Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Guía:
Nuestra Señora nos trae un llamado a Su Misión: La Misión para Su Triunfo. Esta
Misión comienza con nuestra Consagración a Su Inmaculado Corazón; de esta manera
nosotros respondemos al llamado de santidad y a la búsqueda de paz dentro de
nosotros mismos y en el mundo entero.
Debemos comenzar por darnos cuenta que éste es un llamado a una conversión
personal, que envuelve nuestra propia alma y corazón, que permite a Dios obrar en
nosotros y por medio de nosotros.
El Acto de Consagración es exactamente lo que Nuestra Señora ha dicho: Un Acto. El
Acto de Consagración unirá nuestros corazones con el de Ella hacia Su Hijo, a través
de una Gracia especialmente creada.
Dirección:
La oración es la que crea nuestra relación con Dios. Mediante este acto de comunión,
Dios viene a nuestros corazones y nosotros vamos hacia Él. Por medio de la oración,
todas las impurezas que hay dentro de nosotros, pueden ser llevadas ante Él y
transformadas por Su Gracia. Tener serenidad en el alma es estar lleno de la Presencia
de Dios. Primero debemos unirnos como uno a Dios; entonces, por medio de nuestra
unión con Él, Él podrá obrar maravillas por medio nuestro.
Meditación:
¡Oh, Corazón Inmaculado de María! Ayúdame para que la ventana de mi alma
permanezca siempre abierta y transparente para que todas las impurezas puedan ser
borradas y que Dios sea magnificado, brillante y gloriosamente, a través de mi propia
conversión, consagración y testimonio. Madre querida, que yo pueda poner en acción
las palabras que Te prometo. Abre mi corazón para que yo me convierta en la señal del
Triunfo a todo el mundo.
«…Serán como Ángeles en el Cielo.» (Mateo 22, 30)
† Por la Señal de la Santa Cruz…
Oraciones Iniciales
El Credo
¡Oh, Señora y Madre mía! Yo me entrego del todo a Vos, y en prueba de mi filial afecto, Os
consagro en este día: mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi
ser. Y ya que soy TODO (a) VUESTRO (a), ¡oh, Madre de Bondad!, guárdadme y
defendedme como HIJO (a) y posesión Vuestra. Amén.
El Ángelus
Oremos
“Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por la voz
del àngel el misterio de la Encarnaciòn de tu hijo, podamos llegar por los meritos de su
Pasiòn y su Cruz a la Gloria de la Resurrecciòn. Por el mismo Cristo Nuestro Señor”. Amèn
Coronilla de Virtudes
1. Fe
2. Esperanza
3. Caridad
4. Humildad
5. Paciencia
6. Perseverancia 7. Obediencia
8. Silencio
Con cada una de las virtudes se deben recitar las siguientes oraciones:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no
nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espìritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amèn.
Ven Espìritu Santo, ilumina mi corazòn, para ver las cosas que son de Dios; Ven Espìritu
Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios; Ven Espìritu Santo,
dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios; Santifica todo lo que yo piense,
diga y haga para que todo sea para la gloria de Dios. Amèn.
¡OH MARÌA!
“Oh Marìa; transforma mi corazòn como el tuyo; colòcale alrededor una corona de pureza
adornada con virtud; toma mi corazòn querida Madre consagrado como tuyo propio;
presèntaselo a Dios Padre como una ofrenda de mì para tì. Ayùdame, Oh Marìa, en hacer
tu corazòn màs conocido cada dìa.”
Oraciòn de Pentecostès
“Espìritu de Cristo: despièrtame; Espìritu de Cristo: muèveme; Espìritu de Cristo: llèname;
Espìritu de Cristo: sèllame. Oh Padre Celestial, consàgrame a tu Corazòn y Voluntad; se
en mì una fuente de virtudes, sella mi alma como la tuya para que tu reflejo en mì sea una
luz que todos vean.”