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La diferencia entre las llamadas leyes naturales y las normas jurídicas es que
las primeras se expresan en forma de necesariedad, en el sentido de que si se
da el supuesto de hecho necesariamente debe ocurrir la consecuencia. Esto
ocurre con las leyes de la física. Si por alguna razón no ocurre la consecuencia
prevista, significa que la ley física estaba errada. En cambio, sí se viola o se
desconoce una norma jurídica no se puede decir que estaba errada. Las
normas jurídicas dicen lo que se debe hacer y están y siguen vigentes así no
se haga lo que ellas establecen.
Las normas jurídicas es decir las proposiciones con supuesto de hecho, cópula
del deber ser y la consecuencia jurídica, no aparecen de manera explícita en
los códigos ni en las leyes, sino que se elaboran y se construyen por quien
tiene que aplicar la ley. Para elaborar las normas jurídicas se debe partir de las
disposiciones normativas, es decir, de lo que dicen las leyes y los códigos. Por
ejemplo, si el artículo 1.928 del Código Civil dice que, "la principal obligación
del comprador es pagar el precio convenido” y el artículo 1.930 dice que “si el
comprador estuviere constituido en mora de pagar el precio, el vendedor tendrá
derecho para exigir la resolución de la venta”, con esas dos disposiciones
normativas se puede construir o elaborar una norma que diga: si se celebra un
contrato de compra-venta y el comprador es constituido en mora de pagar el
precio, a petición del vendedor, (S), se deberá (copula), resolver el contrato
(P).
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que: “N” celebró un contrato de compra-venta y no pagó el precio de la cosa
comprada. Debe ocurrir la consecuencia, o sea: el contrato celebrado por “N”
debe ser resuelto.
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“Estas tres normas constitucionales son las que, en nuestro sentir, marcan los
límites de la libertad de los particulares en su posibilidad de celebrar actos
jurídicos: la constitución y las leyes, el bien común y los derechos ajenos. O,
condensadamente, el orden público y los derechos ajenos. Lo que no
contradiga ninguna de estas categorías puede realizarse por los particulares
sin temor de que puedan sobrevenir obstáculos o vicios que resten eficacia a
su voluntad encaminada a la creación de efectos de derecho. En cambio, el
acto voluntario que viole una regla de la constitución o de la ley, que
desconozca los principios del bien común o que lesione derechos de terceros,
estará afectado de un defecto que puede restar o anular la eficacia del mismo”.
(Pág. 180)