Sunteți pe pagina 1din 34

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19?

ÍNDICE

Introducción 1
Epidemiología 1
Factores pronósticos 2
Características del virus 2
• Transmisión 3
• Manifestaciones clínicas 4
• Espectro de gravedad 5
Laboratorio 6
• Imágenes 6
• Etapas basadas en las imágenes de tomografía 7
• Ecografía 9
Diagnósticos diferenciales 10
• Cuándo se debe sospechar infección por el nuevo coronavirus 10
• Definición de caso 10
• Toma de muestras 11
Plan de preparación y respuesta nacional o regional al COVID-19 12
• Fase de contención 12
• Fase de mitigación 12
Organización asistencial y gestión de pacientes en instituciones 14
• Triaje en el servicio de emergencia 14
• Manejo de casos de aislamiento de pacientes sintomáticos y medidas de protección 14
personal
• Manejo de cuadros leves y contactos 14
Manejo domiciliario de los casos posibles, probables y confirmados de COVID-19 15
• Requisitos para la atención domiciliaria 15
• Medidas para el paciente en aislamiento 16
• Medidas de prevención para las personas que conviven en el domicilio 17
• Medidas básicas de protección y prevención para la persona responsable de los 17
cuidados domiciliarios
• Manejo de residuos y limpieza 17
• Duración del aislamiento y traslado del caso 18

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19?


ÍNDICE

Tratamiento según gravedad 18


• Manejo de vía aérea 20
• Ventilación mecánica 22
• Destete y extubación 23
• Fluidos, vasopresores e inotrópicos 24
Tratamiento específico recomendado según escenario (casos sospechosos o 24
confirmados)
Prevención y control de infecciones 25
Manejo de contactos 26
Poblaciones especiales: embarazadas 28
Salud mental de los trabajadores de la salud y COVID-19 29
Conclusiones 30
Bibliografía 31

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19?


INTRODUCCIÓN

La aparición de una nueva infección viral con casos con consecuencias fatales nos obliga a incorporar nuevos
conocimientos, muchos de ellos de reciente adquisición, dado que estamos apenas comprendiendo las características
de este nuevo virus. Las recomendaciones, además, se deben considerar como generales, y se irán actualizando y
ajustando con el tiempo a cada realidad local.

Los coronavirus son un grupo de virus que afectan únicamente a humanos, animales mamíferos y aves, algunos de
los cuales tienen la capacidad de contagiarse de animales a seres humanos y luego de contagiarse entre personas.
Los coronavirus producen cuadros que van desde resfriados o catarros e infecciones sistémicas más graves que
comprometen los pulmones hasta afecciones a nivel hepático, intestinal y neurológico que pueden llevar a la muerte.

Seis especies de coronavirus causan enfermedades humanas. Los virus 229E, OC43, NL63 y HKU1 son prevalentes
y típicamente causan síntomas de resfriado común en individuos inmunocompetentes. Las otras dos cepas de
coronavirus son responsables del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV) y del síndrome respiratorio del
Oriente Medio (MERS-CoV), que son de origen zoonótico. El SARS-CoV fue el agente causal de los brotes de
síndrome respiratorio agudo grave en los años 2002 y 2003 en la provincia de Guangdong, China, y el MERS-CoV
fue el patógeno responsable de brotes de enfermedades respiratorias graves en el en el Medio Oriente durante el
año 2012.

Aunque la mayoría de las infecciones por coronavirus en humanos son leves, las epidemias por los dos
betacoronavirus, el SARS-CoV y el MERS-CoV, han causado más de 10.000 casos acumulativos en las últimas dos
décadas, con tasas de mortalidad del 10% para el SARS-CoV y del 37% para el MERS-CoV.

Dada la alta prevalencia y la amplia distribución de coronavirus, la gran diversidad genética y la recombinación
frecuente de sus genomas, así como el aumento de la relación en actividades entre humanos y animales, es probable
que surjan nuevos coronavirus periódicamente en humanos debido a infecciones frecuentes entre especies y
ocasionales eventos de contagio.

EPIDEMIOLOGÍA

A finales del año 2019, en la ciudad de Wuhan, perteneciente a la provincia de Hubei en China, aparece un nuevo
virus, denominado en principio 2019-nCov y posteriormente identificado como SARS-CoV2, para diferenciarlo
del SARS-CoV1 previo. La enfermedad producida por el virus recibe el nombre de COVID-19 (de Coronavirus
Infectious Disease, año 2019), es responsable de cuadros de neumonía y ha sido identificada en muestras de lavado
broncoalveolar que han permitido estudiar la secuencia genética del virus. A partir de su origen en dicha ciudad, se
comienza a extender a otras ciudades de China y a varios países de distintos continentes. Aunque se sospecha que
el huésped inicial más probable sea el murciélago, la principal fuente de contagio actual es la persona infectada
por el virus.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 1


Se ha identificado que los primeros casos surgieron en trabajadores y visitantes de un mercado de alimentos y
animales en Wuhan. Sin embargo, al diseminarse el virus, el contagio ocurre a través de otros pacientes infectados
o cuidadores de la salud, confirmando el contagio interhumano. El contagio podría darse, además, en el período
asintomático de la enfermedad o en presencia de síntomas leves.

El 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia en el contexto de la
presencia de la enfermedad en 114 países, con cientos de miles de casos confirmados y miles de fallecidos.

FACTORES PRONÓSTICOS

La población generalmente susceptible al virus incluye a los ancianos y las personas con enfermedades subyacentes
que muestran afecciones más graves después de la infección. A su vez, los niños también son propensos a la
infección por COVID-19, al igual que los bebés, pero en estos casos los síntomas son relativamente leves. Según el
conocimiento actual de los casos, la mayoría de los pacientes tienen un buen pronóstico y solo algunos pacientes
se encuentran en estado crítico. Los casos de muerte se observan con mayor frecuencia en los ancianos y en
los pacientes con enfermedades subyacentes crónicas. La edad promedio de los pacientes es de 49 años, y las
principales enfermedades subyacentes son la diabetes, la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares.

La mortalidad estimada es de alrededor del 2% al 4%, mucho menor que la del SARS-CoV (23,1%) y el MERS-CoV
(37%), pero mayor que la ocasionada por el virus de la gripe. Esta cifra varía de forma significativa dependiendo del
país y la región. La mortalidad en pacientes de 70 a 79 años es del 8% y en los de 80 o más años es del 15%. Aunque
la mortalidad es más baja que la de otros coronavirus, tiene una alta tasa de contagiosidad.

Se ha confirmado que la edad avanzada y la comorbilidad son factores de riesgo de muerte. Un análisis multivariable
reciente confirmó, además, que la edad avanzada, una puntuación más alta en la evaluación secuencial de la
insuficiencia orgánica (SOFA) y un nivel de dímero D > 1 µg/l al ingreso se asocian con una mayor mortalidad.

CARACTERÍSTICAS DEL VIRUS

El virus actual se ha podido tipificar y se ha determinado que es un betacoronavirus diferente a los otros previos
que causaron cuadros graves, como el síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV1) y el síndrome respiratorio
de Oriente Medio (MERS-CoV). La expansión de la diversidad genética entre los coronavirus y su consiguiente
capacidad de causar enfermedades en los seres humanos se gesta principalmente mediante la infección de animales
peridomésticos, que sirven como hospedadores intermedios, fomentando eventos de recombinación y mutación.
Se estima que la glucoproteína de superficie que une el virión a la membrana de la célula huésped desempeña
un papel dominante. Mientras que el SARS-CoV infecta los neumocitos tipo 2 y las células epiteliales bronquiales
ciliadas que utilizan la enzima convertidora de angiotensina 2 como receptor, el MERS-CoV actúa en la dipeptidil
peptidasa-4, una glucoproteína transmembrana, para infectar neumocitos tipo 2 y células epiteliales bronquiales.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 2


En general, los coronavirus se replican primero en las células epiteliales de las células respiratorias y entéricas, lo que
conduce a cambios citopáticos. Todavía no se han realizado estudios exhaustivos para dilucidar la base molecular
de la patogenicidad del SARS-CoV2; sin embargo, los datos preliminares obtenidos a través de la secuenciación
del genoma completo del ARN viral extraído de muestras de esputo nasofaríngeo y de células huésped y los
análisis bioinformáticos posteriores han demostrado que el nuevo virus está relacionado filogenéticamente con
los coronavirus vinculados con el SARS que se aislaron por primera vez en murciélagos chinos durante el período
de 2015 a 2017. También se ha planteado la hipótesis de que el nuevo virus podría usar la enzima convertidora de
angiotensina 2 como un receptor de manera similar al SARS-CoV1. A diferencia del SARS-CoV1 o el MERS-CoV, las
células epiteliales de las vías respiratorias humanas primarias proporcionan mejores condiciones de crecimiento
para el SARS-CoV2 que las células de cultivo de tejidos estándar.

Transmisión
Al igual que ocurre con otros virus, la transmisión ocurriría a través del contacto con animales infectados, como
se sospecha que se originaron los primeros casos, o por contacto con secreciones respiratorias generadas por
la tos o el estornudo de una persona que esté cursando la enfermedad, ocurriendo la transmisión por “gota”. La
infección se produciría si estas secreciones o gotas de aerosol entran en contacto con la nariz, la boca o los ojos
de otra persona.

Es importante destacar que, hasta que se encuentre la fuente precisa del virus, será difícil distinguir el origen de la
propagación zoonótica. Sin embargo, la transmisión actual principal es de humano a humano por contacto estrecho.

La transmisión puede ser directa a través de pequeñas gotas que se producen cuando una persona tose o estornuda.
Estas gotas pueden llegar a la boca o nariz de las personas que se encuentran a una distancia menor de 180 cm,
quienes pueden inhalarlas al respirar. Otra forma indirecta de transmisión es por contacto, que ocurre cuando
estas gotas permanecen en los objetos o superficies, el individuo los toca y luego, con las manos contaminadas, se
toca los ojos, la boca o la nariz. Esto ocurre en zonas cercanas al paciente. Al no quedar las partículas suspendidas
en el aire, no hay transmisión a través de este medio.

También se ha documentado eliminación viral a través de la materia fecal, aunque se desconoce el rol que cumple
este hecho en la propagación del virus.

