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Existen una serie de factores que dificultan el desarrollo sostenible de los recursos hídricos, como
el cambio climático y la variabilidad natural del recurso, así como las presiones provocadas por las
actividades humanas.
Los impactos en el agua implican contaminación y escasez de la misma, las cuales pueden darse
por:
Acumulaciones de basura común, ya sea acumulada por las corrientes que van arrastrando
desechos durante kilómetros o por vertidos de grandes cantidades en puntos concretos. Algunos
objetos como las latas y las botellas de plástico tienden a acumularse en la superficie, provocando
auténticas islas flotantes de basura.
Vertidos de aguas residuales hace que el agua se llene de bacterias y elementos tóxicos
altamente contaminantes, tanto para los suelos como para el consumo. Por ello, se hace necesario
regenerarlas a través de estaciones depuradoras que evitan la contaminación del entorno y
además permiten reutilizar esas aguas, por ejemplo para riego de cultivos.
Vertidos incontrolados de las industrias a los cauces de agua. Aunque es un problema que se
está intentando regular y conlleva fuertes sanciones, lo cierto es que desde los orígenes de la
Revolución Industrial ha habido vertidos a ríos y mares que han provocado estragos, y aún hoy lo
sigue habiendo. A veces la contaminación de los ríos se produce por escorrentía, cuando el agua
de lluvia arrastra hasta el cauce compuestos químicos como fertilizantes.
Accidentes de barcos y grandes cargueros en el mar, como el del Prestige en las costas
gallegas hace una década, que provocó el vertido de toneladas de fuel al mar con el consiguiente
grave perjuicio para el ecosistema marino del entorno durante años.
Asimismo el agua también puede verse contaminada de forma natural, siguiendo su propio ciclo. A
veces puede entrar en contacto directo con sustancias minerales y orgánicas que la contaminen,
presentes tanto en la corteza terrestre como en la atmósfera.
La mayoría de los países en desarrollo no vigilan adecuadamente la calidad de sus aguas, lo que
plantea importantes problemas de salud pública. La información sobre el consumo, la
contaminación y la extracción de agua a nivel mundial todavía es insuficiente.
La mala calidad del agua y la escasez de suministros pueden tener un impacto negativo sobre el
desarrollo económico, la salud pública y las condiciones de vida.
Para garantizar una adecuada gestión sostenible de agua se apoya en lo que se ha venido en
denominar la gestión integrada de recursos hídricos (GIRH). La “GIRH” es la manera de promover
el manejo y el desarrollo coordinado del agua, la tierra y los recursos relacionados, con el fin de
maximizar el bienestar social y económico resultante de manera equitativa, sin comprometer la
sustentabilidad de los ecosistemas vitales.
Esto combina las medidas de gestión de la demanda con las de gestión de la oferta, poniendo el
acento en el uso eficiente y sostenible del recurso para garantizar el suministro para todos los
usos, en todas las partes del territorio, y de forma respetuosa con el medio ambiente.
Tres aspectos fundamentales que hacen sostenible la gestión de los recursos hídricos es:
Programas de concientización a la población Promover una cultura del agua por la paz
para lograr la gestión integrada de los recursos hídricos con un enfoque solidario.
Programa de comunicación, difusión y sensibilización de los actores de la GIRH.