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b

LOGTCA,
SIGNTr"ICAf'O
Y OI\ITOLOG}IA
7

Lógica, significad, y ontología se ocupa dc il¡l¡rot'l:t ttlt'r:


ft,a,úlOra,yrerr
problemas conceptuales de lalógica actual «¡trc lr:rlritrr;rl
mente no son tratados en detalle ni en tcxt<¡s lr'r¡t,ir',,r; tri
eu obras sobre filosofía de la lógica. El ¿r.rrt,ol' lr:r((' rrrr F ILOSOF IA CO NTEM PO RAN EA
an¿ilisis sistemático de las nociones lógic¿t,s trriís l,;ir;ir';rrr
y, con base en los resultados obtenidos, «l«rf it'lrrl,' rlrr:r'
concepción de la lógica deductiva y examin¿r «:¡'íl,ir':¡ttt,'tt
te otros enfoques filosóficos sobre el tenra,.
Ocupa un lugar central en el libro el osl,t¡tli,,,l. l;r
noción de forma lógica. Esta noción es esotr«'i:t,l; r'rr l,,ir
minos de ella se definen habitualmentc {:ottt't'pl,or; t,;trt
irnportantes corno el de uerdad lógica v <:l <lt' t'tt (,tt(t
ntiento uálido. Los textos corrientes suclt:lt «l:tl irtr;1,¡t¡r
I
cioues, a veces muy precisas, para forma,liz,lt¡' r'l ltlt¡',¡¡;, ¡,'
orrlinario, pero sin eXaminar cuidadosa,ltlt't¡l,t' lr) (lrlr' ('ri
la forma lógica ni cuáles son los requisil,os l,r'rilir'(lri (lrr('
debe cumplir un enunciado formaliz¿r,tlt¡ l):r,t'it, i;('l rllr;r
adecuada traducción de un enunciado ('«r1,,«¡tti;rl, r,'r;itr
tratar tampoco los problemas relativos ir l;rs rlil'ir rrll:r
des y limitaciones de la formalizaci|n lógir';r rlcl l,'rt¡r,¡,,, ,,'
ordinario. Todas estas cuestiones recilltlt lttr:t (lr'l,'rri,l;r
a,tención en esta obra. También sc rliscrrt,r' r'¡t ,'ll;¡ ,'l
problema de la conexión entre la lógit:a .y l,,r; ('(¡rr( ('¡rlor,
intensit¡nales, la relación elltre vali<lttz lri1,¡,',' y t,'l('\',rrr
cia, y los presupuestos ontológicos «lt: l:rs lcolÍ;tr; lo¡',¡, ,'.
rurá,s corrientes.
El texto será de utilidad tanl,o l)at'¿r irrl,lr,,lrrrin;....rr
la, problemática de la filosofía «ltl l¿r, lri¡',ir',r r (lrrr() l):rr;r
complelnentar el estudio técnico <lc l:r l,i¡r,i,;r li,r rrt;tl t,,rt
ult aná,iisis conceptual de la,s ttor:itlt¡t's l,r'rit ir :r:; tttiliz.r,l;r:;
o presllpuesta,s ell ese estudio.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTóNOMA DE MÉXICO
18 lóclca DEDUCTTvA, RAZoNAMTENTo y vALrDEz PORTADORES DE VERDAD 19

(truth-bearers) en la terminología técnica inglesa), es decir, 2.i. Oraciones


la controversia acerca de cuáles son las entidides'de las que Los candidatos a portadores de verdad más favorecidos hasta
pueden predicarse expresiones como 'verdadero' y ,falsá,.a ahora en las discusiones filosóficas han sido las oraciones, las
Los problemas se conectan debido a que ciertos componentes afirmaciones)las proposiciones,,las creencias y los juicios (en
del razonamiento se clasifican usualmente como verda,ieros o terminología inglesa: sentences, statements, propotitions,'be-
falsos; se sigue, pues, eü€ si identificamos tales componentes li"ft y iudgmenüs, respectivamente). Los lógicos actuales sue-
con ciertas entidades (oraciones, por ejemplo), habremos asu- len pensar que, para la teoría lógica, la más apropiada de
mido automáticamente una posición en la polémica aludida estas alternativas es alguna de las tres prim".ur] pár 1o que
(dando al menos una respuesta parcial al pioblema). Es de- serán las únicas examinadas aquí.
seable que nuestra descripción estructural del razonamiento Comenzaremos por explicar sumariamente las diferencias
sea consistente con una actitud defendible en la polémica so- entre oraciones, afirmaciones y proposiciones.6 Las oraciones
Úre los portadores de verdad, y ésta es la razón por la cual son trozos de lenguaje. Se distingue entre oraciones-caso y
nos ocupamos del tema en esta sección. oraciones-tipo (en 1a terminología técnica inglesa, sentence-
tokens y sentence-typesrrespectivamente). Las oraciones-ca-
Llamaré 'predicados veritativos' a expresiones como ,es
so son entidades concretas, localizadas en determinadas co-
verdadero', 'es falso'y sinónimos de ellas, y daré el nombre
ordenadas espacio-temporales. Son, en todos los casos, €tr-
genérico de 'portadores de verdad' a los objetos a los que
tidades físicas, ya sea fenómenos físicos los sonidos
tales predicados puedan aplicarse. En esta sección nos oir- del lenguaje hablado- u objetos físicos-como manchas
paremos de la polémica arriba mencionada guiados por un -colrlo(Las pala-
sobre un papel en el caso del lenguaje escrito.
interés lógico: discutiremos qué entidades pueden ser verda- bras'fenómeno' y'sonido' tienen también cierta ur"uigiiádad.
deras o falsas, con el propósito de determinar qué objetos es un fenómeno puede ser un tipo de hecho, repetibiá en el
conveniente adoptar como portadores de verdad en la teoría espacio-tiempo empleamos la palabra cuando decimos
lógica,. En la subsección § 2.1 mencionaré diversas alterna- que dos químicos -asíde distintos países estudiaron un mismo
tivas y trataré con más detalle ciertos candidatos: la,s ora- ttfenómen6"-, o puede
ser un hecho particular, localizado
ciones. En la § 2.2 comentaré algunas objeciones contra la,s en determinadas coordenadas espacio-timporales. Al identi-
oraciones y algunos inteutos de reemplazarlas. En la,s 2.g ficar algunas oraciones-caso con fenó-..,á, físicos, emplea-
§
y § 2.4 analizaré diversas estrategias con las que se puede mos 'fenómeno' en el segundo de los sentidos descritás, y
defender a las oraciones, y en las tres subsecciánes siguien- hacemos 1o mismo con 'sonido'.) Si una persona escribe dos
tes desarrollaré detalladamente una propuesta teórica que las veces tllueve' en una hoja de papel, no ha escrito dos veces
favorece. La § 2.8 se ocupa de las últimas precisiones sobre
la posición que se adoptará en el libro acerca del problema Por ejemplo, Mates en Elementary Logic, strawson cn Introduction
-5
to Logical
tratado en esta sección. rheory y church en Introducüán b Mathen-tatical Logic, l,
prefieren las oraciones, las afirmaciones y las proposicion"., .""¡r"".t,iur,.-
mente.
=
4n.
siguiendo una idea clásica de Ramsey, un artículo reciente (Gro- "senten.ces, statements and propositions,, de L. .]. f,r:rr,rrr.rrr
.y
ver, camp y Belnap, "A Prosentential rheory of rruth,,) defienáe la "Propositions" de Cartwright, son dos irtículos ya cl ¿isicos,¡ ,,,, .r,,,,-
tesis de que las oraciones de la forma 'x es verdadero, y otías similares, pan precisamente de esta tarea. En ambos se realiza u. <l.r,alia«lo".,y fi¡¡<r
son susceptibles de un análisis en que 'es verdadero, no se comporta como y son muy al)ropi:r<los l)¿Lra anrl)li;rr t:l srr<:i¡1,<¡ l,r;l-
anál-isis conce¡rtttal,
un predicado. Pero el artÍculo no muestra que siempre sean eliminables ta.lnicnto que hago e¡l el tr-'xto rlc las afi rni¿r«;iorrcs'y l:rs
r,¡.<¡rr«rsi<.i,,lr<,s
pre«licaciones como las aludidas, y eso jusiifica qrá ," siga planteando (rcspc«:t,rl «le Ias ora.ciott«rs, <¡trc corrsl,il,rr.yclr r¡ri i¡rlcris
¡,rirr,'i¡,;rl t:lr r,.,1;r
cl problr:nra <le que me ocupo en esta sección. rr:srrlt;r nr;í.s <l«rt,;r.l l;r<l'rrri ¡rr.¡ri«r tr;rl,¡u¡ri<.rrl,r)
sr:<;<:irin,
,ll | ( ),;l('i\ l)1,)l)UCTIVA, RAZONAMIENTO Y VALIDEZ PORTADORES DE VERDAD 2L

1,, ,r..tttrl ()r'l(:ión-caso; ha escrito dos oraciones-caso distin- son la misma oración-caso. pero el lector puede pensar que
t,t .\l rlr.t'ir que son distintas, no queremos negar el pare- tal terminología no le permite expresar un hechó intuitiva-
r rrl, r'r¡l,r'r: crllas; son distintas en el sentido de que no son el mente aceptable: que, en algún sentido, (3) es verdadero. Los
ttit ;ttt() objeto. Aceptamos usualmente que un objeto fisico no lógicos y los lingüistas están dispuestos'a'conceder esta ob-
servación y disponen de un concepto con cuya ayuda puede
¡,rr,.tlc cstar en dos lugares distintos al mismo tiempo; como
l;rs oraciones-caso escritas son objetos físicos, si encontramos formularse una interpretación que verific" (á): li ,ro.üo de
rnr¿r de ellas en la parte superior de una hoja de papel y la oración-tipo. Antes de explicarla, veamos .rráÍ .r la intuición
ol;ra en la parte inferior, no pueden ser la misma. De manera que subyace a la idea de que (3) puede ser verdadera en algún
sirnilar, si alguien pronuncia dos veces seguidas 'llueve', cada sentido.
l)ronunciación dará lugar a ulla oración-caso diferente. Am- Al mirar nuestros ejemplos (t) v (2), el lector puede repa-
bos sonidos serán sin duda similares; pero considerados como rar en que ambas oraciones-caso ttcomparten, cierta forma
fenónrenos físicos (ver paréntesis anterior) no son el mismo, gráfica. si el lector usa '(1)' como nombre de la forma que
porque sus límites temporales difieren. tiene nuestro primer ejemplo (no como nombre de la oraciSn-
A esta altura de mis explicaciones, el lector puede sentir caso con esa forma) y procede de manera similar con ,(2),,
cierta incomodidad teórica. Consideremos, por ejemplo, las puede afirmar con verdad que (1) : (2) (porque la forá"
gráfica de los ejemplos es la *itmo y ér ''ta
clos oraciones-caso que aparecen a continuación en la hoja de fárma lo que
papel que el lector está uiendo y qr\zá tocando: ahora es nombrado por '(1)'o '(2)'). si a,ilemá, d. ,rru,, ,ú),
y '(2)' de esa manera, el lector entiende 'oración' no .o*"o
(1) trstá lloviendo 'oración-caso', sino como un término genérico que designa
(2) Está lloviendo formas oracionales (más que oraciones físicas .or, fo.-
habrá encontrado una interpretación de las "ru,
expresiones
El lector puede usar '(1)' y '(2)' como nombres de las Tar.),
d" (l) en la que (3) es verdaderá. Para, evitar confusiones,
oraciones-caso en cuestión ('(1)' y '(2)'denotarán, entonces, emplearemos la expresión 'oración-tipo'para referirnos a esas
objetos con los cuales el lector está en contacto y que qrizá formas oracionales descritas en esta interpretación.
nunca serán vistos por el autor de este libro). Tal como usa-
mos técnicamente la noción de oración-caso, (t) V (2) son,
una oración-tipo es una forma gráfica abstracta, algo así
como un arquetipo o modelo ideal del cual distintas oiacio-
pues, dos acumulaciones de partículas de tinta fijadas so-
nes-caso pueden ser ttcopias" o ttejempros". siendo algo abs-
bre un trozo de papel cercano al lector, son objetos físicos
tracto, la oración-tipo carece de coordenadas espacio-Iempo-
diferentes, ubicados en lugares diferentes y no pueden consi-
rales; puede tener casos o ejemplos (oraciones-caso con esa
derarse la mism¿ oración-caso. Pero en este punto el lector
forma) que sí tienen coordenadai espacio-temporales. pero la
puede sentirse tentado a rebelarse contra esta manera de
existencia de una oración-tipo no depende de la existencia de
presentar las cosas, puede "sentir" que tal vez (1) y (2) son
casos de la misma; tal como la noción es usada por lógicos y
distintos objetos físicos, pero que en algún sentido es cierto
que:
lingüistas, puede ocurrir que haya oraciones-tipá no .¡""*pli-
ficad¿s en el espacio-tiempo (los lingüistas piensan qré, didu
(3) (t) V (2) son \a misma oración. una lengua natural como el español, riu*pre hay áru.ior",
,ile la misma que nunca serán escritas a lo iargo áel
El aserto (3) no es verdadero si '(1)' y '(2)'se entienden espacio-
tiempo; tales oraciones se conciben como ora-ciones-tipo no
como explicamos al comienzo del párrafo anterior y 'oración'
ejemplificadas).
se emplea como 'oración-caso'. Ocurre sencillamente que, de
acuerdo con el uso de nuestra terminología, (t) con la terminología técnica recién acuñada, huy dos ma-
V Q) no
22 r,ócrcr DEDUCTIvA, RAZoNAMIENTo y VALIDEZ PORTADORES DE VERDAD 23

neras de afirmar lo que se decía en (3) en la interpretación cuando es necesario; pero por peculiaridades de las relaciones
intuitiva que le dimos dos párrafos atrás. Empleando '(1)' y de semejanzal siempre sobrevivirá un margen de vaguedad.
'(2)' como nombres de oraciones-tipo (y ,ro como nombres Es posible hacer consideraciones totalmente paralelas a
de oraciones-caso, nuestro primer uso) podemos decir sim- las precedentes respecto de las oraciones-caso del lenguaje
plemente: oral. Dos emisiones verbales pueden ser muy semejantes fí-
sicamente y ser con'sideradas por ello ejemplos de un mismo
(3') (t) V (2) son la misma oración-tipo. esquema sonoro abstracto, que constituirá una oración-tipo
Empleando '( 1)' y '(2)' como lo hicimos originalmente del lenguaje oral susceptible de ser ejemplificada por distin-
(como nombres de objetos físicos), (3') sería falsa; pero con tos sonidos concretos, que serán oraciones-caso verbales.
esa interpretación física d. '(1)' y '(2)' también se puede ex- En un nivel de abstracción mayor que el adoptado hasta
presar la intuición que deseamos transmitir diciendo: el momento, puede considerarse que las oraciones-caso escri-
(3") (t) tas que ejemplifican 'llueve' y las oraciones-caso sonoras que
V_(Z) son casos, o ejemplos, de la misma oración-
tipo.' resultan de leer esa expresión en español, son, todas ellas,
ejemplos de una misma oración-tipo. Pero si usamos así la
Una lectura atenta de los últimos párrafos muestra eü€, noción de oración-tipo surgen complicaciones extrañas. En
cuando afirmamos algo sobre oraciones, la verdad de lo que primer lugar, que dos oraciones-caso sean del mismo tipo no
decimos depende a menudo de que nos estemos refiriendo a se puede fundamentar sólo con base en similitudes físicas (la
oraciones caso o tipo. Es conveniente hacer notar que cuando asociación de oraciones-CaSo escritas Con oraciones-caso So-
se construyen nombres de oraciones mediante comillas, tales noras se basa más bien en convenciones sobre la manera de
nombres se refieren a oraciones-tipo, no caso. anotar sonidos); en segundo lugar, queda más desdibujada
Según el análisis usual, para que dos oraciones-caso del la (algo misteriosa) noción de oración-tipo, que ya no puede
lenguaje escrito ejemplifiquen la misma oración-tipo, no se ser ni una forma abstracta ni un esquema sonoro (al tener
requiere que haya entre ellas similitudes semánticas, sino tanto ejemplos escritos como acústicos). Habitualmente se
gráficas: ejemplos de 'está lloviendo' e 'it is raining' no son pasan por alto estas complicaciones porque en muchos tex-
del mismo tipo; (t) V (2) lo son, debido a su total similitud tos de lógica o filosofía de la lógica se olvida considerar la
física. Habitualmente, el grado de similitud requerido se deja noción de oración-tipo con ejemplos en el lenguaje escrito
en una cómoda vaguedad; (t) y (2) son, con toda seguridad, y oral.8 En este libro evitaremos las dos dificultades men-
del mismo tipo, pero usualmente no se aclara si un ejem- cionadas mediante el expediente de no usar un concepto tan
plo de 'llueve' impreso con letras del tipo llamado óptima amplio de oración-tipo. Supondrerlos que hay do.s oraciones-
cursiua y otro ejemplo en cuya impresión se usaron letras tipo distintas, una ejemplificada por la,s lecturas orales, en
óptima bold son suficientemente similares para ser conside- español, de 'llueve', la otra ejernplificada por las inscripcio-
rados casos de un mismo modelo abstracto. Naturalmente, la nes de tal expresión. La relación ser del mismo tipo se podrá
relación de semejanza requerida puede precisarse mucho más construir, pues, usando fundamentalmente consideraciones
7 Usando la noción d,e identidad relatiua se puede dar una interpre- de semej a\za física. Digo "usando fundamentalmente" por-
que si la relación se entiende de manera muy flexible, es inevi-
tación de (3) que la verilica, sin necesidad de postular entidades abstrac-
tas; pero para expresar otras afirmaciones de la lógica y la lingüística
contemporáneas parece ineludible usar el concepto de oración-tipo; por
8 Por ejemplo, en la primera versión de esta sección. Mark Platts
esta razón seguiremos usando esta terminología en nuestros análisis con- me hizo notar la omisión. Una interesante excepción al descuido usual
ceptuales. (Sobre identidad relativa, pueden consultarse "Identity" y respecto de este problema es el tratamiento que hace Reichenbach de él
"Identity -A Reply", de Geach.) (Elements of Symbolic Logic, pp. 4, 5 y 1a).
24 ¡,óclce DEDUCTIvA, RAzoNAMIENTo y vALrDEz
PORTADORES DE VERDAD 25

table apelar, en algún grado, a factores convencionales (pot


ejemplo, si se consideran del mismo tipo una oración está sobre la alfombra', la inscripción en tiza puede durar 1o
con letras minúsculas y otra con letras mayúsculas, las"r.iitu,
suficiente como para que el gato en cuestión cambie varias
consi-
veces de posturas y lugares, haciendo la oración-caso verda-
deraciones de semejanza deben complementarse con un apa-
reamiento convencional de letras minúsculas y mayúsculas dera a ratos y a ratos falsa. En segundo lugar, las oraciones
pa,ra fundamentar la pertenencia al mismo tipo). Salvo acla- no siempre tienen un valor de verdad. Además de oraciones
ración en contrario, nos referiremos siempre ai lenguaje es- declarativas, hay oraciones imperativas, interrogativas, etc.
crito, tanto al hablar de casos como de tipos. Aun si reaccionarnos rápidamente tomando en consideración
La distinción caso-tipo se puede extender de manera ob- para la teoría lógica sólo las oraciones declarativas, nos en-
via a expresiones que no constituyen oraciones, y así lo ha- contramos con problemas en algunos casos. Un profesor de
remos a lo largo de este libro, hablando en ocasiones de gramática puede escribir sobre el pizarrón, a guisa de ejem-
razonarnientos-caso, razonamientos-tipo, etc. plo, la oración 'Juan está enfermo', sin haber dado indicación
A 1o largo de esta subsección no he dado una definición alguna pensado siquiera- de a qué Juan desea referirse.
-ni
Es natural considerar que una oración-caso así usada carece
formal rigurosa de 'oración-tipo'; me he limitado a explica-
ciones intuitivas semejantes a las de los textos elementales, de valor de verdad. Si en el ejemplo reemplazamos 'Juan'por
porque eso bastará para nuestros propósitos. Con ayuda de una combinación de un nombre y un apellido que nunca fue
la teoría de conjuntos se puede proporcionar una caracte- usada, ni se usará, para nombrar a un ser humano, podría
rización más precisa. Quine (Word and Object, pp. 194-5) pensarse que ahora la oración-tipo correspondiente carece de
hace lna- ingeniosa construcción formal del concépto ('sen'- valor de verdad.
tence'es la terminología que usa para las oraciones-tipo) qr" Vemos, pues, que se han hecho dos cargos contra las ora-
evita problemas de otras definiciones (en el caso de oraciones- ciones: a veces mudan de valor de verdad, Y a veces carecen
tipo no ejemplilicadas) y es perfectamente compatible con de él en absoluto. Antes de defenderlas diremos algo acerca
las consideraciones informales hechas en esta subsección. La de las afirmaciones y las proposiciones.
construcción se puede generalizar fácilmente para todo tipo Strawson fue quien introdujo con más vigor el tema de
de expresiones, ya que no se apüca sólo a oraciones. las afirmaciones (statemenús) en conexión con la polémica
sobre los portadores de verdad. En su artículo "Sobre el re-
ferir"e distingue entre oración y uso de una oración. Emplea
2.2. Objeciones a las oraciones. Algunos cand,id,atos toración' (*,í, exactamente,
alternatiuos 'sentence') con el sentido que
damos aquí a 'oración-tipo'. La noción de u.so se introduce
Hay dos razones por las que se ha negado que las oracio- mediante ejemplos. Si dos personas emiten la oración 'El rey
nes puedan ser auténticos portadores de verdad. trn primer de Francia es calvo' durante el reinado de Luis XIV, ambas
lugar, son mudables. Si asignamos valores de verdad a las lo han hecho para referirse a la misnla persona. Strawson
oraciones, pareciera que la misma oración es a veces verda- dice entonces qre han hecho el mismo uso de la oración. Uso
dera y a veces falsa, según el contexto. Por ejemplo, 'el actual no es, pues, lo mismo q:ue emisión, porque las personas hicie-
rey de Francia es calvo' podría ser verdadera en cierta época ron emisiones diferentes. Si, en cambio, una persona emite
y falsa en otra, de acuerdo con el aspecto de la cabezi a"t la oración durante el reinado de Luis XIV y otra durante
rey en turno. Planteada así, la objeción está claramente diri-
gida contra las oraciones-tipo. Pero Ziff hace notar (Semantic 9 B, .orrreniente consultar también dos artículos de Strawson pos-
Analysi,s, p. 119) que la misma dificultad se puede plantear teriores aI mencionado en el texto, porque contienen algunas modifica-
con oraciones-caso. Si escribimos sobre un pizarrón 'el gato ciones y ampliaciones interesantes de sus puntos de vista. Son "A Reply
to Mr. Seilars" y "Identifying Reference and Truth-Values'.
26 r,óctct DEDUCTI'A, RAZ.NAMIENT. y
'ALIDEZ PORTADORES DE VERDAD 27
el reinado de Luis Xv, se dice que han hecho usos d,istintos
de la misma oración. En las eiplicaciones de strawson no de acuerdo con el contexto, sino más bien que la verdad y
resulta del todo claro qué cosa es un uso, pero sí está per- la falsedad ttson características de un uso de una oración,,
fectamente claro que si dos personas usan la misma oru.ióo (op. cit., p. 65, subrayado suyo). Esto no significa que todo
(lor ejemplo, 'El rey de Frincia es calvo') para hablar de uso de una oración sea verdadero o falso; po. ejemplo, si
dos entidades diferentes (determinadas por'lás contextos en emito 'El rey de Francia es calvo' con la intención de hacer
que la oración es emitida en ambos casos), han hech o usos una afirmación en estos momentos, no habré hecho una afir-
diferente.s de tal oración. Éste es el rasgo al ta noción de uso mación verdadera o falsa, porque no existe un rey de Fran-
que resultará pertinente para nuestro ánálisis. cia que pueda veriflcarla o "falsificarla". pero en circuns-
Hay distintos tipos de usos de las oraciones. por ejemplo, tancias apropiadas puedo usar una oración para hacer una
puedo usar la oración 'EI rey de Francia es calvo, pár, dr. afirmación verdadera o falsa. La afirmación no .r la oración
un ejemplo gramatical; pero también puedo usarla para ha- sino algo que hacemos mediante ella (a,sí como la acción dl
cer una afirmació" ( to malee a statement). En esté último martillar'no es ei rnartillo, sino algo que hacemos mediante
caso, la oración es usada para decir algo dó cierta persona, y él). Y son las afirmaciones las que tienen valores de verdad,
cuál sea esa persona no está determinido sólo poriu oru.iór, no las oraciones. En sí rnisma, la oración 'El rey de Francia
utilizada, sino también por rasgos del contexto en que es es calvo' no habla de ningún rey en particular, no se hace
emitida (si- hago una afirmación usando ,El rey de Fiancia referencia en ella a una persona cuyas propiedades puedan
es calvo', el momento de la emisión hará claro áuál es el rey determinar un valor de verdad de la oración (recuérdlse que
al que deseo referirme; exactamente la misma oración puedl eractantente la misqta orctción,'El rey de Francia es calvo,,
ser utilizada en otro momento para hacer referencia a otro se puede usar para hacer referencia a reyes distintos según el
rey).10 La afirmación es, pues, un tipo de uso (y ,ro.t ,i"i.o; contexto). Sólo en un uso de la oración err algún conteito se
que puedo hacer de una oración. Es importanie para nues- hará referencia a un determinado rey. En condiciones apro-
tros propósitos que la afirmación sea ,o ,rro, poiqrr", dado piadas, puedo usar Ia oración para hacer una afirmación en la
lo que aclaramos antes sobre la noción d,e mi,sm, oro, se si- que se hace referencia a una entidad en particular cuyas pro-
gue que si dos personas usan una misma oración para hacer piedades determinarán un valor de verdad de Ia afiim.iióo
afirmaciones sobre personas diferentes, las afirmaciorr., qr" hecha.
han hecho serán diferentes. Las afirmaciones no mudan de valor de verdad en la forrna
Strawson no formula la objeción contra las oraciones como en que las oraciones lo hacían en mi propia descripción del
yo lo hice al principio de esta subsección: no dice que la problema, algunos párrafos más arriba. En mi ejémplo, la
misma oración puede ser a veces verdadera y a u..", falsa oración presentaba valores de verdad diferentes en diférentes
10 Er, realidad,
contextos, porque en tales contextos cambiaba la referencia
el momento de la emisión no es el único rasgo del con- ,de alguna expresión clave. A las afir.maciones no les puede
texto que hace claro cuáI es el objeto al que cleseamos hacer"referencia
cuando utilizamos una oración como 'El iey de Francia es calvo,. una pasar lo mismo, por la sencilla razón de que cuando en dos
oració.-tipo no es un significado, sino ,, afirmaciones se hace referencia a cosas dislinta,s, ya no esta-
sonoro o una forma
""qr"-aen distintos contextos
gráfica, que puede asociarse con distintos sentidos mos ante la mism¿ afirmación.
(cabe incluso la posibilidad de que un mismo esquema sonoro o gráfico El enfoque defendido por strawson en "sobre el referir,,
pertenezca a distintos lenguajes con distintos significados).
ot.o""fa.to_ presenta algunas oscuridades conectadas con las nociones de
res contextuales distintos del momento de la emisión (poí ejemplo, que
ésta se produzca dentro de un grupo de hispanohablanier¡ .o"t.iu"j"" uso y afirmacidn. Sin embargo, es de esperar que las explica-
a fijar la referencia. cioncs prccedentes clen una idea de por qué considera él qo.
l:r,s ¡rfirr¡r¿r«:ionr-.s son las <lcpositaria,s de va,lores dc verdacl, y
28 r,óctca DEDUCTIvA, RAzoNAMIENTo y VALIDEZ PORTADORES DE VERDAD 29

de por qué no resultan tan mudables en materia de valores últimos candidatos presentan un inconveniente más bien se-
veritativos. rio: simplemente no existen (Elementary Logic, p. 10). No
En la jerga lógica se llama 'proposición' al significado de defenderé a las oraciones en esta línea, primero porque no
una oración declarativa, entendido como una entidad abs- sabría cómo probar la inexistencia aducida, segundo porque
tracta. También se dice que una oración erpresa la propo- me perturba ver la frecuencia con que teorías matemáticas y
sición que constituye su significado. Así, la oración española científicas aparentemente muy exitosas se ocupan de entida-
'Está lloviendo' expresa la misma proposición que ia oración des de dudoso status, y... , bueno, debo confesar una tercera
inglesa'It is raining'; similarmente, se dice a veces que las dos razón: tampoco está muy clara la cuestión de la existencia
oraciones españolas tJuan ama a María' y 'María es amada de las oraciones-tipo. Mi defensa será distinta. Adoptando
por Juan' expresan la misma proposición. También las pro' cierta tolerancia ontológica con los distintos candidatos, tra-
posiciones han sido consideradas más estables que las oracio- taré de mostrar que las oraciones pueden superar los incon-
nes en materia de valores de verdad. Como en ia estrategia uenientes que se les achacan y resultar portadores de ver-
strawsoniana para afirmaciones, también aquí puede decirse dad muy adecuados para la teoría lógica (y ,ro insinuaré que
que cuando una oración cambia de valor de verdad según son los únicos depositarios de valores de verdad, o los más
el contexto, no ocurre que alguna proposición se altere de brísicos).
la misma manera, sino más bien que /o oración en cuestión Dos párrafos del Philosophy of Logics rle susan Haack
enpresa proposiciones diferentes en los contertos diferentes. (p. 8o) muestran con claridad cuál es la relevancia real que
Para que esta solución sea viable, debe describirse el signi- tienen los inconvenientes antes descritos. En primer lugar,
ficado de una oración de manera que el contexto influya en dice la autora, el hecho de que las oraciones muden de va-
su determinación. Esto no es del todo tácil, porque, como el lor de verdad, o de que algunas de ellas carezcan de é1, no
mismo Strawson observa, puede considerarse una noción de es óbice para que se les pueda atribuir verdad o falsedad
significado que se mantenga constante a través de las distin- (al menos a mucha,s de ellas). Después de todo, podemos
tas emisiones de una misma oración-tipo (ver "Sobre el re- atribuir predicados de color a una puerta, aunque su color
ferir", pp. 65-6). Sin embargo, podría qtlzá describirse otra puede cambiar; y del hecho de que algunos cristales no ten-
noción de significado, relevante para definir proposición, y gan color no se sigue que otros cristales no puedan tenerlo.
tal que el significado de una oración, en este otro sentido, Pero, agrega Susan }Iaack, si bien los argumentos basados
fuera una función de la oración-tipo y el contexto conjunta- en los inconvenientes aludidos no muestran que las oraciones
mente (las condiciones de verdad de una oración-caso descri- no puedan ser verdaderas o falsas, tales argumentos sugieren
tas apropiadamente, podrían cumplir esta función). Y en ese que hay dos desid,eraúa que se han mantenido respecto de
caso, habríamos encontrado otros candidatos para reempla-
los ítemes que puedan escogerse como portadores de verdad:
zar a las oraciones proposiciones-, nuevamente más
-las
estables que ellas en materia de valor de verdad.
(i) que tales ítemes no deben mudar de valor de verdad, y
(ii) que todos los ítemes de la clase elegida deben tenerlo.
2.3. Dos estrategias en defensa de las oraciones Creo que estas observaciones permiten ubicar las dificulta-
des. La mudabilidad en valor de verdad, o su carencia ocasio-
Cuando un partidario de las oraciones se encuentra a esta al- nal, no implican que las oraciones no puedan ser portadoras
tura de la discusión de haber presentado los princi- de verdad; pero sí implican que no pueden ser portadoras
-después
pales candidatos a portadores de verdad-, su próximo paso de vcrdad adecuadas, si se piensa que los candidatos ade-
suele ser un drástico rechazo de afirmaciones y proposiciones cua:l,o,s
_para
(o ritiles en) la teoría lógica deben satisfacer (i)
por motivos ontológicos. Mates, por ejemplo, dice que estos I .y (¡i). [']sl,ir, [r¡cra rlc «lrrcla, r¡ue los l«igicos clá,sicos a,clopl,a,-
PORTADORES DE VERDAD 31
30 lóclc¡. DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo Y VALIDEZ
Puede ocurrir que una oración-tipo perter.ezca a dos lengua-
ron los d,esid,eraúa mencionados, y seguramente por ello las jes diferentes, y que describa bien cierta situación (que sea
dificultades de la mudabilidad o carencia de valor verita- verdadera para ella) de acuerdo con las convenciones de uno
tivo fueron consideradas importantes. No discutiré aquí li lu de los lenguajes y no bajo las reglas del otro. Como la si-
teoría lógica necesita realmánte adoptar los desiderafa (i) -y tuación no es necesariamente el contexto de emisión, eiegir
(ii) (en áuchas lógicas divergentes se abandona alguno de una situación no determina el lenguaje dentro del cual se con-
simplemente intentaré mostrar que las oraciones -en siderará una oración dada. Se sigue entonces eu€, aun mante-
"ttot);
rigoi'una subclase de ellas convenientemente elegida- pue- niendo constante el par de una oraciólt y una situación, puede
den satisfacer ambos requisitos. haber mudabilidad veritativa cuando se consideran lengua-
Se ha intentado salvar de varias maneras el problema de jes diferentes porque, dada una oración y una situación, eüe
la mudabilidad. Un recurso es declarar que el valor de ver- la primera describa bien a la segunda depende no sólo de
dad no se atribuye a una oración de rnodo absoluto, sino cómo es la situación, sino también del significado clue se le
en relación con un contexto de emisión determinado (ver, asignó a la oración, el cual podría cambiar de lenguaje a len-
por ejemplo, Lernmon, op. cit., p. 91). lln cierto sentido, guaje. trl problema se puede enfrentar estipulando que los
iu próprrésta elimina la mudabilidad: dada una oración y predicados veritativos se aplican realmente a ternas forma-
,rrrá au sus contextos, el valor de verdad será constante para das por una oración, una situación y un lenguaje. Aun tisí,
esos parámetros. Una solución similar hacia Ia que se han se podría presentar un problema adicional, porque delttro
inclinado recientemente varios lógicos, es asignar valores de de un lenguaje determinado una oración puede tener rnás
verdad a las oraciones en situaciones dadas; la situación "is de un significado, ser ambigua y, nuevamente, podría ries-
not necessarily the 'contett of utterance'-0,. sentence can be cribir bien una situación dada cuando es usada con uno dc
true in situations where it is neuer uttered".11 Una situación sus significados y no cuando se la ernplea con el otro (po,
no es, pues, 1o mismo que un contexto de emisión, sino algo razones similares a las aducidas en el caso de la pertenencia
objetivo que una oración describe bien o no (es verdad'era o a distintos lenguajes, se podría defender la idea de que esta
no para eia situación). Podemos sintetizar así estas dos pro- dificultad no se presenta en la solución basada en contextos).
puestas: 'verdadero' y 'falso' no se aplicarán directamente a Este problema adiciona,l se puede enfrentar complicando una
Lraciones, sino más bien a pares ordenados (p,A),.donde p vez rnás los objetos a los que se aplican los predicarlos veri-
es una oración y ,4 un contexto de emisión, o una situación, tativos y suponiendo que son secuencias de cuatro elemcntos
de acuerdo con la primera o segunda propuesta' respectiva- y no de tres; el cuarto sería un significado oracional. IJste
mente. IJn par oráenado dado tendrá un valor de verdad camino tiene dos iiiconvenienres. Primero, los predicados ve-
constante. ritativos adquieren rnucha complejidad; segunclo, la solución
Creo que la estrategia anterior, en sus dos variedades, per- apela a entidadcs cuyo uso estábamos tratando de evitar:
mite resiatar, en priñcipio, a las oraciones-tipo de sus difi- las proposiciones (porque el significado de una cración era
cultades con la *rdubitidad. Con todo, para que la solución precisamente una proposición, cuando se le trataba como un
sea exacta, debe complicarse admitiendo una dependencia
elemento o una entidad). Debido a estas dificultades, consi-
adicional respecto de un lenguaje dado. Esto no es necesa-
dero eü€, si se defiende a las oraciones rne<iiante la estrategia
rio, quizás, en el caso de la primera propuesta, porque puede
de relativizar los predicados veritativos, es más conveniente
aducirse que el contexto de emisión determina cuál es el len-
qo" se intenta usar una oración dada. Pero la so- usar contextos que situaciones.
guaje
"n
l"u.ián basida en las situaciones enfrenta aquí una dificultad' Supondré en lo que sigue que la solución contextualista es
viablc, a,unque al fina,l de la § 2.5 haré notar que debe ser
11 Wilfrid llodges, "Elementary Predicate Logic", p' 5'
32 r,óctc¡, DEDUCTIvA, RAzoNAMIENTo y vALIDEz PORTADORES DE VERDAD oo
.).)

refinada en algunos aspectos, y aduciré que es más venta- para asignarles verdad y falsedad a las afirmaciones y no a
josa otra solución similar. A continuación analizaremos otro las oraciones, al menos en algunos ejemplos. En efecto, no
enfoque en el que se apela, nuevamente, a oraciones-tipo. se puede decir de (a) que su emisión en algunos contextos
La estrategia que estudiaremos ahora tiene también dos normales daría lugar a afirmaciones falsas, en tanto que en
variantes, y se diferencia de los enfoques recién analizados otros produciría afirmaciones verdaderas, como ocurriría en
en que en ella se procura no relativizar los predicados veri- el ejemplo con que ilustramos las ideas de Strawson. Hay una
tativos. Para lograr este objetivo, se debe conseguir que el asociación más firme entre (+) V un valor de verdad determi-
valor de verdad de una oración no dependa de los contextos nado. Un strawsoniano fanático podría aducir eü€, de todas
en los que puede ser emitida. Tal dependencia se atribuye maneras, el valor de verdad se aplica a la afirmación hecha
habitualmente al efecto producido por palabras como 'yo', mediant" (4) y no (4). Pero esto resulta más convincente
'aquí', 'ahora', 'esto'y las inflexiones verbales en tiempo pre-
" no da lugar a afirmaciones diferentes
en el ejemplo (3). (4)
sente, cuando son usadas para referirse a algo que ocurre en según el contexto en que es emitida,, al menos en contextos
el momento de la emisión (por ejemplo, el 'llueve' de 'En este normales (recuérdese el criterio de identidad de Strawson
momento llueve al norte de México', pero no el 'es' de 'La para usos y afirmaciones). Entonces es innegable que, aun-
ballena es un mamífero'). Estas expresiones suelen llamarse que sólo sea de manera derivacla, poclemos asignar un valor
egocéntricas; el lector puede constatar que cuando se usan, la de verdad determinado u (4). Para, ello basta introducir una
referencia de las mismas sólo puede determinarse con ayuda convención como la siguiente (Mat es) op. cit., p. 3): " A sen-
del contexto. No basta conocer el significado que tienen en tence is true if and only if the statement that ordinarily would
el lenguaje al que pertenecen para determinar tal referencia: be made by using it is true". Obviamente, esta convención
hay que saber también quién las pronunció, o en qué mo- permite asignar un valor de verdad unívoco a una oración-
mento, etc. De esto se sigue que si se hace una afirmación (en tipo dada, sólo si ordinariamente se pudiera formular una
el sentido de Strawson) mediante una oración con expresio- sola afirmación (statemenú) mediante ella.12 La convención
nes egocéntricas, el contexto debe conocerse pa,ra determinar le da un valor veritativo a (4), pero no a (3), y tampoco a
qué afirmación se hizo. Compa,remos tras oraciones: 'El rey de Francia es calvo'. Si el lector analiza los ejemplos,
puede advertir que la diferencia entre aquellos a los que puede
(3) trstá lloviendo aplicarse la convención y aquellos a los que no es aplicable,
(4) En la intersección de las avenidas Insurgentes y Re- consiste en que los prirneros carecen de palabras cgocéntricas
forma, de la ciudad de México, llueve a las 2 p.m. del (recuérdese que las inflexioncs verbales en tiempo presente
3 de abril de 1984. diferencia del 'llueve' intemporal de (a)- son expresio-
-a
nes egocéntricas, que determinan la referencia a un momento
Para la comparación, se debe suponer que el 'llueve' de (a)
del tiempo sólo con ayuda del contexto de emisión). Esto su-
no significa lo mismo que 'Llueve ahora', sino que se emplea
giere una solución al problema de la mudabilidad veritativa
en algún sentido intemporal. Se puede observar que el valor
de las oraciones y el inconveniente que esto trae a la lógica.
de verdad que pueda tener una afirmación hecha mediante
Consiste, simplemente, en que esta disciplina se ocupe sólo
una emisión de (3) depende en parte de cuándo y dónde se
de oraciones que carezcan cle erpresiones egocéntricas y am-
hace la emisión. Tal dependencia no se da en el caso de (a);
si se emite (a) con la intención de afirmar algo, el momento y 12 Ésta es sólo una condición necesaria tle la eficacia «le la convención
lugar de la emisión no influyen sobre el valor de verdad de la en asignar un valor de verdad unívoco. Otra condición necesaria es que
afirmación (al menos en contextos normales en que se usa el la afirmación que nortnalrnente se puede hacer metliante la oración no
español). Pero entonces desaparece una de las motivaciones car(:z(;¿r «lc v:rlr¡r clc vcrclad ¡ror fallas dc refcrcncia.
34 lóctca DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo y vALTDEZ
PORTADORES DE VERDAD 35
bigüedad (esta sugerencia es hecha por Matesl op. cit.,, cap.I,
guna de las dos variantes de la estrategia "antiegocentrista"
secc. 4). Las oraciones de este tipo no cambian de valor de
suministra una solución viable de la dificultad conectada con
verdad según el contexto (y aun si el valor veritativo se apii-
eL desideratum (i).
cara primariamente a afirmaciones, convenciones como la de
Mates antes citada permiten transferir tal valor a la oración
misma, si cumple con las condiciones descritas, ya que err tal 2.4. una tercera estrategia en defensa de ras oraciones
caso las condiciones garantizan que en todo contexto normal
la oración servirá para hacer la misma afirmación). Pero hay Hemos visto dos estrategias para resolver el problema de
una dificultad básica y esencial en este enfoque: restringir la la mudabilidad veritativa de las oraciones. En una de ellas
lógica a oraciones como las descritas supone una mutilación se tiende a relativizar el predicado 'verdadero' y en la otra
inadmisible. Lo que ocurre, sencillamente, es que la inmensa a eliminar de alguna manera las expresiones egocéntricas.
mayoría de las oraciones del lenguaje ordinario no satisfacen En ambos enfoques (cada uno con dos variantes) se apela
las condiciones requeridas. a oraciones-tipo. Pero también existe otra opción que aún
Una variante de la solución anterior consiste en permitir no hemos examinado: las oraciones-caso. En 1o que sigue
que la lógica se ocupe de oraciones cua,lesquiera, pero esta- trataré de mostrar que elegirlas como portadoras de verdad
bleciendo que en el curso del análisis lógico toda oración debe permite resolver de manera simple y clara la cuestión de la
traducirse a alguna que cumpla las condiciones de ausencia mudabilidad veritativa.
tot¿ü de cornponentes egocéntricos y de ambigüedad. Pero No intentaré mostrar que las oraciones-ca,so son los por-
también se encuentran obstáculos en este camino. En primer tadores de verdad ttprimarios" o ttbásicos", sino que se /es
puede asignar valores de verdad de un modo perfectamente
lugar, se ha señalado a veces que para traducir una oración
con componentes egocéntricos a otra que no los tenga, se
adecuado. La cuestión ha sido defendida con concisión y cla-
necesita en ocasiones información no disponibie. Suponga el ridad por Davidson:
lector que dice en cierto momento 'Tengo hambre'. Contex-
tualmente, esa emisión puede tener la función de afirmar It has been argued, and conuincingly, that we do not generally,
or perhaps euer, say of a speech acl, ulterance, or loken, that
eü€, en el momento en que la emisión se produce, el lec- il is true. This hardly shows why we ought nol lo call these
tor tiene hambre. Pero si el lector carece en ese momento entities (if they eúst) trae.L4
Ce reloj, puede ocurrir que no pueda reemplazar la oración
que pronunció por otra sin componentes egocéntricos y que A continuación, Davidson emplea la misma estrategia que
transrnita la misma información.13 En segundo lugar, aunque encontramos en Mates para mostrar que si se pueden aplicar
se posea mucha información sobre los aspectos reievantes, es valores de verdad a las afirmaciones (statements), también
totaimente rludoso que al intentar traducir una oración con se les pueden asignar a las oraciones; pero ahora se trata de
expresiones egocéntricas a otra sin ellas se corrserve con fi- oraciones-caso (token-sentences), 1o que simplifica el argu-
delidad el significado de la primera. Los defectos de la pre- mento. Sencillamente ocurre esto: según Strawson, una afir-
tendida traducción pueden desvirtuar totalmente el análisis mación puede hacerse mediante la emisión de una oración,
lógico (veremos con detalle en los capítulos II y IV la impor- y dadas ciertas condiciones, esa afirmación es verdadera o
tancia de una traducción adecuada en el curso del análisis falsa; pues bien, si una oración-caso es emitida justamente
lógico de oraciones y razonamientos). Estimo, pues, que nin- para hacer una afirmación, y se cumplen tales condiciones,
13 El problema se analiza con detalle en Bar-Hillel, podemos asignarle convencionalmente el valor de verdad de
"Bxpresiones in-
dicadoras". la Donald Davidso., "True to the Facts" , p.44;el subrayado es suyo.
36 lócrc¿. DEDUCTTvA, RAzoNAI\,rrENTo y vALrDEz PORTADORES DE VERDAD 37

la afirrnación que se hizo mediante ella. Aquí no puede adu- dada es aquel que tiene en el contexto de su emisión. No
cirse que la misma oración puede usarse en ocasiones dife- necesitamos, pues, considerar que el contexto debe agregarse
rentes para hacer distintas afirmaciones de valor veritativo como un argumento más al aplicar el predicado 'verdadero' a
diverso, porque estamos hablando de una oración-caso que se I
una oración-caso dada: fijada la oración-caso, también queda
emitió una sola vez y por 1o tanto sirvió sólo para hacer una I fijado el contexto.ls Por razones similares, no necesitamos
afirmación. El argumento no prueba que en el uso cotidiano agregar el lenguaje como argumento. Sin duda, cierta ins-
los valores veritativos se atribuyen a oraciones-caso, mucho cripción, o sonido, podría ser considerada como una, oración-
menos que tal uso de los valores de verdad sea el único o caso de dos lenguajes diferentes, en los cuales podría tener
el más básico; pero prueba que si realmente 'verdadero' y valores de verdad diferentes. Pero es natural considerar que
'falso' se pueden aplicar a afirmaciones, una regla sencilla se ha de tener en cuenta el lenguaje del emisor de la oración-
permite aplicarlos también a oraciones-caso. Por supuesto, caso; su valor de verdad será el que tiene en el lenguaje de
la regla introduce un sentido técnico de ambos predicados su autor. Hay, con todo, dos o tres inconvenientes que de-
veritativos. Obsérvese que la regla no proporciona un va- ben resolverse con convenciones adecuadas. Por ejemplo, el
lor de verda,d a cada oración-ca,so; nuestra convención sólo emisor podría ser bilingüe. En ese caso, es natural tomar en
alcanza a aquellas oraciones-caso que fueron emitidas para cuenta-el lenguaje que estaba usando (o se proponía usar)
hacer una afirmación que resultó verdadera o falsa. Luego al producir la oración en cuestión. También está el incon-
volveremos sobre este punto. veniente, antes señalado, de que aun dentro de un lenguaje
Las oraciones-caso enfrentan adecuadamente la cuestión una oración puede tener distintos significados, ser ambigua,
de la mudabilidad veritativa, la dificultad conectada con el lo que podría dar como resultado distintos valores veritati-
requisito (i) antes discutido (§ 2.3). Adem¿{s, permiten solu- vos según el significado que se tome en cuenta. En tal caso,
cionar este problema sin relativ\zar los predicados veritativos puede adoptarse para la asignación del valor veritativo el sig-
ni ponernos en la obligación de deshacernos de las palabras nificado que eligió el emisor. Si se trata de un individuo .oñ-
egocéntricas. Veamos esto con detalle. fuso, que no había elegido claramente uno de los significados
Comentamos la dificultad, planteada por Ziff , de que una de la oración ambigua, puede adoptarse el valor de verdad
oración-caso de cierta duración (una escrita en el pizarrón, de una disyunción de oraciones, cada una de las cuales tiene
por ejemplo) podría mudar de valor de verdad. El mismo uno de los significados de la ora,ción problemática.16 con un
Ziff señala que una convención adecuada puede resolver esto. poco de ima,ginación perversa, pueden encontrarse casos no
Basta establecer que el valor asignado es aquel que la oracióu manejables con estas convenciones.lT Por ejemplo, podemos
tiene en alguno de los instantes de su historia (verbigracia, 15 Bar-Hillel, en el artículo ya
el momento en que finaliza su emisión, es decir, su pronun- citado, utilizó pares ordenados de ora-
ciones-caso y contextos; pero en un trabajo posterior, "C¿n Indexical
ciación o el acto de escribirla). Queda por ver si las oraciones- Sentences Stand in Logical Relations?", advirtió lo que observamos en
caso presentan aquellas dificultades que obligaban a relativi- el texto y consideró que el uso de tales pares había sido totalmente
zar los predicados veritativos aplicados a oraciones-tipo (las innecesario.
cuales pueden cambiar de valor segírn el contexto). 16 si la confusión del emisor
es tal que no tiene claro ni siquiera qué
lenguaje desea usar, puede enfrentarse el (desesperante) cas-o .o-pli-
¿Puede una oración-caso cambia,r de valor de verdad según cando la disyunción.
el contexto? I.{o, porque, a diferencia de la oración-tipo, apa- 17 D"bido a un fenómeno
conectado con la vaguedad y denominado
rece exactamente erl un contexto (precisado con más exac- "textura abierta del lenguaje" (sobre el cual llamó la atención Friedrich
titud por nuestra convención del párrafo anterior). Siempre waismann en "verifiability"), es usualmente imposible precisar el sig-
sc considcrará que el valor de verdad de una oración-caso nificaclo de un térnrino empírico de modo tal que esté claro ante cad-a
38 lóctcn DEDUCTIVA, RAzoNAMIENTo y VALIDEz PORTADORES DE VERDAD 39

pensar en una oración-caso escrita, que fue comenzada por que restringirse a las oraciones declarativas no aportaba una
una persona y terminada por otra. O, como señala Bar-Hillel solución. El método con eue, siguiendo a Davidson, asigna-
("Expresiones indicadoras", p. 98), el viento puede dibujar en mos valores de verdad a algunas oraciones-caso, sugiere otra
la arena del desierto cierta forma que resulta ser una oración- restricción. Tal método era simple: se tomaba una oración-
caso de cierto lenguaje. ¿Qué emisor se tomará en cuenta en caso eü€, de hecho, fuera usada para hacer una afirmación
estos últimos casos para aplicar nuestras convenciones? Bien, verdadera o falsa y se le asignaba el valor de la afirmación
no se trata de casos teóricamente importantes; podemos des- hecha mediante ella.
cartarlos, adaptando una sugerencia del mismo Bar-Hillel, La forma en que se seleccionan estas oraciones-caso ga-
conviniendo en que sólo llamaremos toración-caso' a sonidos rantiza sin duda que todas ellas tienen valor de verdad. ¿Po-
o inscripciones que fueron producidos por un emisor humano demos elegir la clase así delimitada como nuestros porta-
con la intención de usarlos con1,o vehículos significativos (o dores de verdad? Es fácil ver que la solución es estrecha
como lenguaje; esto elimina, de paso, los sonidos o inscripcio- para propósitos lógicos. Llamemos 'oraciones asertadas' a
nes que, a diferencia del caso de la arena, fueron hechos por las oraciones-caso que han sido usadas para hacer una afir-
un humano, pero de algún modo casual, y sin la intención mación verdadera o falsa. Pues bien, el problema consiste en
de usarlos con algún significado lingüístico en esto hay que el iógico necesita asignar valores de verdad a oraciones-
alguna similaridad con el ejemplo de la arena).-y Si un lector caso no asertadas. Esto se debe a que, según la teoría lógica,
se siente inclinado a pensar que hay algo ilegítimo en todas los valores de verdad de algunas oraciones complejas depen-
estas convenciones, debe recordársele que en la construcción den de los valores de verdad de algunas oraciones que son
de un lenguaje científico siempre deben refinarse los signi- parte de las primeras, y & menudo esas partes no son aserta-
ficados de los términos técnicos, limitando o ampliando su das aunque la oración de la que son componentes sí lo es. Bl
extensión mediante decisiones convenientes para ia teoría.18 caso más sencillo es el de la negación.1e Si alguien pronuncia
El inconveniente conectado con el requisito (ii), mencio- un caso de la oración 'No está lloviendo ahora' con intención
nado al comienzo de la § 2.3, es mucho más difícil de re- asertiva en un contexto normal, habrá producido una oración
solver. Es obvio que no todas las cosas que pueden llamarse asertada, con algún valor de verdad. El lógico piensa que
oraciones-caso tienen un valor de verdad (recuérdese el ejem- tal valor de verdad es e/ opuesto del caso de 'está lloviendo
plo del conrienzo de la § 2.2: un profesor de gramática escribe ahora', que es parte de la oración del ejemplo. Pues bien, si
en un pizarrón 'Juan está enfermo'sin haber dado ningún in- consideramos portadores de verdad únicamente a las oracio-
dicio de a qué Juan desea referirse). Tendríamos quizá que nes asertadas, ya no podemos decir esto, porque si alguien
adoptar como portadores de verdad a una subclase de las afirma2o un caso de 'No está lloviendo ahora', obviamente no
oraciones-caso, pero no es fácil ver cómo seleccionar tal sub- afirma la sub-oración que es caso de 'está lloviendo ahora';
clase de modo que podamos garantizar que todos sus miem- tal sub-oración no es entonces asertada, carecería de valor de
bros tienen valor de verdad. Al comienzo de la § 2.2 mostré verdad, y ya no podemos establecer la conexión de valores
situación imaginable si el término se aplica o no; siempre habrá casos 19 Ma.k Platts me hizo notar que este ejemplo es más sencillo que el
concebibles que las convenciones hechas no pudieron prever. A pesar usado en una versión anterior de este texto.
de nuestros esfuerzos, seguramente ocurre eso con los conceptos que 20 Eo el uso que resulta pertinente para este texto, afírmar algo es
estamos analizando. (I{ospers hace una presentación didáctica de las (aproximadamente) compromete¡se de algún modo con la aceptación
observaciones de Waismann en Introducción al análisis filosóftco, cap. I, de su verdad. (Mi alumno Pedro Ramos me hace notar que este uso
secc. 3.) de 'afirmar' parece miís amplio que su significado ordinario, dado que,
18 Co.nup hace un análisis clásico de este proceso de refinamiento
de con el sentido descrito, alguien puede afirmar que no llueae y esto no
un lenguaje técnico en el cap. I de su Logical Foundations of Probability. contaría como una "afirnración" usando el lenguaje cotidiano.)
40 Lóctc.q, DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo y vALIDEZ PORTADORES DE VERDAD 4l
de- verdad que
_lógico establece en ejemplos como éste (e1 Además, suele considerarse que las expresiones selecciona-
valor de verdad-elde la oración total no es el opuesto de una das como tales en (1) V (Z) son bastante claras para empe-
parte suya, porque tal parte no tiene valor veritativo). zar. Hasta Quine por su suspicacia conceptual-
El problema de definir una clase de oraciones que puedan -conocido
suele aceptarlas. Debemos complementar (t) V (2) con otro
cumplir el requisito (ii) es tan difícil que la mejor alteinativa supuesto que no goza de tanta aceptación, pero que haremos
parece ser elegir una definición que incorpore la satisfacción plausible a la luz de algunas consideraciones:
9e (ii) como una de sus condiciones. Está misma estrategia
ha sido utilizada por los partidarios de otros candidator ,, (3) Supondremos que en cierto uso técnico los predicados
portadores de verdad. Después de haber escogido a las pro- semánticos mencionados en (2) son aplicables a oraciones-
posiciones para esta función, dicen Hughes y Cresswell en ca,so (y ,,o necesariamente a todas ellas).
su' An Introduction to l[odal Logic (p. b)r "Hence if some-
thing is neither true nor false, or is capable of being tnth true Vimos hacia el fin de la subsección anterior que sería de-
and false, it is not to count as a proposition in ihe presqnt masiado restringirlo para propósitos lógicos usar un supuesto
contert". Siguiendo esa línea, podemos intentar definir una como el (3) sólo en relación con oraciones asertadas. Ocurre,
clase de ítemes que cumplan (ii) por definición. Al hacerlo, sencillamente, que necesitamos asignar valores de verdad a
no debemos olvidar las precauciones gu€: según vimos aquí, oraciones-caso que no han sido afirmadas.
permiten asegurar el cumplimiento de (i). En la sección si- ¿Cómo mostrar que (3) es aplicable incluso a oraciones-
guiente desarrollaremos con detalle una propuesta que elige caso no asertadas? Mi estrategia será muy simple. Mostraré
una subclase de las oraciones-caso como los portadores áe que si se entienden 'verdadero'y 'falso'con sus sentidos in-
verdad adecuados para una teoría lógica del lenguaje ordi- tuitivos (recuérdese que los hemos adoptado como primiti-
nario.2l vos), es muy natural aplicarlos a oraciones-caso no asertadas,
cuando el significado de ellas es claro en su contexto. Supon-
2.5. Enunctados. Comparación con el enfoque contertualista gamos que a un grupo de estudiantes de matemáticas no
iniciados en discusiones filosófico-semánticas les explicamos
(1) Consideraremos que 'oración', en su sentido gramatical, qué quiere decir toración-caso'; supongamos que luego escri-
es suficientemente clara para nuestros propósitos; también bimos en el pizarrón casos de las oraciones t7r = 3'r'o < 3'
que 'oración-tipo' y 'oración-caso' tienen un nivel de inteli-
gibilidad satisfactorio. escritas son verd"aderas y cuáles falsas. ¿Duda el lector de
(2) Adoptaremos 'verdadero'y 'falso' como primitivos se- que los estudiantes dirían que los casos de las dos primeras
mánticos. son falsos y el de la última verdadero? Al afirmar que las
oraciones-caso tienen esos valores de verdad, los estudiantes
(t) v (2) no resultan muy controvertibles. Todo el mundo están aplicando los predicados veritativos a oraciones-caso
sabe que es imposible definir todo y que al comienzo de urra no asertadas: todas fueron puestas como ejemplos, no afir-
investigación deben aceptarse algunas nociones primitivas. madas, y si bien podría defenderse que al responder los es-
2l tudiantes afirman implícitamente la tercera (pues dicen que
Si el lector se interesó por las estrategias en defensa de las oraciones
que analizamos en las subsecciones 2.3 y 2.4, puede encontrar de suma
es verdadera), no puede sostenerse que están afirmando las
utilidad el artículo de Alberto Moretti, "Los objetos de la predicación de otras dos. El ejemplo no muestra que, en los usos ordinarios,
verdad", donde se defiende a las oraciones de óbjecioo", for-uladas en tverdadero' y tfalso' se aplican a oraciones-caso; simplemente
Bradley y Swartz, Possible Worlds. El trabajo abunda en observaciones muestra que es muy natural extender su uso de modo que se
agudas y amplía en varios puntos la discusión del presente texto.
aplir¡rren a oracioncs-caso, incluso, en ocasiones, A, oraciones-
48 lóclca DEDUCTIVA, RAzoNAMIENTo y vALIDEZ PORTADORES DE VERDAD 49

