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Resumen sentencias

Yisel Meza Repizo


ID: 000366658

Lizeth Leal Forero


DOCENTE

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA UNIMINUTO DE DIOS


LEGISLACION EN SEGRUIRDAD Y SALUD EN EL TRABAJO
GIRARDOT
2020
INTRODUCCION
A través de este trabajo vamos a identificar en el caso que escogí se trata de accidente
laboral el cual en este caso la persona perdió la capacidad de trabajar por ello vamos a
identificar que fallas tuvo el empleador y que consecuencias posteriores ocurrieron.
El señor Catalino
Vergara Martínez Responsabilidad
interpuso una demanda de su empleador
a la empresa en la que
laboraba
SENTENCIA 1

El empleador debe
Acta 14 del 27 asignar al
ANTECEDESTES de noviembre trabajador todos
los implementos
de 2016 necesarios
desarrollar sus
actividades

Pide la indemnización a
favor suyo y de su familia se CONFIRMA la sentencia
por un monto de condenatoria de primer
$515.000.000
grado, en cuanto declaró la
Por el accidente sufrido
culpa del empleador
en la empresa que lo deja
demandado,
con una pérdida de
capacidad laboral de
78.85%
RESUMEN DE LA SENTENCIA 1 A TRATAR
14 DEL 27 DE NOVIEMBRE DE 2016

Catalino Martínez Vergara decidió demandar a la empresa CONSTRUCCIONES E


INVERSIONES BBTEA LIMITADA- CONSINBE LTDA, en el proceso ordinario laboral
instaurado por el recurrente en contra de la empresa anteriormente mencionada

I ANTECEDENTES
El citado demandante interpuso una demanda en el proceso laboral a CONSTRUCCIONES
E INVERSIONES BBTEA LIMITADA- CONSINBE LTDA, procurando el pago a su
favor y de su familia, de la indemnización ordinaria plena de perjuicios derivada del
accidente de trabajo sufrido y que a causa de ellos pide un valor de quinientos quince
millones de pesos
En el cual se infiere y manifiesta que el demandante labora en esta empresa ya hace 13 años
en el cargo de oficios varios; iniciando desde 10 octubre del 2005, en las instalaciones
sufrió un accidente de trabajo aproximadamente a la 11:30 de la mañana, cuando una
maquina compactadora que se estaba reparando al probarla y tratarla de apagar, no
respondió al mecánico y quedo el cambio adentro y no la podían detener en este suceso la
persona sale corriendo a buscar una “ cuña” pero al colocarla el compactador tropezó y le
cayó la maquina encima con los testimonios de dos personas que estuvieron presentes en el
hecho según el acta extraordinaria de copaso No. 2005-024, que fue movido y trasladado
del lugar del accidente a la clínica el prado para su atención médica, en un vehículo de la
compañía sin ningún cuidado ni atención especial para su condición, teniendo en cuenta
que la empresa debe tener un grupo de personas capacitadas para actuar en este tipo de
riesgos profesionales, conforme lo establece el art. 384 del CST modificado por el art. 10
Dcto. 13 de 1967 y los rt 2y 10 num.1,2,3,7,9 y 10 de la resolución 02413 de 1979 des
ministerio del trabajo y la seguridad social, sobre el reglamento de higiene y seguridad para
la industria de la construcción; y que área que el momento del accidente se encontraba con
sus compañeros de trabajo

Por la gravedad de sus múltiples heridas su integridad física a nivel de la columna vertebral,
fue sometido a tratamientos médicos quirúrgicos terapias físicas y psicológicas a las cuales
sigue asistiendo, posteriormente fue inhabilitado de por vida para trabajar la junta de
clasificación regional de invalidez del atlántico le determino una perdida laboral del
78.85% y por ello fue reconocida una pensión de invalidez por parte de la ARP v
SEGUROS BOLIVAR, en cuantía equivalente al salario mínimo.

En su defensa sostuvo, que para la fecha del suceso, la máquina compactadora recibía
mantenimiento mecánico, de donde se infiere que sí se daban las garantías de seguridad
industrial a los elementos de trabajo para ser manejados por sus trabajadores; que la
empresa «no es la directa responsable del precitado insuceso, al ser ajena a ese repentino
hecho, ya que el demandante no estaba de ayudante del mecánico, ni le estaban asignadas
funciones de mantenimiento, fueron garantizados y el accidente que se presentó obedeció a
circunstancias totalmente extrañas a su empleador, como «la propia o poca imprudencia
ejecutada» por el accionante.
II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA
El Juzgado Segundo Laboral del Circuito de Barranquilla, profirió sentencia el 29 de
septiembre de 2009 (fls. 338 a 349 del cuaderno principal), en la que condenó a la
demandada a pagar la suma de $150.000.000, oo, por concepto de indemnización plena de
perjuicios y las costas.
III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA
Inconformes con la decisión de primer grado, ambas partes impugnaron, y el Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, profirió sentencia el 17 de junio de 2010 (fls.
401 a 416 del c. ppal.), por medio de la cual revocó en su integridad el fallo de primer
grado y, en su lugar, absolvió a la empresa demandada del pago de la indemnización plena
de perjuicios y condenó en costas a la parte actora.

Para arribar a tal decisión, el trajo a colación lo establecido en el art. 216 del C.S.T., que
consagra, que para declarar la existencia de la culpa patronal del empleador en la
ocurrencia de un accidente de trabajo, la misma debe estar suficientemente comprobada, y
de ser así surge el pago de la respectiva indemnización total y ordinaria por perjuicios.

