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Próximas piezas del mes:

febrero ‘11 | Sorolla y La Habana


MARZO
“El bargueño del salón de la Casa Sorolla”

ABRIL
“Sello de José Capuz para la inauguración del
Museo Sorolla”

PIEZA DEL MES


PIEZA DEL MES | febrero‘11

“Sorolla y La Habana”

Por Gretel Medina


Sala III

Todos los jueves de febrero a las 18.30 h.


Duración 30 minutos

[Asistencia libre]
Sorolla y La Habana:

Sorolla nunca conoció La Habana. A pesar de haber sido un viajero in-
cansable, reconocido por representar escenas de sus múltiples viajes, el
sol perpendicular y bochornoso de la isla caribeña nunca lo deslumbró.
No obstante el “luminismo” de sus obras, su destreza como pintor y la
placidez de sus composiciones sí deslumbraron a la sociedad habanera
de la primera mitad del siglo XX. Prueba de ello es la considerable
colección de piezas que del artista valenciano se conservan hoy en el
Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.
Hasta los últimos años del siglo XIX la isla de Cuba, la “siempre fiel”,
era todavía territorio español de ultramar por lo cual los nexos entre
ambas tierras perduraron incluso ya entrado el siglo XX. Una base
cultural fundada en lo español, así como el flujo migratorio hacia la
Isla, que permaneció incluso más allá del logro de su independencia,
hicieron que esta relación metrópoli-colonia se convirtiera en algo
más sólido y enriquecedor. En término de gustos y difusión artística
sucedía lo mismo, especialmente en el terreno de las artes plásticas. El
insular mira a la madre patria como ejemplo y de ahí va creciendo y
conformándose su espacio propio de expresión. Gran parte de los jóve-
nes pintores egresados de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro1
viajaban a Madrid a completar estudios. Igualmente desde España los
artistas seguían teniendo en Cuba un destino de promoción, exhibición
e inspiración.

