrumento apuntaba al aspirante al salir del
laberinto; ya dentro del templo frente al ara, le pedía que
confesara sus creencias y legara algo trascendente para la
posteridad; esto era puesto en un pergamino escrito por un
secretario, lo que era leído en presencia de todos y en fun-
ción de las respuestas se aceptaba a negaba su entrada en la
escuela.
Aceptado, se procedía con la iniciación en el agua.
El aspirante era entonces sumergido en el lago, e inmersa
la cabeza vendada del mismo, se le despojaba de la respi-
ración por varios minutos, para que se diera cuenta que
somos seres en donde el aire nos es de vital importancia
para la vida.
El agua al contacto con el cuerpo ponía de inmediato
al aspirante que no veía, en un estado de alerta de su piel
por el cambio de temperatura y se le decía al salir del pro-
cedimiento antes descrito de inmersión, lo siguiente:
«A pesar de que en tu cuerpo hay mucha agua, el con-
tacto con esta, al estar vendado te agudiza la relación con
ella y te devuelve al seno materno, cuando flotabas en el
vientre de tu madre en un líquido salado como la sal que
ahora te damos (y le daban a ingerir una gran cucharada de
sal al aspirante). Esto significa tu comienzo, que es el con-
tacto con la tierra de dónde vienes, representada por esta

240
sal, para así fertilizar tu espíritu en esta agua, que ahora te
envuelve como fuera tú principio en el seno materno.
»La falta de aire cuando te hemos hundido, te ha de-
mostrado en tu ahogo, que sin este no puedes vivir, lo que
también te muestra cuán grande es el Universo que te lo de-
vuelve de inmediato cuando tus pulmones se vuelven a ex- .
pandir con la presencia de este y así la satisfacción de la vida
vuelve a tu cuerpo, tan pronto has salido del agua y tomas
contacto de nuevo con el aire.
»Esto te dice que debes cuidar tu cuerpo y para que
siempre esté en alerta y con vida, vuelve al agua tanto como
puedas y déjala correr por este para que esta lo limpie, de
forma tal que los propósitos y legados de tu espíritu se
hagan destinos en tu vida y puedas traer a tus semejantes
bienestar y salud, como la que te devolvemos después de la
inmersión en el agua; líquido precioso este que riega la tie- .
rra y ahora ha limpiado y purificado tu cuerpo, para que tu
alma se haga digna de formar parte de este, cuando tam-
bién la purifiques».
El aspirante al salir del cuerpo de agua y sentir el
fresco de la noche, pues todo se hacía al caer la tarde y fi-
nalizar el día; se le permitía secar el cuerpo con el aire y se
le decía:
«Volvió el aire a tus pulmones después que te sentías
ahogado y creías se te iba la vida, esa sensación consciente
de respirar de nuevo, es la que debes mantener todos los días, .
pues ella es la que trae la energía del cielo para que te integres
con el UNO; ahora el aire seca tu cuerpo y te demuestra que
este siempre te rodea y está al lado tuyo acompañándote
como signo vital de tu existencia; no lo contamines, cuídalo

241
y siéntelo como un aliado, que si lo respiras profundamente
y meditas, siempre estarás al lado del UNO y este te envol-
verá en su gracia y te protegerá con su energía.
»Ahora secas tu cuerpo y el fresco te aviva los soni-
dos de la noche, pues los sonidos los conduce el viento. (En
ese momento comienzan las liras a tocar bellas melodías).
La música que oyes te llega por el aire que respiras y ella te
eleva y te atrae al mundo del espíritu y al verbo del UNO.
»Recuerda que la palabra que dices impacta en el otro
y toda ofensa queda gravada en la memoria de tu semejante
herido, así que no uses el verbo sino para enseñar o alabar
al prójimo; no manches el aire con palabras de odio ni ren-
cor, pues mancharas el fluido que respiras y que te da la
vida».
El aspirante es conducido vendado y ya seco de nuevo
al templo, en cuya entrada hay dos columnas como los dos
obeliscos a la entrada de los templos egipcios y es puesto
entre columnas, entonces se le pregunta si desea ser final-
mente iniciado en el fuego.
El aspirante que responde afirmativo, se le conduce a una
cámara contigua al templo en donde hay un fogón prendi-
do y el humo lo envuelve todo y una vez mas lo ahoga; el calor
y la falta de aire se vuelve insoportable y justo al momento
que el aspirante está a punto de desfallecer, es salvado y una
vez más el aire fresco y limpio entra en sus pulmones y este
toma conciencia de la importancia de este mismo, y ya den-
tro del templo y frente al ara se le dice:
«Haz vivido la prueba del fuego que todo consume y de
donde todo viene. Para templar la espada primero hay que
llevarla al fuego y después de ello enfriarla bruscamente en

