REPORTE DE LECTURA

QUE MI PUEBLO ADORE: CAPITULO 12

Por

Jaime Alejandro Rojas Hernández

Entregado para cumplir parcialmente con los requisitos de la materia:

Teología de la Adoración

Que imparte Joel Sierra

SEMINARIO TEOLÓGICO BAUTISTA MEXICANO

20 de Agosto 2020
Que mi pueblo adore
Nelson G. Eduardo
Capítulo 12. ¡Deja que mi Pueblo Adore!
Resumen

El canto congregacional es lo más importante dentro de la música en la Iglesia, pues

invita a todos a participar en la adoración, este mismo debe ser la parte central y lo
más importante dentro del programa que se habrá de desarrollar. A través del canto
congregacional también se enseña la Palabra de una manera más comprensible
para los que la cantan, también ayuda a expresar los sentimientos internos del alma,
todos los presentes del culto tienen participación activa y en comunión de la
adoración, une a los creyentes con un mismo sentir y en una actitud genuina para
producir realmente cambios positivos, también por medio de los cantos
congregacionales el predicador se prepara y pone en manos de Dios su vida para
que el Espíritu Santo hable a través de él, los que participan en la alabanza también
son preparados para recibir el mensaje que los habrá de edificar en gran manera
pero también los cantos ayudan a ponernos a cuentas con Dios puesto que mueve
nuestras emociones y nos provee de convicción para realizar cambios.

Lo que en realidad importa no es la afinación o la belleza con la que podemos cantar;

lo verdaderamente importante es la motivación del corazón de los que adoran, la
cual debe estar basada en Dios para que pueda recibirla en su trono.

Reacción Personal

La práctica activa dentro de la Iglesia del canto congregacional es vital, concuerdo

que a través del canto podemos conocer más a Dios, pero también conocemos lo
que Él quiere de nosotros y lo que espera de nuestra adoración. El canto dentro de
la Iglesia debe tener ánimo y espíritu para poder reflexionar de una manera efectiva,
el canto también debe ser gozoso y debe hacernos ver la grandeza de Dios más de
cerca y presente en nuestras vidas. En nuestros cultos debe haber más cultos
congregacionales para incentivar la participación de la Iglesia, constantemente
debemos renovarnos de acuerdo a lo que el Espíritu Santo nos revela para ser
bendecidos por esta participación dentro del culto.

La calidad de los cantos congregacionales no debe estar determinada por las

características propias de este, sino por la vitalidad y el gozo que se expresa en
nuestra devoción delante de Dios. También el canto congregacional nos lleva a
tener mayor comunión y unidad dentro de la Iglesia por eso debemos darle la
importancia necesaria dentro de nuestros programas; esto nos hará ser más
relevantes para impactar al mundo que nos rodea y para el cual debemos ser
testimonio del amor de Dios por medio de nuestra adoración.

Cita Textual

El canto congregacional es con mucho el aspecto más importante de la música en

la iglesia. Mientras los coros, instrumentalistas, solistas y conjuntos son importantes
en la adoración, el canto congregacional debe ser la parte central de todo el
programa de música de la iglesia.

El canto de la iglesia debe ser emocionalmente sincero, educacionalmente elevado

y eficientemente útil para la adoración de Dios. El canto congregacional debe tener
ánimo y espíritu, pero este espíritu y ánimo debe ser de carácter religioso.

Un avivamiento en el canto congregacional sacará la indiferencia, fusionará los

corazones que difieren, expulsará la mundanalidad, elevará el servicio cristiano,
edificará y confortará a los santos y convertirá a los pecadores.

Si la motivación del corazón de la gente es buena, entonces el señor oirá sus

expresiones íntimas, sea que lo hagan con voces de gran belleza o que lo hagan
con lenguas entorpecidas por la falta de entrenamiento vocal.

La calidad del canto congregacional de una iglesia puede ser determinada en parte
por los himnos que se cantan.

Aun cuando la iglesia tenga un director musical, el pastor sigue teniendo gran
influencia sobre el canto de la congregación. El pastor debe abrir su himnario y
participar activamente cantando con la congregación.