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El aludido medio de impugnación fue incoado contra la Resolución identificada con el alfanumérico
GJT-DRAJ-2000-A-1496 de fecha 21 de noviembre de 2000, notificada el 3 de abril del 2001, emitida por la
entonces Gerencia Jurídico Tributaria del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria
(SENIAT), que declaró parcialmente con lugar los recursos jerárquicos ejercidos el 19 de mayo de 1993 por la
contribuyente, contra las Resoluciones de Sumario Administrativo signadas con las letras y números HCF-SA-
509 y HCF-SA-510, ambas del 26 de octubre de 1992, notificadas el 26 de abril de 1993, emanadas de la
Dirección de Control Fiscal de la Dirección General Sectorial de Rentas del Ministerio de Hacienda, y confirmó
las objeciones fiscales contenidas en las Actas Fiscales signada con las letras y números HCF-FICSF-03-01 y
HCF-FICSF-02-01, ambas de fecha 18 de febrero de 1991; y en consecuencia, se determinó a cargo de la
referida empresa la obligación de pagar las cantidades reexpresadas en el valor monetario actual, según Planillas
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Decidida la causa con lugar en primera instancia, por auto de fecha 30 de marzo de 2017, el juzgado de
mérito oyó en ambos efectos la apelación ejercida por la representación fiscal y ordenó remitir el expediente a
esta alzada.
El 31 de mayo de 2017, se dio cuenta en Sala y en la misma oportunidad, fue designado Ponente el
Magistrado Marco Antonio Medina Salas. Asimismo, se ordenó aplicar el procedimiento de segunda instancia
previsto en el artículo 92 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa y se fijó un término
de diez (10) días de despacho para fundamentar la apelación, lo cual hizo en fecha 21 de junio de 2017, el
abogado Hans Samuel Hernández Navarro, inscrito en el INPREABOGADO bajo el número 212.322, actuando
como sustituto del Procurador General de la República en representación del Fisco Nacional, según se constata
del documento poder autenticado en la Notaría Pública Undécima del Municipio Bolivariano Libertador del
Distrito Capital el 16 de enero de 2017, inserto bajo el número 18, tomo 9 de los libros de autenticaciones
llevados por esa oficina notarial.
En fecha 6 de julio de 2017, el abogado Abdias Arévalo Rondón, inscrito en el INPREABOGADO bajo
el número 71.375, actuando en su carácter de representante judicial de la contribuyente La Coordinadora, S.A.,
antes La Coordinadora, S.R.L., según se constata del documento poder autenticado en la Notaría Pública
Primera del Municipio Chacao, el 25 de septiembre de 2002, inserto bajo el número 33, tomo 118 de los libros
de autenticaciones llevados por esa oficina notarial, presentó escrito de contestación a la apelación.
Realizado el estudio de las actas procesales pasa esta Máxima Instancia a decidir, con fundamento en los
artículos 26, 253 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
I
ANTECEDENTES
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El 26 de abril de 1993, la Dirección de Control Fiscal de la Dirección General Sectorial de Rentas del
Ministerio de Hacienda, notificó a la sociedad mercantil La Coordinadora, S.A., las Resoluciones de Sumario
Administrativo, identificadas con las letras y números HCF-SA-509 y HCF-SA-510, de fecha 26 de octubre de
1992, en las cuales, confirmó las objeciones fiscales contenidas en las Actas Fiscales signadas con las letras y
números HCF-FICSF-03-01 y HCF-FICSF-02-01, la primera notificada el 7 de marzo de 1990 y la segunda el
12 de noviembre de 1991, ambas de fecha 18 de febrero de 1991; y en consecuencia, se determinó a cargo de la
referida empresa la obligación de pagar las cantidades reexpresadas en el valor monetario actual, según Planillas
de Liquidación números 01-1-64-000106, 01-1-64-000108, y 01-1-64-000109, todas de fecha 26 de febrero de
1993 de: i) seis mil trescientos cuatro bolívares con sesenta y ocho céntimos (Bs. 6.304,68), por impuesto sobre
la renta causado y no liquidado para los ejercicios fiscales comprendidos desde 1985 hasta 1987; ii) trescientos
treinta y seis bolívares (Bs. 336,00) y seis mil seiscientos diecinueve bolívares con noventa y un céntimos (Bs.
6.619,91) por sanciones de multas impuestas, conforme a lo previsto en el artículo 100 del Código Orgánico
Tributario de 1982, aplicable en razón del tiempo; iii) cuatro mil cuatrocientos sesenta y tres bolívares con
setenta y un céntimos (Bs. 4.463,71) por intereses moratorios liquidados según lo contemplado en el artículo 60
eiusdem; iv) cuatrocientos veinte bolívares (Bs. 420,00) por sanción de multa conforme a lo previsto en el
mencionado artículo 100 ibídem; v) ocho mil setecientos veintisiete bolívares con sesenta y ocho céntimos (Bs.
8.727,68) y nueve mil ciento sesenta y cuatro bolívares con seis céntimos (Bs. 9.164,06) por impuesto sobre la
renta causado para los ejercicios fiscales señalados; y vi) cinco mil seiscientos sesenta y siete bolívares con
treinta y cinco céntimos (Bs. 5.677,35) por intereses moratorios liquidados de conformidad con el artículo 60 del
Texto Orgánico in comento.
En fecha 3 de abril del 2001, la Gerencia Jurídico Tributaria del Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), notificó a la sociedad de comercio la Resolución identificada
con el alfanumérico GJT-DRAJ-2000-A-1496 de fecha 21 de noviembre de 2000, que declaró parcialmente con
lugar los recursos jerárquicos ejercidos el 19 de mayo de 1993 por la contribuyente.
El 2 de abril de 2002, fue recibido ante el Tribunal Superior Primero de lo Contencioso Tributario de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, oficio de remisión número GJT-DRAJ-J-2001-7229
de fecha 31 de diciembre de 2001, contentivo del recurso contencioso tributario interpuesto de forma subsidiaria
a los recursos jerárquicos.
