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Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara intentaron exportar la revolución a otros países de América
Latina.
Eran unos 90 hombres armados los que desembarcaron del yate en aquella playa del Caribe.
Casi todos eran cubanos, vestían uniforme militar y venían dispuestos a derrocar al gobierno
de aquella pequeña nación. Ocurrió hace 60 años, pero si piensa que se trata de la expedición
del Granma a Cuba, liderada por Fidel Castro, se equivoca.
La escena corresponde a una invasión a Panamá ocurrida en abril de 1959 y que fue la primera de
una decena de intervenciones armadas impulsadas por Cuba en América Latina, desde el triunfo de
la revolución castrista el 1 de enero de aquel año.
En las últimas semanas, el tema de la injerencia militar cubana en la región entró con fuerza en el
debate internacional a propósito de la crisis política que vive Venezuela.
Rocío San Miguel, presidenta de la ONG venezolana Control Ciudadano, le dijo a BBC Mundo que
"Cuba intervino en la reestructuración de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y que en los
cuarteles venezolanos hay una presencia permanente de militares cubanos".
Sin embargo, La Habana niega tener alguna injerencia militar en Venezuela y defiende su apoyo a
Maduro como un gesto de solidaridad.
Cuba y Venezuela se convirtieron en aliados tras la llegada al poder de Hugo Chávez.
Desde la prensa oficial de la isla se insiste en que la gran mayoría de los 23.000 cubanos presentes
en Venezuela son trabajadores del sector salud.
El diario oficial del Partido Comunista de la isla, Granma, afirmaba en un reciente artículo que en
Venezuela no hay ni agentes ni soldados cubanos.
Es un "ejército de batas blancas", decía en referencia a los médicos que conforman el grueso de las
misiones sociales cubanas que -según afirman- también incluyen maestros, entrenadores deportivos,
periodistas y asesores científicos e industriales, entre otros.
Desde los inicios de la Revolución cubana, una de las marcas de su política exterior ha sido
"exportar el socialismo".
Alineados con la Unión Soviética durante la Guerra Fría, los cubanos tienen un historial de apoyo a
gobiernos y actores políticos ideológicamente afines.
Y lo han hecho con envíos de médicos pero también con asesoría técnica y soporte logístico en el
campo militar.
Así fue que entre 1975 y 1989 envió soldados a la Guerra de Angola (aunque el conflicto duró hasta
2002) o más recientemente los programas "Barrio Adentro" y "Mais médicos", por los que enviaron
personal sanitario a Venezuela y Brasil.
BBC Mundo te cuenta cuáles han sido algunas de las intervenciones militares más importantes de la
isla en América Latina.
Panamá
El yate con los hombres responsables de ejecutar la invasión de Panamá zarpó el 19 de abril de 1959
del puerto cubano de Batabanó. La expedición había sido promovida por Roberto Arias, un sobrino
del expresidente Arnulfo Arias, que logró el apoyo de Fidel Castro.
El presidente de Panamá, Ernesto de la Guardia, denunció la invasión cubana ante la OEA.
Aunque los invasores lograron tomar el puerto colonial de Nombre de Dios, la pronta denuncia del
mandatario Ernesto de la Guardia ante la OEA y la masiva movilización de fuerzas panameñas,
estadounidenses y guatemaltecas derivó en la rápida rendición de los agresores.
Fidel Castro, quien estaba de visita en Estados Unidos, intentó desligarse y calificó la operación
como "vergonzosa, inoportuna e injustificada"; mientras que Ernesto "Che" Guevara aseguró que
Cuba exportaba ideas revolucionarias pero no la revolución en sí misma.
La Habana ofreció garantías a Panamá de que una agresión similar no sería permitida y logró que los
detenidos cubanos fueron repatriados a la isla, donde supuestamente enfrentarían el riesgo de ser
sometidos a un tribunal militar. Apenas un mes más tarde, todos estaban en libertad.
Fi
del Castro se encontraba en EE.UU. cuando se produjo la invasión a Panamá e intentó desligarse de
lo ocurrido.
"El error de esa operación fue que la mayor parte de los guerrilleros eran cubanos, por lo que no
tuvieron apoyo local una vez que llegaron allí. Eran invasores extranjeros. A partir de allí, Cuba
cambió la estrategia y usó más combatientes locales", explicó a BBC Mundo Jonathan Brown,
profesor de Historia Latinoamericana en la Universidad de Texas y autor del libro Cuba's
Revolutionary World, sobre cómo la isla intentó exportar la Revolución a otros países a través de la
insurrección armada.
Nicaragua
Menos de dos meses después del fiasco de Panamá, en junio de 1959, una expedición de unos 60
hombres armados que partió de Cuba desembarcó en la costa caribeña de Honduras.
Durante un par de semanas acamparon en el lugar esperando para avanzar sobre su verdadero
objetivo: Nicaragua, justo al otro lado de la frontera.
Los expedicionarios eran mayormente exiliados nicaragüenses, acompañados de guerrilleros
cubanos y guatemaltecos, que buscaban derrocar al mandatario Luis Somoza Debayle.
Lu
is Somoza Debayle era el objetivo de la expedición que desembarcó en Honduras para intentar
ingresar a Nicaragua.
El gobierno de Honduras envío soldados a la zona que atacaron por sorpresa el campamento,
causando la muerte de 6 guerrilleros, hiriendo a 15 y deteniendo al resto. "No fue una batalla, fue
una masacre", lamentó luego Carlos Fonseca, un nicaragüense que fue herido.
Varios de los sobrevivientes regresaron después a Cuba para una larga estadía, donde siguieron
recibiendo entrenamiento militar y se reagruparon con otros exiliados nicaragüenses.
