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FABIO SALGADO MANGOLINI

ESTUDIO DE LA DOCTRINA HOMEOPÁTICA SEGÚN EL


PENSAMIENTO DE

ALFONSO MASI ELIZALDE

Monografía presentada como ítem de evaluación parcial al finalizar el


Curso de Especialización en Homeopatía de la Associação Paulista de
Homeopatia.

Asesora: Dra. Célia Regina Barollo

San Pablo

2000

AGRADECIMIENTOS

Agradezco a mi prometida, Lara, el apoyo y aliento durante la elaboración


de esta monografía, así como durante los tres años del curso, ya la Dra.
Célia R. Barollo por su dedicación en la revisión y preparación de esta.

CURRÍCULUM

El objetivo de esta monografía fue presentar una revisión del pensamiento


filosófico de A. M. Elizalde, sus implicaciones prácticas y su evolución, a
través del relevamiento de material publicado y conferencias impartidas
por el profesor. Se puede concluir que su teoría, por innovadora que sea,
se basa en el pensamiento de los autores clásicos, principalmente en
Hahnemann; al tiempo que presenta parámetros a seguir para evaluar la
evolución del paciente y en el estudio de los medicamentos homeopáticos
y refuerza que la Homeopatía no está lista, terminada, sino en constante
proceso de desarrollo.

Mangolini, Fabio S.

Estudio de la doctrina homeopática según el pensamiento de Alfonso Masi


Elizalde / Monografía presentada como ítem de evaluación parcial para la
conclusión del Curso de Especialización en Homeopatía de la Associação
Paulista de Homeopatia - 2000.

Descriptores: Doctrina Homeopática, Dinámica Miasmática, Técnica


Homeopática, Miasma

RESUMEN

I. INTRODUCCIÓN

1.1. PRESENTACIÓN DEL TEMA Y JUSTIFICACIÓN ................

1.2. PROBLEMAS ESPECÍFICOS ................................................ ........

1.3. SUPOSICIÓN................................................. ......................

1.4. INVESTIGAR OBJETIVOS ............................................... .......

1.5. MATERIAL Y METODOLOGÍA ..............................................

1.5.1. TIPO DE INVESTIGACIÓN ............................................... ......

1.5.2. ÁREA DE COBERTURA........................................

1.5.3. PASOS DE BÚSQUEDA ...............................................

II - DESARROLLO

2.1. ENTREVISTA A ALFONSO MASI ELIZALDE .............

2.2. BASES DOCTRINALES DEL PENSAMIENTO DE HAHNEMANN


............................................ .......................................

2.3. EL CONCEPTO DE PSORA PARA DIVERSOS AUTORES Y MASI


ELIZALDE ......................................... ....................................

2.4. TÉCNICA DE ANAMNESIS ............................................... .....

2.5. EVOLUCIÓN DEL CASO Y DINÁMICA MIASMÁTICA ...


2.6. CONSIDERACIONES SOBRE LA PRÁCTICA DE LA MEDICINA ....

2.7. PATOGÉNESIS Y MEDICINA HOMEOPÁTICA ......

III - CONCLUSIÓN ............................................... ......................................

IV - REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .............................................. ....

I. INTRODUCCIÓN

1.1. PRESENTACIÓN DEL TEMA Y JUSTIFICACIÓN

Alfonso Masi Elizalde es el autor que aportó las innovaciones más


significativas a la Homeopatía en las últimas décadas, desde la filosofía
hasta la práctica homeopática. Aunque, en muchos sentidos, parece lo
contrario, basa su teoría en un estudio exhaustivo de la teoría
hahnemanniana y kentiana basada en la antropología y el concepto de ser
humano para Hahnemann.

Antes que él, otros autores ya habían notado algo más profundo en la
teoría homeopática, no explicado por Hahnemann pero entrevistado en
una lectura atenta de su trabajo. Así, Hahnemann se encarga en su
momento de un corte epistemológico en la práctica médica al introducir
una nueva forma de mirar al ser humano, su forma de enfermar y un nuevo
método de tratamiento, hecho que vuelve a ocurrir dentro de la
Homeopatía años después con Kent, cuando une la medicina y la teología
para explicar el origen de la enfermedad en el error primitivo del ser
humano (“mal primitivo”).

Desde el desarrollo de la homeopatía por Hahnemann, incluso en su


época, ha habido un florecimiento de prácticas homeopáticas
diversificadas y a menudo privadas, rara vez con una base sólida en la
doctrina de Hahnemann, hasta que llegamos al presente, cuando todavía
nos encontramos con varias escuelas homeopáticas, cada una de ellas.
uno con su concepto de curación, miasma y práctica clínica.

La elección de Masi Elizalde y sus ideas como objeto de estudio se debe a


su importancia en el universo homeopático, por dar un paso más allá de la
filosofía de Kent sin, sin embargo, desconectarse de Hahnemann.

1.2. PROBLEMAS ESPECÍFICOS

1) ¿Cuáles son las raíces históricas del pensamiento de Alfonso Masi


Elizalde?

2) ¿Cuáles son las bases doctrinales del pensamiento de Alfonso Masi


Elizalde?

3) ¿Cuál es la contribución del pensamiento de Alfonso Masi Elizalde a la


evolución de la Homeopatía?

4) ¿Cuáles son los cambios en la evaluación y seguimiento del paciente,


según el pensamiento de Alfonso Masi Elizalde?

5) ¿Cuál es la contribución del pensamiento de Alfonso Masi Elizalde al


desarrollo de la técnica homeopática?

1.3. SUPOSICIÓN

Masi Elizalde es sin duda el médico homeópata que ha aportado las


mayores innovaciones a la práctica homeopática en las últimas décadas,
reconocido por muchos homeópatas como responsable de una forma más
profunda de ver al paciente y criticado por otros por vincular claramente la
práctica médica a la religiosidad, como como Kent en su día.

1.4. INVESTIGAR OBJETIVOS

1.4.1. Objetivo general:

Presentar la visión de la doctrina homeopática y la teoría miasmática


según Alfonso Masi Elizalde, mostrando los puntos en los que se basa y
sus implicaciones para la técnica homeopática.

1.4.2. Objetivo específico:

Presente según Alfonso Masi Elizalde:

6
La teoría miasmática

La técnica de la anamnesis.

La técnica para evaluar la evolución del paciente mediante la dinámica


miasmática.

Consideraciones sobre la práctica de la medicina.

Metodología para el estudio de medicamentos homeopáticos.

1.5. MATERIAL Y MÉTODO

1.5.1. El material incluido en esta monografía está compuesto por:

Entrevista realizada con el Prof. Alfonso Masi Elizalde durante la


Jornada Paulista de Homeopatia 1999, celebrada en la Associação
Paulista de Homeopatia.

Investigación realizada mediante la lectura del material bibliográfico


relevado, incluidos libros, apuntes de clase, revistas.

Presentación de una síntesis del pensamiento de Alfonso Masi Elizalde,


dando lugar a una conclusión que pretende mostrar su fundamento de la
teoría y una nueva comprensión de la doctrina homeopática.

1.5.2. Tipo de investigacion

Investigación teórica (fenomenológica), basada en una revisión de la


literatura disponible, traducciones y notas que fueron organizadas en
temas y desarrolladas en el ítem II.

1.5.3. Área de cobertura

nvestigar la comprensión de la doctrina miasmática según Alfonso Masi


Elizalde y su base doctrinal, con el fin de permitir al homeópata una
práctica clínica dentro de los parámetros propuestos.

1.5.4. Pasos de investigación

Elección del tema


Relevamiento y lectura de bibliografía

Entrevista al Prof. Alfonso Masi Elizalde

Escribir el texto inicial

Discusión con asesor

Corrección del texto inicial

Elaboración del texto final

Última revisión y conclusión

Formatear según el estándar establecido.

II - DESARROLLO

2.1. ENTREVISTA CON PROF. ALFONSO MASI ELIZALDE

A continuación se muestra la transcripción de la entrevista con el Prof.


Alfonso Masi Elizalde con motivo de la Jornada Paulista de Homeopatia,
celebrada en la Associação Paulista de Homeopatia, en 1999, en la que
habla sobre su formación y evolución dentro de la Homeopatía, así como
sobre el desarrollo de la Homeopatía en Argentina.

Pregunta: ¿Cuáles son las raíces históricas de la homeopatía en


Argentina?

“Me parece interesante decir que el antecedente más antiguo de la


Homeopatía en Argentina se remonta a 1812, cuando San Martín1 llegó a
Buenos Aires con un cinturón que contenía medicamentos homeopáticos.
También había un médico en Argentina cuya práctica era compatible con
lo que entonces se llamaba medicina protomédica, llamado Dr. Darroucin.
En ese momento, Hahnemann todavía estaba vivo.

Entonces la Homeopatía tuvo un buen resultado en las epidemias de


cólera y fiebre amarilla, en las que se destacó un médico llamado Dr.
Claussolles; El éxito fue tan grande que se hizo una petición pública para
solicitar al Congreso Nacional una facultad de medicina homeopática, que
se perdió por 2 votos. Se fundó una asociación homeopática que publicó
una revista llamada “Sol de Meissen” y había una mujer llamada Joana
Manso, que organizó todo y promovió la Homeopatía, además del Dr.
Bellgrano que publicó un libro sobre Homeopatía en Argentina.

Con esta derrota en el Congreso Nacional, la Homeopatía declinó en


Argentina, sin más publicaciones ni asociaciones; sólo quedaban unos
pocos médicos aislados, como el Dr. Burgos, que hacía Homeopatía según

1 general y político argentino educado en España, regresó a Buenos Aires


en 1812 y ayudó a consolidar la independencia argentina.

Escuela francesa (y que curó cirrosis alcohólica complicada por ascitis) y el


Dr. Benavides, que curó un problema crónico de piel de una partera en el
Hospital Pinheiros, donde el Dr. Tomás Pablo Paschero (1904 - 1986)
trabajó como médicos internos y Dr. Semiche (), ambos ginecólogos. Esta
comadrona les comentó que había curado su problema con la
Homeopatía, cuando la medicina convencional no había logrado ningún
resultado. Ambos fueron a entrevistar al Dr. Benavides, pero solo el Dr.
Paschero continuó estudiando Homeopatía.

Paralelos a lo que podemos llamar “Historia de Paschero” estuvieron los


doctores Armando Grosso () y Godofredo Jonas (), quienes siguieron
predominantemente la escuela francesa, y quienes junto al Dr. Carlos M.
Fish, formaron en 1933 la Asociación Médica Homeopática. Argentina.

Mi padre, Jorge Augusto Masi Elizalde (1901 ~ 1959), médico clínico,


luego de trabajar durante un año como médico de campo ingresó en
Homeopatía, aprendiendo del Dr. Armando Grosso. Luego se fueron a
Buenos Aires donde, entonces, asumió el cargo de director de una Clínica
de Enfermedades Venéreas, cuando comenzó a tener más contacto con la
Homeopatía y el Dr. Grosso.

En la Asociación Médica Homeopática Argentina había complexistas,


organicistas y un grupo de kentianos compuesto por Paschero, Grosso,
Jorge Augusto M. Elizalde y Carlos Fish, quienes se reunieron para hablar
de Homeopatía.

En la década de 1930, Paschero fue a estudiar con Arthur H. Grimmer


(1874 - 1967) - discípulo de James Tyler Kent (1849 - 1916) - y trajo de
Estados Unidos los primeros libros de Homeopatía a la biblioteca de la
Asociación Médica Homeopática, entre los cuál de las “Enfermedades
Crónicas” de Gathak, que sirvió como base de estudio. Sin embargo, en la
década de 1940, comenzó a explicar la Homeopatía según Freud, lo que
provocó un desacuerdo con Jorge Augusto M. Elizalde y Carlos Fish.

10

porque creían que la Homeopatía consideraba una dimensión del hombre


más profunda que la considerada por el psicoanálisis, y que las
enfermedades debían entenderse teniendo en cuenta la dimensión
espiritual del hombre, ideas provenientes de Gathak y Kent.

Pregunta: ¿Cómo fue su trayectoria en Homeopatía?

El primer homeópata de mi familia no fue mi padre, sino mi abuela,


Marcela Elizalde de Masi; cuando mi padre era niño, había un libro sobre
medicina homeopática de Hering en su casa y en una farmacia
homeopática.

Tuve una vocación médica muy temprana, pero me encontré entre dos
posibilidades: mi abuelo (Alfonso Masi), un reconocido cirujano, y mi
padre, que practicaba una medicina considerada hereje. Me di cuenta de
que todo lo que la medicina oficial no explicaba lo explicaba la
Homeopatía, que servía para afirmarme como homeópata. Mi padre y Fish
dijeron que había algo más profundo que la sexualidad, es decir, el espíritu
que está involucrado en la enfermedad humana; no sabían cómo
explicarlo, eran intuitivos. Captaron la idea de lo espiritual como parte de la
enfermedad, como habían dicho Gathak, Kent e incluso Hahnemann, que
sería donde estaba la verdad; sin embargo, no tenían el conocimiento
suficiente para comprender, lo cual sólo logré recientemente, cuando me di
cuenta de que Hahnemann percibía al hombre según el pensamiento de
Santo Tomás de Aquino.
Entonces nací en Homeopatía. Comencé a estudiar medicina en los años
50, sobresaliendo en anatomía: me tomó 12 años graduarme por
involucrarme en temas políticos (contra el gobierno de Perón). Por
influencia de mi padre pude iniciar el posgrado en la Asociación Argentina
de Medicina Homeopática antes de graduarme, siendo considerado
Profesor Adjunto al finalizar el curso en 1962.

Cuenta la historia que fue Paschero quien lideró la separación con la


Asociación Médica Homeopática Argentina, pero fui yo quien lideró la
separación, seguido de Paschero y otros, luego de que perdimos las
elecciones ante los organicistas (Eizayaga) - quienes entendíamos como
alópatas haciendo mejor medicina. a través de la Homeopatía, y formamos
la Escuela Homeopática Argentina en 1971.

Rompí con Paschero en 1981, como ya comenzaba a presentar mi


concepción actual de los miasmas y una medicina única para la vida, las
cuales fueron rechazadas sin la oportunidad de argumentar, para fundar el
Instituto Internacional de Altos Estudios Homeópatas “J. T. Kent ”con cinco
colegas: Flora Dabbah, Frederico Fish, Juan Carlos Galante, Juan Gomes
y Nora Caran; María Clara Bandoel dejó la Escuela y se quedó sola,
tomando un curso separado.

En 1980, antes de la separación, impartí el primer curso en Brasil, en São


Paulo, luego en Río de Janeiro, Goiânia, Brasilia. En Europa, también al
mismo tiempo, impartí cursos comenzando en Italia - en Florencia; luego
en Francia, donde, tras el primer curso, Marilu fundó la Asociación
Francesa para la Profundización de la Homeopatía Hahnemanniana; en
España, en Sevilla y San Sebastián; en Bélgica, en Bruselas y Bient,
donde también se formó otro grupo de estudio; en Alemania, en Ausburg y
Tetmolt, y en la parte alemana de Suiza, en Rige y Berna.

Pregunta: ¿Cómo llegó a formular la concepción tomista de la


homeopatía?

Una cosa que hablé con mi padre es que seguía la filosofía antroposófica
(aunque no actuaba como antroposófora); sin embargo, no pudimos
progresar más allá del punto en el que Steiner dice que el hombre es una
emanación de Dios, que viene a esta vida para perfeccionarse a sí mismo
y luego regresar a Dios, y ayudar en su mejora, lo cual consideré absurdo
porque Dios no lo hizo. necesita mejorar, o no sería Dios. Soy católico no
practicante; Fui entrenado en

12

el catolicismo tradicional, pero lo que aumentó y fundamentó mi


catolicismo fue la homeopatía; El tomismo es citado por Hahnemann en el
primer párrafo de la “Medicina de la experiencia”, teniendo absoluta
identidad con la pregunta 91, tercer verso de la Summa Theológica. Hablé
de alma y espíritu, repitiendo lo que habían dicho Hahnemann y Kent, pero
no sabía qué era exactamente el alma; esto me hizo estudiar psicología
escolástica, llegando a São Tomás de Aquino, donde encontré la
reproducción textual de la escritura de Hahnemann, en la pregunta 91 de
la Summa Theológica. No entendíamos la parte profunda de la homeopatía
ya que Hahnemann era tomista; así que volví a leer a Hahnemann, esta
vez a la luz de estas hipótesis y luego todo quedó aclarado.

