Sunteți pe pagina 1din 16

Una visión general sobre la producción de bioetanol a partir de materias primas

lignocelulósicas
Manju Toor, Smita S. Kumar, Sandeep K. Malyan, Narsi R. Bishnoi, Thangavel, Mathimani, Karthik
Rajendran, Arivalagan Pugazhendhi – India – 2019
Resumen
El etanol lignocelulósico se ha propuesto como una alternativa ecológica a los combustibles fósiles
durante muchas décadas. Sin embargo, la comercialización de etanol lignocelulósico enfrenta grandes
obstáculos, incluido el pretratamiento, la liberación eficiente de azúcar y la fermentación. Se
desarrollaron varios procesos para superar estos desafíos. Algunos de los procesos incluyen
sacarificación y fermentación simultáneas (SSF). Esta revisión destaca los diversos procesos de
producción de etanol con sus ventajas y deficiencias. Las tecnologías recientes como las biorrefinerías
de un solo lugar, el bioprocesamiento combinado y los sistemas de bioenergía con captura de carbono
son prometedores. Sin embargo, estas tecnologías tienen un nivel de preparación tecnológica (TRL)
más bajo, lo que implica que se necesitan esfuerzos adicionales antes de evaluar su disponibilidad
comercial. Resolver las necesidades energéticas no es solo una solución tecnológica y la interrelación
de varios factores debe evaluarse más allá del desarrollo tecnológico.
1. Introducción
Los combustibles fósiles privados son las principales fuentes de energía en todo el mundo. Los
combustibles fósiles son recursos no renovables principalmente responsables del aumento del nivel de
dióxido de carbono (CO2) en el medio ambiente y los cambios climáticos asociados (Barreto, 2015;
Saravanan et al., 2018). La disminución de la reserva de petróleo y sus impactos negativos en el medio
ambiente han despertado el interés en explorar recursos alternativos para la energía (Bhatia et al., 2012;
Mussatto, 2016). Existen varios recursos alternativos como solar, geotérmica, hidroeléctrica y eólica.
Entre los recursos, la energía solar o los combustibles solares, una tecnología de rápido crecimiento,
considerada como la tecnología prospectiva para evitar problemas energéticos y ambientales (Reshma
et al., 2017). Además de las fuentes de energía renovable mencionadas anteriormente, los
biocombustibles se perciben como un tipo discreto de energía renovable alternativa y viable debido a
sus características no tóxicas, biodegradables y neutrales en carbono (Koley et al., 2018; Mathimani y
Mallick, 2019) . Existen diferentes tipos de biocombustibles en el mercado, así como en desarrollo, por
ejemplo, biogás, biodiesel, biohidrógeno y biobutanol (Lee, 2016; Saravanan et al., 2018). Sin embargo,
el predominante es sin duda el etanol (Naik et al., 2010; Ibrahim et al., 2018).
El bioetanol se utiliza como combustible desde 1826 por S. Morey. Fue el primero en usar etanol como
combustible en el prototipo estadounidense del motor de combustión interna. El automóvil y el motor
impulsados por etanol fueron construidos por Henry Ford, Nicholas Otto y otros en los últimos años del
siglo XVIII (Demirbas y Karslioglu, 2007). Con el fin de mejorar el uso de etanol y disminuir la
diferencia de precio entre el precio del etanol y la gasolina, el gobierno alemán otorgó subsidios para el
etanol durante 1899. En 1908, Ford formó un vehículo Modelo T con carburadores con capacidad de
combustible flexible, que puede utilizar gasolina, alcohol o una mezcla de '' gasohol '' (Azhar et al.,
2017) (Fig.1). La producción mundial de bioetanol ha aumentado de 90 mil millones de L en 2012 a
aproximadamente 117 mil millones de L en 2014. Estados Unidos, Brasil y China son los mayores
productores y entre ellos, EE. UU. Y Brasil cumplen aproximadamente el 80% de las necesidades
mundiales, principalmente utilizando alimentos. sustratos de cultivo (maíz o caña de azúcar) (Kang et
al., 2010; Zhao, 2015). China también ha gastado una gran cantidad de dinero para la producción de
bioetanol utilizando cultivos alimentarios (Ivanova et al., 2011; Bhatia et al., 2012). En 2012, hubo una
fuerte disminución en la producción de etanol, luego, la producción mundial de etanol aumentó en
2013, superando los niveles de producción de 2011 debido a los menores costos de granos y azúcar.
Esta tendencia creciente implicaba tener éxito durante el período de pronóstico y el suministro mundial
de etanol debería alcanzar aproximadamente 158 mil millones de L en 2023. Se estima que tanto el
gasto como la producción de bioetanol en todo el mundo aumentarán de 45 mil millones de litros a 71
mil millones de litros en 2023 y el volumen de etanol como combustible aumentaría hasta un 5%, es
decir, a un nivel de 87,2 mil millones de litros (Outlook, 2014) (Fig. 2)
(https://ethanolrfa.org/resources/industry/statistics/#1549569130196-da23898a-53d8 )
Teniendo en cuenta la importancia del bioetanol que se produce en todo el mundo para satisfacer la
demanda de energía, es imprescindible comprender el diseño general del proceso de producción de
bioetanol. Por lo tanto, esta revisión exhaustiva tiene como objetivo describir el proceso general de
producción de bioetanol, a saber, propiedades del bioetanol, diversas materias primas utilizadas y sus
estructuras, fases de producción, diferentes técnicas de pretratamiento adoptadas para la biomasa,
méritos y deméritos, microbios y mecanismos autóctonos celulolíticos. de enzima celulosa. Finalmente,
el artículo ha intentado abordar las diversas preocupaciones que impiden la producción lucrativa de
bioetanol y sus soluciones correctivas.

Figura 1. Cronología de los desarrollos en el uso de etanol para el transporte

Figura 2. Producción mundial de etanol en un mapa de calor a partir de 2017 (unidades: millones de galones). El resto
del mundo representa la producción de etanol al 2% (Datos de: https://ethanolrfa.org/).

2. Propiedades fisicoquímicas del bioetanol.


El octanaje de bioetanol es superior con más velocidad de llama, amplia inflamabilidad y alto calor de
vaporización en comparación con la gasolina. El bioetanol tiene una alta relación de compresión, un
tiempo de combustión reducido y un motor de combustión pobre, lo que lo ha hecho superior a la
gasolina (Balat, 2007; Balat et al., 2008; Splitter et al., 2016; Carrillo-Nieves et al., 2019) . El número
de octano mide el rendimiento del motor, en el que un número mayor indica una mejor combustión.
Después de la combustión, el etanol emite menos cantidad de partículas, hidrocarburos y NOx debido al
contenido de oxígeno del etanol, es decir, 35% de oxígeno. Además, el índice de octano y la eficiencia
de combustión del bioetanol son más altos que la gasolina. Según MacLean y Lave, "a pesar de las
ventajas, el bioetanol tiene algunas deficiencias, como una menor densidad de energía (66% de la
energía que la gasolina), pequeña luminosidad de la llama, naturaleza corrosiva, menor presión de vapor
(dificulta el arranque en frío), miscibilidad y toxicidad del agua a los ecosistemas ”(MacLean y Lave,
2003).
