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FISCAL : ALBERTO GALLEGOS MORALES

DEFENSORA : CAMILA VALDIVIA DIAZ

ACUSADO : HECTOR CORTES ESPEJO

DELITO : LANZAMIENTO DE ARTEFACTO EXPLOSIVO DE BAJO

PODER EXPANSIVO (cond).

RUC : 1901203013-7

RIT : 110-2020

Antofagasta, once de agosto de dos mil veinte.

VISTOS, OÍDO Y CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que con fecha seis del mes y año en curso, ante el

Tribunal Oral en lo Penal de esta ciudad, integrado por las

jueces Israel Fuentes Gutiérrez, quien presidió, Patricia

Alvarado Padilla, como integrante e Ingrid Castillo Fuenzalida,

en calidad de redactora, se llevó a efecto por video conferencia

la audiencia del juicio oral de la causa RIT 110-2020, RUC

1901203013-7, seguida por el delito de lanzamiento de artefacto

explosivo de bajo poder expansivo en la vía pública, en contra de

HECTOR ALEJANDRO CORTES ESPEJO, chileno, soltero, cédula nacional

de identidad 15.514.086-0, 37 años de edad, nacido el 25 de abril

de 1982, sin oficio, pero realiza trabajos esporádicos,

domiciliado en calle Monjitas Nº 1594, Antofagasta.

Sostuvo la acusación el Ministerio Público, representado por

el fiscal adjunto Alberto Gallegos Morales, en tanto que la

defensa estuvo a cargo de la defensoría penal licitada

representada por la abogada Camila Valdivia Díaz, ambos con

domicilio y forma de notificación ya registrado en el tribunal.

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SEGUNDO: Que la acusación del Ministerio Público tuvo por

fundamento la siguiente relación de los hechos:

“El día 07 de noviembre de 2019, aproximadamente a las

20:00 horas, en la intersección de las calles José Santos Ossa

con Uribe de la comuna de Antofagasta, el acusado Héctor

Alejandro Cortes Espejo procedió a encender una bomba o artefacto

explosivo tipo molotov, la que posteriormente lanzó a Carabineros

de Fuerzas Especiales de Antofagasta, quienes se mantenían

desplegados, específicamente en calle Uribe entre las calles

José Santos Ossa y Manuel Antonio Matta de la comuna de

Antofagasta. No contando el acusado con permiso de la Dirección

General de Movilización Nacional para porte o tenencia de armas

de fuego”. (sic)

A juicio de la Fiscalía los hechos descritos son

constitutivos, del delito de Lanzamiento de artefacto explosivo

de bajo poder expansivo tipo bomba molotov en la vía pública,

previsto y sancionado en el artículo 14 letra d, inciso 3° en

relación con el inciso 1° del mismo artículo, de la ley 17.798,

en grado de consumado, atribuyendo al acusado participación en

calidad de autor, según lo dispuesto en el artículo 15 N° 1 del

Código Penal.

Estimando el Ministerio Público que no concurren

circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal,

perjudicándole las agravantes del artículo 12 N° 10 y 12 N° 14

del Código Punitivo, solicitó se le condene a la pena de cinco

años de presidio menor en su grado máximo, el comiso de las

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especies incautadas, las accesorias legales que corresponda, y al

pago de las costas de la causa.

El órgano persecutor señaló en síntesis en su alegato de

apertura que con la prueba que rendirá, intentará acreditar el

delito y la participación del encartado en calidad de autor.

Señaló al respecto que el acusado hizo uso de un elemento

explosivo de bajo poder expansivo, que se ve cuando enciende la

mecha y la lanza y como salen residuos de bencina, y por sus

características de ropa, que fue la persona que lo lanzó, delito

de mera actividad, insistiendo en su condena en consideración de

las agravantes.

En el alegato final sostuvo que logró acreditar el delito

por el cual se acusó, en cuya descripción, y a modo de ejemplo el

legislador señala bomba molotov, pero la exigencia es acreditar

que la conducta fue el lanzamiento de un elemento explosivo o

incendiario de bajo poder expansivo, que es lo esencial, y eso se

asentó, fundamentalmente con la filmación del dron, lo que

contrastado con la declaración del acusado debilita la teoría de

la defensa, ya que dice que sale la llama al encender el spray, y

después que se apaga la llama, pero en la filmación se toma el

artefacto con una mano y luego se produce el lanzamiento donde se

observa gran llama que es por el lanzamiento que hace el acusado,

lo que también se acreditó fotográficamente y con la declaración

del copiloto del dron; también se escuchó al testigo Ceballos

donde dice que fue en esa intersección de calles, describiendo al

sujeto, lo que fue corroborado por el informe pericial

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presentado; además indicó que por la documental se acredita que

no hay autorización para que pudiera portar ese elemento; expuso

también, que el detenido es el mismo observado en el video, y el

fotografiado fue el mismo observado en el video; la tesis de la

defensa de que se trata de un spray que operaria por eyección, de

que apretó y salió la llama no es concordante con la filmación,

ya que toma con una de sus manos el elemento y lo lanza, el tipo

penal no exige probar que sea una bomba molotov, sino solo lo da

como ejemplo, ya que sólo se exige un artefacto explosivo de bajo

poder expansivo; insistiendo en la condena.

Al replicar, señaló que el tipo penal no dice que tiene que

ser lanzado a personal policial sino hacia o en la vía pública,

que es lo que se ve y aconteció; agregó, que si aparece una llama

de fuego en el aire, es porque hay poder de combustión, y lo que

se ve en la filmación es que sigue encendida cuando la lanza, por

ende, estima que no se requiere de un perito para arribar a tal

conclusión, el sujeto tomó una bomba o artefacto explosivo de

bajo poder expansivo, y lo lanza, por ende, el hecho es

concordante con el tipo penal.

TERCERO: Que la defensa en su alegato de apertura planteó

que la conducta desplegada por su defendido no se encuentra

subsumida en ningún tipo penal, ya que el día de los hechos, no

encendió una bomba molotov, y como explicará su representado, al

igual que le dijo en su momento al fiscal, lo que encendió fue un

spray, y eso no es bomba molotov, por lo que instará por su

absolución.

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Luego en su alegato de clausura, mantuvo sus dichos de

apertura, agregando que, si bien, el fiscal señala hoy que el

tipo penal no exige el lanzamiento de bomba molotov, olvida la

otra parte del artículo que exige pequeñas partes de combustible,

por eso la prueba es insuficiente para acreditar lo que ha

sostenido en su acusación, ya que los hechos de la acusación se

refieren a un artefacto explosivo tipo molotov, y debe probar por

los hechos que formalizó por una cuestión de congruencia, ya que

se le acusa de encender un artefacto tipo molotov. Además en el

video no se ve personal de fuerzas especiales en el momento en

que sale la llama; la fiscalía ofreció prueba de la que se

desiste; asimismo al imputado se le toman muestras corporales de

las manos, no basta que se indique que se le tomaron muestras si

no tenemos al perito que nos indique las conclusiones de esa toma

de muestra, no tenemos las conclusiones, pero tampoco tenemos

otro perito que nos diga que lo visto en el video es una molotov;

podría decir que es una botella con un paño, y con una llama que

se enciende, pero eso lo debe decir un experto. Lo que dice el

acusado lo dijo también durante la investigación, y debió ser

investigada esa posibilidad, pero no se hizo, y el único

funcionario que refiere que entiende por molotov una botella de

vidrio, con un paño que sirve de mecha, no fue citado a fiscalía

para explicar lo que vio, por ende, no se puede suponer algo que

no está en nuestra experticia, y el encargado de la

televigilancia es un ingeniero comercial, sin experticia en esta

materia, por lo que no se puede desechar que lo que ese día lanzó

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una llama es un spray, ya que no tenemos imagen del vidrio, ni

muestras de hidrocarburos en sus manos, nada, solo un video, y la

defensora ve una llama al aire y perfectamente podría ser un

spray y también dura pocos segundos como dijo el acusado, quien

tampoco es un experto, quien dice que es un spray, y que andaba

con una bengala, y dice que el spray no se lo lanzó a personal

policial, y pese a que sería a escasos metros tampoco se ve

personal policial, y ni siquiera se ve al carabinero Ceballos en

el video.

