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La Odisea de Arturo

Versión teatral para niños del cuento popular sufí


“¿Que quieren verdaderamente las mujeres?”
Autores:

Nicolás Sirito y Juan Piacé

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ESCENA I

Espacio vacío. Es de noche. En escena está la joven Ana esperando ansiosa. Es el


lugar donde siempre se encuentran a escondidas con el príncipe Arturo. Luego aparece
Arturo. La asusta.

Ana: ¡Arturo! ¡Cómo me vas a asustar así! Casi me matás de un infarto!

Arturo: Disculpame, Ana

Ana: ¡Te estaba esperando! ¡Llegaste tarde! ¡Otra vez!

Arturo: Sí, tenés razón.

Ana: ¡Y encima me asustás!

Arturo: Sí, tenés razón.

Ana: ¡Dejá de darme la razón todo el tiempo! ¡Ya te dije que no me gusta!

Arturo: tenés razón

Ana: ¡Arturo!

Arturo: ¡Es que tenés razón, Ana!… ¿Te siguió alguien?

Ana: No.

Arturo: ¿Segura?

Ana: Si, segura.

Arturo: Yo me demoré porque me pareció ver a alguien con una cámara.

Ana: ¿En serio?

Arturo: Si, pero no… Estamos solos.

Ana: ¿Seguro?

Arturo: Si, tranquila. Estás hermosa.

Ana: Gracias… Estuve practicando todo el protocolo, más lo que tengo que decir y ya casi
me lo sé. Espero llegar a la ceremonia.

Arturo: Vas a llegar… no es difícil. Todavía falta una semana.

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Ana: Para vos no es difícil… Yo no solo me lo tengo que aprender, sino que me tiene que
salir natural, ¿entendés? Si no voy a quedar como una tonta. La gente habla Arturo. Todos
me van a criticar.

Arturo: Lo que diga “la gente” no te tiene que importar Ana…

Ana: ¡Cómo no me va a importar! Me tengo que ganar la aprobación de todos. Te


recuerdo que yo no soy “sangre azul”, Arturo.

Arturo: Pero si ya te aprobaron hace rato.

Ana: Pero este evento es la prueba de fuego. Sos la décima generación de un príncipe
heredero que se va a comprometer. Todas hicieron lo mismo que tengo que hacer yo. A
todas les salió perfecto. Yo no puedo ser la excepción. Me tiene que salir perfecto.

Arturo: Quedate tranquila, Ana. Yo te voy a ayudar.

Ana: Me lo venís diciendo hace rato y hasta ahora no me ayudaste en nada…

Arturo: Bueno, no te preocupes. Te va a salir super bien. Vas a ver. Estás hermosa.

Ana: Si no fuera tan aburrido el protocolo… sería un poco más fácil de aprender. Es un
plomazo.

Arturo: Ves! Yo te lo dije, es un plomo todo eso. No le des tanta importancia.

Ana: Obvio que es un plomo. Pero no importa eso. Lo tenemos que hacer igual. Todo tiene
que salir perfecto. No podemos desilusionar a nadie… menos a tu papá. ¡Imagináte! ¡Me
odiaría para siempre!

Arturo: Está todo bien con mi papá… ¡Te adora!. ¿Te dije que estás hermosa ¿no?

Ana: Sí, ¡me lo dijiste tres veces Arturo! Igual gracias…

Arturo: ¿Viste que hermosa noche?

Ana: Si, está lleno de estrellas…

Arturo: ¿No es el lugar y el momento ideal?

Ana: ¿Para qué?

Arturo: ¿Cómo para qué? No te hagas la tonta.

Ana: Otra vez con lo mismo Arturo. Ya te dije que no. No insistas más. El libro real dice que
toda mujer que va a comprometerse con un príncipe heredero, quiere que su primer beso

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sea en la ceremonia de compromiso, no antes. Y para la ceremonia sólo falta una semana.
Así que no te voy a dar un beso ahora.

Arturo: Pero vos… ¿querés?

Ana: Claro que quiero. Pero si te doy un beso estaría contradiciendo lo que el libro real
dice y eso no está bien.

Arturo: Pero si decís que todo lo que ese libro dice es un plomazo, que está re pasado de
moda. Lo lógico es que lo contradigas, osea, lo lógico es que me des un beso.

Ana: Todo lo relacionado a la familia real es de la prehistoria, incluido el libro ese. Pero lo
tenemos que cumplir igual Arturo. Es lo que nos corresponde. Cumplirlo a rajatablas.

Arturo: Tanto lío por un beso...

Ana: ¿No te das cuenta el escándalo que se puede armar si alguien descubre que yo te dí
un beso antes de la ceremonia?

Arturo: Pero quién nos va a ver acá… Estamos solos. No nos siguió nadie.

Ana: Porfa Arturo, sólo faltan siete días.

Arturo: Entonces… si Mahoma no va a la montaña…

Ana: ¿Qué?

Arturo: Que si vos no me querés dar un beso, entonces te lo doy yo.

Ana: Ni se te ocurra Arturo, por favor.

Arturo: Si te agarro, te doy un beso.

