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1.- INTRODUCCIÓN. 1
2. - EL ROL DEL PSICÓLOGO EN RELACIÓN A LA PSIQUIATRÍA 3
2.1. - ENFOQUE DIAGNÓSTICO-EVALUATIVO(PSICOMÉTRICO) 3
2.1.1. - EL MODELO MÉDICO APLICADO AL COMPORTAMIENTO ANORMAL 3
2.1.2. - LA LABOR DEL PSICÓLOGO DENTRO DEL ENFOQUE DE LA "ENFERMEDAD
MENTAL". 3
2.1.2. - EVALUACIONES PSICOMÉTRICAS 4
2.1.2.1. - Pruebas proyectivas 4
2.1.2.2. - Pruebas de inteligencia: escalas de Weschler. 6
2.1.2.3. - Escalas de diagnóstico y personalidad: MMPI 7
2.1.2.4.- Pruebas de organicidad. 8
2.1.3.- CRÍTICA AL MODELO DIAGNÓSTICO-EVALUATIVO 9
2.2.- ENFOQUE TERAPÉUTICO INTEGRADO. 12
2.2.1.- ENFOQUE ALTERNATIVOS DE EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DE LA
CONDUCTA ANORMAL 12
2.2.1.1.- El modelo EVAC o de estrés-vulnerabilidad-afrontamiento-competencia (Liberman,
1993) 12
2.2.1.2.- La Evaluación conductual 15
2.2.1.3.- La Psicología Comunitaria 15
2.2.1.4.- La función del psicólogo en el ambiente de la salud mental. 17
2.2.2.-VÍAS DE INTERVENCIÓN DEL PSICÓLOGO EN LOS PROBLEMAS
PSIQUIÁTRICOS. 18
2.2.2.1.- Adiestramiento en habilidades sociales. 18
2.2.2.2.- Intervención en la familia 20
2.2.3.-ROL DEL PSIQUIATRA Y EL PSICÓLOGO EN DISTINTOS TRASTORNOS
CONDUCTUALES. 21
2.2.3.1- Depresión 21
2.2.3.2.- Esquizofrenia-psicosis 23
3. - LA LABOR DEL PSICÓLOGO EN CHILE 26
3.1. - ANTECEDENTES. 26
3.2. - IMPORTANCIA DE LA PSICOTERAPIA EN EL TRATAMIENTO DE LAS
ENFERMEDADES MENTALES. 27
3.3. - BRECHA ENTRE RECURSOS EXISTENTES Y RECURSOS REQUERIDOS. 27
3.4.- MODELO DE FUNCIONAMIENTO DE LOS SISTEMAS DE SALUD MENTAL EN
CHILE. 28
3.5. - PROPUESTA DE PROGRAMA NACIONAL DE SALUD MENTAL Y LA LABOR DEL
PSICÓLOGO DENTRO DE ÉL. 29
3.5.1. -CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL PROGRAMA. 29
3.5.2. - ACTIVIDADES DEL PROGRAMA 30
4. -ACTIVIDAD PRÁCTICA. 32
5.- DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN 34
6.- REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA 36
1.- Introducción.
La psiquiatría como ciencia reconoce los aportes de la Psicología, que deben ser tomados en
cuenta a la hora de comprender e intervenir en algún tipo de disfunción o problema
psicológico; es así como Kaplan (1997) establece como una de las proyecciones futuras de la
psiquiatría: "... la comprensión de las emociones y la conciencia también amplia el enfoque de
la psiquiatría para analizar la experiencia subjetiva humana. Las herramientas clínicas,
desde los fármacos hasta la psicoterapia profunda, podrían encontrar mayores aplicaciones
a medida que se sepa más acerca de los cambios psicológicos" (p.266). Pero también el
autor reconoce que el intercambio de conocimiento debe realizarse en ambos sentidos, ya
que la psiquiatría tiene mucho que ofrecer a la psicología en lo referente a aportes
neurofisiológicos y anatómicos.
