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10/8/2020 2371-191207-07-1531.

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SALA CONSTITUCIONAL

Magistrado-Ponente: FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ

Mediante escrito presentado ante esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, el 25 de
octubre de 2007, los abogados Rodolfo Plaz Abreu, José Gregorio Torres y Antonio Planchart Mendoza,
inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los números 12.870, 41.242 y 86.860,
respectivamente, actuando con el carácter de apoderados judiciales de la sociedad mercantil PRAXAIR
VENEZUELA S.C.A., inscrita en el Registro Mercantil Segundo de la Circunscripción Judicial del Estado
Aragua el 24 de septiembre de 2004, bajo el N° 27, tomo 45-A, solicitaron la revisión de la sentencia N° 753,
dictada el 17 de mayo de 2007, por la Sala Político-Administrativa de este Máximo Tribunal, a través de la cual
se declaró con lugar el recurso de apelación interpuesto por el Fisco Nacional contra la decisión dictada el 30 de
enero de 2002, por el Juzgado Superior Segundo de lo Contencioso Tributario del Área Metropolitana de
Caracas, que declaró parcialmente con lugar el recurso contencioso tributario contra la Resolución Culminatoria
de Sumario Administrativo N° GCA-SA-R-2000-012, dictada por la Gerencia Regional de Tributos Internos de
Contribuyentes Especiales de la Región Capital del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria
(SENIAT), el 31 de enero de 2000, que determinó, a cargo de la contribuyente, una multa, intereses moratorios,
intereses compensatorios y actualización monetaria, por concepto de impuesto al consumo suntuario y ventas al
mayor.

El 31 de octubre de 2007, se dio cuenta en Sala y se designó ponente al Magistrado doctor


FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
Efectuado el estudio del expediente, pasa la Sala a decidir, previas las siguientes consideraciones:

I
DE LA SOLICITUD DE REVISIÓN EXTRAORDINARIA

Los representantes judiciales de la solicitante, fundamentaron su solicitud de revisión en los siguientes


argumentos:

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Que el presente asunto se inicia a causa de una fiscalización practicada en materia de consumo suntuario
y ventas al mayor, para los periodos comprendidos entre agosto de 1994 y agosto de 1997.

Que a consecuencia de dicha fiscalización se levantaron actas de reparo correspondientes a los periodos
de agosto-diciembre de 1994; y enero de 1995-agosto de 1997, signadas con los números GCE-DF-0479/97-25 y
GCE-DF-0479/97-26.

Que, el 24 de febrero de 1999, se presentaron las correspondientes declaraciones sustitutivas, allanándose


a los reparos y pagando el impuesto diferencial correspondiente.

Que, el 31 de enero de 2000, la Gerencia Regional de Tributos Internos de Contribuyentes Especiales de


la Región Capital del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), dictó la Resolución
Culminatoria de Sumario Administrativo N° GCA-SA-R-2000-012, en la cual se dejó constancia del
allanamiento efectuado y se determinaron los montos por concepto de impuesto actualizado, multa de 10%,
intereses compensatorios e intereses moratorios.

Que por estar en desacuerdo con la liquidación de los intereses moratorios y compensatorios, el 7 de abril
de 2000, se interpuso el correspondiente recurso contencioso tributario, donde se alegó la inconstitucionalidad de
los intereses compensatorios y de la actualización monetaria prevista en el artículo 59, Parágrafo Único del
Código Orgánico Tributario de 1994, ya que éste había sido anulado por la entonces Corte Suprema de Justicia.
Que dicho recurso fue decidido por el Juzgado Superior Segundo de lo Contencioso Tributario del Área
Metropolitana de Caracas el 30 de enero de 2002, declarándose parcialmente con lugar.

Que el Fisco Nacional apeló de la referida sentencia y dicha apelación fue declarada con lugar.

Que la determinación de intereses moratorios ratificada por la decisión objeto de revisión, resulta
inconstitucional y arbitraria, toda vez que, dichos intereses no eran objeto de controversia.

Que la deuda tributaria no era exigible, en razón de la doctrina vinculante desarrollada por esta Sala en
los fallos Nos. 816 de 2000 y 1490 de 2007.

Que la decisión bajo análisis, desconoció los extremos legales que indican el momento en que comienza
el cómputo de los intereses moratorios.

Que el artículo 59 del Código Orgánico Tributario aplicable ratione temporis establecía, que los intereses
de mora deben pagarse desde la fecha de exigibilidad de la obligación, hasta la extinción total de la deuda.

Que la referida norma ha sido interpretada por esta Sala de forma pacífica en el sentido que, "...la
exigibilidad que debe tenerse en cuenta como presupuesto para la procedencia de los intereses moratorios, es
precisamente la definida para las obligaciones civiles, ya que sería la única manera de respetar el carácter
indemnizatorio que al interés moratorio se atribuye en materia tributaria, pues su consideración punitiva

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violentaría, entre otros, el principio 'nom bis in idem', que en materia sancionatoria proscribe la duplicidad de
sanciones por un mismo hecho y un mismo tipo de responsabilidad."

Que en tal virtud, sólo pueden calcularse intereses moratorios sobre créditos líquidos y exigibles,
contenidos en un acto administrativo definitivamente firme.