Del empleador, puesto que ella existirá sólo en la medida en que logre establecerse
suficientemente su culpa, por incurrir en incumplimiento de sus obligaciones de seguridad
y protección, violación de las normas de salud ocupacional, deficiencias en la escogencia,
vigilancia Arguyó que las pruebas reseñadas que son concordantes, demuestran que el
accidente de trabajo acaecido al actor, que cumplía era labores de aseo en el taller como
empleado de oficios varios, ocurrió por su propia voluntad al colaborarle al mecánico que
realizaba reparaciones en el compactador y evitarle un daño a los bienes de la empresa, sin
que él previera el riesgo que se podía presentar al intentar detener dicho compactador y
tropezar con el aparejo cayéndole sobre su cuerpo.
Que igualmente tales probanzas acreditan que la máquina se desplazó sin control en razón a
que el mecánico cuando ejecutaba las aludidas reparaciones, decidió probar el
funcionamiento de ese equipo encendiéndolo sin que posteriormente se pudiera detener.

Manifestó que en el expediente no obran elementos de juicio que prueben que el accidente
sufrido por el promotor del proceso, tuvo ocurrencia por culpa atribuible exclusivamente al
empleador, ya sea por incurrir en algún incumplimiento de sus obligaciones de seguridad y
protección, con violación de normas de salud ocupacional, o por deficiencias en la
escogencia, vigilancia o capacitación de sus dependientes, «esto es, que haya actuado con
negligencia, imprudencia, impericia o por cualquier otra circunstancia de la que resulte
comprobada suficientemente que el accidente de trabajo ocurrió por su culpa».

Por último, puso de presente que la misma parte actora en su demanda narró que «…el
accidente es ocasionado por su afán de colaboración ya que al ver lo que estaba sucediendo
no analizó el riesgo que esto le podía ocasionar a su integridad física, solo pensó en la
manera de detener la máquina para que no le ocasionara daños materiales a la empresa y
por lo tanto el accidente lo que impone absolver a la sociedad demanda y revocar la
decisión del Juez de primer grado, quedando así desatado el recurso de alzada de la
accionada.

Añadió en cuanto al recurso de apelación del demandante, con el cual se pretende obtener
un monto superior a la condena impartida por el a quo, que por las resultas de la alzada se
hace innecesario su estudio.

IV. RECURSO DE CASACIÓN


Interpuesto por la parte demandante, concedido por el Tribunal y admitido por la Corte, se
procede a resolver.
V. ALCANCE DE LA IMPUGNACION
Pretende el recurrente que la Corte CASE totalmente, la sentencia del Tribunal y, en sede
de instancia, revoque el fallo del a quo, para en su lugar, condenar a la empresa demandada
al reconocimiento y pago de la indemnización plena de perjuicios, en cuantía de
$515.000.000, oo, solicitada en la demanda inicial. En subsidio, que se confirme la decisión
de primer grado y se provea en costas como corresponda.

VI. PRIMER CARGO


Acusó la sentencia recurrida de violar por la vía directa, en el concepto de infracción
directa, los arts. 56 y 57 num. 1° y 2º, 58 num. 6º, 199, 216, 348 y 349 del CST, en relación
con los arts. 1.2, 25, 56, 53 y 228 de la CN, 1604, 1613 y 1757 del Código Civil; 58, 60, 61
y 145 del CPT y SS, arts. 174, 175, 177, 187, 268, 276 y 279 del CPC, y el D.1295/1994.

Para la sustentación del cargo, comenzó por advertir, que no es objeto de discusión que el
demandante sufrió un accidente de trabajo en las instalaciones de la demandada el 29 de
octubre de 2005, mientras desarrollaba su labor de oficios varios que desempeñó por
espacio de 13 años. Que lo que se controvierte en casación es la culpa patronal de la
empleadora demandada

Arguyó que el ad quem, tampoco tuvo en cuenta el deber de solidaridad que le impone la
ley al trabajador, que aparece consagrado en el art. 58 núm. 6°, consistente en prestar la
colaboración posible en casos de siniestro o riesgo inminente que afecte o amenace a las
personas o cosas de la empresa o establecimiento.

Es por esto, que no es factible inferir que, si el trabajador actúa de esta manera, se le
pretenda endilgar la causa del insuceso, y por el contrario resulta clara la culpa del
empleador que no prevé los riesgos que se podían ocasionar, al permitir efectuar trabajos en
un sitio que no contaba con medidas de seguridad para tal fin.
Señaló que en los términos del art. 216 del CST, el Tribunal debió condenar a la empresa al
pago de la indemnización reclamada, pues no hay eximente de responsabilidad

que impida el hecho dañoso, o de haber tomado las cautelas o precauciones para evitar que
la maquinaria pesada que estaba siendo reparada en las instalaciones de la compañía se
quedara sin control, lo que
«demuestra la desprotección en la que se encontraban los trabajadores, y no es prueba de
seguridad ni de cumplimiento del deber legal el argumento de que las áreas del taller se
encontraban demarcadas ya que eso no significa protección, por lo que el Tribunal se
equivocó al considerar que el accidente acaecido fue por culpa del trabajador».
Citó el art. 348 del CST e insiste en la obligación del empleador de garantizar el suministro
de locales y equipos en condiciones que garanticen la seguridad de los trabajadores.
También invocó los arts. 1604 y 1757 del CC, que en su decir no fueron tenidos en cuenta
por el fallador de alzada.