En una parte de los Escritos Menores, Hahnemann cita a Confucio, lo que


se puede justificar, ya que Confucio tiene una posición muy similar a las
ideas positivistas; Al principio Hahnemann fue positivista, luego se convirtió
en filósofo y luego comenzó a hablar de la esencia de la enfermedad, un
concepto espiritualista. Por tanto, debemos estudiar a Hahnemann
teniendo en cuenta que en sus obras hay una evolución del pensamiento,
no fueron escritas después de tener una conclusión final y terminada; lo
que en un principio eran verdades absolutas, con la evolución de sus ideas
siguen siendo verdaderas, pero relativas.

Pregunta: ¿Cómo podemos conciliar el concepto de que el hombre nace


como una "pizarra en blanco" y el concepto de Jung del inconsciente
colectivo?

Lo siento profundamente por Santo Tomás, pero si aceptamos la teoría del


inconsciente colectivo, que nadie puede negar, significa que el hombre al
nacer tiene conocimientos que no adquiere por sí mismo; así que admito
que el hombre al nacer tiene su intelecto como una pizarra en blanco; sin
embargo, no el inconsciente, porque el inconsciente tiene un conocimiento
que predomina sobre el intelecto.

2.2. BASES DOCTRINALES DEL PENSAMIENTO DE HAHNEMANN

Para Hahnemann, la salud es un estado de libertad2: “En el estado de


salud del individuo reina,…, para que nuestro espíritu racional que lo
habita, pueda utilizar libremente este instrumento vivo y saludable para el
fin más elevado de nuestra existencia. ”; necesario para que el ser humano
alcance su fin último - Dios - como se desprende del artículo “Esculápio na
Balança” 3: “No estás destinado a acercarte a través de sensaciones que
aseguren tu felicidad,…, al Gran Espíritu que adora a todos los habitantes
de todos los sistemas solares? "

Podemos afirmar que Hahnemann era teísta, lo que bien se explica en una
Carta a Stapf4: “El Dios bondadoso que anima el universo infinito, vive
también en nosotros…, de tal manera que el fin de nuestra existencia aquí
abajo puede ser provechoso. cumplido, para cuyo propósito Dios nos ha
dotado de suficiente fuerza ”; así como en la nota 18 de la Introducción a la
6ª Ed. de Organon5: “Si los mortales sabemos tan poco sobre el proceso
que gobierna la economía de la vida sana,…, siendo claramente manifiesto
al Creador y Conservador de la especie humana y que todo ve, ... ”, y en
Enfermedades Crónicas6:“ ¡No es así con la Homeopatía, el gran don de
Dios! ”.

Dentro de este teísmo, en Organon, Hahnemann explica conceptos que


demuestran su postura monista7:

“Sin embargo, dado que el organismo es el instrumento material de la vida,


tampoco es concebible sin la animación de la“ Dinamis ”instintiva, su
sensor y regulador, tanto como la fuerza vital sin el organismo; en
consecuencia ambos constituyen una unidad, aunque, en el pensamiento,
la separamos en dos conceptos, para facilitar su comprensión ”.

2 S. Hahnemann, Organon, 6ª Ed.– Par. 9

3 S. Hahnemann, Escritos menores, pág.


4 R. Haehl, S. Hahnemann .. Su vida y obra

5 S. Hahnemann, Organon, pág. 40

6 S. Hahnemann, D.C., pág. 34

14

Al parecer, tenía un modelo antropológico en la línea de São Tomás de


Aquino, como podemos ver:

a) en el artículo “Medicina de la experiencia” 8: “El hombre, considerado


como animal, fue creado más desprovisto de recursos que todos los
demás animales. No tiene armas para defenderse como el toro, ... ni
ningún medio impenetrable ante agresiones externas como la tortuga ...
Está expuesto, desnudo y sin defensa contra todos los ataques de los
enemigos de su especie ... ”, en comparación con la Pregunta XCI de la
Suma. Teológico9:

“Perfecto no es nada que falte. El cuerpo humano carece de más cosas


que otros animales, que tienen ropa y armas naturales para su refugio y
defensa, de las que carece el hombre. Por lo tanto, el cuerpo humano está
organizado de manera imperfecta.

Responder:

Que los cuernos y uñas, que son las armas de ciertos animales, el grosor
de la piel, el pelo y las plumas que los cubren, son prueba de la
abundancia del elemento terrestre que repugna la homogénea y delicada
tez humana; y por eso no le convenían al hombre. Pero en lugar de todo
esto, tiene la razón y las manos, con las que puede producir todo tipo de
armas, ropas y cosas necesarias para la vida, de miles de formas; por eso
se dice que la mano es lo útil de lo útil. Y esto, en cambio, era más
conveniente para que la naturaleza racional con su infinidad de
concepciones tuviera la facultad de producir infinidad de instrumentos ”.

b) en el prefacio de la IV Edición de Organon, donde Hahnemann da


pautas para respetar la vis medicatrix naturae sin imitarla, sin embargo, lo
que se puede entender en S. Tomás de Aquino, en Suma Theológica, al
aclarar que el ser humano perdió su capacidad de restitutio ad integrum
después de la transgresión original10:

“La fuerza vital produce, repito, según las leyes de la constitución del
organismo al que está sometida, una enfermedad de diferente especie,
destinada a expulsar la enfermedad atacante, ..., con dificultades, nocivas,
muchas veces dudosas y a menudo incluso desastroso.

7 S. Hahnemann, Organon, párr. 15

8 S. Hahnemann, Escritos menores

9 Summa Theológica, vol. IV. Pregunta XCI, artículo III, respuesta a 2a.
objeción.

10 S. Hahnemann, Organon, 1986, pág. XVII y XVIII

Si los hombres de todos los tiempos no tuvieran conciencia de esta


imperfección, de esta insuficiencia no infrecuente de los esfuerzos de la
fuerza vital, instintiva e irreflexiva, en los intentos de autoayuda en las
enfermedades, no estarían tan ansiosos, no se esforzarían tan
celosamente por ayudar a la fuerza vital que sufre. , tan impotentes para
ayudarse a sí mismos eficientemente, empleando mejores recursos
medicinales, ... ”.

Así, podemos afirmar que existe una base necesaria y suficiente para
concluir que la doctrina hahnemanniana encaja dentro de la filosofía
aristotélico-tomista, en su comprensión de los conceptos de ser humano,
enfermedad y salud homeopática.

2.3. CONCEPTO DE PSORA

2.3.1 Hahnemann

Descontento con la medicina que se practicaba en su día, Hahnemann


sentó las bases de la Homeopatía, con un método que permite el
tratamiento de los pacientes a través de la Ley de Similares. Sin embargo,
al leer su obra debemos tener en cuenta que no representa un cuerpo
doctrinal cerrado, es decir, las conclusiones finales de Hahnemann sobre
la Homeopatía, sino la evolución de su pensamiento a lo largo de años de
observación y estudio.

Hay dos fases claramente diferenciadas y concatenadas en su trabajo: en


una primera fase, Hahnemann se da cuenta de la importancia de
individualizar la forma clínica, de la mayor relevancia de las modalidades
personales sobre las patognomónicas, de las propias entidades
nosológicas, resultado de la alteración previa de la Energía Vital, que
fueron tratados como entidades clínicas aisladas. Así dice,
respectivamente, en el sexto. y 4a. Organon Ed:

“En esta búsqueda de una cura homeopática específica, ... ciertamente es


necesario prestar especial y casi exclusivamente atención a los signos y
síntomas más evidentes, singulares, insólitos y propios (característicos) del
caso de la enfermedad, porque en

dieciséis

La serie de síntomas producidos por la medicación elegida son


principalmente los que deben corresponder a síntomas muy similares, ...
Los síntomas más generales e indefinidos ..., merecen poca atención por
su carácter vago, si no pueden describirse con mayor precisión, porque
algo así general puede ser observado en casi todas las enfermedades y
medicamentos ”11

"... la fuerza vital, instintiva, irracional, irreflexiva, sujeta a las leyes


orgánicas de nuestro cuerpo, que el Creador ordenó mantener las
funciones y sensaciones del organismo en maravillosamente perfectas
condiciones, mientras el hombre permanezca en buena salud, pero no no
fue diseñado ni adaptado para restaurar la salud, una vez alterado o
perdido. Ya que nuestra fuerza vital tiene su integridad deteriorada por
influencias nocivas del exterior, intenta, instintiva y automáticamente,
liberarse de este desorden adventicio (enfermedad) mediante procesos
revolucionarios. Estos mismos esfuerzos son en sí mismos una
enfermedad, una segunda y diferente enfermedad, que reemplaza a la
original ”12.
La alteración previa de la Energía Vital y la individualización del paciente
son constantes a lo largo de su obra, sin embargo, en su segunda fase, a
partir de la observación de la ineficacia del método de prescripción por
condiciones nosológicas, como se describe en Enfermedades Crónicas13:
“…, el medicina que había sido útil la primera vez demostró ser menos útil
y, si se repetía, ayudaba aún menos ", o bien, en otro punto del mismo
libro14:" El inicio de estos tratamientos siempre fue prometedor, la
continuación menos favorable y el resultado desesperanzado ”, evoluciona
a la comprensión de que debe haber algo más profundo que las propias
nosologías y comienza a relacionar cuadros clínicos, previamente
considerados como independientes, con la existencia previa de tres
miasmas crónicos contagiosos - Sicose, Sífilis y, principalmente, Psora.

11 S. Hahnemann, Organon, 1996, párr. 153 de la 6a Ed.

12 S. Hahnemann, Organon, 1986, pág. XVII del prefacio a la 4ª Ed.

13 S. Hahnemann, D.C., pág. 35

14 Ibíd., P. 36

Aclara que el miasma ha invadido por completo al organismo ante


cualquier manifestación15: “Cada uno de estos miasmas ya estaba en
posesión de todo el organismo, habiendo penetrado todas sus partes antes
de la aparición del síntoma local primario y sustituto…”, que sólo han un
carácter vicario y que, cuando se suprime, producen la exacerbación de
los síntomas latentes16: “…, removiendo temporalmente los síntomas
entonces aparentemente moderados, provocando así una especie de cura
que devolvió a la Psora a un estado latente,…”, y más Además17: "La
psora, que hoy es tan fácil e imprudente sin su síntoma que mejora la piel,
la erupción de la sarna, que actúa como un sustituto de la enfermedad
interna, ..."

Notamos en Hahnemann el aspecto fisiopatológico muy presente en su


obra (transmisión contagiosa de miasmas, por ejemplo); Por otro lado, ya
percibe y deja claro en Enfermedades Crónicas que la Psora es la
enfermedad interna más importante y profunda a tratar y también cuando
dice que es prácticamente imposible encontrar casos en los que Sífilis y
Sicose no se mezclen con Psora, que deben ser tratados para obtener una
cura18: “… en resumen, miles de trastornos crónicos de la humanidad, a
los que se hace referencia por patología con variedades de nombres, son
con pocas excepciones verdaderos descendientes de esta Psora única y
multifacética”, y además19: “PSORA es la más antigua, más universal,
más destructiva y,…, se ha convertido en la madre de todas las miles de
enfermedades increíblemente variadas (agudas y) crónicas (no
venéreas),… ”

Hahnemann también observa y enfatiza la importancia de la mente y la


moral, de las actitudes del individuo en el proceso de la enfermedad. Así lo
demuestra Organon20: “El Creador de los agentes terapéuticos también
observó esta característica principal de todas las enfermedades, el estado
psíquico y mental alterado, ...”.

15 S. Hahnemann, Organon, 1996, párr. 204

16 S. Hahnemann, D.C., nota al pie 27 en la p. 34

17 Ibíd, pág. 46

18 S. Hahnemann, D. C., pág. 40

19 Ibíd., P. 41

20 S. Hahnemann, Organon, 1996, párr. 212

18

También al referirse a las enfermedades mentales, Hahnemann las


correlaciona con cuestiones morales21: “Si la enfermedad mental no está
completamente desarrollada… para saber si realmente es consecuencia
del sufrimiento del cuerpo o si, más bien, proviene de fallas en la
educación, malos hábitos, moral corrupta , negligencia mental,… ”.

Además del Par. 922, en el que el estado de salud se subordina al


cumplimiento de un fin, que cuando no se convierte en enfermedad.

Podemos concluir, entonces, que para Hahnemann, el estado mental y la


actitud moral son las posibles causas del desequilibrio de la Energía Vital
que conduce tanto a enfermedades mentales como a cambios orgánicos.
De esto se desprende que el miasma no es solo un cambio diatético, sino
una actitud existencial.

Así, contrariamente a la interpretación habitual, la diátesis sifilítica, por


ejemplo, no tiene un significado destructivo impuesto por la supresión del
cáncer, sino que el cáncer tiene características destructivas como
manifestación superficial de una diátesis previamente destructiva.

Hahnemann tiene como uno de sus principales avances en relación a la


medicina convencional de la época, e incluso de la actual, haber
comprendido la existencia de una unidad entre el modo reactivo, de
enfermedad en el plano mental y en el plano somático.

De esta forma, mientras Hahnemann es incapaz de desprenderse del


concepto de enfermedad contagiosa, ve el camino de la moralidad como el
objetivo supremo de la vida, que acerca al hombre al Creador. Al mismo
tiempo que critica el exceso de especulaciones filosóficas y metafísicas,
asume una postura teísta y conceptos espiritualistas, estableciendo así no
solo la medicina psicosomática años antes de Freud, sino la medicina de la
unidad que conforma el ser.

21 Ibíd., Párr. 224

humano - espíritu-cuerpo-mente. Por tanto, el pensamiento filosófico de


Hahnemann no debe separarse de su trabajo científico, ya que este último
sólo alcanza su totalidad a la luz del primero.

2.3.2. Kent y Allen

Muchos autores post-Hahnemann se han destacado por establecer una


evolución filosófico-práctica, basada en las bases de la doctrina
homeopática, aunque sin apartarse de las ideas hahnemannianas. Entre
estos, destacan Allen y Kent, por captar lo que Hahnemann deja implícito
en su teoría: que existe una relación entre la enfermedad y un drama
metafísico.
Para Kent, como para Hahnemann, la enfermedad sería secundaria al
desequilibrio de la Energía Vital23: “Los tejidos no pueden enfermarse a
menos que algo anterior a ellos haya sido alterado y luego los haya
enfermado ...; sin embargo, se diferencia de Hahnemann en que cree que
todas las enfermedades se deben a la existencia de Psora, incluidos los
miasmas venéreos crónicos (sífilis y sicose) y los miasmas agudos24: “La
psora es la causa de todos los contagios. Si el hombre no hubiera tenido
psora, no podría haber tenido los otros miasmas crónicos; ... ",
equiparando a Psora con la susceptibilidad a influencias externas25:" Si
Psora nunca se hubiera establecido en la raza humana, las otras dos
enfermedades crónicas serían imposibles, y la susceptibilidad a
enfermedades agudas hubiera sido imposible ”; y luego, cuando dice26:
"Psora corresponde a ese estado del hombre, ..., en el que se hizo
susceptible a todas las influencias que lo rodean", o bien27: "Debe haber
habido alguna enfermedad anterior a este estado, que reconocemos como
el miasma crónico de la psora; algún estado de desorden, ... ", y
también28:" Sabes que todo el mundo es psórico, ... "

22 Ibíd., Párr. 9

23 J. T. Kent. Lecciones de filosofía homeopática, pág. 7

24 Ibíd., P. 51

25 Ibíd., P. 181

26 Ibíd., P. 53

27 Ibíd., P. 194

28 Ibíd., P. 223

20

Otra evolución importante en el pensamiento kentiano fue explicar la


relación entre enfermarse y un conflicto espiritual-metafísico; en “Aforismos
y preceptos” afirma que no es posible separar la medicina de la teología29:
“No se puede separar la medicina de la teología”, y en “Lecciones de
filosofía homeopática” 30: “Si el género humano hubiera permanecido en
un estado de orden perfecto, Psora no podría haber existido. ….
Generalmente es muy extenso, ya que se remonta al error más primitivo
de la raza humana, que es la enfermedad espiritual, ... ”

De esta forma, el hombre, al transgredir las leyes divinas (error primitivo),


se vuelve susceptible de adquirir Psora por mal pensamiento y deseo,
pudiendo adquirir sífilis o sicosis al pasar del pensamiento a la acción31:
“La voluntad y el entendimiento son antes de la acción del hombre, esto es
fundamental ”. Aún complementa32:

“Entonces este estado, el estado de la mente humana y el estado del


cuerpo humano, es un estado de susceptibilidad a la enfermedad por
desear mal, por pensar lo que es falso ...; en consecuencia, esta forma de
enfermedad, la psora, es solo la manifestación externa de lo que es
primordial en el hombre. No fue por las acciones del cuerpo, como
comprobamos que ocurre en sífilis y sicosis, sino por la afluencia de un
estado ... ”.

