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Procesos cognitivos: Qué

son y cómo podemos


mejorar nuestros
procesos mentales
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July 10, 2017  - AINHOA ARRANZ


Detectar cambios a nuestro alrededor, recordar la lista de la
compra, decidir qué apartamento queremos alquilar, atender a
un amigo que nos está contando un problema… ¿Qué tienen en
común todas estas acciones? Somos capaces de llevarlas a cabo
gracias a nuestros procesos cognitivos o mentales. Si deseas
saber qué tipos de procesos cognitivos existen, cómo intervienen
en la educación, cómo mejorarlos y mucho más, te invitamos
a  descubrirlo aquí.

Table of Contents

¿Qué son los procesos


cognitivos o mentales?
La definición de los procesos mentales abarca un elevado
número de tareas que nuestro cerebro lleva a cabo
continuamente. Son los procedimientos encargados de
procesar toda la información que recibimos del
ambiente. Gracias a ellos tiene lugar la cognición, que nos
posibilita conocer el mundo.
Imagina es estás tranquilamente en el sofá mientras ves
una película. A pesar de tu ensimismamiento con la historia,
empiezas a detectar que huele a quemado. ¿¡Qué vas a
hacer!? Afortunadamente, tu cerebro centrará toda
tu atención en el peligro al que te enfrentas.
Recordarás que has dejado una pizza desamparada en el
horno. Correrás hacia la cocina lo más rápido posible y
coordinarás una serie de movimientos para sacar tu cena.
Entonces decidirás si vas a comer las partes más
chamuscadas o no y regresarás al salón. Los procesos
cognitivos han guiado toda esta sucesión de acciones.
Una interacción armoniosa entre los procesos mentales es
fundamental para que analicemos adecuadamente la
realidad y respondamos en consecuencia. Gracias a ellos
podemos adaptarnos flexiblemente a las demandas de cada
situación. Nuestras funciones ejecutivas se encargan de
coordinar estos procedimientos.
A pesar de que los procesos mentales interaccionan entre
ellos; también actúan por separado. Por ejemplo, podemos
observar cómo personas con alteraciones en el lenguaje o
en la memoria son capaces de percibir perfectamente
estímulos o resolver problemas matemáticos.

¿Quiénes estudian los procesos


cognitivos?
Los procesos cognitivos son analizados desde diversas
ciencias como la lingüística, la sociología, la neurología, la
antropología, o la filosofía. En cuanto a la psicología, es
la psicología cognitiva el campo dedicado a investigarlos y a
procurar que seamos capaces de mejorar nuestros procesos
mentales.
En los sesenta, gracias a profesionales de diversas
disciplinas, emergió la revolución cognitiva, que propició el
estudio de estos procedimientos. Los procesos mentales en
psicología son investigados en profundidad. Actualmente su
estudio está en auge y se investigan para aplicarlos en
campos tan dispares como la psicoterapia o el marketing.
De hecho, las técnicas de neuroimagen resultan una gran
ayuda a la hora de indagar en cómo procesamos la
información. Podemos confiar en que presenciaremos
grandes avances en la comprensión de los procesos
cognitivos. En este artículo profundizaremos en ellos de
forma que sepas cómo influyen en diversos contextos como
tu vida cotidiana.