Desde esta perspectiva, estarían bien delimitados los campos de conocimiento reservados a
la psicología y a la psiquiatría, pero en lo referente a la actuación práctica de cada
profesional, esta clara delimitación y asignación de tareas se hace bastante confusa.
En el presente trabajo, abordaremos las dos perspectivas acerca del rol que debe
desempeñar el psicólogo: el psicólogo como profesional evaluador, "testómetra", a quien le
corresponde la aplicación de instrumentos psicométricos de diversa índole para precisar el
diagnóstico psiquiátrico y suministrar información complementaria, y el psicólogo como un
profesional más activo dentro de la dinámica preventiva y de tratamiento de los problemas
psicológicos.
Desde el punto de vista psiquiátrico, los comportamientos desviados son considerados como
"enfermedades mentales", o sea, como entidades con una evidente etiología biológica con
factores causales necesarios y suficientes, de los cuales dependen, sin duda, los síntomas y
signos. Una enfermedad se caracteriza porque, sin tratamiento, presenta un desarrollo
invariante, predecible y responde también de un modo previsto a los tratamientos del caso.
Como postulado básico de este modelo, se considera que un importante número de
problemas psicológicos deben ser calificados como enfermedades mentales, sosteniendo
que cada trastorno mental constituye una entidad claramente delimitada, con
características clínicas que constituyen síndromes diferenciados cualitativamente del
funcionamiento sano (Martínez, 1998b).
Con el fin de generar diagnósticos confiables y válidos, se han creado diversos sistemas
clasificatorios, entre los cuales destaca el CIE-10 y el DSM-IV. Este último, aparecido el
año 1994, se caracteriza por su el uso de criterios operacionales, un sistema multiaxial de
diagnóstico y una fuerte base empírica(Martínez, 1998a).
La conducta es función de una estructura interna estable del individuo, por lo tanto, se
lleva a cabo una descripción, explicación y clasificación de los aludiendo a factores internos
y se señala que el pasado aporta de modo substancial a la formación de la personalidad, la
cual sería estable y consistente. Las conductas recogidas en el test son signos de los
rasgos subyacentes a la personalidad.
Existe un variado número de test proyectivos, entre las cuales se destacan el test de
Rorschach y el Test de Apercepción Temática o TAT.
Existe una variedad de enfoques para interpretar y calificar las respuestas a este test. El
más extendido y reciente es el de Exner, cuyo sistema de puntuación se basa en revisiones
de los hallazgos de investigación y estudios de la técnica de Rorschach(Sue y otros, 1996).
En general, entrega las características del procesamiento perceptivo y cognoscitivo del
sujeto.
Fue desarrollado primero por H. Murray en 1935. Consiste en 30 tarjetas de dibujo, cada
una de las cuales describe de manera típica dos figuras humanas. Sus poses y acciones son
lo bastante vagas y ambiguas como para estar abiertas a distintas interpretaciones.
Algunas tarjetas son apropiadas para ser aplicadas para todos los grupos, en tanto que
otras son específicas para un solo sexo o edad. Como la técnica de Rorschach, el TAT
entrega motivos, impulsos y procesos de personalidad subyacentes por medio de la
proyección. La mayoría de los clínicos concuerdan, sin embargo, en que el TAT es mejor
para describir aspectos de las relaciones interpersonales. (Sue y otros, 1996).
Estos instrumentos se caracterizan por una baja confiabilidad y validez. Se dice que
presentan baja confiabilidad porque sus resultados dependen en gran medida de la
capacidad, intuición y formación del clínico, de manera tal que si bien los resultados de la
aplicación pueden ser útiles, es bastante difícil que puedan ser replicados por otro
evaluador. Y en cuanto al problema de la validez, no es posible verificar de manera
inequívoca la adecuación de la medida con aquello que se supone debe ser medido, ya que
generalmente estos son constructos que no son susceptibles de verificación empírica
directa. Todo esto indica que las pruebas proyectivas deben ser usados con precaución y en
conjunto con otras medidas de evaluación.