VII. SEGUNDO CARGO


Atacó la sentencia del ad que de violar por vía directa, en la modalidad de interpretación
errónea, el artículo 216 del CST, en relación con los arts. 1.2, 25, 53, 56 y 228 de la C.N.;
1604, 1613 y 1757 del Código Civil, 58, 60, 61 y 145 del CPT y SS, 174, 175, 177, 187,
268, 276 y 279 del CPC.

Para la demostración del ataque, sostuvo que por ser lo controvertido en casación, la culpa
patronal ante el incumplimiento de la accionada en el cuidado ordinario o mediano que
debió desplegar en sus instalaciones, así como el deber de protección y de seguridad para
evitar accidentes como el sufrido por el trabajador demandante, se solicita la indemnización
ordinaria de perjuicios que consagra el art. 216 del CST, precepto que «el fallador no aplica
en debida forma»,
VIII. TERCER CARGO
La censura acusó la sentencia del ad que de violar por vía indirecta los arts. 56, 57 núm.. 1º
y 2º, 199, 216, 348 y 349 del CST, en relación con los arts. 1.2, 25, 56, 53 y 228 de la CP,
arts. 1604, 1613 y 1757 del C.C., 58, 60, 61 y 145 del CPT y SS, arts. 174, 175, 177, 187,
268, 276 y 279 del CPC.

Expuso que la anterior violación de la ley, se produjo por haber incurrido el Tribunal en
cuatro (4) errores de hecho, que se resumen en no dar por demostrado.

Dijo que dichos yerros fácticos tuvieron ocurrencia como consecuencia de la


«inobservancia» de las pruebas documentales que atañen al reporte de accidente de trabajo
(fl. 12), el informe de investigación y análisis del accidente por parte de la ARP (fls. 13, 14
y 15), y el acta extraordinaria COPASO No. 2005-024 (fl. 16), así como el interrogatorio de
parte practicado a la representante legal de la demandada (fls. 327 a 329).

En el desarrollo del cargo, expresó que las pruebas denunciadas que no fueron debidamente
observadas, muestran que «el accidente laboral acaecido en la empresa demandada y que
causó daños y perjuicios en la integridad física al señor Catalino

señala claramente como causas inmediatas del accidente ocurrido 1.-) omitir bloquear
equipos contra movimientos inesperados y 2.-) No confirmar que el equipo se encontraba
en neutro».
IX. LA RÉPLICA
El opositor solicitó desestimar los tres cargos, por cuanto frente al primero, por el contrario
de lo sostenido por el recurrente, el Tribunal aplicó las normas que integran la proposición
jurídica, en especial el art. 216 del C.S.T. en que se funda la pretensión incoada, y en tales
condiciones no se presenta la infracción directa de la ley sustancial.
X. CONSIDERACIONES
Los tres cargos en esencia, están encaminados a demostrar que el Tribunal erró al
considerar que el accidente de trabajo que sufrió el demandante, el 29 de octubre de 2005
en las Hasta lo aquí expresado, se concluye que el Tribunal incurrió en una deficiente
valoración probatoria y cometió los errores fácticos atribuidos por la censura en el tercer
cargo.
Ahora bien, desde el punto de vista jurídico, es pertinente recordar, que, para el
reconocimiento y pago de la indemnización ordinaria y plena de perjuicios prevista en las
instalaciones de la demandada, no tuvo ocurrencia por culpa atribuible exclusivamente al
empleador,
Hasta lo aquí expresado, se concluye que el Tribunal incurrió en una deficiente valoración
probatoria y cometió los errores fácticos atribuidos por la censura en el tercer cargo.
Ahora bien, desde el punto de vista jurídico, es pertinente recordar, que para el
reconocimiento y pago de la indemnización ordinaria y plena de perjuicios prevista en el
art. 216 del C.S.T., además de la ocurrencia del riesgo, accidente de trabajo o enfermedad
profesional, debe estar la «culpa suficientemente comprobada» del empleador.

Cuando el empleador incumple culposamente dichos deberes derivados del contrato de


trabajo, se presenta la responsabilidad de indemnizar al trabajador
de que sí adoptó las medidas pertinentes en dirección a proteger la salud y la integridad
física de sus trabajadores” (CSJ SL7181-2015)», lo que quiere decir que al trabajador le
atañe probar las circunstancias de hecho que dan cuenta de la culpa del empleador en la
ocurrencia del infortunio.

responde por el daño causado por sus representantes o trabajadores dependientes en


desarrollo de sus actividades o labores. En sentencia de la CSJ SL, 6 mar. 2012, rad. 35097,
al respecto se precisó:
.
conforme lo advirtió la Administradora de Riesgos Laborales ARL que investigó el
infortunio, y que según quedó visto con la anterior reseña jurisprudencial, el empleador
demandado en estos eventos es quien debe responder por el daño causado por uno de sus
trabajadores dependientes.

XI. SENTENCIA DE INSTANCIA


La Sala, en sede de instancia, abordará el estudio de los recursos de apelación de las partes.
Por cuestión de método, se resolverá en primer lugar el presentado por la parte accionada,
en la medida que pretende se le exima de la responsabilidad del empleador por culpa
patronal y, con ello que se le absuelva del pago de la indemnización solicitada, para luego
adentrarse en el análisis del instaurado por el demandante.

las entidades del Sistema de Seguridad Social, ya que el actor estuvo afiliado a la ARP
SEGUROS BOLÍVAR y recibe una pensión de invalidez y que son excluyentes las
pretensiones de indemnización de perjuicios por el accidente de trabajo cuyo titular es el
demandante, con los perjuicios de su núcleo familiar, al no darse ninguna relación de
causalidad entre la familia del trabajador y la empresa, a lo que se suma que el monto de la
condena impuesta no tiene un soporte legal y técnico. para evitar el daño, lo cual origina el
reconocimiento y pago de la indemnización reclamada de que trata el art. 216 del CST.