Tipos de procesos
cognitivos ¿Cuáles son los
procesos cognitivos?
Procesos cognitivos inferiores o básicos
Sensación y percepción
Las sensaciones son provocadas por los diversos estímulos
existentes en nuestro entorno. Nos llegan a través de
nuestros sentidos y nos permiten conocer información del
mundo exterior. Son datos inmediatos que recibimos del
ambiente o de nuestro propio cuerpo. En cambio, el
proceso mental básico de percepción implica cierta
interpretación de los elementos percibidos.
Continuamente percibimos diferentes eventos, a menudo
sin realizar ningún esfuerzo. Somos conscientes del
movimiento de las personas que nos rodean, los mensajes
que nos envían al móvil, los sabores de los alimentos que
comemos, la disposición de los muebles de una habitación,
nuestras posturas corporales, etc. Nuestras experiencias
previas son elementales a la hora de otorgar significado a
estos estímulos.
Los psicólogos de la Gestalt realizaron grandes aportaciones
al campo de estudio de la percepción. Ellos creían que “el
todo es mayor que la suma de sus partes”. Es decir,
consideraban que somos seres activos a la hora de procesar
nuestra realidad. Asimismo, elaboraron las célebres leyes de
la Gestalt, que explican fenómenos de nuestra percepción
como las ilusiones ópticas.
Atención
A pesar del desorbitado número de elementos que nos
acompañan en cada momento, somos capaces de atender a
un gran número de estímulos y también de dirigir nuestra
atención en función de nuestros intereses.
Algunas acciones como caminar o masticar prácticamente
no requieren atención. En cambio, debemos centrarnos lo
máximo posible en medir todas las palabras que decimos y
nuestro lenguaje corporal si estamos exponiendo
públicamente un proyecto trascendental ante una audiencia
exigente.
Afortunadamente, logramos automatizar ciertos procesos
que hemos repetido varias veces. Por ejemplo, a pesar del
gran esfuerzo que cuesta coordinar todas las tareas que
requiere conducir al principio, posteriormente se consigue
de una forma infinitamente más fluida y sencilla.
Memoria
¿Cuál es la capital de Francia? ¿Quién fue tu mejor amigo
en el colegio? ¿Cómo se toca la flauta? Nuestra memoria
tiene las respuestas para estas cuestiones y para un sinfín
de preguntas más. Nos permite codificar los datos que
recibimos del ambiente, consolidarlos y recuperarlos
posteriormente.
Tenemos diversos tipos de memoria; como
la memoria sensorial, la memoria a corto plazo, la memoria
de trabajo, la memoria semántica, la memoria
autobiográfica, etc. Estas clases interactúan entre ellas,
pero no todas dependen de las mismas partes del cerebro.
Una muestra de esto son las personas que padecen
amnesia y pueden recordar cómo caminar pero no quién es
su pareja.

Procesos cognitivos: Inferiores o básicos y superiores o complejos

Procesos cognitivos superiores o


complejos
Inteligencia
La inteligencia es un concepto escurridizo que nos ayuda a
resolver diferentes tipos de problemas. Hoy en día la teoría
de las inteligencias múltiples de Gardner goza de una gran
aceptación. Gardner mantiene que no existe un único tipo
de inteligencia y que es preferible contemplar diversas
capacidades en distintos ámbitos.
La inteligencia intrapersonal, la lingüística, la lógico-
matemática o la musical son ejemplos de las clases de este
proceso cognitivo superior. Actualmente también se enfatiza
notablemente la relevancia de la inteligencia emocional, que
es esencial para que seamos capaces de manejar las
coyunturas que se nos presentan en nuestro día a día.
Existen ciertas características más habituales en las
personas inteligentes. Sin embargo, podemos poner en
práctica estrategias para desarrollar nuestra inteligencia.
Este proceso mental superior no es estático y no puede
limitarse a un número obtenido en un test para medir
nuestro cociente intelectual.