Señaló que “… La fiscalización (…) formula un reparo de Bs. 14.000.000,00, en el rubro de ‘Honorarios
Profesionales Sin Retención’; [su] representada considera, que no está obligada a practicar retención sobre
esos pagos, porque en el caso concreto no se trata de honorarios profesionales, sino de pagos por concepto de
reembolsos de gastos, al efecto de probar lo aquí dicho en la oportunidad de los descargos se presentaron como
pruebas ante la Dirección de Control Fiscal, los respectivos contratos de reembolsos, pero la Dirección de
Control Fiscal desestimó los contratos presentados (…) si bien es cierto que el contrato de reembolso
presentado por el contribuyente ante esta Dirección tiene validez entre las partes, no es menos cierto que el
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mismo, debido a sus características no posee validez entre terceros, por lo tanto no es válido ante el Fisco
Nacional, no [se explicó] de dónde [obtuvo] la Dirección de Control Fiscal, que el aludido contrato de
reembolso no es oponible a terceros, conclusión a la cual llega sin señalar ninguna norma legal, que le dé pie
para hacer tal afirmación, por lo que [su] representada insiste en que no está obligada pues a efectuar retención
alguna, puesto que el contrato de reembolso es un contrato heterogéneo, mediante el cual se le reembolsa a La
Coordinadora, C.A., todos los gastos que haga por cuenta de La Coordinadora, S.R.L., tales como: pago de
material de escritorio, impresos, mantenimiento de equipo (…)”. (Sic). (Corchetes de esta Sala).
Expuso que “… En el supuesto negado, de que los pagos que hace La Coordinadora, S.R.L, a La
Coordinadora, C.A., fueran calificados como lo pretende la Dirección de Control Fiscal, es conveniente traer a
colación la sentencia del Tribunal Superior Noveno de lo Contencioso Tributario, de fecha 09 de octubre de
1991, donde se establece el criterio que tales pagos no se ajustan a la definición de honorarios profesionales no
mercantiles que provee el Decreto 2825, sino que constituyen, para decirlo con palabras de la sentencia ya
transcrita ‘gastos gerenciales o de distribución de cortes, deducibles como todos los demás gastos causados
normales y necesarios’ y que no están sujetos a la retención prevista en el parágrafo sexto, artículo 39, y en el
artículo 88 de la Ley de Impuesto Sobre la Renta (…)”. (Sic).
Asimismo arguyó que “… El hecho de no retener, o retener y enterar con mora son infracciones y
sancionadas conforme la sección tercera del Capítulo II del Título III, por lo que la ley especial, Ley de
Impuesto Sobre la Renta, no puede establecer incremento del pago de Impuesto Sobre la Renta por el
incumplimiento de tales obligaciones, tales hechos los únicos que pueden acarrear es la aplicación de las
sanciones previstas en la sección tercera, que serían las multas, que de manera expresa se señalan en los
artículos 101, 102 y 103, del Código Orgánico Tributario, pero en ningún caso puede acarrear el derecho a
deducir el gasto, puesto que esto en el fondo sería un incremento del pago del tributo. En razón de todo lo
expuesto el reparo formulado en este rubro debe ser revocado, y así muy respetuosamente lo solicito de esa
Dirección Jurídico Impositiva (…)”. (Sic).
Igualmente expuso que “… No [está] de acuerdo totalmente con el reparo formulado por lo siguiente: En
el monto reparado Bs. 72.447,57 existen entre otras las siguientes partidas: 1.- Cancelación por suscripción a
POLICY MARKET DE SIONE AND COX L.T.D; 2.- Suscripción correspondiente al año 1985 en Sound of the
Economy de New York Bs. 1.758,35; 3.- Suscripción en Corporate Segurity International de Londres Bs.
3.036,00; 4.- Suscripción a The Economy Bs. 1.090,73; 4.- Suscripción en Lloyd's of London Press L.T.D. Bs
2.068,50. Estos pagos representan la adquisición de revistas técnicas especializadas (…) estos pagos son
perfectamente deducibles tal cual lo ha sostenido la doctrina y la jurisprudencia incluso la de la extinta Junta
de Apelaciones del Impuesto Sobre la Renta (…)”. (Sic). (Agregado de esta Sala). (Mayúsculas de la cita).
Agregó que “… La fiscalización repara la cantidad de Bs. 544.828,41, por no considerarlos normales ni
necesarios (…) la funcionaría, por ninguna parte señala o se dan razones para concluir que tales gastos no son
normales ni necesarios. Entre los gastos reparados se encuentran entre otros los siguientes: 1.- Pago a
Hallmare por compra de 300 tarjetas de navidad Bs. 26.290,00. Liberalidades; 2.- Patrocinio de la
temporada de ópera en el teatro Teresa Carreño Bs. 7.671,20; 3.- Cena de competencia de ‘OPAN’ Bs.
8.000,00. Estas dos partidas, deben ser consideradas como liberalidades, y por lo tanto deducibles de
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conformidad con el ordinal 19° del artículo 39 de la Ley de Impuesto Sobre la Renta; 4.- Compra de 200
bolígrafos Bs. 18.500,00. Estos bolígrafos fueron adquiridos para entregarlos a clientes y futuros clientes de la
empresa y los mismos sirven como medio de propaganda a publicidad, por lo tanto deducibles de conformidad
con las normas establecidas en el ordinal 21 del artículo 39 de la Ley de Impuesto Sobre la Renta; 5.- Agasajos
a clientes Bs. 11.416,00. Es necesario dejar claro, que [su] representada es una empresa cuya actividad es el
Corretaje de Seguros, tal cual lo afirma la funcionario fiscal en el punto 1, de la primera página del acta HCF-
FICSF-03-01 de fecha 07-03-90. Ahora bien, al ser [su] representada una empresa, que se dedica a la venta de
un servicio, como es el seguro, que constituye un intangible, necesariamente tiene que incurrir en una serie de
gastos, que puede clasificarse, como gastos de publicidad y promoción tales como son los agasajos a clientes,
constituidos por las partidas que señalamos en los números 1, 2, 3, 4 y 5, de la relación que antecede, pagadas
por la compra de bolígrafos, con el logotipo de la empresa y el nombre de la empresa, que repartimos a
nuestros clientes y futuros clientes como propaganda (…)”. (Sic). (Corchetes de esta Sala).
Señaló que “… la funcionaria fiscal (…) señala que estos gastos no son normales ni necesarios, pero no
señala las razones y fundamentos que la hacen llegar a esa conclusión (…) se hace necesario estar frente a la
actividad económica que se realiza y el gasto, para poder precisar si éste es necesario y normal, para la
realización de la actividad económica productora del ingreso. En el caso de los corredores de seguros tanto la
práctica y la costumbre como la necesidad de ganarse los clientes y de retenerlos hace necesario, que deben
realizarse una serie de gastos previo al cierre de cualquier negociación de seguro y sobre todo cuando se trata
de operaciones de ciertas magnitudes, la necesidad y la normalidad de tales gastos es evidente (…)”. (Sic).