En otra lección, Kent afirma33: “La combinación de estos dos, la voluntad y


el entendimiento, constituye al hombre; juntos promueven la vida y la
actividad, construyen el cuerpo… ”

En algunos puntos, las ideas de Allen son sumamente coincidentes con el


pensamiento de Kent34: “El hombre piensa, desea, actúa, y de este trío
surgen las manifestaciones físicas visibles de las enfermedades venéreas.
La mente es el vicegobernador del cuerpo, el gobierno, el poder regulador
".

29 J. T. Kent, Escritos menores, pág. 293

30 J. T. Kent, Lecciones de filosofía homeopática, pág. 181

31 Ibíd., P. 197

32 Ibíd., P. 196

33 Ibíd., P. 7

Allen, al criticar la medicina convencional, demuestra cuánto se relaciona


la enfermedad con la transgresión de la ley divina35: “... cuando no
prevalece ninguna ley o donde no hay un principio divino al que adaptarse,
donde nada es estable o fijo en absoluto el sistema, ya sea terapéutico,
etiológico o patológico, está sujeto a cambios e incertidumbres ”.

También aclara su punto de vista sobre la interconexión de la enfermedad,


la teología y la moral y cómo esta verdad ya fue dicha por Hahnemann36:
“En verdad, la Psora es la primera manifestación del pecado original, la
primera maldición,…”, y más. Además37: "... pero toda enfermedad es un
cambio en la Ley o los síntomas de toda enfermedad son los síntomas de
la Ley violada". , y aún38: “…; pero somos libres de hacer nuestra
aplicación terapéutica de cada cambio visible o discernible en el patrón de
salud de todo el organismo, ya sea físico, mental o moral, porque todo esto
tiene un papel en los sufrimientos del organismo u órgano afectado ... ”, y
también39:“ Por detrás de su teoría "vemos que el pecado es el padre de
todos los miasmas crónicos además de ser el padre de la enfermedad".
Nunca se pensó, no puede ser posible, que la enfermedad pudiera tener
otro origen. El hombre fue desobediente y por su desobediencia vino la
enfermedad ”.

La psora es funcional, no daña a Allen, una observación también


mencionada por Kent. Sin embargo, entendió que los miasmas eran algo
externo que estaba ligado a la fuerza vital, y no un desequilibrio de la
misma, como queda claro en algunos pasajes40: “Psora es ese potencial
que se une con la fuerza vital,…”, también41: “ ... La fuerza vital está en
las garras de otros dos poderes, la sicosis y la psora, que son poderosas
fuerzas subversivas que luchan con todas sus fuerzas para destruir la vida
”. O 42:“ La naturaleza y el carácter de

34 J. H. Allen. Miasmas crónicos - Psora y Pseudo-Psora, p. 54

35 Ibíd., P. 11

36 Ibíd., P. 30

37 Ibíd., P. 55

38 Ibíd., P. sesenta y cinco


39 Ibíd., P. 43

40 Ibíd., P. 45

41 Ibíd., P. 47

42 Ibíd., P. 48

22

la enfermedad depende enteramente de la forma del miasma y del carácter


de su unión con la fuerza vital ”.

2.3.3 Contribución de Masi Elizalde

El siguiente autor en provocar cambios significativos en la forma de


entender el inicio de la enfermedad interna y su evolución, basando
también su teoría en el corpus hahnemanniano es Masi Elizalde. Al realizar
una revisión de los escritos de Hahnemann, se da cuenta de que existe
una cierta analogía entre algunos conceptos del Maestro de Meissen y de
Santo Tomás de Aquino, y luego llega a comprender los principios
homeopáticos de Hahnemann a la luz del tomismo.

Partiendo de un propósito trascendente del ser humano, cree que al


desviarse de este camino, comienza el proceso de enfermedad en el
Hombre, que se manifestará a través de cambios en el nivel vegetativo y
sensitivo.

Es evidente en Santo Tomás, así como en Aristóteles, una posición


monista, es decir, una unidad absoluta de los planes jerárquicos del ser
humano; como Hahnemann, no conciben la alteración de un plan
jerárquico sin la participación de otros. Como el espíritu es el nivel más alto
de esta unidad, es en su problemática donde debemos buscar el origen de
la enfermedad.

El modelo de salud utilizado por Hahnemann, Kent y Allen es el que existía


antes del Pecado Original, aceptándolo como un pasado histórico y
concreto, en un ser humano compuesto de alma y cuerpo, en máximo
equilibrio de sus funciones espirituales y corporales, para cumplir con sus
funciones, que se perdieron por el alejamiento de las leyes naturales
origina el estado de salud que vemos hoy. Esta teoría se confirma cuando
en el estudio de la patogenia se advierte frecuentemente el sentimiento de
culpa y el miedo a un castigo endógeno injustificado; junto con una
exacerbación de la imaginación,

imágenes simbólicas y “sensaciones como si” que demuestran la


existencia de un argumento común entre los hombres, corroborando así la
teoría de Jung del inconsciente colectivo.

En este estado de salud, la especie humana disfrutó de los dones


sobrenaturales: inmunidad, inmortalidad, integridad (restitutio ad integrum),
ciencia infundida y la certeza de la existencia de Dios, integrados en un
universo armónico, como elemento de conocimiento en el proceso de amar
y conocer a Dios con la voluntad libre y espontánea y consciente de su
papel de colaborador.

De forma disfrazada, enmascarada, pero no menos intensa, el recuerdo, la


reminiscencia del disfrute de dones sobrenaturales así como el sentimiento
de culpa por haberlos perdido, se ubica en la imaginación. Del choque con
la realidad temporal surge la angustiosa duda (¿por qué? ¿Para qué?)
Cuya resolución por parte del alma racional es uno de los aspectos del
propósito trascendente de la existencia.

El acto humano (ver anexo I) está racionalmente justificado por el


consciente, aparentemente objetivo, pero en última instancia la decisión
está determinada por el componente subjetivo que emana del inconsciente
elaborado, basado en un significado que abarca un contexto de la historia
del pecado original, que tendrá mayor influencia cuanto más cerca esté el
hecho de ese aspecto del pecado del que te sientes más responsable. En
resumen, lo que realmente importa es cómo pecaste originalmente: esta es
tu Psora Primaria.

Es decir, para Masi Elizalde:

“De ello se desprende, por tanto, que detrás de todas las racionalizaciones
con las que el hombre justifica su forma de vivir, se debe ver la
teatralización de su pasado edénico: el psórico sufrirá y se lamentará por
los valores trascendentes perdidos, el sifilítico se entregará
desesperadamente a su castigo, o lo infligirá por la mitad, y Sycotic
repetirá su pecado tratando de tener éxito para demostrar que nunca se
equivocó ". 43

43 ACTAS DEL I. I. A. E. H. J. T. K., pág. Yo - 115

24

“Por ser común y congénito a toda la humanidad, esta naturaleza


caducada se considera normal, pero este criterio no resiste un análisis
profundo que, realizado, de inmediato surge la condición patológica de
angustia e inconformidad con la que los hombres viven su mortalidad, su
vulnerabilidad. , .... Además, entre los componentes de esta angustia, el
sentimiento de culpa por esta condición, le muestra al hombre una clara
referencia a un pasado transtemporal en el que habría actuado en esta
falta de la que se le acusa ”. 44

Tanto Hahnemann como Santo Tomás fueron monistas, tienen en cuenta


que hay una unidad absoluta entre todos los planes jerárquicos del ser
humano (ver anexo II), y para Santo Tomás el sufrimiento del hombre es
precisamente ese aspecto de la Ley que se negó a obedecer. Así, dentro
del concepto antropológico tomista de compuesto sustancial, un cambio en
los niveles jerárquicamente más altos corresponde a un cambio en los
planos inferiores: no hay forma de que un nivel sea sicótico mientras que el
otro es sifilítico; es decir, hay una unidad entre la actitud mental y la
tendencia a lesionarse. Como se vio anteriormente, Kent luego une
estrechamente la teología y la medicina.

Según la filosofía tomista, todo lo que el hombre no quiso realizar bajo la


Ley Divina es lo mismo que constituye su sufrimiento y castigo. Para Santo
Tomás, el aspecto de la Ley que se negó a obedecer es lo que finalmente
se convierte en el sufrimiento de cada uno.

La gran mayoría de las escuelas homeopáticas no lograron superar este


criterio de unidad, referido a la mente y el cuerpo, pero separando el
espíritu, hecho que genera deformaciones y concepciones doctrinales
diferentes, además de dificultar el reconocimiento de un conflicto
metafísico en la patogenia. Como consecuencia, se crean imágenes
estereotipadas de las drogas, considerando que un

individuo simplemente sedando algún instinto desordenado e ignorando el


verdadero primum movens de cada ser humano.

En la enfermedad, el acto humano está comprometido y no exclusivamente


las pasiones del alma (ver anexo II) - lo que nos trae síntomas de la más
alta jerarquía; por tanto, el digno de ser curado debe buscarse en la esfera
del alma racional y no en sus correspondencias en el alma sensitiva o
vegetativa.

Adán tenía el don sobrenatural de la ciencia infundida, es decir, cuando vio


un objeto, ya conocía su significado como parte del orden divino. Otra
diferencia con el ser humano actual es que no tenía un plan inconsciente,
ya que esto sería incompatible con el concepto de ciencia infundida -
Adam tenía todas sus potencialidades a nivel consciente (el recuerdo de
haber tenido todas estas potencialidades forma el inconsciente). En las
consideraciones que Hahnemann (implícitamente) y Kent (explícitamente)
hacen sobre el hombre, está claro que toman a Adam y no al hombre
actual como modelo de hombre sano.

Las pasiones del alma se refieren a dos conceptos: el bien y el mal. Adán
sólo conocía el bien, porque el mal aún no existía; su pecado fue querer
conocer ambos lados. Como consecuencia, generó una ausencia de
bienes que ahora vemos como males, como si fueran dos cosas distintas y
opuestas, cuando en realidad el mal no tiene identidad propia, es la falta
de un bien.

Masi Elizalde relata el movimiento trascendente del alma al enfermarse.


Hay, entonces, una “fisiología” del movimiento trascendente, que consiste
en el movimiento hacia el Ser que nos creó, que nunca termina, ya que
Dios es infinito y, por tanto, imposible de conocer plenamente. Por tanto,
este movimiento tiene un sentido teocéntrico natural que, cuando se vuelve
homocéntrico, es patológico, perturbando en consecuencia los niveles
jerárquicos inferiores -

26

vegetativo y sensible, que representa el atributo divino que se envidiaba.


Esto es lo que debe buscarse, es decir, la modalidad dada a torcer el
impulso trascendente.

Para São Tomás, la imaginación es donde se guardan todas las imágenes


que nos llegan a través de los sentidos externos; es una acumulación
pasiva, mientras que la memoria es un proceso activo, en el que buscamos
las imágenes que se almacenan. Así, como Jung demostró con el
inconsciente colectivo, la imaginación de todos nosotros está dentro de la
comunidad.

Dentro del concepto antropológico tomista, el compuesto sustancial tiene


cuatro niveles jerárquicos diferentes: Racional, Sensible, Vegetativo y
Cuerpo Físico. El nivel Racional (o espíritu) tiene como objetivo alcanzar
los extremos superiores de la existencia y para eso tiene tres poderes:
intelecto, voluntad y memoria. El ser humano al nacer está dotado de
conocimientos que no domina, tiene un inconsciente ya formado, a
diferencia de la parte consciente, el intelecto, que adquiere a lo largo de la
vida. El Vegetativo tiene como objetivo mantener el cuerpo (para que el
Racional pueda cumplir con sus propósitos) y para eso tiene los poderes
nutritivos, aumentativos y generativos. Lo Sensible está al servicio de lo
Vegetativo (a pesar de tener una jerarquía superior para lidiar con planes
más sutiles) permitiendo la interacción con el entorno y proporcionando
elementos para que el intelecto se abstraiga de lo sensible. El cuarto y
último nivel es el Cuerpo Físico.

Estimación es el nombre de la facultad que S. Tomás da al instinto animal,


que busca satisfacer las necesidades del cuerpo. El cogativo es menos
automático, emite un juicio primitivo diferenciando "bueno" de "malo". A
través de este juicio primitivo, entra en acción el apetito - deseo de algo -
que puede ser irascible o concupiscible; el irascible nos hace luchar o huir
de algo que nos parece nocivo, o como obstáculo para obtener lo deseado
por el concupiscible. En esta etapa, todavía es solo una provisión; para
entrar en acción se requiere una tercera facultad, la motricidad. Lo
cogitativo se considera la frontera entre el alma

sensible y el alma racional o intelectual, porque hay un esquema de


razonamiento, un juicio todavía muy primitivo. Por tanto, todas las
pasiones del alma relacionadas con el contacto con el medio tienen una
connotación en lo que suscita consideraciones sobre el fin trascendente; el
acto humano tiene el mismo matiz que la pasión humana, está impulsado
por impulsos similares, pero se refiere a otra cosa, el objetivo es diferente.
Al estudiar los pasos del acto humano, podemos prever el posible aspecto
del alma herida en cada medicina.

Los trastornos concupiscibles son similares a la sicosis, mientras que los


trastornos irascibles son similares a la sífilis, pero no es posible hacer este
paralelismo perfectamente.

Aunque Kent afirma que lo primero en el hombre es la voluntad y lo


segundo su comprensión45, no hay forma de definir cuál sería de mayor
jerarquía, el intelecto o la voluntad, ya que existe una interacción entre
ambos: el intelecto es el que nos permite conocer, pero es la voluntad la
que mueve el intelecto. Lo mismo ocurre entre el irascible y el
concupiscible.

“Para el tomismo, la imaginación es el poder superior del alma sensible, al


estar al servicio del alma racional. Si los sentimientos se representan a
través de la imaginación: sueños, fantasías, ideas, etc., estos son
elementos destacados en la antropología homeopática, datos semiológicos
para identificar enfermedades dinámicas y como parámetro de curación ”.
46

La definición de Hahnemann de Fuerza Vital es casi idéntica al concepto


tomista de alma vegetativa47:

“En el estado de salud del individuo reina absolutamente la fuerza vital de


tipo inmaterial (Autocratie), que anima al cuerpo material (organismo)
como“ Dinamis ”,

45 J. T. Kent, Lecciones de filosofía homeopática, pág. 20


46 ACTAS DEL I. I. A. E. H. J. T. K., pág. Yo - 159

47 HAHNEMANN, Organon, párr. 9

28

manteniendo todas sus partes en un proceso vital admirablemente


armonioso en sus sensaciones y funciones, para que nuestro espíritu
racional que lo habita pueda utilizar libremente este instrumento vivo y
saludable para el propósito más elevado de nuestra existencia ”.

Realmente no importa qué religión, si creemos en el pecado original o en


Adán y Eva, pero debemos aceptar la existencia de un conflicto espiritual o
metafísico en la humanidad, que se expresará de manera diferente en
cada cultura ya sea a través del cristianismo, judaísmo, Islam, hinduismo. ,
o mediante escuelas de iniciación, etc.; Por un lado, la existencia de tantas
doctrinas religiosas y filosóficas refuerza la existencia de este conflicto,
que se despliega de diferentes formas para lograr el mismo objetivo en la
realidad: alcanzar los altos fines de la existencia. Todos estos son restos
de nuestra ciencia infundida.

A partir de ese momento, Masi Elizalde comienza a estudiar todos los


patógenos de las drogas más expresivas como si fueran uno solo, con el
fin de comprender la enfermedad integral del ser humano. Encontró una
serie de “sensaciones como si”, sin justificación, que, por no encontrar una
explicación concreta, representen lo más profundo del hombre y que
pueden agruparse bajo los núcleos de Pérdida, Culpabilidad, Miedo al
Castigo, Nostalgia y Justificación. Estos cinco núcleos forman una especie
de caricatura del pecado original, reafirmando el origen de la enfermedad
representada en la patogenia.

Los núcleos miasmáticos de la Etapa Primaria de Psora cuentan la historia


del Pecado Original: transgresión y culpa; pérdida y sufrimiento; recuerdo y
nostalgia; castigo y miedo; excusa y justificación.