Que tanto la Sala Plena de la extinta Corte Suprema de Justicia, como esta Sala Constitucional, han
desarrollado el criterio según el cual, los intereses moratorios sólo proceden cuando la deuda es líquida y
exigible, es decir, cuando el reparo queda firme, lo cual ocurrió en el presente caso, cuando se notificó de la
sentencia de segunda instancia.

Que dicho criterio fue violentado por la Sala Político-Administrativa de este Máximo Tribunal, cuando
estableció, que procedían los intereses moratorios desde el vencimiento establecido para el pago de la deuda
tributaria y no desde en que operó la cosa juzgada.

Que, la sentencia sobre la cual versa la revisión de autos, aplicó retroactivamente el criterio establecido
en la decisión N° 5891 del 2005, a periodos fiscales donde estaba vigente el artículo 59 del Código Orgánico
Tributario de 1994.

Que del mismo modo, el criterio establecido en la decisión N° 5891 del 2005, no le es aplicable al
presente asunto, por cuanto el mismo es posterior a la interposición del recurso contencioso tributario donde se
produjo la decisión sometida a revisión.

Que lo expuesto, constituye una violación del principio de seguridad jurídica.

Que la decisión accionada desconoce el criterio desarrollado por esta Sala en la sentencia N° 816 del 26
de julio de 2000, donde se interpretó la primera parte del artículo 59 del Código Orgánico Tributario de 1994.

Que el criterio expuesto en la referida sentencia de esta Sala, fue ratificado el 13 de julio de 2007, en el
fallo N° 1490.

Que al mismo tiempo, se han desconocido los fallos N° 3702 del 10 de diciembre de 2003, 5074 del 15
de diciembre de 2005 y 577 del 20 de marzo de 2006.

II
DE LA SENTENCIA OBJETO DE REVISIÓN

La decisión sobre la cual versa la presente revisión, estableció respecto a los intereses moratorios lo
siguiente:

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"En lo que respecta a los intereses moratorios alegó el apoderado judicial de la contribuyente
que de haberse dictado la resolución inmediatamente al momento del allanamiento, no habría
lugar a su liquidación y exigibilidad.

Al respecto, resulta imperativo para esta Sala ratificar su criterio respecto de la causación de los
intereses moratorios en obligaciones de contenido tributario, plasmado en la sentencia N° 05891
del 13 de octubre de 2005 (Casos: Sudamtex de Venezuela, S.A.C.A.), en la que se estableció lo
siguiente:

Referente al artículo 59 del Código Orgánico Tributario publicado en 1994, su redacción


es igualmente similar a lo que fuera ordenado en los artículos 60 de los Códigos de 1982 y
1992, y ello se evidencia en lo que respecta a cuando comienza la obligación de pagar
intereses moratorios y la falta de requerimiento por parte de la Administración Tributaria.

Respecto a cuando comienza la obligación de pagar intereses moratorios, el artículo 59


del Código Orgánico Tributario publicado en 1994 señala que la falta de pago de la
obligación principal, dentro del término establecido para ello, hace surgir la obligación
de pagar intereses de mora. La norma incorpora la frase ‘…desde la fecha de su
exigibilidad…’¸ ratificando lo que ha interpretado la Sala y que se encuentra reseñado en
la sentencia transcrita, de la obligatoriedad en cumplir con el término dado para el pago
de la obligación principal. Así, el cálculo de los intereses moratorios comienza desde el
vencimiento del término dado para declarar y pagar, es decir, desde su exigibilidad, hasta
la extinción total de la deuda, independientemente de los recursos administrativos o
judiciales interpuestos, ‘…pues éstos inciden sobre los efectos (ejecutividad y
ejecutoridad) del acto de determinación de la obligación tributaria y no sobre la situación
jurídica acaecida.’.

Referente a la afirmación de la falta de requerimiento por parte de la Administración


Tributaria, tal como se explicó en la sentencia transcrita, la mora atiende a la falta de
pago en el término establecido, por lo tanto, es independiente a que hubiere habido
actuación de ella para hacer líquida la deuda o para requerir el pago, según se trate.

En consecuencia, en toda obligación tributaria principal que haya nacido bajo la vigencia del
Código Orgánico Tributario de 1994, igualmente el cómputo de los intereses moratorios
comenzará luego del vencimiento establecido para su pago (declarar y pagar). Así se declara.

Conforme a lo expuesto precedentemente, esta Sala encuentra que están dados los supuestos
contemplados en las disposiciones legales antes descritas, para la exigibilidad de intereses
moratorios, ya que la Administración Tributaria determinó la omisión de ingresos tributarios,
por concepto de impuesto al consumo suntuario y a las ventas al mayor para los períodos de
imposición comprendidos entre los meses de agostos de 1994 y agosto de 1997, dada la falta de
pago en el término establecido en la Ley, es decir, en los respectivos períodos de imposición,
resultando procedente el pago de los dichos intereses de conformidad con el artículo 59 del
Código Orgánico Tributario de 1994, vigente para los períodos investigados.

Ahora bien, del contenido de la resolución impugnada se observa que la Administración


Tributaria procedió a determinar los intereses moratorios desde el momento en que surgió la
obligación de pagar, hasta la fecha de emisión de dicha resolución, lo cual en criterio de esta
Sala resulta contrario a derecho, pues tal como se constató de autos, la contribuyente se allanó al
contenido de las actas fiscales extinguiendo así la obligación tributaria principal, motivo por el
cual, esta Alzada debe declarar firme la exigibilidad de los intereses moratorios; sin embargo,
impone que su cálculo se efectúe desde el momento en que surgió la obligación de pagar hasta la
fecha en que la contribuyente se allanó al pago. Así se declara."