Al replicar, insistió en lo indicado apelando a la

congruencia procesal, ya que en el alegato de clausura no se

puede alterar los hechos contenidos en la acusación en los que

específicamente se refieren a una bomba molotov, y al respecto la

prueba es insuficiente.

CUARTO: Que el acusado HECTOR ALEJANDRO CORTES ESPEJO,

renunciando a su derecho a guardar silencio, prestó declaración

señalando que el día de su detención fue acusado de haber lanzado

un artefacto molotov, pero no era sino un spray desodorante que

usaba para limpiar vehículos, y ese día lo pescó y lo encendió, y

eso prende y apaga, nada más, pero no fue con intención, y las

cosas de su mochila son las que tiene para trabajar en la calle,

y eso es lo que ha venido declarando, ya que cuida vehículos. Por

las manifestaciones hizo esas tonterías, y la Bengala también, se

ve cuando anda en la noche con la bengala en la mano, pero no

andaba haciendo daño, ni nada ilegal, y lo acusaron por el dron

porque andaba con su cara descubierta caminando como un

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ciudadano, y solo andaba protestando. Pero no era bomba molotov,

ya que el spray prende y apaga y nada más.

Al fiscal le dijo que el spray se pone delante del

encendedor y prende ya que es inflamable, y cuando lo suelta el

fuego se apaga y, por ende, no podría lanzarlo prendido.

A la defensa le indicó que el día de los hechos encendió con

un encendedor un spray y sale una llama, esa llama es grande duró

como cinco segundos y se apagó. Agregó que por lo manifestantes

detenidos ha visto que lo es por cosas más graves que por lo que

él está detenido.

Aclaró al tribunal que luego de que el spray se prendió, lo

botó mientras iba corriendo.

QUINTO: Que el delito de lanzamiento de artefacto explosivo

de bajo poder expansivo en la vía pública, atribuido por el

Ministerio Público al encartado, se configura cuando un sujeto

procede a lanzar un artefacto incendiario, explosivo, tóxico,

corrosivos o infeccioso cuyos componentes principales sean

pequeñas cantidades de combustibles u otros elementos químicos de

libre venta al público y de bajo poder expansivo, tales como

bombas molotov y otros artefactos similares, y que esto se

verifique desde o hacia la vía pública, de conformidad al

artículo 14 letra d) inciso tercero, en relación al inciso

primero, de la Ley sobre Control de Armas.

SEXTO: Que en la oportunidad procesal pertinente, los

intervinientes no arribaron a convenciones probatorias, al tenor

de lo consignado en el auto de apertura del juicio oral.

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SEPTIMO: Que con el fin de establecer la concurrencia de los

elementos típicos reseñados, el Ministerio Público rindió prueba

testimonial consistente en la declaración de los funcionarios de

carabineros de la sección OS7 de esta ciudad, Abraham Gutiérrez

Jara y Fernando Gómez Díaz, que el día de los hechos estaban en

un sector circundante a la manifestación, pero conectados radial

y telefónicamente con el personal de civil que se encontraba en

ésta; del funcionario de OS7 Raúl Ceballos Poblete, que se

encontraba caracterizado dentro de la manifestación; Pedro Marín

Figueroa, copiloto del dron quien grabó al acusado durante este

procedimiento; pericial consistente en la declaración de Cesar

Ramón Peñaloza, perito criminalístico quien levantó muestras de

la evidencia incautada en poder del encausado ya detenido en el

cuartel de OS7, así como muestras corporales. documental

consistente en: oficio AF Antof 1595/63 de la autoridad

fiscalizadora de fecha 07 de abril de 2020, conforme al cual el

acusado no mantiene autorización de registro de porte o tenencia

de arma de fuego y/o municiones verificado en sistema Aries de la

dirección general de la movilización nacional DGMN; Fotografías:

1.- Un set de ocho imágenes de las especies incautadas las que

fueron exhibidas al perito; 2.- Un set de dieciocho fotografías

de la secuencia de imágenes obtenidas de la filmación, exhibidas

algunas de ellas tanto al testigo Ceballos, como al testigo

Marín; y otros medios de prueba correspondiente a un CD con dos

filmaciones del encausado el día de los hechos, tanto del momento

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en que lanza el artefacto por el cual se le enjuicia, y otro

momento en que es divisado portando una bengala encendida.

Por su parte la defensa sólo se adhirió a la prueba

testimonial de cargo, y no rindió prueba propia.

OCTAVO: I.- Que en cuanto al lugar donde se desarrollaron

los hechos, y las conductas desplegadas por el acusado, el

funcionario de carabineros Abraham Gutiérrez en forma directa,

categórica, creíble y concordante con los dichos del sargento

Fernando Gómez, ya que conformaban la misma patrulla de la que

estaba a cargo el primero, en lo pertinente a su intervención

señaló que el 7 de noviembre de 2019, en horas de la tarde,

alrededor de las 17 horas, según precisó Gómez, se encontraban

efectuando servicios por las manifestaciones violentas de ese día

debido al estallido social ocurrido en octubre de 2019, lo que ha

sido un hecho público y notorio, conformándose un equipo

multidisciplinario con personal especializado, y también un

equipo con drones que monitoreaban las manifestaciones, lo que

fue categóricamente corroborado por el copiloto de uno de ellos

el testigo Pedro Marín.

Ambos funcionarios Gutiérrez y Gómez, expusieron también que

la manifestación estaba ocurriendo por el sector de la Plaza

Sotomayor, en su explanada entre las calles Ossa y Maipú, y que

por su servicio no estaban dentro de ésta, como ocurría con otros

funcionarios, sino circundándola, esto es, fuera de la

manifestación, pero comunicados radial e incluso telefónicamente,

como precisó Gutiérrez, con el personal caracterizado infiltrado,

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como lo era el cabo Ceballos, y así lo manifestó aquel en

términos directos y categóricos, y a su vez en coordinación con

el servicio de televigilancia de la Intendencia Regional a través

de drones, como quedó evidenciado en el juicio, además con los

dichos de su copiloto Pedro Marín, al exponer que la finalidad

era realizar patrullajes preventivos en distintas actividades

para detectar alteración a la seguridad y orden público y también

con fines investigativos, todo lo cual posibilitó detectar al

acusado, verificar su seguimiento y posteriormente detenerlo.