Arguyó que “… la prescripción de los derechos del Fisco Nacional para liquidar las referidas planillas
de acuerdo con las normas establecidas en el artículo 77 del Código Orgánico Tributario, que establece, que
‘Las sanciones tributarias prescriben: 2.- Por dos años contados desde el 1° de enero del año siguiente a aquel
en que la Administración Tributaria tuvo conocimiento de la infracción, cuando dicho conocimiento sea
probado por el contribuyente’ (…) es evidente que la Administración tuvo conocimiento de la infracción por lo
menos el día 07-03-90, que fue la fecha en la cual le notificó el acta a [su] representada, por lo que el lapso de
prescripción empezó a correr a partir del 1° de enero de 1991, por lo que la prescripción se consumó el día 1°
de enero de 1993 y como la resolución número HCF-SA-509 de fecha 26 de octubre de 1992, le fue notificada a
mi representada el día 26-04-93, ya para esa fecha había transcurrido dos (2) años cuatro (4) meses y veintiséis
(26) días, por lo que el lapso de prescripción de dos (2) años previstos en el artículo 77 del Código Orgánico
Tributario, en su numeral 2, estaba totalmente consumado, y así solicito, que sea declarado por esa Dirección y
que en consecuencia se ordene anular la planilla por concepto de multa. Por otra parte, en el caso de no ser
procedente el alegato de prescripción, la multa deberá reducirse en la misma proporción en que se reduzcan los
impuestos liquidados, ya que la misma se liquida en base al monto de los impuestos que se liquiden en base a
los reparos que queden firmes (…)”. (Sic). (Agregados de esta Sala).
En ese sentido, indicó que “… El reparo que motivó la liquidación del impuesto se origina en diferencia
de criterio en cuanto a la naturaleza jurídica de los pagos realizados en base a contratos celebrados entre
comerciantes, en este caso si llegase a privar el criterio de la Contraloría General de la República, estimó que
estaríamos frente el caso de un error de Derecho excusable, que constituye de acuerdo con el artículo 79 del
Código Orgánico Tributario, una circunstancia que la eximen de responsabilidad penal tributaria (…) En el
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supuesto negado que prosperan los criterios del Órgano Contralor, en lo que respecta a la aplicación de la
sanción, alego las circunstancias atenuantes previstas en el artículo 88 del Código Orgánico Tributario (…)”.
(Sic).
Por otra parte, arguyó que “… La fiscalización (…) formula un reparo de Bs. 17.500.000,00, en el rubro
de ‘Honorarios Profesionales Sin Retención’; [su] representada considera, que no está obligada a practicar
retención sobre esos pagos, porque en el caso concreto no se trata de honorarios profesionales, sino de pagos
por concepto de reembolsos de gastos, al efecto de probar lo aquí dicho en la oportunidad de los descargos se
presentaron como pruebas ante la Dirección de Control Fiscal, los respectivos contratos de reembolsos, pero la
Dirección de Control Fiscal desestimó los contratos presentados (…) si bien es cierto que el contrato de
reembolso presentado por el contribuyente ante esta Dirección tiene validez entre las partes, no es menos cierto
que el mismo, debido a sus características no posee validez entre terceros, por lo tanto no es válido ante el
Fisco Nacional, no [se explicó] de dónde [obtuvo] la Dirección de Control Fiscal, que el aludido contrato de
reembolso no es oponible a terceros, conclusión a la cual llega sin señalar ninguna norma legal, que le dé pie
para hacer tal afirmación, por lo que [su] representada insiste en que no está obligada pues a efectuar retención
alguna, puesto que el contrato de reembolso es un contrato heterogéneo, mediante el cual se le reembolsa a La
Coordinadora, C.A., todos los gastos que haga por cuenta de La Coordinadora, S.R.L., tales como: pago de
material de escritorio, impresos, mantenimiento de equipo (…)”. (Sic). (Corchetes de esta Sala). (…)”.
Señaló que “… En el supuesto negado, de que los pagos que hace La Coordinadora, S.R.L, a La
Coordinadora, C.A., fueran calificados como lo pretende la Dirección de Control Fiscal, es conveniente traer a
colación la sentencia del Tribunal Superior Noveno de lo Contencioso Tributario, de fecha 09 de octubre de
1991, donde se establece el criterio que tales pagos no se ajustan a la definición de honorarios profesionales no
mercantiles que provee el decreto 2825, sino que constituyen, para decirlo con palabras de la sentencia ya
transcrita ‘gastos gerenciales o de distribución de cortes, deducibles como todos los demás gastos causados
normales y necesarios’ y que no están sujetos a la retención prevista en el parágrafo sexto, artículo 39, y en el
artículo 88 de la Ley de Impuesto Sobre la Renta (…)”. (Sic).
Arguyó que “… El hecho de no retener, o retener y enterar con mora son infracciones y sancionadas
conforme la sección tercera del Capítulo II del Título III, por lo que la ley especial, Ley de Impuesto Sobre la
Renta, no puede establecer incremento del pago de Impuesto Sobre la Renta por el incumplimiento de tales
obligaciones, tales hechos los únicos que pueden acarrear es la aplicación de las sanciones previstas en la
sección tercera, que serían las multas, que de manera expresa se señalan en los artículos 101, 102 y 103, del
Código Orgánico Tributario, pero en ningún caso puede acarrear el derecho a deducir el gasto, puesto que esto
en el fondo sería un incremento del pago del tributo. En razón de todo lo expuesto el reparo formulado en este
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rubro debe ser revocado, y así muy respetuosamente lo solicito de esa Dirección Jurídico Impositiva (…)”.
(Sic).
Expuso que “… No [está] de acuerdo totalmente con el reparo formulado por lo siguiente: En el monto
reparado Bs. 103.540,92 existen entre otras las siguientes partidas: 1.- Cancelación por suscripción a
KLUMER PUB. L.T.D. Bs. 3.330, 33; 2.- Suscripción correspondiente a AIR CRAFT BLUE BOOK N.D. Bs.
4.086,00; Estos pagos representan la adquisición de revistas técnicas especializadas. En el caso de la
adquisición de revistas técnicas, estos pagos son perfectamente deducibles (…)”. (Sic). (Añadidos de esta
Superioridad).
