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REPARACIÓN DEL DAÑO MORAL A TRAVÉS

DE SATISFACCIONES SUSTITUTIVAS O
COMPENSATORIAS
Márquez, José Fernando
Publicado en: RCyS 2020-III , 40 
Sumario: I. El fallo en crítica.— II. El siempre vigente problema de la reparación del
daño moral. Los presupuestos de la tarea.— III. Criterios de cuantificación intentados.
— IV. ¿Es optativo para los jueces la utilización del criterio de las satisfacciones
sustitutivas?— V. ¿Cómo argumentar al determinar las satisfacciones sustitutivas?—
VI. El fallo.
Cita Online: AR/DOC/336/2020
I. El fallo en crítica
El fallo que comentamos, emanado de la pluma del prestigioso vocal de Cámara
Sebastián Picasso, plantea diversos temas dignos de analizar: la aplicación del Código
Civil y Comercial para la cuantificación de un daño producido antes de su vigencia, la
extensión del resarcimiento por privación del uso del automotor y su necesaria relación
de causalidad adecuada con el hecho ilícito o el que abordaremos, la reparación del
daño moral a través del otorgamiento de satisfacciones o sustitutivas.
II. El siempre vigente problema de la reparación del daño moral. Los presupuestos
de la tarea
La reparación (1) del daño moral constituye un problema que parece no encontrar
cauces que converjan en dar respuestas a varios aspectos que lo condicionan.
Partimos de la base de que el daño moral es reparable; esta es una cuestión que hoy
parece obvia, pero que demandó no pocos esfuerzos instalar.
Luego, la reparación debe cumplir con el mandato constitucional (y ahora legal) de que
debe ser íntegra o plena (2). El principio de reparación plena o integral, encontrado por
la Corte Suprema de Justicia en el art. 19 de la CN y normativizado en el art. 1740 del
Cód. Civ. y Com., condiciona al operador a la hora de determinar cuál es el modo de
reparación del daño moral, pues cualquier solución particular puede ser considerada,
bajo el imperio del principio, como excesiva o insuficiente. El principio implica un
esfuerzo argumentativo mayor al habitual, para evitar la tacha de arbitrariedad de la
reparación ordenada.
Además, la decisión que ordena la reparación debe ser razonable, pues el Código Civil y
Comercial ordena que el juez debe dictar una "decisión razonablemente fundada",
ordenando que la resolución demuestre, con fundamentos legales y lógicamente
articulados, que la reparación es justa, sensata, prudente, descartando un discurso que
denote criterios exclusivamente discrecionales de quien resuelve.
Y, por último, creemos que la resolución debe enmarcarse en ámbitos de discurso que
tiendan a otorgar al sistema cierta predictibilidad. Quienes reclaman deben poder
vislumbrar, al formular su pretensión, que el reclamo encuadra en parámetros habituales
para el momento en que se realiza; quienes son reclamados, deben poder ponderar la
razonabilidad del reclamo y así tener la posibilidad de culminar el entuerto sin generar
un litigio (pensamos no solo en los demandados, sino también en las aseguradoras a
quienes se reclama la cobertura del seguro). Y los jueces o árbitros deben poder
gestionar sus asuntos teniendo a la vista precedentes que orienten sus decisiones bajo
criterios de normalidad.
III. Criterios de cuantificación intentados
En el decurso de la argumentación para fundar la cuantía de la indemnización del daño
moral podemos distinguir los siguientes criterios.
III.1. El criterio de la discrecionalidad del juez
Durante bien tiempo se predicó que la cuantificación del daño moral es una tarea no
susceptible de revisión, pues se encuadra en criterios subjetivos privativos de quien
realiza la tarea.
Así, se lee en alguna sentencia: "Evaluar el daño moral desde la óptica de la víctima
significa medir el sufrimiento humano. Esto no solo es imposible de hacer en términos
cuantitativamente exactos, sino que constituye una operación lógica insusceptible de ser
traducida en palabras o explicada verbalmente... cada juez pone en juego su personal
sensibilidad para cuantificar la reparación: la cantidad de dinero necesaria para servir de
compensación del daño sufrido es la que sugiere caso por caso su particular apreciación
y comprensión del dolor ajeno. No existe un patrón universal útil para comprobar y
demostrar en cada caso la intensidad de los sentimientos o sufrimientos del ser
humano" (3).