"Se convirtieron en los sandinistas. Fidel les siguió apoyando y, al final, sus esfuerzos dieron
frutos dos décadas más tarde", comentó Brown en referencia al triunfo de la revolución
nicaragüense en 1979.
República Dominicana
El 14 de junio de 1959, una fuerza de unos 60 hombres -dominicanos y cubanos- despegó del oriente
de Cuba en un avión C-46 pintado con los colores de la Fuerza Aérea Dominicana. La nave aterrizó
en el aeropuerto de Constanza en el interior del país, donde tomaron un cuartel por sorpresa.
Tras el triunfo de la revolución en Cuba, algunos grupos de exilados dominicanos esperaban que
Castro les ayudara a derrocar a Trujillo.
El avión regresó inmediatamente a Cuba, donde Camilo Cienfuegos -quien había estado a cargo
de la operación- ordenó el "arresto" del piloto venezolano y luego negó la participación de la
isla en el suceso.
En paralelo, tres barcos transportaron unos 150 guerrilleros armados hasta un lugar cercano a Puerto
Plata. Estas naves, sin embargo, llegaron con tres días de retraso a Dominicana, lo que permitió al
gobierno de Rafael Leónidas Trujillo ponerse en alerta y emboscarlos.
"La fuerza que buscaba instigar una rebelión armada en el territorio nacional ha sido completamente
exterminada, todos sus participantes han muerto", anunció el 23 de junio el portavoz del gobierno
dominicano.
En realidad, unos pocos expedicionarios sobrevivieron, incluyendo al comandante cubano Delio
Gómez Ochoa, quien pudo regresar a su patria luego de que Trujillo fuera asesinado en 1961.
Según explicó Brown a BBC Mundo, "en 1959 solamente quedaban cuatro dictaduras en América
Latina", de las cuales tres estaban en el Caribe y Fidel Castro se había propuesto eliminarlas pues
"quería crear un mundo que fuera seguro para la Revolución".
"Él estaba dando ayuda y refugio a exoficiales del extinto ejército de Batista, que conspiraban para
volver al poder en Cuba", señaló el experto.
Haití
En agosto de 1959, un grupo de unos 30 hombres armados -mayormente cubanos y haitianos junto a
dos venezolanos- zarparon de Baracoa, en la costa oriental de Cuba, rumbo a Haití con el fin de
promover el derrocamiento del gobierno de François "Papa Doc" Duvalier.
La
s fuerzas del gobierno de François "Papa Doc" Duvalier sofocaron la invasión.
Los voluntarios haitianos habían recibido tres meses de entrenamiento en una base a las afueras de
La Habana.
Los expedicionarios contaban con el alzamiento de una columna del ejército haitiano que
nunca se produjo, según cuenta el historiador cubano Juan F. Benemelis en su libro "Las guerras
secretas de Fidel Castro".
"La reacción militar haitiana, encabezada por el general Mercerón, fue de íntegro apoyo a Duvalier",
escribe Benemelis.
La consecuencia de ello fue la aniquilación de prácticamente todos los invasores, con algunas
excepciones como la de cuatro adolescentes cubanos que fueron capturados, interrogados y
deportados.
Argentina
Si las invasiones de Nicaragua, República Dominicana y Haití podían ser vistas como operaciones
que buscaban eliminar adversarios peligrosos en el entorno próximo de Cuba, Brown considera que
las intervenciones militares en otros países latinoamericanos tenían otra función.
"Cuba luego se vengó de cada gobierno de América Latina que no la reconoció así como de aquellos
que se sumaron al boicot de Estados Unidos. Fidel Castro trajo jóvenes de izquierda de esos
países a la isla, les dio entrenamiento guerrillero y, luego, los envió de vuelta. Así fue como él
siguió interviniendo en la región", explica el experto.
Er
nesto "Che" Guevara planificó la operación guerrillera en Argentina.
Uno de esos casos fue Argentina. En 1962, Guevara planificó establecer una guerrilla rural en la
provincia norteña de Salta. Al frente colocó a Jorge Ricardo Masetti, un periodista argentino que le
había acompañado desde los tiempos de la Sierra Maestra.
En junio de 1963, Masetti encabezó un grupo de cinco hombres armados -cuatro argentinos y un
cubano- que ingresó en Salta a través de Bolivia. Uno de ellos viajó a Buenos Aires y Córdoba para
reclutar unos 30 hombres adicionales entre los grupos de extrema izquierda.
En un comunicado enviado a la prensa de Buenos Aires, Masetti anunció la existencia del grupo y su
intención de liberar a Argentina del imperialismo internacional pero no hubo ninguna reacción.
En febrero de 1964, las autoridades de Salta recibieron información sobre la presencia de hombres
sospechosos en un área remota, lo que derivó en una serie de operaciones que culminaron con la
incautación de todas las armas, municiones y alimentos del campo guerrillero.
Los hombres de Masetti se pasaron un mes vagando por la selva en busca de comida y refugio.
Al final, tres murieron de hambre, otros tres perecieron en enfrentamientos con las autoridades, unos
13 fueron detenidos sin hacer casi ninguna resistencia, mientras que Masetti se adentró en la selva
sin que nadie nunca volviera a saber de él.
Venezuela
El desembarco en mayo de 1967 de un grupo de guerrilleros procedentes de Cuba cerca de la playa
de Machurucuto, en el oriente de Venezuela, dejó al descubierto los intentos de injerencia armada de
La Habana en ese país.
Héctor Pérez Marcano, uno de los protagonistas de aquella operación, le dijo a BBC Mundo que la
misma fue ideada y supervisada directamente por Fidel Castro, quien les brindó todo el apoyo.
