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“Soy un convencido que el país en general, tiene que pensar con mucha seriedad en
esa norma constitucional referida a las faltas absolutas presidenciales que operan
cuando el Jefe de Estado no está en condiciones mentales de conducir a la nación”.
Herman Escarrá, abogado constitucionalista.
El tema debería haber sido el estado del país y los logros del régimen durante 2010 pero
el primer dato sobre la acción del gobierno fue dado casi a la hora de haber comenzado
el discurso, (página 26 de la transcripción del discurso).Casi una hora inicial se fue en
anécdotas sin trascendencia sobre Barinas, su familia y sus amigos, de chistes, de auto-
glorificación, de referencias magnánimas a algunos personajes del régimen, como José
Vicente Rangel y Francisco Arias Cárdenas, de saludos hipócritas a algunos miembros
de la oposición. Esto no es solo un uso ineficiente del tiempo sino que evidencia un
componente típico de la sociopatía, ya que la persona que la padece “pierde la noción de
la importancia de las normas sociales, como son… los derechos individuales.” Esa
postura del comandante-presidente de un total desdén por los derechos ajenos es uno de
los ingredientes fundamentales de la aflicción sociopática.
La primera noticia que concierne al país y que debería ser de interés para los
venezolanos se encuentra en la página 26 del mensaje. Tiene que ver con el premio
anual del Rey de Bahrain, el cual fue dado en 2010 a Infocentros, organización estatal
venezolana. Ello es positivo. Sin embargo, Chávez no dijo que este premio había sido
compartido con otro ganador, no fue solo para Venezuela y que son los mismos
gobiernos los que se auto-postulan o postulan a sus organizaciones para obtenerlo. Ha
sido ganado en años anteriores por Finlandia, por Corea del Sur y por varios otros
países. Si uno examina las noticias sobre este premio, se verá que todas provienen de las
agencias controladas por el régimen de Chávez y que ninguna menciona el hecho de que
es un premio compartido. Esta omisión no es fortuita y representa un intento de
adscribirse méritos únicos, una señal de egocentrismo, otra de las características de la
sociopatía.
La crisis eléctrica.
Después de esta mención la audiencia debió esperar casi una media hora para saber un
poco más de lo que estaba pasando en Venezuela. Es solo en la página 31, después de
más anécdotas y chistes malos, que aborda el segundo tema de interés nacional, la crisis
eléctrica. Allí dice que la solución está en marcha, con una inversión de 21.000 millones
de dólares “para los próximos años”.
En la página 38 hay una preocupante evidencia del problema psíquico del comandante-
presidente, el cual tiene que ver con una visión totalmente deformada de los
mecanismos de decisión. Ello recuerda al Capitán Queeg, el personaje de la novela de
Herman Wouk, “El Motín del Caine”, quien ordena una dramática investigación a bordo
de su barco para averiguar quien se comió unas fresas. El comandante-presidente dice:
“Cometimos errores, recuerdo aquel plan de racionamiento [eléctrico] en Caracas,
cuando me di cuenta del gran error que estábamos cometiendo, era de noche y a las
12 en punto comenzaba, y llamé a Mario Silva que estaba en La Hojilla y le dije:
"Mario, anuncia ahí que he ordenado suspender el racionamiento en Caracas”.
En la página 41 hay una buena muestra de incoherencia, además aplaudida por parte de
la audiencia: “En verdad, el capitalismo, no es que lo diga yo, yo soy un humilde
soldado en verdad, esta banda que tengo puesta aquí es la bandera que yo amo.
Cuando era subteniente por allá en Barinas, en los cazadores, yo era abanderado y
cargaba esa bandera aquí como el teniente que vi ahorita ahí con la bandera y una
teniente con el sable, con aquel orgullo.
Mis soldados, que también son tan atacados, general Mata, también son tan
atacados mis soldados; por atacarme a mí los atacan a ustedes, pero vaya que
ustedes están conscientes de lo que están haciendo en función del país, de los
intereses nacionales, en función del pueblo venezolano, en función de la nación
toda, cómo los atacan. (Aplausos).
Como verán, comienza a hablar del capitalismo pero, como el capitán Queeg en su
discurso final ante el jurado, se vuelve un incoherente lío mental, algo que hubiera
envidiado Mario Moreno. La misma confusión es reflejada en las páginas 49 y 50,
cuando hace un intento de tratar el tema de la comida podrida, definiéndola como un
invento mediático, así como lo que dice sobre las críticas hechas a la importación de
cemento cubano, las cuales él define como “locuras”. Sin embargo, la realidad es
implacable porque un país que exportaba cemento antes de la llegada de Chávez ahora
importa cemento cubano.
Que papel juega un recuento sobre Abril 2002 en una cuenta sobre 2010?
Uno se preguntará a cuenta de que sale a relucir en un mensaje sobre el estado del país
en 2010 un recuento sobre los días de Abril 2002, cuando el comandante-presidente
salió del poder por un par de días. Sobre todo porque la versión que ofrece en la página
52 de la transcripción no menciona para nada al Plan Ávila ni su lloriqueo.
Viviendas.
En la página 64 se olvida que este es un mensaje de Memoria y Cuenta sobre 2010 para
hablar de un programa de televisión: Doce Corazones. Esta nueva muestra de dispersión
mental en el mensaje son reveladoras de stress psicológico agudo en el comandante-
presidente. Ello es lógico en un sujeto que pretende conocerlo todo y decidirlo todo a
nivel del gobierno. Será solo una cuestión de tiempo hasta que aparezca un estado de
franco colapso, lo que Rómulo Betancourt llamaba un “surmenage” o lo que los
venezolanos llaman corrientemente un “patatús”. De nuevo, el caso del capitán Queeg
acariciando sin cesar sus bolitas de acero es un ejemplo de alguien que ya ha llegado al
límite del equilibrio mental. En el caso que nos ocupa el equivalente es el uso
claramente advertible de muletillas a lo eh, eh.
