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Pequeña historia sobre la creación de un ensayo sobre

lo arquetípico en el Nashleben de Aby Warburg

Son las 10 de la noche del día anterior a la entrega (te quedan 26 horas). Leyendo la página
56 de la forma en la que se leen los textos a las 10 de la noche, una frase te hace ruido. “La
anamnesis sintomática decididamente no tiene nada que ver con la generalización
arquetípica.”

- Que raro -piensas- yo hubiera afirmado todo lo contrario.

Convencido de que tú tienes que estar errado (porque como vas a contradecir a Didi
Hubermann), repasas los párrafos anteriores en busca de la fundamentación que te
explicará tu error y sustentará al autor. Así es como te encuentras con el siguiente párrafo
justo arriba de la sentencia anterior:

“Pero el esfuerzo filológico de Warburg, su percepción de las singularidades, su tentativa


constante de tirar de todos los hilos, de identificar cada brizna -aunque sabía muy bien que
uno hilos se le escapaban, otros se habían roto y otros corrían bajo tierra-, todo ello aleja al
Nachleben de cualquier esencialismo.”

- ¿Esencialismo? -te preguntas. Esta bien, una cosa es afirmar que el pensamiento de
Warburg no es esencialista ni mucho menos, pero otra cosa es decir que los arquetipos lo
son.

Eso te da un impulso para seguir buscando. No quieres dedicarle mucho tiempo (ya que
quieres seguir con tu trabajo), así que recurres a la fuente de conocimiento más cercana
que tienes. Vas a buscador de google y escribes “esencialismo”. Pinchas Wikipedia
(realmente no le quieres dedicar mucho tiempo), la cual te confirma lo que recordabas. El
esencialismo, según lo que lees, sería una doctrina Aristotélica, la cual incluso habría sido
criticada por Platón en el Parménides.

-Bueno -razonas- si Platón critica el esencialismo y los arquetipos tienen su origen en el


pensamiento platónico – según lo que has leído en tu tiempo libre-, entonces dudo que los
arquetipos sean esencialistas, ¿o es muy tonto lo que estoy diciendo?

Quedas conforme con tu raciocinio (aunque te da risa utilizar un silogismo muy aristotélico
para probarlo). Aunque, de todas formas, te gustaría desarrollarlo un poco más, encontrar
de qué manera se relacionan los arquetipos con el Nachleben de Warburg. Si bien no tienes
tanto tiempo antes de la entrega, sabes que tienes mucho donde sacar (por un par de cosas
que has leído en tu tiempo libre): desde el pensamiento Neoplatónico, pasando por la
dogmática Gnóstica, atravesando la doctrina hermética y sus relaciones con la alquimia
medieval, para finalmente aterrizar en los estudios de Jung sobre el inconsciente colectivo.
Muchas cosas que has leído, pero no has profundizado.
El problema es que no tienes el tiempo ni la posibilidad física de ir a buscar material (te
recuerdo que estas en cuarentena), así que te tienes que conformar con buscar en los libros
que tienes en tu casa y el internet (aunque esta última opción nunca te ha gustado mucho,
excepto para buscar qué es el esencialismo). Te conformarías con investigar de Jung, el cual
te parece un muy buen punto de entrada al tema. Vas a tu pequeña estantería a buscar
algún libro. Recaes en “Realidad Daimónica”, de Patrick Harpur. Fue tu libro de entrada a
los estudios de Jung, así que decides partir por ahí. Vas al índice. Buscas algo que te pueda
servir. Página 50: El inconsciente colectivo. Definitivamente ahí encontrarás algo. Lees
rápidamente hasta que encuentras un párrafo que te servirá de introducción, por lo que lo
transcribes y lo subrayas:

“Pero, a diferencia de Freud, Jung trataba con pacientes que sufrían perturbaciones más
serias, psicosis más que neurosis, y en sus delirios y fantasías percibió gran cantidad de
imágenes y motivos que no era posible explicar recurriendo a sus vidas personales. (…) Así
que Jung se vio obligado a reconocer un nivel más profundo de la psique que contenía la
experiencia pasada no sólo de nuestras vidas personales, sino de toda la especie. Llamó a
este nivel de la psique “ el inconciente colectivo”, para distinguirlo del subconciente Freud”

-Es un buen comienzo- piensas

Pero sabes que no puede quedar allí. Te decides a buscar algo más. Recuerdas a Richard
Tarnas. Siempre te ha gustado su estilo claro y preciso. Tomas “La Pasión de la Mente
Occidental” y vas al capítulo que sabes que trata el pensamiento de Jung. Encuentras otra
cosa que te puede servir en la página 485:

“Aunque no había duda de que la experiencia humana estaba condicionada localmente por
una multitud de factores concretos de orden biológico, cultural e histórico, todos ellos se
integraban, en un nivel más profundo, en determinados modelos o modos de experiencia
universales, formas arquetípicas que constantemente ordenaban los elementos de la
experiencia humana en configuraciones típicas y daban continuidad dinámica a la psicología
humana colectiva. Éstos arquetipos perduraban como formas simbólicas básicas y a priori,
aunque en cada vida individual y en cada época cultural se vistieran con los hábitos propios
del momento e impregnaran toda experiencia, todo conocimiento y toda cosmovisión.”

-Ok, -Te dices- esto empieza a tomar forma.