Pérez Marcano era parte de un grupo de militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria
(MIR) venezolano que viajó a Cuba a entrenarse como guerrilleros para luego regresar a hacer la
revolución en su país.
Según su relato, el plan original era el desembarco de ocho combatientes -cuatro venezolanos y
cuatro cubanos- que se iban a unir a un foco guerrillero del MIR que operaba en una zona montañosa
a unos 160 kilómetros al este de Caracas.
Sin embargo, la captura de tres tripulantes cubanos de la lancha que les había llevado hasta la
orilla puso al descubierto la expedición.
Sin embargo, el incidente conocido como "el desembarco de Machurucuto" no fue la primera ni la
mayor operación de este tipo que Castro ejecutó sobre Venezuela.
Un año antes había ocurrido una expedición mayor que había trasladado a un grupo de
guerrilleros del Partido Comunista de Venezuela formados en Cuba junto a combatientes de la
isla, incluyendo a Arnaldo Ochoa Sánchez, quien años más tarde tras alcanzar el rango de general
fue fusilado en la isla tras ser condenado en un polémico juicio por narcotráfico.
Perú
En los primeros años de la década de 1960, unos 200 jóvenes izquierdistas peruanos recibieron
entrenamiento guerrillero en Cuba.
El gobierno del presidente Fernando Belaúnde respondió con dureza ante la aparición de grupos
insurgentes en Perú.
Según señala Brown en su libro, el grupo más numeroso correspondía a los militantes del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), un grupo formado por jóvenes desertores de las
filas del APRA. También había otro conformado por disidentes del Partido Comunista de Perú, que
optaron por llamarse Ejército de Liberación Nacional.
Muchos de estos hombres regresaron luego a Perú, donde ambos grupos entraron en acción por
separado en 1965, realizando ataques en diversas partes del país.
El gobierno del presidente Fernando Belaúnde respondió con un despliegue abrumador de fuerzas.
Las autoridades lograron sofocar esos primeros focos de insurgencia guerrillera en un año, llegando
a declarar "misión cumplida".
"Una vez que se dieron cuenta de que había guerrillas en las zonas rurales fueron tras ellas con
toda su fuerza. Muchos de los militares de América Latina habían aprendido de lo ocurrido en la
revolución cubana y no iban a ignorar la presencia de grupos armados en el país. Eso fue lo que hizo
Batista en Cuba en la década anterior: ignoró a las guerrillas en la Sierra Maestra hasta que fue
demasiado tarde", comenta Brown.
Guatemala
"Guatemala fue uno de los proyectos donde más enconadamente se precipitaron Castro y el Che
Guevara desde un principio; sobre todo porque Guatemala había concedido bases de entrenamiento
para los cubanos exilados que participaron en la abortada invasión de Bahía de Cochinos", asegura
Juan F. Benemelis en su libro.
Sin embargo, según el autor, ya antes de ese episodio el Che Guevara había hecho un pacto secreto
con el expresidente guatemalteco Jacobo Arbenz -derrocado por un golpe apoyado por Estados
Unidos- para restituirle en el poder.
Raúl Castro junto al depuesto presidente de Guatemala Jacobo Arbenz durante un acto en La Habana
en 1960.
El 3 de octubre de 1960, el gobierno del presidente Miguel Ydígoras Fuentes divulgó un comunicado
en el que informó que su Fuerza Aérea había atacado una embarcación cubana que
aparentemente estaba desembarcando armas en la costa atlántica del país.
Unas tres semanas más tarde, el gobierno denunció un plan para invadir al país a través de la frontera
con Honduras.
Aseguraba que la operación iba a ser realizada por una fuerza de unos 200 hombre liderados por
Augusto Charnaud MacDonald, exministro de Interior de Arbenz, quien había sido visto por última
vez en La Habana.
Al mes siguiente, se produjo un levantamiento militar en las localidades de Zacapa y Puerto Barrios,
en el que participó el teniente Marco Yon Sosa, quien tenía contactos con Cuba y luego se convirtió
en un comandante guerrillero.
Según relata Benemelis, hubo aviones de la fuerza aérea cubana aprovisionando a los alzados
mientras que en Honduras había sido descubierta una columna de hombres armados liderados por
oficiales cubanos que buscaban dar apoyo a los rebeldes.
El alzamiento fue sofocado por el gobierno de Guatemala que exigió a la OEA tomar medidas contra
Cuba.
Colombia
La influencia y el apoyo de Cuba se encuentra en el origen del Ejército de Liberación Nacional
(ELN) de Colombia.
El Ejército de Liberación Nacional de Colombia fue creado por un grupo de estudiantes formados en
Cuba.
La primera semilla de esta agrupación la constituyó la "Brigada Pro Liberación José Antonio
Galán", creada en Cuba por seis jóvenes estudiantes colombianos que viajaron a La Habana
con becas del gobierno de la isla.
Dos años más tarde, en 1964, con solamente 18 guerrilleros se creó el ELN, a cuyas filas pronto se
unirían varios sacerdotes católicos seguidores de la Teoría de la Liberación.
Sin embargo, según señala Brown, una vez que el ELN se puso en marcha se convirtió en un
movimiento independiente que no dependía de la tutela de La Habana. Eso, sin embargo, no descarta
que recibieran apoyo material de la isla.
En marzo de 1981 el gobierno del entonces presidente colombiano Julio Cesar Turbay anunció que
su país rompía relaciones con Cuba, acusando al gobierno de la isla caribeña de apoyar un
desembarco de armas y combatientes del movimiento guerrillero M-19 en la costa pacífica
colombiana, en el departamento del Chocó. Cuba negó en ese momento las acusaciones de
Colombia.