El puntaje bruto obtenido en la prueba se transforma en puntaje estándar, para sumar los
subtest verbales, manuales o ambos juntos para determinar un CI verbal, CI manual y/o el
CI total. A partir de los puntajes estándar se hacen los análisis cualitativos porque éstos
determinan la posición del sujeto con respecto a la norma de su edad. Se toma como
criterio de normalidad un puntajes estándar de 10 (de 9 a 11 puntos).
Se empieza la descripción de las funciones partiendo por las que están en mejores
condiciones, disminuyendo hasta las peores. Se nombra la función y el nivel de desempeño,
sin agregar puntaje ni el nombre del subtest correspondiente.
- Resultado cuantitativo.
- Análisis cuantitativo.
- Análisis cualitativo.
- Observaciones del evaluador sobre el desempeño (interrupciones, etc.).
- Desempeño armónico o disarmónico.
- Nivel de deterioro (cuando corresponda).
- Nivel de desempeño en subtest sensibles a la ansiedad.
- Dispersión intertest.
- Verbalizaciones significativas del sujeto.
- Índices de organicidad (cuando haya disfunción patológica).
- Recomendación de reevaluar (cuando se noten alteraciones agudas).
- Alternancia de rendimiento en un mismo test (función).
Entre las ventajas del MMPI se encuentra el hecho de que al ser ocupado a gran escala, se
cuenta con un gran conjunto de investigaciones que señalan las correlaciones del MMPI con
distintos tipos de entes clínicos, lo que proporciona información descriptiva, predictiva,
diagnóstica y pronóstica. Otra ventaja radica en su naturaleza ateórica, lo que incrementa
su utilidad.
Entre las desventajas, se señala que los datos normativos de la prueba son anticuados. En
relación al MMPI-2, la cohorte normativa presentaría un nivel educativo elevado y no es
posible comparar los resultados de esta prueba con el MMPI-1, ya que existen diferencias
significativas en la forma de la escala y el tipo de código, por lo que la información
acumulada en el MMPI no puede ser extrapolada directamente al MMPI-2. Con respecto al
aspecto práctico, las pruebas son extensas y las personas que las responden indican que es
mucho el tiempo requerido para completarlas, por lo que se han realizado versiones
abreviadas, en las cuales se encuentran comprometidas la confiabilidad y la validez. (Kaplan
y Sadock, 1997).
Originalmente fue pensado como un test de personalidad por la teoría Gestalt. Sin
embargo, analizando las reproducciones que hacía el sujeto en relación a diagnósticos
clínicos se hizo evidente que el test era útil para detectar organicidad (daño cerebral).
También hay una escala de valoración emocional que puntúa otros ítems, donde se puede
detectar perturbación o problemas a nivel afectivo; no dice la naturaleza de la alteración
sino su existencia o inexistencia. Junto a esto, se puede determinar la posible presencia de
trastornos psiquiátricos.
Las lesiones del lóbulo parietal de cada hemisferio pueden comprometer la capacidad
visoespacial. La hemiparesia leve derecha puede reducir la velocidad de codificación y, por
lo tanto, el CI de rendimiento, en un paciente con enfermedad del hemisferio izquierdo
(Kaplan y Sadock, 1997).
Según Gergen (1994), en la conceptualización del trastorno mental por parte del modelo
médico ha primado una conceptualización de tipo pictórica del trastorno mental, en el cual
se haría referencia a la acción de crear términos que reflejarían condiciones existentes en
la mente. De este modo, la gente expresa enunciados sobre su estado mental y el terapeuta
intenta, a través de las palabras del paciente, "ingresar" en su mundo. Existen variadas
críticas acerca de este enfoque pictórico del lenguaje en la ciencia, ya que los términos
constituirían meras construcciones; en la psicología, el problema es aún mayor, ya que no
existe la posibilidad de crear referentes concretos visibles que unifiquen criterios. El
lenguaje pictórico de los estados mentales, entonces, tendría un carácter reificativo, es
decir, trata como real aquello de lo que habla el lenguaje, sin cuestionarse la certeza de
ese conocimiento; esto no significa que en la mente del individuo no ocurran diversos
procesos al realizar una acción, pero no nos es posible asegurar con certeza que un
individuo "posea" un determinado estado mental al realizar determinadas conductas.