Pensamiento
La complejidad y heterogeneidad de nuestros pensamientos
resulta fascinante. Este proceso mental superior se encarga
de tareas relativas a la resolución de problemas, el
razonamiento, la toma de decisiones, el pensamiento
creativo, el pensamiento divergente, etc.
Para simplificar estas funciones, nuestro cerebro tiende a
crear conceptos. Necesitamos agrupar ideas, objetos,
personas o cualquier otra clase de elementos que se nos
ocurra. Generalmente esto nos ayuda a agilizar nuestros
procesos mentales. No obstante, intentamos ser lógicos y a
menudo ignoramos lo irracionales que somos.
Utilizamos atajos para no analizar toda la información y
pensar rápidamente. Esto nos conduce a cometer sesgos
cognitivos, que son desviaciones del proceso normal de
razonamiento. Por ejemplo, a veces creemos que somos
capaces de averiguar lo que va a suceder en un juego de
azar.
De hecho, incluso en ocasiones los sesgos cognitivos dan
lugar a las distorsiones cognitivas, que son pensamientos
extremadamente negativos e irracionales como “todo el
mundo me odia”. No obstante, nosotros mismos
podemos detener nuestros pensamientos obsesivos.
Lenguaje
Asombrosamente, somos capaces de producir y comprender
diversos sonidos y palabras, combinar un sinfín de letras y
frases, expresar con precisión lo que deseamos comunicar,
etc. Asimismo, acompañamos nuestras palabras de
nuestro lenguaje corporal. Incluso podemos dominar más
de un idioma.
El desarrollo del lenguaje se produce a lo largo de todo
nuestro ciclo vital. Las competencias comunicativas de cada
persona varían notablemente y se pueden
mejorar practicando. Algunos trastornos del
lenguaje dificultan especialmente la comunicación por
diferentes causas, aunque también es posible ayudar a las
personas con estos problemas.

Procesos cognitivos en la
educación: Aplicaciones y
ejemplos
Los procesos mentales en psicología son analizados con el
fin de ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida. Es
elemental que aprendamos a desarrollarlos y a gestionarlos
desde que nacemos. En el aula nos enfrentamos a diversas
actividades que ponen a prueba nuestras capacidades de
interiorizar conocimientos, escuchar a nuestros compañeros
o resolver obstáculos imprevisibles.
Procesos cognitivos en el aprendizaje
Existen diversas teorías del aprendizaje. Sin embargo,
exceptuando algunos defensores del aprendizaje asociativo,
ninguna ignora los procesos mentales. Por otra parte,
ningún proceso cognitivo en el aprendizaje suele actuar de
forma independiente. Nos esforzamos por integrar todos
nuestros recursos para mejorar nuestros hábitos de
estudio y lograr un aprendizaje significativo.
Procesos cognitivos en la lectura
Cuando nos encontramos ante un libro debemos reconocer
las letras, evitar distraernos con estímulos irrelevantes,
recordar las palabras que vamos leyendo, asociar lo que
leemos con otros contenidos que aprendimos previamente,
etc.
No obstante, no procesaremos la información de la misma
manera si únicamente pretendemos encontrar un fragmento
que nos interesa especialmente, si estamos estudiando para
un examen o si deseamos disfrutar de una historia.

Procesos cognitivos en la escritura


En cuanto a los procesos mentales implicados en la
escritura, sucede lo mismo que con los relativos a la lectura.
Necesitamos ignorar los ruidos que nos dificultan redactar,
procurar que nuestra letra resulte legible, recordar qué
hemos escrito en los párrafos anteriores, preocuparnos por
nuestra ortografía, etc.
Además, también es necesario que planifiquemos
debidamente lo que deseamos escribir. ¿Esta expresión es
demasiado coloquial? ¿Entenderán los demás lo que
pretendo transmitir? ¿Este cero parece una o?

Consejos y actividades
para mejorar procesos
cognitivos ¿Cómo podemos
mejorar nuestros procesos
mentales?
Independientemente de si estás buscando actividades y
ejercicios de desarrollo cognitivo infantil o si deseas mejorar
tus procesos mentales, aquí te damos algunas
recomendaciones para que puedas lograrlo. Es posible
entrenar nuestras capacidades cognitivas en cualquier etapa
de nuestro ciclo vital.

1. Cuida tu salud
Nuestra salud mental y física es inseparable de nuestros
procesos cognitivos. Existen diversos malos hábitos que
perjudican nuestra mente y empeoran nuestro rendimiento
en diversas áreas de nuestras vidas. Por ejemplo, hábitos
como pegarnos a nuestro móvil antes de ir la cama,
infravalorarnos, descuidar nuestras relaciones sociales
o alimentarnos indebidamente repercuten en nuestros
procesos mentales.