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SOROLLA Y LA HABANA
Asimismo el arte español contó en Cuba formación. La gran mayoría de estas enfo-
con una buena recepción, alentada por un cadas en la representación pictórica de los
incipiente coleccionismo, que se inclinó ambientes y temas que selecciona y aleja-
por adquirir obras más o menos signifi- das de lo anecdótico o de las composiciones
cativas y por promocionar esta labor. En pomposas. Parecen ser este tipo de obras
las principales revistas culturales: Social, las que más conquistan al coleccionismo Joaquín Sorolla
Carteles, Bohemia y en periódicos de gran cubano, en las que se detecta como rasgo Niño comiendo sandía
prestigio como el Diario de la Marina2. principal, la concepción de una pintura
Óleo sobre lienzo
se publicaban artículos que hablaban del directa, fresca, vital.
crecimiento de las colecciones de pintura 1920
y objetos de arte de los enriquecidos crio- Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba
llos y comentaban las exposiciones de estas Piezas fundamentales
piezas. Estrategias estas, que perseguían re-
Ya a finales del siglo XIX Sorolla había
colocarlas en el panorama del patrimonio
alcanzado una buena reputación como
cultural nacional y brindarles a sus posee-
pintor en Madrid, recibía encargos abun-
dores el reconocimiento social.
dantes, especialmente del género del retra-
Joaquín Sorolla y Bastida siempre fue de to, uno de los más solicitados en la época.
los artistas más admirados y buscados por Es precisamente uno de estos encargos el
los coleccionistas y por el gran público. origen de la primera pieza que entra a vana y caprichosa, se inclina hacia la pa- costumbrismo que se interesa por los tipos
En el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, Retrato de la Marquesa de leta del valenciano. Sus innegables dotes populares, especialmente los de la región
la Habana se conservan hoy treinta y una Balboa, de 1894. Vemos entonces como el artísticas y su “buena mano” son reconoci- del pintor. Tal es el caso de Valenciana
de sus piezas, que han ido engrosando los gusto de la alta sociedad criolla va encami- das también por el círculo de intelectuales recogiendo naranjas, de 1908, obra que
fondos de la colección paulatinamente nándose en función de las modas imperan- y artistas de la isla. Tan es así que en el año se inscribe dentro de su madurez pictóri-
y por diferentes vías. La gran mayoría de tes en la península3. Otras de las piezas que 1920 el entonces director del Museo Nacio- ca, donde se elimina la narratividad de las
ellos pertenecientes a colecciones privadas se conservan del género son adquiridas nal, Antonio Rodríguez Morey, pintor e in- escenas de género y el motivo se convierte
que pasaron a formar parte del patrimonio por coleccionistas privados radicados en La telectual, adquirió la pieza Niño comiendo en punto de partida para el estudio de los
estatal después del triunfo de la Revolución Habana: Retrato de señora amiga de Mr. sandía. El precio que pudo pagar a Sorolla encuadres y la aplicación de técnicas más
cubana en 1959. Ryan y Retrato de Don Manuel Ducassi. era inmensamente menor al que acostum- propias de representación.
A pesar de que en estos resalta un lengua- braba a vender el pintor, lo cual evidencia
Destaca la gran variedad estilística y temá- También se adquirieron piezas ambienta-
je más convencional y académico, Sorolla un interés de este en figurar dentro de la
tica de las piezas del autor que se atesoran, das en la playa, ya sea imágenes de la costa
también ejercita su creatividad en el géne- colección de la naciente institución. Con
incluyendo obras significativas dentro del levantina, con los personajes de la alta so-
ro, ensaya poses, agudiza los contrastes y esta adquisición comienza entonces a for-
conjunto de su producción. Se encuentran ciedad como protagonistas o las escenas de
utiliza pinceladas más libres, especialmen- jarse la amplia colección que posee hoy.
retratos, sus característicos paisajes mari- Valencia donde son los pescadores, niños y
te en los fondos. La piezas compradas por los criollos adi- barcas los elementos que más se represen-
nos, jardines e incluso algunas escenas de
género correspondientes a su período de Pero no solamente la burguesía, a veces nerados ofrecen gran diversidad tipoló- tan, y en las que generalmente se constata
gica, algunas se enmarcan dentro de un un mayor interés por la experimentación.
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PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y LA HABANA
Joaquín Sorolla
Verano
Óleo sobre lienzo
1904
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

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PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y L A HABANA
Joaquín Sorolla Joaquín Sorolla
Regatas Tres barcas
Óleo sobre lienzo Óleo sobre lienzo
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba 1908
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

