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ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICA DE
TAYLOR E INTRODUCCIÓN AL
FORDISMO
Podemos ver y comprobar fácilmente el derroche de
las cosas materiales. Pero los movimientos torpes,
ineficientes o mal dirigidos de los hombres no dejan
nada visible o tangible detrás de ellos...
Frederick Winslow Taylor, "Principios de la
Administración Científica" Aparte de la introducción
El gran aporte de Taylor fue el haber propuesto desarrollar una ciencia del trabajo y una
Administración Científica a partir de los siguientes principios:
Principios
1. Organización del Trabajo 2. Selección y
entrenamiento del trabajador 3.Cooperación y
remuneración por rendimiento individual 4.
Responsabilidad y especialización de los
directivos en la planeación del trabajo
1. Organización Científica del Trabajo: Este criterio se refiere a las actividades que
deben utilizar los administradores para remplazar los métodos de trabajo ineficientes y
evitar la simulación del trabajo, teniendo en cuenta. cuenta (tiempos, demoras,
movimientos, operaciones responsables y herramientas.
3. Cooperación entre directivos y operarios: La idea es que los intereses del obrero
sean los mismos del empleador, para lograr esto se propone una remuneración por
eficiencia o por unidad de producto, de tal manera que el trabajador que produzca más,
gane más y evite la simulación del trabajo.
Taylor propone varios mecanismos para lograr dicha cooperación:
Administración Científica
1. Biografía de Frederick W. Taylor
2. Obra de Frederick Taylor
3. Administración científica
4. Primer periodo de Taylor
5. Segundo periodo de Taylor
6. La teoría se divide en la administración como ciencia
7. Organización racional del trabajo
8. Análisis del trabajo y estudio del tiempo y movimiento
9. Estudio de la fatiga humana
10. División de trabajo y especialización del obrero
11. Diseño de cargo y tareas
12. Incentivos salariales y premios por producción
13. Concepto de homo económicus
14. Condiciones de trabajo
15. Racionalidad del trabajo
16. Estandarización
17. La supervisión funcional
18. Principios de la administración científica de Taylor
19. Conclusión
20. Bibliografía
• El objetivo de una buena administración es pagar salarios altos y tener bajos costos unitarios de
producción
• Para lograr ese objetivo, la administración debe aplicar métodos científicos de
investigación y experimentación a su problema global.
• Los empleados deben ser distribuidos científicamente en servicios o puestos de trabajo
donde los materiales y las condiciones laborales sean adecuados, para que las normas puedan
cumplirse.
• Los empleados deben se entrenados científicamente en la ejecución del servicio o la
tarea para perfeccionar sus aptitudes, de modo que se cumpla la producción normal.
• Debe establecerse una atmósfera de intima y cordial cooperación entre la
administración y los trabajadores para garantizar la continuidad de éste ambiente psicológico.
b. Supervisión funcional.
e. Principios de excepción.
• Eliminar los movimientos inútiles para sustituirlo por otro mas eficaces.
• Volver mas racional la selección y el entrenamiento del personal.
• Mejorar la eficiencia del obrero y, en consecuencia, el rendimiento de la producción.
• Distribuir uniformemente el trabajo para que no haya periodos en que este falte o sea
excesivo.
• Tener una base informe para fijar salarios equitativos y para conceder los premios por
aumento de la producción.
La organización racional del trabajo no solo se preocupo por el analice del trabajo, el estudio del tiempos
y movimiento la fatiga del obrero la división del trabajo la especialización del obrero y los planes del
incentivos salariales, sino fue el mas allá y empezó a preocuparse además por la estandarización de los
métodos y procesos de trabajo y estandarización de los métodos y proceso de trabajo y la
estandarización de equipos.
Una estanda es una unidad de medidas adoptada y aceptada comúnmente como criterios de referencia
para la evaluación. La estandarización es la aplicación de patrones en una organización o sociedad para
obtener uniformidad y reducir costo.
LA SUPERVISIÓN FUNCIONAL
La administración funcional consiste en dividir el trabajo de manera que cada hombre, desde el asistente
hasta el superintendente, tenga que ejecutar la menor variedad posible de funciones siempre que sea
posible, el trabajo de cada ampliado deberá delimitarse a la ejecución de una única función.
PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICAS DE TAYLOR
Según Taylor, la gerencia adquirió nuevas atribuciones y responsabilidades descrita por cuatro principios
1º principios de planeación: sustituir en el trabajo el criterio individual del obrero, la improvisación y la
actuación empírico- práctica por los métodos basados en los procedimiento científico.
