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Universidad Nacional Autónoma de México. UNAM.

Facultad de Filosofía y letras.


Lic. en Pedagogía modalidad a Distancia.
Psicología Evolutiva I y Psicología de la Educación I

GRUPO.
SEDE. Distrito Federal (D.F.)
NOMBRE.
ASESOR.
UNIDAD. 3 El ser humano y la prolongada infancia.
ACTIVIDAD. 1 Cuestionario sobre la infancia y las primeras manifestaciones sociales.

INTRODUCCIÓN.

El desarrollo humano, como ya lo hemos visto, se categoriza en diferentes etapas


con características propias que son identificadas en un recién nacido hasta en una
persona adulta y sus etapas intermedias.

Para cualquiera de estas etapas es indispensable que se mantengan relaciones


con otras personas mismas que contribuyen a cubrir las necesidades básicas de
un bebe, permiten que el niño pueda desenvolverse en su entorno y que su
desarrollo se caracterice de ese éxito adaptativo del que nos habla el autor, Juan
Delval.

Se hable de un éxito adaptativo porque la capacidad social del hombre se apoya


en su desarrollo intelectual y hace posible asimilar la cultura. Las relaciones
sociales se manifiestan gracias a la iniciación de las relaciones inmediatas.

Por está razón, esta actividad esta encaminada a entender la importancia que
tiene para los seres humanos que un adulto esté presente en el periodo de la
infancia. Hablaremos también de las primeras manifestaciones de relación social
que se establecen entre el niño y la persona que cumple con la función materna.

DESARROLLO.

El ser humano nace inmaduro y limitado por lo que requiere que durante un largo
periodo la presencia de adultos que se ocupen de sus necesidades y las
satisfagan. La existencia de la relación social que se da, es un factor vital para el
desarrollo humano y se ve apoyado por conductas que favorecen el contacto y
cooperación entre los seres humanos. Estas conductas son la maternal o materno
– filial, la filio – maternal, compañeros de la edad o camaradas, sexual y
heterosexual y el sistema afectivo paterno. Para adentrarnos en el tema es
necesario establecer las razones y la importancia que tiene la atención de un
adulto durante el periodo de la infancia.
Después de analizar brevemente los diferentes estudios que menciona Delval en
el texto, el ser humano al nacer necesita de otras personas para sobrevivir. Por lo
general, la persona que cubre esas necesidades es la madre del recién nacido,
pero también puede hacerlo otra persona sustituta que en ausencia de la mamá
cubra esas necesidades a la medida de sus posibilidades.

Los bebes no poseen habilidades muy especializadas por lo que requieren de


otras personas y del contacto con su entorno para que puedan desarrollarlas
gradualmente. El niño comienza por reconocer situaciones y de ahí se derivan
manifestaciones que sirven para establecer las primeras relaciones sociales. Estas
manifestaciones son:

Sonrisa social. En la que el niño expresa el gusto por disfrutar de algún estímulo
externo, que generalmente le es proporcionado por las personas con las que tiene
contacto frecuente. La sonrisa, de manera gradual, es manifestada por los bebes.
Empiezan como una respuesta a estímulos, después por la sensación de
bienestar que experimenta y con el tiempo se asocia con las relaciones sociales.
Dice Delval: “La sonrisa aparece desde muy pronto, pero sólo es hacía las cuatro
o seis semanas cuando empieza a manifestarse como una respuesta a estímulos
externos [...], y poco a poco va asociándose con estímulos sociales y con la cara
humana” (Delval, p.183)

Interés por las personas. El niño identifica los estímulos que recibe de las
personas con las que se relaciona, esto le permite identificar que puede recibir
gratificación de algunas de ellas. Pero primordialmente siente el apoyo que le
brindan aun sin identificarlas físicamente.

Lazos más estrechos. Con el tiempo se forman lazos más estrechos con una o
varias personas, principalmente con la persona que le cuida de manera más
permanente, identifica las situaciones gratificantes y las relaciona con la persona
que las proporcionan por lo que forman un vínculo. Se produce también ansiedad
por la separación. De esta podemos decir que se manifiesta un miedo a los
extraños.

Las emociones que experimentamos los humanos facilitan las relaciones sociales
ya que tienen un valor comunicativo muy importante. El bebe las utiliza para dar a
conocer sus necesidades.

Ahora bien, dentro de las relaciones con diferentes personas y la manifestación de


las emociones como medio de comunicación, se establece de manera más
especial la relación, primaria, con la persona que cubre y cuida directamente al
bebe, lo que sería la figura materna, quien cubre las necesidades básicas y con el
tiempo él bebe encuentra placer de esa relación. 1 Las crías son beneficiadas con
las cosas que favorecen mantener su proximidad con un adulto.

1. “Así a través de la satisfacción de una necesidad primaria se establecería una relación


secundaria, que con el tiempo se haría autónoma” (Delval, p.188)
La primera relación de apego se da con el adulto y le es muy útil al bebe ya que
cuando éste posee la capacidad de alejarse, se encuentra expuesto a muchos
peligros y el precisamente el adulto quien le permite preservarse de esos peligros
contribuyendo en la supervivencia y la adaptación que requiere dentro de su
entorno. El apego pasa por etapas, el niño presta atención hacia las personas sin
diferenciarlas, después produce respuestas donde comienza a diferenciarlas y
reconoce situaciones habituales, posteriormente ya diferencia a las personas y les
manifiesta sus emociones, finalmente en la cuarta etapa la relación entre el niño y
la figura materna es firme pero la disposición de la segunda hacia el niño ya es
menor para educarlo. Solo le resta al niño identificarla como un ser independiente
con sus propias motivaciones, deseos, sentimientos y estados de ánimo.