La mayor transmisión se produce por la replicación viral y por la presencia de síntomas como la tos o los estornudos,
que favorecen la diseminación. Existen algunos reportes esporádicos de transmisión en pacientes asintomáticos
o con síntomas leves; sin embargo, los datos actuales indican que este mecanismo de transmisión pareciera ser
poco probable, aunque estos datos son limitados.

La permanencia del virus en las superficies es variable: dependiendo de las características de la superficie, de la
temperatura, de la humedad y del origen, puede durar de horas a días. Esto se resuelve con la limpieza y desinfección
de la superficie. Los productos útiles son la lavandina (lejía o cloro) o el alcohol etílico al 70%.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 3


En la primera etapa del brote, la ausencia de infección en trabajadores de la salud puso en discusión la propagación
de humanos a humanos y distinguió en este aspecto el nuevo virus tanto del SARS-CoV1 como del MERS-CoV.
En las dos epidemias anteriores por coronavirus, los entornos de atención médica sirvieron como un importante
punto de transmisión que alimentó ambos brotes. Según los datos de la OMS, se ha encontrado que 1 de cada
10 casos de MERS-CoV corresponde a trabajadores de la salud. En general, la mortalidad en estos pacientes ha
sido menor debido a la edad más joven y a la ausencia de condiciones de salud desfavorables subyacentes. Los
informes recientes de numerosos trabajadores de la salud infectados en Wuhan indican que la infección de humano
a humano puede ocurrir con el SARS-CoV2 y puede ser el producto de un paciente supercontagiador. Sin embargo,
si bien no se enferman grandes grupos de trabajadores de la salud como ocurrió con el SARS-CoV1 y el MERS-CoV,
puede que sea aún muy temprano para descartar su posible exposición al nuevo SARS-CoV2. Por lo tanto, se debe
realizar el máximo de actividades necesarias con el paciente cada vez que se ingresa a la sala con el equipo de
protección personal para evitar la exposición por el personal de salud y la infección adquirida a nivel nosocomial.

Aunque no se describió durante el brote de SARS-CoV1, los casos asintomáticos variaron del 12,5% al 25%
​​ en
algunos estudios de MERS-CoV. Con el SARS-CoV2 puede estar ocurriendo un fenómeno similar, lo que haría que
el brote fuese aún más difícil de contener.

El supercontagio es la transmisión amplificada de un virus por individuos en una población. Los brotes de SARS-CoV1
y MERS-CoV tuvieron evidencia documentada de pacientes supercontagiadores. En general, ambos coronavirus
epidémicos mantienen una baja tasa de propagación de un paciente infectado individualmente. Sin embargo,
aproximadamente el 10% de los pacientes con infección por SARS-CoV1 y MERS-CoV se han asociado con un
supercontagio. Estos casos generaron una parte significativa de la epidemia en todo el mundo. Notablemente, ni
las mutaciones en los virus ni la gravedad de la enfermedad se asociaron con el estado de supercontagiador, lo que
implica que los factores del huésped contribuyen al fenotipo. Para el SARS-CoV2, el rastreo de contactos hasta
la fecha sugiere una propagación limitada de humano a humano y una tasa de propagación baja. Sin embargo,
el reciente aumento de casos, tanto dentro como fuera de Wuhan, podría indicar la existencia de individuos
supercontagiadores que alimentan el brote. También podría ocurrir un supercontagio con propagación de la fuente
zoonótica como se ha observado en otros brotes de enfermedades. En cualquier caso, la posibilidad de la presencia
de supercontagiadores puede seguir desempeñando un papel relevante en este brote en el curso de la infección
por SARS-CoV2.

También se observó que la duración media de la detección de ARN viral es de 20 días en los supervivientes, pero
el virus que causa el COVID-19 fue detectable hasta la muerte en los no supervivientes. La duración más larga de
eliminación viral en los supervivientes observada fue de 37 días.

El 29% de los pacientes con neumonía confirmada por COVID-19 eran profesionales de la salud activos, y el 12,3%
eran pacientes hospitalizados, lo que sugiere una alarmante tasa de propagación nosocomial del 41%. Esto conlleva
a reforzar las medidas de bioseguridad y de cuidado del personal de salud y de los pacientes internados.

Manifestaciones clínicas
Según los datos epidemiológicos actuales, el período de latencia es generalmente de 4 a 5 días, pero puede ser
de entre 2 y 14 días como máximo. Esto tiene incidencia en las medidas que se deben tomar en cuanto a los
aislamientos, tanto en los casos preventivos de personas que vuelven de viaje como en los pacientes con casos
confirmados. Se calcula que un paciente enfermo podría contagiar en promedio a entre 2 y 4 pacientes.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 4


El cuadro clínico puede ser variable en cuanto a gravedad. Al inicio se caracteriza, principalmente, por fiebre, tos,
mialgias y fatiga, y en su progresión evolutiva por disnea e infiltrados bilaterales en imágenes del tórax. Se cree que
el período de incubación del nuevo virus se da dentro de los 14 días posteriores a la exposición. Aunque muchas
de las infecciones comunicadas no son graves, aproximadamente el 20% de los pacientes confirmados desarrollan
una enfermedad que requiere internación, y en un 5% el cuadro es crítico, incluyendo insuficiencia respiratoria,
shock séptico u otra falla orgánica con requerimiento de cuidados críticos o intensivos. La mayoría de los casos
fatales han ocurrido en pacientes con comorbilidades médicas subyacentes y/o edad avanzada.

En un estudio que describe 41 de los casos iniciales identificados en el brote, se determinó que el 73% de los
casos correspondían a varones, con una media de edad de 49 años. Casi el 98% de ellos presentaron fiebre, el
76% presentaron tos y el 44% presentaron mialgias y fatiga. La disnea se desarrolló en un 55% de los casos tras
aproximadamente 8 días promedio del cuadro.

Otras manifestaciones menos frecuentes comunicadas fueron la producción de esputo (28%), cefalea (8%),
hemoptisis (5%) y diarrea (3%). Las manifestaciones clínicas son inespecíficas y son similares a otros cuadros
virales.

Los pacientes con síntomas leves pueden no presentar signos positivos en el examen físico. Aquellos en estado
más grave pueden tener dificultad para respirar, estertores pulmonares húmedos, murmullo vesicular disminuido o
matidez en la percusión.

La linfopenia fue común, y todos los pacientes presentaron anormalidades pulmonares parenquimatosas en la
tomografía computarizada de tórax, incluyendo opacidades en vidrio esmerilado, consolidación subsegmentaria y
consolidación multilobar. El síndrome de dificultad respiratoria aguda se desarrolló en el 30% de los casos, y tuvo
que implementarse ventilación mecánica en el 10%.

Si analizamos en una línea temporal el curso evolutivo del cuadro, podemos observar que, a partir del inicio de los
síntomas, la admisión hospitalaria promedio se da en el séptimo día; la disnea, entre el quinto y el octavo día; el
síndrome de distrés respiratorio, entre el octavo y el noveno día, y la admisión a unidades críticas, entre el décimo
y el undécimo día.

Espectro de gravedad
El espectro de gravedad abarca tres formas:
→ Forma leve: en estos casos, el cuadro afecta a las vías aéreas superiores, como cuadro inespecífico con fiebre,
tos, rinorrea, dolor de garganta, malestar general, mialgias y cefalea. La diarrea, los vómitos y las náuseas son
raras. Los pacientes añosos o los inmunocomprometidos pueden tener presentaciones atípicas y desarrollar
cuadros graves, por lo que deben ser internados para un seguimiento estricto.

→ Forma de neumonía: cuando la infección afecta a las vías respiratorias bajas ocasiona neumonía. Esta puede
ser leve o grave, y en este último caso presenta una saturación de oxígeno (SatO2) respirando en aire ambiente
menor o igual del 93%, una frecuencia respiratoria mayor a 30 latidos/minuto o disnea intensa.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 5


→ Forma de síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA): se caracteriza por el inicio dentro de 1 semana de
un insulto clínico conocido o síntomas respiratorios nuevos o que empeoran. La imagen del tórax (radiografía,
tomografía computarizada o ecografía pulmonar) muestra opacidades bilaterales, no explicadas completamente
por sobrecarga de volumen, colapso lobular o pulmonar, o nódulos. El origen de los infiltrados pulmonares
radica en la insuficiencia respiratoria no explicada completamente por insuficiencia cardíaca o por sobrecarga
de líquidos. En estos casos es necesaria la evaluación objetiva (p. ej., ecocardiografía) para excluir la causa
hidrostática de infiltrados, o el edema si no hay un factor de riesgo presente. El deterioro de la oxigenación en
adultos puede ser:
• SDRA leve: 200 mmHg < PaO2 /fracción inspirada de oxígeno (FiO2) ≤ 300 mmHg (con presión positiva al final
de la espiración [PEEP] o presión positiva continua en la vía aérea [CPAP] ≥ 5 cmH2O, o sin ventilación).
• SDRA moderado: 100 mmHg < PaO2 /FiO2 ≤ 200 mmHg (con PEEP ≥ 5 cmH2O o sin ventilación).
• SDRA grave: PaO2 /FiO2 ≤ 100 mmHg (con PEEP ≥ 5 cmH2O o sin ventilación).
• Cuando la PaO2 no está disponible, una relación de saturación de oxígeno por pulsioximetría (SpO2)/FiO2
≤ 315 sugiere SDRA (incluido en pacientes no ventilados).

→ Forma de sepsis: el paciente presenta sepsis o shock séptico con origen en la infección respiratoria.

Las complicaciones observadas fueron síndrome de distrés respiratorio agudo en cerca del 30%, insuficiencia
cardíaca en el 12%, lesión renal aguda en el 7%, shock en el 75% e infecciones secundarias sobreagregadas en
el 10%. Con respecto a los pacientes internados, el 32% requirieron atención en unidad de cuidados críticos y la
mortalidad fue del 15%; sin embargo, los que requirieron cuidados críticos presentaron una mortalidad cercana
al 38%.