De acuerdo a estos planteamientos, el modelo médico parte de supuestos no comprobados,
por lo que su utilización en la resolución de problemas psicológicos puede traer efectos
negativos, ya que por una parte, considerara a la conducta como determinada de modo
unilateral y exhaustivo por variables de tipo biológico - en el enfoque tradicional - o por
variables psicológicas y sociales - en los modelos psicosociales -, no considerando
planteamientos teóricos alternativos que consideran a la conducta humana como parte
integrante de un sistema complejo, con características como la causalidad circular y la
equifinalidad, que imposibilitan la atribución de un comportamiento a una o más causas
determinadas, ya que las supuestas "causas" y "efectos" se determinan mutuamente en
pautas más complejas de interrelación, donde las causalidades definidas por un observador
determinado son meras puntuaciones dentro de una pauta mayor que tiene como función
mantener la homeostasis de un sistema más complejo (Escobar y Cova, 1997; Keeny, 1987).
Por otra parte, desde una perspectiva conductual, la condición de anormalidad o normalidad
no son cualitativamente distintas, sino que reflejan juicios de las personas basados en una
multitud de criterios; además, los procesos que llevarían a la génesis, manutención y
desarrollo de la conducta normal como de la anormal serían los mismos - procesos de
aprendizaje, diversos factores psicobiosociológicos. (Martínez, 1998b)
Según Martínez (1998b), entre los factores que permiten entender la aplicación del modelo
médico a los problemas de conducta anormal, encontramos:
Erosión Social: Los términos del déficit mental se insertan dentro de la realidad médica y,
por lo tanto, participan de los conceptos de enfermedad, diagnóstico profesional y
tratamiento; los individuos son eliminados de su contexto social para entrar en un proceso
de "realineación profesional", lo que rompe los lazos del individuo con su comunidad. La
comunicación que se establece con el terapeuta, en términos generales autorreferente, va
en desmedro de la comunicación que debería existir entre los individuos en su vida habitual.
Introducción.
Las variables involucradas en el modo son conceptualizadas en los siguientes términos por
Liberman(1993):
De acuerdo al modelo EVAC, el individuo que presenta una afección psiquiátrica no puede
considerársele un "enfermo", sino una persona con una predisposición a sufrir determinada
sintomatología, la cual será elicitada por la presencia de acontecimientos vitales
estresantes o por la tensión presente en la familia o en trabajo, en tanto estos sobrepasen
las capacidades de afrontamiento del individuo o de su medio social:
"Para los modelos biologicistas o psicosociales, los períodos de salud del sujeto vulnerable
son considerados como respiros temporales en una vida de continuos trastornos. Para el
modelo de la vulnerabilidad, los episodios de trastorno no son sino interrupciones
temporales de una vida esencialmente sana".(Lemos, n.d., p.244)
De este modo, es importante considerar que para evitar la recidiva en cualquier tipo de
trastorno es importante que se encuentren presenten los factores de protección del
individuo, siendo los más importantes la capacidad de afrontamiento y competencia de los
individuos, las familias, los sistemas de apoyo naturales y el tratamiento profesional; este
último incluye , por un lado, la mantención de una medicación que controle los factores
biológicos de vulnerabilidad, y por otro, los programas de rehabilitación conductual que
incluyen el aprendizaje de habilidades sociales y laborales.