1. Núcleo de transgresión o culpa:

Es el conocimiento subliminal que posee el ser humano de cuál era el


atributo divino que, en su visión personalizada del Pecado Original,
envidiaba y bajo qué enfoque. Siendo el alma racional creada perfecta por
Dios, Masi Elizalde considera que es en el momento de revivir lo sensitivo
y lo vegetativo, en el acto de la concepción, que el espíritu (Alma
Intelectual) “elige” el atributo envidiado; rechaza voluntariamente el
aspecto correspondiente de su normalidad constitutiva. De esta forma
surge el sentimiento de culpa y la conciencia de la pérdida; es este valor
trascendente el que constituye el principal elemento integrador de la
individualidad sobre el que se elabora la personalidad de cada uno.

Es a partir de la comprensión de las modalidades de culpa que podemos


comprender y justificar el sufrimiento del sujeto y aclarar la razón de sus
reacciones defensivas equivocadas. En segundo lugar, tenemos los
síntomas que, a pesar de estar clasificados en otro núcleo, infieren el
sentimiento de culpa o el miedo al castigo, por ejemplo, “ilusión de haber
perdido el cariño de tus amigos”. Así, la comprensión correcta de la
vulnerabilidad, de la susceptibilidad indefensa al medio ambiente (Etapa
Secundaria de Psora) es de suma importancia, ya que lo que ella cree ser
la causa de su sufrimiento corresponde a la porción de la Ley que se negó
a obedecer, y que termina convirtiéndose en su sufrimiento y castigo: el
mecanismo de proyección debe referirse al pasado metafísico individual.

2. Núcleo de pérdida o sufrimiento:

Podemos clasificar las pérdidas en dos tipos: reales, que son comunes a
toda la humanidad, e imaginarias. Adán, en el esfuerzo por convertirse en
el Dios que idealizó, se apartó del Dios verdadero hasta que ya no estuvo
seguro de Su existencia; al pretender ser eterno perdió la inmortalidad; al
introducir imperfecciones en la Orden, volvió hostil el ambiente; deseando
ser inmune; alejado de la Fuente creativa que conservaba su fuerza vital,
reduciendo su capacidad de reparación a los pálidos

30

memoria de la integridad, que es la vis medicatrix naturae, y fue capaz de


percibir cada vez menos la iluminación que lo favorecía, perdiendo así la
ciencia infusa.
Las pérdidas reales de humanidad que engendran la angustia existencial -
primum movens de la enfermedad - son de orden cuantitativo, ya que el
hombre actual tiene el aspecto cualitativo de las potencialidades adámicas.
Las pérdidas imaginarias corresponden a la actual naturaleza disminuida
del hombre

El hombre actual, por tanto, es un fragmento reducido de lo que fue Adán,


restringido a su individualidad y poseedor de una capacidad de reparación
incompleta, incapaz de devolverle una reparata natural.

Cada individuo inyecta en el sufrimiento originado por pérdidas reales su


sufrimiento individual emanado del poder en el que erróneamente cree
haber sido más "despojado" por una falta concreta y específica; esta falta
de existencia concreta de la pérdida imaginaria, la hace accesible a la
terapia, una vez sedada la angustia existencial por la acción del
simillimum, el sujeto puede reconocer objetivamente que en realidad no le
falta lo que cree que le falta.

Es muy importante tener en cuenta que entre las pérdidas reales hay
algunas que afectan a la mayoría de los hombres y, en consecuencia,
aparecen con tanta intensidad que parecen confundirse con la pérdida
imaginaria individual, síntomas comunes y sin valor para el diagnóstico de
drogas. Una cuidadosa evaluación de los factores desencadenantes,
permite identificar la respuesta exagerada en relación a una determinada
intensidad de estímulo, cuando se concluye que hubo una identificación de
la pérdida imaginaria personal con las pérdidas reales. Otro dato
importante para identificar la pérdida imaginaria es la falta de sensibilidad a
alguna de las pérdidas reales, cuando la lógica de las circunstancias
esperaría que hubiera algún tipo de reacción.

3. Núcleo de recuerdo o nostalgia:

El fuerte tono nostálgico que marcan ciertos patógenos son importantes


para develar una noción del pasado que tiene el ser humano, que por no
ser exacta, lleva a la pérdida de la certeza de su existencia, generando
gran parte de su angustia.
El núcleo de la nostalgia está formado por síntomas que remiten al anhelo
de valores trascendentes y potencialidades perdidas; unido a la
incertidumbre sobre su pasado metafísico, se convierte en el principal
impulsor del movimiento que lleva al hombre a buscar reconocer en el
mundo concreto la causa de su angustia, llevándolo al estado psórico
secundario.

4. Núcleo del miedo al castigo:

Sintiéndose culpable en su inconsciente, el ser humano espera el castigo


que siente que merece, sin darse cuenta de que una acción es necesaria
para eso, en la Etapa Primaria de Psora no ocurrió y no pudo ocurrir, ya
que se refiere a al Pecado Original y es exclusivo de Adán. En el nivel
consciente, el hombre cree que es independiente de Adán sin darse
cuenta de que lo que él llama inconsciente es principalmente su porción
adámica.

Perseguido por imágenes que se expresan en su interior, encuentra


consuelo en exteriorizarlas en el mundo real; es decir, actuar en estrecha
sincronía con el Núcleo del recuerdo o la nostalgia también impulsa al ser
humano a la estructuración de su Psora Secundaria.

De esta manera, centra su atención en la persecución de un fantasma sin


ser consciente de que el verdadero castigo psórico primario está en el
centro de la pérdida imaginaria.

32

Habiendo nacido con ellos, tiene una tendencia lógica a creer que sus
pérdidas reales son normales; cuando choca con la verdad presente en su
imaginación de que no siempre ha sido así, se angustia.

5. Fundamento de la justificación:

En la patogenia de diversas drogas encontramos la justificación de su


debilidad, su carencia, expresada cuando tiene la “ilusión de estar bajo la
influencia de un poder superior”, “haber sido engañado”, “seducido”.
Todos, aun admitiendo y sufriendo su culpa, intentan disminuir su
responsabilidad acusando a algún factor ajeno a su voluntad; sin embargo,
esta actitud no puede conducir al perdón porque no es un motivo de
arrepentimiento, sino una reafirmación de su falta.

Recientemente, Masi Elizalde describió en un nuevo núcleo, aún en


estudio - Núcleo de Reconciliación, muy evidente en Menyanthes, en el
que aparentemente el primer objetivo es no dejar que continúe la actitud
reactiva equivocada, ayudar en el autoconocimiento, adquirir
conocimientos que abarquen el Universo - las enfermedades nos dicen
qué camino tomar.

El sexto núcleo aún necesita confirmación en más fármacos porque no es


tan frecuente en patogenia como los otros núcleos. Aún no tiene un
nombre definido (Núcleo de Reconciliación, probablemente), y si se
confirma puede indicar el camino de curación, lo que sería de gran valor
mientras aún quedan muchas sustancias por probar. La justificación de
este núcleo en el tomismo está en Pascal, citando el buen uso de la
enfermedad, aprovechando un elemento positivo que aporta48.

Debemos tener cuidado de no considerar toda modalidad de mejora como


perteneciente a este núcleo: debe demostrarse en planes más profundos o

48 A. M. Elizalde, 2do día 2000 - R. de Janeiro

lo podemos confundir con síntomas que demuestran la egotrofia del


paciente. Para estudiarlo, es necesario recurrir a la simbología: para la
"mejora a nivel del mar", es necesario comprender el significado de "mar"
en relación con este medicamento, de lo contrario puede ser solo una
modalidad fenomenal49.

El sexto núcleo sirve fundamentalmente para mejorar la hipótesis, el


conocimiento profundo de la medicación y como parámetro para evaluar la
evolución miasmática hacia la curación o supresión. Masi Elizalde también
menciona la posibilidad de una Psicoterapia Homeopática basada en el
sexto núcleo, en el conocimiento del camino de la reconciliación para un
paciente determinado50.

El núcleo del miedo al castigo aparece regularmente subordinado, en la


patogénesis, al núcleo de la culpa, el generador del núcleo de la pérdida.

El espíritu de la Homeopatía consiste en el descubrimiento de que la


médula espinal de la enfermedad es la angustia que emerge de la
conciencia de la condición contingente del Hombre actual, es decir, se ha
convertido en un ser caído después de haber perdido la inmunidad e
integridad, y la conciencia adquirida. la culpa de haber sido despojado de
esos dones sobrenaturales por haber pecado.

Este drama lo vive de manera personalizada cada ser humano --en todos
encontramos la culpa, la pérdida, la nostalgia de haber perdido, la
convicción del merecido castigo y el intento de justificación-- pero en cada
uno vemos su aprecio personal, específico de los cuales el aspecto más
grave del pecado, que es la pérdida más importante.

A estas sensaciones inexplicables, sin justificación, consideró a Psora


como la etapa primaria. Cuando el individuo proyecta su drama en el
entorno, justifica lo que siente a través del entorno considerado como
etapa secundaria de

49 Ibíd.

34

Psora; y para las reacciones a una realidad vista de forma deformada, la


forma reactiva de actuar consideró la Etapa Terciaria de Psora.

La incertidumbre sobre la existencia de Dios, sobre su pasado, su futuro y


su condición eterna, las reminiscencias simbólicas de su pasado, se
manifiestan en la imaginación (poder superior del alma sensible) y
constituyen en este nivel los síntomas de la Etapa Primaria de Psora, que
choca con la realidad temporal de la imperfección, la vulnerabilidad y la
muerte, generando así el conflicto esencial cuya resolución, a través del
intelecto y la voluntad, constituye el fin último del ser humano. Puede
tomar un rumbo actual -en el que el contenido de la imaginación se vive
con angustia -o latente- cuando la correcta resolución de este conflicto
pone fin a la angustia.
Cuando se sintió incómodo con su estado, pretendiendo ser como el
Creador, quiso ser su propio fin y se enfermó porque había transgredido la
Ley.

La Etapa Primaria de Psora no se puede tratar, es el conflicto básico, la


herida en la imaginación del ser humano; mientras que la etapa secundaria
de la psora se caracteriza por la variabilidad, la alternancia de reacciones y
por lo tanto no causa daño estructural, ya que no hay tiempo para que el
organismo se asiente en un modo reactivo. Cuando esto sucede, tenemos
la Etapa Terciaria de Psora que puede reaccionar egotróficamente
(Sicose) o alterlítica / egolíticamente (Sífilis). La Etapa Terciaria de Psora
no es definitiva, puede variar de egotrofia a alterar / ególisis (y viceversa) o
incluso regresar a la Etapa Secundaria de Psora; Esto ocurre cuando, por
alguna razón, la actitud establecida ya no sirve y el individuo tiene sus
miedos, ansiedades (crisis psóricas) que se resuelven, reafirmando la
actitud reactiva anterior con más intensidad (“cuantitativo”) o cambiando su
actitud (“ cualitativo ”). Este movimiento del paciente se llama dinámica
miasmática; es esta caprichosa incriminación del exógeno como causa de
angustia esencial, lo que lo lleva a defenderse inútilmente de un enemigo
incorrecto, arbitrando actitudes de fuga,

50 Ibíd.

destrucción o dominio. El “enemigo” contra el cual estructura sus actitudes


defensivas (entorno) es dinámico, cambia de acuerdo a sus acciones,
estableciendo la dinámica; por lo tanto, en la etapa terciaria de Psora
hablamos de una actitud egotrófica, una actitud egolítica o una actitud
alterlítica para mostrar la posibilidad de variación.

La etapa primaria de Psora se manifiesta principalmente en la imaginación,


que puede ser consciente o inconsciente: el inconsciente que capturamos
a través de ilusiones y alucinaciones, y el consciente a través de sueños,
obsesiones, ensoñaciones y divagaciones. Lo que el individuo hace con su
vida es fruto de su imaginación, impulsada por su Psora Primaria.

La etapa primaria de Psora todavía se puede dividir, didácticamente, en


general e individual. El general es común a toda la humanidad,
corresponde a la pérdida de dones sobrenaturales - inmortalidad,
inmunidad, integridad, ciencia infundida, certeza de la existencia divina - y
no sujetos a tratamiento; mientras que el individuo, idiosincrásico, es
susceptible de tratamiento y corresponde a la forma en que cada persona
sufre la pérdida de un determinado don. Así, el mismo tema se puede
encontrar en varios medicamentos, variando el ángulo de visión del
atributo; el tema de la Divina Providencia se encuentra, por ejemplo, en
Calcarea carbonica, Bryonia alba y Gelsemium sempervirens.

Una buena resolución de las incógnitas plantadas por la Etapa Primaria de


Psora evita su evolución de latente a actual y por tanto la enfermedad no
florece. Así, al apartarse de las Leyes Divinas, el ser humano no enferma,
sólo adquiere la capacidad de enfermarse. Por tanto, al compararlo con el
estado de salud anterior al Pecado Original, es que Masi Elizalde
considera al ser humano de hoy que está clínicamente sano, que sólo
ajustándose a su caducidad actual por libre decisión puede permanecer
latente, en la condición de poder, el proceso de la enfermedad.

36

La Etapa Primaria de la Psora tiene los tres tipos de sensación, ya que es


el recuerdo de un proceso que tuvo tres actitudes: no conformidad
(psórica), solución de esta no conformidad a través de una actitud de
arrogancia (sicótica) y la consecuencia automática de esto, el cambio de
naturaleza. del hombre (sifilítico). El recuerdo de estos tres momentos
personalizados en un aspecto particular del Pecado General configura la
Psora Primaria, que permitirá la posterior estructuración de actitudes
terciarias.

En la etapa secundaria de la psora, el ser humano proyecta su angustia


existencial, su drama psórico primario en el entorno, justificando lo que
siente sin haber fijado todavía una actitud reactiva.

La Etapa Terciaria de Psora implica que hubo persistencia en una


determinada actitud para defenderse de lo que ella cree que es la causa
de su angustia (ambiente), ya presente en la Etapa Secundaria con
variaciones, permitiendo que lo somático se adapte a lo existencial. Puede
manifestarse en cuatro actitudes: Egolítica, Alterlítica, Egotrófica Libre o
Egotrófica Enmascarada.

En la ególisis, el individuo acepta desesperadamente esta pérdida del


atributo divino, mientras que en la alterálisis intenta destruir al enemigo
(medio ambiente, imaginario) haciéndole sufrir su propia pérdida; La
egotrofia tiene dos momentos: la negación de la pérdida y para ello se
impone de manera franca, dictatorial o enmascarada, seduce, adula y en
un segundo momento, más elaborado y estructurado, cree que ha logrado
el atributo que perdió y actúa como si no lo necesitara ( desdén).

A diferencia de la egotrofia, que cuanto más enmascarada menos


obstáculos encuentra para triunfar, la ególisis difícilmente puede
enmascararse una vez que el individuo se entrega, aceptando la pérdida
del atributo divino; cuando, en la evolución, el individuo comienza a ocultar
la actitud egolítica es porque en realidad

cambiado a egotrofia. Asimismo, tampoco es posible enmascarar la


alterálisis tan completamente o no se logra el objetivo de destruir al otro.

Solo el Estadio Terciario de Psora (correspondiente a sífilis y sicosis)


permite la estructuración de lesiones orgánicas, justificando así a Allen y
Kent cuando contradicen a Hahnemann y afirman que Psora es funcional,
mientras que el Maestro enumera claramente enfermedades psóricas
lesionales.

La forma del cuerpo y la fisiología de los órganos pueden cambiar, pero la


Energía Vital es una, y siempre se manifiesta de la misma manera a través
de la conducta, la intención del ser vivo en su conjunto, es decir, lo que
llamamos síntomas mentales.

Es en el espíritu o alma intelectual, la instancia superior que es sede de la


personalidad y la trascendencia, donde comienza el proceso patológico,
cuyo desequilibrio afectará a estratos inferiores, como el alma sensitiva,
determinando alteraciones en sensaciones, afectos y sentimientos.

El alma está formada por tres niveles de funcionamiento: vegetativo,


sensitivo y racional, cada uno definido por diferentes categorías de
objetivos, actos y facultades.51

Cada una de las facultades del alma tiene un fin específico y, tomadas en
su conjunto, están sujetas al fin último de la unidad. Una vez que se
alcanza este fin, se disfruta de la felicidad y Dios es el fin último del
Hombre (nuevamente hay acuerdo entre Santo Tomás de Aquino y
Hahnemann). El Espíritu dotado de razón hahnemanniana corresponde al
estrato racional del alma tomista, nivel en el que delibera sobre los
extremos superiores de la existencia que, para procesarse idealmente,
necesitan que los estratos jerárquicos inferiores operen
armoniosamente52.