LABORATORIO

En la etapa inicial, el recuento total de leucocitos en sangre periférica resultaba normal o disminuido, mientras que el
recuento de linfocitos resultaba disminuido, con presencia de linfopenia en el 63% de los casos. En algunos pacientes,
las transaminasas, la creatinafosfocinasa (CPK) y la mioglobina pueden estar aumentadas. La procalcitonina (PCT)
es normal en la mayoría de los pacientes, y en los casos graves se observa un aumento del dímero D.

Imágenes
Los hallazgos en los estudios de imagen varían de acuerdo con la edad del paciente, el estado de inmunidad, el estadio
de la enfermedad en el momento del estudio, las enfermedades subyacentes y las intervenciones farmacológicas.
Las imágenes pueden ser típicas o atípicas.

Las características radiológicas de las imágenes son:


→ Distribución predominante subpleural a lo largo de los haces vasculares bronquiales.
→ Cantidad: frecuentemente más de 3 lesiones, ocasionalmente lesiones simples o dobles.
→ Forma parcheada, block grande, nodular, en grumos, en forma de panal o en forma de red, en forma de
cordón, etc.
→ Densidad: en su mayoría desigual, un cambio similar a las opacidades mezcladas con la densidad del vidrio
esmerilado y el engrosamiento septal interlobular, la consolidación y la pared bronquial engrosada.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 6


→ Signos concomitantes variables: broncograma aéreo, derrame pleural extraño, agrandamiento de los ganglios
linfáticos mediastínicos.

Las imágenes típicas en radiografía o tomografía computarizada de tórax incluyen:


→ Sombras de densidad de vidrio esmerilado múltiples, en parches, segmentarias en ambos pulmones. Cuanto más
delgados son los cortes en la tomografía, más clara es la opacidad del vidrio esmerilado y el engrosamiento de
los tabiques interlobulares. La tomografía computarizada de alta resolución (TCAR) presenta un cambio de vidrio
esmerilado y de densidad ligeramente alta con bordes borrosos en una red fina o un pequeño engrosamiento de
los tabiques interlobulares en forma de panal.
→ Múltiples parches grandes o parches de consolidación en ambos pulmones, con un pequeño engrosamiento del
tabique interlobular en forma de cuadrícula o en forma de panal, especialmente en los lóbulos medio e inferior.
Esto último es más frecuente en pacientes añosos o en cuadros más graves.

Las imágenes atípicas por radiografía o tomografía computarizada del tórax incluyen:
→ Engrosamiento en red subpleural simple o múltiple o en forma de panal del tabique interlobular, engrosamiento
de la pared bronquial y opacidad tortuosa y gruesa. Varias consolidaciones irregulares, ocasionalmente con una
pequeña cantidad de derrame pleural o agrandamiento de los ganglios linfáticos mediastínicos visible. Esto es
más frecuente en pacientes añosos.
→ Nódulos sólidos simples o múltiples o nódulos consolidados en el centro del lóbulo, rodeados de opacidades en
vidrio esmerilado.

Etapas basadas en las imágenes de tomografía


Según el momento de inicio y la respuesta del organismo al virus, se pueden distinguir 5 etapas:
→ Etapa ultratemprana: se refiere a la fase con pacientes sin manifestación clínica con pruebas de laboratorio
negativas, pero con hisopo orofaríngeo positivo para SARS-CoV2 dentro de 1 a 2 semanas después de haber
estado expuesto a un entorno contaminado con virus (historial de contacto con un paciente o miembros de
la familia, unidad o personal médico relacionado con el paciente en un entorno de grupo). Las principales
manifestaciones en los estudios de imagen son opacidad en vidrio esmerilado focal simple, doble o dispersa,
nódulos ubicados en el lóbulo central rodeados de opacidades en vidrio esmerilado irregulares, consolidación
parcheada y signo de broncograma aéreo, con predominancia en las regiones de la pleura media e inferior.

→ Etapa temprana: corresponde al período de 1 a 3 días después de las manifestaciones clínicas (fiebre, tos, etc.).
El proceso patológico durante esta etapa corresponde a la dilatación y la congestión capilar septal alveolar,
la exudación de líquido en la cavidad alveolar y el edema intersticial interlobular. Hay opacidades dispersas o
aglomeradas dispersas o múltiples de vidrio esmerilado, separadas por una imagen en panal de abeja o una red
de tabiques interlobulares engrosados.

→ Etapa de progresión rápida: esta etapa se refiere al período de aproximadamente 3 a 7 días después del
comienzo de las manifestaciones clínicas. Las características patológicas en esta etapa son la acumulación de
una gran cantidad de exudado rico en células en la cavidad alveolar, la expansión vascular y la exudación en el
intersticio, que contribuyen a agravar aún más el edema alveolar e intersticial. La exudación fibrosa conecta
cada alvéolo a través del espacio interalveolar para formar su fusión. La tomografía muestra una consolidación
fusionada y a gran escala con broncograma aéreo en el interior.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 7


→ Etapa de consolidación: es el período de alrededor de 7 a 14 días después de la aparición de las manifestaciones
clínicas. Las principales características patológicas en esta etapa son la exudación fibrosa de la cavidad
alveolar y la desaparición de la congestión capilar en la pared alveolar. La tomografía computarizada muestra
las múltiples consolidaciones irregulares en menor densidad y menor rango que el de la etapa anterior.

→ Etapa de disipación: es el período de aproximadamente entre 2 y 3 semanas posteriores al inicio de las


manifestaciones clínicas. El rango de lesiones se reduce aún más. La tomografía computarizada muestra
consolidación parcheada u opacidad en forma de tira. A medida que pasa el tiempo, muestra un engrosamiento
del tabique interlobular en forma de cuadrícula, un engrosamiento en forma de tira de la pared bronquial y
algunas consolidaciones irregulares dispersas.

Fig. 1. Imágenes en vidrio esmerilado y condensación subpleural izquierda.

Fig. 2. Imagen en vidrio esmerilado subpleural derecha.

Fig. 3. Imagen nodular en vidrio esmerilado.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 8


Fig. 4. Imágenes bilaterales de condensación, broncograma, engrosamiento de tabiques.

Ecografía
Las anormalidades pulmonares pueden desarrollarse antes de las manifestaciones clínicas y la obtención del
resultado de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en el hisopado. Algunos expertos han recomendado
la tomografía computarizada de tórax temprana para detectar pacientes sospechosos. La alta tasa de contagio
del virus y el riesgo de transportar pacientes inestables con hipoxemia e insuficiencia hemodinámica hacen que
la tomografía computarizada de tórax sea una opción limitada para los pacientes con COVID-19 sospechado o
confirmado. La ecografía pulmonar proporciona resultados similares a la tomografía computarizada de tórax e
incluso superiores a la radiografía de tórax estándar para la evaluación de la neumonía y/o el SDRA, con la ventaja
adicional de la facilidad de uso en la cama del paciente, su repetibilidad, la ausencia de exposición a la radiación y
su bajo costo.

Una limitación reconocida de la ecografía pulmonar es que no puede detectar lesiones que se encuentren
profundamente dentro del pulmón, ya que el pulmón aireado bloquea la transmisión de la ecografía. Esto implica
que la anormalidad debe extenderse a la superficie pleural para ser visible en el examen de ecografía. Se requiere
una tomografía computarizada de tórax para detectar la neumonía no extendida a la superficie pleural.

Los hallazgos en ecografía que se correlacionan con los observados en la tomografía computarizada de tórax en
pacientes con COVID-19 se mencionan a continuación:

Tabla 1. Hallazgos en TAC de tórax y ecografía pulmonar.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 9


DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES

Se debe distinguir principalmente de otras infecciones virales causales de neumonía, como el virus de la influenza,
el virus de la parainfluenza, el adenovirus, el virus sincitial respiratorio, el rinovirus y el metapneumovirus humano,
entre otros. También, de la neumonía por micoplasma, la neumonía por clamidia y la neumonía bacteriana. Además,
debe distinguirse de las enfermedades no infecciosas, como la vasculitis, la dermatomiositis y la neumonía
organizada.

Cuándo se debe sospechar infección por el nuevo coronavirus


Dado que este nuevo virus, con su consiguiente infección, se ha originado en China y luego ha dado lugar a brotes
significativos en otras regiones, se debe prestar especial atención a aquellos pacientes que presenten un síndrome
respiratorio agudo y que tengan el antecedente de viaje a las zonas de brote epidémico, así como a aquellas
personas que han estado en contacto con enfermos por coronavirus fuera de dichas zonas. Se debe tener en
cuenta que sigue siendo prevalente para el resto de los pacientes la infección por influenza y por otros gérmenes
patógenos respiratorios conocidos.

Definición de caso
Los casos son considerados sospechosos, probables o confirmados.

→ Caso sospechoso: esta definición es variable dependiendo del momento del curso de la epidemia en una región
o país. Generalmente implica:
• Paciente con fiebre y síntomas respiratorios ​sin otra etiología que explique el cuadro, más el antecedente
de viaje a países con transmisión comunitaria en los 14 días previos o en algún momento de la epidemia.
• Paciente con fiebre y síntomas respiratorios s​ in otra etiología que explique el cuadro, además de contacto
con casos probables o confirmados de COVID-19 en los 14 días previos.
• Todo paciente con enfermedad respiratoria aguda grave definida como neumonía. Esto incluye el
diagnóstico clínico y radiológico de neumonía más cualquiera de los siguientes síntomas:
- Frecuencia respiratoria: >30/minuto.
- SatO2 < 93 % (al aire ambiente)
- Requerimiento de asistencia respiratoria mecánica (ARM).
- Incremento de los infiltrados > 50% en 24-48 horas.
- Alteración de conciencia.
- Inestabilidad hemodinámica.
- Escala CURB-65 ≥ 2 puntos. La escala CURB-65 toma en cuenta 5 ítems: confusión mental (C); urea
en sangre > 42 mg/dl (U); frecuencia respiratoria ≥ 30 por minuto (R); presión sanguínea: presión
arterial sistólica < 90 mmHg o presión arterial diastólica < 60 mmHg (B), y edad ≥ 65 años (65).
- Requerimiento de unidad de cuidados críticos o intensivos.
- Ausencia de otra etiología que explique el cuadro clínico.

→ Caso probable: se trata de un caso sospechoso con una prueba positiva para pancoronavirus y negativa para
los coronavirus MERS-CoV, 229E, OC43, HKU1 y NL63.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 10


→ Caso confirmado: todo paciente con laboratorio confirmado positivo de COVID-19 independiente de los signos
y síntomas.