El menor número de cetano de etanol hace que sea difícil mezclarlo con diesel y posee una menor
eficiencia de combustión en la compresión. Ciertos emulsionantes como el nitrato de etilhexilo o el
peróxido de diterbutilo pueden mejorar la miscibilidad y el número de cetano del bioetanol para mejorar
la ignición por compresión (CI) del motor (Kang et al., 2014; Elfasakhany, 2015).
Tabla 1. Propiedades fisicoquímicas típicas del diesel y el etanol.
  Unidad Diesel Etanol
Densidad kg / l 0.84 - 0.86 0.789
Contenido energético MJ / L 35.6 - 38.4 23
Punto de nube °C -9 >8
punto de inflamabilidad °C 76 13.5
Viscosidad cSt @ 40C 3 1.2
Azufre Ppm 1-10 -
Número de cetano   48 5-8
relación de aire y combustible   14.95 9
Media Peso molecular kg / mol 190 46
Punto de ebullición °C 124 - 330 78
Calor de vaporización kcal / kg 232 204

3. Pasos involucrados en la producción de bioetanol


El bioetanol puede estar hecho de biomasa celulósica diversa y, convenientemente, estas materias
primas se dividen y clasifican en los siguientes tres tipos: (i) materias primas que contienen sacarosa
(por ejemplo, remolacha azucarera y sorgo dulce), (ii) compuestos amiláceos (por ejemplo, arroz, trigo,
maíz y cebada) y (iii) biomasa celulósica (por ejemplo, madera, residuos forestales, paja y pastos). En la
India, la melaza de caña de azúcar se usa principalmente como materia prima para la producción de
etanol y el jugo de caña no se utiliza actualmente para este proceso (Sukumaran et al., 2010; Marvin et
al., 2012). La conversión de biomasa celulósica en azúcares simples es un proceso importante. La
biomasa celulósica se somete a los procesos posteriores (Kumar et al., 2016a; Rastogi y Shrivastava,
2017).
• Pretratamiento: rompe la rigidez de la estructura lignocelulósica para acceder a las moléculas de
lignina, hemicelulosa y celulosa.
• Hidrólisis: divide las moléculas de celulosa y hemicelulosa en unidades de glucosa.
• Fermentación: azúcares fermentados utilizando microbios (levaduras o bacterias) para producir
etanol.
• Destilación: separa los productos de fermentación.
En relación con el pretratamiento de las materias primas lignocelulósicas para bioetanol, se utilizan
diversos modos de pretratamientos físicos, catalíticos, solventes y biológicos para descomponer la
lignina en la materia prima, ya que la lignina es un polímero complejo para descomponerse. Además, la
lignina refuerza la resistencia de la celulosa cristalina en la pared celular, laminillas medias y representa
10-20% en la biomasa de pastos y residuos agrícolas (Li et al., 2016). Los métodos de pretratamiento se
usaron para descomponer los residuos lignocelulósicos en celulosa, hemicelulosa y lignina para la
producción de productos de alto valor (Li et al., 2016). El pasado reciente, el pretratamiento de biomasa
basado en hidrotermia asistido por AlCl3 proporcionó un enfoque más efectivo para el pretratamiento
de biomasa (Wu et al., 2015).
La pirólisis también se usa como técnica de pretratamiento para la lignocelulosa y se informa que, a 573
K, la biomasa celulósica se descompone en gases y carbón (Sun y Cheng, 2002). Además, el
pretratamiento con ácido sulfúrico diluido de material de lignocelulosa se está estudiando para la
hidrólisis de la hemicelulosa y la hidrólisis enzimática de la celulosa (Sun y Cheng, 2002).
4. Materias primas para la producción de bioetanol.
Basado en la materia prima utilizada para la conversión de bioetanol, los biocombustibles se han
caracterizado como en la Fig. 3. Primera generación: la fermentación de sustratos crudos a base de
azúcar se conoce como biocombustibles de "primera generación". Los combustibles de primera
generación generalmente están hechos de granos, azúcares o semillas, de los cuales uno usa solo una
parte específica (generalmente comestible) y se requieren pasos de procesamiento bastante simples para
producir un combustible refinado (Azhar et al., 2017; Derman et al., 2018) Segunda generación:
La biomasa lignocelulósica como sustrato crudo se llama bioetanol de "segunda generación". Los
procesos de bioetanol de segunda generación utilizarán azúcares liberados de la celulosa, lo que
requiere el costo adicional de las enzimas para hidrolizar la celulosa (Carrillo-Nieves et al., 2019;
Rocha-Meneses et al., 2019). Usando esta tecnología, varios subproductos agrícolas, por ejemplo. tallos
de maíz o cáscaras de arroz, paja de trigo, paja de arroz, etc., y plantas no comestibles, por ejemplo. los
árboles o pastos cultivados específicamente para energía, recortes de madera, aserrín, bambú, caldos de
algodón y otra biomasa que contiene celulosa, pueden usarse para la producción de bioetanol (Derman
et al., 2018; Carrillo-Nieves et al., 2019). Tercera generación: las algas se pueden usar como existencias
crudas de "tercera generación" para la producción de bioetanol, sin embargo, todavía en las primeras
etapas (Jambo et al., 2019). Cuarta generación: Los biocombustibles de cuarta generación incluyen
ingeniería metabólica o estrategias de biología de sistemas mediante el uso de alteraciones genéticas de
E. coli, que tienen una alta eficiencia sobre las levaduras (Azhar et al., 2017; Jambo et al., 2019).
Además, los combustibles de cuarta generación incluyen combustibles solares o los que incluyen la
captura de carbono del proceso (Rastogi y Shrivastava, 2017).
Aunque el bioetanol a partir de algas es una tecnología potencial, aún existen algunas limitaciones y
desafíos que deben superarse para lograr la comercialización y la producción a gran escala de este
biocombustible. Algunos de los desafíos más cruciales incluyen la producción de biomasa de algas en la
cantidad requerida, la recolección de biomasa, el pretratamiento eficiente de bajo costo de la biomasa de
algas y la optimización de la fermentación. Además, las microalgas pueden no producir metabolitos
importantes en condiciones normales (Khan et al., 2018; Zhang et al., 2019).
La lignocelulosa incluye fuentes tan diversas como hierba de cambio, tallos de maíz, madera, cultivos
herbáceos, residuos de papel y productos de papel, residuos agrícolas y forestales, residuos de fábricas
de pulpa y papel, residuos sólidos municipales y residuos de la industria alimentaria. A diferencia de la
biomasa a base de almidón, los materiales lignocelulósicos son estructuralmente complejos. La biomasa
lignocelulósica nativa, que es heterogénea, está compuesta de celulosa, hemicelulosa, lignina, proteínas,
cenizas y extractos menores. Aunque la producción de etanol depende de la materia prima utilizada,
generalmente se puede clasificar en tres pasos principales: pretratamiento de las materias primas para
obtener azúcares fermentables, conversión de azúcares en etanol mediante fermentación y, finalmente,
destilación y purificación del etanol producido (Khan et al., 2018). Figura 4 ilustra la producción de
etanol a partir de biomasa de lignocelulosa.