2. Benefíciate de la tecnología


Hoy en día existen numerosas actividades como los juegos
mentales que posibilitan evaluar y entrenar nuestro cerebro
de forma divertida y sencilla. La neuroeducación nos
permite conocer mejor cómo aprende nuestro cerebro y
desarrollar nuestros procesos mentales.
CogniFit es la herramienta líder
en evaluación y estimulación cognitiva. A través de las
entretenidas actividades que propone esta plataforma se
pueden mejorar capacidades como la memoria, la
planificación, el reconocimiento o la exploración visual.
CogniFit ofrece actividades desarrollo cognitivo para adultos
y también cuenta con ejercicios para el público infantil.

3. Reflexiona sobre tus progresos


Realizar una autoevaluación cada cierto tiempo nos permite
descubrir nuestros progresos y saber cuáles son nuestras
carencias para continuar avanzando. Es esencial que
creamos en que es posible desarrollar procesos cognitivos
como nuestra inteligencia o nuestro lenguaje. Es cuestión
de practicar y también de confianza en nosotros mismos.

4. Desarrolla el pensamiento crítico


Formularnos preguntas y no aceptar cualquier argumento
nos ayuda a ser más competentes y autónomos. El
pensamiento crítico nos permite mejorar nuestra habilidad
para razonar, realizar conexiones creativas entre ideas,
desarrollar nuestro lenguaje, analizar en profundidad
nuestro entorno, etc. La curiosidad es fundamental para
explotar nuestro máximo potencial.
Si deseas desarrollar el pensamiento crítico de los más
pequeños, existen numerosas opciones para conseguirlo.
Puedes preguntarles cuáles son los motivos que han
conducido a una persona a comportarse de una manera
determinada, pedir que nos expliquen sus argumentos
cuando toman una decisión o proponer que debatan con
una persona que mantenga una postura opuesta a la suya.
También puedes probar tú a poner en práctica estas
actividades.

5. Lee
Como hemos comentado previamente, la lectura implica
numerosos procesos cognitivos. Además de producir una
gran satisfacción y transmitirnos abundantes conocimientos,
leer es una forma estupenda de que aprendamos a atender
a una sola tarea o mejoremos nuestras capacidades
comunicativas.

6. Dedica tiempo a actividades creativas


Pintar, escribir cuentos, componer canciones, crear
coreografías, participar en una obra de teatro… No importa
qué actividades prefiramos, lo importante es que
reservemos un momento al día para nuestra creatividad.
Cualquier persona nace con la capacidad de crear, es
cuestión de práctica y confianza que la saquemos a la luz.
Las tareas creativas presentan innumerables beneficios para
nuestros procesos cognitivos. Nos ayudan a desarrollar
nuestra inteligencia, la concentración, nuestra habilidad
para encontrar respuestas más originales para los
problemas, centrar nuestra atención, nos permiten
relajarnos, etc.