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III
DE LA COMPETENCIA

Corresponde a esta Sala determinar previamente su competencia para conocer de la presente solicitud de
revisión y, a tal efecto, observa:

En fallos anteriores se ha determinado la facultad que detenta la Sala Constitucional para revisar las
actuaciones de las demás Salas de este Tribunal Supremo de Justicia que contraríen las normas y principios
contenidos en la Constitución, así como de las decisiones que se opongan a las interpretaciones que sobre los
mismos haya realizado esta Sala en ejercicio de las atribuciones conferidas de forma directa por el Texto
Constitucional, partiendo de lo preceptuado en el artículo 335 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela para aplicar lo dispuesto en el numeral 10, del artículo 336 eiusdem, no obstante la ausencia de
desarrollo legislativo al respecto (vid. sentencias números 1312/2000, 33/2001 y 192/2001).

Ahora bien, en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, que entró en vigencia el 20 de mayo de
2004, se delimitó la competencia que tiene la Sala Constitucional para conocer de las solicitudes de revisión
constitucional.

En este sentido, el cardinal 4, conjuntamente con el primer aparte del artículo 5 de la mencionada Ley
Orgánica, establece lo siguiente:

“Artículo 5. Es de la competencia del Tribunal Supremo de Justicia como más alto Tribunal de la
República:
(omissis)
4. Revisar las sentencias dictadas por una de las Salas, cuando se denuncie fundadamente la
violación de principios jurídicos fundamentales contenidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, Tratados, Pactos o Convenios Internacionales suscritos y ratificados
válidamente por la República, o que haya sido dictada como consecuencia de un error
inexcusable, dolo, cohecho o prevaricación (...).
(omissis)
El Tribunal conocerá en Sala Plena lo asuntos a que se refiere este artículo en sus numerales 1 al
2. En Sala Constitucional los asuntos previstos en los numerales 3 al 23. En Sala Político
Administrativa los asuntos previstos en los numerales 24 al 37. En Sala de Casación Social los
asuntos previstos en los numerales 38 al 40. En Sala de Casación Social el asunto previsto en los
numerales 41 al 42. En Sala de Casación Social los asuntos previstos en los numerales 43 y 44.
En Sala Electoral los asuntos previstos en los numerales 45 y 46. En los casos previstos en los
numerales 47 al 52 su conocimiento corresponderá a la Sala afín con la materia debatida”
(destacado de esta Sala).

Siendo ello así, se observa que la solicitud de revisión de autos fue interpuesta contra la sentencia N°
753, dictada por la Sala Político-Administrativa de este Alto Tribunal el 17 de mayo de 2007. En consecuencia, y
en atención a la norma parcialmente transcrita, esta Sala se declara competente para conocer y decidir la revisión
solicitada, advirtiendo que la misma estará supeditada al examen que de las actas procesales se realice para
verificar la existencia de un error evidente o inexcusable en la interpretación de la Constitución, o de la

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sustracción absoluta de los criterios interpretativos de normas y principios constitucionales adoptados por esta
Sala Constitucional, así como también de algún tipo de violación constitucional en la que, por estar envuelto el
orden público, sea necesaria la intervención del máximo intérprete constitucional. Así se declara.

IV
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Establecido lo anterior, esta Sala pasa a pronunciarse acerca de la presente solicitud de revisión, no sin
antes reiterar el criterio sostenido en sentencia del 2 de marzo de 2000 (caso: “Francia Josefina Rondón Astor”),
ratificado en el fallo del 13 de julio de 2000 (caso: “Asociación de Propietarios y Residentes de la Urbanización
Miranda”), conforme al cual la discrecionalidad que se atribuye a la facultad de revisión constitucional, no debe
ser entendida como una nueva instancia y, por tanto, la solicitud en cuestión se admitirá sólo a los fines de
preservar la uniformidad de la interpretación de normas y principios constitucionales o cuando exista una
deliberada violación de preceptos de ese rango, lo cual será analizado por esta Sala, siendo siempre facultativo
de ésta, su procedencia.

Por otra parte, este Máximo Órgano jurisdiccional ha sostenido en casos anteriores, que la labor tuitiva
del Texto Constitucional mediante la revisión extraordinaria de sentencias no se cristaliza de forma similar a la
establecida para los recursos de gravamen o impugnación, diseñados para cuestionar la sentencia, para ese
entonces, definitiva.

Antes bien, el hecho configurador de la revisión extraordinaria no es el mero perjuicio, sino que, además,
se verifique un desconocimiento absoluto de algún precedente dictado por esta Sala, la indebida aplicación de
una norma constitucional, un error grotesco en su interpretación o, sencillamente, su falta de aplicación, lo cual
se justifica en el hecho de que en los recursos de gravamen o de impugnación existe una presunción de que los
jueces en su actividad jurisdiccional, actúan como garantes primigenios de la Carta Magna. De tal manera que,
sólo cuando esa presunción logra ser desvirtuada es que procede, la revisión de la sentencia (Vid. Sentencia de la
Sala N° 2.957 del 14 de diciembre de 2004, caso: “Margarita de Jesús Ramírez”).