Figura 3. Varias generaciones de materias primas para la producción de etanol.

Figura 4. Estrategias clave de fermentación para la producción de etanol.


4.1. Biomasa celulósica y composición
La degradación del material celulósico ha ganado popularidad en la investigación debido a la
disponibilidad global de esos materiales y las enormes posibilidades de su conversión en azúcares
simples y como sustitutos del combustible fósil (Arnoult et al., 2015; Carrillo-Nieves et al., 2019).
Varios países están en el camino de la producción de bioetanol en una escala de demostración. El
bioetanol se produce a aproximadamente 700,000 L de fuentes lignocelulósicas en Canadá por año y en
América del Norte, se han planeado numerosas plantas de bioetanol lignocelulósico (Sirajunnisa et al.,
2016).
La biomasa celulósica disponible se puede clasificar en fuentes primarias (cañas de azúcar, plantaciones
de cultivos energéticos de rotación corta), fuentes secundarias (residuos del procesamiento) y fuentes
terciarias (un residuo que queda durante y después de que finalice el proceso) (Arnoult et al., 2015;
Datta y Mandal, 2016). La biomasa celulósica, por lo general, tiene 50-80% de carbohidratos complejos
que contienen unidades de azúcar C6 y C5. Por lo tanto, esta estructura robusta compleja requiere un
procedimiento de varios pasos como el pretratamiento, la hidrólisis enzimática y la fermentación (que
aumenta el costo de fabricación de biocombustibles) para convertirse en biocombustibles (Klein ‐
Marcuschamer et al., 2012; Kumagai et al., 2014; Salehi Jouzani y Taherzadeh, 2015). Hay tres
componentes principales de la vasta biomasa celulósica autóctona, es decir, celulosa, hemicelulosas y
lignina. Los componentes de celulosa y hemicelulosas (que naturalmente comprenden
aproximadamente dos tercios de la biomasa seca) pueden fermentarse fácilmente en etanol, mientras
que la lignina no. Estos tres componentes forman microfibrillas que se organizan en macrofibrillas, que
proporcionan resistencia estructural a las paredes celulares de las plantas (Rubin, 2008).
La celulosa es el componente orgánico más abundante en la tierra (Glazer y Nikaido, 2007). Tiene una
estructura plana en forma de cinta compuesta por miles de moléculas de glucosa, que están unidas entre
sí. La celulosa debe convertirse en glucosa antes del proceso de fermentación (Glazer y Nikaido, 2007;
Qin et al., 2016; dos Santos et al., 2018). Las hemicelulosas son polisacáridos complejos con pesos
moleculares más bajos que la celulosa y estructuralmente homólogos a la celulosa. Las hemicelulosas
contienen pequeñas cadenas profusamente ramificadas de diferentes azúcares: a saber, xilosa y
arabinosa (pentosa), glucosa, galactosa y manosa (hexosa), desoxihexosas (L-ramnosa) y ácidos
urónicos (ácido D-glucorónico) (Glazer y Nikaido, 2007; dos Santos et al., 2018). Las hemicelulosas
también contienen alguna fracción de no azúcares, es decir, grupos acetilo (Hamelinck et al., 2005). En
comparación con la celulosa, la hidrólisis de las hemicelulosas es algo simple y fácil debido a la
estructura ramificada y la naturaleza amorfa. No forman agregados (Pérez et al., 2002; Wu et al., 2016)
incluso cuando están cocristalizados con cadenas de celulosa. La lignina es el componente de las
paredes celulares de plantas, helechos y musgos. Es heteropolimérico, de naturaleza amorfa e insoluble
en agua. La lignina, una macromolécula aromática compuesta, se forma mediante la polimerización de
los alcoholes de fenilpropano (alcoholes p-cumarílicos, coniferílicos y sinápilicos) (Milagres et al.,
2011). Como el peso molecular de la lignina es alto (Demirbas, 2009), se unta en las paredes celulares
de la planta y se une mutuamente. No es fácilmente degradable, solo unos pocos microbios pueden
degradarlo en productos de alto valor, es decir, ácidos orgánicos, fenoles y vainillina (Pérez et al., 2002;
Öhgren et al., 2006a; Kobayashi y Fukuoka, 2013).
4.2. Jacinto de agua como sustrato
El jacinto de agua (Eichhornia crassipes) es una maleza acuática monocotiledónea de agua dulce,
originaria del río Amazonas, Brasil, América del Sur (Parsons et al., 2001; Mukaratirwa- Muchanyereyi
et al., 2016). En 1884, la planta de jacinto de agua se introdujo en EE. UU. (Penfound y Earle, 1948) y
en la década de 1930 ingresó en Europa (Portugal) (EPPO, 2008) y más tarde, se introdujo como planta
ornamental en los países asiáticos. Es bien conocido por sus impactos ecológicos, ambientales y
socioeconómicos (Villamagna y Murphy, 2010). El jacinto de agua reduce las concentraciones de
oxígeno disuelto (OD), que es uno de los parámetros más importantes de la calidad del agua para la vida
acuática (Perna y Burrows, 2005) al detener la mezcla de oxígeno del aire en el cuerpo de agua.
Favorece el agua enriquecida con nutrientes y puede adaptarse fácilmente a grandes desviaciones en
nutrientes, temperatura, pH y sustancias tóxicas si están presentes. Puede sobrevivir a rangos variados
de pH y temperatura (DiTomaso y Healy, 2003; Wilson et al., 2005). El jacinto de agua se propaga
extremadamente rápido, lo que conduce a una enorme biomasa (aproximadamente dos toneladas de
biomasa por acre) en 5 a 15 días (Craft et al., 2003; Mukaratirwa-Muchanyereyi et al., 2016). Según
Ubaté, (2005) El jacinto de agua aumenta la biomasa hasta un 12% por día y la tasa de acumulación de
biomasa puede variar de 7,7 a 60 g / m2 / día. Debido a esto, es problemático para la población humana
y es reconocido como 'Blue Devil' o 'Terror de Bengala' en nuestro país (India), 'German weed' en
Bangladesh, 'Florida devil' en Sudáfrica y 'Water terror' en el Suroeste de Nigeria. El jacinto de agua
normalmente se separa mediante tres métodos, es decir, manualmente, tirando / cortando a mano,
control biológico (por ejemplo, introducción de insectos para destruir el jacinto de agua) y eliminación
mecánica.
La enorme tasa de crecimiento y la composición química útil (18 - 35% de celulosa, 18 a 49% de
hemicelulosas y 3.5 a 9% de lignina) de jacinto de agua lo convierten en un sustrato superior para la
producción de bioetanol (Mishima et al., 2008; Ganguly et al. , 2012; Singh et al., 2013a). Como es
acuático, no surge competencia alguna con los cultivos alimenticios de los recursos de tierra cultivable.