2º principio de preparación: seleccionar científicamente a los trabajadores de acuerdo con sus aptitudes,
prepararlos y entrenarlos para producir más y mejor, en concordancia con el método planeado, así mismo
preparar las maquinas y equipos de producción.
3º principios de control: controlar el trabajo para cerciorarse de que está ejecutándose de acuerdo con las
normas establecidas según el plan previsto. La gerencia debe cooperar con los empelados para que la
ejecución sea la mejor posible.
4º principio de ejecución: distribuir diferencialmente las atribuciones y las responsabilidades para que la
ejecución del trabajo sea disciplinada.
CONCLUSIONES
Después de realizar este informe, que es de suma importancia para el conocimiento de la administración,
que el interés principal de Taylor era la de acrecentar la productividad mediante una mayor eficacia en la
producción y un pago mejor para los trabajadores mediante la aplicación del método científico. Sus
principios recalcaban el uso de la ciencia, la creación de armonía y cooperación de grupo, el logro de la
producción máxima y el desarrollo de los trabajadores.
Se limito solo en la empresa industrial y a los talleres de producción la única motivación que consiguiera
es el salario, excluyendo vocación compañerismo, etc.
Los principios fundamentales que según Taylor, sustentaba el enfoque científico de la administración.
Algunas de las técnicas de Taylor y sus seguidores desarrollaron para llevar a la practica su filosofía y
principios tenían ciertos aspectos mecanitas.
El fordismo, la producción en
cadena que puso en marcha
Henry Ford
El término fordismo se refiere al modo de producción en cadena que llevó a la
práctica Henry Ford; fabricante de coches de Estados Unidos. Este sistema que se
desarrolló entre fines de la década del 30 y principios de los 70, supone una
combinación de cadenas de montaje, maquinaria especializada, altos salarios y un
número elevado de trabajadores en plantilla. Este modo de producción resulta
rentable siempre que el producto pueda venderse a un precio bajo en una
economía desarrollada.
El fordismo apareció en el siglo XX promoviendo la especialización, la
transformación del esquema industrial y la reducción de costos. Esto último, a
diferencia del taylorismo, se logró no a costa del trabajador sino que a través de
una estrategia de expansión del mercado. La razón es que si hay mayor volumen
de unidades (debido a la tecnología de ensamblaje) y su costo es reducido (por la
razón tiempo/ejecución) habrá un excedente que superaría numéricamente a la
élite, tradicional y única consumidora de tecnologías en la modernidad. Aparece un
obrero especializado con un status mayor al proletariado de la industrialización y
también surge la clase media del modelo norteamericano que se transformará en la
cara visible del arquetipo del american way.
La idea de sumar la producción en cadena a la producción de mercancías no sólo
significó las transformaciones sociales antes mencionadas sino también
transformaciones culturales que podemos resumir en la idea de cultura de
masas o mass media. Como prototipo se puede hablar de la creación de
automóviles en serie, luego esto giraría al aumento de las ciudades, autopistas y
bienes como televisores, lavadoras, etc. Esto se entiende a través de la expansión
interclasista del consumo que deviene en nuevos estímulos y códigos culturales
mediados por el capital. También hay que advertir que el modelo madura
bajo esquema económico del keynesianismo (que lleva al Estado de bienestar) lo
que promueve un protagonismo histórico de las clases subordinadas y el amarre del
capital a consideraciones sociales y de clase. Influido todo esto por el ascenso de
los socialismos reales y el miedo a su expansión global por parte del liberalismo
capitalista.
En resumen, podemos contar como elementos centrales del modelo fordista:
Organización del trabajo diferenciada (aumento de la división del trabajo)
Profundización del control de los tiempos productivos del obrero (vinculación
tiempo/ejecución)
Reducción de costos y aumento de la circulación de la mercancía (expansión
interclasista de mercado) e interés en el aumento del poder adquisitivo de los
asalariados (clases subalternas a la élite)
Políticas de acuerdo entre obreros organizados (sindicato) y el capitalista
Crisis y caída del fordismo
El keynesianismo dirigió al fordismo hacia acuerdos sociales que permitieran un
mayor nivel en la calidad de vida en la población históricamente diezmada y
esclavizada. Sin embargo, los trabajadores no agrupados siguieron estando
fuertemente excluidos, sobre todo en los países subdesarrollados. En América
Latina este proceso se conoció como I.S.I. (Industrialización por sustitución de
importaciones) y fue el proyecto industrial que intentó el subcontinente para lograr
despegar de su condición periférica.