Si esa fuera la manera de razonar el tema, nunca existiría la posibilidad de revisar una
condena por daño moral, pues no es posible juzgar su razonabilidad. Además, no
contribuye a la previsibilidad de las decisiones, pues cada sentencia podría contener
soluciones diferentes, aún para casos similares.
III.2. Tarifación legal
Una buena solución para los problemas que plantea la cuestión sería articular un sistema
tarifado, con diferentes montos para posibles situaciones lesivas (4).
Nuestra doctrina, autoral y judicial, se ha mostrado recurrentemente remisa a la
aplicación de las indemnizaciones tarifadas, por lo que es difícil que prospere una
iniciativa en este sentido.
III.3. Tarifación judicial
La búsqueda de criterios comunes ha llevado a que sean los mismos decisores quienes
los busquen.
El método fue utilizado, con buen suceso, en la jurisprudencia cordobesa, a partir de
precedentes del Tribunal Superior de Justicia que lo impuso (5), y se utiliza, aunque de
manera oculta, en algunas jurisdicciones en las cuales los jueces confeccionan tablas de
indemnizaciones para casos similares, que circulan de manera interna y sin publicidad.
III.4. Ponderación según diferentes circunstancias que se presenten en cada caso
Matilde Zavala de González realizó un importante esfuerzo en pos de lograr ciertos
criterios comunes, para casos similares. Su propuesta consistió en determinar diferentes
circunstancias que suelen presentarse en supuestos de daño moral, ponderando desde las
más gravosas o las menos gravosas, y determinando así que cuando más circunstancias
listadas se presenten, la indemnización será más importante. A la herramienta la
denominó "cuantificación según los niveles de nocividad" (6). No detectamos
antecedentes jurisprudenciales que aplicaren el criterio de manera explícita.
III.5. La reparación a través del otorgamiento del dinero suficiente para adquirir
bienes o servicios que compensen el menoscabo espiritual
La llamada "teoría de los placeres compensatorios" fue propugnada aún durante la
vigencia del Código Civil de Vélez, aunque obtuvo escasas repercusiones
jurisprudenciales (7). Recordamos que la utilizó Matilde Zavala de González, actuando
como juez ad hoc del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, para cuantificar el daño
sufrido por un magistrado por una sanción disciplinaria declarada ilegal (8).
La CS la utilizó en el precedente "Baeza" (9), al expresar: "El dolor humano es
apreciable y la tarea del juez es realizar la justicia humana; no se trata de una
especulación ilícita con los sentimientos sino de darle a la víctima la posibilidad de
procurarse satisfacciones equivalentes a lo que ha perdido. Aun cuando el dinero sea un
factor muy inadecuado de reparación, puede procurar algunas satisfacciones de orden
moral, susceptibles, en cierto grado, de reemplazar en el patrimonio moral el valor que
del mismo ha desaparecido. Se trata de compensar, en la medida posible, un daño
consumado. En este orden de ideas, el dinero es un medio de obtener satisfacción, goces
y distracciones para restablecer el equilibrio en los bienes extrapatrimoniales". Sin
embargo, no se completa el razonamiento, pues la resolución no expresó qué bienes
compensarían el daño consumado, limitándose a fijar el monto indemnizatorio.
La Comisión redactora del Anteproyecto adoptó este criterio, al determinar, en el art.
1741, que "[e]l monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones
sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las sumas reconocidas".
El fallo en análisis adopta el criterio.
IV. ¿Es optativo para los jueces la utilización del criterio de las satisfacciones
sustitutivas?
La doctrina autoral se ha pronunciado, en general, a favor del criterio adoptado por el
Código Civil y Comercial (10). La jurisprudencia varía en su aplicación (11).
Sin embargo, no condicen a la hora de evaluar si los jueces deben siempre fundar sus
sentencias demostrando los bienes o servicios que se pueden adquirir con los montos
otorgados como indemnización. O si, por el contrario, esta pauta no es obligatoria.