El uso del jacinto de agua para la producción de etanol también servirá para la reducción de malezas
(Aswathy et al., 2010; Singh et al., 2013b) y puede proporcionar empleo y fuente de ingresos en las
zonas rurales. El jacinto de agua también se puede convertir en biogás y en biocombustible (etanol), y
esta oportunidad es aprovechada actualmente por varios países en desarrollo, especialmente por India.
5. Proceso y mecanismo de fermentación.
La fermentación es el proceso de convertir la biomasa celulósica (que contiene glucosa y otros
azúcares) en bioetanol utilizando microbios como la levadura (Liu et al., 2019a; Xia et al., 2019). Para
esta ruta biológica, la selección de microorganismos depende de las condiciones y tipos de sustratos a
fermentar en alcohol, ácido láctico y / u otros productos. S. cerevisiae se ha utilizado ampliamente en la
industria de fermentación, es decir, la industria cervecera y vinícola durante muchos años. Típicamente,
en el proceso por lotes, S. cerevisiae ha fermentado azúcares de hexosa, principalmente glucosa, en
etanol en el gran tanque a través de la vía de Embden Meyerhof (EMP) bajo temperaturas optimizadas y
entornos anaeróbicos. S. cerevisiae puede producir etanol alto (90% del teórico) usando azúcares de
hexosa. La fermentación a base de levadura se complementa con nitrógeno para aumentar la reacción y
el CO2 se produce como subproducto, generalmente (Gombert y Van Maris, 2015; Sulieman et al.,
2016; Liu et al., 2019a; Xia et al., 2019).
5.1. Papel de los microorganismos en la fermentación.
Los microorganismos tienen una amplia gama de productos de fermentación que son producidos por
diferentes géneros. S. cerevisiae es la levadura principalmente aceptada para la fermentación debido a
sus altos rendimientos de etanol y sus altos límites de tolerancia (Ishola et al., 2013; Surendhiran y
Sirajunnisa, 2019; Xia et al., 2019). S. cerevisiae ha fermentado solo los azúcares de hexosa presentes
en el hidrolizado, pero no los azúcares de pentosa (Talebnia, 2008; Kumar et al., 2016b). Las levaduras
eficaces primarias que tienen la capacidad de fermentar azúcares C5 y C6 incluyen Pichia stipitis,
Candida shehatae y Pachysolan tannophilus, pero sus rendimientos de etanol fueron aproximadamente
cinco veces menores que S. cerevisiae usando glucosa (Solomon y Johnson, 2009; Singh y Bishnoi ,
2012a, b,
2013). Se acumuló etanol intracelular alto durante el uso de S. cerevisiae, que mostró un efecto
inhibitorio sobre el crecimiento y la capacidad de fermentación de S. cerevisiae, por lo que es un tema
de gran controversia. Otros microorganismos utilizados en el proceso de fermentación incluyen
Escherichia coli, Candida brassicae, Pachysolen tannophilus, Candida shehatae, Pichia stipitis,
Zymomonas mobilis y Mucor indicus (Talebnia, 2008; Sarkar et al., 2012; Adnan et al., 2014; Xia et
al., 2014; Xia et al., 2014 ., 2019). Los científicos también han encontrado que la levadura
Brettanomyces clausenii actúa sobre la celobiosa y puede usarse en la sacarificación y fermentación
simultánea (SSF) de celulosa a etanol (Bhatia et al., 2012).
6. Tipos de fermentación en la producción de bioetanol.
El diseño tradicional dedicado a la fermentación de hidrolizado de biomasa tiene un procedimiento
definido en el que la fermentación se realiza en diferentes tipos después de la hidrólisis de celulosa. La
fermentación convencional por lotes, la alimentación continua por lotes, la fermentación continua y
también la fermentación en estado sólido, la hidrólisis y la fermentación separadas, la sacarificación y
fermentación simultáneas, la sacarificación y fermentación simultánea no isotérmica, la sacarificación y
co-fermentación simultáneas, la sacarificación simultánea, la filtración y la fermentación se practicaron
para producción de bioetanol.
6.1. Hidrólisis y fermentación separadas.
En un proceso separado de hidrólisis y fermentación, el material lignocelulósico se descompone en
azúcares monoméricos a través de la sacarificación enzimática, que luego se convertirá en etanol
(Rastogi y Shrivastava, 2018). Es un tipo de método de producción de bioetanol convencional en el que
los procesos de sacarificación y fermentación se realizan por separado, lo que lleva mucho tiempo y es
costoso. La ventaja clave de este proceso es la hidrólisis y la fermentación puede operar en sus
condiciones de reacción estandarizadas específicas. La principal limitación del proceso separado de
hidrólisis y fermentación (SHF) es la inhibición de la actividad de la celulasa por los azúcares liberados
en la fase de hidrólisis (Söderström et al., 2005; Salehi Jouzani y Taherzadeh, 2015; Tavva et al., 2016).
En el pasado reciente, se establecieron varias técnicas integradas de hidrólisis y fermentación en el caso
de la hidrólisis.
6.2. Sacarificación y fermentación simultáneas (SSF)
Recientemente, se utiliza el método de sacarificación y fermentación simultáneas en el que la
sacarificación de biomasa se combina con la fermentación simultánea de azúcares en un solo reactor
(Rastogi y Shrivastava, 2018). En una nota más simple, en el proceso de SSF, la biomasa
lignocelulósica sufre descomposición y fermentación simultáneamente. En esta estrategia, las enzimas
se utilizan hasta niveles máximos, de modo que la concentración de azúcar soluble no alcanza el nivel
de inhibición de los microorganismos fermentadores (da Costa Nogueira et al., 2019; Siriwong et al.,
2019). La producción general de etanol en SSF suele ser mejor que SHF. Los méritos de SSF incluyen
que los productos de hidrólisis, es decir, las unidades de glucosa y celobiosa no inhiben las actividades
de celulasa debido a la acción inmediata de la fermentación simultánea (Sakimoto et al., 2017). Por
primera vez, South et al. (1993) informaron la conversión simultánea / continua de piso de madera
pretratada a etanol usando S. cerevisiae junto con las enzimas celulasa y la cepa C. thermocellum. Fan y
col. (2003) evaluaron un sistema semicontinuo de sacarificación y fermentación simultánea para la
conversión eficiente de lodos de papel a etanol y lograron una conversión promedio de 92% y 42 g / L
de etanol cuando la carga de celulosa fue de 82 g / L y las enzimas fueron de 20 FPU g / L /re. Kumagai
y col. (2014) también informaron que el desarrollo de un proceso de SSF fue perfecto para la
producción de etanol a partir de ciprés Hinoki y eucalipto después de la fibrilación por pretratamiento
con vapor y posterior molienda en disco húmedo. Pothiraj y col. (2014) trabajaron en la sacarificación y
fermentación simultáneas de residuos de yuca. Descubrieron que una mezcla de amilasa y
amiloglucosidasa (AMG) ha resultado en una alta tasa de sacarificación (79.6%) que la amilasa sola
(68.7%) en la sacarificación y fermentación simultáneas (SSF). La principal limitación de SSF es que la
temperatura óptima requerida para la actividad de celulasa es generalmente más alta que la temperatura
apropiada requerida para la actividad de levadura y numerosas cepas de fermentación de
biocombustibles bacterianos (Bhalla et al., 2013; Kumagai et al., 2014; Wang et al. , 2015).
