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ABSTRACT
CONTENIDO Y DESARROLLO
La utilización del análisis económico como herramienta para la comprensión de los problemas
ambientales ha tenido grandes avances en el desarrollo de la teoría económica, como
principales bases para el análisis de las relaciones entre el sistema económico y el ambiente
natural se pueden citar: la teoría de las externalidades de Coase (1960) y la teoría sobre las
relaciones entre la escasez de los recursos naturales y el crecimiento económico de Barnett y
Morse (1963).
El ambiente se puede definir simplificadamente como el entorno dentro del cual se realizan
todo tipo de actividades humanas y dentro del cual opera la sociedad en sus diversas
dimensiones económicas, culturales, políticas y organizativas. Para la definición adecuada de
una política ambiental, es obligatoria la comprensión de las relaciones existentes entre las
actividades humanas y el medio natural.
Desde un enfoque económico, la mayoría de los impactos del hombre sobre la naturaleza,
especialmente los negativos tienen una característica común: quienes son afectados por ellos
no reciben una compensación adecuada y voluntaria por soportar la mala situación a la que
están sometidos; unos actores sociales asumen comportamientos para obtener beneficios con
repercusiones indeseables para otros.
Para entender las relaciones entre los beneficiarios y afectados de los daños ambientales, se
hace necesaria una referencia de la forma de operación de las relaciones entre los distintos
actores económicos: se tienen relaciones de intercambio entre oferentes y demandantes de
bienes y servicios que cumplen con las necesidades humanas, en estas actividades de
intercambio se generan situaciones no deseadas para los participantes directos e indirectos
(colectividad). Dichas situaciones indeseables pueden analizarse en dos escenarios: quienes
participan directamente y tienen participación en la decisión que genera un impacto y quienes
se ven afectados por los efectos negativos sin tener participación en la decisión.
Los dos actores tienen un vínculo distinto con el impacto negativo, ya que cuando este es
sufrido por quienes toman la decisión generadora del impacto se considera dentro del balance
de ventajas y desventajas, mientras que los que no tienen participación reciben un daño no
contemplado. Estas situaciones, son definidas en términos económicos como externalidades
negativas, ya que son fenómenos no regulados por ningún tipo de mercado, por lo que no se
pueden corregir de manera automática.
Aunque estos instrumentos tienen una gran importancia bajo ciertas circunstancias, se deben
reconocer las múltiples dificultades de su aplicación cuando se emplean como instrumentos
aislados. Por una parte estas medidas requieren de un complejo sistema de toma de decisiones
de carácter técnico empleado por el Estado, con el objetivo de establecer el proceder adecuado
de todos y cada uno de los actores que originan las externalidades ambientales. Es
recomendable aportar elementos de juicio que conjuguen y complementen los instrumentos
convencionales de política ambiental con instrumentos económicos.
El análisis comparativo entre los costos de mejorar la calidad del ambiente y los beneficios de
dicha mejora es una herramienta de gran utilidad. En términos de costos, éstos pueden
expresarse de manera directa en términos económicos, ya que sus principales componentes se
expresan directamente en algún mercado. En contraste, los beneficios ambientales hacen
referencia de manera primordial a aspectos de bienestar social y ambiental que no tienen
precios de mercado y que ameritan la aplicación de técnicas de valoración.
Desde una perspectiva operativa, esta valoración resulta muchas veces dispendiosa,
relativamente frágil y en muchos casos requiere costosos procesos de investigación derivados
de la escasa disponibilidad de información y de la baja calidad de la misma.
Además se debe considerar que la efectividad de aplicación de un instrumento que cobre una
específica cantidad de dinero por contaminar el ambiente depende de dos variables: la tarifa
de cobro por contaminar y los costos de prevenir la contaminación.
La política ambiental no puede ser concebida como una política sectorial en si misma. Por el
contrario, los distintos componentes de las políticas sectoriales deben necesariamente
incorporar consideraciones de carácter ambiental, como condición básica para responder a los
efectos ambientales cruzados que las distintas actividades generan, en resumen, la política
ambiental debe atravesar de manera transectorial los distintos componentes de la política
económica y social del país.
CONCLUSIONES
- Dada la complejidad de los problemas ambientales, son múltiples las disciplinas que
tienen que aportar a la comprensión de estos problemas y a la solución de los mismos. La
economía es una de ellas.
- Para abordar este reto son significativos los esfuerzos que se vienen haciendo desde hace
varios años desde distintos enfoques de la teoría económica, por lo que hoy en día se
cuenta con un amplio instrumental analítico. Se aportan de esta forma elementos de juicio
para analizar desde los problemas más evidentes e inmediatos relacionados con la
asignación de recursos teniendo en cuenta las externalidades ambientales potenciales o
reales.
- Este tipo de aportes enfrentan problemas que la economía no ha logrado resolver a
satisfacción ya que la incapacidad de conocer e incorporar a satisfacción las preferencias
de las generaciones futuras es uno de los ejemplos más significativos al respecto. Pero
también se detectan otros como la incertidumbre derivada del escaso conocimiento del
mundo natural, especialmente relacionada con el papel que cada ser vivo, y amenazado
por la actividad humana, puede representar dentro del equilibrio de ecosistemas de alta
complejidad.
- Las reflexiones contenidas en este artículo, muestran de todas formas distintos terrenos en
donde se pone en evidencia la utilidad de incorporar el análisis económico en la toma de
decisiones de política ambiental. Además se ponen en evidencia dos principios básicos
que deben orientar la toma de decisiones de política ambiental: la equidad y la
transectorialidad.
RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
Barnett, H. y Morse, C. (1963). Scarcity and Growth: The Economics of natural Resource
Availability. Baltimore, USA: Johns Hopkins Press
Coase, R. (1960). “The Problem of Social Cost”. Journal of Law and Economics 3, págs. 1-44