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VICERRECTORADO ACADÉMICO
CENTRO DE TECNOLOGÍA EDUCATIVA
CAPACITACIÓN
DOCENTE
LECTURAS
COMPLEMENTARIAS
MÓDULO II
LECTURA N° 1.
Los psicólogos utilizan este término, "aprendizaje", en forma muy diferente a como lo
utiliza la demás gente. Para los psicólogos no tiene casi nada que ver con el término
"conocimiento", tiene muy poco que ver con el término "instrucción" y no tiene
absolutamente nada que ver con el término "sabiduría". Indudablemente el término
"aprendizaje", como lo usan los psicólogos se presta a ciertas confusiones generados por su
uso en la vida diaria. La psicología del aprendizaje es una rama de la psicología
experimental que ha alcanzado un altísimo grado de desarrollo en el siglo XX y que ha
permanecido como ciencia pura, aunque parece contener las semillas de una revolución en
la educación, como veremos en un capítulo posterior.
Como todas las áreas de la ciencia, la psicología del aprendizaje se caracteriza por los
cuatro rasgos definitivos antes enumerados:
¿Qué es el aprendizaje, según esto? Sabemos que no es sólo sumar y sacar raíces
cuadradas, o memorizar listas de sílabas sin sentido, sino mucho más. Aprendizaje ha sido
definido en formas muy diversas. No es algo que se observe como observamos el
comportamiento de la gente ante un estímulo físico. El aprendizaje pertenece a la categoría
considerada como "variable participante" o "construcción hipotética" (para una distinción
entre ambas véase MacCorquodale y Meehl, 1918). Observamos unas alteraciones en ¡a
ejecución de un organismo, animal o humano, e inferimos que ha "aprendido". En otras
palabras atribuimos ese cambio en la ejecución (digamos un aumento en el número de
respuestas) a una construcción hipotética, el "aprendizaje".
ESTIMULO Y RESPUESTA.
Stevens (1951) dice que el problema central de toda la psicología es la definición del
estímulo. En su opinión, es preciso definir cuáles son las propiedades de los objetos
estímulos que obran como estimulantes, o sea que actúan sobre el organismo y
desencadenan la respuesta.
Sólo los estímulos efectivos son estímulos. Un cambio de energía que ocurre en la
cara oscura de la luna no es un estímulo para un habitante de la tierra; una onda ultravioleta
no es un estímulo mientras no la percibamos con los instrumentos del caso. Los
ultrasonidos no son estímulos para el hombre pero sí lo son para los murciélagos y para los
perros.
CLASES DE APRENDIZAJE.
El tema del aprendizaje es bastante complejo, como el lector se habrá dado cuenta
hasta este punto. Se discute si hay una o varias clases de aprendizaje, se está en desacuerdo
con los parámetros básicos del proceso, y "aprendizaje" se ha convertido en sinónimo de
"polémica" en psicología contemporánea. En este libro mi punto de vista será amplio, pero
dentro de los cánones de la psicología experimental. No daré más peso a una interpretación
que a otra, sino que expondré los hechos y el lector podrá hacer su propia evaluación de
ellos. Por otra parte, como Hilgard y Bower han hecho notar (1966), los psicólogos están de
acuerdo con los hechos del aprendizaje, éstos no se discuten; se acepta la integridad
científica de los otros investigadores y se repiten sus hallazgos; en cambio, la interpretación
de los hechos es causa de discordia.
En el condicionamiento operante, por otra parte, el animal emite una respuesta (por
ejemplo presionar una barra en un instrumento denominado caja de Skinner) y se refuerza
(por medio de alimento, generalmente). Sabemos que el alimento refuerza el
comportamiento del animal repite la acción una y otra vez. Probablemente las
características distintivas del condicionamiento operante son el uso del refuerzo y la
afirmación de que la conducta está mediada por sus consecuencias. Otras importantes
clases de aprendizaje merecen ser estudiadas aquí. El aprendizaje percepto - motor, o
aprendizaje de habilidades, principalmente motoras, ha alcanzado un alto grado de
desarrollo especialmente en relación con la ingeniería psicológica (también llamada
"psicología experimental aplicada"). Los trabajos sobre coordinación óculo manual, por
ejemplo, se han refinado mucho y su importancia en la vida diaria es muy grande. El
aprendizaje verbal es otra "clase", que se refiere específicamente al hombre y está en íntima
relación con los problemas de formación de conceptos, el uso de símbolos y otras
cuestiones que antes se trataban como "pensamiento"; llamados "comportamiento verbal"
no cambia su naturaleza, pero los hace más accesibles al método de las ciencias naturales.
