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ODA AL MAR la pobreza terrestre.

cantando 
Déjanos  nos hundiremos 
cosechar la infinita hasta tocar el fondo 
AQUÍen la isla plantación de tus vidas,  de tus entrañas, 
el mar  tus trigos y tus uvas,  un hilo atómico 
y cuánto mar  tus bueyes, tus metales, guardará tu cintura, 
se sale de sí mismo el esplendor mojado  plantaremos 
a cada rato,  y el fruto sumergido. en tu jardín profundo 
dice que sí, que no,  plantas
que no, que no, que no,  de cemento y acero, 
dice que si, en azul,  Padre mar, ya sabemos 
cómo te llamas, todas  te amarraremos 
en espuma, en galope,  pies y manos, 
dice que no, que no.  las gaviotas reparten 
tu nombre en las arenas: los hombres por tu piel
No puede estarse quieto, pasearán escupiendo,
me llamo mar, repite  ahora, pórtate bien,
no sacudas tus crines, sacándote racimos,
pegando en una piedra  construyéndote arneses,
sin lograr convencerla,  no amenaces a nadie,
no rompas contra el cielo  montándote y domándote
entonces  dominándote el alma. 
con siete lenguas verdes tu bella dentadura, 
déjate por un rato  Pero eso será cuando 
de siete perros verdes,  los hombres 
de siete tigres verdes, de gloriosas historias, 
danos a cada hombre,  hayamos arreglado
de siete mares verdes, nuestro problema, 
la recorre, la besa,  a cada
mujer y a cada niño,  el grande,
la humedece el gran problema. 
y se golpea el pecho  un pez grande o pequeño 
cada día. Todo lo arreglaremos 
repitiendo su nombre.  poco a poco:
Oh mar, así te llamas,  Sal por todas las calles 
del mundo te obligaremos, mar,
oh camarada océano, te obligaremos, tierra, 
no pierdas tiempo y agua,  a repartir pescado 
y entonces  a hacer milagros, 
no te sacudas tanto,  porque en nosotros mismos, 
ayúdanos,  grita, 
grita en la lucha, 
somos los pequeñitos  está el pez,  está el pan, 
pescadores,  para que te oigan todos
los pobres que trabajan  está el milagro.
los hombres de la orilla, 
tenemos frío y hambre y digan, 
eres nuestro enemigo, asomando a la boca  PABLO NERUDA
no golpees tan fuerte,  de la mina:
no grites de ese modo,  "Ahí viene el viejo mar 
abre tu caja verde repartiendo pescado". 
y déjanos a todos  Y volverán abajo, 
en las manos  a las tinieblas, 
tu regalo de plata: sonriendo, y por las calles
el pez de cada día. y los bosques 
sonreirán los hombres
y la tierra
Aquí en cada casa con sonrisa marina. 
lo queremos Pero
y aunque sea de plata,  si no lo quieres, 
de cristal o de luna,  si no te da la gana, 
nació para las pobres  espérate, 
cocinas de la tierra.  espéranos, 
No lo guardes,  lo vamos a pensar, 
avaro,  vamos en primer término 
corriendo frío como  a arreglar los asuntos 
relámpago mojado humanos, 
debajo de tus olas.  los más grandes primero,
Ven, ahora,  todos los otros después,
ábrete  y entonces 
y déjalo  entraremos en ti, 
cerca de nuestras manos, cortaremos las olas 
ayúdanos, océano,  con cuchillo de fuego, 
padre verde y profundo,  en un caballo eléctrico
a terminar un día saltaremos la espuma, 

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