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‚‘Obrerista, ‘socialista’ y ‘comunista’ al entender de las clases conservadoras nativas y el


capital británico; furibundo anticlerical por considerar que la religión católica servía para
nublar la conciencia del pueblo; irrespetuoso de las convenciones sociales al grado de vivir
junto a su compañera antes de concurrir al Registro Civil en 1894, defensor del
‘matrimonio libre’, el divorcio por cualquiera de los dos cónyuges y la ‘liberación de la
mujer’; si, todo eso fue Batlle.
Y fue también, colorado recalcitrante y caudillo de uno de los bandos tradicionales que
ametralló al otro y a sus ‘masas campesinas’ en 1904; partidario del voto secreto antes de
su derrota el 30 de julio de 1916 y contrario al voto secreto luego de ella.
Culpable, o causante, como se quiera, de la modernización de los dos partidos
tradicionales al haber incorporado la temática económica y social de la vida política, así
como, causante de la creencia en la democracia política como único medio legítimo para
dirimir la contienda entre los proyectos de país que se disputan siempre el futuro.‛
CAETANO, Gerardo / RILLA, José; ‚Historia Contemporánea del Uruguay‛; 2004
LA CONCEPCIÓN BATLLISTA
Era esencialmente un ideal reformista, evolucionista, que negaba la violencia y la revolución. Concebía al hombre capaz
de realizar todos los cambios sociales necesarios dentro de una estructura democrática.
Batlle y Ordóñez sostenía que las luchas sociales en Uruguay no debían tener la misma violencia que en Europa. En un
país joven, donde no existía tradición de lucha de clases, era posible que el organismo representativo de toda la sociedad,
el Estado, actuara como árbitro y componedor en las disputas que el progreso económico podría aparejar.
Por ello el Estado debía acentuar su intervención en aras de la tranquilidad pública y de la justicia social. Al actuar como
árbitro en los conflictos sociales, no debía perder nunca de vista que la justicia debía inclinarlo a contemplar a los
miembros más débiles de la sociedad (…)
La libertad y la justicia social llevaban a la democracia política. Y en el Uruguay, donde el obrero podía votar, Batlle
creía que el voto sería mucho más eficaz que la revolución. Tomado de: Benjamín Nahum, “La época batllista, 1904-1929”.

LA IDEA DEL “ESTADO BATLLISTA”


EN CONTRA DEL LATIFUNDIO “La gran ventaja de las
‚La propiedad, en realidad, no debe ser de nadie, o más bien dicho, deber ser de todos; y la entidad empresas del estado y lo que
debe asegurar su marcha
que representa a todos es la sociedad. Hay un escaso número de personas que son dueños de triunfal es que no tienen que
tierras, y hay una multitud infinita casi que no posee un metro cuadrado de ella (…) entregar sus utilidades a los
El impuesto progresivo sobre la tierra, es decir, un impuesto que va siendo cada vez mayor a medida capitalistas, como las empresas
que el valor de la tierra va aumentando, hace que el interés de tener grandes propiedades particulares, y pueden aplicar
disminuya si no se las emplea en forma que produzcan utilidades extraordinarias.‛ cuanto producen a su
perfeccionamiento, baratura de
(Fragmento del discurso de Batlle y Ordóñez ante la Convención Batllista. “El Día”, 1925) sus servicios y mejor
“El latifundio es el mayor enemigo del progreso social. Es necesario retribución de quienes las
poblar nuestro territorio y nunca alcanzaremos esa aspiración si no sirven.”
marchamos a la subdivisión de la tierra que abra horizontes promisorios Batlle y Ordóñez, “El Día”,
a los hombres de la campaña (…) 1919
Ya no prima el concepto de la propiedad absoluta e inviolable, como no se
admiten tampoco los derechos individuales, libres de frenos. El hombre
forma parte de la colectividad y sus actitudes repercuten sobre los
demás (…) No basta respetar el derecho ajeno: es preciso también
colaborar con el progreso social. Y el Estado que vela por el
desenvolvimiento de los valores nacionales y por conseguir el bienestar
del mayor número, no puede permanecer cruzado de brazos frente a los
terratenientes…”
(El Día, Mdeo, 1929. “El latifundio y el deber del Estado”)

LA IDEOLOGÍA DEL BATLLISMO:


“La ideología del batllismo fue, fundamentalmente, una ideología de clase media. Aunque
ningún sector social fue excluido de la alianza batllista, los mejores representados fueron el de
la pequeña industria y el de los empleados públicos y privados. Un sentimiento igualitario
combinado con la defensa de la propiedad, la creencia en el valor de la movilidad social
manifestada a través del apoyo a la educación y a la igualdad de oportunidades y la afirmación
del Estado por encima de los intereses de las distintas clases sociales, fueron rasgos
característicos de la temática del movimiento. La política batllista consistía, entonces, en
mantener mediante concesiones el equilibrio entre fuerzas sociales crecientemente
antagónicas, mientras conservaba y fortalecía la independencia del sistema político a través de
su capacidad de mediar entre ellas.
FINCH, Henry; “La economía política del Uruguay contemporáneo: 1897-2000”; 2005.
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EL BATLLISMO FRENTE A LA HUELGA Y EL MOVIMIENTO SINDICAL. Un ejemplo:

