Rosario se lo merecía, es la primera vez que el publico de Rosario podrá ver Don Giovanni, de Wolfgang Amadeus Mozart, “la opera de las operas” según el exegeta romántico de la misma, E. T. A. Hoffman y concepto compartido por Richard Wagner. Buenos Aires la vio por primera vez en la década de 1820, pero en Rosario nunca hubo una producción integral, hasta donde hay registros. El personaje, es sin dudas, junto a Fausto uno de los grandes mitos de Occidente. En todas sus encarnaciones nos encontramos ante un ser, que dominado por una sensualidad devoradora, y para calmar su pasión erótica, justifica todas las transgresiones morales y éticas, en que incurría, sin tener en cuenta los sufrimiento que desencadenaban sus pasiones. Fue Tirso de Molina, un religioso mercedario, quien en medio del barroco católico y contrarreformista español, presenta los rasgos fundamentales del personaje, en la pieza teatral moralista: “El burlador de Sevilla o El convidado de piedra”(1630). Mozart se en encuentra con el personaje a través del libreto del poeta Lorenzo da Ponte. El estreno fue en Praga el 29 de octubre de 1787, el 7 de mayo de 1788 en Viena, para esta producción Mozart hizo reformas, agrego piezas y acoto el final. Los Románticos una generación después de Mozart reelaboran el mito, Byron, E. T. A. Hoffman y Kierkegaard, moldean el Don Giovanni romántico. Ahora es el hombre, que se levanta, puño en alto contra las leyes del hombre y de Dios, solo buscando su libertad. Habrá que esperar hasta la segunda mitad del siglo XX, para recuperar el sonido orquestal y vocal “original” o musicalmente informado. En 1979, Don Giovanni es llevado al cine por Joseph Losey, en un film de un exquisito barroquismo, traslada la acción de la España del siglo XVII a la Venecia del siglo XVIII. ¿Qué tiene que decir este mito, a las actuales generaciones? ¿Cual es la esencia del Don Giovanni de Mozart para el siglo XXI?. La producción que viene a Rosario, es de Marcelo Lombardero, se estreno en el Teatro Avenida como parte de la programación de Buenos Aire Lírica, en 2014, la misma producción viajo a Chile inaugurando la temporada del Teatro Regional de Rancagua, ha cosechado criticas muy positivas, y también ha sido atacada vehementemente. Lombardero es un hombre de teatro, cantante, director del Teatro Colón, del Teatro Argentino de La Plata, requerido, constantemente por teatros de todo el mundo para que ofrezca su renovada visión de los clásicos del teatro lírico. En el caso de Don Giovanni, Lombardero quita la historia de su cómoda ubicación en el pasado y la resignifica en el presente, la quita del museo de los clásicos y deja claramente perceptibles sus lazos con nuestra cultura, historia y sociedad. Es una ópera política, siempre lo fue, mas incluso que “Las Bodas”, compuesta en medio de una sociedad en crisis, una sociedad que, moribunda, ofrecía los últimos estertores de un dominio absoluto sobre sus súbditos. Un año después del estreno vienes, en Francia caía la Bastilla y terminaría, en poco tiempo arrasando, los restos del sistema absolutista, en otras palabras de la vieja cultura del barroco católico, que engendro, el mito. En Don Giovanni, los personajes aristocráticos cantan en un estilo antiguo, una parodia de Handel, para ubicarnos estilísticamente. Don Giovanni, es hijo de esa sociedad pero la transgrede por su búsqueda de sensualidad, en un acelerado frenesí, un torbellino de pasión, que ansia solo el placer y carga la insatisfacción, hay un ácido que descompone la superficial alegría, esta buscando la muerte desde que comienza la ópera, hasta que la consigue en el sobrenatural final. Es el representante de esa clase dominante moribunda pero sin la mascara social, de los demás. Lombardero ubica la historia en esta cultura neo-barroca que nos toca vivir, para su Don Giovanni, la vida, es un frenesí de placeres químicos y sexuales, que lo llevan a la muerte. Es ese rápido ínterin, entre la vida y la muerte se desarrolla la historia. En ese sentido, la moralina del barroco, regresa con mayor contundencia, a través de la peor realidad que este mundo permite: la pantalla. Desde esa realidad cruel, regresa el Comendador a ajustar cuentas. Lo que no se ve no existe, pero el comendador, con su carga de justicia, regresa y del peor modo. La moralina del barroco, pero desde una relectura neo-barroca, contundente. No hay limites y todo es exceso en en este Don Giovanni. Violencia, horror y erotismo juegan constantemente en las vidas de los personajes. Bailes del caño, strippers, fiesta con raudales de cocaína, crean el marco de un mundo hedonista y narcisista. La teatralidad y el artificio es constante, con el juego que el director presenta, nos hace ver el escenario, como espectadores, que somos, pero en las pantallas tenemos la visión, de la realidad que nos ofrecen los protagonistas, a través de sus dispositivos electrónicos. De esta manera y magníficamente, recrea, Lombardero, el tópico barroco del “Gran Teatro del Mundo”, en su esencia neo-barroca. El escenario dominado por cuatro grandes pantallas es un símbolo perfecto de la sociedad actual, una sociedad donde impera el artificio. El mundo donde vive Don Giovanni, es un extenso decorado, una fachada de realidad virtual. Lombardero juega en esta puesta con la esencia misma del mundo neo-barroco, el triunfo de la apariencia, de lo artificial, de la vanitas, de lo efímero considerado eterno, solo por un momento. Los personajes viven a través de las redes sociales y existen, solo si ven su figura en una pantalla, obviamente el director recoge la esencia de una sociedad, del capitalismo tardío, tan enferma como aquella que entre pasos de minué esperaba su fin o mejor dicho su transformación. Las funciones de Don Giovanni son Domingo 24, a las 19 hs - Jueves 28 y Sábado 30 de Abril, a las 20.30 hs. Una gran oportunidad para disfrutar de la impresionante vigencia de esta ópera clásica, con mas de 200 años de vida, que como todos los clásicos hacen un guiño a nuestra realidad.
Fue Una Noche Fría en Septiembre La Lluvia Estaba Tamborileando en El Techo Del Coche Como George y Marie Winston Condujo a Través de Los Caminos Vacíos Hacia La Casa de Sus Amigos Los Harrisons Donde Iban a Asistir a u