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ARTICULO 8o. LIBERTAD DE TRABAJO.

Nadie puede impedir el trabajo a los demás, ni que se dediquen a la profesión, industria o
comercio que les plazca, siendo lícito su ejercicio, sino mediante resolución de autoridad
competente encaminada a tutelar los derechos de los trabajadores o de la sociedad, en los casos
que se prevean en la ley.

La libertad de trabajo está constituida por un conjunto de decisiones asociadas al trabajo.


Así, forma parte de dicha libertad el derecho a decidir si trabajar o no trabajar, así como a
trabajar por cuenta propia (trabajo independiente) o para otros (trabajo subordinado o
dependiente). También la libertad de trabajo comprende el derecho a cambiar libremente de
empleo o a decidir ya no trabajar (derecho de cese).[3]

En sí la libertad de trabajo es el derecho que tiene toda persona a decidir si trabaja o no, en
qué actividad y para quién. La libertad de trabajo conlleva a que no hayan interferencias de
ninguna persona natural o jurídica, para asumir una decisión un trabajado

ARTICULO 7o. OBLIGATORIEDAD DEL TRABAJO.

El trabajo es socialmente obligatorio.

Este principio indica que todo individuo debe aportar su fuerza laboral convirtiéndose en una
obligación social adquirida en busca de la mejora de la sociedad y mantener un equilibrio acorde a
las necesidades de la misma

Así como la ley ha reconocido la obligación de todo ciudadano de trabajar, ha reconocido


que el mismo estado debe garantizar su cumplimiento, viéndolo no como un deber del
ciudadano, sino como un derecho de este.

En nuestra sociedad, es común que muchas personas consideren el trabajo como una
obligación y no como un derecho, cuando social y moralmente debe ser observado siempre
como una obligación.

La obligatoriedad del trabajo para el ciudadano es tan inobservada como la obligación de


garantizar el trabajo por parte del estado. Aunque la constitución y la ley impongan al
estado la obligación de garantizar a los ciudadanos su derecho al trabajo [permitirles
cumplir con su obligación], este se queda corto con ese mandato, y en algunos casos se
esfuerza por hacer todo lo contrario
ARTICULO 9o. PROTECCION AL TRABAJO.

El trabajo goza de la protección del Estado, en la forma prevista en la Constitución Nacional y las
leyes. Los funcionarios públicos están obligados a prestar a los trabajadores una debida y oportuna
protección para la garantía y eficacia de sus derechos, de acuerdo con sus atribuciones

ARTICULO 10. IGUALDAD DE LOS TRABAJADORES Y LAS TRABAJADORAS. <Artículo modificado


por el artículo 2 de la Ley 1496 de 2011. El nuevo texto es el siguiente:> Todos los trabajadores y
trabajadoras son iguales ante la ley, tienen la misma protección y garantías, en consecuencia,
queda abolido cualquier tipo de distinción por razón del carácter intelectual o material de la labor,
su forma o retribución, el género o sexo salvo las excepciones establecidas por la ley.

El principio de igualdad consagra la igualdad de derechos y


oportunidades entre todos los seres humanos, sin distinción de sexo,
raza, nacionalidad, religión, condición social, opinión política, etc.
No desconoce las desigualdades naturales, sociales y culturales  que
existen entre los seres humanos "diferencias físicas, intelectuales,
económicas,  creencias, etc.-. Por el contrario, parte de su
reconocimiento para luego afirmar, consagrar y promover la igualdad en
el ejercicio de los derechos y en materia de oportunidades"

El principio de la primacía de la realidad

es aquel por el cual en caso de divergencia entre lo que ocurre en la realidad y lo que se ha
plasmado en los documentos, debe darse prevalencia a lo que surge en la practica, con éste
principio se establece la existencia o no de una relación laboral y  con ello se procede a la
protección que corresponde como tal.

Entre la relación que existe entre trabajador y empleador, ambos pueden contratar una cosa, pero
si la realidad es otra, será esta última la que tenga efecto jurídico.
El principio de la primacía de la realidad es aquel por el cual en caso de divergencia entre lo que
ocurre en la realidad y lo que se ha plasmado en los documentos, debe darse prevalencia a lo que
surge en la practica, con éste principio se establece la existencia o no  de una relación laboral y 
con ello se procede a la protección que corresponde como tal

LA ESTABILIDAD LABORAL.

de rango constitucional, propende porque todo empleado tenga una mínima certeza de que su
contrato no será terminado de manera intempestiva si el empleo para el que fue contratado tiene
vocación de permanente, a menos que medie una justa causa, establecida en la ley sustantiva
laboral, se atiendan las reglas propias del derecho de defensa o exista una condición especial en el
trabajador que amerite amparo

FAVORABILIDAD LABORAL

El Código Sustantivo del Trabajo en su artículo 21, contempla el principio de


favorabilidad, así: "En caso de conflicto o duda sobre la aplicación de normas vigentes de
trabajo, prevalece la más favorable al trabajador. La norma que se adopte debe aplicarse
en su integridad"; se parte entonces del presupuesto de la coexistencia de varias normas
laborales vigentes que regulan una misma situación en forma diferente, evento en el cual
habrá de aplicarse la norma que resulte más benéfica para el trabajador. Dicho principio
difiere del "in dubio pro operario", según el cual toda duda ha de resolverse en favor del
 
trabajador; porque en este caso tan sólo existe un precepto que reglamenta la situación que
va a evaluarse, y como admite distintas interpretaciones, se ordena prohijar la que resulte
más favorable al trabajador¿ La "condición más beneficiosa" para el trabajador, se
encuentra plenamente garantizada mediante la aplicación del principio de favorabilidad
que se consagra en materia laboral, no sólo a nivel constitucional sino también legal, y a
quien corresponde determinar en cada caso concreto cuál norma es más ventajosa o
benéfica para el trabajador es a quien ha de aplicarla o interpretarla

IRRENUNCIABILIDAD DE BENEFICIOS MINIMOS

El artículo 53 de la Carta Política consagra el principio fundamental de


irrenunciabilidad de los beneficios mínimos establecidos en las normas
laborales - entre ellos el salario-. El principio de irrenunciabilidad de los
beneficios laborales se apoya en el mejoramiento constante de los niveles de
vida y en la dignificación del trabajador. Las disposiciones legales que regulan
el trabajo humano son de orden público. Los derechos y prerrogativas en ellas
reconocidos se sustraen a la autonomía de la voluntad privada, por lo que no
son disponibles salvo los casos exceptuados por la ley. La imposibilidad
constitucional de modificar las condiciones de trabajo en perjuicio del
trabajador tiene sustento en el carácter esencial de estos beneficios para la
conservación de la dignidad humana

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