II
DECISIÓN JUDICIAL APELADA
Mediante sentencia definitiva número 2016-12-5 de fecha 8 de diciembre de 2016, el Tribunal Superior
Segundo de lo Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, declaró
con lugar el recurso contencioso tributario subsidiario a los jerárquicos incoados por el representante judicial de
la empresa La Coordinadora, S.A. con fundamento en las consideraciones transcritas a continuación:
Por su parte, la representación fiscal señala que el ejercicio civil del contribuyente para el
año 1985 terminó el 31 de diciembre de ese año, por lo que la prescripción comenzó a
correr el 1° de enero de 1986, que fue interrumpido por la declaración de rentas
presentada el día 20 de marzo del mismo año, por lo que el lapso de prescripción se
consumaba el 20 de marzo de 1990, pero con la notificaciones de las Actas Fiscales
efectuada el 7 de marzo de 1990 no se consumó la prescripción de los cuatro (4) años
establecidos en la norma.
Por tanto, el lapso reglamentario de tres (3) meses previsto en el citado artículo 13 del
Reglamento General a efectos de declarar y pagar el monto del impuesto sobre la renta a
que hubiere lugar, no puede formar parte del cómputo de la prescripción prevista en los
artículos 52 y siguientes del Código Orgánico Tributario de 1982, pues al estar impedida
la Administración Tributaria de exigir el cumplimiento de las obligaciones fiscales
derivadas del impuesto sobre la renta dentro del período en cuestión, mal podría
considerarse que la omisión del Fisco Nacional respecto al cobro de los créditos
adeudados obedezca a motivos enteramente imputables a su voluntad. (Vid., sentencia
número 01088 del 22 de julio de 2009 dictada por la Sala Político-Administrativa, caso:
Inversiones Río Borojo, S.A.).
De conformidad con lo establecido por el antes transcrito artículo 54, el lapso para que
tenga lugar esta institución ‘…se contará desde el 1° de enero del año siguiente a aquel en
que se produjo el hecho imponible…’; sin embargo, de acuerdo al dispositivo normativo
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contenido en el prenombrado artículo 55, una vez ocurrida alguna de las causales allí
señaladas se interrumpe el lapso de prescripción y se inicia un nuevo período prescriptivo
a partir de la realización de aquel acto, es decir, ocurrida la causal debe comenzar a
computarse nuevamente el plazo previsto en la norma (4 años), para que opere dicha
figura jurídica, sin que pueda computarse el tiempo que había transcurrido con
anterioridad a dicha interrupción.
Ahora bien, en el caso bajo examen se evidencia que el pago del impuesto sobre la renta
que dio origen a la controversia, tuvo lugar en razón del período fiscal del 1° de enero al
31 de diciembre de 1985 y 1987, por lo que en atención a la jurisprudencia de la Sala
Político-Administrativa en casos como el de autos, el lapso a considerarse para la
prescripción correspondería al 1° de abril del año inmediatamente posterior, vale decir, de
1986 y 1988.
Ahora bien, el lapso para sustanciar y decidir los recursos jerárquicos es de cuatro (4)
meses contados a partir del 25 de mayo de 1993 -luego del vencimiento de los veinte (20)
días hábiles para interponer el recurso administrativo (artículos 155 y 159 eiusdem), por
lo que el lapso de prescripción se encontraba suspendido por este tiempo más los sesenta
(60) días después de que la Administración decidiera el mencionado recurso, es decir, la
suspensión del lapso de prescripción finalizó el 24 de noviembre de 1993; razón por la
cual al no decidir la Administración Tributaria el recurso jerárquico para esta fecha, se
entiende denegado tácitamente, según lo dispuesto en el artículo 160 del Código Orgánico
Tributario de 1982.
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(…omissis…)
Con fundamento a lo expuesto, este Tribunal considera que en virtud del pronunciamiento
que antecede resulta innecesario conocer y decidir sobre las demás denuncias planteadas
por la representación judicial de la recurrente. (…)”. (Sic).
III
FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN
El 2 de mayo de 2017, el abogado Hans Samuel Hernández Navarro, ya identificado, actuando con el
carácter de representante judicial de la República, consignó ante esta Sala el escrito de fundamentación de la
apelación (folios 423 al 429 de las actas procesales), en el que expresa su desacuerdo con el fallo sobre la base
de los argumentos siguientes:
Sostiene que “… el Juez a quo incurrió en una falsa apreciación de los hechos y del derecho al
considerar que la obligación tributaria y sus accesorios se encontraban prescritos (…) esta Representación de
la República observa: El Código Orgánico Tributario de 1982, en el artículo 14, define la obligación tributaria,
en los siguientes términos: ‘La obligación tributaria surge entre el Estado, en las distintas expresiones del
Poder Público, y los sujetos pasivos, en cuanto ocurra el presupuesto de hecho previsto en la Ley (…)’. Por su
parte, los artículos 36 y 37, eiusdem, establecen: ‘Artículo 36.- El hecho imponible es el presupuesto establecido
por la ley para tipificar el tributo, y cuya realización origina el nacimiento de la obligación. Artículo 37.- Se
considera ocurrido el hecho imponible y existente sus resultados: 1.- En las situaciones de hecho, desde el
momento en que se hayan realizado las circunstancias materiales necesarias para que produzcan los efectos que
normalmente les corresponden. 2.- En las situaciones jurídicas, desde el momento en que estén definitivamente
constituidas de conformidad con el derecho aplicable’ (…)”.
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Agrega que “… Los artículos 55 y 56 ibídem, establecen taxativamente los medios de interrupción y de
suspensión de la prescripción, respectivamente disponen: ‘Artículo 55.- El curso de la prescripción se
interrumpe: 1. Por la declaración del hecho imponible; 2. Por la determinación del tributo, sea ésta efectuada
por la administración tributaria o por el contribuyente, tomándose como fecha la de notificación o de
presentación de la liquidación respectiva; 3. Por el reconocimiento inequívoco de la obligación por parte del
deudor; 4. Por el pedido de prórroga u otras facilidades de pago; 5. Por el acta levantada por funcionario
fiscal competente, respecto del monto de los tributos derivados de los hechos específicos a que ella se contrae;
6. Por todo acto administrativo o actuación judicial que se realice para efectuar el cobro de la obligación
tributaria ya determinada y de sus accesorios, o para obtener la repetición del pago indebido de los mismos,
que haya sido legalmente notificado al deudor (…) Artículo 56.- El curso de la prescripción se suspende por la
interposición de peticiones o recursos administrativos, hasta sesenta (60) días después que la administración
tributaria adopte Resolución definitiva, tácita o expresa, sobre los mismos (…)”. (Sic).