Ana: No, porfa Arturo… no empecés. (Empieza a correr)

Arturo: Corré… (La persigue)

Ana: Basta Arturo. No quiero. (Corren)

Arturo agarra a Ana. Quedan enfrentados.

Ana: No, porfa.

Arturo le da un beso. En ese mismo momento se ilumina la escena con varios


disparos del flash de una máquina de fotos.

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ESCENA II (AUDIOVISUAL, zapping por noticieros)

Conductor: Lo que estamos viviendo es indescriptible, es impensado para nuestro hasta


ahora tan tranquilo reino, la verdad, bochornoso… las imágenes que llegaron a este canal,
marcan un antes y un después en nuestra paz social…

(Cambio de canal. Notera, exterior)

Notera: seguimos indagando el hecho, buscando una respuesta a todo esto… y la verdad
que no entendemos como un príncipe puede hacer algo así… las mujeres del reino están
furiosas y quieren una explicación oficial, que aún no llega… Arturo sigue sin dar la cara
horas después de…

(Cambio de canal. Otro noticiero. Dos conductores)

Conductor: de ella se sabe muy poco, lo más importante es que no pertenece a la realeza.
Es la primera vez que un príncipe heredero se va a comprometer con una mujer del
pueblo. ¿Habrá sido este el motivo de conflicto entre ellos? ¿Podemos confiar en Ana?

Conductora: Hay quienes dicen que el abusó de ella robándole un beso. Otros insinúan
que habría sido una estrategia de ella para poner a las mujeres del reino en contra del
príncipe. Una situación muy confusa y alarmante.

Conductor: Para saber qué fue exactamente lo que pasó, este programa logró, en
exclusiva absoluta, hablar en vivo y en directo, con el señor Antonio, el testigo que sacó la
foto y destapó el vergonzoso hecho. Señor Antonio, buenas tardes. Podría contarnos qué
fue lo que vió?

Testigo: Bueno, fue todo muy rápido, yo vi una chica sola en el bosque, y un hombre
acercarse, yo estaba lejos… me acerco un poco porque me pareció raro y veo que se trata
de Ana y el príncipe Arturo. De pronto ella empieza a gritar, a escaparse, y el príncipe la
perseguía hasta que la atrapó y le dió un beso en la boca… no se… en ese momento me
puse nervioso, solo pude sacarle una foto y correr…

Conductora: Señor Antonio, ¿por qué empieza a gritar y a correr desesperada la princesa
Ana? ¿Usted pudo ver que él la lastimó?

Testigo: No, no, no… lastimarla, no. Yo eso no lo vi. Además ella no me pareció que corría
desesperada. Para mí estaban jugando, ya sabe… son jóvenes.

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Conductor: Señor Antonio, no es normal que dos jóvenes estén jugando de madrugada en
medio del bosque. Y mucho menos tratándose de los futuros reyes de este reino. ¿Está
seguro que la princesa Ana no corría desesperada? ¿Se veía bien o estaba muy oscuro?

Testigo: No, la verdad que no se veía bien… era de noche…

Conductora: Pero sí pudo ver bien que el príncipe le dio un beso a Ana sin su
consentimiento, ¿verdad? La obligó.

Testigo: Sí, el beso se lo dio… por eso saqué la foto, pero no sabría decirle si la obligó…
puede ser cosa de chicos…

Conductor: Hasta aquí las palabras del único testigo. Contundente. En el próximo bloque
mucha más información sobre este verdadero escándalo real.

(Cambio de canal. PUBLICIDAD)

El reino que esperabas, el reino que todos queríamos… el reino que…

(Cambio de canal. Programa de panelistas)

Panelista 1: ¿Hasta cuándo, me quieren decir hasta cuándo vamos a permitir este tipo de
abusos por parte de la casa real?

Panelista 2: Todavía no tenemos certezas, y el príncipe Arturo siempre fue un chico muy
bueno, no sé si podemos acusarlo todavía… hay poca evidencia... yo creo que tiene que
hablar cuanto antes para aclarar todo esto. Es el único que puede hacerlo. Cuanto antes
tiene que decir que todo esto es una confusión.

Panelista 1: Si no habló hasta ahora por algo será. Mucho tiene que ocultar el príncipe. Es
una vergüenza, una falta de respeto!!! Y que siempre fue un chico muy bueno, yo no
estaría tan seguro.

Conductor: A todo esto el rey que opina? Se sabe algo? Emitió algún comunicado o dio
conferencia de prensa?

Panelista 2: por lo pronto no hay versiones oficiales, la casa real se mantiene en silencio.
Circulan entrevistas con testigos y opiniones de la gente, pero nada… nadie sabe qué
opina el rey ni donde esta príncipe Arturo.

Panelista 1: Según mis fuentes el príncipe Arturo estaría prófugo. Habría pedido ayuda a
su padre, el rey Armando, y éste le habría pedido expresamente que desapareciera.

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Conductor: Está claro que todo esto es muy vergonzoso. La casa real envuelta en un
escándalo.

