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Es una terapia genial para los casos que dejan a los veterinarios perplejos, sin poder dar respuesta
del porqué el animal está decaído. Por ejemplo, si de repente sufre una pérdida de peso pero sigue
comiendo, o también en casos de no saber por qué el caballo deja de comer. Se recomienda también
como terapia complementaria a la veterinaria para ayudar al caballo a mantener su equilibrio
emocional antes y después de tener que pasar por el quirófano, etc. Es muy eficaz en estados de
estrés que tienen como consecuencia el tragar aire o el balanceo en la cuadra, relaja el animal y lo
libera de las emociones causantes del estrés. Es igual de recomendable para caballos completamente
sanos pero que tienen que viajar y concursar mucho. La kinesiología los dejará más tranquilos y
dispuestos a trabajar. Por las mismas razones se tendría que tratar un caballo recién comprado para
que su transición de casa y dueño sea lo más relajada posible.
Todos somos culpables en algún momento u otro de no tomar los sentimientos de nuestros animales
en cuenta.
Los caballos son animales muy sensibles, que saben de que humor estamos, si estamos tristes,
alegres, deprimidos, etc. Ellos reaccionan a nuestros sentimientos, y a veces nos acompañan en
ellos, a veces nuestros sentimientos los asustan y se vuelven confusos porque no los entienden. De
cualquier manera, en estos casos, el caballo sufre un desequilibrio emocional. Luego existen todos
aquellos sentimientos que ellos padecen y que vienen producidos por nuestra manera de tratarlos,
como cambiarlos de hípica, ir de competición en competición, obligarles a vivir dentro de una
cuadra, clavarles herraduras, en definitiva todo aquello que va en contra de su naturaleza.
La kinesiología utiliza los músculos para averiguar el estado energético de los órganos del cuerpo.
La kinesiología aplicada prueba todos los músculos principales uno por uno, mientras la
kinesiología holística utiliza el AR (Arm Reflex), donde el terapeuta estira de los brazos del
paciente y obtiene información a través de toda la cadena muscular.
Una sesión empieza con un pequeño test para averiguar si las condiciones son adecuadas para
empezar la sesión. Cuando vemos que se puede seguir adelante, se trabaja sobre un objetivo. Puede
que sea tan específico como aumentar el apetito del animal, falta de energía, tragar aire, balanceo en
la cuadra, o se puede intentar a cambiar actitudes del caballo en la pista, pereza, sustos, no moverse
de manera correcta, falta de conexión con el jinete.
Una vez establecido el objetivo, se hace un recorrido por todos los campos para ver dónde le está
afectando este problema y liberamos las emociones detrás de ello, así llegando a la raíz del
problema y no sólo poniendo un parche para esconderlo. Se efectúan las correcciones que pide el
propio cuerpo del animal, por lo tanto siempre son las adecuadas para la situación y no se somete el
cuerpo a ningún estrés que no puede tolerar.
El cuerpo también nos dice si hemos arreglado la situación con una sola sesión o si requiere más
tratamientos. Según el objetivo se suele necesitar de 1 a 4 sesiones.
Para problemas más graves de salud, como pueden ser infosuras, tendinitis, cánceres o cólicos se
recomienda la kinesiología como tratamiento complementario al de su veterinario habitual. Sobre
todo si son problemas recurrentes ya que será más probable que haya un trauma emocional detrás de
los síntomas que no desapareceran con antibióticos u otros medicamentos alopáticos.
Los caballos agradecen mucho las sesiones, demostrando mucho interés en lo que les estoy
haciendo. También comparten emociones que sienten en ese momento y llegamos a tener un mejor
entendimiento del porqué son como son. La mayoría de los caballos tienen un pasado del cual
somos completamente ignorantes y nos llegan con mucho equipaje.
Kinesiología en el Jinete
en la hípica con el caballo a mano para poder comparar un antes y después del tratamiento, y que el
cuerpo vaya acumulando esta información nueva.
Los de Doma sobretodo, pecamos de querer sentarnos erguidos en la silla y quedarnos lo más
quietos posible, algo que crea tensión en nuestros cuerpos e impide que el caballo fluya hacia
delante con toda la elegancia que tenga. Un asiento relajado y equilibrado producirá una soltura en
la antebrazo del caballo, mientras que un asiento rígido bloqueará la soltura necesaria para la
máxima extensión. También produce un asiento a la vista muy forzado. Esta manera de montar nos
hace contraer los músculos equivocados, músculos que con el tiempo se ponen muy fuertes y
cuando nos damos cuenta que nuestro asiento no es lo que tendría que ser, nos es imposible
cambiarlo con lo que nos dice el entrenador, simplemente porque no sabemos que músculos nos
están incordiando o cómo relajar el músculo en cuestión.
Una vez encontrado el problema y el músculo causante del problema podemos empezar a
eliminarlo, debilitando o fortaleciendo el músculo a través de los huesos neuromusculares (HN) o
los órganos Golgi de tendones (OGT). Los HN se encuentran en los propioceptores* de los
músculos y controlan la extensión del músculo y suelen estar en el centro del músculo. Los OGT
son propioceptores de los tendones e informan al cuerpo si el músculo se contrae demasiado. Se
encuentran en la inserción y en el origen del músculo. Estimulando adecuadamente los HN u OGT
conseguimos debilitar o fortalecer el músculo a tratar.
En los dos casos, tanto el trabajo psicológico como el trabajo físico, se hace un repaso de todo el
cuerpo para encontrar la raíz del problema y se intenta eliminarlo del cuerpo. Al repasar todo el
cuerpo se mira si hay bloqueos en los siguientes campos:
Físico, químico, emocional, sistema nervioso, electro-magnético, y sútil.
En el campo físico vemos si hay problemas a nivel estructural, suturas, ATM, cervicales,
músculos...
En el químico buscamos si hay alergias, intoxicaciones, presión arterial, química sanguínea...
En el emocional, fobias, inseguridades, creencias limitantes....
El sistema nervioso abarca formación reticular, el sistema límbico, integración de propioceptores, el
sistema endocrino...
En el campo electro-magnético vemos el desorden oculomotriz y auricular, ionización,
geopatologías, focos dentales, ritmos de sueño....
Todo esto se hace a través de los tests musculares que son la base de la kinesiología. Con estos tests
también se puede establecer que ejercicios son los más convenientes para añadir a tu régimen de
ejercicios para mejorar las zonas problemáticas concretas y así lucir el asiento y la confianza que
siempre hayas deseado.