6.3. Fermentación por lotes
En la fermentación discontinua, los microorganismos tienen que funcionar a altas concentraciones de
sustrato en la fase inicial de los experimentos, pero al final, tienen que funcionar a altas concentraciones
de producto. El proceso por lotes requiere una serie de recipientes y en este modo; El proceso se
controla fácilmente pero proporciona rendimientos más bajos después de operaciones exhaustivas.
Antes de la fermentación por lotes, se requiere la tarea preliminar compleja y se incurre en altos costos
de mano de obra con este proceso debido a las operaciones irregulares de inicio y cierre. Debido a estos
inconvenientes innatos y a los menores rendimientos, el mercado comercial cree en el cambio hacia
otras técnicas de fermentación (Puligundla et al., 2018; De Araujo Guilherme et al., 2019; Liu et al.,
2019a).
6.4. Fermentación de Fedbatch
En la fermentación por lotes alimentados, los microbios proporcionan rendimientos mejorados de
metabolitos con frecuencia en comparación con el modo por lotes. A medida que aumenta la densidad
de masa celular en la mezcla, disminuye la productividad específica de etanol. Sin embargo, en la
fermentación por lotes alimentados, la velocidad de alimentación es limitada y, por lo tanto, la densidad
de masa celular no aumenta en exceso. Por lo tanto, la concentración de masa celular debe mantenerse a
un nivel específico, lo que proporciona la mayor productividad de etanol (Ariyanti et al., 2014; Moshi
et al., 2014; Phukoetphim et al., 2018). Moshi y col. (2014) propusieron un enfoque de sacarificación y
fermentación simultánea de lotes alimentados para superar la inhibición de S. cerevisiae debido a las
altas concentraciones de azúcar, que resultaron de la hidrólisis enzimática de la yuca salvaje rica en
almidón.
6.5. Fermentación continua
La fermentación continua se realiza en biorreactores como reactores de tanque agitado simple o en
serie, reactores de flujo de tapón, etc. La fermentación continua da como resultado una alta producción
de etanol en comparación con el modo por lotes (Phwan et al., 2018). Funciona a una tasa de dilución
más baja, pero proporciona la máxima productividad. Las operaciones continuas son generalmente
fáciles de controlar y no son tan laboriosas como las del lote, pero existe un grave problema de
contaminación con este método operativo (Mahboubi et al., 2017; Carrillo-Nieves et al., 2019). Cuando
ocurre una interrupción dentro del proceso, se debe limpiar toda la configuración del equipo y el
proceso debe iniciarse nuevamente con el nuevo inóculo. El método continuo elimina el gasto de
tiempo en limpieza, recarga, ajuste de medios y esterilización. En la fase exponencial, se logra una alta
concentración celular de microbios dentro del fermentador continuo, lo que proporciona una mayor
producción y un tiempo de procesamiento corto, casi 4-6 h menos en comparación con la fermentación
discontinua, es decir, 24-60 h. Como resultado, ahorra una gran cantidad de mano de obra y reduce los
gastos, ya que logra una producción específica con una planta más pequeña (Chan et al., 2007).
6.6. Fermentación en estado sólido
La fermentación en estado sólido (SSF) es el proceso de microorganismos que alimentan una humedad
insuficiente para soportar el crecimiento microbiano dentro del sustrato insoluble sólido. Las
condiciones de SSF son principalmente apropiadas para el crecimiento de microbios, es decir, bacterias,
levaduras y hongos filamentosos en sustratos sólidos, ya que SSF aumenta las posibilidades de usarlos
en bioprocesos (Ortiz et al., 2016; Marín et al., 2019; Salomão et al., 2019). La matriz sólida del
sustrato es utilizada por los microorganismos o sirve como soporte inerte para su crecimiento (Singh et
al., 2011). Los factores principales para el éxito de SSF son la idoneidad de los sustratos seleccionados
y sus tamaños de partícula adecuados. Las partículas de pequeño tamaño tienen mejores superficies
expuestas y, por lo tanto, se mejora la accesibilidad de los microorganismos para su nutrición. Sobre la
base del tipo de sustrato y el nivel de humedad, el material se compacta, lo que da como resultado un
deterioro de la aireación, la disipación de calor y limita el crecimiento microbiano, pero las partículas
de gran tamaño hacen posible la aireación. El crecimiento microbiano se ve obstaculizado debido al
área de contacto restrictiva del sustrato y la dificultad en la transferencia de calor (Pandey et al., 2000;
Ortiz et al., 2016). Pandey (2003) también evaluó y optimizó algunos otros factores, como la humedad
inicial, la aireación, el pH, la temperatura, la suplementación de nutrientes, el tamaño del inóculo, la
extracción del producto final y la purificación para obtener una alta eficiencia del proceso.
El microorganismo más adaptado para la fermentación en estado sólido son los hongos filamentosos
porque con sus hifas, pueden crecer y cubrir fácilmente las superficies de las partículas y,
simultáneamente, penetrar dentro de los canales intrapartículas y formar sus colonias sobre los residuos
sólidos (Koyani y Rajput, 2015; Salomão et al., 2019). El uso de SSF para el crecimiento de hongos
filamentosos es ventajoso porque proporciona un hábitat natural y, por lo tanto, facilita que los hongos
crezcan y se adapten al medio ambiente. Como resultado, la producción de enzimas también es mejor.
Otras ventajas de este proceso son la disminución de los riesgos de contaminación bacteriana ya que no
hay agua libre; Se producen enzimas más concentradas, que se pueden extraer con una pequeña
cantidad de agua (Kapilan, 2015). Cuando se compara con la fermentación sumergida, SSF usa menos
agua y, por lo tanto, produce una reducción en la generación de efluentes, menor espacio y
requerimiento mínimo de energía, formación de producto estable y privación diminuta de proteínas
(Pandey et al., 2000; Pandey, 2003).
6.7. Sacarificación y fermentación simultáneas no isotérmicas
En la sacarificación y fermentación simultáneas, los microorganismos absorben instantáneamente la
glucosa formada como resultado de la hidrólisis; por lo tanto, los efectos de inhibición de la celobiosa y
la glucosa se reducen al mínimo. Como se mencionó anteriormente, el principal problema relacionado
con el método SSF son las diferentes temperaturas óptimas para las enzimas hidrolíticas y los
microorganismos fermentadores (Romaní et al., 2012; Goshadrou et al., 2013; Siriwong et al., 2019).
