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La tercera fase del proceso terapéutico tiene relación con el diseño de la propuesta de
intervención la cual implica principalmente la articulación de las hipótesis de adquisición y
mantenimiento con las metas clínicas y las estrategias de intervención para ofrecer una
explicación de como se estableció y mantiene los problemas del consultante. Esta etapa es
crucial ya que implementará el uso de diferentes técnicas para cumplir las expectativas que
tiene el consultante en relación con el problema que llevó a que iniciara el proceso
terapéutico .
Teniendo en cuenta delimitar los objetivos terapéuticos se procede a vincular los objetivos
terapéuticos con la metas clínicas, de tal manera que haya claridad en qué se debe lograr
dentro del proceso y de esta manera el terapeuta seleccionar las estrategias de intervención
que cuenten con soporte empírico; para finalmente diseñar las actividades terapéuticas que
implementara en la fase de intervención donde las actividades involucren varias metas
clínicas.
En esta fase es necesario definir previamente las medidas específicas que se tendrán en
cuenta para evaluar la efectividad del tratamiento de tal manera que tanto el terapeuta como
el consultante puedan evaluar permanentemente el cumplimiento de los objetivos
establecidos, para ello es importante que el clínico tenga en cuenta diferente medidas de
forma que pueda contrastar los resultados: Dentro de las medidas se encuentran: a) Los
formatos de registro, b) La observación conductual, c)Las medidas de autoreporte y d) Los
instrumentos psicometricos.