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REPORTE DE LECTURA

QUE MI PUEBLO ADORE: CAPITULO 2

Por

Jaime Alejandro Rojas Hernández

Entregado para cumplir parcialmente con los requisitos de la materia:


Teología de la Adoración

Que imparte Joel Sierra

SEMINARIO TEOLÓGICO BAUTISTA MEXICANO


18 de Agosto 2020
Que mi pueblo adore
Nelson G. Eduardo
Capítulo 2. Una Teología del Culto Cristiano
Resumen

Cada creyente al haber tenido un encuentro con Jesucristo al aceptarlo como


Señor y Salvador de su vida y al tener una relación con Dios de manera personal
tendrá también una concepción acerca de cómo debe de adorarle. La adoración
comienza gracias a esa necesidad que tenemos de Dios como seres humanos y
se compone de varios aspectos que reflejan nuestra comunión con el Señor. La
teología dentro de la adoración nos encamina a obedecer y depender de Dios, nos
recuerda también la victoria que Jesús consiguió en la cruz y el obrar del Espíritu
Santo en nuestra vida a diario.

Todo creyente es pieza clave para la adoración dentro de la congregación a través


del uso de sus dones y talentos; de igual manera es esencial para dar a conocer a
Dios a todo el mundo. La congregación está conformada por creyentes que han
sido salvos por Cristo a través de la fe; esto los hace ser partícipes de manera
clave y activa en la adoración ya sea a través de la alabanza, la oración, la
proclamación y la ofrenda como lo hacía la Iglesia primitiva. Adorar en espíritu y
en verdad nos permite hacer a Jesús nuestro Señor y ponerlo en el centro de
nuestra vida.

Reacción Personal

Este capítulo confirma que nuestra adoración a Dios debe demostrarse adentro y
afuera; las actitudes en secuencia que aquí se mencionan realmente son el reflejo
de una adoración integral tal y como Dios la espera de cada uno de nosotros.
Adoramos a Dios por quién es, le agradecemos por lo que hace, damos gracias
por su inmenso amor, en arrepentimiento pedimos su perdón para mostrar nuestra
dependencia y nos sometemos a su voluntad para poder comprometernos tal y
como Él lo espera.
La adoración entonces puede verse entonces como un proceso en el que nuestra
comunión con Dios es la clave para ser llevados a un compromiso real y total. Una
manera para adorar correctamente debe tener presente la alabanza, oración,
proclamación y ofrenda. Dentro de la congregación es primordial participar de una
manera activa para conseguir una adoración integral en conjunto tal y como Dios
la espera de su pueblo; al colaborar en la adoración ayudamos a los más nuevos
guiándolos a dar una adoración real y al involucramos también podemos alcanzar
a los que están afuera en el mundo invitándolos a que inicien una relación con
Dios que los lleve a darle a Dios la adoración que solo Él merece.

Cita Textual

La manera como la gente adora está determinada por su concepto acerca de Dios.
En un contexto cristiano una teología individual para adorar está formada por un
encuentro personal con Jesucristo como Señor y Salvador.

Nuestra teología de adoración cristiana completa su ciclo cuando se describen las


nueve actitudes positivas que dan expresión a nuestro sacerdocio como creyentes
cristianos. La siguiente es la lista de las nueve actitudes en secuencia lógica:
adoración, alabanza, gratitud, acción de gracias, arrepentimiento, perdón,
dependencia, sumisión y compromiso.

La Iglesia es un testimonio viviente de la verdad de que Dios ha venido a suplir las


necesidades humanas. Como alguien que está siempre presente y listo para un
dramático encuentro, el Señor es para el cristiano el más estimable compañero. El
llamado de Dios a su pueblo es para comunión.

La comunión con Dios se hace posible gracias a la acción del Espíritu Santo en la
vida del creyente. El Espíritu Santo es el intérprete de la Palabra inspirada
impresa. El cristiano puede limitar o reprimir la efectividad del Espíritu, pero no
podrá jamás estar separado de la presencia y del poder del Espíritu, porque éste
está siempre a su disposición.

Las profundas aguas de la teología cristiana nos han llevado a un entendimiento


de que la adoración es la comunión de Dios con una congregación de sacerdotes
cuyas actitudes van desde la adoración hasta el compromiso.

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