7. Evita la multitarea
En ocasiones no sabemos cómo vamos a lograr cumplir con
todas nuestras obligaciones. Es lógico que intentemos
hacerlo todo a la vez para acabar antes. Sin embargo, esta
costumbre suele ser contraproducente. Es perjudicial que
los niños aprendan a estar a demasiadas cosas al mismo
tiempo y a no dedicarse a ninguna en concreto.
Resulta maravilloso que podamos coordinar varios procesos
mentales. Pero cuando intentamos ver una
película, contestar un mail, redactar un informe para el
trabajo, recordar las actividades que anotamos en nuestra
agenda y prestar atención al horno a la vez… lo más
probable es que no realicemos adecuadamente en ninguna
tarea.
Es preferible centrarse en el presente para poder disfrutar
cada momento y ser más eficiente. Es la mejor manera de
realizar adecuadamente las actividades futuras. Si te cuesta
prestar atención a lo que estás haciendo y te distraes con
tus preocupaciones continuamente, puedes probar
el mindfulness.
8. Si deseas ayudar a los niños, deja que
resuelvan solos sus dificultades
Es necesario apoyar a los pequeños y que sepan que
pueden contar con nuestra ayuda. Pero si un niño se
acostumbra a que los demás resuelvan sus problemas con
una simple petición, no se molestará en realizar tareas que
incrementen su inteligencia o en agudizar sus procesos
cognitivos básicos para descubrir otras alternativas.
Es preferible que actuemos únicamente en el caso de que
sea necesario. Dar pistas es una buena técnica para que los
niños sean capaces de ir avanzando hacia la solución poco a
poco y esforzarse mientras son conscientes de que pueden
contar con nosotros.
Si te apetece saber más sobre este tema o repasar algunos
conceptos que hemos tratado en este artículo, te invitamos
a ver este ameno curso sobre la cognición que trata los
procesos mentales en psicología.
Teorías del aprendizaje:
Aplicaciones educativas y
prácticas
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September 1, 2017  - AINHOA ARRANZ


¿Qué son las teorías del aprendizaje? La educación es
fundamental para nosotros. A menudo manifestamos nuestro
deseo de aprender algo. Da igual si queremos asistir a clases de
inglés o utilizar una cámara de fotos. Aún así, generalmente no
sabemos cómo se adquieren nuevos conocimientos. ¿Qué es el
aprendizaje? ¿Qué opinan los conductistas como Pavlov? ¿Y los
constructivistas como Piaget? ¿En qué consiste la teoría del
aprendizaje significativo de Ausubel? ¿Y la teoría del aprendizaje
social de Bandura? Además de responder estas preguntas, en este
artículo veremos cómo conectar las respuestas con nuestra vida
cotidiana.

¿Qué son las teorías del


aprendizaje?
Estas teorías son un diverso conjunto de explicaciones que
tratan de profundizar en un fenómeno tan vital como el
aprendizaje.
¿Y qué es el aprendizaje? ¿Cómo aprende el cerebro? Todos
lo sabemos, pero si lo intentamos definir… surgen dudas.
Esto se debe a que es un concepto difícil de delimitar, que
puede ser interpretado de varias formas. Llevamos
experimentándolo en primera persona desde nuestra más
tierna infancia y lo observamos diariamente, tanto en
nosotros mismos como en los demás. En este artículo nos
centraremos en las siguientes:
1) Cambios que podemos observar en la conducta.
2) Cambios que tienen lugar en nuestra mente.
Para poder afirmar que un hecho se debe a un proceso de
aprendizaje tiene que ser relativamente estable. Se debe a
la experiencia y difiere bastante dependiendo de cada
persona y cada situación.
Todo en la vida es aprendizaje. Si no interiorizásemos
ciertas cosas, nos veríamos obligados a perder una inmensa
cantidad de tiempo en realizar acciones tan sencillas como
encontrar nuestra casa, hacer las cuentas al comprar en el
supermercado o encontrar la palabra exacta para decir qué
queremos comer. ¿Qué pasaría si tuviésemos que hacer
esto paso a paso cada día?
Además, el aprendizaje no solo consiste en los contenidos
que nos enseñan en la escuela o nuestras casas. También
incluye cómo debemos comportarnos adecuadamente en
sociedad. Imagínate que eres un alienígena recién llegado a
la Tierra y es la primera vez que vas a un cumpleaños. ¿Por
qué da regalos la gente? ¿Qué harías cuando los demás
cantaran el cumpleaños feliz? Afortunadamente, también
aprendemos lo que tenemos que hacer en estas situaciones
para no sentirnos como marcianos.