El Salvador
La oportunidad para la injerencia militar de Cuba en El Salvador surgió con el triunfo de los
sandinistas en Nicaragua en 1979.
Est
ados Unidos aseguraba que Cuba fue determinante en ayudar a que las guerrillas salvadoreñas se
unificaran.
Sin embargo, de acuerdo con Brown, eso no se tradujo en la presencia de militares cubanos en El
Salvador, sino en un gran apoyo material y en asesoría.
Un informe desclasificado del Departamento de Estado de EE.UU. de 1981 atribuye a Fidel Castro y
al gobierno cubano el haber jugado un papel central en promover la unificación de los grupos
guerrilleros salvadoreños -cuyos líderes se habrían reunido en La Habana en mayo de 1980-, así
como en la entrega encubierta de casi 200 toneladas de armamento que sirvieron para
preparar la "ofensiva general" que lanzaron estos grupos en enero de 1981.
Según el gobierno estadounidense, antes de septiembre de 1980 los grupos guerrilleros salvadoreños
estaban mal armados y mal coordinados, pero para enero de 1981 -cuando lanzaron la ofensiva-
disponían de un impresionante arsenal de armas modernas.
"Es absolutamente intolerable que usted, involucrado en la muerte de tantos salvadoreños, usted, que
entrenó a muchísimas personas para matar salvadoreños, me acuse a mí de muertes en El Salvador".
Castro, en un tono beligerante, respondió que "condenamos esos crímenes" y se desligó de esas
acusaciones.
Bolivia
Bolivia fue el país escogido por el Che Guevara para demostrar su tesis de que no hacía falta que
existieran condiciones objetivas en un lugar para realizar la revolución pues la propia guerrilla era
capaz de crear esas condiciones.
Con este convencimiento, en 1966, Guevara viajó de incógnito a Bolivia para encabezar un foco
guerrillero en ese país. Le acompañaban unos 25 combatientes cubanos.
Según Brown, estefue el único caso en el que la presencia cubana fue tan importante desde la
fallida invasión de Panamá. ¿La razón de ello? Los comandaba Guevara.
La iniciativa duró unos pocos meses. Tras unos éxitos iniciales, los guerrilleros se encontraron
huyendo constantemente del ejército boliviano, que parecía omnipresente. Para octubre de 1967,
cuando Guevara fue capturado y ejecutado, ya el grupo estaba prácticamente aniquilado.
"Moscú estaba en contra de estas intervenciones en el resto de América Latina que no se ajustaban a
la doctrina soviética acerca de cómo el comunismo iba a apoderarse del mundo. Ellos siempre se
opusieron pese a que Castro siguió haciéndolo durante la década de 1960. Al final, él tuvo que darse
cuenta de que no iba a tener éxito. Y eso ocurrió después de la muerte del Che", concluye Brown.
De: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-47674885
Intervenciones militares de Cuba
Intervenciones militares[editar]
Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b c d e f «La intervención militar cubana: manifestación del poder militar
soviético en países del tercer mundo (1960-1993)». Consultado el 14 de septiembre de
2018.
2. ↑ Saltar a:a b c Domínguez, Jorge (2009). «Introducción». La política exterior de Cuba
(1962-2009). Madrid: Editorial Colibrí. pp. 9-35. ISBN 978-84-934605-7-0. Consultado el 14 de
septiembre de 2018.
3. ↑ Saltar a:a b Abreu, José (5 de septiembre de 2011). «El internacionalismo militar
cubano en la historiografía de la isla». Holguín: Radio Angulo. Consultado el 14 de
septiembre de 2018.
4. ↑ Saltar a:a b c Sautié, Pedro; Pérez San Miguel, Alfredo. «Misiones militares
internacionalistas cumplidas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de la República de
Cuba». La Habana: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. Consultado el 14 de
septiembre de 2018.
5. ↑ Freire, Orlando. «La otra cara de la intervención en África». Cubanet. Consultado
el 14 de septiembre de 2018.
6. ↑ «The Cuban Army Abroad – Meet Castro’s Foreign Cold Warriors».
7. ↑ «Las guerras secretas de Fidel Castro: Los sandinistas». cubamatinal.com. 30 de
agosto de 2008. Consultado el 14 de septiembre de 2018.
8. ↑ «Rubén Miró y la invasión de cubanos a Panamá». Ciudad de Panamá: La
Estrella de Panamá. 22 de abril de 2010. Consultado el 14 de septiembre de 2018.
9. ↑ Lora, J. Armando. «Invasión». Consultado el 14 de septiembre de 2018.
10. ↑ Castañeda, Jorge G. (2009). Companero: The Life and Death of Che Guevara.
Knopf Doubleday Publishing Group. p. 147.
11. ↑ Flores, Victor (28 de septiembre de 2013). «“Los cubanos son los artífices del
fraude electoral en Venezuela”». El País. Madrid: Ediciones El País. Consultado el 14 de
septiembre de 2018.
De: https://es.wikipedia.org/wiki/Intervenciones_militares_de_Cuba
Es difícil encontrar en la historia de la segunda mitad del siglo XX, un país del tercer mundo de límites
geográficos y demográficos tan reducido, que tiene un impacto internacional de tales dimensiones como
Cuba desde 1959.