Precisaron ambos funcionarios de Carabineros, que los hechos

en análisis se verificaron ese día, alrededor de las 20 horas,

con la llegada de las fuerzas especiales al sector de la plaza

Sotomayor, para disolver la manifestación, ya que como indicaron

era violenta, provocando que toda la aglomeración de

manifestantes desplegados en el sector se desplazase por calle

Uribe hacia Ossa, circunstancias en las cuales el dron detectó al

encausado encendiendo una bomba y lanzándola hacia el lugar donde

estaba Carabineros.

Si bien, ambos deponentes -como se dijo- no estaban dentro

de la manifestación, y no pudieron ver directamente el obrar del

hechor, no es menos cierto que al circundarla pudieron precisar

categóricamente por dónde se desplegaban las personas, el día y

la hora, y asimismo, estar enterados a través de la información

que radialmente se les aportaba, para luego, fruto del

seguimiento verificado por las cámaras, del personal

caracterizado, y por cierto de la información remitida, llevar a

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cabo la detención del imputado alrededor de las 21.50 horas, en

avenida Padre Hurtado con Maipú, correspondiendo al mismo sujeto

que por características físicas y de vestimentas fue detectado

lanzando el artefacto explosivo incendiario.

Las imágenes grabadas por el dron copilotado por el testigo

Marín, reproducidas en el curso de la audiencia atingentes al

lugar de los hechos acontecidos a las 20 horas, y la secuencia de

fotografías permite avalar este contexto sostenido por el

personal aprehensor, sin perjuicio, que el acusado libremente al

declarar reconociera que ese día se encontraba en ese lugar, en

la manifestación, precisando las conductas desplegadas, pero

atribuyéndoles una connotación diversa a la pretendida por el

persecutor.

En cuanto a las conductas del encausado, además de lo

reportado por los aprehensores, concordantemente el cabo Raúl

Ceballos indicó al tribunal que ese día por la contingencia,

realizaba servicios caracterizado al interior de las

manifestaciones, dando cuenta que alrededor de las 20 horas, en

calle Uribe con Ossa divisó un grupo de sujetos y dentro de

éstos, un sujeto delgado de 1.68 de estatura aproximadamente,

que vestía polera blanca con café tipo sudadera, pantalón negro,

y mochila azul, que se devuelve por Uribe, y lanza un objeto

incendiario a personal que estaba en el lugar, motivo por el cual

lo siguió por diversas arterias, Uribe, Atacama, y siendo

alrededor de las 21.20 horas, se divisa nuevamente en calle

Uribe, esta vez con una bengala en sus manos, después camina por

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calle Uribe al oriente y al llegar a la avenida Padre Hurtado le

comunica a los demás dispositivos para proceder a su detención,

ya que el sujeto estaba más alejado de los manifestantes –a

quienes ya le había mandado fotografías del individuo- siendo

detenido a las 21.50 horas, en Padre Hurtado con Maipú, tal como

también expusieron los funcionarios Gutiérrez y Gómez.

En las fotografías que se le exhibieron se aprecia

claramente al acusado en el lugar de los sucesos, con las

vestimentas descritas, incluso cuando tenía en una de sus manos

una bengala, y luego ya detenido en el cuartel de OS7. Una de

esas imágenes es un selfie que se tomó el cabo Ceballos, en donde

en la parte de atrás se aprecia al acusado, lo que afianza los

dichos del funcionario, en cuanto estaba en el lugar de la

manifestación, y a sólo metros del individuo.

Los asertos de Ceballos son concordantes no sólo con lo

indicado por los aprehensores, sino además resultaron abonados

por las filmaciones reproducidas en el juicio y la secuela de

imágenes atingentes a éstas, muy expresivas de la dinámica y

ambiente que se vivía en ese lugar.

En la primera de las filmaciones mostradas, a la que se

refirió el testigo Marín, se aprecia inicialmente el momento en

que el acusado Cortés se ve en la explanada de la plaza Sotomayor

y con las vestimentas descritas y la mochila, quien ante la

llegada de las fuerzas especiales, al igual que el resto de los

manifestantes, que era un gran número, se desplaza corriendo

hacia calle Uribe que queda al costado sur de la plaza Sotomayor,

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se ve personal de fuerzas especiales con uniforme que también va

corriendo en esa dirección, distinguiéndose el logo en la espalda

de sus chalecos, y de ahí se observa al acusado -en todo momento

monitoreado- subiendo hacia calle Ossa, al igual que muchos

manifestantes que en esa intersección se dispersan, ya sea siguen

subiendo o continúan por calle Ossa. Luego, Cortés en un instante

en vez de seguir avanzando o huyendo se devuelve unos metros por

Uribe, enciende un elemento que tiene en su poder, ya que es

evidente la gran llamarada que sale, y la lanza con fuerza con

una de sus manos, en la vía pública, en dirección al personal de

fuerzas especiales que como se dijo, por la secuencia de imágenes

irrumpió en el lugar en esa dirección, para dispersar la

manifestación, tanto así que el resto de los manifestantes sigue

desplazándose hacia arriba lo que afianza la continuidad en este

seguimiento para dispersarlos, aunque precisamente en ese momento

no se observen en la imagen, a propósito de las alegaciones de la

defensa, ya que difícilmente los manifestantes correrían hacia

arriba, si no es porque las fuerzas policiales los seguían.

En las imágenes observadas, se aprecia claramente la

llamarada que sale luego de que el imputado enciende el artefacto

que tenía en su poder, la que se mantiene encendida con una

importante llamarada, la que incluso se aviva al ser lanzado,

saltando esquirlas encendidas, por ende, no se apaga en fracción

de segundos, como pretendió, ni es botada o descartada en el

suelo en su huida, como adujo al declarar, puesto que sigue

subiendo o huyendo sólo después de devolverse y lanzarla, y eso

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está abonado por los dichos de Ceballos y por las imágenes

exhibidas, de las cuales como se dijo dio cuenta en detalle Pedro

Marín, más aun al serle mostradas catorce fotografías que dan

cuenta paso a paso de la aludida filmación, desde el momento en

que el imputado es observado en la explanada de la plaza

Sotomayor, hasta después que lanza el objeto y sigue su marcha

por calle Uribe hacia arriba.

Viene al caso recordar que el acusado señaló que lo lanzado

no era una molotov, sino que el artefacto u objeto que tenía en

su poder era un spray desodorante que usaba para limpiar

vehículos, el cual lo pescó, lo encendió con un encendedor,

porque es inflamable, indicó que sale una llama grande, lo que es

evidente, ya que se visualizó por los testigos referidos y en la

imagen, sin embargo, agregó que esa llama dura como cinco

segundos, puesto que cuando lo suelta el fuego se apaga y, que

por ende, no podría lanzarlo prendido, porque eso prende y apaga,

mas aun, señaló que luego de que prendió el spray lo botó

mientras iba corriendo, aspectos de su declaración que no

resultaron abonados por las propias conductas desplegadas por el

hechor según quedaron grabadas y reproducidas en el juicio, sino

desvirtuadas, desde que el artefacto seguía encendido con una

gran llamarada cuando lo lanzó, incluso al caer, y sólo después

el sujeto sigue por Uribe al oriente, llegando a la intersección

de más arriba hacia donde circulaban muchos manifestantes y había

una barricada que dificultaba al igual que las personas el

tránsito vehicular.