¿Quiénes se dedican a las teorías del


aprendizaje?
Los profesionales que intentan esclarecer los misterios del
aprendizaje provienen de numerosas disciplinas como
psicología, pedagogía, educación social, etc. Es necesario
adoptar una visión global para contemplar un fenómeno tan
complejo. Todos ellos tienen un objetivo común;
comprender este proceso para predecirlo y controlarlo con
el fin de facilitar la vida de las personas.
¿Para qué lo hacen?
El aprendizaje es indispensable para nuestro bienestar. Es
urgente teorizar sobre él para alcanzar logros tan
importantes como diseñar programas educativos que se
ajusten mejor a las necesidades de las futuras generaciones.
Pero también es imprescindible conocer sus bases para
solucionar de forma más eficiente los retos del día a día y
adaptarnos mejor al mundo que nos rodea.
¿Cómo lo hacen?
Lo más probable es que nos imaginemos a expertos
trabajando con niños en una clase. Además de
utilizar métodos como entrevistas, cuestionarios o la
observación, en los laboratorios también se experimenta con
personas y otros seres vivos como conejos o ratas
(respetando las normas éticas). Los animales son esenciales
para explicar los actos más básicos.
Obviamente, las circunstancias a las que se tiene que
adaptar un conejo (labores como no hacerse daño o
encontrar comida) difieren mucho de las que se presentan
en nuestro día a día (interactuar con centenares de
conocidos en las redes sociales o procurar no caer mal a
nuestro jefe), que nos ofrecen una infinidad de
posibilidades y quebraderos de cabeza. Pero algunos
resultados pueden extrapolarse a nuestras vidas.
Principales teorías del
aprendizaje
En este apartado conoceremos lo que dicen las teorías más
estudiadas sobre este tema en la actualidad.

1. Teoría del aprendizaje de Pavlov


Pavlov es un psicólogo y fisiólogo ruso célebre en la historia
de la psicología por sus aportaciones al conductismo. Esta
vertiente psicológica predominó en la primera mitad del
siglo XX en Estados Unidos. Buscaba las respuestas del
secreto del aprendizaje en laboratorios bajo condiciones
tremendamente estrictas.
El conductismo deseaba demostrar que la psicología es una
auténtica ciencia. Los protagonistas de sus experimentos
eran ratas, palomas o el famoso perro de Pavlov. Dentro de
este enfoque destacan conductistas como Skinner,
Thorndike, Tolman o Watson.
Pavlov defendía el condicionamiento clásico. Según este
tipo, el aprendizaje se produce cuando se asocian más o
menos al mismo tiempo dos estímulos, uno incondicionado y
otro condicionado. El incondicionado provoca una respuesta
natural en el cuerpo y el condicionado la empieza a
desencadenar cuando se vincula al anterior.
Por ejemplo, si cuando pruebo una receta de
pasta (estímulo condicionado), me duele el
estómago (estímulo incondicionado), es posible que
relacione mi malestar con los macarrones. Posteriormente,
se producirá una respuesta condicionada, que es mi recién
adquirido disgusto hacia ese plato.
Esta teoría también explica otros procesos como la
generalización de los estímulos, saber que todos los
semáforos en verde nos dicen que podemos cruzar, o la
extinción, cuando dejamos de dibujar porque ya no nos dan
premios en el colegio.
Estas ideas han dado lugar a innumerables investigaciones
posteriores, pero también han suscitado diversas y agudas
críticas. Este tipo de aprendizaje es demasiado rígido para
explicar gran parte de las conductas humanas. Nuevos
modelos siguen revisando estos pensamientos.