242
el agua y el viento; para templar el alma, primero hay que .
enfriar el cuerpo y quitarle el aire y es cuando al retirarlo
del agua y del humo regresamos a la vida; y así el alma toma
conciencia de que es fuego que se apagaría si se le retira el
aire del cuerpo.
»El fuego se aviva con el aire, así como el alma con
tus buenos pensamientos y obras de bien; no nos falles, una
vez que ahora hagas el juramento y te quitemos las vendas.
(En ese momento le quitan las vendas y con unas antorchas
le iluminan y calientan la cara y el cuerpo). Acabas de reci- .
bir la luz del fuego, estas en el templo, ahora debes jurar:
»Yo, juro por Zeus y por mi alma eterna, que no he de
revelar nada de lo que aquí ha ocurrido y he visto u oído, y de
ahora en adelante obraré de acuerdo a mi legado y princi-
pios aceptados (en ese momento los queman y se los lleva el
viento, han sido archivados en el recuerdo); y juro que pro-
curaré el bien de mis hermanos de la escuela y que actuaré
en la ciudad y en la sociedad para el bien común de mis se-
mejantes y buscaré hasta el fin de mis días la verdad que hay
dentro de mi y debajo de mi piel en donde subyace mi espí- .
ritu, protegiendo mi cuerpo y mi alma con todos los ele-
mentos que me han acompañado y hasta el fin de mi vida,
la cual ofrezco ahora y para siempre al UNO».

243
.
ANATOMÍA FISIOLÓGICA Y PSICOLOGÍA
EN ALCMEON DE CROTONA

La escuela va a despertar en sus discípulos las mejo- .


res cualidades de estos, se practicará en el círculo interno de
iniciados las matemáticas, la geometría y la música y con la
piedra de Rayo o de Rha, Pitágoras los llevará a estados su-
periores de conciencia, buscando el acercamiento de sus
discípulos a las experiencias de la muerte, similares a las
por él experimentada con Hades. El hombre que ha muerto
profanamente y logra ir desde su piel hacia adentro, cambia
para siempre su alma y se gana un pedazo de cielo, pues de
allí en adelante no será lo externo, si no su fuerza de volun-
tad interna, la que dominará las pasiones de su cuerpo y su
espíritu se elevará hacia la práctica de las virtudes, lo que
conduce al iniciado al Olimpo aquí en la tierra.
La curiosidad de Alcmeon por estas experiencias ini-
ciáticas y de supraconciencia, lo llevan a estudiar el desarrollo

245
del hombre en el embrión materno y la forma en que los sen-
tidos permiten la conformación de las sensaciones en el
cuerpo.
Alcmeon se da cuenta de que la mayor parte de las
cosas que existen son dobles, es decir vienen siempre con
sus opuestos para conformar la realidad; observa que todo
animal viviente es femenino o masculino y es quizás el pri-
mero que constata, como también en el mundo vegetal, su
reproducción se da por las flores, quienes dan origen a los
frutos, de cuyas semillas nace la nueva planta y demuestra
por observación que en las flores también está la dualidad,
pues el polen o esperma vegetal que sale de una parte mas-
culina, es llevado por los insectos a otra femenina, y es lo
que fecunda.
Su preocupación y análisis de la muerte, lo lleva a
decir la famosa frase «Los hombres perecen porque no pue-
den unir el principio con el fin», esto estaba directamente
vinculado en su creencia de la transmigración e inmortali-
dad del alma, pues en su ciclo de sucesivas reencarnacio-
nes, esta gira en los cuerpos como los planetas giran
alrededor del sol, buscando así encontrar la unidad entre su
principio y su fin; claramente lo que muere es el cuerpo y así
su pensamiento nos lleva a lo que podríamos llamar la vida
superior, como un proceso y compromiso de aprendizaje
para encontrar al UNO, tomando conciencia de que esto solo
ocurre de la piel hacia adentro.
El observó que la vida tanto en el hombre como en los
animales y plantas sufría transformaciones y cambios en una
línea recta de tiempo, por lo que solo si la vida fuera circular
y no recta, podría pensarse en la inmortalidad, por ello el