Mitín pro- Batlle. 1911. En el balcón central están Batlle y “Alrededor de las once de la noche, luego de un gran mitin,
Domingo Arena. cerca de mil manifestantes gritando ¡Viva la huelga general!
¡Viva Batlle! , se dirigieron a la casa de Batlle en
Montevideo, rompieron el cordón policial y reclamaron que
saliera al balcón. Don Pepe, acompañado por sus hijos y
secretarios, se hizo presente y fue saludado por una salva de
aplausos.
Angel Falco se subió a un árbol para hablar. El poeta
anarquista dijo dirigiéndose al Presidente: “Ciudadano Batlle y
Ordóñez: Muchas manifestaciones han desfilado ante vuestra casa,
pero ninguna de la índole de esta; ninguna impulsada por un gran
viento de sinceridad como el que guía a los proletarios que veis aquí
reunidos. El pueblo que os conoce, espera de vos, que sabréis
mantener la actitud se siempre en esta emergencia ante la batalla
que se está librando entre los huelguistas y las empresas; de Vos, que
habéis guiado al país por sendas de libertad para realizar su
magnífico destino en la conquista de los derechos universales y de
justicia social, Vos no podéis permanecer extraño a este movimiento,
en el cual no se debaten ya los intereses y las aspiraciones de una
clase, sino el interés y la seguridad de todo el pueblo.
La Federación Obrera (…) ha decretado la Huelga General , no
como en otros países contra el Gobierno y las autoridades que han
sabido mantener la neutralidad, sino contra las empresas que no han
respetado las condiciones pactadas con los obreros. Así, esta
manifestación se despide de vos en esta hora, gritando: ¡Viva Batlle y
Ordóñez!”.
Estallaron los vivas; los manifestantes pidieron que Batlle
hablara. El se aproximó al frente del balcón, pensó por un
momento y comenzó: “Las leyes y el orden que estoy obligado a
mantener por deber de mi cargo, no me permiten tomar participación activa en vuestra contienda. Soy el encargado de hacer
cumplir el orden y los derechos de todos los ciudadanos de la República y por lo tanto, el Gobierno garantizará vuestros derechos
mientras os mantengáis dentro del terreno de la legalidad. Organizaos, uníos y tratad de conquistar el mejoramiento de vuestras
condiciones económicas, que podéis estar seguros que en el Gobierno no tendréis nunca un enemigo, mientras respetéis el orden y
las leyes.”
Extractado de un artículo de “El siglo”. Montevideo, 1911.
EL PROYECTO DEL EJECUTIVO COLEGIADO
“El gobierno colegiado no es otra cosa que el gobierno de una comisión: en vez de un hombre, gobierna una junta de nueve. Eso es
todo. Cada una de esas nueve personas tiene la misma autoridad que las otras y para que el gobierno pueda ordenar algo es
necesario que la mayoría de los nueve lo resuelva. Si uno solo de ellos quisiera mandar, nadie estaría obligado a obedecerlo. El
verdadero gobierno será la mayoría.” José Batlle y Ordóñez
Al proyecto del ejecutivo colegiado se opusieron no sólo los blancos, sino también algunos colorados, como es el caso de los
llamados “riveristas” (Partido Colorado General Rivera) liderados por Pedro Manini Ríos.
Blancos y colorados “riveristas”, consideraban que un ejecutivo colegiado anulaba la naturaleza del Poder Ejecutivo, pues lo
convertía en un pequeño Senado, donde las resoluciones se aprobarían dificultosamente, después de largas discusiones. La
capacidad del Poder Ejecutivo de tomar decisiones rápidas, cuando las circunstancias lo exigieran, se perdería, ya que todo debía
discutirse entre nueve personas. Además, la responsabilidad de las decisiones se diluiría entre esos nueve miembros.

