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NOVELA
Características de la novela:
a) Lo narrativo: La novela es, antes que nada, un relato. Algo distinto sucede, por ejemplo, en el
teatro, pues en él, el espectador observa por sí mismo las acciones que tienen lugar en el
escenario. Sin embargo, una novela no sólo incluye lo narrativo; es lo que predomina. Así, el
desarrollo de los acontecimientos puede ser entregado por los mismos personajes, a través del
diálogo, sin que, necesariamente, intervenga el narrador.
b) La secuencia temporal de hechos: Una novela cuenta una historia. No es necesario, como
decíamos el simple desarrollo de una secuencia temporal. Es decir, hay conciencia de una
temporalidad que se despliega, a veces la intención del creador. El tiempo narrativo no tiene
porque organizarse de acuerdo con el principio lógico de causalidad de nuestra realidad.
c) Dimensión psicológica: La novela busca entregar una imagen real de los personajes, a través
de la dimensión psicológica de los mismos, lo cual nos lleva al hecho de que la novela expresa
el desarrollo o evolución del personaje, captado en su dinamismo interior.
e) Evolución sicológica: Los personajes se nos presentan de una manera estática. Al estar
comprometidos en una historia, son observados en su evolución sicológica. Aunque sigan
siendo los mismos a lo largo de la novela, van cambiando interiormente, de acuerdo a las
necesidades y fines que persigue el narrador. La evolución del personaje dependerá de los
rasgos más relevantes que el creador le asigne a lo largo del relato.
EL CUENTO
a) Narración Breve: El cuento crea un mundo narrativo más reducido, más particular que el de la
novela, razón por la cual resulta ser de una extensión menor que la de ella. Esta característica
se produce debido a que la acción es una y transcurre, generalmente, en un único espacio, con
la participación de pocos personajes. Es lo que se conoce como una unidad total.
b) Organización de los elementos narrativos: Más que la extensión, importa la forma en que el
autor organiza los sucesos para alcanzar cierto efecto. Así, un cuento puede empezar en forma
cronológica, por el cuerpo del asunto o por el final, para luego volver hacia atrás, mediante el
flash-back o el racconto. Pero cualquiera sea la forma de iniciar el relato, éste, desde el primer
momento, debe provocar el interés del lector impulsándolo a continuar.
c) Subordinación al tema principal: El cuento está construido de tal modo que cada frase
contribuye a mantener el suspenso narrativo hasta alcanzar el clímax o punto culminante. Para
lograr dicho objetivo, todo se subordina al tema principal. No interesa incluir detalles incidentales
o inútiles, se acude solamente a los sucesos necesarios para alcanzar un efecto singular y
único.
e) Acción concentrada: El cuento refleja en un breve tiempo los sucesos narrados. A veces, el
cuento concentra el relato en un mínimo tiempo del protagonista.
f) Personajes: El cuento no necesita retratar muchos personajes. La historia presenta una o dos
figuras. El relato debe
tender a reproducir el estado anímico y mental del personaje a través de sus actos, antes que
al relato descriptivo
La Fábula
El mito es siempre un relato de creación: “Los mitos revelan (…) la actividad creadora y develan la
sacralidad (o simplemente la sobrenaturalidad) de sus obras (…) En suma, los mitos describen las
diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado en el mundo”. La irrupción de lo sagrado es
lo que fundamenta el mundo y lo hace como es hoy, pero no solo el mundo participa de esto, sino
también el hombre.
Como señala Mircea Eliade en su obra Mito y realidad, se puede decir acerca del mito que:
• es la historia de los actos sobrenaturales;
• estas historias se consideran verdaderas, porque se refieren a realidades, y sagradas, porque son
obras de seres sobrenaturales;
• el mito es siempre una creación, porque cuenta cómo algo ha comenzado a existir o cómo se ha
fundado una institución, un comportamiento o una forma de trabajar;
• al conocer el mito se conoce el origen de las cosas y, en consecuencia, se dominan y manipulan a
voluntad; de conocimiento exterior y abstracto pasa a ser un conocimiento que se vive habitualmente;
• indefectiblemente se vive el mito ya que está dominado por un poder sagrado que se encarga de
rememorarlo y reactualizarlo.
