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Y esta es mi historia…LISBET YAJAIRA ROMERO RUIZ… migrante venezolana, respiré el rico aroma de

Colombia y sentí la libertad el 18 de diciembre del 2016. El sol había abierto el cielo de par en par y jamás sería cualquier
domingo, parecía que Dios estaba ahí, a mi lado. Mi destino era el departamento del Valle del Cauca, Cali, donde me
esperaban mis dos hijos y mi esposo, quienes habían salido 3 meses antes de nuestra amada Venezuela. Llegué triste y
feliz a la vez pero muy esperanzada y con deseos de vivir, de sonreír y de ser feliz nuevamente porque en Venezuela me
robaron la vida, dejé a mi familia, dejé mi casa, dejé las tristezas, dejé 15 años de carrera docente pero me vine llena de
fuerzas, de optimismo, de fe y dispuesta a luchar por el futuro que me robaron para mis hijos, llegué sin nada, solo mi
pasaporte. Luego de tres días tratando de pasar fronteras, calamidades, desidia, hambre…sentir ese mariposeo en el
estómago fue lo máximo, al fin me sentí victoriosa, suspiré, lloré y finalmente, logré llegar a la sucursal del cielo: CALI.
Mi familia estaba allí esperándome con sus ojos brillando y sus lágrimas brotando, la felicidad ya era nuestra.
Desde siempre estuve dispuesta a trabajar en lo que fuese, honestamente; pero Dios que nunca me abandona, me
permitió ejercer mi profesión. Soy docente apasionada de las letras, licenciada en Lengua Castellana y Literatura con
amplia experiencia profesional, 15 años como empleada pública en mi país, paralelo a labores sociales que llenaban mi
alma.
Inicie mi experiencia laboral en Cali en el Liceo San Antonio (2017), mi primer empleo fue lo máximo, nuevas
experiencias, nuevas amistades, nuevos colegas y lo mejor, nuevos estudiantes. Mi vida ya tenía sentido nuevamente,
volví a sonreír. Ese año fue enriquecedor, coordinadora del departamento de Castellano y líder del Gestión Comunitaria.
Recuerdo la primera izada de bandera, mis lágrimas recorrían mis mejillas al escuchar el himno de Colombia, yo estaba y
no estaba, solo imaginaba todo lo vivido en mi país. Terminé contrato y por motivos de carácter y la dueña del liceo no
continué trabajando allí, otra vez sin empleo en un país que no era mí país, donde no tenía nada más que los deseos de ser
la mejor y de salir hacia adelante.
Inmediatamente, envié hojas de vida y me llamaron para mi segunda oportunidad en Colombia: Instituto San Juan
Eudes, este empleo fue para mí terapéutico, mis jefes eran tan cálidos y excelentes personas, siempre con una sonrisa y
unas palabras de aliento ante cualquier situación, mis estudiantes los mejores y yo feliz porque estaba haciendo lo que me
gustaba, para lo que me preparé en la mejor y única universidad en Venezuela que egresa Pedagógos: Universidad
Pedagógica Experimental Libertador. Solo trabajé un año pues cerraron el Instituto y comencé a aplicar en nuevas
instituciones.
Logré calificar en el 2017 en el Colegio Los Andes sede Capri, la familia andina me recibió y me hizo sentir en
casa. Para mí ha sido el empleo más significativo y en el que he vivido momentos inolvidables que no cambiaría por nada.
Actualmente ya llevo 3 años con ellos formando a la juventud del futuro de Colombia, con respeto, amor, entusiasmo y
dedicación.
No puedo dejar de mencionar que adicionalmente, dicto clases de PREICFES con una prestigiosa empresa:
CEINFES-MILTÓN OCHOA, Centro de Investigación y Formación para la Educación Superior desde el 2018 hasta la
fecha y realizo labores sociales que fortalecen mi espíritu y mi alma, ayudo y presto apoyo a migrantes venezolanos,
ciudadanos colombianos y a personas vulnerables en peligro de exclusión social y problemas sociales o emocionales.
Fundadora con Sally Domínguez de los grupos de Venezolanos Luchadores en Cali, vigentes actualmente y sumada al
voluntariado FUNCOLVEN, Fundación Unidos Colombia y Venezuela sin fines de lucro.
He sido ejemplo de más de 1000 estudiantes, enseño con el espíritu, el alma y pongo mi conocimiento al servicio
de los adolescentes colombianos para forjar el mañana…el mañana que en mi Venezuela no pude continuar pero que con
amor día a día me levanto con todas las fuerzas de mi alma para dar el todo por Colombia, mi segunda casa y pronto
adoptada por esta hermosa tierra, estoy en proceso de la nacionalización colombiana por adopción y feliz de estar en este
país y me faltará vida para agradecer a los colombianos el recibimiento que me han dado, la calidez de sus palabras, los
momentos que me hacen vivir. No tengo ninguna mala experiencia para recordar así que GRACIAS COLOMBIA POR
TANTO, yo seguiré aportando día a día lo mejor de mí para enseñar como hasta ahora lo he hecho y seguir formando
estudiantes llenos de esperanzas, amor, libertad, autonomía y capaces de enfrentarse al mundo y a la realidad que los
espera…
Aquí no termina mi historia, mujer luchadora, emprendedora y guerrera, esto es solo el comienzo… aún el sol
ilumina el cielo de par en par y jamás será cualquier domingo, Dios continúa aquí, a mi lado, bendiciéndome y
haciéndome instrumento de ayuda , orientación y paz, nuevamente GRACIAS COLOMBIA POR TANTO. Vida como te
pongas te vivo.
Lisbet Yajaira Romero Ruiz (07-06-2020)

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