Dentro del conjunto destacan Regatas y das trasmiten la sinuosidad del vaivén del adquirida por Madame Bryce. En 1915 fue las texturas de las pieles, con la calidad tex-
Verano. La primera, por los exaltados ma- mar y aportan a la escena sensación de subastado en la Galería Christie de Lon- tural del mar o la arena. Se ha asociado a
tices de color y por las grandes dimensiones movimiento. La obra pasó en la década del dres, pasando más adelante a la colección esta obra con la estética clásica7 aunque lo
que presenta y la segunda porque pertenece treinta a ser propiedad de uno de los co- de una de las principales figuras sociales de evidentemente expuesto es una estudiada
a los comienzos de su interés por el tema leccionistas privados de la capital cubana. la ciudad de La Habana. composición que no resta espontaneidad
de la playa. a la escena. Esta obra además se relaciona
Verano, óleo sobre lienzo, 1,49cm x En las piezas de este período Sorolla invir-
con toda una serie de estudios de figuras8
Regatas, de 1908, llamada inicialmente 252cm, una de las más importantes que tió mucho de sus empeños en la resolución
en actitudes y poses, que hacen pensar
Día de regatas, es el panel central de un se mantiene en exhibición en el M.N.B.A de dos intereses básicos: la captación de la
en ella como la conclusión de una recia y
tríptico que es encargado por Artal para un de la Habana fue pintada en 1904, período luz como moduladora de las imágenes y el
continuada observación del natural. Con
club de regatas de Buenos Aires y evidencia fecundo dentro de la producción de esce- dinamismo compositivo, que le añade mo-
lo que se evidencia uno de los puntos neu-
los coqueteos del pintor con las tendencias nas de playa donde también se incluyen La vimiento y frescura a las obras. Los niños
rálgicos de la obra del pintor: la obsesión
expresionistas europeas, especialmente hora del baño, El niño de la barquita y se convierten en protagonistas, son los su-
por captar la naturalidad de los momentos
con el fauvismo4. Explota las capacidades varias otras piezas que representan imáge- jetos con los que logra una mayor libertad
y traducirla al leguaje pictórico, y por tanto
expresivas del color y la soltura de las pin- nes de niños jugando en la playa. La obra representacional y pictórica, le ofrecen la
manejar los elementos que componen esta
celadas en una composición abierta que es exhibida en París en el salón de 1905 y posibilidad de captar la soltura de los mo-
realidad, la luz y el movimiento.
deja a los veleros el protagonismo de la en 1906 en la primera exposición personal vimientos así como la oportunidad de re-
obra. Áreas de materia pictórica empasta- que realiza en la capital francesa, donde es presentarlos desnudos, haciendo contrastar
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PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y LA HABANA
da en Musée d´ Orsay de París fue concebi- bre, a la vez que utiliza encuadres novedo-
da para participar en el Salón de los artistas sos y pinceladas muy sueltas, casi manchas
franceses, con ella Sorolla buscaba seguir de color cuando retrata la vegetación de es-
labrando su carrera en la capital irradiado- tas locaciones. En algunas de estas piezas,
ra del arte en esos momentos. Finalmente Sorolla se decide por pequeños espacios
Joaquín Sorolla la pieza obtuvo el reconocimiento esperado que le permitan impregnarle intimismo a
y constituyó un impulso a la floreciente re- la escena y que le facilita estudiar los efec-
Estudio para la vuelta de la pesca
putación del pintor. El boceto que guarda tos de la luz y el movimiento en momentos
Óleo sobre lienzo el museo representa un estudio de la figura puntuales. Captar una fluorescencia mí-
Hacia 1894 del pescador que guía uno de los bueyes. nima o un reflejo de agua se hace mucho
más veraz cuando se cierran los planos. En
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba Han sido reconocidos también dentro del
cuanto a las locaciones retratadas también
desarrollo de su obra, sus retratos familia-
la pluralidad se hace visible, haciendo la-