Adicionalmente debe decirse, que el proceder del actor el día de los hechos, no corresponde
propiamente a una imprudencia de su parte, ni mucho menos constituye fuerza mayor o
caso fortuito, que desvirtúe la responsabilidad del empleador derivada de la culpa in
vigilando o in eligiendo, sino al deber de socorro que éste entendió era su obligación en ese
momento, conducta que como lo señala el recurrente en casación está ampara en una de las
obligaciones especiales que le conciernen al trabajador, la contenida en el art. 58 num. 6°
consistente en «Prestar la colaboración posible en caso de siniestro o de riesgo inminente
que afecten o amenacen las personas o las cosas de la empresa o establecimiento», lo cual
no genera culpa atribuible a dicho operario. Sin embargo, en gracia de discusión que se
admitiera que en tal infortunio ha mediado tanto culpa del trabajador como del empleador,
la verdad es que no exonera a éste último de reparar los perjuicios ocasionados por su
culpa, pues la Sala ha sostenido pacíficamente que la responsabilidad laboral de la
empleadora no desaparece por la compensación de las faltas cometidas por las partes
(Sentencia de la CSJ SL, 3 jun. 2009, rad. 35121).

Frente a la segunda inconformidad de la demandada apelante, referente a no estar obligada


a pagar la indemnización ordinaria y total de perjuicios, por tener afiliado al actor a la
seguridad social, debe señalarse que el Sistema General de Riesgos Profesionales cubre los
riesgos que por su propia naturaleza genera el trabajo, mientras que los daños ocasionados
al trabajador por conducta culposa o dolosa del patrono, le corresponde resarcirlos a ese
empleador en forma total y plena.

En el tercer punto relativo al monto de la condena impuesta y la forma en que el a que tasó
la indemnización plena de perjuicios, se estudiará conjuntamente con el recurso de alzada
de la parte actora.

1) En cuanto a la apelación del demandante (fls. 356 y 357 del cuaderno principal).
Reprocha en el recurso, que la condena por indemnización por culpa patronal del art. 216
del CST ascendiera a la suma de $150.000.000,oo, cuando el valor estimado y demandado
es de $515.000.000,oo, con el argumento –en síntesis- de que «a raíz de este accidente,
el demandante quedó en tan deplorables condiciones físicas, que lo llevaron a múltiples
tratamientos físicos, psicológicos, quirúrgicos, siendo este último la vía para que adquiriera
el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH) sida, sumado al uso permanente de
sonda vecical (sic) … además de paraplejia flácida, no puede tener relaciones sexuales con
su señora esposa pese a su temprana edad de 31 años, además se le ha diagnosticado
hepatitis B debido a las innumerables transfusiones a la (sic) que ha sido sometido.

Por ello, entendiendo que la parte accionada apeló de la sentencia en su integridad


pretendiendo la absolución total de la sociedad accionada, y por ende no ser obligada al
pago de ningún valor por la indemnización reclamada, al mismo tiempo que la parte actora
pretende que la suma de condena sea de $515.000.000,oo, la Sala realizó las operaciones
matemáticas pertinentes, atendiendo además que la condena debe ser específica y concreta,
con base en el art. 307 del CPC, hoy art. 283 del CGP, aplicable por analogía en materia
laboral; además de que, de esta manera quedará resuelto lo que la parte demandada,
también recurrente en apelación, echó de menos, cuando aseguró que frente al monto de la
condena «no hay un soporte legal, o un concepto técnico que pueda estimarse como
resultado de un estudio que avale esos supuestos perjuicios imputables a mi representado.

En cuanto a los perjuicios morales, se observa que al quedar acreditado en el plenario que
con el infortunio laboral sufrido por el actor, con una pérdida de capacidad laboral
considerable del 78,85%, le produjo una gran aflicción debido al compromiso grave de sus
facultades de locomoción al quedar postrado en una silla de ruedas, que le impide llevar
una vida del todo normal, lo que también le causa inmensa pena y angustia, hay lugar a
proferir condena por esta concepto, al igual que por las alteraciones sufridas por el actor

en la vida de relación social, entre ellas no poder tener relaciones sexuales, que es el daño
que afecta la aptitud y disposición a disfrutar de la dimensión de la vida en cualquiera de
sus escenarios sociales, y en tales condiciones, la Sala con apoyo en el arbitrio juris, fija por
dichas súplicas un valor que se estima en $50.000.000,oo.

En este orden, se tiene que la indemnización por lucro cesante consolidado y futuro
derivado de la culpa patronal, más los perjuicios morales, totalizan la cantidad de
$242.919.325,20. Debe aclararse que el demandante no tiene legitimidad para demandar
perjuicios adicionales para cada uno de los miembros del núcleo familiar, ya que demandó
únicamente en su nombre.
Por último, debe anotarse que las ulteriores enfermedades que le hayan sobrevenido al
demandante como el VIH (SIDA) y la Hepatitis B, a las que hace alusión la parte recurrente
en los argumentos de su impugnación, no tienen alcance para aumentar el monto de los
perjuicios, en la medida en que se trata de situaciones que no está acreditado que
directamente se hayan originado con el accidente de trabajo sufrido por el trabajador y que
le generó el trauma de COLUMNA LUMBAR con fractura 15 del cuerpo vertebral, por lo
que no tienen la incidencia que relama el apelante para incrementar el valor de la condena.
En dichos términos quedan resueltos los recursos de apelación presentados por las partes.