(CORTE BRUSCO, el Rey apaga la transmisión con un control remoto)

ESCENA III

Rey: No puede ser. ¡Esto es un desastre! ¡Cómo es posible que haya hecho semejante
cosa! ¡Arturo! Yo sabía, sabía que no podía confiar en él. Siempre haciendo de las suyas.
¡Pero esta vez se le fue la mano! ¡Es inadmisible! ¡Un Príncipe heredero envuelto en
semejante escándalo! ¡Tantos años enseñándole cómo debe comportarse y no sirvió de
nada! ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza! ¡Yo lo mato, esta vez lo mato!

Aparece Arturo

Arturo: Papá.

El rey de espaldas. Se detiene.

Rey: ¡Decime que no sos vos!

Arturo: Papá, por favor.

Rey: Te dije que me dijeras que no eras vos! (avanza sobre Arturo) Yo te mato, esta vez te
mato!

Arturo: ¡Papá, por favor! ¡Esperá! ¡Escuchame, por favor papá! ¡Escuchame!

Rey: ¡No te escucho nada! ¡Solo quiero matarte! ¡¿No te das cuenta en el lío que nos
metiste?! ¡Toda la prensa está hablando de vos! ¡De nosotros!

Arturo: ¡Calmáte papá, por favor! Y escúchame, por una vez en la vida, escúchame de
verdad. Necesito que me escuches. (Se detienen)

Rey: ¡Hablá!

Arturo: Antes que nada quiero decirte que te quiero papá. Te quiero mucho. Y sé que
quizás no soy el hijo que hubieras querido que sea. Más de una vez te di un disgusto. Lo
sé. Pero necesito que me creas. Yo no hice nada de lo que dice la prensa. Yo a Ana la amo.
La amo con todo mi corazón. Sería incapaz de hacerle daño. Simplemente le pedí que me
dé un beso.

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Rey: ¡No puede darte un beso antes de la ceremonia de compromiso! ¡Lo dice el libro real
que dice claramente lo que una mujer real quiere! ¡Vos lo sabés! ¡Te lo hice estudiar de
memoria!

Arturo: ¡Nos amamos papá!

Rey: ¡Eso no importa! ¡No podés pedirle un beso! Además la prensa dice que fuiste vos el
que le robó un beso. ¡Que ella no quería! Que escucharon que ella gritaba y que a vos no
te importó. ¡Que igual la besaste! ¿Entendés lo que eso significa?

Arturo: ¡Eso no es verdad papá! ¡Ana sí quería darme un beso!

Rey: ¿Y si quería darte un beso entonces por qué grito? ¿Eh?

Arturo: ¡No gritó papá! Bueno, sí… gritó. Pero estábamos jugando, papá. Yo le dije que si
ella no me daba el beso, entonces se lo iba a dar yo. Ella empezó a correr y gritaba para
que no la alcanzara, ¡pero era un juego papá! ¡Estábamos jugando!

Rey: ¡Esto no es un juego Arturo! Las prometidas de un príncipe heredero quieren que el
primer beso se lo den en la ceremonia de compromiso. ¡No antes! ¡A ver si lo entendés!

Arturo: Ella quería, papá.

Rey: ¡Y dale con que ella quería! ¡Eso es imposible!

Arturo: Sí, quería darme un beso. Pero justamente, lo que no quería era traicionar el libro
real. Por eso me decía que no. Tenía miedo de que trascendiera y de que la gente la
juzgue.

Rey: ¡Y lo lograron Arturo! El mundo entero está hablando de semenjante traición. Nunca
antes, en la historia de esta familia, alguien había traicionado al libro real. Nunca. ¿Y sabés
por qué? Porque lo que dice el libro real es incuestionable Arturo. ¡Incuestionable!

Arturo: No papá, ya no. Nada de lo que dice ese libro es verdad.

Rey: ¿Cómo? ¿Estás dudando de lo que el libro real dice?

Arturo: Si papá. Lo siento, pero lo que dice ese libro ya no funciona.

Rey: ¿Qué quieren entonces?

Arturo: No lo sé.

Rey: ¿¡Cómo no lo sé?! ¡Así no vamos a solucionar nada Arturo! ¡Nada!

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Arturo: ¡No lo sé papá, no lo sé! A veces pienso en Ana y me dice que le encanta la idea de
ser reina, otras que no, que todo lo relacionado a mi familia real es un plomazo, a veces
que sí, que quiere estar conmigo, otras que no, que quisiera escapar sola por el mundo, no
lo sé papá… si me cuesta entender a Ana, como voy a entender a las mujeres.

Rey: No me lo puedo creer. Ahora resulta que todo lo que dice el libro real es un plomazo.
¿Y cómo es posible que nunca antes ninguna mujer se quejó? ¡Nunca hubo un problema!
Nosotros, tus abuelos, tus bis abuelos, y así, las nueve generaciones anteriores a la tuya
hicimos lo que ese libro dice y siempre salió todo a la perfección.

Arturo: Justamente papá, las cosas cambiaron.

Rey: ¿Cómo que las cosas cambiaron? No puede ser… A ver, esperá. (Busca el libro, lo
agarra y le sopla la tierra que tiene. Lee) Qué cortes de pelo que debe tener un príncipe,
no… Vestimentas apropiadas para hombres reales, no…, para mujeres reales, tampoco…,
Qué tipos de música debe escuchar un príncipe, no… Cómo deben comer las doncellas, no,
como deben comer los príncipes tampoco…, Qué quieren las mujeres, acá está. (Lee) -Una
mujer quiere que le digan a todo que sí y que siempre le den la razón (Deja de leer). Ahí
está… seguro que nunca le das la razón porque siempre la querés tener vos.