Ello así, los apoderados judiciales de la solicitante centran sus denuncias en que los intereses moratorios
en materia tributaria, sólo son exigibles cuando la obligación es líquida y exigible y al respecto, es menester
hacer referencia a la decisión N° 1490, dictada por esta Sala el 13 de julio de 2007, en el caso: TELCEL, C.A.,
donde se analizó la evolución jurisprudencial de la exigibilidad de los intereses moratorios.

Sobre el particular, la Sala observó en la referida sentencia del 13 de julio de 2007, que mediante decisión
dictada el 10 de agosto de 1993, la Sala Político-Administrativa de la otrora Corte Suprema de Justicia (caso:
“MADOSA”), estableció los requisitos necesarios para la causación de los intereses moratorios ante el
incumplimiento de la obligación tributaria. En efecto, dicha Sala Político Administrativa declaró que para que se
pudieran generar los intereses moratorios se requería lo siguiente:

...(omissis)…

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“1) La existencia de un crédito tributario líquido, es decir, cuantificado, fijado su monto de


manera expresa en instrumento de pago expedido al efecto.
2) La fijación de un plazo para su pago, indicado de manera cierta en el instrumento de pago.
3) La notificación legal del sujeto pasivo de esa obligación, de manera que éste pudiese conocer
el monto y la fecha de vencimiento de esa obligación a su cargo.
4) La exigibilidad de la obligación, es decir, el vencimiento del plazo concedido para su pago, por
haber transcurrido íntegramente sin haberse suspendido la eficacia del acto por la interposición
de algún recurso o petición o bien porque de haberse impugnado legalmente, esta acción hubiese
sido decidida y declarado firme el acto de liquidación cuestionado”. (negritas del presente
fallo).

No obstante el anterior criterio seguido desde 1993, la Sala Político Administrativa de la Corte Suprema
de Justicia en su Sala Especial Tributaria II, mediante decisión del 7 de abril de 1999, se apartó de su propia
jurisprudencia -anteriormente citada- y, en tal sentido, estableció que la liquidez de la deuda principal no
es presupuesto necesario para la obligación de pagar intereses moratorios, atendiendo a la equiparación de la
obligación tributaria con la exigibilidad de las obligaciones civiles, pues éstas últimas para que sean exigibles no
deben estar sometidas ni a condición ni a término.

Al respecto, estableció la Sala Político Administrativa, en su cambio de criterio, que los sistemas que
requieren la liquidación de la obligación tributaria como presupuesto de la causación de los intereses moratorios,
someten el cumplimiento de la obligación a un término durante el cual, no obstante haber nacido la obligación,
el acreedor -Administración- no puede satisfacer su derecho de cobrar el tributo generado, pues resulta
imperativo esperar que la obligación se haga líquida, lo cual no se configura sin la concurrencia del sujeto
pasivo.
Para fundamentar este cambio jurisprudencial expuesto en la decisión dictada el 7 de abril de 1999,
arguyó la Sala Político-Administrativa que el artículo 82 del Código Orgánico Tributario de 1982 no incluía la
“exigibilidad” como requisito de los intereses de mora; por el contrario, se insertó en dicha disposición legal la
expresión “falta de pago dentro del término establecido”. Por lo tanto, dicha Sala declaró que los intereses de
mora son causados una vez ocurrido el vencimiento del plazo para el pago o el plazo dado para autoliquidar, con
independencia de los recursos administrativos o judiciales que se hubieren intentado, “pues éstos incidirían
sobre los efectos (ejecutividad y ejecutoriedad) del acto de determinación de la obligación tributaria y no sobre
la situación jurídica acaecida” (cita de la decisión dictada por la Sala Político Administrativa el 7 de abril de
1999).

Ahora bien, el 14 de diciembre de 1999, la Corte en Pleno de la entonces Corte Suprema de Justicia
declaró parcialmente con lugar el recurso de nulidad por inconstitucionalidad interpuesto contra el artículo 59
del Código Orgánico Tributario de 1994, reconociendo la validez y vigencia de la primera parte del mencionado
artículo, en cuanto a la obligación de todo contribuyente de pagar intereses de mora en los casos de falta de pago
de la obligación tributaria, así como de las “sanciones y accesorios”, siempre que se trate de créditos líquidos y
exigibles o de plazo vencido. Asimismo, se declaró la nulidad del parágrafo único del artículo 59 del Código
Orgánico Tributario de 1994, relativo al pago de los intereses compensatorios y la actualización monetaria en
caso de ajustes provenientes de reparos (cursivas del fallo dictado por la Sala Plena el 14 de diciembre de 1999).

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Al respecto, el Pleno de la Corte Suprema de Justicia determinó la naturaleza de los intereses moratorios
como una sanción civil, habida cuenta la pacífica distinción por parte de la doctrina y la jurisprudencia entre el
carácter penalizado o punitivo de las sanciones pecuniarias -multas- y el carácter resarcitorio del interés
moratorio como consecuencia de los daños producidos a la Administración ante el incumplimiento de las
obligaciones tributarias.

Conforme a lo anterior, declaró la Corte en Pleno de la Corte Suprema de Justicia que el criterio asentado
por la Sala Político-Administrativa, en su decisión dictada el 7 de abril de 1999, perdió vigencia bajo la
redacción del artículo 59 del Código Orgánico Tributario de 1994, toda vez que realizar con respecto del
requisito de la exigibilidad, una interpretación distinta a la que debe hacerse para la obligación civil, no sólo
modifica el cómputo del interés sino también la naturaleza de los intereses moratorios, pues lejos de su carácter
indemnizatorio, éstos se convertirían en una sanción pecuniaria y, en consecuencia, sujeta a los límites de la
actividad sancionadora del Estado.

