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3. LOS PRINCIPIOS EN LA LEGISLACION LABORAL.

1. ANTECEDENTES.
La Legislación Laboral es una disciplina eminentemente práctica que
tiene sus propios principios que son peculiares debido a su tendencia
protectora hacia el trabajador en general. Sin embargo a ello debemos
entender que los principios en la Legislación Laboral son líneas
directrices que informan algunas normas e inspiran directa e
indirectamente una serie de soluciones, por lo que pueden servir para
promover y encauzar la aprobación de nuevas normas, orientar la
interpretación de las existentes y resolver casos no previstos.

En este contexto, nuestra legislación con el objeto de otorgar una efectiva


protección jurídica al trabajador, ha incorporado los referidos principios
en el art. 48.II de la CPE, que establece: ‘Las normas laborales se
interpretarán y aplicarán bajo los principios de protección de las
trabajadoras y de los trabajadores como principal fuerza productiva de la
sociedad; de primacía de la relación laboral; de continuidad y estabilidad
laboral; de no discriminación y de inversión de la prueba a favor de la
trabajadora y del trabajador’. En este mismo sentido el DS. N° 28699 en
su art. 4 ratifica la vigencia plena en las relaciones laborales del principio
protector con sus reglas del in dubio pro operario y de la condición más
beneficiosa, así como los principios de continuidad o estabilidad de la
relación laboral, de primacía de la realidad y de no discriminación. Por su
parte el art. 11.I del citado precepto establece: ‘Se reconoce la estabilidad
laboral a favor de todos los trabajadores asalariados de acuerdo a la
naturaleza de la relación laboral, en los marcos señalados por la Ley
General del Trabajo y sus disposiciones reglamentarias”.

Los principios para la interpretación y aplicación de la normativa laboral


buscan equilibrar la desigual situación entre trabajador y empleador,
invirtiendo la carga de la prueba, valorando la verdad material sobre la
verdad formal y otorgándole a los hechos la interpretación más favorable
al trabajador, en ese sentido cuando la parte empleadora no cumple con
la carga de la prueba, corresponde aplicar el principio protector en favor
del trabajador En esa línea el D.S N°28699 del 1 de mayo de 2006
ratifica estos principios de manera clara y contundente a favor del
trabajador en su Art. 4.

2. EL PRINCIPIO PROTECTOR.
El principio protector es el principio básico y esencial del Derecho del
Trabajo, debido a que el Estado en sentido general; no pudo mantener
la ficción de una igualdad entre las partes del contrato de trabajo,
inexistente en el hecho, y procuró compensar esa desigualdad económica
desfavorable al trabajador con una protección jurídica que les
favoreciera.

Por otra parte el principio protector se objetiviza o se entiende a través


de criterios o reglas (normas) derivados, como el in dubio pro operario a
través de la aplicación de la norma más favorable y el de la condición
más beneficiosa que se debe aplicar en cumplimiento del principio
protector que el Estado asume en sus instancias administrativas y
jurisdiccionales.

En ese sentido a).- El IN DUBIO PRO OPERARIO que se aplica cuando


una norma se presta a más de una interpretación, debe aplicarse la que
resulte más favorable al trabajador; b).- LA REGLA DE LA NORMA
FAVORABLE, que se aplica cuando dos o más normas relativas a la
misma situación jurídica, se aplicará la que resulte más favorable al
trabajador. Así, por ejemplo, frente a la coexistencia de una norma legal
que señala que el descanso anual es de 15 días hábiles y un contrato
colectivo que lo fija en 20, se aplicará este último, no obstante ser de una
jerarquía normativa inferior a la legal. C) LA REGLA DE LA
CONDICIÓN MÁS BENEFICIOSA Esta regla supone la existencia de una
situación concreta anteriormente reconocida y determina que ella debe
ser respetada en la medida que sea más favorable al trabajador que la
nueva norma que se ha de aplicar según la cual, ninguna norma debe
aplicarse si esta tiende a desmejorar las condiciones en que se encuentra
el trabajador, pues la idea es de que en materia laboral las nuevas
normas o reformas deben tender a mejorar las condiciones de trabajo y
no a la inversa. Ej.: frente a un contrato laboral individual que le otorga
una serie de derechos y beneficios al trabajador, se sobrepondrá incluso
a un contrato colectivo que busque evitar o continuar con esos beneficios
o derechos.