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Es factible concluir, que su obrar en ese momento, se

diferencia de la conducta del acusado posteriormente, pasadas las

21 horas, apreciada tanto por Ceballos y en las imágenes captadas

por el dron, según igualmente reportó el testigo Marín, cuando es

visto de nuevo en el mismo sector de calle Uribe, pero esta vez

tenía una bengala encendida, la que mantiene en su poder en todo

momento, la luminosidad es diversa, dando una llama de color

rojo, lo que permite al observador advertir la diferencia, y

posteriormente la descarta botándola, mientras que en el caso

materia de la imputación lanza el artefacto encendido.

II.- En cuanto a la naturaleza del objeto o artefacto

lanzado por el acusado, y que constituye el quid de la

controversia de marras, cabe tener presente que los testigos más

arriba señalados, incluso el perito César Peñaloza,

indistintamente se han referido al objeto que el acusado mantenía

en su poder y procedió a lanzar desde y hacia la vía pública,

como bomba molotov, como un objeto o artefacto tipo bomba

molotov, como un artefacto explosivo, como un objeto, elemento o

artefacto incendiario, y si bien, de sus enunciados normativos

efectivamente no existe precisión en su denominación, aquello no

es relevante si, en cuanto a sus características, todos los

testigos han sido concordantes al describir lo visualizado, más

arriba indicado, lo que además resultó afianzado categóricamente

por las imágenes reproducidas en el juicio.

Por ende, resultó acreditado no sólo el porte de este

objeto, elemento u artefacto explosivo o incendiario por el

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acusado, sino además su uso, que lo subsume, ejecutando el sujeto

activo como verbo rector “arrojar”, ya que fue visualizado no

sólo encendiéndolo sino además lanzándolo desde y hacia la vía

público, hacia el sector por donde se desplegaba el personal de

fuerzas especiales.

Así, las diversas denominaciones dadas a tal aparato o

artefacto, no tiene incidencia en su calificación desde que el

mismo tipo penal, se concuerde o no con la técnica legislativa

abierta, alude indistintamente a artefactos incendiarios,

explosivos, tóxicos, corrosivos o infecciosos, pero atribuyéndose

a que cualquiera sea de éstos, que sus componentes principales

fueren pequeñas cantidades de combustibles u otros elementos

químicos de libre venta al público y de bajo poder expansivo,

tales como las bombas molotov y otros artefactos similares, por

ende, su referencia a las molotov es meramente ejemplificadora,

resultando acertada la distinción entre elementos de mayor o

menor peligrosidad atendiendo a su poder destructivo y expansivo

para otorgar penas distintas.

En tal sentido se comprende la inquietud planteada por el

acusado, al referir que en la televisión ha visto cosas más

graves que por lo que él está detenido, sin embargo, aunque no se

trate de conductas terroristas y hayan sido pesquisadas en el

contexto de este levantamiento social, denominado “estallido

social”, indudablemente la penalidad se vincula entre otros

aspectos al poder de destrucción, lo que no quiere decir que por

tratarse de un artefacto explosivo o incendiario de factura

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artesanal y de bajo poder expansivo, la conducta desplegada por

el encausado resulte atípica en la medida que tales elementos,

están expresamente contemplados en el artículo 3° inciso segundo

de la Ley de Control de Armas, aludiendo, entre otros, a las

bombas o artefactos explosivos o incendiarios como elementos

prohibidos. Refiere la norma que nadie puede poseer, tener o

portar, sancionando específicamente el artículo 14 el porte, y el

inciso primero del artículo 14 letra d) su uso, ejecutando

algunos de los verbos rectores allí descritos en las

circunstancias señaladas en el tipo penal, lo que corresponde en

todos sus extremos a la conducta desplegada por el hechor y que

fue visualizada por los testigos, de lo que dan cuenta las

fotografías e imágenes reproducidas en la audiencia.

De este modo, se conviene con el persecutor, en que por la

forma de redacción de la figura su comprensión de qué se entiende

por artefacto explosivo e incendiario, así como las restantes

posibilidades que menciona, lo es en base a su composición y

efectos, por lo que la referencia a la “bomba molotov”, es a modo

de ejemplo, puesto que lo determinante es que en su composición

haya combustible u otro químico de libre venta al público, y que

para los efectos de la configuración del tipo penal, en este

caso, torne factible la atribución de incendiario y/o explosivo,

como ha acontecido, además del bajo poder expansivo, por las

pequeñas cantidades de combustible o químico, pero que igualmente

posibilitan que este artefacto encienda y pueda explosionar,

aunque no responda a la usual factura de confección de una bomba

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molotov como se ha prácticamente “enseñado” en los medios de

comunicación desde el estallido social al reprochar el obrar de

algunos manifestantes, y particularmente en el juicio, como

replicó el suboficial Gutiérrez con una botella de vidrio y un

prenda en su interior que sirve de mecha, además por cierto del

combustible o químico que permita su detonación, considerando que

el Reglamento de la Ley de Control de Armas contempla en su

artículo 68 la definición de artefacto explosivo, la que es

bastante amplia, pero no así las bombas incendiarias molotov

respecto de las cuales no hay definición legal.

El artículo 68 del Reglamento establece: “Se considerará

explosivo toda sustancia o mezcla de sustancias química que por

la liberación rápida de su energía, en general, produce o puede

producir dentro de cierto radio un aumento de presión y

generación de calor, llama y ruido.

Del mismo modo se consideran explosivos los objetos cargados

con productos explosivos”.

En relación con el elemento arrojado por el acusado, el cabo

Ceballos, si bien, reconoció a la defensa que durante la

investigación dijo que vio al imputado lanzar una bomba molotov,

precisó en el juicio que le impresionó como tal, porque el objeto

estaba encendido, y que luego explotó, sin alcanzar a ningún

funcionario. En todo caso, resultan entendibles sus asertos, ya

que de las imágenes de video exhibidas se logra apreciar las

dimensiones de la manifestación, el candor de los manifestantes y

su violenta connotación, además, no se debe olvidar que el

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testigo se encontraba caracterizado e infiltrado en la

manifestación por lo que por la gran cantidad de gente, y la

presencia de efectivos policiales, difícilmente se podría haber

exigido el levantamiento de la evidencia, y aunque no pueda

precisar si lo que tenía en su mano Cortés, era una botella u

otro objeto, lo que tampoco se puede precisar de las imágenes,

claro está que el hechor lo encendió y lo lanzó encendido, y eso

sí lo vio Ceballos, quedó grabado, y se pudo apreciar en el

juicio, por algo la cámara de televigilancia del dron operada por

el testigo Marín, siguió al sujeto, lo que nos conduce nuevamente

a lo antes concluido, que pese a la denominación dada por el cabo

Ceballos, así como por los demás testigos, la constante es que

responde a un artefacto explosivo e incendiario, lo que no

difiere de la definición del Reglamento ni de los hechos de la

acusación, ya que se hace sólo alusión a que sería “del tipo

molotov”, al igual que en la calificación propuesta por el

acusador, pero no que lo sea, por lo que admite que su factura lo

fuere con otro elemento que se pueda estimar similar, tal como

ocurrió, acorde a lo visualizado, por lo que no se afecta el

principio de correlación (congruencia) como pretendió la defensa,

quedando incólume su derecho a defensa, puesto que el núcleo de

la conducta típica imputada es el mismo, así como la identidad

del bien jurídico lesionado, que no se altera si lo lanzado fue

el artefacto que tenía en su poder el acusado, haya sido o no lo

que entendemos como bomba molotov según la descripción que nos

proporcionó el suboficial Gutiérrez, sí comparte sus

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características explosivas e incendiarias, en cuanto otro

artefacto similar, de bajo poder expansivo.