En este método de SSF, la temperatura de funcionamiento de la hidrólisis enzimática es inferior a la
óptima, lo que afecta la actividad enzimática de manera significativa y, en consecuencia, puede causar
un mayor consumo de enzimas (Kádár et al., 2004; Taherzadeh y Karimi, 2007). Para superar este
problema, se ha recomendado la sacarificación simultánea no isotérmica y la fermentación. En este
método, la hidrólisis enzimática se lleva a cabo de manera justa a la temperatura óptima y después de la
inoculación de los medios; la temperatura se establece en un valor óptimo para los microorganismos
(Goshadrou et al., 2013). En este tipo de fermentación, tanto la sacarificación como la fermentación se
llevan a cabo en dos reactores separados simultáneamente a diferentes temperaturas. La biomasa
celulósica pretratada se traslada a un reactor de hidrólisis donde la hidrólisis con la ayuda de enzimas se
lleva a cabo a la temperatura óptima (50 ° C), luego, el efluente hidrolizado se fermenta en un
fermentador, que se ajusta a la temperatura óptima para la producción de alcohol. microorganismos (30
° C). Se ha encontrado que la actividad de la celulasa aumentaría hasta dos o tres veces cuando la
temperatura de hidrólisis es de 50 ° C en lugar de 30 ° C y la necesidad de enzimas totales también se
reduce al 30-40% en comparación con las condiciones empleadas en SSF ( Taherzadeh y Karimi, 2007).
6.8. Sacarificación y co-fermentación simultáneas (SSCF)
Durante el proceso de producción de alcohol a partir de materiales celulósicos, la concentración de
alcohol es un factor importante además del rendimiento. El costo de destilación afecta el proceso; A
medida que aumenta la concentración final de alcohol, hay una disminución en el costo de destilación
(Jin et al., 2012; Romaní et al., 2012; Liu et al., 2019b). La desventaja junto con SSF es el uso de solo
azúcares de hexosa, excepto las pentosas. En este método, la viscosidad del medio se mantiene baja
alimentando lentamente nuevos sustratos al reactor. Además, los efectos de la toxicidad del hidrolizado
disminuyen debido a la adaptación de la levadura y la desintoxicación biológica gradual. Este esquema
también puede tener efectos alentadores sobre la absorción de xilosa debido a cambios significativos en
la relación de concentración de xilosa a glucosa en la mezcla de reacción (Hodge et al., 2009; Zhang et
al., 2009; Olofsson et al., 2010a). En general, la concentración de glucosa afecta negativamente la
absorción de xilosa en S. cerevisiae y, por lo tanto, debe mantenerse baja para lograr una absorción
eficaz de xilosa. Mientras se mantiene la concentración de glucosa lo más baja posible, hay un aumento
en la relación xilosa / glucosa, que se requiere para el proceso de co-fermentación de hexosa y pentosa
(Kötter y Ciriacy, 1993; Meinander et al., 1999; Moysés et al. , 2016). Claramente, en la producción de
etanol celulósico, además de la fermentación de azúcar hexosa, la fermentación de pentosas también es
un curso de acción inevitable debido al alto contenido de xilano de los materiales celulósicos. Sin
embargo, la concentración de etanol usando la fermentación de azúcares de pentosa suele ser demasiado
baja (<10 g / L) y, por lo tanto, no es económico destilar (Jin et al., 2012; Ullah et al., 2014; Yasuda et
al., 2014 ) Como resultado, la co-fermentación de azúcares de hexosa y pentosa se lleva a cabo
utilizando diferentes microorganismos silvestres y recombinantes que utilizan biomasa celulósica
diversa. El proceso de SSCF es análogo a SSF, excepto por la fermentación de azúcares de hexosa y
pentosa cubiertos en un solo paso.
SSCF, un proceso en cascada, que implica la asimilación microbiana de azúcares liberados del proceso
de pretratamiento y la hidrólisis concurrente de material lignocelulósico (Koppram et al., 2013). La
tecnología SSCF tiene el potencial de reducir el costo total de la producción de alcohol, ya que los
azúcares de pentosa también se usan durante el proceso y los efectos inhibitorios de la xilosa también se
reducen (Zhang y Lynd, 2010). La principal ventaja de SSCF en contraste con la hidrólisis y la co-
fermentación separadas es la fermentación simultánea de la glucosa liberada que mantiene la
concentración de glucosa dentro del medio. Minimiza la inhibición causada por el producto final
durante la etapa de hidrólisis enzimática y también aumenta la relación de concentración de xilosa a
glucosa y, por lo tanto, desvía el microorganismo fermentador para consumir xilosa (Olofsson et al.,
2010a; Olofsson et al., 2010b). Anteriormente, esta tecnología se usaba tanto para etanol como para
ácido láctico (Patel et al., 2005; Zhu et al., 2007; Zhang et al., 2009; Kang et al., 2010).
6.9. Sacarificación, filtración y fermentación simultáneas.
El cóctel enzimático y el microbio fermentador funcionan mejor en sus condiciones óptimas. En un
proceso SSF, ambos parámetros se intercambiarán. Además, los microbios en fermentación no pueden
reutilizarse en un proceso de SSF ya que se mezclan en la suspensión con biomasa. Una de las
soluciones a este problema es el proceso simultáneo de sacarificación, filtración y fermentación (SSFF).
En SSFF, las enzimas se reciclan nuevamente a la etapa de hidrólisis a través de una membrana de
filtración, mientras que los microbios en fermentación se retienen a través de la floculación y los
mecanismos internos de sedimentación. Este proceso, por lo tanto, proporciona condiciones óptimas
pero evita las inhibiciones enzimáticas (Ishola et al., 2013; Sóti et al., 2018).
6.10. Conversión microbiana directa / bioprocesamiento consolidado
La despolimerización de la biomasa celulósica en azúcares simples es una ruta compleja de varios
pasos, que incluye el aflojamiento de la complejidad estructural presente en las lignocelulosas, la
hidrólisis de pectina, la descomposición de lignina, la despolimerización de hemicelulosa y la hidrólisis
de celulosa (Mazzoli et al., 2012; Salehi Jouzani y Taherzadeh, 2015; Kumar et al., 2016b). El sustrato,
las enzimas y el costo de pretratamiento representarían aproximadamente dos tercios del costo total de
producción, de los cuales el costo de la enzima es primario (Himmel et al., 2007). Esta restricción de
costos se puede superar diseñando y construyendo microbios celulolíticos y fermentadores fuertes y
usándolos en un sistema de conversión microbiana directa / bioprocesamiento consolidado (CBP)
(Parisutham et al., 2014). CBP ha sido conocido como el enfoque de fermentación más esperanzador
para la producción de bioetanol utilizando materiales celulósicos y los estudios se han incrementado
para este propósito en los últimos años. Sin embargo, CBP aún está en su etapa prematura de
establecimiento y, por lo tanto, se requiere más trabajo de investigación sobre esto. En CBP, se llevan a
cabo simultáneamente diferentes acciones que incluyen la producción de enzimas, la sacarificación
enzimática / hidrólisis y luego la fermentación de los azúcares resultantes a bioetanol o cualquier otro
producto valioso (Daniel et al., 2012; Kumagai et al., 2014; Parisutham et al. ., 2014). Durante la última
década, se emplearon varios tipos salvajes y bacterias, hongos y levaduras genéticamente modificados
en la CBP (Schuster y Chinn, 2013).
Tabla 2. Un rendimiento representativo usando diferentes métodos de fermentación con diferentes materias primas.

