Sunteți pe pagina 1din 3

Síntesis: La pasión por enseñar y competencias docentes.

Delia Bello Gómez.


Instituto Tecnológico de Zacatepec
Diplomado en Desarrollo de Competencias Docentes.
Junio 2020.

LA PASIÓN POR ENSEÑAR Y COMPETENCIAS DOCENTES.


La identidad profesional y docente es el conjunto de atributos que permiten a un individuo
reconocerse a sí mismo como integrante de un gremio profesional. Realizar actividades
y tareas en un contexto, que a lo largo otorgan un reconocimiento social.
A partir de la educación por competencias el maestro tiene que organizar y diseñar
actividades teniendo en cuenta no solo como aprenden sus alumnos, sino sobre todo
como quieren que aprendan. Quien se ha formado como profesor en estos últimos años,
podrá asegurar que hoy en día es de suma importancia las identidades y personalidad
profesional, ya que de esta dependerá el proceso de comunicación y proceso de
aprendizaje y desarrollo cognitivo de sus educandos.
Las identidades profesionales y personales de los docentes están asociados con el perfil
profesional, sus relaciones con los alumnos, su experiencia, el sentido de pertenencia a
la comunidad escolar, la trayectoria misma. Sin duda alguna la identidad proviene de la
posición de la persona dentro de la sociedad, la interacción con los demás y la
interpretación de sus experiencias.
Diversos investigadores (Nias, 1989, 1996; A. Hargreaves, 1994; Sumsion, 2002) han
señalado que las identidades del docente no sólo se crean a partir de los aspectos
técnicos de la enseñanza, también está íntimamente relacionado el contexto donde uno
se desenvuelve con la comunidad escolar, esto impacta en la identidad personal,
profesional y social.
Actualmente, nos encontramos ante constantes cambios sociales lo que afecta
significativamente a la construcción de la identidad, estos cambios han transformado la
visión que se tenía del trabajo de los profesores, su imagen, así como la manera que la
sociedad tiene de valorar la tarea profesional que se desempeña en la sociedad. Todos
estos cambios implican una cierta contrariedad a la hora de considerar cuáles son las
cualidades de un docente, dificultándose la construcción de la identidad docente.
Es claro que un docente debe desarrollar competencias profesionales pedagógicas, para
que las instituciones educativas puedan cumplir con su función social, que es formar
individuos de bien y productivos, pese a los retos que enfrentan estas nuevas
generaciones con toda la diversidad de estilos de aprendizaje, problemáticas personales
y sociales que en muchas ocasiones afectan nuestra labor.
El reto sería entonces ¿Cómo educar, formar a las nuevas generaciones? ¿Qué cambios
tendríamos que hacer como docentes para tener un impacto positivo en nuestros
estudiantes? Es claro que las corrientes pedagógicas más actuales se esfuerzan en
capacitarnos en temas de tecnología, ambientes de aprendizaje, habilidades socio
emocionales, ejes transversales, etc. Y que el docente actual es un mediador del
aprendizaje para estimular el desarrollo de lo descrito anteriormente. Un docente más
sensible y reflexivo con disposición permanente de adaptarse al contexto de sus
educandos, estando a la “vanguardia” educativa generando nuevas estrategias, recursos
didácticos innovadores, conociendo a fondo los contextos y/o necesidades de
aprendizaje de los alumnos.
Y ¿como lo lograremos? Pienso que para alcanzar un buen nivel profesional a las
necesidades de nuestro entorno escolar tenemos que fundamentar y replantear si es
necesario nuestra práctica docente, haciendo uso de los recursos que nos proveen para
ampliar nuestro “catálogo” de competencias.
Para ampliar dicho catálogo, tenemos a los diversos modelos educativos, los cuales nos
guían como marco de referencia para comprender cada vez más nuestra compleja
práctica facilitando la comprensión de los modelos educativos para hacer nuestra propia
didáctica y perfeccionar nuestra práctica.
A partir de los programas por competencias sabemos que estamos en un modelo
constructivista que va de la mano con el trabajo colaborativo, este, nos permite una mejor
integración entre alumnos, ya que la diversidad de estos equipos aporta a que se mejoren
las capacidades y habilidades individuales tales como responsabilidad compartida,
confianza, comunicación eficaz, gestión de conflictos, solución de problemas, entre
muchos más.
Por lo anterior el maestro tiene que organizar y diseñar actividades teniendo en cuenta
no sólo como aprenden sus alumnos, sino sobre todo cuales van siendo sus necesidades
y ritmo de aprendizaje.
Conclusión.
Para mí, un buen docente es el pilar de una educación exitosa y para que esto sea así,
demanda tener una serie de habilidades personales y profesionales. Está claro que
enseñar no solo es transferir el conocimiento, sino más bien de tratar de crear las
condiciones necesarias para que los alumnos aprendan a pensar y a construir su propio
conocimiento sobre el mundo que les rodea.
Al terminar las lecturas, siendo honesta y objetiva en relación a mi desempeño, reconozco
que en lo que debo de trabajar es el manejo de las emociones y la tolerancia.

Referencias bibliográficas.
Day, C. (2006). La identidad personal y profesional del docente y sus valores. En la pasión
por enseñar. Madrid: Narcea, pp. 5-19.
Zabalza, M. A Competencias docentes. España, pp. 99-107.

S-ar putea să vă placă și