Una de las fuerzas impulsoras del movimiento de intervención a nivel comunitario a fines de
los 50 e inicios de los 60 fue la decepción que produjo en algunos círculos la aplicación de
los métodos tradicionales al tratamiento de psicopatías. Todos ellos insistían en la
necesidad del tratamiento individual y de confinar a los pacientes en instituciones
psiquiátricas; los partidarios de la psicología comunitaria se inclinan por la prevención de la
conducta anormal, o por lo menos, su detección temprana y la aplicación del tratamiento
antes que empeore el paciente. Lo importante es evitar la génesis de la psicopatología en
base al cambio de los sistemas sociales que la propician(Martin, 1985).
Los programas basados en la comunidad son muy diversos. Sin embargo, varias
características son muy particulares del enfoque comunitario de la psicología. Éstas
incluyen establecer un sistema de centro de salud mental comunitarios, enfatizar la
prevención, el entrenamiento de los paraprofesionales, volverse activos social y
políticamente y hace un uso creciente de los apoyos profesionales.(Sue et al, 1996)
Maxwell Jones (1953) fue uno de los primeros psiquiatras que puso en práctica estas ideas.
El implementó una "unidad de rehabilitación social", en el Belmont Hospital, cerca de
Londres, y a su método lo llamó comunidad terapéutica. Se planteaba que los pacientes
participaran activamente en su tratamiento y en el de otros, así como en varios aspectos de
las actividades diarias del hospital, lo cual contrastaba notablemente con su papel pasivo
habitual. También se modificaron las funciones del personal. En las reuniones de la
comunidad, lo médicos, enfermeras y psicoterapeutas debían abandonar su papel normal e
interactuar entre sí y con los pacientes en forma espontánea. La finalidad global de esta
terapia ambiental era crear una atmósfera de aceptación y respeto que ayudará a
reinstaurar la autoestima del paciente, a menudo destruida, y convencerlo de que debía
intervenir en el proceso de su rehabilitación.
Este programa tiene la necesidad de ser aplicado por personal especializado, que sepa
tratar al paciente como un ser humano y no como un enfermo, además de persuadirlo de
asumir cada vez mayores responsabilidades en torno a su vida y a su rehabilitación. El
psicoterapeuta debe enseñar habilidades específicas al paciente, como al resto de la
comunidad terapéutica, para que el fin de crear un ambiente hospitalario más terapéutico
se logre.
Es aquí donde el psicólogo puede cumplir un rol fundamental. Si bien el control de las
variables biológicas le compete al psiquiatra, todo lo relacionado con la enseñanza de
habilidades sociales, cambio conductual, cambio social y esfuerzos comunitarios son
aspectos que están directamente relacionados con la formación del psicólogo como tal.
Como ejemplo de posibles vías de intervención, se detallarán dos importantes tareas que le
competen al psicólogo en la atención de sujetos con problemas psiquiátricos: el
adiestramiento en habilidades sociales y la intervención en la familia.
2.2.2.1.- Adiestramiento en habilidades sociales.
2.2.3.1- Depresión
Tratamiento
Rol del psiquiatra: Este se encarga fundamentalmente de tratamientos biomédicos que
alteran el estado físico o bioquímico del paciente, lo que incluye la medicación y terapia
electroconvulsiva.
La terapia electroconvulsiva se reserva para pacientes con depresión grave que no han
respondido bien a los fármacos. El procedimiento consiste en aplicar un voltaje eléctrico
moderado al cerebro durante hasta medio segundo. La respuesta del paciente es una
convulsión (ataque) que dura unos 30 segundos seguidos por una coma de 5 a 30 minutos.
Los pacientes con depresión más grave muestran al menos una mejoría temporal, sin
embargo los efectos secundarios incluyen dolores de cabeza, confusión y pérdida de la
memoria. Esta técnica es controvertida y muchos han sugerido que sea prohibida.