En ese sentido arguye que “… a partir de esa fecha comenzó a correr nuevamente la prescripción la cual
se suspendió nuevamente conforme a la norma antes citada, en fecha 02 de abril de 2002, al haber sido recibido
el expediente contentivo del recurso contencioso tributario (interpuesto de manera subsidiaria) ante la
Jurisdicción Contencioso Tributaria, suspendiéndose nuevamente la prescripción, hasta sesenta (60) días
después que el Tribunal de Instancia adoptó decisión definitiva mediante la sentencia que aquí se impugna, en
fecha 08 de diciembre de 2016 (…)”.
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Asimismo, agrega que “… Resulta evidente que la prescripción de la obligación tributaria y sus
accesorios quedó suspendida nuevamente hasta sesenta (60) días después de la mencionada decisión, esto es
hasta el 08 de febrero de 2017, por lo que claramente se observa -contrario a lo afirmado por el representante
judicial de la contribuyente y el Juez de Instancia- que la prescripción no se ha consumado, por lo que la
sentencia recurrida adolece del vicio de falso supuesto de hecho y de derecho (…)”.
Igualmente, solicita que en el supuesto negado que la presente apelación sea declarada sin lugar, se exima
de la condenatoria en costas a la República por haber tenido motivos suficientemente razonados para litigar. A
tal efecto, sugiere tener en cuenta el contenido de las sentencias dictadas por este Máximo Tribunal. (Vid.,
sentencia de la Sala Constitucional número 1238 de fecha 30 de septiembre de 2009 y de esta Sala Político-
Administrativa número 0113 de fecha 3 de febrero de 2010, casos: Julián Isaías Rodríguez Díaz y Citibank,
N.A., respectivamente.).
IV
CONTESTACIÓN A LA APELACIÓN
En fecha 6 de julio de 2017, el abogado Abdias Arévalo Rondón, en su carácter de representante judicial de
la empresa, antes identificado, consignó el escrito de contestación a los fundamentos de la apelación de la
representación judicial del Fisco Nacional, en el que indicó lo siguiente:
Señala que “… la Administración notifica a [su] representada la Resolución que resuelve los Recursos
Jerárquicos número GJT-DRAJ-2000-A-1496 del 21/11/2000, el 03/04/2001, ya habiendo transcurrido entre el
tiempo que tenía la Administración Tributaria para decidir y la fecha de notificación del acto que decidió los
Recursos, mucho más de cuatro (04) años, tiempo más que suficiente para que opere la prescripción de los
derechos del Fisco Nacional, para cobrar el impuesto y multa que quedaron confirmadas con la Resolución
GJT-DRAJ-2000-A-1496 del 21/11/2000. Como bien sabemos, los Recursos Jerárquicos interpuestos contra las
Resoluciones HCF-SA-510 y 509 de fecha 26/10/93, fueron presentados ante la Administración el 19/05/1993
(…) venciéndose el lapso de decisión 4 meses después. Esto significa que para el día 03/04/2001, fecha en la
cual se le notifica a mi representada la Resolución número GJT-DRAJ-2000-A-1496 de fecha 21/11/2000
decisoria de los mismos, ya la obligación tributaria estaba prescrita (…)”. (Sic). (Corchetes de la Sala).
En ese sentido, manifiesta que “… En fecha 19/05/1993, se interponen los Recursos Jerárquicos contra
las Resoluciones HCF-SA-510 y 509 de fecha 26/10/1992 (…) evento que interrumpe la prescripción, es decir,
en otras palabras, la resetea; conforme lo indicado por el artículo 155 del Código Orgánico Tributario, el plazo
para el interponer el recurso es de veinte (20) días hábiles, una vez notificado el acto administrativo. En este
caso, las Resoluciones HCF-SA-510 y 509 de fecha 26/10/1992, fueron notificadas en fecha 26/02/1993, por lo
que el plazo para recurrirlas venció en fecha 24/05/1993; asimismo, el plazo para decidir y sustanciar el
Recurso Jerárquico, es de cuatro (4) meses, tal como lo señala el Artículo 159 del Código Orgánico Tributario,
lo que se contabiliza a partir del 25/05/1993, culminando el 24/09/1993; Ahora bien, conforme el artículo 56
del COT, la interposición de los Recursos Jerárquicos, suspende la prescripción hasta sesenta (60) días después
de adoptarse decisión definitiva, pero tal suspensión cesa si se paraliza el procedimiento. Es el caso que el
procedimiento de sustanciación y decisión del Recurso jerárquico debió culminarse hasta el 24/09/1993, fecha
en la que podría considerarse, o que se paralizó o que se denegó tácitamente el recurso, por lo que podríamos o
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no sumar sesenta (60) días más, momento a partir del cual se levanta la suspensión de la prescripción para que
empezara a correr nuevamente, esto sería en fechas 24/09/1993 o 24/11/1993, dependiendo del criterio. A
nuestro entender se paralizó el procedimiento; Sea desde el 24/09/1993 o desde el 24/11/1993 hasta el
03/04/2001, fecha de notificación de la Resolución número GJT-DRAJ-2000-A-1496 de fecha 21/11/2000,
decisoria de los Recursos jerárquicos, transcurrió un poco más de siete (7) años, tiempo más que suficiente
para que operara la prescripción, conforme el artículo 52 del Código Orgánico Tributario (…)”. (Sic).
Indica que “… no puede pretender la representación fiscal omitir o ignorar los efectos jurídicos de la
inactividad en el procedimiento administrativo, desde el vencimiento del plazo para decidir los recursos
jerárquicos hasta la fecha de notificación de la resolución decisoria de esos recurso jerárquicos, lo que produjo
el levantamiento de la suspensión de la prescripción y que ésta corriera hasta consumarse definitivamente. De
tal manera, que no ofrece la representación fiscal, ningún argumento de hecho o de derecho para desvirtuar la
sentencia recurrida, y así solicitamos sea declarado por esta honorable Sala Político Administrativa. En caso
de ser rechazada la defensa expuesta relativa a la prescripción, ratificamos nuevamente en todas sus partes
todas las defensas y alegatos expuestos en los Recursos Jerárquicos y subsidiarios Recursos Contenciosos
Tributarios presentados por [su] representada (…)”. (Sic).
V
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Vistos los términos del fallo recurrido, analizadas las alegaciones formuladas en su contra por el abogado
de la República, así como los argumentos esgrimidos por el representante judicial de la compañía accionante,
esta Máxima Instancia observa que la controversia planteada en el caso de autos se contrae a verificar si: el
tribunal a quo incurrió en una falsa apreciación de los hechos y del derecho al declarar que la obligación
tributaria y sus accesorios se encontraban prescritos.