El mundo narrado
Cuando comenzamos a leer, cuando nos separamos de la realidad para introducirnos entre
las páginas de una novela o de otro tipo de literatura, nos hacemos partícipes de un nuevo mundo,
de una configuración nueva que se recrea cada vez que alguien lee. Este mundo que vive paralelo al
nuestro, autónomo, independiente, con personajes que cobran sentido en esta dimensión, hablamos
de mundo narrado, aquel mundo creado con palabras, en el que suceden cosas y le suceden a seres
que sólo viven dentro de él.
Las narraciones cuentan hechos que viven personas o seres personificados en una sucesión
temporal.
En la narración existe una voz que nos cuenta el relato: el narrador. Esta es una entidad
diferente a la del autor, quien es alguien externo a la construcción narrativa, un ser real, pero elige al
narrador más apropiado para contarla.
El narrador
Es una entidad diferente a la del autor(a), es aquella “voz” que cuenta el relato, es decir, sujeto
de la emisión comunicativa. Es un ser ficticio que sólo existe dentro del mundo narrado.
El narrador homodiegético (homo: igual; diégesis: historia) es el que forma parte de la historia que
cuenta (generalmente usa la primera y la segunda persona gramaticales). Puede ser:
a) Protagonista: el narrador asume la tarea de contar su propia historia, tiene un carácter
marcadamente personalizado y subjetivo. Por lo tanto, se produce la coincidencia del narrador y
el protagonista del relato en un mismo personaje;
b) Testigo: el narrador cuenta la historia de otro personaje con el que está relacionado. Sigue siendo
personalizado, aunque no es tan subjetivo como el anterior.
El narrador heterodiégetico (hetero: diferente) es el que no forma parte de la historia y cuenta los
hechos desde fuera (generalmente usa la tercera persona gramatical). Lo caracterizan una mayor
objetividad y distanciamiento respecto al relato.
b) Conocimiento relativo: el narrador tiene postura de cámara, narra solo lo que observa, pero no
conoce nada sobre los personajes ni el curso futuro de lo que narra.
En un relato los narradores pueden mezclarse, lo que se conoce como multiplicidad de voces.
NARRADOR PRESENTE
COMO PERSONAJE El héroe cuenta su historia Un testigo cuenta la historia
EN LA ACCIÓN del héroe
a) Focalización cero: Es la perspectiva propia del relato clásico en que hay una ausencia real de
focalización (porque no hay restricción de informaciones). Es el llamado narrador omnisciente, que
sabe lo que ha pasado, lo que sucede y lo que vendrá, entra por la mente de los personajes sin
problemas y conoce todos los puntos de vista posibles. Se lo representa como el narrador que sabe
más que los personajes.
c) Focalización externa: En este caso, el narrador sólo puede describirnos lo que ve y oye, no
tiene acceso a la conciencia de los personajes y actúa como un testigo de las acciones. Es una
percepción externa del objeto, no del sujeto. El narrador pretende ubicarse fuera de los personajes y
fuera de la intriga, enterándose de éstos simultáneamente con el lector. Este extremo de objetivismo
que el autor procura en su relato se configura a base de una sucesión de acontecimientos y
descripciones. Obviamente, el nivel de información que detenta el narrador es muy limitado y se
representa con la siguiente fórmula: el narrador sabe menos que los personajes.
Los modos narrativos son los tipos de discurso que utiliza el autor para recrear el mundo ficticio
o real que quiere contar. Lo puede hacer a través de tres maneras o estilos distintos:
a) Estilo directo: Reproduce el diálogo de los personajes e incorpora ciertos signos característicos
para su reconocimiento como las comillas y los dos puntos. Ejemplo: Pedro llegó y le dijo: “Estoy
feliz de trabajar en esta ciudad, me siento como en casa".
c) Estilo indirecto libre: Es la fusión de ambos estilos anteriores; este modo otorga un tono más
complejo y, algunas veces, ambiguo, ya que el narrador parece hablar desde el interior del
personaje. Ejemplo: “Pedro llegó. Estaba feliz de trabajar en aquella ciudad, se sentía como en
casa”.