Pizarro y Vallespinos (12) se pronuncia en contra. Expresan que la valoración y
cuantificación del daño moral "... no deben ser efectuadas atendiendo exclusivamente a
la idea de placeres compensatorios, que proporcionan adecuado consuelo a la víctima,
pues ello denota una idea equivocada del daño moral y del sentido que tiene su
reparación", poniendo como ejemplos daños morales sufridos por personas sin
capacidad de sentir, en los cuales no podría hablarse de placeres compensatorios o de
consuelo.
Por el contrario, Picasso y Sanz (13) se muestran decididamente partidarios de que el
Código impone el criterio. Al referirse al texto del art. 1741 in fine expresan: "No cabe
ninguna duda de que esta redacción implica adoptar la teoría del 'precio del consuelo'...
Como ni los intereses extrapatrimoniales lesionados, ni sus repercusiones concretas
(dolor, angustia, etc.) tienen un equivalente dinerario, la única forma de calcular más o
menos objetiva el importe de la reparación del daño moral consiste en tomar en la
consideración los placeres compensatorios que esas sumas pueden procurar a la
víctima...". Y al responder, en concreto, sobre la cuestión que planteamos, luego de
responder a la crítica de Pizarro y Vallespinos antes recordada, concluyen: "... Por lo
demás cabe apuntar que la ley no establece ningún otro parámetro, y emplea el modo
imperativo para establecer que el monto de la indemnización 'debe' fijarse por
aplicación de este criterio, lo que deja ver bien a las claras que los jueces no están
autorizados a apartarse de la solución legal, ni pueden soslayarla declarando
genéricamente que han considerado 'las condiciones personales de la víctima y las
circunstancias del caso', sin especificar cuáles serían las satisfacciones sustitutivas y
compensatorias que, en cada caso, han tenido en cuenta para fijar el importe de la
indemnización...".
Igual postura adoptan Zavala de González y González Zavala, quienes expresan que el
monto indemnizatorio "'debe fijarse' en función de las pautas de valuación que indica, lo
cual presupone que la reparación no es facultativa sino imperativa", tratándose de una
"exigencia" de indagar el destino hipotético del resarcimiento (14).
Compartimos la posición que considera imperativo al criterio legal. Al momento de
sancionarse el Código Civil y Comercial el problema de la cuantificación del daño
moral, y los distintos criterios para la tarea, eran plenamente conocidos. La prestigiosa
comisión que elaboró el Anteproyecto, y los acreditados miembros del grupo de
consulta en materia de responsabilidad civil, optaron por uno de los criterios.
No mencionaron los otros, ni refirieron a que el sistema era un parámetro más, optativo
a otros. La norma es clara, al referirse al deber de los jueces de ponderar las
satisfacciones que pueden adquirirse con el monto otorgado.
Pero, más allá del texto, creemos que la generalización del criterio le otorgará al sistema
mayor previsibilidad y posibilidades de control sobre el razonamiento de quienes
determinan las cuantías indemnizatorias (15). Y ello es necesario para un rubro
indemnizatorio, desde todo punto de vista, difícil.
V. ¿Cómo argumentar al determinar las satisfacciones sustitutivas?
Bien enseñan Picasso y Sáenz que "... [e]l juzgador deberá, en cada caso, mencionar los
bienes o servicios que ha considerado como una satisfacción compensatoria razonable
frente al perjuicio moral experimentado por la víctima, y cuál es su importe
aproximado...". Así lo hace Picasso en el fallo en análisis.
Sin embargo, creemos que al razonamiento le falta, aún, un paso.
Además de determinar los bienes o servicios, y el monto necesario para adquirirlos,
deberá indicarse porqué el bien o servicio compensará la modificación disvaliosa del
espíritu en la que se sitúa el damnificado (16).
Es decir, proponemos tres pasos, luego de haberse determinado la existencia del daño
moral: 1. determinar el bien o servicio sustitutivo; 2. determinar por qué ese bien o
servicio compensará el estado del damnificado; 3. determinar el valor del bien o
servicio.