La página 68 es una muestra del desdén por la verdad que alimenta al gobierno. Allí el
comandante-presidente menciona el trabajo “científico-técnico” que ha llevado a la
“certificación” de inmensas reservas probadas de petróleo en la Faja del Orinoco. Lo
que se ha hecho y se hace allí es un inmenso fraude, al confundir de manera deliberada
recursos petrolíferos con reservas probadas, a fin de presentar a Venezuela como el país
con las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo. Eso es mentira y, como
geólogo petrolero, la he denunciado en otras publicaciones.
De mentir sobre la Faja el comandante-presidente pasa abruptamente a hablar de las….
mujeres policías.
En la página 87 hay una fuerte señal de patatús mental cuando, hablando de Carlos
Marx, de repente pasa a decir: “Qué bella está Cristina Maica, estaba cantando ahí:
“Con lo mío, mío, mío, con lo mío no se meta…”. Yo conocí a Cristina Maica,
diputado Cristóbal, cuando tenía 14 años, cantó en Bravos de Apure en Maracay, y
me dijo Heriberto Maluenga: “Teniente, vea esa muchachita, va a ser una gran
cantora”, mírenla donde está 50 años después, y está hermosa, 50 no, 30 años
después. Cristina Maica, que gran cantora es, apureña, ella es de San Fernando de
Apure, hace días que no voy para San Fernando, tengo unas ganas de coger sabana,
me hace falta la sabana”.
Es en momentos como estos, durante el mensaje, cuando los representantes del cuerpo
diplomático se ven las caras y se sonríen compasivamente y, probablemente, hacen una
nota mental para informar a sus respectivos gobiernos que la cosa está a punto de mate
en Venezuela.
Una buena muestra de la fantasía que satura la mente del comandante-presidente puede
verse en la página 95, donde dice que la producción de autos iraníes pasará de 1400
vehículos en 2010 a 16.000 en 2011 y en la página 96 donde dice que se están
instalando 200 fábricas socialistas, aunque se cuida muy bien de decir cuales son y
donde están. Es típico del deterioro mental del comandante-presidente que las fábricas
de motobombas se mezclan, en las páginas 97 a 99 a con el sector salud, con el licopeno
del tomate, las células fotovoltaicas y algo que él llama “películas comestibles” (quien
sabe de que se trata esto).
La página 102 está dedicada a un tema de especial importancia estratégica para el país:
la arepa. Estima el orador que una arepa con mantequilla y carne no debería valer más
de siete y medio bolívares y, sin embargo, es vendida por treinta. Quién sabe cómo
estima el régimen el costo de la carne, de la mantequilla, de la electricidad, de los
salarios al personal, de la harina “Pan”, ya que ellos viven en un mundo subsidiado e
irreal. En la página 103 hay una referencia a “enceres del hogar”, error gramatical que
debe ser de la gente de Izarra, porque el comandante-presidente no comete errores de
este tipo. En la página 104 se admite el subsidio a los alimentos vendidos en PDVDAL,
lo cual representa una distorsión que hace imposible comparar los precios del gobierno
con los precios del sector privado.
Al llegar a la página 105 le entra un ataque de tos.
En la página 115 aparece un largo párrafo que es muy revelador del grado de deterioro
de las facultades mentales del comandante-presidente: “Conozco mucho esa tierra, la
Laguna de Santa Elena. ¿Esa no es donde está el caimán que tiene la palmera en el
lomo? Esa es otra, Santa Elena, hay la Laguna del Término, diputado Cristóbal, tú
conoces las dos, la del Término y la de Santa Elena. Bueno, no recuerdo el nombre
de ese hato, ese hato como que era de uno de los Carmona, creo. No, el que estaba al
lado. Bueno, entonces, yo me conozco toda esa sabana y conocí a toda esa gente. ¿Tú
sabes con quién yo peleaba mucho?, con Marín Jaen cuando era Gobernador de
Apure. Peleé no sé cuántas veces. Bueno, discutíamos pues. En Elorza discutimos
una vez; una vez yo le quité la avioneta prestada y no se la devolví sino hasta el otro
día, era para buscar a Reina Lucero y a Eneas Perdomo en San Juan, para las fiestas
en Elorza, y aquel Gobernador bravísimo: ¿Mayor, dónde esta mi avioneta? Se quedó
por allá en San Fernando. No pudo volar en la noche. Estaba bien bravo. Bueno,
entonces….”
Uno debe preguntarse a quién le interesa esto. Ciertamente no a los pobres embajadores
que deben tener unas ganas locas de ir al baño, tampoco al venezolano. Es este tipo de
incoherencia, de logorrea, que le revela a los observadores imparciales, los no vendidos
al proceso, que se encuentran frente a un ser totalmente insensible a la más elemental
cortesía y a la violación de sus derechos en aras de la megalomanía. Uno se pregunta
que dirían los estadounidenses si Obama se dedicara a hablar sobre su niñez en
Indonesia o sus juegos de metras en Hawaii, cuando debe ir a hablar sobre el país ante el
Congreso.
Un mensaje histórico.
Este es un mensaje histórico, sin duda. Histórico por lo caótico, por lo fantasioso y por
lo indicativo de una mente profundamente trastornada.