246
alma gira en círculos y es eterna, mientras el cuerpo fallece en
línea recta; y así pensó que los astros del cielo son eternos
como el alma, pues sus movimientos son también circulares.
Conoció a Heráclito de Éfeso, en unos de sus viajes y en
conversa entre ellos llegaron a la conclusión de que el hom-
bre encuentra en su hijo la vuelta al nacimiento y esto ocu-
rre como posibilidad a los quince años de vida en el común
de los mortales, que es el momento cuando el hombre ma- .
dura y tiene la posibilidad de eyacular la esperma gestadora
de la vida y entonces Heráclito le dice:
«Amigo Alcmeon, solo si el hombre encuentra en si
el potencial para regresar al principio, habrá vencido la
muerte y por observación te digo que es tu hijo el que a los
quince años, puede devolverte en tu nieto, la imagen de tu
principio y tú tendrás al menos treinta; así es que esta edad
de treinta fija el ciclo de tu madurez o senectud y recuerda
siempre que el camino hacia arriba o hacia abajo es uno y es
el mismo, porque es común el principio y el fin en la cir-
cunferencia».
«Amigo Heráclito —responde Alcmeon—, entonces
es la esperma lo que lleva el fuego de la vida y se parece a mi
alma, esta permanece constante y capaz de engendrar y
contiene una parte de todos los órganos de mi cuerpo que
flotan en el agua que a su vez la contiene; ella está presente
en mi, hasta que como en mi niñez desaparece en mi vejez,
así cerrando el ciclo de la vida de mi cuerpo; pero si yo pu-
diera guardar mi esperma, esta podría gestar la vida aún
después de mi muerte, luego hay algo en ella cíclico que la
haría eterna. Por otra parte, he practicado la disección de cuer-
pos y he visto la diversidad de órganos componentes y puedo .

247
decirte que es el cerebro el conductor de nuestras decisio-
nes y el que controla el bombeo de la sangre por el corazón
y la respiración en los pulmones, por ello es de vital impor-
tancia cuidar nuestros pensamientos para no enfermar el
cerebro y con ello el cuerpo; es en la cabeza que está la sede
de la dirección y las sensaciones son analizadas por este
miembro.
»Por ello y te digo en experiencia propia, solo podre-
mos controlar lo que nos afecta externamente, si logramos
parar el deseo de las sensaciones que nos gratifican, entre-
nando como lo hacemos en la escuela al conductor del
cuerpo, mediante una vida estoica que fortifica nuestra vo-
luntad. Es por ello que pienso que solo aquellos hombres
que han sido capaces de gobernarse de la piel hacia adentro,
son los elegidos por Zeus para comandar al pueblo; lamen-
tablemente mi amigo Hipaso a quien hemos tenido que ex-
pulsar de la escuela por haber divulgado nuestros secretos,
ha dado al vulgo la posibilidad de elegirse por sorteo para
todo cargo público y tu sabes amigo, que en eso se cuecen
habas siempre».
De regreso en Crotona, Alcmeon fue reconocido
como un gran médico y en sus métodos de sanación prac-
ticaba el uso de la música para armonizar el cerebro, pues
este decía que gran parte de las enfermedades se debían a
una desviación en la dirección del cuerpo, pues la cabeza
había desviado sus pensamientos y por ello cambiaban las
sensaciones en el cuerpo.
El hecho de que el cerebro fuese el conductor del
cuerpo, hizo pensar a Alcmeon, que la esperma conduc-
tora de la formación del nuevo cuerpo, fuese una parte de

248
este y concluyó en esta como la quinta esencia y decía: «El
alma-esperma quinta esencia del cerebro, se mueve circular-
mente como los astros y así conduce la formación del nuevo
cuerpo, para así cuando el cuerpo llega a la senectud, esta
pueda generar una nueva vida en el hijo del hijo y cerrar así
el círculo de la naturaleza en que la esperma humana retorna
a la esperma, tal como los astros en el cielo, seres estos eter-
nos, esta vive para siempre a diferencia del cuerpo». .

249
.

LA ESCUELA PITAGÓRICA EMPIEZA A TOMAR


CUERPO Y FAMA , PUES SUS INICIADOS EMPIEZAN
A ACTUAR EN LA SOCIEDAD .