Rol del psicólogo: Debido a que el uso de medicación antidepresiva implica una cantidad de
desventajas, se ha procurado un enfoque psicoterapéutico para la depresión. Una variedad
de formas psicológicas de tratamiento han sido usadas (psicoanálisis, terapias
interpersonales y familiares), todas éstas presentando algo de éxito. La terapia más
prometedora resulta ser la cognitivo conductual.
Los pacientes deprimidos tratados con terapia cognoscitiva tienen menor probabilidad de
desarrollar síntomas subsecuentes de depresión en comparación con aquéllos tratados
farmacológicamente. Los cambios cognoscitivos en los estilos explicativos y las atribuciones
entre los pacientes en terapia cognoscitiva pueden ayudar a prevenir los síntomas
depresivos. Se han hecho algunos intentos para combinar la terapia cognoscitiva y la
cognitivo conductual con la medicación antidepresiva. Los primeros hallazgos en dicho
tratamiento han sido positivos. La investigación posterior ha cuestionado si la combinación
es superior al uso de sólo una (terapia cognoscitiva o medicación antidepresiva). Una
revisión reciente en la investigación ha indicado que la terapia cognoscitiva es tan efectiva
como usar medicación y que usar ambas no es superior a usar cualquier forma de
tratamiento para pacientes con depresión aguda.
2.2.3.2.- Esquizofrenia-psicosis
Tratamiento
Las medicaciones antipsicóticas están lejos de ser perfectas y pueden producir diversos
efectos secundarios desagradables en extremo que semejan condiciones neurológicas. La
mayor parte ofrece poco alivio para los síntomas negativos tales como retraimiento social,
apatía e higiene personal deteriorada. Y muchos esquizofrénicos no se benefician en
absoluto de la medicación antipsicótica. A pesar que la clozapina tiene menos efectos
secundarios, podría aparecer la agranulocitosis, la cual implica lesiones de las membranas
mucosas o del sistema gastrointestinal, lo que es potencialmente fatal. Además los clínicos
a menudo no se percatan de posibles reacciones a los fármacos como por ejemplo,
intranquilidad motora , terror extremo e incluso intentos suicidas compulsivos.
Rol del psicólogo: La mayoría de los clínicos en la actualidad están de acuerdo en que el
tratamiento más benéfico para la esquizofrenia es alguna combinación de medicación
antipsicótica y terapia, es aquí donde interviene el psicólogo.
Terapia cognitivo conductual: Debido que los esquizofrénicos carecen de manera típica de
habilidades sociales, casi siempre se incluye un programa de entrenamiento para
contrarrestar esta carencia como parte de la terapia conductual. La terapia enfatiza las
habilidades de comunicación y el entrenamiento de la asertividad. El paciente es colocado
de manera repetitiva en situaciones sociales que tiende a evitar. Esto disminuye la ansiedad
del paciente al punto de que las buscará en lugar de evitarlas. Esta es una contribución
fundamental debido a que el retraimiento social es un síntoma esquizofrénico que no es
tocada por la medicación psicótica. (Martin, B. 1985). Este tipo de terapia también ha sido
usada para reducir el impacto de delirios , alucinaciones y otros trastornos del
pensamiento, por medio de explicaciones desestigmatizantes de sus síntomas y
entrenamiento para cuestionar los síntomas psicóticos. Se les explica que el estrés a
menudo produce reacciones comunes como ideas de referencia, paranoides e
interpretaciones equivocadas de los eventos. Los pacientes son enseñados a analizar sus
síntomas, llegando a concluir que sus creencias no son realistas.
Apoyo Familiar: Ya que la mayoría de los pacientes recuperados regresan a vivir con sus
familias, las nuevas intervenciones psicológicas se han enfocado de tratar de mejorar la
interacción entre el paciente y los miembros de la familia, evitando así posibles recaídas.