En conclusión, en sede de instancia, se CONFIRMA la sentencia de primer grado, en


cuanto declaró la culpa del empleador en el accidente de trabajo, pero se MODIFICA la
suma objeto de condena a favor del demandante y a cargo de la sociedad accionada, en los
guarismos antes indicados, pero no en el monto solicitado por la parte demandante.

CONCLUSIÓN
Teniendo en cuenta el anterior resumen de la sentencia se establece que sale a favor de la
demandante, además opinamos que está en lo correo porque hay gran parte de culpa en
cuanto al patrón se trata, debido a que el accidente fue por negligencia por parte
administrativa, porque cuando se maneja con maquinaria amarilla, asi sea un
mantenimiento solo puede estar en la zona personal capacitado, además es necesario que la
zona de pruebas este acordonado con citas de seguridad y limitantes de zona,
posteriormente se debe tener en cuenta que se tiene que contar con un supervisor de
maquinaria para casos de mantenimiento y seguridad industrial en que tal caso del señor
accidentado no se presentó alguna seguridad y garantías alguna y por esta razón salió
perjudicado la empresa por un mal manejo de seguridad ante sus empleados.

RADICACIÓN N° 39333 ACTA 43 DE 16 DE NOVIEMBRE DE 2016

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO MAGISTRADA PONENTE SL 17026-2016

Bogotá, D. C., dieciséis (16) de noviembre de dos mil dieciséis (2016). Decide la Corte el
recurso de casación que SEGURIDAD NACIONAL LTDA., formula contra la sentencia
proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira, el 20 de
noviembre de 2008, en el proceso que OFELIA RÍOS OSORIO en representación de sus
menores hijas ANDREA y VIVIANA GIRALDO RÍOS adelanta contra la recurrente.

I. ANTECEDENTES
La citada accionante en representación de sus hijas menores, llamó a juicio a Seguridad
Nacional Ltda., para que sea condenada a pagarles la indemnización total y ordinaria de
perjuicios causados por la muerte de su padre Hernando Giraldo Osorio, perjuicios que
comprenden el lucro cesante consolidado, lucro cesante futuro, perjuicios morales y el daño
vida de relación, y las costas del proceso.

En sustento de tales pretensiones, narró que el 9 de septiembre de 2003 el padre de sus hijas
falleció por una herida causada con arma de fuego en el «hemotórax derecho», cuando se
encontraba en el parqueadero de la Clínica Los Rosales donde laboraba como vigilante; que
el área donde se causó la letal herida, usualmente se cubre con un chaleco antibalas; y que
la demandada no le suministró los elementos de trabajo adecuados para el cumplimiento de
sus funciones (fls. 2 a 11).

Seguridad Nacional Ltda., al dar respuesta a la demanda, aceptó que el demandante le


prestó servicios desde el 15 de noviembre de 1988 hasta el 10 de septiembre de 2003 a
través de varios contratos de trabajo; que desempeñó el cargo de vigilante; que falleció a
consecuencia de heridas producidas por arma de fuego en la fecha señalada en la demanda,
así como que en ese momento no portaba chaleco antibalas, y que las demandantes
representadas por su señora madre, eran hijas del causante.
Se opuso a las pretensiones y en su defensa propuso la excepción que denominó culpa
grave del trabajador en concurrencia con actos dolosos de terceros (fls. 44 a 58).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA


El Juzgado Segundo Laboral del Circuito de Pereira, mediante fallo proferido el 20 de
agosto de 2008, absolvió a la demandada de todas las pretensiones formuladas en su contra
e impuso las costas del proceso a cargo de las demandantes.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA


Por apelación de las accionantes, la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Pereira mediante el fallo recurrido en casación, revocó el de primer grado y, en su lugar,
condenó a Seguridad Nacional Ltda. al pago del lucro cesante, lucro futuro e indemnización
de los perjuicios morales causados; la absolvió de las demás pretensiones y le impuso las
costas procesales en ambas instancias.

En lo que interesa al recurso de casación, el Tribunal encontró que el problema jurídico a


resolver consistía en definir si se presentó culpa patronal en el accidente de trabajo que
sufrió el causante, y en qué medida la falta del chaleco antibalas contribuyó en la
ocurrencia del siniestro.

Para dilucidar lo anterior, precisó que conforme a los numerales 1 y 2 del art. 57 del CST;
del inciso 1 del artículo 21 y artículos 56, 58 y 62 del Decreto 1295 de 1994, el empleador
está en la obligación de evitar que el trabajador sufra daño con ocasión de su trabajo y, por
tanto, responde hasta por culpa leve.

Así, consideró que la demandada no obró con diligencia y cuidado frente a su trabajador,
dado que si le entregó un arma de fuego en orden a cumplir sus funciones, también debió
suministrarle el correspondiente chaleco antibalas para aminorar o evitar el riesgo al que
estaba expuesto en sus labores de vigilancia, más aun cuando en el proceso está plenamente
demostrado que Giraldo Osorio falleció por un impacto de bala que recibió en el tórax.