Los Personajes
Los personajes son aquellos seres que viven en el mundo ficticio y que viven o ejecutan la
acción del relato. Al igual que los narradores, existen diversos tipos de personajes, cuya clasificación
dependerá de la categoría que se les aplica. Aquí van las más importantes:
En algo en lo que todos estamos de acuerdo es que el tiempo juega un papel crucial en la
constitución de los textos narrativos, pero ¿es uniforme la visión del tiempo que tratamos de analizar?
Tiempo puede ser la referencia histórica de lo que se cuenta, el orden en que se presentan las
acciones o incluso el propio tiempo en que el lector se ocupa de los textos. Antes de calar en el tiempo
narrativo tienes que tener claro que es un tiempo ficticio, ya que no se corresponde en absoluto con
el tiempo real y organiza de un modo peculiar las acciones presentes. Por ejemplo, en un texto
presuntamente fiel como la autobiografía se destacan hechos pasados desde el presente del
autobiografiado, entrando en juego una interpretación que involucra la creación de una nueva
temporalidad narrativa.
Es el tiempo interno del relato. Es la disposición “artística” de los acontecimientos tal y como
aparecen en la narración. Generalmente el tiempo de la historia no coincide con el del relato, porque
la narración a menudo no se presenta siguiendo una cronología ordenada y lineal. De algún modo, el
texto narrativo organiza para sus propios fines el tiempo de la historia y con ella instaura una nueva
temporalidad propia del relato.
1. Ab-ovo: el relato coincide con el punto de partida de la acción y el desarrollo de los hechos sigue
un orden de principio a fin.
2. In media res: el punto de partida comienza en un momento intermedio de la historia.
3. In extrema res: el punto de partida corresponde a la conclusión de los hechos.
Anacronía: Es una ruptura temporal en el relato que se produce cuando la historia se para
momentáneamente y da lugar a un acontecimiento con una cronología diferente a la manifestada,
en aquel instante, por el texto narrativo.
1. Analepsis: (flash back, racconto) el narrador, desde un momento presente, regresa a hechos
anteriores.
2. Prolepsis: (flash foward) el narrador, desde un presente narrativo, nos anticipa hechos del futuro.
Los acontecimientos
Para que exista cuento, novela, película, serie, etc. Deben existir sucesos, o sea, pasar cosas
y estas les suceden a los personajes dentro del mundo narrado. Cuando comenzamos a imbuirnos en
este mundo irreal topamos, en un comienzo, con una presentación tanto de lugares como de
personajes que nos ayudan a comprender lo que vendrá, antes de los primeros sucesos
importantes, esto se llama situación inicial. Le sigue el primer acontecimiento importante, es decir
que produce cambios y que generalmente origina el conflicto o nudo. Este conflicto tiene múltiples
consecuencias, todas ellas se ordenan en causa – efecto. Algunos acontecimientos son
indispensables para la trama o argumento, sin ellos la historia pierde coherencia. Si hacemos un
resumen, por ejemplo, no podemos dejarlos fuera. En la teoría literaria son llamados núcleos debido
a su importancia. Por el contrario, hay acontecimientos que no son indispensables para el argumento
y que sólo conllevan un valor decorativo, les llamamos catálisis y complementan los núcleos de una
historia.
Tanto núcleos como catálisis van llevando los acontecimientos a un punto de tensión máxima
o clímax, después del cual solamente puede venir el final o desenlace, donde para bien o para mal
de los personajes se desarma el conflicto o nudo.
En la literatura y en los medios audiovisuales vemos situaciones o acontecimientos que se
repiten, sólo cambian los personajes, estas situaciones típicas repetidas son llamadas motivos. Entre
los motivos líricos más comunes encontramos:
Es todo aquello que influye en la obra literaria, pero es ajena a ella, vive en la tradición cultural
o familiar. El asunto puede ser también una fuente histórica o literaria, por ejemplo: en la novela El
Diario de Ana Frank, el asunto corresponde a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto Judío.