Esto implica difundir información acerca del trastorno entre las familias e esquizofrénicos
y enseñar a éstas y al esquizofrénico cómo modificar sus patrones de comunicación. Para
esto se identifican las interacciones estresantes y se realiza un entrenamiento en métodos
de comunicación alternativos. Se enfatiza habilidades específicas, tales como escuchar,
hacer peticiones claras, enfocar el reforzamiento positivo y reducir las críticas. (Sue, D.
1996)
En las políticas de Salud Mental vigentes desde 1993 se definieron como áreas relevantes
el Abuso de Alcohol, la Salud Mental de Niños y Adolescentes y los Discapacitados de
Causa Psíquica; y se incluyeron estrategias innovadoras promovidas internacionalmente,
como la Salud Mental en Atención Primaria, y especialmente, temas emergentes como la
Violencia y el Consumo de Drogas Ilícitas. La implementación del Plan ha sido progresiva y el
desarrollo en las distintas áreas se ha dado de manera desigual, de modo tal que no se ha
logrado un aumento suficiente de la cobertura, calidad y oportunidad de las atenciones
como para que sea valorado por las personas ni para mejorar el nivel de salud mental de la
población beneficiaria.
De acuerdos a los datos recogidos por el Ministerio de Salud (2000), la psicoterapia sería
un pilar fundamental en el tratamiento de las enfermedades mentales. De este modo:
Las políticas a seguir en los próximos años, en los distintos niveles de atención con respecto
a la atención psicoterapéutica, son las siguientes:
* En relación a la atención primaria, se estima necesaria la implementación de
establecimientos y equipos encargados de promocionar la salud mental y que posean la
capacidad de reconocer, tratar y derivar las enfermedades psiquiátricas, que trabajen en
coordinación con el resto del equipo de atención de los centros de atención primaria y
dentro de los parámetros dictados por un Programa Nacional de Salud Mental y Psiquiatría;
se estima necesaria la incorporación de psicólogos a los centros de salud mental y a los
consultorios Urbanos.
* En relación a la atención psiquiátrica, se requiere de acuerdo a estándares basados en el
diagnóstico epidemiológico, a las necesidades expresadas localmente por la población, y a
sus características socioculturales, como mínimo en lo relacionado a la psicoterapia:
* Un equipo de psiquiatría ambulatorio por cada 40.000 beneficiarios (niños, adolescentes,
adultos y adultos mayores), conformado por psiquiatra, psicólogo, asistente social,
enfermera, terapeuta ocupacional, técnico paramédico y monitor. Este equipo recibe los
pacientes solo por derivación del médico de atención primaria. De acuerdo a estándar
nacional se requiere de 44 horas de psiquiatra y 44 horas de psicólogo por cada 40.000
beneficiarios. Los profesionales que trabajan en estos equipos, debieran, además compartir
horas con otros dispositivos de la red de este nivel o del nivel de Subespecialidad.
* Hogares y residencias protegidas, con componentes flexibles y diversificados según
necesidades de las personas con enfermedad mental, tanto para corta estadía (crisis,
transición post internación, etc.) como para larga estadía. Recibe los pacientes derivados
por el equipo de psiquiatría ambulatorio y del servicio de psiquiatría de corta estadía. De
acuerdo a estándar nacional se requiere 1 plaza por cada 2.083 adultos beneficiarios.
· Programas de rehabilitación social y laboral, y apoyo a organizaciones de autoayuda,
agrupaciones de familiares, y comunidades terapéuticas. Las personas son derivadas a los
programas de rehabilitación por el equipo de psiquiatría ambulatorio. Para estos programas
se requiere de una coordinación multisectorial efectiva.
· Reuniones clínicas y de Consultoría periódicas de los equipos de psiquiatría ambulatoria
con los equipos de Adicciones, Mediana y Larga Estadía, Salud y Violencia, y Psiquiatría
Forense, con el fin de mejorar resolutividad de este nivel y evitar referencias innecesarias
a sub especialistas.