Adujo que no eran de recibo las inculpaciones que se le hicieron al causante por haber
enfrentado a los «malhechores», quienes vestían prendas de una empresa de servicios
públicos, porque ello obedeció al cumplimiento del deber de guarda y vigilancia, en
defensa de los intereses y bienes del empleador, tal como estaba previsto en los diferentes
contratos de trabajo suscritos entre las partes.

Afirmó que en el expediente no hay pruebas que den cuenta de la «manera como los
agresores se introdujeron a los predios de la Clínica Los Rosales, porqué (sic) sitio lo
hicieron y demás pormenores», y que esa orfandad probatoria de la accionada deja «al
desnudo la falta de diligencia patronal, en cuanto a la seguridad de la edificación, pues,
imputar que Giraldo tenía en aquella oportunidad abierta la puerta del parqueadero, no tiene
respaldo en el haz probatorio, pues a lo sumo lo que realizó fue atender a extraños que por
sus prendas fingieron pertenecer a la empresa de energía, según la narración de los hechos
por parte la accionada, versión que coincide con la vertida por uno de los declarantes».

Luego de transcribir apartes de las versiones rendidas por Luis Arturo Betancourt Orozco
(fl. 120 y ss), Jairo Antonio Buitrago Londoño (fl. 125 y ss), María Rocío Pérez Durán (fl.
131 ss), Rubén Darío Arango Calderón (fl. 139), Yolanda Torres Aguirre (fl. 142 ss),
Roosbelt Carmona (fls. 146 y ss); Héctor Jaime Hernández Rendón (fl. 149 y ss), y Luis
Felipe López Marín (fls. 152 ss), concluyó que la demandada tampoco dispuso las medidas
de seguridad apropiadas para el ingreso a la edificación y adujo:

Así las cosas, evidenciada quedó la culpa patronal al no disponer a favor de Giraldo Osorio,
de las medidas de seguridad en orden a contrarrestar los efectos nocivos del uso del arma de
fuego con la que se le dotó para el cumplimiento de sus labores de vigilancia y guarda, (…)
la prevención de riesgos profesionales es responsabilidad de los empleadores (art. 56 dcto
1295/1994) y en esta materia se exige al empresario cautela y cuidado como máxima
expresión de su principal obligación contractual de evitarle daños al trabajador por razón de
o con ocasión de su trabajo, dado que la exoneración de su responsabilidad dependerá si
demuestra que tuvo la diligencia y cuidado requerido, aspecto que brilló por su ausencia,
pues, en acciones tan rápidas como las de un asalto, poca oportunidad poseía la víctima de
utilizar los otros medios colocados a su alcance por el patrono para dar aviso al resto del
personal acerca del hecho ilícito de que era víctima, razón por la cual esta Colegiatura no
advierte en el comportamiento de Giraldo Osorio: descuido, violación de las consignas del
puesto y un obrar temerario, como determinante de lo ocurrido, y menos con "culpa
inexcusable", por contraste, se observa que en cumplimiento de su deber de vigilancia
confiada por su empleador, Giraldo encontró la muerte aquel aciago 19 de septiembre de
2003, por lo que ningún reparo ofrecía que para atender a unas personas que portaban
uniformes de la empresa de energía -como lo admitió la demandada- hubiese dejado la
garita o zona reservada a él, máxime que como lo refiriera la administradora de la
institución asistencial Pérez Durán "la Clínica en general era un lugar muy seguro en el cual
nunca pasa nada".

IV. RECURSO DE CASACIÓN


Interpuesto por la parte demandada, concedido por el Tribunal y admitido por la Corte, se
procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

De manera principal, pretende que la Corte case totalmente la sentencia recurrida, para que,
en sede de instancia, confirme la de primer grado. Subsidiariamente, a la luz del quinto
cargo, aspira que la Sala case parcialmente la sentencia recurrida en cuanto tasó los
perjuicios morales en la suma de $40.800.000, para cada una de las demandantes y, en sede
de instancia, se limite su monto a $12.000.000.

Con tal propósito formula cinco cargos que no fueron replicados. La Sala estudiará
conjuntamente los tres primeros en cuanto persiguen el mismo fin, acusan la violación de
similar elenco normativo y se apoyan en argumentos que se complementan entre sí.

VI. CARGO PRIMERO


Acusa que la sentencia es violatoria de la ley sustancial por vía indirecta, bajo el concepto
de aplicación indebida del artículo 216 del CST, en relación con el 57 ibídem. Expresa que
dicha violación se dio a causa de haber cometido los siguientes errores de hecho:
1- No dar por demostrado estándolo que SEGURIDAD NACIONAL LTDA. actuó con la
diligencia y cuidados necesarios para garantizar razonablemente la seguridad y la salud del
trabajador Hernando Giraldo Osorio.

2- Dar por demostrado sin estarlo que el puesto de trabajo desempeñado por el señor
Hernando Giraldo Osorio requería el suministro de mayores elementos de previsión que los
entregados por la empresa, entre ellos, de manera especial, de un chaleco antibalas.
3- No dar por demostrado que el señor Hernando Giraldo Osorio recibía permanentemente
capacitaciones para mejorar la seguridad en el cumplimiento de sus funciones.
4- Dar por probado sin estarlo que la dotación a un trabajador de un arma de fuego hace
siempre necesario que simultáneamente se le suministre un chaleco antibalas.