Los países que lograron desarrollar con relativo éxito este proceso fueron
Argentina, Colombia, Chile, México y Uruguay. Cuando el sistema
económico keynesiano y el sistema productivo fordista dan cuenta de un
agotamiento estructural en los años 70, las miradas en la producción
industrial comienzan a girar al modelo japonés (toyotismo); modelo que permitió
llevar a la industria japonesa del subdesarrollo a la categoría de potencia mundial
en sólo décadas.
La crisis mundial del mercado del petróleo en 1973 advierte la caída del modelo
de bienestar (o keynesiano en otras regiones más liberales) lo que se hará
mundialmente efectivo ocho años después con el proyecto neoliberal global
impulsado por Estados Unidos e Inglaterra a principios de la década de los 80.
El Post-Fordismo
El Post-Fordismo es el sistema de producción que encontramos en la mayoría de
los países industrializados actualmente. Se diferencia del fordismo, sistema de
producción usado en las plantas automotrices de Henry Ford, en que en estos los
trabajadores se encontraban en una estructura de producción en línea, y realizaban
tareas repetitivas especializadas.
El Post-Fordismo se caracteriza por los siguientes atributos:
Nuevas tecnologías de información
Énfasis en los tipos de consumidor, en contraste con el previo énfasis en
las clases sociales.
Surgimiento de los servicios y trabajadores de ‘cuello blanco’.
La feminización de la fuerza de trabajo.
La globalización de los mercados financieros
Cuestiones sociales del fordismo
La producción industrial existe y produce, en gran medida, las condiciones vigentes del
capitalismo. Su aparición data del siglo XIX, y uno de sus mayores exegetas fue Karl
Marx. Desde sus inicios y hasta la actualidad, sus formas han ido mutando hasta
constituir al principio del siglo XX, la gran industria. Su crecimiento y cambio no sólo se
deben a las cambiantes formas de organizar el trabajo, sino también, y
crecientemente, a la incorporación de maquinaria y/o tecnología. Sin duda, en el
devenir del desarrollo industrial se han suscitado preguntas de interés sociológico, en
lo concerniente al hombre que es participe de esta moderna industria: ¿Qué tipo de
relaciones sociales se producen en el trabajo industrial? ¿Cómo son las interacciones
entre sus protagonistas? ¿Cuál es el vínculo que se establece entre la máquina y la
persona? ¿Qué consecuencias psicofísicas trae aparejado este trabajo, y cómo se
relacionan o repercuten en el resto de lo ámbitos de la vida de las personas? Max
Weber planteó la necesidad de hacerse éste tipo de preguntas, pero en alusión a una
de sus mayores preocupaciones: la racionalización del mundo moderno. El trabajo
industrial o la racionalización del tiempo de trabajo abrevaban en la racionalización, tal
como la concibió Weber: sistematicidad, orden, congruencia, método, ya sea como
principio organizador de las instituciones y organizaciones, que implica la exclusión de
la arbitrariedad y de la magia, las cuales se ven reemplazadas por las reglas (Sayer,
1995) En este articulo, pretendemos hacer algunas reflexiones tomando algunas ideas
de las tareas de la sociología industrial que plantea Weber, y del espíritu capitalista
que se desprende del ascetismo protestante, vistas a la luz de las transformaciones
contemporáneas. Fundamentalmente, vamos a trabajar sobre el eje del trabajo
entendido como una actividad humana central del capitalismo, tanto en la época donde
Weber produjo sus ideas como en la actualidad. Por tanto, nos interesa realizar un
análisis a partir de las siguientes preguntas: ¿Siguen vigentes los planteos acerca de
la racionalización del trabajo y su determinación en el estilo de vida de las personas
desarrollados por Weber, a pesar de las transformaciones en el mundo laboral
acaecidas en las últimas décadas?
En caso afirmativo, ¿cuáles son sus consecuencias y resquicios por donde divisar
otras formas de vida producto del trabajo?
1. De la racionalización del trabajo al trabajo industrial Como mencionamos
anteriormente, la racionalización del mundo o racionalización cultural de las
esferas de la vida, era una preocupación central en la obra de Weber. Trabajo y
Sociedad, Núm. 19, 2012 76 El trabajo industrial constituye una de esas
esferas –o se circunscribe a la esfera económicadonde el hombre comienza a
transitar por el andarivel del cálculo, la medición del tiempo y la uniformidad de
las disposiciones mentales y corporales. Los orígenes de esta disposición hacia
el trabajo, se pueden encontrar, de acuerdo con Weber, no sólo en aspectos
que hacen al avance del comercio mercantil, o los progresos técnicos
propiciados por la revolución industrial entre los siglos XVIII y XIX, sino en
ciertas conductas que provienen de los cambios en las conductas religiosas
suscitadas en Occidente.