significado que se tenga en cuenta. Si intentamos enfrentar cumplirse para que p se haya emitido realmente en oc es que
este nuevo problema usando secuencias de cuatro elementos, haya adquirido en ese lugar y momento un valor de verdad.
siendo el cuarto un significado oracional, caeremos en las dos
dificultades que nos hicieron abandonar la.solución basada La lógica puede restringirse, entonces, a los pares (p,o)
en situaciones y no en contextos (§ 2.3). resultantes de estas convenciones y puede esperarse que es-
tos pares cumplan con (i) V (ii), si se les asignan valores de
El análisis de los párrafos anteriores muestra que para acuerdo con las cláusulas adoptadas.
aventajar a la solución que utiliza situaciones, debemos es-
coger un enfoque contextualista en que sólo se asignen valo- Como adelanté hacia la mitad de la § 2.3, creo que el en-
res veritativos a pares formados por una oración-tipo y un foque contextualista así refinado es viable. Convendrá ahora
contexto en el cual haya sido realmente emitida. Con tal compararlo con la solución de los enunciados. Puede obser-
restricción desaparecen los dos problemas que acabamos de varse, en primer lugar, er€ ambos enfoques tienen un al-
comentar. Ya no importará que p pertenezca a dos lenguajes cance teórico y una potencia explicativa totalmente simila-
para evaluar el par (p, o); como p fue realmente emitida en ac res. Eso se debe a que los portadores de verdad escogidos en
(y lu "puntualidad" de a" impide que dos emisiones distin- una solución se pueden poner fácilmente en corresponden-
tas puedan tener el mismo contexto o), bastará considerar cia biunívoca con los de la otra. A cada enunciado p, que
el lenguaje en que la usó su emisor. Puede procederse de es una oración-caso con determinadas coordenadas espacio-
I
igual modo con la ambigüedad dentro del mismo lenguaje. ternporales, se le puede poner en relación con un par orde-
I
Con mucha menor frecuencia, pucden presentarse, sin em- nado único, formado por la oración-tipo que ejemplifi ca p y
i
bargo, algunas dificultades: un emisor que es bilingüe y eue, I
el contexto a, cuyo centro a. tiene las mismas coordenadas
además, no eligió clararnente en cuál de los dos lenguajcs que el enunciado original p.
I
quería usar una oración-tipo en cierto lugar y momento a.; La relación descrita es una función por la unicidad del
I
o algo similar con respccto a dos significados; o una oración p. par asignado a un enunciado dado; es además biunívoca por-
que es comenzada por un emisor y terminada por otro. Pucde que dos enunciados distintos tendrán coordenadas espacio-
observarse que estas dificultades son paralelas a las comen- temporales distintas y les corresponderán pares cuyo segundo
tadas a propósito de las oraciones-caso, y naturahnente son elemento contexto- será distinto, por tener centros a.
manejables con soluciones similares. Podemos ajustar nues- y B. distintos -el (correspondientes a las distintas coordenadas).
tra terminología y precisar que cn ciertos casos (más bien Como los pares que difieren en el segundo elemento son di-
raros) de indecisión, el valor de verdad de (p,o) será el de ferentes, queda probado que la función antes descrita asigna
cierta disyunción, y establecer que sólo considcraremos que a enunciados distintos pares diferentes. Todo par ordenado
p se ernitió en o. cuando existió un sólo emisor "responsa- (p,o) puede obtenerse a partir de algún enunciado con el
ble", etc. En suma, debemos adaptar las cláusulas (1)-(4), método descrito (recuérdese que sólo se utilizan pares (p,o)
formuladas antes, para pares (p,o) donde p es una oracióri- tales que p fue efectivamente emitida en oc y adquirió allí un
tipo que fue realmente ernitida en ac. Entonces, los pares valor de verdad; estas restricciones determinan que siempre
ordenados descritos cumplirán sin mayorcs problcmas con el haya un enunciado que corresponda a un par dado); queda
requisito (i). Por supucsto, se prescntarán problcrnas de ca- i
establecido, pues, er€ la relación establece una correspon-
I
rencia de valor veritativo igual que para las oracioncs-caso. I dencia biunívoca entre los dos conjuntos de portadores de
Ilna última convcnción a la (5)- puede resolvcr vcrd¿rd que estamos comparando.
esto: puede cstablecerse-paralela
i
que, en el uso tócnico que haremos Iln vista dc quc la potcncia explicativa clel enfoque cnun-
de la noción de entisión, rna de las condiciones que dcbcn
r:i¡rl,ivisl,a, .y cl «lc lc¡s conl,r:xt,os cs t,ol,¿r,lrnente sinrila,r, «lc-
50 lócrca DEDUCTTvA, RAZoNAMTENTo y vALrDEz PORTADORES DE VERDAD 51

beríamos quizás elegir el enfoque que resulte más simple en Consideremos una teoría semántica sistemática sobre cierto
su fornrulación y más económico en sus postul¿iciones. lenguaje natural ,[. Se sostiene a menudo que una parte de
En lo relativo a la simplicidad puede advertirse que expo- tal teoría debería consistir en la formulación de las condi-
ner la solución contextualista resulta más complicado. Los ciones de verdad de un número infinito de oraciones de ,0.
predicados veritativos son también más complejos en este Pero se piensa habitualmente que nunca se llegarán a emitir
enfoque, porque en lugar de ser monádicos se aplican de infinitas oraciones de ningún lenguaje natural. Esto signi-
manera diáclica a una oración en un contexto. En cuanto a fica que el proyecto semántico intenta dar las condiciones de
la economía teórica, la solución enunciativista presenta una verdad incluso de oraciones que nunca se han de ejempli-
considerable ventaja: los portadores de verdad que postula ficar como oraciones-caso; se sigue, entonces, eü€ la teoría
son entidades físicas, en tanto que el enfoque de los con- no se ocupa meramente de enunciados. Las oraciones cuyas
textos apela a, entidades abstractas, las oraciones-tipo. Por condiciones de verdad se intenta formular, deben concebirse
estas consideraciones, defenderemos aquí la solución enun- como oraciones-tipo. Hemos visto que los predicados verita-
ciativista. tivos no pueden aplicarse de manera monádica a todas las
Las razones aducidas en el párrafo anterior para preferir oraciones-tipo; la teoría semántica debe manejar, pues, predi-
a los enunciados no son decisivas. Puede argumentarse que cados veritativos relacionales.2T Los objetivos mismos de una
en el caso de los lenguajes formalizados (tema de la siguiente teoría semántica sistemática de un lenguaje natural L pueden
subsección), la lógica usa predicados veritativos diádicos y requerir, entonces, la adopción de oraciones-tipo como por-
portadores de verdad que son entidades abstractas; no parece tadores de verdad. En la lógica no se presenta una necesidad
descabellado, entonces, adoptar una solución similar para el similar por una razón muy sencilla: el lógico no suele desarro-
lenguaje ordinario, 1o cual daría más continuidad a la teoría llar una teoría sistemática del lenguaje ordinario. Su estra-
lógica. Me parece atendible esta consideración; sin embargo, tegia habitual es la siguiente. En primer lugar, sí desarrolla
algunas razones metodológicas de más peso que la continui- una teoría muy sistemática de algún lenguaje formalizado ^[.
dad teórica me hacen preferir la solución enunciativista. llna En segundo lugar, cada vez que desea aplicar su teoría a Ia
evaluación de algún trozo del lenguaje ordinario (por ejem-
razón es que? si bien en la práctica lógica habitual 'verda-
plo, cuando intenta dictaminar si un razonamiento dado es
dero' y 'falso' se utilizan como predicados binarios en re-
válido),1o que hace es "traducir" tal trozo al lenguaje tr, ob-
lación con lenguajes formalizados, cuando el lógico aplica ta-
teniendo así una "contrapartida formal" del mismo. De allí
les expresiones al lenguaje ordinario las usa como predicados
en más, las propiedades que atribuya al trozo original depen-
monádicos. La solución de los enunciados no exige abando-
derán de las propiedades que descubra en su contrapartida
nar tal práctica. En cuanto a la cuestión ontológica, siempre
utilizando la teoría de ¿.28 trl lógico, pues, no aplica ni tiene
he considerado interesante deslindar cuáles son las partes de
una teoría "directa" del lenguaje ordinario; a lo sumo com-
una teoría que requieren postular determinadas entidades. Si
plementa su teoría de L con algunas indicaciones generales
lo que el lógico dice de los lenguajes formalizados requiere la
poco sistematizadas acerca de cómo traducir a .t expresiones
admisión de entidades abstractas pero su discurso sobre el
lenguaje ordinario no exige tal postula,ción, ffi€ parece inte- 27 Yrr, por ejemplo, Davidson,
"True to the Facts", p.44, o Mark
resante una formulación teórica en que tal compronriso on- Platts, Ways of Meaning, pp. 39-40. En este tipo de teorías, no suele
tológico se asuma únicamente donde es necesario. La solución usarse tverdadero' como un predicado binario aplicable a una oración y
un contexto, sino como un predicado de varios argumentos, que incluyen
enunciativista permite este deslinde. diversos factores contextuales: tiempo, lugar, hablante, etc.
No he intentado defender que los enunciados son los mejo- 28 Analizaremos con
más detalle este modo de proceder del lógico en
res candiclatos a portadores de verdad para cualquier teoría. los ca¡rítulos II y IV.
52 lóctca DEDUCTIVA, RAzoNAMIENTo y vALIDEz PORTADORES DE VERDAD 53

del lenguaje ordinario.2e La teoría lógica no contiene, enton- y no como casos, ya que no hay garantía alguna de que va-
c.es, generalizaciones recursivas acerca de las condiciones de yan a existir alguna vez un número infinito de inscripciones
verdad de infinitas oraciones del lenguaje coloquial, y por ello (casos) de fórmulas de un lenguaje dado. Los enunciados no
no se siente dentro de ella la necesidad de tomar oraciones- son útiles, pues, como portadores de verdad en los lenguajes
tipo del lenguaje ordinario como portadores de verdad. Lo formalizados. ¿Cuáles son los candidatos adecuados * .átu
usual es que el lógico sólo enfrente el lenguaje cotidiano para plano? Prácticamente hay unanimidad en la adopción del
analizar con la metodología descrita algún ejemplo concreto, enfoque recién sugerido: tomar fórmulas consideruáur como
y en estas a,plicaciones sólo necesita atribuir valores de ver- expresiones-tipo. Lo habitual entre los lógicos es aplicarles los
dad a expresiones-caso. Obviamente, está interesado muchas predicados veritativos entendiendo estos últimor óorno predi-
veces en establecer un resultado general, por ejemplo, que cados binarios. El lógico define para las fórmulas el coniepto
no sólo es lógicamente verdadera una oración-caso que figura de 'verdadera para una interpretación I', donde una interpre-
en un papel delante suyo sino también todos los otros casos tación es generalmente una asignación de denotaciones, más
de la oración-tipo correspondiente.30 Pero esta es una gene- pien-.que de significados.3l Con las convenciones habituales,
ralización relativamente sencilla y para su fundamentación las fórmrlas cerradas (i.e.rlas que no contienen variables li-
no se requiere en'absoluto una aplicación de 'verdadera' a bres) son portadores de verdad perfectamente convenientes.
oraciones-tipo; en la formulación que le hemos dado, la ge- satisfacen (i) v (ii), en el sentido de que, dada una fórmula
neralización atribuye un valor de verda,d a todos los casos de cerrada32 y una interpretación, les .orresponde siempre un
un mismo tipo, pero no aI tipo mismo. valor de verdad que permanece inmutable para ese pu.id" u,r-
gumentos. La satisfacción de ambos desiderata no se logra,
pues, complicando excesivamente el predicado'verdadeio,,
2.6. Portadores de uerdad en los lenguajes formalizados
e}-e, por lo expuesto, debe considerarse relacional, pero de
La conclusión de la subsección anterior es que la Iógica no sólo dos lugares de argumentos.s Por razones de simplicidad
requiere más portadores de verdad que los enunciados en el y de respeto a prácticas lógicas habituales, resulta *tor,.",
plano del lenguaje ordinario. Esto se debe en parte, como sumamente conveniente adoptar las fórmulas cerradas como
hemos visto, a que la lógica no hace una teoría sistemática los portadores de verdad de los lenguajes formalizados. La
del lenguaje ordinario que requiera la postulación de infi- solución es similar en dos aspectos al enfoque contextualista
nitos portadores de verdad en ese dominio. Pero sí hace tal para el lenguaje ordinario: exige postular expresiones-tipo y
cosa con respecto a los lenguajes formalizados. En las teorías usar los predicados '¿eritativos como diádicos. pero en estl
lógicas típicas se supone que los lenguajes formales bajo con-
31 En Mates,
sideración contienen infinitas fórmulas que ofician de porta- Elementary Logic,capítulos IV y v, se hace un análisis
dores de verdad (lo cual hace recesario establecer las condi- muy cuidadoso de la asignación de interpretaciones y significados a len-
guajes formalizados.
ciones de verdad de tales fórmulas de manera recursiva). Eso 32 Las fórmulas abiertas
obliga a considerar estos portadores de verdad como tipos no siempre tienen un valor de verdad bajo
una interpretación dada (ver Mendelson, Introducti,on to Mathematiiat
Logic, p. 54).
29 N[" refiero aquí a la práctica lógica m¡is habitual; en algunos textos 3Íl I'or
"" n razones
de simplicidad, soslayo una complicación que exigiría
excepcionales, las técnicas de "traducción" se sistematizan en alto grado introducir un tercer argumento: la misma fórmuli, bajo la-mismJ in-
(ver, por ejemplo, Kalish, Montague y Mar, Logic, Techniques of Formal terpretación (asignación de extensiones al vocabulario no-lógico) puede
Reasoning). tener distintos valores de verdad en distintos lil¡ros de lógicl (aeúiao u
30 En rigor, todos los otros casos que se empleen con un significado
93" ,r,-.*ismo .signo puede representar diferentes constantes lógicas en
análogo al del ejemplo dado. libros distintos).
60 lócrca DEDUCTIVA, RAzoNAMIENTo y vALIDEZ RAZONAMIENTO 61

del punto de vista adoptado sobre los (2) El conjunto de los números naturales es coordinable
-independientemente
portadores de verdad- se volvería innecesariamente farra- biunívocamente con una de sus partes propias; por lo
goso. Según la concepción defendida en estas páginas, cuando tanto, tal conjunto es infinito.
la lógica se aplica al lenguaje ordinario se ocupa de enuncia- Es fácil ver que (t) v (2) podrían emitirse en forma tal
dos, que son ciertas oraciones-caso; pero al dar un ejemplo que se cumplieran las condiciones establecidas por la defi-
teórico es más fácil mencionar una oración-tipo (recuérdese nición anterior. E. (1), 'Juan sigue enfermo' haría el papel
que los nombres construidos con comillas hacen referencia de E¡; en (2), 'tal conjunto es infinito' cumpliría tal función.
siempre a expresiones-tipo) imaginando que nos referimos a Según la terminología usual, Ei y los enunciados restantes
un caso de ella en alguna clase de contexto y evitando re- son, respectivamente, la conclusión y las premisas de
petir todas las veces "tomemos un caso de..."; pero debe ^8. (Nos
permitimos la simplificación poco importante de no tener en
recordarse cuál es el sentido que se da aquí a esta manera «le cuenta razonamientos con más de una conclusión, que habi-
expresarse.38 tualmente pueden verse como razonamientos con una con-
clusión compleja.)
§ 3. RazoNAMIENTo La definición menciona que los enunciados de un razo-
namiento ,E están habitualmente conectados por erpresio-
Razonamiento (o argumento, como diremos indistintamente) nes auriliares. Algunas de ellas unen las premisas entre sí
es una de esas nociones que habitualmente se aprenden más (cuando hay más de una, como en (1), donáe 'y'establece el
bien a través de ejemplos y explicaciones descuidadas que nexo entre ellas); otras, llamadas a veces 'expresiones deri-
por medio de una definición formal. Podemos intentar, sin vativas', establecen un vínculo lingüístico entre las premisas
embargo, una caracterización más rigurosa. Adoptando el y la conclusiótr, y ayudan a identificar los enunciidos que
punto de vista de la § 2 respecto de los portadores de verdad cumplen una función u otra. 'Por lo tanto,, por ejemplo,
definiremos el término de la siguiente manera: suele ttanunciar" o preceder la conclusión; ,pues,, iu-tio,
Un razonamiento .R es una serie de enunciados Er, se coloca después de la conclusión y anuncia las"r,premisas.
tluego', tpor consiguiente', tu,
82,... , E, (n > 2), usualmente conectados mediante ex- consecuencia, se usan como
presiones auxiliares, y tales que todos ellos, con la ex- 'por lo tanto'. En nuestra simbología, una simple raya hori-
cepción de uno (Er, digamos), son presentados por el zontal debajo de las premisas y sobre la conclusión hará el
emisor como si expresaran pruebas de, o elementos de papel del 'por lo tanto' cotidiano. otras expresiones del len-
juicio favorables a, la verdad del enunciado restante (Ei). guaje ordinario, como tpuesto que'y 'porque', se usan a veces
como tpues' en (1); sin embargo, ,porque, tiene a veces otra
En contextos adecuados, la emisión de cualquiera de los función y se usa para afirmar la existencia de un nexo causal,
dos ejemplos siguientes podría constituir un razonamiento: más bien que uno de tipo meramente lógico (si digo 'Juan
(1) Juan sigue enfermo, pues hoy no vino aclase y, si estu- murió porque tomó estricnina' no intento dar pruebas de, o
viera mejor, habría venido. elementos de juicio favorables a, la verdad de iJuu, murió,:
intento dar una explicación causal del hecho descrito por el
38 Algrr,os aspectos del problema de los portadores de verdad no enunciado).
considerados aquí se tratan en mi artículo "Los portadores de verdad si mis esfuerzos de la sección anterior fueron vanos y el
y la teoría lógica" (ver fin de la penúltima sección), en un interesante lector no quedó convencido de que los enunciados son poitu-
comentario crítico de Mark Platts sobre tal artículo ("Acerca de'los dorcs de verdad adecuados, puede intentar la elaboración a.
portadores de verdad"') y en mi respuesta al último ("Sobre portadores
de verdad: respuesta a Mark Platts").
una, «lcfinicirin sirnila,r a la nuestra, pcro usando sus ca,ncli-
VALIDEZ 63
62 r,óclcn DEDUCTIVA, RAZONAMIENTo Y VALIDEZ
resultado y las otras premisas eran enunciados que la teoría
datos preferidos. De hecho, facilitará algunos análisis -aun matemática considera verdaderos, se obtuvo entonces una
siendo prescindible- el uso de la noción de razonamiento- refutación matemática de P.
tipo. Naturalmente, concebiremos un razonamiento-tipo co- La definición no presupone que todo razonamiento es bue-
mo algo compuesto de oraciones-tipo, y lel asignaremos valo- no. Tal como se usa la terminología en lógica,, hoy razorLa-
res veritativos a ellas siguiendo alguna de las estrategias de
la
puede ser que alfonos razonamientos-tipo carezcan de mientos malos. Por eso la definición no dice que algunos
S Z.t|. enunciados del razonamiento expresan elementos de juicio fa-
émisor, por no haber sido emitidos nunca en todo el espacio- vorables a, o pruebas de, otro de los enunciados componentes
tiempo. Por esta razón, en la definición de 'razonamiento- del razonamiento: dice que el emisor del razonamiento pre-
tifoi no puede usarse una referencia a las actitudes de un senta las cosas como si ese fuera el caso. El emisor puede
como en nuestra anterior definición; tal referencia estar equivocado y el razonamiento ser malo.
"ririro.,
,deberíreemplazarse por la exigencia de que aparezcal entre
que Finalmente, hago observar al lector que la definición no
las oraciones-tipo ,ilel razonamiertto, una expresión de las se pronuncia respecto de si el razonamiento es deductivo o
cumplen el papel de expresiones derivativas' inductivo: se aplica a ambos tipos. (La diferencia entre ellos
cerraré esta breve sección haciendo notar algunos aspectos consiste en que en los del primer tipo se pretende propor-
en los que nuestra definición es neutral, por no seguirse de cionar una prueba segura de la conclusión, en tanto que el
ella ciertas conclusiones. propósito perseguido con los del segundo tipo es simplemente
La definición no exige que los enunciados que componen apoyar la conclusión con elementos de juicio favorables.)
un razonamiento sean utiliza¿os por el emisor'pala hacer Independientemente de lo que crea su eruisor, las premi-
afirmaciones. La motivación para no hacer esta restricción sas de un razonamiento dan o no una prueba absoluta de su
eS que a menudo una persona construye un razonamiento
sin conclusión. El lógico dice que el razonamiento es uálido en
afirmar ni las premisai .i la conclusión; hay usos muy típicos el primer caso, e inuálido en el segundo. Pero estas nocio-
de los ,u,rorra*ientos en que éste es el caso. Cuando se aplica nes merecen un análisis más detenido y ésta es la tarea que
el llamado método hipotético-deductivo, se razona a partir de comenzaremos a realizar en la siguiente sección.
una hipótesis que se está poniendo a prueba, no afirmando.
Justamente el objetivo del ra,zonamiento es, en este caso, tra- § 4. V,rlrDEZ
tar de reunir elementos de juicio favorables o desfavorables
para la hipótesis; si se obtienen más bien resultados favora- Es muy importante para mis propósitos advertir que los
illu, (po, á¡"mplo, si se verifican las conclusiones obtenidas a lógicos utilizan habitualmente dos definiciones distintas de
partüde
^con
Ia hipótesis y otros enunciados científicos aceptados ualidez, que llamaré en adelante 'la definición intuitiva de va-
anterioridad), el científico puede decidirse a afirmar la lidez' y 'la definición formal de validez'; de manera similar,
hipótesis, pero eso puede ocurrir mucho después de que la llamaré a los conceptos introducidos por esas definiciones
hipótesis'fuera usada como premisa en diversos razonamien- 'el concepto intuitivo de valid ez' y 'el concepto formal de
tos. Un ejemplo más extremo de un uso de razonamientos validez'. En esta sección examinaremos con detalle las inte-
en que tas prámisas no son afirmadas, es el de las demostra- rrelaciones entre estos conceptos.
ciones matemáticas por el absurdo. En ellas, un matemático
usa como premisa un enunciad o P,, que desea refutar' En el
contexto se advierte que el enunciado no se afirma sino que
se toma como premisa para ver si de é1 se puede deducir
algo obviamentá fdso (un" contradicción). Si se obtiene tal
64 r,ócrc¡, DEDUCTIVA, RAzoNAMIENTo y vALIDEZ VALIDEZ 65

4.1. El concepto intuitiuo de ualidez; algunas caracterizacio- El contraste entre (A) y (B) es el mismo que entre
nes equiualentes
(A') Si (llueve y hace frío) entonces necesariamente (llueve)
Dos variantes de la definición intuitiva de validez son las
siguientes: v
(1u) ,E es válido =d"Í Si las premisas de ^R son verdaderas, (B') Si (llueve y hace frío) entonces (necesariamente llueve),
entonces necesariamente la conclu- sólo que las diferencias pueden apreciarse más fácilmente en
sión de ^B es verdadera. estos ejemplos más simples. Unos párrafos más adelante vol-
(1b) .B es válido =def No es posible que las premisas de veremos a ocuparnos de este contraste.
R sean verdaderas y su conclusión ¿Cómo entender el 'si... entonces necesariamente.. .' de
falsa. (A) V (A'X Forzosamente debernos limitarnos aquí a expli-
(Aquí '.8' se utiliza como variable de razonamientos caciones poco rigurosas. Cuando se adelanta et el estudio
plazable por nombres de razonamientos- e'=d"Í' indica que
-reem- de una disciplina, se pueden introducir expresiones técnicas
la expresión que le sigue se toma como definiens de la que le de la misma mediante definiciones rigurosas en términos de
antecede.) nociones ya disponibles. Pero cuando se comienza eI estu-
He considerado (1") y (1b) "variantes" de la definición in- dio de una disciplina y de su lengu aje mds básico, no hay
tuitiva de ualidez, más bien que definiciones alternativas de terminología técnica de la disciplin&, y& disponible, a la que
ese concepto, porque es muy plausible suponer que sus res- podamos recurrir. Los definientia de (1") V (1b) son utili-
pectivos definienti¿ son lógicamente equivalentes. Pero antes zados a rnenudo en los textos de lógica para caracteri zar la
de mostrar esto convendrá hacer algunas aclaraciones sobre validez intuitiva; pero cuando el lógico trata de explicar, a
el sentido de ambos definientia. su vez, las expresiones clave de tales definientia, suele usar
El adverbio'necesariamente'que aparece en (1a) debe con- obvios sinónimos de ellas, o expresiones no menos oscuras
siderarse como un modificador de la palabra 'entonces' y no que las que se desea aclarar, o recurre flnalmente a usos me-
como un modificador del enunciado que le sigue. En ter- tafóricos o a círculos viciosos disimulados.ao I{agamos de to-
minología lógica, 'necesariamente' es parte de un conectivo das maneras un esfuerzo. En contextos lógicos, 'si p entonces
binario ('ri. . . entonces necesariament". . .') y no u_n opera- necesariamente g' puede asimilarse a esta afirmación: la ver-
dor monádico que afecta al enunciado que precede.3e Así, el dad de que p conduce conduciría- indefectiblemente a
definiens de (la) debe interpretarse como la verdad de que g. Esto-o último debe entenderse en el sentido
de que no puede ocurrir que sea verdadero que p y no sea
(A) Si (las premisas de 1? son verdaderas) entonces nece- verdadero que g. A su vez, tno puede ocurrir que'puede ex-
sariamente (la conclusión de IJ es verdadera) plicarse como 'sería contradictorio suponer que'. Todas estas
y no como 40 Mot"r (Elementary Logic, pp. ?-g) muestra de
modo muy claro
(B) Si (las premisas de .R son verdaderas) entonces (nece- cómo cierta explicación de la ualidez en términos de la necesidod y un
sariamente la conclusión de E es verdadera) intento ulterior de explicar esta última llevan a un círculo vicioso. EI es-
fuerzo que hago a continuación por analizar la ualidez y el 'si. . . entonces
necesa¡iamente. ..' no termina de manera similar sólo porque detengo
39A."r.o de la diferencia entre aplicar un operador de necesidad el análisis al usar la noción de contradictorio. Puede ser un ejercicio
a todo un condicional o sólo a su consecuente, y sobre los peligros fi- conceptttal útil para el lector clasificar los intentos de explicación que
losóficos que encierra la confusión entre ambas estructuras lógicas, ver siguen en las tristes cuatro alternativas recién mencionadas en el texto
Hughes & Cresswell, .4n Intrduction to Modal Logic, p. 27, nota. (uso tle sinórrirnos «rbvios, ctc.).
66 lócrcn DEDUCTIvA, RAZoNAMTENTo y vALrDEz VALIDEZ 67

equivalencias son usadas informalmente por los lógicos para obtenido informalmente.4l Parece perfectamente razonable
aclarar el 'si.. . entonces necesariamente. ..' (cuando la ex- suponer, pues, que (1a) y (1b) son definiciones equivalentes.
presión aparece en contextos lógicos; en otros contextos suele Nos será de utilidad más adelante tener claro el contraste
reconocerse que el sentido es diferente, y deja de valer la ex- estructural entre (A') V (B'). Ya dimos una explicación in-
plicación en términos de la noción de contradictorio). Estas formal del 'si. .. entonces necesariamente. ..' de (A'). El 'ne-
aclaraciones informales suelen complementarse con ejemplos, cesariamente'usado como operador monádico en (B') puede
y (A') sería apropiado para el caso. aclararse así: tnecesariamente, p' significa lo mismo que tes
Las explicaciones informales del párrafo anterior nos serán imposible no p', o que 'es contradictorio suponer que no p'.
de utilidad para discutir la equivalencia entre (1u) V (tb) V En este sentido es verdadero tnecesariamente, 2 = 2', o tne-
cesariamente, Ilueve o no llueve'.
el contraste entre (A') V (B').
Con todas las explicaciones precedentes, puede verse que
El mejor argumento en favor de la equivalencia entre (1a) (A') es verdadero sin ninguna duda: la verdad de 'llueve y
y (1b) es que cuando tratamos de explicar la expresión clave hace frío' conduce a la de tllueve'; no puede ocurrir que sea
de (1a) llegamcls a una construcción equivalente a la que se verdadero el primer enunciado y falso el segundo; suponer tal
utiliza en (1b). En efecto, 'si p entonces necesariamente g' cosa sería contradictorio. En cambio, (B/) puede ser falso. En
se asimiló a 'no puede ocurrir que sea verdadero que p y no efecto, 'necesariamente llueve' es falso: no es imposible que
sea verdadero que g'. La última expresión es tomada como no llueva, no es contradictorio suponer que no llueve. Por
intuitivamente equivalente a'no puede ocurrir que p y no g'. otra parte, tllueve y hace fríot es verdadero en ocasiones;
Si traducimos en esta línea el definiens de (1a) daría lugar en ese caso, (B') será falso en esas ocasiones, porque puede
a: haber dudas acerca de los valores de verdad de condicionales
ordinarios de la estructura tsi.. . entonces. . . ', pero no en
(1.)' No puede ocurrir que (ias premisas de .E son verda- el caso en que tienen antecedente verdadero y consecuente
deras) y no (la conclusión de ,E es verdadera). falso.
pero 'no puede ocurrir que'es asimilable a'no es posible que' Otra definición usual de 'válido' se formula de manera
y si aceptamos el principio de bivalencia (todo enunciado es similar a (la) pero omitiendo la palabra 'necesariamente' y
empleando una inflexión en subjuntivo:
verdadero o falso), negar que la conclusión de ,B es verdadera
equivale a afirmar que es falsa. Aplicando estas dos ideas (1.) E es válido =d"f Si las premisas de ,B fueran verdade-
(1u)' da lugar a ras, su conclusión también lo sería.
Suele considerarse que los condicionales construidos con el
(1u)" No es posible que (las premisas de ,B son verdaderas)
modo subjuntivo del modo ejemplificado por (lc) expresan
y (la conclusión de Il es falsa)
algún tipo de conexión necesaria entre su antecedente y su
eu€, haciendo abstracción de sus rarezas gramaticales, ex- 4l
presa lo mismo que el definiens de (1b). En efecto, en el prudente sistema modal T es teorema la fórmula
'(p < q) = -M(p--q)'ylos deJinientia de (1a) y (1b) se transforman en
La demostración anterior no puede considerarse completa- el lado izquierdo y derecho de esa equivalencia, respectivamente, cuando
tlas premisas de E son verdaderas' se representa con
mente segura, porque se basa en las explicaciones intuitivas 'p','la conclusión
que dan los lógicos de algunos giros de (1a) V (1b); sin em- de fi es verdadera'con 'q','lu conclusión de .B es falsa'con'-g' (por
Ia bivalencia), y los giros 'si. . . entonces necesariamente. . .', 'es posi-
bargo, cuando tales giros se formalizan en la lógica modal, se ble que' se sirnbolizan, respectivamente, mediante '{' y 'M'. (Sobre el
aceptan axiomas que llevan al mismo resultado que hemos siste¡na'1, ver Hugtres & Cresswell, op. cdú., cap. II.)
68 lóclca. DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo Y vALIDEZ VALIDEZ 69

consecuente. En tal caso, es plausible considerar que (lc) es es simplemente un medio más riguroso de delimitar la misma
equivalente a (1u) y debe contarse entre las variantes de la clase de razonamientos que queda determinada por la defi-
¿énnición intuitiva de vahdez.a2 nición intuitiva. Sin embargo, generalmente no se argumenta
Dos resultados de esta subsección serán de utilidad más en favor de esta coincidencia extensional.aa veremos luego si
adelante: la equivalencia lógica entre (1u), (1b) y (1c), que
I
I realmente hay razones para pensar que existe; pero prirnera-
nos permitirá utilizar tales definiciones indistintamente, y la mente debemos ocuparnos de establecer la definición formal.
no-equivalencia entre (A') V (B'), que nos perrr¡itirá advertir Suele formularse mediante estas dos cláusulas:
cierta falacia en un intento de demostración. (2) .B es válido =deÍ .B tiene una forma lógica viílida.
a.2. Definición d,e ualid,ez formal en términos de substitución
(3) F es una forma lógica vilida =d"f No hay ningún ra-
zonamiento de 1a
Cuando el lógico intenta explicar al lego en qué consiste Ia forma lt que ten-
ualidez de un razonamiento, generalmente apela a la defi- ga premisas verda-
nición intuitiva de esta noción; sin embargo, al progresar en deras y conclusión
la exposición de la teoría suele introducir la definición for- falsa.
mal y usar únicamente ésta en los desarrollos y aplicaciones A pesar de que en el definiens de (2) aparece la palabra
ulteriores de sus sistemas lógicos. Parecen ser dos las razones 'válida', la definición no es viciosa, porque la ualidez aplicada
de este proceder. En primer lugar, se piensa con frecuencia a formas, utilizada en (2) para caracterizar la validez de ra-
que la definición intuitiva no está formulada en un lenguaje zonamientos, se define después de nranera independiente. F-,1
riguroso y perfectamente claro. El 'necesariamente' de (lu) V 'una'de (2) debe entenderse como 'por lo menos una'. Un ra-
el 'posible' de (lb) no se consideran nociones transparentes zonamiento B tiene usualmente muchas formas lógicas; según
ni fáciles de precisar.a3 Algo similar puede decirse del giro (2), con tal que una de ellas sea válida, R es válido. ¿Cuál es
subjuntivo de (1.). En lo tocante al rigor del lenguaje, la la justificación de considerar que un razonamiento es bueno
definición formal presenta ventajas sobre la otra, al menos a ('válido' tiene esa connotación) por el hecho de que una entre
los ojos de muchos autores. La segunda raz6n para utilizar sus muchas formas es válida? Daré en seguida una respuesta
más la definición formal es que ésta tiene una conexión más intuitiva a esta pregunta; luego emprenderemos un análisis
estrecha con los métodos lógicos habituales. Para detectar la más técnico de la definición.
validez el lógico hace un análisis de la forma de razonamiento,
y la definición formal caracteri za la validez en términos de 44 Er notable el descuido que
hay en la literatura acerca de este
propiedades de la forma del mismo. Pero cuando el lógico problema. Susan Haack, en un libro que intenta tratar de manera com-
prehensiva los principales problemas de filosofía de la lógica, sugiere
deja de usa¡ la prirnera definición y comienza a aplicar la se-
cierta conexión entre lo que yo llamo 'validez intuitiva' y li "valid",
gunda, no se comporta como si estuviera abandonando una virtud de la forma" después de unas pocas líneas en las que ha con- "r,
idea a favor de otra. Parece pensar más bien que hay un siderado un solo elemento de juicio muy poco concluyente (philosoplry
acuerdo extensional entre las dos y que la definición formal of Logics, pp. 22-3). wilfrid Hodges, en el interesante capítulo con que
contribuye al primer volumen del Handbook of Philoso¡thical Logic, pre-
42 Bo realidad, en otros contextos, condicionales subjuntivos seme- tende probar mediante una demostración muy técnica que la- validez
jantes at de (lc) expresan otro tipo de vínculo necesario; pero en discu- que llamo aquí'intuitiva' coincide con cierto concepto formal (Hodges,
sion¡s lógicas es claro que el condicional de (1c) expresa el mismo tipo Elementary Predicate Logic, pp. 66-7; véase antes la caracterizaciónlel
de necesidad del 'si... entonces necesariamente. . .' de (1a). concepto tradicional de ualidez en p. 2); pero puede verse fácilmente que
43 A este respecto, puede ser ilustrativo consultar el texto citado en establecer su tesis (ii) de p. 67 no es suficiente para su propósito (aun
probada (i)).
la nota 40 e intentar el ejercicio propuesto en la misma.
70 r,óctca DEDUCTIVA, RAzoNAMIENTo Y VALIDEz VALIDEZ 7t

Los razonamientos válidos se usan, entre otras cosas, para Queda claro en el ejemplo por qué un razonamiento puede
descubrir nuevas verdades a partir de verdades ya conoci- tener distintas formas lógicas. Ocurre sencillamente que un
das. Pero no podría utilizarse así el razonamiento v¡ílido si razonamiento R tiene distintas propiedades estructurales;
no supiéramos que con él no se puede llegar a una falsedad cada forma lógica de ft esquematiza algunas de esas propie-
/ dades, y la pluralidad de formas muestra simplemente que
partiendo de verdades. Toda definición de ualidez debe ga-
rantizar, pues, que los razonamientos con tal propiedad no hay distintas propiedades que se pueden esquematizar. Al-
pueden conducir de la verdad a la falsedad. Teniendo esto guien podría replicar que sería conveniente llamar 'la forma
en mente, supongamos ahora que un razonamiento ^E tiene lógica de l?' a un esquema que simbolice todas las propie-
varias formas lógicas y una de ellas, F, digamos, es válida. dades estructurales de ,8. Pero representar tod,as esas pro-
En ese caso, por (3), no hay razonamientos de la forma F piedades es dudosamente posible por razones teóricas que
con premisas verdaderas y conclusión falsa. Pero .E tiene esa serán expuestas en el cap. IV y, además, no siempre es con-
forma. Por lo tanto, hay garantía de que ,E no nos condu- veniente por motivos prácticos que se pueden comprender
cirá de la verdad a la falsedad. Hemos probado que tener a/ rápidamente: en muchas ocasiones, es suficiente analizar al-
n'¿enos una forma viílida confiere al razonamiento ese rasgo gunos rasgos estructurales de /? para emitir un dictamen
deseable que Ia definición de validez debía garantizar. Esto lógico del mismo, sin necesidad de agotar el examen de su
suministra cierto apoyo intuitivo a las cláusulas (2)-(3). estructura. Por ejemplo, el razonamiento
Al oír explicaciones como las precedentes, los estudiantes 52 Si Juan vino a la fiesta y María no lo hizo, entonces
suelen manifestar todavía otra duda: ¿por qué un razona- habrá problemas
miento puede tener más de una forma? IJn razonamiento Juan vino a la fiesta María no lo hizo
tiene más de una forma lógica porque ejemplifica más de Ha r pro emas
una estructura formal. Por ejemplo, el silogismo
tiene las formas
51 Todo mexicano es americano
F3 p)q Fa (p'",q))r
Todo veracruzano es mexicano
Luego, todo veracruzano es americano
p (p'^, q)
qr
tiene las formas
y la segunda representa más rasgos estructurales de 52 que
F1 p,qlr F2 Todo B es C la primera. Pero para probar la validez de Sz basta con saber
Todo A es B que es ejemplo de F3 y es tonto usar formas más complejas
Todo A es C que la necesaria.as Es cómodo, pues, usar la noción de forma
(En estos esquemds,'p','q' y 'r' son letras proposiciona- lógica de R sin exigir que una de tales formas deba agotar la
les, t.4.','B'y tC'son letras que pueden reemplazarse por información estructural obtenible acerca de ^8.
términos generales monádicos y la raya oblicua de F1 y la Queda claro, pues, por qué un razonamiento R puede tener
horizontal de F2 se utilizan como expresiones derivativas más de una forma lógica y por qué basta que una de ellas sea
simbólicas.) válida para que ,B tenga el rasgo deseable de no conducir de
51 tiene la forma F1 porQue tiene la estructura de un argu- la verdad a la falsedad. Una última duda puede presentarse
mento con dos premisas y una conclusión. Sr tiene también al estudiante: ¿cómo es posible que un razonamiento válido
la forma F2 debido a que F2 "retrata" varias relaciones es-
tructurales que se dan entre las partes de los enunciados que tt O, como sintetiza Quine esta idea, "no hay que rascarse donde no
componen Sr. pica" (lVord and Objecü, p. 160).
72 lócrca DEDUCTTVA, RAZoNAMTENTo y vALrDEz VALIDEZ 73

pueda tener formas válidas e inv¿ílidas (el caso de Sr)? Otra de las dos definiciones de va[dez consideradas hasta el mo-
vezla respuesta es sencilla. Si ,B tiene una forma válida F, eso mento; en el curso de ese an¡íIisis (qru abarcará el resto de
significa que algunos de sus rasgos estructurales (los repre- la sección) se refinarán, o corregirán, algunas de las observa-
sentados en F) le impiden pasar de la verdad a la falsedad. ciones intuitivas antes formuladas.47 Para evitar equívocos,
Pero eso no implica qre todos sus rasgos estructurales sean emplearemos a veces los subíndices 'I'y 'F' para indicar cuál
impedimentos tales: fi puede tener otros rasgos eü€, por sí de los sentidos de'válido'estamos considerando (el asignado
mismos, no impidan ir de lo verdadero a lo falso, y esos ras- por la definición intuitiva o la formal).
gos pueden quedar representados por otra forma F', que será Llamaremos 'definición formal en términos de substitu-
inválida. S1, por ejemplo, no puede ir de premisas verdaderas ción' a la ofrecida por las cláusulas (Z)-(e) (la razón es que
a conclusión falsa, porque tiene los rasgos que se esquemati- los razonamientos de la forma F en (3)- se
zan en Fz, y esos rasgos impiden tal combinación de valores conocen habitualmente con el término-mencionados
técnico 'ejemplos de
de verdad. Pero 51 también tiene la característica de que substitución de F').
consta de dos premisas y una conclusión. Esa característica, Un rasgo curioso de la definición de forma válida en térmi-
obviamente, no impide por sí misma la combinación de va- nos de substitución es que requiere el uso de razonamientos-
lores indeseabl", y F1, eue sólo representa la característica tipo; los razonamientos-caso (o, en nuestra terminología, ra-
mencionada, será entonces inválida. Qr" F1 es inválida sig- zonamientos a secas) no bastan. La definición requiere, pues,
nifica sencillamente que por sí sola F1 no puede garantizar oraciones-tipo, ya que éstas son los componentes de los razo-
que un razonamiento .B de esa forma sea bueno; pero otros namientos-tipo (para colmo, ni siquiera podemos limitarnos
rasgos de .8, eventualmente representados por otras formas, a oraciones-tipo alguna vez ejemplificadas en algún contexto,
pueden dar esa garantía. Se sigue de estas consideraciones que eran las únicas a las que se asignaban valores de ver-
que cuando se observa que ,E tiene una forma válida, ya se dad en el enfoque contextual refinado analizado en la § 2.5).
puede emitir un dictamen lógico favorable, pero, por el con- La razón es sencilla. Hay infinitas formas lógicas de razona-
trario, si se encuentra que tiene cierta forma inválida, eso miento. Cualquiera de los lenguajes formales utiliza,dos ha-
solo no representa una prueba de que estamos ante un mal bitualmente por los lógicos permite construir una infinidad
razonanriento (podría ocurrir, por ejemplo, que tal forma de ellas. Es razonable suponer, entonces, eu€ algunas de ta-
"olvidara" representar rasgos de .R que sí hacen de él un les formas no se ejemplificarán jamás en casos, en todo el
razonamiento confi able).46 espacio-tiempo. Si F es una de ellas, F será válida según
Los párrafos anteriores tienen la doble función de aclarar (3), porque si no hay razonamientos de esa forma, tampoco
las cláusulas (2)-(g) V suministrar una justificación intuitiva habrá razonamientos de esa forma con premisas verdaderas
de la definición formal, mostrando que los razonamientos que y conclusión falsa. Un ejemplo de lo expuesto podría ser la
esa definición considera "buenos" (válidos) tienen, en efecto, forma de razonamiento
cierta propiedad deseable (no llevar de la verdad a la false-
dad). Ahora comenzaremos un análisis más crítico y técnico F5 hY pzY ps V... Vpro,ooo/ps,ooo

46 Po. esta razón, probar la inualidez de un razonamiento es algo 47 Do, importantes conclusiones de nuestro análisis intuitivo
no serán
que encierra m:ís problemas teóricos de lo que puede advertirse en las afectadas por consideraciones futuras: (i) un razonamiento R puede
exposiciones corrientes de los textos de lógica. Massey muestra muy bien tener más de una forma lógica; (ii) es suficiente que una de tales formas
algunas de estas dificultades en "Are there any Good Arguments that sea válida para que .B no tenga premisas verdaderas y conclusión falsa.
Bad Arguments are Bad?" aungue su propuesta de solución sea muy Pero se hará notar más adelante (§ 4.6) una importante diferencia, eu€
discutible. Volveremos sobre el tema en el cap. IV. soslayamos por el montento, entre no tener y no poder tener.
74 lócrc¡, DEDUCTTvA, RAZoNAMIENTo y VALIDEZ VALIDEZ 75

Esta forma representa la estructura de un razonamiento cuya Debido al fenómeno de pluralidad de formas lógicas anali-
premisa es una disyunción de 10,000 disyuntos y su con- zarJ,o en la § 4.2, se podrá formalizar de diversas maneras los
clusión uno de ellos. La teoría lógica consideraría inválida enunciados de ^8. Nuestra nueva definición de validezp esta-
F5, pero parece razonable snponer que no se ejemplificará blece que B es válido si y sólo si hay al menos una formali-
jamás y en ese caso (3) ta consideraría váIida, si los razona- zaciín ft, fz. . . fn, f" de sus enunciados componentes (donde
mientos allí aludidos son casos.48 f1 formalizapl,fz ap2,,... fn apny f, ae), ta1 que f" es una
El párrafo anterior muestra que paxa evitar consecuencias consecuencia lógica de f1 ,,. .. fn.
absurdas, la expresión 'razonamiento' de (3) debe interpre- La noción de consecuencia légica se define en términos
tarse como trazonamiento-tipo'. Es tácil ver que esto conduce de interpretaciones, así: f" es una consecuencia lógica de f1,
también a la asignación de valores de verdad a oraciones- f2,... f, si y sólo si no hay ninguna interpretación de todas
tipo (incluso algunas nunca ejemplificadas). ¿Significa esto esas fórmulas en la que fi,... fr. sean verdaderas y f" falsa.so
que debemos abandonar nuestra posición acerca de los por- Para que resulte inteligible la caracterización precedente,
tadores de verdad en el lenguaje ordinario? Veremos en las ,debemos aclarar los sentidos de 'interpretación' y 'verdadero
subsecciones siguientes que hay maneras de evitar esa con- en una interpretación'. Una interpretación de un grupo de
clusión. fórmulas consiste en la elección de un conjunto no vacío como
dominio de las variables de cuantificación y una asigrración de
4.3. Definición de ualidez formal en términos de individuos o conjuntos adecuados a las letras de las fórmulas
interpretaciones que no son variables ni constantes lógicas. {Jna vez aclarada
En los textos de lógica metamática suele darse otra defi- la noción de interpretación, se introduce el predicado binario
nición de ualide4. En este enfoque alternativo, se consi- '.f verdadera en 1', que anticipamos en la § 2.6-
dera que un razonamiento es válidoF si y sólo si hay una se "r
aplica a pares formados -como
por una fórmula / y una interpre-
formalización d.e sus enunciados componentes tal que, en tación I. La noción de uerdadero en una interytretación suele
ella, la fórmula-conclusión es una con.secuencia lógi,ca de las definirse mediante una serie de cláusulas recursivas que otor-
fórmulas-premisa.ae Antes de explicar esta noción de con- gan un valor de verdad a cada fórmula en cada interpretación
secuencia lógica, esquematicemos la nueva definición. Dado que se haga de ella. Es difícil dar una idea de esta definición
un razonamiento .B cualquiera, ^B tendrá siempre n premisas sin trabajar con un lenguaje forma,lizado particular. unos
(n > 1) y una conclusión; su estructura se podrá representar, párrafos más adelante haremos una ilustración basada en un
entonces, mediante el esquema: lenguaje formalizado muy simpie; ahora trataré de describir
de manera intuitiva la noción. El valor de verdad de una
Pt¡ P2,..- p"lA fórmula / bajo una interpretación 1 es el mismo que tendría
a8 un enunciado que se construyera a partir d" / siguiendo es-
Trl como la he expuesto, la dificultad se presenta para validez de tas instruccionesr (i) cuando .I asigna un individuo a una
formas, no para validez de razonamientos. Pero son imaginables casos
de formas que tengan ejemplos, aunque no los suficientes, dando lugar a letra d" ,f , reemplácese tal letra por un nornbre de tal indi-
que (2)-(3) validen razonamientos-caso que no querríamos incluir entre
los válidos. 50 Mi caracterización
49 Fo.m.lizar un enunciado es representar mediante un esquema una sólo recoge parte de la definición usual de'con-
secuencia lógica', en la que también se considera el caso de grupos infi-
forma lógica de la que es ejemplo. Llamaremos 'fórmulas' a estos esque- nitos de fórmulas. Me limito al caso finito por simplicidad, y porq,r"
mas que representan estructuras lógicas de enunciados. Naturalmente, el único al que necesitamos aludir aquí. También por razones áe simpli- ""
la fórmula-conclusión es, en cierto contexto, la formalización de la con- cidad, en adelante sólo entrarán en consideración fórrnulas cerrad,rs. -En
clusión del razonamiento; pasa lo mismo con las fórmulas-premisa. este contexto, pues, 'fórmula' abreviará 'fórmula cerrada,.
76 lóctca DEDUCTIvA, RAzoNAMIENTo y vALIDEz VALIDEZ tt

viduo; (ii) cuando 1 asigna un conjunto a una letra de / que R, difiere poco de obtener fórmulas que correspondan a sus
no es una variable, reemplácese tal letra por un predicado premisas y su conclusión; en realidad, F contendrá precisa-
que se aplica a los miembros de ese conjunto, y sólo a ellos; mente esas fórmulas conectadas por un símbolo usado como
(iii) adóptese como dominio de las variables el asignado a expresión derivativa. En lugar de obtener de fi, n * 1 formas
ellas por Lsl lógicas (correspondientes a sus n premisas y su conclusión),
Ilerrros definido ualidezp en términos de consecuencia ló- se obten drá una forma lógica compleja cuya estructura ab-
gica, y esta noción en términos de interpetaciones y uerda- sorbe como partes aquellas n + | formas y responde simple-
dero en una interpretación. Para acortar nuestra cadena de mente al esquema f1 , f2r... fn I f". Si ahora queremos em-
definiciones, podemos reemplazar Ia noción de consecuencia plear la noción de forma de razonamiento para reconstruir
lógica usada aI caract er\zar ualidezp por la caracterización de la definición del párrafo anterior, obtendremos algo parecido
aquella noción. La definición de validezp quedaría, entonces, a las cláusulas (Z)-(3), sólo que el criterio de qué es una
así: forma "buena" (válida) estará formulado en términos de ,in-
terpretaciones de la forma F' y no de 'razonamientos de la
Il es válidop si y sólo si alguna formalización de ,B da como forma F'. En este contexto, interpretar una forma de razona-
resultado una fórmula-conclusión f" y fórmulas-premisa f1, miento F será simplemente dar una interpretación de todas
f2,,. .. f, tales que en ninguna interpretación de esas n + |
sus fórmulas, noción ya explicada. El criterio de validezp
fórmulas, f" es falsa siendo ft, f2,,. . . fn verdaderas. del párrafo anterior quedaría expresado, pues, mediante las
Puede advertirse que en la explicación de la validezp del cláusulas
párrafo anterior no se utiliza la noción de forma de razona-
miento uálida. En realidad, ni siquiera se usa la noción de
(2) B es válido =d"f .B tiene una forma lógica v¿ílida
forma de razonamientol se apela a formas lógicas en la de- (3') F es una forma lógica válida -de¡ No huy ninguna
finición, pero sólo se usan fórmulas (i."., formas lógicas de interpretación de
enunciado, no de razonamiento). El enfoque consiste en tra- la forma F en la
bajar directamente con fórmulas que se obtienen a partir de cual sus fórmulas-
la conclusión y las premisas del razonamiento bajo análisis, y premisa sean ver-
establecer que entre esas fórmulas se debe dar la relación de daderas y su fór-
consecuencia, definida en términos de interpretaciones. Pero mula - conclusión
es muy fácil reconstruir la definición empleando el concepto sea falsa
de forma de razonamiento, lo cual facilitará la comparación (2)-(3') es una definición de validezp que constituye una
con las cláusulas (2)-(3) de la § 4.2.En efecto, obtener una alternativa a (2)-(3). obsérvese que la claúsula (2) se con-
forma de razonamiento .F a partir de un cierto razonamiento serva sin cambios; 1o que se ha modificado es el criterio de
validez de formas. Antes de comparar las dos definiciones,
5l He explicado de manera apretada y simplificada las nociones de y de mencionar las motivaciones que originaron la última
interpretación y aerdadero en una interpretación, tal como se usan en
daremos un ejemplo simplificado de aplicación de (2)-(3,).
la lógica de orden uno. En el caso de otros cálculos, las definiciones son
similares, pero varía el tipo de entidades que se asignan a las constantes Supongamos que .t es un lenguaje formal muy pobre, cuyo
no-lógicas del formalismo usado. Si mis explicaciones de estos conceptos, vocabulario lógico está integrado por las palabras 'todo' y
y la ilustración que hago más adelante, no resultan suficientes para el 'es', y cuyo vocabulario no-lógico está formado por letras
lector no familiarizado con la terminología lógico-matemática, puede
encontrar de gran utilidad los capítulos IV y V de Mates, Elementary
minúsculas cualesquiera y letras mayúsculas cualesquiera.
Logic. La,s nrinúsculas tienen en L el comportamiento gramatical de
78 lóctca DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo Y vALIDEZ VALIDEZ 79

tJuan', tParís', tel conjunto asignado a 'A' son también miembros del asignado
términos singulares (f.e., expresiones como
descubridor de América', etc.), en tanto que las mayúsculas a ( B' (y lo mismo con otras mayúsculas).
se comportan como términos generales monádicos (expre- Si el lector asigna interpretaciones a Fz, podrá cerciorarse
tciudadano mexicanot, tátomo', de que en ellas nunca se cumple que las fórmulas-premisa
siones del tipo de 'hombre',
etc.). Ni minúsculas ni mayúsculas tienen significados asig- sean verdaderas y la fórmula-conclusión falsa. Lo que el lec-
nados. tor puede verificar en ejemplos particulares se puede demos-
to trar con métodos lógicos de un modo general, para cual-
En L se pueden construir fórmulas como es B'r'c es A',
tTodo.4 es B','Todo C es D'retc.ry formas de razonamiento quier interpretación; eso lleva a establecer que F2 es válida
como la Fz usada en un ejemplo anterior: de acuerdo con (3').
Hemos explicado y ejemplificado una definición alterna-
Fz Todo B es C tiva de validezp; haremos ahora una comparación con la de-
Todo A es B finición anterior.
Todo A es C
En eI caso de L, interpretar una fórmula (o grupo de 4.4. Comparación de las dos defi,niciones de ualidez
fórmulas) es simplemente asignar un individuo a cada letra
minúscuÍu, y ,r, conjunto a cada letra mayúscula. Cuando Según (2)-(3) de la § 4.2,, un razonamiento es válidop si tiene
una letra se repite en la fórmula (o en el grupo de fórmulas) alguna forma lógica tal que no hay en el lenguaje razonamien-
se le asigna lo mismo cada vez que aparece. Es importante tos de esa forma que lleven de la verdad a la falsedad.s2 ¿Qué
aclarar que la noción de interpretación no se aplica única- lenguaje se tiene en cuenta al aplicar la definición? Parece
mente a las interpretaciones formulables en algún lenguaje natural considerar el lenguaje en que está formulado el razo-
dado. Una interpretación de ciertas fórmulas es un aparea- namiento que deseamos evaluar, y ésa es Ia convención que
miento de las letras minúsculas y mayrisculas que figuran adoptaremos. Mencionamos antes que los razonamientos de
en ellas con individuos y conjuntos, respectivamente, aun- cierta forma F se llaman también 'ejemplos de substitución
que no haya en el lenguaje que se está usando expresiones de P'. El criterio establecido por (2)-(3) puede sintetizarse,
lingüísticas que correspondan a tales individuos y conjuntos entonces, así: fi es válido si tiene una forma F, tal que no
('e[ lenguaje que se está usando' no se refiere aquí a ,t, sino hry, en el lenguaje en que está formulado R, ningún ejemplo
al lenguaje mediante el cual describimos .L y sus interpre- de substitución de F con premisas verdaderas y conclusión
taciones, el español en el presente caso; no es un problema falsa. Las claúsulas (2)-(3') de la § 4.3 plantean una exigen-
para una teoría lógica que algunas interpretaciones estudia- cia distinta: B es válido si tiene una forma F tal que no hay
áu,r por ella no sean fornrulables en su lenguaje, porque 1a interpretaciones de ella en que sus fórmulas-premisa sean ver-
teoría lógica hace un estud\o geneml de las interpretaciones, daderas y su fórmula-conclusión falsa. Aquí no se mencionan
en el que no se requiere la mención de las interpretaciones para nada ejemplos de F para caracterizar los requerimien-
una por una). tos que debe reunir. Para poner a prueba .F de acuerdo con
La noción de 'verdadera en una interpretación' se maneja 52 Eo la claúsula (3) no aparecía una expresión como
así en L:'a es B' es verdadera en una interpretación si el 'no hay en
el lenguaje razonamientos de esa forma'; se exigía directamente la no-
individuo que tal interpretación asigna a 'a' pertenece al existencia de razonamientos con ciertos rasgos, sin mencionar lenguajes.
conjunto que la interpretación le asigna a 'B' (de manera Pero está claro que, de acuerdo con nuestras explicaciones anteriores,
similar con otra minúscula y otra mayúscula); 'Todo á es B' todo razonamiento pertenece a algún lenguaje, y enfatizamos ahora esa
es verdadera en una interpretación si todos los miembros del pertenencia porque será teóricamente relevante.
80 lócrcl DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo y vALIDEz VALIDEZ 81