res, los cuales utilizaba como espacio para
tente una vez más el gusto de Sorolla por
probar nuevas ideas. Solía aprovechar sus
los viajes y por dejar su impresión de los
viajes y excusiones para captar a su fami-
lugares que visita. En los últimos años de
lia, sobre todo a su esposa y sus hijas en los
su vida pintó los rincones del jardín de su
espacios que visitaba y que más le atraían
casa, en los cuales sitúa también los últi-
como entorno para retratarlas, el mar y los
mos retratos que realizara.
jardines. De éste último tipo cuenta con
La obra titulada Barcas en la arena, de minosidad en estas piezas, se conoce que tres lienzos: Elena entre rosas, María en Uno de los retratos familiares que escoge
1908, conocida en sus inicios como Tres fue un verano de temporales en Valencia el puerto de Jávea e Idilio (exhibida en como telón de fondo el jardín es Clotilde
barcas formó parte de la colección del fu- lo que le plantea a Sorolla nuevos retos. El 1909 en Nueva York). En estos retratos la paseando en los jardines de la Granja
turo primer Conde del Rivero, desde 1911, uso de los ocres por sobre los blancos y los pincelada es más suelta que en los que rea- realizado en 1907 en el Sitio Real de San
después de haber sido vendida en los Es- azules, así como la disposición de figuras a lizara por encargo para personas ajenas al Idelfonso de La Granja. En ella Clotilde
tados Unidos en 1909, año de su exitosa través de manchas hacen de las piezas de marco familiar. Trabaja las veladuras para aparece en un primerísimo plano, con el
muestra en varias ciudades norteamerica- este período peculiares ensayos de rapidez lograr efectos de iluminación, así también rostro ladeado y mezclándose en un ade-
nas. Pertenece a la serie de temas de pla- en la pincelada. destacan la naturalidad con la que son mán, ciertamente melancólico, con el en-
ya ejecutados en El Cabañal de Valencia retratadas las figuras, usualmente en mo- torno. El negro del elegante traje que viste
La colección de La Habana se compone mentos de reflexión y ensimismamiento. la retratada se recorta contra los empastes
durante el verano de 1908. Esa temporada
también de varios bocetos rápidos y estu- de color verde que esbozan las plantas del
realiza varias escenas marinas donde las Los jardines son, como reconoce la crítica,
dios para obras que ayudan a completar frondoso jardín y la fuente, donde el espejo
barcas y las velas henchidas resultan el otros de los espacios de exploración pic-
la visión de las técnicas de Sorolla y a de agua aporta esa fugacidad del instante
principal atractivo. Se amplía el punto de tórica para Sorolla. La diversidad formal
comprender un poco como era el proceso que a Sorolla le interesa captar. Su primer
vista y mezcla varios elementos: los pes- dentro de este gran tema también se hace
de conformación de una pieza. Una de las dueño fue Huntington, uno de sus colec-
cadores, la arena y el agua arremolinada múltiple. El artista selecciona distintas lo-
más notables es Estudio para La vuelta de cionistas más asiduos, y luego pasa a la
del mar se funden creando composiciones caciones para ensayar su pintura al aire li-
la pesca de 1894. La obra final9 conserva- colección de Gómez Mena en La Habana.
vigorosas. Ensaya nuevas calidades de lu-
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PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y LA HABANA
Poco a poco en el transcurso de su obra los gustos más conservadores con la repre- de las más sobresalientes del país, así como
el jardín irá dejando su papel de fondo e sentación de sus intereses artísticos, tuvo un un tímido aporte al desarrollo cultural de
irá adquiriendo protagonismo. Se enfrenta considerable éxito dentro de estos grupos. la isla prestando a exposiciones en varias
abiertamente con su representación como Artal se convierte entonces en uno de los ocasiones y permitiendo que estas sean es-
tema pictórico, que venía tanteando a principales marchand del arte sorolliano, tudiadas por destacados especialistas.
partir del paisaje. Generalife, Granada y impulsor del gusto en tierras americanas