INSTINTO.
Kuo (1922, 1924, 1927), el principal psicólogo chino del siglo XX, ha sido
considerado el campeón de la campaña contra los instintos. El vio ratas y gatas juntos, y
observó que no existe un instinto en los gatos a comerse las ratas, o en las ratas a huir de los
gatos; entrenó perros para luchar en forma no lograda antes (Kuo, 1967), logró crear nuevas
formas de comportamiento completamente opuestas a lo que parecía ser "natural" en esos
animales, etc. Según él y varios psicólogos más, la palabra "instinto" se vacía de
significado, añade confusión a nuestro campo de trabajo y debe desecharse de una vez por
todas.
Sin embargo, existen ciertos comportamientos que son comunes a todos los miembros
de la especie, rígidos, etc., como hemos visto antes en el caso de las hormigas. Se
denominan comportamientos específicos de la especie (en vez de “Instinto”, lo cual no es
solamente un cambio de terminología, sino también de enfoque). Éstos comportamientos
específicos han sido estudiados, especialmente por los etólogos europeos.
MADURACIÓN.
EXPERIENCIAS TEMPRANAS.
PLANIFICACIÓN. INTRODUCCIÓN.
Es ésta una obra para educadores que trata de un proceso y una manera de pensar que
pueden contribuir a crear resultados educativos que los profesionales competentes han
buscado durante muchos años. Este proceso tiene como finalidad contribuir a alcanzar
dignidad humana donde no existe e incrementarla donde su presencia es solamente parcial.
Considera individualmente a cada alumno como centro del aprendizaje y toma como punto
de partida la condición en que se halla al iniciarse la instrucción. Es un buen método que
asegura que se mantengan en primer plano la originalidad e individualidad de cada persona,
que sirven como referencia básica para la planificación educativa y sus realizaciones.
La clave del éxito en la educación radica en las personas y todos los procesos pueden
ser buenos sólo en la medida en que lo sean las personas que los utilizan. Esperamos que
los educadores tendrán en cuenta estas ideas útiles y valiosas.
ALGUNAS DEFINICIONES.
Uno de los aspectos más difíciles al ocuparse de una disciplina que puede ser nueva -
como por ejemplo la planificación de sistemas educativos-es la terminología. Con
frecuencia las palabras desconocidas pueden rechazarse por considerarse que forman parte
de la "jerga", de modo que la comunicación no puede llevarse verdaderamente a cabo.
Siempre que en este libro aparece por primera vez una palabra o un concepto,
tratamos de definirlo operacionalmente de acuerdo con la manera en que se crea o se pueda
determinar su existencia o inexistencia. La precisión es importante porque a menudo los
educadores utilizan las mismas palabras con significados distintos, de modo que se
interrumpe la comunicación. Para evitar esto damos ciertas definiciones desde el principio.
Por ejemplo, una escuela puede ser un sistema (si tiene objetivos), un distrito escolar
y un programa de instrucción pueden serlo también. De acuerdo con esta definición
particular, si una entidad tiene organización y finalidades puede ser un sistema. Ahora bien
¿qué podemos hacer para asegurarnos que un sistema sea pertinente? Se recomienda un
proceso denominado enfoque sistemático.
El enfoque sistemático debe hacer que la educación resulte humana. Tiene una
importancia vital para el éxito de la educación, el que se considere y se preserve la
individualidad de cada persona en el diseño y la aplicación de cualquier proceso educativo
funcional. La planificación y los elementos de un enfoque sistemático se centra en el
estudiante y aseguran que se atiendan y mantengan las ambiciones, habilidades, dudas,
esperanzas y aspiraciones de cada individuo.