5- Dar por probado sin estarlo que SEGURIDAD NACIONAL LTDA. no tuvo
diligencia en cuanto a las medidas necesarias para garantizar la "seguridad de la
edificación".
6- No dar por demostrado estándolo que el señor Hernando Giraldo Osorio recibió
de SEGURIDAD NACIONAL LTDA. todos los elementos que razonablemente se
requerían para garantizar su seguridad en la prestación del servicio.
7- Dar por demostrado sin estarlo que SEGURIDAD NACIONAL LTDA. no obró
con la diligencia y cuidado necesarios para evitar razonablemente la ocurrencia de
accidentes de trabajo al señor Hernando Giraldo Osorio.
En la demostración del cargo, en cuanto al primer error, expresa que el juzgador no apreció
la Resolución No. 039 del 17 de diciembre de 2003, a través de la cual el entonces
Ministerio de la Protección Social determinó que los hechos en que perdió la vida Giraldo
Osorio «no son violatorios a las normas sobre el sistema general de Riesgos Profesionales».

En cuanto al segundo, afirma que se cometió porque no apreció la diligencia de inspección


judicial y las fotos obrantes en el expediente, que dan cuenta de que el sitio donde prestaba
sus servicios el causante, era un lugar seguro, de acceso restringido, que permitía
visibilidad y un eficaz resguardo para el trabajador en la garita desde la cual cumplía sus
funciones, en condiciones que no exigían excepcionales medidas de protección para el
trabajador, como sería el caso del chaleco antibalas.

En relación con el tercero, acusa que se originó en la falta de valoración de la confesión de


la demandante Ofelia Ríos, quien claramente señaló que el padre de sus hijas, además de
haber prestado el servicio militar en la Marina contaba con más de 15 años de experiencia
en el oficio de vigilante y había realizado «todos los cursos que necesitaba»; que esa
confesión junto con «la certificación del Eje Cafetero Avisec Ltda. sobre los cursos y el
pensum (sic) recibido por el trabajador» –también inapropiada por el juzgador- le habría
permitido establecer que la empresa se preocupó permanentemente por su servidor y lo
capacitó con el fin de dotarlo de los conocimientos y elementos razonablemente necesarios
para la labor que desempeñaba.

En lo que respecta a los errores cuarto y quinto, afirma que se equivocó el Tribunal al
concluir indiciariamente que la sola entrega del arma de fuego conllevaba a que el
trabajador fuera «presa fácil de los maleantes»; que ese indicio se controvirtió con la
diligencia de inspección judicial a través de la cual se demostró que la puerta de acceso y
salida del parqueadero era de «barrotes» de acero, que debía permanecer cerrada con
candado y que se encontraba a 11 metros de la garita donde debía permanecer el vigilante,
y que el lugar era seguro y no ameritaba especiales medidas de seguridad.

En lo que concierne a los errores sexto y séptimo, asevera que se cometieron porque el ad
quem no valoró la Resolución 039 de 2003 a través de la cual el entonces Ministerio de la
Protección Social se abstuvo de sancionar a la demandada, en tanto estableció «la
capacitación y experiencia del occiso como vigilante por más de quince años, así (…)
como la correcta afiliación al Sistema de seguridad Social», a través de la cual concluyó
que los hechos en los que perdió la vida Giraldo Osorio «no son violatorios a las normas
sobre el sistema general de riesgos profesionales».

En relación con los mismos errores, acusa al juez de alzada de no haber analizado la
investigación sobre el accidente de trabajo que adelantó Rubén Darío Arango Calderón, la
cual permite constatar que al trabajador, no solo se le brindó un revolver 38, que además, se
le dotó de un radio Kenwood 31001863 para comunicación interna que permitía, frente a
cualquier situación extraña, pedir respaldo inmediato, dotación que no podía ser
desconocida por el Tribunal al afirmar que en «acciones tan rápidas como las de un asalto,
poca oportunidad poseía la víctima de utilizar los otros medios colocados a su alcance, pues
con tal lógica nunca habría en realidad protección suficiente en los casos de asaltos, ni
tampoco sería garantía de protección un chaleco antibalas».
Controvierte luego el estudio probatorio que de los testimonios hizo el ad quem para
señalar que, se analizaron en forma descontextualizada; que seis declaraciones dan cuenta
de que la empresa capacitaba a sus trabajadores en escuelas especializadas; que los
supervisores pasaban revista cuatro veces al día en el puesto de trabajo y le indicaban al
vigilante la obligación de mantener cerrada la puerta de acceso y con candado, lo que
evidencia «la total diligencia de la empresa para garantizar la seguridad de los
trabajadores»; que todos los testimonios son contestes en asegurar que el lugar de trabajo
era seguro y que no existían condiciones que hicieran recomendable el uso de un chaleco
antibalas; que al trabajador además del revólver calibre 38 se le entregó un radio de
comunicación que garantizaba apoyo inmediato, en conclusión, que la empresa, «respecto
de la seguridad del señor Hernando Giraldo Osorio, tuvo la diligencia y cuidado que un
hombre juicioso emplea en sus negocios y por lo tanto no le es atribuible culpa alguna el
fatídico suceso en que perdió la vida a manos de delincuentes».

VII. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia de ser violatoria de la ley sustancial por vía indirecta, bajo la modalidad
de aplicación indebida del artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo, en relación con
el 57 ibidem. Expresa que a tal transgresión se arribó a causa de haber incurrido en los
siguientes errores evidentes de hecho:

1- Dar por probado sin estarlo que en el desempeño de la labor encomendada al señor
Hernando Giraldo Osorio, era previsible que con su propia arma de dotación, o con armas
de victimarios se le causara la muerte con un disparo en su pecho.