Si nos atenemos tan solo al papel militar, estaremos ante una larga historia, los cubanos han combatido
en: Nicaragua. República Dominicana, Argelia, en la República del Congo, Zaire, Guinea Bissau, Angola,
Mozambique, Siria, Granada, Bolivia, Venezuela, Argentina y Etiopía. Además han apoyado material y
espiritualmente a movimientos revolucionarios en diversos países del mundo. Se sumaron a la solidaridad
con estados revolucionarios o progresistas en África, América Latina y Asia. Pese a esa asombrosa
historia de la solidaridad militar de la mayor de las Antillas, la obra escrita por los cubanos sobre el tema
es poco conocida en el mundo intelectual. Queremos poner a disposición del lector un fragmento del libro
titulado La historiografía en la Revolución cubana. Reflexiones a 50 años. Publicado por la Editora
Historia, Instituto de Historia de Cuba, La Habana, 2010. En el publicaron 16 historiadores cubanos sobre
la historiografía después de 1959. En el cuarto capítulo del libro (Temas de Historia Militar) aparece el
ensayo "La historiografía militar en la Revolución cubana" del Dr. Roberto Pérez Rivero, del cual
ofrecemos al lector la parte que se extiende de la página 233 a la 236, y que está dedicada precisamente,
a las misiones internacionalistas militares. A continuación el texto de Pérez Rivero que reproducimos
textualmente:
La magnitud, variedad, alcance e impacto de estas misiones en la historia no solo de Cuba, sino de varias
regiones y continentes del mundo es relevante; sin embargo, muchas de ellas, historiográficamente
hablando, son prácticamente desconocidas. Éste, es uno de los retos más grandes que tienen ante sí los
historiadores cubanos.
Desde hace varios años, también en la Academia de las FAR se han elaborado algunos materiales
teóricos sobre las misiones internacionalistas en general, y sobre todo en la RPA. Entre los primeros,
porque aborda aspectos de las misiones menos conocidas, se debe resaltar “Expresiones más
importantes de la solidaridad internacionalista de la Revolución Cubana en la esfera militar”, de Fernando
Rodríguez Portela (1957-2003). Asimismo, se desarrolló en esa institución una investigación sobre la
Batalla de Cuito Cuanavale.
A pesar de lo mucho que está por hacer, en las dos últimas décadas han aparecido no pocas
publicaciones que indican favorablemente que la atención a este tema aumenta; sobre todo desde la
óptica testimonial.
De las misiones en países de América Latina como República Dominicana, Nicaragua, Venezuela,
Argentina, y Bolivia; se conoce más la que en este último país, cumplió el grupo de guerrilleros que lideró
el Che. Desde que fue publicado su diario en 1968, la lista de obras dedicada a la epopeya de la guerrilla
en Bolivia creció considerablemente. En ese sentido, sobresalen los esfuerzos de Froilán González y
Adys Cupull, convertidos en los principales autores de obras sobre este tema. (2)
Entre las obras dedicadas a la guerrilla boliviana se pueden citar además, Che en tres tiempos (Alfredo
Pérez San Miguel, Ed. Verde Olivo, 2001), es un acercamiento al pensamiento militar del comandante
Ernesto Che Guevara en Cuba; pero, también en las misiones internacionalistas del Congo y
particularmente Bolivia; Pombo. Un hombre de la guerrilla del Che (Harry Villegas, Ed. Política, 1996), que
tiene la valía de ser el testimonio de uno de los principales protagonistas de aquella gesta; y Épica
Hazaña (Luis Neyra, Ed. Verde Olivo, 2003), la que ofrece exacta y valiosa información sobre aspectos
organizativos, de mando, políticos, combativos y éticos de la guerrilla.
Otras misiones apenas se empiezan a conocer con obras como Secretos de generales (Ed. SI-Mar S. A.,
1996), en ella, 41 generales de las FAR entrevistados por Luis Báez, exponen desde la valentía, y sobre
todo la modestia y la sencillez; vivencias de su trascendental desempeño. Muchas de sus experiencias
están relacionadas con el cumplimiento de misiones internacionalistas en la esfera militar en numerosos
países, sobre todo de África y América latina.
De igual manera pueden considerarse La misión internacionalista de Cuba en Argelia (Gisela García,
DPC FAR, 1990), y la monografía inédita de Jorge Luis Joanicot y Ramón Támbara titulada Las misiones
militares de Angola y Etiopía. Tanto en una como en la otra, sobre la base de los testimonios e
informaciones bibliográficas, se muestran acciones militares protagonizadas por las tropas cubanas.
El tratamiento a las misiones de tropas cubanas en África, comienza a incrementarse. A Etiopía: Una
brillante lección de internacionalismo (El Oficial, No. Especial, 1990), y La Guerra de Angola,(4) se han
sumado importantes publicaciones como Cuba y África, historia común de lucha y sangre, en ella sus
propios autores declaran que el objetivo perseguido es dar a conocer la verdad sobre la presencia cubana
en el continente africano.
Misiones en conflicto. La Habana, Washington y África. 1959-1976 (Piero Gleijeses, 2004), de la Editorial
de Ciencias Sociales, es una importante y voluminosa obra, que aunque de un autor foráneo; por la valía
de su prólogo a cargo de Jorge Risquet, por el profundo análisis de la epopeya africana de Cuba desde
1959 hasta 1976 (Argelia, Congo Leopoldville, Congo Brazaville, Guinea Bissau, y final y principalmente
Angola son examinados), y por sustentarse en la consulta de valiosos fondos documentales de varios
países, entre ellos cubanos, debe ser tenida en cuenta de manera significativa en este recuento
historiográfico. Según Piero, él ha sido el único estudioso que ha usado documentos cubanos para
evaluar la política cubana en África.
Los testimonios sobre la guerra en Angola, se conoce de la existencia de muchos aún inéditos,
igualmente empiezan a llenar espacios vacíos. Entre ellos se pueden referir, Al sur de Angola (Rubén G.
