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Lección 5
Así que estudiaremos el tema más importante del mundo en las próximas cuatro lecciones. ¿Qué clase de hombre era Jesús? ¿Qué
naturaleza tomó Él? ¿En qué se parecía a nosotros y en qué se diferenciaba de nosotros? ¿Realmente podemos vivir como Él lo hizo
o es totalmente imposible para nosotros?
Lo primero que debemos entender acerca de Jesús es que Él no comenzó la vida como un bebé en Belén. Este texto nos dice que
Jesús no tuvo que buscar la igualdad con Dios, como Lucifer intentó hacerlo. Para Lucifer fue un robo, pero para Jesús fue suyo
por derecho. Juan 1: 1 nos dice que "la Palabra era Dios". Si Jesús no hubiera sido completamente Dios, su sacrificio en el Calvario
no habría tenido más valor que la muerte de un mártir. No pudo haber salvado a ninguna alma de la condenación y la muerte.
La segunda cosa que debemos entender acerca de Jesús es que se convirtió en un verdadero ser humano. No solo vino a nuestro
mundo, sino que se convirtió en un hombre que podía experimentar la vida tal como todos la experimentamos. La palabra griega
original para la frase "no se hizo famoso" realmente significa "se vació". Para convertirse en hombre, Jesús debe vaciarse de ciertas
cualidades divinas que había ejercido libremente en su existencia previa como Dios.
Esta es una de las declaraciones más sorprendentes de la Biblia. Primero, Jesús nos dice que las obras que realizó no fueron
hechas por su propio poder o habilidad. Él dependía del Padre para su poder, tal como nosotros podemos hacerlo. Jesús suspendió
voluntariamente el ejercicio de su propio poder para poder mostrarnos qué poder está al alcance de todos los seres humanos. En
segundo lugar, Jesús nos dice que si creemos en Él podemos hacer las mismas obras que hizo, ¡y aún más! La prueba de esta
promesa se puede ver en los muchos milagros realizados por seres humanos normales a lo largo del registro bíblico. Moisés y
Eliseo y Pedro y Pablo no tenían más poder que cualquier ser humano, pero Dios realizó milagros notables a través de ellos.
Cierto
Falso
Para crecer en sabiduría, uno debe carecer de sabiduría y debe aprender. Por lo tanto, Jesús, como hombre, no podría haber sido
omnisciente, conocer todas las cosas o aprender habría sido imposible. "Las mismas palabras que él mismo le había dicho a Moisés
para Israel ahora se le enseñaron en las rodillas de su madre ... Obtuvo conocimiento como podemos hacerlo ... El que hizo todas
las cosas estudió las lecciones que su propia mano tuvo escrito en tierra, mar y cielo ". El deseo de las edades, p. 70)
Debido a que ningún ser humano tiene un recuerdo de existencia previa, Jesús vino a vivir de la misma manera, sin conocer el
pasado. Poco a poco, aprendió más acerca de Dios y la salvación. Poco a poco se dio cuenta de quién era y cuál era su misión. Si
Jesús hubiera tenido su existencia previa para confiar en momentos de tentación, entonces su vida diaria y su tratamiento de los
problemas humanos habrían sido totalmente diferentes de nuestra situación.
En este texto, Jesús está hablando de su segunda venida. Mientras estuvo en la tierra, no sabía cuándo regresaría, porque el Padre
no se lo había revelado. Durante su vida en la tierra, Jesús no conocía el futuro, excepto cuando el Padre le reveló el futuro. Una
vez más, dado que ninguno de nosotros sabe lo que depara el futuro, Jesús vino a vivir en las mismas condiciones y conocimientos
con los que todos debemos vivir.
Jesús tuvo que dejar atrás la majestuosa gloria que era suya como el Creador para que los seres humanos existieran en su
presencia. Cuando la gente lo miraba, no veían nada físicamente inusual en él. Si lo siguieran, tendría que ser por sus enseñanzas,
no por su apariencia.
Conclusión : en resumen, Jesús dejó de lado varios aspectos de su deidad. Él eligió no usar esos aspectos de su deidad que lo
distinguen como Dios. Viviría como un hombre entre los hombres. Fue el hombre Jesús quien tomó las decisiones y quien enfrentó
los problemas de la vida. Ese es el tremendo riesgo de la Encarnación.
Si bien es correcto decir que Jesús no dejó de ser Dios cuando se hizo hombre, Jesús dejó de lado esos atributos por los cuales
funcionó como Dios, para poder vivir como hombre. Es en este punto que la maravilla de la Encarnación desconcierta nuestra
comprensión y humilla nuestro orgullo. Si bien siempre buscamos ser más de lo que somos, Jesús dejó a un lado la mayor parte de
lo que fue para tomar nuestra forma. ¡Jesús realmente se "vació a sí mismo" para poder ser como yo! Experimentó nuestra
debilidad e incapacidades naturales. El gran Creador se convirtió en un ser humano limitado, teniendo que depender totalmente de
Su Padre para todo lo que hizo.
¡Qué tremendo regalo nos ha dado Dios en Jesús! ¿Podemos responder a este regalo dándole nuestras debilidades e
incapacidades? Él está tan dispuesto a darnos poder y conocimiento como Su Padre estaba dispuesto a darle estos dones a Su Hijo.
¿El gran regalo de Jesús para nosotros te inspira a entregar tu corazón a Él?