Esencialmente, en la obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1984),
propone líneas de asociación entre la reforma protestante y sus profundos cambios en
la ética religiosa, y las consecuencias inherentes en el denominado espíritu del
capitalismo. La ética religiosa propia del protestantismo y más precisamente, de la
confesión calvinista, hacía sentir como un deber el cumplimiento de la tarea
profesional en el mundo. La profesión adquirió, de esta manera, un significado
relevante como nunca antes lo había tenido en el cristianismo. Esta era entendida en
un sentido amplio. Como reminiscencia religiosa, la palabra profesión, comprende la
posición en la vida de una esfera delimitada de trabajo (Weber, 1984: 85). De este
modo, comprobar la fe en la vida profesional se convirtió en una ascética metódica y
fundamentalmente terrenal, de forma que se conectara la conducta práctica en la vida
con un punto de vista religioso.
A diferencia de la Iglesia Católica, se producía un desencantamiento del mundo, el
abandono de una salvación eclesiástico-sacramental. El puritano rechazaba toda
apariencia de superstición; todo lo que tuviera carácter mágico-sacramental: “El
calvinista crea por si mismo su propia salvación (o mejor, la seguridad de la misma);
pero esta creación no puede consistir (como en el catolicismo) en un incesante acopio
de acciones meritorias aisladas, sino que un sistemático control de sí mismo que cada
día se encuentra con esta alternativa: ¿elegido o condenado?” (Weber, 1984 :135) El
sentido metódico y planificado de la vida diaria, como predestinación, constituía el
envión necesario para la organización racional del trabajo. Este principio permitía
conectar la ética racional del protestantismo ascético y la ética económica moderna:
“La valoración ética del trabajo incesante, continuado y sistemático en la profesión,
como medio ascético superior y como comprobación absolutamente segura y visible
de regeneración y de autenticidad de la fe, tenía que constituir la mas poderosa
palanca de la expansión de la concepción de la vida que hemos llamado “espíritu del
capitalismo”. (Weber, 1984: 213) Además de reconocer el carácter eminentemente
protestante tanto de la propiedad como de la empresa capitalista, Weber reconoce
también las esferas superiores de la clase trabajadora y a los obreros solícitos
premiados por su dedicación ascética (Weber, 1978: 308) Los obreros que poseían
esta dedicación se diferenciaban del obrero del taller, asociados según Weber a una
ética propia del catolicismo, donde el hombre tradicional no quiere ganar más y más
dinero, sino vivir pura y simplemente, y ganar lo necesario para seguir viviendo. En
cambio, el obrero industrial es requerido de forma que aumente la intensidad del
trabajo. Entre los obreros, los protestantes, alcanzaban un grado mayor en la fábrica
en donde llegaban a puestos superiores del proletariado ilustrado y de la burocracia
industrial (Weber, 1984: 44). Mientras que los trabajadores católicos se encontraban
en el taller y poseían una mayor inclinación en seguir con su oficio, en el que alcanzan
el grado de maestros. Desde un punto de vista filosófico, Weber concluye que el
puritanismo tenía el ethos de la industria racional burguesa y de la organización
racional del trabajo. El clima del capitalismo en el que vivía Weber, ya no necesitaba
según él, del apoyo religioso que lo sustente, dado que descansaba en fundamentos
mecánicos, “y la idea del “deber profesional” ronda por nuestra vida como un fantasma
de ideas religiosas ya pasadas”. (Weber, 1984: 224-225) Trabajo y Sociedad, Núm.
19, 2012 77 La racionalidad perdurable, entonces, se consolidó como una ética
racional de la existencia2 , o usando palabras de Weber, en un ethos económico y
racional. Lo cual sugiere un hábito, carácter o modo de ser que va incorporando en el
hombre a lo largo de su existencia (Aristóteles, 1998). Se trata de una creación
necesaria del hombre, ya que éste desde el momento en que se organiza en sociedad,
siente la necesidad de crear reglas para regular su comportamiento y permitir modelar
así su carácter: “El orden económico capitalista actual es como un cosmos
extraordinario en el que el individuo nace y al que, al menos en cuanto individuo, les
es dado como un edificio prácticamente irreformable, en el que ha de vivir, y al que
impone las normas de su comportamiento económico” (Weber, 1984: 66) 2. Los
cuestionamientos al trabajo racionalizado En los principios de la sociología industrial
que plantea Weber en el año 1908, existe una continuidad entre el proceso de
racionalización del trabajo y el desarrollo de la industria en el siglo XX. Dando por
supuesto las formas religiosas asociadas, y antes explicadas, de la organización
racional del trabajo, Weber asume la tarea de preguntarse por el destino del hombre.