Concentració Productividad
Método de fermentación Condiciones Materia prima Referencias
n de bioetanol de bioetanol

SSF (continuo) 33 ° C, 56 h, 25% WIS Miscanthus sacchariflorus 69.2 1.24 (Kang et al., 2015)
38 ° C, 150 rpm, 96 h,
SSF (lote) Junco 55.5 0.57 (Li y otros, 2009)
36.1% WIS
30 ° C, 150 rpm, 96 h, 1%
SSF (lote) Liriodendron tulipifera 29.9 0.42 (Koo et al., 2011)
WIS
SSF (Semi-alimentado por lotes) 36 ° C, 60 h, 10% WIS Junco 39.4 0.66 (Lu et al., 2013)
30 ° C, 700 rpm, 72 h, (Öhgren et al.,
SSF (Fed-batch) Stover de maíz 25.7 0.36
10% WIS 2006b)
SSF 30 ° C, 96 h, 10% FSM Miscanthus giganteus 12.1 0.13 (Scordia et al., 2013)
37 ° C, 348 rpm, 72 h,
SSF Cáñamo industrial 21.3 0.3 (Sipos et al., 2010)
7.5% WIS
32 ° C, 300 rpm, 120 h, Harina de trigo y paja de
SHCF (Fed-batch) 53.3 0.44 (Erdei et al., 2012)
7.5% WIS trigo
(Olofsson et al.,
SSCF (lote) 3 ° C, 96 h, 8% WIS Astillas de madera 32.9 0.34
2010b)
32 ° C, 500 rpm, 96 h,
SHF (lote) Arundo donax 20.6 0.21 (Ask et al., 2012)
10% WIS
Se produjo un avance reciente en la producción de bioetanol para aumentar el rendimiento de bioetanol
tanto en el procesamiento como en la mejora de la materia prima. La biomasa lignocelulósica se
hidroliza a azúcares fermentables con la ayuda de muchas estrategias. Por lo tanto, una técnica viable
eficiente y económica es de interés en la producción de etanol. Entre los métodos, se prefiere el método
enzimático y se ha informado que es ambientalmente benigno. Aún así, esta tecnología es bastante
inmadura y hay desafíos que deben abordarse para que sea comercialmente viable. Algunos de los
principales obstáculos que impiden la aplicación práctica de la tecnología de biotransformación
enzimática para la biomasa lignocelulósica son el mayor costo de producción de enzimas y la baja
eficiencia de producción. Además, debido a la heterogeneidad y la variabilidad de la composición de la
biomasa lignocelulósica, la misma enzima puede no ser eficiente para todos y, por lo tanto, un cóctel de
enzimas multifuncionales puede ser más eficiente. Varios enfoques que pueden emplearse para mejorar
las enzimas incluyen, entre otros, el desarrollo de nuevas enzimas que tienen la capacidad de hidrolizar
una amplia gama de materias primas, identificación, aislamiento y purificación de tales enzimas en
títulos altos, mejora de enzimas eficientes con ayuda de enfoques genéticos / moleculares y reducción
del costo de producción (Binod et al., 2018). Por lo tanto, todos estos factores deben tenerse en cuenta
antes de seleccionar una estrategia particular basada en enzimas. Además, recientemente se han llevado
a cabo importantes trabajos de investigación para mejorar la capacidad de tolerancia de la levadura
hacia el etanol, soportando una alta concentración de sustrato, para evitar el riesgo de contaminación
bacteriana para aumentar la eficiencia de producción de bioetanol.
6.10.1. Ventajas de CBP
Se recomienda que CBP sea un enfoque capaz, que verificará el costo y las limitaciones de la
producción de biocombustibles convencionales a partir de biomasa celulósica. La tecnología CBP
utiliza un solo microbio o consorcio para la producción de enzimas, la sacarificación celulósica y el
proceso de fermentación en un solo paso. Este es un enfoque alternativo con perspectivas
sobresalientes. Esto puede mejorar la eficiencia de todo el proceso, la eliminación de la adición de
enzimas hidrolíticas externas y minimizar la inhibición causada por los azúcares en las celulasas
(Daniel et al., 2012; Rastogi y Shrivastava, 2017). La CBP es una tecnología alternativa, que disminuye
el costo de capital total al reducir varias operaciones del método convencional (Daniel et al., 2012;
Parisutham et al., 2014). Normalmente, la producción final de azúcares simples inhibió la capacidad de
sacarificación en los sistemas convencionales, mientras que en la CBP, la fermentación convierte los
azúcares en bioalcohol, simultáneamente antes de que se conviertan en inhibidores de la hidrólisis
(Dashtban et al., 2009; Salehi Jouzani y Taherzadeh, 2015). Los microbios CBP no requieren enzimas
sacarificantes externas ya que pueden producir las mismas (es decir, enzimas celulolíticas y
hemicelulolíticas) para la descomposición de la celulosa, lo que resulta en grandes ahorros de costos
(Lu et al., 2006; Rastogi y Shrivastava, 2017). Los sistemas CBP reducen considerablemente el número
de operaciones unitarias (es decir, menos recipientes del reactor) y, como resultado, los costos de
mantenimiento y capital disminuyen (Xu et al., 2009; Den Haan et al., 2015). Además de esto, si se
encuentran los microorganismos eficientes, el paso de pretratamiento podría evitarse parcial o
completamente (Daniel et al., 2012; Schuster y Chinn, 2013).
Como se indicó anteriormente, el proceso de fermentación es especialmente importante para la
preparación de bioetanol. La fermentación se puede realizar en fermentación en estado sólido, es decir,
sin agua libre o en un reactor de tanque agitado en fermentación en estado líquido (Yadav, 2017). Se
utiliza un medio especial de bajo costo que contiene solo sales inorgánicas, o estiércol en cierta
cantidad. Los investigadores también han estudiado la evaluación comparativa de diferentes técnicas de
fermentación utilizando la misma materia prima. Aspergillus niger aislado de fibra de coco se usó para
la producción de celulasa a través de estado sólido y fermentación sumergida (Mrudula y Murugammal,
2011). En comparación con sumergido, se encontró que la producción de celulasa es mejor en
fermentación en estado sólido en menos tiempo. En caso de fermentación en estado sólido, la
producción de celulasa se maximizó en 76 h, mientras que se necesitaron 96 h para producir la celulasa
máxima en caso de fermentación sumergida. En general, la sacarificación y fermentación simultáneas y
la sacarificación y co-fermentación simultáneas son preferibles a la hidrólisis y fermentación separadas
debido a la participación de un reactor único en el primero (Azhar et al., 2017). Además, ambos
procesos son rentables y dan un alto rendimiento de etanol en un tiempo más corto en comparación con
la hidrólisis y la fermentación separadas (Chandel et al., 2007). Un método estratégico para la
producción rentable de bioetanol en menos tiempo es la fermentación por lotes de reciclaje celular.