Actualmente es común ver que los códigos educativos se hacen cada vez más
voluminosos e intrincados. Los legisladores están promulgando leyes relativas a las
prácticas y procedimientos educativos a una velocidad tal que se hace necesario que la
mayoría de los educadores se conviertan en especialistas en lectura rápida, en adivinos y en
magos.
Si nos limitamos a reaccionar ante las demandas de reforma, el resultado tenderá a ser
cierto tipo de anarquía en el que trataremos de estar en todas partes al mismo tiempo, sin
satisfacer, probablemente, a ninguno de nuestros clientes (o sea aquellos a quienes tratamos
de servir).
Por otra parte, una acción requiere finalidad, confianza y resultados. Cuando en lugar
de reaccionar actuamos, nos hacemos responsables tanto de los procesos como de los
productos educativos. La responsabilidad es nuestra; adquirimos un compromiso
profesional.
La frase hecha de que el cambio es inevitable, sigue siendo apropiada. Lo crucial para
los educadores parece ser si seremos los artífices o las víctimas de ese cambio.
Hay otro aspecto o característica de las reformas que los educadores debemos
considerar puesto que parece amenazar virtualmente a todos. Beals (1968) lo señala muy
bien: "... la innovación técnica que tarde o temprano no provoca resistencia es porque debe
ser trivial ".
La acción tiene su mayor utilidad cuando se emplean datos valederos para predecir
resultados prácticos y realistas. Un enfoque sistemático, que es lógico más que emocional,
resulta difícil de "vender" a ciertos educadores y ciudadanos ya que muchos de ellos tienen
tendencia a operar sobre las bases emocionales o de "necesidades intuidas". Sin embargo, el
progreso lo realizan individuos que, armados simplemente de una necesidad valedera y de
un proceso útil, han entrado en acción produciendo cambios apropiados. "Busca una
necesidad y satisfácela " ha sido un buen consejo dado desde hace tiempo a los jóvenes
ciudadanos. Este enfoque de planificación proporciona un proceso para descubrir
necesidades y el mejor modo de satisfacerlas.
No es raro que educadores y ciudadanos protesten diciendo: "ya sabemos cuáles son
nuestros problemas, lo que «necesitamos» son soluciones". Con frecuencia no puede
decirse que den pruebas de muy buena percepción. Por lo común conocemos algunos
síntomas de ciertos problemas; sin embargo, a menudo no tenemos conocimiento de la
naturaleza exacta de cada problema.
Así pues, la planificación se ocupa solamente de determinar qué debe hacerse, a fin de
que posteriormente puedan tomarse decisiones prácticas para su implantación. La
planificación es un proceso para determinar "adonde ir" y establecer los requisitos para
llegar a ese punto de la manera más eficiente y eficaz posible.
Sencillamente, siempre que vaya a producirse una reforma educativa, será viable el
proceso que acabamos de describir. Se trata de un círculo cerrado o de un proceso de
autocorrección; cuando en algún momento no se satisfacen las necesidades dentro del
proceso, se hacen necesarias las revisiones dentro del proceso, se hacen necesarias las
revisiones apropiadas. Por ende, en cada etapa se requiere determinar si el plan ha dado o
no buenos resultados, tomándose decisiones con respecto a su continuación o revisión. Al
planificar debemos identificar todos los elementos y los requisitos para lograr un cambio
valedero, utilizando el proceso sugerido de administración de seis etapas.
RESUMEN.
PROBLEMÁTICA GENERAL.
Uno de los aspectos en que la Pedagogía pone de manifiesto con más énfasis su
incipiente desarrollo como ciencia de la educación, es, sin lugar a dudas, la didáctica. En
efecto, hasta el presente continuamos utilizando textos, tanto a nivel medio como superior
generalmente en los mismos, cuya característica más resultante es su inconsistencia y
superficialidad en el tratamiento de los teman que enfocan.