Toda Escuela iniciática tiene como propósito elevar el


conocimiento desde la piel hacia adentro, pues ese es el ca-
mino de la sabiduría y de la sanación de lo que realmente
.
somos, es el camino del ascenso del alma y la trascendencia
del espíritu.
Toda persona que busca la sabiduría antes que cual-
quier otra cosa, estará preparado más que ningún otro para
enfrentar la muerte. El miedo a la muerte en vida es un lí-
mite que diferencia al hombre común del iniciado.
El hombre realmente iniciado, que se conoce a sí mis-
mo, le es fácil intuir todo lo que ocurre a su alrededor y con-
trola lo externo, en vez de que lo que sucede afuera, lo
controle a él.
En la escuela, a medida que avanzaban en número de
discípulos, la actuación de estos en la vida ordinaria o pro-

251
fana, mostraba un cambio, que hasta el vulgo percibía; en ge-
neral, los iniciados comenzaban a actuar con más rectitud y
eran más asertivos en todo lo que comenzaban.
Esto hizo que la fama se expandiera, más allá de Cro-
tona y muchos venían en búsqueda de Pitágoras para ser
iniciados; pero como todos no estaban preparados o no te-
nían el potencial a que la escuela aspiraba, se creó un grado
de comienzo o preparación al cual denominaron los «acus-
máticos» y luego habría dos grados adicionales, el de «ma-
temáticos» en donde se profundizaba en la meditación, las
prácticas acéticas sobre el cuerpo, el estudio de las mate-
máticas y la música y finalmente había otro grado no reve-
lado que era su círculo interno; a estos últimos Pitágoras
los preparaba para ser sus «discípulos maestros» y así con-
tinuar y engrandecer la escuela y era a estos últimos los que
con la piedra de Rayo o de Rha, los llevaba a conocer a
Hades.
En aquella época, todo movimiento que congregara un
número importante de personas influyentes en la sociedad,
era visto como una secta y si más aún este grupo se compor-
taba éticamente y hablaba con una propiedad diferente al
resto, posiblemente la veían como una secta religiosa o polí-
tica según fuera el observador y los intereses de este.
Pitágoras solo quería elevar la conciencia de los hom-
bres y particularmente la de sus dirigentes, por eso les decía
al entrar:
«Habéis sido iniciados en los elementos, para que
estos los acompañen siempre y con nuestras prácticas ali-
menticias y de ejercicios, mejoren su salud, ya que de nada
sirve elevar el espíritu en un cuerpo que no responde.

252
»La música y las matemáticas elevarán su nivel de
conciencia. Elevar la conciencia es fundamental, para en-
tender de dónde venimos y a donde debemos ir, solo así se-
remos conductores de nuestra propia vida y podremos
trascender hacia nuevos planos de existencia.
»El que se conoce a sí mismo, conoce al otro y me-
diante ello, es capaz de liderar el destino propio y el de otros
según su talento y ambición.
»Yo no quiero otra cosa para mis discípulos que su
bien y con este el de la sociedad, pero sé que muchos utiliza-
ran los conocimientos en su propio interés, lo que es válido,
siempre y cuando no dañen a nadie.
»Como entenderán muy pronto, pues habrá reaccio-
nes en nuestra contra, todo cambio, modifica hábitos y los
intereses existentes a veces actúan en contra de este cambio,
así que es probable que muchos piensen que somos un mo- .
vimiento religioso o político, tratando de modificar los va-
lores en nuestra sociedad y tendremos oposición.
»Como falta mucho para que estemos preparados, lo
mejor es mantenernos lo mas en secreto posible y actuar
con mucha prudencia, por ello se les pide discreción y les
pido encarecidamente, que no le den información a aquellos .
enemigos de nuestra escuela que no entienden del cambio
personal, pues son unos viciosos o interesados y que actua-
rán en nuestra contra por envidia e ignorancia.
»Así que desde ya les comunico mi legado, que es enten-
der que todo es vibración y que esto ocurre por desdobla-
miento del uno, primero en el dos que forma la polaridad, luego
en el tres que engendra al hijo iniciado, para así conformar los
cuatro elementos, que cuando vuelve el uno y se integra con

253
estos, se forma el cinco que es el hombre o estrella de cinco
puntas, en donde a la materia se le ha agregado el espíritu.
»Cuando al cinco se le vuelve agregar el uno se forma
el seis, que es el hombre conciente en la familia, núcleo fun-
damental de la sociedad.
»Mi amado siete es el uno sobre el hombre conciente
y en familia dentro de la sociedad, que cuando le agrega-
mos el uno de nuevo se forma el ocho o el infinito en la tie-
rra.
»El nueve es el numero perfecto, es aquel que se re-
pite a sí mismo siempre, así:

9 + 9 es 18 que 1 + 8 es 9;
9 + 9 +9 es 27 que 2 + 7 es 9;
9 + 9 + 9 + 9 es 36 que 3 + 6 es 9,

y así sucesivamente; lo que indica que es aquel número que


ha encontrado el círculo, por ende nos lleva al uno, pues al
agregarle el uno de nuevo, se forma el 10 que es de nuevo la
unidad 1 + 0 es 1.
»Así es que lleven consigo un solo mensaje, esta es-
cuela es para el bien actuar y poder regresar al uno en el
círculo eterno de nuestra evolución y a través del creci-
miento de nuestra alma poder reintegrarnos a la unidad».
Como en toda organización humana, no todos enten-
dían, había almas más nobles que otras y hombres más agu-
dos que otros e intereses múltiples, así que a medida que la
escuela crecía y más influía en aquellos hombres que a su
vez influían en la sociedad, más enemigos cosechaban.