La colección de María Ruiz, Marquesa de
Habitaciones de los Reyes Católicos son por la obra del pintor. Fue el intermediario
Pinar del Río, quien, en el período repu-
dos magníficos ejemplos de incursiones en más efectivo entre los potenciales clientes
blicano, se encargó de engrosar la iniciada
esta temática, en Granada, y más específi- cubanos y Sorolla. Insistió en ocasiones en
por sus suegros, también figura entre las
camente en la Alhambra, las cuales se ini- realizar exposiciones en varias ciudades
más destacadas. Otro miembro de la aris-
cian a partir de 1909. En ambos jardines, del continente entre ellas La Habana, pero
tocracia habanera, Nicolás Rivero y Muñiz,
como acostumbra en este tipo de temas, estos esfuerzos se truncaron luego de que
Conde del Rivero, conforma la nómina de
desecha las vistas panorámicas y les da un Sorolla se embarcara en la misión de los
los coleccionistas. Director del periódico El
tratamiento intimista cerrando los planos paneles para la Hispanic Society.
Diario de La Marina, organizaba frecuentes
y empastando la figura orgánicamente
A través de este, fueron solicitados muchos exposiciones, esencialmente de arte espa-
con el entorno seleccionado. Ambas piezas
encargos desde La Habana y, posteriormen- ñol, en sus instalaciones. Desde las pági-
pertenecieron a colecciones privadas de cu-
te, algunas de las obras de su propia colec- nas del diario se colaboraba también con
banos.
ción pasaron a manos de los criollos. Sobre la difusión artística y cultural en general,
todo al tesauro del magnate azucarero Go- favoreciendo el gusto hacia esta zona de la
mez Mena10. Figura notable dentro del pa- pintura.
Los coleccionistas, los caminos del mer-
norama social, económico y también cul-
cado Otros fondos que contaban con piezas im-
tural, su colección de Sorollas era la más
portantes eran los de Julio Lobo Olavarría
Uno de los más importantes promotores del nutrida y de mayor calidad. En ella están
y Oscar Benjamín Cintas. Ambos figuras Joaquín Sorolla
arte español en tierras americanas, fue el representadas las principales temáticas que
cumbres de la sociedad habanera con exi-
catalán José Artal y Mayoral, radicado en aborda durante su carrera: costumbrismo, Clotilde paseando en los jardines de La Granja
tosos negocios azucareros y de comercio,
territorio argentino. Comercializó pintura retratos, jardines y paisajes. Gitana, Fiesta
pero a la vez activos dentro del campo de la Óleo sobre lienzo
española del momento, en su mayoría de en alquería valenciana, Valenciana re-
animación y difusión cultural. Este grupo 1907
primer nivel y que, además, contaban con cogiendo naranjas, Regatas, Verano, el
de personalidades podían considerarse los
gran éxito de público y de crítica en los sa- estudio para La vuelta de la pesca, Bar- Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba
mecenas de las artes y la cultura en Cuba,
lones europeos. No obstante, los coleccio- cas en un canal, Regatas en Valencia,
aunque cierto es que sus gustos no iban
nistas americanos, alejados un tanto del Barcas en la playa, Sacando la barca,
encaminados hacia la mas resuelta inno-
centro irradiador del desarrollo cultural y Playa de Valencia, Pescando jaibas y
vación de los artistas locales.
pictórico, mostraban en ocasiones gustos Mar plateado. Al estar relacionado con
un tanto anquilosados y una visión apega- los círculos de interés cultural de la isla, La Asociación de Pintores y Escultores de
da a lo tradicional. A pesar de lo cual la Mena se muestra interesado en propiciar el La Habana organizaba las ediciones de los
obra de Sorolla, que supo congeniar bien reconocimiento de su colección como una Salones de Bellas Artes, a la vez que expo-
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PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y LA HABANA
Joaquín Sorolla Joaquín Sorolla
Habitaciones de los Reyes Católicos en La Generalife, Granada
Alhambra, Granada
Óleo sobre lienzo
Óleo sobre lienzo
1910
1910
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