2. Teoría del aprendizaje de Piaget


Piaget elaboró su teoría desde una postura constructivista,
afirmaba que los niños tienen un papel activo a la hora de
aprender. Para él, las diferentes estructuras mentales van
modificándose y combinándose entre ellas a través de la
experiencia mediante la adaptación al entorno y la
organización de nuestra mente.
El aprendizaje existe gracias a los cambios y a las
situaciones novedosas. Nuestra percepción del mundo se
renueva a medida que crecemos. Este proceso está
compuesto por esquemas que nosotros ordenamos
mentalmente. La adaptación tiene lugar mediante un
proceso de asimilación, que modifica la realidad externa, y
otro de acomodación, que cambia nuestras estructuras
mentales.
Por ejemplo, si acabamos de conocer a un vecino nuevo y
hemos tenido malas experiencias previas, pensaremos “es
un cotilla” (asimilación). No obstante, si vemos que es
discreto y prudente, nos veremos obligados a alterar
nuestra clasificación previa (acomodación) y reconocer que
también hay vecinos agradables.
Por otra parte, la organización procura integrar las
diferentes adaptaciones a lo largo de nuestro desarrollo
entre diferentes estadios del desarrollo (de forma vertical) o
dentro del mismo estadio de desarrollo (de forma
horizontal). Adaptación y organización se complementan
mediante la “equilibración“, que autorregula nuestro
aprendizaje.
3. Teoría del aprendizaje significativo de
Ausubel
Ausubel es uno de los máximos exponentes del
constructivismo y fue muy influido por Piaget. Este
psicólogo y pedagogo opinaba que para que la gente
aprenda es preciso actuar sobre sus conocimientos previos.
Por ejemplo, si yo quiero que mi hijo comprenda lo que es
un mamífero, primero tendré que comprobar que sabe lo
que es un perro y saber cómo piensa para actuar en
consecuencia. Estos conceptos se integran mediante
organizadores previos que buscan la coherencia en nuestro
cerebro.
Esta teoría está muy centrada en la práctica. El aprendizaje
significativo contrasta con el aprendizaje de memoria
(retener largas listas sin discurrir) porque produce
conocimientos mucho más duraderos que se interiorizan
mejor. Con el tiempo los conceptos se van relacionando y
jerarquizando para ahorrarnos muchos pasos cada vez que
queramos hablar sobre un tema determinado o hacer cosas
como jugar al baloncesto.
4. Teoría del aprendizaje social de
Bandura
La teoría de Bandura hizo hincapié en el papel de las
variables sociales y unió la perspectiva conductista con la
cognitiva, enfoque que prioriza el estudio de los procesos
mentales. Afirma que casi todas nuestras conductas se
adquieren por observación e imitación.
Tenemos la última palabra a la hora de decidir cómo
queremos actuar, pero los modelos a los que estamos
expuestos nos influyen mucho. Por esto es tan importante
tener cuidado con la extrema violencia en los medios de
comunicación.
Los más pequeños pueden saber que no está bien pegar a
sus compañeros, pero si interiorizan la violencia de su serie
favorita es posible que mantengan conductas agresivas en
contextos y momentos diferentes. Es decir, si ven en la tele
que un problema se solucionó con un puñetazo, tal vez den
un empujón a un amigo la semana siguiente para conseguir
un juguete en la escuela.