2- Dar por probado sin estarlo que si SEGURIDAD NACIONAL LTDA. hubiera
suministrado un chaleco antibalas al señor Hernando Giraldo Osorio éste (sic) no habría
resultado muerto con ocasión del ataque sufrido el día 19 de septiembre de 2003.
3- No dar por probado estándolo que SEGURIDAD NACIONAL LTDA actuó con la
diligencia y cuidado necesarios para garantizar razonablemente la seguridad del señor
Hernando Giraldo Osorio en la prestación de sus servicios como vigilante en la Clínica los
Rosales.
Considera que tales yerros se cometieron porque el ad quem no apreció las siguientes
pruebas:
1) Documento de "atención de urgencia adultos" del señor HERNANDO GIRALDO
OSORIO el día 19 de septiembre de 2003, obrante a folio 162 vto (Tatuaje).

2) Acta de Inspección a cadáver, del departamento de policía de Risaralda, sección


policía judicial e investigación criminalística, obrante a folios 19 y 180.
3) Inspección judicial (folios 114 a 117).
4) Fotos (folios 94, 95 y 96).
5) Investigación del accidente de trabajo (folios 81 a 84).

Comienza por afirmar que para obtener la indemnización plena de perjuicios, es necesario
que el actor pruebe: (i) la culpa del empleador en la ocurrencia del daño y (ii) el nexo de
causalidad entre la culpa y daño causado.

En ese contexto, para demostrar los errores primero y tercero, referidos al actuar diligente y
cuidadoso de la demanda, reitera similares argumentos a los que utilizó al desarrollar el
primero cargo, esto es, que tal actuar se acreditó con la inspección judicial, fotografías,
confesión de la demandante, acta de inspección judicial y las declaraciones de testigos.

En cuanto al nexo causal, afirma que se equivocó el Tribunal al no reparar que con los
medios de prueba cuya falta de valoración acusa, se evidencia que la muerte de su ex
trabajador se produjo por un hecho atribuible a terceros, lo cual descarta «que existiera
nexo de causalidad entre la falta de suministro de [chaleco antibalas] y el daño sufrido, esto
es, la muerte del trabajador». Además, refiere:

«(…) se desprende que los delincuentes ingresaron al parqueadero, estuvieron cuerpo a


cuerpo con el vigilante y le dispararon a quemarropa, pues no de otra forma se explica el
ahusamiento en la camisa y el tatuaje dejado por el disparo; razón por la cual, ninguna
injerencia en el nefasto resultado habría tenido el hecho de que el señor Hernando Giraldo
Osorio hubiera portado un chaleco antibalas, pues tal prenda a tan corta distancia y en las
circunstancias de tener “un revolver en la cabeza” ninguna garantía podía prestar al
trabajador, por lo que, tampoco por ese aspecto se configura el requisito de causalidad
necesario para configurar la responsabilidad plena del empleador en la muerte del padre de
las actoras, pues con o sin chaleco antibalas, se habría tenido el mismo resultado.
Apoya la demostración, en lo dicho por la Sala en sentencia CSJ SL rad. 26126, de la cual
omite indicar fecha de expedición

VIII. CARGO TERCERO


Expresa que la sentencia recurrida es violatoria de la ley sustancial en forma directa y bajo
la modalidad de aplicación indebida de los artículos 21 literal c, 56 inciso 1, 58, 62 inciso 1
del Decreto 1295 de 1994, en relación con los artículos 1, 24, 25, 26 27 y 28 del mismo
compendio, y el artículo 2 del Decreto Reglamentario 1607 de 2002, que lo llevó a la
interpretación errónea del numeral 2 del artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo, en
relación con lo dispuesto en los artículos 6, 90 y 96 del Decreto Ley 356 de 1994, y los
artículos 11 y 77 del Decreto Ley 2535 de 1993; Decreto 1979 de 2001, falta de aplicación
del artículo 15 de la Resolución No. 2013 de 1986 del Ministerio del Trabajo, todo lo cual
condujo a la indebida aplicación del artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo.

IX. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

La indemnización total y ordinaria de perjuicios ocasionada por accidente de trabajo,


prevista en el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo, exige la demostración de la
culpa patronal, que se establece cuando los hechos muestran que faltó «aquella diligencia y
cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios», según la
definición de culpa leve que corresponde a los contratos celebrados en beneficio de ambas
partes, de modo que cuando se reclama esta indemnización ordinaria, debe el trabajador
demostrar la culpa al menos leve del empleador, y a este que tuvo la diligencia y cuidados
requeridos, para que quede exento de responsabilidad.
CONCLUSIONE

Para concluir el dictamen dado en la presente sentencia, considero que fue el correcto del
mismo modo que la defensa de la empresa también fue la correcta y justa pues es claro
determinar que en los términos legales ellos se encontraban cumpliendo con lo que
normativamente se requiere para los trabajos de vigilancia. Como es evidente que el
chaleco antibalas que exige el demandante como protección no se encuentra en las
obligaciones reglamentarias y legales de las que establece la ley colombiana para las
empresas de vigilancia.

BIBLIOGRAFIAS

http://contenidomoodle.s3.amazonaws.com/Recursos_educativos/ASST/ASST
UV023/uni4_act7_act8_act_23.doc

http://contenidomoodle.s3.amazonaws.com/Recursos_educativos/ASST/ASST
UV023/uni4_act7_act8_act_14.doc

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