254
.

LA AMENAZA CONTRA LA ESCUELA


Y CONTRA LA VIDA DE PITÁGORAS

Una de las constantes en la historia de la humanidad, es


aquella relacionada con el fin de los días de los grandes ilu-
.
minados, que han cambiado el proceder de la muchedum-
bre; como sabemos son juzgados y condenados a muerte
como hicieron con el maestro Sócrates; o los cobardes inte-
resados en su desaparición buscan a alguien que los elimine.
La escuela estaba produciendo cambios en los discípu-
los, que encontraban una razón para vivir y dejaban de temer
a la muerte; el sentido de trascendida que da el encuentro .
con uno mismo y de la piel hacia dentro al sentir el alma, es-
taba alterando el orden establecido en Crotona.
Un acaudalado enemigo de Milón, lleno de envidia y de
celo al ver el progreso de este, ya que la fortuna se incre-
mentaba por la sensatez y seguridad que dan las matemá-
.
ticas, y el alto sentido moral de su proceder, decidió tomar

255
cartas en el asunto y contrató a través de un hijo, a un grupo
de ladrones presentes de Cartago, de esos que llegan al
puerto a ver que toman o trafican.
La idea era crear un caos alrededor de la escuela y lo-
grar la expulsión de Pitágoras de Crotona, para lo cual había
que desprestigiarlos y hacerlos ver como un grupo de locos
conducido por un falso profeta, el cual intentaba por inte-
reses personales, engatusar a los nobles y cultos discípu-
los, y quienes cada día eran mas, pues venían desde muchas
otras ciudades, ya que la fama de la escuela se había expan-
dido.
Para ello, crearon un sin número de rumores en el pue-
blo; este siempre está dispuesto a gritar por un poco de alco-
hol, pan y circo y esto generó cierto revuelo en las autoridades,
muchas de las cuales veían en las enseñanzas de Pitágoras un
peligro para el mantenimiento de sus puestos; ellos por el in-
terés del mediocre que duda de su permanencia por méri-
tos, se anexaron a la causa y serían los promotores de la
expulsión.
Por otra parte los ladrones habían sido instruidos para
quemar la escuela y crear el caos, para lo cual motivaron a
una turba portadora de antorchas, y que las autoridades bien
que se hicieron de la vista gorda.
Aquel sitio tan bello que con el tiempo había crecido en
armonía por la propia actividad que allí se realizaba, sucumbió
a las llamas y los jardines y el templo quedaron destruidos.
Arsenio estaba desminuido moralmente y su vida y la
de su familia estuvo en peligro, pues vivían casi al lado de la
escuela.
Falsos testimonios y una turba aupada y enardecida

256
pedía a las autoridades la expulsión de Pitágoras, y a pesar
de toda la influencia y fortuna de Milón, este no pudo hacer
nada, para que el bajo fondo que está presente en la mayoría
de los políticos de la historia de la humanidad, no influyera y
saliera a flote, para apoyar a una turba pagada por intereses
materiales muy viles.
Fue así como Pitágoras decidió irse a Metaponto una po-
blación mas pequeña y cercana a Crotona, y tomar una vida .
oculta y sencilla, y le dijo a Téano que cuando estuviera ins-
talado la pediría y que alguien vendría a buscarla, pero que
por ahora, por favor se cuidara mucho y le diera asilo en la .
casa de Milón a Arsenio y su familia.
Pitágoras tomo las pocas pertenencias, pues era un
hombre muy frugal de ligero equipaje y salió de Crotona por
un bosque contiguo en compañía de su custodio el gnomo
Yosef. Este siempre lo había guiado en los peligros.
Los ladrones fueron motivados a hacerse cargo de la
vida de Pitágoras, pues por un puño de monedas de oro, el
hombre pobre de espíritu y de baja cultura y estirpe e igno-
rante, ha estado siempre dispuesto de cargarse hasta su padre .
o a su mentor y maestro, y así fue que comenzó la persecu-
ción por el bosque.
Yosef el gnomo sabía que lo estaban siguiendo; y deci-
dió tomar la ruta más tupida hacia unas frondosas colinas .
donde posiblemente habría unas cuevas donde refugiarse.
Nunca más se volvería a ver a Pitágoras; los ladrones
le dijeron a sus financistas que este había caído por una coli-
na a un foso en donde sus restos se pudrieron y eran impo-
sibles de rescatar, por lo que trajeron el cadáver de otro
hombre desfigurado que sería el que velarían en una gran