Ahora bien, distinto es que la defensa en una lectura

apresurada de la imputación haya canalizado su defensa sólo como

bomba molotov, en que lo que tenía su representado en su poder no

era una bomba molotov, en sintonía con la declaración de aquel,

pero eso nada tiene que ver con el principio de correlación.

III.- Luego, para determinar concretamente qué elemento

material tenía el acusado en su poder; que encendió y arrojó

desde y hacia la vía pública, al sector por donde venían las

fuerzas especiales dispersando la manifestación; que hemos

estimado como artefacto explosivo o incendiario; ya que produjo

una gran llamarada, más aún al ser lanzado y que explosionó al

caer, según indicó Ceballos, quien se percató porque estaba

infiltrado en la protesta. Se ha tenido en consideración que

indudablemente para encender, producir llamarada y explosionar al

caer, necesariamente debía estar compuesto por algún tipo de

combustible o químico que produjera ese efecto, lo que fue

visualizado por los testigos tal como lo manifestaron en el

juicio, y por el tribunal en las imágenes reproducidas, que

corroboran tales asertos, por lo que no se requiere que lo diga

un experto para arribar a tal conclusión.

Si bien, se tomaron muestras en la palma y dorso de ambas

manos del acusado para verificar la presencia de hidrocarburos,

incluso desde sus vestimentas y especies que portaba, tal como

expuso el perito César Peñaloza, e independiente de que no se

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haya allegado a la causa las conclusiones del peritaje químico,

no fue determinante para estos sentenciadores al decidir la

condena, puesto que a diferencia de lo que ha sostenido la

defensa, hay varios indicios derivados de la reacción de tal

elemento al ser encendido, tal como dijo el mismo acusado (que

encendió con un encendedor el spray que tenía en su poder), y que

como se vio se mantuvo encendido al ser lanzado en contra de las

fuerzas policiales, es decir, en todo momento se ve encendido y

con una gran llamarada, lo que permite concluir el carácter

explosivo e incendiario de tal elemento.

Avala tal conclusión, e incide en el elemento subjetivo, la

consideración del contexto en que se verificó tal conducta, lo

que descarta un obrar insípido, sin intención, o lúdico

(tontería), como pretendió el hechor, ya que es un hecho notorio

y de público conocimiento, que no requiere prueba, que muchas de

las manifestaciones que se venían desplegando desde el estallido

social, sobre todo en el horario en que se verificaron estos

sucesos, y en ese sector, en caso alguno representan el legítimo

ejercicio de la libertad de expresión en un estado democrático,

sino el obrar del “lumpen” al alero de un entorno social y

político que como nunca ha clamado por un cambio en el país.

En dicho escenario, acciones como las del imputado ensucian

ese clamor, provocando la irrupción de los efectivos policiales

en la dispersión de la manifestación, y no en el resguardo, como

debiera ser, en la medida que su desarrollo sea en todo momento

pacífico, lo que no aconteció en este caso puntual. Expresión de

21
ello es que el acusado al desplazarse por calle Uribe hacia Ossa,

como ya se dijo, en vez de retirarse tranquilamente o alejarse

del sector, se devuelve unos metros por calle Uribe y acciona

este artefacto en contra de las fuerzas especiales, lo que

permite inferir que hubo una voluntad dirigida a un propósito

determinado y, si bien, el tipo penal no exige que haya provocado

algún daño o lesión, es decir, un resultado, no es menos cierto

que no sólo puso en riesgo el orden público y la seguridad sino

que al lanzar este artefacto, implica su uso, lo que se traduce

en una afectación al bien jurídico protegido por el delito.

Ahora bien, el elemento que el acusado encendió y arrojó,

es del todo compatible con el spray que éste señaló que mantenía

en su poder, y sobre dicho tópico tampoco se requiere contar con

el testimonio de un experto, desde que el gobierno de Chile, en

forma sistemática también a través de las redes sociales, por

ende, se trata de información a la que todos (as) pueden acceder,

ha realizado campañas de seguridad al consumidor, relativo a los

riesgos y peligros de determinados productos, en particular

respecto de productos en aerosol, (los que también presentan un

rotulado), estableciendo una guía de consejos, para el uso seguro

de aerosoles, al ser inflamables, lo que implica usarlos lejos de

fuentes de ignición, tales como, fuego, cigarro, incienso,

estufas etc.; señalando que los aerosoles de cualquier índole no

deben perforarse, ya que provocaría cambios de presión pudiendo

explotar y causar lesiones; al ser productos dosificados bajo

presión, algunos de sus componentes son gases propelentes,

22
derivados de hidrocarburo, que bajo el calor se expanden,

pudiendo hacer explotar el envase, por lo que tampoco deben

incinerarse.

Lo anterior se condice con el uso indebido de un spray

aerosol del tipo desodorante señalado por el acusado, con lo

acontecido en el caso de marras, por su carácter inflamable, ya

que al someter el producto al fuego, en relación a los químicos

del contenido se inflama, lo que da cuenta de la llamarada lo que

fue visualizado por los testigos, y también por estos jueces, en

el video reproducido, por ende, no imaginado, para acto seguido,

al alcanzar determinada temperatura llegar a explosionar,

reacción que resulta concordante con lo visualizado, por lo que

sea que efectivamente tenía en su poder un spray u otro elemento

similar, lo relevante es que la reacción de sus componentes

químicos al ser encendido permite denominarlo artefacto explosivo

e incendiario.

Esta conclusión es avalada con las imágenes posteriormente

captadas por el acusado, cuando alrededor de las 21.20 horas, es

nuevamente visto en calle Uribe, pero esta vez con una bengala en

su poder, ya que la mantiene encendida, y con una luminosidad

diferente, encontrándose en su mochila precisamente un

encendedor, cuestión que en todo caso al declarar no

controvirtió. Se aprecia, que la bengala la mantuvo encendida

hasta cuando la desecha, pero sin lanzarla, lo que permite

diferenciar ambos momentos, lo que ocurren a las 20 horas, y

posteriormente como a las 21.20 horas, si bien, en este último

23
caso vuelve al sector de la manifestación, en lo que dice

relación con el elemento que tiene en su poder esta vez es muy

diverso, luego de ello, se mantiene su seguimiento hasta

verificarse la detención a las 21.50 horas.

Por consiguiente, los funcionarios de carabineros señalados,

y el testigo Marín, en base a un relato categórico y coherente

tanto interna como externamente reportaron al tribunal desde la

perspectiva de su intervención en este procedimiento, la fecha,

hora y lugar del suceso, así como las circunstancias por las

cuales se verificó el procedimiento en base a los relatos

detallados aportados, antes analizados, y que concluyeron en la

detención del acusado.