Arturo: No, papá… Yo siempre le digo a todo que sí, pero cuando estamos solos se enoja
un montón y me dice…

(Aparece Ana en el otro extremo de la escena)

Ana: Arturo, que me des la razón todo el tiempo cuando estamos con gente te lo acepto
porque lo dice el libro real, pero cuando estamos solos ya te dije veinte veces que no lo
hagas porque siento que me tratás como si fuera una tonta. ¡Y yo no soy ninguna tonta!

Arturo (a Ana): Ya sé que no sos tonta Ana, pero…

Ana: Bueno, entonces dame la razón solo cuando sientas que tengo razón, sino no.

Arturo: Si… claro… Tenés razón.

Ana: ¡Arturoooo!

Arturo: Es que tenés razón. Te prometo que en este preciso momento siento en lo más
profundo de mi ser, que tenés razón. Yo te daba la razón todo el tiempo porque pensé
que te gustaba, como lo dice el libro real...

Ana: ¡No! ¡No me gusta! (Ana desaparece)

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Rey: Bueno… la verdad, es que un poco de razón tiene la nena. No debe estar bueno sentir
que tu novio te trata como si fueras tonta... (Sigue leyendo) A ver… -Una mujer quiere que
le hagan un lindo regalo por semana. (A Arturo) Arturo, plata no te falta, no seas ratón…
(Continúa leyendo) -Una mujer quiere que la saquen de paseo una vez cada quince días. (A
Arturo) ¿No le gusta salir de paseo?

Arturo: Bueno… más o menos… (A Ana que aparece en el otro extremo de la escena) ¿Y…
te gustó el paseo que dimos hoy?

Ana: No, no tenía ganas de salir de paseo. Tenía ganas de ir con las chicas…

Arturo: ¿Pero por qué no me lo dijiste?

Ana: Porque hoy tocaba salir de paseo, lo dice el libro real Arturo.

Arturo: ¿Tampoco te gusta salir de paseo cada quince días?

Ana: ¡No! ¡No me gusta Arturo! ¡Me siento una mascota! ¡Yo quiero que salgamos cuando
los dos tengamos ganas y no cuando lo diga el libro de la prehistoria! (Ana desaparece)

Rey: Claro… pobre nena, se siente un perrito… Veamos (continúa leyendo) -Una mujer
quiere que le recuerden permanentemente lo hermosa que es, aunque no lo sea. ¡Esto le
tiene que gustar! ¡Cómo no le va a gustar que le digan que es linda!

Arturo: Bueno… más o menos. (A Ana que aparece en el otro extremo de la escena) ¡Estás
hermosa Ana!

Ana: ¡No es cierto Arturo! Ahora no estoy hermosa! ¡Este vestido me queda horrible y lo
sabés muy bien!

Arturo: Qué te va a quedar horrible, Ana, por favor. Te queda hermoso. Todo te queda
hermoso porque sos hermosa Ana.

Ana: Ya te dije que no me repitas todo el tiempo que estoy hermosa porque no te lo creo.
Parecés un loro repitiendo siempre lo mismo. (Ana desaparece)

Rey: ¡Cómo un loro! (Se ríe) Claro… (Imita a un loro) Estás hermosa, estás hermosa…

Arturo: ¡Papá!

Rey: Perdón… Pero, la nena tiene razón. (Vuelve a leer) Una mujer quiere que le prometan
amor eterno. Bueno… si no le gusta esto, no entiendo más nada.

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Arturo (a Ana que aparece en el otro extremo de la escena): Te amo Ana… y te voy a amar
hasta el último día de mi vida.

Ana: Suena muy bien lo que decís Arturo, pero eso déjalo para las novelas. Es imposible
saber hoy si nuestro amor va a durar toda la vida o no. Yo también te amo. Disfrutemos
hoy el amor que nos tenemos hoy y no pensemos en lo que pasará mañana.

Arturo: Yo sí puedo saberlo. Y te prometo que voy a estar a tu lado toda mi vida.

Ana: No prometas cosas que no sabés si vas a poder cumplir Arturo. Yo no quiero que
estés a mi lado porque me lo prometiste un día. Quiero que sea porque me amás y tenés
ganas. Yo tampoco sé si voy a amarte toda mi vida. Prometerme amor eterno es otra
pavada más que dice el libro real.

Rey: ¡Pero al final la nena tiene razón! ¡Éste libro es un plomazo y no dice más que
pavadas! ¿Quién chorlitos escribió esto?

Arturo (agarra el libro): A ver… (lee) Este libro fue escrito por el Rey Arnaldo I. Único
ejemplar y se terminó de escribir en el año 1017 en la alcoba del mencionado rey. Papá,
¿Arnaldo no fue el primer monarca de este reino?

Rey: ¡Sí! Evidentemente este libro es de la prehistoria. Pero entonces, ¿qué quieren las
mujeres?