Toma de muestras
Dado que la presentación clínica es inespecífica, al momento de estudiar pacientes que están cursando una
infección respiratoria aguda grave se deben solicitar estudios para identificar las diversas etiologías.

Las pruebas para COVID-19 deben considerarse solo para pacientes que se ajustan a la definición de caso. Las
muestras deben ser recolectadas por personal capacitado y teniendo en cuenta las instrucciones de bioseguridad
y el equipo de protección personal apropiado para virus respiratorios.

Las muestras del tracto respiratorio alto se obtienen con el hisopado nasofaríngeo combinado con un hisopado
orofaríngeo y se transportan en el mismo tubo con medio de transporte viral. El esputo inducido está contraindicado.

Las muestras del tracto respiratorio bajo incluyen esputo, aspirado traqueal y lavado broncoalveolar, en los casos
necesarios. Aquellos que realizan el procedimiento deben utilizar la mascarilla de protección contra aerosoles N95.

Se recomienda la recolección de muestras respiratorias en sospecha de COVID-19 independientemente del momento


de aparición de síntomas. También se debe verificar que las muestras estén correctamente rotuladas y que los
formularios de solicitud de diagnóstico se completen de forma correcta y con la oportuna información clínica:
→ Información del paciente: nombre, fecha de nacimiento, sexo y dirección residencial, número de identificación
único, otra información útil (número de identificación de vigilancia, nombre del hospital, dirección del hospital,
número de habitación, nombre del médico e información de contacto, nombre y dirección del destinatario del
informe).
→ Fecha y hora de la recolección de la muestra.
→ Sitio anatómico y ubicación de la recolección de la muestra.
→ Pruebas solicitadas.
→ Síntomas clínicos e historial relevante del paciente (incluidas la vacunación y las terapias antimicrobianas
recibidas, información epidemiológica, factores de riesgo).

En primera instancia, se requiere descartar el diagnóstico de influenza A y B por medio de una PCR. De ser influenza
negativa, se derivará la muestra al laboratorio para testear para coronavirus en el lugar de referencia.

Como la secuencia genética del nuevo virus se conoce, se han puesto a disposición ensayos de PCR para detectar
el SARS-CoV2. También se cuenta con kits rápidos para detectar anticuerpos del virus, aunque su sensibilidad es
variable.

En pacientes hospitalizados con infección confirmada de COVID-19, se deben recolectar muestras del tracto
respiratorio repetidas para demostrar la eliminación viral. La frecuencia de la recolección de muestras dependerá
de las circunstancias locales, pero debe ser al menos entre cada 2 a 4 días hasta que haya 2 resultados negativos
consecutivos en un paciente clínicamente recuperado con al menos 24 horas de diferencia.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 11


Si la práctica local de control de infecciones requiere 2 resultados negativos antes de eliminar las precauciones de
transmisión por gotas, las muestras se pueden recoger con una frecuencia diaria.

PLAN DE PREPARACIÓN Y RESPUESTA NACIONAL O REGIONAL AL COVID-19

El plan de preparación y respuesta al COVID-19 se diseña para su implementación en el sector sanitario. Dadas las
características de la enfermedad y los nuevos conocimientos sobre esta cepa de coronavirus, tiene un carácter
dinámico que se va actualizando y modificando durante el transcurso de la epidemia. En plan tiene como objetivos:

→ Detectar oportunamente a las personas que padecen COVID-19.


→ Minimizar la diseminación de la enfermedad, la morbilidad y la mortalidad.
→ Asistir en forma adecuada a las personas enfermas.
→ Monitorizar e investigar posibles brotes.
→ Identificar y caracterizar la naturaleza del virus y la gravedad clínica de la enfermedad.
→ Recomendar estrategias de manejo específicas de enfermedades respiratorias.
→ Contribuir a la recuperación rápida y segura de los individuos afectados.

El plan tiene dos etapas: una de contención y otra de mitigación.

Fase de contención
En la situación epidemiológica en la que no se registran casos confirmados o los casos confirmados son aislados,
se aplicarán las acciones propuestas para esta fase.

Los objetivos en esta etapa son:


→ Detectar oportunamente los casos iniciales y sus contactos.
→ Minimizar la transmisión de la enfermedad evitando la diseminación del virus en la comunidad.
→ Preparar y fortalecer las necesidades del sistema de salud.
→ Contribuir al conocimiento sobre la naturaleza de la enfermedad en el contexto de la región.
→ Proporcionar información oportuna, transparente y basada en la evidencia científica, así como también todo
nuevo conocimiento para apoyar las mejores prácticas de atención médica.
→ Confirmar y fortalecer los acuerdos efectivos de gobernanza sanitaria en conjunto a todas las jurisdicciones.
→ Asegurar una respuesta proporcionada y contribuir a mantener una atención de calidad.
→ Comunicar de forma responsable y adecuada para generar confianza en la comunidad.

Fase de mitigación
Se entrará en fase de mitigación a partir de la detección de transmisión local, considerada desde la confirmación
de laboratorio de transmisión de COVID-19 entre personas con vínculos epidemiológicos confirmados y una vez
determinado el número por el cual puede verse comprometida la capacidad operativa del sistema sanitario para
dar respuesta a la fase de contención.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 12


En esta etapa, se deberán priorizar acciones para evitar los casos graves y las posibles muertes. Además de las
acciones realizadas en la etapa de contención, en esta etapa se considerará:
→ Apoyar y mantener una atención de calidad.
→ Cesar las actividades que ya no son necesarias y comprometan la atención de casos graves o que requieran
internación.
→ Vigilar el comportamiento epidemiológico del virus en el país.
→ Monitorizar el resultado de las intervenciones terapéuticas y comunicar la efectividad de las mismas.
→ Evaluar la respuesta del sistema, revisar planes y procedimientos establecidos.

Durante la fase de contingencia, se tomarán las siguientes acciones:


→ Confirmar el diagnóstico para los casos graves y fatales y los criterios de diagnóstico clínico y epidemiológico
para los casos leves y moderados o aquellos que no requieran internación.
→ La vigilancia epidemiológica pasará a ser agrupada para casos leves, y se realizará nominal solo para casos
graves.
→ Reforzar el sistema de salud para poder dar respuesta a la demanda en atención primaria y asegurar la generación
de mecanismos de traslados y atención de pacientes graves.
→ Monitorizar camas críticas y del sistema de derivación de pacientes en estado crítico.
→ Asegurar los insumos adecuados para la protección del personal de salud.
→ Reforzar las capacitaciones del personal de salud en el uso adecuado de equipos de protección personal.
→ Fortalecer los programas de control de infecciones asociadas a los cuidados de la salud.
→ Minimizar el riesgo de transmisión en instituciones sanitarias, en particular aquellas a las que regularmente
asisten personas inmunocomprometidas.
→ Priorizar en puntos de entrada la difusión masiva, estimulando el autorreporte en pacientes sintomáticos.

En ambas fases, se debe llevar a cabo la evaluación de procesos. En función de la situación epidemiológica, se
llevarán adelante las acciones dirigidas a determinar:
→ Necesidad de aplicar medidas de distanciamiento social en la comunidad (escuelas, lugares públicos, trabajo,
actividades recreativas, transporte de corta y larga distancia).
→ Evaluación periódica de la respuesta sanitaria ante las distintas fases del plan operativo de preparación y
respuesta al COVID-19.

No se ha definido un criterio unificado a nivel global, nacional o regional sobre las medidas a tomar. Los países que
tomaron medidas drásticas tempranamente, como China, Corea del Sur y Taiwán, lograron detener el crecimiento
exponencial del número de casos y fallecidos, logrando incidir en el comportamiento de la curva de casos y
mortalidad. Los países que tomaron medidas drásticas, pero tardíamente, como Francia, Alemania y EE. UU., no
lograron impactar en el crecimiento exponencial de casos y muertes, y las capacidades de atención de sus sistemas
de salud se han visto superadas. Los países que tomaron medidas parciales e inoportunas o tardías han fracasado
en el control de la situación y han visto colapsados sus sistemas de salud, aun en sistemas robustos y avanzados,
como en los casos de España, Italia y Brasil.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 13


ORGANIZACIÓN ASISTENCIAL Y GESTIÓN DE PACIENTES EN INSTITUCIONES

Triaje en el servicio de emergencia


Se recomienda realizar un triaje en el ingreso de pacientes (guardia/sala de espera/orientación) para la búsqueda
y atención rápida de casos sospechosos. El agente de salud que realiza el triaje deberá informar de la presencia
del caso al personal del hospital destinado al manejo de los mismos. En los casos que cuenten con un sector de
admisión inicial, el personal administrativo debe ser instruido para detectar y alertar la presencia de un caso
sospechoso. Se puede disponer de carteles para que el paciente se acerque rápidamente sin esperar para ser
evaluado.

La evaluación de triaje requiere identificar a personas con cuadro respiratorio además de:
→ Antecedentes de viaje a China o países con brotes epidémicos significativos en los últimos 14 días.
→ Contacto estrecho de casos sospechoso o confirmado de COVID-19.

Manejo de casos de aislamiento de pacientes sintomáticos y medidas de protección personal


Se deben tomar algunas medidas para tratar casos de pacientes sintomáticos:
→ Ambulatorio (consulta inicial). Debido a que la dinámica de transmisión aún no se ha determinado, se debe
proveer al paciente de una mascarilla quirúrgica tan pronto como se identifique, explicando su uso. La evaluación
se deberá realizar en una habitación privada con ventilación adecuada y con la puerta cerrada, idealmente
destinada para estos casos. Para salas generales se considera adecuada una ventilación natural de 60 l/s
por paciente. El personal de atención médica que ingresa a la habitación debe usar las medidas habituales de
precaución estándar, de contacto y para transmisión por gota.
→ Internación. La OMS recomienda que todos los pacientes sospechosos sean aislados en centros hospitalarios.
Esto implica la internación hasta que los resultados de laboratorio confirmen o descarten el diagnóstico. En
los casos confirmados se mantendrá el aislamiento hasta que el paciente se encuentre asintomático (esta
recomendación puede modificarse de acuerdo con la situación). El aislamiento recomendado es principalmente
de contacto y transmisión por gota:
• Colocar al paciente en una habitación individual (de ser posible con baño privado), con ventilación
adecuada.
• Todas las camas de los pacientes deben colocarse al menos a 1 m de distancia independientemente de si
se sospecha de COVID-19.
• Donde sea posible, los casos sospechosos o confirmados deberían ser asistidos por un equipo de
trabajadores sanitarios designados para atenderlos de forma exclusiva, para reducir el riesgo de
diseminación.
• Proporcionar mascarilla quirúrgica al paciente para cualquier desplazamiento fuera de la habitación.
El aislamiento del paciente se mantendrá durante el período sintomático. Esta recomendación puede modificarse
según nuevas evidencias.