El segundo paso que proponemos otorgará al razonamiento un agregado importante a la
hora de fundar porqué es razonable el bien o servicio elegido y por qué no otro.
VI. El fallo
En el fallo en análisis, el vocal de primer voto aplica la doctrina que su autor defiende,
otorgando una satisfacción compensatoria que aparece adecuada, según las
circunstancias del caso.
Saludamos entonces la resolución, y propugnamos que el criterio se extienda. Estamos
seguros de que redundará en beneficios para el sistema.
(1) Utilizamos el verbo "reparar" para referirnos a la indemnización del daño moral,
pese a que buena doctrina entiende que este perjuicio nunca puede ser reparado, sino
que la víctima solo podrá ser compensada, pues las consecuencias lesivas sobre bienes
no patrimoniales nunca pueden restituir al damnificado a su estado anterior. Nuestra
posición persigue no crear un problema más (muchas veces solo semántico) a la difícil
cuestión que supone colocar a la víctima del daño moral en una situación similar a la
que se encontraba antes del hecho antijurídica lesivo.
(2) No desconocemos que parte de la doctrina distingue entre reparación plena y
reparación integral. Nuevamente optaremos en no participar de esta discusión, para no
agregar una nueva cuestión problemática a la cuestión. V., con provecho, JUÁREZ
FERRER, Martín, "El derecho constitucional a la reparación integral", Ed. Hammurabi,
Buenos Aires, 2015.
(3) TSJ Cba., 12/12/1986, "Carle, Héctor M. c. Superior Gobierno de la Provincia -
daños y perjuicios - revisión", Foro de Córdoba, 3, año 1, agosto de 1987, Córdoba,
1987, 119.
(4) En este sentido, la propuesta de Martín JUÁREZ FERRER en "Cuantificación del
daño moral por escalas", en JUÁREZ FERRER, Martín (dir.), Cuantificación del daño.
Parte general, Ed. Thomson Reuters - La Ley, Buenos Aires, 2017, 301. También
propugna una suerte de tarifación OSSOLA, Federico, "Responsabilidad civil", en
RIVERA, Julio C. - MEDINA, Graciela, Derecho civil y comercial, Ed. AbeledoPerrot,
Buenos Aires, 2016, p. 249, quien, al criticar las normas del nuevo Código Civil y
Comercial, expresa: "Entendemos que la reforma se quedó a medio camino. Hubiera
sido deseable, en primer lugar, establecer presunciones iuris tantum de daño moral para
'casos testigo'... A partir de allí, fijar un 'piso' indemnizatorio, en puntos o unidades
económicas de valor estable, que constituya un mínimo indicativo que luego, en función
de las circunstancias del caso concreto, pueda adecuarse razonablemente...».
(5) TSJ Cba., sala Civ. y Com., "Belitzky, Luis E. c. Marta Montoto de Spila -
ordinario", sent. 30, 10/04/2001, Foro de Córdoba, 68, 137; "Sahab, Ricardo c. Ester A.
Hernández de Belletti", sent. 117, 04/11/2002; "L. Q., C. c. Citibank NA", 20/06/2006,
LLCba, setiembre 2006, p. 893.
(6) ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, "Resarcimiento de daños. 5ª. Cuánto por daño
moral", Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2005.
(7) Entre otros IRIBARNE, Héctor P., "De la conceptualización del daño moral como
lesión a derechos extrapatrimoniales de la víctima a la mitigación de sus penurias
concretas en el ámbito de la responsabilidad civil", en ALTERINI, Atilio - LÓPEZ
CABANA, Roberto, La responsabilidad civil. Homenaje al profesor Isidoro H.
Goldenberg, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1975, ps. 377 y ss.
(8) TSJ Cba., 28/04/1999, "G. T., C. c. L. B., R. y otros", LLC 1999-1014, cita Online:
AR/JUR/1902/1999: "La suma de $27.000 resulta adecuada y suficientemente
resarcitoria del daño moral provocado a un magistrado con motivo de una ilegítima
sanción de suspensión aplicada por un tribunal superior, en tanto permite adquirir un
terreno de respetable extensión y buena ubicación, un departamento de un ambiente o
efectuar varios viajes de importancia..." (Del voto en disidencia parcial de la doctora
Zavala de González).