siciones colectivas de artistas cubanos y/o La pintura cubana y Sorolla técnicas de pintura exploradas por el im- ta del artista valenciano en las obras de los
extranjeros. En estas se puede constatar la presionismo. Asimismo se destaca el libre pintores cubanos de la época y posteriores,
Se ha especulado mucho acerca de los pun-
reiterada presencia de los peninsulares con uso del color que se relaciona a las líneas si es cierto que comparten una sensibilidad
tos de contacto entre la obra de Sorolla y los
gran éxito de público, aunque no así mismo expresionistas y simbolistas. Igualmente, común. El espíritu finisecular que se plan-
movimientos finiseculares de vanguardia
de ventas. Las piezas expuestas –pinturas, en algunas piezas -las menos dentro del to- tea poner en crisis las estrategias seguidas
europea, el impresionismo, el expresionis-
esculturas y objetos suntuarios– eran pro- tal de su producción- se encuentran com- hasta el momento y enfrentar con nuevas
mo, y el simbolismo son algunas de las ten-
piedad de los coleccionistas privados haba- posiciones más libres, usos de contrastes, actitudes al siglo XX , el desarrollo de los
dencias pictóricas que con mayor o menor
neros. En estos eventos fue que la obra de chorreados y mayor gestualidad en el tra- conceptos artísticos y la búsqueda de ca-
intensidad se detectan en el quehacer del
Sorolla y otros coterráneos fue ganando zo lo que corrobora que el pintor también minos expresivos cada vez más libres y au-
artista valenciano. Su lenguaje está siem-
adeptos entre el público general y los artis- gustaba de la experimentación. Por otra tóctonos. Todo esto desde una visión aún
pre más apegado a lo tradicional pero sin
tas e intelectuales del momento. parte sus muchos viajes y contactos con apegada a los lenguajes de representación
desconocer los nuevos derroteros marcados
pintores de renombre como Manet eviden- realista de la Academia que pondera y en-
Lo más valioso de dichas colecciones per- desde los centros emisores de arte. El as-
cian su conocimiento de las mismas. salza lo “bien hecho” y encuentra en el
maneció en las ciudades de New York y pecto formal, el cómo representar, era una
oficio del pintor todavía sus máximos va-
Miami. Las obras que estaban en Cuba con- de sus principales preocupaciones a la vez A través de la mirada de los artistas espa-
lores.
forman hoy los fondos del Museo Nacional que resalta su apego por los temas que, de ñoles, y entre ellos Sorolla como una de los
de Bellas Artes. una forma u otra, le recuerden su entorno, más valorados, es que van llegando a Cuba La importancia que se le concede al goce
lo español y dentro de esto, lo valenciano. y Latinoamérica estas nuevas visiones. Si estético de los sentidos en la obra de Soro-
Estas preocupaciones se ven apoyadas por bien no es fácil notar una influencia direc- lla así como su gusto por la luz y las ma-
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PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y LA HABANA
rinas hace que especialmente esta zona de fueron Leopoldo Romañach y Armando G.
su producción encuentre simpatía entre Menocal, ambos profesores de alto prestigio
los cubanos. Isla de mar y de sol, el cuba- de la Academia de Bellas Artes de San Ale-
no encauza su experiencia vital y estética jandro y en diferentes momentos directores
a través de los elementos que tiene más de la misma, en sus años de estudios cul-
presentes. Es precisamente mediante estos minaron su formación con el paso por las
que se comienza a introducir las primeras academias europeas. Leopoldo Romañach
muestras de la búsqueda de un lenguaje Marina
En el año 1884 coinciden Sorolla y Me-
propio en la pintura cubana. El color local,
nocal en la Academia de San Fernando, Óleo sobre lienzo, 1880
la luz brillante del trópico y la representa-
de Madrid, ambos fueron discípulos de los Museo Nacional de Bellas
ción de paisajes propios son los primeros
maestros Francisco Jover y Francisco Pra- Artes de Cuba
pasos en la pintura cubana por reflejar lo
dilla. En la Exposición Nacional de Madrid
autóctono, que luego será profundizado
de ese año vuelven a coincidir como con-
en las vanguardias que irrumpirían en la