Manejo de cuadros leves y contactos


En vista del conocimiento aún limitado de la enfermedad causada por la infección por el nuevo coronavirus y sus
patrones de transmisión, la OMS recomienda que los casos sospechosos sean aislados y monitorizados en un nivel
hospitalario.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 14


Esto garantizaría tanto la seguridad como la calidad de la atención médica, en caso de que los síntomas empeoren, y la
seguridad de la salud pública. Sin embargo, por varias razones posibles, incluidas situaciones en las que la atención
hospitalaria no está disponible o no se pueda asegurar (es decir, capacidad y recursos limitados que no pueden
satisfacer la demanda de servicios de atención médica), o en un caso de rechazo informado de hospitalización, es
posible que se necesiten entornos alternativos para la atención médica.

Si existe tal razón, los pacientes con síntomas leves, menores de 60 años y sin afecciones crónicas subyacentes
que lo colocan en un mayor riesgo de desarrollar complicaciones, como enfermedades pulmonares o cardíacas,
insuficiencia renal o afecciones inmunocomprometidas, pueden ser atendidos en el entorno del hogar. El mismo
principio de atención en el entorno del hogar se aplica a pacientes sintomáticos que ya no requieren hospitalización.
Esta decisión requiere un juicio clínico cuidadoso y debe ser informada evaluando la seguridad del entorno del
hogar del paciente.

Se debe establecer una forma de comunicación entre el paciente y los cuidadores de la atención médica durante
toda la duración del período de atención domiciliaria hasta que el paciente se recupere por completo. El personal de
atención médica debe participar en la revisión del estado de salud actual para la progresión de los síntomas de los
contactos por teléfono e, idealmente y si es posible, mediante visitas de manera regular, por ejemplo, diariamente.

Además, los pacientes y los miembros del hogar deben recibir educación sobre higiene personal, sobre medidas
básicas de prevención y control de infecciones, sobre cómo cuidar al presunto miembro infectado de la familia
de la manera más segura posible y sobre cómo evitar la propagación de la infección a los contactos del hogar. El
paciente y la familia deben recibir apoyo continuo, educación y monitorización.

MANEJO DOMICILIARIO DE LOS CASOS POSIBLES, PROBABLES Y CONFIRMADOS DE COVID-19

En los casos posibles, probables o confirmados de COVID-19 con síntomas leves y sin criterios de ingreso hospitalario,
se valorará en cada paciente la situación clínica y el momento epidemiológico concreto. Es necesario constatar la
ausencia de comorbilidades en el paciente y en sus convivientes para permitir este tipo de atención.

Existen casos probables o confirmados de COVID-19 que han precisado hospitalización y que han recibido el alta
hospitalaria, pero requieren seguimiento y medidas de aislamiento.

Requisitos para la atención domiciliaria


No es necesario que el paciente viva acompañado si se puede asegurar la asistencia y el seguimiento telefónico.
El paciente debe disponer de un teléfono que garantice la comunicación permanente con el personal sanitario
hasta la resolución de los síntomas. Aunque cada caso se deberá valorar de forma individual, como norma general
no debería haber convivientes con condiciones de salud que supongan una vulnerabilidad, como edad avanzada,
diversidad funcional, enfermedades crónicas, inmunodepresión o embarazo. Estas personas deberían trasladarse al
domicilio de otro familiar mientras dure el aislamiento. Tanto el paciente como sus convivientes deben ser capaces
de comprender y aplicar de forma correcta y consistente las medidas básicas de higiene, prevención y control de
la infección. Se deberá contar con capacidad para realizar una atención y seguimiento domiciliarios, idealmente
mediante controles por vía telefónica o presencial cuando se considere necesario.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 15


Cuando se requiera la atención presencial del paciente, tanto para hacer una práctica de control o de atención, al
ingresar al domicilio el personal de enfermería o cuidador deberá dirigirse directamente al baño y lavarse las manos
según la técnica adecuada; posteriormente, debe cambiarse de ropa y calzado para uso exclusivo en el domicilio,
volver a lavarse las manos y, finalmente, comenzar con la asistencia del paciente.

Medidas para el paciente en aislamiento


Se recomienda lo siguiente:
→ El paciente debe permanecer preferiblemente en una habitación de uso individual o, en caso de que esto no sea
posible, en un lugar en el que se pueda garantizar una distancia mínima de 2 m con el resto de los convivientes.
→ La puerta de la habitación debe permanecer cerrada hasta la finalización del aislamiento. En caso de que sea
imprescindible que el paciente haga uso de las zonas comunes del domicilio, deberá utilizar mascarilla quirúrgica
y realizar higiene de manos al salir de la habitación y antes de entrar en ella.
→ No se debe tocar ni manipular la mascarilla mientras se lleve puesta. Si se moja o se mancha de secreciones,
deberá cambiarse de inmediato. Desechar la mascarilla después de usarla y lavarse bien las manos después de
sacársela.
→ La habitación debe tener ventilación adecuada, si es posible directa a la calle. No deben existir corrientes
forzadas de aire provenientes de sistemas de calor o de refrigeración. Las zonas comunes también deberán
mantenerse bien ventiladas.
→ De ser posible, es preferible que se disponga de un baño para uso exclusivo del paciente; en su defecto, el baño
debe ser limpiado con lavandina (lejía o cloro) cada vez que sea usado por el paciente.
→ Se debe disponer, si es posible, de un sistema de comunicación por vía telefónica o mediante intercomunicador
para comunicarse con los familiares sin necesidad de salir de la habitación.
→ Se debe colocar en el interior de la habitación un contenedor de basura, con tapa de apertura de pedal, y en su
interior una bolsa de plástico con cierre para depositar los residuos.
→ Los utensilios de aseo deben ser de uso individual, al igual que los productos para la higiene de manos como el
jabón o la solución hidroalcohólica.
→ La ropa personal, ropa de cama, toallas, etc. debe ser de uso exclusivo del paciente. Estos elementos deben
cambiarse frecuentemente.
→ La persona enferma debe seguir en todo momento las medidas de higiene respiratoria: cubrirse la boca y la nariz
al toser o estornudar con el codo flexionado o con pañuelos desechables, que se depositarán en el contenedor
de basura dispuesto dentro de la habitación tras su uso. El paciente debe lavarse las manos frecuentemente
con agua y jabón. También podrá utilizar soluciones hidroalcohólicas si están disponibles.
→ La persona enferma no debe recibir visitas durante el periodo de aislamiento. Se debe disponer de un registro
de entrada y salida diario de personas que accedan a la habitación.

Para el seguimiento de los casos, se recomienda lo siguiente:


→ La asistencia clínica del paciente debe realizarse siguiendo el criterio del equipo de atención domiciliaria.
→ Debido a que las complicaciones suelen aparecer en los primeros días tras la aparición de la enfermedad, debe
realizase una revisión (que puede ser telefónica) en 24 horas y en 48 horas tras el primer contacto con los
servicios de salud.
→ Debe indicarse al paciente o cuidador que contacte con los servicios de salud si su situación clínica empeora.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 16


→ Se debe dejar constancia del control realizado al paciente en la historia clínica o, en su defecto, en el sistema
de registro establecido.

Medidas de prevención para las personas que conviven en el domicilio


Se recomienda que se faciliten indicaciones por escrito sobre las medidas de prevención. Esto es especialmente
importante en el caso del conviviente que vaya a realizar la atención al paciente. La información debe ser
proporcionada de manera clara, concreta y sencilla para minimizar la alarma y la ansiedad de las personas que
conviven con el caso.

Los miembros de la familia y convivientes deben permanecer en una habitación diferente, teniendo el mínimo
contacto con el paciente. Se debe evitar el contacto directo con los fluidos corporales, especialmente los orales,
las secreciones respiratorias y las heces. No se deben compartir objetos de uso personal tales como cepillos de
dientes, vasos, platos, cubiertos, toallas, ropa, etc. Todos los convivientes deben lavarse las manos con agua
y jabón o solución hidroalcohólica después de cualquier contacto con el enfermo o su entorno inmediato. Los
miembros de la familia, convivientes y personas encargadas de los cuidados deben realizar autovigilancia de la
aparición de síntomas como fiebre, tos, dolor de garganta o dificultad para respirar, y consultar con los servicios
de salud si estos aparecieran con el fin de detectar precozmente la aparición de un posible caso.

Medidas básicas de protección y prevención para la persona responsable de los cuidados domiciliarios
Se recomienda que se evalúe de forma individual que la persona responsable de los cuidados de los pacientes no
tenga factores de riesgo que impliquen posibles complicaciones en caso de presentar COVID-19. Si es necesaria
la prestación de cuidados, debe ser una única persona la que proporcione la atención requerida. La persona
responsable de los cuidados debe lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o solución hidroalcohólica
después de cualquier contacto con el enfermo o con su entorno inmediato. Si el cuidado requiere una aproximación
a una distancia inferior a 1 m, el paciente ha de llevar una mascarilla quirúrgica. Es imprescindible el uso de guantes
desechables si se va a entrar en contacto con secreciones del enfermo; tras su uso, se desecharán y se lavarán las
manos inmediatamente después. El responsable de los cuidados debe ser informado de que será considerado como
contacto estrecho. Si bien no se hará un seguimiento activo de los contactos, se les indicará realizar cuarentena
domiciliaria durante 14 días luego de que el paciente sea dado de alta. Las autoridades sanitarias podrán valorar
situaciones individuales que requieran otro tipo de recomendación. Si durante los 14 días posteriores a la exposición
el contacto desarrolla síntomas, deberá contactar con los servicios de salud, y si la situación lo permite deberá
realizar autoaislamiento domiciliario.