En cuanto a la naturaleza del elemento arrojado, se acreditó

que se trataba de un artefacto explosivo, al igual que

incendiario de bajo poder expansivo, en base a los categóricos,

contestes y creíbles testimonios aportados y las claras imágenes

reproducidas en la audiencia, que por cierto los avalan, siendo

innecesario por las razones ya esgrimidas contar con los dichos

de un experto para arribar a tal conclusión, ni con el resultado

de la pericia a lo que se refirió la defensa.

Luego, de acuerdo al documento AF ANTOF 1595/63 emanado de

la autoridad fiscalizadora, de fecha 07 de abril de 2020, se

indica que el acusado debidamente individualizado, no mantiene

autorización de registro de porte o tenencia de arma de fuego y/o

municiones, conforme a la base de datos de la D.G.M.N., suscrito

24
por Marcela Gallardo Hevia, Capitán de Carabineros, Jefe

autoridad fiscalizadora (s), Antofagasta.

Este ilícito, se encuentra en grado de desarrollo consumado,

puesto que la ley sanciona el sólo hecho de arrojar el artefacto

explosivo o incendiario que el sujeto lleva consigo, cumpliéndose

lógicamente los restantes requisitos del tipo penal en análisis.

Pues, en lo pertinente resultó suficientemente acreditado con la

prueba aportada tal como se analizó más arriba, que al arrojar el

artefacto desde y en la vía pública, el encausado lo mantenía en

su poder, quedando esto último subsumido, sin encontrarse

autorizado para ello, y si bien, no controvirtió que llevaba en

su poder un spray y que lo encendió, habiendo discurrido

latamente el tribunal sobre el carácter incendiario y explosivo

de tales elementos ante un uso indebido como acaeció en el caso

de en análisis, señaló que se apagó inmediatamente y que lo botó

al huir, lo que claramente no se conviene con lo acontecido y la

conducta desplegada tan pronto enciende el elemento que lanzó, y

que ha sido objeto del reproche penal.

NOVENO: Que tal como se adelantó en la deliberación y se

fundamentó en la consideración anterior, sobre la base de la

prueba rendida en el juicio, libremente ponderada, consistente en

testimonial, pericial, documental, fotográfica y reproducción de

videos, resultó acreditado más allá de toda duda razonable que:

“El día 07 de noviembre de 2019, alrededor de las 20:00

horas, en la intersección de las calles José Santos Ossa con

Uribe de esta ciudad, el acusado HÉCTOR ALEJANDRO CORTÉS ESPEJO

25
procedió a encender un artefacto explosivo de bajo poder

expansivo, que lanzó hacia donde se encontraba desplegado

personal de Carabineros de Fuerzas Especiales que estaban en el

lugar con la finalidad de dispersar a los manifestantes, no

contando el acusado con permiso de la Dirección General de

Movilización Nacional para porte o tenencia de armas de fuego”.

DECIMO: Que los hechos así asentados son constitutivos del

delito lanzamiento de artefacto explosivo de bajo poder

expansivo, en la vía pública, previsto y sancionado en el

artículo 14 letra d, inciso 3° en relación al inciso 1° del mismo

artículo, de la Ley N°17.798, sobre Control de Armas, toda vez

que el encausado fue sorprendido a través de la vigilancia

verificada por un dron, así como por lo visualizado por personal

de Carabineros de civil infiltrado en la manifestación, en el

momento en que luego de desplazarse desde la explanada de la

Plaza Sotomayor hacia calle Uribe en dirección a calle Ossa, por

la presencia de personal de fuerzas especiales, vuelve a calle

Uribe, y luego de encender un artefacto explosivo e incendiario,

procedió a lanzarlo al personal de fuerzas especiales desplegado

en el sector, que estaba tratando de disuadir y controlar las

manifestaciones verificadas en la ciudad, en el contexto del

estallido social iniciado en el mes de octubre, sin que se

justificara su porte tenencia a través de las autorizaciones

respectivas o inscripciones legales.

Por consiguiente, los elementos de prueba analizados que

sustentan los hechos asentados en el fundamento noveno de esta

26
sentencia, apreciados libremente y sin controvertir los

principios de la lógica, las máximas de la experiencia, ni los

conocimientos científicamente afianzados, en el contexto de un

procedimiento aplicado lógico inductivo, permiten arribar

necesariamente a las conclusiones antes expuestas.

UNDECIMO: Que establecida la comisión del delito más arriba

puntualizado, la participación del encartado se acreditó con las

mismas probanzas ya señaladas, a lo cual ya se refirió el

tribunal a propósito de la figura típica, sin embargo, a fin de

afianzar tales asertos, cabe tener en consideración los dichos

del cabo Raúl Ceballos quien se encontraba caracterizado

infiltrado dentro de la manifestación, y quien observó al acusado

en la vía pública en el momento en que lanzó el artefacto

explosivo e incendiario en contra de personal de fuerzas

especiales que irrumpió en la explanada de la plaza Sotomayor

siguiendo a los manifestantes por calle Uribe con la finalidad de

lograr su dispersión, describiendo las características físicas y

de vestimentas del sujeto, tal como fue observado por el testigo

Pedro Marín en su calidad de copiloto de la cámara de

televigilancia del dron que monitoreando la manifestación,

detectó al imputado en el momento que lanzó el artefacto

explosivo, efectuando su seguimiento, detectándolo también cuando

encendió la bengala, hasta su detención, reportando su ubicación

en coordinación con el cabo Ceballos y con los funcionarios

aprehensores Gutiérrez y Gómez, con quien se comunicaban radial o

telefónicamente, procediendo en base a la información

27
proporcionada por Ceballos y fotografías enviadas con imágenes

del sujeto proceder a su detención en padre Hurtado con Maipú,

siendo reconocido en la audiencia sin margen de dudas como el

sujeto ese día detenido. Si bien el testigo Marín señaló que la

interrupción del monitoreo se produjo las veces que tuvo que

cambiar la batería del dron, lo que demoraba de uno a tres

minutos, es evidente que ello no afectó el seguimiento del

sujeto, del punto de vista de que quien resultó detenido fue el

mismo individuo que arrojó el artefacto explosivo e incendiario

hacia el personal policial.

Las vestimentas del imputado eran una polera blanca y café

tipo sudadera, pantalón negro, zapatillas blancas y mochila azul.

Al ser detenido alrededor de las 21.50 horas, fue trasladado al

cuartel de OS7, lugar hasta donde llegó el perito criminalístico

Cesar Peñaloza con la finalidad de levantar muestras de la

evidencia incautada, señalando que lo hizo de una mochila azul

con negro, que corresponde a la del acusado, y de las especies

habidas en su interior, esto es, un polerón gris con negro, una

polera gris, un gorro de lana negro con blanco, un paño blanco,

un paño gris y unos guantes quirúrgicos, según dan cuenta las

fotografías que le fueron exhibidas, incluso, señaló que levantó

muestras del dorso y palma de ambas manos del detenido,

exhibiéndosele una imagen del imputado firmando el acta de

autorización de toma de muestras correspondiendo al mismo sujeto

detenido y acusado por desplegar las conductas antes descritas,

básicamente que arrojó en y desde la vía pública un artefacto

28
explosivo hacia donde se encontraba personal de fuerzas

especiales, para luego de su seguimiento resultar detenido, en

las circunstancias ya latamente analizadas.