Jiménez, Ed. Verde Olivo, 2002), en el que aparece la vida diaria de los combatientes cubanos en Angola,
los principales hechos militares ocurridos al sur de ese país en 1988, y aspectos cardinales de la Batalla
de Cuito Cuanavale; Ecos que germinan (Rolando T. Crespo; Ed. Verde Olivo, 2007), narración
anecdótica que repasa momentos de la última etapa de la misión internacionalista en la RPA, la
Operación Victoria, consistente en el regreso de las tropas cubanas a la patria; Cuito Cuanavale. Viaje al
centro de los héroes (César Gómez, Ed. Verde Olivo, 2008), testimonio de un fotorreportero acerca de la
batalla en el sureste angolano, editado por segunda ocasión (primera edición en 1989).
Destaque singular para La Batalla de Cabinda (Ed. Verde Olivo, 2001), es la primera obra publicada en la
que un jefe militar destacado, general Ramón Espinosa Martín, narra los pormenores de una histórica
batalla. En otro libro suyo, Siempre en combate (Ed. Verde Olivo, 2009), recuerda todos los servicios que
ha prestado a la patria, entre ellos, incluye sus experiencias en otra misión internacionalista, la ayuda
prestada a Etiopia en el rechazo de la invasión de gran escala de Somalia. Asimismo, presenta recuerdos
de su visita a Vietnam al frente de una delegación que buscó en aquel país, experiencias en la
organización de las formaciones de milicias y otras fuerzas populares.
Finalmente, debe ser mencionada la obra de Jorge Martín Blandino: Cangamba (Ed. Verde Olivo, 2006).
Este libro de elocuentes testimonios y el filme KANGAMBA, a decir del Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz, uno de los más serios y dramáticos que ha visto; motivaron varias reflexiones suyas, imprescindibles
para el estudio de la guerra en Angola: Una, de igual nombre a la producción cinematográfica (del 30 de
septiembre de 2008); y otra, publicada en tres partes, “La verdad en Batalla y el Libro de Martín Blandino
(9, 12 y 14 de octubre del 2008). En ellas, reafirma y argumenta la frase ¡Los que cayeron en Cangamba
no murieron en vano!, y realiza un pormenorizado análisis del contexto, realización e impacto de esa
trascendental acción combativa.
NOTAS
1-- Tomado de: Piero Gleijeses, Jorge Risquet y Fernando Remírez: Cuba y África, historia común de
lucha y sangre. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2008, pp. 103-104.
2-- De su autoría son las siguientes obras: De Ñancahuasú a La Higuera. Editora Política, La Habana,
1989; La CIA contra el Che. Editora Política, La Habana, 1992; Un hombre bravo. Editorial Capitán San
Luis, La Habana, 1994; y Ciudadano del mundo, Editorial Capitán San Luis, La Habana, 1994.
3--- Además de lo citado por Pérez Rivero sobre la solidaridad cubana con Republica Dominicana, en el
año 2009, fue publicado por la Editorial Oriente Dictadura y revolución en el Caribe: las expediciones de
junio de 1959. En este libro, sus autores (José Abreu Cardet y Emilio Cordero Michel) aseguran que la
expedición a Dominicana no fue inútil pese a su fracaso militar. A partir de ella, y los crímenes cometidos
por la dictadura de Trujillo, se inició el proceso de descomposición de esta.
4--Colectivo de autores: La Guerra de Angola. Editora Política, La Habana, 1989. Estas dos publicaciones
ofrecen información sobre los antecedentes históricos, el inicio de la cooperación entre Cuba, Etiopia y
Angola; así como, acerca de importantes operaciones, acciones combativas, el desempeño de las
diferentes armas y aseguramientos, y otros importantes temas; tratados, por protagonistas de esas
hazañas.
De: http://archive.is/saeD1#selection-823.1-937.411
Comenzaba así nuestra participación en un conflicto que, según los analistas, costó la vida
a 10 mil cubanos. La contienda finalizó en 1991, en momentos en que también llegaba a
su término la mayoría de los conflictos regionales que florecieron en la época de la guerra
fría. Por esa razón no faltan voces que opinan que los cubanos sólo fueron una pieza
empleada por el Kremlin en dicha pugna. Además, la presencia de Cuba en la guerra de
Angola marcó uno de los instantes de más bajo nivel en las relaciones de la isla con su
hoy estrecho aliado chino, pues en aquella época los maoístas apoyaban UNITA y FNLA.
Ni más ni menos que el ascenso al poder en ese país de Mengistu Haile Mariam, un militar
que arribó al gobierno con las manos manchadas con la sangre de sus adversarios
políticos, y de repente juró su adhesión al marxismo-leninismo.
Por otra parte, y comoquiera que el gobierno etíope combatía también a las guerrillas
eritreas que luchaban por la liberación de su patria, era la primera vez que los cubanos se
veían en la necesidad de oponerse a las aspiraciones de un movimiento guerrillero de
liberación nacional. Ellos, que en América Latina y otras regiones del mundo habían sido
siempre los máximos inspiradores de la lucha guerrillera.
Abundan las razones para que los dirigentes cubanos prefieran hablar de Angola y callar
acerca de Etiopía.
De:
https://web.archive.org/web/20101202041649/http://www.cubanet.org/CNews/year2010/No
v2010/29_C_2.html
22/04/2010 02:00
Mientras tanto, Rubén Oscar Miró Guardia, llega a Cuba como turista
con su esposa y sus hijos el 15 de enero de 1959. Miróo, primo
hermano de Roberto "Tito" Arias, fue absuelto en diciembre de 1957,
por su participación en el magnicidio del presidente José A. Remón
Cantera. El 4 de agosto de 1958 sufrió un atentado, recibiendo tres
disparos de arma. El 9 de abril de 1959, llega a Miami procedente de
La Habana, y el Miami Herald en su edición del 10 de abril, en una
noticia que firma el periodista George Southword, señala que "Miró
prometió a un fiscal distritorial de Estados Unidos que se portaría bien
durante sus tres días de visita en Miami, y "que era un viaje de placer".