La oposición al Colegiado dentro del Partido


Colorado: La oposición al Colegiado del Partido Nacional:
“A pretexto de curar los males que derivan de la omnipotencia “Puede adelantarse, sin vacilaciones que nuestra
presidencial, se crea la omnipotencia no menos formidable de comunidad política rehusará todo apoyo a la proyectada
una camarilla, que se confabulará o despedazará entre las reforma constitucional… Es notorio además… la voluntad
sombras, dotado en primer caso de todo el poder desenfrenado inquebrantable del gobernante de hacer triunfar en el
de la irresponsabilidad, expuesta en el momento a todas las
seno de la Convención, ideas determinantes,
desmoralizaciones de la anarquía, a costa de los intereses de la
nación y de la existencia misma de nuestro partido político, al instituciones exóticas, reñidas con los sanos principios, la
cual más le valiera renunciar al poder y conservarse a pie firme índole nacional y nuestra educación pública.”
y en contacto de codos con la llanura, que destrozarse en la Alfredo Vázquez Acevedo, integrante del Directorio del
lucha oscura y anónima de los nueve hombres que lo Partido Nacional; citado en: NAHUM, “Manual de Historia del
representen en la dirección gubernativa del país.” Uruguay”.
Pedro Manini Ríos, líder del Partido Colorado ‘General
Rivera’; citado en: NAHUM, Benjamín; “Manual de Historia del
Uruguay”.
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LAS CONSECUENCIAS DEL BATLLISMO:
Se denomina Época Batllista al período
comprendido entre los años 1903 y 1933, tomando
como referencia la primera presidencia de José
Batlle y Ordóñez hasta el golpe de Estado de
Gabriel Terra. Si bien Batlle fue presidente
solamente por ocho años (en dos ocasiones: 1903-
07 y 1911-15), su influencia como máxima figura
política se extendió durante toda esta etapa,
incluso luego de su muerte, ocurrida el 20 de
octubre de 1929.
Durante estos treinta años el país experimentó una
serie de reformas que abarcaron todos los aspectos
del funcionamiento de Uruguay, completando la
modernización iniciada con Lorenzo Latorre.
A nivel político, las divisas colorada y blanca se convirtieron lentamente en partidos políticos modernos con un
programa de acción que superaba el único objetivo de tomar el poder. Al mismo tiempo, el voto universal masculino y
secreto democratizó la participación política de la ciudadanía, a la vez, que limitó enormemente el fraude electoral,
característica esencial de las elecciones desde 1830. Esto obligó a los partidos a ‘convencer’ a los votantes, dando origen a
las campañas electorales, la propaganda política, la difusión de los programas y, con esto, la democratización política. Con
Batlle nace la idea del Uruguay democrático.
En el plano económico, el batllismo pretendió lograr una cierta ‘independencia’ del extranjero, dando un impulso a
la industria nacional mediante el proteccionismo y el fomento de la producción interna. Para esto debió enfrentarse a los
intereses de los capitales extranjeros, que veían en Batlle a un enemigo para sus inversiones.
Su política de estatización de los servicios esenciales persiguió un doble objetivo: brindar un mejor servicio a la población
(telégrafos, electricidad, ferrocarriles, etc.), mejorando la calidad y bajando los costos; e impedir que las ganancias de estas
empresas emigraran a su país de origen, pudiendo reinvertirlas en Uruguay. Por medio de estas medidas, y ampliando la
participación del Estado, se aumentó el número de empleados públicos.
Al mismo tiempo, Batlle pensó al Estado como un equilibrio entre los distintos grupos sociales, actuando como
intermediario en los conflictos y creando una serie de leyes que beneficiaban a los sectores más débiles. Las leyes sociales
apuntaron a otorgar garantías y mejores condiciones de trabajo a los obreros (ejemplo: ley de ocho horas) y una superior
calidad de vida al culminar la etapa laboral (ejemplo: Caja de Jubilaciones).
Por medio de la educación (creación de liceos en el interior, nuevas facultades, etc.), pretendió desterrar el
analfabetismo y la ignorancia.
Su programa de reformas debía llevarse a cabo dentro de los medios democráticos desterrando un pasado de violencia y
revoluciones que atentaban contra el progreso del país, las libertades y los derechos individuales de todas las personas,
incluso otorgando un papel preferente a la mujer.
Su vida estuvo marcada por una ‘lucha’ en contra de la Iglesia Católica, enemiga del libre pensamiento de los seres
humanos, logrando la secularización del Estado en la Constitución de 1917.
La enorme magnitud de las reformas planteadas por el batllismo generaron una reacción de los grupos conservadores.
Ganaderos, alto comercio, industriales, inversores extranjeros, Iglesia Católica, el Partido Nacional y sectores del Partido
Colorado impulsaron mecanismos que impusieron un freno a los cambios proyectados por Batlle. En la década de 1920,
las medidas reformistas del batllismo se vieron frenadas por el sector conservador temeroso de las consecuencias que
estaban generando estos cambios…
Reelaborado de diversas fuentes.

EJERCICIOS

1. ¿Qué medidas son promovidas por José Batlle y Ordoñez para llevar adelante sus ideas? Busca cuáles
fueron sus principales ideas en los textos y revisa tus materiales de clase para ver qué medidas se tomaron.
2. ¿Por qué Batlle está en contra del Latifundio?
3. ¿Por qué muchos le han llamado ‚socialista‛?
4. Luego de leer el documento sobre el Batllismo frente a la Huelga, explica qué esperan los huelguistas de
Batlle y qué espera él de los huelguistas
5. Explica con tus palabras cuáles son los argumentos que se manejan a favor y en contra del Colegiado.
Elabora dos carteles que sean una propaganda política a favor y en contra del Colegiado pensando en las
elecciones que se realizaron en 1916 para la Asamblea Constituyente.
6. ¿Cuáles son los legados de la época batllista? Elabora la respuesta con ayuda de un adulto que pueda
contarte su impresión sobre este tema.
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