(3') hay que ver cómo se comporta F en diferentes interpre- labra no tiene esta connotación: una interpretación es una
taciones, no hay necesidad de analizar razonamientos de esa asignación de individuos y conjuntos a partes de una fórmula,
forma. pero entendiendo que una asignación tal puede existir sin qrre
A primera vista no se advierte la diferentia profunda que nadie haya realmente asociado tales partes de la fórmula con
hay entre ambas definiciones. Un lector poco familiarizado tales entidades; hay tantas interpretaciones de la fórmula 'a
con la teoría de conjuntos puede pensar que (3) y (3r) lle- es B' como paxes formados por un individuo y un conjunto,
van exactamente a los mismos resultados, razonando de la aunque nadie haya conectado'a' con ese individuo ni 'R' con
siguiente manera. Tornemos una forma F. Dada una interpre- ese conjunto. Entendida de esta manera abstracta la noción
tación .[ cualquiera de F,53 se puede obtener de / un ejemplo de interpretación, puede demostrarse que las interpretacio-
de srrbstitución de F con la misma distribución de valores nes de una fórmula son muchísimo más numerosas que las ex-
de verdad, por el sencillo método aludido en nuestra misma presiones lingüísticas de un lenguaje cualquiera. La razón es
descripción intuitiva de la noción de uerdadero en unü inter- que los teoremas de la teoría de conjuntos tienen esta curiosa
pretación: tomando expresiones lingüísticas que correspon- consecuencia: dado un lenguaje normal cualquiera, siempre
dan a las entidades que / asignó a F. Por ejemplo, si una existen más conjuntos que expresiones de ese lenguaje.tt Su
interpretación de F2 (ver § 4.3) asignó el conjunto de los sigue de esta conclusión que, dado un lenguaje norm al Lt ,
hombres, el de los mortales y el de los seres firritos a, A,,,, B, siempre habrá conjuntos que no sean extensiones de ningún
y'C', respectiva,rnente, a tal interpretación le corresponde el término general ni de predicado monádico alguno de ¿'. Si
razonamiento 'Todo rnortal es flnito, todo hombre es mor- una interpretación ^[ de F asigna uno de esos conjuntos a una,
tal I todo hombre es finito', eu€ hemos construido usando letra d. F, ya no podremos formular en L' un ejemplo de .[
términos generales que tienen como extensiones 54 los conjun- construido a partir de f con el método antes descrito. / no es
tos asignados. Razonando así, el lector puede concluir que si formulable en ¿'. (El lector puede pensar que mis considera-
F es inválida de acuerdo con (3') (1o cual significará que una ciones de este párrafo son incoherentes con la explicación que
interpretación de F hace verdaderas sus fórmulas-premisa di en la § a.3 de'verdadero bajo una interpretaciót I', pues
y falsa su fórmula-conclusión), F' también será inválida por ¿no se basaba la explicación en la construcción de un ejem-
(t¡, po.que a partir de la interpretación invalidante podre- plo de substitución correspondiente a /? En realidad, no hay
mos obtener un razonamiento invalidante (ejemplo de F' con tal incoherencia. El lector puede verificar que la explicación
premisas verdaderas y conclusión falsa). Pero este modo de estaba formulada en modo subjuntivo y no presuponía que
razonar depende de supuestos falsos que en seguid a araliza- siempre existen substituciones que corresponden a una inter-
remos. pretación dada. Pero justamente por el uso de potenciales y
Sucede sencillamente que no siempre se puede obtener con
55 Lo disparidad numérica entre las expresiones
el método descrito un ejemplo de substitución de F a partir lingüísticas y los con-
juntos se debe a que las expresiones de un cierto lenguaje normal pue-
de una interpretación de F. Para comprender las razones, es
den considerarse siempre secuencias finitas de elementos tomados de urr
necesario evitar ciertos posibles malentendidos. La palabra conjunto finito (que contiene el abecedario y los signos de puntuación
'interpretación' puede sugerir algo como 'efecto de la acción de tal lenguaje, más un símbolo que represente el espacio en blanco).
de interpretar'. Pero en el uso técnico de los lógicos, la pa- Los teoremas de la teoría de conjuntos muestran que las secuencias así
construidas son tantas como los elementos del conjunto de los números
53 Pu.u simplificar naturales; pero se demuestra también que tales elementos son menos nu-
la exposición, sólo usaremos como ejemplos inter- merosos que los conjuntos (por ejemplo, hay miís conjuntos de números
pretaciones del sencillo lenguaje .[ de la subsección anterior.
54 Lu extensión de naturales que números naturales). Un desarrollo breve de temas con-
un término general es el conjunto de todas las juntísticos que permite fundamentar los resultados matemáticos citados
entidades a las que el término se aplica. se encuentra en el cap. I de l{leen e, Introduction to Metamathemotics.
82 t,óctc¡. DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo y vALIDEZ VALIDEZ 83

subjuntivos, mi explicación fue informal, y tro corresponde en que se formula el razonamiento que se desea evaluar; si tal
exactamente a la definición usual de 'verdadero bajo una lenguaje es pobre, (3) puede validar formas claramente in-
interpretación'.) deseables. La aplicación de (3'), en cambio, no está limitada
Las consideraciones del párrafo anterior muestran que no por los recursos de ningún lenguaje particular. Siguiendo a
se puede probar de modo fácil que si (2)-(3') invalidan un Tarski, podemos pensar, entonces, eü€ es más conveniente
razonamieñto .8, también (2)-(3) lo juzgarán de la misma adoptar la definición de validezp en términos de (2)-(J,).
manera. Más aún, puede demostrarse que en el caso de algu- Dos razones parecerían indicar que esta definición es más
nos lenguajes, (3) es demasiado benigna con algunas formas exigente que (2)-(3): (i) al existir muchas más interpreta-
que pueclen rechazarse mediante (3') y ésta fue una de las ciones que ejemplos de substitución, las pruebas por las que
motivaciones para adoptar cláusulas como esta última. En debe pasar F para ser validada por (3') son más que las
efecto, la idea de un criterio de validez basado en interpre- exigidas por (3); (ii) hay, como vimos, razonamientos vali-
taciones fue propuesta por Tarski, en "On The Concept of dados por (3) y,no por (3'). Pero estas consideraciones no
Logical Consequence", al advertir que un criterio como el de muestran todavía que (3') sea más exigente; para probarlo,
(3) podía llevar a consecuencias indeseables corno mera con- deberíamos demostrar también que no existen formas vali-
secuencia de Ia pobreza de vocabulario de un lenguaje dado. dadas por (3') e invalidadas por (3) (si existieran, las dos
Un ejemplo artificial ilustrará esta posibilidad. Consideremos definiciones serÍan incomparables). Sería fácil probar tal in-
la forma existencia si pudiera mostrarse que a partir de un ejemplo
F6 aesC de substitución, puede obtenerse siempre una interpretación,
b es D (el 'es' se entiende de manera intemporal) usando entidades que correspondan a ciertas expresiones usa-
das en el ejemplo (la afirmación conversa ya fue refutada).
Está claro que ésta es una forma de razonar absurda: Normalmente, tal construcción puede hacerse; pero, nueva-
usándola se puede concluir que Juan es argentino partiendo mente, la teoría de conjuntos muestra que pueden existir
de la premisa de que Pedro es mexicano. Pero supongambs términos generales a los que no les corresponda ninguna ex-
que se juzga la calidad de F6 de acuerdo con (3) y que el len- tensión, o predicados monádicos que no tengan un conjunto
guaje con que se trabaja, extremadamente pobre, sólo con- asociado. Tampoco es inmediato, entonces, que si hay ejem-
tiene la expresión lógica 'es', los términos singulares 'Alejan- plos de substitución invalidantes áu roa formi F, hay .i"ápr"
dro Magno'y 'Napoleón Ronaparte'y los términos generaies interpretaciones que también la invalidan.
'militar'y 'famoso'.56 Es fácil ver que todos los razónamien- ¿Qué definición adoptar? ¿Cuál es más fuerte? ¿O son
tos de la forma F6 construibles en este lenguaje tienen pre- incomparab-les? Un interesante metateorema, que llamare-
misas verdaderas y conclusión verdadera. En este lenguaje,
mos 'MQ' tt proporciona una solución de estos dilemas, mos-
F6 es válida de acuerdo con (3). (3'), en cambio, invalida trando que dentro de cierto ámbito y con ciertas restriccio-
F6 usand,o_ interpretaciones no formulables en el lenguaje en
nes, (3) equivale u (3'). Llamemos'TCl'a la teoría cuanti-
cuestión.57
trl ejemplo anterior muestra que la fuerza definicional de 58 Llu..,,o
'MQ' al resultado porque Quine da una prueba de él en
la cláusula (3) depende en parte de la riqueza del ienguaje Philosophy oJ Logic, pp. 49-55. En realidad, la prueba de euine versa
sobre la validez de esquemas enunciativos (fórmulas); pero su demos-
56 Adapto un gracioso ejemplo de tración se puede adaptar rápidamente para el caso de'validez de formas
Simpson (Simpson, P.orm as lógicas,
realidad g signifícado, p. 105, nota). de razonamiento. Debe hacerse notar también que en lugar de dar di-
u'
57 'I'ómese,
^, por ejemplo, la interpretación que asigna 2, los números
rectamente la definición en términos de interpretaciones, euine usa una
noción auxiliar ('set-theoretíc analogue'); Ios resultados son obviamente
pares,4 y los números primos, respectivamente, d'a'r'C,r,b, y,Dr. I ec¡ rr ivalentes.
l
i
90 lóctca DEDUCTIVA, RAZoNAMIENTo y vALIDEZ VALIDEZ 91

o, lo que resultaría equivalente, bemos con la caracterizaciót por medio de interpretaciones.


Para que (5) sea válida de acuerdo con esta definición, debe
(4"') Si (^E tiene la forma F, y F es válida), entonces (.8 no cumplirse que en ninguna interpretación la fórmula-premisa
puede tener premisas verdaderas y conclusión falsa). de (5) es verdadera y su fórmula-conclusión falsa. Pero una
El contraste entr. (4') y (4") es exactamente el mismo que característica clave de las interpretaciones es que en ellas se
había entre (A') V (B') de la § 4.1 (donde dimos explica- escoge un conjunto no-vacío como dominio de las variables;
ciones de la diferencia que convendría refrescar ahora). (a') debido a esto, (5) cumple con la definición. En efecto, si
establece un vínculo necesario entre dos afirmaciones, y es en un dominio no vacío todos los individuos pertenecen al
verdadera porque, debido a consecuencias definicionales, si conjunto asignado d 'F', está claro qte habr¿í en el dominio
es verdadera la primera de ellas, también debe serlo la se- individuos pertenecientes a tal conjunto.Gs
gunda. Pero (4") dice que si cierta conjunción es verdadera, Considerémos ahora un ejemplo de (5):
entonces cierto hecho acerca de r? es imposible en sí mismo (6)
(porque el 'necesariamente' de (4") yu no forma parte de un
Todo es material I existen objetos materiales
conectivo binario), y esto no está garantizado, por lo ya di- De acuerdo con nuestras definiciones, (6) es un razorra-
cho acerca de afirmaciones generales y modales.63 Volviendo miento válidop por ser ejemplo de una forma válida. ¿Es
u (1) V (3): podríamos obtener (3) a partir de la información también válido1? No parece sostenible, por las siguientes ra-
proporcionada por (1), si (4") su sinónima ( ttt)- fuera zones. Los lógicos interpretan afirmaciones de la estructura
-o
admisible. Pero ya dijimos que tal cosa no está garantizada.
ttodo es F', como tno hay objetos que no sean ¡r.66 Pero
(4') es admisible, pero con la ayuda de (1) sólo permite de- no parece haber ninguna necesidad lógica en la existencia de
ducir la conclusión más modesta (2). cosas (si la hubiera, parece que se podría responder con una
Sin una formalización cuidadosa con recursos de la lógica explicación lógica a la pregunta de Heidegger: '¿por qué es
modal, puede ser difícil advertir con claridad que (3) no se más bien el ser y no la nada?'). En otras palabras, parece
sigue de (1). Pero tenemos un camino alternativo más con- que la existencia de objetos es lógicamente contingente. Si
tundente para mostrar lo mismo: exhibir un contraejemplo éste es el caso, es posible, desde un punto de vista lógico,
de la supuesta inferencia. que no haya objetos. En tal alternativa posible, sería ver-
Consideremos la forma de razonamiento dad que todo es material (ya que en el sentido lógico usual
esto equivale a afirmar que no hay objetos que no sean rr¿ate-
(5) (x)Fx l(3x)Fr riales), pero no sería verdadero que hay objetos materiales.
Puede verificarse fácilmente que cualquiera de las dos de- H.y, pues, una situación posible en que ia premisa de (6)
finiciones de validezF permite inferir que (5) es válida.6a Pro- es verdadera y su conclusión falsa. (6) es válidor. pero no
válidor.
03 El contraste entre (A') (4'), por un lado, y (B') y
v (4t'), por el 65 Al interpretarse una fórmula, se asignan a letras de predicado mo-
otro, puede sintetizarse así: en los dos primeros casos se establece una
relación modal entre un antecedente y un consecuente; en los últimos nádicas como 'P' subconjuntos del dominio asignado a las variables.
dos se hacen afirmaciones condicionales en las cuales se sostiene que si el (Pasamos por alto este detalle en nuestra exposición informal anterior.)
antecedente es verdadero, otro enunciado tiene cierta propiedad modal 66 Nodr esencial depende en nuestros próximos argumentos de que
intrínseca. Para ver cómo estas dos construcciones pueden diferir en ésta sea la interpretación lógica usual de'todo es .F'; si se objetara que
valor de verdad, el lector puede regresar a las explicaciones de la § 4.1 tal interpretación es inadmisible aun en contextos lógicos, podríamos
sobre (A') V (B'). trabajar con la premisa, algo miis incómoda, 'no hay objetos que no
64 No debe confundirse (5) con sean P', y nuevamente llegaríamos a un argumento, y una formalización
la forma cuantificacionalmente invá-
lida (r)(rx ) Gr)/(3x)(Fx. Gr). del mismo, al que se aplican nuestras futuras consideraciones.
92 r,óctca DEDUCTIvA, RAzoNAMTENTo y vALrDEz DIF'ICULTADES Y PROBLEMAS PENDIENTES 93

Hay una curiosa manera de objetar nuestra argumentación mundo o situación ocurre 1o que los enunciados dicen), tal
del párrafb anterior, que nos conducirá a algunas aclaraciones mundo o situación está bien descrito por el otro enunciado.
importantes respecto de la definición intuitiva de validez. La Aplicado ahora a (6): es válido si todo mundo o situación
contra-argumentación sería como sigue: si la premisa de (6) posible en que ocurre lo que dice su premisa, es un mundo
es verdadera, tal premisa existe; pero entonces el universo no o situación en que ocürre 1o que dice su conclusión. Así in-
es vacío. Y si el universo no es vacío, se cumple que si todos terpretada (1a), (6) es inválido1: hay una situación posible
sus objetos satisfacen cierto predicado, hay objetos que 1o la que nada existe- en la que se cumple lo que dice
-en
la premisa de (6) (recordemos que es sinónima de 'no existe
satisfacen. Por 1o tanto, si la premisa de (6) es verdadera, su
conclusión debe serlo. algo que no sea material') y no se cumple lo que afirma su
En la interpretación de la definición intuitiva que se pre- conclusión. También (7) queda invalidado: hay mundos po-
supone en el contra-argumento del párrafo anterior, (1u), sibles con ranas y sin portadores de verdad, en los cuales se
por ejemplo, diría que ,? es válido¡ en caso de que, dado cumple lo que dice la premisa de (7) pero no lo que afirma
un mundo posible en el cual las premisas de ,E son verdade- su conclusión.
ras el sentido de que las premisas estdn en ese mundo trl hecho de que la validezF no implique validezl es una
y son-en
allí verdaderas-, su conclusión también es verdadera conclusión teóricamente molesta, no sólo por la difundida
en tal mundo allí y es uerdad,era allí. Aplicada u (6), creencia en 1o contrario (qo. el lector podrá detectar en mu-
-estd
la interpretación le confiere inmediatamente validezl: si su chos textos o tra,tados de lógica), sino también porque la
premisa existe y es verdadera en cierto mundo posible, en validezp queda despojada de un rasgo que tradicionalmente
tal mundo existen Losas (al menos la premisa en cuestión), ha sido considerado una característica importante de la va-
y como (6) sólo puede fallar en un mundo en el que no exis- lidez: el vínculo necesario, no contingente, que conecta las
premisas con la conclusión de un razonamiento válido.67 Esto
ten cosas, fracasamos en encontrar un contraejemplo. Pero
plantea algunos problemas filosóficos sobre la lógica deduc-
la interpretación descrita salva a (6) al precio de probar de-
masiado. Consideremos
tiva. Por razones mencionadas en la siguiente sección, deberé
postergar hasta el capítulo IV estas cuestiones.
(7) Hay ranas / Hay portadores de verdad
Parecería descabellado deducir que hay portadores de ver-
dad de la existencia de ranas. Pero con la interpretación de 67 Puede pensarse que si bien no hay una conexión necesaria entre
(1a) del párrafo anterior, se valida (7): si en un mundo po- la premisa y la conclusión de (6), basta aceptar un supuesto empírico
sible es verdadera la premisa de (7), en el sentido de que tal muy trivial (que existen cosas) para estar seguros de que si la premisa
premisa está y es verdadera en tal mundo, es obvio que en es verdadera, la conclusión lo es. Pero, (i) esto no obsta para que sub-
el mundo en cuestión existen portadores de verdad; queda sista el problema conceptual de que validezp no implica validezl; (ii) aI
probado que si la premisa de (7) es verdadera, su conclusión formalizarse una teoría, puede asignarse a las variables, corno dominio,
la extensión de un predicado del cual no se sabe si es vacío o no ('úa-
necesariamente lo es en el sentido que le ltemos dado a esa chyon', en fisica, por ejemplo), en cuyo caso no hay garantía de que
formulación. pueda usarse la forma (5), totalmente aceptada por la definición formal
No hay necesidad de rechazar (la) para salir de este em- y las axiomatizaciones usuales; éste es un caso en que la no aplicabilidad
de formas validadas por la definición formal se debe a razones no tri-
brollo. Simplemente debemos interpretar su definiens así: viales. Por último, (iii) también en légicas más complejas que el cálculo
decir que si ciertos enunciados son verdaderos necesariamente cuantificacional de orden uno algunas epistémicas, por ejemplo-
otro lo es, significa que si hay un mundo o situación posible -en validezp por factores empíricos que
la definición formal puede arrojar
que está bien descrito por los primeros enunciados (en tal no resultan nada triviales.
94 r,ócrca DEDUCTIvA, RAZoNAMIENTo y vALIDEZ DIFICULTADES Y PROBLEMAS PENDIENTES 95

§ 5. DrrrcurrADES y eRoBTEMAS rENDTENTES cumplir con este objetivo en el capítulo IV. No es casual que
nos ocupemos de la forma lógica en IV y de discutir posicio-
Al final de la § 4.5 hemos hecho notar una dificultad de nues- nes anti-intensionalistas en los dos capítulos anteriores: al
tros planteamientos: en ellos se utilizan esencialmente con- analizar cuestiones sobre la forma lógica, usaremos con fre-
ceptos como necesidad, posibilidad, y otros conectados con cuencia conceptos intensionales; en los capítulos precedentes
ellos. Estas nociones pertenecen a la familia de los llama- trataremos de fundamentar ese uso de conceptos tan contro-
dos 'conceptos intensionales' (de 'intensión', palabra técnica vertidos en la literatura filosófica contempoiánea.
que se ha usado con un sentido similar al de 'significado'),
que han sido considerados, por filósofos importantes, abso-
luta e irremediablemente oscuros e indignos de toda atención
filosófica. Si esta posición está justificada, nuestras compa-
raciones entre la validez intuitiva y la formal son pseudopro-
blemas y sólo la última es digna de análisis. El líder filosófico
de la contienda contra los conceptos intensionales ha sido el
influyente lógico y filósofo norteamericano W. V. O. Quine.
Dedicaré los próximos dos capítulos a analizar crílicamente
su posición anti-intensionalista. Trataré de mostrar en el
capítulo II que si se acepta su rechazo de los conceptos in-
tensionales, también deben rechazarse todos los conceptos
biísicos de la teoría lógica del lenguaje ordinario. En el capí-
tulo III señalaré que el principal argumento de Quine contra
los conceptos intensionales depende de una premisa suma-
mente controvertible.
Al final de la § 4.5 hicimos notar también que para fun-
damentar de manera adecuada la conclusión de que podían
existir casos de validezl que no fueran ejemplos de validezp,
era necesario examinar con más detenimiento la noción de
forma lógica. Un fenómeno en cierto modo inverso, tratado
en la § 4.6 de que pueda darse la validezp sin
-eI hecho
validezl-, también está conectado con el concepto de forma
lógica y otros emparentados con é1. Hasta el momento, no he-
mos dado casi ninguna explicación del concepto mencionado,
descansando más bien en algunos ejemplos y confiando en
que el lector tiene alguna comprensión intuitiva de la noción,
derivada del contacto con libros de lógica en que se emplea.
Pero tal cornprensión será insuficiente para una discusión
profunda de las relaciones entre validezl y validezp. Por esta
razón, otra tarea que será ineludible en este libro es un exa-
men conceptual de las nociones de forma lógica, ejemplo de
substitución y otras relacionadas con ellas. Trataremos de
Capírulo II

QUINE, LOS COI{CEPTOS INTENSIO}{ALtrS Y LA


LOGICA DEL LENGUAJB OII,DINARIO 1

En este libro utilizarnos conceptos intensionales com o nece-


sidad, sinonintia y otros, para caracterizar nociones lógicas
básicas. \,v. v. o. Quine ira criticado severamente taleslorr-
ceptos; sin ernbargo, aduciré en este capítulo que sin ellos no
es posible caracteúzar nociones lógicas clue él acepta.

§ 1. INr:RoDUccróN. La ESTRATEcTa cnírrcA DE ESTE


CAPI'f U LO

A partir de la publicación de "Dos dogmas del empirismo,,,2


Quine rompió definitivamente con los conceptos intensioná-
les. En ese artículo mostró que varios de esos conceptos _--en-
tre ellos necesidad, analiticidad y sinonimiCI- constituían
una familia de nociones interdefinibles (cada una de ellas
1 Lu, siete primer¿rs
seccio.es de.este capítulo reproducen (con unos
pocos cambios y agregados menores) un ariículo mio del rnismo título
publicado en 1982 (ver la Bibliografia).
euine respondió a este artícuio
(ver.la-.BibLiografÍa) y respuesta se i,cluye ámbién en este libro
(Apéndice I). La octava",y última seccióu clel capítulo es un come,ta-
rio, r.o publicado antes, sobre la respuesta de
2 Lu actitud anti-intensionalista euine.
de euine rnostró algunos cambios
a lo largo de su obra posterior a "I)os áogmas. . .,, (al[u.os ¿.
se analizan de manera interesante en susai llaack, i Airalyticity "tio,
una
Logical rruth in The Roots of ReJerence,,). para eÍ presente capÍtulo
se han tomado especialmente en cuenta las {ormulacitnes .lári.a, qu"
Quine dio a sus tesis y objeciones en r[ord and object y philosophy of
Log.ic (el Apéndice I es de utilidacl para ,er urgrria" iáeas ,uyu"
recicrr tes).
i,i"
98 euINE, Los coNcnpros INTENSIoNALES y LA lóctc,t LAS EXIGENCIAS DE QUINE 99
podía utilizarse con éxito para definir las demás). Esto indica (sinonimia y uerdad lógica), tratando de mostrar que el pri-
que si se pudiera obtener una caracteri zación independier¿te rnero se requiere en la definición del segundo; si esto quedara
y razonablernente claru de uno de esos conceptos, la clari- establecido, se desprendería una relación más general entre
ficación podría extenderse fácilrnente a los restantes. Pero las nociones de Ia familia lógica y las de la familia intensio-
uno de los objetivos fundamentales del artículo es, justa- nal. En efecto, debido a la interdefinibilidad ,,interna,, qrr"
rnente, mostrar que no es asequible una caracterización se-
existe en cada una de las dos familias, se desprendería que la
mejante parü ninguna de tales nociones. Se sigue de ello gu€,
caracterización de las nociones lógicas consideradas exige el
si evitamos el expediente del círculo vicioso, los conceptos
uso de alguna de las nociones intensionales rechazadas por
considerados no pueden clarificarse de manera suficiente, y
por esta razón su u.so en contextos filosóficos y teóricos sería Quine.
ilegítimo. El meollo de mis críticas se desarrolla en las secciones 2 y
IIay, en cambio, otra familia de conceptos que, si bien está 3, donde también se esboza una teoría positiva sobre la ca-
muy conectada con la anterior (al menos para nruchos auto- racterización de algunas nociones lógicas básicas (este esbozo
res), goza de la simpatía y aceptación de Quine. Se trata I
se elabora, más detalladarnente en el capítulo IV). En ta § 4
de conceptos lógicos, tales corno uerdad lógi,ca, implicación I analizo algunas posibies alternativas a mi enfoque positivo
i
lógica y equiualencia lógica. También estos tres conceptos son sobre la uerdad lógica y considero también alguna,s objecir:-
interdefinibles; pero, a diferencia rle las nociones antes consi- |, nes que podrían hacerse a dicho enfoque. En la § b muestro
deradas, Quine piensa que sí es posible definir uno de ellos en la conexión entre mi planteamiento crítico y el de Strawson,
forma clara e independiente. En "Dos dogmas.. . " muestra y en Ia § 6 estudio algunas dificultades de mi propio enfoque.
esto definiendo 'verdad lógica' de una manera que le resulta En la § 7, se sintetizan la,s críticas formuladas contra Quine
I
plenarnente satisfactoria. Naturalmente,.Quine piensa que ia mediante un dilema.
definición que ofrece l1o esconde ningún uso implícito de los
conceptos iniensionales rechaza,dos, ni presupone tampoco § 2. Las EXTcENCTAS Dn eurxn
otros conceptos de la, "familia lógica", eu€ en un paso ulte- J
¡
rior se pueden definir lácilmente en términos del concepto ó
Jl
Quine considera que las caracterizaciones hechas hasta el mo-
de uerdad lógica ya obtenido.3 De esta rrranera, toda¡ las no- {
mento de la sinonintia y otros conceptos intensionales, ca-
ciones lógicas consideradas podrían construirse con nitidez y lI
recen de suficiente claridad. ¿Por qué piensa esto? o mejor:
¿

sin círculos viciosos. ¿qué condiciones debería reunir una clefinición de alguno de
Sin embargo, Strawson y otros autores han objetado eü€, esos conceptos para resultar aceptable a sus ojos? Quine ha
para caracterizar las nociones aceptadas por Quine, deben tratado de aclarar cuáles son esa^s condiciones, defendiéndose
usarse las que él rechaza. En este capítulo me propongo de la crítica de que sus estándares de claridad eran excesivos.
transitar por esta vía crítica. I{aciendo un planteamiento I Et lVord and Object,p.207, dice al respecto: ,,(. ..) yet I ask
más general que el de Strarvson, irrtentaré mostrar que si se no n7ore, after all, than a rough characterization in terms of
pretende aplicar las nociones lógicas al ienguaje ordinario, dispositions to uerbal behauior".
como es bastante usual, la objeción antes citada es válida.
Convendrá analizar esta formulación para ver si las exigen-
Ai exponer mis críticas en las próxirnas secciones, me ocu- cias que plantea son razonables o más bien excesivas. La frase
paré sólo de un concepto intensional y un concetrlto Iógico
es coherente con el enfoque conductista del lenguaje, adop-
tado por Quine en ese libro. Debe reconocerse, para empezar,
' üfr., por ejemplo, Quine, Philosophy of Logic, p. 49. t que el con«luctisrno adoptado en la obra, no es tan restric-
I
{
,
100 eurNn, Los coNcnpros INTENSIoNALES Y LA róctca LAS EXIGENCIAS DE QUINE 101

tivo como podría pensarse a primera vista.a No se adopta donde los blancos deben completarse con cláusulas (acerca
una máxima metodológica según la cual sólo deben usarse du p, o de p y q) que empleen un lenguaje suficientemente
en la teoría del lenguaje términos que se refieran a aspectos claro (en un sentido conectado con el enfoque conductista de
observables de la conducta lingüística (términos lingüísticos Quine).
empíricos, en el sentido en que 'empírico' se opone a 'teóri- No me interesa analizar con cuidado los rasgos pecuiiares
co'). En efecto, en el vr¡cabulario de la teoría pueden utili- de este tipo de definiciones; solamente quería dejar sentado
zarse términos que se refieran a disposiciones., que para Quine que la caracteri zación que exige Quine es una definición uer-
constituyen mecanismos hipotéticos, no directamente obser- bal estricta, y no, por ejemplo, una explicación de un término
vables. También pueden utilizarse condicionales subjuntivos basada en ejemplificaciones de su uso y aclaraciones adicio-
(directamente relacionados con la definición de disposicio- nales. Exigir que un término sea definido en esta forma es-
nes) que a veces han sido rechazados del lenguaje científico tricta, para que su empleo pueda considerarse legítimo pa-
por otros enfoques metodológicos. La tolerancia hacia este rece, a primera vista, un criterio demasiado riguroso. Usa-
tipo de recursos le permite a Quine la introducción de termi- mos continuamente gran cantidad de expresiones cuyo sig-
nología técnica de apreciable riqueza y complejidad teórica, nificado hemos aprendido de otro modo, y de las cualer ró-
como su noción de significodo estímulo de una oración.s Debe mos totalmente incapaces de dar definiciones verbales es-
reconocerse, pues, eüe el conductismo de Word and Object trictas. Parte de ese vocabulario se incorpora al lenguaje de
no limita el lenguaje técnico a los recursos de los términos ob- Ia ciencia, a veces sin mayores refinamientos. Muchás
servacionales y las construcciones lógicas extensionales. Sin riencias cotidianas nos muestran que podemos tener claios "*pu-
embargo, el enfoque metodológico esconde exigencias muy critcrios de aplicación de un término, a pesar de no poder
severas. Quine pide una "rotryh characterization" de'sino- describir tales criterios verbalmente. A rnenudo .or,oi"*o,
nimia', etc. ¿Qué debe enteuderse por 'caracterización' en los rasgos faciales de una persona lo suficiente como para
este contexto? Una conclusión que extraían Grice y Stra- reconocerla si la vemos, pero sin ser capaces de describirtros
wson6 del aniilisis de "Dos dogmas. . . " se aplica también a verbalmente de una manera que permita a un tercero lograr
los planteamientos posteriores de Quine: la caracterización ese mismo reconocimiento. Esto está relacionado con la apli-
que solicita es una definición verbal estricta que delimite en cación de términos, porque el reconocimiento de los rasgos
forma adecuada las condiciones de aplicación del término ca- faciales puede ser la guía para aplicar un nombr" proplo.
racterizado. Tal definición puede tener la estructura de Naturalmente, se pueden aducir ejemplos similares de oiras
categorías gramaticales.
(u) Una oración p es analítica si y sólo si.. .
seguramente Quine no negaría que existen rnuchos tér-
ode minos cuyo uso es, en algún sentido, legítimo, aunque ro
se disponga de estrictas definiciones verbales de ellos. pero
(b)
;

Dos oraciones p y q son sinónimas si y sólo si. ..


podría aducir que una definición de este tipo es exigible en
a qrirr" ha declarado alguna vez ("Reply to Harman", P. 296) que
el caso particular de los conceptos intensionales poi una u
otra razón (quizá porque su mism o uso no es del todo claro,
" I do consider rnyself as belxtuioristic as anaone ón h,is right mind could
o porque se trata de conceptos técnicos del vocabulario fi-
be" .
5 V", la definición de este concepto y las observaciones de Quine losófico o lingüístico y no de términos de un transparente uso
sobre los recursos lingüísticos a que se alude en el texto en la § 8 de ordinario anterior). Supongamos que tales razones existen y
Word and Object. que debido a ellas se requiere, por ejemplo, una definición
6 En el artículo "In Defense of a Dogma". rigurosa de sinonimia. Veremos ahora que el planteamiento
102 euINE, Los coNCEPTos INTENSIoNALES Y LA lóctc¡. LAS EXIGENCTAS DE QUINE 103

de Quine también es demasiado restrictivo en lo que hace a las llamadas ttdefiniciones operacionales" rs y las restriccio-
las definiciones verbales mismas. nes que impone a la construcción de conceptos lingüísticos
Debido a su peculiar contluctismo lingüístico, Quine nos constituyen un programa de tipo operacionalista para los
exige que formulemos nuestras definiciones de conceptos lin- estudios sobre el lenguaje. Pero entonces nos encontramos
güísticos en términos de disposiciones a la conducta verbal nuevamente ante exigencias demasiado restrictivas. Para ad-
(véase la cita antes transcrita). En el prefacio de Word, and vertirlo, convendrá volver los ojos hacia una disciplina que
Object, había adelantado que "(...) there is no iustification Quine toma muchas veces como paradigma de metolologías
sanas y fructíferas: la física. Quine no parece tener dudas
for collating linguistic meanings, unless in terms of men's de principio acerca de la legitimidad de1 lenguaje de esta
dispositions to rcspond ouertly to socially obseruable stimu-
lations" (p. i*).' Estas citas, y las propias construcciones ciencia. Sin embargo, no parece haber muchas esperanzas
conceptuales que realiza el autor en el capítulo II, nos mues- de que sea posible llevar a cabo exitosamente el programa
tran qué tipo de definiciones nos pide Quine. Se trata de ca- operacionalista con todos los conceptos teóricos de la física.e
racterizaciones en que se definen conceptos lingüísticos (po, En reaJidad, hay muchos conceptos importantes de la ciencia
ejemplo, 'significado estímulo', 'oración ocasional', etc.) en natural ('fuerza', en física; 'valencia', en química; tespecie',
términos de descripciones de disposiciones lingüísticas; tales en biología) que parecen resistirse incluso a las posibilidades
de lo que antes lla,mamos en forma lata "definiciones verba-
descripciones se formulan mediante condicionales subjunti-
vos que indican las respuestas observables que se registrarían
Ies estrictas" (operacionales o no). Estos conceptos parecen
en cierto sujeto si fuera sometido a estímulos observables de-
adquirir significación de maneras realmente complejas, y en
terminados. Simplificando mucho una definición de Quine, muchos casos parece que aprender su uso o significado es
podemos dar el siguiente ejemplo: diremos que una estimu- un proceso inseparable del aprendizaje de las teorías que ios
contienen.lo
lación s pertenece al significad,o estímulo afirmatiuo de una
He tratado de defender en esta sección la idea de que los
oración O para un individuo i, si se cumple eu€, si i fuera
requisitos de Quine son demasiado restrictivos.ll Mi argu-
sometido a la estimulación s y se le interrogara acerca de O
mentación tiene un trasfondo pragmático: no los considero
asentiría a esta oración. En este párrafo se define cierto con-
cepto en términos de la disposición a tener cierta respuesta 8 Ert* definiciones han sido bien estudiadas'en la literatura epis-
verbal (observable) al hallarse en ciertas condiciones (obser- temológica moderna. Carnap las examinó en un trabajo clásico, "Tes-
vables). La disposición se describe mediante un condicional tability and Meaniog", donde propuso reemplazarlas por sistemas de
subjuntivo. "oraciones reductivas", en vista de la dificultad de formalizarlas (debido
al giro disposicional usado en ellas).
Estas definiciones que prescribe Quine son, en esencia, 9 Ur, análisis breve y lúcido sobre las limitaciones del programa
operacionalista puede hallarse en Carl Hempel, "A Logical Appraisal
7 D"rg.".iadamente, en la versión española de lVord and Object de- of Operationism".
10 El propio
bida a Manuel Sacristán Luzón (Palabra y objeto, Labor, Barcelona, Quine ha hecho interesantísimas sugerencias acerca de
1968), se deslizó en la traducción de esta frase clave un error que la estas cuestiones, por ejemplo en los parágrafos 3 y 4 de Word and Objeet.
tergiversa. Dice la traducción: "(...) la comparación de significacio- 1l Creo que si se abandonan requisitos tan altos, se puede lograr una
nes lingüísticas no tiene justi{icación alguna, salvo cuando se hace en- caracterización bastante aceptable de la sinonimia, por medios alterna-
tendiéndolas como disposiciones humanas a responder abiertamente a tivos sugeridos de pasada en el texto (ilustraciones del uso de la noción,
estímulos sociales observables" (subrayado mío). Debe ir 'socialmente' aclaraciones complementarias, formulación de principios teóricos sobre
(sacially\ en lugar de 'sociales'. Se ve luego en el texto de Quine (.up. sinónimos, etc.). Creo también que algo de esto es llevado a cabo por
II) que las "estimulaciones" de que aquí se habla no son sociales pero sí autores que no rechazan Ia noción. Pero no me he propuesto analizar
socialmenüe (intersubjetivamente) observables. f aquí estos desarrollos.
I
f
I
,
104 eurNp, Los coNcEpros TNTENSToNALES y LA lócrc,r LA VERDAD LOGICA AMENAZADA 105

restrictivos porque vo mismo sostenga algunos principios que de gramática estándar. Se presenta entonces una dificultad.
arrojen otros criterios más amplios, sino más bien porqr," IJsualmente la lógica no se aplica sólo a lenguajes artificia-
creo que la aplicación equitativa de los estándares de cla- les corno el de las oraciones escritas en notación canónica
rificación de Quine no amenaza sol¿r,mente a los conceptos (i.r., de gramática estándar); también se aplica al lenguaje
intensionales, sino también a gran cantidad de nociones que científico y a,l ordinario. Decía Quine en Los métodos de la
son de inestimable utilidad en la formulación de nuestro co- lógica que "El objetivo más importante de la lógica en su
nocimiento físico. Quine podría insistir en que sus exigen- aplicación a la ciencia y al discurso cotidiano es la justifi-
cias aplicadas en general serían demaiiado ,.rr"rir- cación y crítica de la inferenciu" (p. 72), y seguían a esta de-
-que
son justitic_ables por alguna razón específica en el terreno claración ejernplos de aplicación de conceptos lógicos a ora-
lingüístico.t2 Trataré de mostrar ahori que también en este ciones del lenguaje.ordinario. El problema de la definición
terreno particular sus criterios son demasiado restrictivos. anterior es que no da ningún criterio para la aplicación rlel
concepto definido a oraciones que escapen de la gramática
está,ndar. La definición determina que
§ 3. La vERDAD r,ócrca AMENAZADA
En el capítulo IV de su Philosophy of Logic, euine da varias
(1) -(lz)(r flota. -(r flota))
«lefiniciones de La uerdad lógica para lenguajes que tengan es una verdad lógica, pero no se pronuncia en absoluto acerca
una determinada "gramática estándar" (en línear g.r..oiur, de
la gramática de aquellas oraciones que se constroy". con pre-
dicados, variables y signos lógicos de negación, conjunción y
(2) I'{o existen objetos quc floten y no floten.
cuantificación existencial). Las dificultades que analizaré se Ante esta omisión, todos sentimos que podría subsanarse
presentan de igual manera con cualquiera de estas defini- rápidamente más o menos así: dada una oración O, for-
ciones alternativas (como era de esperar, puesto que euine mulada en algún lenguaje científico u ordinario (no en no-
muestra que bajo ciertos supuestos, las definiciones ofrecidas tación canónica), podemos determinar si constituye una ver-
son equivalentes para los lenguajes considerados). dad lógica traduciéndola a, o reformulándola mediante, al-
La definición en términos de substitución es una de guna oración O' de grarnática estándar. O en terminología
las más corrientes- puede darse en dos pasos. -queSuponiendo de Quine: encontramos rna paráfrasis Ot de O, expresada en
dada la noción ,J,e esquema lógico, se dice que un esquema tal notación canónica. El resto es sencillo: transferimos a O el
es válido si es verdadera toda oración que pueda obtenerse de status lógico dc Ot. Por ejemplo, puede considerarse que (2)
él substituyendo (de cierto modo sistemático) su.s esquemas es una verdad lógica porque se puede parafrasear mediante
oracionales simples ('F'ry',,'Gr', etc.) por oraciones. En un (1), que tiene tal carácter.
segundo paso, dirernos que las uerdades lógicas son aquellas La enmicnda anterior no es de gran utilidad si no contamos
oraciones que pueden obtenerse del modo descrito a partir por lo rnenos con alguna ttrough characterization" de qué es
de un esquema v¿ílido (Philosophy of Logic, pp. 50-1). lo que puede contar como paráfrasis adecuada de una oración
Supondrernos en lo que sigue que esta definición delimita dada. Es interesante observar cómo se enfoca este problema
adecuadamente la clase de las verdades lógicas de un lenguaje en los manuales y tratados corrientes de lógica. En algún
12
momento u otro los autores deben indicar al lector que para
Er, el capítulo III (pp. 160-4) analizo crÍticamente las razones aplicar el análisis lógico a oraciones dadas (para ver si son
que pareceu llevar a Quine a considerar que en el terre¡o lingüístico
es admisible un enfoque operacionalista que no juzgaría sostenible en verdades lógicas, o una, implica otra, etc.) debe traducírselas
general. prirncro a llna rtotación lógica adecuada. Pero los autores suc-
106 eLrrNE, Los coNcnpros INTENSIoNALES y LA r,óclc¡, LA vERDao lóctcA AMENAZADA 107

len courentar entonces que no hay reglas mecánicas ni indi- situación ernbarazosa. ¿Es que para caracterizar :uua nocién
caciones precisas que permitan hallar una buena tra,ducción. de uerdad lógica aplicable al lenguaje ordinario necesitamos
Con todo, pueden ofrecer dos auxilios al lector: por un lado, recurrir finalmente a la sinonimia? Parecería que sí. Una de-
una lista de las contrapartidas lingüísticas más usuales de finición suficientemente amplia tendría que tener en cuenta
las diversas construcciones lógicas; por otro, una importante dos casos: las oraciones de gramática estándar, a las que
consideración rectora: para hallar una paráfrasis lógica ade- s'e puede aplicar la definicién que da Quine, y las orr.io-
cuada de una oración se debe tratar de encontrar una oración nes de otro tipo, que serárr consideradas verdades lógicas si
sinónima de Ia dada, escrita con ayuda de simbolismo lógico. sus paráfrasis en notación canónica tienen ese carácter (de
Algunas citas de conocidos libros de lógica permiten ilustrar acuerdo con el criterio quineano, aplicable a ellas). Pero para
este enfoque de la traducción. aclarar la noción clave de paráfrasis, ha,bría que usar a con-
El idioma castellano tiene tantas construcciones irregulares o tinuación el concepto de sinonimia.la
idiornáticas que no puede darse ninguna regla simple para la Salta a la vista de inrnediato que una posible vía pa,ra evi-
traducción de una oración castellana a nuestra notación lógica. tar este resultado es tratar de manejar la noción de paráfrasis
Lo que se necesita en todos los casos es cornpren,der el signifi- sin exigirle el requisito de sinonimia. Esta es la actitud explí-
cado de la oración y luego fonnularlo en términos de funcio- citamente adoptada por Quine; en Word and Objecü, p. 159,
nes proposicionales y cuantificadores. (Copi, Introducción a la nos dice al respecto que "in neither case is synonyrny to be
lógica, p. 370, subrayado mío.) claimed for the paraphrase". Nos aclara a continuación que
Todas estas dific.ultades ponen de manifiesto que formular re- la paráfrasis or de una oración o puede diferir de ella en
glas precisas y efectivamente aplicables para la simbolización aspectos irnportantes: puede ser más clara, rnenos a,mbigua,
de enunciados del lenguaje natural, es una tarea sin esperanza tener valor veritativo en casos en que O presentaba una la-
(. . .) nos vemos forzados a dar una regla que parecá banal: guna veritativa (truth ualue gap),, etc. La relación usual entre
pregúntate primero qué significa el enunciado del lenguaje na-
tural, e intenta luego hallar un enunciado de .f, que, con reiación
O y O' se puede describir diciendo que el usuario de O en-
a la interpretación dada, tenga tan aproximadamente como sea
cuentra eü€, para alguna tarea o finalidad que quería lograr
posible ese mismo significado. (Mates, Lógica ntatemtítica ele- con O, resulta de especial o rnayor utilidad una paráfrasii O'
menlal, p. 110, subrayado mío.) de O.
[Iemos indicado una serie de instrucciones para agruparl3 Antes de proseguir, convendrá hacer una aciaración de
enunciados del lenguaje ordinario, pero básicamente tenemos enorme relevancia. La,s paráfrasis en notación canónica pue-
que basarnos en nuestro dorninio del lenguaje cotidiano para den utilizarse con fines muy variados. Quine tra usaáo a
conseguir u\a con'tprcnsión simpatética del enunciado y aol- menudo tal técnica para conseguir reemplazos adecuados de
aer a pensarlo en símbolos lógicos. (Quine, Los métodos de la nociones o construcciones oscuras. En tales casos, no se pre-
lógica, p. 85, subrayado mío.) tende "descubrir" mediante la paráfrasis los significados
La noción de mismidad de significadojuega un papel clave ocultos de algún giro previo, ni se intenta en absoluto con-
en estas indicaciones de Copi y Mates. El texto citado del seguir expresiones técnicas que transmitan ei significado de
propio Quine también sugiere que para traducir una oración L4 Luconcepción cle la verdad
lógica que se obiiene a lo largo de estas
a notación canónica se debe buscar otra que signifique lo líneas se puede sintetizar así: una verdad lógica es una oración sinónima
mismo y esté escrita en idioma lógico; pero Quine se expresa de alguna verdad lógica canónica. (Naturaimente, las aerdad,es lógicas
tlgo metafóricamente y no se Ie puede atribuir con seguri- canónicas son la-s que arroja la definición de euine para oracionás de
gramática estándar. Por autosinonimia, estos casos de verdades lógicas
dad ese criterio. De todas maneras, estamos llegando Juna
quedan recogidos tambié¡r por la defirrición rnás amplia que formulimos
13 Lo agrupación forma parte en esta nota")
de la tarea de la paráfrasis.
1,20 euII\rE, Los coNcopros INTENSIoNALES y LA Lóclc¿ DIFICULTADBS L2L

I-,a objeción de Strawson es particularrnente contundente se puede esperar una solución tan sencilla para los problemas
porque señala rlificultades en el terreno en que más fácil- más generales analizados en la § 3. La respuesta de Quine
mente se mueve Quine: el lenguaje de gramática estándar, intenta resolver un fenómeno relativamente sencillo, dentro
especialmente diseñado para facilitar las distinciones lógicas. de un lenguaje de gramática perfectamente conocida, y &c-
Pero el hecho de que tome en cuenta un caso especialmente cesible a una definición de verdad en las líneas de Tarski.
simple (ligado sólo a la univocidad de expresiones que se re- Dos veces dice Quine (loc. cit., p. 323) que su solución se
piten), hacía esperar que pudiera buscarse alguna solución apoya fuertemente en la "regimentation" del lenguaje, y uno
técnica sin escapar de los lírnites del extensionalismo, al me- de los pasos esenciales cle su respuesta descansa en que para
nos en eI campo de la notación canónica. Y en efecto, Quine
un lenguaje de ese tipo se puede caracterizar Ia noción de
ha diseñado una respuesta de este tipo.2a En líneas generales:
esquema váliclo en términos de procedimientos de demos-
corno la dificultad no a,parece más que en ausencia de univoci-
tración especificables de un modo puramente formal. Estos
dad, poriemos limitarnos a definir la verdad 1ógica para refor-
recursos ya no pueden utilizarse en el caso del lenguaje coti-
mulaciones estándar del ienguaje ordinario que sean unívocas
diano, de gramática menos conocida, sin de{inición recursiva
(uniuocal reqim,entations); ¿cómo explicar este uso de 'uní-
de verdad y sin procedirnientos formales completos de de-
voca'? Pues bien, un lenguaje estándar será unívoco si en mostración. Por esta raz6n pienso que las críticas de la §
él todos los ejemplos de esquemas válidos (obtenibles por 3 sitúan el problema en una perspectiva más general y de
substituciones, sin más restricciones que las de la "identidad
manera más difícil de resolver. Como al mismo tiempo el
tipográfic.") son uerdaderos. Esta solución es increíblemente rescate de las verdades lógicas del lenguaje ordinario es me-
ingeniosa. Si una verdad lógica canónica (según la definición
nos irnportante para el enfoque de Quine que preservar las
no enmendada) sólo puede ser falsa en caso de falta de uni-
distinciones lógicas dentro de los lenguajes estándar, parece
vocidad, un "síntoma" de univocidad será el hecho de que que la posición más coherente con sus teorías generales es
toda verdad lógica sea verdadera y este rasgo puede usarse
para agregar restricciones adecuadas a la definición. Quine
admitir que, después de todo, la noción de uerdad lógica no
puede aplicarse stricto sensu más allá de estos últimos len-
es consciente de que esta definición no agota la noción habi-
guajes (en cuyo caso tendría que revisar 1o que ha hecho en
tual de uniuocidad, pero piensa que caracteriza cierta noción
sus libros de lógica).
más débiI que basta para sus propósitos de caracterizar de
modo extensional las verdades lógicas.
I.[o es seguro que la respuesta de Quine resuelva todos los § 6. DrrrcuLTADES
problemas.2s Pero 1o que me interesa destacar aquí es que no
IIe tratado de mostrar que puede ser necesario, y no tan
primera (en términos generales, la relación de ejemplo de substitución,
problemático como 1o pintan rnuchos autores, un enfoque in-
cuando se la entiende en forma amplia). tensional de las nociones lógicas. Pero tampoco deseo sosla-
2a En la
"Reply to Strawson" ya citada. Pero su formulación allí es yar que ta,l enfoque presenta dificultades de diverso orden.
ligeramente distinta de mi síntesis, porque no usa 'esquema válido' en Para ernpezar, están las dificultades de caracterización de los
un paso intermedio. otras defensas de Quine (no muy convincentes) han
sido propuestas por Marion Deckert, en "Quine, Strawson and Logical
que en un lengua je estd.ndar que cuenta con un solo predicado, digamos
Truth", y Gilbert Harman, "Quine on Meaning and Existence (I)".
25 Piér,""se que un lenguaje unívoco en el sentido definido puede 'unitauro', tal predicado se usa a veces con el sentido de'centauro'y
otras con el de 'unicornio'. El lenguaje es unÍvoco en el sentido de Quine,
albergar todavía ambigüedades que no resient an la uerdad de un ejemplo pero si en la oración'(")(res unitauro J res unitauro)''unitauro'tiene
de un esquema válido, pero que sí afecten, por lo menos a los ojos de uno de los dos sentidos la prinrera vez y el otro la segunda, muchos
muchos filósofos, su carácter de uerdad lógica. Un ejemplo: supongamos
diríamos que es verdadera, pero no llna verdad lógica.
132 euINE, Los coNCEPTos INTENSIoNALES Y LA lóclcn
poder explicativo d.e una teoría a la que pertenece; pero las
consideraciones anteriores muestran que, debido a las cone-
xiones entre los conceptos de sinonimia y uerdad lógica, se
puede esperar que los dos corran igual suerte: o se salva la
utilidad de los dos o la de ninguno (y obsérvese que Quine
nunca niega que Ia sinonimia puede usarse para caracteri-
zar la uerdad lógica; lo que hace es argumentar que en tal
manera de ttsalvar" el último concepto, se acude a nociones Ctpírulo III
dudosas por las razones citadas).
Et objetivo principal de este capítulo fue mostrar que la EL ARGUMBNt'O DE LA INDETERMINACIóI{ DE LA
teoría lógica del lenguaje ordinario se ve seriamente afec- TRADUCCTÓTV
tada si se prescinde de los conceptos intensionales, y creo
que el an¿ilisis de la respuesta de Quine a las primeras siete En la literatura filosófica contemporánea suele considerarse
secciones refuerza esta conclusión. Si renunciar a conceptos que el elemento de juicio más contundente contra los con-
intensionales tiene consecuencias tan serias, habría que dis- ceptos intensionales es el llamado "argumento de la indeter-
poner de argumentos muy convincentes para que tal renuncia minación de la traducciór", propuesto por W. V. O. euine
resultara aconsejable. En el próximo capítulo analizaremos en varias de sus obras. Intentaré mostrar en este capítulo
el argumento más fuerte que ha propuesto Quine para fun- que tal argumento depende de una premisa sumamente con-
damentar su anti-intensionalismo. trovertible. En la § 1 daré una idea general de las tesis qui-
neanas sobre la traducción y de cómo se usan para justifiiar
el rechazo del intensionalismo. En la § 2 formularé con más
precisión dos tesis de Quine sobre la traducción, que llamaré
TST y rrr. Trr es más fuerte que rsr y es la que conduce
de manera directa al anti-intensionalismo. pero aduciré en
la § 3 que los argumentos de Quine en favor de rsr son más
claros y convincentes que sus razones para defender rrr:. Bn
la § 4 intento detectar y criticar la prernisa que Quine usa
para derivar r¡r de rsr. La § 5 es una síntesis de las tesis
expuestas en el capítulo.