De este modo, intenta indagar que hay detrás del cálculo, de la práctica del trabajo, en
el sentido de descubrir qué tipo de hombre produce la moderna industria. Los
fundamentos mecánicos en los que descansa el capitalismo crean un tipo de
humanidad de la cual desconocemos sus alcances. Utilizando palabras de Weber, lo
que se quiere indagar, es hasta donde se ha modificado el rostro espiritual del género
humano. La investigación en cuestión, se concentra en el estudio empírico de una
fábrica textil alemana a principios del siglo XX, precedida por un ensayo sobre la
metodología y los problemas sociológicos de la investigación. De éstos problemas
extraeremos algunas preguntas que hacen a la profundización trabajo industrial bajo el
influjo racional de la organización del trabajo. Además de la pregunta por el hombre, o
qué tipo de hombre produce la industria, el otro objetivo de una encuesta realizada se
dirige en la dirección inversa: ¿hasta dónde depende la propia gran industria, por su
parte, en su capacidad de desarrollo y en la orientación de su desarrollo, de las
características dadas de los obreros producidos por sus condiciones de vida, sus
tradiciones y proveniencia social, cultural y étnica? (Weber, 1994: 27)
Las preguntas que plantea el estudio, de forma resumida, son: ¿En cuanto se
diferencian los empleados y en cuanto se uniformizan? ¿Hasta qué punto de
especializan en sus tareas y hasta que punto se universalizan ellos como
trabajadores? ¿Hasta qué punto una estandarización de los productos implica una
estandarización de los obreros? ¿Hasta que punto los obreros adscriben a un oficio de
acuerdo con sus propias inclinaciones o hasta qué punto fueron obligados por los
intereses económicos o por otros factores objetivos? ¿En qué medida se hacen sentir
subjetivamente por los distintos tipos de actividades laborales, en qué medida se hace
sentir la fatiga laboral, el ruido de las máquinas y las restantes condiciones de trabajo,
y como les siguen afectando en la vida fuera del trabajo? ¿Cómo se manifiesta el
resultado de todas estas influencias en el estilo de vida y en las características
psicofísicas y caracterológicas de los obreros de una rama industrial? (Weber, 1994:
37) Siguiendo estas preguntas se intenta clarificar el tipo de selección que opera la
gran industria sobre sus obreros. Lo cual implica también, ver que tipo de destino
profesional y extraprofesional les depara a los trabajadores.
2. Para que el capitalismo se constituya como tal, también es necesario de
acuerdo con Weber, la existencia de la propiedad privada de los medios de
producción, un mercado libre de trabajo, la comercialización de la economía, o
una contabilidad racional del capital, o una justicia y una administración
racionalizadas, un Estado moderno, una vida urbana altamente desarrollada y
una ciencia y una técnica racionales. Trabajo y Sociedad, Núm. 19, 2012 78.
De acuerdo con el segundo objetivo, se plantea otra pregunta: ¿Hacia que profesión
tienen intención de orientar a sus hijos, o lo han guiado ya, los trabajadores
industriales? ¿Cuál es la posición subjetiva de los obreros respecto a estas dos
posibilidades: tener un mismo empleo en un mismo trabajo o cambiar de trabajo?
(Weber, 1994: 69) En cierta medida, si cotejamos las dos direcciones que toman las
preguntas de acuerdo con los objetivos, ambas sintetizarían la reproducción de la
industria: el sustrato objetivo y su aprobación subjetiva. Sin embargo, el aparato de
producción industrial posee marcadas consecuencias en el hombre. Con su aparato
calculador, que se introduce hasta en el movimiento más sencillo de los obreros, tiene
unos amplios efectos sobre los hombres y sobre su “estilo de vida”, que le son
totalmente específicos y propios:
“La actividad corporal y la actividad mental son, en este sentido, un proceso de mecanización y
automatización del máximo posible de los elementos integrantes de una tarea, que en un primer
momento se realizan en todos sus detalles con impulso consciente de la voluntad y con una
atención sostenida. Mediante la repetición consciente de una tarea se forma paulatinamente una
capacidad para realizarla sin poner en funcionamiento los mecanismos conscientes de la
voluntad y de la atención y para poder realizarla, finalmente, incluso mejor sin prestar atención a
las distintas funciones del sistema psicofísico”. (Weber, 1994: 87)
BIBLIOGRAFÍA
Agustín R. Ponce: Administración de Empresas. Editorial: Limusa Noriega.
Hapold Roonts – Heinz Weihrict. Administración. Editorial: novena edicion.