Por lo tanto, se retomó el criterio que se venía siguiendo desde 1993, establecido por la Sala Político
Administrativa (caso: “MADOSA”), relativo a la exigibilidad de la obligación tributaria como presupuesto de la
indemnización por mora, dejando atrás la jurisprudencia que había sentado la misma Sala Político-
Administrativa en su decisión dictada el 7 de abril de 1999.

Como corolario, estableció la Corte en Pleno en la comentada decisión del 14 de diciembre de 1999, que
“los intereses moratorios deben calcularse a partir de la fecha en que, habiéndose determinado y liquidado el
impuesto a pagar y siendo exigible la obligación, el contribuyente incurrió en mora y no desde el día siguiente a
aquel en que termina el ejercicio respectivo. Estos intereses suponen una obligación dineraria cuyo objeto es
una cantidad líquida concretamente, un impuesto definitivamente exigible y liquidado con expresión de su
monto” (cursivas de la citada decisión).

Ahora bien, con ocasión de la aclaratoria solicitada ante la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia
por el Gerente Jurídico del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria -SENIAT- respecto de la
decisión dictada por la Corte en Pleno de la Corte Suprema de Justicia el 14 de diciembre de 1999, esta Sala
Constitucional, al asumir por remisión de la Sala Plena, dictó su decisión No. 816 del 26 de julio de 2000, en la
cual ratificó el criterio expuesto en la decisión objeto de aclaratoria. En tal sentido, al igual que la decisión
dictada por la Sala Plena el 14 de diciembre de 1999, esta Sala Constitucional estableció con sentido vinculante,
que los intereses moratorios se generan desde la oportunidad en que la obligación se hace exigible, esto es, una
vez que el respectivo reparo adquirió firmeza, bien por no haber sido impugnado o por haberse decidido y
quedado definitivamente firmes las decisiones dictadas en virtud de los recursos interpuestos.

En el caso que nos ocupa, la Gerencia Regional de Tributos Internos de Contribuyentes Especiales de la
Región Capital del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), dictó el 31 de enero de
2000, la Resolución Culminatoria de Sumario Administrativo N° GCA-SA-R-2000-012, mediante la cual se

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impuso una multa, más intereses moratorios, intereses compensatorios y actualización monetaria, por concepto
de impuesto al consumo suntuario y ventas al mayor.

Contra la referida Resolución Culminatoria la contribuyente interpuso recurso contencioso tributario, el


cual fue declarado parcialmente con lugar mediante decisión del dictada el 30 de enero de 2002, por el Juzgado
Superior Segundo de lo Contencioso Tributario del Área Metropolitana de Caracas.

Contra la decisión dictada por el referido Juzgado Superior, se interpuso recurso de apelación, el cual fue
declarado con lugar, por lo que la decisión apelada fue revocada, declarándose nulos los conceptos de
actualización monetaria e intereses compensatorios y conformes las multas impuestas por intereses moratorios.

Al respecto, el criterio al que alude y ratifica la decisión objeto de revisión, fue asentado por la Sala
Político Administrativa de este Tribunal en su sentencia No. 05891 del 13 de octubre de 2005, dictada con
ocasión del recurso de apelación ejercido por la representación del INCE, contra la decisión dictada por el
Juzgado Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, que declaró con lugar el recurso contencioso tributario incoado por el apoderado judicial de aportante
SUDAMTEX DE VENEZUELA, S.A.C.A.

En dicha decisión, reiterada por la Sala Político Administrativa en la sentencia que se revisa, se estableció
que, “basta el incumplimiento en el pago de la obligación principal para considerar ocurrido el nacimiento de
los intereses moratorios… preceptuando además que la obligación surge ‘sin necesidad de actuación alguna de
la administración tributaria y se extiende hasta la extinción de la deuda’” (negritas propias). En tal sentido,
determinó lo siguiente:

"Al analizar la figura de los intereses, se observa que en el derecho privado la figura del interés
como fruto del capital, se distingue por su origen entre intereses convencionales, que serían los
establecidos a través de la voluntad de las partes e intereses legales, los cuales se originan por
prescripción de la ley. En materia tributaria -por amparo del principio de legalidad- se disponen
los intereses legales, los cuales se devengan con motivo de la demora o retraso en el cumplimiento
de las obligaciones derivadas de la aplicación de los tributos.
En tal sentido, resulta oportuno atender al contenido del artículo 60 del Código Orgánico
Tributario de 1982, vigente rationae temporis al presente asunto, cuyo texto dispone lo siguiente:
‘Artículo 60.- La falta de pago dentro del término establecido hace surgir, sin necesidad de
actuación alguna de la administración tributaria, la obligación de pagar intereses hasta la
extinción de la deuda, a una tasa equivalente al doce por ciento (12%) anual, adicional a la del
redescuento que el Banco Central de Venezuela, fije a los Bancos e Instituciones Financieras.
La obligación de pagar intereses moratorios adquiere carácter accesorio con respecto a la obligación
principal, ya que nace sobre la base de una deuda existente, y se origina en el retardo en el
cumplimiento de ésta, siendo indispensable para su nacimiento la preexistencia de una obligación
principal.
En efecto, el cumplimiento tardío de la obligación tributaria mediante el En ningún caso, los
intereses moratorios podrán exceder de una tasa equivalente al dieciocho por ciento (18%) anual
sobre las cantidades adeudadas.’
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De la norma antes transcrita se puede advertir que basta el incumplimiento en el pago de la