Arturo: No sé papá. No lo sé…

Rey: Mirá Arturo, lo que está pasando es verdaderamente grave. La gente, especialmente
las mujeres, están muy enojadas con vos. Furiosas. Esto que hiciste, no respetar el libro
real por más viejo que sea, tiene un único castigo, el destierro. Olvidarte de tu país, de tu
familia, y de ser el futuro rey. Yo te creo… Creo en tu palabra. Se me ocurre una sola
manera de solucionar esto. Para la ceremonia de compromiso sólo falta una semana.
Escuchá atentamente lo que voy a decirte. Tendrás precisamente siete días para viajar y
averiguar la respuesta a esta pregunta: ¿Qué es lo que verdaderamente quieren las
mujeres? Pensá muy bien quién puede ayudarte a encontrar la respuesta. Si logras
encontrarla, volvé y compartila con todas las mujeres, así lograrás su perdón. Y el perdón
de Ana, que tanto amás. De lo contrario, no vuelvas… no vuelvas nunca más Arturo.

CANCIÓN.

Cuando finaliza la canción Arturo se queda buscando en google la forma de resolver su


problema, hasta que encuentra el estudio jurídico que promete solucionar cualquier
situación complicada con las mujeres.

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ESCENA IV

Abogado (hablando por teléfono): No se preocupe Fernández, ya verá como su mujer lo


llama para pedirle perdón. Va a reflexionar y se va a dar cuenta de que lo mejor que
puede hacer es volver con usted. (Arturo ingresa al estudio) Discúlpeme Fernández, pero
lo tengo que dejar. ¡Arturo! ¡Qué sorpresa! ¿Cómo estás, querido? Tanto tiempo. Menudo
lío en el que te metiste, por favor Arturo. En el mundo no se habla de otra cosa que no sea
de vos!

Arturo: Precisamente por eso estoy acá. Necesito encontrar la solución a semejante
problema y creo que usted me puede ayudar.

Abogado: ¡Por supuesto Arturo! Viniste al lugar indicado, tomá asiento. Nadie más que yo
puede sacarte del lío en el que te has metido. Pero no te preocupes, que todo en la vida
tiene solución. Voy a necesitar que me cuentes todo con lujo de detalles. Necesito saber
exactamente lo que pasó y cómo fue tu relación con Ana desde el primer día para poder
estudiar una estrategia. Tu situación es bastante complicada Arturo. Las acusaciones que
hay en contra tuya son muy graves. No podemos cometer ningún error. Seguramente la
contraparte se nos va a venir con todo. Van a atacar con artillería muy pesada. Pero no te
preocupes, que para eso estoy yo. Voy a ser tu mejor defensa Arturo.

Arturo: No, discúlpeme, pero no necesito que me defienda de nada.

Abogado: ¿A no? ¿Entonces? ¿A qué viniste?

Arturo: Vine porque estoy buscando la respuesta a una pregunta que puede salvar mi vida
y creo que usted sabe la respuesta que busco.

Abogado: Vaya Arturo, que enigmático que estás. Haceme la pregunta tan importante
para vos, que seguramente yo tendré la respuesta que va a salvar tú vida.

Arturo: Necesito saber qué quieren verdaderamente las mujeres.

Abogado: Ah… con que qué quieren verdaderamente las mujeres… Si hay alguien que sabe
de mujeres en este reino, ese soy yo. Llevo años solucionando los problemas que los
maridos tienen con sus esposas. Y después de tantos años puedo asegurarte que yo sé la
respuesta que estás buscando. Prestá mucha atención a lo que te voy a decir Arturo. Lo
que verdaderamente quieren las mujeres es dinero… es la solución a sus vidas. ¿Y sabés
qué es lo mejor de todo? Que lo que a vos te sobra, es dinero. Sos el futuro rey, Arturo.
Vos lo que tenés que hacer es una extensión de todas tus tarjetas de crédito a Ana, le

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pedís perdón, por supuesto, y asunto solucionado. Verás como Ana te perdona al instante.
Eso sí, las usan, eh? Nada de andar poniendo límites. Sino, vuelven los problemas. Ah!
Tomá, llevale esto.

Arturo: ¿Qué es esto?

Abogado: El avisp shaper, una pavada nueva que inventaron para las mujeres. ¿No viste la
publicidad? Está por todas partes.

Arturo: No.

Abogado: No sirve para nada, pero mi mujer me pidió que le regale una porque lo tienen
todas sus amigas. Llevasela a Ana, yo después compro otra. El pibe que inventó la
publicidad es un capo… lograr que todas las mujeres del reino compren esta pavada, en
fin.

Arturo: ¿Lo conocés?

Abogado: Claro, yo soy su abogado. Y creo que es el que le hace la publicidad a tu papá.
(Suena el celular del abogado. Atiende) Hola. Lopetegui, como le va. (A Arturo) Haceme
caso Arturo, dinero. Mucho dinero. (Sigue hablando por teléfono mientras sale de escena)
No se preocupe, ya enviamos la carta documento. En muy poquitos días su mujer lo va a
estar llamando para disculparse Lopetegui…

Arturo saca su celular y busca en youtube la publicidad del Super Avisp Shaper. Se
proyecta el video en pantalla grande.