§ 1. Los oBJETrvos DEr ARGUMENTo DE LA


INDETERI'IINACTóN DE LA TRADUCCTóN 1

Sería erróneo pensar que el principal (o único) objetivo del


argumento de la indeterminación de la traducción es pro-
I Po, seguir una costumbre observada en la literatura, hablo de ,,e/
argumento de la indeterminación de la traducción,,, aunque teniendo en
cuenta todo lo que ha escrito Quine sobre el tema sería más exacto decir
t'los argumentos
en favor de. ..',.
134 LA TNDETERMTNACTóN op LA TRADuccróN LOS OBJETIVOS DEL ARGUMENTO 135

bar alguna tesis sobre la traducción misma. Los objetivos los elementos de juicio empíricos no permitan saber cuál es.3
que persigue Quine con el argumento son más generales. Pero una tesis más drástica complementa la anterior: (ii) no
El análisis cuidadoso del proceso de la traducción (especial- hay en la realidad nada objetivo, conocido o no, observable
mente del tipo llamado en Word and Object adelante o no, que determine que una sola de las oraciones Otr. .. On
WkO- "traducción radical") permite a Quine -enexhibir, de sea /a traducción correcta de P. Esto significa que estamos
manera muy clara, cuáles son en última instancia los elemen- ante un problema ontológico y no meramente gnoseológico:
tos de juicio empíricos con que pueden apoyarse hipótesis no es que una de las alternativas sea /a traducción correcta
lingüísticas. Los resultados del análisis conducen a algunas y los datos empíricos no permitan nunca individu alizarla'
conclusiones negativas sobre la traducción, pero además preguntarse cuál de 01 ,...On es /¿ traducción corre.tu
esto es sumamente importante- iluminan dificultades -y co- formular un pseudoproblema, porque no hay nada objetivoa "J
nectadas con conceptos intensionales como sinonimia y pro- que determine la corrección de una sola de ellas. De hecho,
posición, acerca de los cuales se obtienen resultados aun más la realidad no elimina ninguna de las alternatiucs, si todas
negativos. En las próximas secciones veremos con detalle al- ellas son compatibles con todos los datos empíricos posibles.
gunas tesis de Quine sobre la traducción y sus argumentos en
Las tesis (i) V (ii) del párrafo precedente son suscepti-
favor de ellas; pero será útil hacer primero un esbozo rápido bles de otra formulación, que permite ver de manera más
de esas tesis, ver distintas maneras de presentarlas y cómo directa cómo puede utilizarse el análisis quineano de la tra-
son utilizadas en los ataques contra los conceptos intensio- ducción para atacar a los conceptos intensionales. En nuestra
nales.
reformulación, las tesis afirman que el concepto ordinario de
Quine suele formular sus conclusiones sobre la traducción traducción correcto padece de dificultades insalvables, si tal
de la siguiente manera: (i) cuando se intenta traducir otro
concepto se usa de manera tal que ttcontiene" la nota de
lenguaje al nuestro, puede ocurrir que, dada una oración
sinonimia. Huy, en realidad, un fuerte apoyo tradicional a
P del otro lenguaje, haya en el nuestro distintas oraciones la idea de que traducción correcto es, esencialmente, sinoni-
Ot,Oz,. .. On, no sinónimas entre sí, y tales que cualquiera
mia.S Según esta concepción, 'O es traducción correcta de
de ellas podría proponerse como traducción de P sin chocar
con los datos empíricos disponibles y, m¡ís aún, sin chocar con
P' implica'O es sinónima de P'. Si la expresión se usa en
esa formo, se puede mostrar como un corolario que tO es tra-
el conjunto ideal de todos los datos empíricos relevantes, co-
nocidos o no por el hombre.2 De acuerdo con esta tesis, puede
ducción correcta de P' también implica 'si Oz es traducción
haber rivalidad entre traducciones no sinónimas (y po, ende
3 Algo similar a esto sucede con las teorías científicas, según Quine.
incompatibles) que sea imposible dirimir empíricamente, por-
Una teoría científica puede estar subdeterminada por todas las obser-
que las distintas alternativas son toda,s compatibles con la vaciones posibles, en el sentido de que todas esas observaciones pueden
suma de todos los datos empíricos posibles. Así formulada, ser insuficientes para determinar un valor de verdad de la teoría. Dos
la tesis deja abierta la posibilidad de que o,,u ;;i;^;;ü; teorías así subdeterminadas pueden ser incompatibles entre sí y com-
oraciones Or ,. . . On sea la traducción correcta de P, aunque patibles con todas las observaciones posibles. A pesar de que los datos
empíricos nunca serán suficientes para saberlo, puede ocurrir que una
2 qoirr" suele hablar de "todas las observaciorrcs posibles" para re- de ellas sea la verdadera.
ferirse a todos los datos observables del universo, hayan sido o no efecti- a Naturalmente, se usa aquí una noción de objetiuo que va más allá
vamente observados por el hombre (para usar una noción más manejable de lo empírico (o lo observable).
teóricamente, también suele identificar tales datos con todas las oracio- 5 Digo 'esencialmente' porque la noción de traduccidn puede
-importancia. con-
nes observacionales verdaderas). Emplearé a veces la expresión 'datos tener algunas notas adicionales de menor Puede pensarse,
empíricos posibles' como terminología alternativa a la de "las observa- por ejemplo, que para ser O traducción de P, ambas oraciones deben
ciones posibles". ¡rcrl,<:nr:<:r:r a lcngrrajes distintos, etc.
136 LA TNDETERMINACTóN oo LA TRADucctóN LOS OBJETIVOS DEL ARGUMENTO 137

correcta de P, entonces es sinónima de O'u y su contraposi- puesto de que ésta *forma parte" de la traducción correcta).
tiva 'si 02 Lo es sinónima de O, entonces no es traducción Debemos concluir, entonces, que no pueden ser verdaderas
correcta de P'. Si los argumentos de Quine son sólidos, pro- dos de las n hipótesis arriba mencionadas. Alguna de las
barían estas dos tesis sobre la noción de traducción correcta, n hipótesis es falsa. Entonces, la suma de todos los datos
usada con los matices ya descritos: (i') la suma de toclos los empíricos posibles no determina los valores de verdad de to-
datos empíricos posibles no alcanza para fijar los valores de das las oraciones de la forma 'o es traducción correcta de
verdad de todas las oraciones de la forma 'O es traducción P', porque alguna de las n, hipótesis es falsa, y como todas
correcta de P'; (ii/) no hay nado objetivo en la realidad que son compatibles con los datos empíricos posibles, estos da-
fije tales valores veritativos; ninguna relación objetiva co- tos no pueden determinar el valor falsedad de la hipótesis
rresponde al predicado relacional 'es traducción correcta de', en cuestión (si lo determinaran, se deduciría de los datos
usado de la manera indicada; más exactamente: hay muchos empíricos posibles la negación de la hipótesis y ésta no sería
casos del esquema'O es traducción correcta de P'tales Qr€, ya compatible con tales datos).
ai afirmar uno de esos casos, no podemos acertar o equivo- (ii') se sigue de (ii), aunque no la implica a su vez. En
carnos respecto de nada objetivo.
efecto, 1o que establece (ii) es que hay casos de oraciones
(i') es más débil que (i), en el sentido de que no implica (i)
pero sí es implicada por (i). Veamos Ia derivación. Supon-
PrOtr... On, en que O1,... On no son sinónimas entre sí
gamos que (i) es verdadera respecto de la noción intuitiva
y en los que la realidad no dirime entre las hipótesis 'O1
es traducción correcta de P',. . . (Oy¡ es traducción correcta
ordinaria de traducción correcta y que tal noción "contiene"
de P'. Nada objetivo eliminaría algunas de las traducciones
la nota de sinonimia. En ese caso, por (i), existirán oraciones
propuestas en favor de otra, u otras. Para que una situación
PrOtr... O, tales(O1
que O1,... On no son sinónimas entre sí,
así se produzca, las n hipótesis de traducción deben estar
y las hipótesis es traducción correcta de P','Oz es tra-
de acuerdo con todos los hechos objetivos. El lector puede
ducción correcta de P',. . . 'On es traducción correcta de P',
pensar que no se sigue de lo descrito la tesis (ii'), porque es
son todas ellas compatibles con la suma de todos los datos
compatible con 1o descrito que la realidad les dé el valor de
empíricos posibles. Como la noción de traducción correcta
t'contiene" la nota de sinonimia (así la estamos usando de verdad uerdadero a las n hipótesis (una manera de no dirimir
acuerdo con el supuesto inicial), se cumplen los corolarios entre ellas es "aprobarlas" a todas). Pero esto choca nueva-
mencionados en el párrafo anterior. En ese caso, no pueden mente con el supuesto de que estamos usando una noción de
ser verdaderas dos o más de las n hipótesis mencionadas dos traducción correcta que implica sinonimia. Como antes, po-
oraciones atrás. En efecto, supóngase que dos de ellas fue- demos inferir que alguna de las n hipótesis es falsa debido a
ran verdaderas. Sería verdad entonces que O¿ es traducción que O1 ,... On no son sinónimas entre sí (ver el razonamiento
correcta de P y que O¡ también lo es, para i t i. Pero por del párrafo anterior). Si la realidad determinara el valor de
hipótesis, O; to es sinónima de Or. Llegamos a un resultado verdad de tal hipótesis, determinaría, pues, que es falsa, y
que contradice el corolario antes mencionado: dos oraciones esto contradice el supuesto de que estábamos ante uno de
esos casos (cuya existencia postula (ii)) en que la realidad no
no sinónimas son ambas traducciones correctas de una ter-
cera (aun sin usar eI corolario se ve rápidamente que esto elimina ninguna de las alternativas.
contradice la simetría y transitividad de la sinonimia y el su- Las tesis (i')-(ii') no son, estrictamente hablando, refor-
mulaciones de (i)-(ii), puesto que son más débiles que ellas.
6 Puede probarse por condicionalización, usando la tesis de que úra- Sin embargo, las he considerado informalmente como refor-
ducción corecta implica sinonimia, y dos propiedades de esta última: mulaciones porque transmiten 1o que es esencial de las te-
simetría y transitiuidad. sis (i)--(ii) para algunas aplicaciones típicas de las ideas de
LOS OBJETIVOS DEL ARGUMENTO 139
138 LA TNDETERMTNACTóN nn LA TRADucctóN
una especie de pluralidad de traducciones correctas compa-
Quine. Antes de pasar a tales aplicaciones, haré notar al lec- tibles con los datos empíricos y la realidad. podría rortu-
tor que el supuesto de que estábamos usando una noción de nerse, quizás, que sí pierde sentido el uso de la descripción
traducción que implicaba sinonimia fue esencial para derivar definida '/a traducción correcta' desde el momento en que
(i') de (i) V (ii') de (ii). En ambos casos tuvimos que deducir a menudo no podría cumplirse el requisito de unicidad que
(O¿
que alguna de dos hipótesis de la forma es traducción presupone tal uso. Las tesis (i')-(ii') nos proporcionan cier-
correcta de P'y'Oj es traducción correcta de P', era falsa, tas consecuencias de las ideas de Quine sobre una noción de
y para ello usamos el dato de que O; no era sinónima de O¡ traducción correcta que contiene el matiz de sinonimia. Res-
y el corolario de que, si traducción correcta implica sinoni- pecto de esta noción, las consecuencias son más graves. No
mia, dos oraciones que no son sinónimas entre sí no pueden es simplemente que pueda haber una pluralidad áe traduc-
ser traducciones correctas de una tercera. Ese paso interme- ciones correctas en este sentido. Lo que ocurre es que, en
dio de derivar la falsedad de alguna hipótesis de traducción innumerables casos, la realidad no da valor veritativo alguno
fue esencial para concluir que la suma de todos los datos a hipótesis de la forma 'o es traducción correcta de pi nn
empíricos no determinaba los valores de verdad de todas las tales casos, no podemos acertar ni equivocarnos respecto de
oraciones de la forrna 'O es traducción correcta de P' , y para nada objetivo al afirmar tales hipótesis. Analizando la de-
la consecuencia m,ás fuerte de que nada objetivo lograba tal rivación que hicimos más arriba, de (ii') a partir de (ii), el
determinación. Estas consecuencias no se siguen de (i) y (ii) lector puede pensar que el inconveniente sólo se preserrta con
respecto de una noción de traducción despojada de la nota el valor falsedad: lo que mostramos fue que, al no eliminar
de sinonimia. Lo que dice (i) es que hay casos en que tra- la realidad ninguna de varias hipótesis alternativas, entre las
ducciones rivales no sinónimas entre sí son todas compatibles cuales sabíamos que había falsedades, la realidad fracasaba
con todos los datos empíricos posibles. Si ¿ruducción correcta en determinar que fuera falsa alguna oración que lo era. pero
no impli ca sinonimia,, esto es compatible con que los datos la falsedad de algunas hipótesis de traducción era condición
empíricos fijan el valor uerdadero para todas esas hipótesis necesaria de la verdad de otras (porque para que una oración
traduccionales, y ya hemos cortado el camino que llevaba a pudiera ser traducción correcta de otra, debía ser /a/so que
la prueba de (i'). Consideraciones similares se pueden hacer una oración no sinónima de Ia primera fuera también tra-
respecto de (ii) y (ii'). ducción correcta de la otra). De modo gü€, de acuerdo con
Las tesis (i)-(ii), por un lado, y (i')-(ii'), por otro, nos las ideas de Quine, una noción tal de traducción correcta
presentan de distinta manera las ideas de Quine. (i)-(ii) se da lugar a muchas oraciones que no dicen nada sobre nada
ocupan de una noción intuitiva de traducción, de la que no objetivo. Parec.e que tal noción no puede ser significativa.
se presupone en ningún momento que contenga la nota de si- si las tesis (i) y (ii) de Quine están bien fundadas, condu-
nonimia. Con respecto a esta noción, Quine muestra algo así cen, pues, a una reduc.ción al absurdo de cierta concepción
como la inexistencia de la traducción correcta, entendiendo de la trariucción correcta. Según esta concepci ón, trad,icción
por tal cosa que no existe una traducción cuya corrección correcta implica sinonimio y es una noción plenamente signi-
elimine la de toda traducción no sinónima de ella. Ni todos ficativa: las oraciones de la forma 'o es traducción corrJcta
los datos empíricos, ni nada objetivo en la realidad, deter- de P' tienen un valor de verdad definido. Pero la aplicación
minan, en ocasiones, que una sola de varias traducciones no de (i)-(ii) a estos supuestos condujo a conclusiones que los
sinónimas entre sí es correcta. Bsta conclusión no le quita contradicen.
sentido a la noción de traducción corcecta,7 sólo establece
una oración aislada. Naturalmente, las ideas expuestas en el texto con-
7 Sir, embargo, parece más fiel a las ideas de Quine predicar la co- ducirían a la admisión de una pluralidad de "nrinuales" de tal tipo.
rrección de un "manual de traducción" más que la de la traducción de
ARGUMENTOS EN FAVOR DE TST Y TIT 147
146 LA INDETERMINACTóN on LA TRADuccIót'¡
la referencia". Quine muestra a lo largo del capítulo II del
ulgo objetivo, la realidad no puede "elegir" en la forma des-
libro, que se le puede dar cierto sentido experimental a la
..ltr, (mediante verificación o refutación de hipótesis analíti- sinonimia de ciertas oraciones, las llamadas "observaciona-
cas) una de varias traducciones alternativas. De hecho, nada
les", que constituyen una subclase de las ttocasionales". No
en la realidad, conocido o no, observable o no, dirime entre
es mi propósito exponer con detalle su análisis, pero procu-
traducciones alternativas no sinónimas, todas ellas compati-
bles con co. Se sigue, entonces: Qü€ si respecto de un con- raré da¡ una idea del desarrollo que hace Quine. Las oracio-
junto de alternativas como el descrito nos preguntamos cuál nes ocasionales diferencia de las ttpermanentes"- son
-a
aquellas cuyo asentimiento, d.espués de la pregunta corres-
es Ia traducción correcta, planteamos en realidad un pseudo-
pondiente, sólo suele darse como efecto de una estimulación
problema.l2 Si usamos la noción de traducción correcta corr
reciente (W kO, pp. 35-36). Pero a veces el asentimiento a
ios matices asociados con ella en las tesis (i') V (ii'), se si-
gue una conclusión más drástica: no sólo no hay algo como
una oración no es provocado sólo por la estimulación pre-
/-a traducción correcta, sino que ni siquiera hay traducciones
sente y el conocimiento de su significado; puede intervenir
además una información adicional conocida por el hablante,
correctas. En efecto, con los matices aludidos, Ia corrección
de una traducción excluye la de alternativas no sinónimas que Quine llama "información intrusiva". Por ejemplo, su-
(ver la § 1), por lo cual habría corrección si algo en la rea- pongamos que la oración 'Gavagai' significa algo parecido a
ü¿aa dirimiera entre alternativas no sinónimas compatibles 'aquí hay un conejo' en el lenguaje de una tribu bajo estu-
con cD; y es la inexistencia de este "algo" 1o que TIT afirma' dio. Supongamos que un hablante r ha visto a un conejo
TIT muestra Ia diferencia que hay entre el caso de la tra- cuando se escondía detrás de una mata. Si un lingüista le
ducción y el de las teorías científicas en las doctrinas de señala la mata y le pregunta '¿Gavagai?', t asentirá, pero el
asentimiento no será provocado sólo por el conocimiento del
Quine. Dos teorías científicas incompatibles pueden ser com-
patibles con todos los datos posibles (en cuyo caso nunca significado de la expresión, el estímulo verbal de la pregunta
ie podrá saber cuál es verdadera) pero algo en la realidad y el no verbal de la visión de la mata: intervendrá también
(no observable) puede hacer una de ellas verdadera y la otra el conocimiento previo de que un conejo se ocultó allí. Esto
ialsa. Pero si dos traducciones incompatibles son compatibles puede provocar confusiones acerca de cuáles son realmente
con CD, nada en la realidad determina que una sea acertada las estimulaciones con las que está conectado el significado
y la otra no.' de 'Gavagai'. Intuitivamente, sentimos que la estimulación de
Ya vimos (fin de la § 1) que la aceptación de estas tesis la visión de la mata no provocó el asentimiento porque esté
de Quine conduce al rech azo de los conceptos intensionales. conectada con el significado de 'Gavagai'; más bien fue un co-
Veremos ahora qué fundamentos puede ofrecer Quine de su.s nocimiento adicional el que dotó a la visión de la mata de un
tesis. poder causal especial respecto del asentimiento. Ahora bien,
algunos tests empíricos pueden servir para aislar cuáles son
las estimulaciones que provocan asentimiento a una oración
§ 3. Los ARGUMENTos euINEANos EN FAVoR DE TST v ocasional dada, después de la pregunta adecuada, sin inter-
TIT; ATGUNAS CRíTICAS
vención de información intrusiva (siempre y cuando no se
El argumento en favor de rst que más se desarrolla en W k O trate de una información intrusiva compartida por la comu-
se baia en 1o que Quine llama a veces la "inescrutabilidad de nidad, caso en que, según Quine, la información impregna
el significado y ya no puede darse sentido experimental a
12 Bl sentido de Ia pregunta es tal que sólo se considera admisible la diferencia entre rvspuesta d,ebida solamente al significado
como respuesta la mención de una de las oraciones que están entre las y respuesta debida al significado más inforrnación colateral'
alternativas antes mencionadas.
ARü{.1¡dEI.J,IüS Ír;lí :;aV,¡._r[,." []lrl 'l.i"i,[, '{ .T'r.i -f
¿jll
148 LA INDETERMINACION DE LA TRADUCCION
coeii't;errsir,ros frna,turalnl8ni;c, est;o es niÍilr l'ri¿;;::,* jj{}i'flirir I}d.:{¿i: ir
ver l'l/&O, pp. 37- 39). Usando tales tests se pueden investi-
gar las oraciones ocasionales para tratar de encorltrar entre ias co¡rcepciünes intuitiva,s l¿.i, sinonimia d;¡ i;íiri.ni*u-rs iurpiir:;.r,
üo€xtensionalida,d pero no al revés). [Jn rrr,l* r:1ern¡:lr: h;rs1;ará,
éllur ias oraciones cuyo asentimiento esté menos influido por
para dar la idea. Encontra,lnos que, floIilo irn t,r:r1o, '(iav¡,-
la infbrmación intrusiva. Estas oraciones son las que Quine
gai' estaba asociaclo con la,s nrisma.s est,iirru]ar"ioncs gue '(;u>-
ilarna "observacion¿rles" b. a2). La idea básica es sencilla: las I

oraciones observacionales son aquellas oraciones ocasionales


I nejo'" Pero 1as estimu.laciones que puede ol¡sr:i'r¿a,r ei t!ngiijsr.r'¡
son todos "gestálticos", y éi no puede aislar la relr:i¡;a,ncia sit
cltyo uso está más relacionado con la estimulación presente i

qlle con cualquier otro factor consistente en información de partes de ellas. Debido en parte a esto, si'gavaga,i'sigrri-
I

otro tipo. Es natural pensar, entonces. que en el CaSo par- ,l fica, por ejernplo, lo misrno que 'pa,ta de cone.jo no sr:pa,ra,rll
ticuiar de estas oraciones el significado puede explicarse en
;
del resto del conejo entero', las estimulacic¡nes qlle provocar"i
términos de una conexión con estimulaciones (porque su uso
l
I el a,sentirniento a tGavaga,i' serán 1as misma,s c{1re provüci:ut
está estreciramente correlacionado con la estimulación pre- I el asentimiento a tConejo', porque cua,nrlo uria estirnttla,ción
muestra una pata de conejo no separa,da del conejil muesl,r;r
sente)" Ésta es, aproximadamente,la conclusión a la que llega
también un conejo y viceversa. Ell eiemptro muestra, tlue tlr:,"
Quine (para rnás detailes, ver W kO, pp. aT*a|). expresiones que están asociadas con la,s rn.isura,s estirnulacir.¡-
llebido a, ia estrecha conexión existente entre el uso c1e una nes (cuando se usan como oraciones) pueden di[erir en .(i.ii-
oración observa,cional y la estirnulación presente, se pueden tensión (cuando se usan como términos)" lil ejemplo nruestr'rt
ofrecer, sin rnayores dificultades, criterios de sinonimia para también que, basándonos en nuestro conocimiento rie la,s rcl-
oraciones observacionales basados en las disposicione§ a res-
puestas verbale; que los hablantes da,n a las estinrulacionr:,"r
poncler verbalmente a estínLulos observables. Pero se trata de
no verbales (acompañaclas de pregunta,s a,decuada,s), poctre-
una relación de sinonimia global, entre oraciones enteras, y mos encontrar dos traducciones incompatibles de la misl'n¿,
no entre partes de ellas. En el ejempio que analizábamos an- expresión (porque la evidencia presentada permite tracluclr
tConejo', cuando esta
tes, es la sinonimia entre tGavagai' y
'gavagai' por 'conejo' o por 'pata de coneio no sepa,ra,da dtl,
última expresión se usa en un contexto en el que funciona
resto del conejo entero').
como una, oración de una sola palabra (como en la contes-
tación a una pregunta, contexto importante en el diseño cle El lector puede protestar en este punto (conrra f,)uine, no
asufiro responsabilidad por los argurnentos tlue he dado) rii-
los fesfs quineanos). Pero a rnedida que el proceso de tra-
ducción de la lengua desconocida avanza, explica Quine, el ciendo que la relacién global entre 'Gava,ga,i', pnr un lado,
lingüista necesita postular ias traducciones de partes de las
y la combinación de la pregunta '¿Gavagai?' con urla tlÍ,-
oraciones inrlígenas, ?.e. debe traducir palabras. Y es aquí
timulación no verbal, por otro, nCI agota el sistenla de nr:-
xos que conecta 'Gavagai' o 'gavagai' con estínrulos obser-
cuandoT inciuso en casos sencillos, surgen problemas serios'
va,bles. En otras palabras, hemos visto que dos traduccior.]cr:
§upongamos que 'Gavagai', expresión usada en algunos con-
discrepantes de tgavagai' estaban, a,mbas, de acuerdo con ei
textos como oración completa, se puede usar también como
conc¡cimiento obtenido acerca de ciertas disposiciones a ia
término, al modo de 'conejo'. Quine indica que la expresién
se usa como término y no como oración escribiéndola con conducta verbal observable. Pero conocer esas disposicioiles
(básicamente, la disposición del hablante a asentir a la prc:-
rninúscula" Sigarnos este r¡.so y preguntémonos: la sinonimia
,descubierta entre ÉGavagai' y 'Conejo', ies evidencia sufi- gunta '¿Gavagai?' ante estirnula,ciones que incluyan la visió:r
de un conejo) no agotael estudio de todas las disposiciones rt
ciente de sinonimia entre 'gavagai' y 'conejo'? Quine mues-
tra que no. En realidad muestra algg a,ún más fuerte: que la conducta verbal conecta,das con el uso de 'Gavagai' o 'g;a,-
vaga,i'. 'rs'I' postrrlatla, la existcncia, dc traduc.r:ioncs irrcon)p;r
no hay garantía de que 'gavagai' y tconejo'- seall términos
A TIT UN OX'ERaCIONAr,tSntO? t57
156 LA INDETERMINAcTóNI oo LA TRADucctóN ¿SUBYACE

(y es así en el sentido no hay nacla objetivo en la realidad que pueda frjar valores
trad,ucc.ión correcto implica sinanimia
de verdad a oraciones rlel esquerna 'O es trarlucción correcta
que estamos manejando), dos oraciones no sinónimas entre
En ese de P'. Esta conciusión no es Trr tal ccmo es formulada por
,? oo pueden ser tiaducción correcta de una tercera.
.rro, r"rá falso al menos d,e una de O1,"' Or,, Qug consti- Quine, sino más bien una cCInsecuencia de eltra (ver la § 1); sin
embargo, nle pareció conveniente establecerla porqlle, corno
i"Vu'una traduccién correcta de P' Digamos- que O¡ es .t.al
traducción mostré al fina,l de la § 1, de ella se siguen de manera muy
oración. For no satisfacer Ia oración abierta'O es
correcta en L2 de la oración P de Ll, O i no tiene la pro- directa las consecuencias anti-intensiona,listas de las ideas de
piedad disposicional D, característica de las oraciones que sí Quine"
satisface, iu, oru,.ión abierta mencionada. En ese caso, no
es IJe rsr + SO se pu.ecle desprender una versién de rr:r
cierto que la propuesta de una cualquiera de- Ot,' ' ' On co1o tai como es formulada habitualmente por Quine. Comple-
buena iraducci¿" ¿" P será coinpatible con la descripción tamente rlesplegada, rr:r afirrna:
de
todas las dispositiones a la conducta verbal. La situación (:rrr) Dadr:s dos lenguajes Lr y T-,2, hay en L1 oraciones P
que postula isl. no puede ocurrir, si es posible definir ope- taies que existen en L2 distintas c-¡raciones üt,... Crr,
racionalmente 'traducción correcta' entendida c'on el matlz no sinónrmas entre sí, y tales que la pi'opuesta de una
de sinonimia. For transposición concluimos que tsr irnplica cualquiera, rle ellas corno traqiuccií:n de P sería corn-
ta i*poribilidarl cle encontrar una definición operaciq+al de patible con la descripción de torlas las ,Jisposir:iones a
trad,ucción carrecfa, usacla con el matiz de sinonimia.2l ia conCucta verti aL, y no huy rzutl,a en la real.id,ad que
volvamos ahora, al problema de los fundamentos quineanos diri'na ent,rw Gr,.. . ün co?viü candidatas a la adecuada
en favor de rtr. tr, ,ro afirma simplemente que hay dlygt- traducción de P (ningu,na de ias oraciones es elimina-
sas traducciones no sinónimas entre sí y todas compatibles ble como candidata, las h,ipótesis anaiíticas que pue-
ante
con las disposiciones verbales (hasta aquí, estamos sólo den conducir a la hipótesis de que una ell especial de
rsr). TIT u,gr"gr, que no hay nada objetivo que pueda deci-
a ut? Se las ¡:raciones es la t'buer:ra" traducción no pueden ser
d"ir Lntre taies-atternativas. ¿Cómo pasar de r:sr verdaderas ni falsa,s, no pueden estar acertadas o equi-
presentan varias alternativasr y quiero ilama,r la atención so-
juega en la filosofía de vocadas ¿),cerca de nada objetivo)"
Lr" ,r,u de ellas, de la cual creo que
que agrego a TST Usanrlo SO es trivial inferir rrr, en esta formuiación, de
Quine un papel no advertido. Suponga*ot
un supuesto operacionalista -que llimaré SO- y según
el rsr. Todo el contenido de rtr excluyendo la parte transcrita
cual ,,iogúo cáncepto de la teoría del lenguaje es realmente en letra, cursiva (y ul paréntesis, de función meramente acla-
significalivo si ,,o^", posible definirlo operacionalmente' Es ratoria) se desprenrle de manera trivial de rsr: ) y(r que es la
fácil extraer una formu, de la tesis trt (la que en la § 1 ilanré forrnulación rnisn"ta rle rs'r (ver cornienzo Ce esta sección). De
(ii,)) de,rsr + SO. Prirnero deducimos de tsr la consecuencia esta parte que es mera repetición de TST se sigue el agregaclo
recién rdemostrada de qrtLe trad,ucción correcta (con el matiz final usando SO. En efecto, la realiclad no podrá rlirimir entre
d.e sinonimia) no es susceptible de definición operacional
a1-
Ot,"..Oru, señaiando que una de eilas es, en algún sentido, 1a
guna. so nos dice entonces que se trata de una noción que
"buena" traducción. Si eso ocurriera, estaríamos ante un con-
fur.." de significado. Luego, si la noción no es signilicativa, cerpto significativri (/c buen¿r trariuccién, o algo por ei estilo)
qr¡e no cs operacic¡nalizable, porque supuestamente señaiaría
2lEs fácil ver que si la noción de úroducción correcta se
despoja de la ir lrni¡, clc l¿ls orar:iones O1,". "O* corno la única correcta, y
,. puede probar que TST implique Ia imposibilidad ('()n lrimc c¡l tlis¡rosir:ir¡nes a,l compr-rrtanriento verbal ,, todas
nota de sinonimia,^oo
sol>re la
de definirlo opur".innalÁente; ,ólo t" seguiría una consecuencia l;ts t¿ or':t<'i' )n(,rj s()n ¿r,llllisilrlr.s ("olll(l t¡^aclucci<in adecua,da. I.ln
no-definibilid;d de la única traducción co*ecta, o algo sinrilar'
158 LA INDETERMINACIóN oo LA TRADucclóN ¿SUBYACE A TIT UN OPERACIONALISTT¡O? 159

otras palabras, el concepto haría una diferencia que no puede nada por el Círculo de Viena, fue la convicción a que se llegó,
hacerse en términos de disposiciones al comportamiento ver- de que muchos términos centrales de la física y otras ciencias
bat. trl concepto no sería, entonces, operacionalizable. Y de naturaleq no podían reducirse mediante definiciones opera-
acuerdo con SO, toda distinción conceptual que no sea ope- cionales.22
racionali zable, es ilusoria. Por diversas razones, tampoco resulta coherente dentro
El análisis anterior da algún apoyo a Ia siguiente conjetura: de la misma doctrina quineana adoptar un operacionalismo
Quine puede pasar de tst a TIl' porque utiliza un supuesto
para términos teóricos. Si se 1o hace, se acepta un tipo de
operaci,onalisia en terreno lingüístico. El lector puede esgri- verificacionismo para términos y oraciones aisladas, en con-
*it *qrí una protesta, porque yo no he probado que Quine tra de supuestos básicos de las doctrinas quineanas. Además,
pasa d" ,tt a TIT porque sostiene una tesis lingüística ope- si tal perspectiva operacionalista se adopta en áreas del co-
racionalista. En el mejor de los casos he mostrado que si se nocimiento físico, está claro que se produce una eliminación
sostiene una postura de ese tipo, se puede derivar TIT a par- de conceptos que Quine jamás querría abandonar. Es fácil,
tir de TST. Pero quizás son otras prernisas las que permiten-a por ejemplo, construir para 'composición química' un ar-
gumento totalmente paralelo al que citamos al final de la
Quine ese tránsifo. Ha llegado el momento, sin embargo,
de
dar evidencias adicionales. En varios pasajes de W kO Quine sección 1 a propósito de significado y sinonimio. Según aquel
parece adherirse a una tesis metodológica como la que Ie es- argumento, no hay significado, porque eso daría lugar a la
ioy atribuyendo. En p. 66, supra, hace una observación con existencia de una relación entre oraciones que no puede de-
ánimo de descalificar ciertas nociones (analítico, a priori y finirse de manera objetiva (porque hipótesis incompatibles
necesario). La observación se limita a señalar que ninguno acerca de esa relación son compatibles con todas las dis-
de estos conceptos "has traditionally been defined in terms of posiciones a la conducta verbal, todos los datos observa-
d,etectable features of uerbal behauior". En p. 207 se defiende bles que parecen pertinentes). Consideremos ahora ,com-
de los que 1o acu.san de pedir demasiado de una fundamen- posición química (de un cuerpo homogéneo dado)'. Adu-
tación áe la sinonimic y de la analiticidad y dice entonces ciré que no existe tal propiedad. Si existiera, daría lugar
que ,.(. . ) a"t I ask no more, after all, than a rough charac- a una relación entre cuerpos, que podemos llamar identi-
lerization in terms of dispositions to uerbal behauior". ¿No dad química.z3 Pero no se puede dar sentido objetivo a tal
es esto exigir definiciones operacionales? Si miramos' no a lo relación. Quine nos ha enseñado que hay un abismo entre
que euinJrechaza, sino a lo que admiter_ encontramos evi- el lenguaje puramente teórico y las oraciones observaciona-
áencias adicionales: las definiciones que é1 mismo construye les. Debido a esto, diversas hipótesis teóricas incompatibles
a lo largo del capítulo II, donde se ocupa de la traducción, sobre la composición química de un par de cuerpos a y b
son de naturaleza operacional. son compatibles con todos los datos observacionales posi-
bles. Como enseña Quine, puedo adoptar cualquiera de las
Por varias razones una tesis operacionalista sobre la intro-
dos hipótesis, de que a y b son químicamente idénticos y
ducción de térrninos teóricos resulta hoy prácticamente in-
de que no lo son, y mediante adaptación de otras hipótesis
sostenible. El paradigma del conocimiento legítimo es, para
Quine, }a físici. Bridgman sostuvo un programa operaciona- 22 Un análisis breve y lúcido de las limitaciones que
lista para la física, según el cual sólo eran términos legítimos le fueron halladas
al programa operacionalista se encuentra en carl Hempel, "A Logical
de esi disciplina los definidos operacionalmente, il modo en Appraisal of Operationism".
que procedimos antes con 'hidrosoluble'. Pero el programa 23 En el sentido d,e tener la misma
composición química que,relación
ttrminó en un fracaso total. TJn by-product de las polémicas utilizada a veces por los científicos. Véase Uvarov et al, The penguin
en torno a la teoría verificacionista del significado propug- [)iclionory of Science, 5a. ed., ¡r. 41, entrad a "beet sugar,'
¿suByACE A TIT uN opoRACloNALIstvto? 161
160 LA II'IDETERMINAcIó¡I »p LA TRADucctól+
puedo Essays señalan la dirección en que deben buscarse las pre-
teóricas (el arrálogo de 1as hipótesis analíticas) ::".
empírica misas que usaría Quine; pero pueden suscitarse serias tludas
ciliar la hipótesis elegi«la cr:n'cualquier evidencia
refutarán con-
acerca de si son premisas que pueden fundamenta,r adecuada-
posible" Nunca las oñciones observacionales mente el operacionalismo local antes mencionado" IJna tesis
cluyentementeunaolaciónteóricaquehayadecididososte- b¿ísica de Quine es que " Lamguage is a .cocial art which ue all
oración teérica
ner, porQü€, .*o enseña Quine' cualquier de observacio- acquire on the euid,ence solely of other peaple's ouert behauior
da,ila puede sostenerse con .oalquier
.on;onto und,er publiclg recognizable circumstances" (rp. cit., p" 26).
drásticos en otras
nes al precio au ".¡"'tes sufici.oto,,",'te Sin duda debemos conceder esta premisa" Pero, is€ deriva de
se suponen fijadas en
oraciones (teóricurllu, observacionaies elIa que los conceptos lingiiísticos deba,n ser susceptibies de
respectg de ia veri-
valor de verdaái. iig; similar se cumple
química' definicién operacional? Observe el lector que si admitimos tai
ficación de taleá o.ufiorrus. Bntonces, 'composicién.sign-ilicado, derivación, corremos el riesgc de tener que aceptar algo se-
Como
y .quími.u,**nt* id.éntico, Se Colnportan de comltosicitir¿ mejante para la teoría física misma. Veamos la comparación
y ,sinonimia'. bub**os rechaza. .i.oo.epto con más detalle.
química. Quine sostiene (véase cita recién transcrita) que los únicos
Porloexpuestoenlospárrafoslrrecedentes,}royresuita elementos de juicio eri que nos podemos apoyar para adquirir
general de
francamente inarlmisible una tesis upitt*.ooiógica
que ias doc-
el lenguaje es la obseruación de ia ccindu cta obseruable de la
tipo operacionalista. He rnencionado tarnbiénuna tesis episte-
gente en circunstancias públicamente obseruables. Conside-
trinas de Quine chocan decid,idamente con rernos plausible esta premisa por el mornento. Quine piensa
mológicadetaltend.encia.Sirrembargo'tamt¡iérrhedado que de la premisa se seguiría la conchrsión de que el lenguaje
conecta la ad"-
evidencia de que €n t'erreno lingüístic' .931"* de que se 1o sólo consiste en un complejo de disposiciones a cierto tipo
misibilidad de un concepto coi la posibilidad de conducta observable (1a, conducta verbal) ante estímulos
de disposiciones a la
clefina operacionalrnente, en términos observables.2a
de w ko)" L"
cond.ucta u"rbu,l observable (ver cita-anterior Si se acepta, esta conclusión, ya tenemos 1o necesario para
últirnas oraciones es
única *uo"rJá" .o*patibitrizar las dos clerivar rIT, porque si ei iengui'tje consistiera sólo en un corn-
operacionalista gene-
Suponel que Quin. ,,o acepta una tesis plejo de disposiciones como ei descrito, se seguiría que un
ral,perotieneotrasrazonesmásparticularesqueloconducen tr*,:t" concepto lingüístico significativo debería poder definirse
a un áp"'utionalista "'i t"tt"'ro ii,güístico' siernpre, en principio, de rnanera operacional (po, referencia
"rrfoqr,'"
caso,habría"rr'lufilosofíadeeuinealgunaspremisas("d1f" a disposiciones a comportamiento verbal en circunstancias
rentes a" orru-i.ri, op.racionalista genéral)
que.
^conduciría, observables). Pero ei tránsito de la premisa que considera-
li*glísticos significativos.de-
a Ja.tesis de que Los conceptos mos plausible a la conclusién sobre la naturaleza del lenguaje
en tórrni,os
ben se*or."!iU1us de olgrro caracterizacién es sumarnente discutible.
dedispo,i.io,,",alaconductaverbal.Estatesisperrnitiría,
metodológicas Es perfectamente sostenible que todo nuestro conocimien-
pasar d. rrr u rm y fun,ilamentaría exigencias to físico se obtiene, en última instancia, observando el com-
comolacitadaantesapropósitodelacaracterizaciónde1a ¡rorta,miento observable de la materia en circunstancias ob-
sinonimia, eic. sr:rv¿rbles. ¿Se desprende de esto que el rrrundo físic,r es sólo
u n comple jo de disposiciones a comportamiento observable
'd";", doctrinas pueden conduc.ir a Quine a esa
Qued.aplantead.oenelpárrafoanteriorelproblernadequé
pr.ilir* la cuestión cle si
suerte cle operacionalismo lácil, y también 2'1 "()lrl,ologi<;¿rl ltclat,ivity" «:s cl lug;rr rlondc
Quine urucstra nl¿is cla-
r-ealmente ia tesis dc-
tales pr"*iru, r"" pfr*sibles . iáptl.un gtlx't r;rlrrcl¡l,r: r'sl.;¡. <:«¡n<:(:¡l<:i«ilr <l<:l l<:lrgrra,.i<:.
R,elatiuitry arr'rl
seada. ¿,1g"";, l¿rrrf", d,e Ontoiogical
162 LA INDETERMINACIóN oP LA TRADucclóN ¿SUBYACE A TrT UN OrERACIONALISIT¡O? 163

este último caso, Quine dice que no se le puede dar signi-


en circunstancias observables? Si admitiéramos esto, una te-
sis operacionalista para la ciencia física en general sería de- !c1do experimental alguno a la diferencia entre respuástu
d-elid-a al signfficado y la obseruación solamente y reipuesta
rivable. Pero esto no resulta admisible en la epistemología debida a esos factores más información colateril. En otras
actual ni en la filosofía de Quine. ¿Por qué deberemos ha- palabras, no puedo describir tal diferencia en términos de dis-
cer una diferencia entre el caso de la lingüística y el de la posiciones a la conducta verbal observable. Dado el enfoque
física? En física observamos el comportamiento observable metodológico adoptado, Quine concluye, naturalmente, que
de la materia, y después imaginamos hipótesis explicativas la diferencia descrita es ilusoria. pero analicemos un
que postulan no definibles operacionalmente. De- "ján-
"otidud"s pl9.- supongamos que los miembros de cierta tribu, únicos
ú"ríi argumentarse muy cuidadosamente para probar que hablantes de cierto lenguaje L, creen que los dioses están
,ro o.rr."" algo análogo en el caso lingüístico. Pod'ría soste- enojados si y sólo si está lloviendo. Todos los miembros de
nerse que tari.bién en é1 .uro del lenguaje, comenzamos obser- la tribu comparten tal creencia. Desde un punto de vista
vando comportamiento verbal y postulamos luego hipótesis i-ntuitivo, podemos concebir perfectamente [ue haya en L
de comple;idad creciente sobre significados lingüísticos, 11e- dos.oraciones, ot y o2, significando la prirnera ,los dioses
gando, iventualmente, a hipótesis que, si bien permiten ex- están enojados' y 1, segunda 'está lloviendo'. pero desde el
que no se
[h.ur conductas lingüísticas, contienen términos punto de vista de Quine, ot v oz significan lo mismo. Am-
p,r"d"r, definir usando sólo descripciones de disposiciones-a bas cumplen los requisitos para sur lonsideradas oraciones
ia conducta verbal. No hay por qué pensar que la trama de observacionales (ver mi síntesis de los criterios relevantes al
nuestro conocimiento del lenguaje es más sencilla en este as- comienzo de la § 3) v los indígenas están dispuestos a asentir
pecto ei.€ rrü€stra teoría física. Si no se acepta de antemano a, y disentir de, ambas oraciones, exactamente en las mismas
Lt uoroque metod,ológico que Quine propone para el estudio circunstancias. La única diferencia que podemos encontrar es
del lenguaje en W kO, algunos elementos de juicio presenta- que al observar la lluvia un indígena está dispuesto a asentir
dos en el libro pue,ilen ser utilizados en contra de tal enfoque' a oz sólo debido a la obseruación y al signfficad,o y en cám-
-esos
Comenté antes (principio de la § 3) que, según Quine, algunos bio está dispuesto a asentir a ot debido- a fa-ctores y a
tests permiten, án principio, distinguir ent¡e el asentimiento la influencia de una creencia compartida por la comuniiad.
u or,u pregunta priuocad,o sólo por el si,gnificado de la misma El análisis del ejemplo permite conclusionés diferentes según
y lo obselraciói de lo que acontece en el momento y el asen- las premisas que privilegiemos. Si estamos convencidos-de
iimiento que es prouo"ádo por los dos factores mencionados, que toda distinción conceptual en temeno lingüístico que no
pero ,on io ,yudo d,e infoimación adicional. Si un indígena sea "operacionable" (describible, en principió, en términos
ha visto escond.erse un conejo detr¡ís de una mata, y '¿Gava- de disposiciones a la conducta verbal) ,"ál*ente ilusoria,
gai?, significa en su lenguaje lo mismo que '¿Hay allí un co- debemos concluir, con Quine, que oí v"ro2 son sinónimas y
íejo?,, á1 indígena puedá contestar afirmativamente a la pre- es ilusoria toda pretensión de que existe una diferenciu
go"otr',¿Gava[ai?' hecha por un lingüista que señala la mata, su significado como la que yo he tratado de describir.2s ", Si
asociada íntimamente con
! esto nL signlfica que la mata estéque al lector le parece que sí es posible una situación como la
á1 signifi.uáo de la-pregunta. Lo sucede es que la visión 25 Nntr.u.lmente,
de la mata sólo próvoóó lu respuesta afirmativa por la in-
esta conclusión depende der supuesto de que
euine
ha mostrado de manera convincente que no se le puede dai ,,seitido
tervención de infórn:ación colateral poseída por el indígena' experimental" a la diferencia que me ocupó aquí. breo que
euine lo
cuenta de que
Quine dice que, en principio, podemos darnos ha hecho- Naturalmente, hipótesis analíticis adecuadas pueden arrojar
la respuesta, tr¿r«lrrcciones distintas de 01 y oz; pero recuérdese que tampo.o -ln.
t.y iotorrnrii¿o colaterJ influyendo en :.1""
qoá trl información sea poseída por toda la comunidad. trn
lri¡><it«rsis an¿rlíticas rivales pueden ser dirimidas si concuerdan tod." .on
EIIJT,IoG Ir¿ ría RECIEN'IE 165

164 LA It'iDET'ERl'{INActó¡¡ np LA' TR'ADucctóx


Quine no ia ha explicitado porqüe ha usado, en ocasiones,
de Quine sobre el len- <¡tra tesis que curnple funciones similares: el lenguaje es
descrita, debe conciuir que el enfoque
introducir tndos los conceptos técnicos que sólo un coniplejo de disposiciones al comportamiento verbal
;l1* no permite hechos lingüísticos' - observable en situaciones observables. Aceptar esto último
se necesitarr para clar cuenta cle los
No i,tentaré dir:imir aquí el dilema co,
que el 1

arroja el operacionalismo local como corolario directo: si un


-finalicé
aquí que concepto no es susceptible de ser caracterizado en términos
dejar señalado
párrafo a,teri'r. Simpiem"i*. quiero de disposiciones a la conducta verbal, hace una distinción
necesita premisas que no son
;;;;p"rar de rsr a,rr.r Quine de tesis más ilusoria. Pero una caracterización como la descrita es una
obvias ni se ¿"rpruo¿u" dt mallera to*üot"nte definición operacional. Luego, concepto que no es "operacio-
aceptatrles. nable" no es admisible en la teoría del lenguaje.
tsr: impiica tIt, entonces, si se agrega la tesis operaciona-
§ 5" Otls§$v.'l,cl«rNES FINALES lista local, o la tesis sobre la naturaleza del lenguaje arriba
y tln' creo que son rnencionada. Ninguna de estas dos tesis es obvia. Ninguna de
sintetizaré rnis puntos de vista sobre TST
totalmente convincentes los argurnentos d,e
w ko en favor de ellas es tornada por Quine como "premisa última". [Iay argu-
porque mentos en favor de e1las (más directamente a favor de la tesis
,rr.ro TST nre parece, ademásrplausible en sí misma, qt'e ciertos sobre la naturaleza del lenguaje, en los escritos de Quine)
1o que esta tesis afirma, *" úiúma
instancia' es
el lenguaje no se pue' basados en la forma en que se aprende el lenguaje. Pero he
probternas que pue¿e,-planteaise sobre aducido que ese aprendizaje es muy similar al aprendizaje
d,ert, r.eforrruloi
e, térm,inos de disposiciones
por
"or,ryrliton¡,ente con lo. que sabemos hoy de hechos físicos, terreno donde Quine no admitiría una tesis
a la contlrcta uerbil" ana,logía
como la que extrae en el caso del lenguaje (una reducción
sobre el co*ocirnientn físic.o (q". sr: formula- ernpleando con-
..operacionalizarse,, totalmente), esta de un sector de la realidad a un complejo de disposiciones
ceptos que nC) prred'en a comportamiento observable en circunstancias observables).
ufir*u.ión fiIe iu,.'lt* pelfectamente creíble' No creo, pues, que haya en los escritos de Quine argumentos
creo que se
Por los análisis de las secciones anteriores, convincentes en favor de la premisa que se debe agregar a
permita extraer
puede construir un argumento válido q1le
rsr. Además, creo que hay consecuencias sumamente anti-
premisa adicional,
rlr de TSr, pero sólo co]t 1a ayuda de como una
"operacionalismo
intuitivas del enfoque quineano que respalda tal premisa, y
q ue he bautizado en algu"o'- pá"afos
como pre- de esto he tratado de dar un ejemplo hacia el final de la
local,,. Lsta tesis *., ui declarada, explícitamente
sección anterior. Mi conclusión final es, pues, que el análisis
misaporQuine,perotantoloqucseaceptacomolocluese que ha hecho Quine de la traducción no ha brindado un ar-
del ienguaje, señala
rechaza, en trü&o, respecto de ia teoría, gumento contundente contra los conceptos intensionales, y
que el enfoque á*'Qoii e 1a contiene implícitamente' Quizás es ésta, todavía, una cuestión abierta.