Planteada así la litis, pasa esta Máxima Instancia a conocer y decidir el recurso de apelación incoado,
para lo cual observa:
La apoderada en juicio del Fisco Nacional enfatiza que “… la Administración Tributaria, emitió las
Resoluciones de Sumario Administrativo número HCF-SA-509 y HCF-SA-510, en fecha 26 de octubre de 1992,
cuyo cómputo de prescripción se inició a partir del 1° de enero de 1993 (…) en fecha 26 de abril de 1993 fueron
notificadas a la recurrente, interrumpiéndose nuevamente la prescripción (…) en fecha 19 de mayo de 1993, la
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contribuyente interpuso recurso jerárquico contra las mencionadas Resoluciones, por lo cual (…) la
prescripción quedó suspendida hasta sesenta (60) días después de haber la Administración Tributará adoptado
resolución definitiva, que en el presente caso fue el día 21 de noviembre de 2000 mediante la emisión de la
Resolución número GJT-DRAJ-2000-A-1496 (…) mediante la cual se declaró parcialmente con lugar el recurso
jerárquico interpuesto por la contribuyente, vale decir, hasta el día 21 de enero de 2001 (…) a partir de esa
fecha comenzó a correr nuevamente la prescripción, la cual se suspendió nuevamente (…) en fecha 02 de abril
de 2002, al haber sido recibido el expediente contentivo del recurso contencioso tributario interpuesto de
manera subsidiaria (…) suspendiéndose nuevamente la prescripción, hasta sesenta (60) días después que el
Tribunal de Instancia adoptó decisión definitiva (…) en fecha 08 de diciembre de 2016 (…) la prescripción (…)
quedó suspendida nuevamente hasta sesenta (60) días después de la mencionada decisión, esto es hasta el 08 de
febrero de 2017, por lo que claramente se observa (…) que la prescripción no se ha consumado (…)”. (Sic).
Frente a ese alegato el representante judicial de la compañía de autos, indica que “… En fecha
19/05/1993, se interponen los Recursos Jerárquicos contra las Resoluciones HCF-SA-510 y 509 de fecha
26/10/1992 (…) evento que interrumpe la prescripción, es decir (…) la resetea; conforme lo indicado por el
artículo 155 del Código Orgánico Tributario, el plazo para el interponer el recurso es de veinte (20) días
hábiles, una vez notificado el acto administrativo (…) las Resoluciones HCF-SA-510 y 509 de fecha 26/10/1992,
fueron notificadas en fecha 26/02/1993, por lo que el plazo para recurrirlas venció en fecha 24/05/1993;
asimismo, el plazo para decidir y sustanciar el Recurso Jerárquico, es de cuatro (4) meses, tal como lo señala el
Artículo 159 del Código Orgánico Tributario, lo que se contabiliza a partir del 25/05/1993, culminando el
24/09/1993; Ahora bien, conforme el artículo 56 del COT, la interposición de los Recursos Jerárquicos,
suspende la prescripción hasta sesenta (60) días después de adoptarse decisión definitiva, pero tal suspensión
cesa si se paraliza el procedimiento. Es el caso que el procedimiento de sustanciación y decisión del Recurso
jerárquico debió culminarse hasta el 24/09/1993, fecha en la que podría considerarse, o que se paralizó o que
se denegó tácitamente el recurso, por lo que podríamos o no sumar sesenta (60) días más, momento a partir del
cual se levanta la suspensión de la prescripción para que empezara a correr nuevamente, esto sería en fechas
24/09/1993 o 24/11/1993, dependiendo del criterio. A [su] entender se paralizó el procedimiento; Sea desde el
24/09/1993 o desde el 24/11/1993 hasta el 03/04/2001, fecha de notificación de la Resolución número GJT-
DRAJ-2000-A-1496 de fecha 21/11/2000, decisoria de los Recursos jerárquicos, transcurrió un poco más de
siete (7) años, tiempo más que suficiente para que operara la prescripción, conforme el artículo 52 del Código
Orgánico Tributario (…)”. (Sic). (Corchetes de la Sala).
Con vista a los planteamientos antes expuestos, se observa que el Tribunal Superior Segundo de lo
Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas en fecha 8 de
diciembre de 2016, declaró con lugar el recurso contencioso tributario subsidiario a los jerárquicos, basado en lo
siguiente:
“(…) en el caso bajo examen se evidencia que el pago del impuesto sobre la renta que dio
origen a la controversia, tuvo lugar en razón del período fiscal del 1° de enero al 31 de
diciembre de 1985 y 1987, por lo que en atención a la jurisprudencia de la Sala Político-
Administrativa en casos como el de autos, el lapso a considerarse para la prescripción
correspondería al 1° de abril del año inmediatamente posterior, vale decir, de 1986 y 1988.
Ahora bien, el lapso para sustanciar y decidir los recursos jerárquicos es de cuatro (4)
meses contados a partir del 25 de mayo de 1993 -luego del vencimiento de los veinte (20)
días hábiles para interponer el recurso administrativo (artículos 155 y 159 eiusdem), por
lo que el lapso de prescripción se encontraba suspendido por este tiempo más los sesenta
(60) días después de que la Administración decidiera el mencionado recurso, es decir, la
suspensión del lapso de prescripción finalizó el 24 de noviembre de 1993; razón por la
cual al no decidir la Administración Tributaria el recurso jerárquico para esta fecha, se
entiende denegado tácitamente, según lo dispuesto en el artículo 160 del Código Orgánico
Tributario de 1982.
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decisión, verificándose de esta forma el denominado falso supuesto de hecho. Por otro lado, cuando los hechos
que sirven de fundamento a la decisión existen, se corresponden con lo acontecido y son verdaderos, pero el
Órgano Jurisdiccional al emitir su pronunciamiento los subsume en una norma errónea o inexistente en el
derecho positivo, o incurre en una errada interpretación o aplicación de las disposiciones aplicadas, se
materializa el falso supuesto de derecho. (Vid., sentencias de esta Sala Político-Administrativa números 00183,
00039, 00618, 00253 y 00226, de fechas 14 de febrero de 2008, 20 de enero de 2010, 30 de junio del mismo
año, 18 de marzo de 2015 y 1º de marzo de 2016, casos: Banesco, Banco Universal, C.A.; Alfredo Blanca
González; Shell de Venezuela; Almacenadora Puerto Seco, C.A.; y Mobil Venezolana de Petróleos, Inc.,
respectivamente).