ESCENA CON EL PUBLICISTA

Publicista: Mirá lo que es la vida, Arturo! no te veo desde… desde la última campaña que
le hicimos al Rey! Te acordás? qué bárbaro como pegó esa foto que te sacamos a vos
agarrándole los bigotes, momento justo, exacto, natural… bueno, así se veía al menos. 5
horas estuvimos encerrados en el estudio hasta que te dejaste fotografiar…

Arturo: es que no me gusta mucho lo mediático, la exposición…

Publicista: No parece, Arturo… estas por todos lados!

Arturo: Si, por eso vengo… Es una situación complicada…

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Publicista: Es complicada, pero no imposible. Con un buen estudio de mercado, escribo
unos buenos discursos, la foto justa, con la luz justa… un buen diseñador que le agregue
colorcito a tu piel y un tono menos a tu pelo podemos andar…

Arturo: ¿De qué me estás hablando?

Publicista: De tu imagen Arturo… tu imagen es lo que vos quieras que sea… bueno, en
realidad, lo que yo quiera que sea, ¿no?…

Arturo: ¿Mi imagen me va a ayudar con Ana?

Publicista: Eso te va a ayudar con todo, Arturito querido… mirá, la gente se olvida de las
cosas que pasan, de las malas, de las buenas, al final mezclan todo… y lo que importa es
que hablen de vos, que estés en boca de todos… después, al final de todo, lo que queda tu
nombre, osea… ¡tu marca personal!

Arturo: ¿Y yo para que quiero hacer de mi nombre una marca personal?

Publicista: Para vender, Arturo, para que la gente piense lo que quieras, cuando tu
nombre tenga un poder indiscutido, vas a poder hacer con el reino lo que se te cante!

Arturo: Pero yo no quiero hacer con el reino lo que se me cante, quiero hacer lo mejor
que me salga… y ahora lo más importante es arreglar las cosas con las mujeres del reino y
con Ana.

Publicista: Ah!!! Hubieses empezado por ahí Arturito picaron!... ¿esto va apuntado a las
mujeres? faaacil… mirá que te cambiamos un poco el look, mostramos un poco más tus
brazos, un buen peinado a lo Maluma… y te digo que si mide bien ¡da hasta para que
saquemos algunos CDS románticos eh!, ¿cantás Arturito?

Arturo: No, no… yo lo que quiero es que el reino vuelva a confiar en mí, y que entiendan
que esto es un error... y finalmente quiero poder decirles que es lo que quiere una mujer…
¿vos tenés idea de que es lo que verdaderamente quiere una mujer?

Publicista: Arturo… lo que quieren verdaderamente las mujeres… lo decido YO!… las
mujeres no tienen idea de lo que quieren Arturito, ellas simplemente prenden la televisión
y ven que usan las chicas que aparecen ahí… si ven un vestido en la tele, lo quieren, si ven
un cartel en la calle con alguna licuadora, la quieren!... y ni te cuento que pasa si ven algo
en la tele, en la calle y después ven que la vecina lo tiene! UNA ÉXITO EN VENTAS
ARTURO!!

Arturo: no sé, no creo que una campaña de imagen positiva sea la solución…

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Publicista: Estoy de acuerdo, Arturo… estamos hablando de una campaña de
comunicación integral, armado de redes sociales, cartelería en vía pública, medios
gráficos, revistas, diarios. Ah, lo primero que tenemos que hacer es hablar con Minelli
para empezar la campaña en su programa. Lo ven todas las mujeres del reino.

Arturo: ¿A Minelli lo siguen las mujeres?

Publicista: Todas las mujeres del reino están esperando a ver qué aparece en Minelli para
comprarlo al otro día.

Arturo: ¿En serio?

Publicista: Si! Imaginate, no había forma de vender la Truchamburg y desde que la metí en
el programa de Minelli es un exito en ventas!

Arturo: Buenisimo, gracias!

Publicista: ¡Para Arturito! ¿A dónde vas?

(Apagón)

ESCENA CON EL PRESENTADOR DE TV

Se escucha música. En escena está el presentador practicando una nueva


publicidad.

Presentador: Desafío tentación. Yo te ofrezco una hamburguesa truchamburg de treinta


centímetros de diámetro con la más deliciosa y tierna carne de vaca, pollo, paloma o
canario, con el pan con semillas de alfalfa recién horneado, con queso de chancha
derretido, lechuga y tomate bien de plástico, pepinillos ultra agridulces y unas caquitas de
oveja recién hechas. Todavía te resistís. Andá a Truchamburg y te lo llevas por solo 50
mangos. La mejor hamburguesa como a vos te encanta y por sólo cincuenta mangos.
Irresistible. Sólo en Truchamburg. Truchamburg, no te comas el verso. Sí, me sale…

Arturo: Perdón… interrumpo.

Presentador: Buenas noooooches Arturo! No, no interrumpís. Estaba practicando una


nueva publicidad que tengo en el programa. Truchamburg, una porquería, pero nada…
pone la tarasca, viste?