51 V. Menescal, Por un modelo antropológico, pág. 13

38

2.4. TÉCNICA HOMEOPÁTICA

2.4.1. Anamnesia

Lo que solemos encontrar en la práctica clínica es el estadio secundario de


psora; la etapa primaria de la psora es muy poco aprensiva y de eso se
trata precisamente la metodología: tratar de plantear hipótesis de cuál es la
psora primaria. Y para comprender la enfermedad miasmática, debemos
mirar qué aspecto del esquema antropológico está dañado, de la misma
manera que se hace en el estudio de la medicación.

Por tanto, es necesario insistir y hacer que el paciente deje lo consciente y


racional y hable de lo subjetivo e idiosincrásico, ya que las primeras
respuestas que obtenemos en el interrogatorio homeopático son
racionalizaciones ante estímulos externos. Algunos síntomas que expresan
puro sufrimiento son angustia, ansiedad, descontento, nostalgia,
inseguridad, culpa, ansiedad, tristeza: la característica fundamental de
estos síntomas es que no hay respuesta a la pregunta "¿por qué?"

Partiendo del entendimiento de que las actitudes del paciente, que


miasmáticamente se encuentran en la etapa terciaria de Psora, son
reactivas a una visión distorsionada del entorno, se hace necesario refinar
el interrogatorio para saber de dónde vino el síntoma: qué causa el
individuo actúa de determinada manera, cuándo y por qué empezó a
actuar así y trata de llegar al drama psórico del paciente. Es fundamental
discernir cuál es la intencionalidad de la actitud del paciente, el “para qué”
de esta actitud, ya que muchas veces el paciente es inconsciente, incapaz
de responder a esta pregunta. En este caso, tenemos que llegar al
siguiente análisis y conclusión: el ser humano siente que tenía una
perfección que perdió, tiene miedo de ser castigado por esta culpa y se
justifica para sentirse menos culpable. Si podemos

52 Ibíd., P. dieciséis

alcanzando este nivel de comprensión del paciente y encontremos el


medicamento correspondiente a su drama metafísico, estaremos
autorizados a prescribirlo, aunque el paciente no presente ningún síntoma
de los presentes en la Materia Médica.

Un estímulo, un objeto externo, impresiona tanto al consciente como al


inconsciente. Se forma conscientemente un concepto de este objeto
basado en el conocimiento adquirido; sin embargo, en el inconsciente, la
impresión se da en un lenguaje simbólico más allá de la comprensión, y si
este objeto está en relación con el tema psórico primario, se capta lo
inteligible del objeto en cuestión, que no puede ser manejado y del cual se
llega a una conclusión que influirá en los actos conscientes; es decir, el
inconsciente es de una jerarquía superior y, en última instancia, es lo que
manda las decisiones conscientes.

A menudo existe un factor desencadenante externo, pero el origen


endógeno es evidente por la intensidad o duración desproporcionada de la
respuesta o por la falta de una relación lógica entre la respuesta y la
naturaleza del estímulo.

Reuniendo diferentes temas, encontramos los matices individuales que


corresponden a los matices de un medicamento determinado.

Siguiendo esta metodología, incluso trabajando con una Homeopatía de


segundo nivel, esto nos proporciona un conocimiento más profundo del
paciente, permitiéndonos saber por evolución si prescribimos un similar o
simillimum, una vez sabemos qué esperar en cada caso.

2.4.2. Obtener y elegir síntomas

Según lo dicho en el XXV Congreso Brasileño de Homeopatía, en Río de


Janeiro, en septiembre de 2000, por Juan A. Gomes, el Hombre es parte
de

40

un todo organizado y tiene un propósito, sus síntomas tienen una causa,


una razón, que es mostrar que el camino que sigue es incorrecto, como en
el ejemplo del perro corriendo que desarrolla insuficiencia cardíaca
secundaria a hipertrofia cardíaca (egotrofia), porque la el orden estaba
mal: quería correr más rápido que los demás.

Lo importante es buscar lo raro, peculiar y característico de cada paciente,


independientemente de su nivel.

El conocimiento de la clínica médica debe ser utilizado en la elección de


los síntomas, ya que los síntomas relacionados con la enfermedad son de
poco valor cuando se los compara con los paradójicos, que no encuentran
una justificación fisiopatológica.

Según Par. 3 53 es necesario identificar qué debe ser curado, en este caso
la Psora Primaria, tanto de la medicación como en el individuo, que se
expresa a través de símbolos, que establecen una relación entre los
sentimientos y el mundo concreto. Busque siempre el tono, la
particularidad del atributo envidiado en cuestión. ¿De dónde lo ves?
¿Cómo reaccionas?

Entre todos los síntomas de la Psora, intentamos identificar los más


primitivos, de los que, en última instancia, depende la conducta y
condiciona la vida del paciente; la metáfora obsesiva, a través de la cual el
paciente comienza a ver la vida y estructura las formas de actuar y
reaccionar54:

“En la psora primaria, traducción de la angustia esencial experimentada


por el hombre, el hombre“ manchado ”en su imaginación por la mancha
psórica hace que este poder de la esfera sensible oscurezca el lente del
alma racional que comienza a ver y, por tanto, a vivir la realidad. de una
manera distorsionada. Aquí están las primeras metáforas obsesivas que
ayudarán a asentarse en la vida del sujeto ”.

53 S. Hahnemann, Organon, 1996, párr. 3

La imagen egotrófica del individuo acentúa el atributo envidiado,


representa la negación de la pérdida con el intento de demostrar que tiene
lo que cree haber perdido en el estado psórico primario; La ególisis se
puede deducir aceptando la pérdida. En algunos casos es más seguro
prescribir una imagen deducida, que no aparece en la Materia Médica ni
en el Directorio.

Se deben buscar los síntomas más individualizadores del enfermo, los que
surgen de este conflicto entre lo que el hombre es y lo que cree que ha
sido.

En el libro sobre Enfermedades Crónicas, 1828, Hahnemann afirma que


sólo por encima de la dinamización 30CH las drogas muestran todo su
poder; en el par. 6 de la 5ª Edición de Organon deja claro que cuanto
mayor es la dinamización del medicamento en los experimentos, más
raros, característicos y peculiares se observan los síntomas, de donde
surge la regla de Jahr para elegir la potencia terapéutica: “cuanto más
similar, mayor es la potencia ”.

Cuando obtenemos una totalidad sintomática que se complementa con


síntomas raros y característicos, pero sin llegar a una definición de la
medicación, debemos buscar un síntoma bien marcado (que sea más o
menos común) para una medicación de tres puntos que sugiera la imagen
del paciente; si no existe, busque medicamentos “pequeños” y lea
directamente en la Materia Medica.

Si valoramos la totalidad sintomática y / o los síntomas raros y


característicos, el resto dejará de ser relevante. Sin embargo, los síntomas
raros y característicos no corresponden necesariamente a la totalidad
sintomática de un caso. Al prescribir teniendo en cuenta solo la totalidad
sintomática, la elección del medicamento recaerá inevitablemente en

54 P. Rosenbaum, Miasmas, p. 145

42

puntuación y por aparecer en un mayor número de títulos o subtítulos que


las drogas con menos experiencia.

El síntoma, para ser considerado peculiar, debe destacar en un paciente


determinado por su intensidad o frecuencia. A partir de ahí, la totalidad
sintomática es la selección de síntomas peculiares, aquellos que
constituyen la etapa de Psora en la que se encuentra el paciente, con su
sufrimiento básico y sus defensas equivocadas.

Además del síntoma peculiar, otro punto para una correcta valoración del
caso es considerar los síntomas raros, inusuales, extraordinarios. Estos
dos criterios son distintos, pero están estrechamente relacionados y ambos
deben estar presentes en una anamnesis sin la prevalencia de uno de
ellos, o habrá daño al conjunto.

Los síntomas comunes, según Flora Dabbah, nos son muy útiles para
conocer el diagnóstico miasmático del paciente55: “..., son síntomas
absolutamente comunes, sin la más mínima caracterización. No son útiles,
por tanto, para la selección del fármaco, pero son las únicas pistas sobre la
personalidad del paciente, su dinámica miasmática y lo que merece la
pena curar ”.

Los síntomas mentales comunes no deberían aparecer con frecuencia en


la repertorización. La variedad de estados de ánimo es normal, pero
cuando siempre aparece un estado de ánimo en la misma circunstancia,
comienza a llamar la atención; en este caso, los síntomas que deben
considerarse en primer lugar son los mentales característicos. No es
necesario que un síntoma sea raro, extraño y peculiar para ser
característico, solo que tenga uno de estos requisitos.

55 ACTAS DEL I. I. A. E. H. J. T. K., pág. V - 9


Para seleccionar el medicamento, deje de lado los síntomas comunes y
utilice solo los característicos, preferiblemente mentales. Los síntomas
mentales comunes no caracterizan al individuo, pero son la única
evidencia sobre la personalidad del paciente, su dinámica miasmática y lo
que es digno de curación. A la hora de obtener síntomas característicos
parece más eficaz la vía contraria, es decir, interrogar partiendo de la
modalidad para llegar al síntoma, que, entonces, debe convertirse en
lenguaje de repertorio.

Es decir, los síntomas mentales comunes permiten crear arquetipos, cada


uno formado por varios individuos; los mentales característicos, en cambio,
individualizarán, caracterizarán a los sujetos existentes en los arquetipos.

Para obtener síntomas característicos, es necesario realizar un


interrogatorio de modalidades, las más importantes de las cuales son
definir un síntoma característico:

1. Horario y frecuencia.

2. Clima.

3. Movimientos de partes del cuerpo o del individuo.

4. Ocupaciones, actividades.

5. Posiciones de mejora o empeoramiento.

6. Ubicación, medio ambiente.

7. Relación del sujeto con otras personas.

8. Causalidades, factores desencadenantes.

9. Emociones acompañantes.

10. Funciones fisiológicas.

Interrogar el síntoma para llegar a la modalidad no parece la mejor


manera, lo contrario parece más apropiado; lo importante es detectar la
modalidad que convierte el síntoma común en característico.
44

Los síntomas mentales característicos se pueden clasificar en seis grupos


para una mejor comprensión:

I. Humor IV. Actitudes y gestos

II. Personalidad V. Ilusiones

III. Sensibilidad VI. Intelecto

Los síntomas del estado de ánimo, cuando están bien formados, son de
valor extremo; mientras que los de personalidad en general están mal
modalizados, las actitudes y los gestos tienen la ventaja de ser observados
directamente. Al obtener alrededor de tres de estos síntomas, es posible
llegar al simillimum de cada caso.

2.4.3. Repertorización

En la repertorización se deben analizar los puntos indicados para cada


medicamento en las rúbricas (1, 2 o 3 puntos según la confiabilidad del
síntoma en ese medicamento). De hecho, los síntomas con la puntuación
más alta probablemente se obtuvieron a través de otros similares, ya que
impresionaron a un gran número de experimentadores, y casi todos ellos
eran similares. Los síntomas de valor idiosincrásico real, en general,
obtienen una puntuación más baja porque aparecen en un grupo más
pequeño de experimentadores; sin embargo, siempre existe la posibilidad
de que se trate de un síntoma “parasitario” y, por tanto, no debe elegirse
indiscriminadamente a expensas de otro medicamento de mayor
puntuación.

Al repertorizar los síntomas que deben considerarse como los de mayor


jerarquía no son los mentales, que hablarán solo de la forma reactiva del
paciente cuando no estén bien modalizados, sino los síntomas de la
imaginación por ser los más profundos, independientemente de donde se
manifiestan. La imaginación consciente está representada por ilusiones y
alucinaciones, que pueden ser espontáneas (sueños y obsesiones:
espontáneas sin libertad; fantasías y juegos: espontáneas con libertad) o
reflejadas, reflejadas en descubrimientos científicos,

creaciones literarias y artísticas, cuya primera manifestación es lo que el


ser humano se hace a sí mismo o al entorno. Por tanto, una sensación
localizada en un órgano específico o en las extremidades es de alto valor
jerárquico, ya que refleja el drama central del paciente, siendo más
individualizante que ciertos síntomas mentales como “dictatorial” o
“ansiedad de conciencia”, que expresan únicamente la actitud del paciente.
; así como las palabras y expresiones utilizadas preferentemente por el
individuo y su simbolismo.

Por tanto, en primer lugar, debemos repertorio de temas y no de síntomas,


preferentemente utilizando pocas (4 o 5) rúbricas, para que los
medicamentos "pequeños" puedan competir con los policristalinos, y
confirmar siempre leyendo en la Materia Medica Pura. Para Masi Elizalde,
los verdaderos síntomas del paciente se encuentran en general en lo que
no consideramos síntomas, y que muchas veces no es repetible; lo
idiosincrásico está en la modalización y no en el síntoma mismo, lo que
nos mostrará qué hace reaccionar al paciente.

El principal criterio utilizado en la selección de síntomas para


repertorización, en cualquier plan; mental u orgánico; es que cumple la
condición de ser “raro, peculiar y característico”.

2.4.4. Elección de la dinamización de fármacos

Después de determinar la medicación, queda decidir qué dinamización. La


elección de la dinamización inicial del tratamiento sigue una sola regla de
carácter subjetivo: cuanto mayor sea la similitud entre el paciente y la
medicación, la potencia similar debe encontrarse en dinamizaciones
superiores. Siempre es necesario tener en cuenta que cuando se supera el
límite de sensibilidad, el número de dinamizaciones que tocan al paciente
es bastante reducido; evitando la repetición de dinamizaciones es posible
en poco tiempo realizar nuevas pruebas con dinamizaciones

46

cubriendo la posibilidad de que la elección inicial esté por debajo del


umbral de sensibilidad del paciente antes de cambiar la medicación.

Masi Elizalde también destaca la preferencia de utilizar la escala


centesimal hahnemanniana, que se enfrenta a la dificultad de alcanzar
altas dinamizaciones y que, cuando sea necesario, la opción debe recaer
en las escalas de Korsakow o Continuous Flow.

2.5. EVOLUCIÓN DEL CASO

2.5.1. Dinámica miasmática

Masi Elizalde advierte de los cuidados que debemos tener en los casos en
que se presente una mejoría del estado somático acompañada de una
aparente mejoría mental, cuando en realidad la medicación es similar y
está reprimiendo al paciente, haciéndolo avanzar hacia la egotrofia o la
lisis. para llevarte de regreso a la etapa primaria de Psora. La entidad
clínica desaparece porque ya no corresponde a ese estadio miasmático y
puede ser seguida de una patología somática más grave (metástasis
mórbida) correspondiente a su nuevo estado egotrófico o lítico; la
diferenciación con el efecto simillimum se basa en el conocimiento y
estudio del paciente de la dinámica miasmática, preguntando siempre el
“por qué” de la mejoría; aun así, a menudo es bastante difícil y complejo
comprender exactamente cuál es la evolución del paciente.

No debemos olvidar que el orgánico necesita tiempo para adaptarse a la


actitud miasmática, de la misma manera que una mejora en la actitud
miasmática es seguida primero por una mejora orgánica cuando el
paciente está en el camino de curación.

La acción de la medicina homeopática, aunque sea similar, puede


desencadenar la crisis psórica, en la que el individuo abandona su actitud
reactiva y reaparecen los miedos y ansiedades del drama psórico
individual. En el caso de simillimum, el paciente resuelve la crisis de
manera objetiva, entiende el sufrimiento como beneficioso y necesario
para su mejoría; mientras que con uno similar, la crisis se resuelve de
forma reactiva sicótica o sifilítica (idéntica a la anterior o no). Para ser
caracterizada como una acción de simillimum, la crisis en general va
acompañada de un sentimiento subjetivo de bienestar general y se debe
investigar qué cambio hubo en la intencionalidad del síntoma.

48

El entorno también puede desencadenar la crisis psórica, actuando como


si fuera similar; el médium le impide continuar con su actitud egotrófica,
pero el impulso egotrófico interno continúa y se manifestará en un nivel
jerárquico inferior (ya que ya no es posible en un nivel superior), por
ejemplo desarrollando cáncer de pulmón o hígado. Se diferencia de la
egotrofia reprimida en que existe un factor desencadenante explícito.