3.-PRINCIPIO DE LA CONTINUIDAD.

El Principio de la Continuidad de la Relación Laboral, contemplada


también en el D.S. 28699 que le atribuye a la relación laboral, la más
larga duración imponiéndose al fraude, la variación, la infracción, la
arbitrariedad, la interrupción y la sustitución del empleador es decir El
principio de la continuidad, para proteger efectivamente el bien jurídico
“trabajo”, las normas del Derecho laboral deben dar firmeza y
permanencia a la relación jurídica laboral por el mayor tiempo posible, en
tanto y en cuanto no existan causales de ruptura de la relación laboral
establecidas en la Ley General del Trabajo Art. 16 y su Decreto
Reglamentario Art. 9.

Este principio también denominado como el principio de la estabilidad


laboral esta reafirmado en el D.S N° 28699 en su Art. 11.- que reconoce
la estabilidad laboral a favor de todos los trabajadores asalariados de
acuerdo a la naturaleza de la relación laboral, en los marcos señalados
por la Ley General del Trabajo y sus Decretos Reglamentarios.

4. PRINCIPIO DE LA IRRENUNCIABILIDAD DE LOS DERECHOS.

Este principio explicita la imposibilidad jurídica de privarse


voluntariamente de una o más derechos concedidos por la propia
constitución, el derecho laboral y el propio contrato en beneficio del
trabajador. Ej. Un trabajador no puede renunciar a su derecho al
aguinaldo, aunque este estipulado en un contrato de trabajo.

La esencia de este principio se encuentra en el carácter público que tiene


la legislación laboral, por lo que el derecho a la irrenunciabilidad es
imprescindible para garantizar la paz social y el bienestar de la
comunidad; por lo que la Ley sería inoperante si permitiese a los
trabajadores la renuncia de sus derechos, ya que en los hechos la parte
empleadora impondría en el contrato de trabajo, condiciones en las que
el trabajador renuncia a sus derechos de manera voluntaria, que
implicaría acentuar su relación desigual en la relación laboral.

5. PRINCIPIO DE LA PRIMACÍA DE LA REALIDAD.

Este principio; deberá ser comprendido como el predominio de la verdad


de los hechos ante lo acordado entre partes, donde prevalece la
veracidad de los hechos a lo determinado por acuerdo de partes, es decir
que la realidad prevalece ante cualquier elemento formal. Ej. Si un
trabajador es contratado como auxiliar de oficina, pero en la realidad
desempeña sus funciones laborales como auxiliar de contabilidad; este
último hecho prevalecerá para la determinación de beneficios sociales, ya
que las autoridades administrativas y jurisdiccionales formaran su
convicción en el marco de lo dispuesto por el artículo 3 inciso j) del Código
Procesal del Trabajo, es decir que el juez valora debe valorar la realidad
de las funciones que en la realidad cumplió la trabajadora en uso de su
libre apreciación y su sana crítica basada en la realidad y no un mero
contrato que establece formalmente que fue contratada como auxiliar de
oficina.

6. PRINCIPIO DE LA BUENA FE.


Finalmente el D.S. N° 28699 de 1 de mayo de 2006 ratifica la vigencia
plena de los principios del Derecho Laboral explicando además que la
enumeración de los principios laborales no son excluyentes con principios
establecidos anteladamente, ni con las que pudieran incorporarse con
posterioridad, por lo que creemos que el principio de buena fe, es un
principio que debe primar en toda relación laboral.

La buena fe tiene en una relación laboral tiene una connotación muy


especial; por el componente personal que existe en esta rama jurídica. Es
así por ejemplo que el contrato de trabajo crea una relación laboral, en la
cual se exige la confianza recíproca de las partes.

En este sentido este principio debe ser entendido como el cumplimiento


honesto y cabal de las obligaciones contractuales, entendiendo que la
buena fe que debe regir las relaciones de trabajo; por tanto la buena fe
debe ser objetiva ya que se refiere a un comportamiento a una conducta
y no únicamente a un enunciado o estipulación contractual.

“UN HOMBRE SIN PRINCIPIO ES COMO UN BARCO A LA DERIVA”

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