Arturo: Claro…

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Presentador: Qué sorpresa tenerte acá Arturo! No tenías el gusto de conocerme, verdad?
Es la primera vez que me ves en persona, no? Que bien… Me encanta! La familia? El Rey?
Qué lindo tenerte Arturo, muy bueno…

Arturo: Gracias. Un placer para mí conocerte en persona.

Presentador: Seguro, seguro Arturo. Pero decime, qué te trae por acá?

Arturo: Perdón, pero… no estás hablando un poquito fuerte?

Presentador: Me encanta Arturo, muy bueno. Decime, ¿qué te trae por acá?

Arturo: Bueno, necesito hablar con alguien que sepa mucho de mujeres y como a vos
todas las mujeres te siguen…

Presentador: Obvio Arturo, obvio…

Arturo: Bueno, eso… como todas las mujeres te siguen, pensé que vos podrías saber
mucho sobre ellas.

Presentador: Obvio Arturo, obvio! Me encanta. ¿Y qué querés saber de las mujeres Arturo
querido?

Arturo: Necesito encontrar la respuesta a la siguiente pregunta ¿qué quieren


verdaderamente las mujeres?

Presentador: Para pará pará… ¿Vos querés saber qué quieren verdaderamente las
mujeres?

Arturo: Si.

Presentador: ¡Me encanta! (cambia) Vamos a la pausa y en el próximo bloque, la


respuesta que tanto quiere saber Arturo, aquí, en vivo! (Pausa, el conductor relaja y
pierda el personaje)… ¿Flaqui, y el café?

Arturo: ¿Qué café?

Presentador: Ya hace media hora que pedí un café… ¡qué producción mama mía!

Arturo: Yo soy el principe Arturo y estoy esperando la respuesta.

Presentador: ¡Arrrrturo! Tu respuesta Arturo, la tenés en tres, dos, uno… lo que quieren
verdaderamente las mujeres es… (música de suspenso) Fama, Fama! Salir en televisión, ser
tapa de revistas, que se hable de ellas en todas partes.

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Arturo: ¿Fama?

Presentador: ¡Correcto! Mirá Arturo… Ofrecele a Ana que venga a participar al bailando, le
armamos un escándalo con el jurado, pasa a ser tapa de todas las revistas, de ahí hace la
temporada en Carlos Plata o en Mar del Paz, gira anual por todo el reino y verás que
tengo razón, Arturo! Y ahora si me disculpás… Chau, chau, chau… Chau! (sale de escena)

Arturo: ¿Fama?... Fama, dinero, una campaña de imagen positiva… Ninguna de esas cosas
me convence… ¡y falta tan poco tiempo!. (comienza el Tic Tac) Ya sé. (Se da vuelta y ya
está el diseñador de modas en su taller. Arturo entra.)

ESCENA CON EL DISEÑADOR DE MODAS

Arturo: Permiso…

Diseñador: ¡Arturo! ¡Qué sorpresa y que alegría querido! ¿Cómo estás? ¿Qué sentís?

Arturo: Bien… estoy bien.

Diseñador: Arturo todo el mundo quiere saber de vos. Hay una expectativa muy grande,
falta nada para la ceremonia de compromiso y todos quieren saber si te vas a presentar o
no. La prensa está diciendo que por lo que hiciste te corresponde como castigo el
destierro Arturo! Eso es horrible! Por Dios! Decime que no es cierto?!

Arturo: Sí… es cierto.

Diseñador: Horrible, horrible Arturo! Además, parece que trascendió que tu padre te dio
una oportunidad, y la gente dice que tenés que ganarte el perdón de las mujeres, y que
para ello tenés que dar un discurso en la ceremonia de compromiso y, se comenta por ahí,
que según lo que digas, tu padre te va a desterrar o no. Es horrible Arturo, horrible!
Decime que no es cierto?!

Arturo: Si… es cierto.

Diseñador: Horrible, Arturo, horrible. Pero entonces tenés que dar un discurso en la
ceremonia y falta nada! Mirá la pinta que tenés, por Dios Arturo! La imagen es
importantísima!

Arturo: Ya me lo dijeron…

Diseñador: ¿Pero cuando te defraude Arturito querido? Dejame ver qué puedo hacer.
Vení. (Comienza a tomarle medidas con un centímetro)
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Arturo: No, pero… yo vine por otra cosa.

Diseñador: No importa Arturo, no importa! Lo primero es lo primero. Vos tenés que dar
un discurso ante el mundo entero y tenés que estar bien vestido, por Dios Arturo! La
imagen es todo!

Arturo: Yo le agradezco, pero tengo muy poco tiempo y necesito que me ayude.

Diseñador (mientras sigue tomando medidas): Hablá Arturo, hablá tranquilo que yo te
escucho.

Arturo: Bueno… vine a verlo porque necesito saber sobre las mujeres, y seguramente
usted podrá ayudarme.

Diseñador: Diste con la persona indicada Arturo! Yo sé todo de las mujeres, TODO! Llevo
años diseñando y cociendo los mejores vestidos para las mujeres más top de lo top de
este mundo, entre ellas tu preciada madre. Ellas mismas me lo cuentan y lo que no me
cuentan lo escucho cuando hablan entre ellas, ¿entendés? Dispará Arturo, ¿qué necesitás
saber de las mujeres?