obligación principal para considerar ocurrido el nacimiento de los intereses moratorios, siempre
y cuando la falta de pago se efectúe dentro del término fijado por el texto normativo respectivo,
preceptuando además que la obligación surge ‘sin necesidad de actuación alguna de la
administración tributaria y se extiende hasta la extinción de la deuda’.
La finalidad de dichos intereses es indemnizatoria, debido a que no se pretende castigar un
retraso culpable, sino de compensar financieramente por el retraso en el pago de la deuda
tributaria. En este orden de ideas, lo que se busca es indemnizar la falta de satisfacción del
acreedor por no haber obtenido el pago tempestivo de la deuda.

De esta manera, se puede apreciar que la vinculación de la causa de la obligación de pagar


intereses de mora atiende a la ‘falta de pago dentro del término establecido’, independientemente
de que hubiese habido actuación de la propia Administración Tributaria para hacer líquida la
deuda o para requerir el pago, según se trate.
pago fuera del lapso legalmente previsto, igualmente causa la extinción de la obligación; sin
embargo, la Hacienda Pública debe obtener una compensación justa representada en el pago de
intereses moratorios sobre la cantidad dejada de ingresar, intereses los cuales tienen una función
indemnizatoria y no sancionadora.
En tal orden de ideas, debe señalarse que la determinación del tributo no tiene naturaleza
constitutiva sino declarativa y la obligación tributaria principal nace al producirse el hecho
generador y no al liquidarse la exacción. Así, si la obligación de pagar intereses moratorios sólo
tiene como presupuesto necesario la existencia de una deuda tributaria y su nacimiento se
encuentra dominado por el elemento mora, sería el retardo en el cumplimiento de la obligación
tributaria ya existente, aún cuando no necesariamente esté liquidada, la situación que origina la
obligación de pagarlo.
En definitiva, los requisitos para la existencia de la mora en materia tributaria serían, en primer
lugar, i) la manifestación de un retraso en el cumplimiento de una obligación y, ii) la líquidez y
exigibilidad de dicha obligación producto de un proceso de determinación tributaria.
En este sentido, la mora establecida en el artículo 60 del Código Orgánico Tributario de 1982,
aplicable rationae temporis, es una mora ex lege, que deriva de la no ejecución de una obligación
de pagar una cantidad de dinero dentro de un plazo fijado por la Ley, en cuyo caso el solo
vencimiento de ese plazo produce la mora generadora de los intereses; por lo tanto, se producen
automáticamente al verificarse la situación de hecho prevista en su dispositivo, sin que se
requiera ninguna otra condición o actuación para el nacimiento de la obligación de pagarlos.
Siguiendo este orden de ideas, resulta importante resaltar que el ‘término’ al cual se encuentra
sometido el nacimiento de los intereses moratorios, tiene una mayor relevancia si se tiene en
cuenta que la exigibilidad del cumplimiento de la obligación puede estar sometida a un plazo. Así,
de existir este termino establecido por la Ley, mientras el mismo no se haya vencido o verificado,
el cumplimiento de la obligación no se podrá exigir y, en consecuencia, tampoco podrá ocurrir el
retardo o tardanza que originaría el nacimiento de los intereses moratorios.

En otras palabras, en materia fiscal se somete el cumplimiento de la obligación a un término


durante el cual, aun cuando la obligación ya ha nacido, el acreedor (Administración Tributaria)
encuentra suspendido su derecho a cobrar el tributo causado y el deudor su obligación de
pagarlo; pero, una vez cumplido el término, la obligación se hace exigible por el solo vencimiento
del mismo. En estos casos, el nacimiento de la obligación principal y el momento en que ella se
hace exigible se encuentran temporalmente distanciados, y entre ambos, media un plazo
determinado por la Ley.

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En efecto, se pueden plantear casos en que las normas reguladoras del tributo desplazan la
oportunidad del pago de la obligación principal a una oportunidad posterior a la de su
surgimiento y para esto señalan un plazo dentro del cual el deudor debe liquidar y pagar. Al
vencimiento de este plazo es necesario adjudicarle un valor y unos efectos siendo uno de ellos el
de hacer exigible la deuda.
En definitiva, se advierte que la falta de mención expresa en el artículo 60 del Código Orgánico
Tributario de 1982 de la exigibilidad de la deuda principal como requisito para la obligación de
pagar intereses y la utilización de la expresión ‘falta de pago dentro del término establecido’,
permite concluir, conforme a lo hasta ahora expuesto, que tal cualidad concurre en ella en el
momento en que finaliza ese término y que este es el plazo previsto para el pago señalado en la
Ley, que regula cada tributo.

