Los valores

El hombre puede salirse de la causalidad natural y valorar las cosas no solo por lo que
son para-mi, sino también por lo que son en-si, recogiendo además de la esencia de la
que participan, y recogiendo a la vez el nexo entre ellas y con el sentido que las une con
el fondo del universo.

Hay una dimensión de la vida que tienen que ver con la circunstancia propia de la vida,
inmersa en el mundo, pero hay objetos ideales que son constituidos en la conciencia
como plexos de un orden espiritual que trasciende la existencia particular, en tanto que
participan de un orden superior.

Si yo digo que la cocina de la casa de mi abuel es acogedora, la ams agradeble del

mundo, porque es acogedora” por la noticia que recibo de los datos sensoriales que me
informan de cierta existencia amterial de los objetos materiales de esa situación, mantel,
las plantas, la taza, mi abuela,,etc, capto los objetos que me rodean en esa circunstancia
y configuran una primera presentación: ero ademas capto otro ordend e realidad, que
tienen que ver con un “sentir” loa rmnonioso, lo calido,lo pacífico, lo agradeble, etc”
que hacen que la casa de mi abuela sean n ambiente que le hace sentir algo que no
“siente” en otro lado: ye sto es objetivo, porque luego tiene consecuenecias: donde se
ercibe la mezquindad, donde se percibe la falta de paza hay guerra, etc.

Esto que es percibido por la intuición y su correlato en la conciencia es lo que EDITH

LLAMA ESIRITU. EN EL ACTO DE APRENDER EL HOMBRE EL HOMBRE
PERCIBE TANTO LOS DATOS FISICOS, TAMBIEN SE CONSTITUYE EN EL
SENTIR UN NUEVO REINO DE OBJETOS: EL MUNDO DE LOS VALORES.