Además de la fácil recolección de células, algunas otras ventajas de este proceso incluyen una
productividad estable y a largo plazo. La sacarificación y fermentación simultáneas en la integración de
la recirculación celular de fermentación por lotes se utilizó con éxito para fermentar almidón de yuca
con la ayuda de la levadura floculante (Matano et al., 2013). Por otro lado, se descubrió que su
aplicación es extremadamente difícil en la sacarificación y fermentación simultáneas de materiales
lignocelulósicos debido a la presencia de lignocelulosas residuales en el medio de fermentación junto
con las células de levadura (Choi et al., 2009). En la tabla se ilustra un rendimiento representativo
usando diferentes métodos de fermentación con diferentes materias primas. 2)
Se ha informado que la SSF es más económica y sostenible en comparación con la SHF debido a la
prevención de la pérdida de azúcar, la menor participación en los costos y la biomasa no necesita
separarse del hidrolizado (Di Donato et al., 2019; Hans et al., 2019). Kang y col. informó 69.2% de la
concentración de bioetanol durante la SSF continua de Miscanthus sacchariflorus (Kang et al., 2015). Li
y col. informó una concentración del 55.5% utilizando Reed como materia prima en modo discontinuo
(Li et al., 2009). Mientras que, en el modo semi alimentado por lotes, utilizando la misma materia
prima, la concentración de bioetanol disminuyó a 39.4 (Lu et al., 2013). En el caso de la mazorca de
maíz, se encontró que era del 25.7% (Öhgren et al., 2006). Mientras que, en el caso de Miscanthus
giganteus, se encontró que la concentración era del 12.1% (Scordia et al., 2013). La concentración
obtenida durante el SHCF del lote alimentado de harina de trigo y paja de trigo fue del 53,3% (Erdei et
al., 2012). Por otro lado, CBP es más adecuado en términos de simplicidad, necesidades de energía,
eficiencia de rendimiento y costo de producción en comparación con SHF y SSF. En SSCF, tanto los
azúcares de hexosa como de pentosa son sacarificados simultáneamente por los microbios co-
fermentadores. El SSCF de astillas de madera en modo discontinuo arrojó una concentración del 32,9%
(Olofsson et al., 2010). Se puede afirmar que la concentración y la productividad de la producción de
bioetanol dependen tanto de la materia prima como de la técnica de fermentación y que la misma
técnica de fermentación no es igualmente adecuada para todas las materias primas. Por lo tanto, el
proceso debe optimizarse para los factores clave que lo rigen.
7. Conclusión y perspectivas de futuro.
El etanol es el biocombustible alternativo más adaptable y prometedor a la gasolina. A pesar de que la
equivalencia energética del etanol es menor que el combustible de petróleo, tienen una combustión más
limpia. Todavía hay ciertos deméritos asociados con la producción de bioetanol, pero teniendo en
cuenta las tecnologías en desarrollo empleadas en la producción de bioetanol, estos errores y
desventajas pueden corregirse fácilmente. A pesar de todas las ventajas asociadas con la producción de
bioetanol a partir de materias primas lignocelulósicas, también tiene algunos cuellos de botella
cruciales. En primer lugar, debido a la complejidad de los materiales lignocelulósicos, es decir, la
cristalinidad de las celulosas, el revestimiento de hemicelulosa y los problemas relacionados con la
lignina hacen que estos sustratos sean difíciles para el ataque enzimático, por lo que la producción de
bioetanol a partir de estos sustratos es compleja y desafiante. Deben desarrollarse métodos adecuados
de pretratamiento para mejorar la eficiencia de la actividad enzimática que hace que los sustratos estén
disponibles para la acción de las enzimas celulolíticas. Por lo tanto, el problema principal es el
desarrollo y la comercialización de tecnología de pretratamiento rentable para tratar la naturaleza
recalcitrante de los materiales lignocelulósicos. La eficiencia del pretratamiento también determina la
dosis de enzima necesaria en el siguiente paso de la hidrólisis. Además, también es necesario reducir el
costo de las enzimas y aumentar la eficiencia. Por lo tanto, las limitaciones de este proceso están
básicamente relacionadas con el pretratamiento de la materia prima, la degradación enzimática de la
materia prima pretratada y, finalmente, la fermentación de los azúcares de pentosa y hexosa liberados
durante la hidrólisis, así como la sacarificación. Cada uno de estos pasos requiere una considerable
investigación y desarrollo para mejorar la eficiencia y la economía de estos procesos. Además de los
problemas de pretratamiento, los inhibidores de pretratamiento de biomasa celulósica pueden reducir el
rendimiento de etanol. Se puede superar sobrelimitando el tratamiento y la extracción simultánea de
inhibidores con cualquier resina adsorbente, preferiblemente polímero no iónico. Es necesario
demostrar estos métodos a gran escala para mejorar la productividad del etanol. Se pueden emplear
técnicas novedosas como la tecnología de la superficie celular para la producción de bioetanol en un
solo reactor mientras se usa una sola célula huésped. Por ejemplo, las células de levadura se han
modificado utilizando la misma técnica para imitar la actividad de xilanasa. Del mismo modo, se
pueden modificar para mostrar conjuntamente otras enzimas involucradas en la conversión de celulosa
en glucosa y luego en bioetanol. Además, se requieren iniciativas más importantes en la incorporación
integral del proceso del escenario del proceso, el costo y los posibles avances ponderados en su contra.
A pesar de que el bioetanol lignocelulósico no es rentable en comparación con la gasolina o el etanol a
base de cultivos de almidón, el progreso suplementario en este campo, además de amplias cantidades de
sustratos de bajo costo, podría llevarlo a una opción comercialmente viable en el futuro.
Por lo tanto, esta revisión ha proporcionado una idea detallada sobre diferentes tecnologías, materias
primas y los pasos necesarios para hacer que el bioetanol sea el biocombustible rentable, confiable y
fácilmente disponible para la creciente raza humana. Sin embargo, el principal desafío para la
producción de bioetanol es la disponibilidad de materia prima o sustrato, la contaminación durante la
fermentación, los métodos laboriosos y costosos para la conversión del sustrato de biomasa celulósica
en bioetanol. El reemplazo de sustratos con celulosa, lignocelulosa y biomasa de algas reducirá la
amenaza para los cultivos alimentarios disponibles para el consumo humano, que también podrían
satisfacer las demandas actuales. El uso de fuentes renovables como la caña de azúcar, maíz, trigo
(primera generación), biomasa de celulosa (segunda generación) y biomasa de algas (tercera
generación) reducirá los costos. Sin embargo, fomentar las algas cultivadas en aguas residuales
proporcionará un beneficio sinérgico para las industrias de fermentación y el medio ambiente. Inclusión
de condensadores y calderas en el tren de destilación de etanol, aplicación de fermentación de muy alta
gravedad, integración de membranas de pervaporación para desarrollar procesos híbridos, reemplazo
del proceso de deshidratación de etanol con tecnología de membrana y uso de microfiltración de los
medios de crecimiento para evitar el intercambio de calor y la contaminación microbiana. Durante la
fermentación se necesitan algunas mejoras en el proceso de producción de etanol. Para concluir, incluir
estas improvisaciones promoverá estrategias de producción de bioetanol efectivas y más baratas para la
generación futura.

S-ar putea să vă placă și