lasdisposicionesverbales'Porotraparte,enelejemplouleocupodela Nota sobre bibliografía reciente


sinorrimia gtob.l Ot V Oz, f i"q""los criterios de WkO (segú*
está
"otr* oraciones obselvacionales
los cuales la sinonirnia y traducción de
ii;;*; indefectitt*á*r,t* a que ambas oraciones son ob- Obvias razones de espacio me han impedido tomar en cuenta
deternrina,lr)
servacional". y ,io6r,imas. Esto choca con la intuición' porque palece muchos puntos de vista que se han expuesto en la literatura
queelementosdejuicioadec.uarlos(concediendoaQuinequenoprre- reciente, o más o menos reciente, sobre el argumento de la
podrían li"ru.rro, a descubrir que ot Y
o2 tienen
den ser clefinitivos) indeterminación de la traducción. Para paliar mis omisiones
texto'
,iá"iii.oa.s distintos como los riescritos en eI rncn«:ionaré aquí algunos artículos y libros. Dos obras re-
26 Por razo*es sobre ias que nú rne p,edo extender aquí, los argll-
que el nuevo argumenl'o «:i<rntcs «:onsideran las tesis quineanas sobre la traducción y
mentos de wko me resultan más pr:de-rosos
for Indeterminacy of Translation" '
de "On the Reasorrs
166 LA TNDETERMINACTóN op LA TRADucctóN

el significado en el marco de un intento por proporcionar una


visión sistemática de la filosofía de Quine: George Romanos,
Quine and, Anatytic Philosophy y Roger Gibson Jr., The
Phi-
lásophy of W. V. Quine: An Etpository Egsay' En cuanto
u urií.olos, han aparecido muchos; aparte de los menciona-
dos a lo largo del capítulo, he encontrado puntos interesantes
y afinidade-s parcia[es en Richard Rorty, "Indeterminacy of
Translation and of Truth", €r Boorse, "The origins of the C.q.pírulo IV
Indeterminacy Thesis" y en el importante artículo de Dum-
mett, ,,The §ignificance
-Synthese
of Quine's Indeterminacy Thesis"; FORMA IÓCTCN, IÓGICA DBDUCTIVA Y LENGUAJE
el voiumen de en que apareció este último incluye ORDINARIO
una lespuesta de Quine a Dummett, un comentario de Dum-
mett tott. la respuesta, y otros trabajos de Charles Parsons
y Gilbert Harmin conectados con el tema. Hay dos traba- En los capítulos anteriores, no intenté explicar en ningún
jos de Harman que no son tan recientes, pero son artículos momento la noción de forma lógica; me apoyé, más bien,
Llári.or que siguen siendo de utilidad para introducirse a en la comprensión intuitiva que tiene de ese concepto cual-
quiera que haya estudiado algún texto de lógica moderna.
aspectos tel pénsamiento de Quine conectados con los te-
mis de este capítulo; el lector deberá tener en cuenta, sin Quedó en claro, sin embargo, gü€ se trata de una noción
embargo: Qüe por su fecha de publicación, no se ocupan de
central para la disciplina que nos ocupa. A pesar de este
algr.na bibliogiafía quineana posterior. Se trata de "Quine
lugar teórico central, el lector de textos de lógica o ensayos
de filosofía de la lógica no encontrará habitualmente explica-
or,-M.rning ind Existence", (I) y (II), y "An Introduction
ciones detalladas, ni mucho menos una definición explícita,
to ,Translaiion and Meaning"'. Por último, cabe mencionar
que el reciente libro de Quine , Theories and Things,, incluye del concepto de forma lógica. El estudiante de la materia
suele formarse una idea de lo que significa esta noción más
áorayor en los que el autor modifica algunos puntos de vista
rrryor aludidos en este capítulo, aunque no hay alteraciones por el uso y ejemplificación reiterados de la misma que por
que afecten nuestra discusión. aclaraciones conceptuales bien desarrolladas. Esta ausencia
Nota agregad,a en 1989: Después de finalizar el presente |i- de una definición explícita o caracterizaciones detalladas no
me escandaliza mayormente, por la sencilla tazón de que es
bro, tuve ácisión de presentar un resumen de este capítulo en
completamente habitual que ocurra algo similar con respecto
un simposio sobre Quine que contó con su presencia. La res-
puesta escrita de Quine confirma mi interpretación de sus ar- a muchos términos básicos de disciplinas científicas o ma-
gumentos y contiene una reafirmación muy clara y concisa de
temáticas. En numerosas teorías de conjuntos, 'conjunto' es
Lrc pru*isas en favor de ut. Al corregir pruebas he añadido un término primitivo que sólo se ejemplifica informalmente,
antes del estudio de los axiomas que permiten manejar la
en li Bibliografía las referencias de mi ponencia ("Sobre e1
argumento de la indeterminación de la traducción") y de la
noción. En teorías físicas importantes, se estudian leyes so-
bre partículas o sobre la electricidad sin ofrecerse definicio-
respuesta de Quine.
nes de estos conceptos. Sin embargo, es deseable disponer de
un análisis más desarrollado de una noción tan importante
como la de forma lógica y en este capítulo procuraré hacer un
aporte en este respecto. No intentaré llegar a una definición
explícita (tarea que considero habitualmente muy difícil en
Ifis P'oitl\{A r,óclca, Ltid;lca Y LENGUAJI'
ACLARACiO NES PRELI[,{lN*\ R.ES r69

r'fiuy básieos <1é rrna disciplirra dada); nrás


ca,§ü§ cie cürrcepl;r}* de razonamiento es sencillo, porque las ma,l,rl.ces ¡r fcrrrnas de
que tiene-la
bl*o trataré cle iracer una *xploración de tros u§cls razonamientc¡ son, básicamente, construccir:nes a partir de
ella una acla-
noción en los tex'tr¡l; ¿e lógiCa, Y de extraer de las rnatrices y formas de la primera familia.
sobre
ración de 't aies usCIs y *lgirnus conclusiones fitrosóficas Dos presupuestos serán utilizados en nuestro análisis.
Ia lógica decluctiva" En primer lugar, usaremos 1a,s conclusiones a que ilegamos
acerca de portadores de verdad. Puede observarse que ias en-
§I"AcT,AIdACIONESPRELIMINAREs.f)osPR-ESUPUESTOS tidades que el iógico elige como "porta,dores de forma iógica"
llE I'.iU ESTitO ¿ruÁllsts son las mismas que elige como portadores de verdad. Iln tal
caso, nuestra conclusión sobre el últirnc¡ tema nos conduce
Los iógicos su"eien usar Ia expresión 'forrna lógica' de^dos ma-
tftrrma^s lógicas' alas fórmulas a interpretar que las rnatrices y formas lógicas de que he-
nera§ distintas. A veces llam;rn mos de ocupal'nos son matrices y formas de enunciado (en
ile cierto sisterna siuiirólico; son f,orrnas lógicas, en este
sen-
etc' Otras veces? se el sentido técnico de I.2.5) o de oraciones-tipo consllderadas
tirl"o; expresiortes corno 'P''l', 'p V '1,'', en un contexto dado (en las líneas del análisis hecho en la
dice q*e estas expresiones i¿sr¿áalizart' ü rep'resentan
f<¡rmas
misma subsección I.2.5). Aparte del uso que podamos hacer
ügi.*. [,,&s.p for*á, légicas, e* este senticlo' no sol] expresio- de nuestros argumentos de la sección I.2, se prrerlen clar argu-
oü oo*o v g,, etc.lsino algo repre§entado o simbol\zado mentos independientes para negarse a asigna,r' fbrma lógica
aquí, pero usarelnos
for ellas. Arnbos sentid.s nos ocltparán la a una oración-tipo tomada sin un contexto. La oración 'La
i*pruriones distintas para eilos" En nuestra terminología, t¡altrena está desapareciendo' puede tener la, forma lógica de
Íbrma lógica será u,lgñr, rasgo o característica representable una oración singular cuando es pronunciatia por un marinero
media,nte esquemuo Iógi.ot io'oo 'p Y q', etc';
los esctruemas
tmatrices'' que ve alejarse cierta ballena de cierto barco, y Xa forma de
mismos serán ilamadcls una oración de estructura, lógica rnás cornpieja, si es dicha
.Ianto las matrices, como las formas lógicas representables
por un hiólogo interesado err problemas de cotrservacionismo.
por ellas, se dividen en dos familias diferentes. Por un lado Este ejemplo puede ilustrar por qué no asignaremos formas
;ttá" 'p.q'r'-pY g', etc., y las f,ormas que representan; por lógica,s a oraciones-tipo considerada,s en sí misnras, sino más
otro l.,tro, estin 'i.qlp','-pY 8',PlQ-',9tt', y las formas
que
la primera fa- bien a oraciones-tipo en algrín contexto, o a oraciones-caso2
,.fr"r"r,tan. Las milric*, o foráat 1ógi..t de
(las cuales sol1 siempre inscripciones o emisiones que perte-
milia corresponden a oraciones, proposiciones o afirmaciones,
problema necen a un contexto rr:al).
,"gúr, la decisión que se h-aV1 támado respecto del Ei segundo presupuesto cle nuestro análisis es qrie diver-
correspon-
á""to, portadores de verdad; las de la- segunda,
sos conceirtos intensionales sr-¡n de utilidad para analizar la
den a razonamientos (qrr* son analizados como compuestos noción de forrna iógica, y ciue nada se ha clemostrado en con-
por clistintas entidadeiiotra vez según Ia posición adoptada tra de la legitiinida,d r1e tal uso. Los capíl,ulos II y III son
,"upu.to del problema antes "'""tlooado)' Por razones
de
de ma- los que ofrecen, en este libro, los fundamentos de este pre-
simpliciclad, sólo nos ocuparemos en nuestro análisis srr¡ruesto. En II traté rle rrrostrar qtle se necesitan nociones
tricls y fo.m* lógicas ¿é ta primera familia.l Si uno logra intensionales para pocier eLectuar r.rn aná1isis cle las nociones
matri-
realizar una clarificación conceptual adecuada de las lógicas cuanrlo se aplican al ienguaje ordinario; una respuesta
ces y formas á" ir, primera familia, extender
el análisis a las
de Quine a, rtis argurnentos,, aurtque disen[ía con rni posición
general, aceptaba que por el momento, sin nociones intensio-
1 D" modo que, saLvo que el contexto indique claramente Io con-
similar-
trario, ,rnatriz, ,rtoífi..rá riatriz enunciatiua., o de enunciados; 2 ilecuérdese que los enunciados scln ora,ciones-caso, de acuerdo con
mente para 'forma lógica'' l.;r. l,r:ruri rrologí;l dr.: I.2.5.
170 FoRMA Lóctc-q,, lóctc.a' Y LENGUAJE MATRICES 17L

nales, éI no podía ofrecer una definición de al-gunas nociones racterizar la noción de ejemplo de substitución y la secciín 4
lógicas qr" i" aplican al lenguaje cotidiano. Bn III, por otra se ocupará de la forma lógica. Las últimas secciones exponen
pJrt., intenté rirostrar que el argumento- que suele conside- algunas conclusiones sobre el concepto de forma lógica y so-
,urr" .o*o el elemento áe juicio más poderoso en contra del bre la naturaleza de la lógica deductiva. Las conclusiones se
empleo de conceptos intensionales, dista detener una solidez fundamentan, naturalmente, en los análisis de las secciones
i"áil¡"tuule. por estas ra,zones, pues, no habrá timidez en eI precedentes.
oro á" conceptos como sinonimia y otros relacionados, a lo
largo rile este capítulo.3 § 2. MarRrcES
Éu.u, terminar con estos preliminares, indicaré brevemente 2.1. Idea general de qué es una matriz
el método heurístico que seguiré en mi intento de aclarar Ia
noción de forma lógici. Primero, aclararé algo la noción de Es relativamente sencillo caracterizar qré son las matrices de
matriz (sección 2). Según nuestro punto de partida intuj- la teoría lógica más utilizada:la teoría general de Ia cuantifi-
tivo, la iorma lógíca es algo que una matriz representa. No cación con identidad. Pero si intentamos un análisis profundo
su,bámos qué es ese algo representado por 1a matriz, pero de la noción de forma lógica, no podemos restringirnos a esta
sabemos quiénes "poseán" ese algo: son los enunciados que única teoría. Los lógicos contemporáneos suelen considerar
constituy* lot ejemplos de substitución de la matriz' En ridícula la idea que tuvieron algunos filósofos del pasado,
efecto, consideremos una matriz como 'p.q'.Representa una al considerar que la silogística agotaba la lógica. Creo que
forma }ógica. iQué cosas tienen esa forma lógica?- La res- hay pareja ingenuidad en el supuesto de que es agotada por
puesta ¿J¡e r"ir ior ejemplos de substitución d"'p.q' , ya que, la teoría cuantificacional mencionada.a Ya existé, mochut
r"gúo el uso lógico habitual, Ia matriz en cuestión se utiliza extensiones de la teoría cuantificacional de orden uno, y en
para representir 1a forma lógica que- tienen los enunciados vista de los problemas que aún quedan por resolver acerca de
qo" ," pueden obtener por tu6ttitución a partir de ella' Esto la lógica de muchos giros lingüísticos, es esperable que otras
oor r.¡ula alguna dirección en Ia cual buscar una caracteri- teorías lógicas surjan en el futuro. Si hemos de ocuparnos de
zación de la for*o lógica. Si los enunciados que constituyen la cuestión general de la forma lógica, debemos tratar de des-
los ejemplos áe substitución de una matriz son los que tienen cribir de una manera abstracta y general la noción de matriz.
lu fómu lógica representada por ella, podemos caracterizar Naturalmente, lidiaremos con un concepto más vago y difícil
con la *uyot pruiitión posibie cuáles son tales enunciados de caracteñzar. Pero los problemas filosóficos y conceptuales
(caracteriándó, entonces, la noción de ejemplo de substi- no se aclaran ocultando, o dejando de tratar, las cuestiones
iución de una matriz) y buscar luego qué es 1o que tienen espinosas. Lo cierto es que la noción de forma lógica se utiliza
en común. Esto nos puede dar una idea de qué es Ja forma con frecuencia en conexión con cálculos distintos del cuanti-
lógica re[)resentad,a [r, uno matriz dada. Pero aduciré que ficacional (lógicas temporales, modales, de creencia, etc.); es
,tJ huy forma lógica qo. no esté representada por una m-atriz. legítimo, pues, considerar el problema de cómo se usa esta
podrá entoncesluru,it.rizarse, en general, qué es una forma noción y otras relacionadas. Es posible que encontremos al-
lógica, entendiendo por ello toda cosa que sea la forma lógica tas dosis de vaguedad en tales usos; pero nuevamente, evitar
r"ir"t"ota,ila pot ottá matriz. La sección 3 será dedicada a ca-
4n
= -Us muy común actualmente que un filósofo considere que la noción
3 También otros autores que han sentido la necesidad de usar con- de-forma lógica se agota en consideraciones de la lógica cuantificacio-
ceptos intensionales para analizar la noción de lorma lógica, han decla- nal; como dice Gilbert Harman, "For philosophert, ih" rogical form of
,oáo qo" no se sentían inhibidos por las críticas antiintensionalistas. Ver a sentence is giuen bu o paraphrase into quantification theorg,, (*Deep
Strawion, "Logical Form and Logical Constants', p' 3' Structure as Logical Form", pp. B0-1).
N,IA'['R.iCfi5 173
172 F.úFti'§riA léctca, lóclca Y IENGUAJE
Analizar las vag;ue- lenguaje fbrrnalizatlr:" c f¡rnrionri, {,rúrrl(,} i¡n¿}, "ct-rn!;r;L;rarl,icla
el probierura frc! contribruirá a,su soiución. que nos f,orrnal" de urra, cxpr€:sién léeic;r (ci "pal¿r'bra 1égica") del ien-
á;á;; y protlema,$ qlle puedan i'ener Los conceptos
illa,rc() conceptual guaje cotidiano
ocupa,n nos hará c0ltocer mej<lr nuestro
co*tribuir a su perfeccio*amiento lntentaré aclarar url pocc l¡iás ia c¡;,racterización i-il'ece-
;";J; ;"*ocii'iento iruede dente. Atrgo rlebe darse por supuestr:, coino pun[o d,e partida,.
ulterior.'
-'";;;;ecle en cualqrrier prtlceso cle clarificación conceptua,l; en k: qte si-
dar rrna idea genera,i tle q,í: es una rnat'riz
en
Las ma- g1re, supondré que el iect,or tie¡le una idea generai de qué es
té*nirros tle c_¡tr.as nociones tamtrién pr.blemáticas.que están un lenguaje fbunalizarlo interpreto*.*. Vearnos (ii :, (ii ) con
trices rk: los cálcuios conocid.os son expresinnes
esi¿a lista: rnn,starltes lógicas' más clei,alle. IJe 1a,.; dos a.lternativas rrrencionaclas ,en (i), 1.
cor1rtr)ilÉ]rrtrro po,. i*greriienteg r1e
Ietxss s-ct/utrruit'¿¡Jrñ, atantific.adr¡re-c,
'uariables y sigrtos auyi- ¡rrirnela es ia rnás cor¡lún" Si c es ulia cousla,lrte iógica c1r:e
es cialo, una nratriz pertenece a,i lenguaje fr¡r;laliza,rlo l, k¡ ha,bitu¿r.l es que a c se
liares" §i el sig*ilicado de estas nor:iones
se pueo.li: describir como tlna seclrencia
tle signos en 1a que le rié ciirectamente urr significarlo unívr¡co precisr-r r:n la iilt{.:r'-
ssl¿r §tl encus:ftiran ex.presicnes tjc, los
tipos rnencionadris y a irretación cle 1,, o qri{l sca <ieflniclo rle¡rtrc dr: i.r:n tórrninors
enrnci;l,dos,, u ora,ciones- cie otros sigtto,-; ¿r icls qur ia inter¡rrctaclón asi¡5nó signifir.a"
fartir rle ia u,,,ol ** po*,,i*ir obtener a'remos rle dc,s t¿rles de rnr¡rtro direclc¡. fll tipo dc "significado preciso"
tipr-r, mer¿r *rn rr,,,i*rtás métorJos especificat¡les.'Irat
y para etrlo asignado está habituajmente concr:t,iiCc ,:c¡n la, noción de c.on-
aciarar y pr*oiour gra,dualmente outu d*t.ripción, t'ingre-
deteniuriento los diciones de vei'rlad: la interpr*:tación de c perrni[e iic[errni-
comcn?,a¡ernos poñstud,iar cc,ri urás
nar las condiciortes dr, verciad de ¡rna orar.:iiln cuyc' operacior"
dientes" arriba, enu'merados'
pr:incipa,i es c. (Ii.iernplo: tal como h{endertrson rf,es¿rrroll¿r. 1a
l<igica proposicional cie Ir¿ü¡ucluctior¿ to Ms,themu{,ic:al l,oqir:,
2.2. Consto,nt,es lógicas '^,'y'r'r,-, irrterprr:ta.n coli tras tablas de verdarl asor:iildas
Lavagaidtraquesuelerttenerloslógicos,s.ot¡requées'enge- a 1a, negar:ión 3' a,i condicir-rnal rnaierial, respectivanrente, re-
de la (también i:il¡ien<lo ent;ortces de ina,nera direcl,a iin significado tr>l'eciso
neraj, una co*stante 1ógica puecle dÉscribirse
es un signo conectado con condiciones rle vei'uja,d; *\r" y otros signos se tle-
vaga) rn,rue'a oigoi*nt*:.: Ili. c,nsta*te lógica
sea q*e ta1 finen lucgo en térrninos rJe'..,'y'J', adq,:irier,do senticlc¡ rir:
c de un lengu;j; f";*aliza,tlo inturpretado,(ya rigprosa o sea
1r,t*rpr,,taciLur esté basada, en rina rnetateoría manela ii¡rlirecta.) N" siernprr:, sin ¿:mbargo, una, const¿rl¡tc
estos tlr,:go:.1íll:::' lógica a,rlquiere rln significa,tlo ¡rreciso de la rlanera descrita,
pura,melrte intuitiva), tal que.u pl-esenta
nrencionado, c se u§a con un slgnl- y por ello (i) deja, lugar a. un;l segunda alterne,tiva. Iln el sis-
il) Aorttto de1 ir,rr"lgua,je h;r,y reglas c'laras
ficado u,ívr:cr¡ preciso o, en su defecto, tema E clel lir¿tr;ilrn,tynú Ce Anders;on ), IJelnan], {lor e.lerirpi,r.
t-*' tiene una inter:¡lretaciórr intuii,iva,. pero l]o es ta,n lrrccisri
que perrftlten rnanipularlo adecuadamente;
(ii) dentro ciei
colno pa,ra dar condici,rrrrrs dc verrlad o:laras a las ora¿'iones
5 Ln" fiiósofos que se rnl"testran más ansiosos
por reernplazar un con- que puedan construirse con t--+' crJlrlo operador principaJ.
ceptovagúqrepo,tl*uttibirsuuso'olviclanqueestaúltimatareasuele Las reglas y axionras dei sistcrna perrniten, sin ernbargo, 11r¿1,
rle nociones rnás precisas (pot-
ser un paso cony*rrl.r,t" en la ut",irr"a,. m;lniirulacién ciecluctiva i1e las fórn'¡ulas que contlenen '--*'.
queperrnitetenercla¡osiospuntosenqueelccltrceptova8oaclolecede
á"feátot e indeterminaciones)'
A[ analizar (ii), puede a,-lveltiis{] (lue la,s fuentes inás iin-
6 Naturairnente, la idea d.e const,ante lógica es mucho menos
vaga sr portantcs dc la vagueda,d tlLlc impregrla la caracterizaciéri
unoserestringealasconstantesdela}ógica,cuantificacional,enCuyo
satisfactorias' li,.
¡rreccdcrrtc clc cor¿,slur¿tc lrigir:tt, provienen dei uso de 'contra-
caso hay má,s esperanza <tre aclaraciones cánc'eptua'les
consl'alltes lógic¿s dc la' ¡r:rrl,irla f'ornra,l' y 'ex¡rrr-:siciii lrigica, (o 'palabra légica') del
trabajo r*nlrrrur,tu muy i,teresante acerca de las Ir,rrgrur,.jo con'iclrlr.'" St. rlicq., 1tr:rr cjcnr¡r1r:, rlue las constantes
en la nota 3'
i¿;t; está,tlar o,s tit' Strawson citado
"l
MATRICES t75
174 FoRMA lóclc¡', lóctca Y LENGUAJE
t'pala- nas características que suelen tener en común muchas expre-
,., y ,V, son las "contrapartidas formales" de las
-tt-iági.L,,
lógicas
,ji-io,, respectivamente. Pero ¿en qué consiste siones lógicas típicas. Entre esas características se cuentan
las siguientes: las expresiones lógicas son sincategoremd,ticas
debe recordarse
esa reLación? para contestar esta pregunta-, (i."., no tienen significado tomadas aisladamente), no tienen
quelasconstanteslógicas.t.ienenunsignificadounívocoen función referencial, se pueden utilizar en discursos acerca de
tanto que las expresiánes lógicas del lenguaje corriente
so.n
no-puede
cualquier tipo de te,mas (característica que en inglés suele
.ÁUig""s. Esto significa qru-rnu, constante lógica
describirse como 'topic-neutmlity') y tienen algunos otros
ii, ,in¿nima de oiu ""présión lógica del lenguajedecotidiano;
sus usos'
rasgos que se reducen en última instancia a los ya citados.
a 1o sumo, puede ser sin-ónima de ella en algunos ty' s,e uti- trl problema con todas estas características es que e1 grupo
t.' y ty'. En.ocasiones,
Este parece ser el caso entre entero de ellas no suministra condiciones suficientes para 1a
liza simplemente para hacer ta afirmación simultánea de dos
aplicación de la noción considerada. Hay preposiciones, por
enunciahos, y en ial caso parece que significa lo mismo que ejemplo, que reúnen los rasgos mencionados y nunca han sido
t.'; en otras ocasiones, tyi parece tener connotaciones cau- propuestas por ello como expresiones lógicas.8 Quizás el lec-
,u,i"., o al menos de ordenador temporal' y en estos
casos
parece que no
tor recuerde otra propiedad que ha siclo considerada a veces
i;j;;" re lavó los dientesquey se fue a la cama') un rasgo central de las expresiones lógicas: el hecho de que
'.'. La relación entre una cons-
ii"rr" eI mismo sentido si se reemplazan las expresiones lógicas de un razonamiento
tante 1ógica y;;;;"pr.riór, lógica del lenguaje cotidiano de válido por otras expresiones gramaticalmente admisibles, la
t'contrapartida
}a cual es considerada lormal", es entottces, validez puede desaparecer, en tanto que no ocurriría algo
hatritualmente, que la primera t".og" el significado de la se- similar con otro tipo de expresiones. Aun describiendo con
de
ñ;J" ert alguná a" sus usos. A veóes existe 1a sospecha más cuidado esta propiedad, y haciendo caso omiso de con-
para
ñ"" f"relacilón sea aun más tenue. Hay fuertes razones traejemplos e inconvenientes técnicos varios, subsiste uña di-
en el len-
pensar que en el lenguaje cotidiano(no ciertamente flcultad esencial: la validez de que se habla debe ser ualidez
guaje mrt"máiico):ri. ".entonces' no se usa nunca'
o casi
la relación entre formal (para la validez intuitiva no se cumple la generali-
io*.u, con el sentído,ile'l'. En este caso, zación); pero entonces no se puede emplear en la definición
la constarrt" lágica y la expresión de la cual es considerada
de erpresión lógi,ca la propiedad descrita, porque al descri-
.ort.u,prrtida fármut es de mera similitud semántica' Obvia- de
bir la propiedad se debe usar el concepto de ualidezp, que se
mente, ejemplos como éste nos dejan artte-la consecuencia define empleando Ia noción de forma lógica, que se caracte-
q,r" fr'oá.iór, d.e contrapartida fórmal adolece de una dosis
riza usando la noción de erpresión lógica. En otras palabras,
á" e indeterminación muy considerable. intentar usar el criterio mencionado conduce a un círculo
"ug""dad
No solamente es vaga la noción d'e "contraoartida
formal"; vicioso.
tOgica'7.(como
tampoco es nad.a clari tu *o.iár, d.e 'expresiOn Las características arriba mencionadas (previa eliminación
del len-
abreviaremos en adelante 'expresión o palabra lógica de la última propuesta) no suministran, pues, condiciones
común en la literatura señalar
S"".i" cotidianál). Br un lugai Habitualmente,
suficientes para Ia aplicación del concepto que nos ocupa.
ñou""" hay defiíición pr".irt de esa noción. Esto deja abierta la posibilidad de que tales características
iu*pr"ri¿" r¿si;J s" uxplica por una ejem.plificación parcial puedan alguna vez ttcompletarset' con otras que arrojen un
(una lista qoá t"r*ina con "'l''' '"tt'' y de.la cual no
se sabe
buen criterio definicional. Pero esto no es posible, porque las
üi.o qué otia, uJi.iones serían admisibles) y señalando algu- características en cuestión tampoco se comportan como con-
diciones necesarias. El hecho es que a lo largo de la historia
7 No"r.*ente, la cuestión es mucho más clara si uno se restringe
formales" en la lógica 8 Stm*"on (op. cit., p.2) da varios ejemplos interesantes.
a expresiones lógicas que tienen "contrapartidas
cu antificacional.
\,'r ¡r.'i !'j j1..; :

176 FoRMA t'óctc't, téclc'l Y i'ENCiu"\JIi


1l:¡,,1r'-,' .ii.":r r;rr, . .: :i" r. :it i.\i¡¡ ..
coiILC) ex¡rresio-
reciente Ce ia lógica ha.n itlo propci*ií:ndose
,:riterius a,nL*s pr*p*e^str-¡s' [irt ' 1: ; 'i ', ,".,r r¡li:l .a' r"'';il'.i
nes lógicu, giro* ?1*e violan lr:s q:fit,tf ii: ;: l; r,tilt ín 'l li:,11,i1.,.i' il;iir: , r"'
lógica,s r{ue
uf!o',í, lóg[cas t"rupor,rl"u se rsan rr],stjantes 1.,ot¿tl:riente neut'::atrr:s
d+ll'ii¿j,..¡§ i'{,'ti5i f,:r¡j,-¡:: ;'¡',,,:,.r.'.r, i1il,:,tL.i,-''l', lrri-i,i'¡,,, ir{!1i iiii-r 5?.!ii:r1'
corresponden a explesiotltrs que n(] son t;: .l os il-tiiE',ill,.i¡',i, ,i" i';:t, rti'.;ilf iil:. it:i:,!r {}L Í":'{'{!l¡t:'llilit}¡ i.r¡1rri.' ii'.
no usai'§e eI1 lin
desd.e el purrto de vista, teurál,ir:o: ¡rtleld'en ic,"; ¡l¡¡f i¡r, ¿i¡¡l¡li¡ticj j.,ui iitf r:r i:;,,: ,l¡1'jj,';'" í'j, {'i:i,;j, <ji:,,:.ipilrla"
ilterriporales (.cor1o
,discurso acelca tle cgsas a,tisc¡lutalle¡rte F]l l.:i'il,s:l'ri¡ I.ií;,llsIí¡.{i,i( ¡..j Í,ii'ti:11r:r,-rf i:' ill ;1i ir:ii'i';"rli,l iuii+:l'ii¡:"' (.:r
fbrrnaliza' rnerii¡*,te
en una a,ritrnéiic.i. f,* lógica, epistémica rri:i#,t-]. sir: tjilii;,t, i'rlu": t-r:iluii,:, ;¡ii¡,r;riiii;i*:r:¡¡{,r.1 a,f i,jtrit,t"i (.iit{t ('¡i
alguiios velir*s elucl
.or*ir,r.tes (que se tratal' t'o"'á trógicas) (se usa* sd¡lo
a,il:¡lt;liitr¡:,i, ¡i¡'i(lriiiiil;;r,ic., í;,Íti,r¡':ilr5;¡'.,'i)r 'riiiiil¡riqiatl lrigii;i.
tampoco ,o* irr¿ii"rentes al conteiio temáticr-r t':i.t.,\" 1i()tr'ü 1¡;j,r't)i.:tl, l¡l,f i,,'.il¡i,r ,¡r¡'iiirr ;i,i ,.¡i;1\ i:¡rr l;! jli lt¿, :¡J{' }i/;.c 'lr!',r)
crec:I, etc') )" n{'r ¡ie
en conexión cc-¡n seres que pueciell pens¿lr. rc-
,.i it<,: *li i¡t'¡: fi¡i.rtl{'} { i'iii,::'il, ti;',. 1¡,1;., l':, i.i,. l,rti j{}i,r"; ,1,' t-',"r¡¡/¡'¡'l 1¡{¿i'-
funcirill
comportan corro sincat;egorernii,ticós *i cal"ef'en
cle Í.tli,* ff.lf'trltlí ,:' rrli.?i,'T',;.ir'r¡i j,',¡,';,''¡¿ i).lL:ii.', .i;"J lir it iir' {jiirr it'..1i iíl
que caraclerístii:;r
ferencial (al me*os en ai{ún se,t,i«1o e11
es1'¿l' gitlf.rfi ¡;, l¡1, lirli it:ll ili: r',.,¡,.:i,' ,¡; ,',i',',, ,1,' ,', ,i.i ;iii{.1 :i!., iti'iiriti¿'
1a posiliili-
sea poseí¿a por los clernás verllos). Sie*r,re,cxisttr Sú10: ;l ii.¡,. r i:ílr;l,rl.llf,r:" ,,Ít, ti+ ili,j'i:i. t"li,iii'iil'i ''il ,'ii::,;ti llt r,iil<'i.,
da,d, ante contraejernplos d-.oIn(] liis fi''lr¡-rr'¡i;ltlos.
1161 ¡g¿'r:r:i{}tr1;t'1' !:flf.!.*1'rlI>i]:':l/ii;;i.I;l.-,l,t.¡,..,;:,'.,j;,l'l'i-,-,1.:il¡t,'.
ris() Qll rc;iiida'd ¡tt¡
tle marrer,o ..rrrr*io,llr* tlicie*ii. "bileilo. poi utr':-
tt1 párl'aii¡ il.l'i,:iii.ii" ,'\tiIi:lriitr {.ilii.{-.!} ii}i1i-} i;i,lit;iit":'*. r:lt r.i{,1,'' ::í'
es lógica,, y Ilor 1o talto 1as exllrcsi1,ttes
ic.-)rrü;r'jiza'cla's ''r{}ttl¡ri}iirl;1,''
lla,F;a 11it {.ii"f:l{.'i.-} ir,ilr: ¡irri' l;r,i i};¡''r i¡;¡¡'i;i i:ri¡. i¡-i,,'ii
oo i-ic, q:t.'ltsiti''rl";r'i:stl iii'gicai'
tlio de tal*s y r:*ales coltstarrt,oi de fi t i* OrllÉl íl§ i;l lr.;ff i,';i. iilir:i ,',,;¡ {;;,1 i¡íl ilír {-ii{::ri1;; i'i If'ef:i 1¡ii,:liirr
+:s expiot:a'r el
tarnpoco,,. lrero rli p'opósito en cste r:inpít'ulo Y íl,tli{riii-lc.iiii).:::,l,l,ril'.ti il,'i,'l;iil ,ilsi'ii:il;rr:. i;,i {'i-:it'r'i*,,,,r, i,t:
'f'c¡rrrla' ióglt:;r'"
rso que to, tó'i,i-o* ir*.,,, <le 'constante tró[ica'. ¡iiopuestr-; o.,s lt;t,ilsi, l,: ¡¡iir,riltit";t1 i;rtr.".ili; li','litii G¡' rlir.'(-rl'i!rif il tl
al *lcno-* iie uiril,
etc.; *o prerter.J, r.giriar ai respccto (o *. tlutv;)§ r'.rliisi,;il¡i;'s iry¡lll.;ls r,,¡it .i11r,iii¡rl¡ iili i:,,1 1r;,,.rt' t'1., ill,,!
11s(]s rea'lr:s en lir i:lara ii ¡'irr;ii.tilrir J':;i' 1,t , t ,1.'r.:"r';'tir¡1i,:'i'1;.,'tI,'' 'l¡'iiiit i.r
manera qr" ,* *puri* tlrástica,Áente uie lCIs
los fori,alist*os
clisciplinu ,1,r*. ,roi ocupa,). Y el ¡echo es r¡ue :i.:r\-r'. :,.,.1 I¡r'iri. r:iit,i:'¡..1*,j¡ l.r.- ir.il. :: ', l!, .1. :.: ,. i

lógicos y ..or"r."ftos que ies están vi,crrlados tie,dcll a Lilla ' - '-"i"). i' ,, ,i, ; , r : :i,.ri{ i,iji". ,1,'l iiÍ!r1,i,r;..r,\;i ;,.lllti,-i:'ti;.,. ",,
ell IIues1t'g a3álisis'
a,rnpiiació1 que ciebq:inos to¡t¿rr eti cutl¡ltit r"ril* l;r.., .:: , : ,...', ','- ,.i1r:1':,.i"1,. 1i,., ,.1:i: r.:,,:¡,, X -,1¡;:, ¡!i: lril
¿i' l;rs si-
si iracenro, "ro, .roo que llegat'clnos irrcvitatrieinertt'*-: lllIa lluev¿I colrfi-
rlu.i,.1;l llli{q tlfn t:::1!:r j,,,),.,;. i, .:.,. , i::- t';!. ..:t tl,'., l.:'''.} tli'i'triiir'r
guientes conclusiones: cuaudo se irtcorp0l'a' sr: pu*:ticti i',i)L..iii,¿-:1 |1 .!.:, i i'r;:.,'" ,' i,',.. : ':!' "" ,:i',,1i, i."
no se ptrede
tante 1ógica ;L;; )'; *¿'nitid¿rs' la incor;itot'acirin la' rt'risrna'; ia discipliui.r" i,j iir"r liir¡r {.}i;u !iii,"
j*riin.r] fáciir,ru,,1e apelancl"o a criterios a'
Iluede rr¡sttii,¡il' ;elxir.: r.1i1,t'iliii: ¡::rr, r:li i-i r:;ti¡i¡,:ir"i¡tiu tl+t tillii
e* ia elec.cié* de rueva§
'revios {loustalit;es
¡av cierta arbitrariedid en lil'
nt>cirln lóEica se ailclc silnirlcrnr:tlf,e ¡¡, l;l ;¡;r'n¡;) {rn fl}lr¡ ios i;ul-
palir,irra resuita r:l;rve
lógicas; prácticarnente cualcluier t,o¡'4¡s tle la iírgica rrn¡rlean rit:ri,os rót uIrs (hai-riar: r]t,i "ios ¡;is1,c
validez d.e algy,no.§ razoltanüe1tc,s) y eil ¡rriricipir:
t:'''ralrluier
rrrir,s lógicos rilcorloci(iCIs ilomo 1,ales por ia cüInuriidari lriqicir"
parí.I, i¡*alizar su {:o*'"-
palabra prudl ser escogida, entonces, (-.¡i lrrr;r, nlarrüra dr.: rel'erirse a lo.s r:r¡su"s qtte kts ló{ticos t:stá,r¡
razo*anrie*tr¡s (aritlquc en
portamierrto u* algurriiclase de t.rt-
tlis¡xt,c:si,r¡s n l,k¡mu,r' 'siste rno,s lógicr:rs'). I'ero io cierto cs (luc,
giros tlue
i, pr¿.ti.a los 1ógic,s tenilerán a seleccioil;i'r
tlefi:cto' 1l§o lllx]y
,'n o(:asiones. t1sta, l)a,rece ser una Inarrcril lxuy na,tut'¿rl y ?lpro-
gurr rro frecuentu *,,' ei leng,aj".,.u: erl s1l ¡ri:rtl:r, rlrr rlt:st:r'illir el st utido dc algurra exprcsirin cienlífica.
iinportrrnte en ciertr: sector lingiiístir:o)" ¡.('rirrrri ¡rotll'íarnos explicar ei sentido der 'sírnbolo quí'trrico'?lj
1ógica' (<1rie co-
¿Significr;r;,fo" *t rótulo áe 'co*st,a,nte 'c"xprr':siír¡ lí¡-
l'irrcr'<'r¡rrc sr'rlo hay dos vías: ilar la listr,a, de 1,a,ies síl¡rhillos.
menzarnos tratando de caracterizar rnetliaute l)t'
de a,liiir:a'cirirt'i Íilro ;r lrs sigltos i¡ut: l;r (:()tnil¡liti¿ri ,¡uintir.rr itti.r-:rn;icit:itai tts.t
gica,,) carcc.e^á" ioA" significaclo y criterio
\1,^ r,
178 FoRMA r,óctc'o', lóclc¡' Y LENGUAJE MATRICES 179

A continuación me ocuparé de otros "ingredientes,t de las


o,d.emodomásbreve,d.ecirquesonsímbolosquímicosto-La matrices. Mi tratamiento de ellos será m7s breve, porque
llamar así.
dos aquellos que lu.oáorridad química acordó lo dicho acerca de las constantes lógicas nos prepaxa para
última r" completaiía seguramente con la acla-
"*pli.r,.ii"
ración de que tales símboios nombran elementos
químicos; una formulación más sintética de ideas a,fines róu.é los oltros
químico la palabr-a 'pot3- componentes del simbolismo lógico.
;;" también nombra unloselemento
símbolos quími9os' Para hacer la
sio', que no es uno de
aclarar
diferencia entre 'K', y 'Potasio' rleberemos finalmente 2.3. Letras esquerndticas
de la disciplina
que ,K' es uno de los signos que la comunidad Empleo esta noción con el sentido introducido por
.ó*o símbolo químico. No hay un euine.ro
.Lr"rpondiente ha ele[ido allá de Ejemplos de letras esquemáticas son las ,prr rqir,r,,-usadas
.oo."pto de ,símbolo [uímico, que vaya mucho más
cierta enumeración de signos, o ¿" la referencia "lo que
a que :l.lógigl proposicional para simbolizu, .ooo.ia-dos, o las ,.F,,
Lo 'G' r' H', rtilizadas para representar predicados áonádicos
los químicos acordaron ll-amar 'símbolo químico'"' trl en lógica cuantific-a9ional, o ,Rr,,,S,, iuando se l* u-pler,
he sostenido acerca de las constantes lógicas es similar'
pfra predicados diádicos en la teoría general de la .rurr-
,,criterio positivo" que propuse para la- noción' de constante
sin duda; tificación. A diferencia de las constantur lógi.r, la" letras
lógicano aporta nada conceptuaimente interesante, esquemáticas no reciben un significado detérminado en el
a la elección de ese
es más bien la tesis negativi que subyace simbolismo lógico. Su función puede describirse de la si-
criterio la que aportalna id.ea sobre el uso de
algunas
-ex- guiente manera. Cada grupo de letras esquemáticas se asocia
no hay
pr"ri.""s técnicas de 1a lógica actual. La idea es que urra categoría semántica, i.e. a una clase de expresiones
un criterio conceptual qoJ d"t"rmine qué es una constante -c-on
lingüísticas que tienen funciones y comportamiento gramati-
del len-
r¿si., sobre la base de características de expresiones estarían cal similares. Las letras esquemáticas són entonces uiadas en
guaje ordinario con las cuales las constantes lógicas las matrices para señalar eü€, en ciertas posiciones de la ma-
que ocurre, simple-
relacionadas de un mo,ilo descriptible. Lo triz, son gramaticalmente admisibles expresiones de las cate-
que) movidos por el objetivo d9 a,nalizar el compor-
mente, es gorías asociadas con las letras . Larp, indica que los lugares en.
Ios
tamiento lógico de una expresión lingüística cualquiera, que aparece pueden admitir la presencia de un enunc-lado; la
que-tratan de capturar
iá¿l;"r introáucen símboloi especlateg '-F' suele señalar lugares en que puede colocarse un predicado
Ll"rigrrifi.u,do,-o uno d,e los significados, de la expresión monádico. ¿Qué quiere decir quá er, cierto lugar ur -.d*iribl"
ele-
a usarse en algún lenguaje
si¿rl y tales áír'bolo, cornienzan se han usad'o en otros
un enunciado o un predicado monádico? Apioximadamente
ior*utirad.o d'e manera análoga a como esto: si'p'r'F' y otras letras esquemáticas upuru.", en cierta
lógicas' an-
sistemas, ,igoo, que se han lLmad.o 'constantes fórmula, en la cual ya han recibldo signifi.uáo las constantes
del rótulo
teriormente. Es natural entonces extender el uso Iógicas y otros signos que allí aparezcan, entonces, reempla-
,constante lógica' para que abarque a estos signos recién lle- zando 'p' por un enunciado, tlipor un predicado morádi.o,
el uso
g.d.r. El lei* pr"d" advertir [ue estas ideas sobre el y las otras letras esquemáticas por u*piesiones del tipo que
de ,constante lógica' difieren del énfoque que
restringe em- se les haya asociado, el resultadt de lós reemplaro, ,"r¿ ,r,
pleo de la noció"n aI cálculo cuantificacional de orden uno, y enunciado. Por ejemplo, 'p' y 'g, indican la admisibilidad
por descubrir ul8o así como
Iu u,l"¡u, también de los intentos de enunciados en las posici,ones que ocupan eL ,p.q.r, porqu"
ia t'esencia" de las constantes lógicas' señalan que si en esas posiciones se colocin toda
"ooo.iádor,
10 Er, From
.C1,, .K, (nombres del cloro y el potasio), a Logical Point of view o en Methods of Logíc, por
para nombrar a los elementos: ejemplo.
etc.
§I,d,i.RiCtr5 181
1 ''r "
1r''" i ,'
;.,'
l*, er:rirnei'a,ai(iri rfu.: !*s {rürnponentes de las rnatrices" En la
$er¿rá,rlLica ira,l¡it,uai qtre 1a iógica, de c¡rden uno, por ejemplo, el
l.ii,],.i¡.'i,:,,i'¡l':ii''i-'ii\i'll':l't:)ii'iiii'1;rii:i'ii'*-l'rtil''i"l'r:iii'iIi¿;l'{:'Üit
;'i ,, r,1;ll¡'i'il"' r' ''t i'il'l;'' 'i6¡ 'r¡t:trl''t'¿l li:t':¡il!'] 'i - ' 'l' dnminir: dq: las ",-:rria,hles puede cam,t¡iar rie interpretación a
düÚí:1itdt
': :rr'Il.i.:,,,
:) I : :,,rr.:,il
"'tt ,r'iií., :: ' 't"i¡';:ii; ;j1{il'it'l;!;!i l'il';iii
{;
inter¡rretación" En ese caso, el cuantificador '(rr)'puede sig-
: " ';i' !rl't':{}t"itl}:i(:l{}li
i,'r.:itir i l'''irlliirt tt.-,t.,,.t.,.',.¡ ".i^,r.nlii- nificar 'para t;oclo núr.nero natural #' en una interilretación,
,.i,.. !;.i:: iv-,i¡.ri',:".., :. '.!,'1 ,."Urr* ¿p;ira t,c¡do anirnal:¿:t
.ii,i 'oi'l i-'-:ii:.,¡ i:i'' i'r :íi'ii'i;jl1;'lii
i:ri l:'"¡til{:ildiiil'::; ¡l eri otra, en contra,ste con los conec-
djII
, .,1,. :l :'
',, ,;i" rili ,,;;:llii li;l L'i!lu iriui '-r'l i'ilsr¡'ai llirlnl'e ti','cs e,xtensic¡nal€§ ('"', 'V', etc.) cuyo sentirtro no difiere en
.;'. ::"; ;11 jil-'i':lt ';ltr5 ii iir) ii;tf(,;.,fA illt(,
;ill:iril;' iirterpretaciCInes diferentes. Así usaclos, los cua,ntificadores
.-,.,-'t," 11),1.¡,r,;,ii l1;li;.:!r i-íii! -'i1i'ili-rligt'lu'-')' *l lrl¡u;i ct'-t
l'" ri; ' ' t"'¡'¡i';ii;¡.-i;1 '.':''': i' lli'!:'t""'''''r,,. i'{'q"1"; t':!i ''i no se cürrlport,an, pu.es. cotno "consta.ntes". I{ay una manera
' ' ql!*l x'elrgi}'
::i;, r' 1''' ii'i ií'l:' {lli{il;$';ilál'i{lii1i de manr:jar lcs cuantifica,dores €rr que estos sí se comportan
l:..',.',,'.,,t,tt';',,.'t;' , ,,tt't,r.",,',,':' ,,,"1 ":l ui"''i"t" i:::t.::' com.ü conritantes trógicas, pero no es ahora la presentación
.,: .i,. :i:; 5i ill'];;i,ril-
¡t T, stl tiisi;it- predominante. T;ll manera de entenderlos consiste en ieer
'",Í ,;rr illlli. i-¡r:'''itt'ii'¡
. ri.. ; :;,
;1*t1'1¡;r;ri'il
iillrll íiÍi i'ti.i :-¡,
...

ii,ri" I '1r :''r ¡riii :i}lt'i{iiri;!r: i'1¡lil ¡it: siernpre los cuantificatlores cCIuro si las variables tornaran
: ir-,i.,i ,: I iiti.; 'r, t:;f i''ril".'t,,.;.i:::*..1-:]:,:t"
i..¡i.¡-¡,1., 1','!j. ..,,...i)r.''', ',1;'i " ': ' I
:
'it' il'l cualquier objeto qre exista corno valor. Cuando se rlesea
Sri iiiii'{l
ii'ir 'i ttt.' l;1 ;11l"rlli ;i'1ll! restringir una afirmación universal) por ejemplo a sólo los
lii'ir',:l'ii'r-,,'i'l'i'l ! r?li ¡¡1t:';' ;i:'j"i'"rr
rnienlhros de la clase de los enteros positivos, la restricción
iit;i1 il;i ri{:}
. r'i 1,i'i'itt., rlíijt1'{'iii'lj'¡]"! lii'""'i';:'t i'}i' ii iir'"i'i'1:'i:'r iiiiiiiai; no se }ogra tomando tai clasr corno dominio de las varial¡les.
sino usantlo una cláusula, conclicional cuantifica,da universal-
tillt:1.tt'lt¡lr:i.-¡llr.liltlr:'rrlitr:.lii+.;'i-'lllii:irt'i1i;iiir:¡"¡!Í:'i{;i,rí¡i'lt':ii{-l'tli'{tt'.
filente,, cuyo antecedente especilica que {:l r del que se va
i1\1 i'j-lii'};i{ I:ltl{l¡lilih(' a afirmar algr: es un entero positivo.lz La elifusión de las
L1ir tl5 i.t,ta,l ,r,rr,,,,*,.
{}¡ilii,.,j. ir, li!-ii'iirl,ii r1i1:-li}-i".1
sernánticas cCInjuntísticas, Y el rechazo de una clase que con-
ilill{'li{.}'iltii,§:;il;ridtrll{:iiltr-:iii':;rlti:i:t'n:1tt;íiiirr¡:i'''iiiiti;r;'ltlq'1iili'
tenga tod,o, en muchas teorías de conjuntos, han hecho que
esta manera de interpretar los cuantificadores cayera en des-
'). i , {',rut¡ tzi'i{'i,t:t¡¡'t;í11¡ i' irr; i'l'rii¡ir-¡
us0.
Así como los cuantificadores no pueden considerarse cons-
f,i¡,l,iirli'iirll{'¡l''i,,-:i'ii'iírt'-ii :¡¡tiil¡"':iirl¡'i'if¡;lr:Si}íi1}I;i¡ii}IeetsÍi5
r;' ,,,i1t' {-l:'t'';" liIt'iliia ¡'r.: *':lii'itnde
tli-;
r¡ir,.: il', ¡lrr i'e)l¡r;Í¡¡¡ijt: ir-rr¡r':ri' ..
tantes lógicas, las variables cleben distinguirse de las letras
}:itll¡ ii;r:1 i' i-rlli'lii 1:iiitl:a r. 1' I i,,, li :t r:. t):trt¡,
esquemáticas, pues las primeras se cuantifican y las segun-
l;i ltlr.I {ril('l:i 1,1,,1'lltt' r:}i1 ili'.: ;itlli¡l¡'ti !ii'''i :i('}iíilJ' Él{ das no. Es por esta razón que también la,s r,,ariables tlebiérort
¡'li;llr¡'iti' fif.iti{ll';;i[ir lt'' lrii.l ''i ::;i: iilii' '-iriri
rnenciOnarse expresa,mente.
- I'r;'lil:r''"iiii''1t' l'i'{' i
' ' i ':':- :', 1"..'.,'i¡tl- 'li -trii';' "rt
., 'i.:, ,,r:"'ii'"1i;lf I1:Ii'"l''1 i'-r':ir'Ii\' "i'r'i":i ':' 12 E, riecir que en lugar
,,.; r;. .r ,, ':
-::' 'iií i de formaliaar 'to<Jo entero positivo tiene la
ji:;ri rit'l.l'' i .'.:.! "ii'""1".' '',1r''i1't..,-, propiedad P'metliante'(*)Pc', domde'u 'tiene como dominio la clase cle
,,..i:r,::i 1:,rEr, tr1.r,rr.l ¡i"li !r.¡::L t.t),*,i.r.¡Fl
r't-'l'" los enteros positivos, se forrnaliza mediante'(c)(r es un entero positivo 3
i,,', :r,ir; ;.i''1.¡!iii: lilli''::'ll"
i
.
Pr)', tirinde 'r' torna cualquier objeto como'rrulor. En el .up. tt de uo
t' libro de tr940, fufathematical Logic, Quine usaba los cuantifica{ores de la
.: r,
. '.r . ''r.j. ,, r:.i , ..
,, ] t'
.' i :¡;;-ir:':'t'';iirilrlitl it'Íi r-il' l,:,i.!r,...,{r.,r.,,;;"
i.i últirna ntanera y toda afirmación ¡rniversal acerca «le una clase B se for-
i:ii {tti:i(! {: i iiil.ii;
1t: rrraliza,t¡a mediante un '(r)'que significaba'para cualquier objeto x . . .,;
","':t; .'-."r,.'..,,'.,,,....r-{i
i'lr''iiii;'':: 1'{l .iie!rri i,(irli,{';) ii'u.i rir:''
l''i}}:ltl¡ i{.r):11.';
i'r,i¡ :ii) i'l rir,,;1i; i i'i'''ii;t';*l' r:l olr.jetivo <Ie afirmar una propiedad de los rniembros de B lolo mente
''
()1!
.,tjr, ltl,i.t:ii¡l lilli) ill..'¡}l.jr.iliilil,lj5.,'i,)i.í!:]ñl]it,li1,i\ :;c logratra introducientlo un condicional con 's es B, en la posición de
'i*.ii;1,,, '1.,,.'.
:ur[ecedcntc, r.:orno e¡r la segunda fdrmula de esta nota (ver p. 69 de la
.¿ rlt:fi¡¡r'-lr¡¡t tlr' ' r;lt r:rl it:i<'»r rc,visa.rla).
I I i' r,:lr', l;it;.. .l 1,i i¡:;l 'ii!l¡ r'l:;tni'-''' rill;: l:i í "'^tt''1
'a'"
l'i: lr l)
,,.,r i'i¡r q'', ¡ji¡;ii¿'1'''¡:lti,r t'; I i":ilí:'
EJEMPLos DE suBsTrrucléN 183
182 FoRMA lóctc¡', lóclc^l' Y LENGUAJE
2.5. Signos auriliares la semántica del lenguaje lógico del que han sido tomados,
entonces el resultado' nnal q"u. ,u obtiene ;;;;;;i;J;,
En el simbolismo lógico se utilizan también signos aog.toT: o una oración que sería un enunciado si se "" dieran algunos
puntuación del
plen funcionet;ir"iñes a la de los signos de factores contextuales favorables.
por ejemplo,
i;;¿*rj. ord.inario. Las comas y los paréntesis, ttauxilia- (i) V (ii) no suministran una definición rigurosa de 'ma-
se usan de esta manera. Estos ,igrrot
suelen llamarse triz' (algo que sería realmente muy difícil de conseguir en el
e-llos en la llamada
res,,. Son pres.i"áiUf"r (no se rJquiere de nivel de generaiidad en que me he colocado); simplemente
¿polaca") pero su uso es habitual' describen algunos rasgos de las matrices que son de utilidad
""t".i¿" para aclarar su función y la manera como se conectan con el
tema de la forma lógica.
2.6. Estructura de las matrices
Los enunciados que tienen la forma lógica representada por
fórmula
Intuitivamente, entenderemos pot matriz -cu.alquier matri- una matúz M son los ejemplos de substitución de M, cuando
Las
;;;;áriá du ,isl" lenguaje lógico formalizado'
ttrepresentar" formas esta noción se emplea en sentido amplio. Describiremos ese
ces pued"o orur"re para-ttsimbolizar" o sentido en la sección siguiente.
ügi.* du "oro.iudor, de algún lenguaje ordinario, científico
ajes reg.imentados a que se
o semi-ordinario (coáo los lengu
refiere con frecuun.iu, Quine, V q"é contienen
una mezcla de § 3. E¡EMpLos DE suBsTrruclóu op uNA MATRTz
del len-
;tgoo, de la ló;;; .ou,tifi.riiorut con expresiones 3.t. Idea general de qué es un ejemplo de substitución de una
guaje cotidiano)- matriz
de una ma-
obviamente, es difícil describir la estructura En los cursos elementales de lógica, los alumnos aprenden a
cerrada de todo sistema
triz de *uou,,,tal que tod,a fórmula la "simbolizar" enunciados mediante matrices. Se dice entonces
embargo,
iG* conocido r" "¡"rte a la d.escripción. .Sin
más abajo se aplica que tales matrices "representan" la forma lógica de los enun-
descripción estructor"ul qo" formularemos ciados simbolizados. En un sentido amplio de la expresión,
una idea
a qran variedad de sistemas lógicos y puede dar llamaremos ejemplo d,e substitución de M a todo enunciado
matriz' Una vez
ffi;lih.;á;1; de qué es, €n general, una podrán usarse para que sea ttsimbolizable", o cuya forma lógica sea "representa-
consuguido este obietivo, los resultados ble" mediante M .
aclara"r algo la noción de forma lógica' Suele explicarse, a veces, la función de una matriz diciendo
DiremosqueunamatrizMsecaracterizaporestosdos que es algo así como un "plano" de ciertos enunciados. Por
rasgos princiPales: ejemplo, 'p.q' sería un plano que representaría la forma o es-
constantes lógicas, letras es-
ñl ¡¿ ", o*u secuencia de to- tructura de enunciados como 'llueve . hace frío' (en donde se
quemáticas, cuantificadores, variables y signos auxiliares, rnezcla notación lógica con lenguaje ordinario), o también,
*ado,
--^ de igún lenguaje lógico interpretado' 'llueve y hace frío' (totalmente formulado en lenguaje ordi-
s,
M por
(1);; r.""*"plrr1n |ás letras esquemáticas de que
ol semánticas les nario). La metáfora del plano es útil para describir algunos
fi"Süi;ti.T de las categoríis ejemplos de substitución de una matriz (como en los ejem-
"*irério"Lr a las variables
han sido uro.iu,?tr, (2) se asigna un dominio plos recién ofrecidos), pero es de gran importancia advertir
Áá-U, tSl ,u ¿u a'1os'demásiignos el sentido que tienen
en
que la explicación basada en ella es limitada, y tro todos
los ejemplos de substitución de M responden al "plano" M.
13 Et decir, sin variables libres'
es que los cuan- Consideremos el enunciado 'Juan y Pedro son axgentinos'.
14 Uoo simplificación que adoptamos implícitamente
.oo la inierpretación objetal'
Sc Io suelc sirnbolizar mediante 'p.q'; pero no responde a
tificadores ,¿to ." "roo
i8,-{ tr{:}tril.lvfA Lticlil"¿, l'dr:iel*. Y Ll{fi{i{i¡t"iIrl FI C e4 I'l-(-) § nli 5 tjBs'n'ITr.r fl I (:)i'j 1ri5

(lol'r't:sl'Y'*:
tal piil,nr:' No esl'á a¡:¡r'üpr:est'r'r Í¡fir un e:rtuilci;udÜ sentirlo de] na,r{¿l slef';riiri* si';¿:'no i;ien* ur} dr¡rniilic", a,sigii;ir-ir:" }isia {lolTr-
d.iente a p), *u[*ri*lo Ce atrguroi *^,'t,ícula-c*n
el iilii:a,t:ién tiena¡ ia r:onsecLrerrr:ili, de que Ios rjelrupl*s de sut¡s-
a }1n, re;r'
i, ,*g"laol ¿* *tru' n,:,un'ia''lu i*'u,,u**pondiente {i). t,itucióu riel prirrrer tiiro ntl pueden ohtensrrip c,cln url lnero
:*rediante 'p'E"
liclati, *l **,,ooí;,d, ;;r nlrs:sti.,ir se siinhüliita reeinpl;rzü {i.r: *:xllresionÉrs, que es la idea intuÍt,iva clue te-
nü pCIrqil* ,*rp*nda n t;¡l planq:r, siit*
pcf?tlü nuede rrelr)os ctre cdirnr¡ obtenerlos. Podemos segrrir sierrdo fleles a
1Í::':'t:
r¡' *l ('Jrlall {:fi al:gemt'tno y
u, oiro o¿o.rrtrciiri{.i {Iile ,r;ii resptllld+J esa, idea intulitiva complicando bastante la caracterizac:ión de
pe¿jro uu *rgu,r*irtur'3. Ít* 14, stll¡ser.:rién sigtlierun'fl, elairixa're- ios ejemplos tlel pritner t,ipo" Deberían introrluci¡:se t;l¿iilsulas
suL¡stitueiórr eii
e^1el'rri-ricls de. cornplejas aüerca del reemptrazo de ios cuantificrartrores. Fero
*os ¡.r"rra, *o"rr*,trrr"izacitin Eie l¿¡r;
l¡as*dap ett
il ;"; se ctr"r:sarrirllan inás té+:x'ticarnt=rrtr: la¡; ír[s:ir's hay ern recürso que r1ü requiere de tal cornpiicación y uüs per*
pi;r'n* ia reducihilicta'* a elruncitr'ctc¡s que
§t)
1a. met'áfo""tul ¡' rnite describir los ejernplos del primer tipo sin apelar rnás que
iijusta,n a é1" a reernplazf)s Ce letras esquerná,ticas. ]Is c.l uso de los *uantiil-
cadrres tie ta rnarle!:a, indicada en la nota 12. Si *Í" túrna crral-
quier entidaC corno valorl6 de r-rna rnanera rc¡nsi;ailte (a.c., la,
3.'J.frestip,ssri.*ejr:rrt"plr''s¿Jes¿r$stdtt¿ci¡ir¡'
sernántica est;r,"biecc que $e cCIrnporta así en tr¡tlas las iriter-
pretaciones), eI merr: reern¡llazo dr: tf,' en t(:r)],';r' arr*.ia una
pue<l*
Íiea,p lIrI exl rrn cia':lo .v- '&' u l.ta r;rn'triz' ' N tl est'ro. p;"o1''lcma
reciuisitos debe
piar-itea,rse ent,**({j§ €{}. estt¡s térm.lnr:s: ¿qudr ol'a,ciér¡, significat,iva, ¡ror ejemplo'(r)r es inaterial' lque sig-
reunir ¡"r p;).{:a scr consid'*ra<io un ejemplo rle
sut¡stitucién rr ifica,rá a,irr;i'ii, que toda entid a<i es materiai )" Para sirnpiificar
eist,a preglHlta, distingulendo tres
cte ,&,? Trataré de r:CIntesta,r n uest ra c¿l,ra,r r,r:riz ación sup ondrernos que los cu an ti {i cadores
sirrrplernente
*leou cle e.ier*pi,-, ,1u s¡lbst,it,uclóir q:ne ilauiar'é v varial¡les se romportan rle esta ültinl& ffla,rera (riarla esen-
ejlrnplos iel primerü, segunito y t'errer tlpo" cial depenelerá de ese supuesto). Fasa,rnos ahora a riefinir los
--i,rrn *joropi** ¿r* pri*ler tip* son iq:s enu.ncitrCús que res- trr:s tipos de e"lernplos cle substitución"
pr:r
pon{en <le mra.nenu, ,*á* directa, a }a estmctttra "¿libuiada" iliré qutl fi es un ejemplo de .F' del primer tipr-r si p imecle
F,Yselospued.edesclibirintlicarrdodequérlranerapuedenetl oi¡tenerse a partir de F' merliant,e un nrerci 'reem¡rla,zo de le-
a, pa,rti.Í d* F. ]il urótodr¡ consiste,
t¡;á'sicalnente,
eibtenerse tra,s esquenráticas por expresion+:s de la «:ategoria correspon-
ree.nipla,zarlas}etrasesq,.lernáticasde}.pOrexpresiorresd.e client<¡. otiservarldo le, restriccién cle nt¡ reemplazar distin-
iu u,*iurgor;* *.rrrospr':ndiánte" deja*cio los otros'':l:T"::.:l-'
in;lltera¿los. {.-logra las constantes lógicas
tien€il un sig¡ifi- un c;¿mbi* de *r'den, lo cual inriica t¡ne t,arnbiérr eri csiüe res[,{')r:to hu[-ir:
un reeáplazo como ei descritr¡
ca,ttrCI tiefi*ldo:;i;;.-;tta'e1o dr: r¡* i,ra,t;¡,rriicnir-¡ iliinpii{io";;rds del ter¡la (para rl;¡,r u¡-r¡¿. irf ei.i r:xa.cta c.l¿: *ó¡rnc
xtlo cuantificadores :l Iiacütt
es {ina r¡l.ación significativa. sin errrbargc, ll:r-:niíriezq'.ri de: ietras iir-: prt:tlici¡¿l': dei.¡u,: r:u,;rr¡il i,;,,;rrsr: b;¡,sianl{'l
en la § 2'4*- 1;r ¡--;i-¡";'l,¿tt,erit ai;ii;nl jil-,rris {tüil}o ,f,;{r,'i¡¿r:yrf ¿¿rgl I,rx¡ic de }."aies o &f ef^h*ds {
usacl*s <1e tra nlrro*r* hat¡itual ---rouoii*tiad¿r' l;igni- i,':qzt iier {iuirie, il;¡ri :ri i,ratanlient,o r"igurüsü a 1a cuestiiin" eni.r;rnrir¡ en
imt¡:r:tluc*o *l[t**r* nu,r,1rlicaci**.es. '(e;).,
por ejerrttlo-:-
: ; i ;'..1 i i:rr t ¡ lt t ti it i, i:r o'i l.r.i 3r;sl¿t}ral a,rtr u i ¡.