Vamos a suponer, por ejemplo, que una capacidad propuesta para aprender es
información verbal, y que el tema es la Primera Enmienda a la Constitución de Estados
Unidos de Norteamérica. El objetivo del aprendizaje se puede especificar de inmediato
describiendo la situación ante la cual se encuentra el estudiante, en la que el resultado verbo
denota la clase de capacidad aprendida (misma que en este caso es la de "exponer), y la
acción que se espera tomará Condiciones para el Aprendizaje con objeto de manifestar este
resultado. Se puede realizar de inmediato una descripción del objetivo del aprendizaje de la
siguiente manera:
(Situación): Dada la pregunta "¿ Cuáles son las cláusulas de la Primera Enmienda a la
Constitución de Estados Unidos de Norteamérica".
(Acción): Escritura.
La descripción del objetivo puede ser, desde luego, más o menos detallada,
dependiendo de los propósitos para los cuales se habrá de utilizar la exposición. Para un
planificador de la enseñanza o un maestro, es probable que este ejemplo contenga
aproximadamente la proporción adecuada de detalles. Para los propósitos de formular una
prueba para la actuación es probable que se quiera una mayor cantidad de datos específicos.
Si el objetivo va comunicarse al alumno, podría resultar más apropiada una afirmación un
tanto más informal como la siguiente: "Tendrás que ser capaz de decirnos aquellos que la
Primera Enmienda Prohibe". Así pues, no es preciso que un objeto del aprendizaje tenga un
contenido exacto. Su expresión varía de acuerdo a la respuesta de comunicación esperada; y
éste puede ser diferente para un maestro, una persona que formule pruebas, un padre c un
estudiante. En algunas ocasiones, la situación y la acción están implícitas y no es preciso
mencionarlas; en otras ocasiones, se hace necesaria una descripción adicional de
herramientas o medios. No obstante, la esencia del objetivo del aprendizaje se debe incluir
en todos los casos. Este es el verbo resultante y su predicado. Este verbo identifica lo que se
aprende.
4. Para el evaluador de la instrucción, los objetivos sirven para definir los dominios de
actuación que él intentará determinar o medir.
En cada uno de los casos, como se podrá apreciar, es necesario describir la situación
que se considera apropiada para la observación de la actuación; como es costumbre, esta
descripción se inicia con la palabra "Dado (a)... "La parte más importante de la exposición
del objetivo, el éxito de la actuación, sigue a continuación, empezando con el verbo
apropiado para el resultado. El siguiente elemento en la exposición lo constituye la acción,
descrita típicamente por medio de la forma del gerundio adjetivado de un verbo, como
"escribiendo". Se puede observar que esta palabra de acción no constituye una parte
sumamente importante de la exposición del objetivo (en contraste con el verbo del
resultado); simplemente indica la forma particular que habrá cié tomar la actuación y con
frecuencia se elige para la conveniencia de la observación. Finalmente, por consideración a
la integridad, tal vez sea preciso que la exposición del objetivo incluya los medios o
herramientas que el estudiante habrá de utilizar.
Ejemplos de objetivos del aprendizaje (de la instrucción) para las categorías de los
resultados del aprendizaje:
Concepto definido (Situación): Dada una fotografía área de una región incluyendo
una ciudad (actuación resultante): clasifica por definición la
ciudad como un centro de población y transportación (acción):
describiendo y haciendo referencia a estas características en la
fotografía.
Regla de orden superior (Situación): Dado el mapa territorial de una sección del
país e información respecto a los vientos prevalecientes
(actuación resultante): Genera lluvia relativa
pronosticada en áreas designadas de la micción
(acción): escribiendo cifras (medio): en una escala del 1
al 10.
Ahora bien, en la práctica vemos que se utilizan indistintamente los términos de fines
y objetivos de la educación para significar con ellos las formulaciones de carácter general
que expresan los ideales formativos de una época o de una sociedad dada.
Pero bien, ¿qué son los propósitos de la enseñanza?. A nuestro juicio, no son otra cosa
que los objetivos que formula el docente pensando sólo en io que el hará o tratará de hacer
si cuenta con el concurso de determinadas condiciones favorables al desempeño de su
labor. En otras palabras, los enunciados que encontramos en la gran mayoría de los
programas de enseñanza en cualquiera de los niveles y ramas, son sólo propósitos que
como tales, traducen aspiraciones o intenciones que pueden ser muy interesantes y que
seguramente expresen la necesidad de que el alumno adquiera determinados conocimientos,
habilidades, actitudes y/o destrezas. Pero, la forma declarativa que adoptan y la actitud que
asume el docente frente a tales declaraciones, limitan su función como instrumentos
didácticos, convirtiéndose, por fuerza de- la repetición indiscriminada, en meros
enunciados carentes de sentido y de utilidad en cuanto a medios que impriman racionalidad
al proceso docente en su totalidad.