Manejo de residuos y limpieza


Se recomienda que los residuos del paciente, incluido el material desechable utilizado por la persona enferma
(guantes, pañuelos, mascarillas), se depositen en una bolsa de plástico (bolsa 1) dentro de un contenedor de basura
dispuesto en la habitación, preferiblemente con tapa y pedal de apertura, sin realizar ninguna separación para el
reciclaje. La bolsa de plástico (bolsa 1) debe cerrarse adecuadamente y ser introducida en una segunda bolsa de
basura (bolsa 2), al lado de la salida de la habitación, donde además se depositarán los guantes y la mascarilla
utilizados por el cuidador. Se cerrará adecuadamente la bolsa antes de salir de la habitación. La bolsa 2, con
los residuos anteriores, se debe depositar en una tercera bolsa de basura (bolsa 3) con el resto de los residuos
domésticos. La bolsa 3 también se cerrará adecuadamente. Inmediatamente después se realizará una completa
higiene de manos, con agua y jabón, de una duración de entre 40 y 60 segundos, por lo menos. La bolsa 3 debe ser
depositada exclusivamente en el contenedor de basura general, estando terminantemente prohibido depositarla
en los contenedores de reciclado (orgánico, envases, papel, vidrio o textil) o su abandono en el entorno.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 17


En cuanto a la limpieza, se recomienda que la ropa de cama, las toallas, etc. de las las personas enfermas sea
lavada con los jabones o detergentes habituales a 60-90 °C y sea secada completamente para volver a utilizarla.
Esta ropa debe ser colocada en una bolsa con cierre hermético hasta el momento de lavarla. No se debe sacudir
la ropa antes del lavado.

Los cubiertos, vasos, platos y demás utensilios reutilizables se lavan con agua caliente y jabón. Las superficies que
se tocan con frecuencia (p. ej., mesitas de noche o muebles del dormitorio), las superficies del baño y el inodoro
deben ser limpiadas y desinfectadas diariamente con un desinfectante doméstico (lavandina, lejía o cloro) diluido
(1 parte al 5% en 50 partes de agua) y preparado el mismo día que se va a utilizar.

La persona encargada de la limpieza debe protegerse con guantes y mascarilla (si está disponible), y realizar
higiene de manos antes y después de quitarse los guantes. Tras culminar la limpieza, la persona que la realizó
cumplirá indefectiblemente con la higiene de manos.

Duración del aislamiento y traslado del caso


El aislamiento se mantendrá hasta transcurridos 14 días desde el inicio de los síntomas, siempre que el cuadro
clínico se haya resuelto. Tras una valoración clínica individualizada, se considerará la realización del test
diagnóstico en personas especialmente vulnerables que presenten un cuadro clínico de infección respiratoria
aguda independientemente de su gravedad. Se continuará con la asistencia sanitaria si el paciente la precisara.

Se recomienda que, si las condiciones clínicas de la persona empeoraran o si las situaciones en el domicilio
hicieran insostenible el correcto manejo del paciente, se valore su derivación a un establecimiento asistencial.
El transporte del paciente debe realizarse en una ambulancia con la cabina del conductor físicamente separada
del área de transporte del paciente. El personal que intervenga en el transporte (salvo el conductor, si no sale
de la cabina) debe ser informado previamente y ha de utilizar el equipo para la prevención de la infección por
microorganismos transmitidos por gotas y por contacto. El paciente debe llevar puesta una mascarilla quirúrgica
y debe ir sin acompañantes en la ambulancia. En el supuesto de que sea imprescindible que esté acompañado
(dependiente, menor u otra circunstancia), el acompañante necesita colocarse una mascarilla quirúrgica. Una vez
finalizado el transporte, se procederá a la desinfección del vehículo con los productos habituales y a la gestión de
residuos de acuerdo con el procedimiento habitual.

TRATAMIENTO SEGÚN GRAVEDAD

Hasta la fecha, no se dispone de ningún tratamiento específico para la infección por el nuevo coronavirus, por lo
que el tratamiento es exclusivamente de sostén y de sus complicaciones.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 18


Fig. 5. Secuencia del tratamiento.

El paciente debe descansar y estar en reposo en la cama; se deben controlar sus signos vitales (frecuencia cardíaca,
saturación de oxígeno mediante pulsioxímetro, frecuencia respiratoria, presión arterial) y brindar tratamiento de
apoyo para garantizar una ingesta y un equilibrio de energía e hidroelectrolítico.

Fig. 6. Soporte temprano y monitorización.


(SAT: saturación; SDRA: síndrome de dificultad respiratoria aguda; UTI: unidad de terapia intensiva).

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 19


En casos de infección respiratoria grave, disnea, hipoxemia o shock, se indica la administración de oxígeno. Se
puede iniciar con un flujo de 5 l/min y se incrementa hasta lograr una saturación de oxígeno ≥ 90% en adultos
no embarazadas y ≥ 92-95% en embarazadas. Se deben emplear dispositivos desechables y deben utilizarse las
precauciones de contacto con los materiales contaminados. Las cánulas nasales y los dispositivos con sistema
Venturi no se recomiendan. No se realizarán nebulizaciones en ningún lugar del hospital. De ser necesario, se
usarán dispositivos de multidosis inhalatorias con aerocámara. 

En general, el uso de cánula de alto flujo o de ventilación mecánica no invasiva (VNI) no es recomendado, por
el riesgo de trasmisión del virus. Por otro lado, se ha observado que los pacientes con neumonía por COVID-19
padecen una enfermedad particular, con un fenotipo similar, mostrando una disociación entre la mecánica pulmonar
relativamente bien conservada y la gravedad de la hipoxemia. Se piensa que la hipoxemia grave que ocurre se
debe a la pérdida de la regulación de la perfusión pulmonar y la vasoconstricción hipóxica. Por esta razón, el
apoyo temprano con medidas no invasivas como la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) es
potencialmente dañino si se generan altas presiones intratorácicas negativas (y no medibles), produciendo una
lesión pulmonar autoinfligida. Si en algún centro de salud se toma esta medida, debe ser en una habitación con
presión negativa y con interfase que evite la diseminación viral (Helmet) con una monitorización estricta de la
respuesta terapéutica.

Manejo de vía aérea


No debe retrasarse la intubación endotraqueal ante la falta de respuesta a las terapias no invasivas o al deterioro
hemodinámico.

Fig. 7. Intubación orotraqueal en COVID-19.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 20


Respecto a la ventilación mecánica, deben tenerse en cuenta una serie de indicaciones:
→ Criterios clínicos:
• Disnea moderada a grave con signos de aumento del trabajo respiratorio y uso de musculatura accesoria
o movimiento abdominal paradójico. 
• Disnea moderada a grave y frecuencia respiratoria > 25-30/min.
→ Criterios gasométricos:
• PaO​2​/FiO​2 < 200 (o la necesidad de administrar una FiO​2 > 0,4 para conseguir una SatO2​ de al menos
el 92%).
• Fallo ventilatorio agudo (pH < 7,35 con PaCO2 > 45 mmHg).

La intubación debe ser realizada por personal con experiencia, dado que se trata de pacientes con hipoxemia o
insuficiencia respiratoria con baja reserva, propensos a la desaturación rápida. La bioseguridad es primordial, dado
que es un procedimiento de gran exposición a material con contenido viral. Se debe utilizar equipo de protección
personal máximo con mascarilla N95, camisolín resistente a fluidos, doble guantes, protección ocular-facial, con
lavado de manos previo y posterior al procedimiento. Se debe reducir al mínimo necesario el personal presente
para el procedimiento.

Se debe tener preparado el respirador con las tubuladuras y filtros antes del procedimiento.

Es necesario preoxigenar con máscara de oxígeno de reservorio con flujo de15 l/min, evitando la ventilación con
sistema bolsa-máscara, y en caso de requerirlo usar entre la máscara y la bolsa un filtro antimicrobiano. Al realizar
la preoxigenación se debe colocar la cánula nasal debajo de la máscara con reservorio con flujo no mayor a 5 l/min
(para evitar la aerosolización) para realizar luego la oxigenación apneica luego de la inducción y parálisis.

Otra opción de preoxigenación es a través de una máscara de ventilación no invasiva con apoyo frontal o facial
completo unida a un sistema bolsa máscara con válvula de PEEP con un conector intercalado para administrar
oxígeno y mantener una PEEP adecuada y la conexión del sistema bolsa máscara con oxígeno a flujo de 15 l/min.

Fig. 8. Sistema de preoxigenación con presión espiratoria positiva (PEEP) para COVID-19.

Se recomienda utilizar la secuencia de intubación rápida. Los fármacos inductores que se pueden utilizar son
propofol, etomidato o ketamina (si hay inestabilidad hemodinámica); como paralizante, la succinilcolina, y como
alternativas, el rocuronio o el vecuronio.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 21


Si se dispone de videolaringoscopio, este permite mayor distancia de la boca y de la vía aérea del operador. Si
se requiere reoxigenar, los dispositivos extraglóticos como la máscara laríngea son útiles para evitar el uso del
sistema máscara-bolsa.

Se debe insuflar el balón del tubo endotraqueal antes de comenzar la ventilación del paciente. No se recomienda
la intubación vigil o guiada por fibrobroncoscopio de rutina. Se debe realizar el retiro del equipo de protección
personal de manera adecuada y la desinfección del material reusable.

Ventilación mecánica
La ventilación mecánica invasiva debe ser protectora, con volúmenes corrientes bajos de 4 a 6 ml/kg de peso ideal,
con un pH objetivo de 7,20-7,40. La titulación de la PEEP puede titularse según se muestra en la Tabla 2.

Tabla 2. Titulación de la presión positiva al final de la espiración (PEEP).

La respuesta terapéutica se puede lograr manteniendo una presión meseta (plateau) < 25 cmH2O. Habitualmente
se requiere una PEEP alta, de 10-15 cmH2O.

Los objetivos de la monitorización de la mecánica respiratoria son:


→ Presión meseta < 30 cmH2O.
→ Delta presión < 15 cmH2O.

Delta presión = Presión meseta – PEEP total.