fiüa cosau ,iloti"-r* u*g,it, eil dclminio'asigna'tl*


a'r'" Üet¡ico ,. o

i d tl¿r::'ro .1¿o [qj,.)rias rnc¡<lr:rtias drr con.!r:nt,r>* st¡;ier ,!ji:]{,r}i i;¡.zaf i:r cxis-.
en u'nÍ' ff'?'-
a r3sfr{}, e} merc ,**ro1rio,u* de 1et,rit,s esquerná,ticas el
t,*lalr;ia lie ¡iri¿¿ illdríüfi {Ititj r.--ont,erg.a f¿r¿/r.¡; }as er:t,it{ar{r:s.iue r:xi.¡t,a.rt" puedr.:

triz que oortti*ur* '(,i' :im u'rroja u*'' *'**ién signifrcativa':


«le ¿o-
l)rtis3,n.j{: r-lLl{.': l¡,ri..\¡ e¡t-le:.rec}rara.r ta¡llhiéxi }tn tr§{} d.e n'¿¡iiablcs eru <¡tre és{,as
r,oril¡ln cualtiuier ent,i¿lad corno valar. Pero i,: últimn r¡,: ji*:v¿ a lo pri-
reemplazo dehc ,rir*pl*orrentarse ü(!11 unil
a,siSlnaclólr
irrr'r'rr: iinlir:rnr.rs acel)t,a,r t¡ue 's:' ii¡i:n.a <;ualquier e¡r{,irj all t¡:ti¡a va,l*r y
rninio a oír'. Üoiii;id*Iefl1{}fi'(t',i.Fr'. Heelnplazando'f""por rr:r.hazar rllre to<Ics sus ,",alores integran una elase. List* es similar a 1o
,es inort*t', orntu,onrn*u '(:u)r E, rrrErrturtr',15 que 11Ü significa (lrr{,()(:rrrr(l ci.)rtr ;r,].q,urlr.rs ¡il'edicadcs,le las teorfas de Cotrjunt,os de }a Hnea
v',rrr it,i t:rrirr¿lnn: tfi {:s rrn;i clase pro¡:ia'se aplica a tr:tda urra serie de en-
f'5 pi lector pueeie ;rciveltix .árle $iara ot¡lener este e;|emplo de subst'i.. ll,lrrrir's, (lrr{'l)r)r tlc[i ¡riciiin,le'r.;lasr: pro¡ria,'no puetlen integr;rr ninguna
tuciém nc¡ tiasta r*ernpiazar, 1,,, l*iÁ *srluerná.tica; hay que ha':er t'arnt¡ií:il , l;,:','
186 FoRMA lóclc.l, r,óclc'a' Y LENGUAJE EJEMPLoS DE suBsrrruc¡ó¡¡ 1gz

tas apariciones de la misma letra por expresiones diferentes' entoncesr ür ejemplo d"'p.q' ? Por definición diremos que
Considérense' Por ejemPlo
p es un ejemplo del tercer tipo de f cuando existe oou i"-
formulación pt d" p (o una paráfrasit d d" p, como diremos
(") p.q (c) ltueve.hace frío en adelante) que constituye un ejemplo de F del primero o
(bi) p.p (d) tlueve.llueve segundo tipo. El enunciado antes citado es un ejémplo del
(c) es ejemplo de (a), pero no de (b), porque no cumple la tercer tipo de 'p.q' porque obviamente puede reformularse
mediante 'Juan es argentino y Pedro
,"rirí..ió". fál "t "jLápio de (b), v también de (a), porque "s
'Juan es argentino . Pedro es argentino,.
aigentino'o, incluso,
no estamor tútigados a reemplazar distintas letras por ex-
Es fácil definir ahora el concepto general de ejemplo d,e
presiones diferentes. (obsérvese que si en l-a matriz aparecen
substitución: p e-s un ejemplo tal de ]7 cuando ,n ejemplo
fonstantes lógicas dei simbolismo artificial, tales constantes de substitución de f'de alguno de los tres tipos "r
considáradts.
se conservan aun en los ejemplos del primer tipo. Tales
ejem-
plos son una mixtura de notición lógica y lenguaje ordinario,
3.3. Los rvquisitos de la pardfrasis
y ,oo los enunciados que constituyen los lenguajes "regi*"l-
íados,' de Quine, si nL se utilizan más constantes que las de La noción de pardfrasis utilizada por euine en sus
la teoría de la cuantificación.) escritos de lógica- juega-muy
,o prp"l tan imiortante en la de-
Los ejemplos del segundo tipo se fog}l-an totalmente en finición general de ejemplo d,e substituciói q:ue resulta esen-
lerrlruj" or,alinario. p-"r ejemplo de-f del segundo_tipo si cial tener una idea de cuáles son los requiiitos que deben
," ir.áu obtener a partir-de F mediante un reemplazo de
cumplir las paráfrasis admisibles en el proceso de formali-
letias esquemáticas io*o el indicado para el caso anterior zación lógica; sin conocerlos, no sabremos aplicar realmente
mds w reemplazo adicional de constantes lógicas
por ex- la definición de ejemplos del tercer tipo.
que
presiones que Ln el contexto tengan elmismo significado un requisito esencial que debe cumplir p' pata ser una
u[ur, y taÁUien un reemplazo adecuado de cuantificadores y paráfrasis admisible de p es el de ser iogniscili,uamente si-
,urir,Ut", (en cuyo detailL técnico no entraré aquí). nóni,mo d" p. Dos enunciados están relacionados de esta ma-
uno de los hechos más interesantes conectados con la no- nera cuando tienen las mismas condiciones de verdad
-.i.e.,
ción de ejemplo d,e substitución es que su extensión no se cuando las reglas del lenguaje determinan que ambos tie-
agota.oo lo, e¡emplos del primero y segundo tipo. De hecho, nen el mismo valor de verdad en toda situacién posible. pa-
"r"
tiles ejemplos oiilirur, ,álutiuamente poco en la aplicación rece obvio que 'Juan y Pedro son argentinos' és cognosci-
de Ia iAgii" al discurso ordinario y científico, pues- las for- tivamente sinónimo, en este sentido, de los dos urrr.iudo,
mu, liogliísticas de una lengua natural son tan multifacéticas que fueron ofrecidos como paráfrasis suyas tres párrafos más
desde ef punto de vista estructural que sus enunciados rala arriba. Sinonimi,a cognitiua no equivale a sinonimia en to-
vez calzan exactamente en el molde de una matriz lógica - dos los aspectos. Dos enunciados pueden diferir en materia
como sí ocurre con los ejemplos del primero y segundo tipos. de matices expresivos, o de otro tipo, y tener sin embargo
Para aplicar la lógica al lenguaje ordinario debemos exten- las mismas condiciones de verdad. En ese caso es posib-le
d"r, pu"s, la nocién de ejemplo de substitución. Considere- que no sean totalmenúe sinónimos; pero sí serán cognosci-
Los estudiantes tiuamente sinónimos. Por ejemplo, 'Juan vino y peáro no,
-oá fu oráción 'Juan y Peáro son argentinos'.
que se simboliza me- difiere de 'Juan vino pero Pedro no' en que el segundo tiene
de un curso elemental de lógica saben
áiante (es un ejemplo d.) '-p.q'. Pero no es del primero ni un matiz adversativo del que carece el primero, y es defendi-
del segindo tipo: rilo fo"ra, tendría qle contener dos enun- ble entonces la idea de que no tienen eiactamente el mismo
.i.¿.r (reemplazantes ,J" 'p' y 'q'). ¿Por qué considerarlo, significado; pero no es posible concebir ninguna situación en
188 ir'rli{"MA L{}GiÜa, }'d§icA Y l'li}JGUA;§ Sl.i ¡ll,I P I. L¡ $ i] [; li;1 I ]t §'i'{'l' ir {l} {.} ti I !1(¡

{lue un{i qi6; (rti(rs enurlciafiG§ §ea, veriii¡riero y *l


q'¡Lrr: i"'r'lsr¡, }* sí pue<le oeul'lir, 1)rlrqlLrl si r¡r¡ a.rxir'{ici*n;1.1 rs má.s firq:¡:t,+ t¡1r:
debieio a ells-) .s,,r cügll*scitivaimelltt' sinó.tii¡¡ir-rs. eJ ma,tr:r'ial" fa,[];lrii err $fli:rsir:.it1trs r]r¡ qtre uc¡ íi¡lie el rnateri¿i, v
tr)uer'!*: uros{,trarse'i,;{.ciimerite qrle si l}ü
§{: exif;e ed retlui- esr¡ h¿lrá, (illc har1"a sif;ita,<;io.*eri cli, quc la pr*;nis;1, es verti¡¡,tlerir
5j{,ü r*e sinr'r¡lir*ia a, irr pa,rá,frasis, a]guní}.fi c{rllillrtsiones qire Y la coticlusión í¿riil.a {*hsói'vts{} rir-ir: la, r'u¡¡r-l,.rsirill erquivii,k: a
411f¡3n-:r1 lü,t k-'gir:r¡x 11* {rirrnaiiran::l{¡nes
iiel tr*ng:i a,.]e ilrtJ lnarit: a,flnnar ia f;r[sr:cii¡d clel cr:sdir:.i¿-¡nat .rtr¿¿[,cria,l qtr*:f e"jermpi,:].
qrrn.luu, slin .!,rfiii{lcar:itiir. §lip*ngarnos n]Ür t:ieillplo
qrle.} eli Ani;es ele proseguii' r:cnyir":¡r,..." ¿q:la.ra,r u;l pr:sihir: rl¡Jnn[e:lr-
ptr,Jirasis lirgica a'u.iecrlada de ¡"" dido" lo'fi tesis n{i cs c¿ue la,s; pa,ríifrasis quc l*s lógicos utili-
cc¡ntra r1.e mi tgsls, y:'es rrrru
(fs (:Ognüs*itir¡atltr:¡:te slni:lliuril' d*: p" E}n
za¡r ha}.¡itua,lm*nl.,r:) soir,rl ci;gl"r*s;citir,,a,rnent* sinónirna,s rl* ]us
a, pcfi;:i,r. il+: üir-!i:
ti{-r
Eli¡. qliÉ.] fr ts vt:rrln'tle¡:r:'
sl¡riu,cloñes pi.,slhIr,ls enr¡nciados *l'i14in;rie*; n¡i t*gi¡; es qx.l* d,r:tx:r¡ serl,..¡ f¡¿lre¡ r;lrc los
eSe {.:;}.S{.}, il"i:,"l-r.rá,
y- p' n.r, u:l Lti ¡"qv*!¡;" \"'ererlos ;lhora que si st': Eja la prittcra' dicl,ámellt+s klg;i*{..}$ ;l.cerir.a drr 1*s enu*E:iii!{,}{}i4 ,-iriginaiu,,.r *i;tr;ót
irigicrls clilr,rii;rn ii1.]Lrstificailos jusiliÍii:;l,dr¡s.lE { ll"cu {Ili€ ín ¡i:q-rrrit.i* l*¡¡; an,iiir;ir iág,ic{r$ s{}n ;ri-
altern;ttii,a, q,-itjrt¿-¡s r.licl,ánlf.:I¡.eii
sinrilir,I ia' segunda')'
(se .purtr.l* c,r.iil,it,ltllir uii ¿irgutfttlllt,"¡ OínIit, ;¡,rlecuil.d$s. I){}rqus la r*ru<tri{:ióii q-lr, ¡i¡lonllt.iiit, {rr-¡I{nci¡i'itiv;l r¡r:
§*p**garu*u ,,u," | 1n'"oJ p/i es un enultci*d* eli nr.¡t'ar:itilr se ci"r,mpir: (ruás s*hrr: d;]str-i" (.r{i.!X.4,.,, r:n lrr, ris:¡i,1. iÍ} ui,,r c-,$r,
v;i.!iqiu, r-p.,r:iür lLfl ci*rli
ca*ónira 3,n;,,u,fr'i; *,, frrrni*,1.'r¡;c-:nl.e c.;rpí1, utro).
una.f+rr*a váliii¡r' r-ie i:l h'lis a,rgrrtnentt¡g tle¡lr-l*.:tr i:i, lrrr-¡l: i;{J" ii,tr-, ii.i sil,tr>iliitriii, {.1íj¡I-
plo detr p]r]{}i{'11r 'az'"'lt;rmientr:}'
'"i:¡.,* 'l*' pi r:s vá]ieit], {,uc §ie puede
i6[i.* ,.o,,.iurr:á.'<¡i¡e t,anrliión(lrlnctíuirá E Yü,
que n* ¡iuecie
iiii;iva, eE ufiil ci¡ilcii¿:icir¡ n,r,i'r,i:,:ii {'i.ti ri* 1;r ¡:;r-r'ir{'r;-lsis ;rc.iurisjl-lls:.
1i:rr;¡aJiilli; ry1c:,ii.iiito Y' lq." entonccii '}.trcl'i.¡ ti{r e$ ii íiil {ti-¡irii!r.,iri;i stijlr:ír,:lr,f r,. Íti il¡ ilt+:¡-r¡ -- d.r:i lx-l,ri+ii,
e{} que fi
,*r ¡, vr,¡Lriiirlr:1.* y q faiso. I'ero si hay situaciortes i:Lr$ü st;:í;i. ilt:t.+:*¡:"i8, il l-.il i'il:it,:li,t, -." rir:iri,:i.ítj,i{i*-{i r.r;ii,.,jtt ir: r¡rte
sigue,
*, á,.¿,u(ler-ü v pí rrcl lo es, 1a corrdusisin nü prrred* pasars. se llrl'q1r{1 ¿:i ett tl 11(:i.:, iiir:
áu lu i*lp,.,sihiti,la,d l¡;, veretat{err¡ - g faisu),n,
* tr, in,p,:sihiliti*-l ii, verda¿ero - q fals*)' que Para' pro¡ar la (X) Ningrin horiihrc n$ .:¿sadu q:s c¿rsari*
r:uando ;lr *:s
rilti¡&a i'rnp*siliiitdad se necesita el tiato tie eri una paráftra,sis a,tfErci.¡aiia de
y es ir: qne
verdacieu* ell 1t&a rituaciórt, p' L;*,rtLbltln lo es, ento
a ('¿) l{ir:giin
por hipói,esis IrC} iiÉ,-r curnptre" i.i1 e-it,npir: ayrirSa'.rÁ' eEt'entlL"r iic-}llibre suiier* ijs {:asa$l}
trrl condi*:iÚii;rl
el angr-lm¡:nto.. .§uponga'mos- q** ulguien nie¡1a darlo que {ru¿¿1t¡uicr;r ri*: *.r11*s ¡xitrri* oi;í,q::*er:se a ¡;a,r'l,ir riri
11n cnlr'llcia..ic; tie i;i
rnás "{¡.ie.¡rt,,,'' t¡re-el írlateri*i, nruritriante otro su]¡sti'luvetd¿¡ 'n* ,:;lsaelo' ¡rr:r su sin¿¡rr¡urr: *sultcr.r,.¡'. r¡
estrr¡ctur"a'.fio es etr r:a,so que si A erltoni:cs íl'' se puede fr¡r-
rle la tbrina viceversa,.
malizar: urr* *n*nciado mehiante una Iiará,fra,sis Pero (1) es un e'jt'mpl* (dei i;errcer tipo) r{el *:r*que¡na v¿{,lido
,-(A ) I]),. iior* es un ca^so como ei imaginadr-¡ trrás ar.rilra:
r:s rnás fuerta
si etr crin¿inir;r,a1 i¡-sado en el prirner enuiicia'do (3) (*)i( {i',t. *.úJr) :: * ri:r}.
posibles_ e{} q*e ei primer
nlrr* *l ¡na1,eriai, habrá situaciones
y sll paráfi'asis falsa (*o se cumple se segriiría entonces que (2) e§ lrxia vr.r'dari légica. []ero
enunciar1o es ve¡.dadero
débil). El razonamiento los lógictis afrrman, püi l'.¡ S;ener;*.i, que (Z) _** rliferencia
e1 condicional fuerl,e p*rá sí e,1 más
;-(,q f B)lA, - B' es vá1ido. Si llevadris por 1a forma,lización rie (1) - es url orlrlrr.:iari¿.¡ anaií{;icCI y r}CI una, verdad légica.
(errónea, segiin mis criterios)" concluimos que 'f?
tt el caso ((2) ser'ía verdader$ prir sil si.tiriifiu;d*, (1") por .su formu.; ttt
conciuireulos que supuesto <1r,: que la siririnirnia +:s u*a c,¡nriicidn suficiente rie la
qu* ,i A'e*ionces 1J I A . -B' es váliclo,
y la, conclt¡sién faisa' Pero
no pur:rle ser la premisa verdadera 18 [,a^t ¡>;tráI'rasis sr¿ us¿]n a veces con pr*pdsiti¡s riistintr¡s dei rle e¡nitir
1? (1.,rr,,,, q eS üÍt enunciado canónir.:o, puede contar c*Ino iraráfra'sis ¡r¡r <li<:l,a,nrc'n tlr los t,rozo¡; rle [engrra.!e ori¡iina]<ls; en esr: ca^so,la. sinoninria

trivlal de sf misv,,t y sin camL'ios en la {c'¡rmalización' [)tt(i(l(: s('r' ft(, t.xi¡¡i lilc.
"*u"e
EJEMPLoS DE SUBSTITUcIóN 191
190 t'oRMA lócIcl, lóclc'o' Y LENGUAJE
casado'. Esta es la diferencia que se verá con más detalle en
no concuerdan
paráfrasis aceptable nos llevó a resultados que lo que sigue.
lon Iu, práctica lógica habitual' La tarea básica del grarnáticole puede describirse intui-
Laconclusióndelpárrafoanteriorpermiteplantear.dos tivamente como el intento de brindar una descripción es-
un lógico bus- tructural de la clase de oraciones correctas de un lenguaje
problemas interesantes. Parecería que cuando
caunaparáfrasisdeunenunciadodado,suobjetivoesob- dado. El gramático cuenta habitualmente con dos purtor á*
pero más maneja-
tener un enun.irao equivalente al dado, partida en ese intento: el lérico y las construccionis grama-
(1) :oP"
ble desde un p""to d^e vista lógico. Pero elegir ticales. El léxico es una lista de palabras (gramaticJmente
p*efrrris de (Zj pur.ce a¿ecuuáo puru lograr tal objetivo simples), clasificadas en categorías gramaticáles (aunque hay
(g), qoá esquema válido)' categorías comp.lejas a las que pertenecen expresiones que
((1) es oo t" "t.un
"j"rrliJtfr¡9"
sin embargo, tut purerrasis ná sá considera una de las ad- no son palabras). Las construcciones gramaticales son op"-
verdad lógica raciones que pueden aplicarse al léxico (obteniendo a puiti,
misibles en el pro."ro d.e reconocer si algo
es
ver- de sus elementos expresiones más complejas) o a expr"iior.,
; ;o (de to .oitrurio, (2), como (1), sería.considerado
siguientes: complejas obtenidas en una erapa anterior. Una construcción
áJ tlgica). surgen entonces los dos problemas paráfrasis adecua- puede consistir en cierta combinación de dos expresiones de
admitir como
iri¿.""4 ", eI criterio oraciones sinónimas de una dada?;
pa,ra
categorías dadas, sin intervención de otras expresiones qúe
das sélo algunas de las no se cuenten entre las repartidas entre las categorías. La
ese criterio, más restric-
[üi i.r¿r "", tu razót para adoptar responder predicación, por ejemplo, podría consistir en Ia coábinación
tivo que la mera sinonimiu,.ogrrorcitiva? Intentaré de expresiones de la categoría de los verbos, con expresiones
en lo que sigue. de la categoría de los términos singulares. pero
en su prácti- ,Igorru,
observando las paráfrasis que los lógicos usan construcciones se usan expresiones que no se cuentan "o en el
un enunciado,
ca efectiva, puede advertirr" {o", al reformular léxico ni se aiojan en ninguna caregoría. En cierto modo, se
que equivale al anterior
ios lógico, o}ti"rren típicamente otro consideran parte de la construcción misma. Tales expresiones
de construccio-
más por razones vinculadas con la sinonimia se llaman 'partículas'. La disyunción es una construcción en
como
o". [.u*aticales que por la sinonimia de expresiones un poco
la que se utiliza la partícula 'o' y que podría describirse como
términos generales, piedicados, etc. Para. aclarar la operación de colocar dos expresiones de la categoría cle las
a cuestiones de
más esto deberem* hu.", alguna referencia oraciones alrededor de la partícula mencionada. Iáealmente,
p*o par de ejámplos ayudyán a dar la idea' el gramático culminaría su tarea al formular, en términos
Irrmáti.r. "n paráfrasis de 'Juan y
vimos yu qru el 1ógico utiliza, como ,Juan
de cierto léxico y ciertas construcciones, un sistema de re-
ped.ro ,oo *!"rrtioór,, la oración es argentino y- Pe- glas recursivas que permitiera generar toda oración correcta
dro es urguotloo'. Es obvio que la l"-g"ld? oración
euuiv-1le del lenguaje en estudio.2o Quine ha hecho notar q,e un len-
que el1a
a la prim"rr,"f q"u u, más manejablá 1ógicamente guaje canónico tiene una gramática que puede áescribirse
(úq;" en la"lóiica usual hay reglas que -permiten trabajar de
en el mismo estilo que el usado en este párrafo para carac-
con la conjunci¿i ae ununciaáot /oo con.la "conjunción" terizar la gramática de un lenguaje natural. También en el
además que la
términos ,iototurur). Pero puedl advertirse
la otra es de tipo 1s
transform..i[; q;" 11u* de una oración a _ sigo de cerca la exposición que hace euine en el cap. II de su
g,'muti.d, Y oo ,u.basa en la substitución de un vuelve térrnino
a
Philosophy of Logic.
20 según chomsky, para
general po, átro sinónimo, pgr ejemplo. si el lector
lograr este objetivo deben usarse también
transformaciones gramaticales; pero para nuestros propósitos podemos
puede obtenerse
analizar los ejemplos (1) y (2) verá que uno omitir esta cuestión.
del otro po, ál iniercarnbio'dl las eipresiones 'soltero' y 'no
EJEMPLoS DE SUBSTITUCIóN 193
Lgz FoRMA lóctc^e', lóctc^l Y LENGUAJE
categorías, res, en cambio, ejemplifican construcciones equivalentes, de
lenguaje canónico se pueden leconocer un léxico, las cuales una pertenece al lenguaje ordinario y otra a una
Las constantes lógicas se.cuen-
l*ii."fus y construcciones. suministran "gramática lógica". Finalmente, los pares (6)-(6') y (7)-(7')
ian entre las partículas, y las reglas de formación ilustran sinonimias entre oraciones que se deben a la sinoni-
las construcciones.
-- -Ahora mia de partículas; en el primer caso, ambas partículas per-
podré d.ar un poco rnás de contenido a mi respuesta tenecen al lenguaje naturalr y €tr el segundo, una de ellas es
al interrogante (a) de la página 190' del lenguaje natural y otra del simbolismo lógico.
pares de oraciones
Considáru ut iuátor ta siguiente lista de Mi respuesta al interrogante (a) es que implícitamente el
sinónimas: lógico sólo admite como paráfrasis de un enunciado dado,
(4) Si llueve, entonces hace frío' otro enunciado que sea sinónimo de él por algun¿s de las
(+') Hace frío, si llueve' razones mencionadas en el análisis del párrafo anterior: si-
(sÍ Juan y Pedro son argentinos' nonimia entre construcciones gramaticales o sinonimia entre
y Pedro es argentino' partículas. Para que esta respuesta sea aplicable a lógicas en
tUí) Juan es argentino que se amplía de manera heterodoxa la clase de constantes
iOl Juan tlegó Y Pedro no'
(o') Juan llegó Pelo Pedro no" lógicas, tenemos que extender algo la noción de partícula y
(Zl Juan llegó Y_Pedro no' considerar que toda constante lógica lo es, y que también
(z') Juan Ilegó. Pedro no' lo son las expresiones del lenguaje cotidiano que se intenta
(si Ningún casado es soltero formalizar mediante tales constantes. Para disponer de una
terminología cómoda, diré en adelante que p y p'son gramati-
i3íl (rX, es casado f -r es soltero). calmente sinónima.s cuando son cognoscitivamente sinónimas
las panteras, son inofensivos'
iéi ile;r los felinos, excepto : es una pan-
igí) (rX, es un felino : (, es inofensivo -o
debido a uno o varios de los factores que he mencionado en
tera)). mi análisis.
Todavía no he dicho nada acerca del otro interrogante que
puede observarse que estos ejemplos sol verdaderamente había planteado y que ahora puede formularse así: ¿hay bue-
por
,"pl"ruotativos de las paráfrasis utilizadas habitualmente nas razones para restringir el tipo de sinonimia que debe sa-
que en todos los casos,
io, fOgi.os. Puede advlrtirse.también par se tisfacer la paráfrasis a la sinonimia que he llamado 'gramati-
la sinonimia entre un enunciado y su compañero del gla- cal'? Los lógicos no suelen decir nada de esta rebtricción, que
basa en la equivalencia global entre dos construcciones
nunca en 1a he encontrado más en el análisis de la práctica habitual que
maticales o en la sinonirñia entre dos partículas, en las instrucciones explícitamente ofrecidas sobre formali-
términos
sinonimia de predicados distintos, o de diferentes zación del lenguaje cotidiano en textos de lógica. Pero creo
g"o"ru,tur, por'"3"mplo' Los dos primeros pares ejemplifican
que se puede decir algo en favor de la restricción: en general,
se da la.sinoni-
El pri-ur'tipo dá ,inonimia. En a-mbos casos, la sinonimia gramatical es más confiable que la sinonimia
distintas
mia debido a que hay construcciones gramaticales entre predicados o entre términos generales. Es muy grande
que llevar u oá.ionás sinónimas si se aplican
a las mismas
la cantidad de términos generales que usamos sin disponer
expresiones. (4) y (4') son el resultadc de aplicar
las
-cons- de una definición exacta de ellos (¿conoce el lector una de-
trucciones 'Sii, "i,ttínces B' y '8, si A', con A - 'llueve' finición exacta de una palabra tan cornún como 'hombre'?);
y B - 'hace fríoi. Similar,. uooqr. -ás compt"jo, es el caso esto conspira contra la existencia de relaciones de sinonimia
(UÍ-(u'). En los pares mencionadot hasta ahora, las dos cons- confiables, entre tales términos y expresiones que puedan
truccion", gru,*uticales que llevan a resültados equivalentes usa"rse para parafrasearlos. Las definiciones de los diccioria-
f"ri.""cen"ambas al len[uaje natural. Los dos últimos pa-
{

194 FoRMA lóctc¡', lóctcL Y LENGUAJE EJEMpLoS DE suBsTrruclóN lgb


pues fara vez
rios y los lexicógrafos tampoco ayudan mucho' He dado otros ejemplos anteriormente. Lo que estos ejemplos
proporcionan má' qu" equivalencias aproximadas' En muestran es que los programas mecánicos todavía están muy
"ig.
contraste, la sinónimia entre '§i A, entonces
B' y 'B' si A" lejos de poder ofrecernos traducciones mecánicas seguras del
o entre ,Juan y Pedro son argentinos' y la
paráfrasis suya tipo que se usa en lógica. Mi otra razón para descónfiar de
seguras y con-
varias veces usada antes, parecen realmente un programa que evite todo uso de conceptos intensionales
certeza posible en el proceso
fiables. La búsqueda de la mayor es que, para describir el tipo de reglas que se procura en-
podría, pues, explicar
de formalir..iio yá¿f rir dei lenguaje contrar en la investigación, debemos usar instrucciones que
sinonimia'
en parte la tend.encia a usar este tipo
de son exactamente análogas a las que se necesita para expli-
otrarazilparaprestarleespecial.atenciónenelanálisis car la sinonimia cognoscitiva. El programa mismá ,ro pr.udu
direc-
lógi." ., q*" fa sinánimia gramatical está conectada
en algunos
formularse siquiera sin un lenguaje intensional.
tamente .o* Iu, partículas (como la sinonimia, Todavía debemos enfrentar una complicación ya mencio-
t'')
ty' y o se relaciona con ellas de manera nada- antes (II.6) para poder dar todos los requisitos de las
contextos,
"ntre
indirecta, .ou*¿o ,á trátu de si,onimia de
construcciones paráfrasis. Considerernos :
contienen partícu1-*. Y" vimos que
Iru*uti.rlu, .1o" a su vez afiniduá.t con las partículat'. (10) Llueve
las constantes lógicas tienen Pl
(11) Llueve
pues, la atención . llueve
interés por tales óonstantes podría explicar,
pr"rt.a" u t* pr*i.ulas y ias construcciones que las contie- (12) p-p
nen. No parece haber diferencia entre (t0) v (11) en Io tocante
paráfrasis
Al restringir la sinonimia que debe usarse en las a sus condiciones de verdad; debemos, pr.r, considerarlos
se acerca
al tipo gramatical, pued" put"tur que mi
posición cognoscitivamente sinónimor. L, sinor,imi. además, del
aladeQuine,ensurespuestuu,o,artículomíoanterior tipo gramatical. ¿constituye (11), entonces,"i, una paráfiasis
que hay
(réu,ru el ipéndice I de este libro)' -Quine sugiere admisible de (10)?
P".c1so afirmarivo, como (rr) ei ejemplo
unprosramaenmarchaparadescribirdemanerarigurosa d.el primer tipo de (12), (10) resultaría un ejempÍ" duÍtercer
En tal caso' sería más
V-*".¿""i.u, lu, pr.'e'f'*lt '¿*itiUles'
program.l que usar concep-
tipo de ese mismo esquema. sin embargo, ningún lógico for-
razonabl" el éxito d'e ese malizaría de esta manera el enunciado(10). óuriosamente,
"rp"tir
tos intensionales para caracteri zat la paráfrasis.
Elegir cgmo (10) es ejemplo del esquema 'p', eü€
hace iógí.umente equiva-
tipo de sinonimia utilizable la que llamo 'gramatical' lente a (12). El ejemplo muestra, entoncés,"r dos .or*. En
Á?, ptr,rsible que Quine-esté t" L correcto (en una obra,que primer lugar, que según los criterios usuales del lógico un
de tipo
él cita ," uprá.iu q"" realmente son transformaciones enunciado puede ser ejemplo de un esquema F y no ser ejem-
en el programa)' Sin embargc"
át"Áiti.u,Llut q"á re explg?tsigu"o t"t i.r,do para mí rnucha
¡rlo de un esquema F' lógicamente equivalente a r' (a iu.",
dos raz oru, qol áoy en^II.8 los lógicos aclaran esto explícitamente). nn segundo ügar, el
son am-
fuerza. Brevemerrt., lu, construcciones gramaticales cuái
c.iemplo indica que la sinonimia gramatical tampoco es con-
biguas y sólo un contexto concreto puede
indicar a veces «lición suficiente de la paráfrasis aceptable (si tó fuera, (10)
es sinónima de la
significado se usa y qué otra constiucción scría ejemplo de (12)).
que se analiza en ese contexto. si el tema de Ia
conversación
¿Qué otros requisitos debe cumplir un enunciado p', gta-
h.asidolaarroganciaycosasconectadas,ptrede-serqueen rnaticalmente sinónimo du p, para ser una paráfrasis idmisi-
ese conte*to
iiriu" y Mu,ría se quieren rnucho' se deba forma- lrle de p? Prima facie, resulta tentador rrpbr". que el lógico
romántico,
l\zar como,u, R, ó u R b,;.n or, contexto más srílo a«lrnite como paráfrasis de un enunciado p, otros unun-
la formali zaciót más ade.o.d. podría ser 'a R b & b R a'' ci;1,«krs quc "reflejan" la estructura sintáctico-sémántica
de p,
FoRMA r,óctc.n, lóolcl' Y LENGUAJE FoRMA r,óctc¿, Lg7
196
3.4. Caracterización de los ejemplos de substitución de una
en el sentido de que tienen componentes que se correspon- matriz
den uno a uno.oo l* partes d" p, y son sinónimos de dichas
furt"r. por cierto, este-criterio descalificaría a 'p.p' y '- -- p' Disponemos ya de todos los medios para caracterizar de ma-
'.orrro
paráfrasis d! p (les "sobrarían" elementos), lo cual co' nera bastante acabada los ejemplos de substitución de una
matriz -t'. Vimos que p era ejemplo de F cuando era ejemplo
incide con la práctiia,lógica habitual. Pero la sugerencia es
del primero, segundo o tercer tipo de r. Si recordamos la ca-
d,emasiado restrictiva. Lá cierto es que los lógicos admiten
racterización de los ejemplos del tercer tipo y los requisitos
.on gru, frecuencia paráfrasis que se alejan mucho de Ia es-
que consideramos adecuado imponer a las paráfrasis, obte-
trucíura del enunciado origina[ (ver el par (9)-(9')): El re-
chazo de
,- - p, y ,p.pr.orrro paráfrasis de p, parece deberse, nemos esta otra formulación equivalente: p es ejemplo de ]7
cuando, o bien es ejemplo del primero o del segundo tipo cle
,"utidad, a q"L uj ile¡amiento que muestran esos enuncia-
"o
dos de }a estructura de f es totalmente superfluo. En
general, I o bien existe p' que constituye una paráfrasis econórnica
p que apreciablemente y gramaticalmente sinónima de p y pt es ejemplo de f' del
el lógico utiliza paráfraiis de se
1lejan primero o del segundo tipo. Dos observaciones técnicas nos
,de su estructurZ sólo si no dispone de otras paráfrasis que
permitirán una definición más simple y elegante. Es obvio
también permitan volcar el contenido de p en moldes lógicos, que para cada ejemplo del segundo tipo de f, existe una
sin un a§amiento estructural tan profundo. Estas observa- paráfrasis de él que es ejemplo del primer tipo de .F'. Se
ciones nos muestran por qué 'llueve' se simboliza co¡-'p'
y
,p.pr, sigue de esto que todo ejemplo del tercer tipo se puede para-
oo .o. para foimalizar tal enunciado no es necesari,o
de é1 que sea ejemplo del primero o.del
frasear mediante un ejemplo del primer tipo. Luego, por un
tomar oru, puráfrasis
trilema, todo ejemplo de I es del primer tipo o parafraseable
segundo tipo de 'p.p'. El caso de 'llueve', 'p' y '- - p' 9t mediante un ejemplo del primer tipo. Si llamamos ejemplos
similar. En cambio,^en la notación tógica no disponemos, $e canónicos de una matriz ]7 a sus ejemplos del primer tipo, y
un equivalente ,imple del 'excepto'; pór e[o, admitimo: (9') entendemos que todo enunciado es una paráfrasis trivial de
como una paráfrasis de (9). En este caso, necesi,tarnos alejar- sí mismo, obtenemos esta definición:
nos de la estructura del enunciado original para encontrar
un
lgslca (es.decir, un ejemplo del
uq"irur"nte de é1 en notación p es ejemplo de substitución de-F =a,ÍExiste p, ta| que p, es
pri*u, tipo de cierto esquema).-Para disponer de una termi- una paráfrasis econó-
notogr" .^ómoda, diré que p' es una paráfr asls económica de mica y gramaticalmen-
p culrrdo p' rro muestra un alejamiento "superfluo" respecto te sinónima de p, y pl
de la estructura de P" esun ejemplo canónico
En líneas generales, creo que el criterio de economía rccién de.F
introducido y eI requisito de la sinonimia gramaticol permi-
ten reconstruir de manera adecuada los criterios de acepta- § 4. Fonu¡. r,ócrcA RErRESENTADA poR uNA MATkrz.
bilidad de paráfrasis que utilizan los lógicos. Pero no deseo Fonu,r lóctca
disimular que mi formulación de tales criterios es algo vaga, Nucstro programa (ver fin de la § 1) era caracterizar qué es
y que seguramente hay excepciones u t1 generalización de l:r, forma lógica representada por una matriz r', partiendo de
práctica del lógico es
[rrá t"r lágicos se ajusian a ellos. La l¡r, idea intuitiva de que debía ser algo que todos los ejern-
compleja y ,to puede describirse de manela perfectamente ¡»los de substitución de F tuvieran en común (ya que se dice
s¿to deseo utilizar los criterios formulados para su- (luo l' representa la forma de sus ejemplos). Los resulta-
"*u,.iu.
ministrar un modelo esencialmente fidedigno, pero a La vez «l.s <lc la sección anterior nos permiten individualizar ese
simplificado, de la forma en que el lógico usa las paráfrasis.
,
FORMA LOGICA
198 r'oRMA lóctcn, lóctc.l, Y LENGUAJE 199

que se puede hacer a esta definición es que presupone que no


"algo común". Lo que todos los ejemplos de substitución de
¡, Jomparten es la propiedad de que pueden convertirse en hay formas lógicas que no estén representadas ya por matri-
ejemplás de ,t' det piimór tipo mediante transformaciones de ces (recuér«lese que nuestra caracterización de Las matrices,
tipo grurtatical, qo" r".petan el significado cognoscitivo o¡i- como antes de las constantes lógicas, apela esencialmente a
superfluos. La lenguajes lógicos realmente en uso). Esto puede parecer anti-
Sirruü no obligan-a alejimientos estructurales intuitivo, porque pensamos, a veces, que hay formas lógicas
io.*u lógica *proruotada por una matriz es algo así como
.rnu propfedad áisposicional de enunciados: p tiene la forma no estudiadas todauía, y para las cuales no existe entonces
ninguna simbolización actualmente disponible. Si tuviéramos
,.p.ór*r,iada por F si es susceptible de ser reformulado d'e

*ldo que calie exactamente en el "molde" F mediante una un concepto claro de constante lógica (como yo estaba más
paráfrasis gramaticalmente sinónima y económica de p. tentado a creer en otros trabajos), esta intuición sería per-
lrlo propongo ninguna de las formulaciones precedentes fectamente válida. Pero mis observaciones de la sección 2
corrro ,"u ,iufiirición iigo.otu d,e la forma lógi,ca representadg' me inclinan a pensar que no tenemos un concepto claro de
por la matri,z F, pero sí intento transmitir una idea esencial- constante lógica que vaya más allá de la enumeración de las
mente fidecligna áe qué tipo de cosa es la forma replesentada constantes realmente utilizadas.22 En consecuencia, creo que
por F. A peJar de lós elementos de vaguedad que hay en mi el único significado que puede darse a la intuición recién con-
caracterizición, creo que de ella se pueden extraer algunas siderada es que hay expresiones en el lenguaje cotidiano que
,:onclusiones inter.tottl"t sobre la noción de forma lógica y n'¿erecerían la ampliación del simbolismo lógico con constan-
tcmas conectados. Antes de pasar a esas conclusiones, plan- tes nuevas que las representaran. En otras palabras, cuando
pensamos que hay formas lógicas aún no estudiadas, es que
tearé otro problema.
puede otr"r,rurse que el objetivo perseguido dos párrafos estamos pensando en la conveniencia de ampliar nuestro sim-
atrás no fue dar una caracteri zac\ón del concepto de forma bolismo lógico y nuestra noción de forma lógica (aunque
lógica,, sino más bien de la forma lógica representada por
por supuesto tal ampliación daría lugar a un concepto si-
,,íta matTiz F. Esta situación recuerda algunos aspectos de milar al anterior). La situación sería distinta si los lógicos,
la teoría logicista cle Russell sobre los conceptos aritméticos' cada vez que representaron una expresión del lenguaje co-
Russell deñne primero la noción de número de una clase rriente mediante una constante lógica, se hubieran guiado
dada,, y luego introduce los números como todas aquellas
por una noción previa, más o menos bien definida, de er-
entidaáe, qo" son números d,e alguna clase.zr De manera presión lógica, seleccionando sólo expresiones que cumplieran
esa noción para representarlas mediante constantes. Pero eso
sirrrilar, después rle haber caracterizado la forma lógica.re'
pr"r"r,ío¿a por nna matriz F, podríamos proponer esta-defi- no ha ocurrido. La ampliación del simbolismo lógico se ha
rrición: P es una forma lógica si existe una matriz F tal que guiado sólo por el interés despertado por el comportamiento
l, es la forma lógica ,"pr"i"rtada por .F. La objeción obvia lógico de algunas expresiones; debido a ello, no hay crite-
rios de erpresión lógica o de constante lógica que vayan más
2l Es decir, defineprimero un predicado relacional, 'x es el número de allá de la enumeración de las expresiones o signos que en un
y,, e intro.lu." luego un predicadó monádico, 'x es un númeto', cuyo de- momento dado se reconocen como tales. Como la noción de
'ftniens
se obtiene iuuntificando existencialmente el segundo argumento forma lógicu depende de las nociones mencionadas, su ca-
del primer predicado. Nos queda, entonces: racterización hereda una dependencia del simbolismo lógico
:¿r¡ (lU)(r el número ae y) disponible.
Í es urt número es

22 k)l criterio antes propuesto lleva a algo esencialmente similar


rlorrde 'x' e 'y' se usan como variables de clase (ver Russell, Introduction a
t:st,t¡.
to h[athematical Philosophy, cap' II)'
lóclca y MATEMÁrrcns 2n
212 EoRIvIA lócica, lóctce Y LENGUAJE
de útil para resolver ciertos problemas de fundamentación de
ad.ecuad.a para justificar los razonamientos matemáticos las definiciones recursivas matemáticas. Había sido demos_
aserto no puede
val0r incontrovártido. Naturalmente, este trada de manera perfectamente convincente, y tanto quien
que lo pruebe de manera
establecerse mediante un teorema demostró el teorema como sus interlocutores tenían .orrridu-
matemático
absoluta, dado q"" r" noción de 'rizonamiento rable solvencia matemática. cuando intenté la demostración
concepto delimi-
de valor incontrávertid'o' no constituye un lógico-formal (en el curso aludido se había dado una prueba
pero tal tesis geza de un fundamento in-
taclo con exactiiud. con el estilo usual de las demostraciones matemáticas, sin
gran cantidad de
ductivo mily consid.erable' trn efeltgi -Pu'u indicación de la formalización lógica completa), no puaá to_
es digna de crédito
razonamientos matemáticos cuya solidez grarla. Sospeché entonces que lJ proposición lo eri, verda-
__enparteporlasaplicacionesteóricasexitosasquehante- dera y que Ia demostración u qr" había asistido era defec-
no les ha en-
nido, en pa,rte purqrrl la comunidad matemática tuosa. un examen de distintas estructuras matemáticas me
justificación formal con
contradr: fallas--_ ," hu logrado una permitió encontrar un contraejemplo que verificó mi sospe-
cuando un razo-
ias técnicas lógicos usualás. A la inversa, cha. un matemático del grupo g*.ruiiró el procedimieirto
nanriento *rtá*ático esconde una falla
razonamiento
demodo de poder construir infinitos contraejeinplos. trl epi-
propiedades de un dibujo que
georriétrico que se apoya en sodio me dio una vivencia del poder analíti.o d" la lógica
aniálisis, el uso
no son ge*eralizables , to¿"t loJ cutos bajo para construir demostraciones matemáticas adecuaclu, y-do_
inadverlido de un supuesto que no es- axioma ni teorema tectar las fallas de las inadecuadas. Desgraciadamentej este
descubierto cuando se in-
anterior_, érir, ,ruL"'quedar a1 con este
poder no puede rnostrarse de manera suficiente en un curso
tenta una justifica,cióniógico-formal' En conexión
eleme¡tal; se percibe cuando se hacen aplicaciones de cierta
una experiencia per-
punto, me parece de inteiés comentar complejidad teórica.
la 1ógica'
í""^L q.r" ion,r,á *r.t o sobre mis actitudes hacia El rasgo curioso de la adecuación de la lógica deductiva
trn1969o,gu,,ioéenelCentrodeEstudiosdeCienciasde
en lógica concretamente, de la teoría cuantificacional de orden
Iluenos Aires, con url 8l11po de amigos interesados -más
1, con términos e identidad- a la demostración matemática,
y matemáticas, ,,n ,"'Iinario dedicido a la fundamentación era algo
es que en este terreno las reglas formales de la lógica pare-
conjuntística de la teoría de números. EI seminario en de- cen suficientes para justificar las pruebas correctas; no es
consistía
similar a un inmenso ejercicio de lógica: habitual que surjan ejemplos intuifivamente válidos
rnostrar forrnalmente, a partir de una teoría de conjuntos iru ,o
lo sean formalmente, ni surgen dudas sobre la legitimiáad de
teoremas que se requieren
diseñada puru ur* tin, todos los lea- las reglas formales usadas.
teoría de los números
para expresar adecuadamente una las Creo que es relativamente fácil explicar esta adecuación.
les construida en la línea de l)edekind. No tomábamos
forma- En primer lugar, debe observarr. qou las conexiones semán-
rJr:rnostru,.iorr*, de nitgún texto; 1as inventábamos'
poner al descubierto ticas importantes entre 1as expr"iior., matemáticas clave
1izá,,clolau .o-"t gruaoiuficiente pa,ra suelen formularse erplícitamente por medio de definiciones
para una-justifi-
todas 1", reglou ] in¡'*u }ógicas necesarias o axiomas. Esto tiene una consecuencia importante: cuando
cación {ororui E;el curso de esta tarea pude apre- una inferencia está garantizada por relaciones semánticas en-
"oÁpt"tr" la lógica cuan-
ciar viva**rl" el poder ¡eurístico que tiene tre las expresiones utilizadas ante un caso de validez
stifi car demost ra-
y
ti fi cacionui ger,, ur uii z ¿rd a pa'r a sri gerir, -ju
pero ,rri upr*áo de la lógica creció más
intuitiva- se puede reconstruir-i.e.
la inferencia de un modo for-
r.iones adecua,das. malmente correcto mediante el agregado de premisas adicio-
ataízdeunproblernaquesuscitóciertaproposició.nma-
Cie.cias nales disponibles, debido a las formulaciones expUcitas men_
curso de
temática que liabía sido demostrada en un cionadas. Quizá el lector recuerde aquellas demostraciones
de una, proposición
lilxacta,s al que había asistid,r. se trataba
214 FoRMA lóclcn, lóclc^a' Y LENGUAJE BTBLIoGR¡,rí.q. RECTENTE 2t5

por el absurdo en que se llegaba a una conclusión según fórmulas de la teoría cuantificacional de orden u.no. Los avan-
ces principales en este terreno han sido los intentos de descri-
ia .oul dos paralelas se "tocaban" en un punto; tal. con-
clusión ,"*áoticamente contradictoria, dado el significado bir de manera más formal y rigurosa las técnicas de paráfrasis
",
de ,paralelas" pero como ese signilicadg está establecido en al lenguaje de dicha teoría, lo cual arrojó como resultado que
una definición explícita, la contradicción se puede expresar los lógicos se interesaran más en detalle por las estructuras
de modo explícitarnente formal. En matemáticas no hay in- lingüísticas del lenguaje natural (sobre trabajos de este tipo,
flexiones temporales, afirmaciones causales, ni condicionales ver nota 27). Por otra parte, filósofos como Gilbert Harman
contrafácticos. En suma, no aparecen estructuras lógicas- de y lingüistas de la escuela de "semántica generativa" como
aquellas para las que ,,.o úuy teoría lógica, o, al menos, no hay James McCawley y George Lakoff, se han interesado por el
tetría lógica totalmente confiable. Es particularmente im- proyecto de desarrollar una especie de gramática-lógica uni-
portante"el uso que se hace del condicional en matemáticas' ficada, en la cual la estructura profunda de las oraciones se
Los estudios tógicos de esta colectiva no han dado lugar a identificaría con su forma lógica. (Sobre este tema pueden
teorías muy .orfirblus sobre ella. Todavía constituye un pro- verse este ord Harman, ttDeep Structure as Lo-
blema abierto en qué medida el condicional material se ajusta
-en
gical Form"; McCawley, "A Program for Logi c" , y Lakoff,
u f"r propied,aaes tógicas del condicional del lenguaje. coti- "Linguistics and Natural Logic". Un interesante artículo de
diano. Pero en mate*áti.ut, muchos teoremas matemáticos Gerald Massey, "Are There any Good Arguments that Bad
de estructura condicional se demuestran por aplicación de Arguments are Bad?" señala cómo podrían resolverse ciertos
Ia técnic a d.e condici,onalización (o del llamado metateorema problemas lógicos si el programa tuviera éxito). Los trabajos
de la deducción). Puede mostrarse fácilmente que -el con-di- de los dos grupos mencionados han propiciado un notable
cional así usado tiene exactamente las condiciones de verdad acercamiento entre lógica y gramática, algo que ha caracte-
clel condiciona,l material. De rnodo que en uno de los puntos rizado también muchas otras investigaciones recientes (acaba
en que la teoría lógica usual es más controvertible, tal teoría de apare cer Logical Form. Its Structure and Deriuation, del,
es plrfectamente aclecuada para la aplicación matemática. lingüista Robert Muy, en el que se concibe la forma lógica
Por razones como las expuestas en el párrafo anterior, como "the contribution of gramnr,ar to meaning" (p. 2)).
el programa de la justificación formal del razonamiento co- Mi interés en este capítulo era de tipo conceptual: intenté
,r..to-hu sido llevuáo u cabo en una medida que permite una aclarar el uso actual, entre los lógicos, de la noción de forma
aplicación profunda e importante en el campo matemático. lógica. A diferencia de los autores del primer grupo mencio-
Aun .orodo la lógica decluctiva no tuviera otros uso§, esta nado más arriba, me preocupa Ia forma lógica en un alto
sola aplicación ¡ustificaría ampliamente su existencia; pero nivel de ge:reralidad, no restringido a la teoría cuantificacio-
he tratado de mostrar que, a pesar de las limitaciones que nd, y me interesaban más los criterios de adecuación de las
tiene Su uso en otros tetrenos, también eS una herramienta paráfrasis que el diseño de técnicas mecánicas para efectuar-
de considerable utiliclad en ellos. las. Mi diferencia de enfoque respecto del segundo grupo es
que quise aclarar el uso actual del concepto de forma lógica,
Nota sobre bibliografía reci,ente más que discutir sobre maneras de reformar el concepto en
En general, la bibliografía reciente sobre forma lógica se el futuro. De todas maneras, el último proyecto me parece
de gran importancia teórica. No tengo idea alguna de su fac-
o.op"u del tema de uná manela muy difsente al tratamiento
que yo le he dado en este capítulo. Podrían distinguirse tibilidad, pero creo que si tuviera éxito se desarrollaría un
dor t"rrdencias principales en la literatura. Muchos autores conccpto de forma lógica distinto del actual y de mayor uti-
identifican la forma lógica con algo representable mediante litl¡r,«l cxplicativa en el terreno lingüístico. Seguramente para
'216 FoRMA lóclc¡., lóctca Y LENGUAJE

ese concepto no valdría la conclusión (ii) _de la § 5. T4 con-


;ilri¿;,or1" pu.a el uso actual de la noción de forma lógica,
p"rq"" para los propósitos del lógico una. paráfrasis cumple
su función si ur .ogrroscitivament" sinónima del enunciado
Lr:l estudio; para iivestigar las consecuencias lógicas depro-tal
enunciado no se necesita que comparta una estructura
que
fund.a con la paráfrasit (y- si el lógico utiliza paráfrasis
no se alejan innecesariamente de la estructura del enunciado
C¿.pírulo V
original L, po, una cuestión de economía más que por in-
terés en un problema lingüístico importante). Qbvi,amente, LA LÓGICA RtrLEVANTtr CONTRA LA
una noción áe forma lógiia que tuviera la función de expli- DEDUCIBILIDAD CLÁSICA
car la estructura lingüítti.a profunda no se usaría con tanta
liberalidad.
De acuerdo con la terminología Iógica usual, se drce que si un
razonamiento es válido, sus premisas implican lógicamente
su conclusión, o que esta última se deduce de tales premisas.
Debido a estas conexiones conceptuales, una definición de
ualidez arroja también definiciones de implicación y deduci-
bilidad. A lo largo de este capítulo, llamaremos "concepción
clásica" de la ualidez, o de \a deducibilidad, a la manera de
entender esas nociones que se desprende de las definiciones
de validez¡ y valtdezp de I.4 (aunque ambas definiciones di-
fieren, las dos conducen a los mismos resultados, en lo que
respecta a los problemas de este capítulo). Puede probarse
que de acuerdo con la concepción clásica, una contradicción
implica cualquier enunciado. En efecto, sea K una contra-
dicción y p un enunciado cualquiera. De acuerdo con la de-
finición intuitiva, el razonamiento I{ lp será válido si es im-
posible una situación en que 1( sea verdadero y p falso. Pero
como es imposible que K sea verdadero (por ser contradicto-
rio), la situación descrita (en la que I( es verdadero, y alguna
otra cosa más se cumple) es imposible. Se sigue entonces que
un razonamiento como "llueve y no llueve; luego, la luna es
de queso" es uálido, sus premisas imqtlican lógicamente su
conclusión, esta última se deduce de aquéllas.l Los sistemas

1 Obré.r"se que la terminología técnica usual permite formular de


tres maneras equivalentes el dictamen lógico. También puede observarse
qrre Ia deducibilidod se entiende como la conve¡sa de la implicación
lógicu.
218 r,ócrc¡. RELEVANTE coNTRA DEDUCTBILIDAD EL ENTAILMENT DE ANDERSON Y BELNAP 219

lógicos usuales permiten justificar formalmente tal inferen- ser de utilidad para el análisis formal de algunos problemas.
cia. Pero el dictamen lógico choca en este caso con las in- La última sección es la respuesta a un comentario crítico.
tuiciones de los legos, que tienden a considerar "ilógico" y
disparatado un argumento como el citado, cuyas premisas § 1. Er, Eur.tu,upx? DB ANDERSoN y BELNAn
"no tienen nada que ver con la conclusión". Muchos lógicos
se han adherido a esta intuición, sosteniendo que si no existe En pocos libros se defienden sistemas de lógicas alternati-
cierta conexión entre los contenidos de las premisas y la con- vas con la virulencia y el apasionamiento del Entailment
clusión cuyo caso se dice que no hay ttrelevancia" entre de Anderson y Belnap, eue en muchos pasajes muy
fino humor- parece más dedicado a una verdadera -de
cruzada
ellas- no hay deducibilidad. Bn consonancia con esta idea,
se han diseñado sistemas formales que no justifican razona-
contra terribles herejías lógicas que a una mera discusión
mientos como el antes transcrito, y permiten construir una técnica de tópicos lógico-filosóficos. La divergencia de A & B
relación de deducibilidad distinta de la clásica. Estos siste- con los puntos de vista de la lógica estándar (aludidos me-
mas suelen conocerse con el nombre de ttlógicas relevantes".
diante motes como "the Official uiew" y "the opposition" fa
ellos, claro]) radica en la manera de entender y caracterizir
El objetivo principal de este capítulo es analizar crítica- el concepto clave de deducibilidad lógica. Ambos sostienen
mente la tesis de que el análisis clásico, usual, de la noción que esta relación tiene dos propiedades b¡ísicas: necesidad
de deducibilidad es, en algún sentido, erróneo, y debe re- y releuancia. Pero los lógicos han abandonado este último
emplazarse por otro en la línea indicada por alguna lógica requisito al aceptar la validez de inferencias como "llueve
relevante. Las dos primeras secciones están dedicadas al li- y no llueve; luego, la luna es de queso", cuya premisa no
bro Entailment, de Anderson y Belnap,2 que constituye la es relevante para la conclusión, en el sentido de que (apro-
obra más elaborada y completa sobre lógica relevante, de- ximadamente) no hay conexión significativa entre ambas.3
bido a su tratamiento in ertenso de los aspectos formales y A & B definen el entailment (relación que simbolizan con
filosóficos de la problemática. En la § 1, describo brevemente '*') como la conversa de la deducibilidad y se proponen
el contenido de dicha obra y algunas de sus tesis filosóficas; caracterizar formalmente esta noción, en el sentido en que
en la § 2, examino los argumentos que se ofrecen en ella en C. I. Lewis intentó caracterizar formalmente la implicarión
contra del análisis clásico de la deducibilidad. Bn la § 3 con- lógica mediante sistemas como el ,S¿ o el
^9s. Gran parte del
sidero argumentos de otros autores que han sostenido tesis libro A & B está dedicado a la construcción de un sistema
similares. Finalmente, en la sección 4 me ocupo del status y formal que pueda usarse para caracterizar un concepto de
utilidad de los sistemas formales de lógica relevante. La tesis entailmenú impregnado de los dos rasgos aludidos de nece-
general del capítulo es que el ataque al anáIisis clásico de Ia sidad y releuancia. E,1, producto final de esos esfuerzos es el
deducibilidad está mal fundado, y eue está lejos de haberse sistema E Este sistema se construye de manera gradual. El
probado la necesidad de reemplazar tal análisis por alguno capítulo I (pp. 3-106) se ocupa del "cálculo puro d,el entail-
que proporcione una lógica relevante. En la sección 4 se su- rnent" (el fragmento de E cuyas fórmulas no contienen más
giere, sin embargo, que la investigación en este campo puede conectivos que t*'), que se obtiene, básicamente, mediante
3 Erta es una descripción aproximada de
la idea intuitiva de rele-
2H*tn el presente, esta obra es el tratado de lógica relevante que uancia de A&8. Ellos no dan una definición de releuancia; más bien,
más influencia ha tenido en estos desarrollos, aunque el m¿ís reciente Re- partiendo de la apreciación intuitiva de que no hay relevancia (en ei
leuant Logics and their Riaals, de Routley, podría cambiar la situación en sentido recién descrito en el texto) entre determinados enunciados, van
el futuro. Citaré la obra Entailment ocasionalmente a sus autores- construyendo un sistema lógico que ayuda a dar una caracterización
mediante la abreviatura 'A & B'. -y for¡nal de la relevancia acorde con las ideas intuitivas iniciales.
220 lóctcn RELEVANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD LOS ARGUMENTOS DE ANDERSON Y BELNAP 221

}a fusión de dos sistemas }ógicos: el fragmento implicacional


páginas a atacar enconadamente la opinión la
-contraria.a
intuición conductora del libro- de que la relevancia
puro ,ilel sistema ,Sa de Lewis, Y R, un cálculo equivalente-a no es
ciertos sistemas Iógicos estudiados antes por Moh Church'
y condición necesaria del entailmenú. Los ataques son de di-
La elección de sn v .B como puntos de partida se debe a
que, verso tipo, y van desde " ad hominem jokes at the erpense
en opinión de A &-8, el primár sistema es útil para formalizar of the opposi,tiorr" (A & B, p. xxii), hasta argumentos lógicos
rele- o filosóficos de mayor elaboración, tendientes a mostrar que
la noción d.e necesidad y el s"gundo para caracteri zar La
-aa,ncia
(más exactam"nt"t útiles pala analizar las leyes for- siempre que falta la relevancia, estamos ante una deducción
rnales de conectivos condicionales cuyos significados tengan, inadmisible. Naturalmente, no se usa la definición usual de
E-n el deducción. Lo que intenta mostrarse es eü€, de algún modo,
respectivamente,los matices de necesidad y relevancia).
estudio, considerándose esa definición es defectuosa, por no recoger cierto requisito
.lp-ii"fo II (pp . L07-4g) se amplía el
que exige nuestro concepto intuitivo, pre-sistemático, de de-
lu, fórmulas que contieíen ',-,' y '*'. En el capítulo siguiente
se investigan ias fórmulas de estructura'A -'
B'donde 'A' y ducción. Los argumentos principales están diseminados a lo
,,8' pertenecen a la lógica proposicional veritativo-funcional largo de todo el libro y son traídos a colación en los sitios
de E final\za en eI capítulo donde se tratan temas técnicos conexos. Examinaré con de-
tpp. iáO-iSO). La .or,itroición talle estos argumentos en la siguiente sección.
iV, ¿orr¿e se tienen en cuenta todas las fórmulas construi-
iltá .or, ,--, y los conectivos usuales (pp. 231-338). l":§o
se dedica un capítulo a sistemas afines a E y un § 2. Los ARGUMENTos DE ANDERSoN y BELNAe
apéndice
a cuestiones lóglco-gramaticales. El tratamiento que hacen 2.1. El elemento de juicio del rechazo i,ntuitiuo
A & B de la coistru"cción de E no es puramente formal'
A
medida que progresan en esa tarea, fundamentan las distin- lil argumento al que más frecuentemente acuden A & B para
tas decisiones fümaler adoptadas, mostrando las exigencias ¡rcrsuaclir al lector de que Ia deducibilidad exige relevancia
intuitivas que conducen a ellas y discuti:ld-" fiIosóficamente .s simplemente la apelación a la intuición de que no hay
tales intuiciones. En distintos lugares del libro, Pof ejemplo, :¡,utóntica deducción cuando la premisa 4 no es relevante res-
se ofrece* urlo-entos filosóficos para
justificar la elección ¡rccto de la conclusión. En numerosas oportunidades se aduce
de ^9¿, en lrgL de ^9s, para caracter\zar la noción de nece- .sl,c rechazo intuitivo a 1o largo del libro. Damos unos pocos
sidad. La investigación de A & B se completa con resultados r'.i«'rnplos y hacemos luego algunas consideraciones sobre el
metalógicos, comparación con otros sistemas, etc' v¡r,l«¡r de este tipo de argumentación.