Las repuestas rigurosamente objetivas que puedan darse a estas preguntas nos
llevarían, necesariamente, a firmar que la diversidad al proceso docente y sus resultados, y
como consecuencia lógica, a las generalizaciones que sobre éstos se formulen. Agregamos,
con respecto al rendimiento académico, las deficiencias y limitaciones derivadas del propio
sistema o escala de calificaciones y el uso que de ella se hace, y tendremos un cuadro
general que reclama con urgencia su transformación en otro que responda eficientemente a
las exigencias actuales de la enseñanza.
He aquí, pues, un problema acerca del cual debe iniciarse una amplia discusión que
tienda a su esclarecimiento, toda vez que involucra un replanteamiento y revisión de
criterios hasta ahora utilizados en la práctica de la enseñanza.
LECTURA N° 4.
Los objetivos, como sabemos, no son exclusividad del campo de la Educación; antes
por el contrarío, casi no existe actividad consciente del ser humano que no esté dirigida al
logro de uno o más objetivos; en consecuencia, es la causa que impulsa nuestros actos y les
da sentido.
Hoy, quizás con mayor énfasis que en cualquiera otra época, los objetivos son motivo
de especial consideración en las más diversas áreas del quehacer humano. La Economía, la
Política, la Administración, el Trabajo Social, la Investigación Científica, y por supuesto la
Educación, entre otras disciplinas, tienen sentido modernamente sólo si se ejercen con
especial atención a los objetivos que en cada caso se aspira alcanzar. Esto nos da una
especial ventaja, cuando intentamos emprender una acción inteligente y efectiva, así como
una pérdida mínima de esfuerzo.
En general, podríamos definir los objetivos como el principio que rige nuestras
acciones e influye el camino que tomamos para alcanzarlos.
En el caso específico de la Educación, podría decirse que la acción docente como todo
esfuerzo institucional ha estado siempre guiada por objetivos. No obstante, hasta hace poco
tiempo eran contados los educadores que se preocupaban por su formulación explícitas; el
tema sólo era abordado en los textos de Pedagogía y Didáctica, generalmente en forma
bastante restringida y sin mayor conexión con el resto de la problemática educativa.
Actualmente, el reconocimiento de la necesidad de enunciar los objetivos educacionales
está totalmente generalizado. Por otra parte, se invierten grandes esfuerzos en la
investigación tendiente a la búsqueda de una sistematización cada vez mayor del problema,
siendo ya numerosas las obras en las cuales se les señala (a los objetivos) como la base
fundamental de toda programación educativa y se les da el tratamiento que como tal les
corresponde.
Este acento en el valor de los objetivos educacionales ha dado origen, como es lógico,
a una gran variedad de enfoques y conceptos por parte de los especialistas en la materia.
Los objetivos son los resultados prácticos y tangibles que deben ser previstos y
alcanzados en cada etapa de la labor docente, en un plazo determinado, con un grupo
especificado de alumnos. (Matos, 1.963: 60).
Los objetivos de la educación son los que indican el rumbo y los puntos de llegada
deseados, en torno a los cuales deben concentrarse todos los esfuerzos de la escuela.
(Nérici, 1.973: 25).
Los objetivos de la enseñanza son las conductas que se planea que ios alumnos
adquieran, modifiquen o robustezcan. (Nervobig, 1.973: 41).
Los objetivos de la educación son los criterios que se emplean para seleccionar el
material, bosquejar el contenido, elaborar los procedimientos de enseñanza y preparar las
pruebas y exámenes. (Tyler 1.974: 3).
Sea cual fuera la forma en que se les presente, los objetives indican que se desea
lograr cuando finalice el período de capacitación. (Vargas, 1.974: 3).