cursantes y obtuvieron sendas medallas de
segunda década del XX.
segunda clase, Sorolla por El Dos de Mayo
Los maestros de la pintura cubana de este y Menocal por Generosidad castellana.
tránsito de siglos, antecesores y maestros, De esta época se consolida una amistad
que permitió el florecer de la vanguardia, que dura largo tiempo. Se conoce que el artista cubano mantenía en su habitación llo. Jorge Mañach, destacado crítico de ar-
una obra de Sorolla como único objeto ar- tes visuales en la Cuba del momento señala
tístico. Pero además, es posible reconocer
Romañach es, antes que nada, un valor
fácilmente entre ellos afinidades estéticas
histórico. Representa un hito importan-
-al menos durante esos años- sobre todo en
te en el desarrollo incipiente de la pin-
su interés luminista.
tura cubana. Hablando en términos
Es a través de Menocal y Romañach que de escuela, podemos decir que señaló
debe haber entrado en Cuba de modo más el tránsito del realismo convencional-
Armando G. Menocal directo el gusto por el realismo luminista mente académico, al impresionismo…
Retrato de Lily Hidalgo español finisecular. Estos dos pintores ade- Romañach fue el primero en irse de la
más jugaron un papel importante en la escuela tradicional, del estudio y hasta
Óleo sobre lienzo, 1893
formación de los jóvenes artistas que asis- de Cuba, en abrir las puertas por donde
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba tían a la Academia de San Alejandro en La habían de entrarle a nuestra pintura
Habana y que renovarían nuestra pintura aire y luz. Fue el primero en desasirse.
hacia el año 1925. Esa preocupación por Lo que vino con él, sin embargo, no fue
la luz, y sus consecuencias sobre el color, todavía el impresionismo trémulo y ru-
aunque quedó lastrada fundamentalmente tilante de los franceses. Fue más bien el
por un apego excesivo a formas del pasado, crepúsculo italiano; pero un crepúsculo
constituye un factor innegable de desarro- ya mañanero. Después, se fue haciendo
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PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y LA HABANA
cada vez más matinal, más alegre, pero siempre osciló un poco entre el documentismo En las palabras de presentación sus curadores afirman:
realista del medio siglo y los claros apuntes finiseculares. Fue Romañach, pues, el
…la indiscutible dimensión artística de la figura de Sorolla dan la perspectiva y el
puente acceso al impresionismo: un poco lo que Sorolla en España…11
estímulo suficiente para abordar ahora desde el Museo del Prado la revisión de su fi-
Menocal también conoce a Sorolla personalmente y comparte alguna de sus inclinaciones gura como uno de los maestros indisolublemente unidos a la mejor tradición pictórica
estéticas. Se encuentran en piezas como La echadora de cartas, que refleja la luminosidad española...13
mediterránea española o sus paisajes campestres y marinos que son reflejo de los vínculos
Así quedó revalidado el aporte del pintor a la consolidación de un lenguaje pictórico y una
que tiene su quehacer con la línea marcada por Sorolla. Principalmente en lo relativo a la
tradición cultural propiamente española. Se mostraron al público un conjunto amplísimo
iluminación y a una cierta preocupación por el tratamiento de temas locales. Son ellos los
de sus piezas, y entre ellas una buena parte de las habaneras, reubicándolas en su contexto
que inician en Cuba una mirada a lo autóctono desde el arte, como también hiciera Sorolla
y en coherente dialogo con el total de su producción.
con los elementos típicos de la visión española.
Todo lo expuesto demuestra que la conexión entre Joaquín Sorolla y Bastida, su obra y la isla
de Cuba va más allá de la posesión de sus piezas. Es una relación que se ha consolidado con
Difusión de las piezas el paso del tiempo y que se ha producido en ambo sentidos. Sorolla nunca visitó La Habana
pero sus obras ya forman parte del patrimonio artístico y cultural del país caribeño.
Después que se conformara la colección que hoy se guarda en las arcas del Museo la insti-
tución ha organizado varias exposiciones donde ha exhibido los cuadros de Joaquín Sorolla