257
pantomima de funeral en Crotona, donde Téano lloró amar-
gamente a su esposo.
Esto contrasta con la versión inicial de Platón sobre la
muerte del maestro y que fuera un sueño, pues más se rela-
cionaba con la historia de Sócrates que con lo que verdade-
ramente ocurriera a Pitágoras
Los discípulos más cercanos y del círculo interno sa-
bían que Pitágoras no había muerto y Arsenio más que nin-
gún otro lo consideraba y lo sentía como vivo y se dedicó
a buscarlo y es aquí donde nace la leyenda de la muerte de
Pitágoras y toda esa conversación al borde del lecho de muer-
te en Metaponto, rodeado de sus más queridos amigos y alum-
nos y se popularizó el cuento entre ellos, de su descenso al
mundo de Hades y al inframundo en busca de almas reivin-
dicables.
Yosef sabía que Pitágoras había trascendido a la muerte,
este había logrado integrar el cuerpo a su alma y había desa-
parecido de este plano; todo era una proyección en la mente
de los discípulos para lograr la despedida iniciática.
Pitágoras sabía que el legado estaba dado y que era el
momento de irse y esperar mejores tiempos para el regreso;
el hombre no ha entendido que estamos de pasada y nada de
lo que aquí tengamos será posible llevarlo; por eso Pitágoras
siempre dijo que al cultivar el alma, nos estamos ganando el
cielo; solo aquello acumulado de la piel hacia adentro será
nuestro único tesoro cuando partamos de este mundo.

258
.
EPÍLOGO

La historia del pensamiento demuestra que este es


energía, es decir la capacidad de hacer un trabajo, movili-
zando a través de los hombres que lo comparten, esfuerzos
monumentales, y que como ejemplo de ello, en el siglo XX,
las dos grandes guerras producto de las diversas formas
de pensar, dieron origen en sus enormes movilizaciones
humanas, a gran parte de toda la tecnología moderna
como la industria automotriz y naval, la aviación, las co-
municaciones, los sistemas computacionales inteligentes,
los sistemas de proyectiles espaciales, entre otros y lo más
dramático, el desarrollo de la energía atómica. El hombre
había despertado a través de la guerra el gigante dormido
de la esencia de la creación; la energía almacenada en las
entrañas de la materia y con ello la igualdad onda-par- .
tícula: E=m * C2.

259
¿Pero han mejorado las relaciones humanas y el hom-
bre está dentro de una civilización más digna y en paz?
El nuevo Paradigma Holístico del siglo XXI, que es el
siglo de la Energía, del pensamiento sistémico, de la bús-
queda de la Justicia, del contacto con el Cosmos, de la Aldea
Global y del gobierno y la moneda universal, ¿podrá dar una
respuesta a esa pregunta?
Hemos llegado a nuestra época, y 2.600 años van a
cumplirse muy pronto del nacimiento del maestro Pitágoras
y basta ver la TV para darnos cuenta, que a la velocidad de
la luz mediante el dominio de las ondas electromagnéticas,
podemos conocer todos los acontecimientos importantes
desde cualquier región donde estén ocurriendo, y los cua-
les se nos proyectan según la línea editorial del canal que
filma la escena.
El planeta se nos ha vuelto pequeño y se mueve por
imágenes, se ha convertido en la Aldea Global, en el sen-
tido de que ya queda muy poco por descubrir en su geo-
graf ía y sus distancias se han achicado f ísica, psicológica
y culturalmente por el desarrollo de las comunicaciones,
pero sin embargo falta mucho por hacer para su orde-
namiento y alineación con los propósitos de la naturaleza,
y del hombre que se descubre de la piel hacia adentro.
Para esto último está surgiendo un nuevo Paradigma
Holístico a partir del pensamiento Sistémico (del todo a las
partes) y que va acorde con el pensamiento ecológico; de-
sarrollado en el Valle del Silicón en California inicialmente y
en las principales Universidades de la costa Este de EUA y de
Europa a finales del siglo XX, como consecuencia de la nece-
sidad de apoyar el desarrollo de la Cibernética y la inteli-

260
.