La interacción que se da entre la figura materna y el niño es de vital importancia,


gracias a la calidad de ésta el niño tiene un mejor desarrollo, enfrenta de manera
favorable la ansiedad por la separación, dice Delval: “Es posible que un niño que
exige la presencia continua de la madre, que no se puede separar de ella ni un
momento, no tenga necesariamente una relación muy buena” (Delval, p.197)

En el sistema afectivo maternal, encontramos diferentes etapas, las tres primeras


son las más generales pero existen otras complementarias que también expongo
a continuación.

1. Etapa de protección y apego. Es en la que la mamá satisface las necesidades


del bebe, el contacto físico es íntimo, lo protege de los peligros a los que está
expuesto, lo vigila continuamente teniéndolo a su alcance y dura 16 meses
aproximadamente.

2. Etapa de transición o ambivalencia. La atención por parte de la madre aun


continúa ya que aun por largos periodos de tiempo la cría se encuentra a la
vista o a la llamada de ella. El niño realiza una mayor exploración y cuando
hace cosas que no debe permitirlas le reprende. Manifiesta algunas
reacciones negativas para que el niño empiece a independizarse y así se
relacione más con el medio tanto físico como social.

3. Etapa de separación maternal. Es la separación que se da entre la madre y la


cría que puede no darse por muchos años, sobre todo en las mujeres. Se
debe dar de una manera adecuada y no manifestando rechazo brusco porque
puede resultar traumático para la cría.

4. Etapa refleja. Se caracteriza por que representa las primeras manifestaciones


que se dan de manera refleja entre la madre y la cría. Comienzan por la
presión de la mano, la succión, abrazar, gatear, buscar. Su finalidad es
mantener un contacto con la madre por lo que es una etapa de ajuste físico
más que de socialización.

5. Etapa de comodidad y apego. Se desarrolla a partir de la segunda mitad del


primer mes donde se forman vínculos entre la madre y su cría. Se dan pautas
de enseñanza de los niños lo que los lleva a explorar objetos con la boca. Ya
no se está en contacto continuo con la mamá pero no obstante la cría
permanece a la vista. Así mismo se da una imitación a la mamá por parte de la
cría, donde explora objetos de manera guiada y se beneficia de la experiencia.

6. Etapa de seguridad. La madre le genera un sentimiento intenso de seguridad


al niño, quien comienza a explorar más el mundo físico al captar su presencia.
De está manera se dice que la madre es la base que tiene el niño en su
exploración y le proporciona seguridad que poco a poco va generando un
contacto más esporádico entre éstos a medida que va creciendo el niño.

7. Etapa de separación. La madre lanza a su cría al contacto con el mundo físico


y el social, la seguridad que gano en la etapa anterior facilita el proceso para
el logro de una independencia. No obstante la cría está limitada por el control
de la madre, lo que reduce los peligros. Las relaciones sociales son más
estrechas pero esto no s factor para que los lazos maternos se rompan.

Finalizo esta actividad mencionando que las manifestaciones, el desarrollo


humano, las relaciones sociales, las etapas del sistema afectivo maternal, puede
variar de acuerdo a la cultura que prevalezca en las diferentes civilizaciones del
mundo.

CONCLUSIONES.

Para el desarrollo humano es indispensable que existan relaciones sociales y


tanto para cubrir las necesidades de un bebe como para estimular un desarrollo
optimo es necesario la presencia de un adulto, de la figura materna que puede ser
la madre biológica o padres sustitutos.

Es importante, tomando como base las primeras manifestaciones de la relación


social entre el niño con su lazo materno, exista un adecuado desarrollo que
genere ese desarrollo de manera adecuada y que no le cause dificultad, complejos
o traumas al niño. En mi experiencia, mi padre biológico se separó de mi mamá
cuando yo tenía apenas 6 meses y yo lo conocí hasta que cumplí los 20 años. No
considero que su figura paterna o su presencia me hiciera falta por diferentes
razones. Primero que nada, mi mamá rehízo su vida y su esposo ha sido un
verdadero padre para mí que nunca ha hecho distinciones entre mi hermana, que
si es su hija de sangre, y yo. Por otro lado, si mi padre biológico hubiera
permanecido nuestro entorno familiar, con manifestaciones de pleitos y ejemplos
no tan buenos, con un estímulo mal encaminado y malas relaciones sociales, mi
crecimiento y formación futura habría estado llena de traumas y complejos. Es
cierto que no es igual la relación materna a la paterna pero me parece un ejemplo
adecuado.
Me llamó la atención como es necesaria la presencia de un adulto en la vida de un
bebe, que cubra con sus necesidades y le encamine en su desarrollo, pero es
curioso como durante la Primera Guerra Mundial, un conjunto de niños crecieron
juntos y sin la presencia adulta, lo que hizo que entre ellos se generaran esos
lazos tan fuertes como los maternos.

Es impresionante la sincronía que se da entre la madre y su hijo, de una magnitud


enorme. Pero debe estar presente la calidad por encima de la cantidad y esto
proporcionará un mayor beneficio a los niños.

BIBLIOGRAFÍA.

DELVAL, JUAN. “Capitulo 9. El comienzo de las relaciones sociales: la madre”.


En: El desarrollo humano, 6ª ed. México, Siglo XXI, 1997, pp. 179-207.

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