Mediante el siste ma E, A & B intentan suministrar leyes (i) Según A 8¿ B (p. S) ,, FH-*, un sistema equivalente al
formales generales del entl'ailmenf (por-ejemplo,'\A-.' B).* f'r':rgrnento implicacional puro de la lógica intuicionista de
ii, ; *
C\ (A C))'), v también levet que indiq":1 lu'
- ll..yl,ing, formaliza algunos rasgos del entailment. Sin em-
,.}u.ioo", aeAoctivas que valen entre fórmulas de la lógica l,:rr'¡1o, dicho sistema contiene el teorema'A --) .B -+ Ar.
prop.ri.ional usual (plt ejemplo, 'Akq- I Al)' Pero' de- rr.s¡rcr:l,o del cual A & B a,firman que:
fiao al supuesto de qrru no hay deducibilidad sin relevancia
en las teoiías 1ógicas usuales-, E contiene una llul lt.crc ue come upon a theorem which shocks our intuitions
-ausente
revisión de la lista de inferáncias admitidas en la lógica
de (ul lrusl r¡ur unlutored intuitions)..., lhe principle seerns ou-
las funciones veritativas. La revisión es más bien dr¿i'stica I*tr¡t'otts - .such al lcast is almost cerlain to be the initial re-
en muchos puntos: Caen venerables reglas corno cl rwxl'tt"';
'l
ponens)el siiogismo disyuntivo, etc. Pa,ra justiflcar csl'it' ¡rt'o- 1,.;,. g,,,t¡l¡i.l,i.';t «lc'*'cxigr: tr;rl>;r.ia,r «:on in[erc:ncias «lc una sola
funda ,cf,r.m,r"dC la, ló[icil Cxistenl,c, A & l] «lc<lit'¿ttt ¡¡ttt<'lt¡rs l)lClllls;l
LOS ARGUMENTOS DE ANDERSON Y BELNAP 223
222 r,óclcl, RELEvANTE coNTRA DEDUcIBILIDAD
(ii) En p. 329, se imagina un diálogo entre un "oficialista"
oction the theorvm, as anyone hos taught elementary logic
to (O) V un "partidario de la relevancia" (E). O rcchaza el con-
aery well knows. (P. 12)
dicional 'Si toda señal tiene una velocidad máxima, entonces
hay una velocidad máxima que ninguna señal sobrepasa'. E
Si '-*' se lee con el sentido del entailment, puede interpre- le hace notar que si se interpreta el condicional de manera
de
tarse que el rechazo del teorema obedece a consideraciones "material", O debe aceptarlo, porque admite la verdad de
relevancia: el teorema sería erróneo porque no es intuitiva-
que la teoría de la relatividad, y con ella la verdad del conse-
mente aceptable que de un enunciado A pueda deducirse cuente. O aclara que su afirmación consistía en que "there
oo .r,orr.üdo .ualquie ra B (posiblemente "temáticamente uas no way of arguing correctly from the antecedent to the
pre-
desconectad.o" ae ,{) permite deducir A. Este ejemplo consequent". E sugiere entonces que en un intento de ta1
senta una complicaóián, sin embargo, y 9t- que el teorema
deducción se podrían usar, agregados al antecedente, otros
po.d" re.haza.se también sin hacer consideraciones de re- hechos (o premisas verdaderas) relevantes. O asiente, y E
levancia: puede mostrarse que tampoco cumple con la
exi-
Ianza una estocada decisiva: usando también la teoría de
gencia de necesidad que se impone al entailment.s A & B
la relatividad podemos deducir eI consecuente a partir del
reconocen esto, pero opirruo qo. oouttra intuición -o
la dpl
antecedente.
aprendiz de lógica- rechaza el teorema tanto por razones O tiene dificultades, pues, para justificar su rechazo del
dL ,ru.uridad .á*o de relevancia (ver comentario de
p' 14,
condicional del ejemplo: si 1o entiende en el sentido material,
,ul*) para mostrar que las intuiciones ordinariasdelconside- entail- debe aceptarlo porque su consecuente es verdadero según
ran la relevancia como una condición necesaria una teoría aceptada por é1; si usa una condición de verdad
ment, convendría dar un ejemplo en que el rechazo fuera
Con este aparentemente más fuerte, según la cual un condicional es
atribuible únicamente a cuestiones de relevancia.
B" fórmula verdadero cuando hay enunciados verdaderos que, añadidos
A & B analizan luego 'f : ,'B -t a su antecedente, petmiten formar un conjunto de premisas
"ú:"tir.,
qol tu,-tién enfrenta 1a resislencia de los legos en lógica y de las cuales se deduce su consecuente, O llega finalmente al
qru claramente objetable por consideraciones de relevan- mismo resultado que antes,T porque si se añade la teoría de
",
cia (fácilmente ," prrád"n dai ejemplo¡ de la fórmula en los la relatividad (considerada verdadera por O) aL antecedente,
.ruü, el antecedente no tiene conexión significativa alguna de las dos cosas juntas se puede deducir el consecuente. Pero
con el consecuente), sin que se le puedan imputar ailcgt- una observación puede mostrar el camino para fundamentar
tades paralelas coíáctadas con el iequisito de necesidad'o un rechazo del condicional: de su antecedente y la teoría de
Los comentarios de A & B acerca de los dos ejemplos citados la relatividad se dedujo el consecuente, pero en esa deducción
muestran que ellos consideran que rechazos intuitivos como no se asó para nada el antecedente añadida teoría de la
juicio en
los ilustradts suministran importantes elementos de relatividad se puede encargar sola -la
de la derivación del con-
contra de la validez de una fórmula' secuente. Esto sugiere que para obtener una teoría menos
5 de 'A - 'B * liberal del condicional, podría exigirse que la condición de
Es decir, no está garantizado que si el antecedente
n"""roliomente debi setlo también su consecuente' Los verdad enunciada más arriba fuera complementada con una
A, es verdadero ,
iógi.o, admiten que de_un enunciado necesario tA' sólo pueden deducirse cláusula según la cual el antecedente debe u,sarse en la de-
enunciados necesarios. En ese caso, reemplazaldg Por un enunciado rivación del consecuente a partir del conjunto formado por
la fórmula
contingent"r"""i" ,"Jud".o y 'B' por un enunciado necesario, el antecedente y las premisas verdaderas añadidas. Pero esta
tendráantecedente verdadero y consecuente falso.
6 Co*o , B B' no puede ser falso, es trivialmente cierto q,e si el 7 Faris ha mostrado que esta interpretación equivale a la mate¡ial
- debe serlo
antecedente de 'A * .B'-+ B'es verdadero, su consecuente (ver la § 4).
también.
230 lóctc¡, RELEvANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD LOS ARGUMENTOS DE ANDERSON Y BELI{AP 23t
pos recientes por Lewis y Langford (Symbolic Logic; PP. 248- "irrelevantes" y nuestra convicción pre-sistemática de que tal
51). se utilizan en él las siguientes reglas de inferencia: cosa no es posible. Naturalmente, los partidarios de la lógica
relevante podrían disponer de una buena defensa contra áste
Simplificación (Simp.): AkB lA; AkB I B
elemento de juicio si lograran mostrar que el argumento de
Adición (Ad.) : AIA v a_
Lewis es defectuoso en algún aspecto. A & B tratan de pro-
Silogismo Disyuntivo (S.D.): Av 8,, AIB bar exactamente esto. En 1o que sigue me ocuparé de sus
Las reglas citadas permiten arribar a un enunciado arbi- objeciones; en la sección § 3 analizaré otros posibles ataques
trario, partiendo de AkA. La demostración -que llamare- al argumento desde puntos de vista de otros autores.
mos, de ahora en adelante, 'el argumento de Lewis'- es la La crítica de A & B es algo retorcida, pero consiste básica-
siguiente: mente en atacar la validez irrestricta del Silogismo Disyunti-
vo- Según ellos (pp. 165-7), el 'o' tiene muchas veces el sen-
1.A&-A (Premisa)
ticlo meramente extensional que le atribuyen habitualmente
2.4 (1, Simp.)
los lógicos" Pero a veces su sentido tiene matices intensiona-
3.-A (1, Simp.)
lcs, y en estos casos, la relevancia entre los disyuntos es ne-
4.AVB (2, Ad.)
cesaria para la verdad de la disyunción. La regla de Adición
5.8 (3,4, s.D.)
sólo sería legítima en el caso del 'o' extensional. Esto es plau-
El argumento de Lewis es sumamente interesante porque sible: si en determinados ejemplos, 'o' se usa para indicar,
muestra una consecuencia inesperad. y antiintuitiva del uso entre otras cosas, relevancia entre las proposiciones que co-
reiterado de unas pocas reglas intuitivas. Caben pocas du- necta, en tal uso no se puede inferir de A la proposición ,4 o
das sobre tal carácter de las reglas. La Simplificación y el -8, para un .B arbitrario, porque la verdad de A no garantiza
Silogismo Disyuntivo son muy obvias y de uso muy difun- que sea relevante respecto de una proposición cualquiera. En
dido. Sólo la Adición despierta algunas dudas en los cursos cuanto al Silogismo Disyuntivo, sóIo sería válido cuando ,o,
elementales de lógica, pero cuando se trata de aclararlas re- es intensional. En ese caso, el error del argumento conside-
sultan ser más bien dudas sobre la utilidad de la regla que rado consistiría en una falacia de ambigüedad: para extraer
sobre su validez. En todo caso, en muchas aplicaciones la 4 de 2, el'V' debe tener el sentido extensional usual; pero
regla resulta tan obvia que Ia usamos automáticamente sin para deducir 5 a partir de 3 y 4,, el 'v' de 4 debería ré"*-
repalar conscientemente en ella, como Cuando aplicamos un plazarse por un 'o' intensional. Para que toda la deducción
teorema de la forma "a 1b f . .." a un caso en que a = b. sea válida, 4 debe entenderse con sentidos divergentes en dos
Ahora bien, si se acepta que los procedintientos de inferencia pasos del argumento.
utilizados en el argumento ejemplifican modos naturales de El esquema de la crítica de A & B es claro; pero ¿por qué
razonar y que los razonamientos que ellos permiten validar el Silogismo Disyuntivo exige un 'o' intensional? A & b est¿ín
constituyen ttbuenas deducciones", en un sentido pre-técnico, muy lejos de haber mostrado razones convincentes para ad-
se dispondrá de un poderoso elemento de juicio contrario a mitir esto. Cuando enuncian por primera vez su objeción
las tesis de la lógica relevante: podría haber deducibilidad (§ 16.1, pp. 163-7), no dan ningún argumento en favor de
sin releuanci,a, en un sentido intuitivo de la primera noción. la rcstricción del S.D. que creen necesaria, limitándose a re-
Podría interpretarse que nuestras ideas intuitivas sobre Ia rnitir al lector a tres secciones posteriores (§ 16.3, § 27.L.4 y
deducción, y algunas reglas acordes con ellas, tienen conse- § 16.2.2). sólo en la primera se trata de argüir en contra dál
cuencias de las que no somos habitualmente conscientes, y S.D. usado con to'extensional, pero sú frase final es ,,. ..ue
cllo explicaría simultáneamente la existencia de decluccioncs do not claim that our argument on this point, such as it
l
232 lóctca RELDVANTE coNTRA DEDUCIBIT,IDAD LOS ARGUIVIENTOS DE ANDERSON Y BELNAP 233

is, is conclusiu"" (p. 177, subrayado de A & B). Y realmente No dudo de la respuesta del lector. preguntémonos ahora
esta reserva sobre la argumentación está, justificada. El argll- si la persona que creía en (i) está obligada por ello a admitir
mento aludido en la cita consiste en (1) la observac.ión de que que
algunas disyunciones que admiten el S.D. tienen un carácter (4) si oswald no hubiese matado a Kennedy, otro lo hu-
iniensional, que puede advertirse porque permiten deducir biera hecho.
un condicionil subjuntivo (quizás con mat\z contrafáctico),
cuyo antecedente es la negación cle un disyunto y su conse- Claramente no. Para creer en (1) basta la convicción de
cuente el otro disyunto; (2) la exhortación al lec.tor de que que alguien m1tó a Kennedy. Para creer en (a), huy que ser
encuentre una disyunción que admita el S.D. y no admita la partidario de alguna suerte de teoría de neceiidad ó inevita_
derivación de un condicional subjuntivo conto el descrito. Si bilidad histórica,to o, al menos, suponer que Kennedy cayó
el lector no encuentra tal ejemplo, eso avalaría la hipótesis víctima de una conspiración de varias p"iroor,, que poclíán
de que el S.D. no puede usarse con'o'extensional. La de- sustituirse entre sí en caso necesario. pero es obüo que hay
bilidad clel a,rgumento en el párrafo citado- es constelaciones de creencias coherentes que suscribir?an (1)
B no tienen -confesada
ningún argumento general contra la y no (a). Estamos, pues, ante un ejemplo nada trivial que
obvia. A 8¿
existencia de casos válidos del S.D. con 'o' extensional. Se muestra claramente la posibilidad de que una disyunci¿n i¿-
limitan a mostra,r casos válidos en que la disyunción es in- mita el S.D. sin implicar ningún .oodi.ional suÉjuntivo del
tensional y u exhortar al lector a qtte encuentre casos válidos tipo antes descrito. Es falsa, pues, ra conjetura dL A & B de
en que la disyunción no implique un condicional subjuntivo,
que la inferenci a'A o B,
- Al B, sólo .d-irible si de ,á o
B' puede derivarse también que 'si no se"r diera A, se daría 8,.
con la esper arrza de que el lector fracase. No me limitaré
a dejar señalado que A,k B no son concluyentes. En 1o que Y esta conjetura era 1o único que ofrecían A & B en contra
del S.D. irrestricto y del argumento de Lewis.
sigue, responderé a la exhortación. Adaptaré para ello algu-
Pueden resultar de interés algunos comentarios finales so-
nos interesantes ejemplos de condicionales que estudió Ernest
bre la utilida,d del ejemplo que hemos ardaptado de Adams
Adams (ver Bibliografía). consideremos la disyunción
y algunas consideraciones téoricas que lo ,áfrr"rrun. Refutar
(1) Oswald mató a Kennedy , otro 1o hizo. con claridad la conjetura de A d¿ B mencionada al finat del
párrafo anterior no es fácil. Para lograrlo, debe encontrarse
Supongamos que alguien está absolutamente convencido un caso de " A o B" qlJe no implique un condicional subjun-
de que la muerte de Kennedy fue causada por un asesino tivo; pero "A o 73" implica siempre algin tipo de condício-
solitario, aunque no está seguro de si fue Oswald. Esa con- nal (si-usted acepta "A o -B", acepta que eÁ argún sentido
vicción le hará creer en la verdad de (1). Supongamos ahora es verdadero "si no es cierto A, entonier er cieito B"). y
que tal persona llega a admitir también, debido a elementos como en general no es claro si un condicional tiene coníota_
de juicio adicionales, que ciones subjuntivas o no, puede resultar difícil asegurarse de
que un caso de "A o B" no tiene consecuencias subjuntivas.
(2) Oswald no mató a KennedY.
Iis exactarnente por esta razón que los análisis de Aáams nos
Someto esta pregunta a la intuición del lector: en posesión ¡rrestan una utilidad considerable en este punto. Adams en_
d.e esas dos premisas, ¿deducirá, la persona de nuestro ejem- c<¡ntró ejemplos en que se aprecia con todi nitidez que cier-
plo, que
l0 En estos términos analiza Gladys palau, en ,,condicionales con-
(3) otro (i."., en contexto, alguicn clistinto dc oswalrl) l,r;r.fá.cticos: condiciones de verdad y semántica de mundos posibles,,,
uno
rna,l;ó a, Kenncd.y'l <l<: l,s sentidos posibles que pueden tener condicional", .o*o (4). '
234 lócrc¡, RELEvANTE coNTRA DEDUCTBTLTDAD LOS ARGUMENTOS DE ANDERSON Y BELNAP 235

tos condicionales formulados en indicativo no implican el co- se limita a a rmar algo acerca del mundo real: dice algo,
rrespondiente condicional subjuntivo. Adaptando uno de sus también, acerca de lo que ocurre en ciertos mundos posiblis.
ejemplos (mediante Ia transformación en disyunción de uno Así, pues, en la semántica de teorías como las de Stalnaker y
de sus condicionales indicativos), hernos encontrado un caso David Lewis (ver Bibliografía), pueden construirse modelos
de "A o B" que claramente no i,mplico un condicional sub- en que " A o B" es verdadero en el mundo real y ,,si no se
juntivo (a pesar de que sí implica cierto condicional en in- diera á se daría B" es falso, por no cumplirse la disyunción
dicativo);ll como es igualmente obvio que tal caso de "A en otros mundos posibles. (Se obtiene un modelo tal en la
o B" admite la aplicación del S.D., queda refutada la su- teoría de stalnaker con estos dos supuestos: (i) en el mundo
puesta necesidad de una restricción de esta regla en la línea real se cumple A y no B; (ii) en el mundo poiíutu más pare-
sugerida por A&8. Con ayuda de algunas teorías recientes cido al actual en que no se da.A, tampoco se da a. ror (i),
sobre condicionales subjuntivos y contrafácticos, puede darse "A o B" es verdadera; por (ii), es falso que ,,si no se dieía
una explicación teórica de que " A o .B", suplementado con A se daría 8".¡ra Los análisis' de condiciánales subjuntivos
«^) A)), implica y contrafácticos por medio de una semántica de mundos pG.
"8", en casos en que d.e "Ao B" sólo no se sibles permiten dar una idea, pues, de por qué el s.D. po"du
sigue "si no se diera A se daría 3tt.12 La explicación no es
ser v:ílido con una disyunción que no permite derivar or, .or-
necesaria para nuestro análisis tampoco deseo descan-
sar en ella para mi argumentación,-y dado que las teorías que
dicional subjuntivo.
citaré no están fuera de controversia-, pero iluminará un Dije antes que sólo en la sección § 16.3, A & B presentan
poco más las cuestiones lógicas analizadas. En líneas gene- argumentos en contra del S.D.; en realidad, en la s 16.2.2
e119s agregan una "prueba independiente" de que er s.D. ,,o
rales, puede decirse eu€, para la validez de "A o Br* A/8",
va-le en general. Pero en el contexto general ¿e ta discusión,
sólo se requiere que ttA o B" afirme algo acerca, del mundo
real: que en tal mundo se da la alternativa A o la alternativa tal "prueba" debe considerarse una broma o una petición de
B. Esta afirmación acerca del mundo real, complementada principio. El párrafo clave de la última sección ciiada dice:
con la afirmación de que la primera alternativa no se realiza,
basta para fundamentar la conclusión, ya qu€ ésta también
... though Á1e' v B) * B holds for special cases, it d,oes not
hold in general,
se reñere al mundo real (si sé que en el mundo real se da lor=(here corÍt,es the "independent proof " pro-
mised iy§ 1.6..1.), A(A VB) + B üf ÁAv ÁB
una de las alternativas, pero no la primera de ellas, puedo AA * B, which is absurd. (p. l7a) -, B, oniy if
concluir que en tal mund,o se da la otra). Pero si "á o B"
sólo se refiere al mundo real, no se podrá derivar de ella que En,este pasaje se refuta el s.D. partiendo del supuesto de
"si no se diera A se daría .B", porque, de acuerdo con las que
_el
argumento de Lewis es inválido (ya que el aigumento
teorías recientes, un condicional subjuntivo de este tipo no establece, justamente, qre ÁA
-' B). pero naturaháente, si
lo que se intenta en un momento de Ía discusión es objetar al
11 El enunciado (1) implica
'Si Oswald no mató a Kennedy, otro lo s.D. para atacar el argumento de Lewis, no se puede *pon.,
hizo'; pero al nivel del lenguaje cotidiano, hay un fuerte contraste entre la invalidez de éste último en tal intento.
esta última afirmación y la oración (4).
12 Po, el metateorema de la deducción, si La crítica de A & B al argumento de Lewis es, pues, abso-
es vríIido 'A o B,-A/B', lutamente inadecuada. Esto los deja en una posición desven-
también es válido'Ao Bf - A).8'. Gladys Palau me ha hecho notar
que la conjetura de A & B equivale a considerar que, al menos en este 13 Ln construcción
caso, el tJ' de la conclusión del metateorema puede reemplazarse por de un modelo de este tipo es algo miís complicada
un condicional subjuntivo. A & B no dan argumentos en favor del meta- en la teoría de Lewis, debido a que en ella ,,o re aáopta (por iuenas
teorema así entendido, y en el texto muestro que en realidad sería falso razones) un supuesto de unicidad que simplifica el pianteomiento de
en esa formulación. St,alnakcr (ver Lewis, Counterfactuais, pp. ZZ-af).
242 LOGICA RELEVANTE CONTRA DEDUCIBILIDAD
OTROS ARGUMENTOS 243
esta extensión de su crítica pero, por razones apuntadas en Theory. Pero esta sección está destinada a una comparación
el párrafo anterior, estas consideraciones no son necesarias entre el'o'ordinario y'y', y prima facie, strawson sólo pa-
para defender el argumento de Lewis. rece estar interesado en objetar la Adición para el primero
Hay también una razón de orden más general por la cual el d"
ellos: en p. 90, infra, señala que el hecho de que ,V; cumplr.lr,
rechazo de Simp. no puede constituir una defensa adecuada ley 'p ) p V g'muestra una diferencia entre su signinicadl y ul
de los puntos de vista de la lógica relevante. Hemos visto del to'cotidiano en algunos usos. En tales usos,lo'contr*t.
que sus partidarios confieren gran valor al elemento de jui-
fuertemente con'V', porque se trata de casos en que la ver-
cio suministrado por las intuiciones lógicas "pre-teóricas" (y dad- de un disyunto no es condición suficiente de laierdad
Nelson no es una excepción: la apelación a este elemento d.e áe
Ia disyunción. Pero Strawson analiza después otros ,rro. á"
juicio subyace a muchas de sus consideraciones); pues bien, to' en que éste resulta
más similar a tV', y encuentr a nu,euas
en ese caso, no pueden desatender la enorme evidencia in- razones para rechazar la Adición en estos casos. A pesar de
tuitiva que respalda Simp. Por esta razón, incluso algunos que sólo se ocupa explícitamente de 'o', el hecho de que tome
autores de ideas afines a las de Nelson, han considerado que en cuenta usos de la partícula en que parece tener las mismas
el abandono de Simp. es un recurso heroico ad hoc e inadmi-
condiciones de verdad que 'v', puede engendrar la sospu.hu
sible.16
de que podría considerar aplicables sus objeciones a la últim.
conectiva, en cuyo caso resultarían relevantes para evaluar el
3.2. Adición argumento de Lewis. Convendrá, pues, señalar algunos de-
De los supuestos lógicos utilizados en el argumento de Le- fectos de su argumentación (aun entendida sólo
wis, éste ha sido el más atacado por autores orientados en con to'). "ri.o"u*i¿r,
Ia dirección de las lógicas relevantes (por ello, la crítica al Tomemos los enunciados:
argumento basada en el rechazo del S.D., que es la estrate-
gia de A & B, constituye una línea más bien heterodoxa). Se
(1) Fue Juan
han construido otros sistemas de lógica relevante, diferentes (2) Fue Juan o fue Roberto
de E, en los que se abandona esta regla (ver, por ejemplo,
strawson afirma.que (1) implica (entaits) (2), en el sentido
un sistema de Parry, descrito en A & B, § 29.6.1., pp. 430-2).
de que confirma (z).,pero no lo imprica qerítiti) en el ,untiJo
Nelson, en el trabajo citado, también abandona la Adición,
de que el paso de (1) (2) constituya un pa^s; lógicamenie
porque su tratamiento del 'o'es similar al del 'y': define un " step).
apropiad o (logically proper La razón de la llti*u ,"-
sentido intensional de 'o' y argumenta luego que usado de
gativa es que:
tal manera no cumple la Adición. Por razones análogas a las
expuestas al discutir Simp., sus consideraciones no afectan
.. .the altematiue slatement canies the implication of the spea-
el argumento de Lewis, donde la disyunción se usa de otra
ke-y's uncertainly as to which of the two it was, an'd, this iÁ-
manera. plicati.on is inconsistent with the assertion that it ,o, lot,n.
También Strawson objeta la inferencia por Adición, en (p.e1)
III de su Introduction to Logical
la sección 11 del capítulo
16 Po. ejemplo, A. E. En su artículo "validez, Inferencia e Impricaturas I,,, Hugo
'Is Strict Implication the
Duncan-Jones, en
same as Entailment?', donde propone otra solución a la "paradoja del Margáin muestra que este planteamiento áe Strawron'u..ñ_
antilogismo" de Nelson. Nelson mismo, en un artículo posterior al citado rra confusiones que pueden aclararse con ayuda de las di_
en el texto ('Three Logical Principles in Intension'), busca otra solr¡ción fundidas distinciones introducidas por Gricl en su *Log1.
a la paradoja que no exija abandonar Simp. and conversation". En lo que sigue, haré un análiris de"iu
244 r,écIca RELEVANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD OTROS ARGUMENTOS 245

posición de Strawson que en 1o esencial seguirá las ideas ade- Pero entonces es absurdo rechazar \a inferencia: si una su-
iantadas por Margáin.17 ¡ruesta conclusión tiene implicaciones inconsistentes con la
Grice ha distinguido entre lo dicho estrictamente aI afir- premisa usada *_y ésta es consistente-, algo anda mal en la
mar una oración, y lo que tal afirmación puede sugerir, en inferencia. Pero si una conclusión meramente puede sugerir
contexto, al interlocutor. I-,a oraci6n implica todo lo que se cosas incompatibles con la añrmación de la premisa, esto no
dice estrictamente al afirmarla; en contraste, se llama 'im- señala defecto alguno del argumento. una oración que Copi
plicatura conuers&cionalt, de una afirmación dada, a todo ha usado con otros objetivos nos ayudará a mostrar esto.
aquello que es sugerido, pero no implicado estrictamente, supongamos que el segundo de a bordo anota, en el diario
por tal afirma,ción. La disyunción ordinaria proporciona un de navegación de un barco, la oración 'Hoy el capitán es-
excelente ejempio de estas distinciones. Habitualmente, si al- tuvo sobrio'. si la anotación aparece un solo día, eso puede
guierr afirma (2), sugiere fuertemente al interlocutor que no sugerir fuertemente al lector que el hecho descrito fue una
iabe cuál de las dos personas mencionadas fue la autora de auténtica novedad; en otras palabras, la anotación puede te-
cierto hectrro. Pero eso no está" dicho estrictamente por la ner la implicatura de que e/ capitdn rara aez está sobrio. Es
afirmación de (2): si tal fuera el caso, (2) sería falsa en caso una implicatura y no una implicación: el segundo puede elu-
de que la persona que la afirma supiera, en realidad, cuál dir responsabilidades alegando que nunc a afirmó tal cosa del
de los disyuntos es verdadero. Claramente, no es así. Esto c.apitán. Consideremos ahora el enunciado 'El capit án siem-
se desprencie del rnismo análisis de Strawson: él considera pre está sobrio'. Es obvio que implica la oración anotada en
que la verdad de uno de los disyuntos de (2) es condición el diario (con algunas premisas implícitas: que el capitán
suficiente de la verclad de (2); naturalmente, ese no sería el estaba vivo aquel día, etc.), y en ciertos contextos sería na-
caso si al atlrmarse (2) se hiciera tarnbién una afirmación de tural inferir aquélla de ésta. Sin embargo, si fuera válida la
ignorancia. razót que alega Strawson contra la Adición, en la cita trans-
No se puede atribuir a strawson que no diferencia de crita, habría que rechazar también esta inférencia, porque
ningún modo entre lo dicho estrictamente y Io sugerido por la implicatura conversacional que, según vimos antes, tiene
una afirmación. Fara referirse a la relación entr" (1) y (2), esta conclusión, es incompatible con la premisa usada. En
emplea el verbo 'entail'; para tlescribir la conexión entre este ejemplo, las relaciones lógicas entre premisa, conclusión
(Z) V la sugerida ignorancia del hablante, usa la expresión e implicatura conversacional de esta última son exactamente
'carries th,e implication' (ver cita). Lu elección de estas ex- paralelas a las del paso inferencial criticado por Strawson.l8
presiones, y su análisis de las condiciones de verdad del 'o', El hecho de que la conclusión de un razonamiento pueda
sugieren clistinciones sirnilares a las de Grice. Sin embargo, sugerir en algunos contextosle algo incompatible con la pre-
Strawson colnete un error al atribuir a ias implicaturos un
papel lógico que sólo pueden tener las 'í,rnplicaciones. Su ar- 18 Er, realidad, aquí
gumento en contra de la derivación de (2) u partir de (1), es los supuestos inconvenientes lógicos son más
"fuertes": en mi ejemplo, las implicaturas conversacioniles de la con-
que (2) "ttansmite" algo inconsistente con la afirmación de clusión son incompatibles con la premisa; en el de Strawson, sólo chocan
(1) (ver cita). For las consideraciones anteriores, ese "algo con implicaturas de la premisa (la ignorancia del hablante no es incom-
debe ctrasificarse como una implicatura, no una implicación. patible con la autoría de Juan, sino en todo caso con que el hablante
conozca esa autoría, o crea en ella, y ese conocimiento, o creencia parece
17 lru.o no seguiré su exposición en detalle. Trataré de un modo más una implicatura conversacional de la afirmación de (t)).
19 Tanto
clirccto a Strawson (Ma.rgáin se ocupa de él a través de una «liscusión la implicatura conversacional de mi ejemplo, corno la del
cte Strarvson que rcaliza'Ihomas Simpson) y agregaré algttnas consi<lc'- que ofrece Strawson, sólo se dan en determinados contextos. Si alguien
r¡r«:iont:s y cl ttso rl<: t¡n crllll,ra.c.icttr¡rlo. ¿r-siste a la inferencia que hace un hablante pasando de (t) u (2),.i
"""
246 r,ócrc¿, RELEvANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD OTROS ARGUMENTOS 247

rnisa, no obsta para que tal razonamiento pueda tener una tener parentesco alguno, sintáctico, semántico o pragmático.
validez perfectamente intuitiva. (p. 105)
Lejos de afectar al 'V' y al argumento de Lewis, las obje-
ciones de Strawson ni siquiera están bien fundadas para el Esta observación es exacta. Partiendo de '2 + 2 = 4' po-
'o' ordinario (en algunos usos en que se asemeja a 'V'; para «lemos inferir por Adición que '2 + 2 - 4 ó la luna es verde'.
otros usos, que no he discutido aquí, otras consideraciones de Oomo los disyuntos no tienen nada que ver entre sí, la con-
Strawson en contra de la Adición son más plausibles y no que- clusión puede parecer disparatada, y ejemplos como éste sue-
dan afectadas por mis observaciones). En las páginas de la lcn engendrar en los estudiantes una fuerte desconfianza in-
revista Crítica se discutieron también otras objeciones, plan- t,uitiva contra la legitimidad de la regla. Margáin, en el ya
teadas por Mario Bunge, a la regla que nos ocupa.2o Bunge «:itado tValidez ,. . .', enfrenta este nuevo elemento de juicio
comenzó por exponer una supuesta paradoja que se seguiría «:on la siguiente consideración:
de admitir la Adición, en una nota titulada 'The Paradox
of Addition and its Dissolution'. Margáin, en su comentario No es posible exagerar que la validez de los argumentos en
ningún caso garantiza que venga a cuento, sea pertinente o
'La Paradoja del Dr. Bunge', mostró que la derivación de la relevante el afirmar la conclusión, si creemos en las premisas.
paradoja contenía un error obvio. Bunge lo reconoció en una (. . .) La ualidez de los argumentos liene que aer con la uerdad:
respuesta a Margáin (ver Bibliografía), pero intentó al mismo si las premisas son aerdaderas, la conclusión también tendrá
tiempo reformular sus objeciones a la Adición. Uno de los ar- que serlo. Pero la verdad de una oración no garantiza su per-
gumentos de su nueva presentación se basa en un equívoco. tinencia. No todo lo que es verdadero viene a cuento, y puede
Bunge trata de mostrar que con ayuda de la Adición puede ser pertinente algo que despúes resulta falso. (p. 66, subrayado
derivarse un condicional paradójico a partir de una premisa mío)
dada. Margi{in, eü€ se ocupa críticamente de la respuesta
de Bunge2l en 'Validez, Inferencia e Implicaturas I', señala Esta defensa reconoce implícitamente que la Adición pue-
(pp. 64-5) que si se interpreta el condicional de la conclusión de dar lugar a una conclusión irrelevante, pero aduce que
de Bunge en la forma material, no resulta paradójico, y si esto no muestra nada sobre no-validez, porque la validez rlo
se 1o interpreta de manera más fuerte, no se lo puede deri- garantiza relevancia. Coincido con Margáin. Sin embargo,
var con ayuda de la Adición. Nuevamente estamos ante una su argumentación resulta insuficiente para mis propósitos:
paradoja ilusoria. Pero Bunge acompaña este argumento de- Margáin usa la definición "oficial" de ualidez (ver especial-
fectuoso con otras consideraciones sobre la Adición que son mente texto subrayado), y eso resulta legítimo en la discusión
de más interés porque aparentemente están en la base del con Bunge, porque él no había objetado tal definición. Yo
rechazo intuitivo que a veces provoca la regla. Dice Bunge: no puedo hacer lo mismo. Un lógico relevante que rechace
la Adición puede aceptar que la regla es uálida, y que uo-
Según el principio de adición de la lógica matemática, de p se lidez no implica relevancia, en el sentido oficial de ualidez,
sigue p o Q, donde p y q son proposiciones que no tienen por qué c insistir todavía en que la regla no es legítima, en algún
sentido intuitivo. Como mi interés es oponerme a este tipo
contexto (2) perdería la sugerencia de ignorancia que puede tener si es dc contendiente sólo a Bunge-, debo tratar de en-
afirmada aisladamente (similarmente en mi propio ejemplo).
contrar elementos -ydenojuicio intuitivos en favor de la regla,
20 J. A. Robles me recordó esta discusión, señalándome su pertinen-
eia para los temas tocados en la primera versión de este trabajo.
no a,poyados directamente en la definición usual de ualid,ez.
2L Robles critica otros aspectos de la respuesta de Bunge, en que linfrentemos esa tarea.
no nos detendremos aquí, en su nota "Comentarios en torno a Bunge, Debe observarse, en primer lugar, que si la regla conduce
N{argáin y la paradoja". a vcces a conclusiones anti-intuitivas, su abandono (como
248 lóctca RELEVANTE cohrrRA DEDUCTBTLIDAD OTROS ARGUMENTOS 249

en el sistema de Parry antes menciona«lo) dejaría sin fun- se cumplirá que de la falsedad du p se deriva la falsedad de
damento aplicaciones de la misma que gozar de aceptación T pkQ. En símbolos lógicos:
total. Si en matemáticas, por ejemplo, tenemos presente un -
,u p +,u (pkq)
teorema de la forma "m 1 n ) ...n'1 ...n...", ante el dato
"lt = kt" reaccionamos obteniendo rápidamente la conclusión Pero una prueba estándar de este aserto, que procede me-
". . . k. . . k'" . . ". De manera automática hemos empleado dos diante la derivación de .', (pkq) a partir de r' p, usa la
instanciaciones universa,les, una Adición y un Modus Ponens. Adición:
La frecuencia con que aparecen en matemáticas teoremas (1) trp ( hipótcsis)
de la estructura mencionada hace que esta aplicación au- (2) ru pY ,x, q ( 1, Adición)
tomática de la Adición sea muy usua1.22 (3) ^' (pkq) ( 2, De Morgan)
Bunge no objetaría el párrafo anterior. Su actitud ante la
Adición es más equilibrada que la ejemplificada por el sis- El ejemplo muestra que para probar una relación lógica in-
tema de Parry: reconoce que es una regla útil, incluso necesa- tuitivamente indiscutible, puede ser de utilidad la aplicación
ria, y sólo propone restringirla, usándola únicamente cuando de la Adición en un caso en que no se cumplen en abso-
no hay problemas de irrelevancias (para lo cual formula un luto restricciones de relevancia entre los disyuntos de la con-
criterio basado en los predicados que pueden utilizarse). Se- clusión (recordar las hipótesis que se hicieron respecto d" p
guramente consideraría lícitas las aplicaciones recién analiza- y q).
das. Pero trataré de mostrar ahora que cualquier restricción Un enemigo enconado de la Adición puede reaccionar ante
de este tipo también tiene el efecto de obstruir aplicacio- este argumento aduciendo simplemente que si bien la re-
nes útiles y perfectamente intuitivas de la regla. Cualquier gla irrestricta resulta de utilidad para demostrar la relación
ñlósofo de la ciencia aceptará esta generalización lógica evi- lógica analizada, no es imprescindible para esa tarea (alguna
dente: si una teoría 7 consiste en la conjunción de varias otra regla primitiva puede ser adecuada también para ella;
hipótesis ,, pL,,pz, . . . pn, \a falsedad de una cualquiera de di- incluso se podría adoptar como axioma la misma fórmula
chas hipótesis implicará la falsedad de 7. Esta generalización ',u p -r,- (pk{)', eue es suficientemente evidente). Así pues,
se aplica a toda teoría, plausible o no, interesante o no. Su- no habríamos encontrado razones de peso para oponernos a
pongamos que 7 es una extravagante teoría, compuesta por la presión intuitiva en contra de la Adición, y sigue siendo
la conjunción de dos hipótesis ¡ p y q, tales que carecen de aconsejable abandonarla (como Parry), o al menos restrin-
conexión temática entre sí, en un sentido intuitivo. iSe cum- girla (como Bunge). Pero dos consideraciones intuitivas muy
plirá para T la generalización recién formulada? Es total- atendibles pueden reforzar nuestro último análisis. En pri-
mente intuitivo aceptar que sí. 7 podrá ser extravagante y mer lugar, las intuiciones en contra de la regla parecen de-
de poco interés, pero si una de las hipótesis que la forman bilitarse mucho cuando se muestran aplicaciones interesan-
tes de ella ejemplo mostraría que aun con dis-
es falsa, es evidente que 7 será falsa también. En particular,
-y nuestro
yuntos irrelevantes pueden encontrarse tales aplicaciones. En
22 Alberto Moretti me señaló en SADAF que estos usos de segundo lugar, se pruebe como se pruebe el obvio teorema
la Adición
no son imprescindibles, porque habitualmente un teorema de la estruc- ,u p --+,u (pkq), su aceptación conduce a la Adición mediante
tura descrita se demuestra por "casos", mostrando que vale "rn - n ) transforrnaciones que son intuitivas y no parecen objetables
...rrt,,..n..." y "nz 1n ) .,,n1....n,..", lo cual permite realizar la desde el punto de vista de la relevancia. Por Transposición
inferencia utilizando sólo instanciación y modus ponens, si se toma como
premisa directamente el primer caso del teorema. Pero en este párrafo <lel entailment y Doble Negación, el teorema arroja inmedia-
no he intentado mostrar que la regla es imprescindible, sino que algunas t,arncnte la ley de Simplificación. Esta ley permite derivar la
dc sus aplicaciones son intuitivamente inobjctables. Arlición mediante las siguientes transformaciones:
250 r,óctca RELEvANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD OTROS ARGUMENTOS 25r

(1) (- pk - q) +,u p (Simp.) dudas del estudiante tienen que ver más cc,n la utilidad de la
q)
(3) p -+ (pv q)
(2) ,u,- p ->.., (.., pk ^, (Transposición de

f1"lr,:,I;fH.&i)
(t)) regla (como insinué antes, suele pensarse que el agregado de
un disyunto arbitrario no será una operación con "sentido")
que con el hecho de que, en un sentido intuitivo, p permite
fundamentar, o "extraef' pY g (circunstancia de la que sí se
Pero habitualmente el aprendizaje de las leyes de Doble duda en el caso de las fórmulas 'A + (B * B)' ó ,(Ak ^,,
Negación y De Morgan no encuentra obstáculos intuitivos "as A) + B').
anyone who has taught elementary logic uery well knou)s",23
Sucqde otro tanto con la Transposición de t*', que además
puede defenderse con argumentos de lógica relevante.2a Es- 3.3. Transitiuidad
tamos, pues, ante un nuevo choque de intuiciones. Existe un recurso verdaderamente insólito para rechazar el
Cualquiera de los teoremas ñ, p +,u @Ail ó (pkq) + p, argumento de Lewis y cualquier otra derivación de una ,,pa-
totalmente intuitivos, conduce, por transformaciones intuiti- radoja de la implicación estricta". Consiste en aceptar cada
vamente aceptables, a una regla que suele engendrar la des- paso del argumento, y la regla que lo justifica, pero recha-
confianza de los legos. iQué intuiciones elegir? Hacia el final zando la transitividad de la relación de deducibilidad (o det
de la § 2.1 insinué un criterio: ver cuáles subsisten después entailment): si se procede así, se puede aceptar cada paso
de atender una argumentación sistemática. Pues bien, los es- de una cadena deductiva y rechazar que la inferencia del pri-
tudiantes suelen aceptar la Adición, después de ser confron- mero al último sea válida. Smiley, en "Entailment and De-
tados con razones como las expuestas en los párrafos pre- ducibility", proporciona una definición de entailment (para
cedentes. No se aferran a su rechazo, como sí suelen hacer las fórmulas de la lógica proposicional usual) que jusiitica
los estudiantes inteligentes ante la hipótesis de que el condi- esta estrategia. Anotando con 'F'la relación de entailment,
cional material es una buena traducción del condicional de1 formula así la definición:
lenguaje natural: la razón es que hay excelentes argumen-
tos intuitivos en favor de la Adición y sólo consideraciones At,...,Anl B if and only if the rmplication At&... kAn )
pragmáticas en favor de la tabla de verdad usual del condi- B is a substitution instance of a tautology Alk...kA;) 8,,
cional. sach that nei-ther I B' nor l- (Alrk . . . kA;).
Habitualmente, no se requiere tanta argumentación como [i.e., ninguna de las dos últimas férmulas cóásideradas es una
tautología en el sentido usual.] (p.2a0)
la desarrollada para lograr la aceptación de la regla: mostrar
su aplicación suele ser suficiente. Esto parece indicar que las
Esta formulación arroja un criterio decidible de entail-
23 ment, perfecciona¡rdo una idea de von wright que Strawson
Brt* leyes se aceptan en el sistema .E de A & B (véase A & B,
pp. 107-9, 156). había mostrado defectuosa.2s Es fácil advertir que el cri-
2a Siguiendo el análisis intuitivo de A {v-B,'A terio valida cada paso del argumento de Lewis, pero no la
- B' vale cuando se
cumple el requisito de necesidad (si es verdadero el antecedente, nece- inferencia de la última fórmula a partir de la primera: este
sariamente lo es el consecuente) y el requisito de relevancia ('A' y 'B' entailment no es transitivo.
deben tener conexión significativa). Analicemos la ley de Transposición, A & B se escandalizan ante esta propuesta de Smiley. Di-
'(A * B) * (- B -* A)'. Bajo la hipótesis '(A * B)', es fácil ver cen, aI comentarla (p. 154): "Ary criterion according to
que el consecuente cumple el requisito de necesidad (los análisis cl¡ísicos
ya establecían esto); y también cumple el requisito de relevancia, por- which entailment is not transitive, is ipso facto wrong.,t En
que si vale el antecedente'A'y'B'deben tener conexión significativa,
25 V", von Wright, 'The Concept of Entailment', p. l8l y la reseña
y lo mismo será cierto de '- B' y '- á'. Por estas razones, también la
Transposición se adopta en E (ver A & B, pp. 107-g). de Strawson citada en la Bibliografia.
OTROS ARGUMENTOS 253
252 lóctcl RELEvANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD
Por ser inconsistentes, en tales situaciones es a la vez verda-
realidad,estareacciónnoesdeltodojusta.Lalecturaatenta dero a y -4, para alguna afirrnación A; por ser no triviales,
-d'e é1 no
pretende dar un
del ensayo d.e Smiley muestra que en tales situaciones no se cumple que cualqui,er afirmación
análisis d"l .oo."pto *at usual entailment mediante la
de elucidar sea verdadera en ellas. Si se acepta que pueden existir si-
definición citada: la presenta como un intento tuaciones tales, es fácil ver que ei S.D. debe considerarse
la expresión 'obvi""tfi entails' (véase p' 2a2)
y luego sum'i-
relaciones de inválido. Veamos las razones.
nistra otros ..ii"rio, de entailmint que arrojan logical supongamos que existe una situación en que son verd.a-
el
deducibilidad irr"ritirrs (necesarias para "serious vías ^g
de Lewis mediante deras A, también -A,, pero no toda afirmaciórr, y en parti-
work") y neutrrlirur, el aigumento
cular no se cumple que B. Tenemos entonces:
la definición, la
más usuales. Si se presenta con este objetivo
obvia no
no-transitividad oá ", objetable: la deducibilidad (1) A es verdadera
es transitiva; .Á*o señalé uri", (firn
de la subsección 2-1.) (2)
naturales puede
-A es verdadera
el uso reiterado á" puro. inferenciales muy (3) B no es verdadera
maneras, in-
conducir a conclusiánes inesperadas. De todas (4) AV B es verdadera (porque Alo es, como dice (1))
dependienternentedelosobjetivosconqueSmileyhizosu
propuestu, lrrrfo.tu"tt advertir que no se la puede utili- De acuerdo con (z), (4) y (3) tenemos un contraejemplo
",
Iu,, p"ru áefender los puntos de vista de
lógica relevante del s.D. El contraejemplo puede construirse en la lógica pa-
si la 'a
intención es reformar raconsistente porque la negación pierde su carácter exclu-
v-u,á.u, "1 .r¿;;ento'gg,.r,ewis: bases intuitivas, no se yente. En la lógica clásica, si es verdadera ,A v B, alguna de
el análisis de'1. d"docibilidad sobre muy las dos alternativas debe ser verdadera; si se ,ror ug..ga la
y sin argumentos
;;;f" ubu,.¿or,ar de maneratanadligada
hoc,
intuitivamente aL en- información de que '-á' es verdadera, el poder
atendibl",, o,,'_propiedad "*.luyunt"
del '-' nos hace concluir que una de las dos alternativas
tailment.o*o tu transitividad (i u" este punto sí
coincido (.rl)
no se cumple y queda la otra (B), por eliminación. La lógica
con el juicio de A & B)' paraconsistente rechaza el paso que va de la verdad de ,-A,
a que 'A' to es verdadero.
3.4.LalógicaparaconsistentecontraelsitogismoDisyuntiuo Es imposible evaluar el argumento anterior contra el S.D.
la subsección an- sin hacer una evaluación de la lógica paraconsistente misma,
El recha zo dela transitividad analizado en y eso llevaría mucho más espacio del disponible aquí. Me
que se haya usado en
terior no es r..o.so más insólito limitaré, pues, a enunciar la sospecha básica qu. prruden sus-
"l- palaconsistentes
contra d"l uri"mento de Lewis. Los 1ógicos citar planteamientos como el precedente y porf.rgaré una
Otra vez, el
utilizan o, u?il;.nto aún m¡ís heterodoxo.26 de discusión más detallada.
en el argumento
blanco es el SiT"gir*o Disyuntivo usado de las Comienzo por reconocer que si las tesis filoséficas básicas
distintas
Lewis; pero las iazones para rechazarlo son ligadas a la lógica pa,raconsistente son correctas, el argu-
quehemosconsiderad.ohastaaquí.Paralalógicaparaconsis- mento anterior me parece de solidez inobjetable. Sin em-
no triviales'
tente, pueden existir situacionás inconsistentes bargo, surge rápidamente una objeción que muchos autores
26 Er, la lógica paraconsistente se acepta que pueden.existir situa-
han formulado: ¿,Podemos afirmar que án algunos casos es
¿: .y-." iontradicción se siga verdad que L y que -A empleando la negación.on el sen-
ciones contradictorias, y "" '"thnza que
b".é alguna ooii.io bibliográfica sobre esta co- tido usual (qr" es el que la lógica clásica trata de formalizar)?
cualquier inserta al final' El
"rr"".iu¿o.
rriente lógica tu-ooto sobrJ UiUfiágtofía.recierite A,nque reconozco que el tema exige una discusión más de-
"l
argumento .onir. s.D. considerado a continuación, puede encontrarse
tenida, mi opinión es que tal cosa no es posible. El matiz
y, Rcleuant Logics and their Riuals l' PP' 155-6'
"n"Ruutl"
254 r,óCICA RELEVANTE CONTRA DEDUCIBILIDAD STATUS Y UTILIDAD DE LA LóGICA RELEVANTE 255

excluyente de la negación forma parte del significado de la que no se considere que deba sustituir a la Iógica "oficial".
conectiva'-'de la lógica usual. Se seguiría de esto que con Analizaré esta cuestión en lo que sigue, pero antes trataré
de aclarar algo más sobre el carácter divergente de la lógica
el sentid.o d.ado a '-' en algunos lenguajes, la objeción con-
siderada contra el S.D. sería totalmente incorrecta. Y debe
relevante.
recordarse que si para algún significado de los conectivos usa- Que la lógica relevante sea divergente no es ulgo tan claro
como en el caso de otras lógicas alternativas propuestas y
dos, el u,rgo*ur,to de Lewis es viílido, quedó probado que hay
pueden ser útiles algunas observaciones sobre la cuestión.
deducción válida sin releuancia en el sentido intuitivo consi-
derado en este capítulo. En efecto, sea cual sea el sentido de
Habitualmente, un sistema lógico *rival' del clásico difiere
los conectivos oridot, en el argumento de Lewis se llega de
de éste último porque "pierde" algunos teoremas clásicos.
Expresado formalmente: en los casos más típicos, si .t1 se
premisas que sólo contienen una letra proposicional (en dos
postula como rival de la Iógica clásica (tC), ocurrirá gü€,
á.orr"r,.ias) a una conclusión en la que sólo aparece una letra
teniendo en cuenta el conjunto de fórmulas construíbles con
proposicional distinta a la anterior. Las premisas son enton-
el vocabula¡io común a ambos sistemas (en .01 puede haber
.utltrul"vantes con respecto a la conclusión, de acuerdo con
vocabulario adicional), no todas las fórmulas de ese conjunto
los criterios relevantistas usuales. Esto muestra que si para
que son teoremas de LC serán teoremas de ,01. (Así difieren
un significado de '-' (y los otros conectivos) el argumento de LC la lógica intuicionista de Heyting o Ia trivalente de
de LÑis es inobjetable, la lógica relevante habrá encontrado
Lukasiewicz.) Pero Robert Wolf, en 'Are Relevant Logics De-
un elemento de juicio contrario rnuy poderoso. Y que una de viant?'(p.329), señala que el sistema E d,e A&B no difiere
las reglas usadas en el argumento no valga con otro sentido de LC en esta forma: todos los teoremas de LC expresables
de uriconectivo allí usado no sería un elemento de juicio en
en el vocabula¡io de .E son teoremas de B, .E no rechaza las
contra del anterior. tautologías clásicas expresables en su lenguaje.2s Esto puede
sugerir que B es una lógica "suplementaria" más que "rival".
§ 4. Srarus rrLosórtco Y uTILIDAD DE tA LóGICA
Wolf señala, sin embargo, que hay cierto rechazo de ingre-
REt EVANTE dientes formales de LC en .E: no todas la inferencias viáIidas
Es imposible agotar una discusión filosófica; creo, sin em- de LC se aceptan como tales en .8, las relaciones deduc-
bargof que los átgr*untos presentados en las dos secciones tivas entre fórmulas del vocabulario compartido no son las
antériores dan una idea de cómo se puede defender el argu- mismas (el S.D. constituye, como vimos, un ejemplo). Pero
mento cie Lewis de las principales vías de ataque que pueden una observación de Susan Ha¿ck (en Philosophy of Logics,
usalse contra é1.27 Sumando a estos argumentos la consi- p.229; en Deuiant Logic no había considerado el caso de las
deración pragmática con que finalicé la subsección 2.3., me lógicas relevantes) complica el panorama. Dice la autora que
inclino u, p"ttiut que no hay razones teóricas que justifiquen cuando el lógico relevante sostiene, por ejemplo, que 'B' no
el abandono del análisis clásico de la deducibilidad en favor se deduce de 'A' y 'A ) B', no contradice al lógico cliísico,
del que proporcione alguna lógica de tipo relevante. Esto im- porque está empleando la noción de deducibilidad de otra
plica t..hurut la lógica relevante en tanto lógica divergente 28 Wolf señala también que, debido a esto, .E no entra en ninguna
de
de la clásica: oo t"iíu buen sustituto de ella. Pero quizás la las categorías formales (sistemas extendidos, desviados y cuasi-desvia-
lógica relevante pueda tener algún otro tipo de utilidad' aun- dos) en que Susan Haack ubica las lógicas no-estándar (ver Wolf, p. 330,
Deuiant Logic, pp. 4-5). Sugiere, sin embargo, una pequeña modificación
2' E"justo reconocer, sin embargo, que se necesita un análisis más :
en la^s definiciones que está totalmente de acuerdo con el espíritu de la
de las tesis filosóficas de los lógicos paraco-nsistentes, para eva-
!
clasificación y da el resultado de que .E debe considerarse un sisterna
¡rrofundo I
I
cuasi-desviado.
iuar de manera segura el argumento tratado en la § 3'4' I