Bajo la acción de simillimum, la angustia psórica se experimenta


objetivamente, pero continúa existiendo; el paciente regresa a la etapa
secundaria de psora sin tener que pasar por una etapa terciaria de psora
que haya experimentado previamente. Se aleja de su problema psórico
primario, lo reconoce como ajeno a la realidad, sin cambiar, sin embargo,
este tema psórico primario, sobre el que se estructura su personalidad.
Masi Elizalde resume los efectos del simillimum en dos tipos: 1) el
problema inconsciente se vive sin angustia, permitiendo al paciente
estudiar; 2) te hace sentirlo más intensamente, más claramente. De esta
forma, devuelve el fácil ejercicio del libre albedrío al ser humano, que si se
usa de forma errónea, vuelve a enfermar. En los pacientes lesionados se
consigue la restitutio ad integrum cuando todavía es posible, o se
establece un nuevo equilibrio entre el paciente y su lesión cuando ya se ha
vuelto incurable.

“La angustia que acompañaba a ese mundo interior se ha ido, es decir,


latente en la Psora Primaria; en máximo equilibrio vegetativo ..., el hombre
ya ha recibido toda la ayuda que la terapia puede ofrecerle. Lo que queda
ahora es la resolución del "gran conflicto espiritual o metafísico", que
asegurará la verdadera salud. Para ello cuenta, con los principios inscritos
en su intelecto, con la ley natural grabada en su voluntad y con su
capacidad de abstracción ”. 56

Al evaluar la evolución de un paciente, se debe hacer una diferenciación


en cuanto a los actos de enmascaramiento, supresión y supresión. La
represión ocurre en un

inconsciente, por tabúes y prejuicios; el enmascaramiento, en cambio,


requiere una elaboración en un nivel más consciente (en la egotrofia
enmascarada por no querer una confrontación directa, busca lograr lo que
quiere a través de la adulación, la seducción).

Un paciente con tendencia lítica (alter o ego) inconscientemente reprimido


por tabúes y pautas morales, provoca un desplazamiento de lo mental a lo
orgánico, produciendo una lesión orgánica. Si esta actitud se libera por la
acción de la medicina, muestra una buena evolución, y es algo temporal.

Para que los sueños sean útiles en la valoración de la evolución del


paciente, es necesario preguntarse qué significó, el “por qué” y el “para
qué”, porque es la única forma de diferenciar la buena evolución
miasmática de la supresión. También puede representar la liberación
subconsciente de una actitud que fue reprimida a nivel consciente.

Luego de tomar la medicación, puede presentarse un agravamiento de la


Etapa Terciaria de Psora, que en un principio se caracterizaría como un
agravamiento debido al efecto supresor de un medicamento similar, siendo
importante diferenciarlo de una exención en la que el paciente
anteriormente reprimía esta actitud ahora liberada por el medicamento, un
estallido repentino de psora primaria. En este caso, es necesario que la
liberación sea explosiva, intensa, que poco después comience a amainar y
acompañada de una mejoría clínica espectacular, se caracterizó una
eliminación de la actitud terciaria reactiva.

Así, el desconocimiento de la evolución miasmática puede llevar a


conclusiones erróneas respecto a la conducta, ya que un paciente que
desarrolla una crisis de psoriasis y mejora los síntomas somáticos puede
interpretarse como supresión local acompañada de agravamiento mental,
con el consiguiente cambio de medicación cuando un análisis correcto
sería una crisis psórica sin cambiar la medicación.

50

Los pacientes incurables pueden alcanzar un nuevo estado de equilibrio,


propuesto como decimotercera observación de pronóstico a las doce
observaciones de Kent. Aunque Kent no incluyó esta observación
pronóstica en sus observaciones pronósticas57: “Si los resultados de la
enfermedad no se pueden eliminar, el propio paciente recuperará la salud
y los cambios patológicos sufrirán cambios tales que no afectarán su
estado de salud. Las adherencias fibrosas no tienen por qué desaparecer
necesariamente; … ”.

Las actitudes reprimidas no se pueden detectar y porque se realizan de


manera inconsciente provocando supresión homeopática o metástasis
mórbida correspondiente a la actitud miasmática que se expresa en un
nivel inferior; en el caso de impulsos mórbidos que se suprimen
conscientemente, no dará lugar a una enfermedad clínica.

2.5.2. Seguimiento de energía

Masi Elizalde dice que absolutamente cualquier dinamización puede ser la


potencia adecuada para un paciente dado, pero solo una dinamización
puede considerarse ideal. A partir de entonces, surge el criterio de no
repetir una dinamización que, habiendo provocado una mejora breve y
parcial de los síntomas, ya demuestra que no es la potencia similar. Dado
que la administración de simillimum cualitativo y cuantitativo puede
determinar, con una sola dosis, el ideal de curación duradera, no es
necesario repetir la potencia incluso en aquellos casos en los que la
mejoría es completa y duradera. Por otro lado, como el ser humano está
en constante variación de su cantidad de energía debido a las pequeñas
ganancias o pérdidas que existen a lo largo de la vida, la potencia similar
también varía - hay una dinamización ideal para cada momento de la vida.

Entonces, se hace necesario ascender y descender en la escala de


dinamización, buscando la potencia ideal para un sujeto dado en un
determinado

57 J. T. Kent, Lecciones de filosofía homeopática, p. 106

momento, y la mayoría, pero no todos, encuentran su potencia similar en


altas dinamizaciones. Para eso, debe elegirse una escala de variación de
dinamización, aumentando, por ejemplo, 50CH (o 100CH en el caso de
una primera respuesta muy débil) a cada prescripción.

En otras palabras, a partir de un determinado valor a medida que se


obtienen respuestas positivas, la dinamización debe subir cuando vuelven
los síntomas guía. Si, en un momento dado, el dinamismo inmediatamente
superior no responde, una posibilidad es intentar con una dinámica aún
mayor tratando de alcanzar otro “pozo” de sensibilidad y escape y un
intervalo de insensibilidad; o bien se hace un estudio comparativo de las
prescripciones previas más efectivas y se busca un intermediario entre la
última efectiva y aquella en la que no se obtuvo respuesta. Cuando se
trabaja en altas dinamizaciones, una alternativa es agregar dinamizaciones
en centesimal hahnemanniano o korsakowiano a la última prescripción
efectiva de flujo continuo. De la misma forma, en el caso de que las
prescripciones en escala ascendente sean cada vez menos efectivas, es
decir, debemos buscar dinamizaciones intermedias entre las más efectivas
ya prescritas.

2.5.3. Segunda prescripción

En el caso de pacientes en los que se deba minimizar el riesgo de una


prescripción ineficaz por su grave estado o sufrimiento, la variación en la
escala ascendente entre las prescripciones debe ser pequeña hasta que
surja una mejora de mayor importancia, y entonces se pueda intentar una
escalada mayor. En la escala.

En el caso de agravamientos que no correspondan a la observación


pronóstica de un caso particular (agravamiento malo) es posible que sea
necesario antídoto de esta prescripción, lo cual se puede hacer de dos
formas: si el agravamiento ocasiona que el estado del paciente se vuelva
más similar al de la medicación, se realiza una nueva prescripción con
mayor dinamización, que si falla es seguida de una

52

prescripción cuyo dinamismo es superior y cercano al más eficaz. Por otro


lado, si la nueva situación nos hace sospechar que el medicamento es
simplemente similar, se debe recetar un antídoto para un nuevo
medicamento.

Una de las reglas más importantes que rigen la segunda prescripción, y a


menudo la más difícil, es esperar y observar. Dado que la influencia del
medicamento sobre la energía vital se produce instantáneamente, todos
los efectos observados tras su administración son adaptaciones del
organismo a la corrección de su vibración (el medicamento solo
desencadena la reversión de un proceso sin intervenir directamente en él);
por lo tanto, una nueva prescripción en un intento de acelerar la cura
provocará un nuevo cambio de vibración sin que se complete la anterior, lo
que puede resultar en una nueva disritmia. Otra regla básica en la segunda
prescripción es no prescribir sin realizar un nuevo y completo estudio de
caso, por decirlo de otra manera: toda consulta debe verse como la
primera consulta, donde se vuelve a estudiar todo el caso.

Básicamente, existen tres posibles situaciones de evolución del paciente


tras la primera prescripción:

1. El paciente está peor, pero se siente mejor, puede ser: debido al efecto
placebo de la consulta (efecto rapport) y no por la acción del medicamento;
cambio de actitud ante la vida por motivos distintos al tratamiento
homeopático o cambio en situaciones ambientales (nocivas); supresión
homeopática con evolución a egotrofia.

2. El paciente está peor y se siente peor, podría ser: evolución natural de


la enfermedad, la medicación no funcionó; supresión homeopática con
empeoramiento de la enfermedad.

3. El paciente está mejor, pero se siente peor, podría ser: buen


agravamiento homeopático tras observación pronóstica, basado en la
mejoría de los síntomas clínicos y manifestación de síntomas psóricos
profundos (nostalgia, angustia, ansiedad ...) con evolución miasmática de
retorno a Psora .

En caso de que el paciente haya padecido factores que previamente le


habrían perturbado sin agravarse, la conducta será expectante y en la
reaparición de síntomas que habían mejorado la prescripción que sigue
será del mismo fármaco en diferente dinamización.

Otra posibilidad es que se mantenga una aparente mejoría miasmática


pero con la reaparición de los síntomas clínicos que habían mejorado,
siendo necesario volver al caso por completo. Solo una comparación
minuciosa entre el estado actual y el anterior a la prescripción permite
valorar el sentimiento subjetivo de mejoría, que debe basarse
estrictamente en la mejoría de los síntomas clínicos.

También es necesario ser consciente de las “falsas mejorías”, cuando hay


una mejoría importante de los síntomas clínicos acompañada de un
sentimiento subjetivo de mejoría, pero sin cambio de actitud ni síntomas
miasmáticos; o aún, alteración miasmática aparentemente positiva,
principalmente por la administración de similares, con mala evolución hacia
la egotrofia o, de muchas veces más difícil diagnóstico, evolución hacia la
egotrofia enmascarada. Para evaluar la legitimidad se debe cuestionar el
“por qué” y el “para qué” de la mejoría, además del “cuándo” y el “cómo” y
también analizar la intención de vida del sujeto y relacionarla con los
nuevos síntomas que aparecen.

La evolución hacia la egotrofia puede sospecharse cuando el individuo


incorpora triunfalmente a la sociedad actual; cuando se exacerba la
egotrofia (sicosis), el individuo parece estar más sano; por otro lado, el
surgimiento de un espíritu crítico sin amargura ni odio denota evolución
hacia la curación.

El cuadro sicótico del paciente se manifiesta cuando hay una exageración


de las características personales, en los casos que evolucionan hacia una
aparente cura.

54

Un individuo puede actuar de una manera egotrófica por elección, de


acuerdo con las circunstancias del entorno, sin ser miasmáticamente
egotrófico. La diferencia está en la libertad de elección: cuando la egotrofia
es miasmática no hay libertad de elección, el sujeto se mueve por un
impulso interno que nunca se satisface; por el contrario, opta
voluntariamente por esta actitud porque es el mejor en determinadas
circunstancias.

La primera prescripción puede considerarse incorrecta por dos razones:


potencia o error de medicación. Si un medicamento ha producido una
mejoría parcial pero correcta y el cuadro cambia a uno nuevo, cuyos
síntomas quedan cubiertos por ese medicamento, la segunda prescripción
consiste en una repetición del mismo medicamento en diferentes
dinamizaciones. Lo que debe tenerse en cuenta como guía para una
buena evolución y confirmación de la medicación es precisamente la
exaltación de los síntomas psóricos junto con la observación de la Ley de
Curación de Hering.

Si no hubo cambios en los aspectos más importantes de su conducta, si no


cambió su objetivo de vida, la medicación prescrita no fue similar.

Simillimum devuelve al paciente a su estado de libertad, pero si elige mal,


haciendo mal uso de su libre albedrío, puede volver a enfermarse; según
Kent58: “…; pero se le coloca en tal libertad que también puede destruir su
racionalidad ".

La acción del simillimum consiste en rectificar el cambio de energía vital,


cambiando la disritmia a euritmia, un estado de salud que se mantiene solo
cuando se usa para alcanzar los altos fines de la existencia o se enferma,
proceso explicado por Masi Elizalde59:

“En cuanto a la condición de permanencia, deseada por Hahnemann, no


depende de la medicina ni de su potencia, sino del hombre mismo,
siempre que utilice el equilibrio que le otorga el simillimum para cumplir
con el fin alto de la vida.

58 J. T. Kent, Lecciones de filosofía homeopática, pág. 86

la existencia, es decir, la reconciliación con Dios, la grata observancia de


su Ley y su reintegración, finalmente, a la Orden; objetivo que, ahora, en
plena libertad y armonía de sus sanos instrumentos, podrá alcanzar sin
angustias ni necesidad de recurrir al doloroso camino de la represión de
sus pulsiones mórbidas, con su lógica secuela de entidades
anatomo-clínicas, en el que, el sacrificio de planes jerárquicamente menos
noble del organismo, representa el precio de la salud del más alto,
consistente en mantenerse adherido al postulado ético, moral o religioso ”.

Los casos en los que se produce la aparición de síntomas psóricos


distintos de los correspondientes a la medicación prescrita o no
acompañados de una sensación subjetiva de bienestar general están
determinados por otros similares y se resuelven mediante la
reestructuración de una nueva defensa errónea.

El paciente psórico debe ser visto como funcional y por tanto evoluciona
sin agravamiento inicial, a diferencia de los pacientes sifilíticos o sicóticos
que deben ser considerados lesiones leves o graves según el grado de
estructura de su actitud terciaria, cuyo agravamiento en el nivel energético
estará representado por la desencadenante de la crisis psórica.

2.6. CONSIDERACIONES SOBRE LA PRÁCTICA DE MEDICINA

2.6.1. Niveles de curación

Para Federico Fisch60, podemos clasificar la práctica homeopática en tres


niveles: el primero se limita a la práctica de una medicina más eficaz y
menos iatrogénica que la medicina convencional, con el objetivo de tratar
solo la entidad nosológica, una Homeopatía apofórica “alopatizada”; el
segundo es el resultado de una fusión de conceptos que da lugar a una
medicina conceptualmente confusa e irregular en sus resultados. El tercer
nivel, por otro lado, se refiere a la Homeopatía miasmática, que emerge de
una

59 ACTAS DEL I. I. A. E. H. J. T. K., pág. II - 7

60 Ibíd., P. 11.

56

análisis crítico del pensamiento hahnemanniano y con miras a la curación


a nivel miasmático. Se debe tener cuidado siempre que la opción de
tratamiento recaiga en la Homeopatía miasmática, para que, por su estado
actual, no la sobrestime y se ponga en marcha obsesivamente en busca
de un desiderátum curativo -que eventualmente puede resultar
inalcanzable en un momento dado- olvidándose o descartar totalmente la
opción por un mal menor.

Así, la homeopatía denominada aporica se caracteriza por estar guiada por


los síntomas de la forma clínica en lugar de los síntomas generales y
comunes de la entidad nosológica de la que la forma clínica es una
variante particular. Se debe optar por un tratamiento de primer nivel de
similitud solo en ausencia de un medicamento "de fondo" y con riesgo de
vida o integridad de los tejidos nobles o si existe un sufrimiento excesivo.

Por tanto, desde el punto de vista de la terapia homeopática, podemos


distinguir cuatro grupos:

1. Pacientes sin posibilidad de tratamiento miasmático o paliativo.

2. Personas enfermas sin posibilidad de tratamiento miasmático pero con


medicamentos que permitan su paliación.

3. Pacientes con posibilidad de tratamiento mediante la técnica clásica


(segundo nivel).

4. Pacientes con posibilidad de tratamiento miasmático entendiendo su


dinámica (tercer nivel).

En las curas de segundo nivel, un medicamento trata un mosaico


específico de síntomas y entidades anatómicas y clínicas en un individuo
sin, sin embargo, eliminar sus actitudes defensivas equivocadas. En la
gran mayoría de los pacientes, la Ley de Curación ocurre de manera
incompleta y parcial, es decir, curas de primer y segundo nivel.

Al seleccionar un medicamento recetado, siempre debemos buscar el


similar. La forma más directa y segura de encontrar el antipsórico profundo
es hacer una historia clínica según el criterio de la dinámica miasmática,
practicando una homeopatía de tercer nivel; cuando esto no es posible, se
configura un mosaico de síntomas jerárquicamente en Lugares Mentales,
Generales y Modalizados, para luego practicar la Homeopatía de Segundo
Nivel.