El encausado al declarar se situó en el lugar de los hechos,

incluso en ambos momentos reportados, cuando enciende lo que

denominó un spray, y posteriormente cuando andaba con una

bengala, por lo que su presencia en la manifestación de ese día,

sin perjuicio, de la prueba de cargo, no fue objeto de

controversia, pero sí las circunstancias de su obrar, y no

obstante, lo que ya se ha discurrido al respecto, se abordará

nuevamente a propósito de la circunstancia atenuante alegada por

la defensa.

Las declaraciones de cargo señaladas se practicaron con las

debidas garantías que ofrece la contradictoriedad y publicidad de

la audiencia a través de la plataforma virtual zoom, por lo

demás, los testigos y el perito declararon desde una sala del

tribunal oral de esta ciudad, sin interrupciones ejerciendo los

intervinientes en todos sus extremos su derecho a examinar y

contrainterrogar, habiéndose designado a un funcionario del

tribunal como ministro de fe ad hoc, no existiendo razones

objetivas o subjetivas que hicieran dudar de su veracidad, por lo

cual contando el tribunal con la facultad de establecer la

credibilidad de los testimonios analizados, que en este caso han

sido esencialmente coincidentes, estimó que han sido suficientes

para desvirtuar la presunción de inocencia que ampara al

encausado.

29
De este modo, los antecedentes analizados llevaron

unívocamente a establecer la convicción, más allá de toda duda

razonable, que el acusado Héctor Alejandro Cortés Espejo,

intervino en la ejecución del delito asentado de una manera

inmediata y directa, esto es, como autor, conforme a lo

establecido en el artículo 15 N° 1 del Código Penal.

DUODECIMO: Que luego del pronunciamiento condenatorio, en la

oportunidad prevista en el artículo 343 del Código Procesal

Penal, el Ministerio Público, sostuvo que perjudica al encausado

la circunstancia agravante prevista en el artículo 12 N°10 del

Código Penal, esto es, cometer el delito con ocasión de incendio,

naufragio, sedición, tumulto o conmoción popular u otra calamidad

o desgracia, señalando que se observa que el actuar se realiza

mientras había una manifestación.

También sostuvo que le afecta la circunstancia agravante

contemplada en el artículo 12 N°14, del mismo cuerpo legal, esto

es, cometer el delito mientras cumple una condena o después de

haberla quebrantado y dentro del plazo en que puede ser castigado

por el quebrantamiento. Al efecto, incorporó ordinario

N°432836/19, de fecha 05 de noviembre de 2019, del jefe del

departamento de monitoreo telemático de Gendarmería de Chile al

Juzgado de Garantía, adjuntando informe de alarmas de violación

de zona de inclusión del condenado en causa RIT:7407-2016, que

según el extracto de filiación del acusado corresponde a una

condena del Juzgado de Garantía de Antofagasta, de fecha 21 de

diciembre de 2017, en procedimiento abreviado, como autor del

30
delito de robo por sorpresa en grado de consumado, condenado a la

pena de 541 días de presidio menor en su grado medio, con

reclusión parcial nocturna domiciliaria, incorporándose además el

acta de la respectiva audiencia.

Asimismo, incorporó el extracto de filiación y antecedentes

del acusado, el cual registra diversas anotaciones penales

pretéritas a estos hechos, tales como: RIT: 15.845/2016, del

Juzgado de Garantía de Antofagasta, condenado el 11 de mayo de

2017, como autor del delito de portar elemento conocidamente

destinado a cometer delito de robo, en grado de consumado a la

pena de 61 días de presidio menor en su grado mínimo, reclusión

parcial domiciliaria; RIT: 11.344/2014, del Juzgado de Garantía

de Antofagasta, condenado el 25 de septiembre de 2014, como autor

del delito de porte de arma cortante o punzante, a la pena de

multa de tres U.T.M., sustituida por nueve días de reclusión,

pena cumplida el 25 de junio de 2016. Además de diversas condenas

por la falta consumo/porte de droga en la vía pública, y por

cierto la condena a la que alude el incumplimiento de reclusión

domiciliaria.

Finalmente, la fiscalía instó por la imposición de la pena

indicada en la acusación, la que se debe aplicar de conformidad

al artículo 17 B de la Ley de Control de Armas, dentro de los

límites del grado, instando por el rechazo de la atenuante de

colaboración sustancial, porque el acusado relata una conducta

que difiere de las imágenes observadas, siendo la prueba de cargo

suficiente para asentar su pretensión.

31
En lo que respecta a la otra agravante, a propósito de lo

señalado por la defensa, indicó que no se debe confundir el

efecto propio de una pena sustitutiva, con la comisión de un

delito mientras se cumple una condena.

La defensa, por su parte, respecto de la primera de las

agravantes (12 N°10), sostuvo que no es ajena al hecho punible

por lo que no corresponde alegarla en esta audiencia.

Asimismo, cuestionó la del numeral 14, por cuanto la misma

Ley N°18.216, en su articulo 27, contempla la sanción para el

caso de incumplimiento que es el quebrantamiento, al cometer el

nuevo crimen o simple delito, por lo que sancionar dicha figura a

través de una agravante como la analizada implica una infracción

al ne bis in idem, agregando que la fiscalía hizo referencia a

unos documentos, discrepando de su fecha.

Alegó además la circunstancia atenuante de colaboración

sustancial al esclarecimiento de los hechos (art.11 N°9), puesto

que su representado renunció a su derecho a guardar silencio,

ayudando su testimonio a establecer que se trataba de un

artefacto de bajo poder expansivo, por lo que instó a que se le

aplique el mínimo de la pena, por la menor extensión del mal

causado, ya que nadie resultó lesionado.

Agregó, que su extracto de filiación registra condenas no

prescritas que harían imposible la sustitución de la condena, aun

cuando la Ley de Control de Armas, no lo permitiera.

DECIMOTERCERO: Que se accede a la pretensión de la defensa

en orden a estimar concurrente la circunstancia atenuante de

32
colaboración sustancial al esclarecimiento de los hechos,

prevista en el artículo 11 N° 9 del Código Punitivo.

Cabe tener presente que el acusado advertido de sus

derechos, y habiéndosele explicado lo tocante a la plataforma

zoom, optó por prestar declaración, y si bien, en lo atingente a

la conducta reprochada, lo que señala haber hecho no se condice

con la conducta realmente desplegada acorde a las imágenes

visualizadas, cuya idoneidad no fue de manera alguna desvirtuada,

cabe recordar que no sólo se situó en el lugar de los hechos,

sino que además admitió que manipuló con un encendedor un

elemento inflamable y explosivo, siendo de público conocimiento

el riesgo que ello implica. Por lo demás se trata de un sujeto de

37 años, que trabaja en la calle limpiando autos según dijo, y

que claramente sabía el efecto que producía el elemento que

encendió, de que produciría una llama, incluso lo dijo, por lo

que aunque haya pretendido mitigar o soslayar las reales

dimensiones de su obrar, no es menos cierto que lo indicado es

tan burdo que atenta contra su propia tesis absolutoria,

cerrándose sólo en la posibilidad de una bomba molotov, a lo que

ni siquiera aluden exclusivamente los hechos, ni la calificación,

ni el tipo penal, por lo que sus dichos, permiten desde tal

perspectiva abonar ciertos aspectos de la prueba de cargo.