* En relación a la atención de sub-especialidades psiquiátricas, la necesidad de
psicoterapeutas no es declarada en forma tan específica, aparece como relevante la
presencia de psicoterapeutas en las unidades de acción ambulatoria (encargadas de los
pacientes con dependencia al alcohol y a las drogas), en los servicios de larga estadía
(pacientes que requieren más de 12 meses de hospitalización), en unidades de salud y
violencia ambulatorias y en las unidades de problemas emergentes; en estos servicios, el
psicólogo, más que actuar de forma directa haciendo terapia, puede ser un aporte en razón
del aporte de nuevos puntos de vista para enfrentar los problemas psiquiátricos,
especialmente en lo relacionado al enfoque psicosocial necesario para comprender estos
trastornos.
3.5. - Propuesta de programa nacional de salud mental y la labor del psicólogo dentro de él.
- Consultoría y enlace de salud mental: se realiza con el equipo de salud general y con otros
servicios de salud, con el fin de aumentar la capacidad de prevención, detección y
resolución en Salud Mental y para lograr la coordinación de referencias.
- Psicodiagnóstico psicológico: aplicación de pruebas.
- Consulta psicológica clínica: Incluye la evaluación psicológica y la intervención
psicoterapéutica.
- Psicoterapia individual: Tiene como objetivo la modificación de factores psicológicos del
trastorno mental.
4. -Actividad práctica.
Otro rol que debe desempeñar el psicólogo al estar inserto dentro de un sistema
hospitalario es un enfoque biopsicosocial, es decir, debe trabajar en conjunto y en forma
coordinada con médicos-psiquiatras, educadores y asistentes sociales. Esto se consigue,
desde el punto del trabajo, ejerciendo una dinámica comunicacional al interior del equipo, lo
que permite que exista una constante retroalimentación entre los profesionales, entonces
el desafío más grande es insertarse dentro de este equipo. Es en esta interacción de
profesionales donde el psicólogo desempeña un rol instruccional, en el que otorga
capacitación a los otros profesionales que no tienen la formación psicoterapéutica
adecuada, para que puedan realizar tares de apoyo.
Otro rol preponderante es que el psicólogo cumple, es ser un agente de cambio, impulsador
de un método de trabajo diferente, brindando espacios de interacción entre las personas,
lo que ha dado una movilidad al servicio muy enriquecedor.
En resumen, los roles que tiene el psicólogo dentro del hospital psiquiátrico serían:
1. Rol de integrado a un equipo.
2. Rol de la psicometría.
3. Rol formador y apoyador hacia el equipo.
4. Rol apegado a la ética.
5. Rol que promueva el autocuidado.
No existe una base teórica explícita que trate sobre la separación de roles entre
psicólogos y psiquiatras y otros profesionales implicados en el ámbito de la salud mental.
Esto es fácil de comprender, ya que todos tratan con el mismo asunto, la conducta humana,
la cual presenta una multifactorialidad que hace muy difícil establecer separaciones
taxativas de responsabilidades con respecto a la evaluación, diagnóstico y tratamiento de
las afecciones mentales. El problema radica en que cada profesional sólo puede abarcar una
pequeña área del conocimiento suficiente para enfrentarse a la conducta anormal y quien
trata de solucionar un problema de esta índole en un rubro que no forma parte de su
especialización, no cuenta con las herramientas suficientes, tanto a nivel evaluativo como
de acción que le permita obtener resultados óptimos. Se hace necesario una discusión
abierta, sin mezquindades, que lleve a los distintos profesionales de la salud mental a
asumir una real responsabilidad por los pacientes, de manera tal de no realizar azarosas
intervenciones sin una formación específica previa que permita preveer los riesgos de un
tratamiento inadecuado.
El hecho de limitar bien los campos de desempeño llevará a un mejor trabajo, con mejores
resultados para los usuarios del sistema de salud mental, ya que se evita la redundancia de
actividades y posibles conflictos por intromisión considerados de exclusiva responsabilidad
por cada profesión.