dentro y fuera del país. La primera muestra tiene lugar en el año 1971 dedicada íntegra-
mente a Sorolla. A esta le siguieron otras dos, en 1985 y 1991. Por otra parte, desde el año de Notas:
1987 el Museo mantiene como parte de su exposición permanente, la Sala Joaquín Sorolla, 1
Fundada en 1818. Sus primeros directores fueron artistas europeos.
integrada por quince cuadros de los más logrados. 2“
Diario de La Marina” periódico cultural de carácter conservador, se publicó por
La institución también ha sido agente colaborador en muestras de carácter internacional, primera vez el 1 de abril de 1844. Se mantuvo en circulación diaria por toda la
donde se han exhibido los Sorollas que se conservan. Ha sido España, uno de los destinos Isla durante más de cien años y se ganó el calificativo de “El decano de la prensa
hacia los que más han viajado estas obras. La exposición “Los Sorollas de La Habana” se cubana”.
realizó en Valencia en 1985 y estuvo itinerando por otras ciudades del territorio español du- 3
Otros retratos que realiza a personajes de las altas clases de la aristocracia colonial
rante más de tres años. Por primera vez se veía en la tierra natal del pintor el conjunto total
cubana son del Marqués de La Habana, 1906 y el de Margarita de Foxá, Marquesa
de piezas del artista que se conservan en la isla. Luego en 1997 se realizó otra muestra12, esta
vez más amplia que incluía la pintura valenciana perteneciente a los fondos de la institución de Casa Calvo, 1908.
habanera, dentro de la cual Sorolla tenía un rol esencial. Estas muestras suscitaron gran
4
Movimiento pictórico francés caracterizado por el empleo provocativo del color.
expectativa y placer dentro del público valenciano, ya que les ofrecía la posibilidad de entrar (aprox. 1905-1908)
en contacto directo con piezas que se mantienen del otro lado del mar. 5
Colección particular. 84x 119 cm.
En pleno siglo XXI, la obra de Sorolla ha sido objeto de varias revisiones y análisis de tono
6
Colección Museo Sorolla.
reivindicativo. La idea es recolocar su obra dentro del panorama del arte español y mundial
7
Véase Díez, José Luis, Javier Barón: “Joaquín Sorolla, pintor” en Catalogo de la
y reconocer su aporte como uno de los escaños fundamentales hacia las concepciones de exposición Joaquín Sorolla. Museo Nacional del Prado, Madrid, 2009.
vanguardia. En el año 2009 el Museo Nacional del Prado dedicó a Sorolla una gran expo- 8
Uno de estos estudios preparatorios también forma parte de los fondos del M.N.B.A.
sición personal. 9
La vuelta de la pesca, 1894, oleo sobre lienzo, 265 x 325 cm.
10
José Gómez Mena Vila. Propietario y presidente de 4 centrales azucareros, inm-
19 20
PIEZA DEL MES DE FEBRERO SOROLLA Y LA HABANA
uebles y obras de arte formaron parte de su patrimonio. Fue uno de los principales
organizadores de la Unión Social Económica de Cuba, resultando electo en 1939
como vicepresidente de la Asociación Nacional de Hacendados de Cuba. Benefactor
de la Academia de Historia de Cuba, y Socio Titular del Instituto Cultural Cubano-
Norteamericano. Se desempeñó como Vocal del Patronato de Bellas Artes y Museos
Nacionales.
11
Mañach, Jorge “Glosas.”en: “Diario de La Marina. El decano de la prensa en
Cuba”.
12
Pintores valencianos en el Museo de La Habana. Puerto de Valencia, Valencia,
España, 1997.
13
Díez, José Luis, Javier Barón. “Joaquín Sorolla, pintor” en Catalogo de la ex-
posición Joaquín Sorolla. Museo Nacional del Prado, Madrid, 2009.

Bibliografía:
• AA.VV; Joaquin Sorolla (1863-1923), [Cat.exp]. Madrid, Museo Nacional del
Prado, 2009.

•Calvo Serrallerr, F;“Los orígenes de la modernización artística española” en


Centro y periferia en la modernización de la pintura española (1880-1918),
Barcelona, Àmbit Servicios Editoriales, 1993.

•Crespo, Manuel; Sorolla, el pintor de la luz. Museo de San Carlos. Litógrafos


Unidos, S.A. Ciudad de México, 1992.

•Laffita Menocal, Barbara Beatriz. El coleccionismo privado de pintura moderna


catalana y valenciana en La Habana. Trabajo de Diploma, Tutor: Tutor: MSc. Delia
María López Campistrous, Co-tutor: MSc. Anelys Alvarez Muñoz. Facultad de Artes y
Letras, Universidad de La Habana, 2009 (inédito).

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