A los fines de verificar si en el caso bajo examen se consumó la prescripción, resulta oportuno traer a
colación el contenido de los artículos 52, 53, 54, 55 y 56 del Código Orgánico Tributario de 1982, los cuales
prevén:
Artículo 52.- La obligación tributaria y sus accesorios prescriben a los cuatro (4) años.
Este término será de seis (6) años cuando el contribuyente o responsable no cumplan con
la obligación de inscribirse en los registros pertinentes, de declarar el hecho imponible o
de presentar las declaraciones tributarias a que estén obligados, y en los casos de
determinación de oficio, cuando la Administración Tributaria no pudo conocer el hecho.
Artículo 54.- El término se contará desde el 1° de enero del año siguiente a aquél en que
se produjo el hecho imponible.
Para los tributos cuya determinación o liquidación es periódica, se entenderá que el hecho
imponible se produce al finalizar el periodo respectivo.
5. Por el acta levantada por el funcionario fiscal competente, respecto del monto de los
tributos derivados de los hechos específicos a aquella que se contrae.
6. Por todo acto administrativo o actuación judicial que se realice para efectuar el
cobro de la obligación tributaria ya determinada y de sus accesorios, o para obtener la
repetición del pago indebido de los mismos, que haya sido legalmente notificado al deudor.
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Los preceptos normativos transcritos ponen de relieve que la prescripción constituye un medio de
extinción de la obligación tributaria junto con sus accesorios. Asimismo, prevén el término de prescripción de
cuatro (4) o seis (6) años según se verifiquen los supuestos de hechos descritos en dichas normas, además
indican la forma cómo debe computarse el término prescriptivo, el cual se encuentra sujeto a interrupción o
suspensión por las causales taxativas contenidas en el aludido Código.
De estas condiciones concurrentes deriva que el instituto de la prescripción extintiva aplicado a las
obligaciones tributarias, está sustentado sobre la base del abandono, silencio o inactividad del acreedor, durante
un período legal concreto que le origina consecuencialmente la pérdida de su derecho frente al deudor.
También puede ocurrir que el término de prescripción sea interrumpido, lo que genera la desaparición del
tiempo transcurrido y, en consecuencia, el período se reinicie con un nuevo cómputo a partir de la
materialización de la acción que lo interrumpió, mientras que al ocurrir una causa de suspensión, el tiempo
transcurrido hasta entonces permanece vigente y se computa con el que continúa a partir del momento en que
cesa la suspensión.
En este orden de ideas y a fin de continuar con el análisis del cómputo prescriptivo, resulta imperativo
para esta Sala transcribir el contenido de los artículos 155, 157, 158, 159 y 160 del Código Orgánico Tributario
de 1982, aplicable en razón del tiempo, los cuales estatuyen:
“Artículo 155.- El lapso para interponer el recurso [jerárquico] será de veinte (20) días
hábiles, contados a partir de la fecha de notificación del acto que se impugna”. (Agregado
de esta Sala).
Artículo 159.- El lapso para sustanciar y decidir el recurso será de cuatro (4) meses
contados a partir de la fecha de su interposición.
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De conformidad con lo establecido por el antes transcrito artículo 54, el término para que tenga lugar esta
institución “se contará desde el 1° de enero del año siguiente a aquel en que se produjo el hecho imponible”; sin
embargo, de acuerdo al dispositivo normativo contenido en el prenombrado artículo 55, una vez ocurrida alguna
de las causales allí señaladas se interrumpe el término de prescripción y se inicia un nuevo período prescriptivo a
partir de la realización de aquel acto, es decir, ocurrida la causal debe comenzar a computarse nuevamente el
plazo previsto en la norma (4 años), para que opere dicha figura jurídica, sin que pueda computarse el tiempo
que había transcurrido con anterioridad a dicha interrupción.
Ahora bien, en el caso bajo examen se evidencia que el pago del impuesto sobre la renta que dio origen a
la controversia, tuvo lugar en razón de los ejercicios fiscales reparados del 1° de enero al 31 de diciembre de
1985 y 1987, por lo que a partir del 1° de abril del año siguiente a la finalización de cada uno de esos ejercicios,
es decir, 1986 y 1988, se inició el cómputo del término de cuatro (4) años para que se verificará la prescripción
de la obligación tributaria, así el 1° de abril de 1986, y 1988.
Pero estos términos de prescripción se interrumpieron, de acuerdo con el artículo 55, numeral 5 del
Código Orgánico Tributario de 1982, el 7 de marzo de 1990, y 12 de noviembre de 1991, con la notificación a la
recurrente del Acta Fiscal y de Retenciones levantadas en el primer procedimiento signadas con letras y
números HCF-FICSF-03-01 y HCF-FICSF-02-01 (ejercicio 1985 y 1987).
Al respecto, es importante destacar que en casos similares, en lo que se refiere a los efectos de los actos
declarados inválidos, la Sala precisó que “aún cuando resulten anuladas la resolución culminatoria del sumario
administrativo, como el acta fiscal que le dio origen, ello no ocasiona la pérdida de la interrupción que hubiere
podido generarse con la emisión de dichos actos” (Vid., sentencias números 01570 y 00561 del 10 de diciembre
de 2008 y 5 de mayo de 2009, casos: Galletera Tejerías, S.A. y Adriática de Seguros, C.A., respectivamente), por
lo que para esta Máxima Instancia los referidos actos administrativos sí interrumpieron la prescripción.
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En ese sentido, el lapso para sustanciar y decidir el recurso jerárquico es de cuatro (4) meses contados a
partir del 20 de mayo de 1993 (artículo 159 eiusdem), por lo que el término de prescripción se encontraba
suspendido por este tiempo (21 de septiembre de 1993) más los sesenta (60) días después de que la
Administración decidiera el mencionado recurso, es decir, la suspensión del término de prescripción finalizó el
14 de diciembre de 1993; razón por la cual al no decidir la Administración Tributaria el recurso jerárquico para
esta fecha, se entiende denegado tácitamente, según lo dispuesto en el artículo 160 del Código Orgánico
Tributario de 1982.
Posteriormente, en fecha 21 de noviembre de 2000, la Gerencia Jurídico Tributaria del Servicio Nacional
Integrado de Administración Tributaria (SENIAT) dictó la Resolución distinguida con letras y números GJT-
DRAJ-2000-A-1496, notificada el 3 de abril de 2001, por medio de la cual se declaró parcialmente con lugar los
recursos jerárquicos ejercidos por la empresa contribuyente contra las Resoluciones Sumario
Administrativo identificadas con letras y números HCF-SA-509 y HCF-SA-510 del 26 de octubre de 1992,
correspondientes a los ejercicios fiscales coincidentes con los años civiles 1985 y 1987, respectivamente, los
cuales quedaron interrumpidos después de la notificación de la referida Resolución signada con el alfanumérico
GJT-DRAJ-2000-A-1496, conforme a lo previsto en el artículo 55 del Código Orgánico Tributario de 1982,
vigente ratione temporis.