Se debe considerar la utilización de bloqueantes neuromusculares (BNM) para facilitar la ventilación protectora.
De ser necesario, se recomienda iniciar su uso en infusión continua para evitar el ingreso constante de personal a
la habitación.

El objetivo de SatO2 es del 88% al 94%, evitando la hiperoxia. Las maniobras de reclutamiento alveolar solo se
deben realizar cuando sean necesarias, no de manera rutinaria.

Si el paciente presenta una relación PaO2 /FiO2 < 150, se recomienda administrar relajantes musculares por 48 horas
y colocar al paciente en decúbito prono de 12 a 24 horas y realizar una nueva evaluación al volver a colocarlo en
decúbito supino.

Se recomienda realizar humidificación pasiva y solo en ciertos casos activa, y utilizar sistemas cerrados de
aspiración para evitar la desconexión de la presión positiva durante las maniobras de aspiración.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 22


Si con todas estas medidas no se logran los objetivos de oxigenación, se podría utilizar oxigenación por circulación
extracorpórea (ECMO) como último recurso, aunque aún no hay suficiente evidencia sobre sus beneficios.

Fig. 9. Ventilación mecánica.


(FioO2: fracción inspirada de oxígeno; PAFI: presión arterial de O2 / fracción inspirada de O2;
PEEP: presión positiva al final de la expiración; P: plateau: presión plateau o meseta; SatO2 : saturación de oxígeno;
VC: volumen corriente).

Destete y extubación
Una vez superado el momento inicial y estabilizado el paciente, el equipo tratante evaluará diariamente la posibilidad
de avanzar en el destete y la extubación. No se debe realizar vacación o suspensión transitoria de sedación.

Los pacientes aptos para realizar una prueba de ventilación espontánea deberán cumplir los siguientes criterios:
→ Corroborar que la causa que originó la necesidad de ventilación mecánica esté resuelta o en vías de resolución.
→ Estabilidad hemodinámica​con requerimiento de fármacos vasoactivos o inotrópicos a bajas dosis o en descenso
o sin las mismos.
→ Estabilidad clínica: temperatura axilar < 38 °C, hemoglobina > 7 g/dl, ausencia de trastornos del medio interno.
→ Oxigenación aceptable: PaO2 /FiO2 ≥ 150 con PEEP ≤ 8 cmH2O; requerimiento de FiO2 ≤ 0,5.
→ Evidencia de esfuerzo inspiratorio espontáneo.

Una vez que el paciente pase la prueba de ventilación espontánea de un mínimo de 30 minutos, se realizará la
extubación con aspiración mediante circuito cerrado. Se debe evitar la prueba en tubo en T.

Una vez extubado el paciente, se contraindica en forma absoluta la utilización de ventilación no invasiva o cualquier
otro método de prevención de falla en la extubación​. Se le colocará inmediatamente una máscara de oxígeno con
reservorio.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 23


Fluidos, vasopresores e inotrópicos
El manejo de los fluidos endovenosos debe ser conservador y con cautela, evitando el uso agresivo de los mismos
dado que pueden empeorar la insuficiencia respiratoria y llevar al paciente a la necesidad de ventilación mecánica.

Se deben realizar valoraciones hemodinámicas y detectar la presencia de shock. Se recomiendan las valoraciones
dinámicas y, si se ha repuesto volumen intravascular sin haber logrado mejoría en la hemodinamia, se deben usar
vasopresores. En caso de presencia de disfunción miocárdica, se debe utilizar dobutamina como inotrópico.

Fig. 10. Abordaje de la falla hemodinámica.

Dado que ante un paciente con neumonía grave no se puede conocer de inicio la etiología, se deben administrar
antibióticos empíricos para cubrir el tratamiento de los gérmenes más probables según el paciente y los datos
de epidemiología local, hasta disponer de los resultados microbiológicos. A esto se debe agregar el tratamiento
empírico con oseltamivir en situación de circulación local del virus de la gripe o historia de viaje a zona de circulación
del mismo.

No se recomienda la administración de corticoides sistémicos para el tratamiento de la neumonía viral o el SDRA,


dado que en estudios en casos de neumonía por influenza demostraron aumento de la mortalidad.

TRATAMIENTO ESPECÍFICO RECOMENDADO SEGÚN ESCENARIO (CASOS SOSPECHOSOS O CONFIRMADOS)

No se ha demostrado la eficacia de ningún tratamiento específico hasta la fecha para el cuadro clínico asociado
a COVID-19 en seres humanos. Múltiples ensayos clínicos aleatorizados se encuentran en fase de reclutamiento y
se espera que produzcan evidencias científicas de calidad en el corto plazo.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 24


En términos generales:
→ La evidencia disponible es de baja calidad y fuerza de recomendación, pero es la única existente hasta el
momento, enmarcada en situaciones de baja o nula alternativa terapéutica específica.
→ Siempre que sea posible, este tipo de tratamientos deberían estar enmarcados en un estudio clínico aleatorizado.
→ Dado que la indicación de tratamientos se considera fuera de ficha técnica, se requerirá la autorización por
parte del paciente o del familiar de un consentimiento informado.
→ Según la evaluación sistemática de la evidencia disponible sobre el tratamiento adicional de soporte ventilatorio
y el tratamiento antimicrobiano estándar de cuadros respiratorios graves (neumonía, SDRA) en pacientes con
neumonía y/o infección por COVID-19, se puede considerar la posibilidad de tratamientos compasivos con
utilización de ciertos medicamentos, como remdesevir, cloroquina, hidroxicloroquina, tocilizumab o lopinavir-
ritonavir, según su disponibilidad, los protocolos locales o los acuerdos de sociedades científicas.
→ No hay evidencia clínica ni científica para suspender tratamientos de inhibidores de la enzima convertidora de
angiotensina (IECA) y antagonistas de los receptores de la angiotensina (ARA, sartanes) debido a la infección
por COVID-19.
→ No se recomienda el uso de profilaxis antiviral preexposición o postexposición a COVID-19, dado que no se
dispone de evidencia que avale su uso.

Tabla 3. Escenarios y tratamiento recomendado.

PREVENCIÓN Y CONTROL DE INFECCIONES

En la atención de pacientes con infección por coronavirus, personal sanitario ha resultado infectado y, en algunos
casos, ha desarrollado cuadros graves que llevaron a la muerte, por lo que se deben extremar las medidas de
prevención para evitar el contagio:
→ Los servicios de emergencias y las unidades de cuidados críticos que atienden a pacientes con sospecha de
infección por coronavirus requieren estar equipados con todos los elementos necesarios para tomar las medidas
de precaución de contacto y de gota, medidas que se deben tomar aun antes de la confirmación diagnóstica.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 25


→ Se debe cumplir el lavado de manos, asegurar el cumplimiento de las precauciones estándar, implementar las
precauciones de contacto y gota. Cuando se requiera realizar maniobras invasivas con posible exposición o
contacto con fluidos o secreciones corporales (intubación orotraqueal, reanimación cardiopulmonar, aspiración
o lavado broncoalveolar, etc.) se deben utilizar mascarilla N95, antiparras, camisolín y guantes de látex.
→ Cuando se realiza la atención de pacientes en los que no se realizan maniobras que generen aerosoles puede
utilizarse mascarilla quirúrgica.
→ Se debe restringir al mínimo indispensable la cantidad de personal de salud en la habitación del paciente y las
visitas se deben restringir en cantidad.
→ Los pacientes que ingresan con sospecha de infección desde el sector de triaje deben tener colocada una
mascarilla quirúrgica.
→ El transporte de enfermos con cuadros graves debe estar justificado, dado que es un evento de riesgo.
→ El personal de salud en sector de laboratorio debe utilizar guantes de látex, antiparras, camisolín y mascarilla
N95. Los materiales deben ser autoclavados antes de ser eliminados.
→ El personal de limpieza debe ingresar luego de lavado de manos con mascarilla, antiparras, botas de goma y
guantes de uso doméstico. La limpieza se realiza primero con agua y detergente y luego se procede a desinfección
con solución de hipoclorito de cloro con una dilución 1:10. Se recomienda usar paños descartables. Los residuos
se deben descartar en bolsas rojas y las sábanas en bolsas con cierre hermético.

MANEJO DE CONTACTOS

Este término designa a las personas asintomáticas. Según como se clasifique, este grupo puede requerir aislamiento
domiciliario, automonitorización de síntomas y pautas de alarma, pero no se realizará el estudio diagnóstico para
COVID-19 a quienes no tengan síntomas.

Tabla 4. Contactos: clasificación y medidas a tomar.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 26


Los contactos estrechos deberán permanecer bajo vigilancia activa durante 14 días a partir del último día de
contacto. El equipo que realiza la investigación mantendrá comunicación telefónica en forma diaria. Ante la aparición
de fiebre u otra sintomatología respiratoria, se considerará caso sospechoso y se procederá en consecuencia.

Entre las principales acciones para control de contactos estrechos, se indicará aislamiento domiciliario por
un período de 14 días. El contacto deberá tener un mail y teléfono del referente jurisdiccional para mantenerse
comunicado. Las autoridades sanitarias deberán realizar una monitorización diaria durante 14 días de signos y
síntomas (incluida fiebre, tos o dificultad para respirar).

El equipo de salud debe dar una serie de indicaciones:


→ Evitar situaciones en las que el contacto estrecho pudiera entrar en contacto cercano con otras personas
(cara a cara a menos de 2 m). Evitar salir de la casa para asistir a reuniones sociales, trabajo, escuela, casas de
culto, transporte público, centros de atención de la salud y atención a personas mayores, eventos deportivos,
restaurantes y todas las otras reuniones públicas. También debe evitar recibir visitas en su hogar.
→ No se deben compartir platos, vasos, cubiertos, toallas, almohadas u otros artículos con otras personas en el
hogar. Después de usar estos artículos, deben lavarse minuciosamente.
→ Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo descartable al toser o estornudar, o utilizar el pliegue del codo. Los
pañuelos usados deben tirarse en un cesto de basura.
→ Lavarse las manos de manera frecuente con agua y jabón durante al menos 60 segundos. Se puede usar un
desinfectante de manos si no hay agua y jabón disponibles.
→ No es necesario utilizar mascarillas mientras la persona se encuentre asintomática. En caso de comenzar con
síntomas, se deberá colocar una mascarilla y contactar a la autoridad sanitaria local.
→ Ventilar regularmente los ambientes.
→ Desinfectar superficies comunes como mesas, escritorios, baños, cocinas, etc., con una solución de agua e
hipoclorito de sodio (colocar 100 ml de lavandina, lejía o cloro de uso doméstico en 10 l de agua).
→ Evitar viajes locales, nacionales e internacionales.
→ La autoridad sanitaria puede evaluar la necesidad de realizar PCR en tiempo real para COVID-19 en muestra de
hisopado nasofaríngeo, 48 a 72 horas previas a la finalización del aislamiento (14 días) para el alta definitiva.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 27


Fig. 11. Algoritmo para el manejo del contacto estrecho con COVID-19.