gencia artificial y entender el cambio climático que experi-


menta nuestra querida tierra.
Está colapsando el paradigma cartesiano (de las partes
al todo) y que fuera desarrollado dos mil años después de Pi-
tágoras por Renato Descarte y los Racionalistas, pero que
comenzó con el maestro matemático y sus discípulos; este
modo lineal y matemático de ver al mundo ya cumplió su
propósito y permitió desentrañar con su método, muchos
conocimientos útiles para la humanidad, pero también des-
ató muchos peligros que deben ser corregidos por una nueva
forma de entender la realidad y que Pitágoras conocía.
¿Y es por ello que debemos preguntarnos en todo esto
donde está Dios? ¿Es que acaso Dios juega a los dados como
diría Einstein a los Físicos Cuánticos? ¿Dios ha muerto,
como aseveraría un Sartre y ha sido sustituido por el hom-
bre o el superhombre como diría Nietzsche? ¿Quién es,
donde está y qué quiere Dios? ¿Dios es algún tipo de ener-
gía global y dónde está?…
El libro de Urantia, en su primer capítulo cuando habla
del Superuniverso Central o la casa del Padre Universal, nos
cuenta de su naturaleza, de sus atributos, de su relación con
el Universo, de su relación con sus Criaturas o Individuos,
habla de su Hijo Eterno, de la relación de este último con
el Universo, del Espíritu Infinito, de la relación de este con el
Universo, de la Trinidad del Paraíso, de los Superuniversos
que son siete y que contienen a su vez diez Universos locales
cado uno; ¡cuánta inmensidad no vista por el hombre…!
Se dice que este libro fue canalizado para la nueva hu-
manidad que ha de surgir en este milenio a partir del siglo XXI .
y fue materializado después de la segunda guerra mundial;

261

.
y mucho de lo que allí se explica nos ilustra como lo siguiente:
«Dios es la realidad primaria del mundo espiritual, es la
fuente de la verdad en las esferas de la mente; Dios da su
sombra y calor a todo el mundo material; para criaturas in-
teligentes Dios es una personalidad y para el Universo de
Universos él es la Fuente Primaria y Centro de toda la rea-
lidad eterna. Dios no es como el hombre ni se le parece; el
Padre Primero es Espíritu Universal, verdad eterna, reali-
dad infinita y personalidad paternal…»; pareciera pensado
por el maestro Angélico, Tomás de Aquino; de este se
cuenta, que después de haber escrito su monumental obra,
y poco antes de morir en el 1.274 d. C., tuvo una visión del
paraíso y nunca más quiso volver a escribir, pues todo le pa-
recía inferior a su impactante experiencia.
¿Será entonces necesario volvernos hacia nuestro mun-
do interior y buscar de la piel hacia adentro esas experiencias?
De esta pregunta y de todo el conocimiento que se
desprende de una vida como la de Pitágoras, en estos mo-
mentos dif íciles por los que atraviesa la humanidad y en
donde hay tanta desesperanza, pero a la vez hay también fe;
queremos dejar una huella y pensamos en nuestra humilde
opinión, que si hay un deseo amoroso, armonioso y pre-
cioso de Dios para el destino del hombre, en donde la razón
fina como diría Pascal, indica que su vibración (Gracia) nos
está apoyando y llegando para que demos el cambio que ne-
cesita este bello planeta azul, en el extremo externo de la
Galaxia que hemos denominado Vía Láctea.
Somos seres cósmicos interconectados con Dios en
espíritu o energía fina, o dando a este fenómeno o concepto
el nombre que queramos; y como hemos dicho para los grie-

262
.

gos, «Cosmos» significa el ordenamiento del Universo que


se desprende del «Caos»; pues bien nuestro planeta está
pidiendo Orden y Amor y por sobretodo Justicia; está pi-
diendo Cosmos y no más Caos.
Para ello se necesita un nuevo orden dentro del nuevo
Paradigma Holístico, en donde el alma humana se vuelca
hacia el todo que comanda y fija las partes y que por siner-
gia es mucho más que la suma simple de su interrelación, así .
como un concierto es mucho más que la suma simple de los
instrumentos que tocan y para entender y acompañar este
todo, se necesita que el hombre se busque y explore de su
piel hacia adentro y encuentre su alma.
Este Planeta y la humanidad pide a gritos un reorde-
namiento del pensar colectivo o salto de la conciencia hu-
mana, que debe acercarse más a la de nuestro querido
maestro interno «la conciencia», la cual nos susurra siem-
pre los designios del Padre Celestial.
La conciencia como diría San Anselmo se expresa a
través del alma y sabe del padre Celestial y lo conoce y tiene
certeza de su existencia y sabiduría y de su amor infinito
por sus criaturas, cualquiera que estas sean, pues para él no
hay blanco y negro, bueno o malo, masculino y femenino,
viejo y joven, sino puro devenir y fluir en su esencia o vibra-
ción superior, la cual es la fuente de la vida o energía Uni-
versal, que da la paz y da la luz, y a la que todo ser humano
tiende cuando emprende el viaje de la piel hacia adentro,
encuentra su alma y se funde en la unidad o en el UNO como
diría Pitágoras.