"Yo soy el jefe del movimiento revolucionario de Panamá, y deseo
registrarme con el gobierno de los Estados Unidos. No violaré las leyes
de neutralidad de este país". En dicha noticia señala que Miró "está
escribiendo un libro titulado ¿Quién mató a Remón?".
De: https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/100422/miro-ruben-cubanos-invasion
Invasión
por J. Armando Lora
DERECHOS RESERVADOS
EL PRURITO REVOLUCIONARIO
El 1959 fue verdaderamente un año aciago y prolífico en movimientos
revolucionarios que estremecieron hasta sus cimientos las estructuras de varios
gobiernos latinoamericanos, principalmente aquellos que se sostenían mediante
el terror, contra la voluntad de sus pueblos.
El día de año nuevo de 1959, la victoria alcanzada por el Ejército Rebelde de
Fidel Castro en Cuba, obligó al dictador Fulgencio Batista a buscar un exilio
ignominioso en playas dominicanas.
La llegada de Fidel Castro a La Habana por esa fecha, marco el inicio de una
serie de acontecimientos simultáneos escenificados en varias naciones
americanas, pero eslabonados entre sí, que convulsionaron de tal modo el área
del Caribe, hasta el punto de que parecía inminente una guerra declarada entre la
República Dominicana, Cuba y Venezuela, rompimiento de hostilidades que, de
haberse producido, iba a involucrar también aunque indirectamente, a los
gobiernos de Costa Rica, Guatemala, Panamá, Haití y Puerto Rico.
Un verdadero conflicto intercontinental de mayúsculas proporciones, que se
evitó por la vía diplomática en los foros de la ONU y la OEA con la intervención
directa de los Estados Unidos ante esos organismos.
En orden cronológico, durante ese lapso los principales incidentes de
repercusión internacional protagonizados por países Caribeños y
centroamericanos fueron los siguientes:
Ø En marzo, ante tal amenaza y para reforzar su ejército, Trujilo creaba la
Legión Extranjera en la que se le dio cabida a miles de veteranos de las
Fuerzas Armadas dominicanas y a cientos de mercenarios provenientes de
Europa, principalmente griegos, españoles, búlgaros, yugoslavos y
alemanes.
Ø En agosto, en represalia por las invasiones de junio, Trujillo envió desde
la República Dominicana por vía aérea una expedición formada por
exiliados cubanos, con la finalidad de derrocar a Fidel. Esta fuerza
invasora una vez desembarcada en Trinidad, provincia de Las Villas,
actuaría en connivencia con el comandante William Morgan, ex—
combatiente fidelista en la sierra del Escambray. Pero Castro tenía en sus
manos los hilos de la trama y la aventura tuvo un desenlace fatal.
Descubierta la complicidad del comandante Morgan, éste fue fusilado
algún tiempo después.
Exhibiendo banderas dominicanas y cartelones
con leyendas anti-trujillistas, este grupo de
exiliados piquetea frente al consulado de su
país en la ciudad de New York. De estos grupos
salieron los jóvenes que se enrolaron en la
expedición de Junio de 1959.
De:
https://web.archive.org/web/20080304060111/http://www.redom.com/invasion/prurito.htm
Pregunta. En su libro narra que se reunió con el Che Guevara y Fidel Castro en
la famosa suite privada del Hotel Habana en los años 60. ¿Cómo ocurrió aquel
encuentro?
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Respuesta. Yo formaba parte de la delegación del Frente de Liberación Nacional
de Venezuela, que agrupaba a los partidos que estaban en la lucha armada a la
Primera Conferencia Tri-Continental de La Habana, para unificar el movimiento
revolucionario de Asia, África y América Latina, en enero de 1966. Fidel Castro
se había instalado en la suite del piso 25 del Hotel Habana. Allí nos
entrevistamos con Fidel para planear un desembarco conjunto. Para entonces, el
ala izquierda se había separado de Acción Democrática [AD, partido
socialdemócrata, fundado por el ex presidente Rómulo Betancourt], y constituido
el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR, clandestino). Fui copresidente
de ese congreso en Cuba.
P. ¿Qué hizo usted para mediar entre el Che y los venezolanos de Betancourt?
R. Sí, desde 1959. Fidel hizo aquí algunas peticiones, las cuales el presidente
Betancourt no quiso resolver, incluido un pedido relacionado con los suministros
del petróleo. Fidel entró el 6 de enero a la Habana; y en Venezuela se celebraba
el 23 de enero un año de la caída del general Pérez Jiménez. Fidel vino entonces
a Caracas en agradecimiento a Venezuela, que le había apoyado mucho en sus
tiempos de la Sierra Maestra. Wolfang Larrazabal, presidente de la Junta de
Gobierno que derrocó al dictador venezolano en 1958, le había enviado un
embarque de dos aviones con armas para la revolución.
R. Sólo algunas individualidades, como Douglas Bravo, exlíder del PCV, estaban
comprometidos en el golpe a través de Adán Chávez; pero la izquierda como
movimiento no. Incluso algunos de ellos en el momento del golpe fueron
apartados por Chávez. Ellos fueron dejados afuera de la conspiración de 1992.
Después Douglas Bravo le reclamó a Chávez, que le respondió: “Es que los
civiles molestan en una situación como esa”.
R. Algo de eso hay. Por eso los dirigentes del PCV hicieron esfuerzos para que
me incorporara a la campaña de Chávez en 1998 y me entrevistara con él. Y lo
rechacé. Ya desde mediados de 1998 advertía lo que ocurriría y alerté del peligro.