Por lo tanto, el vencimiento del plazo como elemento y oportunidad de la exigibilidad de la deuda
tributaria, concreta la oportunidad de la causación de los intereses moratorios,
independientemente de los recursos administrativos o judiciales interpuestos, pues éstos inciden
sobre los efectos (ejecutividad y ejecutoriedad) del acto de determinación de la obligación
tributaria y no sobre la situación jurídica acaecida. En consecuencia, durante la vigencia del
artículo 60 del Código Orgánico Tributario de 1982, los intereses moratorios se causan al
finalizar el término dado para su pago y se calculan desde que termina el término dado para
declarar y pagar hasta que éste efectivamente se realice.
En efecto, una vez traspasado el lapso para el cumplimiento previsto en la Ley para la extinción
de la obligación tributaria, surge de manera automática el comienzo del período de mora, el cual
tiene como presupuesto, la tardanza, el retraso o la falta de puntualidad en el pago de la deuda
tributaria.
Así las cosas, se debe precisar que cuando el contribuyente es deudor frente a la Administración
Tributaria, el cómputo de los intereses moratorios comienza luego del vencimiento establecido
para el pago de la deuda tributaria, sin que se haya efectuado, es decir, las cantidades adeudadas
al Fisco generan interés de mora desde el día siguiente al de su vencimiento. Así se declara.

En virtud de lo anteriormente expuesto, esta Sala supera el criterio que había venido sosteniendo
con respecto al momento de la causación de los intereses moratorios, adoptado en sentencia
dictada en fecha 10 de agosto de 1993, número 421, Caso: Manufacturera de Aparatos
Domésticos, S.A. (MADOSA), hasta la presente fecha.”. (Resaltado de la sentencia transcrita.)
Sent. No. 5757 de fecha 28 de septiembre de 2005, caso: LERMA, C.A."

De la anterior decisión dictada por la Sala Político-Administrativa, la cual sirvió de fundamento para
dictar su decisión objeto de la presente revisión se observa, que dicha Sala, como corolario de la anterior
transcripción, estableció que “basta el incumplimiento en el pago de la obligación principal para considerar
ocurrido el nacimiento de los intereses moratorios… preceptuando además que la obligación surge ‘sin
necesidad de actuación alguna de la administración tributaria y se extiende hasta la extinción de la deuda’”
(negritas del presente fallo), lo cual no pareciera estar ajustado con el criterio expuesto por la Corte en Pleno de
la entonces Corte Suprema de Justicia en su decisión dictada el 14 de diciembre de 1999, la cual fuere ratificada
y seguida por esta Sala Constitucional en su decisión dictada el 26 de julio de 2000.

Dentro de este orden de ideas, considera la Sala oportuno resumir los criterios que en esta materia han
venido siguiendo hasta el presente, la Sala Político Administrativa, la Corte en Pleno y esta Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, a los fines de dilucidar con exactitud el punto objeto de la presente solicitud de

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revisión, cual es la posible contradicción alegada respecto del criterio aplicado por la Sala Político
Administrativa al caso de autos, en lo que refiere a la oportunidad en que se causan los intereses moratorios por
incumplimiento del pago de la obligación tributaria principal, los cuales se exponen a continuación:

1. Mediante decisión dictada el 10 de agosto de 1993 (caso: “MADOSA”) por la Sala Político
Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, ésta determinó que la causación de los intereses de mora
dependía de la existencia de un crédito tributario líquido, es decir, cuantificado, fijado su monto de manera
expresa en instrumento de pago expedido al efecto.

2. Mediante decisión dictada el 7 de abril de 1999, la Sala Político Administrativa de la entonces Corte
Suprema de Justicia estableció que la liquidez de la deuda principal no es presupuesto necesario para la
obligación de pagar intereses moratorios y que, por lo tanto, éstos son causados una vez ocurrido el vencimiento
del plazo para el pago o el plazo dado para autoliquidar, con independencia de los recursos administrativos o
judiciales que se hubieren intentado.

3. Mediante decisión dictada el 14 de diciembre de 1999, la Corte en Pleno retoma el criterio expuesto
por la Sala Político Administrativa en su decisión dictada en 1993 y, en consecuencia, retornó a la “exigibilidad”
de la obligación como requisito sine qua non para la causación de los intereses moratorios, los cuales deben
calcularse a partir de la fecha en que, habiéndose determinado y liquidado el impuesto a pagar y siendo exigible
la obligación, el contribuyente incurrió en mora y no desde el día siguiente a aquel en que termina el ejercicio
respectivo.

4. El 26 de julio de 2000, la Sala Constitucional, con ocasión de la aclaratoria solicitada por el


representante legal del SENIAT respecto de la decisión dictada por la Corte en Pleno el 14 de diciembre de 1999,
esta Sala Constitucional ratificó el criterio expuesto en dicho fallo, relativo a la causación de los intereses
moratorios desde la oportunidad en que la obligación se hace exigible, esto es, una vez que el respectivo reparo
adquirió firmeza, bien por no haber sido impugnado o por haberse decidido y quedado definitivamente firme los
recursos interpuestos.

5. Mediante decisión dictada el 11 de octubre de 2006, la Sala Político-Administrativa del


Tribunal Supremo de Justicia declaró que el vencimiento del plazo fijado para el cumplimiento de la obligación,
produce la mora generadora de los intereses, los cuales se causan automáticamente sin que se requiera ninguna
otra condición o actuación de la Administración Tributaria para hacer líquida la deuda o para requerir el pago.