I
I

I
i
256 lócrca RELEVANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD STATUS Y UTILIDAD DE LA LóGICA RELEVANTE 257

n-¿anera)y está de acuerdo en Qu€, tal como se define habi- otros sistemas de lógica relevante) perdería el carácter de
u'com-
tualmente la validez, el modus ponens es válido. ¿No h*y, divergente y se transformaría en un sistema de lógica
entonces, auténtica rivalidad entre la lógica relevante y la plementaria" (no extendida, por Ia razón formal señalada
cIásica? Susan Haack sugiere que sí la hay, en cierto plano ¡ror Wolf) usado para caracterizar e investigar nociones no
meta-sistemático: además de sostener que ciertas inferencias estudiadas previamcnte.
clásicas no son válidas en eI sentido de la lógica relevante, Es posible que las investigaciones en lógica relevante sean
lógicos como A 8¿ B sostienen que su concepto de validez es de utilidad también como auxiliares en el desarrollo de algu-
más adecuado que el clásico, que este último es defectuoso, nas teorías lógicas divergentes. A 8¿ B piensan que la lógica
que urge reemplazatlo por el primero. En estr¡ consiste exac- estándar fracasa también en el aniflisis de otros condiciona-
timente la rivalidad entre la lógica relevante y la clásica. El les distintos del entailmenf. Es obvio que el 'si. . . entonces'
sistema -8, por ejemplo, no constituye en sí mismo una lógica del lenguaje cotidiano expresa a veces relaciones contingen-
divergente (como era de esperar: los sistemas formales no di- tes, sin el matiz de implicación lógica. El único recurso de
."r, ,,ádr, por sí mismos); la divergencia radica en una teoría que dispone la lógica clásica para analizar este condicional
acerca de las funciones conceptuales que puede cumplit E y contingente es la llamada "implicación material", y A & B
sus relaciones con la lógica clásica. Y es esta divergencia la piensan que esta noción es una pésima herramienta para esta
que hemos encontrado mal fundada. tarea. En esta cuestión, coincido con ellos: he insinuado an-
tes que no encuentro defensa intuitiva de la tabla de verdad
Las consideraciones anteriores dejan abierta una posibili-
usual del condicional.2e A & B creen que la, '-+' del sistema
dad interesante: si nuestras objeciones no se dirigen hacia 1os
.B (uno de los dos "progenitores" lógicos de E) podría ser
sistemas formales de lógica relevante sino a cierta interpre-
de utilidad para elucidar condicionales contingentes del len-
tación de su función conceptual, quizás tales sistemas sean guaje cotidiano (porque no tiene matices de necesidad y sí de
de utilidad a la luz de otra interpretación teórica. Creo que
relevancia, que de acuerdo con sus hipótesis es un ingrediente
éste es el caso. Aun cuando la deducción releuante no sea la del condicional natural); la
(-+' de E está reservada para con-
única, deducción legítirna, es un tipo de deducción, y en vista dicionales con matices de necesidad. Pero quiero mencionar
de algunas intuiciones conectadas con ella puede revestir un algunas consideraciones que pueden sugelir la utilidad de E
interes no trivial. Traspiés como el de Kleene (§ 2.4.) pare- mismo como auxiliar en investigaciones sobre condicionales
cen mostrar que a veces nos sería, de utilidad un concepto de contingentes.
deducibilidad más estricto para expresar alguna idea teórica Mi punto de partida es un análisis que propone Faris
importante. El interés de investigaciones como las que lleva- (Truth-Functional Logic, pp. 117 y ss.) de las condiciones de
,oo r E queda realzado, además, poÍ el hecho de que hasta, verdad del condicional del lenguaje ordinario. Faris sostiene
hace relativamente pocos años estaba difundida la, creencia que la condición .O que enuncio a continuación es necesaria
de que la relevancia era un concepto oscuro, incapaz de tra- y suficiente para la verdad de un condicional de la forma 'si
tamiento formal adecuado (ver una cita representativa en p, entonces g':
A&8, p. 30). Debido a esto, la caracterización formal que
se realiza en E, algunos metateoremas que muestra,n la ade- Condición E: Hay un conjunto ^9 de proposiciones verda-
cuación del sistema a intuiciones previas (como el resultarlo deras tal que g es deducible de .9 con el
sobre "variables compartidas" de p. 33 y extensiones poste- 29 Aor,qoe no acompaño a A & B én sus tesis extremas sobre el asun-
riores), el examen de cuáles son las reglas responsables de to. Ellos piensan que el condicional material no se usa siquiera en ma-
irrelevancias, etc., son de enorme inierés lógico. [ll,iliza<lo temáticas. Por razones que expondré en otro lugar creo que esto es
rr)crarncnte corrlo an¿ilisis de otro tipo dc dc<lttcciritr, /i (rr insostenible.
258 lócrc¡, RELEvANTE coNTRA DEDUcIBILTDAD srATUs y UTILIDAD DE lóctcA RELEvANTE
r,.a, 259
agregado de p. hecho objeciones a sus análisis y L. J. Russell ha salido en
Creo que muchos ejemplos del lenguaje cotidiano apoyan su defensa.32 Pero aquí quería limitarme a señalar un hecho
esta suerte de interpretación "entimemático-deductiva" del interesante. A pesar de que cuenta con un apoyo intuitivo,
condicional. Las interpretaciones que hacen los científicos del la condición E lleva a veces a resultados totalmente anti-
análisis por computadoras de modelos matemáticos, propor- intuitivos. Pero lo sugerente es que esos resultados podrían
cionan también un apoyo no trivial. La conclusión principal bloquearse, aparentemente, con ayuda de restricciones ins-
que obtuvo eI equipo del M.I.T. que estudió el modelo ma- piradas en consideraciones sobre relevancia. por ejemplo,
temático mundial World III para elaborar el Primer Informe usando la condición E puede demostrarse fácilmente quá si
al Club de Romam tiene una estructura condicional y es for- p es falso, 'si p entonces g' es verdadero paxa cualquier g.
mulada así por el grupo: Rasta tomar ,S = {-p}. ,s está integrado por enunciados
verdaderos, si p es falso. De S y p se puede deducir 4r por-
If fhe present growth lrcnds in world population, industrializa- a1r! de _p y p puede deducirse cualquier cosa, en la tigica
lion, pollution, food prodaction, and nesource depletion conti- cldsica. Si en la derivación de g a partir de ,S sólo se utilizan
nue unchanged, (. ..) the most probable resull will be a rother recursos deductivos de la lógica relevante (en la que no vale
sudden anil uncontrollable decline in both popalation and in- la inferencia '-prplq') se evita este resultado antl-intuitivo.
dustrial capacity. (p. 23)
La condición E también permite demostrar que si g es ver-
dadero, 'si p e1t-onces g'es verdadero para cualquieip. Aquí
¿Cuál es el camino inferencial que llevó al equipo a este
resultado? Básicamente, éste: la computadora usada con el se toma S
- {q}, y naturalmente, d. p y ,S se infieré q. pe-
ro en tal inferencia no se usa p. Por lo tanto, hay quizás
programa World III disponía de datos, considerados exac-
tosr3l acerca de las variables mencionadas en el antecedente una manera de evitar este resultado anti-intuitivo si se ha-
del condicional citado: población, industrialización, etc. Lla- cen restricciones exigiendo el uso d, pren la Unea sugerida en
memos ^9 a ese conjunto de datos que los miembros del equipo la § 2.1, al discutir la intuición (ii) (el lector puede constatar
consideran verdadero. A ^t se le *suman' nuevas premisas, que el resultado antiintuitivo a que se llegaba en el ejemplo
que constituyen la expresión matemática del antecedente del discutido en la § 2.1 (ii) era producto de una teoría ¿et cón-
condicional transcrito. A partir de ^9 y las premisas agrega- dicional como la de Faris sin restricción alguna del tipo que
das, la computadora *deduce' el consecuente del condicional, estamos sugiriendo). Finalmente, la condición E también im-
expresado también en lenguaje matemático. Los investigado- plica que de un condicional material 'p ) q'se puede deducir
res del equipo concluyen el condicional, razonando como si el condicional del lenguaje ordinario 'si p entonces g' (como
aceptaran el criterio de Faris: lo aceptan porque del antece- nadie duda de la implicación inversa, esto equivaldrir i pro-
dente, agregado a un conjunto de proposiciones consideradas bar que el condicional ordinario tiene las mismas condiciánes
<le verdad que el condicional material). L" prueba es simple:
verdaderas, se deduce el consecuente. Este modo de analizar
tt corridas" dq computadoras no es inusual. si 'p ) q' es verdadero, se puede tomar S {p ) q}; entbn-
-
^9 u {p} r" puede inferir g por modu-i poiánt.
La propuesta de Faris ha sido discutida por va^rios autores. ces de pero
Susan Haack (Philosophy of Logics, p. 36) y A. J. Baker han también el modus ponens es rechazado en el sistema E.
Los ejemplos anteriores sugieren una hipótesis interesante:
il Pobli"ado en el libro The Limits to Gtowth, de Dennis Meadows que para salvar el aspecto intuitivo de la condición E y evitar
y otros. sus consecuencias indeseables puede ser útil emplearla pero
31 Ap"rentemente sólo los miembros del equipo creyeron que los da-
tos eran razonablemente exactos, pero eso no obsta para el análisis 32 v", artículos de A. J. Baker y L. J. Russell citados en la Biblio-
lógico. grafía.
CONCEPTOS DE RELEVANCIA 261
260 lócIca RELEVANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD

' r l)r'ofurrclizó señalando que no hay necesidad de aceptar los


restringiendo los med,ios deductivos _(para inferir q de p t {) " 'rt,.ric¡s de relevancia de los autores citados ni su iesis de
lr,s regiás que se pueden validar en el sistema relevante Erha' rlric A k *A no es relevante respecto a B. Estimo ahora que
ciendá también .lgoou restricción de tipo relevante referida .r;l,a posición es acertadu y que no hay necesidad de cierias
al uso de p en la áeducción. Creo que A & B tenían proyec- ,'',ncesiones impUcitas c{ue yo había hecho a A & B.3G
Al mar-
tadg hacer un análisis del condicional en una línea análoga ¡1cn de la discusión con ellos, creo además que el análisis de
a la aquí sugerida, en el volumen II del Entailment. si la l;r releva,ncia de Morado tiene interés intrínseco.
aplicación de ta1 análisis al lenguaje cotidiano diera mejores
rásolt.dos que el empleo de '5', lu lógica relevante habría l\ ota sobre bibliografía reciente
inspirado ,rr,, interesante lógica divergente del condicional'
peio en rigor, tal lógica sería más bien complementaria que Además de los libros y artículos citados a lo largo de este
rivai de la clásica; ui'tu ú1tima podría seguir utilizándose tal r:a,pítulo, han aparecido recientemente otros trabajás (incluso
cual, incluso con la teoría de
:l' (útil en matemáticas), y ;rlgunos mios) en los que se discute sobre las tesis d"lilógica
simplemente habría que usar otro cálculo para formalizar .clevante desde puntos de vista que yo no he tratado
condicionales del lenguaje ordinario que no pa ecen compor- ü"í.
ll. J" copeland publicó una crítica a la sernántica diseñada
tJ'.
tarse como ¡ror Routley y Meyer para la lógica relevante, aduciendo que
srr importancia era técnica pero no filosófica, debido u qo"
§ 5. ACNRCA DE DISTINTOS CONCEPTOS DE
RELEVANCIA s«r trataba de una semántica no interpretada
(copeland, ,,bn
when a semantics is not a semantlcs"); Routlly, Roítley,
Cuando expuse por primera vez33 las crítica,s a la lógica rele- I\{eyer y Martin respondieron con *on the philosóphical Ba-
vante q.r" ñ* prér.oiudo aquí, creía que A & B estaban equi- scs of Relevant Logic Semantics", que a su vez fue rlspondido
uocados al peirsar que infeiencias clásicas como A k -Al
B
al con- ¡ror copeland en "A Rejoinder to Routley, Routley, Meyer
era,n defectuorur, p"ro pensé que estaban acertados :r,nd Martin" Fue imposible tratar aquí Lsta aiscuáion
siderar que la prámisa de esa inferencia no era relevante lta
nrera exposición de los prerrequisitos llevaría mucho espacio),
respecto de la c^olclusión. Sostuve por eso que pgdía hab-er l)cro la considero muy importante y creo que Copeland^señaía
deducibilidad legítinia sin relevancia. Implícitamente estaba «lilicultades profundas en la fundamentación deia lógica rele-
aceptándo 1os ciiterios de relevancia de A&8. Mi alumno v¿rnte. Con independencia del trabajo de copeland,"el lógico
R,uy*or,do Morado me hizo entonces una interesante ob- r¡rexicano Javier Sánchez pozos ha desamollido algunas
únicos posi- iro_
:".í¿"'.n tales criterios de relevancia no son los que ¡ruestas semánticas sobre la lógica relevante a las quu ,rt ,"
tl"r y cort otro.s criterios de esa noción podría sostenerse
:r plican las críticas antes
Á k"- Al B es una inferencia legítirna y relevante. Desarrolló -eocionadas (huy una síntesis en
su artículo "semánticas intuitivas"); pero estas propuestas
i.,*g,, formalmente una noción"u,ltetnitiva de relevancia3s y ¡nuestran cierta dependencia teórica respecto de álgunos su_
proiró que las inferencias clásicas solL relevantes en este sen- ¡rrrestos de la lógica paraconsistente, y rásultarán oijetables
ii¿o ulterna,tivo. \,Iorado aceptó, pues, mi crítica a la tesis de ;r, los críticos de tales supuestos (menciono estas
A8¿B de que la inferencia A k. *AlB no es legítima, pero
cuestiones
.rr mi "Réplica a 'El problema de ra relevancia en la lógica
cl:í,sica', de R. Morado,,).
33 Er. mis ;rrtículos "De¿Ju c,ibi,lity implies lleleuance? A Negative An-
swer", (I) y (Il)' 36 No alteré
la formulación de mis críticas en este respecto en las
34 Eu su artícrrlo "De¡hx:ibi/iÚy implies Releuance? A, Cautious An- s.cciones anteriores para que se pudiera advertir cuáles eün las
ideas
swer", t¡tttr iltclttl'tl t-'tt <lstt: lil.>ro cotllo Apéndicc II' <'riticadas en la nota de Morado.
:tl-, I,lrr sr¡ t.r;r.lr;r..io " 1,)l
¡,r ol,lt:llr¡l rlt: l;r. r«:lcva,rt<:i¡r. cll l:r ltigi<:;r' <:l;isi<;¿r" '
262 r,ócIcn RELEvANTE coNTRA DEDUCIBILIDAD

En mi trabajo "¿Son coherentes las intuiciones básicas de


la lógica relevante?" he desarrollado críticas distintas a las
aquí presentadas (véanse también Morado, "Réplica a'-iSon
coherentes la intuiciones básicas de la lógica relevante?"' y
mi "Respuesta a Raymundo Morado"). Francisco Miró Qou-
sada publicó recientemente un largo artículo de discusión,
"Acerca de las ideas de Orayen sobre deducibilidad y relevan-
cia", donde defiende algunas ideas "relevantistas" de críticas
que yo había expuesto en artículos que fueron antecesores de
este capítulo. Su trabajo tiene aportaciones novedosas, y lo C¡.pítur,o VI
he respondido en "Sobre relevancia, deducibilidad y con{;
cionalás: respuesta a Miró Quesada y Dorothy Edgington".37 PROBLEMAS DE LÓGICA Y EXISTENCIA
En la literatura sobre lógica relevante también han apa-
ttdesde adentro"
recido críticas formuladas en cierto modo
Los lógicos "libres" han hecho notar que la teorÍa cuantifi-
de esa tendencia, por autores más interesados en mejorar
cacional cliísica contiene implícitamente supuestos existen-
el sistema de lógica relevante de A & B que en rechazar to
ciales que tienen un carácter extralógico, rcaón por la cual
talmente Ia tendencia relevantista. Mencionaré "Una crítica
su rlso en una teoría lógica sería criticable. Uno de tales su-
inmanente de Ia lógica de la relevancia", de Méndez y Topics
puestos es que el dominio de las variables no es vacío. Otro
in the Logi,c of Releuance, de Richard Díaz.
supuesto de carácter similar (sólo usado en algunas presen-
La literatura sobre lógica paraconsistente es ya muy pro-
taciones de la lógica cuantificacional) es que todas las cons-
fusa. El artículo de Newton Da Costa "The Philosophical Im-
port of Paraconsistent Logic" puede ser una buena guía para tantes individuales del formalismo denotan individuos exis-
óomer,rtr. Otro a¡tículo de Da Costa, "On the Theory of tentes. Si la teoría cuantificacional se formaliza mediante
Inconsistent Formal Systems", Y ütr trabajo de A. I. Arruda, un lenguaje que no contiene más símbolos ind.ividuales que
las variables, es fácil eliminar los supuestos existenciales, y
"A Survey of Paraconsistent Logic", permiten ampliar y pro- esto se muestra brevemente en Ia § 1. Si eI lenguaje utili-
fundizar el conocimiento del tema. Bn cualquiera de los tres
zado contiene constantes individuales, el intento de eliminar
artículos se puede encontrar información bibliográfica adi-
el segundo supuesto existencial antes mencionado da lugar
cional.
a dos alternativas teóricas, (A) V (Tr), ambas formuladas
también en la § 1. ("1) supone que si un téimino singular no
denota un individuo existente, no denota nada; (72) admite,
en cambio, que algunos términos singulares denotan objetos
inexistentes. En la § 2 se analizan las dificultades lógicas
de una teoría clásica que acepta (72),la llamada teoría de
los objetos de Meinong. En las tres secciones siguientes, se
analiza y critica una teoría contemporánea que también se
37 Dorothy Edgington publicó un artículo (ver la Bibliografía) en el
adhiere a (Tz),Ia teoría c-ccc de Héctor-Neri Castañeda. En
la sexta y última sección del capítulo se formula una conje-
que soluciona un problema que yo había planteado sobre el condicio-
nal material y (¡ay!) critica eficazmente algunas conjeturas mías sobre tura semántico-ontológica que favorece la alternativa teórica
condicionales. (",).
264 pRoBLEMAS DE lóctcl Y EXISTENCIA SUPUESTOS EXISTENCIALES 265

§ 1. SupuESTos ExISTENCIAtns DN LA r,ócIca Como los lógicos libres trabajan con el formalismo de TCr
cuANTIFICACToNaI clÁstca más que dedicarse a la mera definición conceptual de vali-
En la I.4.6., señalé que la definición formal de validez leg\- dez, han diseñado teorías cuantificacionales alternativas en
timaba las inferencias de la forma (r)Frl(1r)Fr. Las dos las cuales no se derivan consecuencias que sólo valen cuando
variantes de la definición formal dan el mismo resultado, si el universo no es vacío.2 S\ TCl se formula sin constantes in-
se aplica la definición sustitucional con ciertas restricciones dividuales ni descripciones definidas (i.e., sin las contrapar-
(qo" la hacen equivalente a la definición por interpretaciones; tidas formales de los nombres propios y las frases singulares
ver I.4.4.). L" légica cuantificacional clásica gen_eralizada cle descriptivas como 'El autor del Quijote' o 'El actual presi-
orden uno (en adélante nombrada mediante'TCl') se adapta dente de Méxi.o'), es muy fácil obtener un sistema formal
perfectamente a la definición formal, en el sentido de que una ,,libre,, de supuestos existenciales.3 Eo un dominio vacío, las
forma de inferencia resulta aceptada por tal lógica si y sólo cuantificaciones universales que afectan una fórmula de ma-
si es válida de acuerdo con la definición form aI. TCt con- nera no vacua (i.e. afectan una fórmula que contiene libre la
tiene, pues, el teorema (r)I'r ) (3r)fo, y en dicha teoría el variable del cuantificador) son todas verdaderas (recuérdese
consecuente de esta fórmula es una consecuencia lógica del que '(r)' significa'-(lr)-') y las cuantificaciones existen-
antecedente. También señalé en I.4.6. que, al "aprobar" el ciales análogas son toda,s falsas. Por lo tanto, para saber
esquema de inferencia citado arriba, la definición formai se si un teorema de TCr sería válido también en el dominio
apartaba de la intuitiva y perdía un importante rasgo de la vacío, basta con asignar valores de verdad a las cuantifica-
noción de validez lógica, el vínculo necesario entre las pre- ciones de la manera descrita.4 Só1o los teoremas que sobrevi-
misas y la conclusión (en IV.6.2. sugerí un "refuetzo" de la van este fesf podrán considerarse necesariamente verd.aderos,
definición formal que evitaría la discrepancia). Debido a la verdaderos en toda situación posible, incluida la del universo
coincidencia con la definición formal ,,TCl presenta el mismo vacío.5
problema: aprueba inferencias no necesarias. Si el sistema cuantificacional en estudio contiene constan-
La crític a a TCt formulada en el párrafo anterior presenta tes individuales, la situación que se plantea no es tan fácil
una coincidencia básica con una objeción que los lógicos "li- de resolver. Los lógicos libres hicen otro reproche aTCt con
bres"l hacen a TCt. También ellos piensan que ?C1 es de- constantes individuales: que todas las constantes individua-
fectuosa por legitimar el esquema de inferencia tratado más les se manejan como si denotaran indivi,iluos existentes.
arriba, sólo que ellos suelen amibar a esta crítica por un exa-
men de los supuestos existenciales de TCt más bien que por 2 Algono" de estos formalismos alternativos se desarrollan en Schock,
un examen de la definición de validez. Pero el fondo de la Logics wi,thout Eústence Assumptions.
objeción es idéntico: los lógicos libres reprochan a TCr el 3 Es decir, un sistema cuyos teoremas valen incluso en el universo
hecho de adoptar supuestos existenciales que no son verda- vacío.
deros necesariamente. Uno de esos supuestos es el de que el 4 El test se estudia en detalle en Quine, "Quantification and the
dominio de la variable no es vacío, 1o cual acarrea la vali- Empty Domain".
5 El p.o."dimiento mencionado en el texto para saber si una fórmula
dez de la forma @)f rl()r)Fx, y la derivación de teoremas
es válida en todo dominio, incluido el vacío, es una combinación de una
como (3c)(r,r V -Fr). La crítica filosófica mencionada ha prueba dentro de un sistema axiomático (para reconocer el carácter de
sido acompañada por propuestas para resolver el problema. teorema de TCr) con w método de decisión (como üesú de validez en
I el dominio vacío). Pero se puede lograr un procedimiento axiomático
Puro un tratamiento comprehensivo de la historia y problemática uniforme, mediante un sistema formal que sólo arroje como teoremas las
filosófica y formal de la lógica libre, véase el interesante artículo de Karel fórmulas que son "aprobadas' por el procedirniento antes mencionado.
Larntrert, "On the Philosophical Foundations of Free Logic". Vr:r Quine, op. cit., en nota anterior.
28ü pRoBLEIVIAS DE r,óctcr y EXISTENCI.q ALGUNAS DTFTcuLTADES DE LA tponía c*ccc 281

que convierten en una afirrnacién verdadera al primero y en § 4" Ar,cuNAs DITICUITADES DE LA TEoRíA G-CCC
una falsa, al segundo, como l\{einong quería. Hay que inter-
pretar (3/) como una predicación interna, en cuyo caso se Supongamos que alguien nos informa que en cierta región
limita a afirmar que la propiedad de ser un existente es una espacio-ternporal una habitación en un determi-
-digamos,
nado momento- están las siguientes personas: el rey de
de las que constituyen al existente cuadrado redondo. Esto
es cierto y carece de contenido existencial, cc,mo cualquier Francia (en ese momento), el rey de Inglaterra (en ese mo-
predicación interna. (3") recibe con naturalidad la inteipre- mento), el autor del Quijote y el escritor famoso que quedó
tación de una predicación externa, o más directarnente, de manco en la batalla de Lepanto. Supongamos que se nos pre-
una afirmación de auto-consubstanciación. Así consideracla, gunta cuántas personas había en la habitación de acuerdo con
se trata de una afirmación falsa. No se puede derivar de (Jr) la información dada. Mejor aún: ¿cuántas son las personas
porque, en general, las predicaciones internas no permiten que han sido mencionad.as al hacer uso de las descripciones
derivar ni predicaciones externas ni afirma,ciones róbr" con- recién utilizadas? La respuesta del sentido cornún es, natu-
sulistancialización. ralmente, tres, porque el autor del Quijote se identifica con eI
c-ccc hace frente con éxito, pues, a las objeciones lógicas escritor famoso que quedó manco en la batalla de Lepanto.
clásicas que se le hicieron a Meinong. También enfrentaá¿u- Sin embargo, de acuerdo con 1a teoría de Ia referencia de-
cuadamente la prueba de inconsistencia con que finalicé la fendida en G-ccc, la cuenta da cuatro porque el autor del
sección 2, en la que sólo se mencionaban individuos posibles. Quijote y el escritor famoso que quedó manco en Lepanto
Basta ver que en esa prueba se utiliza la regla de sustitutivi- son disf¿ntos.
dad de idénticos (basada en el principio de indiscernibilidad Esta ttdiferencia en las cuentas" puede considerarse un in-
de idénticos). Para aplicarla, se debe contar con enunciados dicio de que la teoría de la referencia de c-ccc violenta el
en que se predique la relación de identidad de manera externa sentido común, y arroja una suerte de predicción respecto
(las premisas (4) y (7) de la prueba). pero la tesis ?3, tal rlel comportamiento referencial del lenguaje ordinario que se
como se la acepta en G-ccc, sólo permite fundamentar pre- falsifica en los hechos: si c-ccc estuviera acertada, un usua-
dicaciones internas, de modo que en la teoría de Castañeda j
rio del lenguaje obtendría el resultado cuatro, pero ése no es
§
no se pueden fundamentar los enunciados que se necesitan ¿
el resultado al que llega.
para derivar una contradicción en la línea del argumento del I Castañeda advierte la dificultad en Thinking (pp. 63-7)
;
final de la sección 2.1e { y trata de darle solución. Dice alií (p. 64) que en algunas
La teoría G-ccc ha resistido también objeciones más re- f ocasiones, una descripción definida puede usarse con una re-
{
cientes. En Philosophical Method, por ejemplo, Castañeda ferencia inusual, denotando, no el g-individuo á que habitual-
defiende exitosamente su teoría de ciertas objeciones muy in- ! mente se menciona mediante ella, sino más bien el conjunto
.
teresantes de Romane Clark. Sin embargo, creo que la teoría de totlos los individuos consubstanciados cou ü. C* es, diji-
G-ccc adolece de ciertas dificultades que serán el tema de la .
rrlos, una relación de equivalencia. La hipótesis es, pues, que
próxima sección. a veces una descripción denota, la clase de equivalencia (res-
pecto de C*) rle su denotado habitual. El autor del Quijote y
19 c*tuñeda se refiere
brevemente a la manera en que se puede neu- ei manco de Lepanto están consubstanciados. Luego, el con-
tralizar mi argumento dentro de la teoría G-ccc en phitosiphical Me-
th,od (ver nota 9). El argumento es analizado con mucho miísdetalle en .iunto de individuos consubstanciados con uno de ellos será
la sección 5.7.6. ('orayen's argument') de la tesis doctoral de william idéntico al «le individuos consubstanciados con el otro.20 Por
Rapaport, Intentionality and the Structure of Existence (Indiana Uni- io tanto, en el uso poco habitual al que nos referíamos re-
versity, 1976), donde se muestra, también, cómo puede enfrentarse la
dificultad dentro de enfoques,,neo-nleinongianos".- 20 E"to se debe a que cuando dos individuos están conectados por
T
282 PRoBLEMAs DE t óclc¡. y EXIsTENCIA 1

ALGUNAs DIFICULTADES DE LA TEoRÍ¡. c-ccc 283


cientemente, contaríamos como uno solo al autor del Quijote 6
y aJ manco de Lepanto, y las cuentas nos saldrían bien. Pues :¡ sus denotados son distintos (recuérdese que los denotados se
4

Castañeda supone que al contar objetos usamos las descrip- l conciben como análogos de los sentidos fregeanos).
ciones de esta manera poco habitual. Esto concilia su teoría
ü
{I La situación es curiosa. *Desde afuera" de la teoría nos
con los elementos de juicio sobre cómo contamos. n damos cuenta de que las dos clases de equivalencia son idén-
Sin embargo, hay dos inconvenientes en esta solución. En
T
ticas, como necesitamos para resolver el problema de Ia dis-
primer lugar, podríamos considerar que es un supuesto ad hoc crepancia en las cuentas. Pero la teoría nos conduce a la
sin fundamento independiente la hipótesis de que en algunas conclusión contraria. Quizás podría sostenerse que la so-
ocasiones una descripción no se refiere a su denotado habi- lución dada al problema de "las cuentas" es correcta, que
tual sino a la clase de todos los individuos consubstanciados las descripciones definidas denotan a veces conjuntos como
con é1. Ciertamente, paxece que la función de esta conjetura * los descritos, y que la única dificultad consiste en que cuando
Í queremos nombrar esos conjuntos, obtenemos descripciones
es exactamente la de neutralizar un elemento de juicio ad- *

verso, sin que se disponga de apoyo independiente para ella.


.
que en realidad no se refieren a ellos. Descripciones como
t
En contra de la conjetura, podríamos suponer, muy plausi- I 'el conjunto de individuos consubstanciados con el autor del
blemente, gü€ la referencia de las descripciones que usamos al
,:

{ Quijote' no lograrían, en cierto modo, el objeto con que las


contar es eractamente la misma que la que esas descripciones
Ti
introducimos. Pero esta línea de interpretación de la difi-
tienen habitualmente. Pero, en segundo lugar, hay un incon-
$
cultad parece empeorar las cosas. No se ve claramente por
i qué no podríamos nombrar entidades que aparentemente po-
veniente mucho más grave de esta solución de Castañeda. La s

teoría c-ccc está *armada" de modo tal que esta solución T
demos concebir de manera nítida. Además, adoptando esta
no es factible. En efecto, la solución supone que las cuentas si1 línea, deberíamos concluir que no podemos nombrar las cosas
ttnos van a salir" porque si ¡
que contarnosl que es una consecuencia no menos penosa que
las descripciones
las ya comentadas.
(i) El autor del Quijote Finalizaré mi comentario de estas dificultades con una
(ii) El escritor famoso que quedó manco en la batalla de aclaración técnica. Después de referirse al problema del re-
Lepanto cuento, en Thinking, Castañeda introduce el concepto de in-
diuiduo leibniziano. Un individuo leibniziano es el g-indivi-
se refieren a los conjuntos de individuos consubstanciados duo que corresponde a un conjunto maximal consistente de
con sus denotados habituales, van a denotar lo mismo. Eso propiedades. A partir de cualquier g-individuo actualiza,ilo,
supone que e/ conjunto d,e indiuiduos consubstanciados con el
o existente, se puede obtener un individuo leibniziano como
autor del Qui,jote es idéntico aL conjunto de indiaiduos con- culminación de las secuencias de individuos consubstancia-
substanciados con el escritor famoso que qued,ó manco en la dos con el individuo dado. Es fácil advertir que los individuos
batalla de Lepanúo. Pero desde el punto de vista de c-ccc leibnizianos que corresponden a dos g-individuos consubstan-
no es así. La solución que da Castañeda al problema de las ciados entre sí son idénticos. Eso sugiere que para el problema
tríadas fregeanas y los criterios de identidad que asume llevan del recuento se puede acudir también al concepto de indiui-
a la consecuencia de que los denotados de las dos descripcio-
duo leibniziano, y en efecto, Castañeda menciona esta alter-
nes recién subrayadas son distintos. Debe recordarse aquí que
nativa. Simplemente quería indicar aquí que respecto de los
si las descripciones difieren intensionalmente se considera que
individuos leibnizianos se vuelven a plantear exactamente las
mismas dificultades que in,iliqué antes lespecto de las clases
una relación de equivalencia, sus clases de equivalencia (respecto de tal
relación) son idénlicas. de equivalencia de g-individuos determinadas por C*: nue-
varncntc se deduce que ciertas entidades que según nuestras
1
284 PRCIBLEMAS DE lócrca Y EXTsTENCIA SOBRE LA RESPUESTA DE CASTANEDA 285

intuiciones deberían ser idénticas cuya identidad nece- t), el autor del Quijote, el escritor famoso que quedó manco
sitamos por razones teóricas- no -y1o son en realidad, o por en Lepanto) contiene cuatro miembros, y esto difiere de la
razones oscuras, están más allá de nuestras posibilidades de conducta lingüística real. 'Iraté de mostrar en la sección an-
denotarlas medi.ante expresiones singulares. terior que la solución que se da en Thinking a esta dificultad
es defectuosa.
21 En su cornentario, Castañeda comienza por reconocer ge-
§ 5. SonRE LA RESpuESTA DE CASTAñp»a nerosamente que mi crítica es acertada; luego intenta brindar
Castañeda se muestra de acuerdo con mi análisis en varios una nueva solución al problema. Si la teoría c-ccc puede apli-
puntos, me hace una crítica sobre una cuestién de detalle y, carse al lenguaje ordinario, la teoría debe explicar de algún
reconociendo la dificultad acerca de la "contación" de que modo cómo un hablante común arriba al número tres (y ,ro
me ocupo en la § 4., trata de resolverla. cuatro) al contar el conjunto antes mencionado (la expli-
La crítica rnenor de Castañeda se formula en ei punto 6 de cación d,e Thinking fallaba porque con el método de contar
su cornentario" Castañeda me atribuye la hipótesis d,e que al allí descúto también se llegaba a cuatro)" Bo el punto 9 de
contar objetos se obtiene siernpre lo que é1 llama "el número su comentario, Castañeda diseña una solución. Supongamos
consubstanciacional máximo", o sea, el número al que arri- que queremos contar cuántos individuos tienen la propiedad
bamos si contamos como un solo individuo guisas consubs- P, pero obteniendo el número "norlnal", es decir que no ha-
tanciadas entre sí. Atluce entonces que no siempre conta- bremos de contar como distintos a g-individuos que estén
mos en esta forma. Debo, confesar que sí consideré válida esa consubstanciados entre sí. La solución consiste en describir
hipótesis al pensar mis objeciones, y admito ahora que no se ciertas clases que tienen el número correcto" No hay una sola
cumple en todos los ejemplos.22 De todas rnaneras subsiste de tales clases, y por ello Castañeda «letermina cuáles son las
el problema de que en la mayoría de las ocasiones contamos clases apropiadas (las clases A, en su simboiogía) mediante
como un solo individuo diferentes guisas consubstanciadas una descripción genérica en la que impone tres condiciones
entre sí, 1o cual parece indicar que, pl'i,ma facie, nuestro uso a una clase para considerarla de la farnilia buscada. En con*
del lenguaje ordinario difiere del que postula Ia teoría c-ccc. junto, las tres condiciones aseguran que una clase á tendrá
La teoría resuelve algunos problemas sobre el ienguaje (por exactamente un t'representante" de cada clase de equivalen-
ejernplo, el de explicar la compatibilidad de algunos de los cia de guisas que tengan externamente la propiedacl P, y
enunciados que integran una tríada fregeana, como (t) V (e) ninguna guisa que no provenga de una de tales clases de
de § 3.1") postulando que los denotados de descripciones de- equivalencia.23 Como clases de equivalencia distintas, siendo
finidas que difieren intensionatrmente son rlistintos. Pero en disyuntas, tendrán representantes distintos, habrá en cacla
ese caso, un hablante det,ería considerar que etr conjunto {el clase á tantos miembros como clases de equivalencia de gui-
rey de Inglaterra (en un mornento ú), el rey de Francia (en sas con la propiedad externa P. Pero las clases de equivaien-

2t En el tII Simposio Internacional de Filosofia del Instituto de In- 23 Recordemos que la clase de equivalencia de una guisa ü (o,
en
vestigaciones Filosóficas de la UNAM presenté la ponencia "Objetos no términos que usa Castañeda a veces, el sistema de consubstanciación
existentes", eü€ fue una versién anterior de las prirneras cuatro seccio- correspondiente a ü), es el conjunto de toda.s las guisas que tienen C+
nes de este capítulo. En esa ocasión, el Dr. Castañeda respondió a mis (que están consubstanciadas) con á. La cláusula (iii) asegura que, de
críticas, en un cornentario de mi trabajo que fue publicado, junto con cada clase de equivalencia de guisas con la propiedad externa P, habrá
mi ponencia, en las Actas del simposio rnencionado. Con la autorización un representante, la (ü) que no habrá miís de uno. (i), finalmente, im-
del Dr. Castañeda, incluyo en este libro su comentario (ver Apéndice plica que no habrá en "4 guisas que no provengan de las clases de equi-
tlt), al que respondo brevemente en esta sección. valencia mencionadas (porque sólo guisa"s con la propiedad externa P
22 Josó Anto¡rio ltobles ya rne hal¡ía hccho notar esl,e son admitidas por (i) en ,a).
¡rurrt,o.
T
286 PRoBLEMAS DE lóclca Y ExISTENCIA SOBRE LA RESPUESTA DE CASTANEDA 287

cia de guisas que tienen externamente P se pueden poner en G-ccc, cuatro guisas, que generan tres sistemas de consubs-
correspondencia biunívoca con objetos ordinarios con la pro- tanciación. Si el resultado que se obtiene aI aplicar el nuevo
piedad P. Luego, cada clase A tendrá el número que se ob- { procedimiento de contación es úres y no cuatro) parece que
t
tendría si uno quisiera contar cuántos objetos ordinarios tie- í1

1
estamos contanto sistemas de consubstanciación, y no gui-
t:

nen P. El problema que yo describía al formular mi objeción sas. Como Castañeda reconoce, G-ccc lleva a la consecuen-
original, se obtenían números mayores a los "norma- cia de que no puedo nombrar singularmente tales sistemas:
les" por -que
contar como distintas guisas consubstanciadas si 1o intento, obtengo cuatro descripciones que según c-ccc
evita porque en las clases A yu no aparecen guisas distintas nombran cosas distintas (porque, como hice notar en § 4, ,el
consubstanciadas entre sí (ver cláusula (ii) de Castañeda). conjunto de guisas consubstanciadas con el autor del Qui-
Una clase A apropiada para dar el número correcto en el jote'y 'el conjunto de guisas consubstanciadas con el escri-
ejemplo que yo propuse, sería {El rey de Francia (en Ú), el i tor famoso que quedó manco en Lepanto', al diferir intensio-
r"y d" Inglaterra (en f), el autor del Quijote), donde cada nalmente, deben tener denotaciones diferentes de
descripción denotaría una guisa, según G-ccc, pero (a) no É
#
*
acuerdo con c-ccc). -siempre
hemos dejado t'entrar" guisas que Se consubstancien entre
ñ
t
Castañeda intenta evitar la consecuencia de que es im-
sí, (b) al menos una guisa representa a cada objeto ordina- posible nombrar los objetos que contamos. Para lograrlo,
rio que se quiere contar (las personas que estaban en cierta aduce que su nuevo procedimiento permite contar guisas, de
habitación en cierto momento ú), y (.) no hay guisas que acuerdo con ciertos requisitos; pero visto en profundidad el
no replesenten los objetos ordinarios que se quiere tener en problema, se ve que el método de contación que sugiere no
cuenta.24 sirve para contar guisas. El hecho es que, al presentarse la
usando los recursos de referencia general del lenguaje,
:l
teoría, se hacen afirmaciones que tienen como consecuencia
Castañeda puede describir entonces, en su teoría de las gui- que el conjunto {el rey de Francia en ü, el rey de Inglaterra en
ttnúmero co-
sas, un procedimiento que permite llegar al f , el autor del Quijote, el escritor famoso que quedó manco en
rrecto" y desaparece la disparidad en las cuentas que yo Lepanto) contiene cuatro miembros (guisas) diferentes. Está
consideraba un elemento de juicio contrario a c-ccc. Pero claro en la formulación de la teoría que 'diferente' es aquí lo
la otra dificultad que yo señalo en el penúltimo párrafÓ de la opuesto a 'idéntico' y que la identidad es absoluta y cum-
§ 4 sigue subsistiendo. Sigue siendo imposible nombrar, me- ple con los principios clásicos. No puede alegarse, pues, que
diante términos singulares, los objetos que contamos. En la hay varias relaciones de identidad, que pueden dar números
solución que propone Castañeda en su comentario, se man- distintos según el contexto. Hay relaciones de congruencia,
tiene de modo algo clandestino la idea de que cuando con- que son relaciones de equivalencia, y que no se comportan
tamos, no contamos realmente guisas, sino sisÚemas de con- como la identidad absoluta. Y la cantidad de elementos de
substanciación de guisas (ver nota 23, sobre el significado cierto conjunto es un número determinado, fijo, que no cam-
de esta expresión). En el conjunto {el rey de Francia en ,, bia de acuerdo con distintas relaciones de equivalencia que se
el rey de Inglaterra en ú, el autor del Quijote, el escritor fa- tengan en cuenta. Para que Castañeda pudiera sostener co-
moso que quedó manco en la batalla de Lepanto) hay, según herentemente que el conjunto de nuestro ejemplo tiene tres
miembros contados de cierta manera y cuatro de otra, de-
24 Eo mi ejemplo la propiedad P es la de ser una persona que está bería sostener que hay más de una relación de identidad
en cierta habitación en cierto momento f, y las cos¿rs con tal propiedad (¿habría entonces algo como la identidad de que se habla al
son los objetos ordinarios que se desea contar; las condiciones (n), (b) comienzo de Thinking?) y abandonar la idea de que, fijados
V (c) del texto corresponden entonces a las cláusulas (ii), (iii) y (i) de
Castañeda. los elementos de un conjunto (o determinado tal conjunto) su
UNA CONJETURA SPUÁNTTCO-ONTOIóCIC,N 289
288 PRoBLEMAs DE r,ócrc¿, Y EXISTENCIA

número cardinal es único. En realidad, toda la estrategia de


T de ("2) exigiría tomar en cuenta estos planteamientos, tarea
la respuesta de Castañeda es darnos un procedimiento que $i para la que ya no hay espacio aquí. A falta de conclusiones
permite obtener el número de sistemas de consubstanciación {
mejor establecidas, final\zaré este capítulo formulando una
de guisas que tienen externamente P, sin mencionar nunca
I
I conjetura que está apoyada por los anáIisis anteriores y será
tales sistemas. El número obtenido es apropiado para contar objeto de un examen más detenido en trabajos futuros.
los sistemas en cuestión, aunque estos sistemas no puedan ("r) una tesis semántico-ontológica. Por un lado, pos-
tula que "t la ontología no se agota con los objetos existen-
nombrarse individualmente. El número que se obtiene no es
el de las guisas tenidas en cuenta. En el ejemplo visto, todas tes, comprendiendo también objetos no existentes; por el
las ideas de c-ccc cond.ucen a que estarnos ante cuatro guisas otro, sostiene que algunas expresiones de nuestro lenguaje
y tres sistemas de consubstanciación inefables. Queda en pie, descripciones definidas vacuas-26 denotan objetos del
-las
tipo añadido. La conjetura que deseo proponer puede formu-
pues, Ia dificultad de que aun en ejemplos muy sencillos,
según c-ccc, yo no puedo nombrar las cosas que cuento, 1o larse sucintamente de esta manera: no hay inconvenientes
cual contradice la intuitiva idea de que si conté tres personas intrínsecos en los aspectos ontológicos de (72), pelo su parte
(o tres sistemas de guisas, o 1o que sea) yo podría nombrarlas semántica conduce a muchas dificultades que sulgen cuando
se extraen consecuencias Iógicas de tal suposición semántica,
.

una a una (al menos en ejemplos sencillos como el antes t


analizado). t
F
usándose también supuestos razonablemente obvios acerca
No quiero dejar la impresión de que los párrafos anterio- I del lenguaje ordinario.
res contienen una refutación de c-ccc. Es posible que toda *
n
i
Mi idea de que el aspecto ontológico de (?r) .t defendible
teoría semántico-ontológica de cierta envergadura contenga
$
se basa en intuiciones (no del todo claras) según las cuales la
siempre elementos anti-intuitivos. Los méritos de una teoría ontología depende en grado bastante alto de convenciones, y
tal deberían evaluarse entonces comparando su poder expli- hay convenciones coherentes que pueden sostener una teoría
cativo y sus consecuencias anti-intuitivas, con similares as- de objetos inexistentes. Respecto de mis razones para dudar
pectos de otras teorías rivales sobre los mismos problemas. del aspecto semántico de ("2), debo aclarar Qü€, prima faci,e,
En esta comparación podría descubrirse que una teoría que me parece que las tesis rivales (rr) v (?2) son prácticamente
tiene elementos fuertemente anti-intuitivos, sacrifica, sin em- indiitinguibles para el lego y ninguna de ellas es confirmada
bargo, menos intuiciones que las teorías rivales de similar ca- o disconfirmada de un modo explícito y directo por nuestras
pacidad explicativa. Esta es una de las razones por las cuales intuiciones sobre el lenguaje ordinario. Mi idea es, sin em-
no considero que haya llegado en esta sección a resultados de- bargo, que si se razona a partir de estas últimas intuiciones y
finitivos sobre G-ccc. La comparación con otras teorías no (Tr), se llega a muchas dificultades que aparentemente mos-
tenidas en cuenta aquí debe preceder a Ia formulación tie trarían que implícitamente el lenguaje ordinario se pronuncia
conclusiones más firmes. más bien afavor du (fr) q*u d" (fr). En el caso delateoría
de los objetos, las dificultades surgen porque la aceptación
de ("2) en esta teoría, sumada a las reglas de uso de las des-
§ 6. UNa coNIETURA sEMÁNTICo-oNTolóclca
cripciones definidas, conduce a (7s), Qü€ a su vez lleva a con-
Además de c-ccc, huy otros enfoques "neo-meinongianos" tradicciones, como mostrara Russell en 1905 (ver ia § 2). He
recientes" qr" defienden la (f2) de la § 1, tratanrlo de evi-
tar con aparatos lógicos más sofisticados los inconvenientes 26 Recuérdese que en nuestra terminología, las descripciones defini-
de la teoría clásica de Meinong. IIna ev¿rluación cuidadosa, das uacuas son simplemente las que no denotan individuos existentes
(caracterización que deja abiertas posibilidades de interpretación en la
25 V". la Nota sobre bibliografía reciente del final dc estc c:r¡rít,rrlo. línea d" ("r) y en la ¿" ("2)).
T
304 RESpuESTA A ,,oBJETos
No ExrsrENTES,,
uÉcton-NERr c¡.srnñpn¿, :105
desde fuera, el número consustanciacional máximo. Si esto
es así, hay aquí ahora un pequeio desacuerdo entre nosotros. contar sistemas consustanciales en la teoría,
Hay situaciones en que puede darse correctamente una res- -aunque
de las guisas tales sistemas no son objetos de referenci¿r
puesta diferente. Ya Jonathan Cohen había mencionado un singular?
ejemplo como el siguiente en la primera discusión de ,,Thin-
king and the Structure of the world', en la universidad 9. La respuesta al problema de Orayen me parece ser, den-
de
Victoria, en el otoño de LgT2: tro de Ia teoría de "Thinking of the Structure of the World"
la siguiente:
IJn conserje informa que ha visto pasar por el corredor
a cuatro personas, pero no está seguro de si en realidad (Q*) ¿Cuál es, con respecto a una propiedad P, la cardinali-
dos de ellas son la misma p"rror,u,l de modo que quizás dad de una clase A de guisas tales que:
sólo tres personas distintas han pasado por (i) VS : si geA" entonces C* (g,S[P]);
corr"do.. (ii) Vg/,g'/: sig'eAyg"eA, entonces - C* (g',g");
"i
este ejemplo, el número cuatro es el número o de guisas (iii) Vg' : si - (S'eA) y C* (g',9'[P]),
-En
individuales o de sistemas parciales, no máximos, de entonces 3g: geAyC+ (g',gX
[uisas
individuales que el conserje ha contado. Dejo esta disyrintiva
sin resolver por ahora. El sentido de la misma persono, es, en Evidentemente, el criterio de distinción válido para el con-
este ejemplo, el de la mismidad consustanciacional. texto de contación está encapsulado en la propiedad P.
7. Las palabras finales del conserje contienen la clave de 10. En "Thinking and the Structure of the World" hay
la resolución del asunto, y del problema que ha planteado una posición reduccionista de los objetos ordinarios masivos
orayen. El número tres de personas que menciona el con- a guisas. Toda referencia a los objetos ordinarios como tal
serje es, indudablemente, un número áe sistemas máximos desaparece. En cambio, en "Identity and Sameness" se per-
de consustanciación. Se trata de contar guisas, por supuesto, mite referencia a toclos los objetos ordinarios masivos, pero
pero conforme a ciertos requisitos. Esá .r lu cuestión ge- por su infinitud tal referencia sólo puede ser general, nunca
neral. un caso particular de gran interés es el contar guiJas singular. Para ésto, hay que introducir variables de cuanti-
en conformidad con el requisito que nuestro conserje men- ficación cuyo dominio es la clase de todos los sistemas con-
ciona, a saber, que los objetos (gu1sas, por supuesto) que se sustanciacionales, o consocionales de que se puede hablar.
cuentan: (i) sean. ejemplos de un tipo de especial 'inierés, Usemos las letras tm', tn', etcétera, con suscritos o sin sus-
llamémosle -
ú, y. (ii) sean distintos en un sentidá apropiado al critos, para referirnos a tales sistemas. Podemos introducir
contexto de habla, normalmente distintos en el ,.r,tiáo de no un predicado categorial, digamos M, que represente el dorni-
estar consustanciados. nio de tales sistemas. Entonces la pregunta que el problema
8. En los contextos normales de la vida diaria estamos in- de Orayen necesita para su resolución, sucíntamente, den-
teresados en una contación en que tratamos de una distinc,ión tro de la teoría formulada en "Identity ancl Sameness", es la
entre las guisas pertinentes que consiste en no-consubstan- siguiente:
ciación. En tales casos, el problema que orayen ha planteado (Q**) ¿Cuántos M hay que son P?
es, pues, el siguiente:
El análisis de (Q**) es obvio y aplica las condiciones (i)-
¿Puede formularse una pregunta cuya respuesta sea un (iii) de (Q*) a los entes de la, categoría M.
número que se obtiene mediante un méiodo de con-
tación que es, desde el punto de vista *externo a la
teoría de las guisas", .o-o dice orayen, un método de
r
,f

',:
rl

*
t

BIBLIOGRAFIA

Sólo se dan las referencias de obras explícitamente citadas


en el texto. Únicamente menciono traáucciones al español
cuando he tenido oportunidad de usarlas y me resultan con-
fiables. Cuando en la referencia de un artículo se indica que
está recogido en un libro, se dan aparte las referencias com-
pletas de éste último y el artículo se cita de acuerdo con la
paginación del libro.

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ÍNnrcB

PREFACIO 7

I. LÓGICA DEDUCTIVA, RAZONAMItrNTO


Y VALIDEZ
§ 1. El objeto de Ia lógica deductiva 15

§ 2. Portadores de verdad T7

2.1. Oraciones 19

2.2. Objeciones a las oraciones. Algunos candida-


tos alternativos 24

2.3. Dos estrategias en defensa de las oraciones 28

2.4. Una tercera estrategia en defensa de las ora-


ciones JC

2.5. Enunciados. Comparación con el enfoque con-


textualista 40

2.6. Portadores de verdad en los lenguajes forma-


lizados 52

2.7. Ventajas de los enunciados. Posibles objecio-


nes 54

2.8. El enfoque de este libro 58

§ 3. Razonamiento 60

§ 4. Validez 63

4.1.trI concepto intuitivo de validez; algunas ca-


racteriz aciones equivalentes 64

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