POBLACIONES ESPECIALES: EMBARAZADAS

El conocimiento disponible en relación con el impacto del COVID-19 en embarazadas es limitado. La evidencia
científica disponible sobre mujeres embarazadas con COVID-19 afectadas en China no ha demostrado transmisión
vertical. Las pacientes analizadas en las publicaciones presentaron toda infección en el tercer trimestre, y no hay
información disponible en relación con el impacto de la enfermedad en otros trimestres del embarazo.

No se ha podido demostrar a la fecha transmisión de COVID-19 por placenta o leche materna. La casuística en
embarazadas publicada es baja, y no pareciera haber complicaciones distintas a las complicaciones generales de
este grupo poblacional.

Con base en esta evidencia, se aconseja para casos de embarazadas asintomáticas, que vuelvan de zonas con
transmisión:
→ Aislamiento domiciliario durante 14 días.
→ Consulta temprana ante la aparición de síntomas.
→ Posponer los controles obstétricos programados, la realización de ecografías y exámenes de laboratorio de
control hasta finalizar el período de aislamiento.

Respecto a la atención de embarazadas que se consideran de caso sospechoso o confirmado de COVID-19, es


indispensable que se implemente el triaje en la atención de todas las embarazadas, en lugares públicos o privados,
de todos los niveles de atención, con el objetivo de detectar presencia de síntomas de infección respiratoria. Se
deben seguir las siguientes indicaciones:

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 28


→ Ante la presencia de síntomas de enfermedad, se recomienda la comunicación telefónica inmediata con los
números telefónicos definidos por las jurisdicciones para atención de COVID-19, o dirigirse a la guardia el
hospital o maternidad con mascarilla, dando aviso de la situación antes de la entrada al centro de salud.
→ Se indica la internación en toda mujer gestante cumpliendo con las condiciones de aislamiento en una habitación
que cumpla las recomendaciones de bioseguridad definidas según las recomendaciones nacionales.
→ Obtener muestras para diagnóstico de laboratorio, según las recomendaciones nacionales.
→ La condición de mujer gestante no debe evitar ni retrasar la realización de exámenes radiográficos si estuvieran
indicados. Se utilizará protección para disminuir la exposición fetal.
→ Las indicaciones de tratamiento con fármacos antiretrovirales son las mismas que para pacientes no gestantes
→ En los casos confirmados de mujer gestante con COVID-19, se mantendrá a la embarazada internada en
aislamiento hasta cumplimentar con los requisitos de alta, definidos en las recomendaciones locales (en el
tercer día afebril, 2 PCR negativas, separadas por 24 horas).

SALUD MENTAL DE LOS TRABAJADORES DE LA SALUD Y COVID-19

A medida que las noticias sobre el COVID-19 dominan los titulares en los medios y aumenta la preocupación pública,
es vital tener en cuenta que cuidar la salud mental es tan importante como cuidar la salud física de los profesionales
de la salud.

La situación de pandemia exige apoyos para los trabajadores de la salud. Estas situaciones pueden generar
sobrecarga emocional y estrés que afectan a los profesionales de la salud, quienes pueden experimentar irritabilidad,
cambios bruscos en el humor, ansiedad, hiperactividad, dificultades para conciliar el sueño y descansar, aumento
de la atención involuntaria, enojo, necesidad de continuar con las tareas y dificultades para detenerse.

Es muy importante que el trabajador pueda cuidarse para seguir cuidando a otros, ya que está trabajando bajo
una presión considerable. Estar atento a su salud es fundamental para poder seguir. Tratar de hacer pausas para
descansar, para alimentarse, mantener comunicación con sus afectos y con colegas para compartir sentimientos y
experiencias y hablar sobre sus preocupaciones y sentimientos pueden ayudarlo a encontrar formas de atravesar
este momento y también de ayudar a los demás. Recibir apoyo y atención de otros puede brindar alivio y evitar
la sensación de soledad. Los referentes de cada sector deben acompañar a sus profesionales en este proceso y
fomentar el trabajo en equipo.

Esta es una situación única y sin precedentes para muchos trabajadores de la salud. Hay que hacer uso de todas
las estrategias que les sean útiles para aliviar el estrés.

Se debe tener presente que esta no es una carrera de velocidad, sino una maratón a largo plazo. Se debe evitar la
exposición excesiva a las noticias, solo actualizar la información para tomar medidas prácticas, principalmente. Es
conveniente actualizar la información una o dos veces al día en un mismo horario y buscar información precisa de
fuentes confiables. Lo ideal es limitarse a leer solo información oficial.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 29


Si el trabajador de la salud manifiesta un cambio importante en el modo de actuar en relación con su forma de ser
anterior a esta situación; si el malestar o estrés le impiden realizar tareas habituales; si pierde la capacidad de
disfrutar o su estado de ánimo se altera, es imprescindible buscar el apoyo de un profesional de la salud mental.

Para cuidar a quienes cuidan es necesario trabajar en equipo. Se deben establecer acuerdos durante el período
de trabajo que garanticen los cuidados básicos necesarios, como el descanso entre turnos o las medidas de
distanciamiento social e higiénicas requeridas. Es necesario tratar de mantener hábitos saludables en la medida
de lo posible. Se recomienda ingerir 2 litros de agua diarios y realizar algún tipo de actividad física posible.

Se deben incrementar las medidas de autocuidado en casos de padecer alguna enfermedad crónica. Es necesario
consultar de forma inmediata ante la presencia de fiebre y síntomas respiratorios (tos, dolor de garganta o dificultad
respiratoria), no automedicarse y no subestimar ninguna manifestación clínica.

También es imprescindible seguir las recomendaciones de la jurisdicción en la que reside en relación con la
modalidad de consulta. Se recomienda que sea a través de la atención telefónica para disminuir el riesgo y organizar
la consulta posterior.

CONCLUSIONES

La aparición de esta nueva infección viral con potencial desarrollo de neumonía grave nos pone en alerta para
prepararnos a dar la mejor respuesta ante los nuevos casos potenciales. Se ha decretado una pandemia que
ha desbordado los sistemas de salud de varios países. Existe incertidumbre por el comportamiento del virus en
distintas poblaciones aún no afectadas con diferente desarrollo socioeconómico y cultural. Podemos señalar que
nuestros conocimientos acerca de esta nueva infección son preliminares y en algún aspecto transitorios, y que
deberán ser actualizados en paralelo a los avances científicos en relación con el comportamiento del virus, al
diagnóstico, tratamiento y prevención.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 30


BIBLIOGRAFÍA

• Cao B, Wang Y, Wen D, Liu W et al. A Trial of Lopinavir–Ritonavir in Adults Hospitalized with Severe Covid-19. En:
The New England Journal of Medicine. March 18, 2020. DOI:10.1056/NEJMoa2001282.
• Giwa A, Desai A. Novel Coronavirus COVID-19: An Overview for Emergency Clinicians. Emergency Medicine
Practice SPECIAL REPORT: COVID-19, febrero de 2020;1-21.
• Gralinski LE, Menachery VD. Return of the Coronavirus: 2019-nCo. Viruses 2020;12(2). : pii: E135. doi:10.3390/
v12020135.
• Habibzadeh P, Stoneman, EK. The Novel Coronavirus: A Bird's Eye View. Int J Occup Environ Med 2020;11(2):65-71.
• Huang C, Wang Y, Li X, Ren L, Zhao J, et al. Clinical features of patients infected with 2019 novel coronavirus in
Wuhan, China. Lancet 2020;395(10223):497-506.
• Jin, YH, Cai L, Cheng ZH, Cheng H, Deng T, et al. A rapid advice guideline for the diagnosis and treatment of 2019
novel coronavirus (2019-nCoV) infected pneumonia (standard version). Mil Med Res. 2020; 7: 4. Disponible en:
https://doi.org/10.1186/s40779-020-0233-6.
• Ministerio de Salud de la Nación Argentina. Nuevo coronavirus COVID-19. Información, recomendaciones del
Ministerio de Salud de la Nación y medidas de prevención.
• Organización Mundial de la Salud. Clinical management of severe acute respiratory infection when novel
coronavirus (2019-nCoV) infection is suspected. Interim guidance, 28 de enero de 2020; WHO/nCoV/Clinical/20.
• Organización Mundial de la Salud. Clinical management of severe acute respiratory infection (‎‎SARI) ‎‎ when
COVID-19 disease is suspected: interim guidance. 13 de marzo de 2020; WHO/2019-nCoV/clinical/2020.4.
• Organización Mundial de la Salud. Home care for patients with suspected novel coronavirus (nCoV) infection
presenting with mild symptoms and management of contacts. Interim guidance, 20 de enero de 2020;1-4.
• Organización Mundial de la Salud. Laboratory testing for 2019 novel coronavirus (2019-nCoV) in suspected human
cases. Interim guidance, 17 de enero de 2020;1-9.
• Peng Q, Wang X, Zhang L. Findings of lung ultrasonography of novel corona virus pneumonia during the 2019–
2020 epidemic. Intensive Care Med 2020. Disponible en: https://doi.org/10.1007/s00134-020-05996-6.
• Zhu N, Zhang D, Wang W, Li X, Yang B, et al., for the China Novel Coronavirus Investigating and Research Team.
A Novel Coronavirus from Patients with Pneumonia in China, 2019. N Engl J Med 2020;382(8):727-33.

CORONAVIRUS: ¿QUÉ SABEMOS HOY SOBRE EL COVID-19? 31

S-ar putea să vă placă și