P. Usted afirma en su libro que casi nadie atendió su advertencia del regreso del
proyecto continental de Fidel, luego de la reelección de Chávez en 2006. ¿Cuáles
fueron sus fuentes?
R. No.
De: https://elpais.com/internacional/2013/09/28/actualidad/1380392697_591646.html
Eso no fue cierto. Pero al parecer esa fue la orden que La Habana dio al contingente de
más de 700 “soldados-albañiles” que estaban construyendo un aeropuerto en Granada.
Una unidad militar estadounidense que vigilaba el tráfico de radio durante la invasión
escuchó una transmisión de La Habana que ordenaba a los cubanos “pelear hasta el
último hombre”, dijo Chris Simmons, entonces teniente del Ejército que aterrizo en
Granada el primer día de los combates, el 25 de octubre de 1983.
Los vigilantes estadounidenses estaban apoyando a otra unidad de EEUU cuya misión
era capturar a los líderes del contingente cubano, dijo Simmons. Pero los cubanos se las
arreglaron para asilarse en la embajada de la Unión Soviética.
Su principal jefe militar en Granada, el coronel Pedro Tortoló Comas, fue enviado a
Angola y la última noticia confirmada sobre él era que manejaba un taxi en La Habana.
Y su embajador ante Grenada, Julián Torres Rizo, se anuncia ahora como guía de
turismo en La Habana.
Veinticinco cubanos murieron en combate y otros 638 fueron capturados, entre ellos 86
que se rindieron luego que aviones A-7 Corsair de la Marina de Guerra de EEUU
bombardearan las oficinas centrales del destacamento cubano, marcadas en los mapas
militares estadounidenses como “Pequeña Habana”.
Combates esporádicos duraron cuatro días, en lo que 7,300 soldados del Ejército, la
Marina de Guerra y la Fuerza Aérea de EEUU, más 330 soldados de una coalición
caribeña, ocuparon rápidamente la isla de 133 millas cuadradas a pesar de terribles
problemas de comunicaciones y mapas mal hechos.
Simmons dijo que su pelotón, parte de la division 82nd Airborne, se vio envuelto en el
último combate de importancia de la invasión, una escaramuza de 10 minutos en la que
murieron siete combatientes del PRA. Otra unidad estadounidense que trató de apoyar a
su pelotón causó un incidente de fuego amigo en que murió un capitán de los Rangers
del Ejército estadounidense.
Simmons alcanzó con el tiempo el rango de teniente coronel y fue asignado como
especialista principal de contrainteligencia de Cuba a la Agencia de Defensa de
Inteligencia de EEUU, donde ayudó a rastrear a la espía cubana Ana Belén Montes en el
2001. Se retiró en el 2010.
Los restos de Bishop y los otros que fueron masacrados no se encontraron nunca. El
Aeropuerto Internacional Point Salines, construido por los cubanos, fue rebautizado en
su honor. Coard y otros seis hombres convictos de asesinar a Bishop fueron puestos en
libertad en el 2009 luego de casi 26 años de prisión.
Pero dos de los cubanos que jugaron papeles clave en Granada no salieron bien parados.
Castro criticó públicamente a Torres por no reportar apropiadamente el caos que
provocó el ataque estadounidense, y castigó a Tortoló por las vergonzosas rendiciones.
Torres había sido un funcionario en ascenso en el Ministerio de Relaciones Exteriores,
quien sirvió de primer secretario de la misión diplomática de Cuba en las Naciones
Unidas durantre dos años antes de ser enviado a Granada en 1979. Un desertor de la
inteligencia cubana lo identificó más tarde como agente de inteligencia a cargo de los
contactos con la Brigada Venceremos, fundada en la década de 1960 por ciudadanos
estadounidenses que apoyaban la revolución de Castro.
Torres, quien anda ahora por los 70 años, no respondió a solicitudes de entrevista
enviadas por el Nuevo Herald a su cuenta de LinkedIn, en la cual aparece listado como
guía turístico de La Habana.
Castro había enviado a Granada un día antes de la invasión a Tortoló y a Carlos Díaz
(un operativo del Partido Comunista) en un avión AN-26 de Cubana de Aviación
cargado de toneladas de armamentos para organizar la resistencia de los “soldados-
albañiles”.
Díaz murió en combate, pero Tortoló pidió asilo en la embajada soviética. Un chiste que
se contaba en La Habana en esa época decía que él había sufrido una lesión de combate:
la fractura del dedo gordo apretando el timbre de la embajada soviética.
El coronel fue llevado a corte marcial y degradado a soldado raso. El entonces ministro
de Defensa Raúl Castro le arrancó las insignias de su rango de las hombreras en una
ceremoonia que fue grabada en video, y lo envió a la guerra de Angola conjuntamente
con otros 25 a 40 cubanos que se consideraba se habían rendido con demasiada
facilidad.
Aunque se reportó por muchas partes que Tortoló había muerto en Angola, cubanos de
Miami que lo conocen dicen que él regresó de Africa, ocupó un cargo de poca
importancia en el gobierno y en algún momento en el 1999 o el 2000 fue visto
vendiendo zapatos. Ellos no quisieron dar su información actual para contactarlo,
diciendo que el quería dejar Granada atrás.
El periodista de Miami Camilo Loret de Mola dijo que él se había encontrado con
Tortoló en el 2003 cuando el ex coronel trabajaba de taxista en La Habana con su Lada
personal, un auto soviético copiado del Fiat que se otorgaba a los altos funcionarios del
gobierno en las décadas de 1970 y 1980.
De: https://www.elnuevoherald.com/noticias/especiales/cuba-desde-
adentro/article3201874.html