(9) "Baeza, Silvia O. c. Provincia de Buenos Aires y otros", 12/04/2011, CS, Fallos:
334:376, cita online: AR/JUR/11800/2011.
(10) ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde - GONZÁLEZ ZAVALA, Rodolfo, "La
responsabilidad civil en el nuevo código", Ed. Alveroni, Córdoba, t. III, p. 93; LÓPEZ
MESA, Marcelo, con la colaboración de Facundo MARTÍNEZ PAZ, "Derecho de
daños. Manual", Ed. IBdef, Montevideo-Buenos Aires, 2019, ps. 70 y ss.;
MARCELLINO, Leonardo, "Valoración, cuantificación y satisfacción del daño moral
en la jurisprudencia cordobesa", en JUÁREZ FERRER, Martín (dir.), Cuantificación del
daño. Región Córdoba, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2017, p. 264).
(11) Por la aplicación del criterio legal, entre otros: CCC 8ª. Nom. Cba., 20/10/16,
"Ceballos, Lidia M. y otros c. Provincia de Córdoba - ordinario - daños y perj.", expte.
1732201/36"; idem: "D., P. M. c. Arcos Dorados SA s/ ordinario - daños y perj. - otras
formas de respons. extracontractual", LLOnline AR/JUR/50166/2017: "la entrada en
vigencia del nuevo Cód. Civil y Comercial de la Nación importa una ruptura en los
mecanismos de cuantificación del daño moral utilizados hasta este momento. Es que
corresponde tomar en cuenta el nuevo parámetro para la cuantificación de la
indemnización de las consecuencias no patrimoniales fijado en el art. 1741 in fine de
dicho ordenamiento, el cual expresa que: 'El monto de la indemnización debe fijarse
ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las
sumas reconocidas'; Capel. Civ., Com. Lab. y Minería Neuquén, sala III, 'M., C. G. c.
Consejo Provincial de Educación s/ d. y p. derivados de la responsabilidad contractual
del estado', 03/04/2018, cita online: AR/JUR/14298/2018; C 2ª Ap. Civ., Com., Minas,
de Paz y Trib. Mendoza, 'Díaz, Diana E. c. Rodríguez, Mauricio E. y otro s/ d. y p.',
13/11/2015, cita online: AR/JUR/58753/2015. Continúa con la argumentación
tradicional, basada en criterios generales, v.gr. CNCiv., sala K, 'C., J. G. c. E. L. P. SA
s/ daños y perjuicios', 09/10/2019, cita online: AR/JUR/ 34136/2019; CCC 9ª. Nom.
Cba., 12/12/2018, 'Camussi, Matías E. y O. c. Barbero, Carlos E. Daños y perjuicios',
expte. 6064850)".
(12) PIZARRO, Ramón - VALLESPINOS, Carlos, "Tratado de responsabilidad civil, T.
I, Parte general", Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2017.
(13) PICASSO, Sebastián - SÁENZ, Luis R. J., "Tratado de derecho de daños", Ed. La
Ley, Buenos Aires, t. I, p. 480; en el mismo sentido: ALFERILLO, Pascual, en
GARRIDO CORDOBERA, Lidia - BORDA, Alejandra - ALFERILLO, Pascual (dirs.),
"Código Civil y Comercial. Comentado, anotado y concordado", Ed. Astrea, Buenos
Aires, 2015, t. 2, p. 1067.
(14) ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde - GONZÁLEZ ZAVALA, Rodolfo, ob. cit.,
ps. 85 y 93.
(15) MÁRQUEZ, José F., en VITOLO, Daniel (dir.), "Código Civil y Comercial de la
Nación. Comentado y concordado", Ed. Errejus, Buenos Aires, 2016, t. III, p. 1716.
(16) MÁRQUEZ, José F., "La reparación del daño extrapatrimonial a través de placeres
compensatorios o sustitutivos. Una vía para encontrar patrones comunes", RCyS 2016-
VI, tapa, LLOnline AR/DOC/1443/2016.

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