De lo anterior se colige, con indubitable claridad que, en su sentencia del 26 de julio de 2000, esta Sala
Constitucional siguió el criterio expuesto por la Sala Político Administrativa en el año 1993 (caso: “MADOSA”),
ratificado por la Sala Plena en su decisión dictada el 14 de diciembre de 1999, respecto de la oportunidad para
que se generen los intereses moratorios, los cuales se producen una vez que la obligación tributaria se hace
exigible, esto es, desde el vencimiento del plazo concedido para su pago, por haber transcurrido íntegramente sin
haberse suspendido la eficacia del acto por la interposición de algún recurso, o bien porque de haberse

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impugnado legalmente, ya fueron decididos los recursos y se ha declarado firme el acto de liquidación objeto de
impugnación.

De acuerdo con los criterios citados a lo largo del presente fallo, los cuales fueron resumidos
precedentemente, seguidos por la Sala Político Administrativa y la Corte en Pleno de la entonces Corte Suprema
de Justicia, así como por esta Sala Constitucional, relativos a la oportunidad en que se causan los intereses
moratorios respecto de la obligación tributaria principal, en el caso de autos se colige que la Sala Político
Administrativa en su decisión del 17 de mayo de 2007 -objeto de revisión- se apartó por completo del criterio
seguido por esta Sala Constitucional en su decisión dictada el 26 de julio de 2000.

En efecto, en el fallo que nos ocupa, la Sala Político Administrativa fue bien precisa en su declaración de
superar el criterio expuesto en su decisión dictada el 10 de agosto de 1993 (caso: “MADOSA”), el cual fue
ratificado por esta Sala Constitucional en su decisión No. 816 dictada el 26 de julio de 2000, en la que reiteró la
decisión dictada por la Corte en Pleno de la Corte Suprema de Justicia el 14 de diciembre de 1999, la cual a su
vez ratificó la decisión dictada por la Sala Político-Administrativa el 10 de agosto de 1993, criterio este del
cual se apartó dicha Sala, de manera expresa, en el fallo objeto de revisión.

Al respecto, desde la oportunidad en que esta Sala dictó su fallo No. 816 del 26 de julio de 2000, con
ocasión de la aclaratoria de la decisión dictada por la Corte en Pleno de la Corte Suprema de Justicia el 14 de
diciembre de 1999, hasta el presente fallo, se precisa que esta Sala Constitucional no ha modificado, ni menos
aún se ha apartado en modo alguno, de la jurisprudencia reiterada en su decisión del 26 de julio de 2000, en
cuanto al momento en que se causan los intereses moratorios por el incumplimiento de la obligación tributaria.

Por tal motivo, esta Sala observa que en el caso de autos, la Sala Político-Administrativa se apartó
de la jurisprudencia seguida por esta Sala Constitucional en la materia que nos ocupa, pues declaró que el
vencimiento del plazo fijado para el cumplimiento de la obligación, produce la mora generadora de intereses, los
cuales se causan automáticamente sin que se requiera ninguna otra condición o actuación de la Administración
Tributaria para hacer líquida la deuda o para requerir el pago.

En contraposición con lo anterior, esta Sala Constitucional, en su decisión del 26 de julio de 2000, reiteró
el criterio de la “exigibilidad” de la obligación como requisito para que se generen los intereses moratorios, los
cuales surgen una vez que el respectivo reparo formulado por la Administración Tributaria adquiere firmeza,
bien por no haber sido impugnado o por haberse decidido y quedado definitivamente firmes las decisiones
dictadas con ocasión de los recursos interpuestos, y no inmediatamente al vencimiento del plazo fijado para el
cumplimiento de la obligación, con independencia de la intervención de la Administración Tributaria.
Por tanto, en atención a los criterios seguidos por la Sala Plena y esta Sala Constitucional respecto de la
oportunidad de la causación de los intereses moratorios en materia tributaria, citados a lo largo del presente fallo,
esta Sala estima que la Sala Político-Administrativa obvió la jurisprudencia vinculante de este Máximo órgano
jurisdiccional relativa al momento en que se hace exigible el pago de intereses moratorios en materia.

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Así las cosas, esta Sala precisa que la revisión solicitada debe ser declarada ha lugar, habida cuenta que la
Sala Político-Administrativa se apartó de la jurisprudencia seguida por esta Sala Constitucional, en los términos
expuestos en el presente fallo, ordenando que se calcularan los intereses moratorios a cargo de la contribuyente,
desde la oportunidad en que surgió la obligación tributaria y en consecuencia, se declara la improcedencia de los
intereses moratorios cargados a la contribuyente desde dicha oportunidad hasta el momento en que en que se
allanó el pago.

V
DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, administrando
justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley, declara HA LUGAR la solicitud de revisión
interpuesta por la sociedad mercantil PRAXAIR VENEZUELA S.C.A., contra la sentencia N° 753, dictada el
17 de mayo de 2007, por la Sala Político-Administrativa de este Máximo Tribunal. En consecuencia, se ANULA
el mencionado fallo y, se ORDENA a la Sala Político Administrativa que decida el asunto, tomando en
consideración la doctrina establecida en la presente decisión.

Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítase copia de la presente decisión a la Sala Polítrico-


Administrativa de este Alto Tribunal. Cúmplase lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los 19 días del mes de Diciembre dos mil siete. Años: 197º de la Independencia y 148º de
la Federación.

La Presidenta,

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO


El Vicepresidente,

JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO

Los Magistrados,

PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ

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FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ


Ponente

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES

El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

FACL/
Exp. N° 07-1531

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