2.6.2. Uso de altos poderes

En casos agudos, el uso de potencias menores (alrededor de 30CH, por


ejemplo) hace necesario repetir la dosis en cortos periodos de tiempo
además de incurrir en un mayor riesgo de agravamientos, mientras que
con potencias elevadas, además de ser necesario un número menor de
dosis para la curación clínica, la posibilidad de agravamiento es mucho
menor, ya que sólo los individuos idiosincrásicos al fármaco estarán
sensibilizados.

Las dinámicas altas no son necesariamente peligrosas; hay que temer


como determinantes de las malas agravaciones (en casos agudos o
crónicos) tanto las altas como las bajas dinamizaciones que se desvían de
la potencia ideal para el individuo. En casos agudos tratados con altas
dinamizaciones se suele observar el cumplimiento de la correspondiente
observación pronóstica con una sola dosis, al contrario de lo que se
observa en el uso de bajas dinamizaciones donde es necesaria la
repetición de dosis.

2.6.3. Limitaciones de la homeopatía

La homeopatía es potencialmente fabulosa, pero debemos tener cuidado


de no tratar de curar a todos los pacientes similares, ya que solo hay unos
3500 fármacos estudiados, la gran mayoría sin un estudio miasmático.

58

profundo; lo que imposibilita pretender actuar en el drama espiritual en el


100% de los casos.

A pesar de conocer la enfermedad endógena del paciente, muchas veces


nos encontramos desarmados terapéuticamente (sustancia aún no
probada), cuando la paliación está indicada para suprimir un gran
sufrimiento o si existe riesgo de vida.

La limitación de las curas de tercer nivel radica en que existen pocos


fármacos estudiados en profundidad con esta metodología, y el paciente
puede no estar entre ellos, lo que nos obliga a repertorizar por el método
de Kent o prestar especial atención a los síntomas mentales modalizados
para componen la totalidad sintomática.

2.6.4. Obstáculos para la curación y la incurabilidad.

Según Masi Elizalde, ningún obstáculo para curar puede antídoto de la


acción de la medicina simillimum, el único obstáculo real es la falta de un
conocimiento miasmático más profundo de la Materia Médica o del
paciente.

Cuando, desde el punto de vista del diagnóstico clínico, el paciente


presenta una enfermedad cuya dificultad de curación es tan grande que no
podemos superarla, este paciente se considera incurable. Por ejemplo, un
paciente con meningitis que se puede curar con antibióticos, pero para el
que no se encuentra simillimum puede considerarse incurable desde el
punto de vista homeopático.

2.6.5. Medicina única de por vida

Para Kent y Masi Elizalde, simillimum es único para cada paciente y no


cambia a lo largo de la vida y es la mejor medicina para este paciente tanto
en

enfermedades tanto agudas como crónicas. En Kent encontramos61:


“Pero necesitaba este medicamento desde su niñez…. ¿Crees que, debido
a que la enfermedad ahora ha progresado a cambios en los tejidos, ...? El
hombre necesita el mismo proceso de tratamiento que necesitó desde su
niñez. ”, Ratificado en otra lección62:“ La enfermedad del paciente no fue
curada, solo alterada y modificada; pero es el mismo paciente y la misma
enfermedad que requiere la misma medicación ". . a su vez, Masi Elizalde
reafirma el mismo concepto63:

“La forma más directa, pero no la única, de alcanzar esta euritmia es a


través del simillimum del paciente.

... Personalmente, estoy de acuerdo con la idea, junto a Kent, Nash, Lippe
y otros, de que el simillimum es uno para cada paciente y, además, como
mantenían Kent y de alguna manera Ghatak, entre otros, que esto no
cambia con el tiempo. de toda la vida. Por tanto, este simillimum, capaz de
transformar la disritmia en euritmia, es la mejor medicina, no la única, para
este paciente, ya sea que sufra una enfermedad aguda o un problema
crónico ”.

2.6.6. Medicina única para enfermedades agudas y crónicas

Si le indicamos un fármaco para una patología aguda con evolución


espectacular, repetir ese mismo fármaco en una dosis mayor una vez
superado el caso agudo; es decir, un medicamento indicado para una
afección aguda también puede actuar como antipsórico para la crónica.
Para obtener este resultado, los síntomas seleccionados para la elección
del medicamento deben pertenecer al paciente y no a la enfermedad, que
puede ser tanto aguda como crónica; descarte todos los síntomas del
primer nivel de similitud clasificando solo los del segundo o tercer nivel.

61 J. T. Kent, Lecciones de filosofía homeopática, pág. sesenta y cinco

62 Ibíd., P. 245

63 ACTAS DEL I. I. A. E. H. J. T. K., pág. 49

60

2.6.7. Paliación

Si el paciente no ha respondido a la medicación, evalúe la posibilidad de


recetarle otros medicamentos si existe riesgo de vida o sufrimiento
excesivo. En este caso, es posible elegir el fármaco de acuerdo con otros
criterios: 1) entre las “notas clave” agregadas al resto de síntomas del
paciente; 2) tomar la fotografía de la entidad anatomo-clínica (homeopatía
apofórica), con riesgos de supresión, pero mover la imagen que es
incurable puede volverse curable, o hacer que aparezcan nuevos síntomas
homeopáticos; 3) si no hay riesgo para la vida, queda la alternativa de
indicar paliativos que no impliquen supresión o aconsejar al paciente que
conviva con la enfermedad, pues la supresión sería peor (mal menor).

2.6.8. Simillimum X Similar


Simillimum es el fármaco dinamizado capaz de cambiar la arritmia peculiar
de un individuo dado en euritmia, un medicamento similar cambia esta
disritmia del paciente por otra disritmia distinta, que puede ser más o
menos grave, es decir, suprime.

Es incorrecto considerar la metástasis mórbida como una consecuencia


obligatoria de la supresión. La velocidad a la que aparece la metástasis
mórbida depende de la velocidad de la afección a tratar: rápida en la
aguda y lenta en la crónica.

2.6.9. Enfermedades artificiales o exógenas

El reconocimiento seguro del carácter exógeno y artificial de una condición


nos autoriza a emplear terapias no homeopáticas para combatir la noxa.
Un cuadro de origen exógeno exclusivo aumenta la jerarquía de síntomas
que, de ser considerados ante una enfermedad natural o endógena, serían
despreciables.

Ante cualquier enfermedad exógena debemos estar alerta para detectar


detrás de ella una causa natural o endógena, como determinante de la
posibilidad de la acción de la noxa o como factor desencadenante. Para
ser considerado exógeno, es necesario que la acción de la causa externa
no esté relacionada con un aumento de la susceptibilidad, y que la
exposición a la noxa dependa del desconocimiento del peligro o haya sido
motivada por causas ajenas a la voluntad.

2.6.10. Enfermedades infecciosas y / o infecciosas

Kent ya puso a las bacterias como secundarias en el proceso de la


enfermedad, siendo el desequilibrio interno primario y fundamental, al igual
que Allen: “No es por cosas externas que el hombre se enferma, ni por
bacterias o el ambiente, sino de sí mismo ”64 y“ El remedio homeopático
cubre todos los fenómenos de la enfermedad cualquiera que sea su
origen, incluido el microbiano ”65

Los microbios infecciosos son colaboradores en la defensa del organismo,


que transmiten las porciones virulentas generadas en el exterior como
adaptación de la masa orgánica a la variación energética de la Fuerza
Vital. Los microbios que infectan la toxina admiten una explicación similar;
es decir, los parásitos animales, vegetales o virales dependen de
enfermedades endógenas y son parte de la defensa.

2.6.11. Vacunación

En cuanto a la decisión de vacunar o no, esta debe tomarse en base a la


individualización del caso; sin olvidar la posibilidad de no encontrar
simillimum en caso de no vacunar, por ejemplo contra la polio. También
debe tenerse en cuenta el estado miasmático del paciente, ya que el
efecto de la vacuna es exacerbar una predisposición sicótica; en un
paciente que se encuentra en la etapa terciaria

64 KENT, Lecciones de filosofía homeopática, p. 27

65 ALLEN, J. H .. Miasmas crónicos - Psora y Pseudo-Psora, p. 87

62

de Psol egolitic o alterlitic probablemente no será dañino, quizás ni siquiera


esté inmunizado.

Prevenir enfermedades (entidades nosológicas) impidiendo de alguna


manera que el organismo "produzca" una determinada enfermedad, es en
realidad una supresión; sería como cerrar una “válvula de escape” del
organismo, que será reemplazada por otra en un plano jerárquico
generalmente superior.

Las enfermedades eruptivas (infecciosas-contagiosas) comunes de la


infancia deben considerarse, prácticamente, como fisiológicas, ya que
significan una crisis benéfica, eliminando la sobrecarga miasmática
determinada por la necesidad de adaptarse con éxito al medio.

La medicina homeopática puede determinar una inmunidad relativa en


función de la mayor o menor perfección del tratamiento, aunque un
tratamiento de primer o segundo nivel no siempre suprime: si su acción
organotrópica o local actúa en la misma dirección que la naturaleza, no
hay supresión.
Así, es posible obtener inmunidad absoluta solo administrando el
simillimum ideal (cuantitativo y cualitativo), que es remoto, pero no
imposible; mediante simillimum real (cualitativo, pero no cuantitativo
exacto) obtenemos inmunidad relativa, en la que las entidades nosológicas
que aparecen en este caso acudirán sin complicaciones, cumpliendo su
función. No es posible obtener inmunidad mediante el uso preventivo del
fármaco que cubre, con sus propiedades apóricas, la condición clínica de
la entidad clínica.

Desde el punto de vista homeopático, se deben evitar las vacunas, ya que


bloquean la posibilidad de que el organismo entre en una crisis exonerativa
y, en consecuencia, lo reemplacen con manifestaciones en planes
jerárquicos superiores, además de reforzar la característica ya existente en
individuos sicóticos acelerando

aparición de hipertrofia. Como conducta práctica, Masi Elizalde sugiere no


vacunar en aquellos casos en los que creemos haber encontrado
simillimum, nunca vacunar contra enfermedades comunes de la infancia,
evitar la vacunación en individuos con una actitud marcadamente sicótica y
no vacunar contra condiciones que tienen un tratamiento tradicional eficaz
en el caso de fracaso del tratamiento homeopático.

2.5. PATOGÉNESIS Y MEDICINA HOMEOPÁTICA

Masi Elizalde, estudiando una patogénesis suficientemente rica en


síntomas, como si fueran uno solo, pudo percibir que a través de diferentes
fragmentos emergía el sufrimiento más profundo de una especie,
consecuencia de la falta de un estado de perfección y felicidad
previamente existente. Por tanto, los patógenos son perturbaciones
experimentales, modificaciones de manifestaciones de la actividad del
alma y vemos en ellas, para los fines buscados por el irascible y
concupiscible, una clara lesión de la más alta potencia del alma sensible:
la imaginación.

La patogenia también demuestra otros dos conceptos fundamentales


sobre el proceso de la enfermedad: su inicio endógeno, independiente del
entorno, ya que diferentes experimentadores con diferentes historias de
vida manifiestan el mismo cuadro mental cuando se someten a la misma
sustancia dinamizada; por otro lado, la falta de respuesta en
experimentadores que no son sensibles a la misma sustancia dinamizada
demuestra que los síntomas no son inherentes a la sustancia, sino al
individuo.

Así, la medicina no interviene en el acto humano, lo que interferiría con la


libertad66: “La medicina simillimum libera al alma racional de sus
compulsiones morbosas, perturbando la voluntad y el intelecto, poniéndola
en condiciones de resolver bien o mal su desconocimiento vital. "

66 ACTAS DEL I. I. A. E. H. J. T. K., pág. I-27

64

En patogenia se observa que cada medicina se daña en alguna de las


pasiones del alma o en cualquiera de los pasos del acto humano definidos
por la antropología tomista, es decir, la enfermedad es el aspecto de la Ley
que cada uno se negó a obedecer.

El estudio de la planta, animal o mineral confirma la hipótesis elaborada.


Encontramos en la energía de la sustancia natural, cuya misión es
representar ese mismo aspecto de perfección divina envidiado por el
individuo, de quien esta sustancia dinamizada es el simillimum. Toda droga
que tiene un componente fosfórico, por ejemplo, tiene su drama profundo
relacionado con el conocimiento, cada uno experimentando este problema
a su manera, desde su propio punto de vista. Confirmando esta
observación, existe una estrecha analogía entre el drama profundo del
paciente y la forma de vida de la sustancia que es su medicina.

Así, cada droga, además de sus propiedades organotrópicas locales, tiene


un profundo drama psórico, que en la gran mayoría de las drogas aún no
se conoce.

La forma en que el individuo expresará su drama y sus síntomas,


dependerá de la cultura en la que fue criado, la época en que vive; sin
embargo, personas de diferentes culturas o épocas que comparten un
mismo drama psórico lo expresarán a través de palabras análogas que
simbolizan un factor común entre estas diferentes formas de expresión,
esto es lo que debemos buscar reconocer en la patogenia y relacionarlo
con el caso en estudio. .

La mayoría de los experimentos presentan síntomas de malestar psórico


lítico secundario y terciario, ya que la egotrofia se confunde fácilmente con
una situación de salud y los síntomas egotróficos pueden haber sido
clasificados como curativos.

En el proceso del pensamiento habitual, primero se intuye algo que debe


justificarse racionalmente, mientras que en el estudio de la medicina debe
ocurrir lo contrario: se formula una hipótesis lógica y racional que se
confirmará a posteriori en simbología, en lenguaje, etc.

Para establecer una hipótesis del sufrimiento psórico primario de las


drogas, se debe buscar un vínculo entre los temas establecidos, siguiendo
el esquema antropológico tomista y llegar a qué atributo divino se
relaciona. Esta hipótesis se confirmará mediante la simbología, utilizando
diccionarios analógicos y de símbolos, de fuentes de diferentes culturas y
civilizaciones. Esto debe hacerse siempre al final y para confirmar la
hipótesis, ya que existen varios simbolismos para un mismo objeto y elegir
uno al azar dará lugar a interpretaciones subjetivas, que no
necesariamente corresponden al drama psórico en cuestión. El estudio de
Camphora, por ejemplo, muestra la esencia de la Etapa Primaria de Psora
(sufrimiento del hombre alejado de Dios), mientras que el estudio de
Opium muestra la nostalgia por el Paraíso perdido (Etapa Primaria de
Psora) y la posibilidad de proyectar el sufrimiento esencial. en el mundo
exterior (Psora Secondary Stage).

En el estudio de los temas es fundamental que se utilice el lenguaje del


experimentador, sin cambiarlo por términos médicos, y luego consultar el
diccionario analógico para buscar otras formas de expresar lo mismo. Se
completa haciendo un estudio científico de la palabra o función que da
nombre al tema. De esta forma, se reduce la posibilidad de que ocurran
interpretaciones durante el estudio.

Otro dato que hay que tener en cuenta es que en sustancias


experimentadas en estado ponderal, donde teóricamente los síntomas se
deben principalmente a la intoxicación, siempre existe la posibilidad de que
el experimentador sea sensible a la sustancia, lo que valida sus síntomas
idiosincrásicos.

66

Los experimentos hahnemannianos se realizaron con dinamizaciones por


encima y por debajo del número de Avogadro, hecho que fue ignorado por
Hahnemann quien, por tanto, no estableció diferencia alguna en la
interpretación de los resultados.

Las materias médicas están compuestas actualmente por sustancias


tóxicas experimentadas en peso o en estado dinamizado y sustancias
inertes dinamizadas. El estudio de los síntomas mentales puede
ayudarnos a lidiar con esta heterogeneidad de información, ya que
diferentes personas intoxicadas con la misma sustancia desarrollan el
mismo cuadro a nivel somático - específico de la sustancia - pero
diferentes síntomas mentales - idiosincrásicos de cada experimentador. En
el caso de las sustancias inertes en estado ponderal, la dinamización en la
que se realizó la patogénesis no supone una diferencia lógica ya que no
producen intoxicación. En las intoxicaciones, el síntoma del metal es
específico del individuo y puede despertarse con otro medicamento;
mientras que el síntoma somático es característico de la intoxicación, y
podemos considerarlo como integrado al drama de la sustancia.