Arturo: Necesito saber ¿qué quieren verdaderamente las mujeres?

Diseñador: Arturo, querido… esa es la gran incógnita de la existencia humana! El mundo


de las mujeres es un misterio. Pero ¿sabés una cosa? yo supe develar ese misterio Arturo,
y claro que sé la respuesta a tu pregunta. Prestá mucha atención a lo que voy a decirte…
es mucho más simple de lo que todo el mundo cree. Lo que verdaderamente quieren las
mujeres es lucir los mejores y más elegantes vestidos. Tener el más grande guardarropas,
repleto de las prendas más bellas, exóticas y finas que existan en este mundo. Si a todo
eso le sumas miles de zapatos, carteras y joyas preciosas, mucho mejor. No te preocupes
por nada querido Arturo. Ahora que ya sabés la respuesta, y que estás correctamente
vestido, no pierdas más tiempo. Volvé rápido al palacio y da el mejor discurso de tu vida!
Ah, y que no se te olvide decir en el discurso que la ropa que llevás puesta está hecha por
mí así yo después no se la cobro a tu padre. Canje. Adiós Arturo, ¡adiós! (Sale de escena)

Arturo: Vestidos, zapatos, joya, fama, dinero… una extensión de mis tarjetas y una
campaña de imagen positiva… No sé… serán realmente estas las cosas que buscan las
mujeres… ¿son tan diferentes que nosotros, los hombres? Yo no creo que nada de eso
pueda hacerme realmente feliz… ¿será que a las mujeres si? ¿qué hago? (comienza a
sonar el TIC TAC) Se me acaba el tiempo.

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CANCIÓN

ESCENA V (final)

Se escucha una voz en off que dice: “Transmite a partir de este momento LRS Radio
Real y LRTV Televisión Real, junto a todas las emisoras que integran la cadena real de
radio y televisión de todo el reino y el servicio internacional RDRE, radio difusión real al
exterior, con motivo del tan esperado discurso del príncipe real, y esperando saber si hay
ceremonia de compromiso o no, habla para todo el reino, el príncipe heredero de todos
nosotros: Arturo.” Arturo comienza a caminar desde fondo del escenario hacia proscenio.

Arturo: Hola. Quisiera pedir perdón por lo sucedido. Todo tiene una explicación. Yo no
respeté el libro real. Es cierto. Le dí un beso a Ana antes de la ceremonia de compromiso..
Yo fui criado bajo los mismos mandatos que el primer monarca de este reino, el Rey
Arnaldo I y nunca cuestioné la educación que recibí. Nunca me pregunté de verdad qué es
lo que quieren las mujeres, qué es lo que quiere Ana. Durante estos siete días estuve
buscando saber qué quieren verdaderamente las mujeres. Ahora, luego de todo lo que
pasó, me doy cuenta que la respuesta la tenía a mi lado. Compartir con Ana me hizo ver
que no todas las mujeres quieren lo mismo. Algunas quieren vestirse bien, otras quieren
ganar dinero, otras quieren ser reconocidas, pero lo que verdaderamente quieren, es ser
lo que sienten ganas de ser, y no lo que les dice un libro, los medios, la familia o quien sea.
Ser libres de su propia vida. ¿Y saben qué? Yo también quiero lo mismo. Quiero ser el rey
de este reino, pero a mí manera. Y me gustaría que cada uno de ustedes pueda descubrir
qué es lo que los hace feliz y lo hagan. Y por último, quiero pedirle perdón a Ana y a todas
las mujeres del reino. Nunca quise ofenderlas. Te amo, Ana. Quiero estar con vos. Ojalá
puedas perdonarme.

(Aparece Ana desde público)

Ana: Claro que te perdono. (se acerca a él, le da un abrazo) Yo también te amo y quiero
estar con vos. Pero estos días fueron muy difíciles y quiero aprovechar esta situación para
hablar con todos ustedes. Después de lo sucedido me sentí señalada y mucha gente se
burló de mí, solo por no vivir mi vida como todos esperaban. Tenía miedo de perderlo
todo. Pero después de las palabras de Arturo, siento que podemos convertir nuestro reino
en un lugar mejor para todos. Y si me permiten, quiero acompañar a Arturo en su misión
de futuro rey y escribir junto a él un nuevo libro, que no esté lleno de recetas y
estereotipos, que nos diga qué y cómo debemos hacerlo, un libro que se escriba en base al
respeto por nuestras diferencias y nuestras búsquedas personales. Un libro que no sirva

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para dividir y discriminar, si no para comprendernos y ser más unidos. Para entender que
si bien aparentemente somos diferentes, todos queremos y buscamos lo mismo. Un libro
que sirva para entender que cuando agredimos al otro, nos estamos agrediendo a
nosotros mismos. Que para poder amar al otro, primero debemos amarnos a nosotros
mismos. Confió en que a partir de hoy, todo ese tiempo y energía que malgastamos
pensando en lo que nos divide, podamos utilizarlo para buscar nuestra propia felicidad.

CANCIÓN FINAL

FIN

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