Aplicar las teorías del


aprendizaje en la
educación
Frecuentemente, cuando nos hablan de aprendizaje
pensamos en los niños y los colegios. Este proceso influye
en todas las etapas de la vida, pero lo que aprendemos en
nuestra infancia y cómo lo hacemos nos marcará para
siempre. Es complicado encontrar un solo padre que no
desee descubrir las claves del aprendizaje para mejorar la
educación de sus hijos.
Vivimos en un entorno cambiante, estamos expuestos a
numerosos personajes y situaciones que abarcan desde lo
más rutinario hasta lo más excéntrico que podamos
imaginar. Los profesionales del futuro deberán ser capaces
de enfrentarse a una sociedad que se transforma cada día a
una velocidad mayor y estar a la altura.
Se debe encontrar una manera de educar a los miembros
de la próxima generación para que sepan desenvolverse en
un entorno cada vez más virtual y globalizado. En primer
lugar, hay que seguir investigando estas teorías y
proponiendo otras alternativas que se adapten a la
realidad. Esto nos permitirá avanzar y rediseñar las medidas
educativas que no permiten a la gente desarrollar su
máximo potencial.
Hacer descubrimientos en este campo es una tarea
ambiciosa y complicada. Pero sí podemos observar las
reacciones de nuestros hijos al combinar varios métodos de
enseñanza para ver qué se adapta mejor a ellos.
Por ejemplo, si queremos que nuestro pequeño aprenda a
hablar inglés podemos probar a que cante canciones en ese
idioma o a darle pequeñas recompensas en un juego por
cada acierto. Con un sistema de aprendizaje flexible que
contemple las necesidades particulares de cada persona se
puede alcanzar un extra de motivación que logre excelentes
resultados.
¿Cuál es la mejor teoría del
aprendizaje?
Es lógico que al encontrarnos con posturas tan diferentes
nos surjan dudas. ¿Por qué no se ponen de acuerdo?
¿Quién tiene razón? ¿Quién está equivocado? Para resolver
estas cuestiones podemos imaginar las teorías como si
fuesen personas. No hay dos iguales. Cada una contempla la
realidad desde su punto de vista particular.
Hay que recordar que estos modelos han sido ideados y
desarrollados por gente como nosotros, con sus diferentes
experiencias, puntos de vista, contextos, objetivos, etc.
De momento no se puede explicar completamente el
aprendizaje desde ninguna de ellas. Estas explicaciones van
surgiendo a medida que los profesionales hacen
descubrimientos o proponen nuevos rumbos y los debaten
entre ellos. Son modelos dinámicos que no podemos dar
por definitivos.

Consejos prácticos para


emplear las teorías del
aprendizaje en la vida
cotidiana
1. Observa los resultados del aprendizaje
Da igual si quieres mejorar tu aprendizaje o el de tus
conocidos. Por ejemplo, imagina que tu pareja quiere hacer
deporte, pero le cuesta adquirir hábitos saludables y es un
poco patosa. Podéis intentar buscar una hora en la que esté
relajada, ir estableciendo paralelismos entre sus actividades
favoritas y el nuevo deporte, señalar pequeñas metas,
etc. De esta forma veremos qué funciona y qué no.
2. No te preocupes si no funciona un
determinado método de aprendizaje
No olvidemos que no solo importa el resultado,
también podemos disfrutar del proceso de aprendizaje. Tal
vez el problema es que no has encontrado la mejor forma
de aprender. Es probable que, a medida que vayas
intentándolo y conociéndote, acabes encontrando la
estrategia óptima para tus objetivos.
3. No te obsesiones con las teorías
Estas explicaciones nos ayudan a establecer una buena
base teórica. Pero debemos recordar que cada persona es
distinta y que dependiendo de la situación igual necesita un
procedimiento u otro. El proceso que tiene lugar a la hora
de intentar eliminar una fobia no es el mismo que se lleva a
cabo para memorizar la lista de la compra.
4. Busca retos
El aprendizaje no es un proceso independiente, ya que está
intensamente relacionado con otros, como la memoria, la
atención o la motivación. Por mucho que deseemos
aprender algo y lo conectemos a las teorías, si no lo
intentamos de verdad no lo conseguiremos. Todos hemos
experimentado la diferencia que existe entre aprender solo
para el examen una asignatura que nos aburre y desear saber
más sobre un tema que nos apasiona, como todos los
resultados de nuestro equipo de toda la vida o las canciones
de nuestro grupo favorito.
5. Si algo va mal, busca ayuda
Si estás preocupado por ti o sospechas que alguno de tus
allegados tiene un problema especial con el aprendizaje, es
prioritario que busques la ayuda y el apoyo de un profesional.
Seguro que consigue ayudaros.
 
Muchas gracias por leer este artículo acerca de las Teorías
de aprendizaje. Si te ha gustado, o tienes alguna duda, deja
un comentario en el recuadro de abajo.

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