263
ÍNDICE

Prólogo / VII

Introducción / XVII

Primer excurso: La muerte de Sócrates / 1


Segundo excurso: Platón huye de Atenas en busca de respuesta en
otras latitudes / 7
Tercer excurso: Platón es iniciado en la Escuela Pitagórica en Ta-
rento / 11
El nacimiento de Pitágoras / 19
Cuando la historia se convierte en novela / 23
Muerte del maestro. Fin y principio de la conexión con Pitágoras / 27
Niñez del maestro. Principio de la conexión con Tales de Mileto y con
el mundo / 33
Pubertad del maestro y concreción de la relación con Tales / 39
El maestro conoce, a través de Tales, la fuente de la inspiración en el
antiguo Egipto / 47
Pitágoras y Arsenio se van al antiguo Egipto / 51
Pitágoras y Arsenio camino de Abydos al encuentro de los contactos
ofrecidos por Tales / 55
Pitágoras empieza su retiro espiritual y purificación en Abydos, mien-
tras Arsenio disfruta a la sobrina de Sinoé / 61
Pitágoras dialoga con Sinoé en Abydos junto a Arsenio antes de partir a
Tebas, mientras este último completa su relación con la sobrina / 67
Pitágoras y Arsenio llegan a Tebas, capital del bajo Egipto y ciudad de
templos y tumbas / 73
Pitágoras y Arsenio pasan en Karnak por la prueba del agua / 79
Pitágoras y Arsenio regresan a Memfis y llegan a Giza / 85
La prueba del aire en la Esfinge / 91
La tan ansiada iniciación en la Pirámide / 97
Abandonan Egipto y parten hacia nuevas luces en la Persia de enton-
ces, no sin antes pasar por Miletos / 103
Llegada a Jerusalén / 109
La Cábala y el Árbol de la Vida / 115
Camino de Babilonia por el camino real persa, en el Monte Hermón
encuentran una sorpresa / 121
Rumbo a Babilonia por el camino real persa, pasando por Nínive / 127
Llegada a Babilonia / 131
Conocen la vía para llegar a Zoroastro en Babilonia / 137
Toman el satyi y tienen una experiencia alotrópica inducida que les
descubre el velo de la realidad / 143
Conocen a Zoroastro en Babilonia / 151
Pitágoras descubre el pensamiento de Confucio / 157
Empieza el retorno a casa / 163
El regreso a Samos / 167
La unión de los opuestos / 171
Pitágoras se va a Creta después de la muerte de su padre / 175
Pitágoras llega a Creta / 179
Pitágoras se encuentra con Epiménides y tiene una primera expe-
riencia con Hades / 185
Del Inframundo se sube al Cielo a través de un largo camino en seis
etapas / 191
Pitágoras se vuelve un profeta y su fama se esparce por el Egeo / 197
Pitágoras pasa por Atenas / 201
Pitágoras va a la Galia o territorio del Norte / 205
Durante la ceremonia del Solsticio, Pitágoras logra integrarse con los
elementales y aparece el gnomo que a partir de ese momento lo
acompañará / 213
El viaje de Pitágoras al bosque le da un punto de vista nuevo de la
naturaleza / 217
Pitágoras llega a Crotona, al sur de la península itálica, despues de
pasar por los Alpes / 221
Arsenio responde a Pitágoras que viene y este último lo espera para
desposarse / 225
Pitágoras se casa con Téano y hay grandes fiestas y celebraciones en
Crotona / 229
Pitágoras comienza a escoger los primeros discípulos con Arsenio y
nace el conflicto en la escuela / 233
La escuela actúa sobre el hombre y este promete, en su iniciación, su
compromiso a la ciudad y a la sociedad / 239
Anatomía fisiológica y psicología en Alcmeon de Crotona / 245
La escuela pitagórica empieza a tomar cuerpo y fama, pues sus
iniciados empiezan a actuar en la sociedad / 251
La amenaza contra la escuela y contra la vida de Pitágoras / 255
Epílogo / 259
Este libro se terminó de imprimir en octubre
de 2011 en Gráficas Lauki, Caracas, Venezuela.
Son quinientos ejemplares impresos en
papel Saima Antique de 65 gramos.
www.graficaslauki.com

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