Por tal motivo, esta Máximo Tribunal observa que al no evidenciarse acto notificado a la sociedad de
comercio, capaz de interrumpir los cuatro (4) años legalmente establecidos para que ocurra la prescripción, ni
manifestación alguna emanada de la contribuyente que pudiere suspender ese término, desde el 14 de diciembre
de 1993 -fecha en que finalizó la suspensión del término prescriptivo- hasta el 3 de abril de 2001- fecha en que
la Administración Tributaria notificó a la contribuyente de la Resolución distinguida con letras y números GJT-
DRAJ-2000-A-1496-, transcurrió el término de siete (7) años, tres (3) meses y veintiún (21) días, configurándose
así la prescripción de la obligación tributaria y sus accesorios de conformidad con lo establecido en el artículo
52 del Código Orgánico Tributario de 1982, aplicable en razón de su vigencia temporal. Así se declara.
Por consiguiente, concluye esta alzada que el juez de mérito -actuó conforme a derecho cuando declaró
prescritas las obligaciones tributarias y sus accesorios determinados por el órgano exactor contenidas en las
mencionadas Resoluciones Sumario Administrativo identificadas con letras y números HCF -SA-509 y HCF-SA-
510 ambas del 26 de octubre de 1992.
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Visto lo que antecede, esta Superioridad desestima “… el vicio de falsa apreciación de los hechos y de
errónea interpretación del derecho (…)”, alegado por la apoderada judicial de la República; por ende, se declara
sin lugar el recurso de apelación incoado por la representación judicial del Fisco Nacional, contra la sentencia
definitiva número 2016-12-5 dictada el 8 de diciembre de 2016, por el Tribunal Superior Segundo de lo
Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, la cual se confirma;
en los términos expuestos en el presente fallo. Así se establece.
Igualmente, este Máximo Tribunal declara con lugar el recurso contencioso tributario interpuesto por la
empresa accionante, en virtud de haberse declarado la prescripción de “la obligación tributaria y sus accesorios
[diferencia de impuesto, sanciones pecuniarias e intereses moratorios]”, establecidos en la Resolución número
GJT-DRAJ-2000-A-1496 de fecha 21 de noviembre de 2000, notificada el 3 de abril del 2001, dictada por la
Gerencia Jurídico Tributaria del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria
(SENIAT), mediante la cual se declaró parcialmente con lugar los recursos jerárquicos ejercidos contra las
Resoluciones Sumario Administrativo identificadas con letras y números HCF -SA-509 y HCF-SA-510 ambas
del 26 de octubre de 1992 (notificada el 26 de abril de 1993), suscrita conjuntamente por la Jefa de la Dirección
de Control Fiscal de la Dirección General Sectorial de Rentas del Ministerio de Hacienda, las cuales se anulan.
(Agregados de este Alto Tribunal). Así se decide.
A la luz de las consideraciones realizadas en el presente fallo, no pasa inadvertido para esta Superioridad
que la inactividad del órgano exactor apreciada en las actas procesales, generó consecuencialmente la
prescripción extintiva invocada por la señalada empresa, lo cual comporta una omisión injustificada contraria a
derecho, al no haber tramitado y decidido el recurso jerárquico apegado a los términos procedimentales
contemplados en el ordenamiento jurídico y, producto de lo anterior, no efectuar oportunamente el cobro de las
acreencias fiscales, obrando ello en perjuicio de los intereses patrimoniales de la República, capaz de generar
responsabilidad individual por el ejercicio de la función pública; razón por la que se ordena remitir copia
certificada de la presente decisión a la Contraloría General de la República, a los fines de proveer lo que estime
conducente, de conformidad con las atribuciones que se le confieren en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y en las Leyes. Así se establece.
Finalmente, dada la declaratoria que antecede correspondería condenar en costas procesales al Fisco
Nacional; sin embargo, las mismas no proceden en atención a la prohibición de condenatoria en costas a la
República, cuando resulte vencida en los juicios en los que haya sido parte por intermedio de cualquiera de sus
órganos, a tenor de lo establecido en el artículo 88 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la
Procuraduría General de la República de 2016. Así se decide.
VI
DECISIÓN
Con fundamento en los razonamientos efectuados, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala Político-
Administrativa, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara:
1.- SIN LUGAR el recurso de apelación ejercido por la representación judicial del FISCO
NACIONAL, contra la sentencia definitiva número 2016-12-5 del 8 de diciembre de 2016, dictada por el
Tribunal Superior Segundo de lo Contencioso Tributario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
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de Caracas, que declaró con lugar el recurso contencioso tributario incoado por la empresa LA
COORDINADORA, S.A., En consecuencia, se CONFIRMA el mencionado fallo en los términos antes
expuestos.
2.- CON LUGAR el recurso contencioso tributario interpuesto por la mencionada empresa, contra la
Resolución número GJT-DRAJ-2000-A-1496 de fecha 21 de noviembre de 2000, notificada el 3 de abril del
2001, dictada por la Gerencia Jurídico Tributaria del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), confirmatoria de las Resoluciones Sumario Administrativo identificadas con letras y
números HCF -SA-509 y HCF-SA-510 ambas del 26 de octubre de 1992 (notificada el 26 de abril de 1993),
suscrita conjuntamente por la Jefa de la Dirección de Control Fiscal de la Dirección General Sectorial de Rentas
del Ministerio de Hacienda; actos administrativos que se ANULAN en virtud de haberse consumado la
PRESCRIPCIÓN de “la obligación tributaria y sus accesorios [diferencia de impuesto, sanciones pecuniarias
e intereses moratorios]”, a tenor de lo estatuido en los artículos 52 del Código Orgánico Tributario de 1982,
vigente ratione temporis. (Agregado de esta Superioridad).
La Presidenta
MARÍA CAROLINA
AMELIACH VILLARROEL
El Vicepresidente -
Ponente
MARCO ANTONIO
MEDINA SALAS
La Magistrada
BÁRBARA GABRIELA
CÉSAR SIERO
El Magistrado
INOCENCIO
FIGUEROA
ARIZALETA
La Magistrada
EULALIA COROMOTO
GUERRERO RIVERO
La Secretaria,
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La Secretaria,
GLORIA MARÍA BOUQUET FAYAD
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