La diferencia entre experimentos con dosis materiales e inmateriales está


bien definida por Vitor Menescal67:

“Un experimento realizado con dosis materiales de una sustancia activa


debe tomarse como una pasión corporal, ya que en ella se afecta
principalmente el cuerpo y sólo secundariamente el alma. Los síntomas
orgánicos dependerán directamente de la acción del fármaco, los síntomas
mentales no aparecerán necesariamente como una respuesta a la
sensibilidad del experimentador. Es decir, el alma sufrirá la repercusión de
la modificación originalmente experimentada por el cuerpo, y responderá
con sus contenidos, que manifiestan la individualidad de quien la
experimenta. Por tanto, puede que no haya coherencia entre los síntomas
orgánicos y mentales en experimentos de este tipo. Mientras que en una
patogenia realizada solo con dosis inmateriales, considerada una pasión
animal, los síntomas

67 V. Menescal, Para un modelo antropológico, p. 15

seguirán siendo consistentes, ya que serán representativos de la


sensibilidad individual en todos los niveles ".

Dentro de este concepto, los síntomas mentales son los mismos que los
síntomas somáticos, lo que puede ayudar a comprender los fármacos cuya
patogenia todavía se caracteriza por síntomas casi exclusivamente
somáticos. Los síntomas somáticos de las intoxicaciones nos brindan
información a nivel orgánico sobre el sufrimiento, el drama profundo de esa
sustancia; sin embargo, todavía no tenemos los recursos para hacer este
tipo de correlación, es decir, la medicina nos dice una cosa solo en
diferentes niveles y con el lenguaje específico de cada nivel. El drama
metafísico visualizado en la patogenia tiene su expresión plástica en la
lesión corporal.

Para Masi Elizalde, la cuestión del mecanismo de acción de la medicina


homeopática se explica por la interacción del aura de la sustancia con el
aura del individuo sensible, la parte dispersa del campo energético de los
dos elementos. Y hay un límite más allá del cual el ser humano ya no
capta dinamizaciones; cuando por debajo de ella todos los individuos
encuentran un rango que corresponde a su simillimum cuantitativo.

De forma esquemática, para el estudio de las drogas, en primer lugar se


determina, en el caso de los tóxicos, si el experimento se realizó en estado
ponderal o no sin profundizar en el estudio de la sustancia para evitar
ideas preconcebidas. En el estudio de los temas se utiliza el lenguaje del
experimentador, el cual, luego de agruparlos en temas, verifica
objetivamente las palabras-temas (palabras analógicas utilizadas por
diferentes experimentadores). Luego, se realiza una revisión del material,
ordenado por temas, en busca de un denominador común, tratando de
determinar tres o cuatro grandes temas de la medicina con los que ya es
posible construir una hipótesis y pasar al estudio en profundidad de la
medicina; si no es posible, tratamos de responder a cinco preguntas
principales: ¿Cómo sufres? ¿Cómo reaccionas a

68

¿Defiéndete? ¿Cómo reaccionas al atacar? ¿Cómo reaccionas cuando te


impones con franqueza? ¿Cómo se impone enmascarado? De esta forma
es posible organizar el tema de forma miasmática.

Para que un síntoma tenga categoría temática debe ser original e


impactante, ya que empezamos a valorarlo como posible keynote al final
del estudio. También es fundamental no distinguir entre temas psíquicos y
somáticos, o no se encuentra el tema, que es un denominador común que
va de lo mental a lo somático.

Planeando la Metodología Masi Elizalde para el estudio de Materia Médica,


tenemos:

1) Agrupar los síntomas mencionados por el experimentador en temas.

a) Extracción de síntomas del Repertorio: todas las rúbricas del capítulo


“Mente” en el que aparece el medicamento.

b) Agrupación de síntomas extraídos según un criterio de analogía:


comienzan a formarse conjuntos de síntomas que describen y configuran
sentimientos y actitudes, y pueden agruparse en tres grandes grupos: 1.
Sufrimiento puro, sin defensa; 2. Destrucción; 3. Hipertrofia o
afrontamiento.

2) Establecer, a partir de los pequeños temas, que son los grandes temas
de la medicina, lo que impregna toda patogenia.

3) Agrupa los síntomas según el concepto miasmático, respondiendo a


cinco preguntas: 1– ¿Cómo sufres? 2– ¿Qué te hace sufrir? 3– ¿Cómo
reaccionas cuando quieres destruir la causa de tu sufrimiento? 4– ¿Cómo
te defiendes cuando te escapas para no afrontar el problema? 5- ¿Cómo te
defiendes cuando quieres dominar, imponirte sobre la causa de tu
sufrimiento de manera a) franca yb) enmascarada ?.
4) Trabajar con la propia enfermedad, con el sufrimiento, determinar los
núcleos psóricos - no es obligatorio encontrar síntomas que cubran todos
los núcleos, y un mismo síntoma puede integrarse en varios núcleos,
dependiendo del ángulo en el que se mire.

a) Delimitación de Psora: búsqueda de primum movens: se incluyen todos


los síntomas de sufrimiento puro, en los que se pueden distinguir dos
categorías: sufrimiento puro, independiente del entorno (Psora primaria) y
sufrimiento de alguna manera relacionado con factores ambientales. medio
ambiente, sin el cual no podría manifestarse (Psora Secundária). De ahí
que sea posible identificar el síntoma que condiciona la "vida" del
medicamento, el síntoma motor.

b) Cuando el síntoma motor no aparece con claridad, se debe recurrir a la


Materia Medica Pura, donde el problema esencial de la droga se resume a
menudo en una sola frase. Los síntomas psóricos se pueden agrupar en
temas:

 Tema Pérdida: relacionado con las perfecciones perdidas por el ser


humano en el pecado original y admite diferentes variantes (pérdida de
protección, conocimiento, ...).

 Tema Nostalgia: refleja el recuerdo de haber disfrutado antes de la


protección, la ciencia infundida, etc.

 Tema de la culpa: aparecen sensaciones que implican el conocimiento


de un Hombre sin su necesidad actual, y ahora sufre la culpa de esta
pérdida.

5) Realizar una nueva clasificación ordenando según el esquema


antropológico aristotélico-tomista. Para el análisis hay dos vías: la primera
es trabajar desde lo más a lo menos importante jerárquicamente (intelecto,
sensitivo, vegetativo, generativo, aumentativo, locomotor ...) comprobando
la existencia de síntomas y la posibilidad de asociaciones; sin embargo, sin
utilizar todavía síntomas de la imaginación, ya que sería necesario recurrir
a la simbología, que en este momento podría conducir a una

70
sesgo equivocado; la segunda forma es trabajar con un síntoma que llama
la atención porque es muy característico, original.

6) Entonces, con el principio de hipótesis armada, se busca una


correlación entre síntomas de diferentes niveles jerárquicos, premisa
fundamental ya que no pueden existir dos dramas esenciales distintos e
independientes en un solo individuo.

7) En este punto, se agrega el estudio de la sustancia: dónde vive, para


qué sirve, propiedades físico-químicas, folclore / mitología sobre ella.

8) Después de determinar qué poder de la naturaleza humana se ha


depreciado, buscamos el equivalente en los atributos de la divinidad, y en
la Summa Theológica, debido a la minuciosidad en la descripción de las
potencialidades humanas y su interrelación, es donde llegamos a percibir
realmente el ángulo específico a través del cual se ve el atributo divino.

9) A partir de ese momento, la dinámica miasmática se aclara y es posible


encontrar un denominador común para estas reacciones, el número de
medicación.

10) Queda entonces por determinar desde qué ángulo la medicina sufre,
ve el atributo divino envidiado. La simbología debe dejarse para el final,
para probar las hipótesis establecidas.

11) Los temas se pueden dividir en argumentos donde el experimentador


describe lo que está sucediendo y explica la causa, justifica el síntoma
(palpitaciones nocturnas por miedo a un fantasma, por ejemplo) o no
discute, cuando el experimentador solo cita los síntomas sin justificación
(palpitaciones al anochecer, por ejemplo).

12) Luego, buscar síntomas relacionados con la culpa, la pérdida, el miedo


al castigo, la nostalgia, la justificación y la reconciliación, sin separarlos en
mentales o somáticos para recuperar un ser humano unitario; para luego
verificar la sintomatología que muestra la modalización de estos núcleos
psóricos en actitudes terciarias. En el centro de la nostalgia vemos una
fijación por los tristes acontecimientos del pasado; en el centro del miedo
al castigo encontramos una sensación de miedo, de vergüenza que está a
punto de suceder. El núcleo de la justificación no tiene síntomas claros,
puede haber síntomas de intelecto, memoria, etc.

13) Clasifique los síntomas según el esquema antropológico tomista: Alma


Racional - comprensión, voluntad, memoria; Alma sensible: cognitiva,
apetitiva, motricidad de la potencia locomotora; Alma Vegetativa: nutritiva,
aumentativa, generativa. Así, ya existe una imagen general de la
medicación, que puede ser cuantitativa - la mayoría de los síntomas se
refieren a una determinada potencia del esquema antropológico - o
cualitativa - solo dos o tres síntomas raros que representan la
individualidad de la medicación.

14) En este punto ya es posible aplicar dos normas de análisis: respecto a


la finalidad del poder o poderes afectados, analizando las distintas
funciones que cumple; y lo que sufres se manifiesta contra lo que has
pecado.

15) Aquí se profundiza el tema en estudio utilizando el diccionario


analógico, realizando un estudio científico; confiar únicamente en nuestro
conocimiento previo del tema es un error, ya que son insuficientes.

16) Escogiendo dos o tres principios hipotéticos, comenzamos a buscar el


nexo de unión, ya que están interconectados.

72

17) Luego pasamos al estudio de los síntomas, porque la hipótesis tiene


que poder explicar incluso aquellos que quedaron fuera y para eso
buscamos la confirmación en otras disciplinas como la simbología,
botánica, etc.

18) Poseyendo la hipótesis, conociendo el núcleo psórico de la


medicación, es posible deducir cómo serán las reacciones egótrofas y
alteradas o egolíticas. De lo contrario, incluso si una Materia Médica
determinada no presenta síntomas egotróficos (negando la pérdida del
atributo), es posible deducir por analogía cómo sería un individuo en esta
reactividad, una vez comprendida la enfermedad miasmática.
a) Para la formación de defensas reactivas (Sífilis y Sicose): primero
seleccionamos el grupo de síntomas que forman la Sífilis y notamos la
concatenación de las manifestaciones que comienzan en la Psora
evolucionando hasta llegar al miasma sifilítico; de manera similar con el
miasma sicótico. Cualquier síntoma puede pertenecer a cualquiera de los
tres miasmas, dependiendo del contexto en el que se inserte, de su
intencionalidad.

b) Para la síntesis final: obtención de la imagen viva y dinámica del


medicamento; dar vida al "esqueleto" formado. También ratifica o rectifica,
a través de Materia Médica, las conclusiones obtenidas hasta el momento,
descartando síntomas de dudoso valor.

La idiosincrasia es la susceptibilidad individual, particular, cuya respuesta


es única y no depende de la sustancia en cantidad, sino en calidad; y está
determinado por el individuo sensible y no por el factor desencadenante,
que puede ser inerte para otros individuos de la misma especie.

Según Hahnemann, cada fármaco actúa sobre todos los individuos


dependiendo de la dosis utilizada. Partiendo de la patogenia con
sustancias dinamizadas, se comprueba que: a) los síntomas aparecen no
determinados por dosis fuertes, b) estos síntomas aparecen en unos
individuos y no en otros, yc)

Sustancias inertes en dosis ponderadas, determinan varios síntomas


cuando se administran dinámicamente a ciertos individuos. Sin embargo,
se llega a la conclusión errónea de que esta falta de acción en ciertos
individuos es solo aparente y que el síntoma despertado pertenece al
medicamento como una propiedad, cuando en realidad el medicamento
tiene la capacidad de estimular a individuos cuyo modo reactivo se
expresa por tal sintomatología. haciéndolo aparecer.

En el momento de la consulta, puede aparecer un paciente mostrando


puro sufrimiento o alguna de las actitudes reactivas, según el momento de
la vida. Cuando prescribimos un fármaco estamos exponiendo al paciente
a una patogenia, especialmente cuando los fármacos dinamizados se
prescriben en dosis repetidas.
74

III - CONCLUSIÓN

A. M. Elizalde propone, entonces, una nueva visión de la doctrina


homeopática según un modelo tomista, o mejor, aristotélico-tomista,
llevando esta concepción filosófica a la práctica homeopática diaria.
Afirma, como Hahnemann, que el hombre debe proveer con los esfuerzos
de su espíritu lo que antes tenía gratuitamente para reconciliarse con Dios,
a través de sensaciones que traen felicidad, acciones que exalten la
dignidad y la adquisición de conocimientos que abrazan el Universo,
siendo el La enfermedad es una posible contingencia si utiliza sus
esfuerzos en la dirección equivocada.

Determina una unión racional que permite afirmar que Psora equivale a
susceptibilidad, siendo los miasmas Sífilis y Sicose dos posibilidades
reactivas; estableciendo que todas las condiciones agudas son
exacerbaciones de Psora en su dinámica miasmática. Afirma que la
medicación es única para toda la vida del paciente, tanto en condiciones
agudas como crónicas. Entiende los efectos de la droga como inherentes a
la droga, capaz de causar síntomas dependiendo de la susceptibilidad
particular de cada individuo.

Critica la interpretación subjetiva, no vinculada a ninguna referencia o


realizada en base a esquemas ajenos a la Homeopatía, o basada en
referencias homeopáticas deformadas; controla la interpretación realizada
a través de la simbología tradicional que muestra con evidencias que es un
conocimiento que está firmemente arraigado en el inconsciente colectivo.
Solo usa la simbología después de haber agotado todas las posibilidades
de comprender la etapa primaria de Psora a través de la lógica.

Así, según Masi Elizalde, la medicina debe decidir afrontar el corazón de la


enfermedad: el conflicto espiritual y metafísico del hombre; La homeopatía
es la visión tomista de la medicina. La homeopatía adquiere profundidad
desde el

momento en el que su objetivo terapéutico pasa de la entidad


anatomo-clínica al individuo en desarmonía consigo mismo y con el
cosmos al que pertenece; Siendo verdad La homeopatía es miasmática,
con tres niveles de tratamiento homeopático.

Finalmente, define la Homeopatía como una medicina inacabada, aún en


desarrollo, que necesita revisión y profundización, especialmente en lo que
respecta a la Materia Médica, que hoy solo sería el comienzo de una
comprensión más completa de su dinámica miasmática.

IV - REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. ACTA DEL INSTITUTO INTERNACIONAL DE ALTA ESTUDIOS


HOMEOPÁTICOS “J. T. KENT ”, Buenos Aires: I. I. A. E. H. J. T. K.;
nosotros 1-8, nov. 1984 a mayo de 1994.

2. Jornada Paulista de Homeopatia, celebrada en Associação Paulista de


Homeopatia, S. Paulo, del 20 al 22 de noviembre de 1999.

3. I Encuentro Internacional de Homeopatía en la Ciudad de São Paulo.


Ed. Robe, São Paulo, 1996.

4. Transcripción de las conferencias impartidas por Alfonso Masi Elizalde


en la Associação Paulista de Homeopatia en 1989.

5. ALLEN, J. H .. Miasmas crónicos - Psora y Pseudo-Psora. Editorial


Albatros, B. Aires, 1978.

6. HAHNEMANN, S .. Organon del arte de curar. Ed. Robe, 1996.

7. HAHNEMANN, S .. Organon del arte de curar. Grupo de estudio


homeopático “Benoit Mure”, 1986.

7. HAHNEMANN, S .. Enfermedades crónicas - traducción de la segunda


edición en alemán (1835). Grupo de Estudios Homeopáticos de São Paulo
“Benoit Mure” - tercera edición (1990).

8. KENT, J. T .. Lecciones de Filosofía Homeopática. EHB, 1998.

9. MENESCAL, V. Por un modelo antropológico. Studia Homeopathica


–vol.1: 40-53. 1993. R. Janeiro. Brasil.

11. II Jornada Masi Elizalde en Rio de Janeiro / 2000

12. SUMA TEOLÓGICO - vol. IV - Trad. L. Castellani - Buenos Aires: Club


de Letores, 1944 - p.192-194.

13. HAEL, R. Samuel Hahnemann. Tu vida y tu trabajo - Trad. Tarcizio de


Freitas Bazilio. E. H. B. 1999. S. Paulo - Brasil.

14. ROSENBAUM, P. Miasmas, Ed. Roca, S. Paulo, 1998.

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