Pero no quieres detenerte ahí. El problema es que ya no recuerdas bien de dónde más
puedes sacar información tal vez algo más precisa. Consultas uno, dos, tres libros, pero
todavía no encuentras otra cosa que te pueda servir (además que la hora tampoco te ayuda
mucho). A la cuarta vuelves a Patrick Harpur. Tomas “La Tradición Oculta del Alma”, y le das
una ojeada. Encuentras lo que estabas buscando en la página 66:
“Cuando Jung dijo que los arquetipos eran incognoscibles estaba siguiendo a Immanuel
Kant, quien sostenía que detrás de cada fenómeno hay un nuomeno, idea que se hacía eco
de la visión de Platón de que detrás de este mundo se encuentra otro de Formas ideales.
Pero, paradójicamente, los arquetipos si pueden conocerse, a través de las imágenes con
las que se representaban a sí mismos. “

Las imágenes. Quieres abordar más el tema de las imágenes, por lo que recurres
nuevamente a Realidad Daimónica en donde leíste lo siguiente:

“El contenido del inconciente es un mar de imágenes. Normalmente son visuales, pero no
exclusivamente, ya que pueden ser abstracciones, modelos, ideas, inspiraciones incluso
humores. Las imágenes del inconciente colectivo son representaciones de lo que Jung
llamaba “arquetipos”. (…) Los arquetipos son paradójicos. No pueden conocerse a sí
mismos, pero pueden conocerse de manera indirecta a través de sus imágenes. Son
impersonales por definición, pero se pueden manifestar personalmente.”

Bien. Imágenes inconscientes que vuelven una y otra vez a lo largo de la historia. ¡Ahí esta!
Eso es precisamente lo que buscabas construir. Te gusta como esto toma forma. Consideras
que ya tienen bastante respecto del inconsciente colectivo como para un pequeño ensayo
de tres páginas. Pero ahora el punto es que tienes que abordar de qué manera se relaciona
con el pensamiento de Warburg. Sabes que la relación esta ahí, pero tienes que explicitarla.

Eso en definitiva te obliga a volver al texto de Didi Hubermann. En un principio dudas de


poder encontrar algo que lo relacione directamente, considerando que el autor negó
tajantemente la relación que pudiese existir. Pero tus temores quedan infundados cuando
avanzas en la lectura. Las citas y referencias útiles te aparecen una y otra vez, y te das cuenta
de que el mismo Hubermann parece acudir a conceptos propios del pensamiento Jungiano
en su desarrollo. Tal vez lo que más te sorprende es una cita que hace de Darwin, en la
página 80. Es brutal lo que puede decir respecto de tu tema, aunque se refiera a uno
completamente distinto:

“Cuando un carácter perdido reaparece en una raza después de un gran número de


generaciones, la hipótesis más probable es no que el individuo afectado se haya puesto de
repente a recordar a un antepasado del que está separado por varios cientos de
generaciones, sino que el carácter en cuestión se encontraba en estado latente en los
individuos de cada generación sucesiva y que finalmente ese carácter se ha desarrollado
bajo la influencia de condiciones favorables cuya naturaleza ignoramos.”

Quedas sorprendido. Sigues, transcribes y subrayas la referencia directa a una memoria


colectiva de la página 60:

“La forma superviviente, en el sentido de Warburg, no sobrevive triunfalmente a la muerte


de su concurrentes. Muy por el contrario, sobrevive, sintomática y fantasmalmente, a su
propia muerte: desapareciendo en un momento dado de la historia, reapareciendo más
tarde en un momento en que quizás ya no se la esperaba y habiendo sobrevivido, en
consecuencia, en los limbos todavía mal definidos de una “memoria colectiva”.”

Y ahí no termina. Sigues con la página 62:

“Reconociendo la necesidad de ampliar los modelos canónicos de la historia (…),


Encaminándose poco hace una teoría de la memoria de las formas -una teoría hecha de
saltos y latencias, de supervivencias y de anacronismos, devoluciones inconscientes-, Abi
Warburg lleva a cabo una ruptura decisiva de las nociones misma de “progreso” Y
“desarrollo” históricos.”

Ya tienes el material que necesitas. Un buen tema, una tesis definida, citas suficientes para
explicarlo y sustentarlo (y si te faltaran un par al menos ya sabes bien adonde acudir). Lo
importante es abordarlo desde el foco correcto. La relación esta ahí, en tus citas, solo hay
que saber desde donde desarrollarla. Le das un par de vueltas a eso. Sabes que no buscas
plantear una idea que intente acabar el asunto o dar una respuesta final. Quieres plantear
una posibilidad. Un posible fundamento. Un posible por qué.

De hecho, tal vez esa es la razón por la cual escogiste este tema. Quieres entender de dónde
surge el Nashleben. Quieres comprender por qué las imágenes tienen la capacidad de
sintomatizar y la facultad para sobrevivir. Quieres encontrar una razón que te explique de
dónde vienen esos fantasmas. Y por eso te tenías que oponer a Hubermann: porque sientes
que una posible explicación se pueda encontrar en los arquetipos. Sabes que el tema no se
acaba en tu ensayito y que es tan sólo una proposición levemente fundamentada (qué más
se podría esperar en tres páginas, aunque te excedas un poco). Pero quieres dejar abierta
esa puerta.

Ya tienes claro lo que quieres hacer. Sólo te falta redactarlo, pero eso lo harás mañana, ya
es muy tarde. Sabes que no será fácil, ya que escribir nunca lo es. De hecho, te preguntas
¿Qué estilo de escritura usaré? Siempre te lo cuestionas. Lo importante es que será un
problema de mañana. Tal vez termines redactando una historia. Al fin y al cabo, eres un
estudiante de historia del arte. De una historia del arte. Tal vez sea tu propia historia.

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