DECIMOCUARTO: Que se desestima la circunstancia agravante

alegada por la fiscalía prevista en el artículo 12 N°10 del

Código Penal, porque aunque no se haya hecho alusión a ella en el

veredicto, tal como observó la defensa en la audiencia del

33
artículo 343 del C.P.P., en concepto de estos sentenciadores no

basta para que concurra, la sola existencia de una manifestación,

como tan simplemente apuntó el acusador, sin un mayor desarrollo

de su pretensión, ya que la connotación agravatoria viene dada

por una conmoción popular seguida de la conjunción disyuntiva

“u”, es decir, asociada a otra calamidad o desgracia, y pese, a

que ese día, la manifestación se tornó violenta, como se señaló,

fue la presencia de las fuerzas policiales lo que motivó el obrar

del hechor, y como el tipo penal exige que se actúe desde o hacia

la vía pública, la conducta necesariamente no podría ser en otro

lugar para resultar punible, por cuanto la manifestación

necesariamente se desplegaba por públicas arterias.

DECIMOQUINTO: Que sin embargo, perjudica al acusado la

circunstancia agravante prevista en el artículo 12 N°14 del

Código Penal, toda vez que cometió este delito mientras cumplía

la condena impuesta por el Juzgado de Garantía de esta ciudad, en

causa Rit: 7407/2016, en la que fue condenado con fecha 21 de

diciembre de 2017, como autor del delito de robo por sorpresa, a

la pena 541 días de presidio menor en su grado medio, con pena

sustitutiva de reclusión parcial nocturna domiciliaria.

El ordinario N°432835/19, da cuenta de la ejecución de la

pena sustitutiva, y del informe de alarmas violación zona de

inclusión, reportándose el día y la hora de tal incumplimiento.

Para los efectos de este análisis lo relevante es que en el

contexto de la ejecución de esa condena por el robo por sorpresa,

el encausado cometió el delito que nos convoca, por lo que se

34
configuran los presupuestos de la agravación, sin afectarse el ne

bis in idem, ya que el efecto incide en la pena, mientras que en

la otra condena en el quebrantamiento, hipótesis que también

contempla la agravante en comento.

DECIMOSEXTO: Que concurre en la especie una circunstancia

atenuante y una agravante de la responsabilidad penal que

analizar.

En este caso, la pena establecida para el delito es la de

presidio menor en su grado máximo, la que de conformidad a lo

dispuesto en el artículo 17 B de la Ley N° 17.798, en atención al

número y entidad de circunstancias atenuantes y agravantes, y a

la mayor o menor extensión del mal producido por el delito, se

regulará en su parte más baja, teniendo en cuenta para así

decidirlo la pretensión punitiva expuesta por el propio órgano

persecutor penal en la acusación que ha deducido, las alegaciones

de la defensa y las circunstancias del hecho.

DECIMOSEPTIMO: Que configurándose los presupuestos fácticos

se decreta el comiso de una mochila de color azul con negro; dos

guantes de latex; un gorro de hilo de color negro; tres

polerones, uno de color negro con plomo con el logo colo colo,

uno de color plomo y otro de color plomo con la leyenda cannabis;

dos trozos de tela, uno de color blanco y otro de color plomo; y

un encendedor de color verde.

DECIMOOCTAVO: Que de conformidad al extracto de filiación y

antecedentes del encausado y, lo dispuesto en el artículo 1° de

la Ley N° 18.216, atendido el delito que resultó afincado,

35
resulta improcedente discurrir en base a la sustitución de la

pena corporal, a lo que también se refirió la defensa, por lo que

deberá cumplirla efectivamente el encausado, como se indicará en

lo resolutivo de la sentencia.

DECIMONOVENO: Que no existen otros antecedentes que analizar

que puedan alterar la convicción a la que arribó el tribunal.

Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los

artículos 1, 11 N°6, 12 N°14, 14 N° 1, 15 N° 1, 21, 26, 29, 30 y

31 del Código Penal; 1, 4, 259, 295, 296, 297, 309, 319, 325,

338, 340, 341, 342, 343, 344, 346, 348 del Código Procesal

Penal; artículos 3°, 14 D, 17 B y demás pertinentes de la Ley de

Control de Armas N° 17.798, SE DECLARA:

I.- Se CONDENA al acusado HECTOR ALEJANDRO CORTES ESPEJO, ya

individualizado, a la pena de TRES AÑOS Y UN DIA DE PRESIDIO

MENOR EN SU GRADO MÁXIMO, a las accesorias de inhabilitación

absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación

absoluta para cargos y oficios públicos, durante el tiempo de la

condena, como autor del delito de lanzamiento en la vía pública

de artefacto explosivo de bajo poder expansivo, perpetrado en

esta ciudad el 7 de noviembre de 2019.

II.- No concurriendo los requisitos legales, no se le

sustituye al sentenciado la pena de conformidad a la ley N°

18.216, conforme se anunció en la motivación decimoctava de esta

sentencia, debiendo cumplir de manera efectiva la pena corporal

impuesta.

36
Le servirá de abono todo el tiempo en que

ininterrumpidamente ha estado privado de libertad por esta causa

desde el día 07 de noviembre de 2019, a la fecha, en calidad de

detenido y luego sujeto a la medida cautelar de prisión

preventiva. (en total 279 días hasta la fecha de esta sentencia),

sin perjuicio, de los mejores antecedentes de que pueda disponer

el Juez de Garantía de Antofagasta.

III.- Procédase al comiso de las especies señaladas en el

motivo decimoséptimo.

IV.- Se le exime del pago de las costas de la causa, por

haber sido asistido por la defensoría penal pública licitada.

Ejecutoriada que sea esta sentencia, ofíciese a los

organismos que corresponda para hacer cumplir lo resuelto, y de

conformidad al artículo 468 del Código Procesal Penal con

relación a los artículos 14 letra f) y 113 inciso 2º del Código

Orgánico de Tribunales, remítase los antecedentes necesarios al

Juzgado de Garantía de Antofagasta, para la ejecución de la

sentencia y póngase al sentenciado Cortés Espejo a disposición

del referido Tribunal para los efectos del cumplimiento de la

pena.

Asimismo, ejecutoriada que sea esta sentencia, cúmplase con

lo dispuesto en el artículo 17 de la Ley N° 18.556, modificada

por la Ley 20.568.

Devuélvase la prueba acompañada a la presente causa.

Regístrese y archívese.

Redactada por la juez Ingrid Castillo Fuenzalida.

37
RIT 110- 2020.

RUC 1901203013-7

PRONUNCIADA POR LOS JUECES TITULARES DEL TRIBUNAL DE JUICIO

ORAL EN LO PENAL DE ANTOFAGASTA ISRAEL FUENTES GUTIERREZ, INGRID

CASTILLO FUENZALIDA Y PATRICIA ALVARADO PADILLA.

38

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